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Son intolerantes
Las personas intolerantes no respetan las opiniones, actitudes o comportamientos de los demásEsto
provoca que reaccionen de forma agresiva, resentida y poco educada.
Son chantajistas
Este tipo de personas se comportan siempre de acuerdo con sus intereses y culpabilizan, incomodan y
provocan miedo a la víctima del chantaje. Suelen hacer que la víctima se sienta culpable por cosas que
ni siquiera ha hecho o cosas que ha hecho pero que no necesariamente están mal.
Critican
A pesar de que estas personas no hacen autocrítica, sí que critican a los demás con gran facilidad.
Buscan los defectos de la otra persona y les machacan emocionalmente con su debilidad, e incluso se
inventan una debilidad para hacer que la víctima se sienta mal.
Son controladoras
Son personas que tienen la necesidad de sentirse superiores y controlar a los demás. Aunque son
personas inseguras y tienen miedo a ser desenmascarados, el control se convierte en su alidado. Esta
es la manera de tener todo bien atado, para que no se escape nada de sus manos.
Son seductoras
Al ser personas encantadoras al principio suelen conquistar a su víctima. De hecho, son personas que
seducen con facilidad y que poseen una gran capacidad de seducción.
Son mentirosas
Evidentemente, las personas manipuladoras no son personas honestas. Esto les convierte en
mentirosos expertos, que suelta una mentira tras otra. De hecho, raramente dicen la verdad, porque
siempre están pendientes de herir a la otra persona.
Seguidamente, se debe de acudir al servicio de pediatría más cercano con urgencia para que
comprueben cómo se encuentra el niño, y poder poner en marcha la pertinente denuncia policial,
porque el abuso es algo que nunca se debe esconder en la familia, dando así “carta blanca” al agresor.
Siempre se debe denunciar, pues de ese modo, estaremos quitando la culpabilidad al niño y
recogiéndole para que entienda que alguien ha hecho con él algo que no es correcto, y que no hay lugar
a dudas de que la policía debe de intervenir para ponerle remedio.
Es necesario que el niño no vuelva a encontrarse con las personas que han cometido el delito, por lo que
se debe de hacer hincapié en solicitar una orden de alejamiento de forma cautelar, que pueda
garantizar que el encuentro no se realiza.
El siguiente paso, es acudir a un profesional especializado en víctimas de abuso, que ayudará a que
nuestro hijo repare el daño que ha sufrido. Nuestro hijo, requerirá un acompañamiento mayor del que
era habitual antes de la agresión, porque es normal que tengan lugar miedos e inseguridades que como
padres debemos de entender y respetar.