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es narrativa
Álvaro Pombo
Juan Francisco Ferré
Marina Perezagua
J. R. Moehringer
Daniel Sánchez Arévalo
Eduardo Mendoza
Belén García Abia
Elizabeth Jenkins
FUNDACIÓN JOSÉ MANUEL LARA Manuel Calderón
Número 176 | Diciembre 2015 Juan Manuel de Prada
EJEMPLAR GRATUITO ensayo y poesía
Giuseppe Scaraffia
Jordi Balló y Xavier Pérez
EL LENGUAJE
José Tono Martínez
Ángeles Mora
DE LAS SERIES
ARTÍCULOS DE
JORGE CARRIÓN, MANUEL VILAS, HÉCTOR MÁRQUEZ,
MIGUEL SÁEZ CARRAL, ERNESTO PÉREZ ZÚÑIGA
ILUSTRACIÓN EVA VÁZQUEZ
contenidos 3
Número 176 | Diciembre 2015
Director
10 Del papel a la tele (y viceversa)— Héctor Márquez
Guillermo Busutil
El libro se ha hecho serie con facilidad porque las
Subdirector y editor gráfico
Ricardo Martín
historias de grandes personajes, continuadas en entregas
ASTROMUJOFF
Editor literario
sucesivas, exigen que la aventura nunca acabe
Ignacio F. Garmendia
12 Un hombre de televisión— Miguel Sáez Carral
Coordinadora Carmen Carballo
Consejo Editorial Adolfo García Ortega
El autor comparte la experiencia de adaptar,
Manuel Borrás en colaboración con otros guionistas, una novela
Jesús Vigorra
propia a una serie televisiva, conservando
Diseño original
y maquetación José Antonio Martínez el espíritu del texto original
Imprime Rotocobrhi S.A.U. Lecturas 15 Narrativa. Álvaro Pombo. Juan Francisco Ferré
Depósito Legal SE-2879-98 Marina Perezagua. J. R. Moehringer. Daniel Sánchez Arévalo
ISSN 1139-7705 Eduardo Mendoza. Belén García Abia. Elizabeth Jenkins
Manuel Calderón. Juan Manuel de Prada
26 Ensayo. Giuseppe Scaraffia. Jordi Balló y Xavier Pérez
Distribución controlada por PGD
Mercurio se distribuye 28 Poesía. José Tono Martínez. Ángeles Mora
gratuitamente en librerías y grandes
superficies de ámbito nacional 30 Infantil y juvenil— Reseñas de Antonio A. Gómez Yebra
Más información en:
Atrapa la bandera. Viaje a la luna
www.revistamercurio.es
El pozo detrás de la puerta
© FUNDACIÓN JOSÉ MANUEL LARA
Edificio Indotorre. Avda. de Jerez, s/n.
La Navidad de los Cinco
41012 Sevilla | Tel: 95 450 11 40
revistamercurio@fundacionjmlara.es Firma invitada 34 Los héroes revisados— Ernesto Pérez Zúñiga
@revistamercurio
Necesitamos a los héroes cuando nos limitamos a
revistamercurio.es ser espectadores desde el placer de la ficción. Los
Envío de libros para reseñas:
cuestionamos cuando, contemporáneos nuestros, ponen
Revista Mercurio en peligro nuestra estabilidad. Son el extraño ser de la
Fundación José Manuel Lara invención o de la historia
Para publicidad en Mercurio:
Marcos Fernández
publimarcos@gmail.com
Tel: +34 660 42 63 77
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Narrativas
audiovisuales
H
ace ya algún tiempo que tanto los críticos como los aficio-
nados sostienen que buena parte del mejor cine actual está
asociado a las series televisivas —aunque la televisión no
sea ya el único medio de difusión para los espectadores de
la era de internet— que en algunos casos se han convertido
en verdaderos fenómenos. Si hasta ahora se hablaba de la influencia del
lenguaje cinematográfico en la literatura contemporánea, la eclosión de
las series y su creciente prestigio han introducido nuevos códigos o refe-
rentes que han dejado huella en el imaginario de los creadores de ficciones
y asimismo en los ensayistas, interesados por el poder de seducción de las
narrativas audiovisuales y por su ascendiente cada vez mayor entre los
degustadores de ficciones a secas.
No es nueva la serialidad, recuerda Jorge Carrión, ligada a la prensa desde
los orígenes y también, por ejemplo, a la escritura y recepción de la novela
decimonónica, en buena medida publicada por entregas, pero el consumidor
moderno no tiene ya por qué seguir los ritmos regulares de difusión y pue-
de acceder de una vez —a cualquier hora, desde distintos dispositivos— a
los contenidos completos. En las series televisivas, además, la unidad ha
rebasado el episodio para abarcar la temporada, pero en todo caso es su
carácter abierto —hablamos de literales works in progress— lo que las dis-
tingue de las obras acabadas, que se ofrecen desde el principio como tales
y no pueden beneficiarse, al contrario que aquellas, de una respuesta que Hace ya algún
a veces condiciona su desarrollo. tiempo que tanto los críticos
Muchas de las series, digamos, clásicas, están vinculadas a recuerdos como los aficionados
de infancia o adolescencia y sirven por ello para establecer complicida-
des generacionales que también pasan a la literatura. Manuel Vilas, que
sostienen que buena parte
dedicó una novela al mundo de la televisión, confiesa que esta cambió su del mejor cine actual
percepción de la realidad e incentivó su imaginación, que se complacía en está asociado a las series
pensar qué hacían sus personajes predilectos entre episodio y episodio, y
aprovecha la ocasión para reivindicar las series españolas. Uno de los pro-
televisivas que en algunos
fesionales de ese mundo, el también novelista Miguel Sáez, comparte con casos se han convertido
los lectores la experiencia de adaptar una obra propia al medio televisivo, en verdaderos fenómenos
que a su juicio tiene —por la duración del metraje— un potencial mayor que
el cine para contar historias. El trabajo de los guionistas se inscribe en una
cadena de la que forman parte muchos otros eslabones, pero a menudo la
inspiración viene de una novela preexistente y no pocas de las series más
populares así lo demuestran. En su reportaje sobre el trasvase de formatos,
Héctor Márquez recoge algunas de ellas —tanto nacionales como foráneas,
aunque la globalización del género tal vez haya hecho de la procedencia un
dato superfluo— y deja asimismo constancia del camino inverso, señalando
la creciente bibliografía sobre series que en ocasiones alcanzan el estatuto
de obras de culto.
Nuestra época, afirma Ernesto Pérez Zúñiga, padece nostalgia de los hé-
roes, pero estos, encarnados por los seres de ficción, no tienen ya o siempre
las trazas ejemplares de los mitos tradicionales y asumen las debilidades
que conviven con las virtudes en los individuos reales. El espectador con-
temporáneo necesita reconocerse en unos personajes que resultan más
conmovedores y verosímiles cuanto mayor sea su complejidad. Huye de
los estereotipos y prefiere verse reflejado en las criaturas falibles o con-
tradictorias que, como ocurre en la vida misma, no son buenas o malas a
tiempo completo. n
ASTROMUJOFF
D
nuestro momento histórico, iario, semanal, mensual,
bimestral, anual. Somos
pues su lenguaje narrativo es el varias las generaciones que
que mejor permite una lectura hemos crecido educándo-
EN SERIO
fondo cada siete días; el nuevo cómic de
Spiderman a principios de cada mes, etcé-
tera. De ese modelo, que es el que la mo-
EN SERIE
nos fueron preparando el zapping y el vídeo
durante el último tercio del siglo XX. Una
lectura que ya no está necesariamente suje-
ta a ritmos regulares, sino que es intensiva, en unidades mayores, como la temporada. En términos de receptor, no creo que
instantánea o fragmentada, dividida entre O la continuación pasa a ser conceptual importe demasiado si una obra, sea te-
varios canales o pantallas, multimedia. y no narrativa, cuando —como en Black levisiva, cinematográfica, literaria o de
En ese nuevo contexto las series de Mirror— cada capítulo cambia de historia, otro signo, es concebida o no como serial.
televisión —por la relativa brevedad de ambientación y personajes; o —como en Porque los lectores y espectadores del si-
sus píldoras, por su capacidad de dar res- American Horror Story o True Detective— lo glo XXI no sabemos interpretar de otro
puesta ficcional casi inmediata a la agenda hace cada temporada. Nada es sagrado. Los modo: creamos series mentales, rutas de
sociopolítica, por la alta calidad técnica formatos y las convenciones están para ser hipervínculos, itinerarios intelectuales y
de muchas de ellas, por convertirse rá- explorados y explotados. Desde las oracio- emocionales, cadenas de sentido. Lo que
pidamente en parte de la conversación nes y los cantos primitivos y los cantares guía esos circuitos a veces es una marca
mainstream, por haberse adaptado a todos de gesta, la historia de la serialidad es la clásica (el nombre de un autor, un géne-
los canales de distribución— se han vuel- historia de una constante adaptación al ro, una cadena de televisión o una edi-
to paradigmáticas de nuestro momento medio, a los medios. torial, un lenguaje narrativo), pero en la
histórico. No digo que constituyan el len- Se puede observar esa historia como el mayoría de ocasiones lo que se va confi-
guaje narrativo central ni el más impor- diálogo entre la obra en proceso y la obra gurando en nuestros cerebros son nubes
tante, pues vivimos en una extraña época acabada, entre la obra abierta y la obra ce- de etiquetas, construcciones gaseosas y
en que conviven propuestas masivas tan rrada, entre la serie y el monumento. Has- por tanto variables, arbóreas, en que las
distintas como Frozen, Jonathan Franzen, ta que fueron fijados en formato libro, la relaciones se van moviendo a medida que
Jeff Koons, Assassin’s Creed o The Walking Biblia o la Odisea o el Cantar de Mio Cid o se añaden nuevas, constantes lecturas.
Dead; pero sí me atrevería a decir que es los poemas de Góngora o Las aventuras de “La convergencia se produce en el cere-
el lenguaje que mejor permite una lectura Sherlock Holmes fueron textos nómadas y bro de los consumidores individuales y
sociológica del siglo XXI. dispersos, todavía no cercados por la idea mediante sus interacciones sociales con
Entre otras razones, porque los propios de unidad. En el momento en que una otros”, escribió Henry Jenkins en Conver-
fans se han autodesignado como críticos, serie de cómics o de televisión se puede gence Culture: La cultura de la convergen-
como prescriptores, como subtituladores, comprar en un único volumen, como no- cia de los medios de comunicación (Paidós,
como embajadores y, por extensión, como vela gráfica o como pack de DVD, pasa a ser 2008): “Cada uno de nosotros construye
seleccionadores, de modo que es relati- leída de otro modo, como obra finalizada, su propia mitología personal a partir de
vamente sencillo enterarse de las series tal vez maestra. Pero de todos los lenguajes fragmentos de información extraídos del
europeas, norteamericanas, sudameri- narrativos, el de las series de televisión es flujo mediático y transformados en re-
canas, africanas, australianas o asiáticas cursos mediante los cuales
que están contando de una manera más conferimos sentido a nues-
interesante, realista o desafiante sus res- tra vida cotidiana”.
Del modelo serial de la
pectivas sociedades. Así, podemos verlas, Carlos Scolari cita en
subtituladas en lenguas cercanas, no solo prensa que perpetuaron la radio y la Ecología de los medios (Ge-
como objetos artísticos, sino como brú- televisión, hemos pasado en los últimos disa, 2015) estas palabras
julas geopolíticas. La historia reciente quince años a otro radicalmente de Neil Postman sobre la
de Italia, por ejemplo, se dibuja dramáti- televisión publicadas a
camente en tres series de alto nivel: Ro- diferente, para el que nos fueron mediados de los ochenta:
manzo criminale, 1992 y Gomorra. Pero si se preparando el ‘zapping’ y el vídeo “a través de ella sabemos
desea escapar de los límites nacionales, el durante el último tercio del siglo XX qué sistema telefónico
fenómeno internacional del narcotráfico usar, qué películas ver y
puede interpretarse a través de obras como qué libros, discos y revistas
The Wire, Pablo Escobar, el patrón del mal, comprar, cuáles programas
Breaking Bad o Narcos. escuchar”. Yo diría que esa
La ambición de las tramas paralelas, el que más resistencia pone a esa noción. prescripción sociocultural se da ahora so-
nuestro interés por los personajes como Estamos ante la crisis de la idea de monu- bre todo a través de internet, mientras que
biografías que se despliegan por el tiempo mento en arte contemporáneo, en arqui- la orientación sociopolítica se canaliza a
o la voluntad de retratar la Historia y las tectura, en cine, en literatura; no obstante, través de las series. En ambos casos esta-
historias en el mayor número de facetas nos empeñamos en ver en algunas series ríamos ante la pantalla como nuevo centro
posible ha provocado que el carácter epi- que sí lograron una difícil perfección de nuestras vidas, en sustitución del viejo
sódico y autoconclusivo de las series sea como conjunto (Berlín Alexanderplatz, Los televisor. La información recibida a través
cada vez menos importante, que el caso Soprano, The Wire, Breaking Bad) la sombra de varias pantallas converge en el cerebro
(sea la serie judicial, policial, médica o de de la obra maestra, de la anacrónica cate- de cada espectador, lector, consumidor,
otro tipo) sea eclipsado por el arco narra- dral, pese a que lo normal, en cambio, es donde se combina de modos impredeci-
tivo. De ese modo ha entrado en crisis el que una serie, por la cantidad de factores bles, por suerte.
mero concepto de episodio, como entrega incontrolables que intenta controlar, por Pensamos en serio porque pensamos
folletinesca, como unidad de significa- ser un producto colectivo e industrial, por en serie. Con las series de historias, con-
do. Como muchos videojuegos y cómics no seguir nunca un guion completo y ya ceptos y datos que vamos incorporando
(por eso llamados novelas gráficas), tanto escrito y no contar desde el principio con creamos poliedros de pensamiento: da-
series que HBO o AMC emiten semanal- todos los actores y actrices, ni siquiera con mos sentido. El ser humano es un animal
mente como series de Netflix o Amazon todos los directores y guionistas, fracase. serial, lo era mucho antes de que existiera
que son liberadas como temporadas com- Sea imperfecta. Ya va siendo hora de que la televisión y lo seguirá siendo después
pletas, sin necesidad de espera semanal aceptemos que la imperfección es justa- de que esta sea finalmente absorbida por
para su lectura, a menudo son pensadas mente la perfección de nuestra época. la pantalla. n
PRADERA’ ERA
nes”. Cuando hablamos de “series de tele-
visión” tal vez demos más importancia al
primer sustantivo que al segundo. En mi
M
inventó historias humanas seriadas. El
i cerebro se acostumbró Tal vez la ficción literaria clásica haya capitalismo se hizo carne y verdad con
a la ficción televisiva sido más refractaria a todos estos hechos, la televisión. Quien más contribuyó al
desde mi infancia. Yo en la medida en que la novela del XIX era hundimiento de la antigua Unión Sovié-
fui un devorador de se- prolija en explicaciones y descripciones tica y del comunismo internacional fue
ries de televisión desde y argumentaciones sobre los protago- la televisión.
que tengo memoria. Aquellas series eran nistas de cualquier narración, siempre a En estos mismos instantes, mientras
como un ángel de la guarda: me enseña- la búsqueda de la igualación entre vida redacto estas líneas, me parto el culo de
ban el mundo, pero nunca me dejaban a y literatura. Pero la vida no tiene argu- risa (perdón por el coloquialismo extre-
la intemperie. Lo que me fascinaba era la mento, porque la naturaleza tampoco mo, pero la literatura es vida) recordando
apariencia de verdad de aquellos relatos. tiene argumento. Si pensamos en Bal- al niño que fui, al niño adicto a las series
Se parecían a la vida; su inconsistencia zac, por ejemplo, se podría argüir que La de televisión. Me preguntaba qué hacía
dramática los igualaba a la vida. Recuer- comedia humana es, en cierto modo, una Curro Jiménez durante el resto de la se-
do muchas series: La casa de la pradera, gran serie televisiva pero sin trocear. La mana. Me inventaba las cosas que hacía.
Flipper, Crónicas de un pueblo, Furia, Ve- gran narración balzaquiana es como una Eso desarrolló mi imaginación. Qué hacía
rano azul, Tristeza de amor, Vacaciones en vaca recién sacrificada, decapitada, deso- Michael Landon mientras no salía por la
el mar, Mazinger Z, Los camioneros, Curro llada, expuesta en el matadero, pero sin televisión. ¿Dónde estaba? ¿Por qué había
Jiménez, Starsky & Hutch, Los hombres de que esperar hasta el domingo
Harrelson, Canción triste de Hill Street. siguiente a las 3,30 de la tarde
Hubo algo en el visionado infantil y para conocer el final de una
adolescente de todas aquellas series que Una serie de televisión es, historia extraordinariamen-
labró mi sentido de la verosimilitud y que en realidad, una narración fragmentada te insignificante? ¿Seguía
luego acabaría pasando a mi literatura. que no tiene ni principio ni final. Michael Landon haciendo el
Una serie de televisión es, en realidad, bien durante las cientos de
una narración fragmentada que no tiene No se sabe muy bien de dónde horas que no salía por la tele?
ni principio ni final. No se sabe muy bien ha salido la gente que protagoniza ¿O estaba durmiendo dentro
de dónde ha salido la gente que protago- esa serie ni hacia dónde va de un congelador a 30 grados
niza esa serie ni hacia dónde va. No hay bajo cero? Y aquella casa de la
final. O mejor dicho: no puede haber fi- pradera, ¿no era en realidad el
nal, no tiene sentido. Como muy proba- aviso de que todos íbamos a
blemente jamás Franz Kafka hubiera po- necesitar una segunda resi-
dido terminar El castillo aunque hubiera dencia? Unos elegirían la pla-
vivido veinte años más. La vida acaba con que haya sido desmembrada. Las series de ya, otros la montaña. Y Landon, humilde,
la muerte, pero ¿cómo acaba una serie de televisión son el desmembramiento de la eligió el campo.
televisión? La literatura se sirve con fre- ficción. La deslocalización de la ficción. El En mi cerebro de niño cabreado con la
cuencia de la poesía a la hora de cerrar solomillo de la gran vaca del XIX. verosimilitud televisiva fue fraguándo-
una historia, pero una serie de televisión Monté mi novela Aire Nuestro (Alfagua- se el jacobino literario en que luego me
termina por aburrimiento. Mucha gen- ra, 2009) como una cadena de televisión. convertí. La verosimilitud es una de las
te, en la vida real, también se muere por Aire Nuestro era el nombre de un impe- grandes supersticiones de la literatura, el
aburrimiento. rio televisivo, y en mi novela se decían cine, la pintura, la historia y la política. A
E
ntre la planificación frag-
mentada, nada explícita, pero
turbadora de la escena donde
Clara Aldán se masturbaba
desde el cuerpo y el gesto
culpabilizado de Charo López y esa otra
donde Emilia Clarke, en el rol de Daenerys
Targaryen, es poseída brutalmente por
su esposo Khal Drogo de forma explícita,
mientras las lágrimas ahogan su dolor,
han pasado muchas cosas. Hablamos de
escenas impactantes en la historia de la
televisión: dos series, una nacional emi-
tida en 1981 en la (casi) única cadena que
entonces podía verse en España, y otra, es-
tadounidense creada para una televisión
de pago, que puede verse hoy (casi) simul-
táneamente en millones de pantallas —de
televisión, sí, aún, pero también de orde-
nadores, tablets, móviles— del mundo
entero. Ambas nacieron de la literatura.
Los gozos y las sombras sigue siendo una
de las mejores series españolas adaptadas
de un libro, la trilogía con la que Gonza-
lo Torrente Ballester se acercó a la Gali-
cia rural de los años treinta. La segunda,
Juego de tronos, surgida de la saga Canción
de hielo y fuego del novelista George R. R.
Martin, a quien ya le ha pillado el toro de
la versión fílmica, lleva cinco tempora-
das arrasando audiencias globales con
esa mezcla de mundo medieval, diálogos
y traiciones shakespearianas, mucho sexo,
fantasía y una producción artística pro-
pia de filmes de alto presupuesto. La serie
más laureada en los Emmy en los últimos
años. Si nuestros gozos le cambiaron la
vida a Charo López, los juegos de ambición
entre Lannisters, Starks o Targaryens van
a asegurarle a Peter Dinklage ser el enano
más famoso de la historia de la televisión.
El trasvase de historias que nacieron
ASTROMUJOFF para el papel y han acabado transformadas
en imágenes seriadas ha sido constante,
El libro se ha hecho serie con facilidad desde los inicios del cine a la televisión.
Pero historiar con rigor esa historia pre-
porque las historias de grandes personajes, cisaría de muchas páginas. Sin mucho es-
continuadas en entregas sucesivas, exigen fuerzo la memoria recuerda cómo muchos
clásicos fueron visualizados en la tele.
que la aventura nunca acabe Así Un mundo feliz de Huxley, Yo, Claudio
de Graves, En busca del tiempo perdido de
(Y VICEVERSA)
el actor hindú Kabir Bedi haciendo del
Sandokán de Salgari en los años setenta...
Y no hablemos de Dickens o las herma-
nas Brontë, Conan Doyle y su Holmes o
Agatha Christie y sus Poirot y Mrs. Marple,
verdaderos filones para la mejor cadena
televisiva del mundo, la BBC, con decenas
y decenas de adaptaciones.
UN HOMBRE
DE TELEVISIÓN
S
oy un hombre de televisión. cho más espacio para un desarrollo sólido
Lo sé. Y me gusta. Y sin em- de personajes y tramas del que tendría en
bargo, contra todo pronóstico, las dos horas de duración de una pelícu-
hace cuatro años abandoné la. Creo que en eso, la televisión, la buena
el mundo de la ficción en TV ficción de televisión, tiene más en común
para escribir una novela, Apaches. Fue con la literatura que el cine.
una sucesión de inesperados aconteci- Desde el primer momento estuvo so-
mientos la que me empujó a dejarlo todo bre la mesa que sería el responsable de
por esa historia. Pero también es verdad la adaptación. Soy un hombre de televi-
que hacía ya tiempo que escuchaba una sión, ya saben. Al primer golpe de eufo-
voz que me llamaba para que volviera a ria le sustituyó rápidamente el peso de
la literatura. Apaches no era otra serie una gran carga. Un escritor al que otros
de televisión. Era una novela. Siempre guionistas adaptan una de sus obras y no
lo supe. está satisfecho con el resultado siempre
Desde el primer día que ocupó un es- puede decir que la novela era mejor, que
pacio en las librerías escuché a lectores y su espíritu ha sido traicionado, que los
críticos hablar sobre la fuerza de las imá- matices se han perdido. Cuando eres tú
genes y el ritmo cinematográfico de Apa- mismo el que adapta tu obra no hay lugar
ches y sobre lo natural y fácil que sería su donde esconderse.
adaptación a un medio audiovisual. Así, “Uno tiene que ser infiel a la novela
viví la llamada de Atresmedia interesán- para hacer una buena adaptación”. La frase
dose por comprar los derechos de la no- es de uno de los grandes guionistas de este
vela como el resultado lógico de algo que país, embarcado actualmente en la adap-
ya estaba en el aire.
La primera cuestión a la a la conclusión de que no quería escribir
que tuve que hacer frente El cine aún está más valorado los guiones de la serie yo solo. Por eso
fue decidir si la novela se busqué a dos buenos guionistas —Carlos
adaptaría como un largo- artísticamente que la televisión Montero y María López Castaño— para que
metraje o como una mi- y sobreviven todavía algunos mitos colaboraran conmigo en la escritura de los
niserie de TV. Y escogí la sobre las diferencias entre un medio guiones y me ayudaran a ser infiel.
televisión. La elección fue El primer día que nos reunimos, en un
sorprendente para muchos. y otro. Creo en cambio que la televisión pequeño despacho de la productora, lo
El cine aún está más valo- tiene un potencial mucho mayor que que hicimos fue hablar. Y también fue eso
rado artísticamente que la el cine para contar historias lo único que hicimos durante las siguien-
televisión y sobreviven to- tes dos semanas. Hablar de lo que más nos
davía algunos mitos sobre gustaba de los personajes, de las escenas
las diferencias entre un más emocionantes, de aquellas que sería
medio y otro. Yo no creo en imprescindible conservar, de lo que nos
esos mitos. En lo que sí creo es en que la tación de Fortunata y Jacinta. Ahí es nada. desprenderíamos, de los inicios y los cie-
televisión tiene un potencial mucho ma- Probablemente tiene razón. El problema rres de cada capítulo. Y después, a medida
yor que el cine para contar historias. Y es es que yo no podía ser infiel a Apaches. que pasaban las semanas, las paredes de
sencillo de explicar. En las diez o doce ho- Hay tantas cosas íntimas y personales en ese despacho se llenaron de pizarras y de
ras de narración que puede tener la tem- las páginas de la novela que no me era post-it de varios colores —herramientas
porada de una serie, un escritor tiene mu- nada fácil distanciarme de ellas. Y llegué infalibles del trabajo de guion— donde
“
cualquier sombra de pedantería apurar al máximo la vida como
o solemnidad rígida: anda que espíritu libre (y banal, llegado el
S
i le damos la razón a la
RICARDO MARTÍN
narradora de Un gran
mundo, cuando afirma que
la memoria es el único vertedero ‘Un gran mundo’ funciona como
que dura mientras duramos retablo de reflexiones sobre la
nosotros, habrá que convenir
geografía humana al tiempo
que Álvaro Pombo ha logrado
una alquimia al alcance de muy
que dibuja un personaje
pocos: llenar un vertedero de femenino que hace las veces de
gran belleza. Porque el escritor testigo/protagonista del
santanderino se ha empleado derrumbe de una clase social
a fondo en la construcción de
una novela que gira alrededor caso) y extraterritorial, y sirve
de un personaje avasallador. como acer(t)ado contrapunto a
Para lo bueno y para lo malo. esa sociedad asfixiante dominada
La tía Elvira, retratada a veces por una burguesía meapilas,
con dulzura y otras sin piedad intolerante y llena de sepulcros
por una sobrina inspirada por la blanqueados. Con el estilo de
relectura de Middlemarch, ese Pombo siempre en perfecto
“estudio de la vida en provincias” estado de revista (es una delicia
de George Eliot, es un personaje asistir a un espectáculo de
de soponcios y exclamaciones, malabarismo continuo con las
de afirmaciones rotundas y Álvaro Pombo. palabras, cambiando del lenguaje
rotundas contradicciones, culto al cotidiano sin chirridos,
ridículo en ocasiones y siempre no es bueno Pombo colando su paradojas al poder), Un gran
apasionado, sin sentido del humor sentido del humor norteño entre mundo funciona como retablo de
pero divertido a su pesar y con las rendijas de su historia para reflexiones sobre la geografía
sus pesares. Una mujer rendida a que incluso los momentos más humana al tiempo que dibuja,
la evidencia de que la belleza es la amargos lleguen desprovistos a partir de la mirada de unos
única verdad, aunque los caminos de exceso de forraje dramático. espectadores a los que vemos
para alcanzarla sean cuando En parte unida a Donde las crecer con los años y los daños, un
menos discutibles. O patéticos, mujeres, no es difícil encontrar personaje femenino de los que se
llegado el caso. Un gran personaje también reminiscencias de otra prenden a la memoria, y que hace
dentro de otro aún mayor: la obra maestra, El héroe de las las veces de testigo/protagonista
Provincia, el terruño de Pombo, mansardas de Mansard. de la decadencia de un mundo,
que “contiene la totalidad y la Nacida con el nuevo siglo del derrumbe de una clase social,
totalidad es a su vez una provincia y, como hija del mismo, capaz del desenterramiento de un
de sí misma”. En ese escenario de lo mejor y lo peor en poco vertedero donde, al igual que en
provinciano tan universal, las tiempo, Elvira es todo un prodigio El gatopardo, muertos y vivos se
peripecias de la tía Elvira en del egocentrismo, lunática reconocen por los siglos de los
el trasfondo de la Europa de con ingenuidad y alevosía, y siglos. n
gitano...
Las peripecias señaladas,
y otras de menor calibre, se
encajan en un relato viajero de
estructura circular que se cierra
con el regreso del escritor a su
casa. Pero las aventuras no tienen
base realista y pertenecen al
ámbito del sueño y la alucinación.
Tampoco los polimórficos
personajes poseen identidad
establecida y fluctúan entre tan
diversas apariencias que nadie
es quien parece o dice ser. Con
todo ello Ferré crea una realidad
fantasmagórica amasada con
materiales muy diversos cuyas
huellas seminales son visibles:
los clásicos, el Grand Guignol,
“
el feísmo quevedesco, la farsa
Juan Francisco Ferré. a lo Juan Ruiz, el absurdo o el
S
ubrayé en su día, hace un halagüeña situación personal y modelos procedentes del cine,
decenio, a propósito de la familiar, un par de “fans totales”, la telerrealidad o el cómic. En
primera novela que conocí los hermanos Danny y Willy, le conjunto, el autor opta por una
de Juan Francisco Ferré, La fiesta retan a acudir al Bar de Bringas descoyuntada representación
del asno, que su apariencia de para discutir con ellos de fútbol. de corte expresionista. Y a ella
relato vanguardista hostil a las Poco dura esta trama porque el une un humorismo (feliz con
prácticas del naturalismo era guiño galdosiano es un malicioso frecuencia, no siempre, pues no
una moderna cobertura para una equívoco y la historia se orienta faltan bromas malas) que va de
narrativa comprometida. En lugar enseguida hacia la invención la ironía, la parodia o el sarcasmo
del reflejo verista stendhaliano, desatada. Los admiradores hasta el puro chiste.
el escritor malagueño prefiere lo secuestran y ahí comienza Ferré presenta una visión
traspasar el espejo para ver el una despendolada cadena de desquiciada de la realidad
otro lado de la realidad, y ello peregrinos sucesos. Alex visita un española con propósitos
mediante técnicas burlescas y Reino de la Ruina, cae en manos de revulsivos. La zarabanda
distorsionadoras. Hoy, con El una enana masoca y de un doctor imaginativa abarca tanto los
Rey del Juego, y tras Providence sádico, se detiene en Ochopueblos tópicos como los rasgos cercanos
y Karnaval, tenemos la certeza y Cincopueblos, padece a un capo de la crisis, la corrupción, el
de que aquella propuesta no fue y especulador y a un adiposo despilfarro, el autoritarismo y la
una ocasional ocurrencia, propia alcalde-califa-cardenal, se mueve degradación política. La ideación
de esos años en que “mutantes” en una atmósfera de libérrima carnavalesca propicia una novela
y “nocillas” se disputaban un sexualidad omnipresente, le divertida cuyo fondo encierra
espacio literario y comercial llegan noticias del magnicidio del un áspero diagnóstico de un país
con beligerancia innovadora. Rey de España, pasa por un estado anclado en el ayer y en plena crisis
Fue el anuncio de una firme de excepción y por un corte total de identidad. El severo moralista
poética levantada sobre los de internet, le rodean misteriosos que camufla el libro entona un
sólidos pilares del antirrealismo agentes secretos y, al cabo, responso por la España eterna. n
NARRATIVA
prisioneros y en un campo de renace. Una niña montada en un
H
es una letra muda. La sufrimiento que se
JULIA CÓRDOBA
“
el vacío de la maternidad, el peso grita. Le basta
de llevar la bomba dentro. Lo Marina Perezagua. con su escritura.
hace a través de un parto cuyo Su lenguaje es el
proceso emocional dura 55 años, bisturí, preciso y regenerador, que
y del encuentro con otras mujeres transforma una metamorfosis
que se van fundiendo en ella. en una conmovedora operación
Cada una de sus historias es un Marina Perezagua sumerge al poética.
espejo en el que ella se mira, se lector en una hermosa historia No es fácil encontrar
busca, se reconstruye y se sueña. escritores capaces de ese doble
de apnea emocional en la que
Sherezade huyendo de la muerte, parto. Ese es su don. Narrar
dibujándose su nueva piel con
debe contener la respiración, hacia dentro del lector, como si le
palabras y relatos que Marina sentir en su interior el eco de estuviese susurrando sobre una
Perezagua crea igual que si fuesen un relato sobre la búsqueda de herida. Conseguir que las duras
los pliegues que van completando una mujer y de una hija, y la consecuencias causadas por Little
una grulla de papiroflexia. metamorfosis del dolor hacia Boy, hace 70 años, sean una novela
No solo hay iniciales la vida y hacia el amor con cuyas mejores páginas podría
femeninas que esperan su doble construirse una de esas mil grullas
sexual, que se defienden con de origami que cada 6 de agosto
consoladores ancestrales y que donde no se paga la muerte, un rodean la escultura de Sadako
silban el aire para sumergirse campo azul de refugiados. Son Sasaki en el Parque de la Paz de
en la recolecta de moluscos en las equis de un mapa que esconde Hiroshima. El recuerdo de como la
un agujero negro. También hay las luciérnagas de la tragedia, la H del horror puede renacer en una
un soldado, superviviente igual entereza de la aflicción, el fuego flor del destino que en japonés se
que H., torturado en un barco de de la muerte y el fuego del que se nombra con la H de Hideaki. n
DAN LOH
memorable comienzo del relato podría
ser una suerte de plegaria obligada antes
de ingresar en ellos: “Íbamos para todo
lo que necesitábamos. Cuando teníamos
sed, y cuando teníamos hambre y cuando
estábamos muertos de cansancio.
Íbamos cuando estábamos contentos,
a celebrar, y cuando estábamos tristes
a quedarnos callados. Íbamos después
de una boda, de un funeral [...] y siempre
antes, para armarnos de valor tomando
un trago”. También iban (íbamos) al amor,
al sexo o a buscar a alguien desaparecido
porque, como sabían los heteróclitos
clientes, todos, tarde o temprano, se
pasaban por allí.
J. R. Moehringer. J. R. Moehringer —neoyorkino del
1964 y premio Pulitzert en 2000— es
un autor atractivamente esquivo. En
D
urante los días (y las con una bolsa de
noches) en que he leído papel o donde el
este libro, artificiosamente güisqui fue utilizado
alargadas para que duraran más como arma de
—como muchos hemos alargado delación en los
ciertas veladas de camaradería tiempos McCarthy—
agarrados a la lealtad de las barras haya escrito unas
y la compañía— he tenido la memorias cuyo
impresión de regresar al Dickens epicentro es la
o al Publicans, los dos nombres filantropía de la
que tuvo el bar de las grandes bebida y el arte de
esperanzas donde creció J. R. beber, más que la
Moehringer, su cliente y escritor. La desdicha de la embriaguez. Una biografía
taberna de Steve, como también se le auténtica pero edulcorada, eso sí, con
conoce, no se refiere solo al antro que un estilo sentimental que aturde y
montó su fundador en Manhasset, un convierte al lector en un cómplice de
poblado de 8.000 almas perteneciente barra. No es un libro crudo ni realista
al estado de Nueva York, sino a todas las sino una recreación ideal de las vidas
tabernas desperdigadas por el mundo cruzadas que participan en la idea
que son refugios donde los clientes “se platónica de los bares: del Confieso que
sienten más cerca de Dios, del amor o de he vivido de Neruda al más confidencial
la verdad”, incluso de la autodestrucción. del Confieso que he bebido de Horacio
El Publicans que describe Moehringer Rébora, fundador de La Tertulia, el
en sus memorias noveladas es una Publicans de Granada. En realidad todas
acogedora metáfora de alcohol y las ciudades y quizás todos los pueblos
confraternidad a la que acuden tipos españoles tienen su Publicans, con su
de todas las extracciones sociales perenne camarero que espera la llegada
a mojar su soledad o a confrontar de las almas descarriadas. n
NARRATIVA
que Chris, su marido, ha fallecido información que le proporcionan
L
a isla de Alice, el aliterado motivos que llevaron
RICARDO MARTÍN
“
demasiado corriente en nuestras sino que se permiten
letras. Por último, se trata de todo tipo de licencias,
diciendo cosas como
“la liaba parda” o
“es un poco coñazo”
con la más castiza
Sánchez Arévalo tira de su desinhibición. Pero
oficio como guionista de cine también se percibe
esa libertad formal del
para organizar una trama
autor en los muchos
ambiciosa entre el drama y la recursos que emplea,
ironía no solo en extensión y ya sea la descripción de
complejidad sino también en lo sueños o la elaboración
que tiene de exploración de la de listas, por no
sensibilidad femenina hablar de los siempre
Daniel Sánchez Arévalo. complicados diálogos
con niños.
una obra mestiza, que participa gadgets para espías que regenta En el desarrollo de las
de géneros muy diferentes y el citado español, e invadir la pesquisas de Alice, por otro lado,
rehúye los encasillamientos más intimidad de sus vecinos en busca camina a menudo por el filo de la
facilones. Estructurada en cinco de alguna pista esclarecedora. inverosimilitud, pero nunca llega
capítulos, alusivos a clásicos Uno de los detalles que de a perder el equilibrio. Sánchez
literarios supuestamente hecho sorprenden de Alice Arévalo tira de su oficio como
infantiles —Moby Dick, La isla es que se trata de una mujer guionista de cine para organizar
del tesoro, Robinson Crusoe, El vulnerable, lógicamente una trama ambiciosa entre
hombre invisible y Alicia en el país afectada por las circunstancias, el drama y la ironía no solo en
de las maravillas—, la narración pero con una determinación extensión y complejidad —unas
cuenta el drama de Alice, madre implacable. Sabe mantener su 600 páginas— sino también en
de una niña y embarazada de otra, plan con tanta discreción como lo que tiene de exploración de la
que una noche recibe la noticia de especula hábilmente con toda la sensibilidad femenina. n
NARRATIVA
un sabor amargo en la boca. La han hecho otra... No importa, el
U
n tío mío decía que la placa su puesto: “Metieron a
RICARDO MARTÍN
“
Barcelona donde, en cuanto la sobrecarga de la
levantas la tapa del caldero, todos Eduardo Mendoza. tradición”.
los guisos huelen a podrido. De Este libro tal vez
hecho, intentaron cargarle a él el no satisfaga a los aficionados
muerto, literalmente hablando. a la novela de risa porque los
Tuvo que convencer a Flores de mensajes son profundos y
que le dejase actuar y descubrir a Este libro tal vez no satisfaga melancólicos; ni a los lectores
los verdaderos criminales. Eso le a los aficionados a la novela sesudos de la novela de ideas por
llevó hasta una mansión en la que su trama disparatada; ni a los
de risa porque los mensajes
descubrió que debajo de todo el amantes del género policíaco con
asunto había una trama de evasión
son profundos y melancólicos; su investigación descabellada.
de capitales bastante chapucera. ni a los amantes del género El género de este libro es
Quien crea que va a leer una policíaco con su investigación inequívoco: novela mendociana.
novela de risa se equivocará. descabellada. El género de Los incondicionales —que no
Esta es una novela que se agita este libro es inequívoco: son pocos— de este novelista
—con gracia, desde luego— en novela mendociana elegante, agudo y escéptico la
el terreno del esperpento y deja disfrutarán. n
T
oda literatura escrita por En este libro se escuchan Cuentos de los
mujeres gira en torno a una incesantemente voces de mares del sur
dicotomía esencial que mujeres. Las de la familia
refleja este libro de Belén García. biológica de la autora y también Jack London
¿Leerlas a ellas es leer nuestra las de su familia literaria. Trad. Inés Bértolo
Navona
voz y por tanto un deber con Una puede imaginar a Belén
232 páginas | 13, 50 euros
nosotras, con nuestro género? sosteniendo en su mano como una
o por el contrario ¿los libros malabarista circense a Woolf, a Aventurero, arisco lobo de
deben defenderse por sí mismos, Sexton, a Plath, a Martín Gaite o a mar y fabulador incansable.
sin necesidad de etiquetas? Es la Yerma de Lorca; lanzándolas al Tres rostros que definen a
posible que alguna mujer lectora aire más tarde y jugando con ellas Jack London y su fuerza
jamás se haya cuestionado hasta componer este artefacto narrativa, el machete con el
que se enfrentó a la
naturaleza de la violencia,
ERRATA NATURAE
“
la percepción de los caracteres
Elizabeth Jenkins. y, en las triangulaciones de
E
lizabeth Jenkins, sus repercusiones en el orden trama se demoran: la pasión y su
basándose en hechos moral. La sospecha de que la desgaste en una sociedad hostil
reales —la crónica negra de enfermedad es comunitaria. parecen tener más relevancia
la sociedad victoriana—, escribe Los dobleces definen las que el desenlace criminal. Pese a
novelas que se caracterizan por narraciones de Jenkins, que esa fractura de las expectativas
una complejidad psicológica le da vueltas al límite de la de género, el libro se devora con
que activa los mecanismos del responsabilidad en las sociedades morbosa avidez. La coreografía
morbo: Jenkins cuenta auténticas donde el erotismo es tabú y las víctima-verdugo que enlaza
brutalidades como quien borda vías de escape del individuo están a Gully con Florence, el quién
sobre un lienzo. Cuando leí Harriet viciadas. Violencias en la violencia domina a quién, no es un paso a
—no haré el spoiler—, pensé y, de nuevo, el dilema de si los dos, sino otro triángulo: el vértice
que nunca había tropezado con criminales merecen compasión o es una sociedad insana en la que
una construcción más intensa castigo. Jenkins retrata un mundo Jenkins, con un tono vintage, nos
sobre la crueldad. En La historia sucio y, a partir de una anécdota obliga a entrar melifluamente.
del doctor Gully un prestigioso que en apariencia aborda el Parece que leemos un relato
médico inicia una relación con inmerecido derrumbamiento de victoriano, pero estamos ante
una paciente casada. Más allá una reputación, nos coloca en un un texto escrito en los setenta
de las claves de la novela de disparadero: no sabemos si el cuando la labilidad del juego
adulterio, nos encontramos ante retrato de Gully es hagiográfico moral y las posibilidades de que
una historia endemoniadamente o si nos enfrentamos a la los velos marquen los contornos
inteligente sobre la dependencia: personalidad del verdugo; si voluptuosos se multiplican. La
alcoholismo, hipocondría, Gully educa y libera a Florence distancia nos ofrece elementos
higienismo —baños de asiento o la deprava. Ignoramos desde de juicio y, a la vez, con impecable
y potingues—, sexualidad qué mentalidad Gully puede ser coherencia literaria nos incita
cautiva, el cuerpo como espacio una figura edificante: aunque a actuar como lectores-jueces
de adicción. El primer orgasmo inicia a una mujer joven en tanto de la narración, como de lo
de Florence se escribe con placeres prohibidos por una narrado. n
Novelas VOLUMEN VI
Manuel Calderón.
Vicente Blasco Ibáñez
Biblioteca Castro
que viven alocadamente hasta
LA MEMORIA
1012 páginas | 52 euros
que encuentran su destino en
una curva de la carretera, el La presentación escénica,
L
o primero que uno piensa Carlos Foradada, otro poeta que Virgen y El fantasma de las
al leer la primera novela de murió joven víctima de muchas olas de oro. Cinco historias
Manuel Calderón es que cosas, también de la poesía, de en las que también está
se ha estado forjando a lo largo una poesía que es como una mano presente el cosmopolitismo
de muchos años, hasta el más negra. Y en esa España en la que de un escritor muy hábil en el
pequeño detalle está cuidado, todavía resuenan con fuerza los manejo de los métodos
descrito con una parsimonia ecos del pasado, los secretos narrativos. n
que no se corresponde con las familiares, las culpas y los deseos,
prisas de los tiempos actuales. Manuel Calderón se detiene en
Es complicada la historia que Barcelona. No hubo ciudad más
Calderón nos cuenta, hay muchos convulsa en los años setenta y de la mentira que es la palabra.
mundos, diferentes tiempos, hasta diría que más conveniente Calderón, periodista cultural con
demasiadas tonalidades para para que un joven aprenda sobre muchos años de oficio, realiza un
despacharlas en unas pocas la vida: allí convivían anarquistas, esfuerzo evidente por huir del
páginas. Y, probablemente, sea antiguos falangistas, confidentes, lenguaje periodístico. El empeño
esa ambición, tan legítima, de putas, músicos, poetas, poetas... estilístico casi es tangible y, lo
contarlo todo (tan propia de las Gran parte del conocimiento que más importante, conseguido.
primeras novelas) el principal destila la novela tiene pinta de ser Prosa de alta calidad la que aquí se
reparo que el lector encuentre en biográfico. nos regala.
Bach para pobres. Bach para pobres tiene ese No diremos que Calderón
La novela arranca con una aire nostálgico de la mirada ha creado un mundo en esta su
imagen poderosa: a un lugar atrás, la tristeza inherente a primera novela, pero sí que hay un
llamado Esperanza, un pueblo de todo recuerdo de un tiempo por tono, una mirada, una atmósfera
muertos más que de vivos, llega un el que, a pesar de no ser feliz que nos hacen confiar en que Bach
hombre buscando a otro hombre —nadie lo es en esta novela—, para pobres no será su último
que se llama Miguel. Se conocieron daríamos la vida por recuperar. libro y que, una vez liberado de
en el infierno de Leningrado, donde Esa vida que es siempre un la desmesurada ambición inicial,
uno salvó la vida del otro. La guerra viaje iniciático a ninguna parte, escribirá novelas tan buenas o
deja muchos muertos que no saben reflejado con una sorprende mejores que esta que le sirve de
que lo son, cadáveres ambulantes veracidad en la literatura a partir presentación. n
NARRATIVA
de Austria, amado y odiado por
H
ace ocho años, Juan domina la época,
Manuel de Prada sus términos, el
(Baracaldo, Vizcaya, rico y sugerente
1970), se sintió atraído por la vida vocabulario, conoce
y la obra de Teresa de Jesús y la obra de Teresa
empezó a preparar la exhaustiva de Jesús, y de sus
documentación de una novela. imitados (Francisco
Por distintas razones de índole de Osuna, Fray
personal, aparcó el proyecto y Luis de Granada,
estuvo casi un lustro en el dique sobre todo), y
seco. Ante la inminencia del le añade ironía,
quinto centenario del nacimiento sentido del juego y
de la autora de Las moradas, se elementos sutiles de
zambulló en El castillo de diamante, ambigüedad. Entre Ana y Teresa pronto
título que extrajo de ese libro: una se establece una especie de duelo: sin
novela, con algunas licencias de pura percatarse tal vez del todo, Ruy Gómez
ficción, que se centra en la relación de asiste a las primeras reticencias de
Teresa de Jesús (1515-1582) y Ana de su esposa ante una monja, fundadora
Mendoza (1540-1592), la princesa de de conventos, con capacidad de
Éboli, casada con Ruy Gómez, hombre de organización y de mando.
confianza de Felipe II. Ruy Gómez es un estupendo
El texto se inicia y se cierra en 1575, personaje; una de las escenas más
cuando Ana de Mendoza, de 35 años, divertidas y sinuosas del libro desarrolla
ya se ha quedado viuda y es requerida las artes amatorias de la princesa de
en amores por Antonio Pérez. Ambos Éboli, el poder de su herida bajo el famoso
participarán en la muerte de Juan parche atrae tanto como su avanzado
Escobedo, secretario personal de Juan estado de gestación, y a la vez su ingenio
y su perfidia en la dialéctica teológica. En
uno de los diálogos entre Ana y Teresa,
R.C.
P
lacer como verbo significa Para los poetas futuristas la de un modelo concreto, pequeño y
agradar, dar gusto y máquina es “dios de una raza de de gran capacidad. La maleta en
como sustantivo alude al acero” que se lanza al “Infinito los cuadros de Toral, el viaje en la
goce, al disfrute, a la diversión. liberador”. T. E. Lawrence corría esperanza de su contenido, la
Como es fácil comprobar se por la noche hasta las pirámides selección de todo aquello que nos
trata de aspectos positivos y allí leía. Es conocido el valor resulta imprescindible. La
que las personas, los animales mítico de la Harley, que se Bernhardt para un viaje a América
y las cosas producimos en una ha definido como: “el último llevaba veinticuatro maletas con
relación del tipo que sea siempre ejemplar de los grandes caballos quinientos cincuenta trajes y
que se consiga esa meta casi fúnebres de los siglos pretéritos”. doscientos cincuenta pares de
imposible que es la felicidad. El deporte ha despertado hasta zapatos. ¡Es que allí no hay de
Un diccionario es un libro donde no hace mucho recelos en los nada! n
E
ste ensayo de los
MARC BALLÓ / MÒNICA CORTÉS
profesores de
comunicación y narrativa
audiovisual Jordi Balló y Xavier
Pérez tiene el indiscutible
encanto de hechizar al lector,
pese a posibles reparos
parciales. Resumiendo muy
esquemáticamente este
poliédrico libro, su intención
sería rastrear y catalogar la
larga sombra de Shakespeare
en la ficción audiovisual reciente
(cine y series televisivas). Si en
la parte cinematográfica es
difícil discrepar, pues El mundo,
un escenario recorre clásicos
innegables, en el caso de las
series, aun sólo por cercanía
“
temporal, el resultado a veces
puede parecer atrevido: “George Xavier Pérez y Jordi Balló.
Anastasia tituló un artículo muy
citado ‘Si Shakespeare estuviera Shakespeare (en obras de ciertos
vivo, escribiría para Los Soprano’; cineastas, como Tarantino o
nosotros preferimos matizar que Godard, puede haber decenas de
si Shakespeare no nos hubiera ‘El mundo, un escenario’ no guiños u homenajes a otros tantos
regalado su teatro hace ya cuatro procura más que felicidad filmes), y otra utilizar la obra
siglos, nadie podría escribir shakespeariana como modelo
lectora porque es inteligente
Los Soprano con los poderosos estructural compositivo. Por eso
recursos narrativos de que hace
y vario, porque invita a releer sorprende que tras The Big Bang
gala esta ficción”. a Shakespeare de nuevo, Theory vean la sombra de El sueño
Uno de los aciertos del y porque nos trae a los ojos de una noche de verano (p. 132).
libro es revisitar, gracias a sus de la memoria películas y ¿No es más fácil que el modelo sea
hábiles divisiones temáticas escenas que son parte otro, como Wilde, o Shaw, o —por
o estructurales (el villano indisoluble de quienes somos ponernos pedantes— la comedia
excesivo, el triángulo amoroso, erudita renacentista?
la circularidad), parte de la Estas discrepancias no son
cinematografía más respetada: mediada la historia tiene ataques al libro, sino conversación
los autores realizan fabulosos antecedentes isabelinos. Da igual surgida por su causa; El mundo,
recorridos por películas que el culto y muy avisado David un escenario no procura más
perdurables, por lo común Simon declare explícitamente que felicidad lectora porque es
utilizando ejemplos míticos (solo que no sigue el modelo inteligente y vario, porque invita
eché de menos, al abordar los shakespeariano: Balló y Pérez lo a releer a Shakespeare de nuevo,
soliloquios de los villanos, el del corrigen —sí, a David Simon— y y porque nos trae a los ojos de la
Monsieur Verdoux de Chaplin y dicen que sus tramas corales memoria películas y escenas que
al protagonista-narrador de Uno siguen un patrón “que no puede ser son parte indisoluble de quienes
de los nuestros de Scorsese). Y otro que el isabelino”. No sirven los somos. n
J
osé Tono Martínez, nacido en y sentimientos.
Guatemala en 1959 y residente La amplitud de
en España, sociólogo, doctor horizonte de
en Filosofía , cofundador y director este poemario
de la revista La luna de Madrid, ha une ciudades,
dejado su huella tanto en la novela historia y literatura
como en el relato y el ensayo y, por trabándolas a la
supuesto, en la poesía, de la que vida, y apela a
este año tenemos buen ejemplo esta como forma
con la publicación por Huerga y de resistencia. No
Fierro de El que hiere de lejos. Un faltan la ironía, la
poemario que junto con Segunda austeridad formal
versión del alba, De los años que no anula
próximos y Una isla estremecida (1988- la sensorialidad. Tampoco el tema
2008) forma su corpus poético. vivificante de esta obra, el transcurso
En este último libro late una del tiempo, su acción devastadora,
aspiración hacia lo absoluto muy presente de un modo radical en el poema
juanramoniana, una visión cósmica que cierra el libro y que por su hondura
aleixandrina y un poso clásico fundado y raíces clásicas, justifica todo el
en el Siglo de Oro español, aspecto poemario. Una de sus estrofas constata
señalado por uno de los mejores lo que decimos: “Oh tiempo que todo lo
conocedores de su obra, el poeta destruyes,/ de ti mismo también huyes,/
y crítico Jaume Pont, que propone del mundo haces polvo de estrellas/
un constante proceso de reflexión que nuestra noche contempla y sella”.
injertado en las palpitaciones más La herida de la poesía de José Tono
carnales del amor y su pérdida. Hasta Martínez cicatrizará dentro de cada
el punto de que amante y amada se lector. n
Á
ngeles Mora nace en el la identidad de quien habita su y después de nacer en aquel
primer verso de este libro. cuerpo, recorre las habitaciones primer verso, defiende que sus
Es finales de diciembre, de su casa, escribe sus poemas poemas tengan ritmo de bolero
ese momento en que un año deja o rememora su historia. Como y no de marcha fúnebre, cumple
de ser y el siguiente aún no ha esas preguntas se las hace una años (aunque lo importante no
tomado posesión de su cargo, lo mujer, aprovecha para plantearse es eso sino “el vuelo cotidiano del
que la hace decir que está, desde en tono de denuncia: por qué los amor”), recupera sus meriendas
entonces, “fuera del mundo”. El hombres no barren, no limpian de niña (“Cotidiana batalla/de la
poema se titula “A destiempo” y el polvo, no planchan, no baten escasez/ en la casa del pobre”)
sirve como guía para entender lo mayonesa, no hacen las camas o o los cines de verano (Gary
que le sigue. Para entender, por controlan el dinero; y por qué ella, Cooper enfrentándose solo
ejemplo, que alguien que llega que se alza contra la injusticia ante el peligro), se encierra en
demasiado tarde o demasiado
temprano, y por mucho que sea el
TERESA GÓMEZ
“
oscuros de la existencia. También
sus ficciones, esa amalgama de
verdades y falsedades, apenas de tener que hacer todo eso un desván a mirar “borradores
distinguibles entre sí, con las que porque sí, por razones de género, escondidos”, se queda a cenar con
se escribe la novela de cualquier descubre desde muy pronto un hombre que tiene “un laberinto
persona. Ángeles Mora sabe que que prefiere leer el periódico o de luces” en su mente, o recuerda
la memoria traiciona, pero por emborronar papeles que hacer en blanco y negro el “silencio
encima de eso tiene la certeza de ganchillo. También para todo eso de los vencidos” y la “algarada
que lo hace para contarnos mejor le es útil la noche: mientras esta de los vencedores”. ¿Ficción?
lo que somos. La tarea del poeta dure ella es libre de imaginar ¿Autobiografía? El destiempo
es darse cuenta de esa aparente o reinventarse o descansar de de la buena poesía, que, como la
paradoja y encontrar modos de sus tareas, todo lo cual tendrá autora de este libro tan emotivo
plasmarla sobre el papel, algo que abandonar o subordinar y tan lúcido, ha hecho del llegar
que le obliga a pactar con la a otras cosas cuando llegue el demasiado tarde o demasiado
noche (hay numerosos pasajes día. El precio de esa lucha es la temprano su razón de ser. n
INFANTIL
Y JUVENIL
momento en que la tienes parece que el la, Como la sombra que se va, en la que él
libro entero va a salir de ahí”, y se refirió mismo es un personaje, el autor recono-
Lara y seguida por numerosos lectores que también al proceso de documentación, ció que remontarse al hombre que era hace
abarrotaron el salón de actos. Aprendiendo que ha cambiado mucho con la llegada de treinta años fue un trabajo complicado. A
a escribir novelas fue el título de su confe- internet, pues ahora “es más fácil conse- propósito de los maestros, Muñoz Molina
rencia, en la que aseguró que el origen de guir documentación de primera mano”. mencionó a Carmen Martín Gaite, Miguel
una obra “siempre es algo muy modesto Interrogado por el moderador del acto, Delibes, Eduardo Mendoza o Juan Carlos
que se queda en la imaginación, peque- Alejandro Luque, sobre su última nove- Onetti, “un ejemplo de generosidad”. n
Cervantes y Cía
ÓSCAR GARCÍA
N
uestra época padece nostalgia por naughey en True Detective, tiene ambas cualidades.
los héroes. Quizás porque en nuestro Nos fascina por su lucidez al desentrañar un crimen
mundo sin certezas, los héroes des- y al mismo tiempo nos inquieta su oscuro, incómodo
aparecieron para dar paso a los char- y sincero descifrar de la existencia.
latanes. Así lo apuntó Thomas Carlyle Los héroes resultan peligrosos para su sociedad.
en Los héroes. O porque después de tantas guerras he- Los necesitamos cuando nos limitamos a ser espec-
roicas en el siglo XX, hemos aprendido a desconfiar tadores desde el placer de la ficción. Los cuestiona-
de ellos. Como nos recuerda López-Pedraza en Sobre mos cuando, contemporáneos nuestros, ponen en
héroes y poetas, ya Eurípides representó a los héroes peligro nuestra estabilidad. Son el extraño ser de la
de Troya como unos asesinos. Ante la duda, hoy invención o de la historia. Rebeldes a un sistema
preferimos admirar fueron Jesucristo, Charlie Parker, los justicieros Eliot
a seres de ficción, en Ness y Spiderman. Mantienen una fe innegociable
quienes hemos dele- en su tarea, que nos hace admirarlos en nuestras du-
gado nuestra pulsión das de seres frágiles, que luchamos por salvarnos a
heroica. Desterrados nosotros mismos y no a los demás. Sin embargo, los
en la sombra de los creadores actuales dibujan personajes cada vez más
sueños, nos man- parecidos a nosotros, antihéroes que sobrevivimos al
dan mensajes desde día. Don Draper bebe nuestra derrota en su whisky.
nuestro inconsciente. Sentimos nuestro vacío cuando contempla, a través
Tratan de aparecer en de una ventana del Nueva York de Mad Men, los da-
nuestros actos y a me- ños colaterales de un intenso egoísmo en la oficina.
nudo nos perturban y Walter White comercia con nuestra angustia en Brea-
contradicen. El gran king Bad. Nos pone contra las cuerdas de nuestras
hallazgo de David Cha- convicciones al mismo tiempo que le animamos a
se ha sido enmarcar continuar su camino. El bien y el mal, la flaqueza y
las peripecias de Tony la fuerza, la duplicidad compatible, se funden en el
Soprano en la consulta héroe contemporáneo.
de una psiquiatra que, Patrick Harpur sostiene en El fuego secreto de los
a su vez, también en- filósofos que los retratos del ego occidental están
loquece. El héroe trae fundamentados en mitos heroicos. Habría que aña-
consigo el riesgo de la dir a nuestros antihéroes de hoy, que tanto se nos
locura. Cervantes nos hermanan. Bruce Willis no habría tenido éxito sin el
mostró como nadie el espejo de Hércules. Pero la sonrisa de comprensión
proceso de imitación de Tony Soprano, cuando decide perdonar la vida a
y contagio. alguien, nos viene a la cabeza en el trabajo y en el
Sinceridad y vi- café. Él reúne la infidelidad y la lealtad, la generosi-
sión son los atributos dad y la destrucción. Cuando se niega a asumir las
principales del héroe, consecuencias de sus acciones, su inconsciente le
según Carlyle. Entre las figuras que analiza prefiere golpea. Redime su vileza con un irresistible encanto.
ASTROMUJOFF
al poeta, porque “el espíritu de todo heroísmo es pe- Se levanta una y otra vez sobre el abismo. Ama y es
netrar en la esencia misma de las cosas”. Y eso es lo odiado. Y, en la pantalla, ve las mismas ficciones que
que el poeta hace mejor que nadie. Volar, incendiar, todos hemos heredado. Se refleja en la familia Cor-
ser invisible. Los poderes de los superhéroes son pe- leone. Cada mañana, como nosotros, abre la puerta
queños en comparación con desentrañar los secretos de su destino. Sueña con un héroe y persiste en su
del mundo. Cohle, el policía interpretado por McCo- voluntad. n
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