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Universidad Autónoma De Coahuila.

Facultad de Derecho.

FILOSOFÍA DEL MÉTODO CIENTIFÍCO

Protocolo de Investigación
La homogeneización del matrimonio homoparental en los
códigos civiles de México

Presenta:
Elvira Cortez Rodrigo
López Zavala Michell
Ortiz Jaquez Daniela Lizbeth

Profesor:
Lic. Ana Karina Perez Vertti Alvarez

Torreón, Coahuila
11/Mayo/2018
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

La figura jurídica del matrimonio ha evolucionado en su historia, y su importancia


en el derecho familiar se puede observar respecto a los efectos que el mismo
produce.
Dentro de la ley civil, se busca que las personas acepten un compromiso con su
pareja y de igual manera con el Estado. Debemos considerar el matrimonio como
un contrato importante, un vínculo humano donde la construcción de estos nos
ayuda a consolidarnos como sociedad.
En los registros civiles de la república mexicana, se encuentra registrada una
minoría de matrimonios igualitarios. En México, los Estados en los que
actualmente se encuentra legalizado el matrimonio homoparental son: Ciudad de
México, Quintana Roo, Chihuahua, Coahuila, Nayarit, Jalisco, Sonora, Campeche,
Michoacán, Morelos y Colima. Lo que se pretende es que exista una
homogeneización en todo el país.
Existen grupos sociales a los que les resulta que el matrimonio igualitario no es
correcto o simplemente no es de su agrado, sin embargo, el Estado no debe
abordar la sola idea de un grupo, sino velar por los intereses de todos y así buscar
el bien para el país en general. Respecto a esto, cabe señalar que, en México, el
53% de la población no acepta al matrimonio homoparental (argumentando que
esto afectaría a la sociedad), mientras que el 47% está a favor de este mismo.
Este odio y discriminación hacia personas con preferencias sexuales distintas es
una idea que va pasando de generación en generación, y que sigue vigente en
muchas personas y familias en México, esto es por la tradición conservadora que
tenemos en nuestro país.
A pesar de que organizaciones civiles y algunos gobiernos impulsan un marco
normativo a favor de los derechos para la comunidad LGBT, seis de cada diez
mexicanos están en contra del matrimonio igualitario.
En México, los avances respecto al matrimonio igualitario no son rápidos pues
como se ha mencionado anteriormente, solo un tercio de los Estados reconocen la
unión legal entre personas del mismo sexo. Estados a donde muchas parejas
deciden viajar con tal de cumplir esa ilusión de casarse civilmente.
La cifra de los matrimonios igualitarios no representa ni un 1% de la población de
México, pero el hecho de que ya existan representa un avance tras la lucha de las
organizaciones que defienden los derechos de la comunidad diversa. El objetivo
es lograr que a corto plazo todos los Estados de la República Mexicana accedan a
aprobarlo en sus códigos civiles, pues como el presidente de México, Enrique
Peña Nieto llego a señalar, el matrimonio igualitario es un derecho humano, un
derecho que todas las personas tenemos al poder elegir con quien queremos
estar, por esta razón el matrimonio homoparental ya no tiene que estar expuesto al
rechazo.
El artículo 1° constitucional nos habla de los derechos de igualdad, así como
también a la prohibición de la discriminación. El artículo 6° constitucional protege
la libertad de expresión; los Estados al no querer aceptar el matrimonio
homoparental en sus códigos civiles, estarían violentando los derechos humanos
de este grupo social.
Hablar sobre el derecho a la igualdad y el derecho humano a la no discriminación
son temas recurrentes en nuestros días, sin embargo, lo cierto es que ni en países
desarrollados se encuentran superados los problemas sobre su tutela efectiva de
tales derechos. Es claro que tanto los órganos de gobierno, como las personas,
son quienes continúan vulnerando dichas prerrogativas.
Internacionalmente, existen organismos los cuales están a favor de la libre
elección sexual, estos son el Movilh y la ONU, los cuales a través de sus decretos
y luchas por la igualdad de derechos han logrado marcar una gran influencia en
las esferas sociales de muchos países. Pero al igual que existen organismos a
favor, hay algunos que se crearon para estar en contra de esta problemática. Uno
de los órganos más relevantes pertenecientes a México, es el FNF (Frente
Nacional por la Familia) el cual fue creado contra la ley que implemento el
presidente de la República Mexicana, a favor del matrimonio igualitario el 16 de
mayo del 2016.
Dicha ley propone una adhesión al artículo 4° constitucional, que elimina los
términos y preceptos discriminatorios que definen al matrimonio como la unión
entre hombre y mujer. La iniciativa del Ejecutivo, dada a conocer en el marco del
Día de la lucha contra la homofobia, también planteó modificaciones dentro del
Código Civil Federal, en los que se pueda expedir una nueva acta para el
reconocimiento de la identidad de género.
Sin embargo, los opositores de la propuesta legislativa del presidente,
distorsionaron el concepto jurídico de igualdad al sugerir que los homosexuales
merecen un trato diferenciado por ser “desiguales”. El derecho internacional
rechaza tal distinción, pues prohíbe la discriminación de la persona con base en su
identidad subjetiva, en especial cuando ésta pertenece a grupos minoritarios. En
otras palabras, la orientación sexual no constituye razón suficiente para justificar
una interferencia del Estado en la vida privada y familiar.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió una tesis jurisprudencial
que declara inconstitucionales los códigos civiles de aquellos estados donde el
matrimonio es entendido como la unión entre hombre y mujer. El Consejo Nacional
para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) considera que esta jurisprudencia
es un "avance histórico" para proteger los derechos humanos de los miembros de
la comunidad de la diversidad sexual.
Como sociedad debemos empezar aceptando las relaciones entre parejas del
mismo sexo, verlas como a cualquier otra pareja heterosexual, para que así, la
idea del matrimonio homosexual deje de parecernos algo incorrecto.
La homosexualidad actualmente se puede considerar como un tabú, el cual,
prácticamente se encuentra dentro de todas las esferas de la sociedad. Sin
embargo, no podemos negar que día a día este tipo de mentalidad se va volviendo
más comprensible y abierta ante tal situación. Vivimos en una sociedad la cual
está cambiando y por lo tanto sería de mucha utilidad el fomentar dentro de las
familias, en las escuelas y en los distintos grupos sociales, la no discriminación a
personas homosexuales, ya que el hecho de ser seres humanos ya amerita un
trato, como la palabra lo indica, más "humano".
El estar a favor del matrimonio homoparental, no significa que las personas
debemos ser también homosexuales, participar en las marchas para su aceptación
o que nos pintemos la bandera del orgullo LGBT; en realidad significa que es
importante para el crecimiento de México como país, un país donde las personas
sean más tolerantes y donde existieran las cero discriminaciones a los
homosexuales que buscan tener un matrimonio como cualquier otra persona
heterosexual.
JUSTIFICACIÓN.

Este estudio busca lograr la homogeneización de matrimonio en los códigos civiles


de cada Estado de la República Mexicana.
En nuestra sociedad, a través de los años nos han inculcado que el matrimonio
homoparental es un “fenómeno” controversial, un “problema social” que nos afecta
a todos. Sin embargo, no podemos quedarnos con esta postura conservadora que
nos genera una desigualdad, una discriminación e ir en contra de lo que han
establecido la SCJN y la CNDH.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determino que es
inconstitucional cualquier código civil del país que establezca que el matrimonio
solo es entre hombre y mujer, ya que se violenta un derecho humano.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) afirma que el matrimonio es
una institución secular que forma parte de la condición humana y que el acceso al
matrimonio no puede estar condicionado por una orientación sexual.
El matrimonio igualitario no es un favor o una concesión legal, va más allá, pues
se trata del reconocimiento de un derecho de un sector de la población que está
siendo ignorado por motivos confusos. No se trata de un capricho, se trata del
hecho de que ellos merecen disfrutar de lo que legítimamente la ley debería
concederles.
¿Por qué la homogeneización del matrimonio homoparental seria lo mejor para el
país? Si este planteamiento llegara a darse y en todos nuestros códigos civiles se
aceptase, el matrimonio igualitario daría un nuevo giro e incluso un nuevo valor y
aún más grande a la institución del matrimonio civil, lo cual como objetivo tendría
que el país tuviera un futuro con una sociedad más tolerante y abierta a los
problemas sociales que afectan a todos los países del mundo, pudiendo México
tener una mejor convivencia con estos.
Para llegar a este resultado, nosotros propondríamos la posibilidad de
implementar una especie de conferencias sobre la problemática del matrimonio
homoparental, en donde se dé a entender que este es un asunto social, moral, de
tolerancia y también civil. No es una cuestión de “promover la homosexualidad”
sino de evitar que la discriminación haga que los homosexuales se encuentren a sí
mismos excluidos.

Se podría implementar en las escuelas una materia que hable sobre la igualdad y
libertad que debemos de tener todas las personas en general, donde se enseñe a
tratarnos igual sin ninguna discriminación, logrando con esto que desde niños se
tenga la consciencia sobre este tema y aceptar que todos tenemos las mismas
oportunidades sin importar los gustos y preferencias de cada uno.
Obteniendo la legalización del matrimonio igualitario en México, nos llevaría a un
marco de igualdad, al tener todas las personas la oportunidad de contraer
matrimonio con quien decidan libremente.

Nada justifica el hecho que deba suprimirse un conjunto de derechos civiles y


sociales a un conglomerado de la población. Hablamos de que, debido a cierta
postura crítica, religiosa o moral, un porcentaje de ciudadanos no pueden acceder
a derechos básicos como reconocimiento de su personalidad jurídica, a los
derechos de herencia y sucesión, incluso a su identidad.
LIMITES DEL ESTUDIO.
Esta investigación se encuentra fundamentada en el derecho civil y familiar, en la
reforma del 2009 al artículo 146 del Código Civil de la Cuidad de México, así como
también en los derechos humanos establecidos en el artículo 1°, 4° y 6° de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
 El Derecho Civil es la rama del derecho encargada de vigilar por el buen
desenvolvimiento de las relaciones de las personas con otras y con el
estado. Las disposiciones que este derecho civil impone son de carácter
ético, suponen una correcta conducta con el medio ambiente son
representadas por la sociedad. Las relaciones que se desarrollan dentro del
marco legal del derecho civil pueden ser tanto públicas como privadas,
podrán generar actos y consecuencias que afecten al sector público
nacional.

 El Derecho Familiar es un área que se encarga de todas


aquellas cuestiones legales que están relacionadas con las relaciones
familiares, como por ejemplo el matrimonio, la adopción, el divorcio y la
custodia de los hijos.

 A finales de 2009, la Asamblea Legislativa del entonces Distrito Federal


(ahora Ciudad de México), aprobó una reforma al artículo 146 del Código
Civil de la localidad, con la finalidad de redefinir la institución del matrimonio
como “la unión libre de dos personas”, y de esta manera comprender no
sólo a las parejas heterosexuales, sino a las del mismo sexo, así como
también permitir la adopción de niños y niñas por parte de estas últimas.
El texto anterior del citado artículo 146 del Código Civil disponía:
“Matrimonio es la unión libre de un hombre y una mujer para realizar la
comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y ayuda
mutua con la posibilidad de procrear hijos de manera libre, responsable e
informada. Debe celebrarse ante el Juez del Registro Civil y con las
formalidades que esta ley exige”.
Con motivo de la citada reforma legal, se redefinió la figura del matrimonio
como “La unión libre de dos personas para realizar la comunidad de vida,
en donde ambos se procuran respeto, igualdad y ayuda mutua. Debe
celebrarse ante el Juez del Registro Civil y con las formalidades que
estipule el presente Código”.

 Citando los artículos 1°, 4° y 6° de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos:
- Artículo 1°, párrafo 5: “Queda prohibida toda discriminación motivada por
origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la
condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la
dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y
libertades de las personas.”

- Artículo 4°: “El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la
organización y el desarrollo de la familia…”

- Artículo 6°: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna


inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la
moral, los derechos de tercero, provoque algún delito, o perturbe el orden
público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por
la ley…”

METODOLOGÍA.
En esta investigación se pretende alcanzar los objetivos requeridos mediante la
realización del método analítico, el método descriptivo y el método explicativo.

MARCO TEÓRICO.
Roberto Saba comenta al respecto que “El alcance de la regulación del matrimonio
ha sido y sigue siendo uno de los temas más controvertidos del derecho civil de
las Américas desde finales del siglo XIX y hasta nuestros días. La determinación
de la autoridad competente para celebrarlo y administrarlo —religiosa o civil—, la
posibilidad de disolverlo —y de contraer nuevas nupcias— y su extensión a
parejas de un mismo sexo han sido los ejes que dominaron el debate jurídico en
muchos países de nuestra región, a los que se suman temas relacionados como la
adopción por parte de esas parejas o el reconocimiento de vínculos filiales
pluriparentales. Una de las primeras conquistas logradas por los estados laicos
frente a la autoridad de las Iglesias en varios países de las Américas consistió en
desplazar a estas últimas del ejercicio exclusivo y excluyente del poder de regular
y administrar el acto matrimonial.
En los últimos años, la prohibición de que dos personas de un mismo sexo
contrajeran matrimonio ha sido debatida por los juristas, atacada por los activistas
de derechos humanos y desafiada constitucionalmente en los tribunales por
aquellos que padecieron —y continúan padeciendo— las consecuencias de esa
normativa, por contradecir valores compartidos por todas las Constituciones de las
democracias liberales modernas. Como muchos autores han mencionado, son
fundamentalmente dos los argumentos que socavan la validez constitucional de
aquella prohibición estatal. El primero de ellos gira en torno al principio de
autonomía y el segundo se refiere al principio de igualdad. Estos dos valores no
son excluyentes. Todo lo contrario. El principio de igualdad supone la autonomía y
el de autonomía asume que todos somos igualmente autónomos. Sin embargo,
como veremos en este libro, iluminar con intensidad sólo uno de esos valores
puede oscurecer y cegar nuestra capacidad de percibir la afectación de la
igualdad, sobre todo cuando es comprendida más allá de la exigencia de tratos no
arbitrarios.
Los seres humanos compartimos una cualidad: somos personas morales. Ello
implica reconocernos como seres capaces de discernir entre lo moralmente
correcto y lo incorrecto, de lo cual se desprende que, entonces, cada individuo es
capaz de decidir, en forma autónoma, qué es lo que es mejor para sí mismo. Así,
es posible afirmar que toda persona es capaz de diseñar y poner en marcha su
propio plan de vida sin que medie interferencia alguna del Estado o de otras
personas para concretarlo, siempre que sus decisiones y las acciones que deriven
de ellas no afecten la autonomía de terceros, pues todos somos igualmente
autónomos.
El reconocimiento del principio de autonomía moral y de su derivado, el principio
de autonomía personal supone que el propio individuo es el único agente capaz de
identificar el ideal de excelencia humana y el plan de vida que justifican sus
acciones y decisiones autorreferentes. Cualquier intento de imponerle
heterónomamente planes de vida supuestamente ideales o considerados mejores
—por una autoridad o por la mayoría—, diferentes de los que ese individuo está
dispuesto a abrazar, deberá ser considerado una interferencia perfeccionista
contraria a la autonomía personal.”

La autora Karla I. Quintana Osuna nos dice que “En la última década, los derechos
de las personas lesbianas, gay, bisexuales, transexuales, transgénero,
intersexuales (LGTTBI), han estado, cada vez más, en el centro de la discusión en
los diferentes foros nacionales e internacionales. Si se analiza los distintos
tratados y convenciones en materia de derechos humanos —la mayoría de ellos
con más de cincuenta años de vigencia—, así como los correspondientes trabajos
preparatorios, se verá que la orientación sexual no fue inicialmente incluida como
una categoría sospechosa con base en la cual está prohibido discriminar. Ello, por
supuesto, no es razón para que, por un lado, desde una interpretación evolutiva,
se haya desarrollado el contenido y alcance del principio de igualdad y no
discriminación, en relación con la orientación sexual como categoría sospechosa,
y por otro lado y como consecuencia, varias Constituciones nacionales —como la
mexicana— ya la incluyan como tal.
Las problemáticas planteadas, en relación con la discriminación sufrida con base
en la orientación sexual en materia civil, se presentan principalmente respecto de
los derechos de las parejas del mismo sexo, los cuales no son los mismos que los
reconocidos a las parejas heterosexuales, independientemente de si se trate de
relaciones sancionadas o no por el Estado — matrimonio frente a concubinato— ni
los beneficios asociados a éstos. En el presente artículo me limitaré al matrimonio
igualitario y a algunas consecuencias que su reconocimiento ha tenido.
Considero necesario hacer una aclaración previa, antes de seguir con el análisis. A
lo largo de este artículo, me refiero al tema como matrimonio “igualitario”. Este
término no es referido así en ninguna de las sentencias emitidas por la Suprema
Corte de Justicia, pero —como se verá— el análisis del principio de igualdad y no
discriminación que ésta hace, lleva a concluir que la figura del matrimonio debe
incluir a personas del mismo y de diferente sexo, en igualdad de condiciones: un
matrimonio accesible para todos y todas.
Aunado a lo anterior, en el derecho comparado encontramos expresiones
similares: equal marriage en los países anglosajones, mariage pour tous en los
países francófonos, y matrimonio igualitario en países como Colombia, Argentina,
Uruguay, entre otros.
Es importante hacer esta aclaración por varios motivos. Es común escuchar o leer
sobre el llamado “matrimonio gay”. Este calificativo es discriminatorio porque, por
un lado, excluye al amplio arcoíris de la comunidad LGTTBI, dejando por fuera a
lesbianas, transexuales, transgénero, bisexuales e intersexuales. Por otro lado,
aun cuando se le denominara matrimonio “LGTTBI”, ello sería igualmente
discriminatorio, pues implica hacer implícitamente un régimen separado para dicho
grupo, al adjetivarlo con la finalidad de distinguirlo de alguna manera del
matrimonio entre heterosexuales.
Cuando se analiza la figura del matrimonio desde el principio de igualdad y no
discriminación, el fondo del asunto es que cualquier persona —
independientemente de su orientación sexual— tenga acceso al mismo en
igualdad de circunstancias: no por ser heterosexual, homosexual, bisexual, o
cualquier otra posibilidad. Basta con el hecho de que dos personas quieran unir
sus vidas desde el ámbito jurídico para compartir una vida en común. Es el único
requisito. No se trata entonces de un matrimonio “gay” distinto del matrimonio
“heterosexual”. Se trata, pues, de matrimonio para todos y todas en igualdad de
circunstancias.”
La autora Geraldina González de la Vega en su artículo “MATRIMONIO
IGUALITARIO EN MÉXICO. UN ANÁLISIS A PARTIR DE LAS REFORMAS
CONSTITUCIONALES DE 2011” comienza diciendo que “El matrimonio igualitario
en México es ya una realidad, aunque una realidad no universal. Digo que es una
realidad, porque gracias a una tesis de jurisprudencia que declara contraria a la
Constitución cualquier disposición que establezca que el matrimonio debe ser
entre un hombre y una mujer, y que su finalidad es la perpetuación de la especie,
cualquier pareja del mismo sexo que desee casarse puede hacerlo.
Sin embargo, hago la aclaración de que no se trata de una realidad universal,
pues debido a que la jurisprudencia no es obligatoria para los funcionarios de las
administraciones públicas federal y locales, en la mayoría de los casos las parejas
del mismo sexo que acuden ante el registro civil les es negado el matrimonio y
deben interponer un amparo en contra de la negativa del funcionario del registro,
amparo que será otorgado en términos de dicha tesis de jurisprudencia, pero que
implica una carga extra con respecto a las parejas heterosexuales. ¿Hay
matrimonio igualitario en México? La respuesta es sí, sin embargo, debido al
principio de relatividad en el amparo, su acceso no es igualitario.
En enero de 2009 se discutió si una persona transexual nacida con sexo biológico
masculino tenía razón en demandar que no se hiciera una anotación sobre su
rectificación de sexo y nombre en su acta de nacimiento. El pleno, por unanimidad,
dio la razón a la quejosa, pues consideró que ello atentaba contra su dignidad. Lo
relevante de esta sentencia fue que, por primera vez, la Corte desarrollaba
conceptos como el de dignidad y libre desarrollo de la personalidad como piedras
angulares de la construcción del sistema de derechos humanos.
Cobra relevancia el hecho de que en 2009 el pleno haya aceptado incorporar
derechos humanos de fuente internacional para fundamentar los derechos de
jerarquía constitucional. Ahora bien, en este asunto, el pleno resolvió que cualquier
persona tiene derecho a elegir de forma libre y autónoma su proyecto de vida y a
partir de este concepto de autonomía, montado en el de dignidad, es que se
despliega el entendimiento sobre el libre desarrollo de la personalidad, el cual
comprende diversas libertades relacionadas con la forma de vivir la vida de cada
persona, de su identidad, de su forma de relacionarse con los demás y consigo
mismo.
Además, a partir del principio de dignidad, desarrolló también los derechos a la
intimidad y a la propia imagen, mismos que se proyectan hacia lo privado, como lo
es el derecho a la privacidad y a la no limitación respecto de la propia imagen y la
autorrealización; como hacia lo público, es decir, como el derecho de las personas
a manifestarse frente a los demás como se ven, como se perciben, como se
imaginan.
Estos derechos funcionarían después como fundamento de todas las decisiones
de matrimonio igualitario que vendrían después, pues colocan los cimientos para
el reconocimiento del principio de dignidad como informante del de no
discriminación y el derecho al libre desarrollo de la personalidad como la
justificación tras el derecho civil a contraer matrimonio y formar una familia.”

En el artículo “MATRIMONIO IGUALITARIO. LA VISIÓN DESDE EL LITIGIO” del


autor Alex Alí Méndez Díaz se menciona que “Ser homosexual, bisexual, lesbiana,
transexual, travesti, transgénero o intersexual en cualquier parte del mundo, en
algunos lugares más que en otros, es un acto de resistencia latente las
veinticuatro horas.
México no escapa a este clima de discriminación que incluso es fomentado o
permitido desde las propias instituciones del Estado. A ello debe agregarse una
gran parte del sector religioso y un grupo de población que cree firmemente que
todo aquello que escapa de los estándares heterosexuales es una desviación que
no debe ser permitida. Este pensamiento es el que está detrás del concepto de
matrimonio que lo define como la unión de un solo hombre y una sola mujer.
En este país, para las generaciones de los ochenta y buena parte de los noventa,
su infancia y adolescencia transcurrió sin la posibilidad de integrar al matrimonio
como parte de su plan de vida.
Esto no quiere decir que el matrimonio necesariamente debe ser parte de los
proyectos de vida de todas las personas, pero sólo a quienes se les niega un
derecho saben lo que significa crecer sin siquiera vislumbrarlo como posible; o lo
que es peor, vivir en un entorno que lo considera una aspiración reprobable.
Para algunas personas, el acceso al matrimonio es irrelevante, constantemente
surgen voces que sostienen que hay otras cosas más importantes por las qué
preocuparse. Para otras, esta definición es la base de todo un sistema ideológico
que, sin más fundamento que algunas creencias morales y/o religiosas, busca
excluir a un sector de la población del ejercicio de sus derechos.
No debe olvidarse que las pugnas por el reconocimiento de derechos han estado
presentes desde siempre; detrás de cada avance hay un conflicto, una lucha que
lo hizo posible.
No se desconoce que el acceso al matrimonio es sólo uno de los tantos temas
pendientes en la agenda; sin embargo, es uno de los más difíciles, y por ello la
batalla ganada es histórica.
Este trabajo expone el camino recorrido en los tribunales, tocando la puerta una y
otra vez, en la búsqueda del reconocimiento de la igualdad. Reiterando en cada
juicio que la orientación sexual
CAPITULADO PROBABLE.

Capítulo 1. La sociedad en sus inicios.


1.1.- El origen de la familia.
1.2.- El patriarcado.
1.3.- El matriarcado.
1.4.- Aldeas: Primeras formas de cohesión social no consanguínea.
1.5.- El papel de la moral dentro de los primeros grupos humanos.

Capítulo 2. Primeros contratos matrimoniales.


2.1.- Tipos de contratos.
2.2.- Características del matrimonio.
2.3.- Fines primarios del matrimonio.

Capítulo 3. El matrimonio según las distintas teorías.


3.1.- Teoría Contractual Canónica.
3.2.- Teoría Civil.
3.3.- Teoría Institucional.

Capítulo 4. El matrimonio igualitario.


4.1.- Definición.
4.2.- ¿Aceptación o rechazo en México?
4.3.- Estado de la Republica Mexicana que lo incluyen en sus códigos civiles.
4.4.- Jurisprudencia en México que lo permite.
4.5.- Derechos Humanos con los que se defiende.
Capítulo 5. Discriminación a los homosexuales.
5.1.- Causas de discriminación: Homofobia.
5.2.- Estadísticas sobre discriminación hacia estas personas.
5.3.- ¿Conapred defiende los derechos de los homosexuales?

Capítulo 6. Soluciones probables para tratar la discriminación.


6.1.- Conferencias dirigidas a la población.
6.2.- Nuevas formas de aceptación para las generaciones jóvenes.

Capítulo 7. Consecuencias de un código civil homogeneizado.


7.1.- Una discriminación legal erradicada.
7.2.- La aceptación legal de un grupo de minoría.
7.3.- Una convivencia social armoniosa.

Capítulo 8. Educación sobre la homosexualidad


8.1.- Falsas creencias sobre la orientación sexual.
8.2.- La homosexualidad en la sociedad.
8.3.- La homosexualidad y la educación.
CIERRE.

Le agradecemos el haber leído y analizado nuestro protocolo. Esperamos que


este mismo sea aceptado por usted.
BIBLIOGRAFÍA.

- https://www.sdpnoticias.com/gay/2014/05/17/homosexualidad-tercera-causa-de-
discriminacion-en-mexico
- https://expansion.mx/nacional/2016/09/09/los-argumentos-a-favor-y-en-contra-
del-matrimonio-entre-parejas-del-mismo-sexo
- http://conceptodefinicion.de/derecho-civil/
- https://www.euston96.com/derecho-familiar/
- https://jorgemachicado.blogspot.mx/2009/02/el-matrimonio.html
-
https://www.scjn.gob.mx/sites/default/files/derechos_humanos/articulosdh/docume
ntos/2016-12/IGUALDAD%20Y%20DIVERSIDAD.pdf
- https://www.huffingtonpost.com.mx/aglaia-berlutti/buenas-razones-para-apoyar-
el-matrimonio-igualitario-aunque-no-s_a_22291301/
- Alterio Ana Micaela; Niembro Ortega Roberto, LA SUPREMA CORTE Y EL
MATRIMONIO IGUALITARIO EN MÉXICO, UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTÓNOMA DE MÉXICO INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS,
México, 2017.
- Derecho de familia y sucesiones, Capítulo segundo “El matrimonio”, UNAM,
México, 2015.

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