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* “L’Esthétique des rythmes” (1967) en Regard, parole, espace. Paris: Cerf, 2013, p. 201-230.
El destino del arte y el nacimiento vivencia suficientemente bella. ¡Pero que la luz que lo iluminará. El arte supo ser esa luz
multitud de artistas no se haga ilusiones! en la que el espíritu se conocía a sí mismo
del ritmo
Schiller nos previene contra ello: “[entre como espíritu. Fue lo más vivaz de la vida.
ellos] hay muchos buenos e inteligentes; pero Pero el arte sólo vive del espíritu mientras el
El filósofo es un perturbador. He allí su rasgo
todos cuentan por uno solo, ya que están go- espíritu vive del arte. Luego el espíritu su-
común con el artista, si es cierto, como dice G.
bernados por el concepto. Triste es el imperio peró esa forma de sí mismo, dejó de
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Traducción | Henri Maldiney
“Lo que perdura, lo fundan los poetas” tente. De poeta en poeta, de existente en exis- El artista es ese hombre. En el origen no es en
(“Andenken” comentado en Heidegger, 1962: tente, lo Abierto de Hölderlin tiene su absoluto distinto de usted, ya que “como us-
99-194). resurgimiento en R. M. Rilke en la octava ted, dice Paul Klee, fue arrojado en un
La estética es también una ética. Ethos en grie- Elegía de Duino: mundo donde debe orientarse mal que bien”
go no quiere decir solamente manera de ser (Klee, 1924); se diferencia, sin embargo, en
sino permanencia. El arte suministra al hom- Ven con todos sus ojos las criaturas que busca una salida en ese mismo origen, a la
bre una permanencia, es decir un espacio lo Abierto. Sin embargo, nuestros que accede poniéndola en obra, pero con una
donde tenemos lugar, un tiempo donde es- ojos condición: que su obra en sí misma esté en un
están como al revés y colocados
tamos presentes –y desde ellos, agenciando estado de origen perpetuo.
alrededor de se salida libre
nuestra presencia en el todo, nos comunica- De cualquier modo, el primer momento es,
como trampas. [...]
mos con las cosas, los seres y nosotros como indica Klee, el de estar perdido. El es-
Los hombres nunca, ni siquiera un
mismos en un mundo, eso que llamamos habi- día, tar-perdido es la situación del hombre en el
tar. ante sí tienen el espacio puro espacio del paisaje, primera forma del “Nin-
“Poéticamente el hombre habita…” (Hölder- donde la flor al infinito se abre. guna parte sin no”. El espacio del paisaje
lin, “En bleu adorable…”). ¿Y cuál es esa Siempre está el mundo alrededor. Y debe su significación precisa y su estatuto
permanencia? Hölderlin lo dice en las tres nunca psicológico y existencial al análisis que Erwin
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Traducción | Henri Maldiney
aquí-horizonte excluye toda sistematización estoy aquí más que a lo largo del espacio bajo la “geometría obstinada”, “medida de la tie-
del espacio que nos brindaría referencias. el horizonte respecto del cual estoy presente a rra”.
Cuando caminamos en el espacio del paisaje todo, y por todas partes fuera de mí. “Es im-
estamos siempre en el origen, en el aquí abso- posible, escribe Straus, que el espacio “[…] lentamente las placas geológi-
luto. Ninguna vista dominante, ninguna regla geográfico se despliegue alguna vez a partir cas se me aparecen […]. Todo cae con
de transformación, nos permite determinar del paisaje en el que estamos despistados aplomo […] Comienzo a separarme
del paisaje, a verlo”. (Gasquet, 1926:
los emplazamientos entre sí en un conjunto (fuera de toda ruta posible), y donde en tanto
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orientado. La idea de progresión no tiene que hombres estamos perdidos.” (Straus,
ningún sentido en el paisaje. No nos despla- 1935: 336).
Luego es la “catástrofe”. Todo el
zamos a través de él, sino que andamos en él Que esa perdición es el primer momento del equilibrio se derrumba en la irrepri-
de aquí a aquí, envuelto por el horizonte que, arte, nadie lo ha dicho mejor que Cézanne: mible irrupción del espacio. “Las
como el aquí, continuamente se transforma a tierras rojas salen de un abismo”.
sí mismo. En este encaminarse de aquí-ahora En ese momento no soy sino uno con “Veo. Por manchas. La placa geológi-
en aquí-ahora, no solo caminamos sin objeti- mi cuadro. (=No el cuadro pintado ca […] el mundo del dibujo se
vo, sino que nuestra marcha se libera de los sino el mundo por pintar) Estamos en derrumbó como en una catástrofe.
un caos irisado. Estoy ante mi moti- Un cataclismo se lo llevó.” (Gasquet,
esquemas motores mínimos que dan a nues-
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Traducción | Henri Maldiney
dereza hasta volverse inclinado y vibra con origen del mundo. ¿Dónde está la diferencia? He aquí un hombre parado en un pólder de
un movimiento de expulsión sin fin, mientras Klee la formula así: “Un punto en el caos: el Holanda. ¿Qué es de él si se pone a prueba en
que el abajo en primer lugar se cruza incluso punto gris establecido salta sobre sí mismo su entorno? –Un hombre desbordado por el
con una lejanía cada vez más profunda y que hacia el campo donde crea el orden… Desde espacio que, por doquier, lo envuelve y lo
comienza bajo los pies. El cielo bascula con la él irradia el orden, así desvelado, en todas las atraviesa, que lo asedia con toda su presencia;
tierra en un remolino sin prisa. Ni el hombre dimensiones” (Klee, 1964: 4). Entre ese haz perdido entre la inmensidad descubierta del
es el centro, ni el espacio el lugar. No hay allí. enmarañado de líneas aberrantes donde la cielo y la extensión irradiante de la tierra a lo
El vértigo es el automovimiento del caos. En una mirada está sin asidero, a través del cual Paul largo de sus pasos. Que intente acoger y re-
de sus lecciones básicas en la Bauhaus, Paul Klee ilustra el caos (Klee, 1964: 2), y la propa- coger aquí, en su conciencia de sí o en una
Klee llama al caos un “no-concepto” (Klee, gación del espacio a partir de un origen palabra significante, el espacio omnipresente
1964: 3). No está equilibrado con nada, “resta instaurado en un salto, no hay otra cosa que en cuya amplitud él tiene lugar. O que intente
eternamente sin peso ni medida”. “Siendo Ritmo. Es a través de él que se opera el pasaje sencillamente expresar con un gesto o un
nada o nada siendo”, ignorando el principio del caos al orden. “En el comienzo era el rit- grito la vivencia de la hipoteca que las lejan-
de las contradicciones, “su símbolo gráfico es mo” dice Hans von Bülow. El Ritmo es la ías del paisaje ejecutan sobre su presencia
el punto que no es propiamente un punto: el segunda respuesta al abismo. próxima; que intente en síntesis compararse
punto matemático. Su símbolo sensible es el En el Ritmo, lo Abierto no es apertura sino con el espacio donde él existe, y enfrentará su
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Traducción | Henri Maldiney
el alejamiento, podemos aquí hablar de una acontecimiento de una sensación en la
triple perspectiva, es decir de tres éxtasis del proximidad es advenimiento del fondo total ¡Respirar! ¡Oh, invisible poema!
espacio: extensión, alejamiento y altura, uni- del mundo, como cuando en una vuelta por Cambio puro y continuo de nuestro
propio ser y el espacio del mundo.
das en una única apertura del espacio en la la calle, un rostro, una voz, un baño de sol
Equilibrio
unidad de un mismo ritmo. Tierra y cielo se sobre una pared o la corriente del río, desga-
donde rítmicamente acaezco.
constituyen allí en su fibra espacial por un rran de un golpe la película de nuestro film
tejido de transparencias y opacidades, salidas cotidiano, nos dan la sorpresa de ser y de ser Única ola cuyo
de encuentros discontinuos de un gris colo- ahí. Lo Real es eso que no esperamos –y que mar progresivo soy
reado, con el doble valor de cálido y frío, y siempre, sin embargo, está ya siempre ahí.
con un matiz de fondo –encuentros articulados Por medio de una sensación cuya apariencia Así desaparece el estar-delante. El ritmo deja
en un mismo ritmo sobre la base de dos gamas no está cortocircuitada por el aparecer se rea- a lo Abierto ser. Si el arte no debe todo al
cromáticas, una cálida y otra fría, se recortan liza la Urdoxa, la creencia originaria en lo Concepto, debe todo al ritmo. Ahí se separan
sin cesar sobre la base continua de un púrpu- Real: “Hay [il y a] y ahí estoy [ j’y suis]”. la lógica y la estética. Y confundirlas en una
ra renaciente. Para eso, hace falta igualar a Así en los dos extremos de la experiencia, el doctrina del arte, es de una ignorancia tan
través de una simple mirada los dos lugares espacio (como el tiempo) solo es mi morada grave como confundir –cuando se caza a Mo-
desiguales igualmente inigualables: el espacio porque obliga a existir. ¿Cómo dar lugar a esa by Dick- la cabeza de un cachalote con la de
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Traducción | Henri Maldiney
En la segunda, donde se toma en el sentido luz consistente del láser exige el em- mento: esta línea de Piero della Francesca por
más amplio y primitivo, estética se refiere al pleo de cristales impuros, un ritmo ejemplo. Es a la vez recorrido y contorno, vía
griego (=sensación) y comprende todo el verdadero es incompatible con la y límite, cursiva y estable: “Dos en uno gra-
medida exacta de sus elementos fun-
campo de la receptividad sensible. Decir que cias a la unión”. Pero en esa unión, es la
dantes.2
todo ritmo es estético es decir que la expe- forma la que anima la imagen –que no es co-
riencia del ritmo –en la que lo encontramos pia. Los frescos de Arezzo, la Vue de Delft de
Acabamos de hablar de ritmos y de formas, y
ahí y como él “tiene lugar”- pertenece al orden Vermeer, una infanta de Velázquez no son
el lenguaje del arte los pone siempre en cues-
del sentir (y de la comunicación del sentir). fotografías, siquiera sublimadas. ¿Qué es lo
tión. Sus vínculos son ambiguos, pero el
Pero una estética del ritmo o de los ritmos se que las distingue de ellas? –El modo en que la
esclarecimiento de esa ambigüedad constitu-
relaciona únicamente con la dimensión del imagen se da, el cómo de su aparecer. En una
ye el primer acercamiento al ritmo. Dejemos
arte y de lo bello, y su campo se limita a la fotografía la imagen se produce –por su cons-
entonces al arte ser y veamos cómo formas y
sensibilidad artística. Este movimiento de lo titución- a partir del objeto del que es imagen.
ritmo se articulan en él. Así sorprenderemos
extenso a lo estrecho ¿es progresivo y conti- Requiere –y eso alcanza para su definición- la
al ritmo en obra en el funcionamiento de las
nuo? ¿O tiene por el contrario ruptura y salto intencionalidad de su modelo. Por el contrario,
formas.
–más o menos fraccionados- de un dominio a el surgimiento de la Vue de Delft, donde los
¿Qué es una forma en pintura, una forma en
otro, es decir, discontinuidad y mutación tres elementos del cielo, la tierra y el agua
un cuadro? Jean Paulhan (1962) llama infor-
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Traducción | Henri Maldiney
rativa, la imagen no tiene por función esen- moldeada de cabo a rabo por las estructuras representativa” de acuerdo con la cual es
cial imitar, sino aparecer (con lo que esa de la obra en funcionamiento, es decir, ani- imagen, y una dimensión “genética-rítmica”
palabra, tomada de modo absoluto, conlleva mada y constituida por las formas. Aquí la que realiza precisamente una forma. El ritmo
de contradictorio, en esta exigencia de aper- regla es clara: en una gran obra de arte, no se de la forma dirige y asume la movilidad de la
tura abrupta, hecha de evidencia y de trata de un elemento: punto, línea, superficie, imagen, y determina la tonalidad afectiva de
inmotivación). Este surgimiento constituye el color, que no pertenece al espacio total, antes acuerdo con la cual –antes que cualquier re-
irreprimible momento donador de la obra de y en vistas de pertenecer a una imagen local. presentación objetiva sensible- asediamos el
arte. Ese fue el sentido y el sinsentido de la Esta ley se manifiesta con evidencia ahí don- mundo de un modo significativo por medio
iconoclasia que, en Bizancio, percibió la po- de la obra está más desnuda, especialmente de la imagen. Urde el espacio (y el tiempo)
tencia de las imágenes sin reconocerles su en los tres grandes grabadores: Hercule Seg- con una significación existencial, es decir con
fundamento. Los mosaicos de Ravenne o de hers, Durero, Rembrandt. una presencia significante. Así sucede en la
Salónica no son un teatro de sombras huma- Determinada línea de Seghers, antes de defi- Batalla de Uccello que está en Londres: ten-
nas o divinas. Ahí transfiguración significa nir una imagen (un pliegue de terreno, por siones contrarias de una forma casi circular,
rigurosamente metamorfosis: cambio de for- ejemplo) –y en relación y acción recíproca con se mueven a sí mismas en el límite del esta-
ma en el nivel de la existencia sorprendida. Y todas las otras líneas (horizontales sobre to- llido, y con una vertical que es a la vez la
es la forma de la existencia, inseparable de su do) que no tienen nada que ver con aquel negación y la salida, comprometida por un
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Traducción | Henri Maldiney
“Werk is Weg” dice Paul Klee, “La obra es el Entonces entre Gestalt y Gestaltung, entre la forma es en ambos casos solo una
camino” Una obra es el camino de sí misma. forma tematizada como estructura y la forma aproximación. σχῆμα se define como
No existe más que para franquear el camino en acto, está toda la diferencia del ritmo. Ges- una “forma” fija, realizada, postulada
de su propia formación. También Klee la lla- taltung y ritmo están ligados. Auténticos o de algún modo como un objeto. Por
ma, en alemán, no Gestalt (=forma, deficientes, sus estatutos respectivos son pa- el contrario, ῥυθμός en función de
los contextos en que se da, designa la
estructura) sino Gestaltung (= formación, or- ralelos. La lengua aquí nos instruye. El
forma en el instante que es asumida
ganización formadora). “La teoría de la alemán Gestaltung no tiene comúnmente el
por lo que se está moviendo, móvil,
Gestaltung se ocupa de los caminos que llevan sentido activo que le da Paul Klee. No tiene
fluida: conviene al pattern de un ele-
a la Gestalt (forma). Es la teoría de la forma generalmente el sentido de un proceso y de mento fluido, a una letra
pero de tal modo que pone el acento sobre la una “morfogénesis”, sino aquel de un corte arbitrariamente modelada, a un ves-
vía que lleva a ella” (Klee, 1964: 17). Esa vía operado en el proceso, de una vista instantá- tido que arreglamos a voluntad, a la
no es externa a la forma misma, ya que es la nea. Por un extraño pero significativo disposición particular de un carácter
de una génesis. “La génesis como movimien- encuentro, sucede lo mismo con el griego o de un humor. Es la forma improvi-
to a la vez formal y formador, dice Paul Klee, ῥυθμός (de donde viene ritmo). Al estudiar sada, momentánea, modificable.
es lo esencial de la obra” (ibid.). No hay en- (Benveniste, 1966, p. 333)
la noción de ritmo en su expresión lingüística,
tonces obra “hecha” sino “haciéndose”. En su É. Benveniste muestra y demuestra que, a
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Traducción | Henri Maldiney
el ritmo- todo es en Uno, y Uno todas las cosas 333). ῥυθμός es devuelto así a la movilidad, físico; tiene lugar más allá de los fenómenos
(Heráclito, fr. 50). Los ejemplos citados dan no de una corriente sino de una gestualidad físicos, sus elementos fundantes. Dado que es
cuenta de un sentido del ritmo que excede humana. Y he aquí que inmediatamente se “producido”, concepto y hecho forman una
cualquier tipo de percepción figural. Escritu- termina en medida. El movimiento de la unidad. La esencia del ritmo da lugar a cier-
ra y Movilidad evocan en conjunto una letra danza –aquí reglado- está articulado por un tos equívocos que son siempre también
o un caracter moviéndose en su propio traza- metro. El ritmo se sujeta al número. Platón errores de la experiencia, de los cuales el más
do. La antigua caligrafía china conocía una pitagoriza. Su estética reúne la del arcaísmo y común es la confusión entre ritmo y cadencia.
“escritura de hierba” que se movía como la la de la “ley del cristal”4. Es una estética del Clásico, casi oficial, se remonta a Aristóteles
hierba al viento. Este sentido de la forma en número y de la forma, así como su metafísica que así define el ritmo: el orden del tiempo.
formación, en transformación perpetua en el es la del εἶδοςy la de la ἰδέα que quiere decir: Los propios músicos contemporáneos temen
retorno de lo mismo, es propiamente el senti- forma. La medida introduce el límite (πέρας) liberarse de este sentido que creen que co-
do del ritmo. Debe ubicarse bajo el signo de en lo ilimitado (ἀπειρον). Entonces el destino rresponde a lo discontinuo –y se encargan de
Heráclito. Pero no en el “todo fluye”; está en dar explicaciones a través de él con las dos
del ritmo se juega entre estos dos extremos:
la alianza sorprendida del “tiempo como niño dimensiones opuestas de la continuidad y de
muere de inercia o por disipación.
que juega” y del “gobierno del todo por me- la discontinuidad del ritmo5. Pierre Boulez, y
dio de todo” (Heráclito, fr. 41). El ritmo está antes que él K. Stockhausen, habla de unida-
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Traducción | Henri Maldiney
primer plano el tiempo vivido (Erlebniszeit), La noción de tiempo implicado fue introdu- un discurso, no es cierta para una forma. “El
lo deriva del tiempo objetivo del universo. cida en la lingüística por Gustave Guillaume. signo significa, la forma se significa”, escribió
A decir verdad el ritmo importa al destino “El verbo es un semantema que implica y de una vez por todas H. Focillon (1947: 10).
del espacio sonoro determinado tanto por las explica el tiempo” (Guillaume, 1964a: 47). El Con otras palabras: una forma es su propio dis-
alturas como las duraciones, las intensidades tiempo implicado es el tiempo que un verbo curso. En ella génesis, aparición, expresión
como los tempi, las texturas como los timbres. carga consigo junto con su sentido lexical, un coinciden. Su constitución es inseparable de
Es sobre este conjunto que el ritmo se impo- tiempo inherente al proceso indicado por ese su manifestación y su significación es una con
ne: es la génesis de la plenitud del tiempo verbo. El tiempo implicado constituye lo que su aparecer. Entre ella y nosotros no hay nin-
incluso en el auto-movimiento de ese espacio. los gramáticos llaman el aspecto. Nosotros lo guna interpretación. El acto por medio del
Para definirlo con precisión, partiría del estu- entendemos en un sentido amplio. El tiempo cual una forma se forma es también aquel
dio de Hönigswald, el único filósofo que – implicado no es una simple extensión tempo- que nos informa. Nuestra percepción signifi-
dejando de lado el opúsculo de L. Klages- ral ni tampoco una duración; comporta eso cativa de una forma no tiene otra estructura
tomó el ritmo como tema central de una re- que Bergson llamó “tensiones de duración” y que su formación. Esto quiere decir que una
flexión esencial. presenta analogías con los antiguos tonos de forma se explica a sí misma implicándose. De
Hönigswald define el ritmo como la articula- la música. El proceso implicado por una no- allí –limitándonos a su dimensión temporal–
ción del tiempo por el tiempo, como una ción verbal y por la acción que connota, que el tiempo implicado de una forma, o de
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Traducción | Henri Maldiney
El sistema del verbo justamente lo aclara tiempo que se va, del tiempo que no tiene ritmo. Es en ese presente que tiempo impli-
(Guillaume, 1964b: 184-207). Su cronogéne- aún realizado su ser y del tiempo que, cado y tiempo explicado coinciden. Pero con
sis, la génesis en él de la imagen-tiempo, está habiéndolo realizado, lo arrastra en su de- una condición: que la forma sea forma, que el
orientada –en un derrotero de lo amplio a lo rrumbe. ritmo sea ritmo –que no sean traspuestos
estrecho– del modo cuasi-nominal (infinitivo Ahora bien, el tiempo, del tiempo, no se pue- fraudulentamente como objetos en el tiempo
y participio) hacia el presente del indicativo. de ir o venir más que en relación con un del universo. Solo el presente de una presen-
La imagen-tiempo infinitiva es la de un tiem- límite que opere un corte en el tiempo vecto- cia se explica implicándose. El tiempo del
po indefinido y escalar: el tiempo está en el rial: de ahí la posición del presente como ritmo es tiempo de presencia. “Präsenszeit”
mundo y el mundo en el tiempo. Tiempo límite. Pero ir y venir suponen un doble hori- dice Hönigswald. En él la duración y el ins-
implicado y tiempo explicado se confunden zonte de anterioridad y de posterioridad a tante, lo infinito y lo puntual son idénticos.
ahí. Tal es el tiempo mítico, aquel que los partir de un origen. Es necesario entonces que Un presente tal aporta y despliega su propio
australianos llaman el tiempo del sueño, y de el presente sea originario. Por ello, la relación tiempo – de presencia precisamente- no el
acuerdo con Jung, también el del Inconsciente del presente y el tiempo se invierte. El tiempo tiempo de una sustancia.
inmemorial. Este tiempo tiene justamente su ya no está en el fundamento del presente sino La experiencia del ritmo, en este sentido, es
punto de aplicación y de revelación actuales el presente en el fundamento del tiempo. El una experiencia monádica. El ritmo es fun-
en una singularidad consciente, cuya presen- presente no es ya el cierre instantáneo, sino dado. Reposa sobre elementos “fundadores”.
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Traducción | Henri Maldiney
gran obra, El estilo, Gottfried Semper, arqueó- Antes de responder es necesario que nos en- sión de Procope– “suspendida del cielo por
logo y arquitecto, asignaba al estilo de una tendamos respecto de la forma. La voluntad una cadena de oro”. Es a través de la materia-
obra tres componentes: el material, la técnica de arte que hace el estilo de las obras no está lidad visible de los esmaltes y los mármoles y
y destino práctico (cf. Semper, 1860-1863). Sus dirigida hacia un sistema de formas consti- del cemento que los une, que los mosaicos de
discípulos identificaron el estilo con la suma tuidas. Una forma no es nada en sí. Una la arquidiócesis de Ravenne irradian el espa-
de las componentes, que eran las resultantes forma no es, existe. No hace número con otros cio, y que pueden inspirar a un poeta del
de las condiciones de fabricación, objetiva- elementos. Es la vía de su puesta en obra. Ahí siglo VI estas justas palabras: “o bien es aquí
mente discernibles en cualquier momento donde es fórmula, modelo, elemento objetivo que ha nacido la luz, o bien es aquí que cauti-
histórico. El estilo procede de un poder que de un repertorio, no hay arte, sino danza de va reina en libertad”.
está en la base del saber y varía de época en esqueletos, no de vivientes. La forma es el Retomamos aquí la afirmación primera de
época. ritmo del material, que accede así a una exis- que el arte es la perfección de las formas in-
A esta perspectiva Alois Riegl le contrapone tencia inédita; y ese ritmo exige una cierta exactas. “La mayor perfección debe ser
hechos significativos. Un mismo estilo se técnica de encuentro (agresividad y simpatía imperfecta –dice de la pintura china un pintor
ilumina por medio de materiales diversos, superadas) con la materia a transformar. El taoísta–, entonces será infinita en su efecto”.
que implican técnicas diferentes y aplicadas a ritmo no es del orden de los elementos fun- Un círculo perfecto, una vertical absoluta son
obras que no tienen el mismo uso. El mismo dadores. Pero no es nada sin ellos. Ni ellos puras objetividades ideales que no asumen
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Traducción | Henri Maldiney
recoger la verdad de lo sensible que solo el Mundo en el Sentir no es reducible a la rela- positivo, la posibilidad de que eso no sea. Es
ritmo asegura. ción Sujeto-Objeto. “El sentir es al conocer lo el camino escéptico de la duda, de la crítica,
¿Qué tipo de realidad, qué modo de ser pose- que el grito es a la palabra“ (Straus, 1935: de la efectuación de las evidencias que pue-
en, en la experiencia rítmica, los elementos 329). Pero la palabra no es la verdad del gri- den confirmar o defraudar la certeza primera.
fundantes? –No son ni acontecimientos del to. Ni la percepción la verdad de la sensación. Es el pasaje de la certeza a la verdad.
universo ni acontecimientos de consciencia. La sensación es fundamentalmente un modo La certeza sensible ignora la puesta en duda.
Por un lado, es imposible percibir en ritmo de comunicación y, en el sentir, vivimos, bajo La relación Yo-Mundo no pasa por la prueba
una serie de sonidos, y percibirlos, al mismo un modo de patencia, nuestro ser-con-el- de la posibilidad del No. Los elementos fun-
tiempo, según las leyes de la física, o más mundo. Pero es a un mundo tal, dado en la dantes del ritmo no son propiamente
generalmente sujetarlos mediante un vínculo relación de comunicación (y no de objetiva- postulados. Son –sin tomar en cuenta la posibi-
categorial. Tampoco se dan –si son percibidos ción) al que pertenecen los elementos lidad de no ser. Hay. Es. Ese si no refuta
rítmicamente– como perfiles sucesivos de una fundantes del ritmo. No se postulan objeti- ningún no. Pero justamente son postulados en
misma cosa o de un mismo estado de la cosa, vamente como hechos o fenómenos del el ritmo. El ritmo es el medio en el que su ser
como hacen, por ejemplo, los ruidos conoci- universo. No son tampoco simples vivencias es liberado de la posibilidad de no-ser, y de
dos de un auto que frena o de una piedra que materiales de consciencia. Pertenecen a ese ser-de-otro-modo. El ritmo, porque es una
rueda. Pero, por otro lado, no son en princi- mundo primero y primordial en el que, por forma de la presencia, un existencial, es por sí
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Traducción | Henri Maldiney
“motivo”, le grita en una suerte de éxtasis, teórica e irreal del sentir, bajo la forma de un obras pintorescas o diligentemente descripti-
que penetra al otro: “¡Mire! Los azules… los “diferencial de consciencia”. Es evidente, en vas muestran de más respecto del cuadro
azules abajo… bajo los pinos” (Gasquet, 1926: cualquier caso, que el sentir procede por su- cézanniano aparece como demasiado, presa de
121), ni ese amarillo ni esos azules son colores presión en la medida en que procede por la inercia, reducido al estado de partes muer-
de objetos, sino introducción al mundo, lugar elección. Asimismo, el moverse que no solo tas.7 Ellas están muertas, en tanto que,
de encuentro con el mundo de Van Gogh y está siempre acoplado a él, sino que es su habiendo depositado sobre sí todas sus com-
de Cézanne. Forman parte de “esas sensacio- articulación misma. A velocidad siempre placencias, y captando la mirada en el juego
nes confusas que traemos al nacer”. Y de esas creciente, el paso del caballo se transforma, es de su propia definición, no conspiran ya entre
sensaciones, se trata para ellos de hacer una decir, pasa a otra forma: paso, trote, galope, ellas en la respiración de un solo y mismo
obra donde funcione el mundo. No pueden triple galope. Con cada cambio se produce espacio. Cézanne, por el contrario, no admite
ponerlas a la vez “en obra” y “en el mundo” una reorganización integral e instantánea de sino los pocos elementos que bastan (y tan
sino ritmándolas. De ahí la cuestión: de la las sinergias. pocos, en sus acuarelas) para movilizar una
sensación al ritmo ¿hay continuidad o hay El arte también procede siempre por supre- superficie como napa energética, como energ-
discontinuidad? Hemos afirmado ya que hay sión; y, a su vez, en toda cuestión equiparable ía espacializante. Esta energía es tanto más
discontinuidad y salto ya que hay pasaje de o semejante, tanto más se enaltece cuanto más grande cuanto más viva es la contradicción
una certeza a una verdad. suprime. ¿De dónde viene, de hecho, en una entre los elementos. El arte gana en agudeza
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Traducción | Henri Maldiney
dos líneas falsas entre sí, porque el desvío se En una obra de arte, la forma, incluso estruc- de una articulación viviente, de la Gestaltung
multiplica por su potencia: “un punto de par- tural, es el lugar de encuentro mismo móvil que crea una línea de universo viviente. Co-
tida un li8 de llegada” (proverbio chino). entre un aquí y un allá, focos y un medio. Y la mo ejemplo, he aquí un texto de Yu T’ang,
Así, luego de una primera limitación que es frase de von Weizäcker pude servirnos de pintor de los Song.
elección y que reduce lo sensible a algunos balanza sobre la cuerda rígida –la cuerda más
focos de energía, sobreviene la organización tensa de la lira– donde las artes mayores Para pintar un pez, es necesario que
de la plenitud. Pero plenitud irresumible. Esa hacen su camino. Dos ejemplos alcanzarán en el artista conozca la naturaleza del
plenitud opuesta a la entropía, a la ley de los este sentido. Tomo prestado el primero del pez; pero para alcanzarla, el pintor
debe, utilizando su intuición, acom-
estados más probables, es siempre imprevisi- arte chino, el segundo de Cézanne.
pañar en su nado al pez por medio
ble. Su organización consiste en una En el siglo VI, en China, Sie Ho enuncia, por
del espíritu, compartir sus reacciones
articulación temporal y espacial del espacio y orden de importancia decreciente, los seis
en las corrientes, las tempestades, al
del tiempo, cuyos momentos nodales son en principios de la pintura, de los que solo voy a sol, a los señuelos. Solo un artista que
cada caso lugares e instantes críticos, donde citar los dos primeros: comprende las alegrías y las emocio-
cada obra, cada forma, se demora en ser –o nes de un salmón franqueando un
más bien en ex–istir (más allá de toda medida 1) Reflejar el soplo vital rápido tiene derecho a tomar un
preliminar). es decir crear el movimiento salmón, si no, que lo deje tranquilo.
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Traducción | Henri Maldiney
del universo. Tenemos entonces aquí al pin- en su recorrido a través de momentos nodales espacio. Articulación de dos fases opuestas
tor chino en medio de cosas y seres: que constituyen el esqueleto. Es el principio del soplo vital, el ritmo es uno, y la contradic-
montañas, árboles, rocas, peces, nados –que de la caligrafía, arte mayor en China. En la ción se resuelve a través de él en el ser en
también pueden en francés ser nombrados en escritura china, el caracter, cuyo trazado cur- suspenso de las cosas entre el si y el no, es
singular, para restituir el sentido de las pala- sivo se anuda en una configuración cerrada, decir, en el Tao.
bras chinas, que no están sometidas a la posee la extrema potencia simbolizante de Segundo ejemplo: Cézanne. Bonnard dijo una
categoría del número. Estos “entes” son de- una singularidad (expresiva). Es el resultado vez: “Con una sola gota de óleo Tiziano pin-
signados por palabras que, en chino, no son de un movimiento de singularización, que taba un brazo de punta a punta; Cézanne
nunca conceptos. Más allá de toda distinción está en las antípodas del movimiento de uni- quiso, por el contrario, que todos sus pasos
del tipo: un pez, el pez, este pez, es su forma versalización concreta que se cumple en el fueran tonos conscientes” (Bonnard, 1942).
única lo que los particulariza. Ella es el órga- soplo vital. Porque el arte se halla en el en- Técnicas del continuo y del discontinuo. La
no de discernimiento. Por el contrario, el cuentro de dos movimientos: unifica la primera, la de Tiziano, obedece al ritmo de
soplo vital universaliza completamente lo expansión del soplo vital y el esqueleto. Es, un mundo en el que la forma humana es el
que la forma particulariza. La forma asila el en cada singularidad como así también en el centro. Ese ritmo unifica las dos dimensiones
“ente” en su particularidad. Pero el soplo todo sin límite, articulación del soplo cósmico de la forma femenina que es a la vez carne y
vital une todas las cosas, desde el interior en el único espacio-tiempo concreto univer- cuerpo. Carne resumida en sí misma, por me-
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Traducción | Henri Maldiney
La yuxtaposición de tonos coloreados autó- del pintor, Tal impulso no puede sostenerse Estilos y ritmos
nomos es característica del impresionismo. más que en el ritmo.
Pero en ninguna parte la discontinuidad de Que los “pasos” de Cézanne son –como dice Todo encuentro desea un ágora. El ágora del
tonos es, por mucho, tan viva como en la pin- Bonnard– tonos conscientes o, más exacta- arte es lo Abierto. El ritmo tiene lugar en lo
tura de Cézanne. Cada toque es allí mente, en su precisión misma, encuentros de Abierto. Atengámonos a la pintura. Tres
verdaderamente un “melisma” pictórico. No tonos, acontecimientos singulares que se ex- grandes estilos atraviesan la historia, que
se trata de toques en el sentido ordinario de cluyen mutuamente y se refuerzan por corresponden a tres ritmos fundamentales –
unidades elementales que podemos (a causa contraste, he aquí que aclara el secreto y la donde varían, entre uno y otro, el instante
incluso de su estructura) comparar con los inquietud de su “pequeña sensación”. A dife- fundador del tiempo y la patencia de lo Abierto.
“formantes”. Sino que las verdaderas unida- rencia de las notaciones impresionistas, la El encuentro de la presencia y del ser del
des pictóricas, en un cuadro de Cézanne, no sensación de Cézanne es verdaderamente un mundo en el que ésta se presenta se manifies-
son elementos, son acontecimientos –y esos “fenómeno” es decir –en el sentido heidegge- ta en primer lugar en la apertura de un
acontecimientos son encuentros: encuentro riano– un modo del encuentro. Y la Aparecer absoluto. Todas las cosas y todos los
de dos colores, de dos luces, de una luz y una discontinuidad de los encuentros, unida a seres se dan, pues, a partir del muro cósmico,
sombra. Esos acontecimientos a la vez pictó- nuestra condición de peatones moviéndonos único fondo universal, que garantiza su esen-
ricos y cósmicos son los elementos de paso a paso9, es a la vez el obstáculo y el apo- cia, asegurando la evidencia permanente de
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Traducción | Henri Maldiney
absoluto, “el espacio sin destino de la plásti- El tercer estilo del ser pictórico es, en general, cierre no se encuentra en relación directa con
ca” (Straus, 1935: 412-413), sobre la base del el del arte barroco. En la pintura de Rubens, o el espectador sino con el centro en torno al
plano del fondo, a partir del cual todos los en la arquitectura de Gaudí (exceptuando las cual se ordenan los elementos” (1860-1863, v.
otros surgen, aunque él mismo no está hecho insistencias fascinadoras), el instante es el de 1: XXVII) . El cierre es solidario de un marco
más que de su contrapunto, sin tener –por la aparición-desaparición de una forma en me- que define un “terreno de verdad”. El espec-
ello mismo– otro modo de presencia que el tamorfosis en el tiempo entre una y otra. Lo tador, en tal caso, se proyecta en el centro, y
ritmo. Dicho estilo de ser es, por ejemplo, el mismo en el impresionismo de Ravenne (Es- en el límite se abandona a las técnicas de la
del arte sagrado de Egipto y el del arte arcai- cenas de la vida de Cristo en Saint- fascinación (más o menos intro-proyectiva).
co griego. Así pues, en el museo de Atenas la Apollinaire-Neuf) o en el del siglo XIX en su Otras veces, el ritmo se encuentra en relación
estela de Ktesilaos y Theano, con su ritmo de primer momento, o incluso en las acuarelas directa con el espectador y lo obliga de algún
cadencia binaria desmultiplicada, es un equi- de Cézanne –donde él intenta, esta vez, abrir modo a “entrar en la danza”. Es fuera de sí
valente tópico de esta forma de declinación el gesto de la naturaleza. En dicho arte del misma que la obra tiene su origen y su térmi-
conservada por el Greco: el duelo. Asimismo, pasaje, la recepción del mundo en el instante no. Pero ambos salen a la luz del espacio y
son válidos aquí, a título de ejemplos, el arte en que funda el tiempo de la presencia es del instante en el campo de la obra, donde se
del Quattrocento florentino, y en el siglo XIX, simultáneamente abandonada y recogida. El anudan las fibras rítmicas del ser del mundo.
la pintura de Seurat y la época clásica de espacio escapa a sí mismo en diástole pero los Aquí la obra ya no es objeto sino acción.
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Traducción | Henri Maldiney
bre todo el campo del sentir, toda la vida en y el salto. Expuesto al espacio, el ritmo lo Guillaume, G. (1964b). “La représentation
“relación”, entendida como “existencia” del iguala al Espacio, del mismo modo en que française du verbe“. Langage et science du lan-
hombre e “in-sistencia” de las cosas (sobre hace de su presente el Tiempo. gage. Paris/Québec : Nizet/Universidad de
Laval, p. 184-207.
él). Por otra parte, el ritmo está acoplado a La experiencia de los ritmos es infinita. Es la
esta vida y no tiene otros elementos fundado- consumación de la presencia sor-prendida Hegel, G. W. F. (1951). Phänomenologie des
res más que los acontecimientos-encuentros [sur-prise]. En tanto el hombre es capaz de Geistes, [Fenomenología del Espíritu]. Sämtliche
que constituyen la fenomenalidad universal. asombrarse, el arte existe. El hombre muere Werke: Jubiläumsausgabe in zwanzig Bänden, vol.
2. Ed. H. Glockner. Stuttgart: Verlag.
No hay situación que no pueda dar lugar a con él.
una posibilidad rítmica. Del mismo modo en Hegel, G. W. F. (1953). Vorlesungen über die
que “la verdad puede caer de cualquier boca, Aesthetik [Lecciones sobre la estética]. Sämtliche
en cualquier momento” (Kafla, 1925), el ritmo Bibliografía Werke: Jubiläumsausgabe in zwanzig Bänden, vol.
12-14. Ed. H. Glockner. Stuttgart: Verlag.
puede nacer a cualquier momento dado. Pero
es él quien se da ese momento, haciéndolo su Benveniste, E. (1966). Problèmes de linguistique Heidegger, M. (1962). Approche de Hölderlin,
presente. El ritmo en ese presente es su propia général, t. 1: La Notion de rythme dans son ex- trad. fr. J. Launay, Paris, Gallimard.
pression linguistique. Paris: Gallimard.
partida. Kafka, F. (1925). Der prozess: Roman. Frankfurt
Dicha paradoja –que es la del tiempo y el Bonnard, P. (1942). « Propos de Pierre Bon- am Main: Fischer Taschenbuch Verlag, 1989.
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Traducción | Henri Maldiney
Riegl, A. (1901-1923). Die Spätrömische Kunst-
Industrie nach den Funden in Österreich-Ungarn. sostienen guardianes despiertos de los vivos y los de parte a parte, como un presente de otro presente.
muertos” (Heráclito) Así surgen esas formas No podría haber común medida entre instantes
Viena: Kaiserlich-königliche Hof- und
guardianas del ser que Baudelaire nombró en Los críticos. Sólo el ritmo en su génesis los pone en
Staadtsdruckerei. Faros. Pero la presencia del espectador está ella comunicación. Boulez llega a esta observación
misma condicionada por las formas en acto de la capital: “[…] en el tiempo liso se ocupa el tiempo sin
Semper, G. (1860-1863). Der Stil in den obra. Hay ahí un ciclo de la obra y del testigo. medir; en el tiempo estriado, medimos el tiempo
technischen und tektonischen Künsten, oder 4. Expresión de A. Riegl para designar la ley de las para ocuparlo. Las dos relaciones me parecen
praktische Ästhetik, 2 vol. Francfurt/Munich: estructuras tectónicas, regulares como los planos de primordiales en la evaluación teórica y práctica de
los cristales naturales. También el arte de las las estructuras temporales; son las leyes
Verlag f. Kunst u. Wissenschaft/F. pirámides y otras formas del arte sacro egipcio. fundamentales del tiempo en música” (p.102-108).
Bruckmann. 5. La extrema tensión entre las tentativas teóricas de K. Nada hay más legítimo que, para explicitar una
Stockhausen y de P. Boulez dan cuenta de la “técnica musical”, el músico proyecte la experiencia
Straus, E. (1930) Die Formen des Räumlichen en: proximidad inabordable en la que se encuentran musical en el espacio y el tiempo representados.
Psychologie der Menschlichen Welt, Gesammelte respecto del espacio y el tiempo rítmicos. Pierre Pero que no pretenda volver desde esa proyección
Boulez intenta constituir un análogo del tiempo de hacia la existencia. El postulado es aquí que “se
Schriften. Berlin: Springer, 1960.
la presencia, variando las texturas del tiempo ocupa el tiempo”. En otras palabras, el hombre y su
Straus, E. (1935) Von Sinne der Sinne en: objetivo, en tanto pone –no por fuera sino mundo están en el tiempo. Ahora bien la génesis de
simultáneamente- “el acento sobre la variabilidad las formas y el ritmo exigen lo contrario: que el
Psychologie der Menschlichen Welt, Gesammelte del espacio” (Boulez, 1963: 95). Da, a propósito del tiempo esté implicado en cada evento-advenimiento
Schriften. Berlin: Springer, 1960. espacio, una notable definición del continuum: “No musical; que la música sea génesis del presente que
se trata del trayecto continuo “efectuado” de un es tiempo de presencia inevitable para cualquier tiempo
van Gogh, V. (1889). Lettre à Theo van Gogh. punto a otro del espacio (trayecto sucesivo o suma del universo. Pero los teóricos del ritmo lo identifican
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