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Fundamentación:
La presente propuesta de taller literario es producto de una observación
repetida, que se confirma año tras año: existe en muchos alumnos y alumnas del
IDE una curiosidad en torno a la escritura, acompañada por un enorme potencial
creativo, que para ser canalizados de forma productiva exigen trascender los
límites de la didáctica curricular.
Por otro lado, asimismo, se ha notado que la práctica cotidiana de otra
forma de escritura, más laxa, es decir, no tan sujeta a la rigidez de las estructuras
académicas, ni restringida por elementos protocolares, lejos de perjudicar esos
otros discursos, los ha potenciado. Esto es gracias a la comodidad que los alumnos
adquieren con una práctica lúdica y creativa que explota todas las posibilidades del
lenguaje.
Por tal motivo, se considera que la existencia de un laboratorio de escritura
creativa puede resultar una experiencia interesante y nutritiva para muchos
alumnos y alumnas.
Lo que se propone es la creación de un espacio dentro del IDE donde el
objetivo sea ingresar al terreno de la escritura como una experiencia humana,
como una práctica artística compleja que exige compromiso y dedicación, al
tiempo que requiere una atmosfera adecuada. Para lograr este propósito de
generar un ambiente creativo estimulante, se considera esencial que participen del
taller aquellos alumnos o alumnas, que lo eligen como opción alternativa a la clase
de literatura. Por ello se considera que este espacio debe ser extracurricular.
Asimismo, se parte de la idea de que todo proyecto artístico involucra una
reflexión sobre uno mismo, un aprendizaje que lo tiene al artista meditando sobre
sus auténticos intereses, pasiones, búsquedas. Para ello se prestará particular
atención a la singularidad de cada uno, ayudando a los participantes a detectarlas y
potenciarlas por medio de la experimentación y el trabajo. No se busca lograr un
conocimiento abstracto, la obtención de una formula que con solo aplicarse
conduzca a un resultado previsible: el éxito. No se ofrecerá un manual o un
método, al contrario, se parte de la idea de que no hay un conocimiento abstracto,
el conocimiento se obtiene de una práctica que involucra a un sujeto, y encarna en
cada uno de forma singular.
Por último, se piensa al espacio como un laboratorio, es decir, un lugar para
la experimentación artística, para lo cual se apuntará a desarrollar y consolidar los
siguientes ejes que serán los principales pilares de la experiencia:
Ejes articuladores:
1 - Ambiente creativo.
Se prestara particular atención a generar un espacio propicio para la
creatividad. Para lo cual se considera esencial desarticular los componentes que
estructuran el espacio del aula como ámbito del rendimiento académico,
generando un espacio extrañado, abierto y plural, donde se promueva la invención
apelando a otras textualidades y a otros lenguajes artísticos.
El objetivo estará puesto en generar inquietudes, en crear expectativas que
sean motores de búsqueda. Para que ello suceda será importante contar con una
atmosfera estimulante y nutritiva. Se acudirá a otros lenguajes, se sugerirán
autores, se ira mostrando la forma en que otros artistas abordaron distintos
aspectos del proceso de escritura. En este marco se buscará desarticular la idea del
genio creador que recibe su obra como un soplo de inspiración. La escritura es un
proceso, una práctica que implica constancia, trabajo, aprendizaje. Se transmitirán
estas ideas destacando que el deseo puede resultar un motor capaz de llevar al
escritor a zonas remotas. Zonas a las que conduce la escritura de la mano de las
imágenes, las palabras o las ideas que habitan en cada uno de manera singular.
Generar un ambiente propicio para que aflore la subjetivad, donde cada uno pueda
detectar cuales son esas imágenes, esas palabras o esos temas que lo habitan, será
una parte fundamental del laboratorio creativo. La creatividad es algo que se busca
y surge a partir de condiciones propicias.
2 – Construcción-destrucción-construcción.
“Sería estupendo que la película entera se te ocurriera de una vez. Pero, en mi
caso, llega a fragmentos. El primero es como la piedra Rosetta. Es la pieza del
rompecabezas que indica dónde va el resto. Es una pieza esperanzadora.” (David
Lynch, director de cine)
2 - Los contenidos. Son el infinito que nutre el universo creativo de cada escritor,
descubrir la forma de trabajar los contenidos que nos habitan es parte del proceso
vital de conocernos.
Cada semana se propondrá un tema diferente, arbitrario y aleatorio, que
dará motivo al encuentro y a las consignas propuestas. Este tema puede ser
tomado por los participantes, integrado a su universo de contenidos, o no, de
acuerdo a sus intereses. Como se considera fundamental colaborar en el proceso
de autoconocimiento, se buscará alentar el trabajo de descubrimiento de los
contenidos propios. En tal sentido, el eje articulador del circulo de colaboración
apunta a la posibilidad de leerse a si mismo mientras se lee a los otros. El trabajo
de advertir los elementos que conforman el sistema de la propia escritura requiere
la comparación objetiva con los sistemas ajenos. Leerse a si mismo en la obra de
otros es una forma de poder discernir cuando se esta siendo fiel a reglas e ideas
que tienen que ver más con un “deber ser” que con la escritura personal. Se
pretende que los participantes tomen conciencia tanto de sus potencialidades
como de sus debilidades, así como los modos particulares que tienen para
conformar sus textos.
En este espacio no estará en juego el conocimiento, se buscará escapar a la
idea de que existe una formula, una verdad alcanzable, luego de lo cual, una vez
que se esté en posesión del secreto, se hará posible que alguien pueda dedicarse a
escribir. Se trabajará sobre la idea de que el fallo o el supuesto error forman parte
de toda propuesta artística y el creador se nutre de ellos.