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1. La intervención administrativa de carácter preventivo: La autorización
administrativa. En especial, la autorización ambiental integrada
A) La autorización administrativa
1
A los efectos del Real Decreto Legislativo 1/2008, se entiende por evaluación de
impacto ambiental el conjunto de estudios y análisis técnicos que permiten estimar los
efectos que la ejecución de un determinado proyecto puede causar sobre el medio
ambiente (artículo 2.1).
2
Sin embargo, como señala MARTÍN MATEO2 las autorizaciones presentan
serias dificultades en el Derecho ambiental, principalmente por la frecuente aprobación
de nuevas regulaciones más exigentes que las anteriores en base a las que se dieron
aquéllas y por la mutabilidad de los criterios técnicos que sirven de base para la
regulación de conductas incidentes en el medio natural. Para hacer frente a los
imperativos del equilibrio ambiental, se suelen completar estas autorizaciones con el
establecimiento de estándares (fijación de niveles máximos de vertidos, emisiones y de
inmisión, concebidos en función de la capacidad de absorción del medio receptor y de
los diferentes tipos de vertido), la regulación de las características de las materias
primas, las homologaciones (previa comprobación por la Administración de las
características de ciertos procesos o dispositivos que pueden producir emisiones no
deseables), y la imposición de niveles tecnológicos3.
También habrá que tener en cuenta las posibles modificaciones que para el
procedimiento de concesión de determinadas autorizaciones ambiéntales conllevará la
aprobación de la Directiva 2006/123/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 12
de diciembre de 2006, relativa a los servicios en el mercado interior, en aras de
consolidar los principios relativos a las libertades de establecimiento y de libre
prestación de servicios para los ciudadanos comunitarios, significativamente en lo que
se refiere a la reducción de las trabas para el acceso y ejercicio de las actividades de
servicios y la simplificación de los procedimientos administrativos.
2
Tratado de Derecho ambiental, Trivium, Madrid, 1991. Págs: 113 ss.
3
Así, por ejemplo, el artículo 100.2 del Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio, por el que se
aprueba el texto refundido de la Ley de Aguas, en la redacción dada por el art. 129 de la Ley 62/2003,
obliga a otorgar las autorizaciones de vertido teniendo en cuenta las mejoras técnicas disponibles.
3
reglamentos del área de medio ambiente para adaptarlos a la primera disposición
legislativa mencionada.
4
Nuestra norma utiliza tanto para referirse al control como a la autorización la
expresión “integrada”, pero hubiera sido más lógico utilizar el término “integral” para
adjetivar esta nueva técnica ambiental, ya que, según el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española, esta palabra define lo “global”, lo “total”, que es,
precisamente, el objetivo que persigue el enfoque que se da a la misma
5
Al respecto pueden consultarse los trabajos de ALONSO GARCÍA, C., “La
Autorización Ambiental Integrada", Monografías de la Revista Aragonesa de
Administración Pública, Diputación General de Aragón, Zaragoza, 2004, págs. 81 a 97.
De la misma autora “La intervención de las entidades municipales en el procedimiento
de otorgamiento de la autorización ambiental integrada”, en AAVV (dir. J. ESTEVE
PARDO) Derecho del Medio Ambiente y Administración Local. Fundación Democracia
y Gobierno Local, Madrid, 2004, págs. 37 a 57 y "El procedimiento de otorgamiento de
la Autorización Ambiental Integrada", Justicia Administrativa, número 19 (2003), págs.
5 a 25; BAUCELLS I LLADÓS, J y VERNET I LLOBET, J: La prevención y el control
integrados de la contaminación. Marcial Pons. Madrid, 2004. FUENTES BODELÓN, F:
El nuevo régimen de licencias en la Directiva 96/61 sobre Prevención y Control Integrado
de la Contaminación. Comares, Granada, 1999; LOPEZ-JURADO ESCRIBANO, F y
RUIZ DE APODACA ESPINOSA, A: La autorización ambiental integrada. Civitas,
Madrid, 2002; PLAZA MARTIN, C: Derecho ambiental de la Unión Europea. Tirant lo
Blanc, Valencia, 2005; y RUIZ DE APODACA ESPINOSA, A. M: Derecho ambiental
integrado: la regulación de los lodos de depuradora y de sus destinos. Civitas, Madrid,
2001.
4
permitir no sólo la atención de esta finalidad en toda su complejidad y globalidad, sino
también, y desde el punto de vista procedimental, la racionalización del iter necesario
para la obtención del permiso, hasta ahora centrado en numerosas autorizaciones,
dispersas y desconectadas entre sí, expedidas por autoridades administrativas diversas,
ubicadas en Administraciones públicas territoriales diferentes, lo que supondrá una
evidente coordinación entre los órganos administrativos implicados y una notable
agilización del mismo, residenciado en la administración autonómica (artículo 3 h).
5
las previstas en la Ley 21/1992, de 16 de julio, de Industrias, en la 54/1997, de 27 de
noviembre, del Sector Eléctrico, la establecida en la Ley 34/1998, de 7 de octubre, del
Sector de Hidrocarburos y en la Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, sobre
protección de la seguridad ciudadana en lo referente a las instalaciones químicas para la
fabricación de explosivos (art. 11.2).
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Concretamente, los documentos que deben incluirse son:
1- Proyecto básico, en el que se contendrán los aspectos expresados en el precepto.
2-Informe del Ayuntamiento en cuyo territorio se ubique la instalación, acreditativo de la compatibilidad
del proyecto con el planeamiento urbanístico.
3-Documentos de autorización de vertido a las aguas continentales y al mar exigidos por la legislación de
aguas y costas, respectivamente.
4-Determinación de los datos que, a juicio del solicitante, gocen de confidencialidad de acuerdo con las
disposiciones vigentes. Estos mismos datos quedarán excluidos del trámite de información pública.
5-Cualquier otra documentación acreditativa del cumplimiento de los requisitos establecidos por la
legislación sectorial aplicable, incluida, en su caso, la referida a fianzas o seguros obligatorios que sean
exigibles de acuerdo con aquella legislación.
6-Cualquier otra documentación e información que se determine en la normativa aplicable.
7-Un resumen no técnico de todas las indicaciones especificadas en los párrafos anteriores para facilitar
su comprensión a efectos del trámite de información pública.
8- El Estudio de Impacto Ambiental. En este sentido, el artículo 11.4 de la Ley, en desarrollo del punto 8
de su Exposición de Motivos, establece que las Comunidades autónomas dispondrán lo necesario para
posibilitar la inclusión en el procedimiento de otorgamiento de la AAI de las actuaciones en materia de
Evaluación de impacto ambiental y las medidas de control de los riesgos inherentes a los accidentes
graves en los que intervengan sustancias peligrosas.
6
3-Solicitud de informes
La AAI integra los siguientes informes: a) municipales, b) autorización de
vertidos a las aguas continentales y marítimas, c) autorización de residuos, d) valores
limites de emisión de contaminantes a la atmósfera, y e) declaración de impacto
ambiental y establecimiento de medidas de control de los accidentes graves
7
Para el otro de los informes que debe emitir este órgano municipal, el previsto en
el artículo 18, este mismo precepto permite en el supuesto de retraso, la prosecución de
las actuaciones. Ahora bien, si el mismo se recibe antes de dictar resolución, se valorará
por el órgano autonómico. Si el informe municipal no llegara a emitirse, se entiende que
podrá autorizarse la instalación y funcionamiento de la actividad.
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que aprueba el Texto Refundido de la Ley de Aguas, y 245 ss. del Reglamento del
Dominio Público Hidráulico, aprobado por Real Decreto 849/1986, de 11 de abril, pero
exclusivamente en el supuesto de que deba ser emitida por la Confederación
Hidrográfica correspondiente al tratarse de cuencas intercomunitarias, ya que en otro
caso dicha función residirá en la propia Administración autonómica.
Ante la ausencia de este informe, por no haber sido emitido por el Organismo de
cuenca en el plazo correspondiente, el órgano autonómico habrá de realizar un
requerimiento a éste para que lo emita con carácter urgente en el plazo máximo de un
mes. Transcurrido éste, se podrán proseguir las actuaciones. No obstante, el informe
recibido fuera de plazo, pero antes del otorgamiento de la autorización, deberá ser
tenido en cuenta por el órgano competente de la Comunidad autónoma (art. 19.2). Sin
embargo, si transcurrido este tiempo no se hubiera emitido el dictamen, se podrá otorgar
la AAI, si bien habrá de contemplarse en la misma las características del vertido y las
medidas correctoras requeridas, que se establecerán de conformidad con la legislación
sectorial aplicable (art. 19.3).
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103 del texto Refundido de la Ley de Aguas, que supedita la obtención de las
autorizaciones administrativas sobre establecimiento, modificación o traslado de
instalaciones o industrias que originen o puedan originar vertidos, a la obtención de este
permiso.
c) Autorización de residuos
7
También quedarán sometidos a AAI, según la Disposición final 4ª LPCIC, las actividades de
eliminación, mediante depósito de vertedero, de residuos urbanos realizadas por los entes locales e
incluidas en el ámbito de aplicación de esta legislación.
10
medida en que la imposición de los niveles de emisión de estas sustancias se realiza por
el órgano ambiental autonómico.
11
En cualquier caso, y tal y como señala la Disposición adicional 1ª de la Ley
IPPC, en estos supuestos se arbitrarán fórmulas de colaboración con las Comunidades
autónomas para la necesaria coordinación de ambos procedimientos.
El artículo 20 del texto legal que analizamos establece que el órgano autonómico
competente para otorgar la AAI procederá, tras realizar el examen ambiental del
proyecto en su conjunto, y otorgar un trámite de audiencia a los interesados, a elaborar
la propuesta de resolución.
8
Comisión v. Alemania. C-131/88.
9
Comisión v. Bélgica. Asunto C-230/00.
12
En principio, y salvo que se produzcan algún supuesto de modificación de la
autorización concedida, la misma se otorgará para un período de duración de 8 años.
6-Notificación y publicación
En todo caso, toda persona física o jurídica tiene la posibilidad de acceder a las
resoluciones de autorizaciones ambientales integradas, así como a sus actualizaciones
posteriores, de conformidad con la legislación sobre acceso a la información en materia
de medio ambiente -Ley 38/1995, de 12 de diciembre- (artículo 23.2).
7-Renovación y modificación
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funcionamiento de la actividad las mismas condiciones ambientales establecidas en la
antigua licencia.
En el primer caso, -bien sea apreciado por el propio promotor bien por la
Administración-, se necesitará una nueva autorización (artículo 10.5), mientras que en el
segundo se podrá llevar a cabo siempre que el órgano competente para autorizarla no
manifieste lo contrario en el plazo de un mes (artículo 10.4).
10
Será sustancial aquella transformación que, en opinión del órgano competente para otorgarla y de
acuerdo con los criterios establecidos en el artículo 10.2, pueda tener repercusiones perjudiciales
importantes en la seguridad, la salud de las personas o el medio ambiente, considerándose como no
sustancial la que, sin tener la anterior entidad, pueda tener consecuencias en la seguridad, la salud de las
personas o el medio ambiente (artículo 3 e).
14
2. Técnicas de fomento
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trascendencia social, cultural, innovadora o ecológica merezcan una atención preferente.
La financiación del ICO se dirige, entre otras finalidades, a los proyectos de innovación
tecnológica y a las energías renovables.
11
Véase MORENO MOLINA, A.M., “La empresa y el Derecho de la Unión Europea en el medio
ambiente”, Derecho medioambiental de la Unión Europea, McGraw-Hill, Madrid, 1996, p. 169.
12
Deufil/Comisión, 310/85, Rec. p. 901, apartado 8.
13
Banco Exterior de España, C 387/92, Rec. p. I 877, apartado 12.
14
Comisión contra España, T-36/99, apartado 134.
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empresa y que, por ello, sin ser subvenciones en el sentido estricto del término, son de
la misma naturaleza y tienen efectos idénticos (sentencia Banco Exterior de España,
antes citada, apartado 13).
La Comisión ha identificado una serie de medidas por las que las ayudas
estatales pueden considerarse compatibles con el mercado interior:
•las ayudas a las empresas que superen las normas comunitarias o que, en
ausencia de normas comunitarias, incrementen el nivel de protección ambiental;
•las ayudas para la adquisición de nuevos vehículos de transporte que superen
las normas comunitarias o que, en ausencia de normas comunitarias,
incrementen el nivel de protección ambiental;
•las ayudas para la adaptación anticipada a futuras normas comunitarias;
•las ayudas para los estudios ambientales;
•las ayudas para el ahorro de energía;
•las ayudas relativas a fuentes de energía renovables;
•las ayudas a la cogeneración y a la calefacción urbana;
15
Diario Oficial C 82 de 1.4.2008.
17
•las ayudas para la gestión de residuos;
•las ayudas para la recuperación de solares contaminados;
•las ayudas para la relocalización de empresas;
•las ayudas concedidas en el marco de regímenes de permisos negociables;
•las ayudas en forma de reducciones o exenciones de impuestos ambientales.
18
d) el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que concede prioridad a la
financiación de proyectos dirigidos a la protección del medio ambiente.
3-Medidas represivas
Otros importantes instrumentos jurídicos utilizados por los poderes públicos son
las medidas represivas, que se van a aplicar frente a los incumplimientos de las cada vez
más amplias y complejas normas ambientales.
Las infracciones ambientales pueden ser objeto de sanciones penales, que serán
objeto de análisis detallado en otro capítulo de este Tratado, o de sanciones
administrativas. Ahora bien, como ha señalado el Tribunal Constitucional en una
jurisprudencia muy consolidada, al Derecho administrativo sancionador son de
aplicación, con ciertos matices, los principios del orden penal “dado que ambos son
manifestaciones del ordenamiento punitivo del Estado”16. Estos principios han sido
recogidos por la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, en cuyo Título
IX establece los principios que informan el ejercicio de la potestad sancionadora de la
Administración (Capítulo I) y los principios del procedimiento sancionador (Capítulo
II). En desarrollo de la Ley 30/92 en esta materia, se ha publicado el Real
Decreto1398/1993, de 4 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento del
procedimiento para el ejercicio de la potestad sancionadora.
16
Véanse, por ejemplo, las SSTC 18/1981, 101/1988 y 61/1990.
19
Las sanciones administrativas pueden consistir, entre otras, en multas,
suspensión de actividades, retiro de permisos y clausura de instalaciones.
20
El artículo 106.2 de la Constitución española reconoce el derecho de los
ciudadanos a ser indemnizados por la Administración pública correspondiente por toda
lesión sufrida en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza
mayor, siempre que la lesión fuera consecuencia del funcionamiento de los servicios
públicos. El citado precepto, además de constitucionalizar la responsabilidad de las
Administraciones públicas españolas, generaliza la misma para todos los supuestos –
salvo el de fuerza mayor-, en que la lesión sufrida por el particular, en cualquiera de sus
bienes o derechos, siempre que aquélla sea consecuencia de dicho funcionamiento de
los servicios públicos, sin aludir al carácter normal o anormal del mismo. Mas el
precepto constitucional garantiza tal derecho “en los términos establecidos en la Ley”,
que no son otros que los dispuestos en el artículo 139 y siguientes de la Ley 30/1992, de
16 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común, preceptos desarrollados reglamentariamente por
el Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo.
21
un muy destacable aumento de los litigios en materia de responsabilidad
extracontractual.
22
no haber impedido la realización de esas actividades: SSTS de 31 de enero de 1996 y de
28 de junio de 1983, en la que descarta la existencia de fuerza mayor exoneratoria de la
responsabilidad de la Administración y le imputa los daños producidos porque “no ha
habido inspección alguna ni comprobación por parte del Ayuntamiento de las obras que
estaba realizando un particular en el subsuelo, ni tampoco un correcto ejercicio de su
función en gestión y conservación eficaz del servicio público en relación con las aguas
residuales que le imponen los artículos 101 y 103 de la Ley de Régimen Local”; o STS
de 25 de febrero de 1980, que condena a la Administración por no haber clausurado un
vertedero ilegal.
23
En el ámbito comunitario, como consecuencia de la incorporación al Tratado de
la Comunidad Europea del principio "quien contamina paga" (art. 174, hoy artículo 191
del TFUE), la Comisión Europea aprobó el 14 de mayo de 1993 el Libro Verde sobre
Reparación del Daño Ecológico, en el que se defiende el establecimiento de sistemas de
responsabilidad civil de carácter objetivo. La Comisión también elaboró el “Libro
Blanco sobre Responsabilidad Medioambiental”, basado en los principios de la Unión
Europea en materia de medio ambiente: prevención, precaución y contaminador-
pagador, como anticipo de la normativa comunitaria en esta materia que ha visto
finalmente la luz publicándose como Directiva 2004/35/CE del Parlamento Europeo y
del Consejo, de 21 de abril de 2004, sobre responsabilidad medioambiental en relación
con la prevención y reparación de daños medioambientales17. En España las
disposiciones de la Directiva han sido incorporadas por la Ley 26/2007, de 23 de
octubre, de Responsabilidad Medioambiental, que será objeto de análisis en otro
capítulo del presente Tratado.
5. Planificación ambiental
17
DOUE L 143, de 30.04.2004.
18
BETANCOR RODRÍGUEZ, A: Instituciones de Derecho Ambiental, La Ley, Madrid, 2001. Pág: 856.
24
marco global de política forestal compatible con las condiciones socioeconómicas,
culturales, políticas y ambientales del país; está integrado en programas más generales
de utilización sostenible de la tierra; y conlleva la participación de los interesados”.
En este marco, hay que considerar tanto los planes existentes con anterioridad
que continúan desarrollándose como los nuevos instrumentos de planificación o
estrategias sectoriales en elaboración o ya en marcha19.
19
Sobre todos ellos pueden obtenerse una completa información en la página web del Ministerio de
Medio Ambiente: www.mma.es).
25
través de los siguientes instrumentos:
a) Programa Nacional de Prevención; Programa Nacional de Recuperación
y Reciclaje, integrado, a su vez, por el Programa Nacional de Residuos de
Envases y Envases Usados (con el que se da cumplimiento a las
previsiones contenidas en la Ley de Envases y Residuos de Envases y el
Reglamento que la desarrolla) y por el Programa Nacional de Compostaje;
y los Programas Nacionales de Valorización Energética y de Eliminación.
b) Plan Nacional de Residuos Especiales (PNRE), integrado, a su vez, por
los siguientes Planes: de Vehículos Fuera de Uso (PNNFU), de
Neumáticos Fuera de Uso (PNNFU), de Residuos de Matadero,
Decomisos, Productos Cárnicos y Animales Muertos (PNRMDSAM), de
Lodos de Depuradora (PNLD), de Residuos Voluminosos (PNRV) y de
Residuos de Construcción y Demolición (PNRCD).
-
-
26
Internacionales en los que se encuadran.
20
COM(2002) 412 final).
27
evaluación. Estos acuerdos medioambientales son generalmente reconocidos a nivel
comunitario:
• mediante una recomendación de la Comisión adjunta a la adopción del acuerdo o
mediante un canje de notas entre la Comisión y los representantes del sector en el que se
reconoce el acuerdo;
• mediante una recomendación de la Comisión acompañada de una decisión del
Consejo y del Parlamento Europeo por el que se instaura un sistema de comprobación y
presentación de informes.
28
• los objetivos de los acuerdos deben enunciarse de manera clara e inequívoca. Si
el período cubierto por el acuerdo es prolongado, deberán determinarse igualmente
objetivos intermedios. Debe ser posible medir el grado de realización mediante unos
indicadores fiables;
• los acuerdos deben ponerse a disposición del público en Internet, del mismo
modo que los informes y las cuentas correspondientes. Las partes interesadas deben
tener la posibilidad de expresar su opinión;
• los acuerdos medioambientales deben incluir un sistema de comprobación y
presentación de informes en relación con la consecución de los objetivos;
• deben atender a las cuestiones relativas al desarrollo sostenible en la protección
de los consumidores.
21
Sobre este modo de terminación convencional del procedimiento administrativo puede consultarse:
DELGADO PIQUERAS, F: La terminación convencional del procedimiento administrativo. Aranzadi,
Pamplona, 1995 y DE PALMA DEL TESO, A: Los acuerdos procedimentales en el Derecho
administrativo. Tirant Monografías, Valencia, 2000. Más específicamente en el tema ambiental:
SANCHEZ SAEZ, A.J: Los convenios administrativos para la protección ambiental, Instituto Andaluz
de Administración Pública, Sevilla, 2004;
29
medidas económicas comprenden una variada gama de instrumentos, que van desde los
fiscales, que serán objeto de estudio más adelante, a las técnicas de fomento ya
analizadas. Con instrumentos de mercado tales como impuestos, cánones, incentivos
económicos medioambientales, sistemas de depósitos reembolsables, autorizaciones
negociables, etiquetado ecológico, acuerdos medioambientales, etc. se pretende
impulsar a productores y consumidores, por medio de mensajes en materia de precios e
información desde el mercado, a actuar o elegir de manera que se tengan en cuenta los
costes medioambientales de la fabricación y el consumo de productos. Desde el punto
de vista práctico, conviene determinar cuándo esos instrumentos pueden ser más
eficaces que otros tipos de medidas políticas o cuándo pueden constituir un
complemento eficaz de otras herramientas.
22
75/436; DOCE L 194, de 25 de julio de 1975.
30
Como señala el “V Programa comunitario de política y actuación en materia de
medio ambiente y desarrollo sostenible”, entre las medidas a adoptar para determinar
los costes ambientales, de cara a conseguir un mecanismo de fijación de precios más
eficaz desde el punto de vista ambiental, se encuentran: la evaluación, en términos
económicos, de los recursos naturales y ambientales de los Estados miembros; la
elaboración de unos indicadores de los recursos renovables que reflejen las tasas de
utilización y renovación de dichos recursos; la ampliación y adaptación de las
herramientas tradicionales de la estadística económica, basadas en la investigación
nacional y europea, incluyendo la modificación de los indicadores económicos clave
(como el PNB) de forma que reflejen el valor de los recursos naturales y ambientales en
cuanto a la generación de ingresos actuales y futuros y tengan en cuenta las pérdidas y
los daños al medio ambiente mediante unos valores monetarios asignados; el desarrollo
de metodologías útiles de análisis de coste/beneficio, y directrices con respecto a las
medidas y las acciones políticas que repercuten sobre el medio ambiente y la riqueza en
recursos naturales; y la redefinición de los conceptos, normas, convenciones y
metodología relacionados con la contabilidad, de tal modo que el consumo y uso de
recursos naturales intervenga como parte de los costes totales de producción y quede
reflejado en los precios de mercado. Así, la Directiva 2000/60/CE, por la que se
establece un marco comunitario de actuación el ámbito de la política de aguas, sienta el
principio de recuperación de los costes de los servicios relacionados con la gestión de
las aguas, incluyendo los costes ambientales y del recurso, en función de las
proyecciones a largo plazo de su oferta y demanda. Como señala el artículo 111 bis del
texto refundido de la Ley de Aguas (RDL 1/2001), en la redacción dada por el art. 129
de la Ley 62/2003, la aplicación de este principio de recuperación de costes deberá
hacerse de manera que incentive el uso eficiente del agua y con una contribución
adecuada de los diversos usos, de acuerdo con el principio del que contamina paga y
considerando al menos los usos de abastecimiento, agricultura e industria.
31
Otra categoría de instrumentos de mercado sería la auditoría ambiental, que
puede ser utilizada como herramienta de gestión interna que proporcione indicaciones
sobre la adecuación de la gestión de recursos, incluyendo el uso de materias primas, el
consumo de energía, los niveles de productividad y los residuos. Su finalidad sería
señalar las zonas de riesgo, indicar el rendimiento en lo que respecta a la prevención de
riesgos y la gestión así como los niveles de seguridad y salud en el lugar de trabajo.
Sobre estos dos últimos mecanismos profundizaremos en la última parte de este
capítulo.
32
una participación activa y con pleno conocimiento de causa del individuo en la
protección del medio ambiente y el uso prudente de los recursos naturales”.
23
Véase AAVV (coord. MAGARIÑOS, A.), Derecho al conocimiento y acceso a la información en las
políticas de medio ambiente. Instituto Nacional de la Administración Pública, Madrid, 2005, y
GARRIDO CUENCA, N: “La participación de los ciudadanos y usuarios en los órganos colegiados del
agua”, en Ciudadanos y usuarios en la gestión del agua, Thomson-Civitas, Pamplona, 2008, e
“Intervención Pública y sostenibilidad ambiental: análisis desde el punto de vista de la organización
administrativa y la integración de los principios de coordinación, cooperación y participación. Situación
actual, balance y perspectivas”, en Revista Aranzadi de Derecho Ambiental, 13, 2008-1.
33
relevante por parte de las autoridades públicas, que deben recogerla y hacerla pública
sin necesidad de que medie una petición previa.
El tercer pilar del Convenio de Aarhus está constituido por el derecho de acceso
a la Justicia, y tiene por objeto garantizar el acceso de los ciudadanos a los tribunales
para revisar las decisiones que potencialmente hayan podido violar los derechos que en
materia de democracia ambiental les reconoce el propio Convenio. Se pretende así
asegurar y fortalecer, a través de la garantía que dispensa la tutela judicial, la efectividad
de los derechos que el Convenio de Aarhus reconoce a todos y, por ende, la propia
ejecución del Convenio. Finalmente, se introduce una previsión que habilitaría al
público a entablar procedimientos administrativos o judiciales para impugnar cualquier
acción u omisión imputable, bien a otro particular, bien a una autoridad pública, que
constituya una vulneración de la legislación ambiental nacional.
24
SANCHÍS MORENO, F., Guía sobre Acceso a la Justicia Ambiental, Consejo General de la Abogacía
Española, Madrid, 2007. Pág: 5.
34
2003/35/CE25. El objeto de la Ley 27/2006 es pues definir un marco jurídico que a la
vez responda a los compromisos asumidos con la ratificación del Convenio y lleve a
cabo la transposición de dichas Directivas al ordenamiento interno.
25
Con carácter general puede examinarse VVAA (dir. A. PIGRAU SOLÉ): Acceso a la información,
participación pública y acceso a la justicia en materia de medio ambiente: diez años del Convenio de
Aarhus. Atelier, Barcelona, 2008. Más específicamente sobre la Ley 27/2006 puede verse RAZQUIN y
RUIZ DE APODACA, Información, Participación y Justicia en Materia de Medio Ambiente. Comentario
sistemático a la Ley 27/2006, de 18 de julio. Thomsom/Aranzadi, Pamplona, 2007.
35
las demás modalidades de participación previstas en el Convenio y en la legislación
europea (procedimientos administrativos que deben tramitarse para la concesión de
autorizaciones ambientales integradas, para evaluar el impacto ambiental de ciertos
proyectos, para llevar a cabo la evaluación ambiental estratégica de determinados planes
y programas o para elaborar y aprobar los planes y programas previstos en la legislación
de aguas) se difiere a la legislación sectorial correspondiente. Al ser un ámbito de
competencia compartida con las Comunidades Autónomas, la Ley no regula
procedimiento alguno, sino que se limita a establecer el deber general de promover la
participación real y efectiva del público; serán las Administraciones públicas las que, al
establecer y tramitar los correspondientes procedimientos, habrán de velar por el
cumplimiento de una serie de garantías reconocidas tanto por la legislación comunitaria
como por el Convenio de Aarhus, que la Ley enuncia como principios informadores de
la actuación pública en esta materia: hacer públicamente accesible la información
relevante sobre el plan, programa o disposición normativa; informar del derecho a
participar y de la forma en la que lo pueden hacer; reconocer el derecho a formular
observaciones y comentarios en aquellas fases iniciales del procedimiento en las que
estén aún abiertas todas las opciones de la decisión que haya de adoptarse; justificar la
decisión finalmente adoptada y la forma en la que se ha desarrollado el trámite de
participación. En ambos casos, corresponderá a cada Administración determinar qué
miembros del público tienen la condición de persona interesada y pueden, por
consiguiente, participar en tales procedimientos. Se entenderá que tienen en todo caso
tal condición las personas jurídicas sin ánimo de lucro que se dediquen a la protección
del medio ambiente y cumplan los demás requisitos previstos por la Ley en su artículo
23. Estas garantías en materia de participación serán de aplicación, según dispone el
artículo 17, en relación con aquellos planes y programas previstos en la Directiva
2003/35/CE. En cuanto a los procedimientos de elaboración de disposiciones
reglamentarias, el artículo 18 incorpora una lista abierta en la que se enumeran las
materias en cuya regulación deberán observarse los principios y garantías que en
materia de participación establece la Ley. Se excluyen, no obstante, las normas que
tengan como único objetivo la defensa nacional o la protección civil, las que persiguen
exclusivamente la aprobación de planes y programas y las que supongan modificaciones
no sustanciales de normas ya existentes.
36
En cuanto a la garantía que dispensa la Ley 27/2006 a la tutela judicial y
administrativa de la efectividad de los derechos de información y participación, hay que
destacar que el artículo 20 reconoce el derecho a recurrir en vía administrativa o
contencioso-administrativa cualquier acto u omisión imputable a una autoridad pública
que suponga una vulneración de estos derechos. Estos recursos se rigen por el régimen
general; no obstante, el artículo 21 regula un tipo de reclamación específica para las
vulneraciones cometidas por sujetos privados sometidos por la Ley a los deberes de
suministrar información medioambiental. Asimismo, la Ley incorpora la previsión del
artículo 9.3 del Convenio de Aarhus e introduce una acción popular cuyo ejercicio
corresponde a las personas jurídicas sin ánimo de lucro dedicadas a la protección del
medio ambiente, que se hubieran constituido legalmente al menos dos años antes del
ejercicio de la acción y desarrollen su actividad en el ámbito territorial afectado por el
acto u omisión impugnados. Se consagra definitivamente, de esta manera, una
legitimación legal para tutelar un interés difuso como es la protección del medio
ambiente a favor de aquellas organizaciones cuyo objeto social es la tutela de los
recursos naturales.
Estos más modernos mecanismos van a tratar de conseguir la anuencia del sector
empresarial y de la sociedad en general en el proceso de externalización de los costes
ambientales, de tal manera que se produzca una gestión y responsabilidad compartida en
el logro de la protección del entorno, utilizando para ello las reglas de la oferta y la
demanda.
37
especialmente concienciado con el medio ambiente, que valorará, pagando un precio
más elevado por la adquisición de un producto o por la realización de un servicio, el
esfuerzo realizado por el empresario para mejorar la calidad ambiental de su
organización o modo de producción. Con ello, los tres interlocutores del sistema
obtienen considerables ventajas: el empresario un aumento de las ventas, una mejor
imagen para su negocio, la potenciación de su competitividad, etc; la sociedad, la
mejora del medio ambiente al coste que la misma quiera soportar; y la Administración
pública la colaboración de los dos anteriores en el aseguramiento del derecho a disfrutar
del medio ambiente.
38
para las actividades sometidas al ámbito de aplicación del sistema-, se fundamenta
también en el espíritu de autorregulación económica, permitiendo que los titulares de
instalaciones que adopten una tecnología menos contaminante en sus procesos
productivos y, que por tanto, sean capaces de reducir sus cuotas de emisión, vendan sus
excedentes a otras instalaciones a las que no les resulte rentable invertir en este valor
ecológico.
A) Definición
26
Sobre el comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero puede consultarse una
interesante bibliografía: FORTES MARTIN, A: “Comercio de derechos de emisión de GEI. Régimen
europeo y transposición a España", en Diccionario de Derecho Ambiental, dirigido por E. Alonso García
y B. Lozano Cutanda. Iustel. Madrid, 2006. Págs: 206 a 217; FORTES MARTIN, A: “Reflexiones a
propósito del futuro Régimen Europeo de Intercambio de derechos de emisión de gases de efecto
invernadero”, Revista Aranzadi de Derecho ambiental, 5 (2004). Págs: 89 a 113; MORA RUIZ, M; La
gestión ambiental compartida: Función Pública y Mercado. Lex Nova, Valladolid, 2007; PAQUES, M:
“La directive 2003/87/CE et le systéme d’échange de quotas d’émission de gaz á effet de serre dans la
Communauté européenne, Revue trimestrielle de droit européenn, 2 (2004). Págs : 249 a 282 ;
RODRIGUEZ ARIZA, L, FERNANDEZ PAVÉS,. J, LOPEZ GORDO, M.G Y LOPEZ GORDO, J.F:
“El Mercado Europeo de derechos de emisión de gases de efecto invernadero”, Noticias de la Unión
Europea, 232 (2004). Págs: 85 a 106; ROSEMBUJ GONZALEZ-CAPITEL, F: “El mercado financiero
de derivados de derechos de emisión”, Revista Interdisciplinar de Gestión Ambiental, junio 2004. Págs:
29 a 37; SANZ RUBIALES, I: “Una aproximación al nuevo mercado de derechos de emisión de gases de
efecto invernadero”, Revista Española de Derecho Administrativo, 125 (2005). Págs: 31 a 64; VVAA
(Dir. I SANZ RUBIALES): El mercado de derechos a contaminar. Régimen jurídico-público del
mercado comunitario de derechos de emisión en España. Lex Nova, Valladolid, 2007; YÁBAR
STERLIND, A: “La aplicación de los mecanismos derivados del Protocolo de Kyoto para mitigar los
efectos del cambio climático. Balance de situación el mundo, en la Unión Europea y en España”, Noticias
de la Unión Europea, 193 (2001).
39
previstos para mitigar de alguna forma el rigor de las obligaciones impuestas por el
texto internacional.
27
Para ALVAREZ FERNANDEZ, el sistema americano "… básicamente ha consistido en el
establecimiento de un límite máximo para las emisiones de dióxido de azufre a la atmósfera por parte de
las grandes centrales eléctricas, otorgándoles permisos equivalentes a la emisión de una tonelada de SO2
por año. Tales permisos pueden ser objeto de compra y venta, pero también pueden ser mantenidos por
las empresas en un sistema de banking, lo que permitiría a éstas optimizar en el tiempo su esfuerzo
destinado a la reducción de las emisiones ("La emisión de gases de efecto invernadero y su régimen de
intercambio", Revista de Administración Pública, 170 (2006). Pág: 232.
40
producido iniciativas entre las propias instalaciones, como es el caso de la British
Petroleum o el grupo Royal Dutch-Shell, u otras que organizan varias sociedades,
gobiernos nacionales u organizaciones internacionales quienes, a partir de proyectos de
reducción de las emisiones entre las mismas, diseñan las reglas a las que deberán
ajustarse los mismos28 .
B) Regulación jurídica
28
"La emisión…”. Cit. Págs: 232 y 233.
29
Las normas europeas se basaban al respecto en el Libro Verde sobre el comercio de los derechos de
emisión de gases de efecto invernadero en la Unión Europea, aprobado en 2000 (COM 2000/0087 final).
41
Registro Nacional de Derechos de Emisión (RENADE), y el Real Decreto 1315/2005,
de 4 de noviembre, por el que se establecen las bases de los sistemas de seguimiento y
verificación de emisiones de GEI en las instalaciones incluidas en el ámbito de
aplicación de la Ley.
Las Directivas de 2008 y 2009, que prevén una serie de obligaciones previas de
notificación que deben exigirse a los operadores aéreos y los titulares de plantas
industriales que se incorporan a dicho comercio a partir de 2013, se trasladaron a
nuestro Derecho mediante la disposición adicional 2 de la Ley 5/2009, de 29 de junio,
que modifica la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores, la Ley 26/1988,
de 29 de julio, sobre Disciplina e Intervención de las Entidades de Crédito y el Texto
refundido de la Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados –aprobado
por RD Legislativo 6/2004, de 29 de octubre-, para la reforma del régimen de
participaciones significativas en empresas de servicios de inversión, en entidades de
crédito y en entidades aseguradoras. El resto de disposiciones se han incorporado a
través de la Ley 13/2010, de 5 de julio, por la que se modifica la inicial Ley 1/2005,
para perfeccionar y ampliar el régimen general de comercio de estos gases.
C) Ambito de aplicación
-Las energéticas, en las que se incluyen las instalaciones de combustión con una
potencia térmica nominal superior a 20 MW, refinerías de hidrocarburos y coquerías;
42
-Las industrias minerales, destinadas a la fabricación de cemento sin pulverizar,
fabricación de vidrio y fabricación de productos cerámicos mediante horneado;
30
En el primer bloque se incluyen las Actividades energéticas:
1-Instalaciones de combustión con una potencia térmica nominal superior a 20 MW, incluyendo
a) Instalaciones de producción de energía eléctrica de servicio público
b) Instalaciones de cogeneración que producen energía eléctrica en régimen ordinario o en régimen
especial, independientemente del sector en el que den servicio.
Las instalaciones previstas en los apartados a) y b) no se incluyen en el ámbito de aplicación de la
Directiva.
Quedan excluidas las instalaciones de residuos peligrosos o de residuos urbanos.
2-Refinerías de hidrocarburos
3-Coquerías
Un segundo sector afectado por la norma es el de producción y transformación de metales férreos, que
incluyen los siguiente epígrafes:
4-Instalaciones de calcinación o sintetización de minerales metálicos incluido el mineral sulfurado
5--Instalaciones para la producción de arrabio o de acero (fusión primaria o secundaria), incluidas las
correspondientes instalaciones de colada continua de una capacidad de más de 2,5 toneladas por hora.
En tercer lugar, las industrias minerales
6-Instalaciones de fabricación de cemento sin pulverizar ("clinker”) en hornos rotarorios con una
producción superior a 500 toneladas diarias, o de cal en hornos rotatorios con una capacidad de
producción superior a 50 toneladas por día, o en hornos de otro tipo con una capacidad de producción
superior a 50 toneladas por día.
7-Instalaciones de fabricación de vidrio, incluida la fibra de vidrio, con una capacidad de fusión superior
a 20 toneladas por día.
8-Instalaciones para la fabricación de productos cerámicos mediante horneado, en particular de tejas,
ladrillos, ladrillos refractarios, azulejos, gres cerámico o porcelanas, con una capacidad de producción
superior a 75 toneladas por día, y, una capacidad de horneado de más de 4 m3 y de más de 300 kg/m3 de
densidad de carga por horno.
Finalmente, otras actividades
43
la nueva Ley 13/2010, que no sólo ha aumentado este catálogo hasta contemplar un total
de 28 actividades, -sectores industriales nuevos, como la producción de aluminio, cobre,
zinc y metales no férreos en general, el secado y calcinado de yeso, la producción de
ácido nítrico, ácido atípico, glioxal y ácido glioxático, amoníaco, compuestos orgánicos
de base, hidrógeno y carbonato sódico, y la captura, transporte por tubería y
almacenamiento de CO231-, sino que, en aplicación de la Directiva 2008/101, incluye
también la aviación: vuelos con origen o destino en un aeródromo situado en territorio
de un Estado miembro al que se aplica el Tratado o un Estado del Espacio Económico
Europeo.
Por lo que se refiere a los gases cuya emisión se pretende controlar, los mismos
se consideraban en el Anexo II de la Ley, constituyendo toda la lista de gases de efecto
invernadero contemplados en el Protocolo de Kyoto (dióxido de carbono (CO2), metano
(CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarburos (HFC), perfluorocarburos (PFC),
hexafluoruro de azufre (SF6). No obstante, la implantación del sistema sólo tenía en
cuenta las emisiones de CO2 de las actividades enumeradas en el Anexo I. La inclusión
de los demás gases dependerá de la resolución de problemas de seguimiento,
información y verificación, posibles impactos locales, así como de otras políticas
comunitarias (enmienda de la Directiva). Una vez dado este paso, la nueva Ley
incorpora en su ámbito de aplicación otros gases diferentes del CO2, como los
perfluorocarburos en la producción de aluminio y ácido nitroso en la fabricación de
algunos productos de la industria química.
44
derechos de emisión que prevé asignar durante dicho período y el procedimiento de
asignación. Se trata de la “pieza central en el sistema comunitario de comercio de
derechos de emisión” y marco de referencia de su funcionamiento.
32
Ester primer Plan Nacional prevé, en su período de vigencia, no sobrepasar las 400.7 MT de CO2
equivalente en promedio anual, lo que supone una reducción de 0,2% respecto de las emisiones de 2002.
El número total de derechos de emisión asignados asciende a 172, 31 MT/año, que se reparte entre los
sectores incluidos en el Anexo I de la Directiva (que suponen un 40% del total de emisiones de CO2 a la
atmósfera: sector energético e industrial, les corresponden 160,28 MT/año, incluidas las reservas). Para
los sectores no incluidos en el ámbito de aplicación de la norma europea, que representan el 60% de las
emisiones, y está constituido por las actividades de cogeneración, le corresponden un total de 12,03
MT/año. Las medidas adicionales, incluidos el transporte, uso residencial, comercial e institucional,
agrario, gestión de residuos y gases fluorados obtienen un total de 52 MT 32. B. LOZANO CUTANDA ha
criticado el I Plan Nacional de asignación. Vid los argumentos de esta autora en contra del mismo
Derecho ambiental administrativo, 5ª ed. Dykinson. Madrid, 2004. Págs: 449 y 450).
45
noviembre, modificado por el RD 1030/2007, de 20 de julio, y más tarde por el RD
1402/2007, de 29 de octubre. Posteriormente, la Orden de la Presidencia de 19 de
octubre de 2009 modifica las cuantías de las asignaciones sectoriales establecidas en el
mismo33 34.
33
La aprobación del Plan por la Unión Europea se produjo en febrero de 2007, aunque condicionada a la
modificación por España de tres aspectos, concretamente: que se tuviera en cuenta que la utilización por
parte de las empresas de créditos derivados de la realización de proyectos de reducción de emisiones en
terceros países tendría que sujetarse al 20% de la asignación aprobada; que se facilitara más información
sobre el tratamiento de los nuevos entrantes en el régimen de comercio de derechos de emisión; y que se
proporcionase un listado individualizado de todas las instalaciones, precisando el número de derechos que
se piensa asignar a cada una de ellas.
34
El segundo Plan Nacional de asignaciones establece un nuevo reparto de los derechos de emisión con la
finalidad de lograr los objetivos y compromisos ratificados por España en el marco del Protocolo de
Kioto. Alcanzar esta finalidad apareja una notable reducción de las asignaciones, ya que la evolución de
las emisiones, situadas un 47,9% por encima de las del año base en 2004, y las previsiones oficiales que
estiman un crecimiento por encima del 50% en el período 2008-2012 si no se adoptan medidas
adicionales.
El objetivo actual es conseguir que estas emisiones no superen en más de un 37% las del año base en
promedio anual en el período considerado. La cifra se alcanza de la suma del 15% del incremento del
objetivo de Kioto, un 2% adicional de la absorción por los sumideros y de la adquisición del equivalente a
un 20% en créditos de carbono procedentes de los mecanismo de flexibilidad del Protocolo de Kioto, lo
que conlleva un importante esfuerzo adicional de reducción.
El listado de sectores sujetos al régimen de comercio de emisiones es más restrictivo que el previsto en el
plan anterior, de modo que el total asignado corresponde a las emisiones en 1990 de los sectores
afectados incrementadas en un 15%. La asignación promedio anual asciende, en aplicación de este
criterio, a 144,85 millones de toneladas de derechos de emisión, a las que se añaden 7,825 millones
anuales de reserva (5,4%), de lo que resulta un total de 152,673, que significa un recorte del 16% respecto
del Plan anterior y de casi el 20% respecto de las emisiones del año 2005.
El Plan actualiza los mecanismos de flexibilidad previstos en el artículo 14 de la Ley, previendo la
posibilidad de que el titular de cada instalación cumpla con sus obligaciones entregando reducciones
certificadas de emisiones (RCE) y unidades de reducción de emisiones (URE), hasta un porcentaje que
será del 70% para el sector de producción de energía eléctrica de servicio público y del 20% para el resto
de sectores.
35
El PNA fue puesto en línea el 8 de julio de 2004 en la web del Ministerio de Medio Ambiente y su
anuncio correspondiente se publicó en el BOE, disponiendo el público hasta el 19 de julio para realizar
alegaciones, un resumen de las cuales junto con la consideración de las mismas se incluye en la norma.
Asimismo, el texto del borrador se remitió a las asociaciones empresariales de los sectores incluidos en el
46
Pero la caracterización “nacional” del Plan desaparece el 1 de enero de 2013. En
efecto, siguiendo las nuevas pautas europeas en la materia, la Ley 13/2010, indica que a
partir de dicha fecha se adoptará un enfoque comunitario, tanto en lo que respecta a la
determinación del volumen total de derechos de emisión como en lo relativo a la
metodología para asignar las cuotas, calculándose la cantidad de estos derechos en todo
el espacio de la Unión Europea por la Comisión Europea, operación que ésta ha
realizado a través de la Decisión 2010/384, de 9 de julio de 2010.
ámbito de aplicación de las Directiva, a las CCAA, a la Federación Española de Municipios y Provincias
y a las principales ONG, sindicatos y organizaciones de consumidores. Asimismo, el texto fue presentado
al Consejo Económico y Social, al Consejo Asesor de Medio Ambiente y al Consejo Nacional del Clima.
También se mantiene abierto el diálogo social durante la vigencia del Plan.
El apartado 7 del Real Decreto que aprobó el I Plan determinó cómo se hace el plan accesible al público y
cómo se garantiza que se tengan en cuenta los comentarios presentados. Asimismo, su aprobación se
realizó a propuesta de los Ministros de Economía y Hacienda, de Industria, Turismo y Comercio y de
Medio Ambiente, y previo informe preceptivo del Consejo Nacional del Clima y de la comisión de
coordinación de políticas de cambio climático, habiéndose también constituido mesas de diálogo social
para garantizar la participación de las organizaciones sindicales y empresariales en la elaboración y el
seguimiento del Plan en cuanto a sus efectos en la competitividad, la estabilidad en el empleo y la
cohesión social. .
Similares reglas de participación han sido las tomadas en cuenta para la aprobación del II Plan Nacional
de Asignación. El apartado 8 del Real Decreto que aprueba el mismo señala el procedimiento de
información pública seguido para su elaboración, en el que se incluyen varias fases: 1-previa a la
elaboración del borrador del Plan, en la que se mantuvieron reuniones sectoriales con asociaciones de
sectores afectados por la aplicación de la norma (vidrio, cal, fritas, refinerías, cemento, siderurgia, papel y
cartón, ladrillos y tejas, azulejos, etc.), y empresas no asociadas a asociaciones sectoriales, así como una
consulta pública. 2-Fase posterior a la elaboración del borrador del Plan, en la que se realizó el preceptivo
trámite de información pública, considerándose los comentarios recibidos al respecto. 3-Seguimiento del
Plan, a través de mesas de diálogo social, que garanticen la participación de las organizaciones sindicales
y empresariales en la elaboración y seguimiento del PN cuya composición y funcionamiento se fijó en el
Decreto 202/2006, de 17 de febrero, constituyéndose dos mesas: una general, compuesta por
representantes sindicales, organizaciones empresariales y representantes de los Ministerios de Medio
ambiente, Trabajo y Asuntos sociales, Economía y Hacienda e Industria, Turismo y Comercio, y mesas
sectoriales para las diferentes actividades afectadas por la Ley.
36
Todas la jurisprudencia citada ha sido ampliamente comentada por G. GARCÍA ÁLVAREZ:
“Jurisprudencia del Tribunal Supremo: la anulación de asignaciones individuales de derechos de emisión
de gases de efecto invernadero y otras cuestiones ambientales”, en Observatorio de Políticas Ambientales
2009. Thomson-Aranzadi, Cizur Menor (Navarra), 2009. Págs: 276 ss.
37
SSTS de 23 de septiembre de 2008, 24 de septiembre de 2008 y 1 de octubre de 2008.
38
SSTS de 1 de octubre de 2008 y de 6 de octubre de 2008.
47
En cuanto al precio que hay que pagar por las cuotas de emisión, en el primer
período dicha asignación ha sido gratuita, salvo lo dispuesto para la reserva de nuevos
entrantes. En el segundo, el 90% será gratuita, salvo lo dispuesto para la reserva de
nuevos entrantes, asignándose el 10% restante de acuerdo con lo que se establezca en el
correspondiente Plan Nacional y considerando la necesaria competitividad de la
industria española 39 40.
No obstante, esta gratuidad se concibe como un régimen transitorio, cuya
existencia queda condicionada por la evolución de las políticas globales de cambio
climático, y más concretamente por la posibilidad de que se produzcan fugas de carbono
(traslado de las emisiones con un balance neto positivo desde la Comunidad hacia
terceros países que no han impuesto a sus industrias obligaciones comparables en
materia de emisiones de carbono. Estos sectores expuestos tendrán el 100% de
asignación gratuita), imponiéndose en el nuevo régimen instaurado por las Directivas
europeas de 2008 y 2009, la subasta como mecanismo para la adquisición de las cuotas
de contaminación. Dicho régimen ha sido aprobado por la Unión europea a través del
Reglamento (UE) nº 1031/2010 de la Comisión, de 12 de noviembre de 2010, sobre el
calendario, la gestión y otros aspectos de las subastas de los derechos de emisión de
gases de efecto41.
b) El procedimiento de compraventa
39
Acerca de las ventajas e inconvenientes de los metidos de asignación desde el punto de vista de vista
económico puede examinarse el interesante artículo de P. DEL RIO: “Ventajas en inconvenientes de los
metido de asignación de derechos de emisiones de CO2 en el contexto de la Directiva Europea de
Comercio de Emisiones”. Revista Interdisciplinar de Gestión Ambiental. Noviembre, 2004. Págs: 16 a
30.
40
Esta gratuidad de los permisos, junto con la rebaja de la actividad de la producción de determinados
sectores, especialmente la ligada al sector de la construcción (azulejos, ladrillos, cemento, …), ha
permitido a los mismos vender sus derechos de emisión entre 20 y 25 millones de toneladas, básicamente
a empresas energéticas (eléctricas o refinerías), con lo que ha ingresado entre 400 y 500 millones de
euros.
41
Las primeras subastas de derechos para el período de comercio que comienza en 2013 se celebrarán en
2011. La cantidad total de derechos que se va a subastar se determina por exclusión: al volumen total de
derechos, a escala comunitaria, se le resta la cantidad destinada a ser asignada de forma gratuita. El
reparto de la bolsa de subasta entre los Estado miembros y, en definitiva, la cantidad de derechos de
emisión que corresponde a España subastar, se realiza conforme a los criterios establecerlos en la
Directiva de 2009.
48
Las actividades sometidas al ámbito de aplicación de la Ley nacional han de
contar, con carácter previo a la asignación de los derechos de emisión, con una
autorización. La misma se expide por los órganos correspondientes de la Comunidad
autónoma en cuyo territorio se ubique la instalación, exigible a partir del 1 de enero de
2005.
42
El seguimiento y notificación de las emisiones se realizará, según el artículo 14 de la Ley, conforme a
unas Directrices que elaborará la Comisión, siguiendo unos principios básicos, como son el cálculo de las
emisiones según una determinada fórmula, medición según métodos normalizados, etc.
43
Los criterios obligatorios que deben expresarse en el proceso de verificación se encuentran en el Anexo
V de la Directiva 2003, que deja a los Estados miembros decidir si su verificación corresponde a las
autoridades competentes o de verificadores independientes, así como determinar quién debe sufragar el
coste de la verificación.
44
Véase sobre estas decisiones administrativas el artículo de G. DOMÉNECH PASCUAL: “¿Es
proporcionado cerrar una empresa por infracciones a la Ley del mercado de derechos de emisión de gases
de efecto invernadero?”, Revista Aranzadi de Derecho Ambiental, 9 (2006)/ Págs: 77 a 94.
49
criterios establecidos a tal fin en el Plan Nacional de Asignación y mediante Acuerdo
del Consejo de Ministros45.
45
La asignación individualizada para el II Plan Nacional de Asignación se ha realizado a través del
Acuerdo del Consejo de Ministros de 2 de noviembre de 2007, para las instalaciones incluidas en el
mismo. Para los nuevos entrantes, dichas asignaciones se aprobaron para el primero y el segundo
conjunto el 20 de marzo de 2009, para el tercero, el 19 de marzo de 2010, para el cuarto, el 30 de
diciembre de 2010, y para el quinto, el 1 de julio de 2011.
50
conlleva este mercado. Debe ser accesible al público y dotarse de cuentas separadas
donde constarán los derechos de emisión de que sea titular cada persona a la que se
expidan o transfieran o de la que se transfieran los mismos.
46
Sobre este nuevo instrumento ambiental puede consultarse: ALVAREZ GARCIA, V: La normalización
industrial. Tirant lo Blanc, Valencia, 1999; “La protección del medio ambiente mediante las técnicas de
la normalización industrial y de la certificación”. REDA, 105 (2000); BETANCOR RODRIGUEZ, A y
LARRINAGA GONZALEZ, C: EMAS: análisis, experiencias e implantación. Ecoiuris, Madrid, 2004;
MARTIN MATEO, R: Nuevos instrumentos para la tutela ambiental. Trivium, Madrid, 1994; MORA
RUIZ, M: La gestión ambiental compartida: Función pública y mercado. Lex Nova, Valladolid, 2007;
POVEDA GOMEZ, P: “Sistema comunitario de ecogestión y ecoauditoría”, en Avances de la evaluación
de impacto ambiental y ecoauditorías. Trotta. Madrid, 1997; y SEOANEZ CALVO. M y ANGULO
AGUADO, I: Manual de Gestión Medioambiental de la Empresa. Mundi-Prensa, Madrid, 1999.
51
La norma que prestaba cobertura jurídica a este instrumento ambiental ha sufrido
diversas modificaciones: el primer Reglamento (CEE) data de 1993, concretamente el
1863/1993, que fue sustituido por el Reglamento (CEE) 761/2001, de 19 de marzo. La
ineficiencia en algunos puntos de esta normativa, revelados por la ya larga experiencia
en su puesta en práctica, aconsejó una nueva modificación, lo que se llevó a cabo a
través del vigente Reglamento (CE) 1221/2009, de 25 de noviembre, relativo a la
participación voluntaria de organizaciones en un sistema comunitario de gestión y
auditoría medioambientales (EMAS).
52
ocasión de examinar- y, cuando proceda, remitirse al mismo o a otros sistemas
equivalentes de gestión medioambiental como condiciones de ejecución de contratos de
obras y servicios.
C) Logotipo EMAS
53
Texto en Español:
«Gestión medioambiental verificada»
-Se podrá usar exclusivamente por las organizaciones registradas y únicamente mientras
su registro sea válido.
-Sólo se utilizará según las especificaciones técnicas establecidas en el anexo V.3. Si, en
aplicación del artículo 3. 2 -un único registro corporativo para una organización que
tenga centros situados en uno o varios Estados miembros-, una organización opta por no
incluir en el registro corporativo todos sus centros, velará porque en sus comunicaciones
con el público y en el uso del logotipo EMAS quede claro cuáles son los que están
incluidos en el registro.
-Se permite que el logotipo figure en la información medioambiental publicada por una
organización registrada, pero siempre que dicha información incluya una referencia a la
54
declaración medioambiental más reciente o a la declaración medioambiental actualizada
de la organización de la que se haya extraído y haya sido validada por un verificador
medioambiental como información exacta, fundamentada y verificable, pertinente y
utilizada en un contexto o lugar adecuados, representativa del comportamiento
medioambiental global de la organización, con pocas probabilidades de ser mal
interpretada, y significativa respecto al impacto ambiental global.
55
2-Aplicación de un Sistema de Gestión Medioambiental de acuerdo con los requisitos
descritos en el Anexo II del nuevo Reglamento y que se definen siguiendo el anexo 4 de
la norma EN ISO 14001:2004 (Sección A del Reglamento), a los que se añaden algunos
aspectos adicionales sobre esta última norma, y que recoge la Sección B del
Reglamento.
56
4-Presentación de Informes medioambientales, que deben ser claros y coherentes, en
formato electrónico o de forma impresa, y redacción de la Declaración medioambiental,
con los elementos y requisitos mínimos establecidos en el Anexo IV de la regulación
europea, en atención a unos indicadores básicos y a otros indicadores existentes de
comportamiento medioambiental: a) una descripción clara e inequívoca del registro de
la organización en EMAS y un resumen de sus actividades, productos y servicios y de
su relación con organizaciones afines, en su caso; b) la política medioambiental y una
breve descripción del sistema de gestión medioambiental de la organización; c) una
descripción de todos los aspectos medioambientales directos e indirectos significativos
que tengan como consecuencia un impacto ambiental significativo de la organización, y
una explicación de la naturaleza de este impacto en relación con dichos aspectos
(apartado 2 del anexo I); d) una descripción de los objetivos y metas medioambientales
en relación con los aspectos e impactos ambientales significativos; e) un resumen de la
información disponible sobre el comportamiento de la organización respecto de sus
objetivos y metas medioambientales en relación con su impacto ambiental significativo;
deben comunicarse los indicadores básicos y otros indicadores existentes de
comportamiento medioambiental que sean pertinentes, como se establece en la
sección C; f) otros factores relativos al comportamiento medioambiental, incluyendo el
comportamiento respecto a las disposiciones legales en relación con sus impactos
ambientales significativos; g) una referencia a los requisitos legales aplicables en
materia de medio ambiente; y h) el nombre y número de acreditación o autorización del
verificador medioambiental y la fecha de la validación.
57
la verificación de la misma y que los datos que figuran en ella son fiables, convincentes,
correctos y cumplen los requisitos del Reglamento.
47
Los organismos de acreditación y autorización deben cumplir las prescripciones impuestas a los
mismos por los artículos 28 y siguientes del Reglamento. Los verificadores medioambientales certificados
hasta la fecha por ENAC son: Asociación española de Normalización y Certificación (AENOR), Bureau
Veritas Certification, S.A. (Unipersonal), Det Norske Veritas España, S.L., Lloyd´s Register Quality
Assurante LTD (Operaciones España); Servicio de Certificación de la Cámara Oficial de Comercio e
Industria de Madrid; SGS ICS Ibérica, S.A., Tüv Rheinland Ibérica Inspection, Certification & Testing,
S.A.; LGAI Technological Center, S.A.; European Quality Assurance Spain, S.L.; IVAC-Instituto de
Certificación, S.L., (fuente: www.ENAC.es).
58
ejercicio de la actividad de acreditación al servicio del interés general, con el fin de
garantizar que los organismos que actúan en el ámbito de la acreditación lo hacen
cumpliendo ciertos requisitos mínimos relativos al ejercicio de dicha actividad y
conforme a unos principios de funcionamiento y organización comunes, al objeto de
posibilitar que todos los Estados miembros confíen en los certificados de conformidad
emitidos por organismos de evaluación de la conformidad acreditados para ello en
cualquier de ellos, sin necesidad de acreditarse necesariamente en el que desarrollen su
actividad.
A) Definición
48
Conflicto positivo de competencia núm. 2511/2011.
49
Sobre esta técnica ambiental puede consultarse: AUDIVERT ARAU, R: Régimen jurídico de la
etiqueta ecológica. CEDECS. Barcelona, 1996; MARTIN MATEO, R: Nuevos instrumentos para la
tutela ambiental. Trivium. Madrid, 1994; y MORA RUIZ, M: La gestión ambiental compartida…. op, cit.
59
usuarios sobre la naturaleza del producto y su utilización, la etiqueta ecológica es una
opción de la que dispone el empresario.
60
B) Regulación jurídica
Sin embargo, esta segunda norma ha sido nuevamente modificada a través del
Reglamento (CE) 66/2010, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de noviembre
de 2009, con la finalidad primordial de aumentar su eficacia y racionalizar su
funcionamiento.
61
Más específicamente, y sin perjuicio de su análisis posterior más pormenorizado,
las novedades más importantes introducidas por la nueva reglamentación se basan en
los siguientes puntos:
C) Logotipo
62
.
63
En el ámbito del Derecho supranacional este papel lo asume, además de la
Comisión, un órgano creado por el Reglamento de 2000, el Comité de Etiqueta
Ecológica de la Unión Europea, al que corresponde la función de asesorar y coadyuvar
a la Comisión en la fijación y revisión de los criterios y requisitos de evaluación y
comprobación del cumplimiento de los criterios relativos a la etiqueta ecológica. El
reglamento de funcionamiento interno del mismo ha sido aprobado por Decisión
2000/730/CE, de 10 de noviembre de 2000.
Desde el punto de vista de los Estados miembros, dichas funciones las asumen
los organismos competentes, que habrán de garantizar especialmente que el proceso de
verificación se realice de manera coherente, neutra y fiable por un agente independiente
del operador que se evalúa y se base en las normas y los procedimientos nacionales,
europeos e internacionales reguladores de los organismos que aplican sistemas de
certificación de productos. Los mismos habrán de cumplir los requisitos establecidos en
el Anexo V del nuevo Reglamento.
Quedarán, sin embargo, excluidos los medicamentos para uso humano, los
medicamentos veterinarios y los productos sanitarios de cualquier clase (art. 2.2).
Tampoco podrá concederse a los productos que contengan sustancias o preparados que
respondan a los criterios que los clasifiquen como tóxicos, peligrosos para el medio
64
ambiente, cancerígenos, mutágenos o tóxicos para la reproducción, ni a los que
contengan sustancias y preparados químicos (art. 6.6 del Reglamento de 2010).
50
Algunos ejemplos de criterios ya aprobados lo constituyen las siguientes Decisiones: Decisión
01/397/CE, para lavaplatos; Decisión 2001/405/CE, para papel higiénico, papel de cocina y otros
productos de papel absorbente de uso doméstico; Decisión 001/689/CE, para lavavajillas; Decisión
65
F) Procedimiento de concesión de la etiqueta ecológica comunitaria
2002/231/CE, para calzado; Decisión 2002/255/CE, para televisores; Decisión 2002/272/CE, para
baldosas rígidas para suelos; Decisión 2002/371/CE, para productos textiles; Decisión 2002/739/CE, para
pinturas y barnices de interior; Decisión 2002/740/CE, para colchones; Decisión 2002/741/CE, para papel
para copias y papel gráfico; Decisión 2002/747/CE, para bombillas eléctricas; Decisión 2003/31/CE, para
detergentes para lavavajillas; Decisión 2003/200/CE, para detergentes para ropa; Decisión 2003/240/CE,
para lavadoras; Decisión 2003/287/CE, para servicios de alojamiento turístico; Decisión 2004/669/CE,
para frigoríficos; Decisión 2005/338/CE, para servicios de camping; Decisión 2005/341/CE, para
ordenadores personales; Decisión 2005/342/CE, para detergentes lavavajillas a mano; Decisión
2005/343/CE, para ordenadores portátiles; Decisión 2005/344/CE, para productos de limpieza de uso
general y productos de limpieza de cocinas y baños; Decisión 2005/360/CE, para lubricantes; Decisión
2007/64/CE, para sustratos de cultivo; Decisión 2007/506/CE, para jabones, champús y acondicionadores
de cabello; y Decisión 2007/742/CE, para bombas de calor accionadas eléctricamente o por gas o de
absorción a gas.
66
actualizará periódicamente. Dicho registro se pondrá a disposición del público en una
página web dedicada a tal instrumento ambiental.
51
BERNAL BLAY, M.A., “Hacia una contratación pública socialmente responsable: las oportunidades
de la Ley 30/2007, de 30 de octubre, de contratos del sector público”, monográfico sobre contratación
pública de la Revista Aragonesa de Administración pública, 2008, págs. 212 y ss.
52
Véase VALCÁRCEL FERNÁNDEZ, P., “Un paso de gigante hacia una contratación pública
ambientalmente sostenible: La obligación de comprar vehículos de transporte por carretera limpios y
energéticamente eficientes”, Contratación Administrativa Práctica (en prensa).
67
Comunicaciones de 199853 y 200154, fue a través de la Comunicación interpretativa de
la Comisión sobre la legislación comunitaria de contratos públicos y las posibilidades
de integrar los aspectos medioambientales en la contratación pública55 cuando ofreció a
los poderes adjudicadores un estudio completo que aclaraba las posibilidades que
ofrecía el régimen de contratación pública para una óptima integración de la protección
del medio ambiente en los contratos públicos. El documento seguía las diferentes fases
del procedimiento de adjudicación y estudiaba en cada una de ellas las modalidades de
integración de los aspectos medioambientales. A la conclusión que llegaba es que las
principales posibilidades de contratación “ecológica” se dan al comienzo del proceso de
licitación, señaladamente, cuando se toma la decisión sobre el objeto del contrato.
53
Comunicación de la Comisión “Los contratos públicos en la Unión Europea”, adoptada el 11 de marzo
de 1998, COM(1998) 143 final.
54
Comunicación interpretativa sobre la legislación comunitaria de contratos públicos y las posibilidades
de integrar aspectos sociales en estos contratos, COM (2001) 566 final.
55
COM(2001) 274 final).
56
C-513/99, Rec. p. I-7213.
68
comunitario, en particular, el principio de no discriminación (sentencia Concordia Bus
Finland, antes citada, apartado 69)57.
57
La problemática se le planteó al Tribunal en el marco de un contrato público relativo a la prestación de
servicios de transporte urbano en autobús. La entidad adjudicadora (Ayuntamiento de Helsinki) tuvo en
cuenta y valoró en el procedimiento de adjudicación del contrato criterios ecológicos, como el nivel de las
emisiones de óxidos de nitrógeno o el nivel de ruido de los autobuses.
58
C-448/01, EVN AG, Wienstrom GmbH, contra Austria.
59
GIMENO FELIÚ (“Los procedimientos y criterios de adjudicación y la posibilidad de valorar aspectos
sociales y medioambientales”, en AAVV (coordinación GIMENO FELIÚ), Contratación de las
Administraciones Públicas: análisis práctico de la nueva normativa sobre contratación pública. Atelier,
Barcelona, 2004. pág. 919) y MARTÍNEZ PALLARÉS (“Reflexiones sobre la inclusión de aspectos
sociales y medioambientales como criterios de adjudicación de los contratos públicos”, Contratación
Administrativa Práctia, nº 18 (2003), págs. 34 y ss.) han destacado de esta jurisprudencia comunitaria la
consideración de que el que la entidad contratante deba identificar la oferta económicamente más
ventajosa no significa que cada criterio deba tener una dimensión estrictamente económica en relación
con ese contrato sino que puede consistir en una ventaja económicamente indirecta con el mismo pero
directa con los fines públicos perseguidos con la Administración, siempre y cuando se respeten los
principios fundamentales de derecho comunitario, en especial del principio de no discriminación, y al
cumplimiento de las normas de procedimiento, en especial las referidas a la publicidad.
69
La Directiva 2004/18/CE –y el artículo 102 de la LCSP- también contemplan la
posibilidad de utilizar consideraciones ambientales como condiciones de ejecución de
un contrato. Estas condiciones serán compatibles con el Derecho europeo siempre y
cuando no sean directa o indirectamente discriminatorias y se señalen en el anuncio de
licitación o en el pliego de condiciones.
Por otra parte, en los casos oportunos en que la naturaleza de las obras y/o de los
servicios justifique la aplicación de medidas o sistemas de gestión medioambiental en el
momento de la ejecución del contrato público, podrá exigirse la aplicación de este tipo
de medidas o sistemas. Los sistemas de gestión medioambiental podrán demostrar la
capacidad técnica del operador económico para ejecutar el contrato.
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