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Uno de los momentos más cruciales para la Humanidad fueron los tiempos en que surgieron
las primeras ciudades-estado en Mesopotamia. Este período es conocido
como Protodinástico, Época Presargónida o Período Dinástico Arcaico. La
interpretación de esta edad es muy compleja ya que profundizamos en raíces míticas para
conectar con la evidencia histórica. El espacio cronológico en que nos movemos ocupa la
primera mitad del III milenio a.C. (del 3000-2500 a.C. aproximadamente). Es menester
subrayar que muchas ciudades no brotan por sí solas en un alarde de cambios radicales,
provienen de asentamientos mucho más antiguos con raíces en la prehistoria retrocediendo
al VII milenio a.C. Conviene recordar que cuando los sumerios llegaron a la Baja
Mesopotamia su cultura calcolítica recibió la influencia observada en los numerosos enclaves
presumerios neolíticos septentrionales (Jarmo, Umm Dabaghiyah, Samarra, Tell Halaf… con
rasgos crecientes de urbanismo), posteriormente algunos colonos desde finales del VII
milenio irían ocupando el sur mesopotámico, definiendo las fases culturales neolíticas
de Eridu, El Obeid, Uruk y Jemdet Nasr. No obstante, recientes descubrimientos en Siria
están desconcertando a los investigadores porque hacen retroceder el surgimiento de los
primeros centros urbanos al IV milenio a.C. (caso de Tell Harmouk h.3500 a.C. Calcolítico
Tardío). La cuestión desafía el propio concepto de ciudad porque significaría que el origen
de la civilización no estuvo en Sumeria, sino en Siria. (Archaeological Institute of
America. Archives.)
Como hemos visto, una de las fuentes primordiales para reconstruir la historia arcaica de
Sumer es una serie de documentos epigráficos que configuran la Lista Real sumeria
(disponible en PDF BcResources.net). Sirva de aclaración que no existe una única Lista
Real sumeria, hubo más, redactadas en distintos lugares y momentos como
actualizaciones posteriores donde se añaden los nuevos reyes, como las
elaboradas por los escribas babilonios (The Schoyen Collection).
Todas las versiones debieron proceder de un original perdido. La Lista Real fue
confeccionada para explicar el origen de la realeza desde tiempos remotos. Una Era donde
las lagunas de la tradición se cubren con el discurso mítico en el cual nos llamó la atención
las enormes cifras milenarias otorgadas a los primeros reyes. Ello nos trae a la mente el
paralelismo con la larga vida de figuras bíblicas descendientes de Adán. No son las únicas
referencias curiosas, el Paraíso, el Árbol, el barro con que se hace al hombre, todas estas
semejanzas no son casuales, forman parte de una tradición primigenia sobre la
interpretación sensible e intuitiva del mundo que se pierde en los tiempos.
El Dinástico Arcaico fue subdividido en tres subperíodos. En este recorrido vamos a tratar
hoy sólo las fases I y II del Protodinástico.
(P1) - Protodinástico 1 o Dinástico Arcaico I (2900-2700 a.C.). Fue el período de las dinastías
míticas, una etapa prehistórica con sesgos de complejidad socioeconómica donde el Templo prima sobre el
Palacio, destaca un personaje que cuenta con atisbos de historicidad, Ziusudra, un rey que sobrevivió al
Gran Diluvio h.2850 a.C.
(P2) - Protodinástico 2 o Dinástico Arcaico II (2700-2550 a.C.). Esta etapa es también llamada de las
dinastías mítico-heroicas, se poseen escasos datos sobre la historicidad de ciertos reyes, pero todavía
persiste el componente mítico. Las ciudades construyen grandes murallas como Uruk, se denota una etapa
más conflictiva. Destacan el rey Gilgamesh de Uruk y el rey Mesalim de Kish.
(P3) - Protodinástico 3 o Dinastíco Arcaico III (2550-2350 a.C.). Es una fase de dinastías históricas
en la que tenemos una clara constatación arqueológica. Esta etapa no la veremos en este post.
Uno de los reyes más conocidos con sesgos de historicidad fue Zi-u-sudra (“Vida de largos
días”), figura relevante que guarda relación con otros personajes de otras culturas que
recogieron la tradición de un Diluvio (a-ma-ru), como la epopeya de Atram-khasis, o
el Poema de Gilgamesh (tablilla de la biblioteca de Ashurbanipal del siglo VII a.C. British
Museum), otra versión en el siglo III a.C. del sacerdote babilonio Beroso que se refiere a
Xisuthros (Ziusudra helenizado), y por supuesto el relato bíblico del Génesis, por no hablar
de las decenas y decenas de relatos sobre el Diluvio que existen por todo el mundo.
Esta catástrofe ancestral o serie de desastres locales generalizados marcó profundamente la
historia de los habitantes de Mesopotamia. Los grandes desastres sufridos por los sumerios
a lo largo de su historia fueron cantados también por sus poetas a modo de Lamentaciones
y Elegías. Este género literario cultivado por los poetas se centraba en la destrucción de
ciudades, en las desgracias de los habitantes, en la desaparición de los dioses, e incluso en
la destrucción de imágenes divinas. El diluvio global fue el mayor desastre de todos los
tiempos y por ello fue objeto de diferentes Lamentos. No descarto que el Diluvio Universal
sea mucho más antiguo, en un tiempo que los monzones descargaban lluvias torrenciales
en el corredor desértico de Próximo Oriente hasta el Sáhara cuando era verde, un paraíso.
Sobre ello me reservaré un especial monográfico con datos de la geobiología, la
paleoclimatología y fuentes escritas de la Antigüedad.
Los análisis arqueológicos NO han relevado el diluvio universal, el diluvio global en la fecha
relativa del evento, pero SÍ una serie de catástrofes sucesivas que se dieron en diferentes
puntos de Mesopotamia, que bien fueron lluvias torrenciales persistentes, unidas a
desbordamientos de ríos e incluso un tsunami que en su conjunto pudieron dar pie al
supuesto mito del diluvio. El Diluvio tiene base real como causante de inundaciones
catastróficas que se dieron por varias partes del mundo en unos tiempos remotos en los que
se experimentó un cambio climático manifiesto, uno de verdad, uno de tantos. En esta
guisa, debemos tener muy claro un aspecto que nunca valoran los que desdeñan una fuente
histórica tan fundamental como la Biblia.
Ante un mal tan masivo y dramático, acaso proveniente de tiempos todavía más antiguos,
se buscó un significado al evento, surgiendo el relato del Diluvio, intentando dar un sentido
a lo sucedido para poder seguir adelante. Para un gobernante sería la oportunidad única
para interpretar la voluntad divina que permite su propia salvaguarda, su triunfo ante el
desastre. No es difícil de entender, en el mundo actual se sigue haciendo un uso
político-histórico de cualquier acontecimiento, en el mundo antiguo se hace lo
mismo, un uso político en clave de alegoría mitológica de un suceso real, en este
caso un acontecimiento... desbordante. En fin, lo que sí estaba claro es que llovió
bastante y mucho, hubo demasiadas inundaciones donde estaba viviendo la población, les
ha tocado a ellos, pudo caer la misma cantidad de agua torrencial en una zona despoblada y
nadie se enteraría, nadie diría nada, nadie lo sabría, pero no, llovió en la civilización de
Mesopotamia y en muchos más sitios en un margen notorio, más de lo que estaban
acostumbrados buena parte de los pueblos antiguos que lo sufrieron. Así se desencadenó o
reactivó el relato del Diluvio Universal.
El rey Ziusudra nos interesa ya que es protagonista a caballo entre los viejos tiempos pre-
diluvianos y el comienzo de la era post-diluviana (inicios del P1 o Dinástico Arcaico I).
Ziusudra sobrevivió a los desastres por ello sería magnificado, merecedor de ser recordado
a través del discurso/mito del diluvio, relato que posiblemente ya circulaba desde tiempo
inmemorial en forma oral con otros protagonistas que el tiempo ha borrado. Por otra parte,
se ha especulado que junto a las inundaciones de un Diluvio hubo otra clase de desastres,
relacionados con la llegada ruidosa de otras gentes, así en ciudades como Kish se sabe que
había un alto segmento de población semítica, la cual podría haber vencido a los sumerios y
haberse impuesto. En este punto, no pasa desapercibido el hecho de que la palabra sumeria
“a-amar-ru” (gente semita), es casi idéntica a la palabra “a-ma-ru” (Diluvio).
Conocemos el relato del Diluvio sumerio gracias a una tablilla (a la izquierda) hallada en la
ciudad de Nippur fechada en el 1600 a.C. que relata además de la creación de los seres
vivos, información sobre las ciudades y reyes antediluvianos (Penn Museum). La historia
comienza con la decisión de una Asamblea divina de destruir a la Humanidad aunque no se
exponen las razones, otras versiones sí lo harán. No obstante, un dios advierte al rey de
Shuruppak, nuestro amigo Zi-u-sudra que debe prepararse (porque se va armar la de
Dios).
Las primeras excavaciones de Kish datan de 1912 (campaña francesa dirigida por Henri de
Genouillant). En Marzo de 1923 se realizó una expedición arqueológica anglo-americana
(Ashmolean Museum de la Universidad de Oxford y el Field Museum) para trabajar en Kish
(campaña 1923-1933). La expedición arqueológica fue iniciada por Ernest Mackay,
arqueólogo avalado nada menos que por Flinders Petrie. Si bien el proyecto estaba dirigido
por Stephen Langdon, aunque sólo apareció dos veces en los diez años que duró la
campaña.
Las excavaciones fueron a gran escala como era habitual y precisó de cientos de obreros
locales, incluido niños, como era también la costumbre. Se llegó a excavar hasta 15 metros
de profundidad. Hubo un proyecto del Field Museum para crear un catálogo con las más de
100.000 piezas halladas en Kish, con una base de datos más completa, pero no ha
fructificado.
La I dinastía de Kish acogió unos 23 reyes mayormente míticos, con reinados milenarios,
algunos con finos retazos de historicidad. Entre ellos estuvo Etana, del que sabemos opera
en un proceso de convergencia social y política de sumerios y semitas. Otro rey citado por
la Lista Real y también verificado arqueológicamente por inscripciones fue Mebaragesi,
cuyas luchas contra Elam son las más antiguas referidas entre Sumer y aquel territorio.
Mebaragesi tuvo un hijo llamado Agga que fue coetáneo a Gilgamesh de Uruk.
Sobre la I dinastía de Uruk sabemos que contó con una docena de reyes, unos míticos
(Meskiaggasher, Enmerkar fundador de Uruk, Dumuzi el pescador) y otros históricos. Entre
los reyes históricos es fundamental nombrar al rey más importante de Uruk que
fue Gilgamesh (vivió hacia el 2650 a. C.), un personaje de gran carisma y grandes proezas
que dio a su reino grandes victorias, prosperidad, riqueza, fomentando el comercio,
construyendo templos, fortificando la ciudad, incluso derrotó a los reyes de Kish
(recordemos a Megabaresi y su hijo Agga, ambos fueron vencidos) y se apoderó de esta
ciudad. A su muerte, Gilgamesh fue venerado como un dios, su fama se extendió más allá
de las fronteras de Mesopotamia siendo cantada nada menos que durante 3 milenios.
Los investigadores han detectado hasta 5 versiones, seguro que hubieron otras, pero
hasta la fecha no se han hallado. Sería en época paleobabilónica cuando los
escribas modelan una narración que unifica coordinando todas las historias
dispersas que circulan por Mesopotamia para dar armonía a la obra que conocemos
como Poema de Gilgamesh, pieza única excepcional por su cronología, ostenta el
mérito de ser la primera de las grandes epopeyas de la literatura universal.
Desde mediados del siglo XIX se han ido encontrando tablillas del poema del héroe
sumerio en diferentes excavaciones de Próximo Oriente. Copias del Poema de
Gilgamesh fueron halladas en Nínive, cuando la arqueología descubrió la biblioteca
asiria de Assurbanipal en 1872. Las tablillas causaron sensación en todo el mundo al
confirmarse que entre sus historias estaba la del Diluvio Universal, avalando la
veracidad histórica depositada en la Biblia, indiscutible transmisora del conocimiento
de antíquisimos relatos y receptora de un saber universal. Sin duda, el esfuerzo de los
escribas asirios nos ha permitido el conocimiento de primitivos relatos sumerios y
acadios que de otro modo se hubieran perdido en gran medida. La inclusión en el
Poema de Gilgamesh del relato sumerio del Diluvio, conocido con anterioridad (Poema
de Atramkhasis) se lo debemos al escriba Sin-leqe-unini que conecta a Gilgamesh con
Utanapishtim (el amigo Ziusudra). Un magnífico ejemplo sobre cómo se consolida por
escrito lo que antaño fueron historias disgregadas de la tradición oral, donde pervive
la realidad sensible de la memoria entrelazada a la irrealidad de lo mitológico
cautivador. Claro ejemplo sobre cómo un relato se viste de mito y se va adaptando
y/o modificando con añadidos, retoques, e incluso nuevas narraciones.
El poema de Gilgamesh es un canto del miedo a la muerte, del esfuerzo por no ser
olvidado y perpetuarse, temor que le embarca a realizar hazañas gloriosas. Aunque el
argumento clave sea la búsqueda de la inmortalidad el poema está enriquecido con
muchas otras historias. Destacan las pasiones, motivaciones y valores que mueven a
este personaje legendario. Impelido por el deseo de gloria emprende una serie de
aventuras expuestas como historias breves, que narran sus hazañas como las
dirigidas contra el gigante Humbaba en los "Bosques de los Cedros" (una
alusión al citado conflicto urbe-barbarie, agricultor vs. pastor), la victoria de
Gilgamesh sobre el "Toro del Cielo" enviado por Innana por no ceder a sus
encantos, o el enfrentamiento contra su antiguo señor rey de Kish que
retrata muy bien el tipo de política que se daba entre ciudades. Recientemente,
año 2015, apareció entre el material recuperado del expolio del Museo de Bagdad, un
fragmento que contiene una veintena de líneas inéditas de la epopeya de Gilgamesh
(fuente: Ancient Origins). Concretamente una escena del "Bosque de los Cedros" con
detalles sobre el gigante Humbaba y su lucha con Gilgamesh.
La posible historicidad de Gilgamesh, pese a considerarse rey legendario procede de varios
testimonios posteriores que coinciden en atribuir al rey Gilgamesh la construcción de la
colosal muralla de Uruk cuyo perímetro alcazaba 9,5 Km y estaba sembrada con más de
800 torres intercaladas cada 10 metros. En la epopeya de Gilgamesh observamos que los
súbditos del rey están descontentos por el enorme esfuerzo que implica la construcción de
semejante muralla. Más aún, se percibe cierto malestar en el ambiente, como recriminando
una actitud despótica por parte de Gilgamesh, impropia de un héroe semidios. Pero... ¿esta
muralla existió realmente?. Pues sí, los primeros restos fueron identificados por un
británico, W.K Loftus, a mediados del siglo XIX. En los primeros años del siglo XX
la Deutche Orient Gellschaft (la Sociedad Alemana de Oriente) recién fundada por el
emperador Guillermo II en 1898, promovió campañas científicas que obtuvieron magníficos
resultados en la zona, J. Jordan y C. Preusseur realizaron un esquema del conjunto
arqueológico que abarcaba unos 3 kilómetros, entre sus hallazgos se encontraba un
complejo monumental de culto protohistórico, la Eanna, y otro soberbio edifico en la zona
sur. También descubrieron los vestigios del perímetro exterior que se extendía unos 10
kilómetros con huellas de gran parte del cinturón amurallado. La ciudad estaba protegida
por una doble muralla, la muralla interior estaba protegida con robustos contrafuertes cuyo
grosor alcanza los 5 metros. Por desgracia, las guerras sufridas en este lugar han arruinado
el paisaje arqueológico, tan sólo perdura material fotográfico de aquella campaña alemana,
en la imagen inferior un atisbo de lo que fueron las excavaciones que alumbraron los
vestigios de la muralla que defendió la ciudad-estado de Uruk.
Desde el IV milenio a.C. Uruk se había convertido en la ciudad más importante de
Mesopotamia, comprendía dos grandes núcleos religiosos: 1) el Kullab, ocupado ya en
época prehistórica por un edificio de culto (el templo blanco), donde se veneraba al dios
Anu, de este distrito era teóricamente el padre de Gilgamesh, Lugalbanda, y 2) la Eanna,
también ocupado desde tiempos protohistóricos, sede de la diosa Inanna, luego conocida
con el nombre semítico acadio de Isthar, diosa del amor y la fertilidad, en donde se
hallaron los primeros vestigios de escritura. Según la epopeya de Gilgamesh, un tercio
de la ciudad estaba constituido por templos y otro tercio por jardines, a modo de "Central
Park" de la época, las zonas verdes que siempre deberían forma parte de toda ciudad. En la
imagen podemos contemplar una recreación de Uruk.
Otro rey digno de mención, ignorado en la Lista Real, adscrito a la I dinastía de Kish que
perdura en esta etapa, fue el rey Mesalim de Kish, que reinó "cientos" de años.
Mesalim es conocido vagamente por inscripciones como la que aparece en esta cabeza de
maza ritual donde un águila leontocéfala, símbolo del dios local Ningirsu, doblega a seis
leones. Dice así: "Me-salim, rey de Kish, constructor del templo de Ningirsu. Lo erigió para
Ningirsu. Lugal-sag-engur era el Ensi de Lagash". En el contexto histórico Mesalim tuvo una
importancia tan grande como Gilgamesh. El motivo por el que no aparece Mesalim en
la Lista Real puede obedecer a cuestiones de jerarquía política, en un post anterior
explicamos como un rey o gobernante podía llamarse de una forma pero los reyes de otras
ciudades le podían considerar un rey menor o supeditado y le llamaban de otra, esto
motivaría que la Lista Real no reconociese a su ciudad.
-El término EN puede generar confusión, debe tenerse en cuenta que en sus primeros
tiempos designaría tanto al Señor como al Sacerdote. En todo caso EN alude al jefe de
la comunidad urbana, en cuanto representante de la divinidad.
-Un segundo título importante es el de LUGAL (hombre grande), este término refleja
ruptura con la tradición precedente, y se aplica a un rey propiamente dicho. En su
origen pudo ser un líder guerrero evocado de manera temporal en momentos críticos,
cuyos poderes desaparecían una vez solucionada la contingencia. La alta autoridad
civil que poseyó y las propias circunstancias del mundo sumerio contribuirían
a que este título se perpetuase.
Por otra parte, Mesalim no era originario de Kish, aunque se las arregla bien para alcanzar
el título de Lugal, mientras que el otro señor que aparece en la inscripción "Lugal-sag-
Engur" sería el Ensi de la ciudad de Kish. Desconocemos cómo accede al trono Mesalim,
pero sí que gozó de gran prestigio por el hecho de ser reclamado por potencias como
Lagash y Umma. Ambas ciudades estaban siempre enredadas en unas disputas territoriales
bien conocidas (el curso de agua y los terrenos agrícolas de Gu`edenna, zona clave en la
producción de cereales), por ello las dos ciudades solicitaron a Mesalim como mediador y
juez de sus conflictos fronterizos. También conocemos que este rey fue el responsable de la
destrucción de una poderosa ciudad siria, Ebla (Tell Mardikh), que fue un imperio
comercial del que mucho habría que decir pero el tiempo de hoy se acaba. Dejaremos para
otra oportunidad la III y última etapa del Protodinástico, más generosa en datos
arqueológicos, que nos deparará muchas y más ricas historias.
Referencias