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VIOLENCIA FAMILIAR
DEFINICIÓN
La violencia familiar incluye toda violencia ejercida por uno o varios miembros de
la familia contra otro u otros miembros de la familia. La violencia contra la infancia,
la violencia contra la mujer y la violencia contra las personas dependientes y los
ancianos son las violencias más frecuentes en el ámbito de la familia. No siempre
se ejerce por el más fuerte física o económicamente dentro de la familia, siendo
en ocasiones razones psicológicas las que impiden a la víctima defenderse.
Asimismo, angustia patológica existencial, pues le tienen miedo a todo. Soledad extrema,
sienten necesidad de estar en compañía de personas que cree que tiene. Incapacidad
para tolerar las frustraciones, reacciona con violencia, vive en una dicotomía entre sufrir y
dejar de sufrir.
Los efectos psicofísicos son aquellos que producen cambios psíquicos o físicos, en un
mismo acto. Los Psíquicos hacen referencia a la desvaloración, baja autoestima y estrés
emocional producido por las tensiones que produce el maltrato, en los empleados por
ejemplo produce una baja en su rendimiento laboral ya que las tensiones emocionales
dificultan la concentración.
Los efectos psicosociales se dividen en internos y externos. Los primeros son aquellos
que generan la marginación. La exclusión y la violación de los derechos fundamentales
de la mujer y los niños. Cuando se presenta un maltrato hacia la mujer esta se ve
obligada a aislarse de ciertas actividades sociales, de relaciones interfamiliares y hasta
en su propio hogar. Dentro de la exclusión se ven afectados loa niños en cuanto al
afecto, puesto que una madre marginada forzosamente por la violencia intrafamiliar no
puede brindar a sus hijos el amor que necesitan, lo que puede llevar a estos niños a la
drogadicción, la prostitución y la delincuencia
Perfil y conducta del agresor:
Una persona agresiva es alguien que aprendió en su familia a ser violento, adoptando la
violencia como una forma típica de relacionarse y de conseguir aquello que desea. Es
celoso hasta extremos patológicos, la mayoría de sus actos violentos se inician ante el
miedo de que su víctima lo abandone. Genera en su víctima miedo (con amenazas) y
dependencia económica, creyendo que así no lo abandonará.
Una investigación de los psicólogos norteamericanos, el Dr. John Gottman y Dr. Neil
Jacobson. Señalan que los hombres agresores caen en dos categorías: pitbull y cobra,
con sus propias características personales:
Pit bull:
Cobra:
En ocasiones la violencia del agresor oculta el miedo o la inseguridad, que sintió de niño
ante un padre abusivo que lo golpeaba con frecuencia, al llegar a ser un adulto prefiere
adoptar la personalidad del padre abusador a sentirse débil y asustado. En otros casos,
los comportamientos ofensivos son la consecuencia de una niñez demasiado permisiva
durante la cual los padres complacieron al niño en todo. Esto lleva al niño a creerse
superior al llegar a ser un adulto y a pensar que él está por encima de la ley. O sea, que
puede hacer lo que quiera y abusar de quien quiera. Piensa que se merece un trato
especial, mejor que el que se les da a los demás.
Desde otra investigación se analiza de manera mas detalla el perfil y conducta del
agresor.
Se puede afirmar que esta persona, al no soportar una antigua culpa, “emergente
de sus sentimientos de frustración e impotencia ante el maltrato recibido” la
suprime, levantando una plataforma de protección en la que se siente seguro, ya
que el acto de violencia es la representación de una vivencia insoportable para el
agresor, al tiempo que el agredido se transforma en la negación de su propia
representación, lo que evidencia el autocastigo y la emergencia de sentimientos
de culpa, que requieren de actos violentos para justificar su presencia en el
aparato psíquico, siendo esta condición psicológica un arma de doble filo, pues,
mientras lo protege también, lo lastima internamente.
A causa de lo anterior, la mente del agresor se escuda tras una coraza perversa
en la que se convierte en la ley misma, que compensa sus propias faltas en el
espacio corporal y dialéctico, de un otro que no es reconocido como legítimo, otro
en la relación, porque el agresor sólo registra como efectivo su propio valor; por
eso la noción de respeto parte de las relaciones al interior de las familias, y debe
fortalecerse en la convivencia, primero reconociendo el respeto por sí mismo para
reconocer el respeto del otro, pero “para que eso pase el niño pequeño debe
crecer de tal manera que adquiera conciencia de sí y conciencia del otro en la
legitimidad de la relación social” (Maturana, H. Bogotá, 1991: 52), así, tanto las
madres como los menores violentados generan una baja autoestima, además de
una noción de convivencia y democracia deformada.
La gran mayoría de estas personas proviene de hogares en los que uno de sus
padres abandonó el hogar, no reconoció el embarazo o se desconoce su
procedencia y/o paradero, lo que en la actualidad es de alguna manera, una
constante en muchas relaciones afectivas, “esta ausencia del padre, está
culturalmente afirmada. Parece ‘natural’ que a la madre le corresponda la crianza
de los hijos” (Henao, 1989:19), a razón de lo anterior regularmente es a la madre a
quien se le encomiendan las mayores responsabilidades del hogar, por lo que a
razón de algunas fallas de los hijos, recae también sobre ella el castigo, mientras,
el padre se acomoda a esta situación, se convierte en observador participante, es
excluido o se autoexcluye del proceso de crianza, así, la familia instaura como
regla básica de comunicación y contención, el castigo físico en la figura paterna,
asentando el maltrato como condición cultural y de control familiar a través del rol.
En la psique de esta persona flota una ansiedad con tres connotaciones básicas:
es de tipo paroxística, episódica y acumulativa, como consecuencia el agresor en
su embestida se ve expuesto a las demandas de satisfacción inmediata de estos
“tres amos”; por una parte lo paroxístico guarda relación con la falta de control y la
extrema urgencia del sujeto de perpetrar una descarga inmediata y descontrolada,
lo episódico se refiere a la reproducción de la violencia en el escenario familiar, la
continuidad y focalización de la agresividad en personas y ambientes específicos,
mientras, lo acumulativo es la producción de violencia en estos lugares; de alguna
manera, la producción de violencia sería el punto extremo de la perversidad y la
crueldad, que actúa en un espacio y contexto en el que se dan los usos y medios,
para cultivar y recrear negativamente las diversas estrategias de sometimiento.
generalmente está dirigida hacia la mujer, y por lo tanto, los hijos son siempre testigos y
Consecuencias en la victima:
A nivel físico: lesiones (heridas, golpes, quemaduras, etc.), mayor
vulnerabilidad a padecer una enfermedad y descuido personal. En el caso
de las mujeres sufren riesgo de embarazos no deseados si son forzadas a
mantener relaciones sexuales.
La violencia en el hogar no solo afecta a los cónyuges sino también a los hijos de
las mujeres maltratadas, pues los varones al ver estas actitudes desde el hogar en
un futuro pueden llegar a convertirse en maltratadores ya que pueden llegar a
pensar que si el padre lo hacía porque ellos no pueden hacerlo, en el caso de las
mujeres pueden llegar a casarse pero pueden llegar a convertirse en victimas
sumisas de su pareja. El carácter de un niño se define a los 7 años pero en el
transcurso de la formación ellos aprenden de mama y papa, ponen en práctica lo
bueno y lo malo que ven en sus hogares y si los hijos no ven conductas
agradables de sus padres ellos aun así lo hacen pensando que no hacen mal
porque papa y mama lo hacen, pero estas malas actitudes ya quedaron en la
mente del niño y se convierten en un trauma. La violencia del hogar se hace notar
en los niños ya que el desempeño no es igual. Es notable cuando un niño tiene
problemas en el hogar ya que se mantiene alejado de cualquier actividad, no tiene
amigos, no le gusta que se le acerquen, agresividad y constantes pesadillas; pero
estas son solo consecuencias de la violencia en el hogar. Hoy en día
existen asociaciones contra la violencia en el hogar las cuales proponen lo
siguiente:
MITOS
CONCLUSIONES
Ademas En la familia, los más afectados en casos de violencia son los hijos.
Crecer en un ambiente donde no hay amor y todos los días son maltratos y gritos
perjudica mucho el futuro de los hijos, ya que crecen creyendo que es así como
debe ser una familia, también puede llevarlos a meterse a algún vicio y arruinar su
aprendizaje y su futuro.
BIBLIOGRAFIAS
http://www.monografias.com/trabajos15/la-violencia/la-
violencia.shtml#ixzz4eqCMUk7r
http://causas-consecuencias.com/causas-de-violencia-familiar/
https://es.wikipedia.org/wiki/Violencia_dom%C3%A9stica
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http://causas-consecuencias.com/causas-de-violencia-familiar/
https://es.slideshare.net/stephanyliliana/violencia-familiar-tiposcausas-y-
consecuencias
http://ipir.com.pe/causas-y-consecuencias-de-la-violencia-familiar/
https://www.lifeder.com/violencia-intrafamiliar/
ANEXOS
ESTADÍSTICAS
En los últimos 12 meses, el 41,5% de las niñas y niños de 9 a 11 años de edad fue
víctima de violencia psicológica o física por parte de las personas con que vive. De
este total, el 32,8% sufrió violencia psicológica y el 26,7% fue víctima de violencia
física; en tanto que el 18,0% manifestó haber sido víctima de violencia psicológica
y física a la vez.
Por otro lado, alguna vez en su vida el 81,3% de adolescentes, fueron víctimas de
violencia psicológica o física. El 67,6% fueron víctimas de violencia psicológica y el
65,6% de violencia física, mientras que el 51,8% manifestaron haber sido víctimas
de violencia psicológica y física a la vez.