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l.JI EXPERlENC/JI DE LJI LIBERACIÓN:
UN IMPULSO PJlM LJI TEOLOqÍJI EUROPEJI
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La experiencia de la liberación
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La experiencia de la liberación
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Itt _
Gerhard Luclwig Müller
l
prístina y ejemplar qué es realmente la vida y de qué manera la
libertad se convierte en la capacidad de existir para los demás y
en luchar porque la vida se desarrolle en condiciones dignas.
Siguiendo a Gustavo Gutiérrez podemos evaluar del siguien-
te modo lo que se espera de la teología de la liberación: "Si la
reflexión teológica no lleva a vitalizar la acción de la comunidad
cristiana en el mundo, a hacer más pleno y radical el compromiso
de caridad; si, más en concreto, en América Latina, no lleva a la
Iglesia a colocarse tajantemente y sin cortapisas mediatizantes
del lado de las clases oprimidas y de los pueblos dominados, esa
reflexión habrá servido de poco. (oo.) Hay que cuidarse de no caer
en una autosatisfacción intelectual, en un tipo de triunfalismo
hecho de eruditas y avanzadas "nuevas" visiones del cristianis-
mo. Lo único realmente nuevo es acoger día a día el don del Espí-
ritu Santo que nos hace amar en nuestras opciones concretas
por construir una verdadera fraternidad humana, en nuestras
iniciativas históricas por subvertir un orden de injusticia, con la
plenitud con que Cristo nos amó. Parafraseando el conocido tex-
to de Pascal, podemos decir que todas las teologías políticas, de
la esperanza, de la revolución, de la liberación, no valen un gesto
auténtico de solidaridad con las clases sociales expoliadas. No
valen un acto de fe, de caridad y de esperanza comprometido -
de una manera u otra- en una participación activa por liberar al
ser humano de todo lo que lo deshumaniza y le impide vivir se-
gún la voluntad del Padre".'
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Gerhard Ludwig Müller ••••• ~ ~La experiencia de la liberación
ver con libre empresa, donde la gente aporta su trabajo y sus se apoyan en la fe en una instancia superior ante la cual el hom-
capacidades en función de un mercado económico y en el marco bre se hace responsable de su conducta frente a los demás. En
de un Estado jurídico y democrático. este sentido la teología de la liberación es un esfuerzo profunda-
Por eso, frente al quiebre del sistema capitalista conven- mente democrático por defender los derechos humanos amena-
cional y de su mentalidad inhumana, la teología de la liberación zados por las ideologías totalitaristas marxistas o por las de un
mantiene toda su actualidad. Lo que diferencia a la teología de la neoliberalismo ultracapitalista que amenazan a Latinoamérica y
liberación tanto del marxismo como del capitalismo es lo que en a Europa.
el fondo une a estos dos sistemas supuestamente enfrentados: La teología de la liberación no morirá en tanto haya seres --
una imagen del hombre y una concepción de la sociedad donde humanos que se adhieran a la acción salvífica de Dios y que ha-
se elimina el papel que cumplen Dios, Jesucristo y el Evangelio gan de la solidaridad con sus semejantes, cuya dignidad ha sido
para la humanización individual y social del hombre. El comunis- enlodada, el criterio de su fe y la motivación para su vida en so-
mo tenía que naufragar porque se basó en una antropología de- ciedad. teología de la liberación significa, dicho brevemente, creer
ficiente. Idealizó exageradamente al hombre y pasó por alto su en un Dios que es Dios de la vida y garantía de salvación para
natural egoísmo. Puso de lado la búsqueda espontánea de Dios todos los hombres. Por eso lucha contra los ídolos que significan
del ser humano y con eso ignoró la realidad del pecado, de la muerte precoz, pobreza, miseria y degradación.
gracia, del perdón y la posibilidad de una vida cuya fuente es la Gutiérrez se refiere con frecuencia a la equivocada inter-
justicia que viene de Dios. Pero también ha fracasado el capitalis- pretación que se escucha en simpatizantes y adversarios de la
mo incontrolable. También él se resiente de una antropología teología de la liberación. Se trata de la opinión de que esto es un
deficitaria al creer que puede concebir al hombre sin Dios y cons- trabajo para teólogos tan interesados en los problemas huma-
truir una sociedad sin recurrir a la palabra de Dios y a la gracia. Si nos que se sienten con fuerzas para incursionar en especialida-
por capitalismo entendemos no una verdadera economía de mer- des ajenas a ellos como la economía, la política y la sociología,
cado con justicia y dignidad para el ser humano, sino una concep- pero perdiendo de vista que el tema propio de la teología es la
ción antropológica de los derechos del más fuerte, entonces hay relación del hombre con Dios. Todo lo contrario ocurre en la teolo-
que repudiar por principio la idea de que la democracia solamen- gía de la liberación. Quien tome en serio sus propuestas, admira-
te funciona bajo las condiciones del capitalismo. El sentido mo- rá tanto sus aspectos estrictamente teocéntricos y cristocéntricos
derno de la democracia no se define por las decisiones de la ma- Cuanto su compromiso con la comunidad viva de la Iglesia.
yoría ni por tener en cuenta inescrupulosamente derechos indivi- Situémonos ahora en el contexto europeo de la seculari-
duales. La democracia se basa en el reconocimiento de los dere- zación. Dietrich Bonhoeffer encontró que los no creyentes eran
chos humanos, purificados de toda manipulación estatal o eco- el verdadero público con quien debía dialogar la teología cristia-
nómica; sus cimientos, que son la mejor garantía de su solidez, na. La pregunta que se hacía era: "¿Cómo se puede hablar de
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Gerhard Luclwig Müller La experiencia de la liberación
Dios en un mundo que ha llegado a la mayoría de edad?" Gusta- pera el rígido dualismo del más acá y del más allá, que reduce la
vo Gutiérrez, de modo similar
bre de sus interlocutores
pero fijándose
latinoamericanos
en la muchedum-
creyentes, se pre-
religiosidad a una experiencia
sería únicamente fomentar
mística del individuo y cuya función
una moral personal o una ética social.
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gunta: "é Córno se puede hablar de Dios ante los sufrimientos, la La "opción preferencial por los pobres", nacida de la praxis
muerte prematura y la dignidad pisoteada de los pobres de y de la experiencia de las comunidades cristianas de Latino-
Latinoamérica?". américa, ha impregnado fuertemente a la Iglesia con nuevas pers-
Diversos autores han reflexionado sobre los problemas del pectivas. El servicio que representa la praxis liberadora se reali-
diálogo entre Dios y el ser humano, que es un interlocutor real y za a plenitud teniendo como horizonte una imagen teocéntrica
concreto que espera de Dios su total salvación. Podemos men- del hombre y la participación de Dios en la redención que necesi-
cionar a Maurice Blondel, Henri de Lubac, Juan Alfaro y Karl Rahner, ta el ser humano.
que no se pueden pasar por alto al describir todo el contexto en "Todo parecería indicar que un período distinto comienza.
que nació la teología de la liberación. Es conocida la discusión, Cada vez se hace más necesario el concurso de todos para en-
muy actual en aquellos tiempos, sobre naturaleza y gracia, de- frentar los enormes cuestionamientos que nos presenta la reali-
terminante para esclarecer la posición que el cristianismo asume dad latinoamericana. Hay una reconstitución del tejido social en
frente al hombre secularizado y autónomo surgido de la Ilustra- el que habíamos buscado situar el anuncio del Reino, ella exige
ción y de la modernidad europeas. Dicho brevemente: é.existen nuevas prácticas liberadoras. Estas deben estar atentas a no
dos niveles paralelos, el de la toma de decisiones autónoma, caer en el "verticalismo de una desencarnada unión espiritual
secularizada, y el de la Revelación sobrenatural, moviéndose por con Dios ni en un simple personalismo existencial ( ...) ni mucho
lo tanto el hombre en dos ámbitos de pensamiento y de vida menos en el horizontalismo socio-económico-políticos (Puebla n.
absolutamente independientes entre sí? o por el contrario, zno 329). Ambas desviaciones, cada cual a su manera, afectan, al
está el hombre siendo interpelado por Dios en su profunda inte- mismo tiempo, la transcendencia y la inmanencia del Reino de
rioridad y llamado a darle a su vida un perfil religioso y ético tanto Dios"."
en lo personal como en lo social?
En la propuesta de la concepción teológica que entiende la
Revelación como síntesis de la liberación del hombre por Dios y
como participación humana en esa acción salvífica y liberadora,
es inseparable la unión entre creación y redención, fe y construc-
ción del mundo, trascendencia e inmanencia, historia y escatolo-
gía, la unión espiritual con Cristo y su seguimiento en el camino -------------------
4 G. Gutiérrez, "La teología: una función eclesial", en Páginas n. 130,
de la vida como discípulos suyos. La teología de la liberación su- CEP, Lima, diciembre 1994, pp. 15-16.
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Gutiérrez
de lo finito
la vida terrena.
podemos resumir
y al
a conti-
nuación los aportes de la teología de la liberación con los mismos
elementos que nosotros -como Iglesia- descubrimos en el mun-
do. En la perspectiva de la conferencia de Santo Domingo trabaja
Gutiérrez tres temas que también para nosotros en Europa son
acuciantes: la nueva evangelización, el progreso humano y la
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inculturación del evangelio.
Pero también Europa tiene ante sí las importantes tareas
de la nueva evangelización, del servicio de la Iglesia para una
sociedad justa y recta, y de una nueva síntesis de fe y cultura.
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amor, experimenta el regalo total de la gracia o, en la comunión aquellos que deben ser liberados y que, siendo ya libres en la fe,
de lo social con lo escatológico, los dones del reino de Dios. "El participan activa y conscientemente en el proceso liberador mis-
amor es el sustento y la plenitud de la fe, de la entrega al otro e, mo. Estos son los oprimidos, los pobres, los que viven en la mise-
inseparablemente, a los otros. Ese es el fundamento de la praxis ria. La acción liberadora de Dios se dirige a hacer de los hombres
del cristiano, de su presencia activa en la historia. Para la Biblia la verdaderos sujetos, es decir personas que actúan. El hombre no
fe es la respuesta humana total a Dios que salva por amor. En recibe pasivamente el don de la libertad. Se convierte él mismo
esta perspectiva, la inteligencia de la fe aparece como la inteli- en portador de liberación. De simple objeto atendido por el Esta-
gencia no de la simple afirmación -y casi recitación- de verdades, do se convierte en persona, sujeto activo, portador e impulsor
sino de un compromiso, de una actitud global, de una postura del proceso de liberación. La Iglesia misma ya no es más Iglesia
ante la vida." para el pueblo sino Iglesia del pueblo. El pueblo de Dios se con-
I liberación hecha por Dios. En un segundo paso -el de la reflexión-, Iglesia en conjunto (con los laicos y la jerarquía, que son sus
avanza hacia una concepción integral de este proceso. Con su miembros internos) se convierte en signo e instrumento de la
participación en el proceso de cambios y con su análisis crítico, da unión de Dios con los hombres y de los hombres entre sí. La Igle-
un tercer paso: cambiar la realidad entendiendo la dirección y las
metas propuestas por Dios. La plena realización de la teología
sia actúa como sacramento del reino de Dios o de la salvación del
mundo.
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tiene, por tanto, ante sí tres instancias metodológicas. Primero, y éste es también el sentido primigenio de las comunida- 1
la participación del cristiano en la praxis de Dios que libera al des de base. Base no se entiende aquí por oposición a jerarquía.
hombre en la historia, una participación que implica acción, sufri- Hay que entender, más bien, que la toda la comunidad en conjun-
miento, conocimiento. Segundo, la reflexión crítica y racional so- to (con sus miembros revestidos de una gran diversidad de caris-
bre esa praxis a la luz del Evangelio. En un tercer paso, también mas, tareas y cargos) se convierte en sujeto actuante de la ac-
crítico y reflexivo, la transformación de la realidad. Tiene siempre ción liberadora y de la praxis histórica de la liberación. Nace así el
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ante los ojos la liberación que da libertad a los hombres en el Poder histórico de lOS.po~res, qUiene.s al P~rticiPar como sUjetos
reino definitivo de Dios. Precisamente surge de aquí la opción por en el proceso de la historia son al mismo tiempo sujetos y acto-
res de una empresa de liberación.
Lo nuevo de la teología de la liberación no consiste en ofre-
J
2 Teología de la liberación, CEP, Lima, 6a edición revisada, 1988, p. cer a la teología temas nuevos temas o en fijarse en otros conte-
73. nidos de la revelación. Lo sustancial está en un nuevo plantea-
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dos factores que, siendo diferentes, se reclaman el uno al otro, separa de la comunidad para que se arrepienta y se convierta. Si
se relacionan íntimamente en el terreno de lo histórico y de lo lo hace y regresa, la celebración comunitaria de la Eucaristía ex-
escatológico, se iluminan y se revelan recíprocamente. Historia presará su conversión y su reconciliación con la Iglesia.
profana e historia de la salvación se relacionan de la misma ma- La teología de la liberación puede entenderse como una
nera. La historia del mundo no significa (como dice Hegel) que Nouvelle Théologie (Henri de Lubac) de proyecciones sociales o
Dios mismo se objetiviza, sino que es el terreno donde combaten como la teología de la gracia, de Karl Rahner, aplicada a la histo-
dialécticamente gracia y liberación de un lado, pecado y opresión ria y a la sociedad.
por el otro lado. Pero en su esencia la historia del mundo es tam- A partir de estos supuestos se resuelven los cuestiona-
bién historia de la salvación, porque Dios, salvador y redentor del mientos y las imputaciones que se han hecho a la teología de la
mundo y del hombre, se ha puesto a sí mismo como meta objeti- liberación. En la revelación bíblica y en la milenaria tradición
va de la historia y de la acción liberadora del hombre. Quien tome teológica y doctrinal de la Iglesia están las raíces sólidas de las
partido por la liberación, estará por eso al lado del Dios que libe- que ha surgido. Tal vez se encuentra hoy en una etapa de afinar
ra. Praxis significa así tomar partido y ser factor de cambios en el y fundamentar mejor determinados temas, pero sus grandes plan-
proceso histórico que se dirige a su meta trascendente e inma- teamientos no están de ningún modo en discusión, pese a las
nente. Quien trabaja para la liberación ya está del lado de Dios, afirmaciones inmaduras o exageradas de algunos de sus segui-
sea o no consciente de eso. Con él puede trabajar el cristiano dores, que han encontrado, dicho sea de paso, cierto eco en los
creyente, aunque no pueda orar ni celebrar con él la Eucaristía medios de prensa. Hay que decir que, teniendo en cuenta las
porque le falta la expresa confesión de fe y la relación personal necesidades de la vida eclesial y el estado actual de la teología,
con Dios que implica la liturgia. Al revés, con alguien que se con- la Iglesia en el Tercer Mundo y la Iglesia en cuanto Iglesia para el
fiesa cristiano pero que está contra la liberación, actuando, por mundo entero no puede renunciar a que se siga cultivando y po-
tanto, contra el amor de Dios, no se podría trabajar con él ni niendo en práctica la teología de la liberación. Gracias a ella la
celebrar la Eucaristía. El pecado mortal nos excluye de la Eucaris- teología católica ha podido resolver el dilema dualista del más
tía no sólo porque así está normado disciplinarmente (per legem), acá y el más allá, el bienestar terrenal y la salvación ultraterrenal.
sino que nos excluye por el contenido y el sentido mismo de la Dígase lo mismo de la solución de fundir en una sola realidad los
Eucaristía que es una celebracion de la gracia y de la liberación. y dos aspectos del dilema del monismo que el marxismo no inventó
no existe ninguna celebración 'clasista' de la Eucaristía, como ha pero entendió y expresó bien. Justamente por esto habría que -...
sido denunciado. Nadie excluye de la Eucaristía a quien es de Ver en la teología de la liberación una alternativa radical a la con-
otra clase social, pero habría que hacerlo con el que abierta Y cepción marxista del ser humano y a la utopía histórica que resul-
conscientemente actúa como explotador y opresor. Un tal cristia- ta de ahí. Lo sustancial de la metodología teológica de la libera-
no estaría excomulgado en el fiel sentido del término: la Iglesia lo ción -comprometernos en una praxis para cambiar la realidad-
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Cierhard Luclwig Müller Una iglesia y un destino común
significa que en la historia de la teología, el de la teología de la técnicos y culturales, consigan también la unidad completa"
liberación sea ya un capítulo cerrado. Por el contrario, Gustavo (Lumen Gentium, 1).
Gutiérrez nos invita a ampliar nuestra visión europea Y nos acla- La Biblia nos presenta a Cristo como el redentor que nos
ra el significado de ser una Iglesia para el mundo. Gracias a la salva y nos libera. Libera al hombre del pecado individual y del
teología de la liberación la Iglesia católica ha enriquecido, al inte- pecado estructural-social que son la causa de que se rompa la
rior de sus propias fronteras, el sentido de lo plural. La teología amistad fraterna y, en definitiva, causas de la injusticia y de la
de Latinoamérica le ha permitido a la teología completar y pro- opresión. Solamente Cristo nos hace realmente libres al condu-
fundizar su trabajo, sacando a la luz temas que en Europa se cirnos a la libertad que Dios nos ha obsequiado. A partir de esta
y nacionales, busca inducir en los creyentes de todo el mundo el rencia con que se mira el dolor y las necesidades de hermanos y
sentimiento de una solidaridad responsable. "Lo que han hecho hermanas nuestras; pero también que sirva como un sistema de
con el más pequeño de mis hermanos, me lo han hecho a mí" (Mt coordenadas sobre el lugar correcto en que está situada la teo-
25,40). Como cristianos no podemos librarnos de esta responsa- logía de la liberación. La teología de la liberación conduce nues-
bilidad. No podemos seguir estando ciegos frente a la miseria y la tra mirada a Cristo, nuestro redentor, nuestro salvador y la meta
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