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Domínguez Domínguez
La Habana
Mayo 2012
Apuntes sobre corrosión y protección contra la corrosión
Índice
Además de estos tres tipos de propiedades principales, existen muchas otras llamadas
secundarias, ya que no son las que de forma directa determinan el posible tiempo de vida de la
instalación, aunque en realidad no son menos importantes a la hora de seleccionar un material
de construcción para un uso dado. Las principales propiedades secundarias son:
• Las de conformación
• Las tecnoógicas
• Las estéticas
• Las ecológicas
• Las económicas
De la gama de materiales disponibles, aun siguen siendo preponderantes los materiales
metálicos en la gran industria química. La razón principal de esta preferencia hay que buscarla
en las mejores propiedades mecánicas que muestran como promedio estos materiales y en
especial por la fiabilidad que resulta del incremento de la resistencia con la deformación
plástica. El resto de los materiales o se deforman y rompen bajo la acción de cargas inferiores o
sufren la indeseable rotura frágil. Solo los materiales compuestos presentan propiedades
comparables en este sentido, pero como promedio resultan mucho más caros que los demás y
en particular que los aceros.
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De forma global, los alrededores de los años 60 marcaron el mayor nivel porcentual de
utilización de los materiales metálicos en la historia de la humanidad. La industria química se
enmarca muy bien en estos niveles.
Resulta difícil concebir ramas de la producción o los servicios que manipulen y procesen tal
cantidad diversa de sustancias como la industria química. Ella opera con sólidos, líquidos y
gases, de naturaleza orgánica e inorgánica e inclusive con materia viva. Entre ellas podemos
encontrarnos con productos naturales o sintéticos más o menos agresivo e inocuos. Claro está
que el término “agresividad” no puede considerarse absoluto. Así por ejemplo, el “agua regia”
(mezcla de diferentes ácidos) se emplea para disolver los materiales más nobles o inertes como
el oro y el platino. También ataca o deteriora a muchos polímeros y al cemento, pero sin
embargo a penas ataca al vidrio, al teflón (plástico) o al tántalo, que es un metal muy activo
desde el punto de vista termodinámico. Los solventes orgánicos son por lo general inocuos para
los metales y las cerámicas, pero disuelven o deterioran a muchos polímeros.
A modo de ejemplos puede decirse que los enfriamientos profundos favorecen la rotura frágil de
los materiales, mientras que el calentamiento favorece la ruptura por fluencia. Las altas
presiones pueden conllevar a la fractura y explosión del equipo y el vacío a su deformación
irreparable por perdida de estabilidad. El movimiento del fluido favorece el desgaste erosivo y la
estanqueidad puede favorecer las deposiciones y heterogeneidad, lo cual tiende a generar
daños en los materiales.
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Las tres primeras son provocadas por la acción de los agentes externos y la última puede ser
vista como un problema esencialmente interno del material.
Se puede concluir entonces que la clasificación mostrada e inclusive el criterio de causa externa
o interna presenta en muchos casos un carácter formal con el fin de organizar y facilitar el
estudio del fenómeno.
Deterioros mecánicos:
Son aquellos provocados directamente por la acción de esfuerzos de esta naturaleza. Ellos se
manifiestan en tres formas principales:
1. Rotura o fractura del material, que se traduce como una o varias rajaduras y que conllevan a
una salida de servicio de la instalación Este tipo de afectación es muy peligrosa porque
puede culminar en una explosión si el equipo esta sometido a elevadas presiones internas.
Se conocen dos mecanismos principales y externos para la rotura:
• Rotura dúctil: Se produce como resultado de desplazamientos de los planos
cristalográficos a través del movimiento de las dislocacioes, con la consiguiente
participación de esfuerzos cortantes.
• Rotura frágil: Se produce por separación de superficies bajo la acción de esfuerzos
normales y requiere de menor energía para su realización debido a la ausencia de
deformaciones plásticas, presentes en la rotura dúctil.
Aunque ambos tipos de rotura se corresponden normalmente con los materiales dúctiles y
frágiles, también influye en el mecanismo de la rotura la forma de la pieza, el estado tensional
(mono, bi o tri axial), el tipo de carga aplicada, la velocidad de aplicación de la misma, la
temperatura y otros factores.
2. Deformaciones inadmisibles. Cuando el material es dúctil y esta sometido a esfuerzos
mecánicos que no alcanzan a traducirse en una rajadura, pueden sin embargo, sufrir
deformaciones elásticas y plásticas. Las primeras son reversibles y las segundas son
permanentes aun después de retiradas las cargas. Las primeras las sufren todos los
materiales mientras que las segundas son inherentes a los materiales dúctiles. Las
deformaciones elásticas o reversibles son en general poco peligrosas, aunque en algunos
casos pueden provocar daños irreversibles en algunos sistemas. Por ejemplo la sustitución
de un marco de acero que soporta una lámina de vidrio, por otro de aluminio, con similar
resistencia a la rotura, puede provocar la rotura del vidrio (que es frágil), ya que el modulo
de elasticidad del aluminio es inferior al del acero, es decir el aluminio es menos rígido que
el acero y por tanto puede deformarse elásticamente mucho más, deformación que no es
resistida por el vidrio sin fracturarse. Un mecanismo ajustado con movimiento relativo entre
sus piezas puede sufrir un fuerte fenómeno de desgaste abrasivo, si se produce la
deformación elástica de alguna de sus piezas. Las deformaciones plásticas aun son más
dañinas ya que pueden provocar deterioros como los descritos para las elásticas, pero
además la estructura puede alcanzar un grado de deformación permanente que atente
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contra la estabilidad, resistencia y funcionalidad del equipo. Es común ver reactores que
operan a presión exterior “chuparse” como consecuencia de la pérdida de estabilidad
morfológica de las paredes cilíndricas, sufriendo deformaciones grandes y permanentes que
los sacan de servicio.
3. Desgaste. Este es un tipo de deterioro mecánico que no conlleva de inmediato a la
destrucción de la pieza, pero sí a largo plazo, reduciendo su durabilidad. En estos casos los
esfuerzos cortantes de fricción o erosión producen el levantamiento paulatino de las capas
de átomos superficiales en todo o en ciertas zonas del material, con el consiguiente
socavamiento y destrucción del mismo. Los casos más frecuentes son el rozamiento,
generalmente cíclico, de dos cuerpos sólidos, los fenómenos de hidro y gasoerosión (con o
sin partículas sólidas en suspensión) y los fenómenos de cavitación producidos por burbujas
gaseosas en el líquido. Una característica común de todos ellos es la necesidad de
movimiento relativo continuo o cíclico del material de construcción respecto a un fluido o
respecto a otro cuerpo sólido.
Los deterioros mecánicos son causados por cargas aplicadas de distintas formas tales como:
Estáticas: Tracción - compresión
Cizallamiento
Torsión
Flexión
Dinámicas: Cíclicas (de fatiga)
De choque o impacto
Variables irregulares
Así la cargas estáticas no varían significativamente en el tiempo, manteniéndose constantes.
Pueden ser aplicadas en distintas formas u orientaciones dentro de la geometría del sistema
(axiales o transversales respecto al eje de una barra, normales o paralelas respecto a una
sección, etc.)
Estos esfuerzos y sus correspondientes tensiones pueden surgir por solicitaciones mecánicas
de la estructura provenientes de distintas causas como son por ejemplo:
• El peso de los propios elementos de la estructura
• Solicitaciones mecánicas ajenas al peso como la presión de gases y líquidos en contacto,
transmisión de esfuerzos mecánicos operacionales de otros equipos, etc.
• Tensiones por temperatura, debidas a las diferencias en la dilatación térmica de las
diferentes partes de la estructura.
• Fenómenos naturales como vientos y movimientos de tierra.
• Fenómenos casuales externos o internos.
Algunas de estas fuerzas pueden considerarse internas y otras externas, pero normalmente
esto carece de importancia. Lo trascendental aquí son la magnitud y dirección de las tensiones
presentes como consecuencia de estos efectos. Entonces si se conocen las propiedades de los
materiales y las características geométricas de las instalaciones, es posible predecir la ruptura o
no de la instalación, así como los niveles de deformación. Todo esto, dicho de una manera muy
simple, constituye el procedimiento para el diseño de instalaciones con elevado nivel de
seguridad mecánica. Es por ello que podemos tener cierta tranquilidad de que cuando el equipo
se construya y comience a operar, no se venga abajo al poco tiempo por efecto de las cargas
estáticas simples o combinadas y que de no surgir cambios significativos en la magnitud u
orientación de dichas fuerzas, no habrá mucho que temer.
Los problemas más difíciles de controlar (aunque posible de lograr) son los de las cargas
dinámicas, como por ejemplo las cíclicas de fatiga o vibraciones. Esto es debido a que si la
amplitud de los esfuerzos es lo suficientemente grande y el número de ciclos elevados, la rotura
por fatiga se va a producir. En este caso las grietas se van desarrollando con el tiempo debido a
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un mecanismo particular que lo diferencia del de rotura por carga estática. Inclusive se requiere
niveles de esfuerzos menores. Por eso las roturas de este tipo caen dentro de la categoría de
durabilidad y son más difíciles de caracterizar o evaluar.
También, a altas temperaturas son muy frecuentes los fenómenos de fluencia térmica, que en
esencia constituyen fallas para niveles de esfuerzos que a corto plazo no ocurren, estando el
material solicitado por cargas estáticas. Esto ocurre debido a que para cargas fijas inferiores al
límite de fluencia (determinadas por ensayos a corto tiempo), el material se va deformando
plásticamente de forma paulatina e imperceptible con el tiempo, hasta que sobreviene la rotura.
Esto resulta especialmente peligroso para la mayoría de los metales a elevada temperatura. Sin
embargo, los materiales blandos como el plomo y algunos plásticos, pueden sufrirla a
temperatura ambiente.
Las cargas dinámicas de gran magnitud como los provocados por sismos han ocasionado
grandes desastres a nivel mundial.
Aunque se desarrollan estudios determinísticos y estadísticos, teóricos, experimentales y con
métodos numéricos que nos permite la existencia de las computadoras, en muchos casos el
sistema de estudio es tan complejo que son necesarios grandes factores de reserva para lograr
una relativa tranquilidad y seguridad.
Por otro lado, además de la radiación térmica se presentan otros tipos de radiaciones
electromagnéticas o radiaciones nucleares que pueden deteriorar a los materiales de
construcción. Así la exposición prolongada de materiales poliméricos a la radiación visible o
ultravioleta puede provocar transformaciones físicas, químicas y estructurales en el material con
pérdida o disminución considerable de ciertas propiedades necesarias para la durabilidad y
funcionalidad. Decoloración, blanqueo, agrietamiento y fragilización, son algunas de ellas. Los
metales y materiales inorgánicos son mucho menos sensibles a estos efectos, pero sin
embargo sí son afectados por las radiaciones nucleares mucho más enérgicas. Estos cambios
físico-químicos del material pueden conspirar contra las propiedades mecánicas, sobretodo de
los materiales metálicos, con variación notable del numero de defectos en la red cristalina.
Estas afectaciones resultan muy peligrosas para la seguridad de los reactores nucleares, por lo
que se han realizado muchas investigaciones en este sentido y existe una extensa bibliografía.
Otro aspecto importante es el deterioro por solubilización de los materiales (solubilización sin
transformación química.) Es muy frecuente entre los materiales poliméricos (plásticos y
elastómeros) en presencia de solventes orgánicos de diferente polaridad. También algunos
materiales inorgánicos como el cemento común pueden sufrir lixiviación en el agua. Así por
ejemplo, los tanques de hormigón pueden servir para contener agua dura pero no retienen agua
blanda o destilada debido a este fenómeno. En el caso de los plásticos y cauchos, no solo se
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puede observan reblandecimiento, sino también hinchazón, con perdida de su resistencia
mecánica.
Los metales son poco afectados por la disolución física a bajas temperaturas, salvo la formación
de amalgamas con mercurio, en algunos casos, pero a temperaturas elevadas, donde los
procesos de difusión se aceleran notablemente, los materiales metálicos se disuelven en mayor
o menor medida en contacto con metales, sales, bases, óxidos y otros compuestos fundidos.
Hay que señalar que en estos casos el deterioro no solo se limita a la disolución del material
metálico sino que también ocurren cambios químicos y estructurales con formación de
compuestos intermetálicos, re cristalización, etc. El vidrio, la porcelana y otros materiales
cerámicos también presentan solubilidad, pero no significativa. La solubilidad química resulta
verdaderamente peligrosa.
Otros factores físicos como el ultrasonido pueden provocar daños cavita torios de consideración
en los materiales de construcción en dependencia de su intensidad y magnitud. Los materiales
muy duros y de gran elasticidad muestran los mejores comportamientos en estos casos.
Deterioros químicos
Son aquellos que se producen con transformación química del material. Son muy importantes y
frecuentes en la industria química por la extensa gama de sustancias y productos que maneja.
Los agentes químicos agresivos pueden agruparse en ciertas categorías que se diferencian por
el mecanismo global de la acción destructiva o transformaciones. Las principales categorías
son:
a) Los agentes oxidantes: sustancias que con su reducción provocan un cambio en sentido
positivo del grado de oxidación del material de construcción. Este es el mecanismo del
deterioro químico o electroquímico más común en el caso de los metales y sus aleaciones.
También pueden afectarse por oxidación los materiales poliméricos y el grafito. Los
materiales en base a sílice, silicatos, silicoaluminatos, óxidos metálicos (vidrio, porcelana,
cerámica, piedras naturales diversas, etc.) son muy difícilmente oxidables y por tanto
resisten bien los agentes oxidantes.
b) Los agentes ácidos y alcalinos: afectan a los materiales a través de reacciones de
intercambio ácido base. Los materiales inorgánicos que contienen óxidos básicos o ácidos o
también sales desplazables poco fijas como los carbonatos, pueden ser atacadas. Así por
ejemplo, el cemento es atacado fuertemente por ácidos y por medios básicos enérgicos. El
vidrio, que posee un alto contenido de SiO2 es deteriorado por los álcalis fuertes,
especialmente en caliente. Los refractarios según su composición, son afectados por
agentes líquidos o gaseosos de carácter opuesto al de ellos. Muchos metales son corroídos
por los ácidos, pero no por su carácter ácido en sí que solo limita su acción a la disolución
de las capas superficiales protectoras de oxido. El deterioro del material en sí se produce
por el carácter oxidante del ion H+ o en algunos casos como el del HNO3, por la acción
oxidante del anión del ácido, lo que correspondería al caso a)
c) Los agentes acomplejantes: forman complejos solubles del material. Aquí se enmarcara
perfectamente el deterioro de los materiales cerámicos por los fluoruros, ya que acomplejan
a la sílice con formación de fluorosilicatos solubles. En el caso de los metales el
acomplejamiento de sus formas oxidadas ocasiona una activación del material y un
aumento en su velocidad de deterioro, siempre y cuando estén presentes agentes oxidantes
que como se vio, son los responsables del ataque.
d) Los agentes deshidratantes: provocan eliminación del agua física y química presente en los
materiales, con los consiguientes cambios físicos, estructurales y químicos. Este ataque se
presenta fundamentalmente en polímeros naturales y artificiales, así como en materiales
compuestos naturales y artificiales que los contengan. Es muy conocido por todos los
químicos la carbonización del papel y cartón por acción deshidratante del H2SO4
concentrado.
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e) Catalizadores: aceleradores de reacciones químicas. Este fenómeno se pone de manifiesto
en sustancias orgánicas y poliméricas. Hay polímeros que se deterioran por la acción de los
ácidos y bases pero no necesariamente por reacción con ellos sino como consecuencia de
efectos catalíticos producidos por los iones H+ o los OH-. Ellos favorecen la formación de
radicales libres, carbocationes y carboaniones que activan la molécula y permiten su ruptura
o reacción con otros agentes. Estrictamente hablando estos fenómenos no son exclusivos
de los polímeros y se dan también en otros tipos de materiales. Así por ejemplo, el ion
sulfuro no es ni oxidante ni acomplejante y sin embargo cataliza en muchos casos la
oxidación anódica del hierro y otros metales. Una categoría de deterioro que muy bien
pudiera considerarse independiente es la biológica, ya que la acción de los organismos
vivos frecuentemente conspira contra la vida útil de las instalaciones. Por lo general estas
acciones son de índole mecánica y química y como resultado de la actividad metabólica de
los seres vivos. Es muy conocido el deterioro que sufre la madera por esta vía con
socavamiento y pudrición. También la piedra y el hormigón son atacados por micro y
macroorganismos. Así las bacterias tioxidantes producen H2SO4 que ataca a estos
materiales. Los polímeros también son deteriorados por micro y macroorganismos. Un
ejemplo común de sus indeseables acciones lo muestran las pinturas poliméricas y es
común la adición de fungicidas y sustancias tóxicas para los organismos vivos. Los metales
no escapan a esta acción perjudicial. Los macroorganismos deterioran las capas protectoras
y provocan corrosión por celdas de concentración. Algunos microorganismos, como las
bacterias reductoras de sulfato, además generan H2S corrosivo y despolarizan los procesos
catódicos.
Deterioro estructural
Este tipo de deterioro tiene que ver con los cambios físico y físico-químicos espontáneos que
sufren en ocasiones algunos materiales de construcción como consecuencia de que tienden a
alcanzar formas termodinámicamente más estables y que poseen propiedades distintas a las
originales deseadas. Cierto es que factores externos de naturaleza física, química y mecánica
pueden acelerar dichas transformaciones, pero en principio no constituyen la razón misma de la
transformación.
Este fenómeno se conoce comúnmente como envejecimiento del material y en principio casi
todos los materiales son susceptibles a sufrirlo. Sin embargo en muchos de ellos no es
perceptible, ni provoca cambios sensibles en sus propiedades, ya que se producen a
velocidades insignificantes. Estos fenómenos dependen de diversos factores pero la
“viscosidad” del material es muy importante, ya que para que se produzcan cambios los átomos
y moléculas deben moverse o desplazarse y apenas lo logran en el estado sólido. Se sabe que
la estructura de los vidrios comunes es amorfa, pero la condición de mayor estabilidad
termodinámica es la cristalina, con determinado ordenamiento molecular. Si no se logra es
debido a la dificultad de movimiento ya explicada.
Los polímeros termoplásticos por su parte con temperaturas de reblandecimiento mas bajas,
pueden sufrir mas fácilmente estos cambios y con el tiempo se van operando cambios
estructurales en el sentido de la cristalización, aumentando su fragilidad, cambiando su
densidad, lo, cual se traduce frecuentemente en un endurecimiento, fragilización y
agrietamiento. Los procesos de sinéresis de los coloides poliméricos son un ejemplo de ello.
Algunas aleaciones metálicas, sobre todo aquellas de punto de fusión no muy elevado, sufren
envejecimiento. Hay que considerar que este proceso a veces produce cambios de
propiedades en una dirección deseada. Este es el caso por ejemplo de los duraluminios
después del temple, cuando se segregan con el tiempo compuestos ínter metálicos de aluminio
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y cobre, que elevan la dureza y la resistencia del material. En los plásticos este proceso es
normalmente indeseable y se trata, fundamentalmente mediante aditivos, de reducir su
velocidad.
Por último debe señalarse que en la práctica productiva se presentan fenómenos de deterioro
que resultan difíciles de enmarcar con total justeza dentro de algunas de las categorías
expuestas, ya que en ellos se presentan mezclados efectos mecánicos, físicos, químicos y
estructurales. Pongamos por caso la fragilización por hidrógeno, con evidente carácter químico
mecánico, sin constituir una oxidación corrosiva, el llamado “metal dusting” con
transformaciones químicas y estructurales a temperaturas elevadas en medios reductores.
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II. Generalidades sobre la corrosión y protección de metales. Corrosión
química por gases a altas temperaturas.
Definición
La corrosión es el ataque químico o electroquímico a que están sometidos los materiales metálicos
por la acción del medio que los rodea provocando el deterioro o pérdida del valor de uso de dicho
material y por lo tanto de la pieza, equipo o aparato construido con el mismo.
Alcance:
El deterioro del metal es resultado de una reacción química o electroquímica. De no estar
presentes alguna de ellas no se considera que hay corrosión.
Se aplica solo a materiales metálicos.
Se considera que hay corrosión cuando se produce el deterioro o perdida del valor de uso de
la pieza o equipo que sufre el ataque químico o electroquímico. Un metal puede oxidarse por la
acción del medio sin que ello provoque su pérdida de valor de uso por tanto no habrá corrosión en
este caso.
La importancia del fenómeno de corrosión está determinada por sus implicaciones (afectaciones)
económicas y sociales. Que se expresan a través del aspecto económico, ecológico, humano,
estratégico y técnico.
Las pérdidas o afectaciones económicas por corrosión se dividen en directas e indirectas.
Los gastos por corrosión se estima que alcanzan entre el 2 y el 4% del PIB de los países y
aumentan con el nivel de subdesarrollo, humedad, contaminación y salinidad ambiental.
Algunos estimados bastante confiables realizados en algunos países sitúan los gastos
anuales por corrosión en niveles superiores a: 10000 millones de dólares EUA, 1000 millones
en Canadá y 1680 millones en Inglaterra.
La Compañía Dupont estimó que el 53% de sus gastos de mantenimiento y reparación de
fallas se debe a problemas de corrosión.
Un estudio realizado recientemente en Bolivia sobre las causas de incidentes de servicio en 7
oleoductos, sin sistemas de protección catódica, arrojó los siguientes resultados:
Corrosión Interna 14,30 %
Corrosión externa 35,80 %
Fuerzas Mecánicas Exteriores 21,40 %
Tiempo de explotación 7,37 %
Otros 21,13 %
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Además se producen, y en algunos casos pueden resultar más importantes que las económicas,
pérdidas ecológicas y pérdidas humanas.
Afectaciones ecológicas:
Contaminación de las aguas, la atmósfera y del suelo con productos químicos y combustibles
como resultado de las roturas por corrosión.
Contaminación de ecosistemas con metales pesados indeseables como ocurre en los lavados
y decapados químicos.
Frecuentes han sido las perdidas de salud o de vida por consumo de productos contaminados,
por rotura de estructuras corroídas o por explosiones de equipos a presión como reactores,
calderas y otros, debido a fallos por corrosión.
Algunos Ejemplos:
• Escape e inflamación de 50 Ton. de ciclohexano caliente, Inglaterra, 1974: Murieron 28
personas y se destruyó la planta:
El escape se produce al fallar una modificación realizada para sacar de servicio a un reactor en el
que se produjo una rajadura después de estarlo “rociando”con agua que resultó tener un alto
contenido de nitrato (NO3-): Corrosión rotura por tensión.
• Escape e inflamación de propano en una cisterna automotor, España, 1978: Murieron mas de
200 personas:
La cisterna había sido utilizada anteriormente para transportar Amoniaco (NH3): Mala selección
de material. Fragilidad por hidrógeno. Corrosión rotura por tensión.
La corrosión es un proceso de oxidación reducción del tipo heterogénea ya que siempre hay presente
al menos dos fases, una sólida (metal) y la gaseosa o líquida (medio que rodea al metal).
Siempre existirá una especie que se oxida (normalmente el metal) y otra que se reduce (agente
oxidante presente en el medio corrosivo).
Todos los procesos de corrosión se caracterizan por presentar las siguientes semi reacciones
generales.
Me ⇔ Mez+ + ze- Media ecuación de oxidación.
Ox + ze ⇔ Ox
- Z-
Media ecuación de reducción.
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Esta ecuación puede ir por un mecanismo químico o electroquímico, pero siempre es un proceso
redox.
Corrosión Química
Corrosión Electroquímica
La primera ocurre en ausencia de humedad como, por ejemplo, en gases a altas
temperaturas, como es el caso del ataque que sufren los tubos de calderas y de hornos por la
parte de los gases.
La corrosión electroquímica ocurre en presencia de agua (solución acuosa: electrolito) según
un mecanismo de celdas galvánicas.
A: Zonas Anódicas
K: Zonas Catódicas
óx ido
Óxido
Electrolito
Electrolito
Gas aa Temp.
Gas temp. altas
Altas oo
m edios no
medios no
M
Mee conductores
conductores
M e z+ Mez+z+
Me Me
Me z+ Ox A
Ox z-
Oxz- K Ox
Ox
• Corrosión Química.
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Es posible solo en ausencia de electrolito, o sea en ausencia de humedad; Ejemplo: gases a altas
temperaturas (T>120 0C), metales y sales fundidas, solventes orgánicos.
• Corrosión Electroquímica.
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Índice gravimétrico o pérdida de peso:
DE =
− ∆E Espesor inicial − Espesor final
t
=
tiempo
[ mm año]
Ya que comúnmente la pérdida de peso o masa produce una disminución proporcional de las
dimensiones o espesor de la pieza
8.76 ⋅ DP
Relación mutua entre ambas expresiones: DE =
ρ
Donde ρ: Densidad del metal [g/cm3].
DP y DE: Unidades señaladas.
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Análisis termodinámico (sí la respuesta es positiva se sigue el análisis). En muchos casos la
realidad misma o la experiencia práctica anterior se encarga de darnos la respuesta,
lamentablemente positiva la mayoría de las veces ya que la gran mayoría de los sistemas donde
la corrosión no es posible resultan incosteables o impracticables a nivel industrial.
¿Qué forma presenta la corrosión?
Análisis morfológico, condiciones en que ocurre. Determinar los tipos principales de corrosión
que se presentan constituye una premisa necesaria para dar respuesta certera al resto de las
interrogantes.
¿Con qué velocidad ocurre?
Análisis o estudio cinético para determinar la velocidad de corrosión y así poder estimar el tiempo
de vida útil. Una vez conocida la forma o tipo de corrosión pueden seleccionarse los parámetros y
vías más representativas de obtener la magnitud de la velocidad de corrosión.
¿Cuáles son las causas de destrucción o corrosión acelerada?
Efecto de un factor que no se tuvo en cuenta al diseñar o cambio de algún factor durante la
operación. Responde el tecnólogo. La respuesta correcta a esta interrogante constituye la clave
del éxito en la solución del problema. Para ello es imprescindible conocer profundamente los
factores más importantes que influyen en la velocidad de corrosión del sistema estudiado
¿Cómo eliminar el problema de corrosión lo más racional y económicamente posible?
Se requiere disponer de las respuestas anteriores. Realizar balance técnico económico a la hora
de elegir el método más adecuado de protección, ya que por lo general el método más adecuado
no es el más efectivo desde el punto de vista técnico, ni él más barato. Conjugar óptimamente
entre ambos factores.
Aplicando la isoterma de reacción para esta reacción sencilla obtenemos un criterio práctico de
comparación de presiones.
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∆G T ,P = RT ln
(p O )eq 1
2
2
1
p O22
Análisis cinético:
Desde el punto de vista cinético la corrosión química se estudia a través del crecimiento de las capas
de oxido que se forman sobre el metal, así como, de su continuidad y otras propiedades físicas que
determinan su capacidad protectora.
Vox MρMe
z = =
VMe nρox ⋅ A
Donde:
M: masa molecular del óxido (g).
ρox: densidad del oxido (g/cm 3).
A: masa atómica del metal (g).
ρMe: densidad del metal (g/cm3).
n: # de átomos del metal en la molécula de
óxido.
Vox: Volumen molecular de óxido
(compuesto que se forma).
VMe: Volumen atómico del metal gastado
para la formación de las moléculas del
compuesto
Z: Factor de continuidad.
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Vox
Si 〈1 Capa no compacta, no protectora.
VMe
V
Sí ox ≥ 1 Capa compacta, protectora.
VMe
V
Si ox 〉〉〉 1 Se producen óxidos voluminosos y se introducen tensiones en
VMe
el óxido que provoca su agrietamiento o rotura.
Rango optimo de z: 1 ≤ z 〈 2.5 para que la capa de óxido resulte continua y pueda ser protectora.
Aun dentro del rango hay excepciones
Ejemplo: Óxidos protectores Óxidos no protectores
Cu 1.68 Li 0.57
Al 1.28 Ag 1.59
Si 2.27 Ti 1.95
Cr 1.99 (MoO3) Mo 3.40
Fe 1.77 V 3.18
Co 1.99 (WO3) W 3.40
Se han observado varias leyes empíricas durante la oxidación para varios metales y bajo diferentes
condiciones, los cuales se grafican como "∆g" (ganancia de peso) Vs t (tiempo) o "y" (espesor de
capa) Vs t (tiempo).
Las capas de óxidos que crecen siguiendo la ley parabólica o logarítmica resultan generalmente
protectoras.
1
"∆g"
"y"
2
1. Ley lineal y = kt + c
2. Ley parabólica y n = k it + c 3
3. Ley logarítmica y = k ii ln ct
t
La ley lineal de crecimiento de la capa de óxido indica que la velocidad de corrosión o sea, el
incremento de peso o de espesor de la capa, que vendría dado por la pendiente de la recta, se
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mantiene constante en el tiempo de lo que se infiere que en este caso la capa de óxido no ejerce
ningún poder protector. El paso controlador del proceso (el paso más lento) sería entonces la
reacción química en la superficie del metal entre este y el oxidante (control cinético) que se difunde
sin ninguna dificultad a través de la capa de óxido.
La ley lineal de crecimiento de capa tiene lugar en la oxidación a altas temperaturas en aire y oxígeno
de los metales cuyos óxidos no satisfacen la condición de continuidad como son los metales
alcalinos, alcalino-térreos, así como los metales cuyos óxidos se evaporan y/o se cuartean como
sucede con ciertos óxidos del wolframio, molibdeno,vanadio y aleaciones ricas en estos metales.
La ley parabólica de crecimiento de capas de óxidos se cumple cuando dicho crecimiento está
controlado por la difusión de lo reactivos a través de la capa formada, que frecuentemente controla el
proceso de oxidación de los metales resultando un proceso de difusión reactiva ya que, como
resultado de la misma, se forman compuestos químicos, en este caso el óxido u óxidos del metal. En
estos casos el control del proceso puede ser netamente difusivo cuando la velocidad del proceso está
controlado solo por la difusión de los reactivos a través de la capa formada o puede ser un control
mixto difusivo- cinético cuando la velocidad de la reacción química y la velocidad de difusión de los
reactivos son iguales.
En el primer caso, o sea, cuando el control es netamente difusivo, se cumple exactamente la ley
parabólica: y2 = Ki t la que se convierte en una línea recta si los valores obtenidos de y o Δg en
función del tiempo (t) son llevados a un gráfico de coordenadas logarítmicas en el que puede
determinarse el valor de Ki.
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Para determinar el valor de n y k de una relación de valores experimentales de” y ” o Δm para
diferentes tiempos aplicamos logaritmos a la ecuación yn = Kn t y se obtiene:
O sea la ecuación de una línea recta en coordenadas logarítmicas, donde 1/n lóg. k es el intercepto y
1/n es la pendiente, de donde evaluamos n de la pendiente de la recta obtenida en el gráfico de lóg. y
vs lóg. t y k de su intercepto.
Composición de la aleación
Estructura física del metal
Deformación y estado superficial
Factores Externos:
Temperatura: La temperatura influye fuertemente en la velocidad de los procesos de corrosión de los
metales. En general con el aumento de la temperatura se aceleran los procesos de oxidación de lo
metales. El efecto de la temperatura sobre los procesos de corrosión de los metales se evalúa por la
ecuación de Arrhenius la que relaciona la temperatura con la fracción relativa de las partículas que
tienen una energía mayor que la energía umbral:
−Q
K ≅ Vcorr = Ae RT
log Vcorr
α
β
1/ T
Donde Q: energía de activación y A = const
Si se grafica log Vcorr Vs 1/T se obtiene una línea recta de pendiente negativa
Log Vc = log A – Q/2,303 RT
−Q
tg α = Q = − 2.3 R tg α
2.3 R
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El gráfico de la dependencia de la velocidad de corrosión química de los metales con la temperatura
permite encontrar los valores de la velocidad para temperaturas que interesen. Como se aprecia este
gráfico puede también ser utilizado para evaluar las constantes A y Q. a partir de los datos
experimentales.
La variación descrita entre la velocidad de corrosión química de los metales y la temperatura puede
complicarse si con la variación de la temperatura varía la estructura u otra propiedad de la capa de
productos de corrosión formada. Frecuentemente la recta que aparece en el gráfico tiene inflexiones
y los diferentes tramos corresponden a diferentes valores de energía de activación determinados por
variaciones cualitativas en el metal (cambios alotrópicos), en la capa formada de productos de
corrosión y en el mecanismo de desarrollo del proceso.
Composición del medio gaseoso.: Como es de esperar la composición del medio gaseoso ejerce
una gran influencia en la velocidad de corrosión de los metales, es específica para diferentes metales
y varía con la temperatura. Así encontramos que el níquel es relativamente estable en los medios que
contienen O2, vapor de H2O y CO2 y se corroe en atmósfera de SO2. La presencia de SO2 en el medio
gaseoso también aumenta fuertemente la corrosión de los aceros al carbono. En ambos casos el
sulfuro de los metales que se forma es poroso y no dificulta la difusión del gas hacia la superficie del
metal. El cobre se corroe muy rápidamente en la atmósfera de O2 pero es estable en la atmósfera de
SO2. El cromo presenta una alta estabilidad en los cuatro medios. En el caso de los aceros el
oxígeno, los compuestos de azufre y el vapor de agua incrementan su velocidad de corrosión. Los
productos de la combustión que contienen vanadio ejercen una gran influencia en la corrosión de los
aceros y aleaciones. Al quemar el combustible que contiene vanadio se forma una gran cantidad de
cenizas que contienen V2O5. La ceniza adherida en el metal aumenta la velocidad de oxidación hasta
en decenas de veces provocando lo que se conoce como corrosión catastrófica.
La causa de la corrosión por vanadio de los aceros y aleaciones reside en la volatilidad del pentóxido
de vanadio y en su capacidad de llevar al estado líquido a los compuestos químicos de la ceniza y la
cascarilla formada sobre la superficie del metal lo que disminuye su capacidad protectora y a la
participación activa del V2O5 en el proceso de oxidación según la reacción:
De esta forma el V2O5 que participa en el proceso de oxidación de los metales no se gasta en la
formación de sus óxidos. Interactuando con los diferentes óxidos de hierro, níquel y cromo el V2O5
destruye la capa protectora formando en ella poros a través de los cuales con relativa facilidad pasa
el oxígeno de la fase gaseosa.
Presión de los gases: Del análisis termodinámico de los procesos de corrosión química por gases a
elevadas temperaturas se hizo evidente que si la presión parcial real del oxidante se hace menor que
la presión de disociación del compuesto u óxido que se forma (PMeO), el metal resulta
termodinámicamente estable y se detiene su oxidación, pero lamentablemente esta posibilidad es
poco frecuente en la práctica en la que lo más común es que la presión parcial del oxidante resulte
superior. En términos generales puede afirmarse que la influencia de la presión de los gases y por
tanto de la presión parcial del oxidante contenido en ellos, depende del paso controlador del proceso
de corrosión o, lo que es lo mismo, de formación de la capa de productos de la corrosión, no obstante
en la generalidad de los casos un aumento de la presión de los gases y por tanto de la presión parcial
del o los oxidantes presentes, provoca un aumento en la velocidad de corrosión química de los
metales por gases a altas temperaturas.
21
Factores internos
Composición de la aleación: Las propiedades protectoras de la capa de productos de corrosión
formada sobre la superficie de un metal o aleación en contacto con gases a altas temperaturas
dependen, como es de esperar, de la composición de dicha aleación. Con relación al hierro o los
aceros, que resulten los materiales más utilizados para el trabajo en estas condiciones, se puede
señalar lo siguiente:
El azufre, el fósforo, el níquel y el manganeso no influyen en la velocidad de oxidación del hierro o
acero. El titanio, el cobre, el cobalto y el berilio frenan la oxidación del hierro lo que está relacionado
con el aumento de las propiedades protectoras de la cascarilla o capa de óxido que se forma.
La presencia de cromo, aluminio o silicio frenan fuertemente la oxidación de los aceros a causa de la
formación de capas de óxidos fuertemente protectoras. Estos elementos, muy especialmente el
cromo, se utilizan ampliamente como aleantes de los aceros destinados al trabajo en contacto con
gases calientes y de combustión como es el caso de los tubos de hornos y de generadores de vapor.
Otros factores internos resultan menos importantes.
En dependencia del metal empleado y de la composición del medio pueden presentarse diferentes
casos de corrosión química que tienen gran importancia práctica y no responden en su
comportamiento a los casos generales hasta aquí analizados. Estos casos especiales son:
Fe3 C + ½ O2 = 3 Fe + CO
Fe3 C + C O2 = 3Fe + 2CO
Fe3 C + H2O = 3Fe + CO + H2
Fe3 C + H2 = 3Fe + CH4
La descarburización aumenta con el incremento del contenido de vapor (H2O), H2 y CO2 en el medio
gaseoso y con el tiempo de exposición.
Por el contrario, el incremento del contenido de CO y CH4 en el medio disminuye la descarburización
y puede aun provocar el fenómeno opuesto de carburización.
22
Ataque por Hidrógeno.
A temperaturas elevadas el hidrógeno puede penetrar y alterar las propiedades mecánicas de los
metales de varias formas.
La reducción de la resistencia mecánica del acero por penetración del hidrógeno puede ocurrir como
resultado de los siguientes procesos:
Dscarburización del acero como resultado de la reacción del hidrógeno con la cementita.
La aparición de roturas entre los límites de granos debido a presiones internas a partir de la
formación de CH4 durante la descarburización o de H2O durante la reducción de óxidos o de
oxígeno disuelto presente en el acero.
23
Aplicación de Recubrimientos:
Recubrimientos metálicos de Cromo, Aluminio y Silicio por termo difusión o aleaciones por
plaqueado:
Cromización: hasta 800 oC.
Calorización (Al): Hasta 950 oC.
Cromo - Siliconización: hasta 1000 oC.
Recubrimientos no metálicos también son empleados para combatir la corrosión por gases a
elevadas temperaturas.
Esmaltes vítreos.
Cerámica variada (incluyendo porcelanas)
Con algunos esmaltes sobre la base de Cr2O3 y Al2O3 se han podido alcanzar temperaturas
superiores a 1400 0C (también se emplean siliconas).
24
III. Fundamentos Termodinámico y Cinético de la Corrosión
Electroquímica
La mayoría de los problemas de corrosión que se presentan en la práctica productiva son de
naturaleza electroquímica. Como es de esperar, son las leyes de la electroquímica teórica las
que esencialmente sirven para caracterizar estos procesos. Sin embargo la complejidad del
mecanismo de la corrosión electroquímica es muy elevada, produciéndose además procesos
parciales o fenómenos de naturaleza no electroquímica que pueden influir determinantemente
en las características del proceso en su conjunto. Si además se tiene en cuenta que en la
práctica se trabaja con aleaciones o metales impuros y con soluciones muy complejas, se
comprenderá que no resulte nada fácil caracterizar cuantitativamente y con exactitud un
proceso de corrosión a partir de las leyes básicas de la electroquímica y/o de otras disciplinas.
Por eso comúnmente se prefiere la evaluación experimental directa del sistema,
complementada con el análisis teórico cualitativo o cuantitativo.
∆G T ,P = − nFU
U = fem
Un proceso de corrosión Me + Ox = Mez+ + Oxz- es posible si:
∆GTP = –nF · fem < 0
fem = Eox – EME Si Eox > EME hay corrosión, o sea el proceso es espontáneo.
25
Me
MeZ+
Ox
Ox Ox
MeZ+
Pt
Me
MeZ+ Ox
Ox
MeZ+
Z+
Me Ox
De 1er tipo: metales que al corroerse pasan a iones en solución como ocurre con los metales
activos en medio ácido.
0.059 a Al3 +
3+
Al ⇔ Al 3+ E Al = E oAl 1er +
- log
Al/Al + 3e 3 1
De 2do tipo: metales que al corroerse forman productos poco solubles (óxidos) como ocurre en
medios neutros y alcalinos.
Ni, Ni(OH)2/OH- Ni + 2 OH- ⇔ Ni(OH)2 2e-
E = E2odo − 0.059 pH
Redox: Agentes oxidantes corrosivos o protectores.
Ejemplos de agentes oxidantes, que al reducirse a un estado menor de oxidación corroen al
metal de construcción:
27
Diagramas pH – Potencial:
± 0.0
E (V) 6 7
4
-0.2 5 HZnO2-
Zn2+
-0.6 Zn(OH)2
1 2
(1
-1.0
Zn 3
-1.4 pH
0 2 4 6 8 10 12 14
Las líneas son líneas de equilibrios termodinámicos y entre ellas se encuentran las fases
estables correspondientes.
Las líneas paralelas al eje de potenciales son independientes de este y constituyen equilibrios
químicos (4 y 5). El resto electroquímicos (1, 2 y 3) pero con distintas ecuaciones de Nerst por
representar electrodos de diferentes tipos.
Las líneas (6 y 7) son representativas de la variación del potencial con el pH para los
electrodos de Hidrógeno (6) y de Oxígeno (7).
El empleo de los diagramas pH - Potencial es muy simple.
La diferencia entre las líneas de equilibrio de cualquiera de estos dos oxidantes y la del Zn
metálico a cualquier pH da un valor de U. Aquí se ve que el Zn se corroe por el H+ a cualquier
valor de pH y aún más espontánea es la corrosión por oxígeno ya que este es un oxidante más
fuerte (distinguir entre fuerte y rápido).
También se observa cuanto debe cambiar el potencial del sistema (que no es el de equilibrio de
ninguno de sus componentes) para detener la corrosión (fase Zn) a cuanto hay que alcalinizar o
acidular para bajar la velocidad de corrosión, llevándolo a la formación de Zn(OH)2(S).
28
Principios cinéticos de las reacciones anódicas.
El mecanismo de disolución anódica de los metales es de hecho un mecanismo complejo y
variado (diferentes metales y aleaciones), donde participan (posiblemente) aniones. Para un
metal y medio corrosivo se pueden proponer diferentes mecanismos.
En el mecanismo propuesto para el hierro participan el ión OH- (texto) en otros participan otros
iones como el SO42- y el Cl- si están presentes en el fluido o solución en contacto con el metal.
Se observan pasos o reacciones químicas homogéneas y heterogéneas, así como
electroquímicas. La reacción o paso electroquímico que resulta el más lento dentro del
mecanismo de reacciones consecutivas y su cinética determina la velocidad de la reacción
total. Un ejemplo de mecanismo propuesto para la oxidación del hierro es el siguiente:
29
El proceso de reducción del ión H+ está controlado por las reacciones de transferencia o
recombinación (2), en medio ácido (control dual o alterno, 3 - 4), en medio neutro o alcalino el
control es por difusión (1).
La velocidad con que se reduce el H+ sobre diferentes metales es distinta, en igualdad de
condiciones. Es importante en que medida el metal "opone resistencia" a que se efectúe el
proceso sobre este.
La reacción (7) es indeseable (fragilización).
El proceso de reducción de oxígeno por su parte es aún más complejo que el del hidrógeno,
resultando ser el paso más lento la difusión del oxígeno desde el seno de la solución
hasta la superficie metálica:
O2(l) ⇔ O2 (sup)
La semireacción total de reducción resulta ser la siguiente como ya hemos visto:
Polarización y sobrevoltaje:
IA + IK = IN = 0, o sea: IA = IK = I0
IA + IK = IN = 0, o sea: IA = IK = I0
La lentitud de algunos de los pasos de reacción consecutivos (el paso más lento) determina la
velocidad de la semireacción. Esta lentitud de realización y respuesta hace que al pasar una
corriente externa por el electrodo, éste cambie su potencial en relación con el que poseía en
ausencia del flujo neto de corriente.
Este fenómeno se conoce con el nombre de polarización.
Por esta razón un electrodo puede encontrarse en dos estados básicos en función de la
corriente que fluya: polarizado y no polarizado.
30
Polarizado:
ineta o externa ≠ 0 (+ ó -)
El electrodo alcanza un potencial (Ei) cuyo valor depende de diversos factores cinéticos y
termodinámicos. Fluye una corriente externa
No polarizado:
ineta o externa = 0
En este caso el potencial que posee el electrodo se denomina de "Reposo". Fluye una corriente
interna iD o icorr
Hay dos casos típicos de sistemas no polarizados o en reposo:
ineta=0 ineta=0
P = Ei − Ecorr
η = Ei − Eeq
Polarización (P): Electrodo polarizado a partir de su potencial de corrosión
Sobrevoltaje ή: Electrodo polarizado a partir de su potencial de equilibrio.
31
catódica, ya que solo en ese punto las corrientes anódicas y catódicas son iguales y se cumple
la condición de potencial de reposo donde ineta = 0.
Para poder hallar este punto, analítica o gráficamente hay que conocer las expresiones
matemáticas (o sus equivalentes gráficas) que controlan la velocidad de dichas reacciones.
Estas serán las ecuaciones de los pasos lentos, que como vemos, determinan la
polarización de electrodo. La condición electroquímica del proceso de corrosión permite
expresar dichas ecuaciones en función de parámetros eléctricos como corrientes y voltajes
(potenciales) que son más fáciles de medir que la concentración o el flujo másico.
Así tenemos:
• Polarización por transferencia.
• Polarización por difusión.
• Polarización por reacción química.
• Polarización por resistencia.
• Polarización por cristalización.
En los fenómenos de corrosión se presentan más frecuentemente los dos primeros tipos de
polarización.
i (+)
Me ⇔ MeZ+ + Ze-
Curva anódica
io
Eeq
32
αZF η −βZF
η
i n = i + + i − = i o e RT − e RT
1/bK 1/ba
Me ⇔ MeZ+ + Ze-
Curva anódica
log io
i
ηa = ba log Sobrevoltaje (polarización) anódico: Recta de Táfel anódica
io A
i
ηK = − bK log Sobrevoltaje (polarización) catódico: Recta de Táfel catódica
io k
donde io: corriente de intercambio en el potencial de equilibrio (Eeq.), ba y bk: pendientes de las
rectas de Táfel.
Polarización por difusión: Proceso de reducción catódica controlado por la difusión del
agente oxidante por lo que la corriente (de reducción del agente axidante) permanece
constante, o sea, se hace independiente del potencial en el intervalo de potenciales en que se
establece el control por difusión. A esta corriente se le denomina “Corriente Límite de Difusión”
(ILD )
33
E
Co
iLD = Z F D
iLD δ
i(-)
Donde ILD es la densidad de corriente límite de difusión, z el número de electrones que
intercambiará la especie que difunde, D el coeficiente de difusión del agente oxidante, Co la
concentración de la especie en el seno del electrolito y δ el espesor de la capa de difusión.
Características básicas de los sistemas de corrosión: Como ya se ha señalado se está en
presencia de un sistema de corrosión cuando se tiene a un metal o aleación metálica en
contacto con un solución que contiene uno o más agentes oxidantes por lo que se establecerá
el potencial de corrosión del sistema metal-solución, o sea, metal-agente oxidante.
En la siguiente figura aparecen representadas las curvas de polarización ideales o teóricas y la
curva real (en negrita) que se obtendría realmente (experimentalmente) para un sistema en el
que tanto la oxidación anódica del metal como la reducción catódica del agente oxidante están
controlados por transferencia.
OxZ- ⇔ Ox + Ze-
icor
Ox + Ze- ⇔ OxZ-
MeZ+ + Ze- ⇔ Me
i(-)
El sistema de corrosión se obtiene como la suma algebraica i (+) + i (-) = in ó gráfica de los
electrodos simples que la componen.
En dependencia del tipo de polarización (paso más lento o controlador) que se presente en las
semireaccines encontramos cuatro situaciones principales, que en la práctica se analizan a
través de las curvas de polarización i Vs ∆E.
1. Que tanto el proceso anódico de disolución metálica como el catódico de reducción
del medio oxidante están controlados por transferencia.
34
i Ox + Ze- ⇔ OxZ-
Ecuación anódica ba y bK: pendientes
Me ⇔ MeZ+ + Ze- (Táfel) anódica y catódica
i respectivamente.
η a = b a log
io A
io: corriente de
icorr Son Ecuación catódica intercambio, fluye
exponenciales (Tafel) en el potencial de
i equilibrio (interna).
ηK = − b K log
io k
Donde
η = E i − E eq
Eeq Ecorr Eeq Ox E
Me
En la práctica este sistema se presenta en la corrosión de metales en estado activo dentro o en
contacto con un medio ácido en el que el agente oxidante o corrosivo son los cationes de
hidrógeno del ácido (H+).
i
Ecuación anódica (Tafel)
A
i
η a = b a log
K io A
Ecuación catódica
i corr C Ox
iLD = Z F D
δ
iLD: corriente límite de difusión que es
E eq M e E corr E eq Ox E independiente del potencial.
35
i+
Curvas de Polarización para un
Me = Me + ze z+ - metal activo en medio neutro en
que la reducción del oxígeno está
controlada por la difusión. Ejemplo:
Hierro (Fe) en H2O
icor
Ox + ze- = Oxz –
2 Fe + 4OH- = 2 Fe(OH)2 + 4e-
O2 + 2H2O + 4e- = 4OH –
i-
3. El proceso anódico está controlado por una reacción química (raras veces por
difusión) y el catódico por transferencia.
i Ecuación anódica
K
ia = Z F k C n
dm i
A = Faraday
dt ZF
n: orden de la reacción.
i corr k: constante específica de velocidad de reacción
que es independiente del potencial.
E eq M e E corr E eq Ox E Ecuación catódica (Tafel)
i
ηK = − b K log
io k
Se presenta en el caso de metales en estado pasivo como por ejemplo el níquel en agua o en
una solución de hidróxido de sodio o el hierro o acero en contacto con una solución alcalina.
4. Las curvas anódicas y catódicas no se cortan ya que el fenómeno más difícil y lento
es el movimiento de cargas a través del electrolito.
36
Las ecuaciones anódicas y catódicas son de Táfel pero carecen de importancia pues no definen
la velocidad de la corrosión.
Este caso se puede presentar en corrosión atmosférica y en suelos muy secos, así como en
medios orgánicos malos conductores de la electricidad
icorr
En el primer caso se tiene Control mixto del proceso corrosivo, las dos semireacciones influyen
en la corrient de corrosión, o sea,en la velocidad de corrosión.
En el segundo caso el Control es catódico.
En el tercer caso el Control es anódico.
En el cuarto caso el Control es resistivo.
37
i
ηK = E − E eq Ox = − bK Ox log Ecuación catódica.
io Ox
Simultaneando las dos ecuaciones se obtienen las coordenadas del punto de corte que son Ecorr
e icorr. Claro que para ello es preciso conocer ba Me, bk Ox, io Me, io Ox y calcular Eeq Me y Eeq Ox por la
ecuación de Nernst.
3.2. Método semiteótico
Control mixto.
Medir Ecorr (experimentalmente) ⇒ Es más fácil medir Ecorr que icorr.
Mediante la ecuación de Tafel catódica definida para el Ecorr:
icorr
ηK = E corr − E eq Ox = − bK Ox log
io Ox
Donde: bk Ox y io Ox se obtienen a través de tablas electroquímicas
Eeq Ox se obtiene por la correspondiente ecuación de Nernst.
Control catódico:
C Ox
icorr = iLD = Z F D
δ
Aquí solamente se utiliza una ecuación ya que para el caso de muchos metales activos que se
corroen en medios neutros o alcalinos debido al Oxígeno disuelto, la corriente de corrosión está
determinada por la iLD (Depende de concentración de O2, temperatura, agitación).
En el caso del control anódico (pasivación) y resistivo no se disponen de expresiones confiables
para el cálculo de icorr por lo que se determinan experimentalmente. Estos métodos dan
resultados aproximados y se emplean como chequeo y para discusiones cualitativas o
semicuantitativas.
3.3. Métodos electroquímicos experimentales.
Curvas completas de polarización o método de extrapolación.
Están basados en la obtención experimental de la corriente de corrosión a través del trazado de
curvas reales de polarización a partir de datos experimentales de I vs.E.
logi logi
K A A
1/ b K 1/ b a
log icorr K
log icorr
38
En las figuras se representa la forma que toman las curvas reales de polarización al llevarlas a
coordenada semilogaritmica tomando los valores modulares de densidad de corriente.
Método de resistencia de polarización (Stern and Geary).
A partir del desarrollo en serie de la ecuación general de control por transferencia se obtiene:
1 1 b a ⋅ bk k ∆i ∆E
icorr = ⋅ = =k Donde: R p =
2.303 R p b a + bk R p ∆E ∆i
∆i
ba y bk : son las pendientes de las rectas de Tafel y es la recta que se obtiene en ± 10 mV
∆E
alrededor del Ecorr. Esta ecuación es válida para control mixto. Para control catódico
difusivo 1/bk = 0 y queda:
ba
icorr =
2.303 R p
y si se opera igualmente con un diagrama i Vs E para las curvas reales pero solo alrededor del
Ecorr
i (+) A
Ecor ∆i
-10 +10 E (mV)
∆
i (-) K
Contra auxiliar
(3) Referencia (1) El electrodo principal del material metálico
(2)
estudiado. De trabajo o medición
(2) El electrodo de Calomel (u otro de
referencia) para medir los E de (1).
39
Los equipos empleados en cada método son los siguientes:
Método galvanostático: Para imponer corriente el equipo utilizado es el galvanostato y los
valores que adquiere el potencial de electrodo se miden mediante un mili voltímetro digital o
potenciómetro compensador. Se utiliza fundamentalmente cuando tanto el proceso anódico de
oxidación del metal como el catódico de reducción del agente oxidante están controlados por la
transferencia de manera que para cada valor de corriente que se impone corresponde solo un
posible valor de potencial, condición que no se cumple si alguno de los procesos está
controlado por la difusión o si el metal alcanza el estado pasivo.
Método potenciostático: Para imponer los valores de potencial y medir la corriente que fluye
por el sistema el equipo fundamental es el potenciostato. Se puede aplicar a cualquier sistema
Ambos se pueden trabajar estática o dinámicamente. Van desde variantes manuales hasta
equipos totalmente computarizados.
Estos métodos son más simples que los electroquímicos y no se basan en las leyes y
mecanismos del fenómeno de corrosión pero que tampoco brindan información en este sentido.
Estos son:
• Gravimétrico.
• Volumétrico.
40
• Analítico químico.
Método gravimétrico (directo, sencillo y confiable).
Consiste en los siguientes pasos:
• Preparación de las muestras metálicas (confección, desengrasado, decapado y
pulido).
• Medición de las dimensiones de cada muestra y peso inicial.
• Exposición de las muestras al medio corrosivo durante el tiempo seleccionado.
• Extracción y limpieza superficial de los productos de corrosión
• Pesada final.
Pi − Pf
Expresión de cálculo: DP = [g/m2h].
S⋅t
Método volumétrico.
Se utiliza en el caso de que en el proceso corrosivo se generen o consuman gases. Se basa en
el cálculo de la variación de peso (metal) a partir del volumen de H2 desprendido (u O2
consumido) por la ecuación de los gases perfectos y la estequiometría de la reacción.
Todos los métodos hasta aquí descritos son aplicables solo cuando se trata de
corrosión generalizada ya que la pérdida de masa o la disminución de espesor no
resultan representativos de la magnitud del ataque corrosivo en el caso de la corrosión
localizada en el que se requiere de otros parámetros o indicadores para evaluar la
velocidad del proceso de corrosión.
Los métodos electroquímicos por el contrario exigen y reflejan conocimiento de los mecanismos
del proceso corrosivo y ayudan a seleccionar los métodos adecuados de protección. Se
emplean más por especialistas de corrosión y materiales. Excepción puede ser el método de
resistencia de polarización en algunos aspectos.
41
Tabla (parcial) de Potenciales Normales (E0 )
42
Corrosión Generalizada: Tabla de Estabilidad Corrosiva
0.005 a 0.01 3
0.05 a 0.1 5
0.5 a 1.0 7
5.0 a 10.0 9
43
Diagrama potencial – pH para el hierro Diagrama potencial – pH para el cobre
E E
1,4 1,4
O2 O2 CuO
3+
C
1,0 Fe 1,0 u
Cu2+ 2
0,6 0,6
2+ Fe(OH)3 10-6 M Cu2O
Fe 0,2
0,2 -0,2
-0,2 H+ -0,6 H+
-0,6 10-6 M
HFeO2–
-1,0 Fe Fe(OH)2 -1,0 Cu
-1,4 -1,4
–2 0 2 4 6 8 10 12 14 16 0 2 4 6 8 10 12 14 16
pH pH
O2
Al3+ H2AlO3 ¯
Al2O3
3H2O (s)
H+
1M
10-6 M
Al
-2 0 2 4 6 8 10 12 14 pH
Diagrama potencial – pH para el aluminio
44
0,059 am f . oxidada
EOx / Red = E º+ log n
n a f . reducida
Aplicando la Ecuación de Nersnt a cada uno de los equilibrios representados en el diagrama por
las correspondientes líneas de equilibrio se obtienen las siguientes expresiones:
+
O2 + 4H + 4e- = 2H2 O
0,059
E − = 1,23 + log p O − 0,059 pH
O2 / OH z 2
Al = Al3+ + 3e-
0,059
E 3+ = 1,66 + log a 3+
Al / Al 3 Al
Al + 3OH¯ = Al(OH)3 + 3e-
E Al (OH )3 / Al = −2,30 − 0,059 log a
OH −
3-
Al + 4OH¯ = H2 AlO + H2O + 3e-
0,059 a H AlO −
EH − = −2,33 − log 2 3
2 AlO3 / Al 3 4
a −
OH
45
IV. Factores influyentes en la velocidad de corrosión electroquímica
de los metales
En los factores influyentes en la velocidad de corrosión no solo está la causa de los problemas
de corrosión sino que frecuentemente constituyen eficientes herramientas de combate cuando
se controlan adecuadamente, obviando a veces la necesidad de aplicar métodos de protección
costosos y complicados (importancia técnico – económica).
Factor influyente es aquella característica del material metálico (factor interno) o del
medio ambiente en contacto con el material metálico (factor externo) que puede influir o
determinar la velocidad de corrosión. Cuando se busca la causa de un inesperado
problema de corrosión debemos recurrir a la evaluación de estos factores.
Factores internos:
Estabilidad termodinámica del material
Capacidad de pasivación o de formación de capas protectoras del metal o aleación
Estructura metalográfica (físico química)
Tensiones internas
Estado de la superficie
Factores externos:
Valor de pH y concentración del ácido-base
Concentración de O2 y otros oxidantes
Temperatura
Velocidad del fluido y turbulencia
Tipo y concentración de sales
1. Factores internos
Estabilidad termodinámica:
Según la tabla de potenciales estándar es posible agrupar a los metales en cuatro grupos:
1. Muy poco estables.
a) Muy activos: Metales cuyo E0 es más negativo que el E0Be= -- 1. 85V. Ejemplo los
metales alcalinos y alcalinos térreos: Li, K, Mg, Na etc.
b) Activos: Metales cuyo E0 está entre – 1.85 y - 0.414 V Ejemplo: Al, Ti, Mn, Zn, Fe.
2. Insuficientemente estables: Metales cuyo E0 se encuentra entre – 0.414 y 0.0 Se corroen
en medio ácido pero no en agua deaereada (sin oxigeno. Ejemplo: Cd, Co, Ni, Mo, Sn,
Pb.
3. Bastante estables: Metales cuyo Eo se encuentra entre 0.0 y + 0.815 V. No se corroen
en ácido deaereado pero si en agua con oxigeno. Ejemplo: Cu, Ag, Bi.
4. Muy estables: Metales cuyo valor de E0 se encuentra entre + 0.815 y 1.6 V. Se corroen
solo en agentes oxidantes muy enérgicos (Agua Regia). Ejemplo: Ir, Pd, Pt, Au.
En la tabla de potenciales normales de electrodo los metales más nobles son los que poseen un
potencial más positivo y los más activos negativos. De manera general la nobleza
termodinámica implica mayor resistencia a la oxidación. De esto se deriva que el cobre y en
menor medida el plomo deben ser más resistentes a la corrosión que el aluminio, pues este
último posee un E0 mucho más negativo.
El cobre no sufre corrosión por H+ a ningún pH mientras que el hierro y aluminio si pueden ser
atacados por este oxidante. En ambientes naturales (atmósfera, aguas y suelos) el ataque es
46
producido fundamentalmente por el O2 disuelto en el agua o en la capa de humedad depositada
sobre la superficie del metal o estructura metálica (en la atmósfera y suelos) y este oxidante
puede corroerlos a todos. Sin embargo en estos medios el Cu, Al, Ni, Cr y otros metales se
corroen con muy baja velocidad, o no se corroen, debido a la formación de capas protectoras,
en el caso del cobre, o pasivas en el caso del aluminio, níquel y cromo.
i
(1) (2) (3) (4)
Zona activa Zona pasiva Zona transpasiva
iCr
ip
Eeq EP EF ETP E (V)
Curva de polarización anódica ideal de un metal pasivable (vía potenciostática)
47
Parámetros que caracterízan la pasividad:
• EP: potencial primario de pasivación.
• EF: potencial de Flade o de activación.( de pasivación completa)
• ETP:potencial de transpasividad.
• iCr: densidad de corriente crítica.
• ip: densidad de corriente pasiva.
Debemos aclarar que está es la curva ideal anódica (originaria) y no la resultante por lo que
para obtener el Ecorr y la curva resultante (real) es necesario conocer(obtener) la curva catódica.
1. El potencial de equilibrio del medio oxidante tiene que ser más positivo que el potencial de
activación o de Flade, pues de lo contrario el potencial de reposo o de corrosión del sistema
no podría encontrarse en la zona pasiva, es decir:
E eq Ox 〉 EF Condición necesaria (no suficiente).
2. La densidad de corriente para la reducción del medio oxidante en el potencial primario de
pasivación debe ser mayor que la densidad de corriente crítica, es decir:
i( Ox ) Ep 〉 iCr Condición necesaria y suficiente.
Activa Transpasiva
icr
ic
Zona pasiva
48
i+
icor
Constituyen las vías principales de las cuales podemos valernos para lograr la pasivación
espontanea de los metales (mediante la alteración de las condiciones). Unos afectan la curva
anódica y otros fundamentalmente la catódica (algunos ambos) con lo cual se facilita o dificulta
el logro de la pasividad.
49
Es evidente que para un metal pasivable en un medio determinado en el que no se alcance
espontáneamente el estado pasivo, este puede lograrse polarizando anodicamente al metal
hasta llevarlo a la zona de potenciales pasivos o sea a la zona de pasividad, solo que en este
caso no puede hablarse de pasividad espontánea.
El hecho de que el cromo sea facilmente pasivable condiciona el uso de este metal como
constituyente aleante en los aceros inoxidables (también el níquel es más facilmente pasivable
que el hierro por lo que también se adiciona).
Para un contenido de cromo entre 12 – 13 % o mayor, se alcanzan las propiedades del cromo
en toda la masa metálica. El potencial de pasivación se hace más negativo y tanto iCr como ip
disminuyen hasta el orden de unos pocos nanoamp/cm2. El resultado es una decisiva mejora
de la pasividad y la resistencia a la corrosión. La adición de níquel y también molibdeno, silicio
y cobre reducen la corriente pasivante (iCr). Esto significa que los aceros inoxidables que
contienen estos elementos tienen mayor resistencia en medios no oxidantes y son más
facilmente transferidos al estado pasivo. El titanio y especialmente el molibdeno le brindan
mayor resistencia ante los halogenuros (Cl-, Br-, I-) causantes de la llamada corrosión picadura
de los metales en estado pasivo.
La pasividad como fenómeno hay que tenerla permanentemente en cuenta, no solo al estudiar
un procesos corrosivo, sino también al combatirlo tanto en las etapas iniciales del diseño como
en etapas posteriores de construcción y operación. Su importancia económica es muy grande.
50
En el caso de las aleaciones sucede que las bifásicas, o sea las mezclas mecánicas, son
menos resistentes a la corrosión que las aleaciones monofásicas correspondientes, o sea las
que forman soluciones sólidas o compuestos químicos.
Un ejemplo clásico lo tenemos en los latones (aleaciones de Cu – Zn) monofásicos y
homogéneos de tipo α y los bifásicos extendidos del tipo α, β. Estos últimos se presentan
cuando el contenido de Zn sobrepasa el 38 % aproximadamente, formandose dos tipos de
cristales, uno rico en Cu saturado de Zn y otros mas ricos en Zn con Cu formando un
compuesto de tipo electrónico.
2. Factores externos.
Como se indicó los principales factores externos son:
1. pH (concentración de H+) y tipo de ácido.
2. Concentración de O2.
3. Temperatura.
4. Velocidad del fluido.
5. Concentraciones y tipo de sales.
La influencia que ejercen estos factores sobre la velocidad de corrosión no es única sino que
depende de las características del material y del medio corrosivo aunque también es específica,
cualitativamente hablando, de cada material o medios. Los aspectos esenciales que pueden
variar cualitativamente las influencias de distintos factores sobre distintos sistemas son entre
otros:
• Carácter protector y estabilidad de las capas que se forman sobre los materiales.
Especialmente los relacionados con el estado pasivo del material (sí se pasiva o no). Aquí
está incluido el fenómeno de anfoterísmo de algunos metales.
• Si la corrosión es ácida (H+) o por oxígeno (frecuentemente vinculado al pH del medio ácido,
neutro o básico) o aún más general si la corrosión es controlada por transferencia o por
difusión.
Estas constituyen las principales características a tener en cuenta. Otras cuestiones a tener en
cuenta pueden ser:
• Si se opera en sistemas cerrados o abiertos.
• Las diferencias marcadas entre las propiedades físico – mecánicas de los materiales
metálicos.
• La nobleza termodinámica de los sistemas metálicos.
51
está determinada por la formación de capas protectoras hidroxílicas totalmente solubles
en ácido pero muy poco solubles en soluciones alcalinas.
III. Metales que son inestables en ácidos pero resistentes a la corrosión en soluciones
neutras y muy resistantes en soluciones alcalinas: Niquel, Cromo, Cobalto, Cadmio. Su
resistencia se debe a las altas propiedades protectoras de las capas de óxidos e
hidróxidos que se forman.
IV. Metales que son resistentes en los medios ácidos pero inestables en soluciones
alcalinas: Tántalo, Molibdeno, Wolframio. Lo que está determinado por el carácter ácido
de sus capas protectoras.
V. Metales que no son resistentes en las soluciones ácidas y alcalinas pero si en medios
neutrales: Aluminio, Cinc, Estaño, Plomo, Berilio. Lo que está determinado por las
propiedades anfotéricas de las capas protectoras, solubles en ácidos y álcalis e
insolubles en medios neutros.
La velocidad de corrosión electroquímica de los metales en contacto con soluciones salinas así
como en soluciones ácidas depende de la naturaleza de la sal o sales disueltas en la solución y
de su concentración. Esta dependencia es diferente según los casos generales siguientes:
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depolarizadores catódicos aumentan la velocidad de corrosión electroquímica de los metales
(por ejemplo la corrosión del hierro en los persulfatos, en el hipoclorito de sodio, etc). Los
productos químicos de esta clase son los mas difíciles de manipular con equipos metálicos y el
efecto de aceleración de la corrosión crece con el aumento de concentración de la sal oxidante.
Pero si la sal oxidante pasiva al metal, entonces la velocidad de corrosión diminuye fuertemente
al alcanzar la concentración indispensable del pasivador (por ejemplo Na2CrO4; K2Cr2O7,
NaNO2 y otras). Las sales reductoras como el Na2SO3 (Sulfito de Sodio) y la hidrazina (N2H4)
consumen los agentes oxidantes (oxígeno) del medio y en general son beneficiosas ya que al
disminuir la concentración de oxígeno disminuyen la velocidad de corrosión de los metales.
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Vcor
Metal no pasivo, Fe, Zn
Metal pasivo, Al, Inox.
CO2
Influencia de la temperatura de trabajo.
La velocidad de corrosión electroquímica generalmente aumenta con el aumento de la
temperatura.
La corrosión electroquímica de metales en medios ácidos, por ejemplo ácido sulfúrico o
clorhídrico, que transcurre con depolarización (reducción) de hidrógeno, la elevación de la
temperatura del electrolito disminuye el sobrevoltaje de hidrógeno y se observa una
dependencia exponencial de la velocidad de corrosión con la temperatura, la cual puede
expresarse aproximadamente por una ecuación tipo Arrhenius:
−Q
K ≅ Vcorr = Ae RT
Curva A: cuando tenemos medio ácido en el cual el proceso de corrosión está controlado por
polarización por activación (ejemplo: Fe en HCl deaereado, la agitación y la velocidad no tienen
efecto sobre la velocidad de corrosión. A velocidades del flujo extremadamente altas, ocurre el
daño mecánico de la superficie metálica, lo que resulta en un ataque acelerado.
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Curva B: cuando el proceso está bajo control catódico de difusión pero no se consigue la
pasividad a ninguna velocidad (ejemplo: en presencia de una elevada concentración de Cl., tal
como ocurre con el acero en agua de mar), la velocidad de corrosión aumenta sin producirse
disminución a velocidades intermedias: a velocidades suficientemente elevadas es de esperar
el mismo comportamiento que en los casos anteriores
Curva C: cuando tenemos que el proceso está controlado católicamente por la difusión, como
ocurre en las agua naturales donde el pH es por lo general muy elevado de modo que el
desprendimiento de hidrógeno no desempeña un papel importante y el movimiento relativo del
agua lleva más O2 a la superficie, así como que aumente en principio la velocidad de corrosión.
A velocidades del medio lo suficientemente elevadas y si el metal es fácilmente pasivable,
puede llegar a la superficie suficiente oxígeno para producir la transición del metal al estado
pasivo. Los materiales fácilmente pasivables como acero inoxidable y titanio son más
resistentes a la corrosión cuando la velocidad del medio corrosivo es alta. Si la velocidad del
medio se incrementa todavía más (extremadamente alta), la erosión mecánica de las películas
protectoras de productos de corrosión hace que aumente otra vez la velocidad de ésta.
Velocidad A
de
corrosión
B
Velocidad del
medio corrosivo
El dominio por parte del técnico, de los factores influyentes en la velocidad de corrosión
constituye la clave para la solución de los problemas de corrosión que con bastante
frecuencia se presentan en los procesos industriales y en general en las actividades
económico-productivas, de servicios y sociales de nuestro país.
55
V. Métodos de Protección contra la Corrosión Electroquímica
Aunque existe un gran número de métodos de protección contra la corrosión, todos ellos
pueden agruparse en cuatro grandes vías generales de protección que son las siguientes:
Las 3 primeras vías agrupan a los llamados métodos activos de combate ya que cambian las
características o propiedades del metal y/o del medio corrosivo, mientras que los recubrimientos
se consideran un método pasivo ya que su acción básica consiste en separar al metal del medio
corrosivo para evitar el ataque.
Propiedades mecánicas y físicas que se correspondan con los requerimientos del equipo o
estructura donde va a ser utilizado.
Buena resistencia química o a la corrosión en el medio corrosivo con que estará en
contacto. De no ser así habría que valorar la posibilidad y factibilidad técnico-económica de
aplicación de algún método de protección complementario.
Maquinabilidad y propiedades tecnológicas de conformación y soldabilidad.
Que sea compatible con otros materiales empleados en la construcción del equipo o
aparato de que se trate.
Disponibilidad en el mercado del material en la forma que se requiere y tiempo de entrega.
Costo del material. Su empleo debe ser económico o estar justificado económicamente.
En relación a las propiedades mecánicas y físicas, hay que señalar que el material seleccionado
debe poseer las propiedades mecánicas requeridas para resistir sin deformaciones ni fracturas,
56
el peso o carga y las condiciones de operación del sistema, sobre todo las condiciones de
presión y temperatura de trabajo. Por lo general, en correspondencia con el equipo, aparato o
pieza de que se trate, se requiere un elevado margen de seguridad para eliminar o disminuir a
niveles aceptables los riesgos de averías o, peor aún, de accidentes debidos a la deformación
(pérdida de estabilidad) o fractura del material. Es por ello que en la etapa de diseño para
determinar el espesor de las paredes y otros elementos de los equipos, se utilizan valores de
presiones y temperaturas (de diseño) considerablemente superiores (según la severidad del
proceso de que se trate) a las normales de operación (de trabajo) a que estará sometido el
material o equipo construido con el mismo.
Por lo anterior es que los aceros comunes (al carbono) o aleados (de baja, media y alta
aleación) se utilizan para la construcción de la mayoría de los equipos y aparatos en la
industria, ya que, como se conoce, su resistencia mecánica resulta de las más elevadas entre
los materiales metálicos, además del bajo costo, especialmente del acero al carbono, en
comparación con el resto de los metales o aleaciones.
La resistencia del material a la corrosión en el medio donde va a ser utilizado, debe constituir el
criterio o elemento por donde, correctamente, se inicie la búsqueda, ya que si la agresividad
corrosiva del medio es de consideración, o sea relativamente alta, solo habrá una serie limitada
de materiales que lo resistan adecuadamente. Sin embargo, aún en este caso e incluso en
medios altamente agresivos, no se debe dejar de considerar al acero común ya que en no
pocas situaciones con estas características, es posible utilizarlo por sus buenas propiedades
mecánicas y resolver su baja resistencia química aplicando alguno de los otros medios de
protección, resultando muy frecuentemente ser la aplicación de un recubrimiento o de un
revestimiento resistente al medio la solución más apropiada.
Hay que señalar que en muchas ocasiones las propiedades físicas, o alguna de ellas, resultan
tan o más importantes que las propiedades mecánicas como resulta ser, por ejemplo, la
conductividad térmica en los tubos de equipos para el intercambio de calor.
En este caso, u otros similares, habrá que considerar la propiedad física de que se trate y la
resistencia química del metal o aleación en el medio o medios corrosivos de trabajo según el
nivel de agresividad del mismo.
En términos generales este análisis económico debe considerar los siguientes aspectos:
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Alteración o ajuste y control del medio corrosivo.
Consiste en variar o ajustar y controlar las características, composición y propiedades del
medio corrosivo con el fin de hacerlo menos agresivo y por tanto reducir la velocidad de
corrosión de los materiales metálicos en contacto con dicho medio.
En resumen se puede plantear que este método de protección se logra a través del control de
los factores externos. En algunos casos un aumento del valor del factor influyente tiende por lo
general a incrementar la corrosión en casi todos los metales (materiales). Ejemplo: la
temperatura, sólidos en suspensión, organismos vivos, etc. Mientras que en otros casos
depende del material y estructura metálica y debe determinarse en que sentido debe variar el
factor para disminuir la corrosión de manera mas efectiva. Ejemplo: pH, concentración de
oxigeno, velocidad del fluido, etc.
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B) Aplicación (adición al medio) de inhibidores de la corrosión.
Se emplean cuando otros métodos de alteración del medio corrosivo no se pueden aplicar, o
no se pueden variar o ajustar los parámetros de operación, o su variación o ajuste no produzca
efecto beneficioso significativo.
Ejemplo:
- Sistema cerrado: sistemas de enfriamiento con recirculación agua dulce. Recipientes
(cubas) para el decapado ácido de piezas metálicas
- Sistema abierto: condensadores de tope de las columnas de destilación en refinerías de
petróleo.
Clasificaciones:
Existen numerosos puntos de vista para clasificar los inhibidores, por ejemplo, según su
naturaleza química, su mecanismo general de acción, la semireacción que retardan, el medio
donde resultan más efectivos, su carácter iónico, tipo de corrosión que inhiben, etc.
Si desarrollamos el más importante, o sea, según su mecanismo de acción, se pueden derivar
casi todas las otras clasificaciones.
- Inorgánico
Sales de Zn2+ y Ni2+,
s
Silicato de sodio,
• Formadores de
Bicarbonato de Ca2+ y Mg 2+,
depósitos.
Compuestos de As3+, y Sb3+
Agar-agar, Dextrina
• De film electrolítico.
- Orgánico
Formaldehido,
s
Dodecilamina,
• De adsorción. Urotropina
Tiourea. 59
- Pasivadores orgánicos: nitro benzoatos, nitrofuroatos
- Cationes inorgánicos y pasivadores: Ce4+, Fe 3+, Pb2+.
Inhibidores inorgánicos:
Los factores que determinan la efectividad de un pasivador son alguno o variosde los
siguientes:
- Que aumentan el pH.
- Que ejerzan acción buffer en la solución.
- Adsorción de especies químicas.
- Participación directa de la sustancia en la formación de la capa de oxido.
De aquí se deriva que no todas las sustancias oxidantes fuertes resultan buenos pasivadores.
Hay sustancias de bajo poder oxidante que facilitan el logro de la pasividad de los metales y
viceversa.
La concentración del pasivador debe exceder un cierto valor crítico. Por debajo de esta
concentración el pasivador actúa como un depolarizador activo, incrementando la velocidad de
corrosión generalizada o en zonas localizadas provocando la corrosión picadura. A estos
últimos se les llama inhibidores peligrosos. La concentración del pasivador debe cubrir toda la
superficie del metal que actúa como ánodo (zonas anódicas), de lo contrario se presenta la
peligrosa combinación de ánodo pequeño y cátodo grande.
Inhibidores formadores de depósitos: Son como regla cationes que migran hacia las áreas
catódicas donde, al reaccionar química o electro químicamente, con los productos primarios del
proceso de reducción, forman compuestos insolubles que precipitan, bloqueando estas áreas.
Ejemplo: Los aniones Zn2+, Ni2+ , que precipitan formando hidróxido, así retardan la reducción
(difusión) del oxigeno (se forma una película protectora de CaCO3 e Zn(OH) 2, Ni(OH)2.
Los silicatos también actúan formando un gel; de sílice sobre toda la superficie. Se forma una
barrera de difusión (de silicato de Fe)
Ejemplo: Na2O.2SiO2 (mSiO2, nSiO3)2n- . Silicato de sodio. Es utilizado como inhibidor de la
corrosión de aguas, actuando parcialmente como alcalinizador y parcialmente como pasivador.
Son de gran valor en la protección del aluminio en aguas corrosivas.
Los poli fosfatos forman grandes cationes coloidales, particularmente en presencia de calcio.
Estos cationes se descargan en las áreas catódicas formando recubrimientos relativamente
gruesos. El agua debe tener cierto contenido de calcio (dureza) para que el poli fosfato sea
efectivo.
60
Ejemplo: (Na5CaP6O18)n n+ utilizados para la protección del acero en contacto con agua
dulce. Con este objetivo se utiliza también el fosfato trisódico.
Como se ha señalado todos estos inhibidores inorgánicos se emplean en medios neutrales o
alcalinos, combatiendo la corrosión por oxígeno al limitar de una u otra forma su difusión a la
superficie metálica.
Inhibidores orgánicos:
Inhibidores de adsorción: conjuntamente con los pasivadores constituyen los productos más
utilizados. Los inhibidores orgánicos de adsorción son sustancias que poseen grupos polares
donde los heteroátomos de dichos grupos funcionales pueden ser el O, N, S, P, Se, o grupos
(enlaces múltiples). Su mecanismo de acción estriba en la adsorción de la molécula orgánica a
la superficie metálica, en capas mono moleculares, por el grupo funcional (o polar), dificultando
el proceso o paso de transferencia electrónica (del metal y del H+) sobre la superficie metálica
por lo que tienen su aplicación en la disminución de la corrosión de los metales en medio ácido,
donde tanto el proceso anódico como catódico están controlados por la transferencia.
El grupo polar se adsorbe en la superficie metálica por fuerzas físicas, químicas o físicas
(especificas). El proceso de adsorción está regido por una isoterma la cual relaciona el grado
de cubrimiento con la concentración del inhibidor en solución.
Los inhibidores también se clasifican según el proceso corrosivo que retardan: se denominan
catódicos cuando retardan fundamentalmente el proceso catódico de reducción del agente
oxidante, anódicos cuando retardan el proceso anódico de oxidación del metal y mixtos cuando
retardan ambos procesos en magnitudes similares. De acuerdo con este criterio es evidente
que los pasivadores son considerados inhibidores anódicos puesto que independientemente de
su mecanismo de acción su efecto final es producir la pasivasión del metal.
61
Evaluación de la efectividad de los inhibidores:
Para aplicar un inhibidor determinado en un medio corrosivo es necesario ante todo evaluar
cual va a ser la efectividad de su acción en dicho medio. Para ello se utilizan como indicadores,
la eficiencia (η) y el coeficiente de protección (γ).
Ζ=η=
(DP0 − DPi ) *100 (% )
DP0
Donde:
DP0: velocidad de corrosión sin inhibidor
DPi: velocidad de corrosión con inhibidor
η: Eficiencia.
DP0
γ=
DPi
γ: Coeficiente de protección.
η(%): se utiliza más en la técnica y práctica industrial.
γ: Este número representa cuantas veces se reduce la velocidad de corrosión por la adición del
inhibidor.
Debe señalarse que para la determinación de la η(%) y γ puede utilizarse la icorr en lugar de DP
ya que son proporcionales. Por ello para evaluar la efectividad de un inhibidor puede utilizarse
cualquier método: gravimétrico, volumétrico, analítico o electroquímico experimental para
determinar velocidad de corrosión, siempre que se trate de corrosión generalizada.
62
Ejemplos prácticos más importantes del uso de inhibidores en sistemas industriales:
Definición general:
La protección catódica consiste en el desplazamiento del potencial del material o estructura
metálica a proteger, a valores más negativos que el potencial de equilibrio del metal (potencial
de protección) en el medio corrosivo de que se trate. Su fundamento se deriva del fenómeno de
la corrosión galvánica por par metálico.
ic
Ee
E
E
63
O sea, consiste en polarizar al metal o estructura a proteger a potenciales más negativos
(polarización catódica) que su potencial de corrosión en el medio de que se trate (generalmente
aguas o suelos), hasta llevarlo a un potencial tal que no sea posible el desarrollo de oxidación
anódica del metal. En principio este potencial se corresponde con el potencial de equilibrio del
metal en el medio corrosivo dado (Eeq. en la figura) al que se llama Potencial Teórico de
Protección y puede determinarse por la ecuación de Nenrst. Si embargo la aplicación de este
valor de potencial no asegura la protección real de la estructura, por ello en realidad se aplica
un potencial algo más negativo que el potencial de equilibrio, al que se denomina Potencial
Práctico de Protección (Ep).
Es el parámetro más importante y es el valor mínimo para lograr una total protección (criterio
técnico de calidad). Este potencial teóricamente debe coincidir con el potencial de equilibrio del
metal. En algunos metales esta muy cerca pero para otros hay grandes diferencias. Para el
trabajo práctico se utiliza el potencial de protección hallado experimentalmente.
Electrodo de referencia
1. Hierro y acero
-0,85 -0,80 -0,75 +0,25
Medio aerobio
Medio
-0,95 -0,90 -0,85 +0,15
anaerobio
64
- Corriente de protección.
Es la corriente necesaria para polarizar el metal desde su potencial de corrosión al de
protección. La densidad de corriente requerida depende del metal y del medio. La densidad de
corriente aplicada es equivalente a la velocidad de corrosión en el mismo medio.
Esta corriente es muy alta en medios ácidos (control mixto) por lo que normalmente no resulta
económica la protección catódica a pH ácidos (criterio económico de costo de operación).
Cuando la velocidad de corrosión está controlada catódicamente (y el potencial de protección
se acerca al potencial del ánodo a circuito abierto) la densidad de corriente requerida, es solo
ligeramente superior a la corriente de corrosión equivalente.
Normalmente se le proporciona al metal una ligera sobreprotección, o sea, se coloca el
potencial ligeramente más negativo que el potencial de protección.
- Diferencias.
1. Los ánodos son diferentes.
2. La relación área anódica/área catódica.
3. En la corriente impuesta los potenciales son más negativos por lo que la protección es a
distancias mayores.
4. En la corriente impuesta se requiere de un transformador-rectificador, lo que no es
necesario en el ánodo de sacrificio.
Ánodo de sacrificio:
1. Costo inicial no alto en relación con la instalación (3-8 %) veces menor.
2. No necesita electrificación cercana.
3. No consume energía de operación.
4. Difícil control de operación.
5. Puede ocurrir pasivación de los ánodos.
65
6. Se requieren más ánodos para proteger una superficie dada.
7. Cambios relativamente frecuente de los ánodos por consumo de éstos.
Corriente impuesta:
1. Costo inicial similar al de ánodo de sacrificio.
2. Necesita electrificación cercana.
3. Consume energía para operar
4. Adecuado y fácil control de operación.
5. No ocurre la pasivación de los ánodos.
6. Se requieren menos ánodos para la protección de un área superficial dada
7. Cambio de ánodos a más largo plazo.
66
Esquema de protección catódica por corriente impuesta de una estructura enterrada.
67
Protección catódica de un tanque de agua
Metálicos
Inorgánicos
Orgánicos
Lo que indica el carácter o naturaleza de la sustancia única o mayoritaria que los conforma.
También pueden ser clasificados según el objetivo que se persigue con su aplicación y que
pueden ser muy diversos, desde decorativo, logro de determinadas propiedades físicas,
mecánicas o eléctricas u otras en la superficie hasta la protección anticorrosiva, que es la de
mayor interés para la ingeniería química.
68
Más importante que las clasificaciones resulta sin dudas, las propiedades que debe poseer un
recubrimiento para lograr una efectiva protección durante el tiempo previsto de vida útil del
mismo. Para ello las propiedades más importantes que deben reunir los recubrimientos son las
siguientes:
La forma de realizar la preparación de la superficie depende de varios factores como son el tipo
de metal a recubrir y su estado superficial, tipo de recubrimiento a aplicar, tamaño de la
instalación a proteger, medios técnicos disponibles y otros. No obstante en casi todos los casos
la superficie metálica presenta grasas, productos de la corrosión (óxidos), polvo y otras
impurezas que deben ser eliminadas para garantizar las propiedades requeridas del
recubrimiento. Para ello se efectúan los procesos de desengrasado y decapado.
1. Mecánica: Mediante espátulas y cepillos. Solo sirve para eliminar capas gruesas de grasa y
por su inefectividad requiere de la utilización posterior de otro método de desengrasado. La
limpieza por chorro de arena a presión o de granallas o virutas metálicas, es mucho más
efectiva para la eliminación de las grasas y también de óxidos y otros productos depositados
sobre la superficie.
69
2. Térmica: Se realiza generalmente mediante la introducción de las piezas en hornos a
temperaturas entre 700 y 800 0C durante varios minutos para quemar las grasas impregnadas.
Se emplea fundamentalmente previo a la aplicación de esmaltes vítreos, donde se requiere
someter al metal o pieza a elevadas temperaturas para aplicar el recubrimiento de esmalte.
1. Decapado mecánico: Existen diferentes métodos para realizarlo, desde los procesos
manuales rudimentarios hasta los métodos a chorro de alta eficiencia. Los métodos manuales
consisten en la eliminación de las costras utilizando piquetas, espátulas y cepillos metálicos
manuales o eléctricos rotatorios. El método mecánico más efectivo y productivo es el de chorro.
En este caso se utiliza un equipo que mediante aire comprimido impulsa chorros de arena
(Sand Blasting) ode pequeñas partículas metálicas (pellets) e inclusive agua a presión hacia la
superficie metálica eliminando no solo los productos de corrosión sino también la mayor parte
de la grasa.
Los métodos mecánicos no requieren necesariamente de un desengrasado previo sino
posterior, en caso que resulte necesario, y se usan más frecuentemente en los casos de
grandes superficies y en equipos ya instalados.
2. Decapado térmico: Es utilizado solo en el caso de grandes estructuras con elevado espesor
de chapas metálicas. Para el calentamiento de las costras de productos a eliminar se utilizan
sopletes oxiacetilénicos con lo que las mismas se desprenden. Un ejemplo de aplicación de
este método lo encontramos en la limpieza de cascos de buque previo a la aplicación de un
sistema de pinturas anticorrosivos.
3. Decapado químico: Conjuntamente con los mecánicos resultan los más utilizados y se
complementan en buena medida ya que el decapado químico se usa principalmente en la
limpieza de piezas y equipos de dimensiones no muy grandes que se producen de manera
seriada en la industria tales como: cocinas; refrigeradores, carrocerías, cajas de equipos
eléctricos y electrónicos, piezas y equipos industriales, artículos decorativos y otros.
Las piezas o equipos se introducen en baños (recipientes) que contienen soluciones de ácidos
individuales o en mezclas. Como ácidos se utilizan el HCl, H2SO4, HNO3, H3PO4, HF y otros. El
70
ácido sulfúrico se usa con concentraciones iniciales de 15 a 25 % operando a temperaturas
entre 60 y 80 0C. Los baños con ácido clorhídrico operan a temperatura ambiente o con ligero
calentamiento debido a su volatilidad. La concentración inicial oscila entre 15 y 20 % y la final
entre 5 y 8 %, similar a la del ácido sulfúrico.
Recubrimientos Metálicos
La aplicación o deposición de capas de un metal (generalmente finas) sobre otro tiene, desde
hace varias décadas, una gran diversidad de usos. Los métodos para su deposición son
también muy variados, lo que abordaremos someramente más adelante.
71
Recubrimientos activos: Cinc, Cadmio
También se usan con fines anticorrosivos el aluminio, el silicio, y los metales nobles como la
plata, oro y platino. Estos últimos por su elevado costo, excepto la plata, se usan con otros
fines (decorativos, eléctricos, mecánicos) aunque colateralmente evitan la corrosión. Los
recubrimientos de aluminio y silicio se emplean en general para combatir la corrosión química
por gases a temperatura elevada, aunque en algunos casos también se utilizan en electrolitos.
En cuanto al estaño, más noble termodinámicamente que el hierro o acero, como es sabido, ha
tenido y aún tiene gran aplicación como recubrimiento del acero en la producción de la hojalata
para el envasado de diversos productos alimenticios ligeramente ácidos, hay que señalar que
en estas condiciones puede convertirse en un recubrimiento activo como resultado de su
acomplejamiento.
Los recubrimientos activos como el cinc a pesar de tener un potencial de corrosión más
negativo que el acero, se corroen a una velocidad varias veces menor que este en los medios
naturales (agua, suelo, la atmósfera) por formación de capas protectoras, no pasivas, de óxidos
y sales. Si bien es cierto que en comparación con los recubrimientos nobles, los activos son
menos resistentes, por otro lado son capaces de ejercer una función activa de protección aún
presentando un determinado nivel de porosidad, levantamiento mecánico o deterioro corrosivo
del recubrimiento que permitan que el electrolito agresivo se ponga en contacto con el metal
base, ya que se formaría una celda o pila galvánica entre el metal base y el recubrimiento, en
la que este último actuará como ánodo disolviéndose y protegiendo al metal base, que actuará
como cátodo. Todo lo contrario ocurriría si el recubrimiento es noble ya que, si por alguna de
las causas señaladas, el electrolito llega al metal base este actuaría como ánodo por tener un
potencial más negativo y estaríamos frente a un caso de corrosión galvánica por par metálico
con un área anódica mucho menor que la catódica.
En los métodos de inmersión las piezas se introducen en baños que contienen de una forma o
de otra el metal recubridor. En los métodos de contacto el metal base se introduce en una
solución acuosa de una sal del metal recubridor, produciéndose la reducción espontánea de los
iones (cationes) de la sal sobre la superficie del metal a recubrir el que a su vez envía iones a
la solución. Este método produce capas muy finas y poco adherentes, mejorando estas
72
características si se obtiene en caliente a partir de sales fundidas. Por este método se logran
fundamentalmente recubrimientos de níquel.
Mucho más importante, por su amplia utilización, es el método de inmersión de las piezas en el
metal recubridor fundido. Por este método solo pueden depositarse metales de bajo punto de
fusión como el Zn, Al, Sn y Pb. Las capas obtenidas son relativamente gruesas y no resulta
fácil controlar su espesor.
Electrodeposición: Consiste en situar las piezas a recubrir como cátodo (conectadas al borne
negativo) en un baño electrolítico en el que el electrolito es una solución de sales del metal
recubridor, provocando su deposición sobre las piezas por electrolisis. Como ánodos del
proceso de electrolisis se utilizan barras del metal recubridor de manera que el mismo se va
disolviendo al hacer pasar corriente por el sistema y con ello se garantiza la concentración
requerida de sus cationes en la solución electrolítica del baño. La electrodeposición es el
método más universal para la aplicación de recubrimientos metálicos ya que mediante el se
pueden depositar prácticamente todos los metales técnicos, con la excepción del aluminio, y
nobles e incluso aleaciones de dos o más componentes y además permite controlar con alto
grado de precisión el espesor del recubrimiento a aplicar debido a que el proceso se basa en
las leyes de Faraday.
e = Q ή i t /ρ
Donde:
e: Espesor del recubrimiento en micrómetros.
Q: Equivalente electroquímico del metal recubridor en g/A h
ή: Rendimiento del baño en %.
i: Densidad de corriente aplicada en A/dm2.
t: Tiempo que se hace circular la corriente en horas (h)
ρ Densidad del metal recubridor en g/cm 3
En la práctica se fija el espesor del recubrimiento a obtener a partir de la agresividad del medio
en que trabajarán las piezas, así como la densidad de corriente a partir de indicadores de
productividad y calidad y se determina mediante la ecuación anterior el tiempo requerido de
electrólisis. Por este método pueden aplicarse capas muy finas y en la zona de la pieza que se
desee. Se obtienen recubrimientos de calidad y con las características deseadas como
brillantez, rugosidad, opacidad y otras.
En los baños electrolíticos además de las sales del metal recubridor se adicionan otras
sustancias con el objetivo de lograr una mejor calidad del recubrimiento:
73
Para dificultar el proceso de deposición al aumentar la polarización catódica se adicionan
inhibidores, con lo que se obtienen recubrimientos de grano más fino.
Para obtener recubrimientos con gran poder de reflexión de la luz (con gran brillo), se
adicionan sustancias orgánicas (abrillantadores) que por su adsorción sobre la superficie
son capaces de producir este efecto.
Para disminuir el arrastre de la solución por las burbujas de hidrógeno se adicionan
sustancias tenso activas
Los recubrimientos galvánicos (por electro deposición) requieren de una excelente preparación
superficial previa a la aplicación del recubrimiento, terminando esta preparación con el pulido
superficial de las piezas a recubrir si se desean obtener recubrimientos uniformes y brillantes.
La principal limitante de este método consiste en que es aplicable solo a piezas o estructuras
de, relativamente, pequeñas y medianas dimensiones.
Derretido metálico: Se aplica con electrodos planos o tubulares del metal recubridor los
cuales mediante arco eléctrico se funden sobre el metal base. Se aplica sobre piezas de
elevado espesor como por ejemplo mazas de molinos de centrales azucareros. Esta aplicación
puede hacerse manual o automatizada y requiere de tratamiento posterior de maquinado si se
requiere una superficie uniforme o pulida. Por este método puede aplicarse cualquier metal o
aleación en capas más o menos gruesas.
Termodifusión: Por este método se obtienen recubrimientos con una base de aleación entre
el metal base y el recubridor. Por esta vía se depositan capas de aluminio, cromo y silicio para
el combate anticorrosivo a elevadas temperaturas. Se producen por la reducción de estos
74
metales en hornos. También se depositan capas a partir de compuestos metálicos gaseosos
(hierro y níquel carbonilo) sobre el metal base en caliente y con ayuda de métodos de vacio.
Cobreado: Se usa fundamentalmente como subcapa base de los recubrimientos sobre acero,
de níquel o de níquel-cromo.
Niquelado: Muy utilizado para evitar la corrosión atmosférica y dar belleza a artículos
decorativos y de bisutería, así como en la manipulación de álcalis concentrados. Presenta un
color metálico muy reflectivo en los recubrimientos brillantes. Es muy resistente a la corrosión
atmosférica.
Recubrimientos inorgánicos
Se clasifican en dos grandes grupos; los cerámicos o silíceos y los de conversión química.
Los primeros se corresponden bien con los materiales cerámicos de construcción como son las
porcelanas, cerámicas blancas en general (químicas), las rojas, los esmaltes vítreos, los
cementos y masillas inorgánicas antiácido o resistentes a los agentes químicos. Estos
recubrimientos y revestimientos son por lo general de muy elevada inercia química ya que
resisten casi todos los reactivos químicos conocidos salvo excepciones. Su gran enemigo es el
ácido fluorhídrico y derivados ya que disuelve el principal constituyente de estos materiales; el
SiO2 con formación de complejos fuorosilícicos solubles.
Los materiales inorgánicos también tienen la gran ventaja de soportar las altas temperaturas y
se emplean para la construcción de ladrillos refractarios como los de silicatos, aluminatos y
75
silicoaluminatos, cromitas, magnesita, grafito o carbono etc. Se seleccionan no sólo según su
capacidad refractaria sino también según su resistencia química al medio gaseoso o líquido
tratado. Si el gas es de reacción ácida se recomienda emplear los ladrillos ácidos, neutros o
anfóteros como los de sílice, carbono y alúmina o cromita respectivamente, mientras que para
medios alcalinos se prefiere los de magnesita (alcalino) o los neutros o anfóteros.
Los esmaltes vítreos térmicos y sobre todo químicos se emplean como recubrimiento de
reactores que deben manipular ácido clorhídrico u otras soluciones agresivas que los reactores
de aceros especiales y otras aleaciones metálicas no las resisten (o que resultan muy
costosas). Estos recubrimientos tienen la ventaja de poder operar en caliente y además poder
permitir un aceptable intercambio calórico (calentamiento o enfriamiento) que no le es dado a
los plásticos y recubrimientos poliméricos en general.
Es de señalar que otros metales como el cobre, titanio, magnesio etc. también pueden ser
protegidos por alguna de estas vías. En general los recubrimientos por conversión se emplean
para proteger a las piezas contra la corrosión atmosférica u otros ambientes naturales.
76
Recubrimientos orgánicos
Son en su mayoría de tipo polimérico como plásticos y elastómeros, aunque también se
incluyen otros no poliméricos como grasas, aceites, ceras y preservos para la protección
temporal.
Sin lugar a dudas son las pinturas (esmaltes, barnices, lacas orgánicas), el tipo de
recubrimiento más importante y el tipo de protección contra la corrosión de mayor aplicación. No
menos del 80 % de todos los recubrimientos utilizados a nivel mundial, son pinturas. Las
principales razones de ello son las siguientes: Simplicidad de aplicación, posibilidad de
aplicación en equipos de todos los tamaños y configuraciones, posibilidad de uso
conjuntamente con otros métodos de protección, facilidad de reparación y renovación del
recubrimiento, obtención de un recubrimiento de cualquier color y por último, y por ello no
menos importante, el menor costo de las pinturas en relación con el resto de los recubrimientos.
El vehículo o compuesto orgánico fílmico que le da cuerpo a la pintura y que realiza la función
básica del recubrimiento, o sea, la de separar al metal del medio corrosivo por la formación de
una película compacta sobre la superficie metálica a proteger. En el caso de las pinturas
anticorrosivas para metales el vehículo consiste en un polímero sintético (resina) que le da su
nombre. Por ejemplo las pinturas epoxídicas, alquídicas, vinílicas, acrílicas, nitrocelulusa,
asfálticas, goma clorada, fenólicas, poliuretanos, silicoorgánicas y muchas otras.
Los pigmentos son aditivos orgánicos o inorgánicos que cumplen diversas funciones tales
como la de dar color, estabilizar la pintura contra la acción de las radiaciones, servir de relleno
que abarate y de resistencia al desgaste a la pintura, que retarden el envejecimiento y que sirva
como protección activa adicional contra la corrosión. Estas últimas son unas de las que más nos
interesan ya que constituyen un elemento protector activo, es decir, que no actúan por
separación sino cambiando las propiedades del metal o del medio. Por ejemplo los cromatos,
ciertos óxidos como el minio de plomo o el de hierro rojo favorecen la pasivación del metal
base, el polvo de zinc produce la protección catódica de la base. Otros pigmentos sirven para
resistir la agresividad y condiciones del medio como son el de aluminio, de grafito, el de óxido
de titanio etc.
El solvente que permite la disolución o dispersión del vehículo y los pigmentos para facilitar su
aplicación. Está constituido por agua o por disolventes orgánicos como nafta, hidrocarburos
varios, alcoholes, ésteres, cetonas etc. y debe presentar una serie de propiedades o
características apropiadas para ejercer eficientemente su función sin dañar el medio ambiente
durante su evaporación. En la actualidad existen pinturas que no requieren solventes para su
aplicación pues sus componentes son líquidos que polimerizan o reticulan sobre la superficie
metálica a proteger, o que se aplican en forma de polvos por el método electrostático.
Debe destacarse que raras veces se aplica una pintura sola. En general se aplica un sistema de
pinturas que consiste en aplicar una pintura primaria sobre la superficie metálica preparada, la
cual es rica en pigmentos protectores activos (1 o 2 manos) seguida de (1 o varias manos) de la
pintura principal o acabado que es la que tiene la función de separación y de resistir la acción
corrosiva del medio ambiente, por lo que es rica en vehículo. Con alguna frecuencia se aplica
una mano final de otra pintura que sirve para dar o mantener mejor el aspecto decorativo o para
77
definir la función del equipamiento (código de colores en la industria). En general debe
asegurarse un espesor mínimo total del sistema de pinturas que asegure la protección por
tiempos lo suficientemente largos que resulten económicos. Este espesor depende de la
agresividad del medio y de la calidad del sistema aplicado pero en general se establece como
mínimo unos 100 o mejor 120 micrómetros para ambientes atmosféricos normales.
En las producciones seriadas se emplean principalmente los dos últimos con mayor o menor
grado de automatización de los procesos hasta el secado final en horno, mientras que la
primera se prefiere para el pintado de redes industriales y otros equipamientos in sito, aunque
para superficies grandes se emplean también las pistolas.
La selección del sistema apropiado de pinturas para cada medio constituye una especialidad de
ciertos técnicos o empresas que se dedican a ello aunque de forma muy general puede decirse
que en la industria química las pinturas más empleadas son las de tipo epoxídico, goma
clorada, asfáltica y vinílicas.
Atmósferas no contaminadas: pinturas alquídicas así como las pinturas de aceite en lugares
poco húmedos.
78
Altas temperaturas (300-400 0C): pinturas silicoorgánicas, de aluminio y de grafito.
Una última clase de recubrimientos orgánicos son las grasas, aceites y preservos para la
protección temporal de las piezas durante su almacenamiento y transportación. Ellas se
recubren con mezclas de grasa mineral líquida, sólida o semisólida (petrolatos), jabones,
tensioactivos, inhibidores y otras sustancias que conservan las pieza hasta el momento de su
uso, para el cual se des conservan disolviendo los preservos en solventes orgánicos
apropiados.
79
VI. Tipos de Corrosión Electroquímica.
Cada forma o tipo se presenta en condiciones determinadas y sus causas en gran medida son
específicas de dicho tipo. Por la misma razón muchos métodos de combate son también
específicos así como la forma de evaluar la velocidad de corrosión.
Si bien es cierto que los objetivos básicos perseguidos en este curso no incluyen el estudio
detallado de los mecanismos de los procesos corrosivos, también es cierto que es necesario al
menos tener una idea básica sobre los mismos ya que de ello dependen en buena medida los
factores influyentes principales y se derivan las vías más racionales para su combate.
La corrosión localizada se acostumbra a dividir en estos dos grandes grupos, o sea sin efectos
mecánicos y con efectos mecánicos, debido a las diferencias en carácter y efecto destructivos
80
que implica la participación de efectos físicos – mecánicos conjuntamente con los
electroquímicos de dicho fenómeno.
d d
81
2. Corrosión localizada sin efectos mecánicos.
C A
M e1 M e2
Ox
82
Mecanismo:
1. Interruptor C abierto: cada metal por separado se encuentra en su potencial de corrosión
(Ecorr ) en dicho medio oxidante y su velocidad de disolución (de corrosión) es la común para
cada metal en el medio correspondiente.
Ambas ecuaciones son de igual magnitud para cualquiera de los dos electrodos (metales) a
circuito abierto.
1. Me ⇔ Mez+ + ze-
2. Ox + ze- ⇔ Oxz-
2. Suponiendo que E1 < E2 y cerrando C: se establecerá una pila (macroscópica) en donde
Me1 funcionará cono ánodo, se polariza anódicamente, enviando electrones al Me2 quien
actúa como cátodo y se polariza catódicamente.
La magnitud de la corriente que circula entre ambos metales (corriente galvánica) puede
expresarse mediante la siguiente ecuación:
∆E
ig =
Ra + Rc + RΩ
Una vez que circula una corriente galvánica se produce un desbalance de las
reacciones (1) y (2). En el ánodo (Me1) se incrementa la reacción 1 y disminuirá la 2 para
disponer de electrones que enviará al Me2 donde ocurre lo contrario. El potencial del Me1 se
desplaza a valores más positivos (ya que el metal pierde cargas netas negativas y el
proceso anódico químico que las restituye es lento). Por la misma causa, pero a la inversa el
metal 2 se desplaza a potenciales más negativos. En otras palabras el metal 1, más activo,
se polariza anódicamente, mientras que el metal 2 se polariza catódicamente.
Los potenciales se han acercado y tienden a tomar el mismo valor.
83
Forma en que se presenta:
Fuerte disolución del metal más activo a lo largo de la zona de contacto con el metal más
noble.
Me1 Me2
• Relación área anódica y área catódica (Sa/Sk). A menor área anódica mayor intensidad de
ataque y viceversa.
Ejemplos prácticos:
Planchas remachadas con remaches de otro metal, uniones mediante bridas de metales
diferentes, tornillos hechos de metales diferentes a los que une, uniones soldadas entre
metales diferentes, tubos mandrilados a placas de otro metal (Ej. Tubos de cobre mandrilados
a placas de acero)
Métodos de protección:
- Aislamiento eléctrico del contacto entre los metales mediante juntas aislantes.
- Recubrimiento en zonas cercanas al contacto para evitar la reducción del agente oxidante
sobre el metal que actúa como cátodo.
84
Forma en que se presenta:
Cráteres, úlceras o hendiduras (picaduras) en las zonas de menos concentración del oxidante
(que actúan como ánodos).
Mecanismo:
Se forma una pila galvánica donde la zona mas pobre en oxidante es el ánodo y acelera su
disolución, mientras que el resto de la estructura metálica actúa como cátodo.
Factores influyentes:
Relación Sa/Sk, presencia de ranuras o de zonas muertas o de estancamiento del fluido que
facilite la deposición de sales o de sólidos en suspensión presentes en el mismo, agitación-
aireación, pasivasión de uno de los metales.
Ejemplos prácticos:
Diseño inadecuado, debajo de las juntas, soluciones estancadas que favorecen la deposición
de solidos en suspención o de productos de la corrosión como es el caso de los fondos de
tanque de recepción o almacenamiento temporal de soluciones o fluidos, velocidades de flujo
muy bajas en tuberias que transportan fluidos con sólidos en suspensión o sales disueltas que
puedan depositarse en el fondo o parte baja de la tubería.
Métodos de protección:
- Elevada relación Sa/Sk, Agitación y/o flujo requerido. Diseño y construcción adecuados de
equipos evitando las ranuras y zonas muertas. Operación adecuada. Uso de inhibidores.
p
Fp = Fp : Factor de Picadura d
d p
Ruptura puntual de la capa pasiva por los iones cloruros (Cl-). Disolución anódica rápida de
esos puntos por un mecanismo de corrosión galvánica en el que el interior de la picadura actúa
como ánodo, mientras que la superficie del metal pasivado actúa como cátodo.
Factor que acelera la disolución:
Relación SA/ SK muy pequeña.
85
Factores influyentes:
Ejemplos prácticos:
Causa: Se presenta cuando entre los componentes de la aleación existe gran diferencia de
actividad termodinámica (un componente es más noble respecto al otro) por ejemplo los latones
constituidos por cobre y cinc.
Mecanismo:
El componente mas activo se disuelve preferentemente (mecanismo galvánico) mientras que el
más noble queda en el metal obteniéndose una estructura esponjosa. Otro mecanismo puede
ser la disolución de ambos componentes con redeposición del metal más noble.
Factores influyentes:
pH (concentración de H+), agitación (velocidad del fluido), composición de la aleación (latón),
temperatura.
Ejemplos prácticos:
Tuberías, tornillos y piezas de latones amarillos en agua de mar y soluciones ácidas.
Vías de combate:
Selección adecuada del material (latones de 85 % o mas de cobre, o sea de una fase), aditivos
aleantes (As, P, Sb). Ejemplo: Latón admiralty (70 % Cu, 29 % de Zn, Cr + As 1%).
- Agitación-aeración (velocidad de flujo adecuada).
- Adición de inhibidores de la corrosión en sistemas en los que resulte económicamente
factible.
86
Corrosión ínter cristalina (aceros inoxidables Cr-Ni).
Mecanismo:
Activación de los límites de grano por precipitación de carburo de cromo en esas zonas.
Disminuye el cromo libre (<12 %) en el limite de grano. Se produce después de la
sensibilización por calentamiento entre aproximadamente 400-850 °C y enfriamiento al aire.
Factores influyentes:
- Composición del acero inoxidable (contenido de carbono en la aleación).
- Régimen de calentamiento y enfriamiento posterior (intervalo de sensibilidad).
- Composición del medio (agresividad).
Ejemplos prácticos:
Equipos de acero inoxidable Cr, Cr-Ni, soldados que trabajan en soluciones agresivas de Cl-,
H2SO4, HNO3, etc.
Soldadura
Vías de combate:
1. Disminución del contenido de C en la aleación: Menor o igual a 0,03 % (OX18H9, 316 L).
87
2. Adición de Ti, Nb, V en cantidad de 1% o menores ya que éstos forman preferentemente
sus carburos consumiendo el carbono. Ejemplo (X18H10T, 321).
3. Tratamiento térmicos:
- “Templado” se eleva la temperatura hasta 1050 °C donde se disuelven los carburos y
enfriamiento rápido.
- “Recocido” mantener durante horas al material en el rango de sensibilización para que los
carburos difundan y no se produzca mecanismo de celda.
Ejemplos.
- Rotura por tensión y fatiga.
- Fatiga y rozamiento.
- Cavitación y erosión.
Electrolito
Tensión 88
Como consecuencia de la acción conjunta del agente oxidante del electrolito y de las tensiones
aplicadas se produce una rajadura o grieta que avanza muy rápidamente hasta que la
resistencia mecánica del material es insuficiente y éste se rompe en lo adelante de inmediato
por un fallo puramente mecánico.
Se inicia frecuentemente con una picadura (pero no siempre), luego las tensiones actúan mas
fuertemente en ese punto produciendo deformaciones plásticas con activación del material en
esa zona y destrucción de capas protectoras y a la vez actúa el electrolito corrosivo en esa
zona que es anódica respecto al resto del material frecuentemente pasivo.
1. Transcristalina.
2. Intercristalina.
o sea que puede avanzar por los limites de granos (intercristalina) o a través del núcleo de
dichos granos o cristales.
Este tipo de corrosión se produce en casi todas las aleaciones, no así en metales puros. Las
aleaciones pasivas de aluminio, níquel, aceros inoxidables y otros sufren frecuentemente este
tipo de ataque, solo que los electrolitos que pueden producirlos no son todos, sino específicos
para los materiales.
Ejemplos:
Un caso especial de corrosión rotura por tensión lo tenemos en la llamada fragilidad cáustica
de los aceros bajo aleados que ha producido múltiples explosiones de tubos de calderas que
han estado trabajando con aguas a pH muy alto, o sea más de 12, en presencia de trazas de
oxígeno, las que por lo general en el agua en el interior de las calderas. En soluciones
saturadas de oxígeno no se produce este tipo de ataque, aunque si una corrosión generalizada
muy intensa, ya que el hierro y el acero al carbono y bajo aleado se disuelven en medios
fuertemente alcalinos. Por esta causa el agua de alimentación de los generadores de vapor y
calderas de alta presión debe ser rigurosamente tratada y procurar la eliminación casi completa
del oxígeno. El pH del agua en su interior (en los tubos y domo) debe estar comprendido entre
10 y 12 para facilitar la pasivasión del acero de que se construyen pero nunca sobrepasando
este último valor.
89
Un ejemplo de metales no pasivos que la sufren es el latón de aluminio en soluciones
amoniacales oxigenadas (corrosión rotura intercristalina).
Las causas de la corrosión rotura no están bien esclarecidas para muchos casos y cada uno
presenta sus particularidades. Debido a esto es que es el tipo de corrosión que más
publicaciones a nivel mundial presenta en la actualidad.
Vías de combate:
2. Como los electrolitos que pueden producirlos son selectivos, seleccionar correctamente a la
hora de diseñar el sistema aleación-solución electrolítica
En resumen:
- Tensiones continuas de tracción que actúan sobre un punto que puede ser una picadura.
Corrosión fatiga.
Es un tipo de corrosión aparentemente similar a la rotura por tensión pero donde las tensiones
aplicadas no son fijas sino cíclicas. Aquí de igual manera por la acción conjunta de ambos
efectos (químico-mecánicos) se produce una rajadura en el material que avanza según el
número de ciclos de tensión hasta la ruptura mecánica inmediata.
3. No hay normalmente (solo en vacío) un limite mínimo de tensión por debajo del cual ocurre.
4. Solo puede ocurrir por acción de tensiones externas tales como vibraciones, movimientos
cíclicos, etc.
Una característica morfológica de este tipo de corrosión es que la zona donde ocurrió el ataque
se ve pulida (por el movimiento relativo) y oscura por los productos de corrosión y el resto
donde ocurrió el fallo puramente mecánico la superficie es brillante y rugosa. La corrosión
fatiga no es mas frecuente, primero porque no siempre tenemos tensiones cíclicas aplicadas y
segundo que a veces el electrolito es tan poco agresivo o la tensión es tan pequeña que el
90
número de ciclos requeridos para la ruptura es muy grande y el equipo se deteriora antes por
otras causas. Es común en pistones, piezas mecánicas en general.
Vías de combate:
3. Aplicación de recubrimientos, que pueden ser según las características del sistema,
metálicos activos u orgánicos.
Se presenta cuando tenemos un fluido corrosivo que contiene partículas sólidas en suspensión,
las cuales al moverse a gran velocidad producen el levantamiento continuo de las capas
protectoras del metal dejándolo libre siempre desnudo al ataque del electrolito corrosivo.
Es frecuente en lodos, fluidos residuales, jugos de cana de azúcar que arrastran tierra y arena,
etc. esta se revela primero en las zonas de mayor velocidad como impelentes de bombas,
propelas, ciclones o hidrociclones, turbinas, etc. y normalmente requiere de partículas sólidas
para su realización.
A veces no son necesarias las partículas sólidas y para líquidos o gases a grandes velocidades
puede ocurrir hidro o gaso erosión.
Cuando la velocidad del fluido es muy grande pueden producirse turbulencias sobre todo en
sustancias o partes menos uniformes. Esto causa una caída de presión que favorece la
vaporización del líquido formando burbujas que golpetean cíclicamente las paredes del metal
levantando primero las capas protectoras y si es muy fuerte socavando al metal base. Esto se
produce frecuentemente en propelas, impelentes de bombas e inclusive en metales no muy
fuertes como en tuberías de latón. Efectos parecidos pueden producir los gases
incondensables.
Vías de protección:
1. Trabajar a velocidades del fluido por debajo de las permisibles para cada material.
5. Evitar los diseños complicados con cambios bruscos de secciones y por tanto de velocidad
del fluido.
91
6. Adicionar productos que formen capas estables y adherentes de productos de corrosión.
El último tipo a estudiar se presenta cuando dos superficies metálicas en contacto (o una
metálica y otra no metálica) se mueven relativamente una respecto a la otra, preferiblemente en
forma cíclica y con desplazamientos no grandes.
Esta fricción causa el deterioro de las capas protectoras que no solo facilitan el acceso y
ataque del medio corrosivo sino que quedan entre las superficies actuando como abrasivo. Se
produce un desgaste no uniforme y con el tiempo puede transformarse en una corrosión fatiga
con la rajadura del material.
Vías de protección:
Conclusiones:
3. Entre los diferentes tipos de corrosión, sin efectos y con efectos mecánicos,
respectivamente, existen puntos de contacto, pero las medidas remédiales son particulares
aunque también se pueden aplicar métodos generales de protección.
92
VII. Corrosión y Protección de los Metales en Ambientes Naturales
Se entiende por ambientes naturales la atmósfera, el suelo y el agua tanto de mar como dulce.
Si bien no puede hablarse de una atmósfera o de un suelo ya que existen diferencias
significativas en la composición y otras características de los medios naturales en las diferentes
regiones del planeta y dentro de un mismo país, que hacen que presenten diferentes niveles de
agresividad, existen principios generales y factores comunes que siempre hay que considerar al
abordar el estudio de la corrosión provocada por estos medios agresivos, con las que se
encuentran en contacto, de una u otra forma, la inmensa mayoría de las estructuras metálicas.
Presencia de: Sólidos en suspensión (polvo, arcilla, algas, bacterias etc.), Sólidos
disueltos (cloruros, sulfatos, carbonatos y bicarbonatos de Ca, Na y Mg), Gases
disueltos (O2, CO2, SH2, SO2, NH3 y otros)
De manera que el proceso catódico estará controlado por la difusión del oxígeno hacia la
superficie del metal y determinará la velocidad del proceso de corrosión para el caso de metales
o aleaciones que se mantengan en estado activo.
Agua de mar: Todas las instalaciones en contacto con agua de mar sufren un intenso ataque:
Tuberías subacuaticas, instalaciones portuarias, instalaciones para la extracción de petróleo, los
barcos y otras muchas.
93
Composición promedio (en mg/L) de los principales iones en el agua de mar:
F- 1,30 K+ 380,0
Br- 64,6
3. Un fuerte desarrollo de la corrosión galvánica por par metálico en los contactos entre
diferentes metales.
94
Velocidad de corrosión, en mm/año, de algunos metales en agua de mar a diferentes
velocidades.
Esta actividad biológica corrosiva es provocada por pequeños animales marinos, zooplancton,
algas y bacterias aeróbicas y anaeróbicas, capaces de influir en los procesos de corrosión de
diferentes formas:
Entre las aeróbicas se encuentran las ferro bacterias o ferruginosas dentro de las cuales hay
diferentes especies. Actúan sobre el Fe transformándolo en hidróxido férrico hidratado.
Entre las anaeróbicas resultan de gran importancia las bacterias reductoras de sulfato.
Producen grandes cantidades de H2S al reducir los sulfatos y otros compuestos del azufre
presentes en el medio corrosivo.
Son también de interés las sulfobacterias que pueden ser aeróbicas o anaeróbicas. Utilizan
formas reducidas del azufre para su metabolismo provocando cambios de pH, formación de
lodos sobre las superficies metálicas y otros efectos perjudiciales.
95
Acción de las ferro bacterias:
Metabolizan el Fe, teniendo la capacidad de extraer el ion Fe2+ contenido en los medios
acuosos y depositarlo en forma de hidróxido férrico hidratado. De esta manera se produce la
formación de densas masas de “herrumbre” conteniendo los cuerpos bacterianos. A esa
formación sigue la disolución ininterrumpida del metal:
Debido a que son anaeróbicas obligadas, a estas bacterias se les encuentra bajo las capas de
“herrumbre” que se hallan en contacto con el metal, a donde no llega oxigeno. Transforman los
sulfatos en H2S el cual se combina con las sales ferrosas para dar un sulfuro negro:
SO42- + 8H ----------- S2- + 4H2 O, Los iones sulfuro van a reaccionar con los cationes de
hierro:
S2- + Fe2+ ------------ S Fe
Metabolizan el azufre a partir de compuestos donde el mismo aparece en forma reducida como
es el caso del ácido sulfhídrico, y lo expulsan al medio o lo almacenan dentro de su célula, o
bien lo oxidan, lo mismo que a sus compuestos, con formación de ácido sulfúrico.
En el primero de los casos habrá una formación de lodos, en el segundo caso se producirá una
acidificación corrosiva con modificación importante del pH del medio:
Metales Resistencia
96
Los aceros de baja aleación de níquel y cromo presentan menores valores de velocidad de
corrosión generalizada, pero tienen mayor tendencia a sufrir la corrosión localizada.
Corrosión del cobre y sus aleaciones: El Cu y sus aleaciones constituyen los materiales mas
utilizados en las industrias que trabajan con agua de mar debido, entre otras razones no menos
importantes, a su elevada resistencia a la corrosión en este medio.
Dentro de las aleaciones mas empleadas se encuentran los latones (aleación Cu - Zn) a las que
se añaden otros componentes, en pequeñas cantidades, para elevar su estabilidad corrosiva
(evitar la descincación), como es el caso del llamado latón naval y el latón de aluminio.
Los bronces son muy empleados para la fabricación de piezas, agregados y partes de equipos
que trabajan con agua de mar.
Los cuproníqueles son las aleaciones base cobre mas resistentes en agua de mar en
movimiento (a flujo) en particular, el cuproníquel 70-30. A velocidades muy bajas o en contacto
con agua de mar en reposo sufren corrosión picadura.
Tratamiento del agua de mar: En sistemas de enfriamiento con agua de mar, esta no se
somete a un tratamiento exhaustivo, sino solo se suaviza algo para disminuir hasta un nivel
determinado la concentración de calcio y magnesio y además se filtra y se la añade cloro con el
objetivo de evitar las incrustaciones, la corrosión biológica y el desarrollo de macroorganismos
como las algas, capaces de favorecer los procesos de corrosión y producir otras afectaciones.
97
como es el caso de cabezales de intercambiadores de calor en los que el agua de mar de
enfriamiento fluye por el interior de los tubos.
La corrosividad de las aguas dulces para los diferentes metales o aleaciones depende
básicamente de factores externos tales como la composición del agua, o sea concentración de
oxígeno, de iones hidrógeno (pH), dureza, salinidad, presencia de otros gases disueltos además
del oxígeno, partículas o sólidos en suspensión, temperatura y velocidad de flujo.
Una particularidad de las aguas dulces que es necesario tener siempre presente, es el hecho de
que sus características, o sea su composición, puede variar considerablemente de una
localidad a otra.
Influencia de los iones disueltos en la corrosividad del agua dulce: Los iones Cl- y SO42-
constituyen los mas importantes activadores de los procesos corrosivos de los metales en agua
dulce.
Los iones cloruros no forman compuestos insolubles con los cationes generalmente presentes
en las aguas y no se hidrolizan ni oxidan, dificultando la formación de capas protectoras, siendo
capaces de provocar la localización de la corrosión.
Los iones sulfatos son capaces de formar compuestos relativamente insolubles solo con los
cationes Cu2+ y Pb2+.
Los cationes Fe3+ y Cu2+ son fuertes despolarizadores (aceleradores) del proceso catódico
debido a su alto poder oxidante.
Los iones NH4+, en cantidades no elevadas, aparecen en las aguas como resultado de la
descomposición de materia orgánica presente. Su aumento provoca el desarrollo intenso de la
microflora y fauna y facilita los procesos de corrosión biológica e intensifica la corrosión del
cobre y sus aleaciones.
El contenido de iones Ca2+ y Mg2+ determinan la dureza del agua debido a su capacidad para
formar compuestos insolubles que se depositan, en forma de incrustaciones, sobre las
superficies en contacto con el agua, lo que puede conducir a la localización del proceso de
98
corrosión. No obstante, el agua con determinado nivel de dureza resulta, en general, menos
agresiva que el agua blanda. Sin embargo las aguas utilizadas en los sistemas de enfriamiento
cerrados (con recirculación del agua) se someten a procesos de suavización, o sea de
eliminación de los cationes de calcio y de magnesio, para evitar las indeseables incrustaciones
en los equipos de intercambio de calor y otros ya que, de lo contrario, disminuirían su eficiencia.
Como resultado de este tratamiento el agua resulta más agresiva por lo que se debe aplicar
algún método de protección, generalmente adición de productos inhibidores de la corrosión.
El oxígeno es el gas que nunca falta en las aguas dulces y constituye el principal agente
oxidante.
El nitrógeno es inerte y el resto de los gases mencionados pueden elevar la acidez del agua
(dióxido de carbono, dióxido de azufre, sulfuro de hidrógeno) o elevar su alcalinidad como es el
caso del amoniaco.
El dióxido de carbono constituye uno de los más importantes componentes de cualquier agua.
Se puede encontrar en forma gaseosa (CO2), disuelto en el agua, o como H2CO3; de iones
bicarbonatos (HCO3-) y en algunos casos en forma de iones CO32-
El equilibrio entre las diferentes formas del ácido carbónico se puede expresar por la siguiente
ecuación:
Influencia de los sólidos en suspensión: Los sólidos en suspensión como el fango, arena,
organismos vivos (algas, hongos y otros), productos de corrosión y otros; pueden provocar la
erosión de las superficies metálicas de los equipos si se trabaja con velocidades de flujo
relativamente altas o si las aleaciones de que están construidos presentan baja dureza. Por el
contrario, a velocidades de flujo muy bajas o en zonas muertas pueden producir deposiciones
capaces de provocar corrosión localizada por celdas de concentración u otras según la
composición del depósito.
99
c) pH del agua.
d) Temperatura en la zona de contacto agua – metal.
e) Parámetros hidrodinámicos.
Para los aceros al carbono el aumento de contenido de SO42- + Cl- por encima de los 50mg/L
produce un notable aumento de la velocidad de corrosión.
Corrosión del aluminio y sus aleaciones: En contacto con aguas dulces el aluminio y sus
aleaciones pueden sufrir, bajo determinadas condiciones, la corrosión generalizada, picadura e
intercristalina.
La corrosión generalizada del Al y sus aleaciones se presenta en agua dulce aireada con
concentración de cloruros de 0.01 mol/L (350 mg/L) o más. En estas condiciones el potencial
de corrosión se sitúa en la zona activa. Aparte de estas situaciones las aleaciones de aluminio
presentan una elevada resistencia a la corrosión por agua dulce siempre que el pH de la misma
se mantenga en valores comprendidos entre 6 y 8
En muchos sistemas por razones técnicas o económicas o por ambas, se utiliza como principal
material de construcción el acero al carbono resultando siempre necesario o al menos
aconsejable, la aplicación de alguna de las vías complementarias de protección contra la
corrosión.
Tratamiento de agua: Los procesos de tratamiento de agua dulce para su utilización industrial,
pueden ir desde los más sencillos o elementales, cuando solo se procede a la eliminación de
los sólidos en suspensión mediante sedimentación y filtración y a la disminución de la dureza
100
temporal de calcio y magnesio, para evitar las deposiciones e incrustaciones en los equipos;
hasta los más completos cuando se procede a la desmineralización del agua (eliminación, tanto
de los cationes, como de los aniones, de las sales presentes en la misma) y a su
desgacificación (disminución o eliminación del oxígeno y dióxido de carbono disuelto).
Los primeros, o sea los más sencillos se aplican generalmente a las aguas empleadas en
sistemas de enfriamiento con recirculación. Si bien con ello se evitan las deposiciones e
incrustaciones en los diferentes equipos, el agua obtenida resulta más agresiva al presentar
poca o ninguna dureza, por lo que se debe proceder a adicionar algún producto o productos
capaces de disminuir su agresividad, pudiendo ser desde la adición simplemente de un
alcalinizante para evitar el posible exceso de acidez del agua, hasta la adición de un inhibidor
de la corrosión, o una mezcla de ambos productos.
Los procesos más complejos o completos de tratamiento se aplican a las aguas que van a ser
utilizadas para la producción de vapor en generadores de alta presión y temperatura, en los
que, como ya se explicó anterioriormente, se realiza el tratamiento exterior e interior del agua.
Corrosión Atmosférica:
Se considera que alrededor del 80% de las estructuras metálicas están expuestas a la
atmósfera y que alrededor de un 50% de las pérdidas por corrosión se deben a la corrosión
atmosférica.
Gaseosas: La atmósfera puede estar contaminada con gases tales como CO2, CO, SO2, H2S,
NH3, NO2 y otros. Estos gases al disolverse o reaccionar con el agua de la atmósfera forman
101
soluciones ácidas o alcalinas, que pueden resultar muy agresivas con respecto a determinados
metales o aleaciones.
Sólidas: Polvo, humos que contienen carbón y cenizas, sales como el cloruro de sodio y sulfato
de sodio presente en los aerosoles marinos en las proximidades de la costa. Estas partículas
favorecen la condensación del vapor de agua de la atmósfera, pueden aumentar la
conductividad eléctrica de la película de humedad depositada sobre las superficies metálicas,
producir cambios en el pH, producir agentes agresivos o perjudiciales para el material metálico.
Según su nivel de contaminación se acostumbra clasificar las atmósferas como sigue: Rural,
Urbana, Marina e Industrial. En la práctica suelen presentarse combinaciones, por ejemplo:
Marina – Urbana, Urbana – Industrial, Marina – Urbana – Industrial (La Habana, Cienfuegos,
Matanzas)
Las atmósferas urbanas e industriales son las más agresivas, por la cantidad de impurezas
sólidas y gases corrosivos que presentan. Una ciudad al lado del mar y con una alta
concentración de instalaciones industriales, presentará la atmósfera más agresiva.
Naturaleza del material metálico: La naturaleza de los productos de corrosión que se forman
sobre un metal o aleación al interaccionar con la atmósfera determina en buena medida su
comportamiento en dicha atmósfera. Así, por ejemplo, el Zn y el Mg, a pesar de ser
termodinámicamente inestables, en muchas atmósferas se corroen a una velocidad menor que
el acero al carbono, debido a que los productos de corrosión que se forman sobre ellos (óxidos
y carbonatos) son más compactos y resistentes que los óxidos de hierro hidratados que se
forman sobre el acero al carbono.
Estudios realizados en todo el país sobre el nivel de salinidad existente en las diferentes
regiones, han permitido su caracterización en 3 zonas:
Alta Salinidad: Zona comprendida hasta menos de 1 Km de la costa norte donde existen
rompientes y libre acceso del aerosol marino. Por lo general, los valores máximos se alcanzan
hasta 0,25 Km. de la costa norte.
Media salinidad: Zona de 1 – 3 Km. de la costa norte y hasta 1 Km. de la costa sur.
Baja Salinidad: Zona a más de 3 Km. de la costa norte o más de 1 Km de la costa sur.
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Tipos de Corrosión en la atmósfera
Corrosión en suelos:
Muchas instalaciones metálicas, tales como sistemas de tuberías de agua, electricidad, de gas
(gasoductos), de petróleo (oleoductos) se encuentran enterradas total o parcialmente. Por
cuanto es necesario que estas instalaciones duren el mayor tiempo posible sin deteriorarse, ya
que su mantenimiento o reemplazo resultan bastantes costosos, su protección contra la acción
corrosiva de los suelos constituye un importante problema de la lucha contra la corrosión.
1. Materia orgánica
2. Partículas inertes
3. Sales
4. Oxígeno
5. Agua
6. Bacterias
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Estos componentes están estrechamente relacionados entre sí y determinan la agresividad
corrosiva de los suelos.
Resistividad del Terreno: Resulta una combinación de varias propiedades del suelo. Puede
dar un criterio bastante certero sobre la corrosividad del terreno.
Valor del pH del suelo: Suele estar entre 5,0 y 8,0, pero en algunos casos, en dependencia de
la composición, el pH puede estar fuera de este rango. Según el pH, los suelos pueden
clasificarse en:
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pH Medio Comportamiento del suelo
< 4,0 Ácido muy fuerte
4,0 - 4,5 Muy ácido
Muy agresivo
4,5 - 5,0 Ácido
5,0 – 6,0 Moderadamente ácido
6,0 – 6,5 Poco ácido Agresivo
6,5 – 7,5 Neutro
No agresivo
7,5 – 8,5 Poco alcalino
> 8,5 Muy alcalino Condicionado al tipo de metal
• Destrucción de recubrimientos
• Cambios en las propiedades físico-químicas del entorno de la estructura
• Influencia en los procesos electroquímicos
Presencia de pares galvánicos: Esta es una de las causas más frecuentes de corrosión de
estructuras metálicas enterradas. Los pares galvánicos se originan por:
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Pares galvánicos por celdas de concentración:
Aluminio: Su comportamiento está muy en dependencia del pH y otras propiedades del suelo,
dado el carácter anfótero de los óxidos de aluminio. En suelos pantanosos y salobres, tuberías
de aluminio de varios mm de espesor se han perforado en espacio de 1 año.
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Aceros inoxidables: En general los aceros inoxidables con o sin Ni, son más resistentes que
los aceros comunes. Sin embargo, en algunos suelos, los del tipo 410 y 430 (al Cr) son más
atacados por picaduras que los aceros comunes. Los inoxidables al Cr-Ni (del tipo 304) son
algo más resistentes y los que contienen Mo (tipo 316) apenas se pican.
Cobre y latones: El cobre exhibe buena resistencia en la mayoría de los suelos, pero en
aquellos turbosos y con contenido de cenizas y algunos arcillosos, se han observado ataques
importantes. Los latones sufren descincación en muchos suelos.
Corrientes vagabundas: Son corrientes que abandonan el conductor previsto y fluyen total o
parcialmente, por otro sendero, que puede ser el suelo. Si encuentran a su paso un conductor
mejor que el suelo, por ejemplo una tubería enterrada, penetran y se canalizan por él, hasta que
salen por otro punto para retornar a la fuente de origen. La zona de la estructura metálica por
donde penetra la corriente se polariza a valores de potenciales más negativos y no sufre
corrosión (funciona como cátodo), pero el lugar por donde la corriente pasa nuevamente al
terreno, se polariza a valores de potenciales más positivos (funciona como ánodo) y sufre un
intenso ataque corrosivo.
Ejemplo: Efecto de corrientes vagabundas provocadas por un ferrocarril electrificado sobre una
tubería enterrada
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• El aislamiento de la estructura enterrada debe ser lo mejor posible especialmente en las
zonas catódicas.
• El uso de drenajes de corriente resulta una medida muy efectiva.
• La protección catódica en sistemas donde las corrientes vagabundas no son muy
fuertes.
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