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254 I ht modernización en Colonbia

desobedecieron las órdenes de Per- nación pacífica del poder que se daba
domo. Recordaban Ia alianza poco allí era una feliz aberración en la épo-
santa que él había hecho con los libera- ca de la depresión en América Lati-
les en 1918, su pasado bohernio v ei na, región donde los golpes de Esta-
hecho bien conocido de que \alencia do y las dictaduras militares eran la
era un mujeriego. curos hijos ilegíti- regla. Cuando inició su período de cua-
mos presuntamente llegaba,n a nrás de tro años, Olaya Herrera gozaba de re-
doscientos. Las mueslras de piedad laciones extraordinariamente buenas
de \hlencia en el tralscu¡so de su cam- con el Partido Conser-vador, lo cual le
pana no los abland¿ron nt convencie- permitió atender con eficiencia los
ron. For consiguiente. muchos sacerdo- problemas económicos generados por
tes ordenart.,n a sus parroqrrianos que la contracción económica mundial de
continua¡an apolaldo a \'ásquez Cobo. comienzos de la década del treinta.
El día de las elecciones. Enrique Sólo los estallidos de violencia política
Olava Herrera ca¡ó por una gran ma- nublaron un horizonte administrativo
I'oría en una: eiecciones en las que soleado. Pero incluso en este aspecto,
se dividió el voto consen'ador. Olaya Olaya tuvo suerte. La violencia, que
obtuvo 39b.93+ \'otos; Valencia, !ü_e
especialmente grave durante sus
2+0.360 r \-ásquez Cobo, 213.583. Al- primeros dos años de gobierno, tuvo
berto Castnlión. e1 candidato del Par- lugar en una parte distante del país y
tido Socia] Revolucionario. obtuvo 577 no amenazó seriamente la estabilidad
votos. EI I r,r de t-ebrero. al día siguien- nacional.
te de ia eleccrón. se lanzaron piedras Fue afortunado que Olaya Herrera
a Ia residencra presidencial v a la casa dispusiera de un gran apoyo conser-
de campo de -\badía. \o se suPo si vador entre I 930 y 1932, pues fue esta
habían sido lanzadas por liberales o la época cuando la Gran depresión
por consen'adores.'1 afectó más gravemente a Colombia.
El colapso del comercio mundial tuvo
un efecto inmediato y devastador so-
Olaya Flerrera y la Cran bre Ias finanzas del país. La mayor
depresión parte de los ingresos del gobierno pro-
venían de recaudos de aduana, los
La elección de Ennque Olata Herre- cuales cayeron drásticamente después
ra en 1930 Ie indicó a r¡tLtchc,s que la de 1929, cuando produjeron setenta
República de Colombia había llega- v cinco millones de pesos. Thles in-
do a la mayoría de edad.': l-a alter- gresos bajaron casi 30Voen 1931, a 54

Luis Eduardo Niero Caballero. .Ei¿;i¡¡, ¿jcogi¿1or, vol. l, Luis C. Adames Santos, comp.,
Bogotá, Banco Popular, 19-c1. pp. l9S. ?65.
Esta fue la opinión de dos de los historiaclores tnás respetados del país, Jesris María
Henao y Getardo Al-n¡bla, en.-l H:irr7r o.t Coia¡tha. tladucido y editado por.|. Fr.ed Rippy'
Chapel Hill, Universitv of \orth L-¿rolrn;r Press. 1938, p. 543.
El cambio social y el desafio a la autorida.d tradtional
I 255

millones de pesos, y en casi b\Vo en sufrieron reveses. Carlos Lleras Res_


1932, cuando produjeron rreinta y trepo, unjoven abogado que comen_
cinco millones de pesos.so Las obras zaba a trabajar en Bogotá, recordó
públicas, que habían absorbido más haber manejado los procedimientos de
de la mitad de todos los ingresos del quiebra para la agencia de automóvi-
gobierno en 1929, se redujeron al lbTa les Fiat de la capital.roo
del minúsculo presupuesto de 193 l,e7 El nuevo gobierno rápidamente
Esto significó el despido de miles de adoptó medidas para enfrentar la cri-
obreros, quienes regresaron a la agri- sis económica. El presidente electo
cultura o vagaron por el campo en Olaya viajó a Estados Unidos donde
busca de empleo. Entre tanto, los sa- solicitó la a¡rda de su amigo, el profe-
larios agrícolas habían caído de un 50 sor de economía de Princeton, Edward
a un 60Va. Bandas de obreros sin em_ Kemmerer. Kemmerer y seis colegas
pleo merodeaban y robaban comida más, remunerados con cien mil dó_
a los más pudientes, y en ocasiones lares en certificados de oro, llegaron
exigían suministros a los atemoriza- a Bogotá tres días antes de la pose_
dos terratenientes.es sión de Olaya. Permanecieron en Co-
Cuando la masa monetaria se ago- lombia hasta fines de noviembre de
tó y desapareció el crédito, los rentis_ 1930, tiempo durante el cual dise-
tas y propietarios enfrentaron mo_ ñaron un plan financiero que com_
mentos difíciles. Andrés Samper binaba la austeridad fiscal, un alza
Gnecco recordaba que "una infinidad moderada de ingresos y ortodoxia
de gente" había perdido su casa en económica.r0r Los norteamericanos
las ciudades colombianas. Al no po- urgieron a Olaya a mantener el pa-
der pagar las hipotecas, muchos de trón oro y a extender el papel del Es-
ellos regresaron a las haciendas tado en los asuntos fiscales.rO2 De es-
ancestrales.ee Thmbién las clases altas pecial importancia entre los tributos

96 Antonio Gatcía, Gaittin I el problema d¿ l¿ rnohuión colo¡nbia.nn, Bogotá,


Cooperativa de A¡tes
Gráficas, 1955, p. 261.
97 John Pollock, "Evaluating Regime Performance in a Crisis: Violence, political Demands,
and Elite Accountability in Colombia 1932-1919", manuscriro inédito,
Universiry Stanford,
Department ofpolitical Science, 1969, pp. l4_15.
-Peasa.nl
98 Catherine l-nGrand, Fror¿lier Expansion and Prot¿sr in Colombia, Ig50- 19i6, Nburquerque,
University of New Mexico press, lgg6, pp. 106_10g.
99 Andrés samper Gnecco, cuaüo BogotlL'no tuuo tranúa, Bogotá, Instituto colombiano
de
Cultula, 1973, pp. 78-79.
I 00 carlos Lleras Restrepo , crónrct d¿ mi p"optu t¡idn,
vor. r, Bogotá, stamato, l9g3- 19g3, pp. 30_3 l .
l0l El propio Kemmerel regresó a Esraáos Unidos a fi.re". de o.rrrbr..
102 cuando olaya protestó que enfi'entaría una fuerte oposición
política si inrenrara exten-
der la lecolección de
ros departame",.,, nff;::.'.:,:Tf:'o:.:'i:'r'.1Ti:::1'r:,.i: i:::::":l;:l"t:
utilizar la fuerza de ser- necesario. las actividades ."rrir"d", po. r'u ,.grl.rda
misión
Kemmerer se discuren en p Drake, Op. cit., pp. 6g_22.
256 ,' ltt Ítdtfiii7ación en Colombia

aconsejados por Kemmerer fue el pri- bir la importación de aquellos mate-


mer impuesto sobre el banano expor- riales que pudieran producirse en el
tado por la United Fruit ComPanY' Y país. Los intereses agrícolas y otros se
gracias en a la influencia de beneltciaron con la creación de tres
Parte
K.*-.t.. y de sus colegas, OlaYa nuevas entidades crediticias, el Ban-
pudo negociar un cuantioso emprés- co Central Hipotecario, la Caja Agra-
iito .ott bancos privados estadouni- ria y Ia Caja Colombiana de Ahorros'
denses. Este dinero fue de gran utili- Adicionalmente, Olaya estimuló la ex-
dad para el gobierno, pues con él pudo pansión ulterior de la industria cafe-
pagar las cuotas de su deuda exter- tera al ofrecer a los cultivadores una
na, que ascendía a ochenta Y un ml- bonif,rcación del IOTo por nuevos cul-
llones de dólares.ro3 tivos.loa
Los servicios de Edward Kemmerer Los trabajadores se beneficiaron de
eran costosos, pero valían la pena, así una serie de medidas aProbadas du-
fuese sólo Por el aPoyo que ganaron rante el primer año de la Presiden-
para el programa económico de Ola- cia de Olaya. La LeY 83 de 1931 Pro-
ya. Dado que estaban recomendadas tegió el derecho de los trabajadores
por el prestigioso doctor Kemmerer, a órganizar sindicatos, y la disolución
p..tid.ttte obtuvo con facilidad la de los sindicatos fue declarada delito
"l
aprobación del Congreso parauna se- civil. Leyes posteriores establecieron
rie de medidas que mitigaron los efec- la obligatoriedad de las vacaciones re-
tos del revés económico' A comienzos muneiadas y otros beneficios, así
de 1931, el Congreso aProbó una leY como la semana laboral de cuarenta
que le confería al presidente nuevas horas y los domingos libres Y remu-
y amplias facultades para intervenrr nerados. Gracias al aPoYo de OlaYa,
en asuntos económicos' Olaya proce- el número de sindicatos creados en-
dió de inmediato a revocar la kY de tre 1930 y 1934 suPeró el número to-
emnrgencia d,e 1927 ,la cual permitía
la tal de los creados entre 1920y 1930'105
impórtación libre de impuestos de al- No todos estaban contentos con la
gunos alimentos. Como consecuencra conmoción producida Por las medi-
áe eilo, se incrementó la Producción das a favor de los sindicatos' Cuando
local de alimentos, así como los pre- los miembros de la coalición liberal-
cios de la tierra. Otras leyes tributarias
conservadora intentaron hacer apro-
aprobadas en l93l aceleraron la sus- bar la legislación que contemplaba
titución de importaciones, al prohi- compensación Por desemPleo, el

103 lbíd., P b6.


104A.Patiño, Op.cit.,pp.372-75',I'TorresGiraldo'Insinconformcs'Op'cit..vol'4'pp'1-t'j;1-t1l:
siete sindicatos nuevos, mrentras
ió;;;",.'el'gobierno de olaya, se organizaron sesenrayytres' M Urrutia' Op cit'' pP' 53'
que en la década del uei"te reconocieron
'""ttu
'e 193,i-1938, se concedió reconocimiento
ll7_11g. Duranre el gobierno de Alfonso López,
legal a 376 sindicatos nuevos'
El catnbio social y el desafi.o a la autoridad tradicional I 257

representante conservador Sotelo cidente colombianos, y la financiación


Peñuela opinó que la mayoría de los de los diferentes proyectos fue retira-
desempleados no eran más que va- da de los departamentos y reubicada
gos. Más aún, dijo Sotelo, en Bogotá. Los críticos de Laureano
Gómez encontraron después fallas en
[...] detrás de ellos hay agitadores, la nueva burocracia del transporte,
demagogos, y otras personas de mala
índole que están corrompiendo a la aunque los observadores imparciales
clase obrera al punto de llevarla a co- estuvieron de acuerdo con que la ini-
meter crímenes y abusos, tales como ciativa de Olaya constituyó un impor-
aquellos que actualmente vemos que tante avance en un área vital de la
intentan realizar en la Cámara de vida pública.roT
Representantes.rm
Si bien las reformas legislativas im-
Durante la presidencia de Olaya pulsadas por Olaya durante los pri-
se hicieron grandes adelantos en el meros dieciocho meses de su gobier-
campo de la política de transporte. En no tuvieron importantes consecuencias
mayo de 1,931, se aprobó una ley me- para la recuperación y el desarrollo
diante la cual la política nacional de nacionales, otros problemas de carác-
transporte pasó de la construcción ter más inmediato seguían presionan-
de-ferrocarriles a la construcción de do. Las marchas de hambre fueron
autopistas, carreteras y caminos secun- .tt ot.ut
euentos háEitüáiéléñ nogorá y
darios. El complejo proyecto, denomi- ciudades colombianas entre 1930 y
nado lry 88, representó el primer paso 1932. Uno de los editorialesde ElTtem-
hacia la planeación nacional en el ám- po caracteúzó a l93l como "un año
bito del transporte. Bajo las disposi- terrible", aunque también obsen'ó que
ciones de la nueva le¡ la Comisión las condiciones eran peores en otros
Nacional de Vías Férreas asumió la países.r08 Un mes más tarde, en ene-
operación del fragmentado sistema ro de 1932, los ciudadanos enfureci-
de ferrocarriles, se desarrolló un dos se reunieron en el centro de Bo-
plan maestro para la construcción de gotá exigiendo que se restablecieran
un sistema integrado de vías férreas los empleos en las obras públicas. Olaya
y carreteras en el oriente y en el oc- Herrera se sintió lo suficientemente

106 A. Patiño, Op. tit., p.375.


107 l-aureano Gómez se mostró especialmente sa¡cástico en relación con la Comisión Nacio-
nal de Vías Férr-eas, a la cual se ¡efirió en una entrevista publicada en El Tiempo el 16 de
noviembre de 1934, como "el más extraordinario, más escandaloso y más repugnante
excremento de la burocracia republicana liberal". Un examen detallado de la política
de transporte durante el gobierno de Olava Hel-re¡a se encuentra en Donald S. Balnhart,
"Colombian Ti-ansport and the Reforms of 193 I : An f,valuation" , Hispanic American Hislorical
Reutzu,38(2), Durham, Duke, University Press, 1958, pp. l-24; Richard E. Hartwig, Roads
to Ret¿son. Trarcportation, Administtation, and Ratioruility in Colombia,, Pittsburgh, University of
Pittsburgh Press, 1983, pp. 105-111.
l0B El Tiempo,24 de diciembre de 1931.
258 I tn mod¿mización en Colotnbin

amenazado como para encarcelar a incremento en el gasto público, ase-


Guillermo Hernández Rodríguez y a guraron que la decadencia económi-
Gilberto Vieira, líderes comunistas de ca colombiana no se prolongara más

LY la protesta. La presión pública obligó allá de 1932. De hecho, durante aquel
al gobierno a abandonar gradualmen- terrible año, hubo signos de recupe-
te la austeridad económica prescrita ración. Ya parajunio de 1932, Olaya
por Edward Kemmerer. Colombia pudo jactarse de que el sistema ban-
abandonó el patrón oro en octubre de cario de la nación era sólido, las ex-
1931, y el gobierno se vio presionado portaciones habían retomado un rit-
continuamente para que declarara la mo normal, la tasa de desempleo
moratoria en el pago de la deuda ex- había disminuido, la cosecha de café
terna. Olaya cada vez estaba menos era excelente y las nuevas entidades
dispuesto a apoyar el riguroso pro- nacionales de crédito ofrecían nue-
grama de Kemmerer. "He tratado de vos préstamos.rrl Los proyectos de
jugar el juego de los americanos", se obras públicas, suspendidos desde
quejó. 1930, se reanudaron en 1932, llevan-
do al historiadorAlfonso Patiño a ahr-
Hice aprobar las leyes petroleras que
se me indicaron, se hrmó el Contra-
mar que su restauración había sido
to Barco, he intentado proteger los
"uno de los legítimos motivos de orgu-
intereses norteamericanos en [nues- llo para el gobierno de Olaya",rr2 Los
tros] aranceles [...]. Me parte el alma colombianos tuvieron suficiente buen
que los norteamericanos me fallen al ánimo durante 1932 como para crear
final.ros una nueva institución social, el Con-
Las dihcultades de Olaya para con- curso Nacional de Belleza. El 19 de
segrir nuevos empréstitos de los ban- mayo, Aura Gutiérrez, de Antioquia,
cos estadounidenses lo llevaron a au- fue coronada Señorita Colombia, des-
mentar la masa monetaria mediante pués de derrotar a Margot Manotas del
la devaluación de la moneda y otras Atlántico y a Elvira Rengifo del Valle
medidas. Eventualmente, se vio obli- del Cauca.rI3 La mujer más bella de
gado a declarar una moratoria par- Colombia fue coronada en el Teatro
cial en el pago de la deuda externa, Colón de Bogotá, en medio de una ex-
la mayor parte de la cual se había travagancia que recordaba el ambiente
contraído con bancos norteamerica- de los viejos carnavales estudiantiles
nos.rro Estas medidas, junto con un de ia capital.

109 P Drake, Op. cit., p. 66.


ll0 lbíd., p.74; A. Patiio, Op. cit., p. 572.
lll El mensaje económico está sintetizado en A Patiio, Op. eit., pp.462-463'
112 Antes del fin del año, una guerla extranjera habría de llevar al gobierno a dar empleo
a miles de personas rnás y a invelti¡ millones adicionales en la economía nacional.
I l3 A. Patiño, .Op. cit., pp. 458-459.
El catnbio social y el desafio a la autoridad tradicional I 259

Por qué fracasó el bipartidismo accidental, producto de circunstancias


fortuitas.
Olaya Herrera pudo enfrentar con efi- Lo anterior apunta a una de las
ciencia los problemas económicos de paradojas de la presidencia de Olaya
Colombia, en gran parte debido al go- Herrera. Este, un fino diplomático,
bierno de coalición que conformó amigo de presidentes y de magnates
cuando se posesionó,y qqe le fue muy norteamericanos, líder equitativo y
útil durante tres de sus cuatro años magnánimo, era el resultado del sis-
como presidente. Dos mandatarios tema político colombiano, polarizado
anteriores en el siglo xx habían go- y dirigido por las élites. Nació en una
bernado mediante alianzas biparti- modesta familia liberal en Boyacá y
distas, aunque ninguno de ellos tuvo vio cómo su familia se arruinó en las
el éxito de Olaya. Rafael Reyes y Car- guerras civiles de 1885 y 1895. Las ri-
los E. Restrepo fueron conservadores validades entre los partidos y los odios
que gobernaron con la ayuda de los heredados lo habían llevado a que-
liberales. Sin embargo, Reyes pasó la brar las narices de los.jóvenes con-
mayor parte del Quinquenio con- servadores antes de cumplir veinte
trolando a la oposición a través de la años, y había luchado en la Guerra de
fuerza militat y Restrepo fue reduci- los Mil Días. Pero Olaya había apren-
do a la inoperancia por las débiles dido a despreciar la militancia parti-
alianzas partidistas que aplastaron su dista. Aceptó la candidatura a la pre-
moderado republicanismo, "como al- sidencia en 1930 únicamente cuando
godón entre cristal".rla se le hubo asegurado un importante
Colombia y su nuevo presidente apoyo bipartidista. A faita de este apo-
fueron doblemente afortunados. No yo, o enfrentado a un Partido Conser-
sólo gobernó Olaya Herrera en un vador unificado, Olava Herrera jamás
momento de relativa armonía entre habría sido presidente.
las élites liberales y conservadoras, Esto revela que en 1930 Colombia
sino que lo hizo en una época en la continuaba siendo una nación cautiva
cual los principales Estados occiden- de sus dos partidos políticos. A este res-
tales se precipitaban hacia la dictadu- pecto no era diferente de Io que ha-
ra y el desastre. Gracias al embrollo bía sido durante los ocho años ante-
del Partido Conser-vador en 1928- 1929, riores. Como vocero principal de una
la élite política colombiana pudo alianza bipartidista, Olaya gozó de
manejar los urgentes problemas eco- gran libertad en el manejo de los asun-
nómicos de manera especialmente tos económicos. No obstante, los viejos
rápida. El gobierno de Olaya de "con- odios y las tradiciones partidistas per-
centración nacional", extraordinaria- manente e insidiosamenfe erosiona-
mente efectivo, fue en realidad aigo ron el apoyo bipartidista que había

ll4 Frase acuñada por el directol de El Tiempo, Eduardo Santos.


260 Itt nulerni:.ación en Colontbia

recibido al comienzo. El triste hecho cinco años anteriores que


de la vida política colombiana es que,
-técnicas
los seguidores de Núñez habían
a pesar de que Olaya afirmara su aprendido de sus predecesores en el
neutralidad, su partido estaba desti- pode¡ y así sucesivamente hasta los
nado a prosperar a expensas de los albores del republicanismo en Co-
conseryadores. lombia-. Los liberales no perdieron
EI sistema político colombiano era tiempo en utilizar todas las antiguas
enormemente centralizado. Además técnicas de manejo de votos para asu-
de los miembros de su propia familia mir el control de los cuerpos electo-
oficial, el presidente de Ia nación rales. Pala 1933, los liberales tenían
nombraba a los gobernadores de los la mayoría en más de la mitad de los
departamentos, quienes, a su vez, nom- concejos municipales y de las asam-
braban a los alcaldes de más de ocho- bleas departamentales. Cuando Olaya
cientas ciudades y poblaciones.rrs Es- dejó la presidencia, el Senado y la Cá-
tos funcionarios proveían los cargos de mara de Representantes se encontra-
sus oficinas y dependencias con ami- ban en manos de los liberales.
gos y aliados políticos, generando así EI inevitable predominio liberal
una vasta reorganización burocrática había llenado de temor a los conser-
con cada cambio de gobierno. Como vadores en febrero de 1930. Rafael
sucedió en el caso de Olaya, cuando Azula Barrera recordaba que la elec-
el nuevo régimen trajo al partido opo- ción de Olaya había generado en él y
sitor al poder; pocos de los miembros en sus copartidarios la impresión de
de la colectividad que había perdido una calástrofe inminente.r16 Los con-
habrían de permanecer en sus cargos. servadores se agolparon en las igle-
Análogamente, era inevitable que, sias el 10 de febrero, al día siguiente
en la medida que los liberales asu- de las elecciones. Oraban para que
mieran posiciones claves dentro del se diera una inten¡ención divina, por la
gobierno, los cuerpos elegidos comen- muerte de Olaya Herrera, por cual-
zaran a favorecerlos. Los partidos en quier cosa que le evitara a la nación
el poder tenían innumerables mane- l'a ellos mismos los sufrimientos que
ras de ganar las elecciones. Los libe- se avecinaban.rlTTres guerras civiles
rales colombianos habían estudiado lrabían seguido a su propit.r ascenso
las técnicas de fraude electoral de Ios al poder en 1880, y en 1930 nadie
conservadores durante los cuarenta y poclía estar seguro de que los jefes

Il5 Estas ochocientas cuatro comunidades eran designadas como "cubeceras" o pueblos
principales, sedes del gobielno de la unidad básica de la aclmittistración política colom-
biana, el municipio. Urr Concejo Nfunicipal, elegido popularmente, compartía los debe-
les administrativos con el alcalde.
I 16 Rafael Azula Balt'era, De Ia rettolutión al ordett rttte-uo, Bogotá, I{elll 1956. p 23
l17 Nfario Latorre Rueda, "l930-1934. Olala Hel-t-era: un nue\'() r'égimen", en: Ával-o Tira-
dcr Mejía, ed., Ntura histori,¿t de Calonbía, r'ol. I, Bogotá, Pl;:ileta, 1!189, p. 283 Algunos
sabían que por aquella época Olava se elrcontl-aba gl'avelllente enfel'tlro.
El cambio soci,al 1 el desafio a La, autoriúñ tradrcionnl I 261

del partido no se lanzaran a la guerra que cargos gubernamentales mal re-


para impedir ser despojados de su munerados y un deficiente control de
poder. la elaboración de políticas públicas.
La elección de Olaya, sin embar- La particular intensidad de la po-
go, no originó ninguna guerra civil. lítica colombiana del siglo xx estaba
Para 1930, el Estado era ya lo suficien- arraigada en una convergencia única
temente poderoso como para no ser de factores ecológicos, culturales, eco-
derocado porjefes partidistas conver- nómicos e ideológicos. Los colombia-
tidos en generales. Pero no era toda- nos eran una población que había vi-
vía lo suficientemente poderoso como vido, a lo largo de su historia, aislada
para evitar que el derramamiento de por las montañas y en una situación
sangre estropeara la cosecha de triun- de relativa pobreza. Su contexto so-
fos. Al final de la presidencia de Olaya, cial era dejerarquías y de interdepen-
cientos de colombianos habían muer- dencias de índole dolorosamente lo-
to y miles se vieron obligados a aban- cales e inmediatas. A comienzos del
donar sus hogares. siglo xrx rompió sus lazos con España
La violencia en Colombia duran- y, al hacerlo, Colombia perdió la fuer-
te el cambio de gobierno suscita una za que la había unificado políticamen-
serie de interrogantes. El primero es: te, la monarquía. Una vez lograda la
iqué dinámica envió a tantos ciuda- independencia, y desaparecidos los
danos al exilio o a la muerte en un reverenciados héroes de la revolu-
momento en el cual los jefes de los ción, se inició un proceso de disolución
partidos en Bogotá aconsejaban la territorial que, entre I 840 y 1842, arne-
moderación? Segundo: iqué le dio a nazó con reducir a Colombia, llama-
los partidos Liberal y Consewador da entonces Nueva Granada, a un
en Colombia su peculiar dinamismo en conjunto de regiones en guerra. Las
una época en la cual los partidos de lealtades políticas no se extendían
la misma denominación habían des- más allá del caudillo o cacique local,
aparecido en casi toda América Lati- o al patrón o superior social inme-
na?r18 Finalmente: ¿por qué no le fue diato. El gobierno central en Bogotá
posible a Olaya Herrera controlar era impotente y la nación se encon-
una lucha política tan encarnizada tró al borde de la anarquía. Los co-
que llevaba a la policía conservadora lombianos necesitaban desespera-
a acosar a los votantes liberales antes damente una fuerza capaz de unificar
de 1930, y a la policía liberal a hacer sus regiones y de permitir que sus vo-
lo propio con los conserwadores des- ces se escucharan en Bogotá. Encon-
pués de la posesión de Olaya? Todo traron su fuerza unificadora en los
esto sugiere que había en juego más partidos Liberal y Conservador.

118 La evolución de los Partidos Conservador-es en Latinoamérica se discute en.fames D.


Henderson, "Latin America Consel-vative Parties", en: Bat'bara A. Thnenbaum, ed.,
Encyclopedfu of ktti'n American History, Nueva Yot-k, Scribner's, 1992.
262 I ta mod¿rnizadón en Colombüt

El primer partido político moder- tema federal para la nación, se abolía


no de Latinoamérica, el Partido Li- la pena de muerte y se garantizaba
beral, fue creado por hombres que plena libertad de expresión. Otras le-
deseaban promover los principios yes aprobadas durante el predominio
igualitarios y libertarios que habían liberal abolían la esclavitud, estable-
dado lugar al movimiento revoluciona- cían un sistema de educación públi-
rio mismo. Deseaban atacar todo tipo ca, liberaban el comercio y golpea-
de privilegio arraigado y de restric- ban los arraigados privilegios sociales
ción a la libertad individual, sostenien- y económicos.rre
do que actuar de otra manera era El liberalismo colombiano, origina-
irracional e inconsistente con el espí- do en el racionalismo de la Ilustración,
ritu democrático de la época. En Co- orientado por una vasta bibliografia de
lombia y en otros lugares, los libera- escritores políticos europeos y ameri-
les se dedicaron a su tarea con un celo canos, y concretado mediante leyes
que deleitó a algunos y horrorizó a nacionales, puso en marcha un pro-
otros. Miembros de este último gm- ceso de selección que pronto polari-
po intentaron contrarrestar las refor- zó al país. Ningún hombre que dis-
mas liberales creando los Partidos pusiera de medios en Colombia podía
Conservadores. permanecer impasible ante la avalan-
Durante las décadas del cuarenta cha de la legislación reformista apro-
y del cincuenta del siglo xrx, los libe- bada a mediados del siglo xrx. Los
rales colombianos lucharon por ha- miembros de la élite se unieron a los
cer que su programa revolucionario liberales o a las fuerzas que se les opo-
se convirtiera en el programa de la nían, haciéndose miembros del Par-
naciórr. Atacaron las restricciones in- tido Conservador. Y a cada uno lo se-
dividuales de toda índole y promo- guían sus familiares, amigos, adeptos,
vieron un programa social igualitario, así como todos aquellos que depen-
argumentando, a partir de premisas dían de alguna forma de é1.
racionales y utilitarias, que una socie- Los conservadores colombianos in-
dad buena era aquella que ofrecía el gresaron a las filas de su partido por
máximo de libertad individual. Co- diversos caminos. Muchos de sus más
ronaron sus logros en las constitucio- intransigentes miembros eran católi-
nes redactadas en 1853 y 1863. En ta- cos practicantes, que encontraban el
les documentos se separaba la Iglesia anticlericalismo liberal equivocado y
del Estado y se garantizaba la libertad pernerso. Otros vieron perjudicados
de cultos, se decretaba el sufragio uni- sus intereses económicos por las re-
versal masculino, se establecía un sis- formas liberales. Y un gran número

ll9 Estas Constituciones aparecen en Miguel Antonlo Pombo y José Joaquín Guerra, eds.,
Constituciones d¿ Colombin, vol. 4, Bogotá, Biblioteca Popular" de Cultur-a Colombiana, Im-
pr-enta Nacional, 1951, pp. 125-159.
El canbio social y el desafio a ln autmida.d traditiornt i 263

de colombianos se afiliaron al partido no en la mayor parte de América l-a-


Conservador porque alguien a quien tina.r20 La aparente impermeabilidad
amaban, respetaban o temían lo ha- de la nación a la reforma era aque-
bía hecho. llo que tanto había frustrado a Los
A través de sus partidos, los co- Nuevos y a los activistas políticos que
lombianos encontraron una nueva habían intentado crear partidos Ia-
manera de promover sus intereses boristas y socialistas en Colombia. Fi-
----e incluso de moldear la política gu- nalmente, en 1930, el Partido Libe-
bernamental cuando tenían la suerte ral se anunciaba como el conducto
de acceder al poder-. En lo sucesivo, lógico, en realidad como el único con-
los dos partidos colombianos desem- ducto político, medianre el cual podía
peñaron el mismo papel que los par- introducirse una reforma en un país
tidos políticos en Europa y en Améri- cuyo sistema político había hecho fra-
ca del Norte. Al igual que en aquellos casar siempre el cambio.
lugares, en Colombia las razones que Los académicos colombianos han
motivaban la filiación política parti- señalado una combinación de factores
dista eran diversas y a menudo idiosin- como fuente de la violencia y del gla-
crásicas. cial ritmo del cambio político y social
La particular perdurabilidad de los en su país, tales como la debilidad del
partidos Liberal y Conservador en Co- Estado central y la intensa politización
lombia fue, en gran medida, una fun- de los ciudadanos. Luis López de
ción del largo predominio conservador Mesa contó seis "frustraciones" histó-
que se extendió hasta 1930. Esre, a su ricas del destino nacional, que se ex-
vez, se explica en parte por la tardía tendían desde la época precolombi-
modernización del país. Dado que el na hasta laWolencia de las décadas del
cambio social tardó en llega¡ y que cuarenta y del cincuenta del siglo xx.
el costo humano que invariablemente Atribuía las dos frustraciones de ese
se paga en tales procesos tardó en ma- siglo, la Guerra de los Mil Días y la
nifestarse, fue relativamente sencillo Violencia, a las élites políticas nacio-
para los conservadores colombianos nales, "que arrojaron al país al abis-
mantener controlados a los reforma- mo de todas las locuras imagina-
dores entre 1880 y la tercera década bles".r2r Orlando Fals Borda señaló
del siglo x>l. Hubo una época en la que tres momentos de la historia nacio-
el liberalismo ocupaba el primer pla- nal en los cuales los sueños utópicos

120 Es importante señalar que el liberalismo de fines del siglo en América Latina fue
una
versión "conservatizada" de esta ideoloeía. El proceso mediante el cual se dio esta meta-
morfosis se discute en charles Hale, "political and social Ideas, lB70-1930,', en: Leslie
Bethell, ed-' The Ctt'mbtidge History of kttin Anwtica, vol.4, Nueva York, Cambridge University
Press, 1986, y en el libr-o del mismo aulor, Tlte Tiansfonnation of Liberah,sm in ktte
Nineteenth
Cenlurl Méxieo, Princenton, Pl-inceton University ptess, lggg.
l2l LuisLópezdeMesa,Ás¿n¿l¿lt.i.osociol,ógicodektlti^storincolombiana.2..ed.,Bogotá,ABC, lgb5,p. T2.
264 I tn nzodetnización en CoLotnb'ia

de los reformadores sociales fueron había creado innumerables puntos de


aplastados por el poder que ejercie- conflicto en todo el quebrado territo-
ron viejos patrones de pensamiento y rio nacional. Con el paso del tiempo,
de acción. La utopía socialista pro- desde la creación de los partidos Li-
puesta durante la década del veinte beral y Conservador, los colombianos
fracasó ante un sistema dominante di- tendieron a emigrar a aquellos mu-
rigido por las élites liberal y conserva- nicipios donde podían hacer parte de
dora, que encerró a Colombia dentro la mayoría política. .Para 1930, tres
de una "tradición señorial burgue- cuartas partes de los municipios, con-
sa".r22 Frustración fue precisamente lormados por sus cabeceras y sus ve-
el sentimiento que experimentó En- cindarios, poseían apreciables mayo-
rique Olaya Herrera cuando la vio- rías liberales o conservadoras. En 159
lencia política debilitó el consenso re- de ellos del2O% del total-
publicano que tanto le había avudado
-cerca
el 9O7o o más de los residentes vota-
durante los primeros años de su go- ban tradicionalmente por el Partido
bierno. Liberal o por el Conservador.r23 Así,
cuando se posesionó y comenzó a lle-
nar los cargos de las oficinas naciona-
Violencia en el cambio les con liberales, Q!ey+ djrecta o in-
de regímenes
{irgctamente, envió a miembros de su
partido a lugares en los cuales no se
Lo más penoso para Olala fue la ex- había visto un liberal en la adminis-
trema diflcultad que tuvo en conte- tración durante cerca de medio siglo.
ner la violencia cuando esta se desa- Los conser-vadores que residían en
tó. Los incidentes de den'amamiento aquellos lugares veían, desde luego,
de sangre por lo general ocurrían le- este cambio con preocupación, a ve-
jos de la sede del poder político, en ces con temor. Los liberales, por su
la polvorienta plaza de algún pueblo palte, consideraban esta nueva situa-
remoto que se encontraba al f,rnal de ción en muchos casos como una opor-
un largo camino de herradura. Cttan- tunidad de deshacer viejos entuertos.
do se enviaban fuerzas especiales para Al igual que en los municipios, la
Ia preservación de la paz a lugares mayor parte de los departamentos y
semejantes, llegaban por lo general regiones colombianos tenía mayorías
varios días después de ocurriclos los liberales o conser-vadoras en 1930. El
incidentes. EI proceso de selección Partido Liberal dominaba en Ia cos-
que había llevado a los colombianos ta Atlántica, en los clepartamentos de
a seguir a uno de los dos partidos Atlántico, Bolívar y Nfagdalena. El

122 Orlando Fals Borda, La ytbversiótt en Colotnltiu. l/isión del, catnbio social ¿n h hislotia, Bogotá,
Tercer Mundo, 1967, p. 185.
123 Véase Paul Oquist, "Las elecciones plesidenciales, i930-1970", Boletín i\fensual de Estadístha,
(268-269), 1973, pp. 63-33'1.
El cambio social y eI desafio a l,a autoridail tradfuionnl I 26c

Valle y los territorios de los Llanos Al noroccidente de Tolima se encon-


Orientales, escasamente poblados, traba el municipio de El Líbano, co-
eran en su mayor parte liberales. El lonizado por pioneros antioqueños li-
consematismo predominaba entre los berales durante la década del sesenta
piadosos antioqueños y entre la gen- del siglo xrx.r2a El liberalismo de El
te de Nariño. Huila, en la parte alta Líbano se convirtió en una anomalía
... del valle del Magdalena, era predo- al lado de los municipios aledaños,
* minantemente conservado¡ mientras todos fuertemente conservadores:
que Tolima, su vecino del norte, ten- Villahermosa, Casabianca, Herveo y
dia a ser de mayoría liberal. En los .Fresno, hacia el norte, y Santa Isabel
,' Santanderes ocurría lo contrario: y Anzoátegui hacia el sur.
i mientras que Santander del Norte Sin embargo, incluso municipios
. era conservador, Santander era en su como El Líbano, en los cuales predo-
mayor parte liberal. La Cundinamarca minaba una filiación bien definida y
rural era conservadora, y Bogotá, li- de larga data, tenían invariablemen-
beral. Qe h.ggJro, todas las ciudades y te zonas habitadas por residentes del
.,,. pugllos más importantes de Colom- partido opuesto. El Líbano es un
/ bia tendían a ser liberales..Los boya- ejemplo pertinente de este hecho. Co-
censes se encontraban entre los co- lonizado por los liberales y para los
lombianos más pragmáticos, y quízá liberales, en El Líbano había veredas
más maleables, pues tendían a votar como La Yuca, ubicada en su fronte-
por el partido que se encontrara en ra sur y vecina de Santa Isabel, pre-
el poder. dominantemente conservadora. La
Dentro de cada departamento ha- Yuca se originó como proyecto colo-
bía regiones en las cuales predomi- nizador iniciado por el propio Ismael
naba uno de los dos partidos. El sur Perdomo, entonces obispo de Ibagué.
de Tolima, por ejemplo, era de ma- El obispo Perdomo había concebido
yoría conservadora, con excepción de este vecindario rural como una obra
la zona montañosa occidental, que caritativa, dentro del espíritu de De
era liberal. Lo contrario sucedía en rei'utn noaarum y, a la vez, como una
el norte, donde los pueblos del valle manera conveniente de infiltrar con-
como Honda, Mariquita y Armero servadores religiosos en El Líbano, un
eran conocidos por su liberalismo, y municipio cuyo fundador había sido
las montañas al occidente, coloniza- un libre pensador, y donde las perso-
das por antioqueños, eran en su ma- nas que no eran católicas tenían in-
yoría conserwadoras. Pero incluso den- cluso su propio cementerio. Los nue-
tro de las regiones había reductos ve kilómetros cuadrados de tierra que
donde primaba el partido contrario. se convirtieron en La Yuca habían sido

124 Dos historias de El Líbano pueden encontr-ar-se en f,duardo Santa, Arrieros l fundldores.
Aspectosdehcolonizaciónantioqueñu, Bogotá,Cosmos, l96l,yenJamesD.Henderson,Cuando
Colombin se desangró, Op. tit., pp. 191-225.
266 I tn m.ode¡nización en Colotnbia

de propiedad del general conservador gobernadores, alcaldes y funcionarios


Manuel Casabianca, gobernador de públicos, los viejos patrones de pa-
Tolima durante muchos años. Sus he- tronazgo se modificaron. .Los conser-
rederos se los vendieron a la Iglesia vadores comenzaron a perder cargos
precisamente para diluir la fuerza li- .que pasaron a manos de liberales,
beral en El Líbano.t25 quienes se apoyaron en las redes
Estos antiguos hechos ilustran la clientelistas locales. A los líderes lo-
verdad de que cada municipio colom- cales, caciques y gamonales, se les pi-
biano tiene su propia historia de co- dió que hallaran maneras de mitigar
lonización y politización. El Líbano, o de eliminar el imPacto de los cam-
como municipio liberal, Padeció el bios.r27 La continuada actividad elec-
gobierno consen¡ador entre 1885 I toral desarrollada durante los meses
1930. Durante aquellos años, su gen- siguientes a la posesión de Olaya con-
te vio cómo se anexaron Partes del tribuvó a intensificar las tensiones. A
municipio a los municipios vecinos de los votantes de cada municipio se les
Villahermosa y Santa Isabel, v presen- decía continuamente que se reserva-
ció el asesinato del fundador, Isidro ran para los tres comicios importan-
Jes que tendrían lugar en 1931.
Parra, durante la guerra civil de 1895. En
Cuando los liberales de El líbano. re- febrero habría elecciones para las
cobraron el poder desPués de 1930, A1.?gblsut DePartamentales; tres
continuaron con la tradicional prác- meses más tarde, en mayo, serían ele-
tica de acosar y finalmente asesinar gidos los miembros de la Cámara de
conseruadores. Una serie de abusos re- Representantes, y en octubre los de
lacionados con las elecciones entre los Concejos Municipales. Durante las
1933 y 1934 tuvieron como resultado semanas que precedieron a los Pri-
la muerte de varios campesinos de La meros comicios, fijados Para el 5 de
Yuca, y el encarcelamiento del líder febrero, hubo una continua revisión
conservador José del Carmen Parra.
126
de las listas de votantes en muchos de
Era inevitable que todo municiPio los municipios colombianos. Donde
colombiano experimentara algún gra- ocurrió esto, veredas enteras se Pu-
do de tensión política después del 7 sieron en marcha, a medida que acu-
de agosto de 1930, cuando asumió el dían en gran número los campesinos
poder el nuevo gobierno. A medida a los pueblos Para registrarse de nue-
que se procedía al nombramiento de vo, a menudo detrás cle un Patrón o

125 Más detalles sobre La Yuca y sus orígenes pueden encontlarse en James
D. Hendel-son,
Ibírl , pp. l9l, 297-302.
126 incidentes se clescriben en mayol detalle en Ibí'd', pp 208-209'
E,stcrs
cle patlonazgo después
127 T B. Horgan, op. cit., pp 226 y ss., discute la ntpttt|a de las redes
la mejor- presentrtción acet'ca de los
de lg30 en el contexto á" lu páliti.o b.vacense. Quizás
"AIgunas not:rs soble la historia
gamonales y caciques en Cc,lübia sea la cle Nlalcol'r Deas,
áel caciq,,i,-o en colombia,,, R¿xiskL rle Hi.stotitt,2(1), Bogot.á, mavo, Ig7.l,
pp. 29-4'1.
El cambio social y eI desafio a la autorid,ad tradicional I 267

cacique. Viajaban hasta la cabecera Hubo señales de un conflicto in-


municipal, a la plaza central, donde minente en Santander, incluso antes
se encontraban las oficinas del jura- de que Olaya Herrera se posesiona-
do electoral. Esto inevitablemente lle- ra. En mayo de 1930, eljoven santan-
vó a la conffontación entre grupos an- dereano Rafael Górnez Picón obser-
tagónicos, pues los bandos rivales se vó con creciente preocupación cómo
mezclaban en las calles del pueblo. se precipitaban los acontecimientos,
lomo cada campesino llevaba un advirtiendo "la más absoluta desmo-
machete y muchos estaban armados, ralizaciín" entre quienes lo rodeaban.
'las
posibilidades de violencia eran in- Escribió que el cambio político que
finitas. se avecinaba había despertado una
' La violencia de 1930 y los años si- "brutal exuberancia" en los corazones
guientes fue más fuerte en la parte de liberales y consewadores. Gómez
nororiental de Colombia, en el terri- Picón sabía que los liberales de San-
torio de la Cordillera Oriental. Esta tander se preparaban para reclamar
zona abarcaba la mayor parte de justicia por lo que llamó
Santander del Norte abajo de Cúcuta,
y se extendía por las montañas conti- [...] todo ese cortejo de espantosos
crímenes perpetrados al amparo de
guas del oriente de Santander y Boya-
una falsa libertad y de una república
cá. Por ser una zona de antiguos co- de cartón que era, precisamente, la
lonizadores, ia parte nororiental de negación de la república.
Colombia tenía f,ama de producir gen-
te fuerte de espíritu independiente. Había escuchado a sus copar-
Para la década del treinta era una tidarios liberales hablar en secreto de
región excesivamente poblada y en derrocar al enemigo consen'ador trein-
decadencia económica; sus laderas es- ta años antes, había oído hablar de las
taban deforestadas y erosionadas, I' gloriosas v terdbles batallas de Peralonso
muchos de sus habitantes más capa- v Palonegra. ",Abh'erán las oscuras go-
ces habían abandonado la región en londrinas]", se presrntaba Gómez Pi-
busca de un futuro más promisorio.i:3 cón,12e \o tuvo que esperar largo
Con la llegada de la decadencia eco- tiempo la respuesta.
nómica en 1928 y en años posteriores, El presidente Olaya Herrera trató
esta zona de Colombia se encontró de ser equitarivo en el nombramien-
especialmente mal preparada para to de1os goberr:radores de los depar-ta-

un importante cambio político. mentos. Siete de los trece gobernadores

128 Christopher Abel, "Conser-vative Partv in Colombia", disertación de doctorado, Oxfor"d,


Inglaterra, University of Oxfbrd, 1974, p. 381, sugiere que los problemas políticos que se
dieron allí pueden haber sido, en palte, el resultado de un vacío de liderazgo político.
129 Los pasajes citados son tomados de Rafael Gómez Picón, EsLampillas de timbre parroquial,
Bogotá, Renacimiento, 1936, pp. 172,173,179.
268 i L,a ¡nodemización en Colotnbin

nombrados eran consen/adores, y fue- tañosa del departamento, cuya Po-


ron enviados a aquellos departamen- blación principal era Málaga, circun-
tos conocidos por sus mayorías con- dada por Capitanejo, veinte kilóme-
servadoras. Pero designó a miembros tros al sureste, en la frontera con
de su propio partido para que presi- Boyacá, Molagavita, diez kilómetros
dieran en los departamentos libera- al occidente; I San Andrés, Guaca Y
les del Valle, Tolima, Santander, Cerrito, a un día de camino hacia el
como también en BoYacá Y Cundina- norte. Quince kilómetros al sur de
marca.r30 Alejandro Galvis era el más Málaga domina el paisaje la Sierra
conocido de los nuevos designados del Nevada del Cocuy, cuyos más altos pi-
gobierno. Miembro incondicional cos exceden los cinco mil quinientos
del partido y originario de Bucara- metros. Sobre su ladera oriental, al
manga, Galvis había publicado el dia- otro lado de la frontera, en BoYacá,
rio Vanguardia Liberal durante más de seencuentran pueblos cuyos nombres
diez años en la cual había habrían de hacerse famosos durante
-década
atacado la manera como los conser- la violencia posterior en Colombia:
vadores robaban habitualmente las Chiscas, Boavita, Güicán y Chulavita.
elecciones a Ia mayoría liberal de su Durante los ochenta años transcurri-
departamento-. Eran comicios que dos desde la creación de los Partidos
eljoven G6mez Picón, uno de sus co- colombianos la región del Cocu¡ en
laboradores, había caracterizado Boyacá, había sido de mayoría conser-
como vadora; mientras que García Rovira,
en Santander, había sido predominan-
[...] grotescos y bochornosos zafárr¿n-
chos electoreros paraburla cÍnicay des-
te v militante liberal. Los liberales de
caradamente la voluntad pop"la¡ [. . .] García Rovira habían sido privados de
una persecución torpe, inmisericorde sus derechos civiles desde 1885; sin
y bmtal conna aquellos elementos que embargo, gracias a los esfuerzos del
no se plegaban ante el halago ni ante gobernador Galvis, tal situación esta-
la amenaza.l3l
ba a punto de cambiar drásticamente'
El gobernador Galvis se disPuso Sabiendo que los conservadores no
a asegurar a los liberales su mayoría renunciarían con facilidad a sus ma-
en cuanto se posesionó. Comenzó por vorías electorales, Galvis nombró al-
nombrar a Felipe Cordero como se- calde de Málaga a un veterano de la
cretario de la Gobernación, su prin- Guerra de los Mil Días, el general
cipal lugarteniente administrativo. \/irgilio Amado. El general podía ga-
Cordero había nacido en el fuer¡e li- rantizar el control de la policía libe-
beral de la provincia de García Ro- ral recientemente contratada, envia-
vira, una zona extremadamente mon- da a García Rovira a sustituir a los

130 Los nombramientos de Ola,va se discuten en T B. Horgan, Op. ci.t., PP.216-224.


l3l R. Górnez Picón, OP cir., p. 18.
El catnbio sociall el desafio a la autoridndtradicional I 269

conservadores que habían seguido las quería un esfuerzo máximo en los


directrices del gobierno anterior. El comicios que se avecinaban, lo cual
general Amado podía también obser- signihcaba ayudar a la nueva admi-
var de cerca a un grupo de sacerdo- nistración a asegurarse de que las co-
tes militantes, cuyo líder espiritual era misiones electorales conser-vadoras no
el audaz obispo de Pamplona, Rafael alteraran las listas de votación como
Afanador, cuyos incendiarios clérigos lo habían hecho desde la época de
en García Rovira incluían al padre Raf,ael Núñez.
José María Castilla en San Andrés y al Los conservadores de los munici-
padre Daniel Jordán en Málaga.r32 pios cercanos a García Rovira esta-
Otros nombramientos claves incluye- ban preparados para enfrentamientos
ron a los alcaldes liberales Ezequiel cuando se dirigieron a sus respecti-
Herrera, en Capitanejo, y Constantino vas sedes municipales en diciembre de
Rueda en Guaca.t33 Con hombres en 1930. Cada vez que abandonaban la
quienes podía confiar rodeando a Gar- relativa seguridad de su termño y via-
cía Rovira, y estos a su vez apoyados jaban al pueblo, entraban en territo-
por una policía simpatizante, el go- rio enemigo. La jornada por los es-
bernador Galvis sabía que las listas de carpados senderos de la montaña los
votación pronto llegarían a reflejar la llevaba a cnrzar por veredas libera-
verdadera composición política de les para llegar a las cabeceras muni-
esta provincia.rs4 cipales, donde predominaban los
91-p.-l-t-". paso para restablecer el miembros del partido contrario. Aho-
predominio político de los liberales ra, sin embargo. no podían contarTon
consistió en revisar las listas de votan- la amistad de la policía y de los fun-
tes habilitados en cada uno de los mu- éionarios municipales para proteger-
nicipios de García Rovira. Y la revi- los. Ahora todos ellos eran liberales.
sión debía hacerse apresuradamente. "Para estudiar y resolver nuestros
Como los senadores colombianos eran problemas sociales y especialmente
elegidos por las Asambleas Departa- el de la violencia partidista", escri-
mentales, las elecciones de febrero de bió el santandereano Manuel Serra-
193 I podrían dar a los liberales una no Blanco,
mayoría en esta corporación nacio-
nal. Todos los liberales de García [...] debemos examinar diversos fe-
Rovira sabían, entonces, que se re- nómenos: la miseria económica, la

132 Para más detalles sobr.e DanielJoldán, véase C. .4bel, Op. cit., pp.218-220.
133 Los liberales y los conseladores habían dividido la votación de 1930 en estos dos pueblos.
La gl-an votación conser-vadora en ellos había sido el lesultado de un fraude electoral. Los
votos municipales en las elecciones presidenciales entre I930 y 1970 pueden encontral-se
en el excelente trabajo de P Oquist, Op. ci,t., pp. 65-334.
134 Los nombramientos municipales de Galvis apar-ecen en sus Me¡norias, Op. cit., vol. l,
pp. 231-234. Según T B. Horgan, Olt cit., pp.245-246, Galcía Rovira era una fortaleza de
los militantes Iiberales.
270 I tn modetnización en Colombia

invencible ignorancia, la humana reta- ds¡t".t3o Ninguno de ellos se registró


liación, el af:in burocrático, el egoísta -paiá votar aquel día.
individualismo, la anrbición polírica, el Durante la noche, otro gruPo de
r'r:
fraude electol al. campesinos conservadores se unió al
f'
de Alejandro Flerrera. Entretanto, los
Todos estos factores se reunieron
liberales, al mando del cacique Joa-
aquel lunes 29 de diciembre, cuando
quín Torres, llegaron de las veredas
un grupo de campesinos consetwado-
del norte del pueblo' Toda la noche y
res se dirigía al pueblo de Capitanejo,
a Ia mañana siguiente, los miembros
proveniente de las altiplanicies ubi-
de ambos bandos se observaron cui-
cadas al suroriente del pueblo, en las
dadosamente, anticipando el inmi-
estribaciones del Cocuy, fortaleza con-
nente enfrentamiento.
selvadora. Su enemigo, el destaca-
Los disparos comenzaron en la
mento local de policía, reforzado por
tarde, abatiendo a un gran número
numerosos civiles liberales, supo que
de hombres en la Plaza. El resto se
venía y lo aguardaba en uno de los
dispersó, refugiándose en los edifi-
costados de la plaza, cerca de las ofi-
cios vecinos, inmersos en un duelo de
cinas del jurado electoral. Los con-
rifles y pistolas que se prolongó du-
servadores estaban dirigidos por Ne-
jandro Flerrera quien, según un rante varias horas. Tán pesado y sos-
tenido fue el intercambio que muchos
informe posterior sobre los inciden-
de los heridos se desangraron donde
tes de Capitanejo, publicado por El
cayeron. No hubo manera de atender-
Tiempo, había estimulado su valor v el
los hasta el día siguiente, cuando
de sus seguidores con generosas do-
aminoró el fuego. Al menos una do-
sis de aguardiente Y de cocaína. En
cena de hombres murieron en la Pla-
cuanto el gruPo fuertemente armado
za de Capitanejo, Y el doble resultó
se aproximó a las oficinas del jurado
herido.rsT Hubieran sido más las víc-
electoral, hubo un intercambio de pa-
timas si los conservadores no hubie-
labras, se sacaron las armas y los con-
ran cortado las líneas telefónicas y te-
servadores se retiraron al otro lado
legráficas, lo cual impidió a la policía
de la plaza, mientras escuchaban los
Ilamar refuerzos de Málaga.t38
gritos,'f iGodos miserables, somos no-
García Rovira fue sólo uno de los
sotros quienes estamos ah_o1a.11 affiO"'

135 Manuel Serrano Blanco, LtLs uiñas del odio, Bucaramanga,


Imprenta Departamental'
1949, p. 16.
Fals Borda y
136 El Tiempo,31 de diciemble de 1930; Germán Guzmán Campos, Or-lando
1-¿l aiolencia e¡t Colombín. E.stwlio de un proceso so¿i,¿1, r'ol l, Bogotá,
Eduardo Umaña Luna,
Tercer Mundo, 1962, P. 23'
137 El Espectatlor del 29 cle diciembre reportó 16 mueltos
y 50 heridos ,
--
diciembre de 1930 son tomados
138 Los detalles sobre el i.cidente de iapitaneio del 29 de
deA.GalvisGalvis,Op.¿il.,r'ol'l,pp2+4-Z9O;TBHorg;irt'Optit'pp245yss;G' 288;
Guzmán,O.FalsBordavE.Urnaña, Op.cit,t'ol' 1,p 23; M Laton'eluefa,Of
cit'p
paul Oquist, IrioLenctu, cortfttto y polítíta in Coknnbía, B,gotii, I3auco Popular', 1978, pp l97- 198;
EI cambio social 1 eI desafn a la autoridad tradicional I 27 I

innumerables lugares donde se ex- liberal o los civiles conservadores ha-


perimentó la violencia en Colombia bían sido los responsables del caos.raO
a fines de I 930 y comienzos de 193 I . Mientras los dirigentes de los respec-
El I de febrero, cuando se celebra- tivos partidos protestaban su inocen-
ron las elecciones para las Asambleas cia, la violencia continuaba.r4r A me-
Departamentales, más de cien per- diados de 1931, después de una
sonas murieron en una serie de in- batalla que dejó catorce muertos en
cidentes. Únicamente en Montería, Guaca, el padre Hernán F. Sanmi-
veintiocho personas murieron cuan- guel, párroco del pueblo, escribió a
do la fuerza de policía conservadora sus superiores:
disparó sobre los votantes liberales,
Estamos peor que en guerra, y sólo
y cuando civiles conservadores que- Dios podúa contener los odios políti-
maron a muchos liberales en sus ho- cos [...]. En los campos conservadores
gares.l3e En todas partes, una serie hay numerosos hombres armados
de factores locales complicaron el con grases y lo mismo en los campos
inexorable paso de un gobierno con- liberales [...]. Los conservadores de
servador a un gobierno liberal. los campos de SanAndrés, que son
rniles, tienenbuenos gftNes [...] todos
El incidente de Capitanejo, así
están armados y solamente esperan el
como numerosos asesinatos perpetra- ra2
momento de derribar el C'obierno.
dos en Santander durante las elec-
ciones para la Asamblea, llevaron a Para comienzos de 193 l, Olaya
Alejandro Galvis a renunciar a la Go- Herrera estaba alarmado por el con-
bernación a hnes de febrero de 193 1. flicto que se extendía cada vez más.
Pero no abandonó su cargo sin antes Consideró adquirir armas de Estados
iniciar un cáustico debate con el obis- Unidos, pero abandonó este plan, pues
po Afanador acerca de si la policía creyó que sería mal interpretado por

El Especta.dm 29 y 30 de diciembre de 1930; El Tiznpo, 3 I de diciembre de 1930, 29 de enero


de 1931.
I39 Los complejos acontecimientos que llevaron a la tragedia de Montería se discuten en T
B. Horgan, Op. cit., pp.252-253.
140 A. Galvis Galvis, Op. cit., vol. I, pp. 287-288. Después del incidente de Capitanejo, Galvis
viajó a Bogotá donde se reunió con miemblos del Directorio Nacional Liberal (DLN),
quienes le manifestaron su apoyo. Véase la página 253 de Memorfus, donde aparece una
fotografía de Galvis rodeado por el DLN. En la fotografía, Galvis parece sostener un
rosario en las manos.
l4l Alejandro Galvis y Manuel Serrano Blanco el'an dos de ellos. l\{ientras lamentaban los
asesinatos, intensificaban las pasiones políticas en sus respectivos diarios, Vanguardia l:ibe-
ral y El Debn El I de enel'o de 1931, Serrano pronunció un incendiario discurso contra
Galvis en la plaza de Málaga. Dieciocho meses más tarde, las muchedumbles liberales
incendiaron EI Deber.
142 G. Guzmán, O. Fals Borda y E. Umaña, Op. cit., vol. 1, pp. 20-21. El gr-as era un rifle
francés de un tiro, fabricado después de la guerra franco-prusiana. Rafael Reyes adqui-
lió miles de ellos para el ejército colombiano después de la Guer-ra de los Mil Días.
272 I to nulemiu¿ión en Colombüt

la oposición.l4s Entretanto, se acerca- Lduafdo quien había reem-


Su.rtt*o-r,
ba otra elección, la de los represen- plazado Alejandro Galvis como go-
a
tantes a la Cámara. El líder conserva- bernador de Santander, resumió así
dor Medina pronunció un
S*u,p.e.-li,g la situación del departamento en
incendiario discurso en la Asamblea aquel momento:
Departamental de BoYacá, Y días más
Los conservadores [...] se sienten
tarde fue muerto de un balazo en la hostilizados, perseguidos y abando-
cabeza por un asesino oculto, cuando nados, con indudable exageración
'caminaba con su esposa por las calles
pasional. t os liberales sonvíctimas de
de Chiquinquirá. A medida que se una permanente alarma Y, a Pesar
aproximaba la fecha de las elecciones, de su abrumadora superioridad, se
el Directorio Consewador de Chiquin- creen perdidos en cualquier inciden-
te y se precipitan a hacer escándalos
quirá advirtió a los miembros del par-
y manifestaciones [...] indudablemen-
tido que no debían permanecer inac- te reprochables.)a;
tivos ante su "enemigo tradicional":
"Que si consintieron dejarse vencer Los diarios bogotanos publicaban
por papelitos, muy distinto será de regularmente informes sobre matan-
ahora en adelante".roo zas en pueblos como Molagavita, Flo-
Los conservadores colombianos lo- rida, Guaca y San Antonio. Regiones
graron preservar el 50Vo del control enteras quedaron despobladas cuan-
de la Cámara de Representantes des- do los colombianos huyeron a Vene-
pués de las elecciones de maYo de z¡¡ela cntzando la frontera. Manuel
193 l. Pero no tuvieron la misma suer- Serrano recordó con tristeza una ca-
te cinco meses más tarde, cuando, en balgata por una región cafetera, an-
las elecciones del 4 de octubre para taño floreciente, al sur de Cúcuta, en
los Concejos Municipales, sólo obtu- Santander del Norte. Las casas que se
vieron mayorías en 361 de los 804 encontraban en esta remota región
Concejos. estaban en ruinas e inhabitados pue-
Para fines de l93l Y comienzos de blos como Arboledas, Ragonvalia,
1932, GarcíaRovira y las regiones ad- Pamplonita y Rosario. Sus antiguos
yacentes en Boyacá y Santander esta- residentes habían muerto o vivían
ban sumidas en una guerra civil. como refugiados,rn6 Serrano describió

t43 T B. Horgan, op. cit., p. 440, escribe que olava también temía que el disidente liberal
Carlos Aringo vel.r p.tdi..u utilizar los disturbios como p.etexto pa.a dar un golpe de
Estado.
I44 Darío Berancourt 8,., "De los 'pájaros' a las cuadrillas liberales del noltc del Valle",
manuscriro inédito, ponencia prcsentada en el Quinto congreso de Historia de colom-
bia, Ar-menia, 1985, P. 2.
145 Citado en T, B. Horgan, Op. cit ' p.250.
146 Informes sobrc los incidenies más espectacularcs pueden encontrarse en El Espectad'or, 30
cle junio de 1931; 29 de marzo, 17 de navo y I de
julio de 1932. véase también El
Tiernpo, l0 de diciembr-e de 1931.
El catnbio social y el desaJío a la au.tor'idad tradicional I 27 3

las montañas de Santander del Norte Afanador.justificó su acción aducien-


como do que la policía liberal trataba a los
conserr/adores como criminales, y por
[...] sitios silenciosos, de tal manera
consiguiente la Iglesia tenía derecho
asolados y entristecidos por la barba-
rie [...] por desgracia, la lucha absur- a ayudarles a protegerse. La actitud
da los fue transformando en cam- del obispo llevó a Olaya Herrera a ob-
pos malditos, que por obra del odio servar que los sacerdotes militantes
y la violencia se convirtieron en tie- eran responsables de "conducir a mu-
rra de nadie.la7 chos pobres campesinos al matade-
Un aspecto particularmente ro". 149
-gmi
noso de la violencia fue la creacién de Para mediados de 1932, era evi-
milicias en las zonas de mayor per- dente que la violencia había sobrepa-
turbación. Los miembros de ambos sado la capacidad de Olaya Herrera
bandos sintieron la necesidad de or- de controlarla. Las milicias conserva-
ganizar su resistencia, y personas en doras estaban activas tanto en el orien-
altos cargos en Bogotá y en otros luga- te como en el occidente de Boyacá, y
res colaboraron a menudo con este es- la pedrea contra el Directorio Con-
fuerzo. Alejandro Galvis acusó al mi- servador en Manizales, el 18 de ju-
nistro de guerra, Carlos Villamizar, de nio, indicaba que la ilegalidad podía
distribuir rifles a sus copartidarios con- extenderse a la Cordillera Central.
servadores antes de renunciar a su car- Sin embargo, en aquel momento, co-
go en 1932. Aquel mismo año, Olaya incidieron una serie de factores que
Herrera se vio obligado a detener la redujeron en gran parte Ia violencia
organización de las milicias liberales durante el año siguiente. En primer
por parte de Jorge Eliécer Gaitán. El Iuga¡ Laureano Gómez regresó de
l7 de marzo de 1932, Olaya ordenó Europa y asumió la dirección del Par-
disolver todos "los ejércitos partidis- iido Consenador. Sus ataques contra
tas" en Colombia, nombrando a la Olava Herrera, especialmente con..
guardia civil liberal, las milicias con- motivo de la violencia, apaciguaron a
servadolas y las milicias rojas en su los consen'adores que vivían en sitios
rsensaje.r4s Cada bando culpaba al como García Rovira, al convencerlos
otro de ayudar a organizar fuerzas mi- de que finalmente tenían quién abo-
litares. Cuando el párroco de San gara por su causa en Bogotá. En se-
Andrés organizó una milicia conser- gundo luga¡ la guerra contra Perú,
vadora, a mediados de 1932, el obispo que estalló en septiembre de 1932,

147 M. Serrano Blanco, Op. cil., pp. 44, 46.


I48 A. Galvis Galvis, Op. cil., vol. l, p. 382; I. Toncs Giraldo, Lts itzconformes, Op. cit., vol.4, p. I .069.
149 T B. I{organ, Op. tit., pp.550, 560. l-a evocadora novela de H,duardo Caballero Calderón,
El. A"kto de espalfuts, en: Obras, vol. 3, Nfedellín, Bedout, 1964, pp. 452-484, se desarrolla en
Galcía Rovira, y tiene por tema el clero altamente politizado de la Colombia rural
premoderna.
27 4 I ln modernización en Colotnbia

actuó como una descarga eléctrica so- la parte agraviada era conservadora,
bre los colombianos, quienes se unie- no tenía recursos legales en lugares
ron contra el invasor.r50También sacó como Santander, donde el gobierno
a muchosjóvenes de las zonas de con- civil estaba controlado por fuerzas hos-
flicto al reclutarlos en el ejército' Fi- tiles. E-ntre l99O y 193-2, cerca d¡ dos
nalmente, la razón de ser política de mil pi-e=mbros conservadores de la Po-
" ii-cía fuerqn f,espedidos y reemplaza-
la violencia se desvaneció con la con-
solidación de los liberales en el po- dos por liberales. En Boyacá, los con-
der. Estos obtuvieron mayorías en las servadores denunciaron que la
asambleas departamentales Y en la policía departamental estaba al man-
Cámara de Representantes en 1933. do de Plinio Mendoza Neira, el diri-
Superaron con facilidad a los conser- gente liberal del departamento.rs2
vadores en Santander, donde el ejér- A comienzos de 1934, el dirigente
cito y la policía vigilaron de cerca los liberal Luis Eduardo Nieto Caballe-
lugares de conflicto potencial y don- ro manifestó su indignación Por la
de había una fuerte abstención con- manera como sus copartidarios en
ser-vadora. La consecuencia efectiva Santander se habían coirfabulado con
de ello fue que, Para 1933, los con- un juez local para aPoderarse de
servadores de Santander fueron ex- valiosas haciendas cafeteras a través de
cluidos de las corporaciones políti- la manipulación de los imPuestos
cas.l5l prediales. Nieto Caballero se refirió a
Uno de los asPectos externos más este hecho como "el robo, organizado
curiosos de la pérdida de los derechos de manera legal, la persecución siste-
civiles de los conservadores en San- mática, la reaparición del sentimien-
tander fue que se denunciaron Pocos to cruel condensado en la fiase 'odio
de los hechos ilegales cometidos Y al godo"'.r53
que los testigos se negaron a testifi- Mientras que incidentes como la
car en los procesos legales. En reali- batalla de Capitanejo de 1930 fueron
dad, lo que sucedía era que cuando poco frecuentes después de 1933, esto

150 Las hosrilidades giraban en torno a la posesión de la ciudad de


Leticia. en el Amazo-
nas, que fue invidida por tropas p""ti"u' el I de septiembre de 1932' !l c91ba1e
entre las fuerzas colombianas y peluanas terminó con un armisticio firmado el 24 de
octubre de 1933.
l5l Este punto es presentado por T B. Horgan, Op cit ' pp 565-566' 599'
r52 Ibí¿., pp. 560, 5BB-589
153 El Gr|Jico,20 de enero de 1934, pp.
,178-,179. Según T. B. Hor.gan, Ol¡ cit.; pp.554-555, los
.o.r.i-uudor., desplazados r."..,.i-i.ro., a acti'idades económicas ilegales' tales como el
de los propieta-
contrabando, y los an-endatalios liberales a menudo se aprovecharon
negándose a el alqtriler', Esto llevó a los conset]adores a quejar-
rios conser-vadores PagaI
se de que ,..,, urr...lt"torior, ".oÁ t*t"ptit'nes, v en pleno comtrnismo' han abolido
'i'a'
elderechoalapropiedacl,'.L,nunacartaclirigidaalpresidente-C)lavaHert'era,en
se había convertido en un
ener.o de 1932, G. Melo observó que en sanraucler-la violencia
método para "derrotar a la conlPetencia comel'cial"'
El cambio social y eI desafio a Lo autoridnd tradi¿ionat I 27 5

no significó que la paz hubiera regre- de Capitanejo, Málaga y Guaca alo-


sado a García Rovira y a otros luga- jaban una importante población de
res de conflicto. Los conservadores conservadores desplazados. Cuando
sencillamente se retiraron a posicio- había elecciones, la mayor parte de
nes defensivas y aguardaron su opor- ellos se negaba a votar para evitar
tunidad para vengarse. Algunos de mayores problemas.rss
ellos actuaron individualmente, Altamente signihcativo en térmi-
como sucedió en el caso de Heraclio nos de la violencia de -1946-1953 fue
Cañón, un campesino de Boyacá: el movimiento de conservadores des-
piazados que salió de García Rovira
Cuando en el año treinta empeza-
hacia el suroriente y se radicó en la
ron a matarconservadores, llegó a la
casar¡na noche la policía, mandada
iegión de El Cocuy qn Boyacá. Allí se
por don Siervo Castro, asesinaron a unieron a copartidarios que vivían en
mi papá y quemaron la casa. Yo al- veredas como Chulavita, reductos
cancé a esconderme entre una que- desde los cuales combatían a la poli-
brada y desde allí vi a los asesinos. cía liberal y a todos los demás. Pue-
Todos pagaron ya su crimen, porque blos como Boavita, Güicán, La Uvita,
los nrmbé con este mismo gras.r5a
Guacamayas y San Mateo continuaron
Otros se convirtieron en refugia- siendo completamente conservadores,
dos en las cabeceras municipales cer- llenos de hombres y mujeres que so-
canas a la región de la que habían ñaban con el día en que pudieran ven-
huido. En García Rovira, los pueblos garse de los odiados liberales.156

154 Alfonso Hilarión 5., Balas de Ia k1, Bogotá, Santafé, 1953, p. 129.
155 Durante los comicios fuertemente disputados para la elección presidencial de 1946,
por- ejemplo, ningún conser-vador votó en las comunidades de García Rovira, Mil-anda,
Guaca, Concepción y Capitanejo. P Oquist, "Las elecciones presidenciales, 1930-1970",
Op. cit., pp. 255-273.
156 Los resultados electorales de la contienda presidencial en 1930 y en 1946 revelan un
promedio de votación conservadora del g7'/c en dichos pueblos. P. Oquist, l4olencia, conflic-
to ) polítfua er¿ Colotnbia, Op. cit., p. 177, escribe que la región de El Cocuy estuvo en guerra a
comienzos de la década del treinta. A fines de esta década, se llegó a una situación de
tregua armada, y así permaneció hasta 1946, cuando otl'o cambio de gobierno perrnitió
a los conser-yadol'es que habitaban allí y en otros lugares comenzar a cobral'su venganza.

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