Professional Documents
Culture Documents
La experiencia de los contactos del itnperio con los eslavos diirante los
siglos VI-VI11 puso de manifiesto que la firme aceptación clel cristianisn~o
por éstos fue posible sólo después de que consiguieran cierto nivel de
tlesarrollo econónlico, social y político. La sociedad eslava tuvo que
"madui-ar" para el lxiiitisrno. Según las palabras del autor anónimo cie la
Vida del obispo S. Amando (escrita no más tarde clel primer cuarto del siglo
VITI) este santo, que intentó predicar el cristianislno a los eslavos alpinos
hacia el 630, se convenció en seguida de que "el fruto no había madurado
todavía para él". Este testimonio es válido tanto para los eslavos meridio-
nales como para los orientales. En el transcurso de siglo y medio -- dos
siglos, unos y otros se mostraron casi inaccesibles a las iniciativas d e paz
del imperio, dejándose guiar por una sola ley: "la ley de la guerra", según
la cual las tierras y los propios súbctitos ele Hizancio no eran para ellos más
que una f~ientede bienes que había que arrebatar por la fuerza cle las
armas.
Todo intento apresuraclo de baiitizar a los eslavos (a los croatas y a los
serlios en el siglo VI1 y a los antiguos rusos en los años 60 del siglo IX) fra-
casó. El bautizo cle los "eslavos búlgaros", y de los serbios llegó sólo dos-tres
siglos después de su estal)lecin~ientoen los Ralcanes, y el de los rusos siglo
y medio clespués del comienzo de sus contactos directos con ISizancio.
Es paiadójico, sin ernbargo, el hecho de que en una serie de regiones
situadas dentro de los límites del propio imperio (en la Calcídica y e n el
I->eloponeso),muy cerca de los centros más importantes d e EIizancio, el h u -
tismo de los eslavos se prolongara hasta el siglo X. Tuvieron su importan-
cia, evidentemente, algunas particiilaridades propias d e las regiones men-
cionadas, como las siguientes: 1. La situación d e viva l-iostilidad entre los
eslavos y la pol~lacióncristiana que quedaba en estos lugares, a la que los
recién llegados habían saqueado y arrebatado las mejores tierras y terrenos
de cultivo. Evidentemente, no es casual que hasta el siglo IX no aparezcari
testimonios aquí sobre la actividad de ascetas-misioi~eros.2. La reducción
d e numerosos romeos a la esclavitud por los eslavos en una época en que
ésta ya estaba prohibida por las leyes del imperio. La utilización de mano
de obra esclava estaba mucho mas extendida en las regiones mencionadas
que e n las tierras de los eslavos del norte de la península Ualcánica y que
en la época de sus correrías en el siglo VI. Evidentemente, una de las cau-
sas d e esto fueron las dificultades de los eslavos para adaptarse a unas tie-
rras nuevas que tenían unas condiciones inusuales para ellos, propias de
una zona predominantemente olivarera con un clima nuevo, con unas tem-
poradas agrícolas distintas, con otro suelo y otros cultivos (aceitunas, vino
y frutas constituían aquí ciescle la antigüedad el componente irás irnportan-
te de la alimentación) y con una producción basada en una técnica agríco-.
la y e n unas herramientas de trabajo más perfeccionadas que las suyas: todo
esto l-iacia impresciridible la adquisición de la experiencia productiva del
campesinado local. Y como la potdación autóctona evitaba clesde antiguo
los contactos con los eslavos, quienes acal->arontransinitiéndoles esta cxpe-
riencia fueron sus propios esclavos: romeos a los que los eslavos captura--
ban preferiblemente en territorios lejanos del imperio, a fin d e reducir al
mínimo sus posil~ilidadesd e f~iga.Pero la aceptación del cristianismo era
incompatible con la post:sión de unos esclavos que acalxhan de perder su
condición de súbditos libres del imperio. Sobre el arraigo de la esclavitud
en el seno de la aristocracia eslava del I->eloponesoda fe Constantino I'orfi-
rogeneta en la Vida de llasilio (me refiero al relato solx-e Danielís, s o l x
cuya autenticidad n o comparto la posición l-iipercrítica de una serie de
investigadores). 3. También tuvo una importancia especial en las regiones
indicadas anteriormente el Iiecl-io de que quienes recibieran el bautismo
h e r a n sobre todo los representantes de la aristocracia de sangre de los esla-
vos. Mientras que mas allá de los límites d e clifiisión del poder inlperial el
bautismo de un caudillo (príncipe) eslavo garantizaba la aceleración del
proceso de cristianización de los eslavos sometidos a él, aquí por el con-
trario este proceso se hacía frecuenten~entemás lento. Y es que se prodii-
jo un abandono sistemático del ámbito eslavo por parte de la capa social
más activa y competente. Los aristócratas eslavos se sentían inás seducidos
sin duda alguna por el nivel de vi& i-i~ásalto de las ciudades (sobre todo
I W A N C I O Y LOS ESIAVOS 43