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La desparasitación puede evitar graves enfermedades

Publicado el Lunes, 13 Mayo 2013 21:04 | | | Visitas: 82485

Para mantener el organismo libre de


parásitos que pueden generar serias enfermedades, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda
desparasitar a toda la familia por lo menos dos veces al año, es decir, una vez cada seis meses.

Los bichos se pueden contraer en todas partes: están en el polvo, al jugar con mascotas, comer en
la calle, al tocar objetos, en el baño, la cocina y demás lugar que no hayan sido desinfectados,
también están en presentes en el contacto con otras personas.

Los parásitos se cuelan en el organismo a través de la boca, por eso es importante lavarnos las
manos con frecuencia utilizando abundante agua y jabón. La limpieza se puede complementar con
paños húmedos y líquidos desinfectantes.

Los parásitos más comunes son los helmintos (gusanos o lombrices) y las amebas (elementos
microscópicos e imperceptibles). Cada parásito tiene su propio ciclo biológico, por lo que algunos
pueden existir en el organismo humano durante años.

Una persona con parásitos presenta los siguientes síntomas: cansancio, falta de concentración, dolor
e inflamación del estómago, diarrea, estreñimiento, gases estomacales y dolor de cabeza. Estas
señales suelen ser confundidas con problemas relacionados a la gastritis o colitis.

Si usted tiene esta sintomatología, no se automedique, ya que puede ser contraproducente. Acuda
al centro de salud más cercano a su domicilio para que los especialistas determinen su estado.

Los bichos afectan la concentración, absorben la energía que las personas obtienen de los alimentos,
no permiten el adecuado crecimiento de los niños pequeños.

Consulte con el médico para desparasitarse. Él le indicará cuales los medicamentos apropiados para
eliminar los bichos de su cuerpo. No ingiera fármacos por cuenta propia.

Tome en cuenta lo siguiente

1. Debe desparasitarse la familia completa (incluyendo a las personas que laboran en tu casa).
2. Cambiar sábanas, toallas, y ropa de cama.
3. Desinfecte frutas y verduras.
4. Lavarse las manos cada vez que va al baño y antes de preparar o consumir alimentos.
5. Evite tener agua al aire libre.
6. Antes de ingerir carne, asegúrese que esté bien cocida.
7. Limpie y desinfecte toda su casa después de haber tomado el medicamento. Los parásitos
expulsados dejan sus huevecillos fuera del cuerpo y pueden regresar a su organismo.
Desde hace siglos ha existido una auténtica preocupación por eliminar del
organismo los bichos y lombrices que se instalan en el sistema gastrointestinal.
Un claro ejemplo de ello es que desde la antigüedad y hasta nuestros días se han
utilizado un sinnúmero de remedios naturales y caseros con el objetivo de
erradicarlos, ya que suelen causar molestias que afectan la calidad de vida de
las personas.
Sin embargo, se ha comprobado que estos remedios tradicionales son altamente
peligrosos, especialmente si no se consulta al médico.

Por todo esto, y con la finalidad de conocer más sobre este tema, es necesario aclarar
ciertas dudas comunes acerca de algunos mitos sobre lombrices y otros bichos
intestinales.

Cuando un niño o adulto rechina los dientes por la noche es porque tiene
lombrices.
Mito. Quizá ésta es una de las creencias más extendidas, sin embargo, es
completamente falsa. El rechinar puede provocarlo la tensión. Así como hay personas
que roncan, hay otras que rechinan los dientes al dormir.

Salivar o babear de manera excesiva al dormir es síntoma de la presencia de


parásitos intestinales.
Mito. Tampoco hay relación alguna. Si la gente babea por las noches es porque se
relaja y abre la boca. Aún despiertos, si uno se quedara un rato con la boca abierta,
también salivaría abundantemente.

Cuando un pequeño tiene el estómago abultado se dice que puede tener


lombrices.
Realidad. Las personas con parásitos intestinales o helmintiasis pueden presentar,
entre otros síntomas, distención abdominal, por lo que si un niño muy delgado tiene el
abdomen inflamado, existe una probabilidad, entre otras muchas, de que esto se deba
a la presencia de lombrices, y otros parásitos intestinales.

Embarazo: lo que debes y no debes comer


Durante el embarazo, la alimentación juega un papel esencial, ya que
contribuirá a tu buena salud física y psicológica y asegurará el crecimiento y
buen desarrollo de tu bebé. Tu cuerpo necesita mucha energía y deberás
alimentarte bien para cubrir tus necesidades y las de tu bebé. La cantidad de
energía necesaria aumenta alrededor de un 10%, pero cada mujer tiene una
corpulencia y su propio metabolismo.

Los bichos provocan flatulencias.


Realidad. Si bien no se puede culpar siempre a los parásitos intestinales de causar
gases a las personas, pues éstos dependen también de la dieta que se siga, es un hecho
que son uno de los principales síntomas de parasitosis intestinales.

Cuando a un niño le pica el culito, es porque tiene lombrices.


Realidad. Existen ciertos parásitos intestinales, sobre todo algunas lombrices, que
provocan este tipo de síntomas. Por ejemplo, los oxiuros provocan comezón en la piel
del ano al desovar, por lo que es común presentar picazón en la región perianal.
Los parásitos intestinales son causantes de fatiga y cansancio.
Realidad. Sin duda es otro síntoma de la presencia de parásitos, pues algunas
lombrices -como las uncinarias- se alimentan de sangre y de la comida que ingieren
las personas, lo que en niños pequeños también puede ocasionar retraso en el
crecimiento y dificultades de aprendizaje. Sin embargo, la sola presencia de fatiga no
se puede atribuir en todos los casos a una enfermedad parasitaria

La desparasitación se recomienda sólo en época de calor.


Mito. Si bien es cierto que en época de calor se presenta mayor incidencia de parásitos
intestinales, pues algunos se reproducen con mayor facilidad en un clima
caliente/húmedo, también lo es que debemos desparasitarnos en cualquier época del
año. En este sentido la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda
desparasitar a toda la familia cada seis meses se tengan síntomas o no.

Los tratamientos de desparasitación son muy agresivos, por lo que después de


tomarlos, es necesario quedarse varios días en casa.
Mito. Hace algunos años había tratamientos muy largos –de hasta veintiún días– y
tenían muchos efectos secundarios. Sin embargo, actualmente existen tratamientos
seguros y eficaces de un solo día que no provocan malestar alguno y que en una sola
toma eliminan los parásitos gastrointestinales más comunes de niños y adultos.

Los bichos se transmiten a través de un beso.


Mito. La saliva no es transmisora de parásitos intestinales. Sólo una mala higiene
puede contribuir a la transmisión de estos bichos, ya que se encuentran en las heces
fecales.
Al desparasitarse se evacúan lombrices.
Mito. Esto sólo sucede en los casos de las personas infectadas con lombrices. Incluso,
éstas se evacuarán de manera regular sin la ayuda de un desparasitante.

Los animales transmiten parásitos intestinales a los humanos y viceversa.


Mito. Los humanos y los animales tienen sus propios parásitos intestinales. No
obstante, las mascotas pueden volverse portadoras de los parásitos de los humanos y
por tanto, un elemento más de la cadena de contagio.

Si al comer se presenta dolor de estómago es porque se tienen bichos.


Mito. El dolor de estómago puede ser por muchas razones, desde un cólico o una
indigestión hasta una enfermedad grave. En este caso es siempre importante no tomar
medicamento para el dolor y acudir con el médico para evitar enmascarar un
padecimiento más grave.

Las personas que extreman precauciones en su higiene están libres de parásitos


intestinales.
Mito. Si bien es cierto que el riesgo de contagio es menor cuando se tienen los
correctos hábitos de higiene, también lo es que al ingerir agua o alimentos
contaminados con los huevecillos de algunos bichos las personas pueden infectarse y
convertirse en portadores de estos organismos.

Más vale prevenir que curar


Es importante hacer de la desparasitación un hábito familiar que se lleve a cabo cada
seis meses, no obstante, si después del tratamiento algún síntoma como gases,
inflamación, eosinofilia, o irregularidad en las evacuaciones (ya sea diarrea o
estreñimiento) persiste, se debe acudir al médico para que éste evalúe al paciente y
prescriba el tratamiento adecuado.

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