El caso de los exploradores de cavernas refleja la puja existente entre dos
corrientes tan antiguas como actuales, dos corrientes que a mi juicio no son más que dos formas distintas de ver el derecho. Estas dos corrientes son el Iusnaturalismo y el Positivismo Jurídico. Para resumir y tratando de evitar entrar en disquisiciones acerca de los diferentes matices de cada una de estas corrientes podemos decir que la diferencia esencial estaría dada por la relación existente entre Derecho y Moral, para el Iusnaturalismo existe una relación intrínseca entre ambos términos, y para el Positivismo esa conexión no existe. Así, el Iusnaturalismo sostiene que hay principios morales y de justicia universalmente válidos y asequibles a la razón humana. En virtud de ello un sistema normativo o una norma jurídica no pueden ser calificados de jurídicos si contradicen aquellos principios morales o de justicia. El Positivismo no rechaza la existencia de principios morales y de justicia de carácter universal que sean asequibles a la razón, pero considera que el derecho positivo de un ordenamiento jurídico dado, por el solo hecho de emanar de la voluntad dominante es justo. Para esta corriente, el derecho como conjunto de reglas dadas por el poder que ejerce el monopolio de la fuerza en una determinada sociedad, sirve independientemente del valor moral de sus reglas para la obtención de ciertos fines tales como el orden, la paz, la seguridad, etc. En función de lo dicho y antes de entrar en el análisis del caso concreto, considero que la relación entre moral y derecho debe necesariamente reflejarse en el concepto de derecho. Los jueces deben recurrir a normas y principios morales para resolver cuestiones que no están claramente resueltas por las normas jurídicas y, del mismo modo, los jueces deben negarse a aplicar aquellas normas jurídicas que contradicen radicalmente principios morales o de justicia que cuentan con la aceptación y el reconocimiento de la totalidad o de la mayor parte de los integrantes que conforman aquel grupo social que la norma busca regular. En el caso de los Exploradores de caverna, los Ministros intervinientes han adoptado posiciones que reflejan su posición o su adherencia a las corrientes que se comentaban anteriormente.
El Ministro Foster, considera que los cuatro exploradores rescatados no
pueden ni deben ser considerados homicidas y por tanto condenados a la horca. Sostiene que esto sería absolutamente contrario al sentido común, opinión que comparto. Para fundamentar su posición utiliza dos argumentos. El primero de ellos consiste en negar que a estos hombres se les pueda aplicar el Derecho del Commonwealth. Para explicar su posición utiliza algunos artilugios que oscurecen más de lo que aclaran. Foster nos habla del contrato social, de la necesidad de vivir con “otros”, de coexistir, y de que el contrato social de alguna manera vino a permitir esta convivencia armónica entre todos. La circunstancia de los exploradores de la caverna colocó a estos hombres en un “estado de naturaleza” alejados y ajenos no solo de la sociedad civil sino también de todo contrato preexistente, por lo que constituyeron un nuevo contrato social. Este nuevo contrato consensuado y aceptado por todos permitió la antropofagia. Considero demasiado riesgoso darle una solución al caso “no legal”. Pienso que la solución debe intentar encontrarse en el derecho positivo del Commonwealth, ya sea considerando atípica la conducta de estos hombres, sea disminuyendo la pena o conmutando la misma teniendo siempre en cuenta las especiales circunstancias del caso. Esta posición refleja un acercamiento al Iusnaturalismo racionalista, en cambio la segunda posición que a continuación se expone se acerca o identifica con el Positivismo -podría decir con la Escuela de la Exégesis-, encontrando la solución a un caso dado en la Ley Positiva de un Estado, o en la voluntad del legislador al promulgar esas mismas leyes. Entonces -y para el caso de que no se acepte esta primera línea de argumentación- Foster parte de una premisa absolutamente contraria a la anterior, esto es, considerar la conducta de estos hombres comprendidas dentro del Derecho del Commonwealht pero con una salvedad: que si bien se viola la letra de la ley no se viola la ley misma, no se viola su espíritu o propósito. El Derecho debe interpretarse en forma razonable, los jueces deben corregir errores obvios como también integrar las lagunas u omisiones legislativas y esto, según Foster, lejos de suplantar la voluntad del legislador es hacerla efectiva. Esta posición me parece más coherente con un Estado de Derecho, la solución está dentro del ordenamiento jurídico. Esquivando ciertos formalismos estériles arribamos a una posible solución. En pocas palabras esta fue la postura del ministro el sostiene que los cuatro exploradores NO SON ASESINOS y basa su postura en la “coexistencia”, ya que mediante la coexistencia facilita y mejora las condiciones para que el hombre sobreviva, pues sus acciones no fueron hechas de manera caníbal sino por el bien de la comunidad, esto no implica que por su postura sea conducido jurisdiccionalmente, de manera deshonesta y desleal sino de lo contrario que entre las partes existió un contrato y una manifestación de voluntad para poder llevarse a cabo, independientemente de que hayan o no acudido ante una autoridad para ejecutarlo. Pues claro está que Foster solo hace referencia a la tendencia de paz de cada uno de los condenados, pues ya han sufrido bastante dentro de una cueva para volverlos a sacrificar nuevamente. El Ministro Tatting, utiliza la ironía y el excesivo formalismo para desvirtuar la posición y los alegatos del Ministro Foster. No voy a analizar su voto porque en definitiva el mismo renuncia a participar en el presente caso. Considero que la misma se debe a no haber podido conciliar su sentido jurídico o su sentido común con la solución dada por el derecho escrito. En algún momento de su alegato menciona una crítica hacia el Fiscal del caso arguyendo que no debería haber presentado acusación, yo me pregunto: si realmente considera a estos hombres inocentes ¿qué le impide así declararlo? Una cosa es segura, el juez debe resolver sus propios conflictos o contradicciones internas y fallar en el caso que se le presenta. Contradicciones, en mayor o menor medida hay siempre que se resuelven casos que no son de laboratorio, casos que forman parte de la vida real. Los jueces deben tener siempre presente las consecuencias y el impacto que sus decisiones provocan en la vida de estos hombres. En síntesis esta es la posición de Tatting Primeramente un punto muy relevante es que no cuenta con los argumentos necesarios para poder aprobar u objetar cualquiera de las posturas, como lo es la excusa de defensa propia porque se habla de una figura jurídica que desde mi punto de vista debido a sus características en la legislación no existe en el caso que hemos venido analizando. También establece una breve distinción entre el propósito y la prevención porque lo visualiza con un índice de dañar, pero claro está que no es lo mismo la intención y el dolo, a lo que me pregunto ¿Por qué se abstiene de votar? sinceramente creo que es un juez que debe ser criticado más que cualquier otro de los cuatro restantes en la historia, debido a que es un juzgador al que se le ha conferido una gran función y por ende no debe dejar de resolver todos los casos que se le susciten.
Ministro Keen: La posición de este Ministro es claramente Positivista, de un
positivismo extremo, considera que el problema para resolver el presente caso radica en haber fracasado a la hora de distinguir las cuestiones jurídicas de las morales. La ley es clara: “quienquiera privare intencionalmente de la vida a otro, será castigado con la muerte”. Para el Ministro Keen, no importan las circunstancias, no importa realmente “la intencionalidad” de la conducta de estos hombres, no importa más que la comprobación de las cuestiones fácticas, y estas han quedado por demás comprobadas, por lo tanto confirma la sentencia condenatoria. Keen Señala que la sentencia es condenatoria y hace referencia a que está en contra de un perdón total a todo ciudadano que como los exploradores, han actuado de manera ilegal por el hecho de que su acción no está tipificada por la ley, por lo tanto no todo debe ser expreso en una legislación. El considera tres puntos importantes en la aplicación e interpretación de una ley de las cuales son: propósito, legislador y las lagunas, entendiendo la última como la probabilidad de interpretarla de acuerdo al suceso y por ende, dice que el principal objetivo de la legislación es prevenir, pero dicha legislación no está en el propósito sino su alcance. Sin embargo el principal objetivo de su postura es la exacta aplicación de la ley y desde mi punto de vista es una de las posturas más importantes porque sus argumentos son muy sólidos, pues quiere decir que si la ley no se puede interpretar tampoco no involucra una causa de justificación del delito y por lo tanto sus tres principales objetivos de los que hice referencia en el mismo texto son refutables y contradictorios. Por último el Ministro Handy, adopta una posición bastante pragmática (realismo moderado). El mismo al preguntarse qué hacer con los acusados, responde que es una cuestión de sabiduría práctica que debe aplicarse en un contexto no de teoría abstracta sino de realidades humanas. El ministro Handy nos dice que el gobierno es un asunto humano y los hombres son gobernados, no por palabras sobre el papel sino por otros hombres, y son gobernados bien cuando sus gobernantes entienden los sentimientos y concepciones de las masas. Considera también que todo funcionario público, incluidos los jueces cumplirían mejor su tarea si trataran a las formas y a los conceptos abstractos como lo que son: simples instrumentos. Por supuesto que para el Ministro Handy estos hombres son inocentes de todo cargo o imputación. Coincido con la opinión del Ministro Handy, el orden jurídico debe realizar siempre el valor justicia. Es evidente que todos los ministros consideran en su fuero íntimo a estos hombres inocentes y quieren liberarlos, pero hallan ante sí un obstáculo insalvable que se los impide: el derecho positivo de su país, como así también la interpretación estrictamente literal que algunos de ellos hacen de sus normas, analizándolas desde compartimentos estancos sin ninguna conexión entre las mismas. Las formalidades del derecho apuntan a garantizar su cumplimiento, a dar seguridad jurídica a los destinatarios de la ley, pero condiciones como las del presente caso deben llevarnos a flexibilizar la aplicación de las normas jurídicas de un sistema dado, a fin de evitar el absurdo y la grosera injusticia que se cometería en caso de no lograr esa flexibilización. Es evidente que la finalidad buscada con la pena de muerte para el caso de homicidio en el derecho de Commonwealth, no tiene semejanzas con el presente caso, ni siquiera podemos hablar a las claras de una “verdadera intencionalidad”. No puede dudarse el shock emocional que estos hombres vivían por esas horas, el que hayan debatido por horas o días la decisión tomada, no le otorga a esta última un carácter “racional”. Puedo decir entonces que Handy poya mucho la postura de Foster (el primer ministro) su principal fundamento es “los hombres son gobernados por hombres” es decir, que todo hombre es capaz de pensar y sobre todo razonar, con esto conllevo a que los exploradores anticiparon un convenio el cual fue aceptado y celebrado por todos.
El Ministro Foster mencionó en sus argumentos la ficción creada acerca del
VALOR ABSOLUTO DE LA VIDA, que bajo ninguna condición o circunstancia debe sacrificarse. A nadie escapa la hipocresía que muchas veces se esconde tras este postulado, en el mismo caso que nos ocupa diez hombres murieron tratando de liberar a los cuatro que hoy se intenta, con éxito, llevar a la horca. No obstante alguna razón especial convierte esas diez muertes en algo que no merece reproche, en tanto cuatro hombres son sentenciados a muerte por ser responsables de la muerte de tan sólo una. ¿Nos preocupa la muerte, o la forma de la muerte? y de preocuparnos la forma; ¿No debería preocuparnos también las circunstancias que nos llevan a la misma? Dirán también que cuando hablamos de la vida humana ésta no se cuantifica, que es lo mismo una muerte o una pérdida como cinco de ellas, sin embargo, elevar este último número modifica la perspectiva. Considero, y es tan sólo mi opinión personal, que la “cuestión numérica” es importante: no es lo mismo seis millones de vidas que veinte vidas.
En mi opinión el Derecho de una comunidad para cumplir con cierto grado de
efectividad debe ser la expresión de una moralidad común de una comunión de ciertos principios de justicia compartidos por todos, de lo contrario el derecho se convierte en un objeto extraño a la comunidad que intenta regular y ordenar. Que mensaje le estaríamos dando a una sociedad que observa un espectáculo tan brutal como el de condenar a cuatro hombres a la horca después de vivir una experiencia inusual, sumamente conflictiva, seguramente uno no muy bueno. Y por último Por todo lo anterior y analizando cada una de las posturas, establezco que la sentencia a la cual aludo a la comparación del relato es LA REVOCACION DEL CASO , debido a que son inocentes por las cuestiones mencionadas, establezco primeramente que como juzgadores no podemos ir más allá de lo que nuestra experiencia nos da, puesto que intervienen muchos factores para poder ser llevados a cabo en la práctica, pues de lo contrario el objetivo de la experiencia jurídica por así llamarlo será buscada pero mas no encontrada y siempre se tendrá la falla y las consecuencias al resolverse casos como este de manera subjetiva, pues la obligación de todo juez es la interpretación de una norma con restricciones y a pesar de la incansable contradicción que se obtuvieron en las cinco posturas los veredictos siempre tuvieron como resultado una similitud, que a pesar de los diferentes argumentos que cada ministro aclaro se obtuvo una nueva postura.