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UNIVERSIDAD ADVENTISTA DE CHILE

Facultad de Teología
Licenciatura en Teología

Más que errar el blanco

ARTICULO
Presentado en cumplimiento parcial
de los requisitos de
Capacitación Laica

Por:
Daniel Alexander Orellana Fernández

Profesor guía: Joel Álvarez

Chillán, agosto de 2015


Mas que errar el blanco
Las ampliaciones de la realidad olvidada de la condición humana

El hombre actual sin lugar a dudas a disminuido considerablemente el concepto de lo que el


pecado significa, por sonar demasiado religioso, fuerte, y no representar la relatividad que el mundo
actual defiende. Hoy se aprueba la infidelidad, la convivencia, la eutanasia, entre otras acciones, con
excusas justificables en diversos casos. Es conocido el texto que nos define de manera resumida lo que
es el pecado: “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de
la ley.” (1 Juan 3:4)
La ley de Dios está olvidada y dejada en el pasado, y aun así lo que significa el pecado se ha
alivianado y dejado a un lado. Federico Salvador, en su estudio acerca del pecado, dice:
“La mayoría de las personas piensa que un pecador es algo así como un asesino en serie, o un violador
de niños, un pedófilo o cosas por el estilo.”1 Y podemos sostener que eso es lo que muchos piensan,
inclusive los que profesan seguir a Jesús. Sin embargo se nos olvida que todos somos pecadores, que
necesitamos de la gracia divina, por mas que miremos hacia el lado y aparentamos ser mejores que los
demás.
Jesús amplió el concepto de lo que significa y lo que abarca el pecado, fue claro en mencionar
la gravedad que éste provoca en las vidas, y entregó su vida para que éste mal sólo en su nombre
podamos vencerlo.

Para los griegos, pecado se decía hamartia: fallo de la meta, no dar en el blanco. Los escritores
griegos solían utilizar la forma verbal hamartáno con respecto al lancero que erraba su blanco y, por
implicación, aludía al concepto de vivir al margen de un código moral o intelectual tenido por meta
ideal, debido a una actitud errónea, consciente o inconscientemente.2
Entendemos que cuando hablamos de pecado, nos referimos a fallar a una meta o cometido, en
el caso del cristianismo, a la ley de Dios. Esto se llevó a cavo con nuestros primeros padres y sigue
ocurriendo en las vidas de la actualidad. Trajo consecuencias terribles para la raza humana.

1 Federico Salvador Wadsworth, El pecado, Un estudio acerca del pecado tanto como transgresión de
la Ley, como una situación de desesperada separación de Dios.
2James Strong, “New Strong’s Complete Dictionary of the Biblical Words” (Nuevo Diccionario
Completo de Palabras Bíblicas de Strong). G264 - G266.
Elena de White es enfática al señalar estas consecuencias llamándolo “lepra mortal”:
“El pecado es corruptor por naturaleza. Un hombre infectado por esta lepra mortal puede
comunicar la mancha a miles.”3
En su libro “Pecado y salvación”, Lesslie Newbigin expresa que: “Ningún hombre en sí mismo
es una unidad perfecta. Su mente es como una república en la que muchas fuerzas están luchando entre
sí. Poderosas fuerzas instintivas están continuamente rebelándose contra la soberanía del
entendimiento.”4 Existe una constante división entre lo que el hombre sabe que debería hacer y lo que
hace. Como dice Pablo: “No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero”5
Así es el pecado vive en nosotros y no nos permite alcanzar nuestro fin mas elevado. Y esto hay
que tomarle la importancia que se merece y hacer algo al respecto. “Si escuchamos atentamente,
podremos oír el llanto de Dios. Los sollozos de Dios nos recordarán la distancia que nos separa de él y
nuestro deseo de volver a él. Porque cuando nos alejamos de Dios, nos hemos separado de la base de
nuestro propio ser. (Hechos 17:28). La Biblia nos enseña que esto es, esencialmente, lo que está mal en
nosotros.”6
Tenemos claro lo importante que es mirar el pecado como una ofensa directa a Dios y algo que
nos separa de su perfección. Sin embargo, no solamente lo que erramos, o lo que hacemos mal es
pecado. La Biblia, y Ellen White son claros en mencionar que cuando sabemos hacer lo bueno, y no lo
hacemos, también cometemos pecado. Santiago 4:17 dice claramente: “Y al que sabe hacer lo bueno, y
no lo hace, le es pecado.” Ellen de White es fuerte en señalar que: “Cualquier descuido de parte de los
que pretenden ser seguidores de Cristo, una omisión en aliviar las necesidades de un hermano o una
hermana que está llevando el yugo de la pobreza o de la opresión, se registran en los libros del cielo
como manifestados a Cristo en las personas de sus santos. Qué cuenta tendrá el Señor con muchos,
muchísimos, que presentan las palabras de Cristo a otros pero omiten manifestar tierna simpatía y
consideración por un hermano en la fe que es menos afortunado y tiene menos éxito que ellos
mismos.”7

3 Ellen G. White, HIjos e hijas de Dios, 216.


4 Lesslie Newbigin, Pecado y salvación ¿Que significan para el hombre actual?, pg 15
5 Romanos 7:19-25.
6 John H. MacClanahan, El hombre como pecador. pg. 16.
7 Ellen G. White, El ministerio de la Bondad, 220,221.
Debemos comprender que una actitud pasiva e indiferente hacia los demás, cuando se nos
encomienda hacerles el bien, también es considerado una falta a Dios, y es tan negativo como fallarle
directamente. La conocida regla de oro, mencionada por Jesús en los evangelios, dice: “Así que, todas
las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos;
porque esto es la ley y los profetas.”8
En diferentes religiones y escritos hay diversas formulaciones de la regla de oro. Sin embargo
en la mayoría de éstas, toma forma pasiva o negativa, como la expresada en el confucianismo (no
impongas a otro lo que no elegirías para ti mismo)9 Sin embargo, Jesús expresa esto de manera activa,
que implica una acción hacia el prójimo. Se basa en el hacer el bien a los demás, mas que el no hacer lo
malo a los demás.
¿Cuántas veces nos vemos con la responsabilidad de disminuir el dolor ajeno y hemos pasado
de largo ignorando el problema? ¿Cuántas veces hay personas en nuestro círculo cercano pasando
necesidad y no hemos hecho nada al respecto?
Wadsworth menciona: “la Santa Biblia sostiene que el pecado no se comete solamente por la
acción (hacer lo malo) sino también por la omisión (dejar de hacer lo bueno). Este concepto es aún más
abarcante que el otro debido a que la regla de oro es hacer lo bueno a otros, no solamente evitar hacer
el mal.”
Nos cuesta cumplir con este cometido, preferimos optar por una actitud pasiva ante el dolor
ajeno. Todos somos pecadores, y necesitamos de la gracia de Dios, sin embargo, si como Cristianos
predicamos acerca del perdón de pecados, deberíamos tener como lema de nuestra vida el hacer el bien
a los demás. El pecado no solo se limita a nuestras acciones erróneas, sino que se extiende a nuestra
omisión de hacer lo bueno a los demás, y esto solo se puede vencer cuando nos encontramos con la
gracia divina todos los días.
“Al comparecer delante de la quebrantada ley de dios, el pecador no puede purificarse a si
mismo; pero creyendo en Cristo, es el objeto de su amor infinito y es revestido con su inmaculada
justicia.”10
Busquémoslo a Él, y venzamos el pecado.

8 Mateo 7:12 RVR


9 Analects XV.24 (tr. David Hinton)
10 Ellen G. White, Fe y Obras. 112, 113.

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