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El año lectivo 2018 comenzó con una serie de problemas a nivel de la enseñanza media que a esta
altura parecen lugares comunes en nuestro sistema educativo público. Superpoblación, falta de personal de
docencia directa e indirecta, eliminación de cargos y de grupos, insuficiente asignación de recursos; todos
problemas que son el fruto de una estrategia de desfinanciación de la educación pública con el objetivo de
darle entrada a los capitales privados con sus objetivos de obtención infinita de ganancia. Se constata
nuevamente que al negarle a la ANEP un presupuesto acorde a sus necesidades, las autoridades de la
educación demuestran la falta de interés en las condiciones en las cuales nuestros estudiantes aprenden, pero
por otro lado se le asigna a la educación la tarea de solucionar los problemas que el sistema político es incapaz
o no tiene voluntad de afrontar.
Nuestro liceo no estuvo ajeno a esas situaciones del inicio de cursos. En reunión de núcleo realizada en
la primera semana de abril sintetizamos las experiencias de los tres turnos:
A principios de mayo y al no existir respuesta de parte de las autoridades, el núcleo se reunió nuevamente y
comprobó que la situación no solo no había mejorado, sino que empeoró. A los problemas ya detallados del
turno vespertino por falta de personal se le agrega que en el matutino tampoco cuentan con el personal de
adscripción que permita un normal desenvolvimiento del turno. Los problemas de violencia han aumentado en
las afueras del liceo y en diversas ocasiones adentro del mismo y muchos compañeros han actuado como
“parches” realizando tareas que no corresponden a su función. Lejos de intentar solucionar la situación, desde
Inspección no han aparecido respuestas concretas a nuestros reclamos, sino brindar horas de apoyo aisladas y
fragmentadas que, si bien dan la apariencia de “cubrir” el turno, resulta contraproducente desde el punto de
vista pedagógico ya que los grupos y los padres no tienen un referente adulto a quien dirigirse. Además, el
liceo ha quedado acéfalo como consecuencia de pedidos de licencia del equipo de dirección por diferentes
razones que entendemos son comprensibles pero que agravan la situación de falta de personal en el liceo
El liceo 17 ha sido tomado en los últimos tiempos como un liceo modelo por parte de las autoridades.
Pretende ser un campo de prueba en el zonal y en el departamento. Sin embargo, una cosa es lo que se dice
en el discurso y otra la que se demuestra en los hechos. Con la situación que arriba detallamos queda
claramente demostrado la falta de interés de las autoridades por las condiciones en las que nuestros alumnos
aprenden. Con un “liceo lindo” no alcanza si adentro está vacío de personal que atienda los emergentes que
puedan presentarse y que afectan en el día a día a profesores, funcionarios y alumnos. Es imperioso que el
C.E.S. tome las medidas que exige el núcleo de docentes antes de que los hechos se agraven. De lo contrario,
será imprescindible tomar medidas amparados en los derechos laborales conquistados por los trabajadores.