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El sustrato

común de
Mesoamérica
Alumno: Mejía Torre Daniela

UEA: Mesoamérica

Profesor: José González Rodrigo


EL CALENDARIO DE LOS 260 DÍAS.

El calendario de 260 días, conocido como tonalpohualli


es un conjunto de 13 números y 20 signos que en
conjunto establecen una convención glífica del cual se
originó el sistema de escritura mesoamericano.

Los signos que más destacan dentro de este calendario


son el cocodrilo, el mono y el jaguar, animales tropicales
que hacen pensar que el origen de este calendario se
dio en tierra caliente y no en el altiplano.

Este no solo cumplía con la función de un calendario,


sino que también permitía leer los destinos y dar nombre a los individuos, acción, que
realizaba un sacerdote basándose en el “libro de los destinos”. Así el signo del águila
predispone para la guerra, el conejo para la agricultura y la flor para aptitudes artísticas,
todo depende del día en que se haya nacido.

LA ESCRITURA GLÍFICA Y SU SISTEMA POCTOGRÁFICO E ICONIZACIÓN.

La escritura de Mesoamérica combina glífos y figuración, lo que para algunos puede no


parecer como un verdadero sistema de escritura.

De las lenguas habladas en Mesoamérica, el maya es rica


en monosílabos lo cual ha ofrecido la posibilidad de recurrir
a los fonogramas, a diferencia del otomí, zapoteco mixteco
en cuyo caso no es posible la transcripción fonética.

La escritura mesoamericana expresara en primer lugar el


pensamiento antes de transcribir la lengua.

El principio de los pictogramas es un dibujo que representa


a la cosa, así pues, un escudo con flechas representa la
guerra, un Templo en llamas es el sinónimo de la derrota o dos olas entrelazadas evoca la
sangre y el fuego, que a su vez significa la guerra sagrada y el sacrificio humano.

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El glifo debe de estar asociado con elementos figurativos como personajes humanos o
animales además de que estos no obedecen a ninguna regla y están representados en
diferentes disposiciones como líneas horizontales y columnas.

LAS OFRENDAS DE LA TIERRA.

Una de las características culturales más notables


de Mesoamérica fue el de enterrar ofrendas en los
centros ceremoniales con objetos que eran valiosos
por su carácter simbólico, pero no necesariamente
objetos nuevos.

Las ofrendas estaban dispuestas en los centros de


las plazas y de los monumentos principales. (el
templo Mayor de México contenía 86 ofrendas en su interior).

El propósito de las ofrendas era una relación de pertenencia de la tierra a la que habían
llegado para habitar y el reconocimiento de lo ctónico como valor religioso.

Las ofrendas siempre tendrán un marcador visible que comienza siendo solo un montón
de tierra que pasando por diferentes procesos llegan a ser pirámides, la pirámide nace
de la ofrenda y nunca, al contrario.

Un sitio que era privado de la ofrenda era considerado como desactivado, es decir que
ese lugar era privado de su poderío.

EL SACRIFICIO HUMANO.

El sacrificio de vidas humanas se llevaba a cabo en ciertas situaciones como la fundación


de ciudades o la toma de poder de unos soberanos, sin embargo, con el tiempo se volvió
un acto obligado en cada fiesta religiosa o acontecimientos políticos.

Existieron diferentes formas de sacrificio en Mesoamérica como la decapitación y el


sacrificio con flechamiento, pero la forma típica del sacrificio era la muerte por
arrancamiento del corazón, que después de ser extraído del pecho de la víctima (que en
la mayoría de los casos era un prisionero de guerra) era elevado hacia el sol.

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SIMBOLISMO SACRIFICIAL.

Los sacrificios eran realizados para saciar el hambre del sol ya que
este astro era un predador voraz que necesitaba comer el corazón de
la víctima y beber su sangre para tomar la energía y sobrevivir.

El sacrificio está representado por varios símbolos como la flor y el


glifo del agua y la sangre, cuya semejanza se traduce a: a la sangre
del sacrificio abreva al sol -energía, como el agua abreva a la tierra y
le proporciona su fuerza germinativa.

SACERDOTES Y GUERREROS: EL REPARTO DEL PODER.

El valor de los guerreros era juzgado por el número de sus


capturas (al menos 2) para poder ser integrado en la clase de
los guerreros.

Los mesoamericanos tenían un equilibrio de poderes entre los


sacerdotes y guerreros, esto debido a que compartían intimidad
con la sangre y control sobre la muerte dado que los guerreros eran los encargados de llevar
a los cautivos ante los sacerdotes quienes llevaban a cabo su ejecución en las fiestas y ritos.

EL POLITEISMO.

En el México Antiguo existen dioses para todo: juego, caza, amor, guerra, cosechas, para el
parto, fases de la luna, dioses tutelares para los negociantes, músicos, escribas, militares y
dioses de vida, muerte visibles e intangibles.

Jamás se suprimía o se mataba a un dios al


presentarse alguna conquista ya que los vencedores
adoptaban a los dioses de los vencidos y los
vencidos a los de los vencedores.

BIBLIOGRAFÍA

Duverger, C. 1999. “El sustrato común de Mesoamérica”, en Mesoamérica, arte y


antropología, CONACULTA-Landucci Editores, París, pp. 35-63.

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