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SAN BERNABÉ APÓSTOL

A pesar de que San Bernabé no fue uno de los doce elegidos por Jesucristo,
es considerado Apóstol por los primeros padres de la Iglesia, aún por San
Lucas, a causa de la misión especial que le confió el Espíritu Santo y de su
activa tarea apostólica.

Bernabé era un judío de la tribu de Levi, había nacido en Chipre; su


nombre original era el de José, pero los Apóstoles lo cambiaron al de
Bernabé que significa ‘hombre esforzado’. Se le menciona en las Sagradas
Escrituras, en el cuarto capítulo de los Hechos de los Apóstoles; se
menciona la venta de sus propiedades.

El Santo fue elegido para llevar el Evangelio a Antioquía, instruir y guiar a


los neófitos. Para esta misión obtuvo la cooperación de San Pablo. Los dos
predicadores obtuvieron gran éxito; Antioquía se convirtió en el gran
centro de evangelización y fue ahí donde, por primera vez, se dio el nombre
de cristianos, a los fieles seguidores de Cristo.
SANTÍSIMA TRINIDAD
Un solo Dios en tres Personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

La Iglesia dedica el siguiente domingo después de Pentecostés a a la


celebración del día de la Santísima Trinidad.

Un misterio es todo aquello que no podemos entender con la razón. Es algo


que sólo podemos comprender cuando Dios nos lo revela. El misterio de la
Santísima Trinidad -Un sólo Dios en tres Personas distintas-, es el misterio
central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en Sí
mismo.

Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que entendieron


los Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era
el Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del
Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron
que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Los católicos creemos que la Trinidad es Una. No creemos en tres dioses,


sino en un sólo Dios en tres Personas distintas. No es que Dios esté
dividido en tres, pues cada una de las tres Personas es enteramente Dios.

Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma


divinidad, la misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección; son
un sólo Dios. Además, sabemos que cada una de las Personas de la
Santísima Trinidad está totalmente contenida en las otras dos, pues hay
una comunión perfecta entre ellas.

Con todo, las personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí, dada
la diversidad de su misión: Dios Hijo-por quien son todas las cosas- es
enviado por Dios Padre, es nuestro Salvador. Dios Espíritu Santo-en quien
son todas las cosas- es el enviado por el Padre y por el Hijo, es nuestro
Santificador.
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo
central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y
todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un
Corazón que ama sin medida.
Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es
correspondido.

La Iglesia celebra la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús el


viernes posterior al II domingo de pentecostés. la Iglesia dedica
todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad
de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos
especialmente en estos 30 días.
Esto significa que debemos vivir este mes demostrándole a Jesús
con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran
amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a
la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y
enseñándonos el camino a la vida eterna.
Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De
nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y
amando.

Debemos vivir recordándolo y pensar cada vez que actuamos:


¿Qué haría Jesús en esta situación, qué le dictaría su Corazón? Y
eso es lo que debemos hacer (ante un problema en la familia, en
el trabajo, en nuestra comunidad, con nuestras amistades, etc.).
Debemos, por tanto, pensar si las obras o acciones que vamos a
hacer nos alejan o acercan a Dios.
Tener en casa o en el trabajo una imagen del Sagrado Corazón de
Jesús, nos ayuda a recordar su gran amor y a imitarlo en este mes
de junio y durante todo el año.
LAS PROMESAS DEL SAGRADO
CORAZÓN DE JESÚS
Jesús le prometió a Santa Margarita de Alacoque, que, si una
persona comulga los primeros viernes de mes, durante nueve
meses seguidos, le concederá lo siguiente:

1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado


(casado(a), soltero(a), viudo(a) o consagrado(a) a
Dios).
2. Pondré paz en sus familias.
3. Los consolaré en todas las aflicciones.
4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la
hora de la muerte.
5. Bendeciré abundantemente sus empresas.
6. Los pecadores hallarán misericordia.
7. Los tibios se harán fervorosos.
8. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran
perfección.
9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón
sea expuesta y venerada.
10.Les daré la gracia de mover los corazones más
endurecidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán
su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado
de Él.
12. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán
en desgracia y sin haber recibido los Sacramentos.
SAN JUAN BAUTISTA
San Juan Bautista nació seis meses antes de Jesucristo. La Iglesia celebra
normalmente la fiesta de los santos en el día de su nacimiento a la vida
eterna, que es el día de su muerte. En el caso de San Juan Bautista, se hace
una excepción y se celebra el día de su nacimiento. San Juan, el Bautista,
fue santificado en el vientre de su madre cuando la Virgen María,
embarazada de Jesús, visita a su prima Isabel, según el Evangelio.

Esta fiesta conmemora el nacimiento "terrenal" del Precursor. Es digno de


celebrarse el nacimiento del Precursor, ya que es motivo de mucha alegría,
para todos los hombres, tener a quien corre delante para anunciar y
preparar la próxima llegada del Mesías, o sea, de Jesús.

¿Qué nos enseña la vida de Juan Bautista?

Nos enseña a cumplir con nuestra misión que adquirimos el día de nuestro
bautismo: ser testigos de Cristo viviendo en la verdad de su palabra;
transmitir esta verdad a quien no la tiene, por medio de nuestra palabra y
ejemplo de vida; a ser piedras vivas de la Iglesia, así como era el Papa Juan
Pablo II.

Nos enseña a reconocer a Jesús como lo más importante y como la verdad


que debemos seguir. Nosotros lo podemos recibir en la Eucaristía todos
los días.

Nos hace ver la importancia del arrepentimiento de los pecados y cómo


debemos acudir con frecuencia al sacramento de la confesión.

Podemos atender la llamada de Juan Bautista reconociendo nuestros


pecados, cambiando de manera de vivir y recibiendo a Jesús en la
Eucaristía.
INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Ésta fiesta está íntimamente vinculada con la del Sagrado
Corazón de Jesús, la cual se celebra el día anterior, viernes.
Ambas fiestas se celebran, viernes y sábado
María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado
Corazón. Un corazón que arde de amor divino, que rodeado de
rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por
una espada nos invita a vivir el sendero del dolor-alegría.
La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera
directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en
María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María
están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad.
Aunque la concepción de Jesús se realizó por obra del Espíritu
Santo, pasó por las fases de la gestación y el parto como la de
todos los niños. Admirablemente el Corazón de María dio su
sangre y su vida a Jesús Niño, pero la maternidad de María no se
limitó al proceso biológico de la generación, sino que contribuyó
al crecimiento y desarrollo de su hijo.
CONSAGRACIÓN AL SAGRADO
CORAZÓN DE MARÍA
Oh Corazón Inmaculado de María, por tu perfecta comunión de
amor con el Corazón de Jesús, eres la escuela viviente de total
consagración y dedicación a Su Corazón.

En tu Corazón, Oh Madre, queremos vivir para aprender a


amar, sin divisiones, al Corazón de Jesús; a obedecerle con
diligencia y exactitud; servirle con generosidad y a cooperar
activa y responsablemente en los designios de Su Corazón.

Deseamos consagrarnos totalmente a tu Corazón Inmaculado y


Doloroso que es el camino perfecto y seguro de llegar al Corazón
de Jesús. Tu Corazón, es también refugio seguro de gracia y
santidad, donde nos vamos liberando y sanando de todas
nuestras oscuridades y miserias.

Deseamos pertenecer a tu Corazón, Oh Virgen Santísima, sin


reservas y en total disponibilidad de amor a la voluntad de Dios,
que se nos manifestará a través de tu mediación maternal.

En virtud de esta consagración, Oh Inmaculado Corazón, te


pedimos que nos guardes y protejas de todo peligro espiritual y
físico. Qué nuestros corazones ardan con el fuego del Espíritu
como arde tu Corazón.

Qué unidos a ti, que eres la portadora por excelencia de Cristo


para el mundo, y ungidos por el poder del Espíritu Santo,
seamos instrumentos para dar a un mundo tan árido y frío, el
amor, la alegría y la paz del Corazón de Jesús.
SAN PEDRO Y SAN PABLO
Cada 29 de junio, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo,
apóstoles, recordamos a estos grandes testigos de Jesucristo y, a
la vez, hacemos una solemne confesión de fe en la Iglesia una,
santa, católica y apostólica. Ante todo, es una fiesta de la
catolicidad.
Solemnidad de san Pedro y san Pablo, apóstoles. Simón, hijo de
Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre los discípulos
que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue
llamado Pedro. Pablo, apóstol de los gentiles, predicó a Cristo
crucificado a judíos y griegos. Los dos, con la fuerza de la fe y el
amor a Jesucristo, anunciaron el Evangelio en la ciudad de
Roma, donde, en tiempo del emperador Nerón, ambos sufrieron
el martirio: Pedro, como narra la tradición, crucificado cabeza
abajo y sepultado en el Vaticano, cerca de la vía Triunfal, y Pablo,
degollado y enterrado en la vía Ostiense. En este día, su triunfo
es celebrado por todo el mundo con honor y veneración.

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