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Por otro lado, a muchos, en nuestra profesión, les parece un debate ocioso escudriñar
estos temas, pues aducen que es más urgente la aplicación que la teorización.
Quizá tengan razón si pensamos en el administrador como un gerente en el ejercicio
del arte y no como un académico pensando cómo y de qué manera la administración
se nos presenta en calidad de objeto de estudio en el marco de "la realidad". Parece
una paradoja sostener empeñosamente que la administración es una ciencia y no
detenerse a reflexionar al respecto.
¿Qué es la administración?
Incluso para los tratadistas más avezados, la administración se piensa -a la hora de las
definiciones- como una actividad, y terminase diciendo que es el esfuerzo de obtener
resultados por medio y a través de las personas.
Ya luego, siguiendo las pistas heredadas por Henri Fayol, se le enriquece diciendo que
tal esfuerzo discurre entre las etapas de un "proceso", el cual denominan justamente
proceso administrativo. Asi dicho, el tema parece concluido. La idea es, además de
fácil, sobre todo práctica. ¿Para qué pensarle más?
Asumiendo que la administración fuese una ciencia, ¿cuál es, o cuál sería su objeto
material y cual su objeto formal? Es decir, ¿cuál es el objeto de estudio de la
administración?, ¿tiene o no tiene objeto? El objeto material de la administración, para
que le sea propio y exclusivo, no debería ser objeto de otra ciencia o campo del saber
ya constituido, pues de lo contrario no existiría la parcela epistemológica propiamente
dicha. Pero, aún si el objeto material fuese compartido con otros campos del saber
científico (dado el carácter de la ínter y la multidisciplina), entonces deberíamos tener
una clara distinción del predio administrativo con el deslinde que nos pudiera dar el
objeto formal de estudio, y así ya podríamos establecer la soberanía de la
administración (como ciencia) entre sus pares.
1. ¿Es lo mismo decir "la administración es una ciencia que afirmar que existe una
ciencia de la administración?
2. ¿Es lo mismo lo anterior que sostener que la administración es científica?
No es un juego semántico, que si lo fuera, ya sería por si mismo profundo. Es más que
eso: es un problema real de definición. La verdad es que aquí radica, entre otros
muchos puntos, la levedad epistemológica de los teóricos de la administración. ¿De
qué estamos hablando?
Más afortunados parecen haber sido Peter F. Drucker y Lawrence Appeley, incluso
Ernest Dale y el propio Chestar I. Barnard, quienes siendo lo que fueron, gerentes del
altos vuelos, ubicaron la administración en su justa dimensión, noble y galana: la de
ser una actividad, cada vez más profesionalizada, indispensable y útil en el seno de las
organizaciones.
Pero si, por el contrario, lo que tenemos en las manos es el de una ciencia DE LA
administración, entonces el problema es otro. Aquí la administración se torna objeto de
una ciencia ajena, externa, no definida pero que imaginamos surgida de las nuevas
fusiones, contactos e integraciones de saberes previos tradicionales y perfectamente
establecidos y reconocidos como autónomos.
La mecatrónica, así definida por el japonés Tetsuro Mori, trabajador de la empresa
nipona Yaskawa, es un buen ejemplo de estas integraciones que han dado lugar a
nuevos dominios parcelarios del saber. La mecatrónica es la integración de la mecánica
y la electrónica y actualmente se ha consolidado como una especialidad de la
ingeniería que ha ido incorporando otros elementos tales como los sistemas de
computación, los desarrollos de la microelectrónica, la inteligencia artificial y la teoría
del control, la informática, etc. El fin de la mecatrónica es optimizar todos los recursos
y elementos incorporados en los procesos industriales para lograr sinergias que, a su
vez, "maximicen la optimización", válgase la expresión.
¿Qué es la mecatrónica?, ¿es una ciencia nueva? No se podría establecer, pero
tenemos que acudir a nuevos paradigmas del pensamiento científico para hallar nuevas
posibilidades de ubicar "lo científico", lo tecnológico y lo tecnocientífico en estas
nuevas zonas o terrenos del saber que se nos presentan hoy en día.
Una ciencia "de la administración" sería, en todo caso, una suerte de ciencia
reguladora, como sostiene García Palacios (2001), quien la define como una actividad
científica concretamente orientada a suministrar conocimiento para asesorar la
formulación de políticas para "regular" tecnologías, procedimientos, etc. Todo ello
intrínsecamente vinculado al quehacer empresarial. Si esta ciencia es posible,
epistemológicamente hablando, pues este sería, sin más, el carácter de la dicha
"ciencia (reguladora) de la administración".
La segunda pregunta es, ¿qué relaciones internas tendría esta ligazón emergente que
relacionaría la psicología con la economía, el derecho y la antropología, por ejemplo,
con el acto mismo de tomar decisiones y conducir el acto administrativo por el camino
que supone el proceso administrativo?
Lo que siempre ha sido. A todos nos queda claro que a los administradores (no a la
administración) les queda muy bien apoyarse en la estadística, la matemática, la
economía, la sociología y la antropología para actuar mejor en sus organizaciones.
Además, los administradores pueden (y en muchos casos deberían) hacer uso del
método científico para tomar sus decisiones, y esto solo si tienen el tiempo suficiente
para completarlo, pues la mayoría de los momentos directivos de la realidad
empresarial cancelan la aplicación del método en su plenitud. Además, a los
administradores no les interesa explicar la realidad, elaborar teorías y deducir
principios, o sea, hacer ciencia (¿o si?), sino más bien enfrentar las situaciones de
toma de decisiones que se les presentan cotidianamente.
Les decimos "administrativas" solo por vecindad, porque las hemos leído y enseñado
tanto ; que ya las sentimos nuestras, pero no son "nuestras", son solo explicaciones
científicas ajenas, extrañas, verdaderas importaciones, ni siquiera pagadas, sino solo
prestadas de parcelas del saber que concurren en el campo del quehacer
administrativo dentro de las organizaciones: "Conseguir resultados por medio y a
través de las personas".
A MANERA DE CONCLUSIONES
La administración -como actividad directiva- puede ser científica, pero solo si los
administradores se apoyan en los saberes científicos y técnicos. Es la administración,
más bien, y sin lugar a dudas, una actividad profesional con apoyos tecnocientíficos.
Administrar es algo que se aprende en la brega, con las riendas del mando en
las manos. Nadar se aprende nadando. Pero las licenciaturas y los posgrados
universitarios enseñan técnicas y ciencias de la administración, y
proporcionan entrenamiento directivo (liderazgo, conflictos, toma de
decisiones, negociación, motivación), que es lo más que pueden en efecto
hacer.
Las organizaciones -como objeto de acción de los administradores- son cada vez entes
más complejos que conviven en entornos más competidos y competitivos. Necesitan
generales que las conduzcan con estrategia al éxito, que no es otro que el logro de sus
metas.
ADMINISTRACIÓN
DISCIPLINAS TÉCNICAS MATEMÁTICAS CIENCIAS SOCIALES
DISCIPLINAS TÉCNICAS
Ingeniería
Contabilidad Ergonomía Cibernética
Industrial
CIENCIAS EXACTAS
Matemáticas
CIENCIAS SOCIALES
Derecho Economía Psicología Sociología Antropología
Ciencias sociales
Son aquellas cuyo objetivo y método no se aplican a la naturaleza sino a los fenómenos sociales.
La administración, cuyo carácter es eminentemente social, relaciona y utiliza conocimientos de
ciencias sociales, tales como:
Sociología. Ciencia que estudia el fenómeno social, la sociedad y la dinámica de sus estructuras.
Muchos de los principios administrativos fueron tomados de la sociología y de la sociología
industrial. Otras aportaciones de esta ciencia a la administración son: estudio sobre la estructura
social de la empresa, sociogramas, etc.
Economía. Ciencia que estudia las leyes y relaciones que tienen los hombres en la producción,
distribución y consumo, de los bienes y servicios. La economía aporta valiosos datos a la
administración: disponibilidad de la materia prima, situación del mercado, mercado de trabajo,
problemas de exportación e importación, balanza de pagos, etc.
Ciencias exactas
Ciencias exactas son aquéllas que sólo admiten hechos rigurosamente demostrables:
Matemáticas. No existe una definición de esta ciencia, aunque es indiscutible que ha permitido
grandes avances en la administración, principalmentre en las etapas de planeación y control. sus
aportaciones más importantes se encuentran en el área de matemáticas aplicadas,
específicamente en: modelos probabilísticos, simulación, investigación de operaciones, estadística,
etc.
Disciplinas técnicas
Comprenden un cuerpo o conjunto de conocimientos que aún no se han conformado como ciencia,
pero que utilizan y aplican fundamentos científicos. su carácter es más bien práctico, que teórico.
Contabilidad. Se utiliza para registrar y clasificar los movimientos financieros de una empresa, con
el propósito de informar e interpretar los resultados de la misma. La contabilidad es un auxiliar en la
toma de decisiones, una técnica de control, y no debe confundirse con la administración.
Cibernética. Esta ciencia, de reciente origen, es definida como la ciencia de la información y del
control, en el hombre y en la máquina. Tiene gran aplicación en los procesos productivos y,
consecuentemente, en el campo de la administración, donde aporta conocimientos sobre todo en lo
que se refiere a sistemas de computación.