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EPISTEMOLOGIA O TEORÍA DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

Por: José Antonio Camargo R.

ORIGEN Y SENTIDO DE LA EPISTEMOLOGIA

La palabra epistemología, que literalmente significa teoría de la ciencia, es de reciente


creación, pero la actividad reflexiva que dicha palabra expresa se inició como parte de la
actividad filosófica en la antigüedad. En efecto, ya los antiguos filósofos intentaron
determinar qué condiciones debían cumplirse para que un conocimiento pudiera poseer las
características de certeza íntima y de validez universal, las únicas que permitían que se le
considerara propiamente como conocimiento científico, como ciencia.

En la antigua Grecia con Aristóteles la teoría de la ciencia o epistemología se nos presenta


en la forma de una reflexión sobre la lógica y con Platón en la forma de una reflexión sobre
las matemáticas. Aún en el siglo XVII y tras el decisivo impulso dado por Galileo a la
ciencia, la epistemología permanece ligada a la filosofía. Con Descartes, Leibniz y Kant, en
la modernidad se desarrolló una epistemología en colaboración con la Física.

Con Francis Bacon se dieron los primeros intentos de separar ciencia de filosofía y elaborar
una teoría de la ciencia a partir de ella misma.
Pero sólo hasta el segundo tercio del siglo XIX aparecen, de manera casi simultánea, las dos
obras fundamentales con las que puede comenzarse a hablar de epistemología: la primera de
ellas, la Teoría de la ciencia (Wisenschfslehre, en alemán) de Berhard Bolzano, se refiere a
las ciencias formales, lógica y matemáticas; la segunda, la Filosofía de la ciencia inductiva
de William Whewell, se refiere a las ciencias de la naturaleza.

Hacia 1900, momento en que se ponen seriamente en duda algunos principios de lo que
pronto va a llamarse ciencia «clásica», se desarrolla el gran movimiento llamado «crítica de
las ciencias», encarnado especialmente por Gottlob Frege en Alemania y Bertrand Russell en
Gran Bretaña. Esta unión entre lo crítico-filosófico y lo científico, unión vivamente exigida
por el mismo desarrollo de la ciencia, da origen a la epistemología como disciplina original.

Mario Bunge1 quien considera la epistemología como la rama de la filosofía que estudia la
investigación científica y su producto, el conocimiento científico, señala que hasta hace
medio siglo la epistemología era sólo un capítulo de la teoría del conocimiento o gnoseología,
pues aún no se habían advertido los problemas de diversa índole que se presentan tanto en el
curso de la investigación científica como en el de la reflexión acerca de la ciencia. Hasta


En: CAMARGO RODRIGUEZ, José Antonio. Temas de Epistemología. Santa Marta: Universidad del
Magdalena, 2002.
pgs. 5ss.
1
BUNGE, Mario. Epistemología. Barcelona: Argel, 1980. Cap. 1
entonces predominaban problemas tales como el de la naturaleza y alcance del conocimiento
científico por oposición al conocimiento vulgar y el de la clasificación de las ciencias. Según
el mismo Bunge, esta situación cambió hacia 1927 con el surgimiento del Empirismo Lógico,
desarrollado por los pensadores agrupados en el Círculo de Viena

UTILIDAD DE LA EPISTEMOLOGIA

Actualmente asistimos a una renovación de los estudios propios de la epistemología, cuya


renovación tendrá una gran significación en la medida en que a partir de tales estudios la
epistemología asuma con una mayor profundidad los problemas teóricos que se presentan en
el curso de la investigación científica, proponga soluciones claras a tales problemas, colabore
en el proceso de separación entre la ciencia y la seudo-ciencia, critique los programas y
resultados erróneos, y sugiera nuevos enfoques teóricos y metodológicos. A este respecto,
Bunge señala:

“Una epistemología es útil si satisface las siguientes condiciones:


a) concierne a la ciencia propiamente dicha, no a la imagen pueril y a veces hasta
caricaturesca tomada de libros de texto elementales;
b) se ocupa de problemas filosóficos que se presentan de hecho en el curso de la
investigación científica o en la reflexión acerca de los problemas, métodos y
teorías de la ciencia, en lugar de problemitas fantasma;
c) propone soluciones claras a tales problemas, en particular soluciones consistentes
en teorías rigurosas e inteligibles, así como adecuadas a la realidad de la
investigación científica, en lugar de teorías confusas o inadecuadas a la
experiencias científica;
d) es capaz de distinguir la ciencia auténtica de la seudociencia, la investigación
profunda de la superficial, la búsqueda de la verdad de la búsqueda del pan de
cada día;
e) es capaz de criticar programas y aún resultados erróneos así como de sugerir
nuevos enfoques promisorios”2.

Una epistemología que cumpla con estas condiciones contribuirá al desarrollo de la ciencia
en los siguientes aspectos:

“a) Desenterrar los supuestos filosóficos... de planes, métodos o resultados de


investigaciones científicas de actualidad;
b) Dilucidar y sistematizar conceptos filosóficos que se emplean en diversas ciencias.
c) Ayudar a resolver problemas científico-filosóficos, ...
d) Reconstruir teorías científicas...
e) Participar en las discusiones sobre la naturaleza y el valor de la ciencia pura y
aplicada, ...
f) Servir de modelo a otras ramas de la filosofía...”3

2
BUNGE, Mario. Op. Cit. p. 21
3
ibídem, p. 26.
EL AMBITO DE LA EPISTEMOLOGIA

Establecer con la mayor precisión posible cuál es el ámbito de una disciplina, el espacio
dentro del cual ella realiza la actividad que le es propia, es de gran importancia, sobre todo
cuando se trata de una disciplina relativamente nueva como lo es la epistemología. Ahora
bien, la única forma de determinar cuál es el ámbito de una disciplina es señalando las
fronteras entre ella y aquellas disciplinas que le son más afines. En el caso de la
epistemología esas disciplinas son la teoría del conocimiento y la filosofía de la ciencia.
Entre cada una de las citadas disciplinas y la epistemología se establece una relación de
género a especie. En efecto, mientras que la teoría del conocimiento está referida al
conocimiento en general, es decir a toda forma de conocimiento, la epistemología se refiere
a una sola forma: el conocimiento científico. Así mismo, si se toma en un sentido amplio,
la filosofía de las ciencias está referida a la reflexión crítica sobre los diversos aspectos de
las ciencias, mientras que la epistemología se refiere a la reflexión crítica sobre aspectos
específicos de las ciencias: los fundamentos teóricos y metodológicos.

De acuerdo con lo anterior, la epistemología viene a ser una parte o un capítulo tanto de la
teoría del conocimiento como de la filosofía de las ciencias.

La epistemología tiene como objeto de estudio el conocimiento y en este sentido es teoría del
conocimiento. Pero en la medida en que la epistemología se ocupa únicamente del
conocimiento científico el cual es apenas una de las posibles formas de conocimiento al lado
de otras formas tales como el conocimiento común o el conocimiento empírico, es tan solo
un capítulo o una parte de la teoría del conocimiento.

En cuanto reflexión crítica acerca de las ciencias, la epistemología es filosofía de las ciencias.
Pero no es la única forma de filosofar sobre las ciencias; a manera de ejemplo podemos
señalar las siguientes formas de filosofar sobre las ciencias: el estudio de sus relaciones con
el científico y con la sociedad, el esfuerzo para situar a la ciencia dentro de los valores
humanos, las especulaciones que se hacen a partir de los resultados obtenidos por la ciencia
y el análisis crítico del método y de los resultados de las ciencias. La epistemología viene a
ser esta última forma y en consecuencia constituye sólo una parte o un capítulo de la filosofía
de las ciencias.

LOS PROBLEMAS DE LA EPISTEMOLOGIA

Los problemas epistemológicos se reparten en dos grandes grupos: los de carácter general,
que abarcan la totalidad de las ciencias; y los propios de cada grupo de ciencias más o
concernientes a una sola ciencia e incluso a una rama de una determinada ciencia.

La pluralidad de las ciencias y su permanente proliferación, obliga al planteamiento del


problema de coordinación entre ellas. Junto a este problema de coordinación de conjunto, se
plantea también un problema general concerniente a las relaciones entre los dos grandes
grupos en que suelen distribuirse las ciencias, a saber, Ciencias Formales ( Lógica y
Matemáticas) y Ciencias de lo real (Física, Química, Biología, etc.). El tratamiento de estos
problemas, y de todos los concernientes al análisis de nociones comunes a todas las ciencias
o a la mayoría de ellas, corren por cuenta de una epistemología general.

Por debajo de los problemas referidos y descendiendo un grado en la generalización, se


encuentran aquellos que se relacionan con uno u otro de los dos grandes grupos de las
ciencias.

Desde una época reciente, la Lógica, bajo su nueva forma de Lógica Simbólica o Logística,
figura junto a las Matemáticas y en estrecha unión con éstas : ello plantea bajo una nueva
forma el problema de la relación entre ambas disciplinas. Actualmente, cuando se estudia la
naturaleza del razonamiento matemático, ya no se intenta confrontarla con el silogismo. Con
la nueva lógica el problema esencial es saber si la matemática se puede reducir a ella, lo que
sería una manera de fundarla. De cualquier modo, cada problema de la Epistemología
Matemática tiene su correspondiente en Lógica y a la inversa. Quizá sería mejor decir que
son comunes a ambas ciencias : por ejemplo, el problema del estatuto ontológico de sus
nociones o del correspondiente objetivo de sus términos. Con facilidad podríamos
plantearnos, en Matemáticas, el problema de saber si los principios de la lógica expresan
leyes del ser, normas del pensamiento o bien reglas para la manipulación de los símbolos ;
en otras palabras, si la lógica es una ciencia objetiva, normativa, o bien un arte de cálculo.

Los problemas de epistemología comunes a las ciencias de lo real se plantean en Física de


una forma ejemplar ; pues, al hablar de dichos problemas, casi siempre se piensa en ella y se
toman sus ejemplos. Ernest Nagel divide estos problemas en tres según afecten a la
construcción de los conceptos, a la estructura de las explicaciones o a la validez de las
conclusiones. Los problemas relativos al método experimental, y a la naturaleza y
justificación de los procedimientos inductivos, ocupan evidentemente un lugar importante en
dichos estudios. Uno se pregunta también sobre la función de las teorías, sobre la naturaleza
de las leyes y sobre la de los hechos, junto con la posibilidad de construcción y acuerdo que
admiten. Se plantea así el gran problema de la unidad de las ciencias de lo real: ¿pueden
agruparse todas en un solo tipo fundamental, cuyo modelo más completo sería la física ? ; ¿o
están irremediablemente separadas en dos o tres ramas ?

Estos últimos problemas corresponden a epistemologías especiales, ya que se relacionan


exclusivamente con las ciencias formales o con las ciencias de lo real; son problemas internos
a estos campos de ciencia.

En el campo de las llamadas ciencias exactas, matemáticas y física, los trabajos de


epistemología han sido los más desarrollados y también los más alejados de los problemas
filosóficos y de los problemas que son el objeto mismo de la ciencia. Sin embargo, no por
ello la epistemología ha estado desligada por completo de su ascendencia filosófica.

LAS FORMAS DE LA EPISTEMOLOGIA

Al intentar analizar el conocimiento en sentido estricto, los grandes teóricos de la


epistemología se han preguntado, en primer término, cómo es posible el conocimiento
científico, lo cual ya es cierto para Platón a propósito de la matemática, y se han referido
constantemente a él. De ahí que las diversas teorías del conocimiento sean vistas como
producto de una reflexión sobre las ciencias, resultando las diferentes etapas de la
epistemología íntimamente solidarias con el propio progreso de estas ciencias.

Es obvio que esta tricotomía está destinada, ante todo, a mostrar que no hay ninguna
epistemología independiente de las ciencias. Pero, en sí misma, es más cómoda que exacta,
puesto que existen, naturalmente, intermediarios entre estas categorías. Por ejemplo, puede
suceder que una epistemología pretenda fundar la matemática, oponiéndose, por otra parte,
al “naturalismo” y por consiguiente a la psicología científica.

Lectura complementaria.

LA EPISTEMOLOGÍA GENÉTICA Jean Piaget


INTRODUCCIÓN
En un principio las teorías clásicas del conocimiento se hicieron la siguiente
pregunta: «¿Cómo es posible el conocimiento?» Pregunta que se fue
diferenciando en una pluralidad de problemas relativos a la naturaleza y
condiciones previas del conocimiento lógico-matemático, del conocimiento
experimental de tipo físico, etc. A pesar de dicha diferenciación, las distintas
epistemologías tradicionales comparten el postulado de que el conocimiento
es un hecho y no un proceso; coinciden igualmente en que, si bien nuestras
diferentes formas de conocimiento, son siempre incompletas y nuestras
diferentes ciencias siguen siendo imperfectas, lo que ha sido adquirido lo es
de una vez por todas y, por tanto, puede ser estudiado de forma estática.
Resultado de lo anterior es el planteamiento absoluto de problemas tales
como: «¿qué es el conocimiento»? o «¿cómo son posibles los distintos tipos
de conocimiento?» Las razones de esta actitud, que se sitúa de golpe sub
specie aeternitatis, no hay que buscarlas solamente en las doctrinas
particulares de los grandes filósofos que fundaron la teoría del conocimiento
—en el realismo trascendente de Platón o en la creencia aristotélica en formas
inmanentes pero también permanentes; en las ideas innatas de Descartes o
en la armonía preestablecida de Leibniz; en las categorías a priori de Kant o
en el postulado de Hegel, quien, a pesar de descubrir el devenir y la historia
en las producciones sociales de la humanidad, los consideraba reductibles al
total carácter deductivo de una dialéctica de los conceptos—. En efecto, hay
que tener en cuenta, además, que durante mucho tiempo el pensamiento
científico creyó haber conquistado un conjunto de verdades definitivas,
aunque incompletas, lo cual permitía preguntarse de una vez para siempre en
qué consiste el conocimiento: los matemáticos, aun cuando hayan cambiado
de opinión sobre la naturaleza de los «entes» matemáticos, siguieron siendo,
hasta hace no mucho tiempo, impermeables a las ideas de revisión y
reorganización reflexiva; la lógica fue considerada durante siglos como algo
acabado y hubo que esperar a los teoremas de Goedel para obligarla a
examinar de nuevo los límites de sus poderes; desde las conquistas
newtonianas y hasta principios del presente siglo, la física creyó en el carácter
absoluto de un importante número de sus principios; incluso ciencias tan
recientes como la sociología o la psicología, si bien no han podido presumir
de un saber muy firme, tampoco han vacilado, hasta estos últimos años, a la
hora de atribuir a los seres humanos, y por tanto a los sujetos pensantes
objeto de su estudio, una «lógica natural» inmutable, como quería Comte
(quien a pesar de su ley de los tres estados insistía en que los procedimientos
de razonar eran constantes y comunes para todos ellos), o invariables
instrumentos de conocimiento. Ahora bien, la influencia convergente de una
serie 8 de factores ha hecho que en la actualidad el conocimiento vaya siendo
considerado progresivamente más como un proceso que como un estado. La
epistemología de los filósofos de las ciencias es en parte la causante de este
cambio. Efectivamente: el probabilismo de Cournot y sus estudios
comparativos de los distintos tipos de nociones anunciaban ya una revisión
al respecto; los trabajos histórico-críticos, al sacar a la luz la oposición
existente entre las distintas clases de pensamiento científico, favorecieron
notablemente esta evolución y la obra de L. Brunschwicg, por ejemplo, indica
un giro importante en la dirección de una doctrina del conocimiento en
devenir.
Declaraciones del mismo tipo pueden encontrarse en los neokantianos o en
Natorp: al proceder «como Kant, se parte de la existencia táctica de la ciencia
y se busca su fundamento. Pero ¿cuál es ese hecho, cuando sabemos que la
ciencia evoluciona constantemente? La progresión, el método lo es todo... Por
consiguiente, el hecho de la ciencia sólo puede entenderse como un "fieri".
Todo ser (u objeto) que la ciencia intente fijar debe disolverse de nuevo en la
corriente del devenir. En último término, únicamente de este devenir, y de él
sólo, podemos decir que "es [un hecho]". Así pues, lo que se puede y se debe
investigar es la ley de este proceso». Bien conocido es, por otra parte, el
hermoso libro de Th. S. Kuhn sobre las «revoluciones científicas». De todas
formas, si los especialistas en epistemología han podido llegar a hacer
declaraciones tan claras, es porque toda la evolución de las ciencias
contemporáneas les indicaba ese camino, tanto en los campos deductivos
como en los experimentales. Cuando uno compara, por ejemplo, los trabajos
de los lógicos actuales con las demostraciones con que se contentaban
aquellos a quienes se llama ya «los grandes antepasados», como Whitehead
y B. Russell, tiene que sorprenderse forzosamente de las importantes
transformaciones sufridas por las nociones, así como del rigor alcanzado por
los razonamientos. Los trabajos de los matemáticos de hoy en día, que por
«abstracción reflexiva» sacan operaciones nuevas de operaciones ya
conocidas o estructuras nuevas de la comparación entre estructuras
anteriores, contribuyen a enriquecer las nociones más fundamentales, sin
contradecirlas, pero reorganizándolas de forma imprevista.
En el campo de la física es cosa suficientemente sabida que todos los viejos
principios han cambiado de forma y de contenido, de tal manera que las leyes
más sólidamente establecidas han pasado a ser relativas en un cierto nivel y
cambian de significado al cambiar de situación en el conjunto del sistema. En
el campo de la biología, en el que la exactitud no es tan elevada, pues quedan
todavía sin solución inmensos problemas, los cambios de perspectiva son
también impresionantes. Tales cambios van a veces acompañados de crisis y
prácticamente en todos los casos obligan a una reorganización reflexiva. Con
respecto a lo cual vale la pena recordar que la epistemología del pensamiento
científico se ha ido convirtiendo paulatinamente en un asunto propio de los
mismos científicos; de este modo los problemas de «fundamentación» se van
incorporando al sistema de cada una de las ciencias consideradas. Cosa que
ocurre tanto en el campo de la física como en el de las matemáticas o en el de
la lógica.

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