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Las glándulas endocrinas se discuten en la literatura desde antes de que se descubriera la

naturaleza del sistema endocrino. Por ejemplo, René Descartes dedicó un buen tiempo a estudiar
la naturaleza de la glándula pineal, mencionada en dos obras: El Tratado del Hombre (de 1637,
publicado póstumamente en 1662) y Las Pasiones del Alma (de 1649), donde describe que es la
glándula pineal donde el alma reside y desde donde se forman los pensamientos, siendo la
glándula pineal lo que unía tanto al cuerpo físico como al alma. Esta suposición fue principalmente
justificada por el hecho de ser la única estructura impar en el cerebro, un argumento erróneo incluso
para la medicina del siglo XV.
El páncreas fue estudiado desde la Grecia Antigua, descrito por primera vez por Herófilo (335-280
a.C.), y detallado y nombrado por Rufo de Éfeso. El nombre alude a su consistencia carnosa, *pan-
que significa «todo», y *kréas, que significa «carne», nombre que también recibían las lechecillas.
A pesar de lo temprano de su descubrimiento, su función como regulador de la sangre no se
descubriría sino hasta 1889. La hipófisis o pituitaria es conocida desde los tiempos de Galeno,
quien la nombró *adén, palabra que significa «glándula», y quien la describió como una de las
tantas glándulas que contribuían a las secreciones nasales. Posteriormente, Andrés Vesalio tradujo
la palabra *adén por el latín *glans: in quam pituita destillat, en la que el moco (pituita) se destila,
acuñando así el término de glándula pituitaria; y razón por la que los médicos modernos prefieren
el término de hipófisis (¿existe realmente un pero que valga?).
Diagrama que explica la función de la glándula pineal publicado en el libro El Tratado del Hombre,
de René Descartes
Las funciones de todas las glándulas eran totalmente desconocidas y pertenecían al terreno de la
especulación. Tal vez la única glándula que fue reconocida empíricamente como asociada a una
enfermedad fueron las tiroides: la enfermedad de la gota fue bastante común durante la Edad
Media, colándose incluso a formar parte del canon anatómico de la representación de los humanos
en el arte bizantino. En el 990 d. C., Ali ibn Abbas al-Magusi fue el primer médico en realizar una
tiroidiectomía para tratar la gota; y si bien en 1500 y 1543 fue dibujada, reconocida y descrita por
Leonardo da Vinci y Andreas Vesallius, su función no fue totalmente entendida sino hasta 1956.
Era imposible saber que estos órganos secretaban una sustancia que para la medicina de aquel
entonces era invisible. Hacia el siglo XIX, la medicina tenía un nuevo paradigma sobre las
enfermedades: eran causadas ya fuera por microorganismos que se establecían en los cuerpos
sanos cuando se exponían a condiciones insalubres, o eran producto de una alimentación
deficiente. Pero existían ciertas enfermedades que no parecían tener una cura, como el mixedema,
una enfermedad de la piel. Estas enfermedades sin cura ni causa aparente dieron pauta a la
creación de enfermedades, como la histeria, asociada a los repentinos cambios de humor en las
mujeres. Si bien la histeria encajó bien dentro de las ideologías misóginas de las sociedades del
siglo XIX, la ausencia de una causa y la enumeración sin fin de síntomas se convirtió en un
problema de salud pública: a una gran cantidad de mujeres se les removía el útero para liberarlas
de su mal, solución que a la larga creaba males reales.
La historia se desarrolla en dos actos más: el segundo periodo, o de la endocrinología analítica,
que constituye el descubrimiento de las hormonas y el papel del sistema endocrino; y el tercer
periodo, o de la endocrinología sintética, que se refiere al establecimiento de la conexión entre
sistema endocrino y sistema nervioso.

En retrospectiva, la endocrinología tuvo tres periodos. El primer periodo comprende toda la


investigación descriptiva sobre las glándulas y concluyó con el reconocimiento de que todas las
células del cuerpo secretaban sustancias. En primera instancia se les conoDiagrama que explica
la función de la glándula pineal publicado en el libro El Tratado del Hombre, de René Descartesció
como endocrinos a todos los órganos que tenían como función específica la de secretar sustancias
hacia el interior del cuerpo. La lista de endocrinos era muy extensa e incluía a órganos como el
hígado, la médula espinal, el estómago, entre otros; se tenía la idea de que los endocrinos se
encontraban en el cuerpo en diversas formas: como células aisladas y distribuidas por todo el
cuerpo, como las glándulas del intestino, hasta integradas a otros órganos donde cumplían
funciones específicas, como el hígado, hasta llegar al máximo grado de organización, las glándulas
endocrinas, dedicadas solamente a secretar.

En el año 162 d. C., el Imperio Romano se enfrentaba a diversas crisis en dos de sus fronteras
más lejanas: el emperador Lucius Verus comenzaba una guerra contra los partianos que invadían
Siria y Armenia, a la vez que las tropas del Muro de Antonino, en Escocia, se replegaban hacia el
Muro de Adriano en el sur. La escasez de alimentos era una amenaza más tangible y para evitarla
se promulgó la Lex Faunia, o ley animal, que prohibía a los granjeros alimentar forzadamente a las
gallinas para incrementar su tamaño, a fin de reducir el gasto excesivo de granos. Los granjeros y
cocineros, sin embargo, pronto explotaron el hecho de que la remoción de los testículos de los
gallos los hacía crecer dos veces más grandes: los capones. Esto sucedía también con los eunucos
romanos, por lo que no es difícil suponer cómo se habían hecho las conexiones para evitar las
pérdidas en las ganancias de los granjeros y cocineros.Los capones se consumían en toda Europa,
y para el siglo XIX eran considerados un manjar debido a lo suave de su carne. A diferencia de los
otros gallos, los capones eran dóciles y no tenían desarrolladas las protuberancias carunculares
en la cabeza. El fisiólogo y zoólogo alemán Arnold Adolph Berthold (1803-1861) realizó en 1849
experimentos con los capones para entender por qué tenían características similares a las de las
hembras; al inferir que la única diferencia entre los gallos y los capones era la presencia de
testículos, Berthold extirpó testículos de otras aves y los trasplantó en el abdomen de los capones.
Con el tiempo, en varios casos, los capones desarrollaban características masculinas: las
protuberancias carunculares se desarrollaban, se volvían agresivos y eran capaces de
reproducirse. Al realizar autopsias de los capones masculinizados, Berthold observó que los
testículos se habían vascularizado, es decir, se habían comunicado con el resto del cuerpo. Si bien
lo que Berthold había descubierto era el potencial del sistema endocrino, su investigación en gallos
no trascendió.
En 1889, el médico mauriciano Charles-Édouard Brown-Séquard (1817-1894), a sus 72 años de
edad y con una gran carrera de prestigio detrás y establecido en París, reportó a la Academia de
Ciencias que tras haberse inyectado en la sangre un jugo obtenido de los testículos de cuyos y
perros su vigor y salud habían incrementado considerablemente. No hubo réplicas del experimento,
pero la noticia causó furor en Europa con lo que se llegó a conocer como el Elixir Brown-Séquard.
Lo que Brown-Séquard había descubierto por accidente era la testosterona, y el efecto que
describía era el efecto de una hormona que había dejado de producir en las cantidades en que las
producía durante su juventud.

1912 Friedrich Gudernatsch Descubre que los extractos de tejido tiroideo equino
inducen una metamorfosis completa en los renacuajos, indicando el papel conservado
de las hormonas en los vertebrados.
Sir Charles R. El profesor de University College London realizó la
1926
Harington primera síntesis química de la hormona tiroxina.

Propone que la insulina controla el metabolismo


del azúcar al regular su transporte al interior de la
1940 Rachmiel Levine
célula, contribuyendo al establecimiento de que las
hormonas interactúan con la membrana celular.

TEJIDO EPITELIAL
 Glándulas endocrinas: son aquellas que producen mensajeros químicos llamados
hormonas que ayudan a controlar como a regular partes, sistemas, aparatos y hasta
órganos individuales del cuerpo. Los órganos endocrinos también se denominan
glándulas sin conducto o glándulas endocrinas, debido a que sus secreciones se
liberan directamente en el torrente sanguíneo.
 Glándulas exocrinas: Se refiere a las que no poseen mensajeros químicos sino que
estos envían sus secreciones por conductos o tubos -que son receptores específicos-
como por ejemplo los lagrimales, axilas o tejidos cutáneos. además las glándulas
exocrinas son un conjunto de glándulas que se distribuyen por todo el organismo,
formando parte de distintos órganos y aparatos y que producen diferentes sustancias
no hormonales que realizan una función específica. Las glándulas exocrinas secretan
productos químicos a través de conductos o tubos a un lugar determinado para
realizar una función concreta, a diferencia de las glándulas endocrinas. En algunas
glándulas exocrinas se puede distinguir una parte productora o secretora de la
sustancia y otra parte excretora o que vehiculiza la sustancia a un lugar
determinado.
Clasificación de las glándulas exocrinas:
Según en número de células:
• Glándulas unicelulares: Están formadas por una sola célula secretora como las
células caliciformes o mucosas que se encuentran distribuidas entre las células
cilíndricas del epitelio de muchas mucosas como la del estómago.
• Glándulas pluricelulares: Están formadas por múltiples células, formando
estructuras más o menos complejas, adoptando morfologías características como:
o Túbulos o glándulas tubulares: La parte secretora tiene forma de tubo.
o Alveolos o glándulas alveolares: La parte secretora tiene forma de bolsa o alvéolo.
o Acinos o glándulas acinosas: La parte secretora es un conjunto de bolsas que
drenan un uno o varios túbulos.
o Mixtas: Es la combinación de las anteriores: Tubuloalveolar, tubuloacinar, etc.
Según la estructura que tengan los conductos excretores:
• Glándula simple: Si el conducto excretor es único.
• Glándula compuesta: Si el conducto excretor está ramificado.
Según el producto de secreción:
• Glándulas mucosas: El producto de secreción es moco o sustancia rica en proteínas,
con alta viscosidad.
• Glándulas serosas: El producto de secreción es suero o sustancia rica en agua y
pobre en proteínas, con baja viscosidad.
• Glándulas seromucosas: Producen secreciones mixtas, con viscosidad intermedia.
TOMADO
DE: http://www.ciencia.net/enciclo_imprimir.jsp?id=dsfjugaruf87qa9cev5cqf

Clasificación de las glándulas endocrinas


POR LA FORMA DE LA PORCIÓN SECRETORA.

Las células endocrinas se disponen en forma de cordones, acúmulos y


Folículos en íntima relación con los capilares sanguíneos o linfáticos hacia
Donde vierten el producto de su secreción. En una misma glándula pueden
Presentarse zonas de células con diferente disposición.
En la hipófisis se observan acúmulos celulares, en los tiroides folículos y en las
Glándulas suprarrenales, cordones y acúmulos, por citar algunos ejemplos.
Fig. 51. Organización histológica de las glándulas endocrinas en acúmulos, folículos y
Cordones.
POR LA NATURALEZA DE LA SECRECIÓN.

Las diferentes hormonas segregadas por las glándulas endocrinas pueden ser,
Por su naturaleza química, de diversos tipos: aminoacídicas, peptídicas,
Proteínicas, glucoproteínicas y esteroideas. Esta diferente composición química
Explica que para la síntesis de cada hormona existe un tipo especializado de
Célula endocrina, de ahí la relación que se observa entre el número de células y
Hormonas en las diferentes glándulas endocrinas.
POR EL MODO DE SEGREGAR.

En algunas glándulas endocrinas se produce la secreción inmediata de la


Hormona, casi con la misma velocidad que se sintetiza, tal como ocurre en la
Corteza suprarrenal.
En otras las células acumulan la secreción en gránulos, que se liberan cuando
Es necesaria.
Y en otros casos el acumulo extracelular de la secreción da lugar a la
Formación de los folículos, cuya secreción se almacena en la cavidad de esta
Estructura y se libera cuando es necesario, un ejemplo típico es la glándula
Tiroides.

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