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Se denomina silencio administrativo e denomina silencio administrativo

al hecho de que cuando un ciudadano solicita algo a la Administración


Pública (Estado, Ayuntamiento, Gobierno…) puede darse el caso de que
ésta no responda. La Ley establece que en ciertos casos el silencio
administrativo es positivo, lo que significaría que lo que se solicita es
concedido. Sin embargo lo más corriente es que el silencio administrativo sea
negativo, en cuyo caso el ciudadano sabe que, transcurrido el plazo legal,
puede recurrir la referida negativa ante instancias superiores.
El silencio administrativo es una de las formas posibles de terminación de los
procedimientos administrativos. Lo característico del silencio es la inactividad
de la Administración cuando es obligada a concluir el procedimiento
administrativo de forma expresa y a notificar la resolución al interesado
dentro de un plazo determinado.
NOCIÓN GENERAL: El análisis del acto administrativo, como el de todo
acto jurídico, revela que está compuesto de un conjunto de elementos de
cuya regularidad depende su validez. Los elementos esenciales que
integran el acto administrativo son: la compe-tencia del órgano, la voluntad,
el contenido, los motivos, la finalidad y las formali-dades. Los cinco primeros
son los elementos constitutivos de la «legalidad interna o material» del acto
administrativo; el último es el elemento de la «legalidad exter-na o formal».
Efectos:
El sentido positivo o negativo del silencio administrativo es el que en cada
caso establece la norma reguladora del procedimiento (en España el art.
42.4 de la Ley 30/1992). Pero, a falta de previsión específica, la regla general
es:
a) Sentido positivo del silencio administrativo en los procedimientos
iniciados a instancia de parte.
Dicha norma general está sometida a las siguientes excepciones y
limitaciones:
1. El Silencio administrativo no puede amparar la transferencia de
facultades sobre bienes de dominio público ni sobre servicios públicos.
2. No puede reconocer ex novo derechos o pretensiones que carezcan
de un reconocimiento legal previo.
3. No puede reconocer facultades y derechos a quienes carecen de los
presupuestos esenciales para ostentarlos.
4. No puede resolver favorablemente los recursos administrativos o
reclamaciones, salvo cuando se trate de un recurso de alzada
interpuesto contra un acto administrativo presunto resuelto por silencio
negativo.
b) Sentido negativo en los procedimientos iniciados de oficio (art. 44 Ley
30/1992).
El silencio negativo es una ficción jurídica que solo posibilita la impugnación
del acto administrativo presunto. En el momento en que ocurre el silencio
administrativo, el ciudadano tiene abierta la vía para acceder a la siguiente
instancia administrativa o a la jurisdicción contenciosa administrativa.
NATURALEZA
El silencio es, en sí mismo considerado, un simple hecho jurídico, porque
es la norma la que confiere efectos a ese simple hecho real sin intervención
de voluntad alguna. En el ámbito administrativo, merced a la declaración que
se hace por el propio Legislador, constituye un auténtico acto administrativo
que produce la misma eficacia que el acto dictado expresamente. Pese a
ello, se considera que es un supuesto anormal de acto porque la ausencia de
declaración expresa no deja de ofrecer serios problemas, incluso para
determinar, no ya el contenido del acto que no tienen concreción, sino
incluso su misma existencia porque es difícil acreditar lo que no existe, la
resolución expresa.
Esas dificultades que comportan el silencio o acto presunto son las que
aconsejan establecer la necesidad de que la Administración deba, en todo
caso, dictar la resolución expresa, sin perjuicio de que, en garantías del
ciudadano, pueda anticiparse el efecto del silencio.
CLASES
Conforme a lo que ya se ha expuesto anteriormente, cabe atribuir al
silencio un efecto positivo o negativo, según se presuma por el Legislador
que la ausencia de resolución expresa tenga el efecto de estimar la petición
efectuada por el interesado o no; por ello se habla de silencio positivo o
negativo.
En el sistema de la vieja Ley de Procedimiento de 1958 el sentido del silencio
era, como regla general, negativo y constituía una mera ficción que tenía por
objeto la posibilidad de acceder a la vía contencioso-administrativa. Con la
Ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público, se
pretendió cambiar el régimen del silencio. Se consideró por el Legislador la
mayor de las novedades que la nueva Ley pretendía, cambiando el régimen
del silencio que tendría como regla general sentido positivo. El régimen legal
no dejó de ofrecer serios problemas en la práctica, imponiendo la
modificación del sistema que se llevo a cabo con ocasión de la reforma
realizada por Ley 4/1999, de 13 de enero. La Ley 39/2015, de 1 de octubre,
del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas,
mantiene en esencia los cambios introducidos por la Ley 4/1999.
El silencio de la Administración frente a una petición puede ser:
 Positivo o Estimatorio
 Negativo o Desestimatorio
El silencio positivo o estimatorio de la pretensión interpuesta por el
interesado se da cuando después de transcurrido el plazo para resolver (3
meses) sino hay notificación por parte de la administración, se entenderá
estimada por silencio positivo, a excepción de los supuestos en los que
normas con rango de ley o normativa comunitaria establezcan lo contrario.
La estimación por silencio administrativo se considera como un acto presunto
de la administración y finalizador del procedimiento.
El silencio administrativo se podrá acreditar por cualquier medio de
prueba admitido en Derecho o solicitando el certificado acreditativo del
silencio ante el órgano competente para resolver. Este certificado ha de
emitirse en el plazo de 15 días desde su solicitud, si la Administración no lo
emite el interesado se verá obligado a recurrir a la jurisdicción contencioso-
administrativa para que condene a la Administración a entregar tal
certificado.
El silencio negativo o desestimatorio se dará: En los procedimientos
relativos al ejercicio del derecho de petición del artículo 29 de la Constitución.
Aquellos cuya consecuencia sea la transferencia al solicitante o a terceros
facultades relativas al dominio público o al servicio público.
En procedimientos de impugnación de actos y disposiciones
La desestimación por silencio permite al interesado la interposición del
recurso administrativo o contencioso administrativo correspondiente.
Si has realizado una petición y/o solicitud ante la administración pública y no
sabes, si en tu caso estamos hablando de un Silencio administrativo positivo
o negativo, no dudes en consultar con nosotras.
VALIDEZ Y EFICACIA DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

VALIDEZ: En ciertos casos los Actos Administrativos pueden incurrir en


vicios y ser inválidos. Consecuencia: la estructura del régimen de las
nulidades en el derecho Administrativo estaba tomado del derecho civil.
Nulidad absoluta y nulidad relativa.

Nulidad absoluta: ciertos vicios son tan intensos que el negocio, desde el
primer momento, carece de efectos jurídicos. La nulidad es " ipso iure " y si
se impugna, aunque no es necesario, la decisión judicial es meramente
declarativa.

Nulidad relativa o anulabilidad: sí ha producido efectos, pero tienen algún


vicio. Se permite que se subsane esa ilegalidad por el transcurso del tiempo
y si no se subsana, la declaración judicial es constitutiva. Se extrae de la Ley
de Procedimiento Administrativo un principio general de favorecimiento del
Acto Administrativo. Se advierte en varios aspectos.

Presunción de la validez (Artículo 57.1 de la Ley) se presume que el Acto


Administrativo es válido. En caso de duda entre nulidad absoluta o relativa se
presume la relativa. Se manifiesta en una serie de reglas:

1. Conversión de los Actos viciados: un Acto Administrativo viciado nulo de


pleno derecho... (Artículo 65 de la Ley de Procedimiento)

2. Conservación de Actos y trámites (Artículo 66 de la Ley). En aquellas


ilegalidades de Procedimiento Administrativo, si se produce desde un punto,
se repite desde ese punto, no desde el principio. Reposición de actuaciones.

3 convalidación de los Actos anulables (Artículo 67) pueden ser siempre


convalidados. La Administración advierte que se ha producido una ilegalidad
y la subsana. Dos supuestos:

1) 67.3 Incompetencia jerárquica: orden dictada por un órgano incompetente


jerárquicamente.

2) Supuesto de dos fases. En la primera, la Administración tomó una decisión


para la que es necesaria la autorización de otra. Si falta esa autorización
puede ser convalidada autorizando. Distintos supuestos de ilegalidad. La Ley
de Procedimiento Administrativo prevé otros supuestos: irregularidades no
invalidantes, no tienen trascendencia alguna. Y errores (aritméticos, de
cálculo...).

Supuestos de la nulidad absoluta o de pleno derecho (Artículo 62 de la


Ley).

1. Actos que lesionan los derechos y libertades susceptibles de amparo


constitucional: derechos fundamentales. Cualquier lesión.

2. Incompetencia del órgano (territorial o material).


3. Actos con un contenido imposible. No se dan las circunstancias del hecho.
Supuesto de hecho inexistente.

4. Actos constitutivos de infracción penal o que traigan en causa o son


consecuencia de una infracción penal. Actos que ordenan un delito o falta.

5. Otro supuesto: los supuestos prescindiendo total y absolutamente del


Procedimiento establecido. La infracción ha de ser total. Nulidad de pleno
derecho. Junto a este supuesto, la jurisprudencia consideró también la
infracción de trámites esenciales o uno solo. Por ejemplo, la audiencia del
interesado, reposición de las actuaciones. Da lugar a nulidad relativa. Todas
aquellas infracciones de Procedimiento que no sean de pleno derecho, se
mandan a anulabilidad relativa, y a su vez a las irregularidades.

6. Último supuesto (Artículo 62) Actos expresos o presuntos contrarios al


ordenamiento jurídico, por lo que se adquieren facultades o derechos si se
carece de requisitos para su prestación (muy cercana a los Actos de
contenido imposible) la Ley, aquí está refiriéndose al silencio positivo, si en
ese supuesto, el particular carecía de los requisitos esenciales para su
adquisición, no se produce el silencio positivo.

También las disposiciones Administrativas pueden incurrir en nulidad de


pleno derecho. Reglamento contra Ley será nulo de pleno derecho.

La Ley prevé la sanción de reglamentos: al producirse una infracción de la


jerarquía normativa, para el criterio que sigue la Ley (nulidad y anulabilidad, y
en caso de duda anulabilidad) El legislativo sigue el criterio opuesto, siempre
nulidad absoluta al romper con la jerarquía normativa.

Nulidad relativa o irregularidad.

Artículo 63.1 los supuestos son cualquier otra infracción del ordenamiento
jurídico no contemplada en el Artículo 62. Son anulables los Actos de la
Administración que incurran en infracciones del ordenamiento jurídico incluso
la "desviación de poder". La desviación de poder (Ley contencioso
Administrativa) es el uso de facultades Administrativas para fines distintos de
los previstos en el ordenamiento jurídico. Resolución de una norma
formalmente correcta pero no para esa finalidad sino distinta (fraude de Ley).
En la jurisprudencia no es fácil encontrarlos; porque siempre hay ilegalidad.
Por tanto, son anulables: Infracciones distintas del ordenamiento jurídico (de
nulidad absoluta) y desviaciones de poder.

Todo Acto Administrativo tiene un fin: el que prevé la norma que lo habilita, si
no sigue el fin, se desvía de la norma.

Irregularidades no invalidantes: (Artículo 63 "a contrario sensu").

Podemos encontrar dos supuestos:

1) Acto Administrativo incurra en defecto de forma. En principio, es una mera


irregularidad, pero puede que en una determinada circunstancia tenga una
mayor trascendencia y por tanto ese supuesto será de nulidad relativa.
Artículo 63.2 cuando el Acto no pueda alcanzar su fin, en los otros supuestos
pasa ser una mera irregularidad. Así, los vicios de tramitación pueden ser:
nulidad absoluta, nulidad relativa (indefensión o no-fin), y resto de los casos.

2) la Ley singulariza el incumplimiento de los plazos, ¿Qué ocurre? Tienen la


misma sistemática que los defectos de forma. Ya que si provoca indefensión
lleva a nulidad relativa (Artículo 63.3) es el particular el que debe demostrarlo
(por la ejecutividad de la Administración).

Errores (Artículo 105.2) dentro de la revisión de Actos Administrativos se


establecen los errores. Errores de hecho, de los propios Actos, no son una
auténtica ilegalidad ni irregularidad, por ejemplo, operaciones en el IRPF.

Eficacia de los Actos Administrativos.

La Ley de Procedimiento Administrativo es decisiva porque ninguna


Administración puede actuar sin rapidez ni celeridad. Frente a criterios de
mediados del siglo XIX en que en ciertos casos los Tribunales decidieron
sobre la validez de los Actos Administrativos, se ha impuesto en este criterio
de eficacia. (Artículo 57.1) los Actos sujetos al derecho Administrativo se
presumirán válidos y producirán efectos desde la fecha en que se dicta.
Presunción de validez de los Actos Administrativos y de ejecución inmediata
o efectividad. Tal eficacia inmediata, que es fundamental en la aplicación del
Acto Administrativo, es contradicha en el Artículo 57.2.

Eficacia del Acto no es inmediata, si su contenido implica desarrollo o


demora en su aplicación, por ejemplo, un llamamiento a filas.

Aprobación de un superior (decisión adoptada por entidades locales pero que


necesita la aprobación de la Administración que las tutela) Acto válido pero
que demora su eficacia hasta que se apruebe.

Demora como consecuencia de su notificación o publicación. Tal demora no


es una excepción, sino que es una regla general para que todo Acto
Administrativo debe ser notificado si afecta a derechos o intereses
particulares (Artículo 57.3) lo que se quiere decir que es que la notificación
funciona como condición de eficacia del Acto Administrativo. Es el punto
débil de los Actos Administrativos, que se presume válido pero no eficaz
hasta su notificación.

El reglamento de notificación aparece en los Artículos 58 y 59: obligación de


notificar todo Acto que afecte a intereses y derechos de los particulares en
un plazo de diez días. Condición suspensiva del Acto Administrativo. ¿Qué
sucede si se incumple el plazo de diez días? En principio, que es mera
irregularidad, salvo si produce indefensión. La notificación debe contener
unos elementos:

Texto íntegro del Acto. Lo que se traslada al particular, no es un resumen-


guía, sino el texto íntegro (ya con la Ley del 58).
Mecanismos y vías de defensa del particular frente al Acto (recurso, plazo,
Artículo 58.2.3) El Procedimiento Administrativo es informal, y se parte de la
idea de que hay que guiar al particular para que pueda defender sus
intereses. Si la notificación es defectuosa, depende del vicio de tal
notificación,1). Si se ha indicado un recurso por ejemplo inválido y se
reconoce válidamente se subsana. Y 2). Subsanándola la propia
Administración. Todos terminan subsanando tal Acto.

Su régimen, el legislador ha procurado la subsanación y se aplica a aquella


parte de la notificación referida a los recursos. Pero puede suceder que el
defecto consista en la omisión del texto íntegro del Acto, en tal caso, la Ley
no indica nada al respecto y por tanto hay que entender que en este
supuesto no procede la subsanación, el Acto no es eficaz y la Administración
debe dar una nueva notificación. En cuanto a la práctica de la notificación, el
Artículo 59 de la Ley indica una serie de requisitos al respecto.

En cuanto a la publicación, y con independencia de casos de notificación y


publicación, en unos casos los Actos Administrativos necesitan notificación
(derechos e intereses del particular) y en otros puede no darse la notificación
y, por tanto, necesita la publicación, estos serían los Actos Plúrimos (a una
generalidad de personas) en tal caso la publicación es una condición de
eficacia de este Acto Administrativo. El único problema sería la duda sobre si
se ha publicado un Acto Administrativo o un reglamento (el Acto
Administrativo se agota en sí mismo y al reglamento hasta que sea
derogado).

Retroactividad de los Actos Administrativos (Artículo 9.3 CE).

Se pudiera pensar que la legislación es contraria a la retroactividad de las


normas más aún los sería a los Actos, por ejemplo Actos Gravosos, pero sin
embargo la Ley 22/99, afecta varios casos de retroactividad (Artículo 57.3).

1 actos Administrativos que producen efectos favorables al interesado.


2 actos dictados en sustitución de Actos anulados. Aquellos casos en los que
se dicta Acto ilegal posteriormente la Administración lo anula (por los
Tribunales) en estos supuestos a continuación se dictará un Acto concreto y
correcto. En principio, su eficacia sería hacia el futuro, pero el Artículo 57.3 le
da a efectos retroactivos hasta el punto del Acto anulado por la sola
necesidad de que exista el supuesto de hecho, cuando el Acto ilegal fue
dictado (se retrotrae a este supuesto de hecho del Acto anulado) aquí se ve
el principio de conservación del Acto Administrativo y serán tanto en los
Actos gravosos como en los favorables al particular.

3. Ejecución forzosa y efectividad de los Actos Administrativos.

Obligación inmediata. ¿Qué ocurre si se niega el particular? La


Administración dispone de mecanismos para imponer la ejecución forzosa de
los Actos Administrativos.

Principios que inspiran a la ejecución de los Actos:

1. Artículo 93.1: no cabía actuación material de ejercicio sin previa resolución


Administrativa.

2. Los Actos (Artículo 94) son inmediatamente ejecutivos, por lo tanto,


necesitan ser notificados (ejecutividad). Para la ejecución de derechos
Administrativos no hace falta declaración Administrativa posterior sino que es
suficiente el Acto Administrativo sin la notificación, tampoco hace falta una
intervención judicial para su ejecución. Este punto es una conquista de la
Administración moderna (revolución francesa).

Consecuencia de esta situación es que estaban prohibidos los interdictos


judiciales para realizar los Actos Administrativos (Artículo 101) (interdictos:
acciones posesorias rápidas del juez de primera instancia para mantener o
recuperar la posesión). Su excepción está en el campo de las
expropiaciones. Si la Administración ha incumplido totalmente el
Procedimiento expropiatorio, porque la Administración realiza actuaciones al
margen de los Procedimientos Administrativos.

A partir de la mitad de los años ochenta y por el tribunal constitucional en la


ejecución de determinados Actos Administrativos es necesaria también una
cierta intervención judicial: pueden existir Actos Administrativos cuya
ejecución necesite la entrada en el domicilio del particular. Por ejemplo la
ocupación de bienes inmuebles por expropiación. Antes de la constitución no
se necesitaban intervenciones judiciales, pero la constitución tampoco
establece criterio alguno.

Pero el Tribunal Constitucional exigió que para la ejecución de los Actos


Administrativos, si no hay consentimiento del particular, es necesaria la
intervención judicial. Así, interpreto analógica y extensivamente el Artículo
18.2 CE (inviolabilidad de domicilio). El tribunal constitucional entendió que
los jueces competentes debían ser los jueces de primera instancia e
instrucción, pero plantea el problema del conocimiento y anulación de los
Actos Administrativos corresponde al contencioso y no a los órganos civiles
y, en este caso, si son competentes (sentencia 171/97) justificado en la
validez del Acto Administrativo en su cobertura y de ejecución forzosa.
Artículo 96.3 de la Ley de Procedimiento Administrativo. En la Ley del 98 de
lo contencioso se crea, dentro de organización de los tribunales
contenciosos, los tribunales personales y de primera instancia aplicando así,
a lo contencioso, este ámbito.

Medios de ejecución forzosa. Ejecutoriedad.

Incluye un conjunto de mecanismos de los Artículos 95 a 100 de la Ley de


Procedimiento Administrativo donde la Administración se asegura que sus
Actos se realicen. Las obligaciones a los particulares pueden ser de diferente
índole y por tanto los medios de ejecución forzosa también son diferentes.

1. El más importante, desde el punto de vista práctico.


El Apremio Administrativo.

Se traslada de los tribunales a la Administración. Forzar a los particulares a


cumplir con aquellas obligaciones que tengan que liquidarse en dinero y no lo
hacen por su propia voluntad. La Ley se remite al reglamento de
recaudación. Los Actos Administrativos, en la mayoría de los casos,
proceden de la Administración, pero se admite que en algunos casos
instituciones no integradas en las administraciones públicas puedan dictar
Actos por delegación (por ejemplo asociación que defienda los intereses
públicos o corporaciones) de la Administración superior:

Aguas: comunidad de usuarios (concesionario forzoso para gestión de


aguas) podrá vigilar las infracciones de los usuarios. Aquí, por delegación,
podrán dictar las sanciones correspondientes.

Urbanismo: (Juntas de Compensación) (remisión de propuestas de un


determinado polígono de tierras) podrán realizar actuaciones en relación con
urbanización de ese suelo.

Ejecución de Actos Administrativos no por directa obligación sino por un


tercero subsidiario de éste. O la propia Administración, o bien un tercero,
cumplen la obligación.

Supuestos: la ejecución subsidiaria se justifica si no sirve el apremio (en los


casos en los que hay que pagar una cantidad de dinero). Tampoco en el
caso de obligaciones no personalísimas porque en este caso la ejecución
subsidiaria no es posible. Los gastos de tal ejecución subsidiaria van a costa
del obligado de dos formas: una vez cumplida la obligación se pasaba al
obligado y si se negaba entonces la Administración podría utilizar el apremio.

Suspensión de los Actos Administrativos.

La eficacia de Actos Administrativos puede ser contradicha; en ciertos casos


puede ser suspendida, con independencia de la validez de tal Acto. Bajo la
Ley de 58 se establecía tal supuesto, pero en realidad ni la Administración ni
los tribunales acordaron tal suspensión (por ejecutividad) a partir de la
constitución y de la reforma del 92 (Ley 30/92 y la Ley 4/99) se ve esta
suspensión en situaciones injustas o inadecuadas ponderando el perjuicio al
particular y a los intereses generales.

Es donde más se notó el cambio de un régimen a otro. Distancia entre la


suspensión en vía Administrativa o suspensión por los Tribunales (con
carácter preliminar); bajo la Ley del 58 eran las mismas las reglas aplicables,
actualmente ya no son así. Veamos la vía Administrativa.

Suspensión por vía Administrativa.

¿En qué Procedimiento puede la Administración acordar la suspensión de la


eficacia de sus Actos?

2 momentos o Procedimientos:

Aquellos casos en que los particulares recurren en vía Administrativa contra


ciertos Actos Administrativos que considere ilegales (reposición en alzada)
Artículo 111 LPA.

2. Por revisión de oficio. La Administración, por sí misma, revisa y anula


los Actos Administrativos en ciertas circunstancias. (Artículo 104 de la Ley de
Procedimiento Administrativo).

Régimen de suspensión (Artículo 111 de la Ley de Procedimiento). La mera


interposición de un recurso Administrativo no suspende sin más la eficacia
del Acto. Aplicación de la ejecutividad de los Actos Administrativos: "
resuelve y respeta " pero ese principio general se va a haber contradicho
(compensaciones), cuando el particular solicita la suspensión la
Administración pondera el interés del particular y el interés general o público
de la Administración.
El criterio de la Ley es que si el particular lo solicita la Administración
ponderará ambos intereses. Ello no es razonable porque las posibles
ilegalidades de los Actos a Administrativos son distintas (por imposibilidad,
causa de delito...) y por tanto podría ser nulo o anulable.

La Ley, extrae la distinción entre nulidad absoluta y relativa, facilita la


suspensión en los casos de nulidad de pleno derecho. Por tanto, la primera
causa de suspensión que es si se fundamenta en causas de nulidad absoluta
(por ejemplo se ejecute un Acto Administrativo ilegal).

La segunda causa de suspensión, son aquellos casos en los que la ejecución


del Acto causar daños cuya reparación profunda es imposible o difícil. En el
caso de Actos Administrativos que imponen obligación de carácter
económico se admite que los daños económicos son siempre reversibles con
una indemnización posterior.

Normas de Procedimiento:

1. Aplicación del silencio Administrativo. Bajo la Ley del 58, el silencio era
negativo siempre. Las Leyes de 92 y del 99 ensanchan el silencio positivo.
Sobre todo, si transcurren treinta días desde la solicitud de la suspensión sin
que Administración declare nada expresamente se producirá tal suspensión.

2 exigencia de medidas cautelares (para asegurar la eficacia del Acto). La


Administración acuerda la suspensión, pero la Ley le obliga a imponer al
particular unas medidas cautelares para que al declarar sobre el asunto se
restablezca la eficacia del Acto, y éste pueda ejecutarse. Pueden ser varias:
la más frecuente suele ser un aval bancario.

3. Enlace entre suspensión Administrativa y judicial. El particular al interpretar


el recurso Administrativo antes pide al juez que suspenda eventualmente el
Acto.
Si la Administración acuerda la suspensión en vía Administrativa y solamente
rige en vía Administrativa y no da la razón al particular el Acto recupera su
eficacia.

El particular va a vía judicial y pide la suspensión hasta que por sentencia se


declare el fondo del asunto. Para evitarlo, la Ley de Procedimiento
Administrativo dice que puede mantenerse la suspensión Administrativa
hasta la declaración judicial sobre la suspensión. El único requisito que exige
la Ley es que los particulares garanticen la efectividad posterior del Acto
Administrativo.

CONCLUSIONES

Del presente trabajo hemos podido sacar las siguientes conclusiones:


El Silencio Administrativo sí beneficia, de alguna manera, al ciudadano.
Los procedimientos administrativos sujetos al silencio administrativo
quedan automáticamente aprobados y validados en los términos que
fueron solicitados, si transcurrido el plazo establecido o máximo, la
entidad no hubiera comunicado al administrado el pronunciamiento. El
silencio administrativo tiene, para todos los efectos, el carácter de
resolución que pone fin al procedimiento. El silencio administrativo
negativo tiene por efecto habilitar al administrado para la interposición de
los recursos administrativos y acciones judiciales pertinentes. Aun cuando
opere el silencio administrativo negativo, la administración mantiene la
obligación de resolver. Es necesario regular esta materia de manera más
clara, buscando situaciones que causen dudas, en especial en materia de
garantías procesales, específicamente en una Acción de Amparo.

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