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Historia
Barela, Liliana; Miguez, Mercedes; Conde, Luís; “Algunos apuntes sobre historia oral” 1a
ed. - Buenos Aires, Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, 1999.
“…La historia se hace, no cabe duda, con documentos escritos. Cuando los hay.
Por medio de todo cuando el ingenio del historiador le permita usar para fabricar
Hombre dice o escribe, todo lo que construye y toca, puede y debe proporcionar
En este sentido Liliana Barela a partir de estos “apuntes de historia oral”, pretende difundir
sus prácticas metodológicas para un amplio sector de la sociedad, y en particular hace
énfasis en los educadores, en su particularidad como RECURSO.
Por ello, en primer lugar propone un nuevo tipo de método, en la forma y en el cómo hacer
historia, una historia social que tiene su auge de los años ¨70, y que se propone como
ACTIVA, no receptiva o pasiva como la tradicional, es así que la autora afirma: “… Al
participar activamente en un proyecto de historia oral se convierten en investigadores…
los alumnos se relacionan de forma activa y no pasiva con la historia… ellos al desarrollar
un proyecto de historia oral, aprenden a indagar, escuchar, a ser pacientes, a entender
que la historia no se nutre solamente de los hechos políticos y militares, que la historia
tiene diferentes versiones…” (Barela, Liliana, 1999, p28). De esta manera la autora del
texto nos propone salir de la historia tradicionalista e incluir
la multiperspectividad, característica de la historia oral.
En segundo lugar, la historia oral pretende socavar la historia oficial, dándole merito y
relevancia a la voces del pasado para “… recomponer el tejido social de los barrios.. “
(Barela, Liliana, 1999, p10). Ello hace que el historiador y su tarea se redefinan. Sin
embargo, la autora da cuenta que la práctica y utilización de aquellas voces silenciadas
dependen de la memoria y la subjetividad del sujeto, y más aun de la memoria colectiva en
relación con su entorno social, siendo que “… en la recuperación de su recuerdo se va
forjando esa memoria colectiva…” (Barela, Liliana, 1999, p17). El recobro de aquella
memoria debe ser parte de un procedimiento sistemático, la ENTREVISTA, cuyo resultado
se transformara en recurso, en fuente, de que dispondrá el historiador en su tares de
investigación.
Por último, el trabajo de Barela, denota lo crucial de la situación “entrevista”, y es que ella
no es univoca, ni menos improvisada sino que por el contrario, es una construcción
dialéctica, entre el entrevistado y el entrevistador. Esta debe ser conducida, guiada por el
historiador, cuyo andamiaje es su objetivo, su hipótesis, en ella gravitara la eficacia de la
entrevista.