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Facultad de Teología
Licenciatura en Teología
ARTICULO
Presentado en cumplimiento parcial
de los requisitos de
Capacitación Laica
Por:
Daniel Alexander Orellana Fernández
Para los griegos, pecado se decía hamartia: fallo de la meta, no dar en el blanco. Los escritores
griegos solían utilizar la forma verbal hamartáno con respecto al lancero que erraba su blanco y, por
implicación, aludía al concepto de vivir al margen de un código moral o intelectual tenido por meta
ideal, debido a una actitud errónea, consciente o inconscientemente.2
Entendemos que cuando hablamos de pecado, nos referimos a fallar a una meta o cometido, en
el caso del cristianismo, a la ley de Dios. Esto se llevó a cavo con nuestros primeros padres y sigue
ocurriendo en las vidas de la actualidad. Trajo consecuencias terribles para la raza humana.
1 Federico Salvador Wadsworth, El pecado, Un estudio acerca del pecado tanto como transgresión de
la Ley, como una situación de desesperada separación de Dios.
2James Strong, “New Strong’s Complete Dictionary of the Biblical Words” (Nuevo Diccionario
Completo de Palabras Bíblicas de Strong). G264 - G266.
Elena de White es enfática al señalar estas consecuencias llamándolo “lepra mortal”:
“El pecado es corruptor por naturaleza. Un hombre infectado por esta lepra mortal puede
comunicar la mancha a miles.”3
En su libro “Pecado y salvación”, Lesslie Newbigin expresa que: “Ningún hombre en sí mismo
es una unidad perfecta. Su mente es como una república en la que muchas fuerzas están luchando entre
sí. Poderosas fuerzas instintivas están continuamente rebelándose contra la soberanía del
entendimiento.”4 Existe una constante división entre lo que el hombre sabe que debería hacer y lo que
hace. Como dice Pablo: “No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero”5
Así es el pecado vive en nosotros y no nos permite alcanzar nuestro fin mas elevado. Y esto hay
que tomarle la importancia que se merece y hacer algo al respecto. “Si escuchamos atentamente,
podremos oír el llanto de Dios. Los sollozos de Dios nos recordarán la distancia que nos separa de él y
nuestro deseo de volver a él. Porque cuando nos alejamos de Dios, nos hemos separado de la base de
nuestro propio ser. (Hechos 17:28). La Biblia nos enseña que esto es, esencialmente, lo que está mal en
nosotros.”6
Tenemos claro lo importante que es mirar el pecado como una ofensa directa a Dios y algo que
nos separa de su perfección. Sin embargo, no solamente lo que erramos, o lo que hacemos mal es
pecado. La Biblia, y Ellen White son claros en mencionar que cuando sabemos hacer lo bueno, y no lo
hacemos, también cometemos pecado. Santiago 4:17 dice claramente: “Y al que sabe hacer lo bueno, y
no lo hace, le es pecado.” Ellen de White es fuerte en señalar que: “Cualquier descuido de parte de los
que pretenden ser seguidores de Cristo, una omisión en aliviar las necesidades de un hermano o una
hermana que está llevando el yugo de la pobreza o de la opresión, se registran en los libros del cielo
como manifestados a Cristo en las personas de sus santos. Qué cuenta tendrá el Señor con muchos,
muchísimos, que presentan las palabras de Cristo a otros pero omiten manifestar tierna simpatía y
consideración por un hermano en la fe que es menos afortunado y tiene menos éxito que ellos
mismos.”7