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Editor Académico:

Dr. Roberto Rondón Morales

Academia de Mérida
Edición coauspiciada por el Vice Rectorado de la Universidad
de Los Andes Diciembre, 2014

Ediciones de la Academia de Mérida


2014
Editor Académico
Roberto Rondón Morales

Ediciones de la Academia de Mérida 2014

HECHO EL DEPÓSITO DE LEY


Depósito Legal lf07420149003884

ISBN

DERECHOS RESERVADOS

Diseño y Diagramación
Glenis Salas

Fotografías
Entrada de Bolívar a Mérida. Marcos León Mariño
Archivo de la Academia de Mérida

Impresión
Gráficas El Portatítulo

2
Agradecimiento

Dejamos constancia de nuestra gratitud


institucional al Dr. Manuel Aranguren,
Vicerrector Administrativo de la Universidad
de Los Andes, por su especial empeño en el
logro de la publicación de este libro.
Presentación
Se decidió hacer una publicación como parte de las “Ediciones
de la Academia de Mérida” con la colaboración del Vicerrectorado
Administrativo de la ULA, en honor a los 456 años de la fundación de
esta ciudad, y contentiva de tres partes.

I.- Con motivo de la Campaña Admirable y de la segunda estadía de


Simón Bolívar en Mérida en 1813, se planificaron varias conferencias
para hacer una aproximación en la búsqueda de realidades históricas
sobre este evento trascendente.

El historiador Hancer González Sierralta analizó la participación de


patricios, prelados, curas y pueblo llano, de hombres y mujeres españoles,
canarios y criollos de uno y otro bando para demostrar que la guerra
emancipadora no fue entre españoles peninsulares e insulares opresores
de un lado y criollos libertarios del otro como la literatura romántica y
heroica lo ha descrito, sino que fue una guerra de todos contra todos que
separó familias, amigos y vecinos.

El historiador Luis Alberto Ramírez Méndez estudió los aportes que


ofrendaron las viudas de los personajes merideños que participaron en
la gesta emancipadora. Sufrieron ofensas, sacrificios, persecuciones y
expropiaciones por las autoridades españolas, lo que ofrece una nueva
mirada sobre este proceso.

El historiador Néstor Abad Sánchez hizo una revisión de documentos


originales inéditos encontrados en archivos que no habían sido
revisados hasta ahora, y que colocan en una dimensión más auténtica,
real y humana, y menos romántica, el paso de Simón Bolívar por tierras
andinas durante la Campaña Admirable.

La épica y el romanticismo sirvieron para una época de construcción


de la nación y de su acervo histórico, pero ahora los historiadores
modernos redescubren la historia, y así damos cabida a la apreciación
del merideño ilustre Dr. Caracciolo Parra Pérez “en el sentido de que las
palabras han perdido mucho el mágico prestigio que les dio el pasado,
y nuestros contemporáneos prefieren atenerse a los hechos y definir
realidades”.

II.- La Academia de Mérida cerró el Año Jubilar declarado por su


creación en 1992 y el registro de sus Estatutos en 1993. Con ese motivo,
en 2013 se les solicitó a algunos académicos dar un aporte intelectual
consistente en un análisis de su área de trabajo en el siglo XX en Mérida.

5
Así, los académicos Amílcar Rivas Dugarte, Baltazar Porras Cardozo,
Rómulo Bastidas Fernández, Freddy Torres González y Rosendo
Camargo Mora trataron los temas relacionados con el Arte Musical,
Aportes de la Iglesia al Desarrollo del Patrimonio de Mérida, Salud,
Teatro e Infraestructura Física.

Junto con estos escritos, hemos pensado mostrar también las bases
y propósitos de dos importantes proyectos que son pensamiento y
acción de la Academia para la vida merideña.

De un lado, Páramo Sostenible que tiene como finalidad la declaratoria


de una Zona de Protección de la Biosfera en los páramos venezolanos,
resumen elaborado por el Ing. Elides Sulbarán.

De otro, el Grupos de Análisis de la Institución Universitaria que


tiene como finalidad la elaboración de los principios y bases para un
anteproyecto de Ley Marco de Universidades, que conlleve además a
la elaboración de los Estatutos Internos propios de cada Universidad,
basados en el artículo 109 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela. Resumen que en nombre del Grupo presentará el
académico Roberto Rondón Morales.

III.- A la Academia de Mérida se le solicitó una posición política


pública frente a los acontecimientos ocurridos en el lapso de febrero
a abril de 2014. Manifestamos no ser una institución para emitir
condenas políticas o morales, aun cuando no impide que sus miembros
individualmente puedan hacerlo.

Además, la Academia es una institución multidisciplinaria y


multiideológica por lo que es difícil consensuar o lograr unanimidades
frente a declaratorias de este tipo, y muy por el contrario, hay riesgos ya
conocidos y que debemos evitar, de fracturas internas.

No obstante, por su composición de intelectuales comprometidos con


Mérida, se decidió dar una contribución sólida, científica y estable por
medio de un análisis de tales acontecimientos por personas con distintas
visiones e interpretaciones de estos hechos, que crearon alarmas y
expectativas de distinta naturaleza en la ciudadanía.

Dada la dificultad para realizar un seminario, y para no dejar pasar


por alto estos acontecimientos que formarán parte de la historia y la
sociología de la ciudad, solicitamos a científicos, sociólogos, políticos,

6
politólogos, educadores así como a señoras vecinas y activistas de este
conflicto su opinión al respecto.

Conocer y dejar para la posteridad un análisis de estos peculiares


acontecimientos es una de las misiones de la Academia de Mérida, pero
con ello, hemos querido dejar ratificada la decisión de que esta Institución
es un hospedaje de la esperanza del diálogo y la concertación entre
vecinos del lar merideño que todos decimos querer.

Mérida, diciembre de 2014


Dr. Roberto Rondón Morales
Presidente de la Academia de Mérida

7
Los ocultos senderos del poder y la gloria.
Mérida en la Campaña Admirable
de 1813
Índice de capítulo


Pág

Abreviaciones 14


Introducción 15
Luis Alberto Ramírez Méndez

Tensiones y conflictos en la provincia de Mérida 20


La élite capitular y religiosa enfrenta las dificultades
(1810-1814)
Hancer González Sierralta

La seducción de la patria. Intrigas y pasiones 47


en la Campaña Admirable: mitos y realidades
Néstor Abad Sánchez

Las viudas de la guerra de Independencia en Mérida 82


Luis Alberto Ramírez Méndez

Esclavización, violencias y discursos en el contexto 106


de la emancipación. Mérida (1811-1829)
Daniel Mujica
Abreviaciones
AAM. Archivo Arquidiocesano de Mérida. (Mérida-Venezuela)

AGN. Archivo General de la Nación. (Caracas–Venezuela)

AGNB. Archivo General de la Nación Bogotá. (Bogotá -Colombia)

AGI. Archivo General de Indias. (Sevilla-España)

AGEM. Archivo General del Estado Mérida. (Mérida-Venezuela)

EL. Escritos del Libertador. Caracas. Sociedad Bolivariana de Venezuela.


Editorial Arte. 1968. T. IV

14
Introducción
Difícilmente se hallará otro evento en la historia emeritense que haya
tenido mayor repercusión en los anales venezolanos, latinoamericanos
y universales que los sucesos ocurridos en Mérida entre abril y junio
del año de 18131. La rápida y fulgurante gesta militar conocida como la
Campaña Admirable2 que se escenificó en los suelos andinos ha marcado
el orgullo de los habitantes de la ciudad de las cinco cumbres nevadas,
tanto nativos como extraños elevados al pináculo del honor por haber
aclamado al entonces brigadier de la unión neogranadina Simón Bolívar
con el brillante título con el que actualmente el mundo entero le honra,
el de Libertador3.

La historiografía ha mostrado un panorama casi monolítico de


aquel período y ha obviado espinosos e importantes tópicos que han
permanecido encubiertos bajo las exaltaciones a la gloria de Bolívar, la
idea de la naciente patria y la consolidación de la república4, como si se
ocultaran delitos de lessa patria al mostrar la polarización que tuvo la
sociedad de la ciudad de las cinco águilas blancas, escindida y enfrentada
en torno a la idea del monarca, la independencia, la república, y la lucha
incesante por mantener sus derechos como capital colonial de relieve
ante los intentos hegemónicos de los mantuanos de Caracas y los criollos
de Maracaibo5.
1
Daniel Florencio O`Leary: Memorias. Caracas. Imprenta Nacional, 1952. T. I. pp. 141-160. Manuel Pérez Vila: Simón Bolívar (síntesis biográfica).
Caracas. Ministerio de Educación. Dirección de Información, 1980, p 12. Francisco González Guinand: Historia contemporánea de Venezuela.
Caracas. Ediciones de la Presidencia de la Republica, 1953. 15 vols. Charles C. Griffin: Los temas sociales y económicos en la época de la Indepen-
dencia. Caracas. Ediciones de la Fundación Boulton y Fundación Eugenio Mendoza, 1962. Vicente Lecuna: Crónica razonada de las guerras
de Bolívar. Nueva York. Fundación Vicente Lecuna, 1960 3 vols. Gerhard Masur: Simón Bolívar. Caracas. Ediciones de la Presidencia de la
República. 1970. José Manuel Restrepo: Historia de la revolución de la República de Colombia. Medellín. Editorial Bedout, 1969. Indalecio Lié-
vano Aguirre: Bolívar. Caracas. Ediciones de la Presidencia de la República y Academia Nacional de la Historia, 1988. José Gil Fortoul. Historia
Constitucional de Venezuela. Caracas. Ministerio de Educación 1953-1954. 3 vols. Tulio Febres Cordero: “Bolívar en Mérida. En: Tulio Febres
Codero: Mitos y tradiciones. Mérida, Ediciones de Universidad de Los Andes, 1983. pp. 190-193. FISHER, J. R.; Kuethe, A. J. y A. McFarlane (eds.):
Reform and Insurrection in Bourbon New Granada and Peru. Baton Rouge, 1990. John Lynch: Las revoluciones hispanoamericanas. 1808-1826.
Barcelona. Editorial Ariel, 1976.
2
Héctor Bencomo Barrios: “Campaña Admirable de 1813” en: La Campaña Admirable, Celebración del Sesquicentenario en Mérida. Caracas,
Biblioteca de Autores y Temas Merideños, 1965, pp. 105-124. Esta publicación se organizó con la intención de recopilar diversos trabajos sobre
tan importante hecho histórico y su repercusión en Mérida. Los otros artículos son: José Nucete Sardi: “La Campaña Admirable y sus proyec-
ciones militares, políticas, económicas y sociales”, pp. 15-34; Guillermo Morón: “El nombre de Campaña Admirable”, pp. 35-44; Manuel Pérez
Vila: “La formación militar de Bolívar a través de sus lecturas”, pp. 45-60; Neptalí Noguera Mora: “Figuras y hechos singulares de la Campaña
Admirable”, pp. 61-90; Pedro Nicolás Tablante Garrido: “La Campaña Admirable, celebración del centenario por la Universidad de Los Andes”,
pp. 91-104; Cristóbal L. Mendoza: “La entrada de Bolívar a Mérida”, pp. 125-134; José Ramón Medina: “Bolívar y la Poesía”, pp. 135-184; Pedro
Pablo Barnola: “Nobleza pide lealtad”, pp. 185-193; Ramón Díaz Sánchez: “El Estado Bolivariano”, pp. 194-208; José Gregorio Pérez Rojas: “La
ciudad y el héroe”, pp. 217-232; Ernesto Jerez Valero: “El Mural: mensaje del futuro”, pp. 245-254; y Ramón J. Velásquez: “Desde el principio de
la Historia”, pp. 255-273. De las misma forma el trabajo de Héctor GARCÌA CHUECOS: “Historia, tradición y posición de Mérida en la Campaña
Admirable”, Boletín de la Academia de la Historia. N° 183, T. XLVI pp. 393-405.
3
Edilberto Moreno sintetiza la relación ideal establecida entre los merideños y la imagen del Libertador, al señalar acertadamente que:
“Mérida, sin arrogancias ni poses ajenas a su idiosincrasia, puede jactarse de ser una de las ciudades más bolivianas de Venezuela. Si a Bolívar
Caracas le dio el ser, Mérida e dio la Gloria, dijo alguien, al otorgarle el título de Libertador que el Grande Héroe ostentó como el mayor blasón
de su vida de combatiente por la libertad”. Edilberto Moreno. “Introducción” a la tercera edición de: Eduardo Picón Lares: El Bolívar de todos.
Caracas. Ediciones del Congreso de la República, 1983. p. 9.
4
Guillermo Figuera: La iglesia y su doctrina en la independencia de América. Caracas. Academia Nacional de la Historia, 1960. pp. 234-444. Jaime
Eyzaguirre: Ideario y ruta de la emancipación Chilena. Santiago. Editorial Universitaria, 1957. p. 119. Además, del mismo autor: “El alcance polí-
tico del decreto de libertad de comercio de 1811.” En: Boletín de la Academia Chilena de la Historia, Nº 74, primer semestre 1966. Inés Quintero:
¿Fue la independencia una revolución social? En: http://www.analitica.com/bitblioteca/iquintero/independencia.asp
5
Manuel Alberto Donís Ríos: Los curas congresistas. La actuación de los sacerdotes como diputados en los Congresos republicanos de 1811, 1817,
1819 y 1821. Caracas. (Colección Bicentenario de la Independencia) Academia Nacional de la Historia, 2012. p. 115. Gabriel Picón Febres (hijo):
Datos para la historia de la diócesis de Mérida. Mérida. (Colección clásicos merideños) Ediciones Solar y CDCHT 1998, pp. 111-125. Ligia Berbesí
de Salazar: Los lazos del poder en el gobierno local. Maracaibo 1787-1812. Caracas. (Colección Bicentenario) Ediciones Chirymeck, 2009. pp. 83-96.
Belín Vázquez de Ferrer: “El proceso político de Maracaibo en una época de transición. 1799-1830” en Cuaderno de historia. Nº 16. Maracaibo,
Universidad del Zulia, 1989. 158 p. Belín Vázquez de Ferrer, Ligía Berbesí, Nereida Ferrer:”De la elite del poder maracaibera a la dimensión
social del poder en Maracaibo (siglos XVI-XX)” En: Ligía Berbesí (coord.): Poder y mentalidades en España e Iberoamérica (siglos XVI-XX) Impli-
caciones y actores. Maracaibo. Editorial de la Universidad del Zulia, 2001. pp. 31-51.

15
Las dificultades no sólo se limitaban al campo civil, sino que
trascendían al religioso en una dura lucha por conservar la sede
episcopal, el cabildo catedral, las rentas decimales, el convento de
clarisas y sus cuantiosos capitales colocados a censo6, sino también a la
preeminencia de poseer el primer centro educativo para la formación
de la elite del occidente de aquel conglomerado todavía en formación
como lo era el seminario de San Buenaventura de Mérida, que había
sido elevado al rango de Universidad7 como meta inmediata de la elite
emeritense8.

Ciertamente, los objetivos de elite emeritense estaban definidos


y la lucha por su consecución sería crucial en aquel año de 1813, para
lograrlos se recurrieron a tácticas soterradas en las que los merideños
enfrentaron a marabinos y caraqueños, los que amenazaban con
aniquilarla, impidiendo la reconstrucción de las edificaciones después
de la destrucción que había sufrido la ciudad de las nieves eternas
ocasionada por el devastador sismo del año 18129. La supervivencia
era lo fundamental por esa razón aceptaron la entrega de sus bienes y
vidas, acongojados por el inmenso dolor ocasionado por las numerosas
separaciones y pérdidas de seres queridos, los que repetidamente habrían
de soportar durante aquellos convulsivos años de la emancipación.

Ese crucial conflicto es abordado por Hancer González Sierralta, quien


considera que el enfrentamiento militar entre Mérida y Maracaibo era
inminente y previsible debido a que el avance castrense sería inmediato
sobre una ciudad subalterna, iniciando de esa forma el conflicto abierto
y violento que sacudió a la localidad durante la segunda década del siglo
XIX. Hancer se centra en estudiar la actuación beligerante de los sectores
civiles, religiosos y militares durante la guerra de independencia en la
provincia de Mérida, especialmente focalizado en los factores de tensión
y conflicto ubicado en los diversos escenarios en los cuales se desarrolló
mostrando especial atención a los protagonistas, sus motivaciones y
actuaciones. El autor revisa el papel desempeñado por los sectores
principales en especial por la élite capitular y religiosa merideña como un
referente de significativa importancia en el proceso de la independencia
venezolana y como grupo detentador del poder. Además, enuncia

6
Luis Alberto, Ramírez Méndez: “La ruptura de la proximidad en una sociedad polarizada: el caso del Convento de Santa Clara en Mérida-Ve-
nezuela. 1810-1827”. en Antíteses, V. 4, Nº. 8, p. 873-906, jul./dez. 2011. Disponible en http://www.uel.br/revistas/uel/index.php/antiteses. y
De la piedad a la riqueza. El Convento de Santa Clara de Mérida 1651-1874. Mérida. (Colección fuentes para la historia eclesiástica 4) Archivo
Aquidiocesano de Mérida, 2005. T. I. pp.396-442.
7
Edda O. Samudio A.: El colegio San Francisco Javier en la Mérida colonial. Germen histórico de la Universidad de los Andes. Mérida. Universidad
de los Andes. Ediciones del Rectorado. 2003. T. I. pp. 195-201.
8
Luís Alberto Ramírez Méndez: “La élite del obispado de Mérida de Maracaibo en el seminario conciliar de San Buenaventura.1785-1810.” En:
Procesos Históricos. Nº 21 enero-julio 2012, pp. 149-162.
9
Gabriel Picón Febres (hijo): Datos para la historia de la diócesis de Mérida. Mérida. (Colección clásicos merideños) Ediciones Solar y CDCHT
1998, pp. 111-125.

16
las contradicciones entre los grupos citadinos y con los otros rivales,
situados en las restantes capitales provinciales, cuya única finalidad fue
la búsqueda de su preeminencia en la naciente república, sustentado en
una exhaustiva revisión documental y bibliográfica al respecto.

Los historiadores, poetas y literatos del mundo entero se han ocupado


de escribir sobre aquellos meses en que los realistas cedieron ante el fuego
de las tropas patriotas y se replegaron permitiendo la avanzada de los
ejércitos republicanos hasta la misma Caracas restaurando la republica
que había sido perdida en mayo de 1812 con la firma de la capitulación
de San Mateo. La tradición épica ha revestido con rimbombantes prosas
aquellos hechos acaecidos en una ciudad, lo cual fue seguido en el resto
del país por la deificación de Bolívar, elevando su figura al altar de la
patria, en cuyo panteón se le han rendido culto y honores10.

Por esa razón, los lugares, personajes y eventos que estuvieron


relacionados con la figura del Libertador a lo largo de su vida han tenido
un tratamiento similar ocasionando la mitificación de las supervivencias
tanto materiales como intangibles en cuyo proceso la imagen de Bolívar
ha sido vilmente manipulada con fines políticos y personalistas a lo largo
de los siglos XIX, XX y hasta el presente. De ese modo, los gobernantes
de turno en los diferentes niveles y jerarquías del poder político han
utilizado la figura del Libertador con inconfesables objetivos, alterando
en muchas ocasiones y en otras falseando descaradamente la Historia
venezolana de la segunda década del siglo XIX11, cuya situación amerita
una necesaria revisión.

La principal dificultad que enfrenta esa revisión es que a raíz de la


formación del imaginario patrio, las visiones relativas a la campaña militar
de 1813 -y en especial sobre Bolívar- se han deformado en demasía, se
ha fabulado, bajo la excusa de la tradición oral, que si bien es una fuente
orientadora, siempre debe estar sustentada y avalada en documentos. Esa
importante y necesaria escrutinio es abordado por Néstor Abad Sánchez,
quien después de examinar numerosas fuentes tanto publicadas como
inéditas de autores que fueron testigos de excepción aclara en forma
precisa hechos que hasta ahora se han dado por ciertos, pero cuya certeza
es cuestionable a la luz de un examen riguroso.

10
La idea es extensamente desarrollada en el capítulo denominado: La Venezuela que reivindica a Bolívar en: Ramón Díaz Sánchez: “Evolución
social de Venezuela (hasta 1960).” En: Venezuela Independiente. Caracas. Fundación Eugenio Mendoza, 1962. pp. 230-244.
11
Miguel Izard Lorens, denomina a esta visión histórica como la “historia sagrada” y la caracteriza como una”…ortodoxia que empezó a perge-
ñarse durante los mismos acontecimientos y se concluyó hacia 1850, pero sigue vigente en los medios oficiales y se ha recuperado plenamente
desde la llegada al poder de Hugo Chávez. Es un discurso chauvinista muy simple, novelesco, presentado como ejemplar rebosando héroes
como los de la mitología clásica. Una narración cerrada y maniquea que menciona a unos endémicos excelsos que acabaran venciendo a los
pérfidos forasteros. No admite ni preguntas ni cuestionamientos…” Miguel Izard Lorens: “Insurgencias populares y cisma oligárquico” en: Hera-
clio Bonilla (editor): Indios, negros y mestizos en la independencia. Bogotá Editorial Planeta y Universidad Nacional de Colombia, 2010. p. 206.

17
La épica ha regateado sus elegías a personajes anónimos y
desconocidos, aunque hayan sido parte importante de la historia,
un grupo de ellos son las mujeres, que fueron abandonadas por sus
parientes masculinos por diversas razones, algunos porque marcharon
alistados en las tropas de ambos bandos, otros porque fallecieron en el
sismo del año 1812, o como producto de los encuentros bélicos que se
sucedieron en aquella década sangrienta, otros porque huyeron para
salvar sus vidas.

Esas mujeres tuvieron que hacer frente a la ocupación de tropas


amigas y enemigas, a los sucesivos embargos y confiscaciones, a
continuar en la administración de los procesos productivos, a asumir
la crianza y protección de sus hijos y menores, al igual que el resguardo
de sus mayores. Esa interesante temática es abordada por Luis Alberto
Ramírez en las viudas de la guerra de independencia en Mérida,
partiendo de la premisa de la existencia de una sociedad polarizada se
enfoca en los casos de las mujeres que jamás han atraído un romance de
los más destacados letrados, pero que fueron el baluarte fundamental de
la sociedad en aquella década turbulenta.

También excluidos en los relatos históricos tradicionales están los


esclavos, relegados a los sectores subalternos en Mérida y ubicados en
sus áreas suburbanas y rurales, quienes han sido objetos de estudio
sistemático, solo cuando el interés de los investigadores se han enfocado
en su fuerza militar como partícipes a favor de uno de los bandos
combatientes12, pero ¿qué hay de aquellos que permanecieron en la
penumbra de las casas solariegas y las haciendas y que continuaron
siendo maltratados?; ¿Realmente representó la independencia un cambio
para los siervos y su situación de dominio y sumisión.? Ese importante
cuestionamiento es respondido por Daniel Mujica quien se atreve a
mostrar cómo los amos justificaron mediante sus discursos las violencias
contra sus esclavos y cuáles fueron las modificaciones experimentadas
durante la transición del antiguo régimen al republicano, especialmente
para mantener las relaciones de dominio y sujeción. Del mismo modo,
como los esclavos expresaron alegatos para defenderse del maltrato
aplicado en sus cuerpos por sus amos.

12
Christine Hünefeldt: “Esclavitud, percepciones raciales y lo político: la población negra en la era independentista en Hispanoamérica” en
Heraclio Bonilla (editor): Indios, negros y mestizos en la Independencia. Bogotá. Editorial Planeta Colombiana, 2010. pp. 270-289. José Marcial
Ramos Guedez: “Participación de negros, mulatos y zambos en la independencia de Venezuela. 1810-1823.” En Ibídem. pp.186-202. Zully Cha-
cón “Las ordenanzas de los llanos y sus consecuencias en la guerra de la Independencia en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Nº
380. TXCV. Octubre diciembre 2012. pp. 129-154. Germán Carrera Damas: Boves. Aspectos socieconómicos de la guerra de independencia.
Caracas. Academia Nacional de la Historia, 2009.

18
Esta síntesis de lo ocurrido en Mérida, centrada en los meses en que
aconteció la Campaña Admirable y sus repercusiones en la ciudad de las
cinco águilas blancas se extiende más allá del periodo independentista,
por las necesarias consideraciones históricas y de las mentalidades
estudiadas que subyacen aún hasta el presente. Ciertamente se aleja
de las visiones tradicionales que la historiografía ha mostrado, pero
los análisis realizados están asentados sobre una escrupulosa revisión
documental tanto inédita como publicada y una copiosa bibliografía
cuya información ha sido procesada con excesivo rigor metodológico, lo
cual avala los notables resultados que hoy se presentan al gran público.

Luis Alberto Ramírez Méndez

19
Tensiones y conflictos
en la Provincia de Mérida.
La élite capitular y religiosa enfrenta
las dificultades
(1810-1814)

Hancer González Sierralta


Introducción
El movimiento independentista en Mérida, muestra singulares
características, unas similares a la experimentadas en otras latitudes
hispanoamericanas, entre las que se pueden mencionar: la influencia
filosófica y liberal de las corrientes francesas e inglesas13, las que están
muy presentes en la mentalidad de los merideños, lo cual es fácilmente
comprobable al verificar que sus impulsores fueron destacados clérigos,
los que integraban el cabildo catedral de la ciudad, circunstancia que
ha sido ratificada en numerosos estudios al respecto y en especial
en la autoría de la Constitución de 1811, por don Mariano de Talavera
y Garcés14, miembro interino de ese cabildo en 1813. Otro factor de
fundamental importancia que motivó a los criollos emeritenses tanto
principales como subalternos a adherirse a la emancipación fue su
centenaria rencilla con Maracaibo por la sede de la capitalidad de la
provincia, la que habían perdido desde 167815, y que los merideños
deseaban recobrar, como una reivindicación de la autonomía local16 que
tipificó el movimiento independentista en Hispanoamérica, el cual ha
sido enfatizado por Marcos Kaplan17. Un tercer elemento fue la intención
expresa de la élite capitular de la ciudad en sumarse a los postulados
sostenidos por la Junta Patriótica de Caracas18, tal como se expone al
respecto en una reciente revisión historiográfica realizada por Robinzon
Meza y Francisco Soto19.
13
La difusión de las ideas liberales en Hispanoamérica ha sido ampliamente estudiado, en ese sentido consúltese a Guillermo Figuera: “El siglo
de las luces.” en: La iglesia y su doctrina en la Independencia de de América. Madrid. (Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia Venezuela
33). Ediciones Guadarrama, 1960. pp. 53-125. Elías Pino Iturrieta: La mentalidad venezolana de la emancipación. (1810-1812) Caracas. Impresora
universitaria de Caracas, 1871. Augusto Mijares: “La evolución política (1810-1960)” en Venezuela independiente (1810-1960). Caracas. Fundación
Eugenio Mendoza, 1962. pp. 23-158.
14
Son varios los trabajos de investigación que se han realizado sobre el personaje, pueden consultarse a Luis Unceín Tamayo: “Breve semblanza
de Monseñor Mariano de Talavera y Garcés (1777-1861) en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Nº 241, T. LXI, (Caracas, enero-marzo,
1978), pp. 169-172. Una publicación reciente es la de María Soledad Hernández: “Monseñor Mariano de Talavera y Garcés: Entre la Monarquía
y la República” en: Levitas y sotanas en la edificación republicana. Proceso político e ideas en tiempos de emancipación. Turmero (Aragua), Uni-
versidad Pedagógica Experimental Libertador, Vicerrectorado de Investigación y Postgrado, Instituto Pedagógico Rural El Mácaro, 2012. Jean
Carlos Brizuela y José Alberto Olivar coordinadores.
15
“La ciudad de Mérida fue capital de la Provincia de este nombre, pero, trasladado el Gobierno a Maracaibo, ha más de un siglo, quedó reducida
a la clase de subalterna con perjuicio de sus derechos: con la creación de la Silla Episcopal en 1777 fue constituida cabeza de Obispado y por
este medio se reparó algún tanto la injuria que se le había irrogado; más siempre quedó en lo temporal sujeta al de Maracaibo. Son notorios
los perjuicios que se han seguido a sus habitantes de esta dependencia teniendo que pasar por puertos pestilentes y atravesar la laguna en
solicitud de justicia…” “Las constituciones provinciales” en Tulio Febres Cordero: Obras Completas. Archivo de Historia y Variedades. Bogotá.
Editorial Antares., 1960. T. II. pp. 253-254.
16
“Caracas había llevado adelante desde 1810 una política ambigua en la que reconocía las autonomías provinciales pero intentó controlarlas.
No obstante la fuerza centrífuga de Cumaná, Barinas, Margarita, Mérida, Trujillo y Barcelona, en mayor o menor grado se hizo valer, bus-
cando el reconocimiento de su respectiva identidad”. Manuel Alberto Donis Ríos: Los curas congresistas. La actuación de los sacerdotes como
diputados en los Congresos republicanos de 1811, 1817, 1819 y 1821. Caracas. (Colección Bicentenario de la Independencia) Academia Nacional
de la Historia, 2012. p. 115.
17
Al desaparecer el vínculo colonial se inició un proceso en los diversos sectores intentaron imponerse en el nuevo orden político, el resultado
fue un Estado inestable carente de cohesión, con un equilibro inestable y carente de medios y condiciones para una unidad efectiva, “…solo
lenta y dificultosamente logra conseguir su supremacía sobre los poderes sectoriales y locales…” Marcos Kaplan: La formación del Estado liberal
oligarca en América Latina. Buenos Aires. Amorrurto, 1969. p. 206.
18
Ángel Rafael Almarza: “El movimiento juntista de 1810 en la Capitanía General de Venezuela. “en: Historia Caribe. Barranquilla (Colombia).
Universidad del Atlántico. Nº 16, 2010, pp. 31-52.
19
Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas: Incorporación de Mérida al proceso emanci-
pador (1810-1812)” en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Nº 370, T. XCIII, (Caracas, abril-junio, 2010), pp. 77-82. Entre algunos de los
textos que plantean los aspectos señaladas se encuentran: José Ignacio Lares: “Historia del Estado Guzmán desde 1530 hasta el 20 de noviembre
de 1876” en: Apuntes Estadísticos del Estado Guzmán. Caracas, Imprenta de la Opinión Nacional, 1877; Antonio Ramón Silva: Documentos
para la historia de la Diócesis de Mérida. Mérida, Imprenta Diocesana, 1910, T. III; Antonio Ramón Silva: Patriotismo del clero de la Diócesis de
Mérida. Mérida, Imprenta Diocesana, 1911; Gabriel Picón Febres hijo: Datos para la historia de la Diócesis de Mérida. Caracas, s.n., 1916; Vicente
Dávila: Próceres Merideños. Caracas, Biblioteca de Temas y Autores Tachirense, 1970; José Humberto Quintero: Ciudad de Cóndores. Mérida,
Concejo Municipal del Distrito Libertador, 1936; José Rafael Febres Cordero: El Aporte de Mérida a la Independencia nacional. Mérida, Imprenta
del Estado, 1955; Caracciolo Parra Pérez: Historia de la Primera República de Venezuela. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1992; Magaly Burguera:
Historia del Estado Mérida. Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, 1983; Carlos Chalbaud Zerpa: Historia de Mérida. Mérida,
Universidad de Los Andes-Ediciones del Bicentenario del Natalicio del Libertador, 1985; Héctor Silva Olivares: Rebelión, Autonomía y Federa-
lismo en Mérida. Siglo XIX. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2010. (Col. Fuentes para la Historia Republicana de Venezuela, 96); Edda
Samudio: La experiencia juntista en Mérida. 1808-1810. Mérida, Universidad de Los Andes-Consejo de Publicaciones, 2010. (Col. Bicentenario
de la Universidad de Los Andes).

21
Pero a diferencia de lo ocurrido en otras localidades de Venezuela
y de la Nueva Granada, en Mérida, la élite local deseaba fortalecer
las instituciones que le proporcionarían su rango dominante sobre el
occidente de Venezuela y el nororiente de la Nueva Granada al elevar
el Colegio Seminario al de Universidad de Mérida, segunda medida
adoptada por la Junta de Mérida en 1810, lo cual ratificaba su deseo de
su predominio y supremacía pues de ese modo la ciudad se convertía
en asiento de la única institución de su tipo en la extensa área
geográfica correspondiente al obispado, con las indudables ventajas
que ello representaba para la urbe y sus grupos dirigentes20.

Ciertamente, los pasos determinantes asumidos por los notables


merideños en 1810, los colocaron en una encrucijada, que tal vez
ellos mismos nunca previeron, pero que una vez tomadas aquellas
decisiones debieron ineludiblemente enfrentar, especialmente si
se tiene en cuenta que a diferencia de Caracas, en donde se había
logrado deponer a las autoridades metropolitanas, en Mérida, el
enfrentamiento era inminente y previsible con las autoridades
monárquicas provinciales asentadas en Maracaibo, cuyo avance
militar sería inmediato sobre una ciudad subalterna, iniciando de esa
forma el conflicto abierto y violento que sacudió a la localidad durante
la década sucesiva. Al mismo tiempo, la ruptura del vínculo colonial
que actuaba como una fuerza cohesionadora entre el centralismo y
el regionalismo en el mundo hispanoamericano, dio rienda suelta a
la sociedad para que hicieran su aparición las fuerzas centrífugas
propiciando la desintegración y la anarquía. De ese modo, el proceso
de emancipación permitió que las tensiones locales, regionales y
nacionales emergieran debido a las fuertes contradicciones entre
los sectores y grupos sociales, las que fueron dirimidas de forma
violenta21.

Indudablemente, esas tensiones se evidenciaron en una lucha


entre las élites regionales, especialmente las de Caracas, Mérida y
Maracaibo22, por la supremacía del poder político en la naciente
república23. Por ello es de fundamental importancia la compresión del

20
Luis Alberto Ramírez Méndez: “La formación de la élite en el Real Colegio Seminario de San Buenaventura de los Caballeros de Mérida 1782-
1810”. En: Procesos Históricos. Nº 21, (Mérida, enero-junio 2012), pp. 149-162; Alí Enrique López Bohórquez: Un siglo de historia de la Universidad de
Los Andes. Mérida, Universidad de Los Andes, Vicerrectorado Administrativo, 2011; Alí Enrique López Bohórquez: La fundación de la Universidad
de Los Andes. 21 de septiembre de 1810. Mérida, Universidad de Los Andes, 2011.
21
Luis Alberto Ramírez Méndez: El clientelismo partidista en Acción Democrática, (sector educativo Mérida) Mérida. Tesis de maestría. CEP-
SAL-ULA, 1992. p. 11.
22
Ligia Berbesí de Salazar: Los lazos del poder en el gobierno local. Maracaibo 1787-1812. Caracas. (Colección Bicentenario) Ediciones Chirymeck,
2009. pp. 83-96. Belín Vázquez de Ferrer: “El proceso político de Maracaibo en una época de transición. 1799-1830” en Cuaderno de historia. Nº 16.
Maracaibo, Universidad del Zulia. Belín Vázquez de Ferrer, Ligía Berbesí, Nereida Ferrer:”De la elite del poder maracaibera a la dimensión social
del poder en Maracaibo (siglos XVI-XX)” En: Ligía Berbesí (coord.): Poder y mentalidades en España e Iberoamérica (siglos XVI-XX) Implicaciones y
actores. Maracaibo. Editorial de la Universidad del Zulia, 2001. pp. 31-51.
23
Manuel Alberto Donis Ríos: Ob. Cit. pp. 44-47.

22
concepto de élite24. La definición de la misma ha sido sucesivamente
enriquecida por Pareto y Mosca, para quienes, está unida con
el ejercicio del poder político y gobernante25. Por su parte, Karl
Mannheim considera que las élites son parte del sistema de relaciones
colectivas e intervienen en el cuerpo político, compuesto por todos
los grupos y dirigentes que representan un papel activo en la
sociedad26. Mientras, Suzanne Keller, las conceptúa como: (...) minorías
efectivas y responsables por la realización de determinadas actividades
y que a su vez, se refieren a otras personas respecto a las cuales son
responsables (…)27. Igualmente, la autora considera que las élites son
responsables en cuanto a mantener el sistema organizado, el orden de
trabajo, con capacidad para resistir y superar las crisis colectivas que
eventualmente se produzcan.

La élite puede ocupar posiciones sociales formales o concentrarse


en uno o diversos centros de poder a través de los cuales dirigen, se
mantienen, subsisten, pueden extenderse y coordinar funciones de
máximo interés28. Evidentemente, la trascendencia de la élite es variable
en cuanto a su espacio de influencia, lo que las coloca en conflictos
contingentes cuando estos están amenazados por la expansión o los
deseos de imposición de otras élites foráneas, en cuyo caso la actuación
de ésta debe ser llevadas en términos de conflictos abiertos y pacíficos
y solo en extremos puede ser llevados a la violencia, como ocurrió en
Mérida a partir de 1810 y hasta 1814.

De acuerdo con lo expuesto, en el presente trabajo se estudia la


actuación beligerante de las elites civiles, religiosas durante la guerra de
independencia en la provincia de Mérida, especialmente focalizado

24
El estudio de las élites ha motivado numerosos trabajos, Cfr: Vilfredo Pareto: The Mind and Society. Eds. for Arthur Livingston, 1935; Gaetano
Mosca: The Ruling Class. New York. McGraw Hill, 1939; Harold D. Landswell, Daniel Learner and C. E. Rotwell: The Comparative Study of the Élites.
Stanford California. Hover Institute Series, 1952; Wright Mills: The Power Élite. New York. Oxford University Press, 1956; Suzanne Keller: Más
allá de la clase dirigente. Madrid. Editorial Tecno, 1971; John E. Kicsa: Empresarios coloniales. familias y negocios en la ciudad de México durante los
Borbones. México. Fondo de Cultura Económica, 1986; Juan Carlos Garaviglis and Juan Carlos Grosso: “Mexican Élites of a provincial Town: The
Landowners of Tepeaca. (1700-1970)” en: Hispanic American Historical Review. 1990. Nº 1. 50. pp. 256-293; Amos Magged: “Acommodation and
Resistance of Élites in Transition. The Case of the Chiapas in Early Colonial Mesoamerica” en: Hispanic Historical American Review. Vol. 71. Nº 3.
august, 1991. pp. 478-500; Alonso Valencia Llano: “Élites, burocracia, clero y sectores populares en la independencia quiteña” en: Revista Procesos
Nº 3. Segundo Semestre, 1992. pp. 55-101; Frédérique Langue: “Orígenes y desarrollo de una élite regional. Autocracia y cacao en la Provincia de
Caracas” en: Tierra Firme Nº 34, 1991, pp. 143-161 y Aristócratas, honor y subversión en la Venezuela del Siglo XVIII. Caracas. (Colección: Fuentes
para la Historia Colonial de Venezuela 252) Academia Nacional de la Historia 2000; Mercedes Ruiz Tirado: “Consideraciones metodológicas para
el estudio de las élites de poder en la Venezuela colonial” en: Tierra Firme, Nº 34, 1991, pp. 135-142; Arlene Urdaneta Quintero: “Élite política de
Maracaibo 1858-1870” en: Tierra Firme Vol. 12. Nº 46. pp. 147-172; Edda O. Samudio: La élite merideña en la primera mitad del siglo XVII, ponencia
presentada en el III. Congreso Nacional de Historia Regional y Local, Caracas 1994. y “La élite capitular de Mérida” En: Emanuele Amodio (comp.):
La vida cotidiana en Venezuela durante el siglo XVIII. Maracaibo. Gobernación del Estado Zulia, Universidad del Zulia. 1999. pp. 147-170; Mercedes
Ruiz Tirado: “La élite política merideña. Aproximación a un sistema de relaciones sociales. Siglo XVII” en: En Búsqueda de la Historia: Memorias de
las 1ras jornadas de Investigación de la Escuela de Historia. Mérida, Universidad de Los Andes, 1998. pp. 349-354; Manuela Cristina García Bernal:
“La élites capitulares indianas y sus mecanismos de poder en el siglo XVII”. en: Anuario de Estudios Americanos. T. LVII. Nº 1. 2000. pp. 89-110;
Leandro Losada: “Reflexiones sobre la historia de las elites en Argentina (1770-1930): usos de la teoría social en la producción historiográfica”. en
Trashumante. Nº 1 enero junio 2013. pp.51-72.
25
Gaetano Mosca: The Ruling Class... p. 70.
26
Karl Mannheim: Man and the Society in the Age of the Reconstruction. Londrés. Kegan Paul, 1946.
27
Suzanne Keller: Más allá de la clase dirigente… p. 14.
28
Ídem.

23
en los factores de tensión y conflicto en los diversos escenarios en los
cuales se desarrolló mostrando especial atención a los protagonistas, sus
motivaciones y actuaciones. El análisis se centra en una revisión del papel
desempeñado por los sectores principales y subalternos, en especial de la
élite capitular y religiosa merideña como un referente de importancia
significativa en el proceso de la independencia venezolana y como
grupos protagonistas del poder. Además, se expresan las contradicciones
entre los grupos citadinos y con los otros rivales, en las restantes capitales
provinciales, cuya única finalidad fue la búsqueda de su preeminencia
en la naciente república29. La investigación se asienta sobre una amplia
revisión documental sobre fuentes publicadas e inéditas que reposan
archivos nacionales y extranjeros.

1. Entre dos fuegos

Al conformarse en Caracas la Junta Suprema Conservadora de los


Derechos de Fernando VII, fueron destituidas las principales autoridades
españolas en el territorio provincial venezolano, quedando la elite
caraqueña, concentrada en su cabildo provincial como depositario del
gobierno de la misma. Entre sus principales objetivos se contemplaba
obtener el apoyo de las restantes provincias de la Capitanía General en el
desconocimiento del Consejo de Regencia. En Mérida, después de recibir
las informaciones iniciales, las autoridades fueron renuentes a repudiar
las autoridades metropolitanas, y por el contrario solicitaron apoyos
militares al gobernador Fernando Miyares para la defensa militar del área
andina de su jurisdicción30. Al mismo tiempo, el teniente justicia mayor,
don Antonio Ignacio Rodríguez Picón,31 y Santiago Hernández Milanés,
obispo de la Diócesis, principales autoridades merideñas, notificaron al
gobernador sobre la presencia de tropas enemigas en Carora, lo que hacía
la situación muy compleja y peligrosa. Por esa razón, el ayuntamiento de
la localidad ordenó el alistamiento de seiscientos hombres de tropa, pero
carecían de los implementos militares necesarios32. Asimismo, Rodríguez

29
Alicia Morales: “La historiografía venezolana y la independencia: de la provincia de Guayana al centro.” En: Procesos Históricos. Nº 16. (Mérida,
julio-diciembre 2009), pp. 55-66.
30
Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas…”. pp. 82-83.
31
Varios son los trabajos que se han realizado sobre este personaje que participó en el proceso independentista de Mérida, entre ellos destaca-
mos: Vicente Dávila: “Coronel Rodríguez Picón” en: Gabriel Picón Febres: El Apellido Picón en Venezuela. Caracas, Impreso por Primitivo Quero
Martínez. 1922. pp. 23-43; Jesús Rondón Nucete: “La inmortalidad de Antonio Ignacio Rodríguez Picón” en: Academia de Mérida, Nº 20 (Mérida,
enero-diciembre, 2007), pp. 155-175; y María Sobeira Nieto y Alí López: “Monárquico y de repente republicano: el caso del merideño Antonio
Ignacio Rodríguez Picón” en: La primera república de Venezuela: reflexiones en su bicentenario (1811-2011) Memorias de las XI Jornadas de Historia
y Religión. Caracas, Fundación Konrad Adenauer, Universidad Católica Andrés Bello, 2012. pp. 183-211. La actuación pública de Rodríguez Picón
antes del 16 de septiembre de 1810 puede analizarse a través de los documentos publicados por Edda Samudio y David Robinson: A son de caja de
guerra y voz de pregonero. Los bandos de buen gobierno de Mérida 1770-1810. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2009, (Col. Fuentes para
la Historia Colonial de Venezuela, 268)
32
Lo integraban Antonio Ignacio Rodríguez Picón, Eugenio Briceño, Juan Antonio Paredes, Fermín Ruiz y Vicente Campo Elías. Véase: Tulio
Febres Cordero: Actas de Independencia de Mérida, Trujillo y Táchira en 1810. 2 ed. Mérida, El Lápiz, Grupo Editorial y de Investigación, Biblioteca
Febres Cordero, 2007. p. 31.

24
Picón notificó a la primera autoridad provincial que en Mérida todo
estaba tranquilo y contaba con el respaldo de la población, retirándole
la solicitud apoyo militar. En respuesta a esa petición, Miyares previó
el envío de veinticinco hombres con suficientes municiones, y un tren
volante de artillería de cuatro piezas con los juegos de armas de su
servicio a cargo de un cabo veterano, aunque existían dificultades para
su remisión por la escasez de los mismos en Maracaibo33. Esto demuestra
las deficiencias que enfrentaba la comandancia militar de la provincia
para defender el territorio más allá de la ciudad portuaria.

Consciente de aquella debilidad defensiva, la Junta de Caracas, amenazó


con hostilidades la comarca enclavada en la serranía, requiriendo en
consecuencia su reconocimiento a la autoridad juntista. Con ese el objetivo
fue comisionado Luis María Rivas Dávila, quien debió persuadir a las
autoridades emeritenses para que se erigiesen en Junta. Esa posible agresión
armada por parte de Caracas representó para los merideños un acto de
intimidación, es decir, que la presión de factores exógenos, fueron relevantes
para motivar la conformación de la Junta Superior Gubernativa34.

Este planteamiento no había sido considerado por la historiografía, lo


que podría explicar el cambio de postura de los merideños desde fieles a la
Monarquía y a las autoridades marabinas hacia el del establecimiento de
una Junta que asumiría el poder político de una nueva provincia, con lo
cual también sin duda demostraba su autonomismo frente a Maracaibo,
la que había desplazado a Mérida como capital provincial desde finales
del siglo XVII35. Como consecuencia de ello, el 16 de septiembre de 1810
se conformó la Junta Superior Gubernativa, y en su acta la amenaza de
guerra es una referencia importante36.

Mérida se inició como provincia independiente y en muy poco tiempo


es parte integrante de la confederación de Venezuela, ya que para el 31
de julio de 1811 se promulgó la Constitución provisional, consagrando
definitivamente a la provincia en un ente autónomo y de predominio
jurídico y territorial sobre gran parte de la región andina.

33
Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas…”pp. 83-84.
34
Para conocer algunas actuaciones de la Junta consúltese el trabajo de Edda Samudio: “La Junta Superior Gubernativa defensora de los derechos
de Fernando VII en Mérida y la adhesión de otras ciudades andinas” en: La rebelión de las provincias. El libro del bicentenario de la provincia de
Mérida. Mérida, Alcaldía de Libertador, Comisión Bicentenaria, 2010. pp. 25-51.
35
Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas…” p. 86.
36
Ibídem., p. 84. (…) Se les leyeron públicamente los oficios dirigidos a este Ilustre Ayuntamiento, y Ciudad, por las Juntas Supremas de Santa Fé y
Caracas y por la superior de Barinas, en que se les amenaza con un próximo rompimiento de Guerra, si no se adhieren a la causa común que defienden
las enunciadas Capitales, y Provincias (…) Tulio Febres Cordero: Actas de Independencia de Mérida, Trujillo y Táchira en 1810… p. 33. Señala Héctor
Bencomo Barrios, que estando Rivas Dávila en Barinas, antes de llegar a Mérida, los miembros de la Junta de esa localidad le pusieron a su
disposición algo más de doscientos hombres armados para que los emplease, llegado el caso, en provecho del éxito de la nación, pero según el autor,
su palabra persuasiva, unida a la predisposición de los merideños hacía la libertad, dejaron sin efecto el empleo de la fuerza de las armas. Véase:
Héctor Bencomo Barrios: “El Ilustre Prócer de la Independencia Coronel Luis María Rivas Dávila” en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia,
Nº 247, T. LXII, (Caracas, julio-septiembre, 1979), p. 646.

25
La Provincia de Mérida (1810)

Esta carta magna regional establecía en su capítulo séptimo De


los Cabildos y jueces inferiores cinco artículos informativos sobre las
funciones de la institución municipal como policía, administración
de bienes propios, construcción de puentes, apertura de caminos,
establecimiento de escuelas, fomento de la agricultura, extinción de vagos
y ociosos,37 aseo de la población y de los abastos públicos, entre otros38. La
erección de las provincias andinas de Mérida y Trujillo no puede dejar
de observarse en el contexto de la convocatoria por la Junta de Caracas
al Congreso de Venezuela. En éste la estructura administrativa de esa
unidad territorial era de primer orden, tanto por la participación como
por la representación política. Es decir, que una vez instaladas las Juntas
andinas, era imprescindible su organización en provincias, para poder
elegir los diputados que las representarían, de esa forma se legitimaba el
Congreso y las nuevas jurisdicciones obtenían su reconocimiento39.

Un día antes de la promulgación de la Constitución se redactaron


instrucciones para la conformación de los Cabildos enteros y medios
de la provincia. En las ciudades de Mérida, La Grita y San Cristóbal,
se instalarían ayuntamientos enteros integrados por dos alcaldes
ordinarios, un procurador general, un padre de menores, quienes
durarían un año en sus funciones y un mayordomo de propios, para
quien no se especificaba el tiempo de actuación. Los cinco regidores se

37
Sobre esta temática recomendamos ampliamente el trabajo de Marcos Araque: Sin oficio ni beneficio, sin renta ni hacienda conocida, vagos y
malentretenidos en Mérida 1809-1858. Mérida, Facultad de Humanidades y Educación, Escuela de Historia. (tésis), 2010.
38
“Constitución de la Provincia de Mérida” en: Las Constituciones Provinciales. Estudio Preliminar Ángel Francisco Brice. Caracas, Academia Na-
cional de la Historia, 1959. (Col. Sesquicentenario de la Independencia), pp. 279-280.
39
Ibídem., p. 88.

26
mantendrían por tres años en sus labores; todos iniciarían y culminarían
en enero, sus nombramientos se harían por el cabildo asociado de los
apoderados de las parroquias, nombrando uno cada una, a través del
voto. También habría un escribano público, con dos años de duración
en su desempeño. Se estipulaba que los alcaldes, regidores, procurador
y escribano debían ser mayores de 25 años, de buena conducta, con
instrucción y que tengan amor a su suelo, sin parentesco consanguíneo
entre sí. No se exigían estudios universitarios, pero el escribano debía ser
examinado y aprobado por el tribunal de apelaciones40.

Los ayuntamientos medios se organizarían con igual tiempo de


duración, de método de elecciones y circunstancias que sus pares
enteros, con la única diferencia de estar integrados por un alcalde y tres
regidores, procurador general, que cumpliría también las funciones del
padre de menores, escribano y un mayordomo de propios. De ese modo
se suprimía el cargo del teniente como funcionario, encargándose de
sus funciones y atribuciones al alcalde, titulándose entonces alcaldes
justicias mayores. La ausencia de éstos sería suplida por el regidor más
antiguo, los alcaldes, a su vez, podrían ser reelegidos por otro trienio y los
escribanos por otro bienio. No se elegirían alcaldes de la hermandad por
considerarlos superfluos, en cambio se nombrarían pedáneos en todas
las parroquias.

Este reglamento fue aprobado por el colegio electoral de la provincia,41


aunque tendría una permanencia efímera, puesto que una vez retomada
la ciudad por los realistas perderían legitimidad y vigencia. Así, en enero
de 1812, el Cabildo entero de la ciudad de Mérida quedó integrado por
los alcaldes Vicente Campo Elías y Fermín Ruiz Valero, y los regidores
Josef Fernández, Ignacio Rivas, padre de Luis María Rivas Dávila, y José
Lorenzo Maldonado42. Se desconoce quiénes ejercieron el resto de las
funciones.

A pesar de la estabilidad política creada por los patriotas merideños,


su permanencia en el tiempo sería efímera debido a su vulnerabilidad
militar y a las evidentes deficiencias defensivas y económicas. Después
de la ruptura de relaciones con Maracaibo, la ciudad serrana aspiró el
apoyo de Caracas y Barinas para contener las reacciones castrenses que
se esperaban de las autoridades marabinas, puesto que eran conscientes

40
José Félix Blanco y Ramón Azpúrua: Documentos para la Historia de la vida pública del Libertador. Caracas, Comité ejecutivo del Bicentenario
de Simón Bolívar, Ediciones de la Presidencia de la República, 1978. T. III, pp. 331-332.
41
Ibídem., p. 332.
42
Causas de Infidencia, documentos inéditos relativos a la Revolución de la Independencia. Caracas, Archivo General de la Nación-Imprenta Nacional,
1952 T. II. pp.40-41.

27
de su indefensión, más aún cuando el terremoto del 26 de marzo de 181243
devastó la ciudad y afectó de forma negativa el parque y contingente
militar.44

La vulnerabilidad táctica de la provincia se demostró cuando se


procuró defender al pueblo de Bailadores, para evitar su separación de la
causa republicana, lo cual fue imposible por la incapacidad de enfrentar
a las fuerzas militares enviadas a esa población desde Maracaibo. Por
esa razón, Ramón Correa avanzó firmemente con el objetivo de tomar
Mérida y el gobernador político y militar, Juan Antonio Paredes,
fue incapaz de contenerlo por ello tuvo que dimitir y convencer a la
población merideña, en mayo de 1812, de jurar de nuevo su sumisión a
la soberanía del Rey, las Cortes y el Concejo de Regencia, reconociendo
además a las autoridades provinciales de Maracaibo45.

En este contexto de dominación realista de la provincia de Mérida,


desde mediados de 1812 hasta abril de 1813, marchara por el territorio
la campaña liberadora dirigida por Simón Bolívar, que tuvo como punto
focal la ciudad de las cinco águilas blancas. Cabe destacar que con la
caída del gobierno republicano merideño la mayoría de los miembros
de la junta y primeras autoridades fueron detenidos y se les siguieron
causas de infidencia46, al igual que algunos del alto clero47, quienes fueron
reducidos a prisión en las bóvedas de los Castillos de Puerto Cabello y
La Guaira. Ello determinó la desintegración del cabildo catedral y la
consolidación de un fuerte grupo realista48.

2. Se desgarraron las vestiduras

Los terremotos del 26 de marzo de 1812, en Caracas y Mérida,


fueron vistos por la población, como un castigo de Dios, seguramente
influenciados por el clero, por haber apoyado la república y rechazar a la

43
Información sobre el terremoto puede consultarse en: Rogelio Altez: “Cronometrización extemporánea: Los sismos del 26 de marzo de 1812 en
Caracas y Mérida” en: Revista Geográfica Venezolana. Vol. 39 (1 y 2) (Mérida, 1998), pp. 297-326; Jaime Laffaille y Carlos Ferrer: “El Terremoto del
Jueves Santo en Mérida: año 1812” en: Revista Geográfica Venezolana. Vol 44 (1) (Mérida-2003), pp. 107-123; Jaime Laffaille y Carlos Ferrer: “El
terremoto de Mérida de 1812: Escudriñando entre las páginas de una novela inconclusa en busca de información acerca de una historia real” en:
Revista Geográfica Venezolana. Número especial, (Mérida, 2005), pp. 217-232; Rogelio Altez: El desastre de 1812 en Venezuela: Sismos, vulnerabili-
dades y una patria no tan boba. Caracas, Fundación Polar, 2006.
44
Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas…”pp. 92-93.
45
Ibídem., p. 93.
46
Juicios realizados a hombres y mujeres que desobedecieron el poder español por medio de actos, palabras, escritos e intentos de instaurar gobier-
nos republicanos durante el proceso independentista venezolano. Algunos de los merideños que se les siguió causas de infidencia fueron: Antonio
Ignacio Rodríguez Picón, Juan Antonio Paredes, Luis María Rivas Dávila, Antolín del Pino, Mariano del Pino, José María Salas, Juan Agustín
Gutiérrez, Blas Hernández Pascua, Pedro Jugo del Pulgar, José Ignacio Márquez, y Martina Picón, entre otros. Los resúmenes de las causas pueden
consultarse en: Memorias de la Insurgencia. 2 ed. Caracas, Centro Nacional de Historia-Archivo General de la Nación, 2011.
47
Supuestamente a Buenaventura Arias se le siguió causa de infidencia, cuestión que no se podido corroborar.
48
Luis Alberto Ramírez Méndez: “María Salas: Patriota por convicción, realista por ignorancia” en: País de Papel, N° 1, (Mérida, 2012) pp.132-133.

28
Monarquía49. Los daños causados por el movimiento telúrico en el suelo
merideño fueron numerosos, muchas de las edificaciones emblemáticas
de la ciudad fueron afectadas, casi se podría decir que la localidad quedó
destruida. Esto motivó una amplia discusión entre sus habitantes y
particularmente entre los dos bandos religiosos en pugna. La discusión
se centró durante los primeros meses de 1813, en torno a la reedificación
de la urbe o su mudanza al pueblo de San Juan, sitio que carecía de los
requerimientos necesarios para su habitabilidad y de afluentes de agua
cercanos.

La iglesia católica como el resto de las instituciones se dividió y las


lealtades se inclinaron por uno u otro bando de acuerdo a sus posiciones
personales. Esto se observó en lo interno del cabildo catedral de Mérida.
El deán Francisco Javier de Irastorza y el canónigo Mateo Mass y Rubí
argumentaban la necesidad de construir un nuevo centro poblado,
puesto que las pérdidas materiales eran insalvables, considerando que la
ciudad está destruida y se compone de solo cuatro pobres. Este argumento
fue extensamente utilizado como una excusa para trasladar la catedral, el
colegio seminario y el convento de las monjas50 a Maracaibo. También, el
deán y el prebendado tenían interés personal en que las instituciones se
ubicaran en la ciudad-puerto, siendo apoyados por el cabildo marabino,
el que se empeñó desde la fundación del obispado, que la sede de la
diócesis se situara en Maracaibo y relegando a Mérida, posición que se
originaba reservarse para el beneficio de la élite de la ciudad lacustre los
cuantiosos recursos económicos manejados por estas instituciones, y
porque también eran importantes política y administrativamente para
consolidar la capitalidad provincial. En ese conflicto se afrontaron las
élites de estas dos ciudades, antes y después de 1810 y lucharon por la
sede del obispado, creado en 1777, y aún más en momentos en que una
defendía la fidelidad al Rey y la ciudad serrana, de grado o por la fuerza,
se había declarado independiente51.
49
Simón Bolívar en su célebre Manifiesto de Cartagena, señalaba sobre el terremoto que este trastornó, ciertamente, tanto lo físico como lo moral; y
puede llamarse propiamente la causa inmediata de la ruina de Venezuela (…) la influencia eclesiástica tuvo, después del terremoto, una parte muy con-
siderable en la sublevación de los lugares y ciudades subalternas; y la introducción de los enemigos en el país; abusando sacrílegamente de la santidad
de su ministerio a favor de los promotores de la guerra civil. Sin embargo, debemos confesar ingenuamente que estos traidores sacerdotes se animaban
a cometer los execrables crímenes de que justamente se les acusa porque la impunidad de los delitos era absoluta (…) de lo referido se deduce que entre
las causas que han producido la caída de Venezuela (…) el terremoto acompañado del fanatismo que logró sacar de este fenómeno los más importantes
resultados (…). Véase: “Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño escrita por Simón Bolívar en Cartagena de
Indias el 15 de diciembre de 1812” en: Simón Bolívar: Escritos fundamentales. 6ª reimpresión. Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana,
1997. pp. 54-55.
50
Para un conocimiento profundo sobre el devenir histórico de este convento puede analizarse la obra de Luís Alberto Ramírez Méndez: De la
piedad a la riqueza. Convento de Santa Clara de Mérida 1651-1874. Mérida, Archivo Arquidiócesano de Mérida, 2005 T. I. (Fuentes para la Historia
Eclesiástica de Venezuela, 4) y específicamente sobre el cisma de las Clarisas en la independencia véase del mismo autor: “La ruptura de la proxi-
midad en una sociedad polarizada: El caso del convento de Santa Clara en Mérida-Venezuela 1810-1827” en: Antíteses, V.4, Nº 8, (Paraná-Brasil,
julio-diciembre de 2011), pp. 873-906. Para el estudio de la Diócesis véase: Gabriel Picón Febres-hijo: Datos para la Historia de la Diócesis de Méri-
da…Y sobre el Seminario consúltese: Jesús Rondón Nucete: Cuando el Seminario se convirtió en Universidad. Mérida, Universidad de Los Andes,
Publicaciones del Vicerrectorado Académico, 2007; Alí Enrique López Bohórquez: Un siglo de Historia de la Universidad de Los Andes. Mérida,
Universidad de Los Andes, 2011.
51
Véase el artículo de Rogelio Altez: “La coyuntura como excusa: poderes regionales tras el obispado de Mérida en 1812” en: 1810: Dios, patria y
libertad. Memorias de las X Jornadas de Historia y Religión. Caracas, Fundación Konrad Adenauer, Universidad Católica Andrés Bello, 2012. pp.
93-114.

29
Por otro lado y en una posición enfrentada con los anteriores, era
la sostenida por un grupo de presbíteros de la jurisdicción quienes
auspiciaban la reconstrucción de la ciudad. Justificaban su actitud en que
los pobladores de Mérida habían retornado a sus hogares y, se encuentran
ya entre su recinto mas de quatro mil y seiscientas almas, tres templos
quedaron intactos, las calles estaban limpias, y en funcionamiento sus
acequias52. Asimismo reiteraban que la meseta en la que se asentó la
ciudad no había sufrido daños lamentables, por lo tanto era el lugar más
apropiado por: la estabilidad del terreno, las aguas saludables de sus ríos,
lo agradable de su temperatura, la igualdad de sus estaciones y sobre
todo, por la facilidad que ofrecía para concluir una obra ya iniciada, en
lugar de comenzar una nueva. En vista de tales razonamientos, el 25 de
enero de 1813, instaron al cabildo merideño a reiterarle al gobernador
de la provincia la necesidad de reconstruir la urbe en el mismo sitio
y a su vez promover tal idea ante otras instituciones gubernativas.
Además, creyeron pertinente reconstruir una cárcel, la casa consistorial,
y priorizar la atención de la enseñanza pública con el reinicio de los
estudios de la gramática, la filosofía y la teología53.

Para lograr esos objetivos, el presbítero patriota José Luis Ovalle,54 cura
de El Morro, fue nombrado de forma unánime, por los otros clérigos de la
jurisdicción, quienes apoyaban mantener en Mérida las instituciones de
piedad, instrucción y beneficencia, para realizar las diligencias pertinentes
ante los magistrados de la Audiencia, ante quienes ya se había elevado
un recurso. Para cumplir con tal actividad solicitó se le otorgara una
licencia por un tiempo prudencial, de sus labores religiosas, de las que se
encargaría el cura de Acequias. El permiso fue otorgado, el 3 de febrero,
por el deán Francisco Javier de Irastorza, quien había trasladado el cabildo
catedral al poblado de Lagunillas, cercano a Mérida55. Los reclamos de los
clérigos fueron respondidos por el tribunal, asentado temporalmente en
Valencia, con una real provisión que impedía el traslado de la ciudad, al
igual que el de sus instituciones.

Del mismo modo, los religiosos José Luis Ovalle y José Rafael Victorio
Jaymes, en representación de otros sacerdotes también exigieron
información sobre la decisión del cabildo eclesiástico, que había
fulminado con censura mediante una (…) excomunión que mandó firmar
52
Para ubicarnos en contexto se presentan algunos datos poblacionales de Mérida. En 1770 la población era de 2.800 habitantes y siete años más
tarde se calculaba en 3.369 pobladores, mientras que para 1803 se le atribuían un total de 7.016 habitantes. Véase: Edda Samudio: La élite capitular
de Mérida, en: Emanuele Amodio (comp.): Vida cotidiana en Venezuela durante el siglo XVIII. Maracaibo, Gobernación del Estado Zulia y Universi-
dad del Zulia. 1999. pp. 147-170. Hasta ahora se desconocen las cifras exactas de los fallecidos en el terremoto.
53
Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida. T. III…p. 152.
54
Se le señaló de insurgente de primera clase y se le siguió causa en 1815. Fue acusado de participar en la Campaña de Mucuchachí de 1813. El
expediente completo se encuentra en el Archivo General de la Nación. Sección Causas de Infidencia. T. XXVI. Expediente 12. Folios 196-232. En
adelante AGN. Un resumen de la causa puede consultarse en Memorias de la Insurgencia… p. 405.
55
Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de…T. III, pp. 303-304.

30
en las puertas de las Iglesias de esta Jurisdicción contra los que impidiesen,
perturvasen, ó aconsejasen se impida la dha. traslación56. De inmediato,
los sacerdotes defensores de mantener las instituciones en Mérida se
dirigieron hasta Lagunillas a entrevistarse con el cabildo catedral y le
presentaron la real provisión de la Audiencia que suspendía el traslado
de tales instituciones57. El deán Irastorza y el canónigo Mass y Rubí
obedecieron tal normativa, a pesar de su descontento; además mandaron
a recoger el escrito publicado en el que se estigmatizaba a aquellos que
eran opuestos a la mudanza de las mismas a Maracaibo.

Pero, a pesar de lo que podía pensarse como una victoria de los


curas merideños, -entre los que se destacan Salvador León, Fernando
Villareal, y Antonio Escalante-, estos seguían atentos, pues conocían
que continuarían el contencioso ante la Audiencia o la Corte58. Por
tanto, requirieron del ayuntamiento el 22 de febrero de 1813, una copia
del expediente original donde se mandaba a suspender la reedificación
de la urbe, y del acta del 8 de febrero del mismo año, contentivas de
las observaciones favorables sobre el estado de la ciudad. Nuevamente
requirieron el apoyo político del cabildo al reclamar a los capitulares
que realizaran algunos pronunciamientos escritos en defensa de tal
idea y que convocaran a los cabildos de las ciudades de Barinas, Trujillo,
Ejido, Bailadores, La Grita, San Cristóbal, y San Antonio de Cúcuta, a los
cuales también les correspondía apoyarla, puesto que la posibilidad de
la mudanza de la urbe y el posible traslado de algunas instituciones a
Maracaibo, conllevó a las consultas de las diversas municipalidades
integrantes de la diócesis59.

Por su parte, los ministros de la iglesia, fieles a una misma fe religiosa,
pero enfrentados por un fervor terrenal diferente le prestaron sus
esfuerzos y les cedieron los sagrados recursos económicos al bando
que apoyaban. Ejemplo de ello se comprueba, en la entrega dos mil
trescientos pesos de las cajas de los diezmos y de la fábrica de la Catedral
al coronel Ramón Correa, jefe de las tropas realistas por Francisco Javier
de Irastorza y Mateo Mass y Rubí, el 17 de febrero de 1813. También
en calidad de empréstito, le cedieron los tubos del órgano, que eran de

56
Ibídem., p. 305.
57
Los trabajos de representación de los curas merideños, en esta importante institución, los había realizado el procurador Antonio Viso, quien
sustentó seriamente sus argumentos, tal como se puede observar en el extenso documento presentado en la Audiencia. Véase: Gabriel Picón
Febres hijo: Datos para la historia de la Diócesis de Mérida… 2 ed. pp. 114-120.
58
El 25 de marzo de 1813 José Domingo Rus, representante de la provincia de Maracaibo a la Corte en Cádiz, pedía que la residencia habitual
del prelado Diocesano, el Cabildo Eclesiástico, el Colegio Seminario y el Convento de Monjas se trasladasen a Maracaibo puesto que Mérida
había quedado destruida por el terremoto. Véase: Maracaybo representado en todos sus ramos por su hijo diputado á cortes don José Domingo
Rus Ortega de Azarraullia. Madrid. En la imprenta de Vega y Compañía. MDCCCXIV. p. 47. Rus obtuvo una respuesta el 2 de agosto de ese año,
en Real Orden de la Regencia, se le dio autorización para trasladar el Colegio Seminario a Maracaibo y modificarle el nombre a Colegio Real de
San Fernando, no se nombró el resto de las instituciones. Véase: Eloi Chalbaud Cardona: Historia de la Universidad de Los Andes. 2 ed. Mérida,
Universidad de Los Andes, 1987, T. II, p. 158.
59
Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de… T. III. pp. 299-303.

31
plomo y pesaban seis y media arrobas, según lo manifestó la doña Isabel
Briceño, esposa de don Jayme Fornés, depositarios de los implementos60.
La disposición de ingentes recursos económicos era necesario para la
manutención de las tropas en guerra, y éstos había que buscarlos donde
hubiera, así fueran en las sacrosantas arcas de la iglesia.

Económicamente las cosas no estaban bien para ambos bandos, como


lo previó Correa, quien el 26 de marzo de 1813 le participó por un oficio
al deán Irastorza la necesidad en que se encontraban sus tropas, por la
falta de medios monetarios para subsistir, y en parte por los excesivos
gastos. Nuevamente pedía al clero, sostenedor de la causa de la Religión
y el Soberano, algún donativo, según sus posibilidades61. El mismo día,
el deán dispuso que se realizaran rogativas públicas para que el señor
concediese la paz y triunfaran las armas del Rey contra los enemigos62. A
pesar de las plegarias y los apoyos económicos, la victoria de los patriotas
parecía inminente; en poco tiempo llegaría Simón Bolívar a Mérida con
el apoyo del ejército neogranadino.

En un largo memorial escrito por el deán Irastorza, el 13 de mayo de


ese año, enumeraba las dificultades que habían surgido por el intento
de trasladar las instituciones de piedad y educación, producto de una
primera orden dada por el gobernador de Maracaibo don Pedro Ruiz de
Porras, quien ejerció la primera autoridad de la provincia entre 1810 y
1812, aceptando tal mudanza, que luego revocaría, hasta tanto la regencia
la avalara. Posteriormente, esta orden sería auspiciada y ratificada por
Fernando Miyares, substituto de Ruiz de Porras en la gobernación de
la provincia. Como ya se ha señalado, los merideños habían obtenido
de la Audiencia una real provisión que posponía el cambio hasta tanto
se tomaran los informes pertinentes. No le quedó más opción al deán
Irastorza que abandonar definitivamente de la ciudad serrana pues
(…) en tales circunstancias, y viendo la grande adhesión de tales vecinos á
los enemigos, el disgusto con que nos miraban, por haber propendido á la
translación,(…) con nuestra oposición al errado sistema de los enemigos de
la Nación, (…) tomamos la deliberación de retirarnos, (…), pues no solo se
nos negó todo auxilio para su extracción, sino que aun hubo atrevidos en
Mérida, que en la mitad del día nos hiciesen fuego para impedir nuestra
huida, (…)Los eclesiásticas arribaron a Maracaibo el 29 de abril de 181363.

60
Ibídem. pp. 288-289. Tal como lo señala la tradición, los tubos no fueron enviados.
61
Ibídem. T. II, p. 372.
62
Ibídem. T. II, p. 373.
63
Maracaybo representado en todos sus ramos por su hijo diputado á cortes don José Domingo Rus… pp. 149-150. El 6 de mayo la Audiencia
ordenó la restitución del Cabildo Eclesiástico a la ciudad de Mérida. Véase: Gabriel Picón Febres hijo: Datos para la Historia de la Diócesis de
Mérida… 2 ed. p. 120.

32
La doctrina religiosa realista, defendida por el deán Francisco Javier de
Irastorza y el canónigo Mateo Mass y Rubi, planteaba en su cosmovisión
que la revolución de independencia era definitivamente pecaminosa
y que a sus representantes sólo podían verlos como hombres alzados
contra Dios y el Rey, movidos por el demonio. La república era vista
como una quimera, una ficción, una mentira, que alucinó a unos pocos, y
que eliminó la felicidad, todo esto dentro de la idea general de la unidad
de Dios y el monarca64. Cabe destacar que los conflictos no fueron una
simple desavenencia entre religiosos sino que la independencia replanteó
las disputas estructurales en el ámbito político-administrativo, ya que
Mérida se había erigido como una provincia autónoma y Maracaibo
aspiraba consolidar su capitalidad provincial, de allí la importancia de
que las instituciones señaladas se ubicaran en uno u otro territorio.

3. Esclarecidos y virtuosos ciudadanos

Simón Bolívar inició sus campañas militares del Magdalena y avanzó


a Cúcuta tomando la ciudad colombiana de Ocaña el 8 de enero de 1813.
Luego siguió a Salazar de las Palmas el 22 de febrero, y el 28 del mismo
mes derrotó a Ramón Correa en Cúcuta, con el apoyo de las armas
neogranadinas. Bolívar estaba sujeto al poder ejecutivo neogranadino,
el que solo el 30 de marzo le autorizó a ingresar al territorio venezolano,
aunque esa decisión no le satisfizo plenamente porque se le había
fijado como límite para sus operaciones La Grita, extendiéndosele
luego a Mérida y Trujillo65. Comprendía el militar la importancia geo-
estratégica de controlar el territorio que cubría el importante circuito
económico de Maracaibo, San Cristóbal, La Grita, Mérida, Mucuchíes,
Trujillo y Barinas, eje fronterizo de principal trascendencia en los planes
castrenses del ejército republicano, por cuanto constituía una especie de
bisagra entre las fuerzas patriotas de la Nueva Granada y los insurgentes
venezolanos66.

64
Tomás Straka: La voz de los vencidos. Ideas del partido realista de Caracas, 1810-1821. 2ª ed. Caracas, Bid&co. Editor, Universidad Católica
Andrés Bello, 2007. p. 193.
65
Héctor Bencomo Barrios: “Campaña Admirable de 1813” en: La Campaña Admirable, Celebración del Sesquicentenario en Mérida. Caracas,
Biblioteca de Autores y Temas Merideños, 1965, pp. 105-124. Esta publicación se organizó con la intención de recopilar diversos trabajos sobre
tan importante hecho histórico y su repercusión en Mérida. Los otros artículos son: José Nucete Sardi: “La Campaña Admirable y sus proyec-
ciones militares, políticas, económicas y sociales”, pp. 15-34; Guillermo Morón: “El nombre de Campaña Admirable”, pp. 35-44; Manuel Pérez
Vila: “La formación militar de Bolívar a través de sus lecturas”, pp. 45-60; Neptalí Noguera Mora: “Figuras y hechos singulares de la Campaña
Admirable”, pp. 61-90; Pedro Nicolás Tablante Garrido: “La Campaña Admirable, celebración del centenario por la Universidad de Los Andes”,
pp. 91-104; Cristóbal L. Mendoza: “La entrada de Bolívar a Mérida”, pp. 125-134; José Ramón Medina: “Bolívar y la Poesía”, pp. 135-184; Pedro
Pablo Barnola: “Nobleza pide lealtad”, pp. 185-193; Ramón Díaz Sánchez: “El Estado Bolivariano”, pp. 194-208; José Gregorio Pérez Rojas: “La
ciudad y el héroe”, pp. 217-232; Ernesto Jérez Valero: “El mural: mensaje del futuro”, pp. 245-254; y Ramón J. Velásquez: “Desde el principio de
la Historia”, pp. 255-273.
66
Ebert Cardoza Sáez: “Milicias y pugnas socio-étnicas en el proceso juntista de 1810. Las milicias merideñas en la Guerra de Independencia”
en: La rebelión de las provincias… p. 168.

33
El cabildo de Mérida le envió un oficio a Bolívar el 18 de abril, a través
del regidor y brigadier Gabriel Valera, quien fungió como emisario,
informándole de la salida en la noche anterior, del comandante militar
realista del destacamento. Asimismo, en un tono dubitativo, señalaban
que ya tenían conocimiento de su pronto arribo a la localidad por lo que
lo felicitaban, le ofrecían tomarla pacíficamente y le suplicaban que por el
mismo hecho de venir en nuestro favor, no consiente que sus tropas agraven
las ruinas, miserias y extorsiones que ha padecido esta desgraciada ciudad.
De igual forma, le proporcionarían los alojamientos y comida requeridos
para el ejército, a pesar de las consecuencias del terremoto67.

Del mismo modo, Francisco de Paula Santander, desde Bailadores, el


24 de abril de 1813, también le informó a Bolívar que la ciudad de Mérida
había sido abandonada por los militares realistas, quienes se dirigieron
a Trujillo. Con la información exacta de la salida de los monárquicos
de Mérida, Bolívar redactó en Cúcuta, el 28 de abril, un conjunto de
instrucciones entregadas a Cristóbal Mendoza para ejercer la primera
magistratura del territorio. Le encargó dirigirse inmediatamente a la
ciudad donde debía cumplimentar á la Municipalidad por su lealtad y
esfuerzos patrióticos. A su vez, la institución municipal le entregaría
la autoridad suprema para regir los pueblos de la provincia merideña
en nombre de la República de Venezuela, mientras el Congreso de
la Nueva Granada, definiese la naturaleza del gobierno a establecer.
Su principal objetivo era restituir el orden de las cosas, adoptando el
título de gobernador, con el encargo especial de promover y fomentar
la insurrección, atrayendo personas adeptas a la causa, y recolectando
armas y dinero, que serían empleados en la defensa68.

Retomado el poder por los patriotas, en abril de 1813, las


normativas legales implementadas por éstos se aplicarían
nuevamente, por eso era tan valioso nombrar un gobernador pues
sería el encargado de manejar los escasos recursos económicos. La
Constitución Provincial de Mérida le atribuía al poder ejecutivo
diversas funciones de hacienda, como la General Intendencia de los
ramos Militar, Político, y de Hacienda, y traspasaba a la figura del
gobernador militar la coordinación de la Intendencia, para ahorrar
en sueldos, asimismo le daba la posibilidad de nombrar subdelegados
adjuntos a él69.

67
Guillermo Hernández de Alba (compilador): Archivo Nariño 1812-1815. Bogotá, Fundación para la Conmemoración del Bicentenario del Na-
talicio y el Sesquicentenario de la muerte del General Francisco de Paula Santander, 1990, T. V p. 150.
68
José Félix Blanco y Ramón Aizpurúa: Documentos para la Historia de la vida pública del Libertador. T. IV…. pp. 577-578. Dos días más tarde
Simón Bolívar notificaría al gobierno neogranadino las instrucciones dadas a Cristóbal Mendoza. Ibídem., p. 577.
69
Pedro Vicente Sosa Llanos: Guerra, hacienda y control fiscal en la Emancipación de Venezuela (1810-1830). Caracas, Archivo Histórico de la
Contraloría General de la República, 1995. p. 171.

34
El mismo 28 de abril, Bolívar envió al Ayuntamiento de Mérida un
oficio informándoles lo decidido sobre la nueva autoridad. Se congratulaba
por el escrito que le había remitido la institución, comunicado desde
La Grita, por el regidor Valera. Bolívar les reiteró la inmunidad y buen
tratamiento de los que gozarían los vecinos y habitantes americanos
de ese territorio70. Era evidente que Bolívar requería del apoyo de los
pobladores en una guerra que desde sus inicios adquirió un carácter
social, pero el pueblo no se sentía representado en el discurso de los
élites que la dirigían, blancos con poder que asumían los ideales de la
Revolución Francesa, pero mantenían la esclavitud y su desprecio a los
indígenas y mulatos.

La élite política que manejó la municipalidad merideña en 1813 estaba


integrada por los alcaldes Ignacio de Rivas71 y Nicolás Parra72, los regidores
Gabriel Valera73, Antonio Rangel74, Antonio José Zerpa, Pablo Ignacio
Arias75, José Cornelio de la Cueva76, Luis Cerrada77, Vicente Uzcátegui, y
Pedro Contreras78 y los procuradores79 Agustín Chipía80 y José Gerónimo
López. Este Ayuntamiento se había instalado el primero de enero de 1813,
de acuerdo con la Constitución promulgada en Cádiz, el año anterior, por
lo que se le denominó Cabildo Constitucional81. Héctor García Chuecos lo
denomina Ayuntamiento realista aunque sus actuaciones antes, durante
y después de la llegada de Bolívar podrían rebatir tal aseveración. Cabe
destacar la significativa y reveladora participación de personajes cuyas
estirpes eran mestizas, De la Cueva y Valera.

70
Escritos del Libertador. Caracas, Sociedad Bolivariana de Venezuela, 1968. T. IV. p. 223.
71
Alcalde ordinario en 1809, antiguo teniente justicia mayor, sin mayor figuración entre los años 1810 y 1811. Regidor del Ayuntamiento en
1812. Véase: Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida 1810-1823” en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia,
XLI: 163 (Caracas, julio-septiembre, 1958), p. 259.
72
Natural de Santafé de Bogotá, hijo de Doña Margarita Heredia. Estuvo entre los comuneros de Mérida, y fue nombrado Alférez de la Tercera
Compañía que comandaba el Capitán del Número Antonio de la Cruz Monsalve. Se casó con María Rafaela Ortega. Padre de 13 hijos. Véase:
Roberto Picón Parra: Fundadores, primeros moradores y familias coloniales de Mérida (1558-1810). Caracas, Academia Nacional de la Historia,
1993, T. IV, (Col. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 225), p. 427.
73
Fue el sindico del Convento de las Clarisas que ejerció sus funciones por mayor tiempo, durante 27 años, desde 1811 hasta 1848, en su gestión
se siguieron 39 causas ejecutadas para proteger los bienes del Convento. Véase: Luís Alberto Ramírez Méndez: De la piedad a la riqueza. Con-
vento de Santa Clara de Mérida 1651-1874… pp. 228-229.
74
Nacido en Mérida el 13 de junio de 1789. Inició sus estudios de Latinidad en 1800 en el Seminario de San Buenaventura de Mérida, el 1º de
junio de 1805 se matriculó para cursar Filosofía, graduándose de Bachiller el 24 de octubre de 1808 y Licenciado el 8 de septiembre de 1809, ese
mismo año obtiene el grado de Maestro en Filosofía. Uno de los próceres más destacados de los merideños por sus actuaciones posteriores. En:
Roberto Picón Parra: Fundadores, primeros moradores y familias coloniales de Mérida (1558-1810)… pp. 558-560.
75
Casado con Doña Nicolasa Quintero, hija legítima de Don Juan Nepomuceno Quintero y Doña Gertrudis de Lara. Este enlace se efectuó el
30 de octubre de 1809. En Ibídem., p. 44.
76
Blanco de segunda clase, cuyo ruidoso caso con el Ayuntamiento por el uso del paraguas lo hicieron reconocido al final del siglo XVIII. Tenía
68 años en 1813. Véase los trabajos de Vicente Dávila: Investigaciones Históricas. Caracas, Tipografía Americana, 1927. T. II, pp. 64-68; y Héctor
García Chuecos: Historia Colonial de Venezuela. Caracas, Archivo General de la Nación, 1986. T. II, pp. 201-226.
77
Rafael Dávila, esclavo de Cerrada, solicita seguirle juicio a éste, ante el alcalde ordinario de segunda elección, para libertar a su mujer. Archi-
vo General del Estado Mérida. Esclavos y Manumisos. T. V. Folios 67-68 v. En adelante AGEM.
78
Casado con Matea Moreno, hijo legítimo de Nicolás de Contreras y María Francisca Gómez. Véase: Roberto Picón Parra: Fundadores, primeros
moradores y familias coloniales de Mérida... T. IV. p. 139. El doce de abril de 1813 el regidor Pedro Contreras tuvo un altercado con Francisco
Torres siendo gravemente herido de puñalada en la paleta derecha. Véase: AGEM. Materia Criminal. Heridas. T. IV. Folios 97-99v.
79
Para el mes de octubre aparece Fermín Ruiz como procurador del Cabildo.
80
Obtuvo el Título de Doctor en Teología y Derecho Civil en la Universidad de Mérida. En el período posterior a la guerra figuró en el Recto-
rado y en la Cátedra, en los Congresos y en las Cortes de Justicia. Véase: Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida
1810-1823”… p. 260.
81
Según Robinzon Meza se desconocen muchas de las condiciones en que se juró la Constitución de Cádiz en las provincias donde las tropas
españolas recuperaron posiciones. Es el caso de Mérida, y los efectos directos sobre la administración. Consúltese: Las políticas del trienio liberal
español y la Independencia de Venezuela 1820-1823. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2010. (Col. El Libro Breve) p.12.

35
En una comunicación que envía el 13 de mayo Vicente Campo Elías82
a Cristóbal Mendoza, quien todavía no había llegado a Mérida83, le
informaba sobre los movimientos de los militares realistas en Betijoque,
Escuque, y Carache, y el número de tropa con que contaban. Igualmente,
señalaba que en esos momentos era importante sacudir la tiránica
opresión de los enemigos y que el método de gobierno adoptado para la
gobernación sería el más conveniente a la seguridad común84. Dejó ver
que existían varias visiones sobre el sistema de gobierno a implementar.
El 18 de mayo el doctor Mendoza se posesionó del cargo de Gobernador,
ese mismo día llegó a la ciudad la vanguardia del ejército comandada por
Atanasio Girardot85.

Simón Bolívar prosiguió sus movimientos militares y el 14 de mayo


salió de Cúcuta, para estar el 17 en La Grita. El 23 hizo su entrada en Mérida,
donde unificó su ejército, 860 hombres entre vanguardia y retaguardia,
aproximadamente86. Un día más tarde le comunicó al gobierno granadino
lo sucedido y le envió la proclama publicada en Bailadores87, dirigida a
todas aquellas personas que no estaban de acuerdo con su proyecto y que
habían apoyado las armas realistas, invitándolos a desistir de los errores
incurridos. Este pueblo había sido un reducto de los realistas en 1812 y
lo seguía siendo, tal como lo demuestran comentarios de las autoridades
merideñas a finales de 1813, no en vano Santander había embargado
varios bienes y Bolívar realizó su proclama en aquel tono.

También informaba el brigadier sobre los movimientos a realizar por


los distintos flancos. Creía conveniente el envío de un destacamento de
200 hombres a Barinas para protegerla y además sacar algunos caudales
para la subsistencia del ejército, puesto que para él era imposible que
entre Mérida y Trujillo pudieran alimentarlos ni siquiera dos meses, (…)
porque se hallan tan aniquiladas que á pesar del sublime patriotismo que
anima á los habitantes de este Estado, y de los inauditos esfuerzos que hacen
por socorrernos con dinero, apenas lograremos algunos miles de pesos, sin
esperanza de obtener mas auxilios para lo futuro… 88. Estaba consciente
de las dificultades económicas de una ciudad devastada por el terremoto
y afectada por las vicisitudes de la guerra, aunque la cantidad de pesos
otorgada posteriormente, de ser cierta, no fue nada desdeñable.

82
Personaje que se le abrió juicio de infidente Post Morten en 1814. El original de la causa se ubica en el AGN. Sección Causas de Infidencia. T.
XXIV. Expediente 1. Folios. 1-23. El resumen de está en Memorias de la Insurgencia… p. 102.
83
El 3 de mayo Francisco de Paula Santander le escribe una comunicación al coronel Manuel del Castillo, desde La Grita, informándole que
Bolívar le había solicitado le entregara una compañía al ciudadano Cristóbal Mendoza para que llegase hasta Mérida. le preguntaba qué debía
hacer. Véase: Andrés Montaña (compilador). Santander y los ejércitos patriotas 1811-1819…pp. 44-45.
84
Memorias del General O’Leary. Documentos. T. XIII pp. 225-226.
85
Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida 1810-1823”, p. 261.
86
Héctor Bencomo Barrios: “Campaña Admirable de 1813” en: La Campaña Admirable,...p. 114.
87
Hasta ahora no se ha ubicado este documento.
88
José Félix Blanco y Ramón Azpúrua: Documentos para la Historia… T. IV. pp. 594-595.

36
La liberación de Mérida del poder realista coincidió con la llegada de
importantes personajes que habían tenido alguna participación política
en los hechos de 1810 hasta 1812. Antonio Ignacio Rodríguez Picón,
Francisco Ponce, Vicente Campo Elías, José Jugo, Juan Antonio Paredes
y Francisco Antonio Uzcátegui, entre otros, quienes apoyaron a Bolívar
y serán las autoridades principales de la urbe y militares de renombre en
la campaña libertadora llamada posteriormente Admirable89.

Numerosas comunicaciones envió Bolívar desde Mérida, donde


estableció su cuartel general, teniendo como contenido noticias
principales del enfrentamiento bélico. Informaba sobre movimientos de
las tropas enemigas, enviaba armas, hombres, dinero y víveres para la
vanguardia del ejército instalado en Trujillo. Órdenes, comunicaciones,
correspondencias, oficios, y proclamas redactó durante su estadía, del 23
de mayo al 9 de junio. Todo parece indicar que se retiró un día después
de Mérida. Fueron sus destinatarios Hermógenes Maza, José Félix Ribas,
Félix Acevedo, José María Ricaurte, Atanasio Girardot, Manuel Gogorza,
Diego Osuna, Lino Ramírez, Miguel Monagas, Luciano D’Elhuyar, José
Castillo, y por supuesto las autoridades de la Nueva Granada.

En su discurso presentado ante la municipalidad, Bolívar no perdió la


oportunidad de enfilar sus armas contra los crueles enemigos, los españoles
de Europa, a quienes les juraba la guerra eterna y un odio implacable. Se
congratulaba que la institución estuviera conformada por tan esclarecidos
y virtuosos ciudadanos, representantes populares de la ciudad, quienes por
esfuerzo propio habían expulsado a los enemigos opresores. Ciertamente
el ejército realista había abandonado la localidad. Les entregaba en sus
manos el título de su comisión que tenía como objetivo proteger a los
americanos y exterminar al español, acabar con el gobierno intruso y
reponer el legítimo, en fin, liberar a la República de Venezuela90.

No menos reflexiva fue la contestación del alcalde Ignacio de Rivas,


quien analizó la problemática vivida en Mérida desde la ocurrencia del
terremoto de 1812, calificándola con dos lapidarios adjetivos: miseria
y consternación. Según Rivas esto fue aprovechado por los tiranos que
persiguieron a los sacerdotes, magistrados, y labradores encarcelados
en Maracaibo, Puerto Cabello y Puerto Rico. Culmina agradeciendo la
mano libertadora y el apoyo de la Nación Granadina, de su Congreso, y su
ejército91. Era evidente que los merideños por sí solos no hubieran podido
derrotar a los ejércitos realistas, tal como lo expresara Rivas.
89
Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida 1810-1823” pp. 261-262.
90
José Félix Blanco y Ramón Azpurúa: Documentos para la Historia… T. IV. pp. 618-619.
91
Ibídem., p. 619.

37
El 8 de junio de 1813, a días de retirarse de Mérida y continuar con su
campaña militar, Bolívar emitió su proclama a los valerosos merideños.
Como ya lo han señalado diversos investigadores, antesala del famoso
decreto de Guerra a Muerte, que dictará días después en Trujillo. Producto
de algunos sucesos particulares del enfrentamiento bélico, su posición
se radicalizó aún más contra los españoles a quienes llamó monstruos
y verdugos; expresando que su bondad se había agotado y su odio sería
implacable. Se congratulaba por la libertad lograda, por el regreso a
la República Federal y el imperio de la ley92. Con este planteamiento,
Bolívar buscaba polarizar el enfrentamiento bélico contra los españoles
y canarios, principales componentes del ejército realista y lograr la
incorporación de los nacidos en estas tierras sin distinción de color o
clase social, es decir intentaba convertir la pugna social de calidades en
uno de nacionalidades93.

Pero no todos los españoles eran realistas ni los americanos patriotas,


un ejemplo de ello fue el peninsular Francisco Ponte, sargento mayor de
la plaza de Mérida, quien le otorgó, el 9 de junio, un poder al regidor Luis
Cerrada para representarlo en el tiempo que durara su ausencia en el viaje
que va á hacer con el Exercito hasta la Capital de Caracas, encargándolo
de administrar sus bienes, cobrar deudas, estando al tanto de todos los
problemas judiciales que pudiese tener, con la posibilidad de traspasar
el poder a una tercera persona de confianza. El que lea eso fuera del
contexto de la campaña militar de 1813, pensaría que Ponce se refería
a una visita de paseo y no a una guerra sangrienta declarada a muerte,
entre los dos bandos, aunque estaba latente cualquier imprevisto94.

4. Recursos económicos y regularización de la vida

La guerra incidió en las diversas actividades que se llevaron a cabo


en Venezuela desde finales de 1810 hasta 1830 y, como se ha expresado,
Mérida no fue la excepción. Por y para la conflagración se obtendrían
los recursos de un territorio empobrecido, y la fiscalización de estos
era de mayor importancia. A la vez se hacía más difícil su ejercicio,
pues los militares intentaron reducir al mínimo cualquier obstáculo
de formalismos tradicionales. La guerra moldearía las actividades
económicas, tanto entre los patriotas como entre los realistas,
esforzándose ambos partidos en lograr los fondos requeridos, utilizando

92
Ibídem., pp. 620-621.
93
Ebert Cardoza Sáez: “Milicias y pugnas socio-étnicas en el proceso juntista de 1810…” p. 157.
94
AGEM. Protocolos. T. XCV. Carta de poder. Mérida, 9 de junio de 1813. ff. 220v-221v.

38
recursos impositivos, tales como empréstitos forzosos, impuestos
diversos y los secuestros de los bienes de infidentes95.

Francisco de Paula Santander embargó las haciendas de Clemente


Molina96 y José Chacón en Bailadores, seguramente realistas furibundos,
cuyos productos, ganados y mulas, se utilizarían para la alimentación y
movilización de la tropa. Asimismo, ordenó moler 24 fanegas de trigo
de la hacienda del español Vilardell, y limpiar el camino del Mocotíes.
A pesar de lo obtenido mediante las confiscaciones, les faltaba dinero,
arroz y principalmente sal97. Por esos mismos días, los alcaldes ordinarios
Ignacio de Rivas y Nicolás de Parra le habían quitado al administrador de
la Real Renta del Tabaco, Francisco Dávila unas cargas de chimó, tabaco
y urao que serían enviadas a Trujillo para las tropas de Correa98. Estos son
algunos ejemplos de la realidad de la guerra, embargos de bienes, fincas,
semovientes y productos, requeridos para mantener un contingente
importante de soldados y obtener recursos económicos.

Otro caso particular que demuestra lo antes señalado fue el de don


Eugenio Briceño, vecino de Ejido, quien fue acusado de godo y opositor
al gobierno independiente. El 6 de junio de 1813, Esteban Arias, ministro
del superior tribunal de justicia, lo imputaba por ayudar a su sobrino,
Agustín Rojas, quien era realista confeso, en la entrada de las tropas
marabinas en 1812, en la detención de varios funcionarios patriotas
y en el embargo de los bienes de Blas Ignacio Dávila99. Briceño había
rechazado el cargo de capitán de milicias de la villa durante el gobierno
patriota, cuestión que lo hacía sospechoso. También se opuso a entregar
un caballo, que al parecer era de su sobrino, y fue requerido por Juan
José Uzcátegui para la caballería del ejército libertador. Esto motivó su
detención y el embargo de todos sus bienes. Se le ordenaba, un día más
tarde, al alcalde ordinario de Ejido a proceder en el caso100.

Culminada la estancia de Simón Bolívar en Mérida, el cabildo se


encargaría de recolectar fondos para el sustento de la tropa en campaña.
Esta institución realizó un repartimiento entre los pobladores, asignándole

95
Pedro Vicente Sosa Llanos: Guerra, hacienda y control fiscal en la Emancipación de Venezuela. p. 37.
96
Néstor Abad Sánchez, dice que este personaje fue uno de los que recibieron en su paso por Bailadores el 19 de mayo al Libertador Simón
Bolívar, aunque no señala de donde extrajo la información. Véase: “Mariño: alfa y omega de la Independencia en la Provincia de Mérida (19 de
mayo de 1812-23 de enero de 1823)” en: Desde Bailadores, Año II, N° 2, (Bailadores, marzo de 2012), pp. 3-4.
97
Memorias del General O’Leary. Documentos. Caracas, Imprenta de la “Gaceta Oficial”, 1881, T. XIII. pp. 195-196. El 29 de abril Santander le
escribe una carta desde Bailadores al Coronel Manuel Castillo donde le dice: Ya usted estará informado de mi debate con Bolívar. Le hablé con
sobrada claridad y entereza, y sé que me he ganado un partido con él por esta resolución. Tres veces le he pedido dinero, arroz y sal. Nada ha venido
después de que dos días ha comido la tropa sin sal (…) si en este pueblo no embargo una carga y unas reses, nos hubiéramos muerto de hambre (…).
Véase: Andrés Montaña (compilador). Santander y los ejércitos patriotas 1811-1819. Bogotá, Fundación para la Conmemoración del Bicentenario
del Natalicio y el Sesquicentenario de la Muerte del General Francisco de Paula Santander. 1989. p. 39.
98
Véase: Boletín del Archivo Histórico de la Provincia de Mérida. Nº 13 y 14 (Mérida, enero-mayo, 1945), p. 25.
99
Este personaje fue vocal de la Junta Gobernativa de Mérida en 1810.
100
AGEM. Asuntos Diversos. T. LIX. Folios 199-201.

39
a cada uno cuotas que deberían entregar al ejército de la unión como
préstamo forzoso. De allí la escritura de donación, fechada el 22 de junio,
que dejó María Simona Corredor, -una de las heroínas resaltadas por
Tulio Febres Cordero101-, de una casa entregada a la Patria para completar
los quinientos pesos que le correspondía aportar, pues solo contaba con
cincuenta en efectivo. Valorada en cuatrocientos cincuenta, la morada
era de tapia, contaba a su vez con una acequia interna para el servicio
del agua, y se ubicaba cercana al Convento de San Francisco, colindante
con las casas del alcalde Ignacio Rivas y del regidor Pedro Contreras.
La otorgaba para gozarla, arrendarla, venderla o cambiarla102. Por esta
donación se le ha considerado una heroína, sin estudiar el porqué de
los hechos, y analizar que fue la institución municipal la encargada
de asignarle tan alta suma de dinero, que ella misma declara no tener.
Casi podría decirse que se le obligó. Esto nos permite preguntarnos ¿A
cuántos merideños les tocó aportar recursos para la guerra a través de
ese procedimiento? ¿Eran tan altas las cuotas como la asignada a la viuda
de Asencio Pico? Cuestiones que aún no pueden ser resueltas por escases
de documentación.

El 17 de julio de 1813 le informaba el gobernador de Mérida a Simón


Bolívar la remisión de dos mil pesos para los gastos del ejército.103 Esto
permite concluir que el trabajo de recolección del ayuntamiento dio
algunos resultados. Pero lo recaudado, al parecer, fue insuficiente, puesto
que en un oficio del Libertador dirigido a los gobernadores de Barinas,
Trujillo y Mérida, administraba la provincia Juan Antonio Paredes104,
firmado en Guanare el 19 de julio, les daba un conjunto de instrucciones
estipulando que las rentas de los estados liberados no se gastarían en
ramos ordinarios, sino en los indispensables objetivos de la guerra,
economizando todo otro egreso que no se dirigiese a este fin. Se reduciría
el número de empleados civiles, dejando a los absolutamente necesarios
sin goce de sueldo hasta terminar la campaña bélica105. Tal parece que
estas instrucciones fueron seguidas en Mérida y junto a otras aplicadas,
101
Los hechos que se suscitaron en Mérida en 1813 fueron mitificados por este escritor de finales del siglo XIX y principios del XX, quien se
encargó de redactar un conjunto de tradiciones y leyendas. Entre ellas se cuentan: El perro nevado, La casa de la Patria, Un trabucazo a tiempo, y
Los tubos del órgano, entre otros textos que han influenciado a cierta historiografía regional que quizás no ha alcanzado a analizar críticamente
los hechos. Véase: Tulio Febres Cordero: Mitos y Tradiciones. Caracas, Monte Ávila Editores, 1994. En este mismo orden se enmarca el libro de
Gabriel Picón Febres hijo: Anécdotas y Apuntes. Caracas, Impreso por Primitivo Quero Martínez, 1922.
102
Belis Araque y Rosaura Cadenas (compiladoras). Heroínas merideñas de la guerra de Independencia. Mérida, “El Lápiz, Grupo Editorial y de
Investigación, Biblioteca Nacional-Biblioteca Febres Cordero, Fumdecem, 2010. pp. 30-32. El original reposa en el AGEM. Protocolos. T. XCV.
Folios 223-224.
103
Escritos del Libertador. T. IV. p. 366.
104
Este importante partícipe de la independencia tenía entre sus posesiones algunos esclavos, esto lo podemos corroborar con la carta de
libertad que les entregó el 19 de agosto de 1813 a María Concepción por los buenos servicios prestados a Josefa Fernández, su esposa. AGEM.
Protocolos. T. XCV. ff. 258-259.
105
Escritos del Libertador. T. IV. p. 371. El apoyo no se limitó a lo económico, la participación de los merideños en la guerra fue de alguna im-
portancia, el 31 de mayo Bolívar le participaba al Poder Ejecutivo de la Nueva Granada, que 500 reclutas se había alistado al ejército, uno de
ellos fue el adolescente Gabriel Picón, quien participó activamente en la acción de Barquisimeto, donde fue lisiado. Son bastante conocidas
las cartas que le envió Bolívar a Antonio Ignacio Rodríguez Picón, padre del joven héroe, y su respuesta. Véase: Memorias del General O`Leary.
Documentos. T. XIII pp. 238-239; Escritos del Libertador. T. IV. p. 377; y Gabriel Picón Febres. El Apellido Picón en Venezuela…. p. 70. Nos parece
un número muy elevado de reclutas, ya que vanguardia y retaguardia, del ejército libertador contaban con 860 hombres al llegar a Mérida.

40
permitieron que el 21 de septiembre de 1813 el secretario de hacienda,
Antonio Muñoz Tébar106, pudiera referirse a los treinta mil pesos107 y
ochocientas caballerías aportados por los merideños frente al escaso
apoyo otorgado por los habitantes de Caracas108.

Los treinta mil pesos entregados por los merideños para apoyar al
Libertador Simón Bolívar son un punto de honor en la historiografía
regional y local. Enmarcado en las transacciones económicas de la época la
suma era elevada, los documentos señalan lo escaso del dinero circulante
que había en la ciudad, por las circunstancias de la guerra que habían
menguado el caudal depositado en sus arcas. A pesar del documento
antes citado, quedan algunas dudas ¿Fueron entregados los recursos en
posesiones como la denominada casa de la patria? ¿Sería una arenga a
los habitantes de Caracas que no habían apoyado económicamente
suficientemente a la causa independentista? Futuras investigaciones
basadas en fuentes primarias podrán dilucidar esas interrogantes.

Otras preocupaciones más domésticas ocupaban también a los


habitantes de la localidad, para normalizar la cotidianidad de sus
habitantes, que había sido trastocada severamente por el sismo de 1812 y
la guerra emancipadora y con esta finalidad actuaron diligentemente las
élites capitular y religiosa. La primera actuación fue realizada el 1 de julio
de 1813, cuando las monjas clarisas retornaron a su centenario claustro
para elevar incesantemente sus oraciones por aquellos que no lo hacían.

Después de aquel importante evento se procedió al arduo e


interminable proceso de reconstruir los edificios de mayor importancia.
Con tan significativo objetivo se continuó con la discusión, que había
sido pospuesta por la llegada del ejército de Bolívar y los apoyos
económicos otorgados. En ese sentido, el canónigo Francisco Antonio
Uzcátegui en una asamblea pública, el 2 de octubre de 1813, propuso una
especie de servicio comunitario obligatorio para llevarlo a cabo, a pesar
de las evidentes dificultades por las que atravesaban, con los enemigos
merodeando, sin dinero que circule, pero con brazos para trabajar y con
comida para los obreros. Demostraba, con ello la inestabilidad militar,
política, y económica de la ciudad. A pesar de ello, consideraba que las
106
Obtenido el triunfo en la Campaña Admirable se instauró la llamada Segunda República y le correspondió a este personaje, desde el mes
de agosto, dirigir la cartera de Hacienda, una de las tres secretarías creadas por Bolívar, para la administración del Estado, las otras dos fueron:
Guerra y Marina y Gracia, Justicia y Política. Muñoz Tébar debía obtener finanzas para mantener las tropas y los gastos de la administración,
en un momento que la producción era escasa, los fondos estaban exhaustos. Sus informes sobre la economía son esclarecedores. Véase: Pedro
Vicente Sosa Llanos: Guerra, hacienda y control fiscal en la Emancipación… pp. 48-49.
107
En el lateral izquierdo de la estatua ecuestre del Libertador ubicada en la Plaza Bolívar de Mérida se habla de pesos en oro.
108
Escritos del Libertador. T. V. pp. 144-145. El 21 de agosto se proyectó una contribución especial de 282.500 pesos, distribuida proporcional-
mente entre todos los partidos capitulares de la Nación, basándose en los datos de la renta decimal, al partido de Caracas le asignaron 70.000
pesos ante la resistencia al apoyo Simón Bolívar autorizó la exacción por los medios que fueran necesarios, sin exceptuar los de la más absoluta
severidad. Véase: Miguel Martínez: Aspectos Económicos de la Época de Bolívar. II La República (1811-1830). Caracas, Academia Nacional de la
Historia, 1988. (Col. Estudios, Monografías y Ensayos, 106), p. 34.

41
reparaciones las podían coordinar cuatro comisiones, compuestas de
cinco sujetos, con el apoyo del pueblo en general, y proponía que todo
el vecindario de Mérida, La Punta y la Otra Banda se encargaran de la
reconstrucción del colegio seminario. Los más pudientes, -por medio de
comisionados en cada localidad-, acopiarían los bastimentos necesarios.
Para el arreglo de la Iglesia apoyarían los pueblos de Mucuchíes y Tabay,
mientras los habitantes de Ejido ayudarían en la reparación de los
edificios de la Universidad y el Palacio, y a su vez, la Casa Consistorial y
Cárcel la compondrían los vecinos de la villa de Timotes.

La reedificación se haría financiándose en los fondos de propios, las


multas que se pudiesen asignar a los malhechores y trayendo á esta obra á
todos los pueblos insurgentes, y opuestos á nuestra justa causa. Expresaba
Uzcátegui que los habitantes de Barinas, Trujillo, Maracaibo y Pamplona,
pertenecientes al obispado, debían contribuir con donativos. Era
consciente de la necesidad de los recursos económicos requeridos por el
ejército, pero se molestaba porque los préstamos debían hacerse por oficio
escrito, dirigido a los jueces generales de diezmos y no a los subalternos.
Una fuerte crítica al manejo de los recursos y su direccionalidad a la
guerra principalmente. Era necesaria la reconstrucción de estos edificios
puesto que la mitra y el colegio recibían anualmente entre cuarenta y
cincuenta mil pesos109.

Lo propuesto por el Canónigo fue discutido en un cabildo abierto


celebrado en Mérida el 3 de octubre de 1813, contando con la participación
del teniente coronel Antonio Ignacio Rodríguez Picón110, quien fungía
como gobernador político y militar accidental, y algunos vecinos de Ejido
y La Punta. El eclesiástico abrió la sesión con la lectura de su manifiesto,
siendo aceptado por los asistentes; continuó con la palabra la primera
autoridad quien señaló que todo debía realizarse sin perjuicio de la
defensa de la ciudad, ni de la gente necesitada para el destacamento
militar que se hallaba en Lagunillas, impidiendo la entrada de las tropas
marabinas y de los insurgentes bayladoreños. Así la reconstrucción de los
edificios estaría de más si nuevamente la ciudad volviese a ser dominada
por los realistas.

109
Antonio Ramón Silva: Patriotismo del clero de la Diócesis de Mérida…pp. 208-212.
110
En 1812 se le había apresado por infidente. El original de la causa se encuentra en el AGN. Sección Causas de Infidencia. T. XL. Expediente
2. Folios. 10-180. Un resumen en: Memorias de la Insurgencia, p. 448. Regresa a Mérida el seis de mayo después de un año de ausencia, en el que
pasé los mayores trabajos en prisiones, grillos, cadenas, bóvedas, y pontones en Puerto Cabello, hambres, desnudeces, insultos, y en una palabra,
todo género de incomodidades y desdichas, sin otro delito que haber abrazado la causa del patriotismo, jurando la independencia de España. El 25
de Mayo de 1813 He presentado y entregado mis hijos Francisco, Jaime y Gabriel al General Bolívar, aclamado Libertador por este pueblo. Parece
hombre extraordinario, y hace pensar mucho con respecto al porvenir. Su elocuencia corre como un río. Véase: Gabriel Picón Febres. El Apellido
Picón en Venezuela… pp. 58-59. La prisión pudo haberle hecho cambiar su mentalidad sobre la esclavitud y por eso lo tenemos el 20 de junio
de 1813 otorgándole la carta de libertad a su esclavo Eugenio, de treinta y ocho años, por los buenos servicios prestados mientras él no se en-
contraba en la ciudad, le colocaba una condición, que lo ayudase como Mayordomo en la Hacienda que tenía en La Punta. AGEM. Protocolos.
T. XCV. Folios 222-222v.

42
En esa asamblea, fueron elegidos para reparar la capilla que serviría
de catedral el doctor Buenaventura Arias, el presbítero Juan José
Dugarte, José Arias, Juan José Rangel y Justo Arias; para el colegio
Francisco Antonio Uzcátegui, el presbítero José Luis Ovalle, Cayetano
Sánchez, Ignacio Antonio Pereira, y Atanasio Alvarado; para las Casas
de la Universidad y la Episcopal el regidor Luis Cerrada, Fernando de
la Cruz, Eduardo Ovalle, Juan José Valero, y Vicente Pino111; para las
consistoriales y la cárcel pública los alcaldes ordinarios Ignacio de Rivas
y Nicolás Parra, el procurador Fermín Ruiz, Manuel Agustín Izarra y
Francisco Riveros112. Sin duda, lo más representativo de la ciudad y su
jurisdicción, la élite civil y religiosa, partidarios de la política republicana.

Otro de los pasos dados para normalizar la vida clerical en la ciudad


se realizó el 8 de octubre de 1813 por el mismo Uzcátegui y por el
religioso Buenaventura Arias, quienes siendo los únicos canónigos del
cabildo catedral presentes en Mérida, -puesto que el deán Irastorza y el
canónigo Mass y Rubí habían emigrado a Maracaibo, y Luis Mendoza
se encontraba en Cúcuta-, resolvieron constituirlo con voz y voto.
Nombraron como secretario y colector del seminario a José Luis Ovalle,
y mayordomo interino al regidor Gabriel Valera, e informaron al poder
ejecutivo que el señor Agustín Chipía, depositario del gobierno anterior
de la hacienda Las Tapias, debía entregársela al colector Ovalle, puesto
que ésta pertenecía al colegio. 113

Reiniciar las labores en el seminario fue una de las decisiones tomadas


por el nuevo cabildo eclesiástico, debido a que el canónigo lectoral
Buenaventura Arias había retomado su clase de gramática, restaba
informar a los seminaristas, a través de los vicarios foráneos, del inicio
de las actividades, y de igual forma avisar a los catedráticos de la decisión
tomada. Otras de las medidas fueron: dividir la hacienda Las Tapias en
lotes que se darían a censo redimible. Esta propiedad se encontraba en
mal estado e improductiva; trasladar a una casa, que se había alquilado
por tres pesos mensuales, todos los objetos de la catedral, así como los
que se encontraban en Lagunillas y en especial la biblioteca del obispo
Torrijos114. Por último, determinaron arrendar el terreno de Milla y que
se hiciese un inventario del archivo eclesiástico115.

111
Supuestamente fue este personaje el que le regaló el perro Nevado a Simón Bolívar en su paso por Mucuchíes. Véase: Tulio Febres Cordero:
Mitos y Tradiciones… pp. 51-71.
112
Antonio Ramón Silva: Patriotismo del clero de la Diócesis de Mérida… pp. 212-214.
113
Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida. T. III. pp. 269-270.
114
Recomendamos consultar el interesante trabajo del profesor Homero Calderón: “La Biblioteca Torrijos, minuta de un tesoro bibliográfico”
en: Boletín del Archivo Histórico de la ULA, 11, (Mérida, enero-junio, 2008) pp. 13-27.
115
Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida. T. III. pp. 270-272.

43
Entre noviembre y diciembre de 1813 se reunió, en par de
oportunidades, el cabildo catedral y tomaron nuevas decisiones. Le
recordaron al pueblo merideño el voto realizado en referencia al culto
del santísimo sacramento; se dispuso que una vez que estuviera lista
la capilla del seminario se celebrasen en ella todas las funciones de la
catedral, tal como se realizaba en la iglesia Santo Domingo antes del
terremoto, y trasladando los restos del obispo Santiago Hernández
Milanés, fallecido en el movimiento telúrico de 1812. Mientras tanto,
los oficios divinos se ejecutarían en la iglesia del convento de las monjas
clarisas y como faltaban dos prebendados, de los cuatro necesarios
para celebrarlas, eligieron canónigos suplentes al doctor Mariano de
Talavera116 y a Enrique Manzaneda y Salas117, dos importantes personajes
de la época118.

La situación militar, al finalizar el año 1813, nuevamente era
preocupante para los merideños. José Bidal Molina, reo del ejército
realista destacado en Mucuchachí, y natural de Bailadores, declaraba
sobre los movimientos de las tropas enemigas, dando informaciones
poco alentadoras para los patriotas, lo que presagiaba un año difícil119.
En esas precarias circunstancias militares y políticas de Mérida en 1814
se desarrolló la lucha armada que comandó Juan Antonio Paredes, jefe
civil y militar de la provincia, quien se enfrentó constantemente contra
los godos de Bailadores, La Grita, y Chiguará, comandados por Bartolomé
Lizón, quienes nuevamente retomarían Mérida con la derrota del ejército
de Rafael Urdaneta en Mucuchíes. El 18 de septiembre de 1814 Sebastián
de la Calzada ocupó la ciudad, lo que produciría una nueva emigración
de los patriotas más connotados120, iniciando otro período de dominación
española extendido, casi sin interrupción, por seis años, hasta 1820121 .

Consideraciones Finales

Los hechos suscitados en Mérida durante la primera etapa del


proceso independentista venezolano, específicamente en los cuatro años
iniciales (1810-1814), llamados de primera y segunda república por la
historiografía, son de principal orden para la comprensión del proceso

116
El 20 de agosto de 1813 Mariano de Talavera le vende un solar que tenía dentro de la ciudad a Francisco Antonio Uzcátegui en ciento cua-
renta pesos que los canceló en efectivo. AGEM. Protocolos. T. XCV. ff. 261v-263.
117
A este personaje, junto al reverendo Fray Juan Agustín Ortiz, el doctor Antonio María Briceño, y el bachiller José Lorenzo Aranguren, todos
vecinos de Mérida, se les acusó de infidentes en 1812. Véase: Causas de Infidencia, documentos inéditos…. pp. 138-187.
118
Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida. T. III. pp. 272-274.
119
AGEM. Materia Criminal. Conspiración, Infidencia y Asonada. T. V. Folios 23-23v.
120
En 1815 les fueron confiscados algunos bienes a los patriotas Juan Antonio Paredes, Ignacio Rivas, Lorenzo Quintero, Pedro González y
Fermín Ruiz Valero. Véase: Boletín del Archivo Histórico de la Provincia de Mérida…pp. 24-25.
121
Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida 1810-1823” p. 263.

44
emancipador en general. Uno de los razonamientos, escasamente
tratados por la historiografía regional, que determinaron la creación de la
Junta de Mérida, fue el escaso apoyo militar aportado desde Maracaibo,
para defender la parte andina de la provincia y por la amenaza de guerra
enviada desde Caracas. Estaba latente en enfrentamiento militar entre
ambos territorios.

Ante esas presiones la decisión de las élites merideña fue que la ciudad
debía dejar de ser subalterna de Maracaibo y convertirse en una provincia
autónoma con representación en el congreso fundacional de la república.
En poco tiempo pasaron los merideños de realistas a patriotas, creando
una unidad administrativa independiente, con unas autoridades, una
constitución provincial y apoyando enteramente la proclamación de la
independencia. Esta nueva estructura administrativa provincial fue de
primer orden para los merideños, tanto por la participación como por la
representación política, permitiéndoles fortalecer las instituciones que
le proporcionarían su rango dominante sobre el occidente de Venezuela
y el nororiente de la Nueva Granada al elevar el colegio seminario a
Universidad de Mérida, lo cual ratificaba su deseo de predominio pues se
convertía en la única institución de su tipo en la extensa área geográfica
estudiada con las indudables ventajas que ello representaba para la
ciudad y sus grupos dirigentes.

Pero la precaria situación militar permitió rápidamente la retoma del


poder por los ejércitos realistas enviados por las autoridades marabinas en
1812, gracias en parte a los efectos colaterales del terremoto de ese año, que
fue visto como un castigo de dios. Ello conllevó a una discusión sobre la
posibilidad de trasladar la catedral, el colegio seminario y el convento de
monjas a Maracaibo, medidas que motivaron la unión de las élites civil y
religiosa de Mérida, en una causa común para oponerse y mantener en su
territorio las instituciones representativas de la ciudad. La difícil situación
rápidamente se modificaría con el avance del ejército patriota al mando
del brigadier Simón Bolívar en 1813. Los monárquicos abandonaron la
localidad permitiendo a los merideños integrarse a la campaña libertadora
y apoyarla plenamente. Pero, nuevamente los patriotas perderían el
control de la ciudad en 1814. Sin duda merideños y sus autoridades, tanto
civiles, militares y religiosos, no pudieron mantener el orden de cosas por sí
solos, y dependieron de las tropas de apoyo procedentes de otras latitudes,
ya fuera Maracaibo o la Nueva Granada.

La institución municipal merideña tuvo una importancia principal en
esos cuatro años de transformaciones políticas radicales, adaptándose
a las nuevas normativas legales, como fue el caso de la Constitución
45
Provincial de Mérida y lo enumerado en el informe que creaba los
Cabildos enteros y medios, para luego modificar su estructura interna y
funcionar por lo planteado en la Constitución Política de la Monarquía y
conformar un Cabildo Constitucional. Le correspondió a la élite capitular
en 1813, enfrentar un año difícil económica y políticamente, recibir
y alojar al ejército patriota, recolectar fondos a través de empréstitos
forzosos y participar en la restauración de los edificios emblemáticos,
principal tema de interés para los merideños, en que a los ediles les
concernió enfrentar vicisitudes políticas y económicas durante los años
1810-1814, y conducir las instituciones en momentos tan complejos
como los de la guerra por la independencia.

46
La seducción de la Patria.
Intrigas y pasiones en la Campaña Admirable:
Mitos y realidades

Néstor Abad Sánchez


El imaginario venezolano se ha desarrollado a lo largo de un sinuoso
camino desde las épocas primigenias hasta los más recientes años,
determinado por eventos que han experimentado los habitantes de esta
“Tierra de Gracia”, los cuales son conocidos a través de variados medios
de comunicación desde los tradicionales del chisme y el rumor hasta los
modernos de difusión masiva ya sean, escritos, audiovisuales, públicos
o privados; en señal abierta, por cable o vía internet, los que pugnan
por imponer su “verdad” y generar matrices de opinión sobre los que se
estructura el imaginario particular y generalizado de la población.

Aunque la formación del imaginario parece reciente, es una creencia


errada, debido a que en su conformación inciden representaciones reales,
virtuales y simbólicas en las que consciente o inconscientemente se
adjudican a personajes y objetos características particulares, resaltantes
y extraordinarias, sobrehumanas, sagradas o divinas que los supra
valoran ante la colectividad. Por esa razón se considera que el concepto
del imaginario122, es amplio y complejo, puede ser entendido y abordado
desde distintas disciplinas del saber humano, a los efectos del presente
estudio se precisa como, “…la incesante y esencialmente indeterminada
creación socio-histórica y psíquica de figuras, formas e imágenes que
proveen contenidos significativos y lo entretejen en las estructuras
simbólicas de la sociedad…”123.

De ese modo, en la formación del imaginario nacional ha sido


fundamental la historia124, disciplina que a juicio de Germán Carrera
Damas “…es quizás la rama del conocimiento que más ha pesado hasta
el presente en el complejo cultural venezolano…”125. Ciertamente,
desde las primeras décadas del siglo XIX, los forjadores de la patria
comprendieron su importancia y la necesidad de difundir masivamente
los acontecimientos ocurridos durante la guerra de emancipación,
exaltando a sus protagonistas con una connotación épica, porque con
ello aseguraban la consolidación del ideal nacional y republicano como

122
En el estudio del imaginario se deben precisar las obras pioneras de René, Alleau: La science des symboles. Paris, Payot, 1996. M., Cazenave
(eds.): Encyclopedia des Symboles. Paris, Le Livre de Ponche, 1996. J. D., Parra (eds.): Simbología. Barcelona, Montesinos, 2000. M. Prat: “Biblio-
grafía de lo Imaginario” en El Retorno de Hermes. Barcelona, Anthropos, 1989. S. Rite, Vierne: Román Et Initition. Grenoble Preses Universitaire
de Grenoble, 1987. Gilbért, Durand: Lo imaginario. Barcelona, Ediciones del Bronce, 2000. Luis Alberto, Ramírez Méndez: “El imaginario del
convento de Santa Clara de Mérida. Entre lo humano y lo sagrado.” En: Baltasar Porras Cardozo (et. al): El patrimonio eclesiástico venezolano,
pasado y futuro. Caracas, Archivo Arquidiocesano de Mérida, Universidad Católica Andrés Bello, 2006. T. III. pp. 231-241. Samuel Leonardo
Hurtado Camargo: La estatuaria pública conmemorativa de la ciudad de Mérida (1842-2006): análisis histórico. Mérida. Universidad de Los An-
des. Memoria de grado para optar al título de Licenciado en Historia, 2007, T. I y II. 
123
Diane Almeras: Lecturas en torno al concepto de imaginario: apuntes teóricos sobre el aporte de la memoria a la construcción social. Disponible
en internet: <http://www2.cy berhumanitatis.uchile.cl/19/almeras.html>. Consulta: 15/05/2009.
berhumanitatis.uchile.cl/19/almeras.html>. Consulta: 15/05/2009.
124
“…se asienta en el papel director de los regímenes de la imagen o presupuestos themáticos o thémata. Estos supuestos contribuyen a la confor-
mación de la imagen del mundo, del entorno cotidiano y humano, son derivados de su generalidad formal mostrando silogismos compresivos
del continuo-discontinuo, simplicidad-complejidad, invariancia y evolución o arquetipos a los que se denominan esquemas imaginativos…”
Luis Alberto Ramírez Méndez: El imaginario... p. 231. Samuel Hurtado Camargo: Tesis Cit.
125
Germán, Carrera Damas: Historia de la historiografía de Venezuela: Textos para su estudio. Caracas, Biblioteca de la Universidad Central de
Venezuela, 1961. Las referencias utilizadas en este análisis corresponden a la segunda edición publicada en 1985.

48
una reacción lógica que contrarrestaba las fuerzas centrifugadoras del
regionalismo exacerbado, las cuales hicieron su aparición después de la
disolución del nexo colonial, motivando la fracturación de los estados
iniciales como ocurrió con la Gran Colombia.

Esa necesidad de la consolidación del ideal nacional-republicano, llevó


a los ideólogos del naciente Estado a estructurar un discurso coherente
impulsado desde los más altos niveles del poder, a través de una serie
de publicaciones, en las que configuraron la historia oficial, la cual
tuvo su punto de inicio en 1842, con ocasión del traslado de los restos
del Libertador desde Santa Marta a Caracas126, destacando a Bolívar
como el protagonista central, como el “máximo héroe” de la “gesta de la
independencia”. A partir de entonces se estructuró uno de los aspectos
fundamentales del imaginario de la nación venezolana, el cual está
profundamente marcado por el culto bolivariano.

La imagen de Bolívar fue utilizada intensamente durante el siglo XIX


en el proceso simbólico de la sucesión del poder. Ante la ausencia del Rey
de quien solo existía en América su retrato, en su lugar fue necesario
instalar una nueva imagen. La importancia de la misma radicaba en el
rápido desplazamiento de los símbolos regios por los republicanos, proceso
que se había iniciado desde finales del siglo XVIII con la resemantización
de los símbolos de diversos orígenes en elementos con una densa carga
simbólica, como banderas, monedas, medallas, insignias y otros127.

De ese modo, la masiva difusión de la imagen del libertador transitó por


el proceso de conversión de héroe en símbolo pues hay una coexistencia
entre las alegorías de la libertad, el suelo americano y la patria. Esa triada
simbiótica fue impulsada por los personeros de los Estados nacionales
quienes ordenaron, financiaron la impresión y difusión masiva de los
iconos de Bolívar en toda la población128. De ese modo, la iconografía del
Libertador, se fue manifestando de manera, “…omnipresente a lo largo
y ancho del país, y no sólo en el edificio gubernamental o en la lujosa
residencia burguesa, sino incluso en el modesto hogar del ciudadano de a
pie y hasta en la humilde choza del desheredado de la fortuna…”129.

Ese incesante tributo al héroe-símbolo de honores y preces convirtió


esta manifestación en una especie de religión, donde Bolívar, ese hombre
126
La idea es extensamente desarrollada en el capítulo denominado: La Venezuela que reivindica a Bolívar en: Ramón Díaz Sánchez: “Evolu-
ción social de Venezuela (hasta 1960).” En: Venezuela Independiente. Caracas. Fundación Eugenio Mendoza, 1962. pp. 230-244.
127
Carolina Venegas Carrasco: “Iconografía de Bolívar” en: Ensayos historia y teoría del arte. Instituto de investigaciones estéticas de la Univer-
sidad Nacional de Colombia. Nº 22, 2012, pp. 117-118.
128
Ibídem. pp. 119-120.
129
José María, Salvador Escenario y figura de Bolívar súper-héroe en la Venezuela de1 1870-1889. Disponible internet <http://www.ucm.es/info/
especulo/numero35/bolivars.-html>. Consulta: 15/02/2010.

49
de carne y hueso, alcanzó la condición de semidiós, de padre nuestro que
estás, como diría el poeta Pablo Neruda: “…en la tierra, en el agua, en el
aire”. Pues, para nadie es un secreto que “…todo lleva su nombre…”130.
La deificación de Bolívar, ha incidido de tal manera en los venezolanos
que intrínsecamente se expresa en una relación sociocultural, psíquica,
vivencial con su imagen, la que evoca a un héroe o a un pasado glorioso
del cual los nacidos en este país son copartícipes y legatarios, es un
Bolívar odiado o querido según sean las necesidades de los regímenes
que lo administren131. Por ello su imagen ha sido vilmente manipulada
con fines políticos y personalistas a lo largo de los siglos XIX, XX y
hasta el presente132. Con esos designios, los gobernantes de turno en
los diferentes niveles y jerarquías del poder político han utilizado la
figura del libertador con inconfesables propósitos, alterando en muchas
ocasiones y en otras falseando descaradamente la Historia venezolana
de la segunda década del siglo XIX, cuya situación amerita una necesaria
revisión133.

Es por esa razón y en vista de las numerosas incongruencias


que han circulado sobre la Campaña Admirable, se han planteado
numerosos cuestionamientos sobre las versiones narradas sobre esos
acontecimientos, especialmente en torno a la ocurrencia de los sucesos
y a personajes que habían participado en los mismos. Ese escrutinio
es sumamente importante debido a que hay sucesos históricos que
imprimen relevancia al lugar donde acontecieron, que el tiempo los
consagra y la historia los inmortaliza. Por tales inferencias, se justifica
plenamente la pesquisa de los hombres y mujeres que fueron sus
protagonistas y los objetos que se aún se conservan como un patrimonio
físico y espiritual imponderable.

La controversia se originó sobre los relatos que se tenían sobre ciertos


acontecimientos que se han convertido en legendarios, los cuales
motivan numerosas dudas sobre su veracidad y a partir de las mismas se
inició la búsqueda de respuestas. La investigación se dirige a explicar las
disimiles versiones históricas que antecedieron a la Campaña Admirable
en particular sobre los hechos acecidos en la jurisdicción de Mérida. En
específico, en la localidad de Bailadores, sobre la precisión en los ciclos
vitales de los integrantes de la familia Belandria, al igual que de los

130
Ignacio Arteaga: Antología bolivariana. Poetas de América. Caracas. Ediciones del Concejo Municipal del Distrito Valencia. Talleres tipográ-
ficos de Miguel Ángel García e hijo, 1983. p. 86.
131
Nikita Harwich Vallenilla: “Un héroe para todas las causas: Bolívar en la historiografía”. En: Iberoamericana. Nº 10, Año III, 2003. pp. 7-22, p.7.
132
Tomás Straka: La épica del desencanto: bolivarianismo, historiografía y política en Venezuela. (Colección Trópicos: Historiografía, Nº 84) Ca-
racas, Alfadil, 2009. p. 10.
133
Bolívar en 1813 vino a Mérida en campaña pero por la libertad y el restablecimiento de la república, si comparamos esté bicentenario con el
sesquicentenario o el centenario es necesario reconocer que quienes nos antecedieron cumplieron con su tarea y dejaron obras físicas palpa-
bles, que nos hablan de su esfuerzo y publicaciones que bien merecen ser reeditadas, en fin que sea la historia la que juzgue.

50
prohombres de la época. Las interrogantes varían en su índole y contenido
desde: ¿cómo era y dónde estaba ubicado el pueblo de Bailadores para
1813?, ¿quiénes eran sus autoridades?, ¿realmente fue en Bailadores y en
Mérida dónde por primera vez se le aclamó a Bolívar como Libertador
o fue el mismo Bolívar quien se autodefinió Libertador?, ¿cuáles fueron
las jornadas que cumplió Bolívar y los caminos recorridos hasta llegar a
Mérida?, ¿sería cierto que el Libertador bailó en la villa de Bailadores?
¿Con quién lo hizo?, ¿desde cuándo nace la devoción del pueblo de
Bailadores por su Libertador?, ¿hasta dónde las acciones de las heroínas
merideñas son ciertas o constituyen una página incierta de la historia
de la ciudad? Por ello, el objetivo del presente estudio es presentar un
análisis detallado sobre las visiones históricas de la campaña libertadora
de Venezuela en 1813, especialmente en la villa de Bailadores considerada
como la “Centinela de Mérida”, las que actualmente constituyen parte
importante del imaginario emeritense, develando los mitos sobre la
presencia y los acontecimientos que sucedieron con la llegada de Bolívar
y otros relevantes personajes.

La principal dificultad que enfrenta la investigación es que a raíz de


la formación del imaginario patrio, las visiones relativas a la campaña
militar de 1813 -y en especial sobre Bolívar- se han deformado en
demasía, se ha fabulado, bajo la excusa de la tradición oral, que si bien
es una fuente orientadora, siempre debe estar sustentada y avalada en
documentos134. Por esa razón, la pesquisa se asienta en la revisión de
las fuentes publicadas y su contrastación con las fuentes inéditas, en
particular sobre aquellos hechos, sucesos y procesos, en los que se han
evidenciado falacias tendenciosas, las cuales tienden a redimensionar
sustantivamente las efemérides y sus actores, relegando a un segundo
lugar los díceres del pueblo y privilegiando las fuentes escritas,
especialmente las que reposan en documentos inéditos y publicados,
también se consideró la bibliografía especializada. De ese modo, se aspira
a proporcionar respuestas satisfactorias y objetivas a esos acertijos con
motivo del 200° aniversario del primer ingreso del brigadier Simón
Bolívar al suelo merideño y de su aclamación por parte del pueblo de
Bailadores y Mérida como Libertador, gloria que Mérida podrá discutir
con los bailadoresenses, pero que necesariamente debe compartir. De
ese modo, desde 1813 Bolívar, Bailadores y Mérida marchan juntos en
unos de los momentos estelares de la historia venezolana y universal135.
134
Aunque es difícil escribir sobre un tema tan común para los merideños sin desatar pasiones y prejuicios. Se ha acostumbrado al aplauso
mutuo, a vivir envueltos en la mentira y en el error, sosteniendo falsas reputaciones y falsas glorias. Un pueblo sensato, y Mérida lo es, ama su
historia, la escudriña y la depura, como una manera de elevarla, cimentarla y conservarla en su esencia. ¡Cambiar la devoción por la verdad es
una obligación inaplazable y la mejor manera de crear conciencia!
135
En ese sentido, es la escenificación de su llegada a Bailadores, a Mérida, a Mucuchíes y ahora a Ejido, durante estos últimos años, en la que
se habla de una historia viva que clama por el apoyo oficial para convertirla en atractivo turístico como lo es La ruta del Libertador y con el
respaldo académico para sincerarla y transformarla en una lección permanente.

51
1. El preludio de la guerra

En 1812, se inician las actuaciones bélicas de la gesta emancipadora


en la villa de Bailadores y en la provincia de Mérida. Desde comienzo
de año, el páramo Mariño es continuamente acechado por realistas y
patriotas. Las fuerzas realistas de Maracaibo, se apoderaron de la villa
el 21 de abril y luego avanzaron hasta San Cristóbal, Entre tanto Juan
Antonio Paredes, comandante militar patriota decidió enviar al capitán
Antonio Pino para que reconquistara Bailadores y el día 23 logró su
objetivo. La oposición del cabildo de Bailadores apoyado por su pueblo
obligó al capitán Pino a abandonar el territorio el 24 de ese mes. En su
retirada Pino comenzó a detener algunos sujetos, pero en atención a la
debilidad de sus fuerzas el día 25 huyó con las armas que tenía en poder
perseguido por trescientos hombres que ocasionalmente lo atacaron136.
Esas escaramuzas obligaron al capitán Pino a retroceder hasta el páramo
Mariño, y en su repliegue incendió algunas casas en Bailadores y saqueó
otras cuyos dueños huyeron137.

En opinión del general Paredes, quien durante su juicio infidencia


declaró que estaba sorprendido por la desmedida actuación de Pino y por
ello “…le quitó el mando a Pino, que era el comandante de aquellas tropas
destinadas solamente a tomar el pueblo de Bailadores y no otra cosa…”138.
En su lugar, ordenó al capitán Francisco Yépez para que le relevase en el
mando139. El 11 de mayo Paredes notificó al gobierno de la ocupación en la
parroquia de Bailadores (hoy Tovar) y las disposiciones para posesionarse
del páramo de Mariño y pasar a la villa de Bailadores140.

Sobre los anteriores eventos han circulado versiones falaces como la


expresada por Vicente Dávila, quien afirma que el 27 de abril de 1812 se
combatió en la mesa de Romero en donde: “El capitán republicano Pino
derrota un piquete realista y toma a Bailadores”141, lo dicho por Dávila sin
lugar a dudas es una falsedad, debido a que ese combate nunca ocurrió y esa
invención ha sido magnificada en el monumento a Los Próceres, en donde se
conmemora esa acción bélica con una inscripción en el mármol de la gloria.

Sucesivamente, el 19 de mayo el capitán Francisco Yépez, comandante


de las fuerzas repúblicas, mantuvo una avanzada en Murmuquena (hoy

136
Héctor, García Chuecos: Causas de infidencia. Documentos inéditos relativos a la Revolución de la Independencia. Caracas. Archivo General de
la Nación. Imprenta Nacional, 1952. T. II. pp. 5-82. p. 51.
137
Ibídem. p. 22.
138
Ibídem. p. 54.
139
Ibídem. p. 26.
140
Ibídem. p. 36.
141
Vicente, Dávila: Acciones de guerra en Venezuela durante su independencia. Caracas. Tipografía Americana, 1926. p. 6. Versión digitalizada
por la Biblioteca Luis Ángel Arango - Colombia.

52
Zea)142, a las órdenes del alférez Agustín Álvarez, quien se enfrentó a los
realistas y fue derrotado, por cuya razón las tropas patriotas tuvieron
que retirarse al páramo de Mariño, en donde también se enfrentaron con
los monárquicos y al ser perseguidas por esos escuadrones, abandonaron
Bailadores, refugiándose en La Grita. Para el mes de junio la reacción
realista se había apoderado del área. El 20 de ese mes, Francisco Ugarte,
fue nombrado comandante militar de los realistas por el gobernador de
Maracaibo e invadió la provincia de Mérida y la sometió.

2. “… soy el hijo de la infeliz Caracas…”

Según Rogelio Altez “…los terremotos del 26 de marzo de 1812 en


Venezuela han sido los fenómenos naturales que mayor interés han
despertado entre los investigadores de este país...”143. Esa afirmación es
comprensible debido al contexto y momento histórico, porque fueron
concomitantes con los episodios bélicos de la emancipación y también
por los desastrosos efectos causados por los movimientos telúricos,
los que han atraído la discusión académica. No sólo fue el terremoto
de Caracas como suele denominarse a la calamidad sufrida en 1812,
también lo fue en Barquisimeto y La Guaira y un segundo movimiento
cuyo epicentro fue ubicado en Tabay, cercano a Mérida, que la destruyó
dejándola en escombros.

Ese terrible suceso sería determinante en el fracaso militar de los


patriotas. Con la firma de la capitulación por el teniente general Francisco
de Miranda, el 25 de julio de 1812, en San Mateo, se perdió la primera
república rindiendo la confederación nacida el 5 de Julio de 1811 ante
Domingo Monteverde. Esa trágica derrota trajo como consecuencia la
emigración, de los rebeldes, quienes escaparon y se refugiaron en otras
regiones hispanoamericanas, pues Monteverde irrespetó las condiciones
de la negociación y los hostigó con una tenaz persecución.

Por esa razón, Bolívar abandonó Venezuela vía Curazao y de allí siguió
a Cartagena de Indias, donde se reunió con un grupo de patriotas, quienes
también habían escapado, entre otros: Manuel Cortés Campomanes,
Miguel y Francisco Carabaño, Tomás y Mariano Montilla, Antonio
Nicolás Briceño. Desde que llegó a la ciudad amurallada desplegó toda
una actividad en procura de apoyo a sus planes para la liberación de
Venezuela.
Ibídem. p. 7
142

Rogelio, Altez: “Cronometrización extemporánea: los sismos del 26 de marzo de 1812 en Caracas y Mérida”, en Revista Geográfica Venezolana,
143

Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales, Mérida. ULA. 1998, pp. 297-325.

53
Si inquirimos con objetividad ¿quién era Simón Bolívar antes de
1813?, se podría responder con variadas afirmaciones; para muchos un
aventurero y, para otros un derrotado que había perdido la plaza de
Puerto Cabello y también había entregado a Miranda. Pero, la campaña
emprendida desde la Nueva Granada en aquel año, lo reivindicó después
de esos reprochables sucesos, no sólo desde el punto de vista militar
por su energía, rapidez y audacia en las acciones, sino también en lo
político por haberse forjado a pesar de las intrigas y traiciones urdidas
en su contra de una autoridad suprema e irrefutable consagrada con el
título de Libertador, lo que va a constituir en lo sucesivo la garantía de
la independencia americana. En efecto como lo suscribe, John Lynch,
quien opina que: “…los servicios militares de Bolívar en Nueva Granada
le proporcionaron crédito en el congreso, y le permitieron conseguir
una base en la frontera y reclutar un ejército de invasión. Era un ejército
pequeño -no más de setecientos hombres- y sus posibilidades dependían
de golpear en el corazón del poder realista antes que Monteverde pudiera
concentrar sus desperdigadas fuerzas”144.

Ciertamente, la actuación de Bolívar en Cartagena, se inició el 2 de


noviembre, cuando publicó un manifiesto sobre la conducta asumida por
Monteverde después de la capitulación de San Mateo y en el que hace
un llamado enérgico a luchar contra la política desplegada por España
en Venezuela, enfatizado vehemente sus razones con estas palabras:
“…Venguemos tres siglos de ignominia, que nuestra criminal bondad
ha prolongado [...] ¿Pero podrá existir un americano, que merezca este
glorioso nombre, que no prorrumpa en un grito de muerte contra todo
español, al contemplar el sacrificio de tantas víctimas inmoladas en toda
la extensión de Venezuela?”145.

Posteriormente, el 27 de noviembre, junto al abogado Vicente Tejera,


sometió a la consideración del Congreso de las Provincias Unidas de la
Nueva Granada146 un memorial en donde relata las causas de la pérdida
de la República de Venezuela, entre los que señala: el terremoto del 26
de marzo de 1812; la actitud complaciente de la Junta Suprema ante la
rebeldía de Coro; el sistema de conducta filantrópica asumida por los
gobernantes, y empleo de milicias en vez de tropas regulares147.

Aún insatisfecho con la anterior exposición, el 15 de diciembre escribió


su célebre “Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada
por un caraqueño” mejor conocida como el Manifiesto de Cartagena,
144
John, Lynch: Las revoluciones hispanoamericanas (1808 - 1826). Barcelona. España. Editorial Ariel. 1980, p. 227.
145
EL. Doc. Nº 109. p. 110.
146
El Congreso se hallaba entonces reunido en la ciudad de Tunja.
147
Héctor, Bencomo Barrios: Bolívar ante la política. Caracas. Colección Bicentenario. Archivo General de la Nación. Editorial Arte. 2010, p. 72.

54
al respecto dice Baralt, que Bolívar lo concluyó: “…proponiendo como
medida indispensable de seguridad para la Nueva Granada la reconquista
de Caracas…”. Nada más real y valedero que esta apreciación. Ante las
últimas palabras del Manifiesto, donde Bolívar después de recalcar
y analizar exhaustivamente las causas de la pérdida de la primera
república, de manera categórica señala:

“…corramos a romper las cadenas de aquellas víctimas que


gimen en las mazmorras, siempre esperando su salvación
de vosotros; no burléis su confianza; no seáis insensibles a
los lamentos de vuestros hermanos. Id veloces a vengar al
muerto, a dar la vida al moribundo, soltura al oprimido, y
libertad a todos”148.

Y esas convincentes razones que aduce Bolívar para explicar la


derrota y evitar repetirla son las que persuaden a los neogranadinos
para ayudarlo en una ruta consagratoria, que la historia glorifica como:
la Campaña Admirable. Ese “…hijo de la infeliz Caracas”149, como se
presentó ante las puertas de Cartagena, sin más título que el de coronel
del ejército venezolano, era un hombre con ansias de gloria, que
sabía expresar en palabras y por escrito sus profundas convicciones
republicanas y su voluntad de servicio, pero además quería exhibir su
destreza en el manejo de la espada, aún virgen de combates. Por eso
ofrece sus servicios y le son aceptados, como un oficial subalterno en el
ejército de Cartagena.

Inmediatamente inició sus acciones militares comandando un cuerpo


en una división del ejército, bajo las órdenes del coronel Labatut150,
la que estaba destinada a expulsar a los españoles de la provincia de
Santa Marta y a ocupar su capital. Labatut quien no vio con buenos
ojos a Bolívar y tampoco estaba dispuesto a contribuir con la creciente
reputación que se había ganado, lo destinó a dirigir un destacamento
situado en el pueblo de Barrancas, con estrictas instrucciones de
permanecer allí. La intención de Labatut era inmovilizarlo y frenar su
ascendencia sobre el Congreso. Sin embargo, Bolívar aceptó las órdenes
-aunque de mal gusto- y, confiado en su capacidad de acción decidió

148
EL. Doc. 112, p. 125.
149
Ídem. p. 117.
150
El coronel Pedro Labatut (Cannes, 1776 - Salvador, 1849) es uno de los primeros franceses en haber participado activamente en las guerras
de independencia suramericanas. Sus acciones en 1812 y en especial la ocupación de Santa Marta 6 de enero de 1813 lo convirtieron en un
héroe y adquirió una reputación que desgraciadamente le fue imposible conservar en lo sucesivo. Al respecto consúltese a José David, Villa-
lobos Robles: ¿Qué pasó el 7 de abril de 1813? Disponible en internet: <https://sites.google.com/site/jdvillalobos/7abril>. Consulta: 21/05/2013.

55
desobedecer151 y avanzar en una atrevida campaña que duró pocos
días y con muchas acciones guerreras seguidas de una serie de victorias
militares, mediante las cuales logró excusar su desobediencia y faltas
cometidas152.

Efectivamente, el oficial Bolívar al mando de una pequeña guarnición


de 200 soldados mal armados y peor disciplinados, logró ocupar el puerto
fortificado de la villa de Tenerife el 24 de diciembre de 1812, ubicada en
la ribera izquierda del río Magdalena, cuya indisponibilidad impedía la
comunicación entre el alto y el bajo Magdalena. Pero, ante la indiferencia
de las autoridades y también de los vecinos los convocó y los obligó a
jurar la constitución de la provincia de Cartagena; continuó su avance
sobre Plato, Sambrano y el 27 de diciembre llegó a Mompox, donde fue
recibido con demostraciones de júbilo y entusiasmo por las autoridades y
habitantes de la misma, quienes lo aclamaron como comandante militar
y numerosos jóvenes se enrolaron como voluntarios en su tropa.

De esa forma, se incrementaron sus fuerzas y también el parque de


guerra, con 500 hombres, luego se embarcó y navegó hasta Banco, que
había sido evacuado por los españoles. Rápidamente, continuó en su
persecución y el 30 de diciembre asaltó a Guamal; el 1 de enero de 1813
se les adelantó y los derrotó en Chiriguaná. En este último combate, fue
el único que desde el principio de la campaña en donde encontró una
considerable resistencia. El resultado de sus acciones militares fue que
cayeron en su poder cuatro buques de guerra, dos piezas de campaña
y gran número de fusiles y pertrechos. Sucesivamente, remontó de
nuevo por el Magdalena y el 5 de enero, por sorpresa, se apoderó de
Tamalameque y el 7 llega al puerto nacional de Ocaña153 y enseguida
el 8 a Ocaña. Así concluyó la campaña del alto Magdalena, con estos
triunfos logró incorporar a la región a la libre navegación y aseguró la
comunicación entre Santa Fe de Bogotá con Cartagena y otras ciudades
de la Nueva Granada.

Subsiguientemente, el 12 de enero de 1813 se lo hizo saber a los


habitantes de Ocaña mediante una proclama en la que expresó:

151
Santander reseña esa actuación de Bolívar al afirmar que: “Poco después Bolívar desconoció la autoridad de su jefe Labatut, y posteriormen-
te la del gobierno de Cartagena. Su primer hecho glorioso de armas en Cúcuta no habría tenido lugar sin su deserción del ejército destinado a
libertar a Santa Marta.” Francisco de Paula Santander: Santander ante la Historia (Apuntamientos para las memorias sobre Colombia y la Nueva
Granada) Bogotá. Editorial Incunables, 1983. p. 19.
152
Labatut ya conocía a Bolívar, los dos habían militado en Venezuela bajo las órdenes de Miranda. Después de la marcha de Barrancas Labatut
le ordenó regresar y ocupar su puesto, la respuesta de Bolívar fue su relación de triunfos. A pesar de las quejas por insubordinación y ante la
insistencia de Labatut que debía llevarse a un consejo de guerra. La petición fue desatendida porque los servicios de Bolívar merecieron las
alabanzas de Torices y la gratitud del gobierno cartagenero.
153
Antes de la revolución se conocía como Puerto Real de Ocaña, situado a unos 35 km. al oeste de Ocaña.

56
“…Nuestras banderas tremolan en todas las riberas del
Magdalena sin que un solo español las hollé con sus
plantas y ninguno de sus buques navegue en sus aguas;
a la presencia de nuestras armas han desaparecido las
bandas españolas; derrotadas por todas partes se escapan
fugitivas a buscar asilo en los remotos lugares que infestan
todavía sus compañeros en cobardía y en maldad, pero la
espada vengadora de la América está levantada y viene
pronto a descargar su mortal y último golpe sobre esta
perversa raza de bandidos”154.

Lo más sorprendente de toda esta campaña es que Bolívar la ejecutó


hallándose atacado por la fiebre y con soldados en su mayoría nuevos y
sin experiencia.

En enero se le unieron Manuel del Castillo y Rada155 y Francisco de


Paula Santander156. El coronel Manuel del Castillo, comandante de
Pamplona instó a Bolívar a que procediesen juntos contra el jefe realista
coronel Ramón Correa, quien ocupaba Cúcuta, pero como Bolívar carecía
de las necesarias ordenes que le imponía la jerarquía militar le contestó a
Castillo excusándose por desestimar su propuesta, alegando que:

“…aunque nada es más conforme con mis principios


y deseos que lo que V.S. me propone, de marchar
inmediatamente a reunir nuestras fuerzas para atacar
al enemigo, sin permiso expreso del Excelentísimo señor
Presidente del Estado157, a quien acabo de dirigir el pliego
de V.S., suplicándole se digne ordenarme marchar a
incorporarme con la Vanguardia del Norte al mando de
V.S., quedando entretanto ocupado en aprontar todo lo
concerniente a esta expedición.”158.

154
EL. Ibídem. Doc. 117, pp. 134-135.
155
El coronel Manuel del Castillo y Rada (1780? – 1816), era el comandante general de la vanguardia del ejército del norte, situada en Pie de
Cuesta y formada por fuerzas de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Un gran oficial del ejército Colombiano que murió fusilado por
orden del General Morillo el 24 de febrero de 1816, cuando las fuerzas realistas se apoderaron de Cartagena.
155
El coronel Manuel del Castillo y Rada (1780? – 1816), era el comandante general de la vanguardia del ejército del norte, situada en Pie de
Cuesta y formada por fuerzas de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Un gran oficial del ejército Colombiano que murió fusilado por
orden del General Morillo el 24 de febrero de 1816, cuando las fuerzas realistas se apoderaron de Cartagena.
156
El sargento mayor Francisco de Paula Santander (1792 – 1840), era segundo jefe del batallón de la vanguardia. Alcanzó el grado de General
y ejerció la Presidencia de la República entre 1832 a 1837.
157
Se trata del Estado de Cartagena, a cuyo frente está Manuel Rodríguez Torices.
158
EL. Doc. 118, p. 137. Cuartel General de Ocaña Independiente, 23 de enero de 1813.

57
El documento a que hace mención Bolívar es inexistente, quizás sólo
fue una treta para excusar su desconocimiento de la autoridad de Manuel
del Castillo. Lo cierto es que Bolívar se puso en movimiento y recorrió
toda la línea del territorio bajo su mando desde Cácota hasta Pamplona,
reunió armas, hombres y cuantos elementos podía necesitar la división
de Castillo. Esas actuaciones produjeron un desacuerdo entre Bolívar y
Castillo el que se evidenció en sus posteriores posiciones antagónicas
acerca de la conducción de la campaña: el primero era partidario de
pasar a la ofensiva para liberar el territorio venezolano y el segundo se
inclinaba por la defensiva.

Los objetivos de Bolívar fueron ejecutados rápidamente, invadir


Venezuela y avanzar hasta Caracas siguiendo la ruta más corta hasta
esa capital. Desde el 8 de enero de 1813, ocupó la ciudad de Ocaña, el 16
salió con destino a Cúcuta, el 22 tomó Salazar de Las Palmas, atravesó el
río Zulia y el 28 de febrero enfrentó y derrotó al coronel Ramón Correa
en la batalla de Cúcuta, -toda esta campaña la realizó Bolívar sin tomar
contacto con las fuerzas comandadas por el coronel del Castillo, y contra
sus pesimistas predicciones- con este triunfo se posesionó de Cúcuta y
recibió del Congreso de la Nueva Granada su ascenso a general de brigada
y se le dotó con un batallón de 500 hombres, al mando de Atanasio
Girardot, con lo más granado de la juventud entre los que se destacaban
oficiales como: Ricaurte, Maza, D’Elhuyar, París, Ortega, Vélez entre
otros, quienes brillarían en la siguiente campaña. El general de brigada,
sólo estaba en la espera del permiso del Poder Ejecutivo de la Unión para
la ejecución de la Campaña Libertadora de Venezuela. Esa aprobación
llegó a su poder el 30 de marzo, pero inesperadamente en la misma se
restringieron las operaciones de Bolívar limitando su avance hasta La
Grita, y esto le resultó inaceptable y así lo hizo saber a sus superiores.

3. La hora decisiva en Venezuela

El 1º de marzo Bolívar pisó de nuevo tierra venezolana al llegar a la


redimida villa de San Antonio del Táchira, donde dictó dos proclamas:
una dirigida a los heroicos soldados que lo acompañan en donde les
expresó que: “¡La América entera espera su libertad y salvación de
vosotros, impertérritos soldados de Cartagena y de la Unión!... Corred a
colmaros de gloria adquiriéndoos el sublime renombre de Libertadores
de Venezuela”159. La otra, quizás mirando en la lontananza a la tierra que
lo vio nacer, a los ciudadanos venezolanos de la villa de San Antonio,
159
Ibídem. Doc. 131, p. 159.

58
a quienes les grita: “Yo soy uno de vuestros hermanos de Caracas...
he venido a redimiros del duro cautiverio en que yacías bajo el feroz
despotismo de los bandidos españoles que infestan nuestras comarcas.
He venido, digo a traeros la libertad, la independencia y el reino de la
justicia…”160. En aquellos momentos, va en persecución de las huestes
de Correa, a las que siguió muy de cerca hasta la villa de San Cristóbal,
cuando se informó que estás habían tomado el camino hacia La Grita, por
ello desistió y regresó al cuartel general en San José de Cúcuta, dejando
en aquella villa un destacamento.

El 2, después de publicar un temerario bando dirigido a los habitantes


de Cúcuta, comunicó al poder ejecutivo de la unión, de las acciones
emprendidas el día anterior y le remitió las proclamas antes mencionadas,
además le recordó al presidente encargado Camilo Torres que: “…sólo
aguardo con impaciencia la orden de V.E. para continuar nuestra marcha
victoriosa, y presentarnos delante de las ruinas de la ilustre Caracas”161.

Ulteriormente, el 4 de marzo envió con plenos poderes como emisario


ante el Gobierno de la Unión al Coronel José Félix Ribas, para recabar
su ayuda en la expedición liberadora a Venezuela. Sucesivamente, el
19 insistió ante Frutos Joaquín Gutiérrez, secretario del poder ejecutivo
de las Provincias Unidas de la Nueva Granada con, sede en Tunja en la
necesidad de ocupar Venezuela, al exponer su: “…opinión es que en este
mes debemos marchar sobre Venezuela, cuya reconquista por ahora es
muy fácil, y después será imposible”162.

En esos días, todo es espera y ansiedad, a la par que se hace evidente la


rivalidad de Bolívar con el coronel Manuel del Castillo y Rada, quien es
apoyado por Francisco de Paula Santander. Ambos comienzan a intrigar
entre las tropas y oficiales para que desconozcan el mando de Bolívar.
Para agravar la situación el 21 de marzo llegó a manos del caraqueño el
nombramiento que le hizo el gobierno de la unión confiriéndole el título
de brigadier y ciudadano de la Nueva Granada. Ese rango, por supuesto,
suscitó la envidia del Castillo. Con la finalidad de evitar esas rivalidades,
el 23 del mismo mes, Bolívar ordenó a Manuel del Castillo, quien como
jefe de la vanguardia marchara hasta La Grita para destruir o al menos
desalojar a Correa. Aunque el brigadier estaba consciente que Castillo
demoraría y haría todo lo posible por desobedecer su orden.

Ibídem. Doc. 130, p. 157.


160

Ibídem. Doc. 143, p. 182.


161

Ibídem. Doc. 144, p. 183. Cúcuta ¿30 de marzo de 1813? Hay discrepancias sobre la fecha de publicación, pero en todo caso el Dr. Vicente
162

Lecuna le adjudica el que se ha señalado.

59
Bolívar aguardó y enmudeció durante este tiempo. El 24 de marzo,
impaciente le escribió al Presidente del Poder Ejecutivo comunicándole
las tensiones entre los mandos militares, al expresar que después de la
llegada del comandante general de la provincia, segundo del ejército,
coronel Castillo: “…empezaron las diferencias sobre disputas frívolas e
inconducentes al servicio del Estado y a la salvación de la Patria, en las
cuales he mostrado la moderación y la franqueza que deben caracterizar
a un militar que prefiere la salud del Estado a su honor mismo”163. A su
vez, le requirió que nombrase otro general que comandara el ejército y
le concediera una audiencia para rendirle cuenta de su conducta, pues
quería dejar su honor libre de tantos señalamientos que han “pretendido
oscurecerlo”.

Posteriormente, el 26 de marzo a través de una comunicación enviada


al secretario del congreso, Bolívar le informó al presidente del poder
ejecutivo que en la villa de Güiria, ubicada en la provincia de Cumaná,
se había enarbolado el estandarte de la independencia y la revolución
se había extendido en varios pueblos. Esas acciones correspondieron a
la expedición libertadora iniciada por el general Santiago Mariño en el
oriente de Venezuela. Por otra parte, reiteró el incumplimiento de las
órdenes por parte del general del Castillo, explicando que: “…aún no
ha salido la expedición contra La Grita, pero espero que bien pronto se
pondrá en marcha…”164. El brigadier sabía que este avance en el oriente
era muy favorable a la reconquista de Venezuela y se dispuso a resolver
las diferencias que mantenía con Manuel del Castillo, a quien de manera
noble le propuso estar dispuesto a dejar el mando del ejército a fin que él
lo asumiera. De ese modo, a toda costa quiso lograr la armonía entre las
partes, para favorecer la causa165.

A pesar de esas propuestas, Castillo mantuvo su actitud y


reiteradamente declinó responder por escrito y de palabra al
ofrecimiento de Bolívar. Entre tanto, salió el 2 de abril con destino a La
Grita con ochocientos hombres166. Días después, el 7 del mismo se hallaba
en Táriba y avanzó hasta el campo de Salomón, entre el 8 y el 9 al de
Laura, el 10 al Palmar, el 11 a la Higuera donde estaban acantonadas
las tropas enemigas; el 12 hace un reconocimiento de los alrededores
y dando demostraciones de ser un buen militar, que en efecto lo era,
al percatarse que los realistas estaba atrincherados en la parte más
163
Ibídem. Doc. 142, p. 180.
164
Ibídem. Doc. 143, p. 182.
165
Ibídem. Doc. 144, p. 183. Cúcuta ¿30 de marzo de 1813? Hay discrepancias sobre la fecha de publicación, pero en todo caso el Dr. Vicente
Lecuna le adjudica el que se ha señalado.
166
Ibídem. Doc. 146, p. 187.
167
Aunque no se tiene certeza, debe tratarse de José María, Manuel o Ignacio Ricaurte. Lo más probable es que se trate de José María Ricaurte.
166
Ibídem. Doc. 146, p. 187.

60
angosta del valle, ordenó al mayor Ricaurte167 para que alcanzara por la
izquierda con las tropas de Cartagena, con un número de 90 hombres de
la 3a compañía del batallón Nº 4º la altura casi inaccesible que hay por
ese costado. Al amanecer del 13 de abril, igualmente destinó al mayor
Santander al mando de las compañías 1a y 3a del batallón 5º para ocupar
la altura que está a la derecha168. De esta manera, sorprendió al enemigo
y triunfó en el combate de La Angostura169. Años más tarde, el general
Santander aseguró que esa acción militar fue el inició de su prestigio
militar y político pues reconoció que después del mismo, “…empecé a ver
mi nombre en las gacetas de aquella época…”170.

La acción fue bien dirigida y su victoria despejó el camino del ejército,


que ya tenía autorización de avanzar hasta Mérida. Ante ese triunfo, el
reconocimiento militar de Castillo es inmediato y lo consagra al poder
ejecutivo. Pero el destino le tenía reservado -como a todos los intrigantes-
una ingrata sorpresa y estando en La Grita recibió del gobierno
Neogranadino la “…expresa y terminante orden de estar, sin réplica, a
las órdenes del primer comandante ciudadano Simón Bolívar…”. Castillo
rechazó ese mandato y optó por renunciar, entregó el mando al segundo
jefe del batallón el sargento mayor Francisco de Paula Santander y se
retiró a Tunja con el objetivo de defender su posición política. Al coronel
Manuel del Castillo solo le quedó como alternativa asumir su deposición
e ir a Cartagena, -más pudo un hombre de bien que un confabulador-,
aunque dos años más tarde trataría de cobrársela a Bolívar, en épocas
dramáticas para la patria, cuando nuevas y profundas discrepancias los
enfrentarían de nuevo.

Entre tanto, Bolívar, sin conocer de la acción en Angostura, se hallaba


en el cuartel general de Cúcuta, donde resolvió avanzar sobre la Grita,
el 16 llegó a San Cristóbal, y en su tránsito se enteró del éxito alcanzado
y recibió el primer parte del coronel Castillo fechado en 14 de abril, en
el que incluyó su informe al presidente encargado de la unión: “…ayer
a la una y media del día me he posesionado de esta altura forzando el
inexpugnable estrecho de La Grita, que guarnecía el enemigo con ciento
cincuenta hombres”171. El 17 colocó sus pies por primera vez en “…la ciudad
de Cáceres…” y dos días después envía un destacamento a Bailadores al

167
Aunque no se tiene certeza, debe tratarse de José María, Manuel o Ignacio Ricaurte. Lo más probable es que se trate de José María Ricaurte.
168
Andrés, Montaña (compilador): Santander y los ejércitos patriotas 1811-1819. Bogotá, Fundación para la Conmemoración del Bicentenario del
Natalicio y el Sesquicentenario de la muerte del General Francisco de Paula Santander. 1989. T.I. p. 31. Doc. Nº 11. Segundo parte del Coronel
Castillo sobre el Combate de la Angostura de La Grita, jueves santo 15 de abril de 1813.
169
Angostura es una región sinuosa situada al sur de La Grita, que para la época sus laderas estaban cubiertas de bosques espesos y era el
camino obligado hacia La Grita. Allí se inmortalizaron las tropas de vanguardia del ejército libertador al mando del coronel Manuel del Cas-
tillo. Ese combate pudo cambiar el rumbo de la historia, tanto por sus consecuencias inmediatas como por el levantamiento de la moral de los
combatientes y el restablecimiento de la disciplina en las filas patriotas.
170
Francisco de Paula Santander: Santander ante la Historia (Apuntamientos para las memorias sobre Colombia y la Nueva Granada... p. 20
171
EL: T.I. Doc. 12, p. 33 y EL. Doc. 162, p. 216.

61
mando de los comandantes Uzcátegui y Yépez. Para entones, el coronel
Castillo se había ausentado de La Grita, pero su sustituto Santander
continuó con la conspiración, el 19 de abril le escribió al coronel Manuel
del Castillo quien había llegado a Cúcuta informándole que: “…a Bolívar
le he dicho que no paso de aquí, y que primero me pierdo…”172. A pesar de
lo dicho, avanzó hasta la parroquia de Bailadores (hoy Tovar) y desde allí
el 24 de abril informó a Bolívar sobre algunos embargos173.

Días después, el 29, Santander desde Bailadores le vuelve a escribir a


del Castillo, quejándose del país, de los pueblos miserables y enemigos,
de los trabajos y de la falta de comida explicando “…que sin dinero y sin
víveres no hay soldados…”174. De esa forma, Santander mide sus palabras,
mientras a Castillo le dice esto; a Bolívar en otra carta fechada a 30,
solo se limita a informarle de la deserción de 26 soldados de la primera
compañía del 5° Batallón con armas y municiones; en la noche del 28, y
de otro de la 4a en la noche del 29, cuyas defecciones las achaca a la falta
de dinero, la escasez de alimentos, enfermedades y lo duro del clima ya
que el invierno era riguroso175. El 30 Santander retornó a La Grita176.

Esas frecuentes deserciones en la emancipación venezolana se


debieron a la recurrencia de dos formas para atraer los hombres para que
combatieran en las tropas, la primera de ellas fue la seducción y la segunda
fue la de atemorizar con amenazas de violencia. Por esa razón, seducir y
atemorizar fueron dos estrategias que estaban muy relacionadas con la
deserción pues ellas motivaban u obligaban a los soldados a fugarse. Esto
puede apreciarse en los expedientes de infidencia donde los juzgados
fueron acusados por “seducción” para seguir las ideas de los insurgentes,
aunque en el caso venezolano lo que predominó fue la violencia sobre las
poblaciones civiles para enlistarlos en los diferentes ejércitos177. En este caso
seducir significaba persuadir a los soldados a que desertaran del ejército
realista y se unieran al bando insurgente, o en general a la población para
que siguiera este partido. En el contexto bélico, solo significaba ganar
seguidores para la causa insurgente, lo que era perentorio y por ello se
acudió a la seducción178 para salvar la patria, la libertad y la república.

171
EL: T.I. Doc. 12, p. 33 y EL. Doc. 162, p. 216.
172
EL: Ibídem. T. I. Doc. Nº 13, p. 35.
173
“En esta parroquia se han aprehendido algunos trastos de los emigrados, que no valen cosa, entre ellos cinco piezas de bayeta y alguna
loza fina, que he vendido para enterar su producto en la proveeduría. He hecho embargar las haciendas de don Clemente Molina y don José
Chacón, y que administradas, sus productos sean para proveer la tropa. Mañana mando al hato del primero a sacar ganados y recoger mulas.
También he mandado moler 24 fanegas de trigo del español Villardel, y algunas cañas de Molina. Últimamente, he comisionado un sujeto para
que abra el camino de Mocoties”. Ibídem. T. I. Doc. 14, p. 37.
174
Ibídem. T. I. Doc. 15, p. 39.
175
EL: Ibídem. T. I. Doc. 16, p. 41.
176
EL: Ibídem. T. I. Doc. 17, p. 42.
177
Luz Mary Castellón Valdez: “Discursos, estrategias y sujetos políticos: análisis de los testimonios en los juicios a militares acusados del delito
de infidencia en Venezuela y México, 1810-1815.” En Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. Vol. 40, Nº 1, enero julio 2013, p. 61.
178
Ibídem. p. 62.

62
Entre tanto la situación de Bolívar se mantenía confusa, debido al
retraso de la esperada autorización del congreso para continuar la marcha.
Por ello, el Libertador decidió dar instrucciones al Dr. Cristóbal Mendoza
y lo envió a encargarse del poder ejecutivo de la provincia de Mérida, a tal
fin le instruyó en oficio fechado el 28 de abril desde el cuartel general de
Cúcuta, entre otras cosas lo siguiente:

“…será un encargo especial del Gobernador de la Provincia


el promover y fomentar las insurrecciones de los países
subyugados por el gobierno español; y para este efecto
empleará los medios más eficaces, entre los cuales tendrá
el primer lugar, la recolección de gente, armas y dinero
que serán empleados en la defensa y propagación de la
libertad”179.

Subsecuentemente, en otro oficio anunció a la municipalidad de Mérida


de la misión que ha encomendado al Dr. Cristóbal de Mendoza y del envío
de tropas, previniendo al efecto para que le proporcionen los alojamientos
y víveres posibles180. A su vez aprovechó la ocasión y acusó recibo del
oficio enviado desde La Grita a nombre de los capitulares de Mérida por
el ciudadano diputado Gabriel Valera181 y que además firmaron Ignacio
Rivas, Luis Cerrada, Vicente Uzcátegui y José Jerónimo López, quienes la
integraron luego del abandono de la ciudad por parte de las tropas realistas.

Posteriormente, el 30 de abril le escribió al presidente encargado del


poder ejecutivo de la unión remitiendo las instrucciones que había dado al
Dr. Cristóbal Mendoza, quien ha marchado a tomar posesión del gobierno
de la provincia de Mérida182. Antes debió solicitar a Santander que le
suministrará una compañía a fin que acompañara al Dr. Mendoza a Mérida,
pero Santander desacató la orden y por el contrario requirió instrucciones
al coronel Castillo, ya separado del mando, para que decidiera si entregaba
o se mantenía en el mando de la compañía183.
179
EL. Doc. 164, p. 221.
180
Ibídem, Doc. 165, p. 223. Cuartel General de Cúcuta, 28 de abril de 1813.
181
Cuyo original aparece en pocas publicaciones y por ello se transcribe textualmente: “Sabiendo este cabildo que vuestra señoría se acerca
a esta ciudad con sus tropas, y estando ya nosotros en libertad por habernos desamparado en la noche anterior el comandante militar que
estaba aquí con su destacamento, remitimos cerca de usía al brigadier don Gabriel Valera, para que, como nuestro diputado, le felicite a nuestro
nombre y de los compañeros que están unos ausentes y otros enfermos, por su favorable arribo, y que poniendo a su disposición la ciudad y
vecindario, pase a tomar posesión quieta y pacífica; suplicándole que por el mismo hecho de venir en nuestro favor, no consiente que sus tropas
agraven las ruinas, miserias y extorsiones que ha padecido esta desgraciada ciudad, que son tan notorias. Sin embargo de la ruina causada por
el terremoto, y de que apenas ahora empieza a haber habitaciones, que damos proporcionando los alojamientos posibles para el ejército y los
víveres que puedan conseguirse”. Véase Guillermo HERNÁNDEZ DE ALBA (compilador): Archivo Nariño 1812-1815. Bogotá, Fundación para la
Conmemoración del Bicentenario del Natalicio y el Sesquicentenario de la muerte del General Francisco de Paula Santander, 1990, T. V. p. 150.
Oficio del Cabildo de Mérida al general Bolívar. Fechado en Mérida, 18 de abril de 1813.
182
EL. Doc. 167, p. 226. Cuartel General de Cúcuta, 30 de abril de 1813.
183
Andrés Montaña (compilador): Ob. Cit. Doc. Nº 18. La Grita, 3 de mayo de 1813.

63
Cuando ya todo se creía perdido, el 7 de mayo llegó a manos de
Bolívar la ansiada licencia para seguir a Mérida y Trujillo, gracias
a la influencia de Camilo Torres. Entre los días del 7 al 14 de mayo se
adelantaron los preparativos, solo se contaba con un pequeño ejército de
unos 500 hombres, donde reinaba la indisciplina y la desmoralización.
Mientras en las fuerzas que comandaba Santander, las que están mejor
preparadas, pero en las que también las deserciones habían mermado la
tropa; además solo disponían de algunas piezas de artillería, 1.400 fusiles
de baja calidad y 140.000 cartuchos.

El 14 de mayo marchó la vanguardia al mando de Atanasio Girardot


desde La Grita y Bailadores con rumbo a Mérida. Ese mismo día sábado,
con la retaguardia al mando de José Feliz Ribas, salió Bolívar desde Cúcuta
y por la noche llegó a San Cristóbal. El 15 entró por segunda vez a La Grita y
se puso al frente de los preparativos finales, incorporándosele numerosos
voluntarios. Al llegar Bolívar a La Grita, Santander se había marchado
a Cúcuta, haciendo uso de un permiso anterior, pero ciertamente lo que
pretendía era desobedecer la orden de marchar a Mérida.

Ulteriormente, el 18 de mayo -ya a punto de partir- Bolívar recibió


una comunicación del gobierno provincial de Pamplona, en la que el 5°
Batallón debía regresar al Rosario.

Entre tanto, Santander, quien se hallaba en camino a Cúcuta retornó


apresurado a La Grita y armado de aquella orden de Castillo formó la
tropa “…bajo apariencias harto sospechosas…” y ordenó a los efectivos
su regreso a Cúcuta. Esa fue la hora decisiva para Venezuela, si las tropas
se retiraban no había posibilidad de recuperarla militarmente, ante tan
grave amenaza, Bolívar encaró a Santander y a las tropas a punto de
reintegrarse a la Nueva Granada, y les ordenó marchar a Mérida, a lo
cual Santander le respondió que no estaba dispuesto a obedecer aquellas
órdenes y Bolívar en tono severo y resuelto le replicó “…marche usted
inmediatamente…” y le conminó a cumplir sus órdenes amenazándolo
con estas palabras: “…no hay alternativa, marcha usted; o usted me fusila
o positivamente yo lo fusilo a usted…”184.

La energía de Bolívar se impuso y la división avanzó con destino a


Mérida. Entre tanto, Santander alegando excusas permaneció en La Grita
y rehusó unirse a la división de combate. En 1832, el general Santander
afirmaría en su descargo al explicar las tirantes relaciones entre él
y Bolívar que había disfrutado de “…la íntima confianza del General
184
Daniel Florencio O´Leary: Memorias del General. Caracas. Imprenta Nacional. 1952. T. I Narración. p. 155.

64
Bolívar, y la perdí posteriormente…”185. La consecuencia inmediata de
aquellas decisiones fue que el caraqueño quedó “… libre de la presencia
de dos jefes influyentes, cuyas intrigas le habían enajenado la confianza
de sus subalternos y entibiado el ardimiento de la tropa, que en breve
renació con la victoria”186. Fue en estos difíciles días cuando el general
Rafael Urdaneta le escribió a Bolívar: “General: si con dos hombres basta
para emancipar la patria, pronto estoy a acompañar a usted.”187.

Ahora se puede preguntar, de haber desobedecido Santander en aquel


instante, Bolívar hubiese cumplido su amenaza, es muy probable que
sí, se jugaba el destino de Venezuela, ya no iba a dar marcha atrás y su
indignación era muy grande, esto se evidencia en el oficio fechado en
La Grita el 18 de mayo de 1813, en el que Bolívar se dirigió al Presidente
encargado del supremo poder ejecutivo de la Unión, ante la posibilidad
de no contar con el 5° Batallón, que consideraba:

“...es el único que está perfectamente armado y completo,


y es, por decirlo así, el cuerpo principal del ejército… y
si se separa de él, habrá disolución general, y el mismo
quedará desarmado, pues las armas que tiene pertenecen
a Cartagena, cuyos soldados han quedado desarmados de
sus buenos fusiles para darlos a este batallón”188.

Seguidamente tratando de encontrar alguna explicación a los


retrasos en la esperada orden de avanzar a Mérida dedujo que: “Esta
determinación por parte del Gobierno de Pamplona tiene su origen en
las inagotables intrigas del Coronel Castillo, que procura por todos los
medios perjudicar y destruir el Ejército Libertador de Venezuela.”189. Y,
más adelante agrega de manera determinante y visionaria:

“Es bien doloroso que aquellos mismos que debían verme


como su libertador, y que en efecto lo he sido, se esmeren
en perjudicarme, perjudicando su propia patria. Es bien
doloroso que el Gobernador de Pamplona y el Comandante
General de la Provincia, que si respiran libres, es por

184
Daniel Florencio O´Leary: Memorias del General. Caracas. Imprenta Nacional. 1952. T. I Narración. p. 155.
185
Santander ante la Historia (Apuntamientos para las memorias sobre Colombia y la Nueva Granada... p. 13.
186 Ídem.
187
Ibídem. p. 154. Vicente, Lecuna: Crónica Razonada de las Guerras de Bolívar. New York. The Colonial Books. 1960. T.I. p. 20.
188
E. L. Doc. 192, p. 271-272.
189
Ibídem, Doc. 192, p. 272.

65
efecto de mis servicios a la Nueva Granada, se cieguen
hasta el punto de impedirme que concluya la obra que
tan gloriosamente he comenzado en beneficio de ellos y
de toda la Federación. La ingratitud, la perfidia, la mala fe,
que se notan en tales procedimientos, son tan chocantes
que al hombre más estoico son capaces de enfurecer.”190.

Es importante subrayar y resaltar las frases: el Ejército Libertador


y que debían verme como su libertador. Ante ellas no queda duda que
Bolívar se autodefinió como Libertador.

El 19 de mayo de 1813, después de haber organizado su tropa tal


como lo explica el General Rafael Urdaneta en sus apuntamientos191,
en los que además hubo otros menos notables como los cien hombres
que proporcionó Bogotá para abrir la campaña contra Venezuela y
vinieron al mando del capitán José María Ortega, teniente Antonio
Paris, subteniente Planas, español y el maracaibero José Castillo. Y los
granadinos que arribaron en los cuerpos de vanguardia con los capitanes
Manuel Paris, Luis Lamprea, Francisco Vélez y los tenientes Pedro
Alcántara, José María Mantilla, Serrano, Rosas192. De la mayoría de la
tropa, sus nombres yacen en el olvido y lo más seguro fue que nunca
regresaron a sus lugares de origen.

Bolívar salió con la reserva de su ejército rumbo a Bailadores a eso


de las 9 de la mañana. La tradición señala, según lo refiere Monseñor
Jáuregui que antes de partir, a eso de las 8 “…el Gran Bolívar visitando el
hermoso Señor Crucificado de La Grita, después de haber permanecido
de pie en su presencia, se retiró de frente, sin volver la espalda hasta que
llegó a la puerta de la Iglesia…”193. Desde la puerta hizo una genuflexión,
salió y montó en su caballo.

190
Ídem.
191
“General en Jefe: Brigadier Simón Bolívar. 2º Brigadier: Joaquín Ricaurte, que se había quedado en Cúcuta y no vino a Venezuela, sino a
principios del año 14. Granadino. Mayor General: Comandante Rafael Urdaneta, unido a Bolívar en Cúcuta con los restos del tercer batallón de
que era Comandante. Venezolano. Edecanes del General en Jefe: Juan José Pulido, venezolano. Fermín Ribón, momposino. José Lugo, unido
en Mérida. Venezolano. Pedro Briceño Méndez, venezolano y Pedro Briceño Pumar, venezolanos. Comandante de vanguardia: Atanasio Gi-
rardot, Comandante del Cuarto Batallón. Mayor de Vanguardia: Capitán Luciano D´Elhuyar. Comandante de Artillería: José Tejada. División
de Retaguardia: Comandante, el coronel José Félix Rivas, venezolano”. Rafael Urdaneta: Memorias del General. Maracaibo. Empresa Panorama,
1945. pp. 6-7. (subrayado nuestro)
192
Ibídem, p. 7.
193
Jesús Manuel, Jáuregui Moreno: Tratado de urbanidad para uso de los seminarios. San Cristóbal. Editado en la Tipografía tovareña a cargo
de Vicente de Jesús y recopilado en Obras Completas T. I. Editadas por la Comisión Presidencial para la celebración del sesquicentenario de
su natalicio. 1999. p. 345.

66
4. Bailadores centinela de Mérida

Precedida por estos acontecimientos, la llegada de Bolívar a Bailadores


en la tarde del miércoles 19 de mayo de 1813 se tornó memorable, ante
un pueblo que desbordó el camino de recuas para brindarle su apoyo,
se encendió el amor por la libertad, el espíritu solidario por la causa, a
medida que pasaba el ejército por el camino en recuas gritaban “¡Viva el
ejército libertador! ¡Viva el ejército libertador!”, mientras bajo los aleros
de la antigua casona de Los Belandria, las autoridades y personalidades
del pueblo se congregaron a esperar su llegada, sus dueños se esmeraban
en hacer hospitalaria la morada, al igual que don Antonio María
Belandria y su esposa Inés Margarita Mora, quien estaba a punto de
dar a luz a su primogénito; colaboraban en aquellos preparativos don
Juan de Dios Zambrano, don Pablo Burguera, don Lucas Arellano, don
Antonio Rosales y don Clemente Ramírez, entre otros, ya a lo lejos entre
los matorrales, cuando el reloj marcó las 3 de la tarde, se divisó el ejército
y al hacer su entrada frente a la casa, el pueblo volvió a aclamarlo con las
palabras: “¡Viva el ejército libertador! ¡Viva Bolívar! entre tanta emoción
alguien dijo: ¡Viva el Libertador! ¡Viva el Libertador!”

De ese modo, se conformó en el imaginario y en la historia de


Bailadores la paternidad de haberle aclamado por primera vez como
LIBERTADOR, título con que el mismo Bolívar se autodefinió y prefirió
sobre cualquier otro, Mérida se lo confirmó el 23 de mayo y Caracas se lo
ratificó el 6 de agosto. A partir del año 1813, todos los pueblos lo señalan
como el Libertador, sus palabras en el oficio del 18 de mayo al presidente
encargado del supremo poder ejecutivo de la unión fueron proféticas y
consagratorias. En Bailadores, Bolívar pernoctó la noche del 19, luego el
20 atravesó todo el valle del Mocotíes hasta Estanques, donde acampó
con su ejército, el 21 alcanzó San Juan de Lagunillas, el 22 a Ejido y el 23
de mayo hizo su entrada triunfal a Mérida.

En Bailadores se hizo grande el ejército libertador, Bolívar lo reorganizó


y aprovechó la ocasión para publicar un bando, descansar y proyectar
su campaña, que los historiadores han considerado como admirable y la
colocan al lado de las hazañas más atrevidas de la Historia, como lo ha
afirmado Mitre194.

194
“Las seis batallas campales no eran, en realidad, más que seis acciones considerables, pero que valían veinte batallas. Mil doscientos kiló-
metros de camino recorridos por dos sierras y por regiones defendidas por obstáculos inconcebibles; cinco divisiones que sumaban cerca de
seis mil combatientes, desbaratadas, dispersadas, u obligadas a entregarse con sus banderas, sus armas y artillería; el occidente de Venezuela
libertado, desde la cordillera al mar: todo esto en 90 días y con 650 hombres. Nunca, con menos, se hizo más, y en tan poco tiempo”. V. Mitre,
Histoire de San Martín. T. III, cap. XXXVIII, citado en Jules, Mancini: Bolívar y la Emancipación de las colonias españolas desde los orígenes hasta
1815. Paris. 1923. p. 478.

67
Los acontecimientos ocurridos a la llegada de Bolívar a Bailadores
fueron recogidos desde la tradición oral por un autor desconocido y
conservados por Arturo Vivas Rosales, el archivero mayor de Bailadores,
en cuyas líneas se reseña la hospitalidad de la población al brigadier de la
unión neogranadina detallando que:

“…Este pequeño pueblecito para entonces, quiso honrar al


Padre de la Patria, como solamente él se merecía y nada
más indicado para testimoniar aquel afecto, que una de
las principales familias del lugar, cuya representación
ostentaba el muy digno y leal caballero Don Antonio María
Belandria, quien de inmediato, junto a su esposa Doña
Margarita Mora y su bellísima hija Rafaela, ofrecieron al
Libertador la soberbia mansión donde habitaban.”195

Y el relato continúa al explicar que durante aquella noche del 19 de


mayo de 1813, se ofreció una velada en la casa de altillo, en honor al
Brigadier Bolívar, en la que se degustaron deliciosos platillos que han
sido recordados en “…mil consejas y leyendas, se mencionaban el sarao y
la cena, como algo digno de emperadores y reyes. …196. El interés general
se dirigía en el futuro de las acciones inmediatas tanto civiles como
militares porque las “…conversaciones de los anfitriones e invitados y los
proyectos de los próceres que acompañaban al Libertador, se centraban
en la Gesta Emancipadora. …La casona colonial tenía una escalera.
Cuenta la tradición que en aquella escalera se sentó el Libertador a
discutir con sus oficiales, los planes de campaña, mientras los soldados
limpiaban sus armas en el patio de abajo y en un solar anexo, otros daban
pasto a los caballos.”197.

Adicionalmente, es necesario precisar que durante el proceso de


la emancipación americana no solo se dieron cambios en lo político y
militar, sino que también otras actividades experimentaron notables
modificaciones. Entre esas se hallan los percibidos en la música, con las
profundas transformaciones ocurridas durante la transición del barroco
al rococó y luego al clasicismo. Simultáneamente con la música también
en el baile se observaron cambios fundamentales, la expresión más
significativa del periodo es la incorporación del vals y su coreografía lo
195
De autor desconocido, trabajo mecanografiado copiado y conservado por Arturo Rosales Vivas, costa de dos partes en 32 págs. Parte A “Breve
reseña acerca de su fundación” págs. 1 - 22 y Parte B (complementaria) “Datos históricos. El Libertador en Bailadores”, págs. 23 - 32. La presente
cita corresponde a la p. 23.
196
Ídem.
197
Ibídem, p. 24.

68
cual representa una revolución social en sí misma. Esta música se bailará
por primera vez en la historia occidental por una pareja enlazada, algo
nunca antes visto, dando vueltas en sentido del reloj, sin un plan fijo, sin
una ruta trazada de antemano, cuidando de evitar una colisión indeseada
con el resto de las parejas. Más allá de la condena moral por el roce de los
cuerpos que se propicia en esta manera de danzar se está en presencia
de un género que resalta el individualismo propio del capitalismo198. Esa
indiscutible evolución que se había experimentado en Hispanoamérica,
se presenció en la casona Belandria aquella noche, en la que:

“….había cinco parejas, según narraba doña Constanza


Belandria, nieta de Don Antonio María Belandria. Las
cinco parejas más bonitas de la Villa. El Libertador
lucía pantalón blanco y chaqueta negra con adornos,
charreteras de oro y unas botas altas Una música de
cuerdas que traía Bolívar animaba el baile, el cual se
celebraba en el altillo de la casa. …199.

Aunque en la versión guardada por Arturo Vivas, hay hechos que


son ciertos, también se muestran algunas afirmaciones que son poco
certeras a la luz de un examen lógico de aquel momento histórico. Ese
relato ha circulado entre algunos historiadores quienes sin cerciorarse
de su veracidad lo plagiaron y difundieron, lo que ha generado que en
el imaginario de los habitantes de Bailadores permanezca como una
tradición viva de su pasado. De ese modo, se aprecia en la mayoría de los
libros publicados hasta ahora y que tratan el tema: Presencia de Bolívar
en Bailadores y otros hechos históricos200, donde aparece textualmente
sin referir la fuente; Bailadores: Historia General201 y Estampas del
Bailadores de antaño202.

En efecto, en ese relato existen imprecisiones históricas que


hacen dudar de la autenticidad del mismo, fruto más de las imágenes
superpuestas de personajes que supuestamente las presenciaron. En
primer término es muy poco probable, por no decir imposible, que aquella
noche del baile Inés Margarita Mora fuera la anfitriona de la fiesta,
debido a que estaba a apenas once días para dar a luz a su primogénito
198
Juan Francisco Sans: “Baile y poder en la Colombia de Bolívar.” En: Ensayos de Historia, Teoría y Arte. Bogotá Instituto de Investigaciones
estéticas, Facultad de Arte, Universidad Nacional de Colombia. Nº 22. 2012. p. 138.
199
De autor desconocido, trabajo mecanografiado copiado y conservado por Arturo Rosales Vivas. Parte B (complementaria) “Datos históricos.
El Libertador en Bailadores”, p. 24
200
Eutimio, Medina Moret: Presencia de Bolívar en Bailadores y otros hechos históricos. Cúcuta - Colombia, Impresos Arvijv, 2001. p. 105.
201
Indalecio, Guerrero Sánchez: Bailadores historia general. Mérida, Centro Editorial Litorama, 2001. p. 100.
202
José, Parada: Estampas del Bailadores de antaño. Caracas, Talleres de la Fundación Imprenta del Ministerio de la Cultura, 2006. p. 35.

69
José Inocencio Belandria Mora quien nació el 31 de mayo203. Luego es
importante explicar que Rafaela Belandria, quien nació en 1819, nunca
pudo bailar con Bolívar en 1813204. Del mismo modo, doña Constancia
(y no Constanza) quien aparece como narradora del suceso, no es nieta
de Antonio María Belandria205. Además, es imposible que Bolívar trajera
un grupo de música, considerando que la tropa era escasa, como se
desprende de las constantes y reiteradas deserciones que anteriormente
se han señalado, lo más probable es que fueran músicos locales los que
amenizaran el sarao.

La narración de aquella memorable fiesta continúa al expresar que


durante el baile después de “…cada pieza que tocaban, el Libertador
colgaba su espada de un clavo que había en la pared; después del baile
iba a recogerla y se la aseguraba bien en la cintura” 206. En este aspecto
es necesario precisar que Bolívar era un militar con cierta formación
para estar colgando en cualquier parte su espada, para cuidado de
su armamento disponía de sus edecanes. En otra parte de la citada
descripción se cuenta como producto de “…la tradición, que una piedra
grande que había en el patio sirvió para desmontarse el Libertador…”
207
, lo cual es imposible comprender debido a que Simón Bolívar solo
contaba con 30 años y siendo un experto jinete, le era innecesario
apoyarse en una piedra para bajar de un caballo.

5. Bolívar en Mérida

El temible sismo de 1812, había dejado a Mérida en un estado


ruinoso, lamentable y deplorable. Entre otros testimonios acerca de ello,
está el de Richard Bache quien recorrió la misma diez años después,
describiéndola en estos términos: “La ciudad tiene de ocho a diez mil
habitantes. Fue en otro tiempo uno de los centros poblados más ricos
y hermosos del país, pero quedó totalmente destruido por el terremoto
de 1812. Un gran sector permanece todavía en ruinas, y muchos de
203
AAM. Sección 45A Libros Parroquiales. Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de Bailadores. Libro de Bautismos 3º (1805-1837), f. 89 v.
También puede consultarse en la versión digital: “Venezuela, Arquidiócesis de Mérida, registros parroquiales y diocesanos, 1654-2012,” index
and images, FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/VN5F-5Y5: accessed 17 Oct 2013), José Ynocencio Belandria Mora, 1813.
204
Según se constata en el acta Nº 74, folios 25 r. y 26 v. del Registro Civil del municipio Rivas Dávila, María Rafaela Belandria Mora murió el 12
de agosto de 1900, en el sitio de Las Tapias, a la edad de 81 años, hija legitima de Antonio María Belandria y Margarita Mora, viuda de Santiago
Treloar (oriundo de Gran Bretaña), con quien había contraído matrimonio el 11 de octubre de 1834, a la edad de 15 años. AAM. Sección 45A
Libros Parroquiales. Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de Bailadores. Libro de Matrimonios 4º (1805-1846), f. 93. Puede consultarse
también en la versión digital: “Venezuela, Arquidiócesis de Mérida, registros parroquiales y diocesanos, 1654-2012,” index and images, Fami-
lySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/VN5H-1Y9: accessed 17 Oct 2013), Santiago Froreal and Rafaela Belandria, 1834. Aunque el
nombre del cónyuge está mal transcrito.
205
Constancia Belandria Mora nació el 06 de diciembre de 1867 y murió casi centenaria el 10 de octubre de 1964, hija legítima de Ramón
Ignacio Belandria y Carmen Mora. AAM. Sección 45A Libros Parroquiales. Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de Bailadores. Libro de
Bautismos 9º (1867-1876), f. 4. pág. 227.
206
De autor desconocido, trabajo mecanografiado copiado y conservado por Arturo Rosales Vivas. Parte B (complementaria) “Datos históricos.
El Libertador en Bailadores”, p. 24
207
Ídem.

70
los antiguos moradores yacen sepultados bajo los escombros de sus
viviendas”208.

En la urbe de las cinco águilas blancas el número de muertos reportados


en diferentes documentos varía desde 400 hasta 5.000, cayendo algunos
en la exageración. Al igual que a la destrucción total de las edificaciones
y de la necesidad de reubicarla en un lugar más seguro. Mientras, don
Tulio Febres Cordero afirma que casi todas las víctimas perecieron en el
colapso del único inmueble que realmente se desplomó el templo de San
Francisco, en el que se realizaba la misa del jueves santo, al momento de
ocurrir el temblor209.

Lo cierto es que a consecuencia del sismo de 1812, Mérida era una


ciudad patriota que perdió a su obispo, el Dr. Santiago Hernández Milanés,
después de cuyo deceso asumieron como autoridades eclesiásticas el
deán Francisco Xavier de Irastorza, quien se adjudicó entre otros cargos
el de comandante civil y militar de la provincia de Mérida, al servicio
de su majestad Felipe VII, rey de España. Además era apoyado por el
canónigo Mateo José Mass y Rubí, ambos leales a la corona española y lo
peor era que odiaban a Mérida por su espíritu revolucionario y estaban
empeñados en mudar la sede de la Diócesis de Mérida a Maracaibo.

Como consecuencia de aquel terrible terremoto, se les presentó a


las autoridades realistas la oportunidad que tanto esperaron, quienes
describieron a Mérida con patéticas pinceladas, cuyos habitantes
estaban huyendo de ella y de sus edificaciones solo quedaban escombros.
Al respecto señala Luis Ramírez Méndez que después del terremoto:

“…esos personajes consideraban que Mérida era muy


inestable para sus personas e ideas, por ello expresaron
sus intenciones de abandonar y trasladar la sede episcopal
a Maracaibo, ciudad que se había mantenido fiel a la causa
realista, junto a la catedral, el seminario y el convento de
monjas Clarisas. Con esa acción separaban las instituciones
eclesiásticas más relevantes de la patriota Mérida para
asentarlas en la muy noble, leal y realista Maracaibo”210.

208
Richard Bache: La República de Colombia en los años 1822-23. Notas de viaje. Caracas. Instituto Nacional de Hipódromos, 1982 p. 161.
209
Tulio Febres Cordero: Archivo de Historia y Variedades. Caracas. Editores Parra León Hnos., 1931, T. II. p. 20.
210
Luis Alberto, Ramírez Méndez: “La ruptura de la proximidad en una sociedad polarizada: el caso del Convento de Santa Clara en Méri-
da-Venezuela. 1810-1827”. en Antíteses, V. 4, Nº. 8, p. 873-906, jul./dez. 2011. Disponible en http://www.uel.br/revistas/uel/index.php/antite-
ses. Consulta: 21/05/2013

71
Es esa, población llena de contradicciones, situación que fue referida
en 1814, por el jefe realista José María Barreiro quien expresó: “…en esta
Mérida hasta los gatos son insurgentes…”211, lo cual permite apreciar que
durante aquellos meses se impuso la agitación social de los emeritenses
para que la pretendida traslación fuera suspendida transitoriamente.

Es esa la urbe que recibió a Bolívar, cuyo evento fue recogido y contado
para la posteridad gracias a la acuciosidad de Tulio Febres Cordero, quien
relató la estadía del libertador durante 18 días en la ciudad de las nieves
eternas, de las hazañas de sus heroínas y de las rectificaciones históricas,
en su mayoría valederas, pero en cuyo relato existen detalles puntuales
por clarificar. En ese sentido, la llegada de Bolívar a la ciudad serrana
es una de las páginas más épicas escritas por el historiador y se repiten
como si fuesen letanías:

“En una hermosa mañana de mayo, el mes de las flores por


excelencia, la ciudad melancólica se alegra, sus desiertas
calles se llenan de gente, las campanas se echan al vuelo,
y en los balcones y ventanas de sus casas semiarábigas,
brillan ardientes y seductores entre dulces sonrisas, los
negros ojos de recatadas doncellas, que esperan anhelantes
el desfile de la vistosa comitiva, donde viene el guerrero
afortunado, el caballero de la Torre de Plata y de la Celeste
Espada.”212

Algunas veces hasta contradiciendo la versión de Don Tulio, como


sucedió en la edición del diario Los Andes del Jueves, 23 de mayo de 2013,
cuando un cronista bolivariano tratando de superar al patriarca de las
letras merideñas escribió lo siguiente:

“Las referencias que escribió don Tulio Febres Cordero


nos rememoran el hecho de que la hermosa mañana del
23 de mayo de 1813, Mérida amaneció de fiesta, el mes de
las flores por excelencia, la ciudad melancólica se alegra y
sus desiertas calles se llenan de campesinos, comerciantes,
magistrados, sacerdotes, profesores universitarios, se
mezclan con los indígenas engalanados con sus mejores
211
Cf. José Rafael, Febres Cordero: “El aporte de Mérida a la independencia nacional”, en Revista Libertador. 1813-1963. Conmemorativa del
Sesquicentenario de la Campaña Admirable. Mérida (Venezuela): Talleres Gráficos Universitarios, 1963, p. 27.
212
Tulio Febres Cordero: Archivo de Historia y Variedades. Caracas. Editores Parra León Hnos. 1930. T. I. p. 286.

72
atavíos. Grupos musicales dejaban oír aquí y allá las
notas de sus instrumentos tradicionales, las campanas
se echan al vuelo y los balcones y ventanas de las casas
semiarábigas estaban repletos de gente”213.

En otras palabras a lo descrito por don Tulio se le hace aún más


fantasioso.

En ese sentido, es preciso puntualizar lo referido por don Tulio: “…es


Bolívar que llega. En la casa Consistorial lo reciben en asamblea pública,
los patricios, los togados y los sacerdotes, revestidos de imponente grave-
dad y con los corazones henchidos de gratitud y simpatía…”214 Según el
autor referido, seguidamente Bolívar pronuncia un “…breve y elocuente
discurso…” y es entonces cuando el más anciano le contesta con palabras
proféticas “…y enseguida aquella asamblea de próceres y todo el pue-
blo, agolpado frente a la casa Consistorial, gritaron a una: “¡Viva Bolívar!
¡Viva El Libertador!” quedando así ungido con este calificativo el futuro
fundador de cinco naciones soberanas…”215.

De acuerdo a la relación expuesta es preciso preguntar, ¿fue don Tulio


el primero que escribió sobre el título de Libertador?, La respuesta a tal
interrogante es negativa, este mérito le corresponde a Felipe Larrazábal,
en su obra Bolívar, publicada en Nueva York 1865 y escrita entre 1850 y
1862, Larrazábal afirma que: “…entró Bolívar en aquella capital el 30 de
mayo, como a las nueve de la mañana. El pueblo merideño le recibió con
demostraciones de amor y de alegría, titulándole su Libertador. Estaba
a su frente el doctor Cristóbal Mendoza”216. Larrazábal debió obtener
esa información del general Tomás Cipriano de Mosquera, quien en su
obra Memorias sobre la vida del Libertador Simón Bolívar, publicada en
Nueva York en 1853, señala: “…el Libertador entró en Mérida el 30 de
mayo en medio de los aplausos del pueblo…”217.

Posteriormente, la señorita Antonia Esteller en el Catecismo de Historia


de Venezuela, que es una especie de cuestionario; “Ante la pregunta ¿Qué
día entró Bolívar a Mérida? Responde: “fue el 30 de mayo”218. Ese curioso
e interesante libro raro se conserva en la Sala Febres y fue consultado
por don Tulio, al igual que las obras de Mosquera y Larrazábal, como él
213
Alfonso Castro Escalante. A 200 años de la entrada de Bolívar a Mérida. En Diario Los Andes. Jueves, 23 de mayo de 2013. Disponible en
http://diariodelosandes.com/content/view/223209/105986/ Consulta: 10/06/2013.
214
Tulio Febres Cordero: Ob. Cit. pp. 286-287.
215
Ídem. p. 287.
216
Felipe, Larrazábal: Bolívar. Caracas. 1975. T. I. p. 176.
217
Tomás C., Mosquera: Memorias sobre la vida del Libertador Simón Bolívar. Edición facsimilar. Mérida. 1988. p. 41.
218
Antonia, Esteller: Catecismo de Historia de Venezuela. 1886. p. 67.

73
mismo lo confiesa en su trabajo: “Transito de Bolívar por los Andes (1813)”,
donde también señala que Montenegro, en sus Apuntes históricos, y el
Marqués de Rojas, en su Biografía de Bolívar, dicen que “Bolívar entró a
Mérida el 1º de junio”219.

Según esto, ¿se equivocaron Mosquera, Larrazábal y Esteller? o es una


verdad a medias, porque en lo referido al día de la entrada a Mérida por
supuesto que fue el 23 de mayo, el mismo Bolívar lo certificó en el oficio
dirigido al presidente de las provincias unidas de la Nueva Granada,
fechado en Mérida el 24 de mayo de 1813, donde afirma: “…ayer he
tenido la satisfacción de entrar a esta ciudad, Capital de la Provincia de
Mérida, donde se hallaban ya la vanguardia, centro y retaguardia del
ejército…”220. En esa misma nota Bolívar informó sobre la campaña, pero
en ningún momento habló del recibimiento que le hicieron en Mérida, ni
de los discursos señalados, sería entonces ¿qué a Bolívar se le olvidó? o es
¿qué don Felipe Larrazabal tiene razón cuando dice que el 30 de mayo el
pueblo merideño lo tituló su Libertador?

En ese sentido, es preciso decir que Bolívar como los políticos y en efecto
era de los mejores, aprovecharía esa nominación para comunicársela
al presidente de las provincias unidas de la Nueva Granada, así
como del afecto y la acogida del pueblo. Entonces ¿qué sucedió? Pues
sencillamente que la asamblea pública en la casa consistorial no fue el
23 como se ha creído, sino el 31 de mayo. Aunque por el apuntamiento
de don Antonio Ignacio Rodríguez Picón correspondiente el 25 de
mayo de 1813, se conoce que para esa fecha ya el general Bolívar fue: “…
aclamado Libertador por este pueblo”221 Además que le había presentado
y entregado a sus “…hijos Francisco, Jaime y Gabriel”222 y que el brigadier
lo impresionó tanto, cuando opinó que: “…parece hombre extraordinario,
y hace pensar mucho con respecto al porvenir. Su elocuencia corre como
un río…”223.

En 1813, los sucesos ocurrieron de manera diferente de como suceden


en la actualidad; en los que escenificamos la llegada de Bolívar y una vez
culminada se procede a enclaustrarse en el cabildo para celebrar una
sesión solemne. En aquella época, las circunstancias y la situación de la
ciudad imponían otra cosa. En virtud de tales consideraciones se puede
conjeturar ¿quién asegura con certeza que Bolívar llegaría el 23 de mayo,

219
Tulio, Febres Cordero: Bolívar en Los Andes. Caracas. Biblioteca de la Sociedad Bolivariana de Venezuela, Clásicos Bolivarianos Nº 5. 1991.
p. 58.
220
EL. Doc. 193, p. 274.
221
Gabriel, Picón Febres: El apellido Picón en Venezuela. Caracas, 1922. p. 59
222
Ídem.
223
Ídem.

74
pudo haberlo hecho el 22 o el 24?, además sería cierto ¿qué los “patricios,
los togados, y los sacerdotes” vestidos con sus mejores galas hubiesen
estado esperando para elogiarlo? o ¿quizás estaban muy asustados y
dispuestos a marcharse de Mérida como ocurrió durante la rebelión de
los comuneros en 1781?

Lo cierto es que Bolívar ni en esa carta del 24 de mayo, ni en las


sucesivas del 25 al capitán Hermógenes Maza y al coronel José Félix
Ribas, del 26 al presidente de la unión, del 27 al subteniente Félix
Acevedo, las dos del 30 al presidente encargado del supremo poder
ejecutivo de la unión, de una orden al capitán José María Ricaurte y
siguen otras misivas más hasta el 7 de junio, cuando en oficio dirigido
al presidente de la unión nuevamente le informa, mas no menciona
sobre su título de libertador, explica sobre la marcha de la campaña y
le puntualiza: “…Esta Ilustre Municipalidad, después de haber oído con
la mayor aceptación mi discurso y la instrucción, me contestó lo que
en la acta celebrada por ella aparece, la misma que original tengo el
honor de incluir V.E.”224. O´Leary incluye el discurso completo en sus
Memorias pero omite la fecha en que Bolívar lo pronuncio225, Blanco
y Azpurua además de incluir el texto señalan la fuente donde fue
tomado originalmente226. Por su parte, Héctor García Chuecos afirma
que fue el “…31 de mayo.”227, cuando en la mañana el ayuntamiento de
Mérida celebró su sesión extraordinaria, que debió ser la misma en la
que según don Tulio “…habló el viejo Rivas, padre de Rivas Dávila…” y
aclamaron a Bolívar como Libertador.

Al respecto, lo más acertado es que haya sido el 31 de mayo, lo cual


coincide con lo afirmado por don Felipe Larrazábal. Lo importante es
aclarar que no fue el 23 de mayo cuando el pueblo de Mérida aclamó
a Bolívar como Libertador, ello se demuestra mediante la secuencia
documental en los escritos de Bolívar desde el 24 de mayo al 7 de junio.
Otra referencia interesante es que fue el 30 de mayo cuando Bolívar
acusó mediante oficio ante presidente encargado del supremo poder
ejecutivo de la unión el haber recibido varias comunicaciones, entre ellas:
“…la aprobación que V.E. se ha dignado dar a la medida que tomé con la
Provincia de Mérida, nombrando al ciudadano Doctor Cristóbal Mendoza
para que se encargase del Gobierno Provisional, que está desempeñando

224
Ibídem. Doc. 210, p. 296.
225
Daniel Florencio O`Leary: Memorias del General O`Leary. Barcelona - España, 1981, T. XIII, pp. 239-240. Redición realizada por encargo del
Ministerio de la Defensa.
226
José Félix Blanco y Ramón Azpurua, comps: Documentos para la Historia de la vida pública del Libertador, Caraca, 1978, vol. IV, pp. 618-619.
Reedición conmemorativa Presidencia de la República - Bicentenario del Libertador. Donde se señala que fue tomado de la Gaceta Ministerial
de Cundinamarca, núm. 125, correspondiente al jueves 29 de julio de 1813.
227
Héctor García Checos: “Historia, tradición y posición de Mérida en la Campaña Admirable”, Boletín de la Academia de la Historia. N° 183, julio
- septiembre de 1963, T. XLVI. p. 400.

75
con el acierto y luces que eran de esperar de su patriotismo y talento”228. Es
muy dudoso que el Dr. Cristóbal Mendoza hubiese pretendido organizar
antes del 30 de mayo, un acto tan importante sin estar reconocido por el
congreso como la autoridad máxima en la provincia.

De acuerdo a la Gaceta Ministerial de Cundinamarca229 N°125 del


jueves 29 de Julio de 1813, se puede verificar que el discurso del Libertador
ante la municipalidad está fechado en el cuartel general de Mérida, el 4
de junio de 1813.

¿En que cambia esto la visión historiográfica tradicional?, en mucho;


según don Tulio la aclamación de Bolívar como Libertador, su discurso
y contestación fueron el mismo día, 23 de mayo de 1813. Por lo afirmado
por el Dr. Héctor García Chuecos fue en dos días diferentes 23 y 31 de
mayo, pero de acuerdo con la Gaceta fue en tres días diferentes 23, 31 de
mayo y 04 de junio. Hay un dato entre líneas extraído de las Memorias
sobre la vida del Libertador del General Tomás Cipriano de Mosquera,
que puede dar una orientación sobre este asunto, en las que expresa: “…el
5 de junio Bolívar manifestó al pueblo de Mérida la comisión que traía del
Congreso granadino para restablecer el gobierno republicano…”230. Esto
coincide con lo dicho por Bolívar en el segundo párrafo de su discurso:

“…el augusto Congreso de la Nueva Granada, tocado


de compasión, al contemplar el doloroso espectáculo
que presenta el buen pueblo de Caracas, aun gimiendo
en cadenas, y conmovido de indignación por el grito
de la justicia, que está clamando vindicta contra los
usurpadores de los derechos de la América; ha enviado su
Exército libertador á restablecer en su antigua Soberanía
á las Provincias que componen la República de Venezuela.
La gloria del Congreso y del exército que os ha redimido
consiste en la magnanimidad de sus designios que no son
otros que los de destruir á vuestros verdugos, y poneros en
aptitud de gobernaros por vuestras constituciones y por
vuestros magistrados”231.

228
Ibídem. Doc. 199, p. 284.
229
A principios de año, entre lecturas y cavilaciones, con motivo del bicentenario se intentó conseguir una copia de la Gaceta Ministerial de
Cundinamarca, que es donde señalan Blanco y Azpurua que fueron publicados los discursos del Libertador y de don Antonio Ignacio Rodrí-
guez Picón, aunque a pesar de dar los datos precisos de la Gaceta afirman no haberla visto, por eso nunca colocaron la fecha de los textos com-
pilados. La pesquisa no fue fácil en los archivos nacionales no se encontraba, entonces se indagó para buscarla en Colombia, ni en el Archivo
Nacional ni en la Biblioteca Luis Arango pudo ser localizada, pues las colecciones estaban incompletas, a punto de desistir se remitió un correo
a la Biblioteca Nacional donde gentilmente indicaron las normas para obtener una copia de lo existente. Insistí y gracias a la bibliotecóloga
Clemencia Reyes Guzmán, un buen día en cuatro folios, estaba en mi correo de manera gratuita.
230
Tomás C., Mosquera: Ob. Cit. p. 41.
231
Gaceta Ministerial de Cundinamarca: N°125 del jueves 29 de Julio de 1813. T. 2º, p. 576.

76
Aunque el día señalado por Mosquera difiere, pues el discurso fue
el 4, en la secuencia documental conocida no existe otro escrito de
Bolívar de fecha 5. Lo cierto es que don Tulio dio un nuevo contexto a lo
sucedido, tomando el primer párrafo del discurso de Bolívar y el último
de la contestación de don Antonio Ignacio Rodríguez Picón. Otros le han
agregado o restado de acuerdo a la conveniencia. Inclusive Bolívar al
expresar su saludo habla de meridianos y no de merideños.

Estos son solo apuntes para la discusión constructiva, en el ánimo


de hacer las rectificaciones históricas pertinentes o se prefiere seguir
repitiendo consientes del error la tradición y hacer omisión de las
evidencias que proporciona la documentación, ¿Qué si Bolívar recibió el
título de Libertador en Mérida? No existen documentos que lo prueben, lo
curioso es que ni el Dr. Cristóbal Mendoza, ni el general Rafael Urdaneta,
en sus Memorias, ni el mismo Bolívar en los escritos de esos días dejan
testimonio de la proclamación o aclamación, se piensa que Bolívar
difícilmente hubiera dejado de agradecer ese gesto, como lo hizo en
Caracas el 14 de octubre, pero sin mencionar para nada lo acontecido en
Mérida según la tradición oral. Puede que en posteriores investigaciones
aparezcan nuevos documentos que permitan una apreciación más
certera, mientras tanto en Mérida ni en Bailadores no hubo tal título de
Libertador, pero si un gran apoyo y aporte, y esto es indiscutible.

6. Las heroínas de Mérida

Otra de las creaciones del imaginario emeritense son las heroínas


de Mérida, aunque al parecer fueron rescatadas para el recuerdo de la
posteridad por don Tulio Febres Cordero en diferentes publicaciones232,
en las que reseña que son producto de las referencias orales que le habían
sido contadas. En revisiones posteriores sobre la existencia y los hechos
referidos han surgido dudas y cuestionamientos sobre esos personajes.

En primer término se encuentra Anastasia, la criada del convento de


las Clarisas, de quien se refiere que con ayuda de un disparo de trabuco
y el toque de un tambor de guerra a altas horas de la noche (17 de abril),
sembró el pánico y la confusión en las tropas del jefe realista Ramón
Correa, cuyas tropas huyeron despavoridas de la ciudad, lo que facilitó
la entrada de Bolívar en 1813; de ser cierto esto; Correa era un tremendo

232
Tulio Febres Cordero. “Un trabucazo a tiempo” En: Tulio Febres Cordero: Mitos y Tradiciones. Mérida. Ediciones del Bicentenario del Natalicio
del Libertador. Universidad de Los Andes, 1983. pp. 72-75. Tulio Febres Cordero: “La casa de la patria. Leyenda histórica”. En: Ibídem: pp. 65-68.
Tulio Febres Cordero: “Los tubos del órgano”. En Ibídem. pp. 83-90.Tulio Febres Cordero: “Merideñas notables del tiempo de la independencia”.
En: Tulio Febres Cordero: Obras Completas. Clave histórica de Mérida. Bogotá. Edit. Antares. 1960. T. IV. pp. 38-40.

77
cobarde; huir ante el primer trabucazo, eso no es verdad, no fue fácil
para Bolívar vencerlo en Cúcuta. Gracias a una documentación facilitada
por Luis Ramírez, podemos afirmar que Anastasia no existió, al menos
no en la lista de todas las religiosas profesas y novicias de velo negro,
y blanco, recogidas y educandas, criadas y sirvientas que habitaban
dentro de la clausura, relación realizada por la reverenda madre abadesa
del Convento de Santa Clara de Mérida, fechada en Maracaibo el 10 de
noviembre de 1815233.

Adicionalmente, hay que señalar que entre enero y julio de 1813, las
Clarisas estaban en San Juan de Lagunillas, donde se habían trasladado a
raíz del el terremoto del 26 de marzo de 1812 y de acuerdo a su regla no era
posible que alguna de ellas saliera a la calle, por el contrario guardaban
las clausuras234. En el expediente para justificar el traslado del Monasterio
de Santa Clara de Mérida a la ciudad de Maracaibo, que tiene fecha del 7
de setiembre de 1816, en el cual la madre presidenta Encarnación de San
Joseph refiere la fecha de su regreso al monasterio de Mérida, al señalar
que mediante las: “... disposiciones del superior al tiempo de su prelacía
mandó selebrar el capítulo conventual para la elección de la Abadesa
y demás funciones religiosas que en el tiempo oportuno se nos había
privado y nos restituimos a nuestro antiguo convento de esta ciudad
el primero de julio de mil ochocientos trece, donde con sumo gusto y
tranquilidad vinimos todas juntas…”235. Mal pudo Anastasia andar de
realenga o venir desde San Juan de Lagunillas a asustar a los realistas.

Por su parte, María Inés Uzcátegui Dávila la hermana del canónigo


Francisco Antonio Uzcátegui Dávila, que según la tradición le donó un
cañón a Bolívar, con su nombre grabado, en este sentido afirma Carlos
Chalbaud Zerpa que:

“…Los fundidores venezolanos producían (…) estribos,


espuelas y frenos para cabalgaduras, (…) pilas de agua
bendita y campanas para torres de las iglesias y las
haciendas, fundidas en hornos de adobe calentados con
fuego de leña; pero nunca cañones que ameritaban el
conocimiento de una técnica especial.”236.

233
AAM. Sección 54 Religiosas Caja 18 1815-1818. Expediente sobre la traslación de monjas del Convento de Mérida a Maracaibo y su visita.
ff. 16r-16v.
234
Así se hace constar en el acta de elección de abadesa. AAM. Sección 45B. Libros Varios. Nº 143. Libro destinado para hacer constar las elec-
ciones de preladas y oficios de este Monasterio de Nuestra Madre Santa Clara de Mérida y órdenes de Visita. Autos de elección de la abadesa
María Ygnacia de la Santísima Trinidad y la vicaría Clara de San Ygnacio del Monasterio de Santa Clara de Mérida. San Juan de Lagunillas,
14 de abril de 1813. ff. 10v.-11v.
235
AAM. Sección 54. Religiosas. Caja Nº 19 Doc. 54-0409. Expediente para justificar el traslado del Monasterio de Santa Clara de Mérida a la
ciudad de Maracaibo. Comunicación dirigida por Encarnación de San José, presidenta de la comunidad de Santa Clara de Mérida al ilustre
obispo Rafael Lasso de la Vega. Mérida, 7 de septiembre de 1816. f. 7v.
236
Carlos Chalbaud Zerpa: Ensayos históricos: mitos, verdades y embustes. Mérida. Talleres Gráficos Universitarios, ULA 2011, p. 66.

78
La fundición de ese cañón no es más que una leyenda, sin base
histórica que la sustente. Don Tulio nunca refirió la fuente donde obtuvo
la información.

En el caso de María Simona Corredor Ramírez de Pico237, que donó


la primera casa a la patria. El documento suscrito ante el escribano está
fechado el 22 de junio de 1813, cuando ya Bolívar estaba bien lejos y
obedece según reza textualmente a:

“…Que no teniendo dinero suficiente con que cubrir los


quinientos pesos que le cupieron en el repartimiento
hecho por el Ylustre Cabildo de esta ciudad por empréstito
forzado del Exercito de la unión, exivió solo sinquenta; y
que deceando cubrir el todo de dicha cantidad, y hacer
además algún donativo a favor de la Patria en parte de
prueva de lo que decea su libertad, de su libre y espontánea
voluntad, y con atención a no tener herederos forzosos a
quienes perjudicar, ha venido en hacer gracia y donación a
dicha patria, pura perfecta e irrevocablemente intervivos,
de una casa de tapia cuvierta de texa que tiene, y posee
en el plan de esta ciudad, arriva del citio donde estuvo el
Convento de San Francisco…”238.

De acuerdo a esto, la contribución fue obligada por el empréstito


forzado y ante la imposibilidad de cumplir en efectivo con la erogación
que se le pedía terminó donando su casa “a favor de la patria” nada se lo
impedía, ya era una mujer mayor de 65 años y había quedado viuda de
Juan Asencio Pico y sin descendientes o herederos directos.

Isabel Briceño de Fornés239, su heroicidad no la empaña nada. El


canónigo Uzcátegui ante la imperiosa necesidad de salir de Mérida se
dirigió a su amiga y compañera de ideales doña Isabel Briceño de Fornés,
que vivía en la villa de Ejido para solicitarle que escondiera los tubos del
órgano, que pesaban cerca de 6 arrobas, si era necesario los enterrara
para que no cayeran en manos de las tropas leales al Rey. Cuando tuvo
que recibir a los comisionados y permitirles que metieran los tubos

237
María Simona Corredor Ramírez nació en Mérida el 27 de febrero de 1748, sus padres fueron: Bentura Corredor y Josepha Theresa Ramírez.
Contrajo matrimonio el 11 de abril de 1774 con Juan Asensio Pico, de quien enviudo el 01 de junio de 1812.
238
AGEM. Protocolos T. 95. Carta de donación de una casa a la patria por María Simona Corredor de Pico. Mérida, 22 de junio de 1813. ff. 223r
- 224v.
239
Isabel Briceño, era prima hermana del General Justo Briceño y esposa de don Jaime Fornés, con quien caso el 21 de enero de 1796. Jaime
Fornés fue vilmente asesinado en 1817.

79
del órgano en unos fardos de lona, los cuales dejaron en unos de los
corredores de la casa con la finalidad de llevárselos al día siguiente. Pero
Doña Isabel que no soportaba la idea de que los tubos del órgano fueran
a parar a manos de los realistas y de causarle una desilusión al canónigo,
decidió hacer una jugada maestra: durante la noche ayudada por uno de
sus esclavos cambió los dichosos tubos por unas varas de caña de tamaño
similar, arregladas para que pesaran 6 arrobas. En la madrugada llegaron
los comisionados realistas y sin sospechar nada, para tranquilidad de
doña Isabel, cargaron los fardos sin revisar su contenido. Dice el Dr. Luis
Ramírez que esto lo narra la misma heroína en su diario en poder de sus
descendientes.

Por su parte, María del Rosario Nava, una humilde mujer planchadora
del barrio El Espejo, que se alistó en las tropas patriotas al saber que su
hijo había sido herido y no podía pelear. Ella según Don Tulio acompañó
al ejército hasta Timotes, donde entregó el fusil a su hijo ya curado240.

Carlos Chalbaud Zerpa al referirse a las cinco damas notables que en


el imaginario popular se conocen como las cinco heroínas merideñas y
están eternizadas en la plaza con su nombre y fuente frente al teleférico,
en un grupo escultórico en bronce. Señala muy acertadamente que:

“Con el correr de los años, aquellas damas conspicuas


fueron convertidas en mujeres ilustres y famosas por
sus grandes hechos con el calificativo de heroínas, como
si tocar un tambor a media noche o cambiar los tubos
del órgano de la catedral por cañas de azúcar, a fuerza de
picardía, constituyen hechos extraordinarios”241.

Tiene razón el historiador, si comparamos estás hazañas de las


llamadas heroínas merideñas con los vejámenes, sufrimientos y
padecimientos de mujeres mártires, algunas de ellas, como: Luisa
Cáceres de Arismendi, Eulalia Ramos Sánchez, Joaquina Sánchez,
Ana María Campos, Cecilia Mujica y Bárbara de la Torre, hay una
gran diferencia, todos estos hechos ocurrieron en 1813, antes de
la llegada y durante los dieciocho días de estadía de Bolívar en
Mérida, por eso afirma de manera determinante que:

240
De María del Rosario Nava son pocos los datos que se tienen, tampoco se sabe del nombre de su hijo, revisando los libros parroquiales de
Mérida la referencia más cercana es María del Rosario Nava Romero, quien nació en Mérida el 15 de diciembre de 1805 y era hija de: Martin
Nava y María Florentina Romero.
241
Carlos Chalbaud Zerpa: Ensayos históricos: mitos, verdades y embustes. Mérida. Talleres Gráficos Universitarios, ULA 2011, p. 49.

80
“…que no pasan de ser fábulas, (…) prácticamente
considerados en Mérida como “artículos de Fe”, suerte
de Pentateuco serrano sancionado por un concilio de
gobernantes, clérigos y munícipes aposentados en las
márgenes Albarregas”242.

Conclusiones

De acuerdo a la revisión documental se puede evidenciar que


el imaginario merideño establecido a lo largo de estos dos siglos ha
entremezclado hechos reales y les ha adicionado fantasías, creando
leyendas y mitos. Al mismo tiempo, en la búsqueda de la nacionalidad
y la identificación de los valores relativos a la patria y la república ha
llevado a crear una visión épica que se ha sostenido entre la población
internalizándola como suya por eso la cree y la defiende con orgullo como
herederos de tales hazañas. Pero, al contrastar esos hechos y sucesos que
han sido sostenidos en páginas históricas y repetidas sucesivamente
por maestros y panegíricos surgen muchas dudas, las cuales revisadas y
confrontadas con la documentación muestran numerosas distorsiones.
De ese modo, se comprende que el título de libertador fue conferido en
Mérida a Bolívar en medio de una aclamación popular, pero carece de un
documento explicito emitido por autoridad alguna que ratifique aquella
circunstancia en la ciudad de las nieves eternas. Del mismo modo, alguna
heroína fue creada por versiones orales, cuyos rastros desaparecen en
las neblinas históricas, mientras otras son fieles representantes de lo
acaecido en suelo emeritense. Otros hechos distan mucho de lo que en
verdad pudo ocurrir y representan falacias sostenidas hasta el presente,
pero en definitiva constituyen parte de las representaciones simbólicas
de los emeritenses.

242
Ibídem. 53.

81
Las viudas de la Guerra de Independencia
en Mérida

Por: Luis Alberto Ramírez Méndez


El debate sobre las causas que condujeron a la independencia
hispanoamericana ha motivado diversas ópticas que intentan explicar
la ruptura del nexo colonial. Con ese propósito, a finales del siglo XIX, y
hasta mediados del siglo XX, los investigadores hispanistas minimizaron
la influencia del liberalismo europeo, considerando que las aspiraciones
libertarias de los criollos tenían profundas raíces en la propia tradición
española. Precisamente, Jaime Eyzaguirre, ha afirmado que al ser
derrocada la monarquía española por Napoleón en 1808, la soberanía
retornó a su fuente originaria, porque en la tradición jurídica filosófica,
medieval el poder real se asentaba en la voluntad popular. Por tanto, y
de acuerdo a ese postulado se hacía innecesario indagar en influencias
externas243. Por su parte, los historiadores liberales han señalado que el
motivo principal del movimiento emancipador fue la influencia de los
teóricos de la Revolución Francesa, magnificando el papel de la ideología
liberal de finales del siglo XVIII y enfatizan el impacto del despotismo
político y religioso vigente en España.

Otra visión, consiste en la aplicación simplista del marxismo,


practicada a menudo por los analistas de tendencia economicista, quienes
han sostenido como la causa esencial de la emancipación la contradicción
entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Pero,
la independencia política Hispanoamericana no constituyó una
superación dialéctica de la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas
productivas y las relaciones sociales de producción en el Nuevo Mundo.
Por el contrario, después de la ruptura del nexo colonial permanecieron
inalterables las relaciones de propiedad, dominadas por los terratenientes,
mineros y comerciantes. Por tanto, los autores que pretendieron explicar
el proceso emancipador a través de aquellas contradicciones estarían
obligados, por lo menos teóricamente, a demostrar que la revolución
independentista fue una revolución social244, partera de un nuevo
modo de producción, libre de las trabas impuestas por las relaciones de
propiedad generadas en la existencia de una supuesta “burguesía criolla”.
En este caso, aquella “revolución social” habría sido una revolución
democrático-burguesa. Pero, es indiscutible que la independencia sólo
fue un movimiento político separatista, cuya finalidad expresa no fue
la transformación de la estructura económica y social de la colonia,
únicamente cambió las formas de gobierno245.

243
Jaime Eyzaguirre: Ideario y ruta de la emancipación chilena. Santiago de Chile. Editorial Universitaria, 1957. p. 119. Además, del mismo autor:
El alcance político del decreto de libertad de comercio de 1811. En: “Boletín de la Academia Chilena de la Historia”, Nº 74, primer semestre 1966.
244
Inés Quintero: ¿Fue la independencia una revolución social?
En: http://www.analitica.com/bitblioteca/iquintero/independencia.asp
245
Luís Vitale: Historia comparada de los pueblos de América Latina Independencia y formación social republicana Siglo XIX. T. 02 www.scribd.
com/.../Luis-Vitale-Historia-social-comparada-de-los-pueblos-de-America-LatinaT.-II. p. 4.

83
La disparidad en las posiciones sostenidas por tan variados enfoques
ha reducido la discusión a la expresión de opiniones unilaterales,
confundiendo las causas de estructura con las de carácter coyuntural,
los factores objetivos con los subjetivos, las motivos esenciales con
los aparentes, haciendo abstracción de una parte, en detrimento de la
totalidad y unicidad histórica imposibilitando proporcionar una visión
totalizadora sobre el proceso que originó la emancipación.

A pesar de las señaladas e innegables diferencias, existe consenso entre


los autores que intentan explicar el origen del conflicto independista, en
la omnipresencia del componente ideológico246, bien fuera desde el punto
de vista filosófico, político y económico como causal importante en el
proceso de independencia hispanoamericana247. Ciertamente, se enfatiza
el aspecto político como trascendental, porque a través del mismo, se
opusieron las ideas monárquicas absolutistas y populistas248. De acuerdo
a esas visiones, la tesis del absolutista sostiene que el poder del Estado se
concentraba en un sólo sujeto, representado por un monarca o jefe de
Estado. Por el contrario, en el populismo, el poder político lo detenta el
pueblo y lo ejerce a través de sus representantes. Esas precisiones, son
necesarias porque se advierte que algunos historiadores simplifican el
conflicto ideológico y lo reducen a una feroz oposición entre diferentes
actores y/o tendencias económicas y sociales, sin tener clara conciencia
que la dicotomía ideológica tuvo ramificaciones muy dispares entre sí249,
con profundas implicaciones en la mentalidad de los americanos.

Ciertamente el conflicto independentista, tuvo dos escenarios: uno


en el campo de las ideas y otro en el interior de las instituciones. Como
resultado de ese enfrentamiento, la pugna fracturó profundamente a
la sociedad, generando la hostilidad entre dos bandos conocidos como
monárquicos o realistas y patriotas o republicanos, los que han sido
erróneamente contextualizados como sectores monolíticos, agrupados e
identificados en espacios sociales, económicos y políticos diferenciados,
lo que motivó la extrema polarización250. De acuerdo con lo expuesto, la
polarización es entendida como el resultado de la desigualdad extrema
entre las ideologías de diferentes grupos sociales antagónicos, concebidas
como sistemas de actitudes, valores, representaciones y creencias que
buscan justificar una situación política, social y económica, afrontándose

246
Jorge Núñez: “La revolución francesa y la independencia americana.” En: Nueva Sociedad. Nº 103, octubre 1989. p. 32
247
Fisher, J. R.; Kuethe, A. J. y A. McFarlane (eds.): Reform and Insurrection in Bourbon New Granada and Peru. Baton Rouge, 1990. John LYNCH:
Las revoluciones hispanoamericanas. 1808-1826. Barcelona. Editorial Ariel, 1976.
248
Luís Vitale: Ob. Cit. p. 2.
249
Enrique Rivera de Ventosa: “La filosofía en Hispanoamérica durante la época de la emancipación.” En: Revista de Derecho de Valdivia. (Chile).
Año 1. Nº 1. 1990. p. 35.
250
Germán Carrera Damas: Ob. Cit. pp. 17-20.

84
los contendientes entre sí, mediante la constante contradicción251;
generando la diferenciación, división y segregación252.

La polarización en la sociedad hispanoamericana de principios del


siglo XIX, no ha sido estudiada, especialmente en sus consecuencias
inmediatas como lo fue la disolución de los lazos de proximidad
entendidos como la organización simbólica de la convivencia a través
del imaginario colectivo, expresado en y a través de los discursos
hegemónicos que clasifican a los seres humanos en unas categorías
que fijan las formas de relacionarse y articularse entre sí. De ese modo,
la ruptura de la proximidad se produce en una sociedad polarizada
debido al distanciamiento de las relaciones cara a cara, la disociación
de valores, aptitudes, representaciones y creencias comprensivos en
las ideologías profesadas por cada uno de los grupos contendientes
entre sí, lo cual se traduce en el debilitamiento y quiebra de vínculos
tantos familiares como societales entre los individuos e instituciones,
cuyos actores, se escinden oponiéndose entre sí.

Las secuelas de esa ruptura se experimentaron entre los diferentes


sectores de la colectividad, los cuales se evidenciaron en numerosos
conflictos253 pre-independetistas, en cuyas contingencias se aprecian
las tensiones propias entre personas, familias, grupos enfrentados
debido a su identificación con valores e intereses antagónicos, que
demuestran la separación que progresivamente se profundizó hasta
llegar al conflicto independentista, en la búsqueda de la compensación
de intereses que se consideraban lesionados, pero que finalmente sólo
se concretaron en la ruptura de los lazos políticos con España.

En los estudios de los protagonistas de la confrontación resaltan


lo superficial y descriptivo especialmente los que indagan el rol
desempeñado por las mujeres, las que sólo se les ha prestado atención,
cuando sus actuaciones han sido calificadas como heroicas254, casi
251
J. León, S. Barriga (et. al): Psicología social. Madrid. McGraw Hill, 1998. p. 30.
252
Robert Samuelson: “La imposible polarización de las sociedades occidentales.” En: Diario La opinión, viernes 26 de diciembre de 2003. Nº
5031. En: /www.elmundo.es/diario/opinion/1550256_impresora.html
253
Jesús Giner: Teorías del conflicto social. En: es.wikipedia.org/wiki/Conflicto_social Perla ARONSON: “La visión weberiana del conflicto so-
cial.” En: Revista Conflicto Social. Año1 Nº 0, noviembre 2008 www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/aronson01.pdf / Susana MURILLO: “El con-
flicto social en Michel Foucault.” En: Revista conflicto social. Año1 Nº 0, noviembre 2008 www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/aronson01.pdf /
254
Evelyn Cherpack: La participación de las mujeres en el movimiento de independencia de la Gran Colombia, 1780-1830. En: Asunción LAVRIN
(eds.): Mujeres latinoamericanas. Perspectivas históricas. Greenwood Press, Westport, Connecticut and London, 1978, pp. 253-270. Claire Brews-
ter: “Género en la Independencia de Latinoamérica II. ¿Amazonas o inocentes?” En: South American Independence: Gender, Politics, Text. Liv-
erpool University Press, Liverpool, 2006. Davies, Catherine, Claire Brewster y Hilary Owen: South American Independence: Gender, Politics,
Text. Liverpool University Press, Liverpool, 2006 José Joaquín Fernández Lizardi: “Noticias de las insurgentes mexicanas.” En. Genaro Gracía,
Documentos históricos mexicanos. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, México DF, 1985. T. V. pp. 474-478.
María Luisa Leal: “Mujeres insurgentes.” En Boletín del Archivo General de la Nación. México, 1949. Silvia Mariana Arrom: Las mujeres de la
ciudad de México, 1790-1857. México. Editorial Siglo XXI, 1988. Janet Kentner: The Socio-Political role of women in the Mexican Wars of Indepen-
dence. Ph.D. Discuss, University de Loyola, 1975. Tulio Febres Cordero: “Un trabucazo a tiempo.” En: Tulio Febres Cordero: Mitos y tradiciones.
Mérida, Talleres gráficos universitarios, 1983, pp. 72-75. y “Los tubos del órgano.” En: Ibídemem. pp. 86-90. María Guadalupe Gómez Ferrer: “Los
discursos sobre las mujeres en la segunda mitad del siglo XIX”. En Ligía Berbesí y Belín Vázquez (comp.): Vínculos y sociabilidades en España e
Iberoamérica. Siglos XVI-XX. Maracaibo. Editorial de la Universidad del Zulia, 2010, pp. 168-191.

85
viriles, especialmente cuando actuaron como parte de la resistencia
armada o sus auxiliares255. Esa visión sesgada del rol femenino, se
justifica debido a la tradicional exclusión de las mujeres de los ámbitos
de ejercicio de poder, lo que implica, en primer lugar, su inhibición en
la utilización de la violencia para acceder a esos cargos, debido a que el
uso de métodos violentos ha sido uno de los canales más importantes
de acceso al poder.

A pesar de las anteriores consideraciones, las secuelas de los


conflictos armados afectan a la totalidad de las colectividades que los
padecen. Particularmente, en la sociedad colonial, caracterizada por
estructuras patriarcales, y debido a la extremada diferenciación en los
roles que desempeñaban hombres y mujeres o su capacidad de acceder
a determinados recursos, condicionaron la manera en que el conflicto
armado afectó a unos y otras. Ciertamente, debido a que la mayoría de los
combatientes fueron hombres, el efecto directo de los enfrentamientos
fue la pérdida de sus vidas. Por el contrario, las consecuencias indirectas
del conflicto, que en ocasiones se convirtieron en directas puesto que se
trataron de estrategias de guerra deliberadas por parte de los propios
combatientes256 tuvieron como principales receptoras a las mujeres257.
Entre esas consecuencias indirectas, están las que se derivaron de la
destrucción de los campos de cultivo o la restricción en el acceso a
determinados bienes y servicios, infraestructura y alimentación.

En Venezuela, el contexto general de la revolución de independencia


se desenvolvió en escenarios de extrema violencia, en los cuales
numerosos hombres y mujeres tuvieron que ser desplazados de sus
entornos, perdiendo con ello sus haberes, y sus vidas258. A pesar
de esa innegable realidad, la tradición historiográfica ha excluido
otros tipos de participación femenina en el conflicto emancipador,
aparte del que desplegaron en el ámbito militar, debido a que las
mujeres tradicionalmente desarrollaban sus actividades cotidianas
en el interior de los recitos domésticos, lo cual ha determinado,
como lo acertadamente la señala Evelyn Cherpak que las féminas
fueran abandonadas por los combatientes, quienes en numerosas
ocasiones fallecieron, dejando madres, hermanas viudas y huérfanas
desamparadas, las que sufrieron no sólo las ausencias de sus hombres,
sino las carencias que se derivaron de esas separaciones forzosas, lo cual
255
Concepción Baldos Ciria: “El imaginario femenino en las independencias americanas.” En: Revista Ómnibus. Año V, Nº 26, mayo 2009, p. 1.
256
María José Garrido Asperó : Entre hombres te veas: Las mujeres de Pénjamo y la revolución de Independencia. pdf. p. 170. 132.248.9.9/li-
broe_2006/0988027/12_c08.pdf
257
María Villelas Ariño: Hallar nuevas palabras, crear nuevo métodos. La participación de las mujeres en los procesos de paz. Madrid. Centro de
Investigaciones de la Paz, 2006, p. 7.
258
Miguel Izard: “El período de la Independencia y la Gran Colombia. 1810-1830.” En: Política y economía en Venezuela. Caracas. Fundación
John Boulton, 1976. p. 19.

86
hace relevante y pertinente la indagación para explorar la ideología
política, mentalidad y proximidad de las mujeres durante esas dos
primeras décadas del siglo XIX.

En ese sentido, en el presente trabajo se aspira a mostrar una visión


inicial de las situaciones que enfrentaron las mujeres principales y
subordinadas en aquellos angustiosos años y su actuación entre la
incertidumbre y la realidad de su entorno especialmente en espacio
geográfico de los andes venezolanos. El estudio se asienta en las fuentes
documentales inéditas que reposan en los repositorios locales de Mérida,
concretamente el Archivo Arquidiocesano, y aquellas que custodia el
Archivo General del Estado Mérida, sobre el fondo escribanías españolas
las que contienen una rica y variada información, donde se relatan las
vicisitudes de las féminas, por efectos de la conflagración. El análisis
es situacional y se centra en destacar la angustia y la impotencia de
las féminas protagonistas y víctimas de aquellos infaustos hechos, que
conmovían a Venezuela, en al espacio geográfico particular de los andes
venezolanos.

1. El espacio geográfico e histórico

A principios del siglo XVI, la expansión española hacia el nororiente


de la Nueva Granada, les situaría en Tunja en 1538259, más tarde, sería
fundada Pamplona en 1548260. Pero, la construcción de espacio jurídico
político del Nuevo Reino de Granada, avanzó hasta el extremo nororiental
desde Pamplona y culminó con la ilegitima fundación de Mérida en
1558261, asentada sobre una amena y extensa meseta circundada por
cinco ríos. El establecimiento de la ciudad de los cinco picos nevados
constituyó uno de los hitos en el avance ibérico, y al momento de su
instauración fue sufragánea del Corregimiento de Tunja, a partir del cual
tuvo un azaroso tránsito hasta asumir la capitalidad de la Provincia del
Espíritu Santo en 1623, convirtiéndose en el centro político de un vasto
territorio que se expandía sobre gran parte del occidente de la actual
república de Venezuela262 (Véase Mapa 1).

259
Germán Colmenares: Historia económica y social de Colombia 1537-1719. Bogotá. Ediciones La Carreta, 1978. pp. 24-25.
260
Silvano Pavón Villamizar: Historia del poblamiento y construcción del espacio hispánico en Pamplona. Pamplona. Publicación de la Cámara
de Comercio de Cúcuta, 1999. pp. 20-24.
261
Pedro de Aguado (fray): Recopilación historial de Venezuela. Caracas (Colección Fuentes para el estudio de historia colonial 63) Academia Na-
cional de la Historia. 1963 T. II. pp. 375-459. Pedro Simón (fray): Noticias historiales de Venezuela. Caracas. (Academia Nacional de la Historia.
1963 T. II. pp. 223-276. Probanza de Juan Rodríguez Suárez. Mérida (Concejo Municipal de Libertador, 1983. Roberto Picón Parra: Fundadores,
primeros moradores y familias coloniales de Mérida. Prolegómenos. Los fundadores Juan Rodríguez Suárez y sus compañeros (1558) Caracas. Aca-
demia Nacional de la Historia, 1988, T. I. pp. 15-98. Luís Alberto Ramírez Méndez: La tierra prometida del sur del lago de Maracaibo y la villa de
San Antonio de Gibraltar (Siglos XVI-XVII) Caracas. Editorial El perro y la rana, 2011. T. I pp. 29-40. Edda O. Samudio A.: La villa de San Cristóbal
en la provincia de Mérida durante el dominio hispánico. San Cristóbal. (Colección Táchira Siglo XXI Nº 23) Universidad Católica del Táchira, 2002.
262
Luís Alberto Ramírez Méndez: La tierra prometida del sur del lago de Maracaibo… T. I. pp. 75-94.

87
MAPA 1
Gobernación deMérida
(1623-1676)

Fuente: Luis Alberto Ramírez Méndez: La tierra prometida del sur del lago
de Maracaibo y la villa de San Antonio de Gibraltar (Siglos XVI-XVII) Caracas.
Editorial el perro y la rana, 2011. T. I. p. 90.

En su devenir histórico, la ciudad de las cinco águilas blancas


experimentó un dilatado periodo de expansión económica que se
comprendió desde la segunda mitad del siglo XVI hasta mediados del siglo
XVII, durante el cual se desarrollaron las haciendas productoras de cacao
en el pie de monte andino lacustre y las de tabaco en las planicies barinesas,
permitiendo a los emeritenses acumular una cuantiosa y significativa
riqueza263. Aquel extraordinario periodo de prosperidad y bonanza fue
seguido por una severa crisis, originada por los incesantes ataques de los
piratas al puerto emeritense de San Antonio de Gibraltar264 y los temibles
sismos ocurridos el 8 de diciembre de 1673, el 12 y 16 de enero de 1674
cuyas replicas se sintieron por los sucesivos siete meses hasta septiembre
de ese año, especialmente en las llanuras del pie de monte andino lacustre,
donde ocasionaron derrumbes en las cabeceras de las torrenteras265, las
cuales al precipitarse sobre aquellas explanadas originaron un aterrador
deslave, arruinando las prósperas haciendas cacaoteras.

263
AGEM. Documentos históricos de la Gobernación de Mérida 1704-1705-1711. Expediente promovido por el procurador don Cristóbal de Gá-
mez y Costilla ante el cabildo solicitando esta se inhibiese de satisfacer los salarios impuestos. Testimonio de las autoridades eclesiásticas.
Mérida, 24 de febrero de 1711. f. 12v.
264
AGNB. Historia Civil. T. 16. Autos sobre el socorro de la ciudad de San Antonio de Gibraltar por averla invadido el inglés [sic] y muerte del
gobernador. 1666. Informe de los alcaldes ordinarios de Mérida Andrés Henríquez de Padilla y Alonso Ruiz Valero. Mérida, 18 de julio de
1666. f. 887r.
265
AGI. Santo Domingo. Legajo 202. Informe del procurador general de Mérida José García de Ambas. Mérida, 20 de abril de 1688. f. 47v.

88
Esas dramáticas circunstancias trastocaron su prosperidad y
destruyeron la mayor parte de la infraestructura agraria266, motivando
el descenso de la población, y determinó el traslado de la capital de la
provincia desde Mérida a Maracaibo267, lo cual inició desde entonces un
fuerte enfrentamiento entre ambas ciudades, la primera neogranadina
de origen y la segunda venezolana por la capitalidad de la provincia lo
que se tradujo en una incesante lucha de los emeritenses por liberarse de
la dependencia marabina.

Los efectos de aquellos terribles y devastadores eventos, se


extendieron hasta la primera mitad del siglo XVIII, centuria en la que
los emeritenses lucharon denodadamente por reedificar la ciudad
y restablecer la estructura agraria. Durante esas dos centurias, los
merideños mantuvieron estrechos vínculos con centros urbanos de la
Nueva Granada como Tunja, El Socorro y Pamplona, interconectados
por el camino que se expandía hasta Bogotá, la cual fue elevada
definitivamente al rango de capital virreinal en 1747.

Durante la segunda mitad de aquella centuria, el virreinato, era un


conglomerado de regiones, separadas por montañas, selvas, llanuras y
ríos, apenas interconectadas por una deficiente red de comunicaciones.
Los expresados centros urbanos concentraban en sus jurisdicciones
importantes y significativas actividades económicos, habitados por
alrededor de 485.000 habitantes, aproximadamente el 60% de la totalidad
de la población de la Nueva Granada268. Ulteriormente, en 1777, tanto
Mérida como Maracaibo fueron seccionadas del Virreinato de la Nueva
Granada y fueron agregadas a la Capitanía General de Venezuela269.

También por aquella fecha, la Corona española, procedió a erigir un


nuevo obispado270, que se extendía sobre un vasto sector del occidente
de la actual República de Venezuela pues incluía a Coro, Maracaibo,
Trujillo, La Grita, Barinas, San Fernando de Apure y parte del nororiente
neogranadino con las vicarías de Cúcuta y Pamplona, la sede de la
catedral y el obispado fue fijada en Mérida, a despecho de los marabinos
quienes aspiraban que fuera situado en Maracaibo, lo cual avivó aún más,
las tensiones entre los connaturales de ambas ciudades por la primacía

266
Ídem.
267
AGNB. Poblaciones T. X. Real Cédula que ordena la separación de Maracaibo de la Provincia de Venezuela y su anexión a la Provincia de
Mérida. Madrid, 31 de diciembre de 1676. ff. 334r-335r..
268
John Lynch: Ob. Cit. p. 256.
269
Guillermo Morón: El proceso integrador de Venezuela. Caracas. Academia Nacional de la Historia, 1977. pp. 77 y ss.
270
Ricardo Labastida: Biografía de los obispos de Mérida. Mérida. Consejo Municipal de Libertador. 1983. Odilo Gómez Parente: Fray Juan Ramos
de Lora, obispo insigne y sembrador de cultura. Documentos inéditos sobre su vida y actividad frente a la diócesis de Mérida de Maracaibo. Caracas.
Edición del Ejecutivo del Estado Mérida, 1972. Juan Antonio Giordano Palermo: Historia de la diócesis de Mérida. 1778-1873. Mérida, Imprenta
del Ejecutivo del Estado Mérida, 1983.

89
de la capitalidad iniciada en el siglo anterior. La erección del obispado en
la ciudad de las cinco águilas blancas, le proporcionó a los emeritenses
la preponderancia eclesiástica, sobre aquel extenso territorio con la
radicación del cabildo catedral y la concentración de las rentas decimales
que se cuantificaron en 30.000 pesos anuales, en 1806271.

Además, aquella disputa se acentuó, cuando el primer obispo de la


diócesis, fray Juan Ramos de Lora fundó el Colegio Seminario de San
Buenaventura, cuya sede fue la ciudad de los picos nevados, centro
educativo que los marabinos también ambicionaban se erigiera en
su ciudad y que se convirtió en el germen de la actual Universidad
de Los Andes272. De esa forma, Mérida congregaba en su seno la elite
intelectual y eclesiástica del occidente de la actual Venezuela, y parte
del nororiente de Colombia273, colocando a su disposición cuantiosos
ingresos económicos provenientes de los diezmos del obispado.

2. El conflicto por la independencia en Mérida

El inicio de los conflictos en Mérida, durante la segunda mitad del


siglo XVIII, se dio cuando la ciudad fue estremecida por la rebelión
comunera, que tuvo como motivo la imposición de nuevos impuestos,
la que se inició en el Socorro en 1781, movilizando a más de 6.000
hombres armados274. La conflagración se extendió hacia Simácota, San
Gil, Girón, Oiba, Gámeza, Tunja, Pamplona, Cúcuta, acaudillada por José
Antonio Galán y Francisco José Berbeo. Los rebeldes marcharon en
dos direcciones opuestas. Una parte se dirigió hacia Santa Fe de Bogotá
y otra hacia Mérida, donde depusieron las autoridades capitulares y
las sustituyeron por el gobierno del común, entendiendo por esto la
supresión del gobierno de los nobles blancos criollos, pertenecientes a las
calidades superiores sustituyéndolos por los miembros de las calidades
medias de la sociedad.

Aquellos eventos, motivaron la fractura y el distanciamiento en


las relaciones y la proximidad entre diferentes grupos sociales, con
aquellas actuaciones se afectaron especialmente a los hacendados, los
que en ocasiones eran eclesiásticos. La rebelión finalizó con la firma de

271
Gabriel Martínez Reyes: Finanzas de las 44 diócesis de Indias. 1515-1816. Bogotá. Ediciones Tercer Mundo, 1980. p. 90.
272
Edda O. Samudio A.: El colegio San Francisco Javier en la Mérida colonial. Germen histórico de la Universidad de los Andes. Mérida. Universidad
de los Andes. Ediciones del Rectorado. 2003. T. I. pp. 195-201.
273
Luís Alberto Ramírez Méndez: “La élite del obispado de Mérida de Maracaibo en el seminario conciliar de San Buenaventura.1785-1810.” En:
Boletín del Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes. Año 3, enero-junio 2001, Nº 4. pp. 9-34.
274
Indalecio Liévano Aguirre: Los grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia. Bogotá. Ediciones Tercer Mundo, 1980, T. I. pp. 439
ss. y la compilación: Los comuneros de Mérida. (Estudios) Edición conmemorativa del bicentenario del movimiento comunero. Caracas. Academia
Nacional de la Historia, 1981. T. I.

90
las capitulaciones de Zipaquirá, y su posterior desconocimiento, por
cuya razón, los principales líderes fueron enjuiciados y ejecutados, otros
fueron expropiados e indultados.

Otras revueltas, que aunque no tuvieron efecto directo sobre Mérida,


fueron las acaudilladas por los negros esclavos de la jurisdicción de Coro,
la primera iniciada por el zambo Andresote y otra por José Leonardo
Chirinos275, quienes atacaron a los dueños de haciendas y esclavos
de aquella jurisdicción con sangrientas ejecuciones, que dejaron una
profunda huella entre los lugareños276, e incidieron profundamente
en la actuación de los corianos determinado su falta de adhesión a los
movimientos independentistas que se experimentarían en los puertos
de aquella zona, los cuales repercutirían en Mérida, especialmente por la
actuación del alto clero que regía aquella vicaría.

Después de sofocadas aquellas rebeliones y principios del siglo


XIX, fue nombrado como obispo de Mérida, Santiago Hernández
y Milanés, consagrado por el obispo de Caracas Francisco Ibarra
en 1802277. La actuación del primado estuvo dirigida por su estricta
formación, cuyos ideales estaban regidos por su fidelidad al Rey y
la monarquía. En su actuación al frente de la diócesis emeritense,
emprendió la organización del seminario conciliar, al igual que el
cabildo catedral integrado por relevantes personajes como lo eran los
doctores Mariano de Talavera y Garcés, Francisco Antonio Uzcátegui,
Ramón Ignacio Méndez de la Barta, Mateo José Mass y Rubí y el deán
Francisco Javier de Irastorza278.

En 1806, el obispo Milanés realizó una visita pastoral a su diócesis,


cuando se encontraba en el pueblo de Cumarebo, en la jurisdicción
de Coro, coincidió con la llegada de Francisco de Miranda al puerto de
La Vela, al mando de dos goletas, intentando iniciar un movimiento
independentista279. Entonces, los lugareños recordaron los sangrientos
eventos ocurridos durante las sublevaciones acaudilladas por Andresote
y José Leonardo Chirinos, y se opusieron la invasión de Miranda,
temiendo la reedición de aquellos violentos sucesos. En aquella
contingencia, el obispo Milanés salió inmediatamente de la vicaría
de Coro y se trasladó a Trujillo280, donde emitió una carta pastoral

275
Ramón Aizpurúa A.: “La insurrección de los negros de la serranía de Coro.” En: Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Caracas. T. LXXI,
julio septiembre 1988, Nº 283. pp. 705-723.
276
John Lynch: Ob. Cit. p. 217.
277
Ricardo Labastida: Biografías de los obispos de Mérida. Mérida. Concejo Municipal de Libertador. La Imprenta, 1983. pp. 11-18.
278
Ídem.
279
AAM. Sección 45B. Libros Varios. Libro de órdenes y decretos superiores de los Ilustrísimos Obispos Santiago Hernández Milanés y Rafael
Lasso de la Vega. Años 1807-1828. Carta pastoral. Carache, 18 de agosto de 1806. ff. 11v-14v
280
Ídem.

91
censurando duramente a Miranda, calificándolo con duros epítetos, al
mismo tiempo que conminaba a los feligreses a rechazar por la fuerza a
los enemigos de la Corona española281.

Fracasado el intento de Miranda, la rebelión de los blancos criollos de


Caracas en 1808, no tuvo repercusiones en Mérida, pero dos años después
el 19 de abril de 1810, el capitán general de Venezuela don Vicente
Emparan fue depuesto y luego se procedió delegar el poder político en
una Junta Defensora de los Derechos de Fernando VII. Esta fue la primera
vez, que las doctrinas populistas hicieron su aparición efectiva en lo que
sería la actual Republica de Venezuela. La discusión sobre la fuente de la
soberanía en sus vertientes divina y popular se hizo presente en el seno
de los criollos caraqueños, quienes se apresuraron a enviar delegados con
comunicaciones a las ciudades provinciales solicitándoles su adhesión.

En Mérida, aquella petición fue acogida con beneplácito por el cabildo


secular de la ciudad y el 16 de septiembre de 1810, se conformó la Junta
Defensora de los Derechos de Fernando VII, integrada por don Ignacio
Antonio Picón y los canónigos del cabildo catedral don Mariano de
Talavera y Garcés y Francisco Antonio Uzcátegui282. Ante la misma
el obispo Milanés juró fidelidad al monarca español. Las medidas
inmediatas tomadas por los juntistas revelaron las razones que animaban
a sus integrantes, la primera declarar a Mérida como capital de provincia
independiente de Maracaibo, reclamando la categoría que le había sido
arrebatada en el siglo XVII y consecuentemente también elevaron el
colegio seminario conciliar a la condición de Real Universidad de los
Caballeros de Mérida.

Los sucesos posteriores se escenificaron en Caracas, en mayo de 1811,


cuando fue convocado el primer Congreso Constituyente de Venezuela,
con la asistencia de siete de las provincias: Caracas, Cumaná, Margarita,
Barinas, Mérida, Trujillo y Barcelona, cuyos delegados declararon el 5
de julio de aquel año la independencia de la República de Venezuela.
Entre tanto, Coro, Maracaibo y Guayana se mantenían adversas a esa
tendencia y optaron por el bando monárquico. A partir de aquel evento,
se evidenció la ruptura de los lazos de proximidad entre los miembros
del ayuntamiento eclesiástico, porque adicionalmente a don Mariano
de Talavera y Garcés y don Francisco Antonio Uzcátegui también
se pronunciaron a favor de la separación de España los canónigos
Buenaventura Arias y Ramón Ignacio Méndez de la Barta. En oposición

Ídem.
281

Tulio Febres Cordero: “Las actas de la independencia de Mérida, Trujillo y Táchira en 1810.” En: Tulio Febres Cordero: Archivo de Historia y
282

Variedades. Caracas. Parra León Hermanos. T. I. pp. 226-253.

92
a los anteriores, se identificaron como monárquicos el obispo Hernández
y Milanés, el deán Irastorza y el canónigo Mateo José Mass y Rubí. La
constitución fue jurada por el Arzobispo de Caracas Monseñor Narciso
Coll y Prat y con muchas reservas también fue jurada por el obispo de
Mérida, después que en el seno cabildo catedral fuera debatido el asunto
y la mayoría de sus miembros votaron por su aprobación283.

La reacción realista y el avance de las tropas de Maracaibo sobre


las provincias republicanas fueron inmediatas, y a principios de 1812,
ocuparon el Tocuyo284. Pero, el 25 de marzo de 1812, dos terribles sismos
estremecieron las principales ciudades patriotas, Caracas, Barquisimeto,
Trujillo y Mérida quedaron en ruinas. Después de aquellos aciagos
sucesos, la prédica de realistas se centró en sostener que los devastadores
terremotos era un castigo del cielo por haberse rebelado contra la autoridad
divina del monarca. En Mérida, la gran intensidad del sacudimiento
telúrico arruinó la ciudad y fallecieron numerosas víctimas, incluyendo
al obispo Santiago Hernández Milanés y determinó la finalización de
aquel periodo denominado la primera república285.

Años más tarde, en 1815, fue electo obispo para la diócesis de Mérida,
Monseñor Rafael Lasso de la Vega, y consagrado un año después por el
Arzobispo de Bogotá, Juan Bautista Sacristán286, mantuvo inconmovible
su posición monárquica desde entonces, por cuya razón, el primado sintió
el rechazo de la comunidad emeritense, debido a su actitud de mantener
la sede episcopal y el seminario en Maracaibo. Esa actuación del obispo
se realizaba desconociendo deliberadamente el pronunciamiento de
la corte española al respecto, ratificando que... la silla episcopal residiera
en Mérida…287 y que aquella autoridad civil, había decretado perpetuo
silencio a Maracaibo sobre el derecho de preferencia288, circunstancia
que fue avalada al mantener su residencia en aquella ciudad lacustre y la
tenacidad con que condenaba la proclamación de Independencia289.

A partir de 1819, y como consecuencia del avance de los patriotas


sobre Guayana. Allí se convocó el Congreso de Angostura, en 1819,
conclave en el cual se aprobó la conformación de la Gran Colombia290.
Las sucesivas victorias de los republicanos, motivaron que tres años
después se procediera a la convocatoria y reuniones del Congreso de

284
Daniel Florencio O´Leary: Memorias. Narración. Caracas. Imprenta Nacional, 1952. T. I. pp. 96-99.
285
Ricardo Labastida: Ob. Cit. p. 16.
286
Juan de Dios Peña Rojas: Superación del conflicto de fidelidades en el obispo Lasso de la Vega. Roma. Pontificia Universidad Gregoriana. Facul-
tad de Historia Eclesiástica (tesis), 2000. p. 67.
287
Ricardo Labastida: Ob. Cit. p. 22.
288
Ídem.
289
Ídem.
290
John Lynch: Ob. Cit. pp. 240-243.

93
Cúcuta en 1821, adonde debió concurrir el obispo Lasso de la Vega, quien
fue nombrado diputado por Maracaibo291. En el seno de aquel cuerpo
deliberante se le exigió que jurara obediencia a la constitución, lo cual
colocaba al primado en conflicto de las fidelidades. La negativa del
purpurado, motivo encendidas diatribas en su contra e inclusive se pidió
su destierro y declarar en sede vacante al obispado emeritense292.

En la resolución de ese conflicto, intervinieron varios factores,


el primero una entrevista sostenida entre Monseñor Lasso con el
Libertador, en la cual aparentemente se le garantizó su seguridad y le
disiparon las dudas acerca del ministerio sacerdotal. Otro factor, que
influyó sobre el primado fueron las modificaciones políticas que se habían
experimentado en la península con el juramento de la constitución de
1812 por Fernando VII las medidas secularizantes emitidas por las cortes
de Cádiz293. Indudablemente, lo determinante fue la irreversible pérdida
en el campo bélico por los partidarios del absolutismo y la imposición
de las ideas republicanas para que el obispo Lasso jurara la constitución
en 1821294. Finalmente, los diputados decidieron que la sede episcopal
retornaría a Mérida, con sus dependencia anexas el colegio seminario y
la universidad.

3. Las viudas

3.1. Doña María Ana González Cotte y Villamizar

Como se ha expuesto anteriormente, la rebelión de independencia en


Mérida, comportó la decidida participación de las connotadas familias
emeritenses, de enaltecida prosapia. Entre los principales protagonistas
de aquellos eventos se encontró don Antonio Ignacio Rodríguez Picón,
quien fue uno de los más afamados y conspicuos emeritenses, de noble
estipe, tan opulento que en los corrillos populares se le conoció como
el rey chiquito. Don Ignacio nació en 1755, hijo de don Diego Rodríguez
Picón y de doña María Nicolasa Dávila Uzcátegui, estudió derecho en
Bogotá, se desempeñó como alcalde ordinario de Mérida, durante más
de veinte años ocupó los cargos estelares del cabildo secular y encabezó
el movimiento separatista que dio como resultado la declaración del 16
de septiembre de 1810, y a partir de entonces presidió la junta defensora
de los derechos de Fernando VII. Un año después, firmaría el acta de la
291
Ricardo Labastida: Ob. Cit pp. 23-24.
292
Ídem.
293
Juan de Dios Peña Rojas: Ob. Cit. pp.78-79. Carlos Pernalete: “Las Cortes de Cádiz y su ausencia en la historiografía americana. Reflexiones y
nuevas lecturas.” En: Boletín de la Academia Nacional de la Historia. T. LXXXIX. Nº 353. Enero-marzo 2006, pp. 99-134.
294
Juan de Dios Peña Rojas: Ob. Cit. pp. 84 y ss.

94
independencia y dirigiría el gobierno civil hasta los terribles hechos de
1812.

Don Antonio Ignacio contrajo matrimonio con doña María Ana


González Cotte y Villamizar, natural de la ciudad de Pamplona e
hija legitima de don Francisco de Paula González Hidalgo, natural
de los reinos de España y doña Mariana González Cote Villamizar295,
manteniendo entre sus bienes una sustanciosa dote, que incluía, mil
pesos que le había donado su tío el doctor Luis Dionisio Villamizar296. En
su matrimonio había dado a luz a ocho hijos, de los cuales dos murieron
siendo infantes y habían sobrevivido seis, Martina, Jaime, Francisco,
Juan de Dios, Gabriel y Manuela. Doña Mariana era una mujer culta, leía
con frecuencia, particularmente sobre temas ilustrados y religiosos en
especial al conde Buffon en la recreación del hombre sensible297, a Giblar,
otras obras se referían a sus devociones como los de San Francisco de
Sales y de sor Mariana de Jesús, la azucena de Madrid y sobre los pasos
de la semana santa298. Don Ignacio y doña María Ana, residían en una
amplia casona ubicada en una de las esquinas de la plaza mayor, servidos
por esclavos299 y eran propietarios de las haciendas de San José y San
Francisco de Paula en la Punta y la de la Culata300.

Doña María Ana compartió la decisión de su esposo de abrazar la


causa de los patriotas en 1810 y 1811. Cuando se suscitaron los infaustos
hechos de 1812, que ocasionaron la caída de la primera república, cuyos
sucesos motivaron que don Antonio Ignacio fuera reducido a prisión en
las bóvedas del castillo de Puerto Cabello. En aquellos difíciles momentos,
se le siguió un juicio por infidente al rey, sentenciando a diez años de
presidio en Omoa, el destierro perpetuo de América y la confiscación
de sus bienes301. En medio de aquellos tristes eventos, doña María Ana
tuvo que enfrentar la carencia de sus insumos cuando se le confiscaron
los bienes de su esposo, entre los cuales también fueron embargados sus
dotales, pero esas terribles sanciones fueron levantadas por decisión del
gobierno español el 8 de abril de 1813, cuando se ordenó sobreseer la
causa y entregarle todas sus posesiones. Un mes más tarde, don Antonio
Ignacio estaba en Mérida nuevamente junto a doña María Ana, y en
aquel año recibieron a Bolívar302.

295
AGEM. Protocolos. T. IC. Testamento de doña María Ana González Cotte y Villamizar. Mérida, 3 de diciembre de 1819. ff. 107r-112r.
296
Ídem.
297
Georges-Louis Leclerc de Buffon (1707-1788) Historia Natural (Histoire naturelle, générale et particulière)
298
AGEM. Protocolos. T. IC. Testamento de doña María Ana González Cotte y Villamizar. Mérida, 3 de diciembre de 1819. ff. 107r-112r.
299
Ídem.
300
Ídem.
301
Vicente Dávila: Próceres merideños. Caracas. Imprenta Nacional, 1970. p. 135.
302
Ídem.

95
La Campaña Admirable fue tan exitosa como fugaz, doña María Ana,
tuvo que soportar las triste separación de sus amados hijos Francisco,
Jaime, Juan de Dios y su menor Gabriel de apenas 14 años, enlistados
en ejército y apenas después de tres semanas de haber salido de Mérida
sus retoños, el 22 de junio del año 1813, Gabriel, en una heroica acción,
durante la batalla de los Horcones se precipitó sobre los cañones realistas,
que habían sido tomadas en el campo de batalla, en cuya explosión
quedó lisiado para siempre303. La noticia llegó a conocimiento de don
Antonio Ignacio y doña María Ana en una carta del mismo libertador
quien por única vez escribió en unas décimas que honraban al joven
héroe de la independencia. Aquella dramática noticia sería seguida por
otra tragedia aún peor en un infausto suceso ocurrido a mediados 27 de
febrero de 1814, cuando doña María Ana tuvo la dolorosa nueva el que
su hijo Jaime había rendido su vida en la batalla de San Mateo304.

Pero si todas esos luctuosos hechos fueron pocos, como resultado


del desastre de la causa patriota en ese año cayó la segunda república y
Mérida fue tomada por el comandante realista don Francisco Ugarte, por
cuya razón el 18 de septiembre, don Francisco Antonio tomó la drástica
decisión de abandonar la ciudad de las nieves eternas, acompañado por
treinta y nueve familiares. En esa evasión, los Picón se dirigieron a la
Nueva Granada, transitando por el sinuoso camino que les condujo a
Pamplona, Tunja y Bogotá. En la capital virreinal, su estancia fue efímera,
porque allí también la causa republicana fue derrotada. Por esa razón,
tanto los emeritenses, como los neogranadinos tuvieron que huir hacia
los llanos del Casanare y Apure305. En aquellas difíciles circunstancias,
don Antonio Ignacio, considerando las difíciles circunstancias y con la
intención de evitar mayores sufrimientos a su familia, cuando seguían
al camino de los llanos, en Tunja, le ordenó a su esposa, que no le siguiera
y la separó de él. Entonces, el prócer acompañado por su hijo Juan de
Dios se dirigió a Apure, mientras la matrona retornó a Mérida. Dos años
después, en agosto de 1816, don Antonio falleció dejando viuda a doña
María Ana306.

El deceso de su esposo dejó a la dama, sola con la única compañía


de su hija Martina, y partir de entonces tuvo que enfrentar una nueva
confiscación de su bienes, la consiguiente lucha por su restitución y luego
asumir la administración de sus haciendas de San José, San Francisco de
la Punta y la Culata, y todavía en 1820, cuando la ciudad de las nieves

303
Ibídem. pp. 143-150.
304
Ibídem. pp. 129.
305
Ibídem. pp. 135.
306
Ibídem. pp. 139.

96
eternas fue nuevamente ocupada por Sebastián de la Calzada, tuvo que
soportar nuevamente otra confiscación de sus propiedades. Después
de tan aciagos sucesos procedió a la partición de bienes entre sus hijos
ausentes. La enaltecida dama falleció el 8 se septiembre de 1821.

3.2. Doña Martina Picón de Campo de Elías

Las vicisitudes de de doña María Ana, también fueron compartidas


con igual dolor por su hija doña Martina, como una mujer principal
había tenido una esmerada educación, su infancia había transcurrido en
la casona de los Picón, también rodeada por esclavas para su servicio.
En 1800, contrajo matrimonio con don Vicente Campo de Elías,
llevando como dote la cantidad de 2.120 pesos y cuatro reales307. En su
matrimonio doña Martina dio a luz a tres hijas Fernanda, Mercedes e
Inés. En la rebelión separatista Don Vicente Campo de Elías, asumió uno
de los roles más destacados, porque formó parte de la Junta Patriótica
que se instaló el 16 de septiembre de 1810, pero después de los infaustos
hechos acaecidos en el año de 1812, tuvo que huir de la ciudad, debido al
ingreso de los realistas a la ciudad, quienes de inmediato confiscaron los
bienes de don Vicente, entre los cuales se hallaban los dotales de doña
Martina. Por esa razón, la dama apoderó a don Blas Hernández Pasquas
y a don Francisco Mass y Rubí para que recurrieran ante las autoridades
militares y solicitarán que se le desembargaran sus legítimas posesiones,
a las cuales tenían pleno derecho308.

Posteriormente, en 1813, cuando Bolívar ocupó Mérida, don Vicente


retornó a Mérida y organizó los 500 voluntarios que fueron parte del
ejercito libertador, acaudillándolo el mismo y don Vicente Campo de Elías
siguió al Libertador, y abandonó a su esposa, doña Martina, finalmente
el 16 de marzo de 1814, murió de heridas en el hospital de sangre de San
Mateo dejando viuda a doña Martina, quien junto a su padre y su madre
tuvieron que emigrar a la Nueva Granada. Un año después, junto a su
madre retornarían a Mérida, y en 1816, quedaría huérfana al fallecer
su padre, en unión con su madre doña María Ana enfrentarían las
vicisitudes de la ocupación realista y otras confiscaciones de sus bienes
una en 1817309 y otra en 1820.

307
AGEM. Protocolos T. IIC. Carta de recibo de dote. Mérida, Falta fecha ff. 60r-63r.
308
AGEM. Protocolos T. XCV. Carta de poder. Mérida, 13 de septiembre de 1812. ff. 113r-114r.
309
AGEM. Protocolos T. XCVII. Carta de fianza. Mérida, 16 de octubre de 1817. ff. 19r-20r.

97
3.3. Doña María Ynés de Uzcátegui

Otra de las mujeres principales fue Doña María Inés de Uzcátegui,


una encumbrada dama, que en 1785, se había declarado doncella virgen
y exponía que su testamento se hallaba en resguardo en la clausura de
Santa Clara, al cuidado de las madres monjas310. En los años sucesivos,
doña María Inés contrajo matrimonio con don Alfonso de Luna, un
peninsular, y ambos residían en una casa adyacente a la plaza, en medio
de ostentosos lujos como lámparas de cristal y porcelana de china. En
los años previos a la independencia doña María Inés enviudó, y de su
matrimonio no tuvo descendientes. Durante los difíciles y trágicos
eventos del año 1812, cuando el sismo destruyó su casa y todos aquellos
suntuosos enseres que rodeaban a la matrona, viuda y desprotegida se
refugió en la casa de su hermano el canónigo Francisco Antonio.

Durante aquel año, el avance de las tropas monárquicas sobre las


ciudades que habían auspiciado la declaración de la independencia fue
feroz, sangriento e inmediato. Particularmente, en Mérida sus pobladores
fueron testigos de la llegada de los realistas, quienes se acogieron a la
versión de que el terremoto había sido un castigo del cielo en contra de
los que se habían rebelado contra su legítimo monarca, condena que fue
sostenida desde los púlpitos por el clero realista311. Esa ocupación estuvo
acompañada por persecuciones, privaciones, confiscación de bienes y
asesinatos de los patriotas cometidos por los realistas. Para escapar de la
persecución, connotados emeritenses dejaron sus hogares. En esa hégira,
algunos llevaron consigo sus familias, mientras otros lo hicieron solos
como ocurrió con el canónigo Francisco Antonio Uzcátegui, quien huyó
de Mérida, el 9 de mayo de 1812, abandonando a su hermana María Inés.

Después que su hermano y única compañía se evadió de la persecución


desatada por las fuerzas realistas en Mérida. En su soledad y ancianidad,
doña María Inés decidió recluirse al cuidado de las monjas Clarisas,
acompañada por dos esclavas para su servicio, en cuyos claustros había
profesado su hermana doña María Ignacia de la Santísima Trinidad.
Antes de fallecer, ya totalmente ciega, doña María Inés de Uzcátegui,
dispuso de sus caudales para fundar una capellanía, que subvencionaría
los salarios del capellán para el monasterio de monjas, dotada con 4.000
pesos, distribuidos en ocho censos con la renta anual de 200 pesos. La
doña estableció la condición que si el convento fuera trasladado a otra
ciudad, sus rentas se destinaran al Colegio Seminario de Mérida, para sus

310
AGEM. Protocolos. T. LXX. Testamento de María Ynés de Uzcátegui. Mérida, 8 de octubre de 1785. ff. 228r-291r.
311
Juan N. P. Monsant: Resumen histórico de la Universidad de Los Andes. Mérida. Concejo Municipal de Libertador. La Imprenta, 1983. pp. 14-15.

98
becas, y si éste se trasladase a otra ciudad, fuesen aplicadas al Colegio de
San Bartolomé de Santa Fe312. Finalmente, doña María Inés murió en el
interior de la clausura en 1825.

3.4. Doña Isabel Briceño Peralta de Fornés

En las primeras décadas del siglo XIX, Ejido, era una pequeña
población rodeada de haciendas cañameleras313, distante dos leguas al
sur occidente de Mérida, la mayoría de sus casas eran de tapia y teja, a la
vera de una sola calle principal, ubicada en el mismo trayecto del camino
que conducía hacia Santa Fe, cuya ruta se extendía hacia el poblado de
la Mesa de los Indios314. En aquella localidad, se hallaban residenciados
importantes dueños de trapiches que producían panela, azúcar, miel y
melotes. En una de las casonas solariegas, residía don Jaime Fornés, un
catalán que se había residenciado en Mérida315, quien se desempeñaba
como alcalde partidario de Ejido, con una renombrada reputación como
un hombre rico y respetable en aquella comunidad. Don Jaime se había
casado con doña Isabel Briceño Peralta316, dama perteneciente a una de
las más notables y conspicuas familias emeritenses, tía del General en
Jefe Justo Briceño, Doña Isabel como sus deudos se habían declarado
abiertamente patriotas, en especial don Justo, quien llegaría a ser uno de
los más notables militares durante la guerra de independencia, y quien
recibiera el honor de recibir la última carta escrita por el libertador
fechada en Santa Marta a 9 de diciembre de 1830317. A diferencia de doña
Isabel, su esposo don Jaime era profundamente realista, pero ambos se
profesaban un intenso amor, y doña Isabel como gran dama, siempre
supo cumplir con los roles de esposa y madre de sus ocho hijos.

A mediados de 1812, cuando los realistas ocuparon Mérida, después


que la ciudad fue destruida por el terremoto, que no alcanzó a arruinar
la totalidad del órgano donado por el obispo Manuel Cándido de Torrijos
a la catedral de Mérida, conservándose los tubos de plomo, que fueron
entregados en custodia a don Jaime Fornés. En aquel año, las autoridades
realistas solicitaron al depositario les retornara los tubos a los efectos de
fundirlos y convertirlos en balas para el ejército realista. Don Jaime,
312
AGEM. Protocolos T. C. 8va. manda del codicilo de doña María Inés de Uzcátegui, fecha 14de noviembre de 1823, para establecer la capellanía
a favor del Convento de Santa Clara. Mérida, 26 de agosto de 1824. ff. 255v-261v.
313
“Informe sobre la Provincia de Maracaibo por José Domingo Rus.” En: Relaciones Geográficas de Venezuela. Caracas. Academia Nacional de
la Historia, 1964. p. 466.
314
Demostración de la ciudad de Mérida y los pueblos que la componen su jurisdicción... por el comandante militar don Miguel de Maquierra, teniente
de infantería del primer batallón del regimiento de la unión 1818. En: Héctor Bencomo Barrios: La provincia de Mérida vista por el ejército realista.
Maracaibo. Garfic-Arte, 1981, p. 12.
315
AAM. Libros parroquiales. Libro de de bautismos de los caballeros y mestizos de la parroquial de San Buenaventura de Ejido. 1805-1812. Fe
de bautismo de Jaime Fornés. Ejido, 2 de enero de 1807. ff. 47v-48r.
316
Idem.
317
Vicente Dávila: Ob. Cit. pp. 161-180.

99
cumplió con puntualidad lo solicitado y ordenó empacar los tubos y
disponerlos en al patio de su casona, pero doña Isabel, prima del canónigo
Uzcátegui, quien le había prevenido acerca de las intenciones de los
realistas y de la inconveniencia de entregarles los tubos del órgano, le
pidió que lo impidiera.

En vista de la situación, y de lo difícil que representaba oponerse a las


disposiciones de su esposo, decidió esperar hasta la noche, cuando todos
dormían, ordenó cortar unos carrizos a los esclavos de la hacienda, en el
silencio y la oscuridad substituyó los tubos del órgano por los carrizos
y los empacó, dejando los fardos, igual a como los había dispuesto su
marido, excepto que los bultos no llevaban los tubos, sino cañas, los
cuales fueron cargados al día siguiente por los realistas. Dos años, más
tarde, doña Isabel -quien había mantenido en secreto el sitio donde se
hallaban los tubos- los entregó a su primó el canónigo Uzcátegui, para
que fueran fundidos y utilizados como balas por los patriotas318. Aquella
entrega precedió a la derrota de Linares en Mucuchíes y del general
Paredes, lo cual permitió que el realista Sebastián de la Calzada, tomara
a Mérida el 19 de septiembre de 1814, cuyo dominio se extendió hasta
el 1º de octubre de 1820, cuando la ciudad y su provincia fue liberada
nuevamente por el Libertador319.

En 1817, don Jaime continuaba en sus funciones como alcalde


partidario de Ejido. En aquel año, se desarrolló una conjura para
derrocar a los monárquicos, dirigida por Manuel Nucete y Rafael
Salas, apoyados por los granadinos Manuel Scarpetta, el Dr. Araos y el
comandante Mariano Pose320, la cual ha sido conocida como La Patriecita.
Sus líderes intentaron imponer nuevamente el mando independiente
en la provincia, nombrando como gobernador a don Francisco Gómez,
cuya tentativa fue ejecutada el 17 de diciembre de ese año, cuando los
conjurados dieron el grito de ¡Viva la patria! en la misma casa consistorial
de Mérida. La conjura fue seguida por otros patriotas, radicados en varios
poblados en el interior de la jurisdicción emeritense, pero fue cercada
militarmente desde Maracaibo, Barinas, La Grita y Trujillo, desde donde
se enviaron escuadrones al mando de Sebastián de la Calzada para
someter a los rebeldes321. Los patriotas, que sólo contaban con setenta
hombres, cerciorados de la imposibilidad de resistir, decidieron huir.

318
Tulio Febres Cordero: “Los tubos del órgano.” En: Tulio Febres Cordero: Mitos y tradiciones. Mérida. Universidad de Los Andes, 1983, pp. 86-90
319
Tulio Febres Cordero: “LXVIII. La Patriecita” En: Tulio Febres Cordero: Archivo de Historia y Variedades. Caracas. Parra León Hnos. Editores,
1930. T. I. pp. 312-314.
320
Tulio Febres Cordero: “LXVIII. La Patriecita…”
321
Ídem.

100
En su evasión, los conjurados sorprendieron a don Jaime, lo
aprendieron y subrepticiamente lo llevaron por el camino de El Morro,
hasta la recóndita montaña del Quinó, un paraje boscoso, inmediato
a las llanuras de Barinas322. En aquella floresta, los conspiradores, sin
razón alguna, fusilaron a don Jaime. En los días sucesivos, su cadáver
fue hallado y trasladado hasta Ejido, en medio del inmenso dolor de
doña Isabel, quien en luctuosa procesión le dio sepultura. En esas
tristes circunstancias, doña Isabel fue víctima de la inmensa depresión,
ocasionada por el sufrimiento causado por los terribles sucesos que
rodearon el asesinado de su amado esposo, a manos de sus propios
copartidarios, enfrentados por convicciones políticas a su cónyuge.
Esas impresiones fueron demasiado fuertes e insoportables para aquella
dama, quien en su inmensa congoja, tres meses después murió de tristeza,
según rezan los testimonios de la época323.

3.5. Doña Gertrudis Ana Briceño de Briceño

En el año 1812, la campaña militar de los patriotas avanzó desde Mérida


hacía Trujillo, donde el coronel Bolívar emitió su célebre decreto de
guerra a muerte y finalmente ocupó Caracas restableciendo la República.
Pero, esas victorias patriotas fueron seguidas por terribles y sangrientas
derrotas que ocurrieron el año de 1814, con la cruenta insurgencia de
Boves, y Venezuela nuevamente fue ocupada por los realistas. En
medio de aquellos amargos y sanguinarios sucesos, en la recién creada
parroquia de Valera, cantón de Escuque del Estado Trujillo, otra mujer
se vio envuelta en los trágicos eventos que ocasionaron la guerra
Independencia. Doña Gertudis Ana Briceño esposa del propietario de la
hacienda de la Plata, don Francisco Xavier Briceño, patriota declarado,
quien precipitadamente debió abandonar sus propiedades, su esposa e
hijos, para huir de las columnas realistas y retirarse con destino hacia
los llanos occidentales, donde finalmente falleció en el año 1814324. A
consecuencia de ese infausto hecho, sus bienes se vieron perseguidos por
el gobierno español hasta casi su último exterminio, el deterioro de las
instalaciones fue agravado con la entrada de las tropas republicanas en
los años de 1820 y 1821 las que destinaron la posesión a cuartel general.

Ante esas eventualidades, los desesperados esfuerzos de la viuda


se dirigieron a cuidar el disminuido peculio familiar, pero ante la

322
Ídem.
323
Agradecemos a Carmen María Sivoli, en proporcionarnos el diario de su retatarabuela doña Isabel Briceño.
324
Ibídem. f. 43r-v

101
destrucción ocasionada por la guerra, todos sus trabajos habían sido
inútiles. Después de 1814, en medio del insufrible dolor que ocasionó
a doña Gertrudis Ana Briceño la definitiva desaparición de su esposo,
por lo cual se hizo más firme su deseo en defender sus bienes, y a pesar
de su condición de mujer viuda, condolida de su suerte y con la firme
disposición de mantener el honor y reputación de su difunto marido, se
dispuso a pagar sus deudas a los numerosos acreedores, especialmente a
las madres clarisas de Mérida. Con esa finalidad trabajó incansablemente
en la referida posesión, soportando constantemente, los frecuentes
latrocinios y confiscaciones ocasionadas por las notorias ocupaciones de
las tropas amigas y enemigas que acantonaron en sus haciendas, además
enfrentó la ausencia de la mano de obra debido a las persistentes fugas de
los esclavos y la huida de los peones, cuyas circunstancias perjudicaron
gravemente tanto a su persona como sus bienes.

Los daños a las propiedades fueron tan graves, que a pesar de los
incesantes esfuerzos de doña Gertrudis, quien le consagró hasta sus
últimos arrestos para conservar tan siquiera la hacienda de La Plata que
era hipoteca especial de un censo de las madres monjas clarisas de Mérida,
e intentó mantener su valor en 800 pesos, pero sus cuidados fueron en
vano, todo estaba perdido, y sus esperanzas confundidas por el azote de
la guerra, la escasez y la miseria la que se prolongó aún más allá después
de finalizado el conflicto militar, porque todavía en 1829, se hallaba en
la extrema situación de ser una mujer sola, sin recurso alguno, porque
todos los enunciados sucesos, habían contribuido a la total extinción
de la referida finca, a pesar de haber invertido en la posesión todos su
bienes dótales y rehabilitado la heredad en varias ocasiones, edificando
numerosas mejoras, para esa fecha sólo existían la tierra, algunos cortos
muebles de muy poca o ninguna estimación325, las que fueron rematadas
para pagar las numerosas acreencias que gravitaban sobre la propiedad.

4. Las inquietadas

4.1. María Salas de Barela

Por aquellos mismos años, y en las inmediaciones del inmediato


Pueblo de Nuestra Señora de la Guadalupe, actualmente conocido como
Pueblo Nuevo del Sur, se halla el caserío de Casés, reminiscencia de
una población indígena prehispánica, que durante el periodo colonial
había sido encomendado en Pedro Márquez de Estrada. En aquella

325
Ídem.

102
pequeña población, residían como parte del común Marcos Barela y
su mujer María Salas, ambos tenían cuatro niñas y eran propietarios
de unos escasos bienes. En 1810, cuando se instaló la junta gubernativa
defensora de los derechos de Fernando VII, Marcos se adhirió a la misma,
luego cuando las hostilidades se iniciaron en el año 1812, Marcos había
mantenido la resistencia armada en la zona inmediata al río Mocotíes,
acompañado por siete hombres armados, a quienes había alimentado y
vestido a su costa. Luego, fue enviado hasta el vecino pueblo de Chiguará
a comandar setenta hombres.

Después de aquellas acciones, y al instalarse nuevamente los realistas


en Mérida, Marcos Barela, tuvo que huir y esconderse, abandonado su
mujer y sus cuatro hijas, al mismo tiempo que los realistas le habían
despojado de sus cortos bienes326. Posteriormente, cuando los patriotas
retornaron al mando del coronel Bolívar a Mérida, en el año 1813, se le
encomendó a Marcos Barela derrumbar el puente sobre el río Chama
para impedir que los realistas avanzaran sobre aquella vía. Asimismo
Barela había custodiado los caminos del arrimadero, el Anís y el puente
de Las González. En año de 1814, cuando nuevamente los realistas
tomaron Lagunillas y apresaron a los hijos mayores de Marcos y sus
yernos, arrasando sus bienes y obligándolos a huir, dejando nuevamente
abandonada a su esposa María, en la aldea de Cáses, quien a pesar de
ser una mujer que contaba 52 años, había alimentado a sus cuatro hijas
menores327.

En los primeros meses de 1814, María estaba sola en Casés, mientras


Marcos servía militarmente, acantonado en Lagunillas. En cierta noche,
en medio de la oscuridad, una mujer envuelta en una capa tocó a la
puerta de la casa de María, quien la recibió con afabilidad, cuando ésta
le dijo que portaba una comunicación que debía remitirle a su esposo.
María la hospedó en su humilde morada, y le dispuso un sitio para que
durmiera en la cocina de aquella humilde vivienda. Al amanecer, cuando
María se despertó no halló a la forastera quien se había ido. Entonces, la
sumisa Salas, revisó la carta, y llamó a uno de los soldados que estaba
en el almacén, llamado Santos Araque y le entregó la misiva, pidiéndole
que la llevara a Lagunillas, encargo que cumplió con prontitud, cuando
la nota fue leída, contenía una comunicación sin firma y fecha de los
godos (realistas) a los reynosos (nativos de la Nueva Granada), en la cual se
manifestaban en contra de los patriotas o republicanos328. De inmediato

326
AGEM. Causas diversas T. II. Expediente 17. 1814. Sobre averiguar una carta que por intermedio de Manuela Salas se mandó a los godos desde
el pueblo de Lagunillas. Declaración de Marcos Barela. Mérida, 7 de marzo de 1814. ff. 253r-254r.
327
Ibídem. ff. 253r-254r.
328
Ibídem. f. 251r-v.

103
el comandante de Lagunillas, ordenó la detención de María Salas y su
encarcelamiento en la cárcel pública de Mérida, la humilde mujer fue
inmediatamente trasladada hasta el reclusorio por una comisión militar.

En su declaración, rendida el 19 de febrero de 1814, María explicó


que desconocía quién era la mujer que le entregó la carta, y asimismo
del contenido de la carta porque no sabía leer, pero el juez Ignacio de
Ribas, ordenó que se mantuviera en prisión, y continuara el juicio en
su contra. Un mes después, en marzo del mismo año, Marcos Barela,
representó ante el juez para solicitar la libertad de su esposa, exponiendo
sus méritos como luchador por la causa patriota y exculpaba a su esposa
por la ignorancia y desprevención con que había actuado. Ante esas
alegaciones el juez solicitó que se presentará un fiador de cárcel para
María Salas, por cuya razón se presentó Francisco Dávila a cumplir con
tal requisito, el juez la excarceló pero le prohibió salir de Mérida, decisión
que se mantuvo hasta julio del mismo año en que fue entregada a su
marido, debido a que Marcos Barela alegó que no tenía más recursos para
sostener a su esposa en Mérida, mientras sus cuatro hijas estaban solas
en Casés.

Conclusión

Es evidente que las trágicas consecuencias de la guerra de


independencia fueron soportadas inicialmente por los hombres quienes
se constituyeron en sus principales protagonistas por ser ellos los
alistados en los ejércitos y lucharon en los cruentos combates que en
numerosas oportunidades les cegarían la vida, pero también las mujeres
se vieron inmersas en la tragedia con una prolongación angustiosa de
aquellas vicisitudes, porque estas sobrevinieron a sus hermanos, hijos
y esposos, en cuya supervivencia debieron enfrentaron los rigores de
las ocupaciones sucesivas de los ejércitos patriotas y realistas, la ruina
de sus propiedades, la miseria, el hambre y la imposibilidad de rehacer
sus anteriores fortunas, y aún más la sensación de la pérdida de sus
compañeros de vida, hijos y hermanos, lo que conllevó los sentimientos
de desconsuelo, angustia e incertidumbre, los que indudablemente se
aunaron con la imposibilidad de lograr concretar el restablecimiento de
sus peculios de familia. El esfuerzo personal de aquellas mujeres se vio
fuertemente limitado por la escasez de recursos, la poca disponibilidad
de mano de obra, capital y una lenta recuperación económica, que debió
tener impactos sicológicos y sociológicos difíciles de imaginar. Para
unas la reconstrucción de sus vidas y hogares fue totalmente imposible,
pero otras apenas lograron rehacer parte de aquello que les era propio y
104
hogareño. En todas quedó el vacío que sus deudos habían dejado por los
efectos de sus ausencias definitivas, como herencia impostergable de la
terrible conflagración.

105
Esclavización, violencias y discursos
en el contexto de la emancipación.
Mérida (1811-1829)

Daniel Mujica
Introducción
La violencia se ha planteado desde diversos campos disciplinares,
como un fenómeno hipercomplejo329, donde intervienen un variado
conjunto de elementos extrasensoriales además de los intrasubjetivos o
psicológicos. En conexión con estas ideas, se ha determinado que en los
comportamientos agresivos, lejos de haber manifestaciones de “locura”
o “irracionalidad”, subyace un fondo ideológico330 que vierte de sentido
y significación a la violencia, independientemente de las fuentes que la
originen, los sujetos que la empleen, y los contextos espacio-temporales
donde surja. En líneas generales, la violencia es constructo social, en ella
están presentes de manera constante los procesos de corta, mediana, y
larga duración histórica en las sociedades,331 así como también los macro-
contextos socioculturales332, los cuales inciden de manera indirecta sobre
las expresiones de agresividad determinándolas desde el punto de vista
de los valores y significados atribuidos a ella.

En ese sentido, es de fundamental importancia estudiar aquellos


periodos históricos en los cuales los escenarios de extrema violencia han
estado presentes, como ocurrió durante el proceso de la emancipación
política en Venezuela entre los años 1811-1830333. Ciertamente, la
beligerancia se expandió más allá de lo tolerable y afectó a todos
los sectores sociales desde los más principales hasta los subalternos,
quienes se vieron envueltos en aquella vorágine de de caos y anarquía
como lo fue la guerra de emancipación venezolana. Por esa razón es de
vital importancia analizar la violencia en el contexto de la esclavitud,
régimen en el que por su propia naturaleza se fundamenta en relaciones
de intimidación, sumisión, y en discursos334 que pretenden justificar del
lado de los amos la dominación y el sometimiento por la violencia de los
grupos esclavizados.

Del mismo modo, la esclavitud genera diversas formas de resistencia a


la opresión y contradiscursos que en las voces de los esclavos evidencian
el anhelo de un tratamiento menos despótico y deshumanizador.
Por esa razón, en la presente investigación se examinaran discursos
de amos y esclavos ante situaciones de violencia en el contexto de la
329
Juan Machín: “Las complejas encrucijadas entre culturas y violencias hacia las mujeres. Algunas pistas para su comprensión y para la
intervención.” En: Hacia un modelo preventivo de la violencia de género. INEPAR. Comisión Nacional para prevenir y erradicar la violencia
contra las mujeres. Versión digital consultada en: http://www.grupotellso.com/INEPAR/pdf/descargas/Resultadosde%20investigacion%20
violencia%20contra%20la%20mujer%20y%20usode%20sustancias%20conavim.pdf
330
“La idea del fondo ideológico de los actos violentos trata de rescatar el carácter significado de tales actos, así como su estrecha dependencia
de ciertas creencias y valores que han adquirido el rango de auténtica convenciones sociales.” En: Martín Baró: Poder, ideología y violencia.
Madrid, Editorial Trotta, 2003, p.39
331
Fernand Braudel: La historia y las ciencias sociales. Madrid, Alianza Editorial, 1970.
332
Diana S. Cantis Carlino: “Transformaciones en la cultura, violencia cotidiana, y psicoanálisis” Consultado en: http://www.apdeba.org/
wp-content/uploads/022000cantis.pdf
333
El historiador John Lynch, en su estudio sobre las independencias hispanoamericanas, define el caso venezolano como una revolución
violenta, queriendo enfatizar con ello esta especificidad de la experiencia emancipatoria en Venezuela. Cf: John Lynch: Las revoluciones hispa-
noamericanas. 1808-1826. Barcelona, Editorial Ariel, 1976.
334
Teun A. van Dijk: Discurso y poder. Editorial Gedisa, Barcelona, 2009.

107
Mérida postcolonial entre los años 1811-1829. Desde las perspectivas
teóricas sugeridas por Tzvetan Todorov para el estudio de los procesos de
construcción de alteridades sociales apoyadas en las ideas de las razas335,
planteamientos adoptados en esta investigación, existen cinco postulados
fundamentales para reconocer toda forma de pensamiento y práctica
racialista336 , como lo son: 1. La existencia de razas; 2. La continuidad entre
lo físico y lo moral; 3. La acción del grupo sobre el individuo; 4. Jerarquía
única de valores y; 5. Política fundada en el saber.

De acuerdo con lo expuesto, la indagación se dirige a determinar dos


aspectos. Por un lado, ¿cómo son pensados y simbolizados las mujeres
y hombres esclavos en las declaraciones de los amos emeritenses y
qué vinculaciones guardan estas representaciones con las prácticas de
violencia? Por otro lado, se estudiarán los discursos de los esclavizados
en las denuncias realizadas contra sus amos por maltratamiento,
mecanismos que les permitían impugnar los discursos oficiales que los
degradaban socialmente337. En ese sentido, el análisis se dirige a demostrar
que los esclavizados intentan recuperar su dignidad y su honor aun
contra la voluntad de sus propietarios de cosificarlos y sojuzgarlos por
medios represivos y violentos.

La investigación se asienta en los expedientes criminales que reposan


en el Archivo General del Estado Mérida, donde se encuentran algunas
denuncias realizadas por esclavos y esclavas que permiten comprobar el
maltratamiento padecido por los mismos. En particular se han recopilado
las denuncias por causas de sevicia338 o maltratamiento realizadas por
esclavizados contra sus amos en el contexto de la independencia en el
ámbito jurisdiccional de Mérida.

335
Tzvetan Todorov: Nosotros y los otros. México, Siglo Veintiuno Editores, 2007. Aquí se retoma su propuesta teórica planteada en el segundo
capítulo de su obra para analizar los discursos de los amos.
336
Para Todorov, existe una diferencia clara entre los términos racismo y racialismo. El primero, hace referencia a los comportamientos o la
“puesta en escena” de toda forma de discriminación sustentada sobre el imaginario de las razas. El segundo, son los principios doctrinarios
o teóricos sobre los que se apoya el racismo. De esta forma, el racialismo es “el saber” que da legitimidad a las prácticas racistas. Ibidem., pp.
115-116.
337
Argumentos que son compartidos para el caso chileno por: Montserrat N. Arre Marfull y Karrizzia A. Moraga Rodríguez: “Litigios por
sevicia de negros y mulatos esclavos. Estrategias de “sobrevivencia social” en Chile colonial (s. XVIII).” En: Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En
línea], Debates, 2009, Puesto en línea el 14 abril 2009. URL: http://nuevomundo.revues.org/55954 . [Versión electrónica consultada el 24 de
mayo de 2013 ]
338
La sevicia o “crueldad excesiva”, tiene sus orígenes en el derecho castellano, específicamente en las Siete Partidas de Alfonso X. En la Partida
IV, título XXI, Ley VI, se obligaba a los señores que reprendieran de forma “tan cruel” a sus siervos, despojarse de ellos mediante su venta. Al
respecto véase: Las Siete Partidas del Sabio Rey Don Alonso El Nono. Nuevamente glosadas por el Licenciado Gregorio López, del Consejo Real
de Indias de su Majestad. Madrid, MDCXI. En los casos de sevicia o maltratamiento, los esclavos se dirigían hacia las instancias judiciales a
solicitar cambio de amos mediante la petición de su propia venta a manos de otros propietarios. Sobre los derechos de los esclavos en Venezuela
colonial véase: Marianella Ponce: El ordenamiento jurídico y el ejercicio del derecho de libertad de los esclavos en la provincia de Venezuela, 1730-
1768. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1994, (Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, vol. 226).

108
1. Las formas de las violencias: las relaciones castigo-cuerpo en el
régimen de esclavitud

En toda relación de dominación, sobre todo en aquellas más despóticas


y arbitrarias, la violencia siempre ha sido un instrumento empleado
por los poderosos contra los débiles para someterlos, controlarlos e
intimidarlos339. Cuando la voluntad de quienes detentan el poder en
estas estructuras sociales asimétricas y verticales, es desconocida y
atacada por acciones consideradas “desviadas”, la violencia actúa como
castigo para “reconstituir la soberanía por un instante ultrajada”340; es
decir, como medio de reafirmación de la autoridad y de la sanción por la
fuerza a las afrentas al poder. En consecuencia, “el dominio por la pura
violencia entra en juego allí donde se está perdiendo el poder”341, resurge
cuando el quebrantamiento de las normas despierta en los dominadores
la necesidad de desplegar el poder punitivo sobre quienes desafían sus
fuentes de legitimidad.

En el régimen de esclavitud implementado por la monarquía hispana


en las Américas, el ultraje al poder del amo que el esclavo cometía
cuando se revelaba contra su señor desde cualquier comportamiento
conceptuado por las sociedades esclavistas como transgresivos, se
castigaba con extrema dureza342. En las relaciones amo-esclavo, los
castigos eran mecanismos de reparación del honor y la potestad de los
esclavistas, pues las inobediencias se consideraban como “ataques” a los
pilares de dicha relación, o como “injurias” al poder. Ante los desacatos
de los dominados, las respuestas de los patronos eran el despliegue de la
violencia sobre el cuerpo de los esclavizados, buscando en la inflicción del
dolor físico una forma de amedrentamiento y de temor a la rebeldía343.

339
Este aspecto instrumental de la violencia constituye uno de los núcleos teóricos más fuertes en la propuesta analítica que sobre el tema
desarrolla Hanna Arendt. Desde sus perspectivas, la violencia tiene el efecto de “multiplicar la potencia” de quienes la emplean como medio de
subordinación y control. Al respecto: Hanna Arendt: Sobre la violencia. Madrid, Alianza Editorial, 2006, p. 63.
340
En el pensamiento del teórico francés Michel Foucault, el estudio del engranaje cuerpo-violencia-poder ha sido ampliamente tratado en
una obra en particular, como lo es Vigilar y castigar. En sus análisis sobre las transformaciones en la práctica del castigo en Europa, Foucault
enfatizó la manera en que los suplicios del cuerpo de los condenados a pena capital en el Antiguo Régimen eran un “ritual punitivo” donde la
destrucción del cuerpo del transgresor a partir de la tortura, eran la forma en que el poder de los Reyes se manifestaba en el plano social y se
reconstituía ante la mirada de los súbditos. Aquí se retoma la idea de ver las violencias hacia los cuerpos como formas de castigos en relaciones
de poder desiguales y verticales como las que caracterizaron al régimen de esclavitud negra. Al respecto véase: Michel Foucault: Vigilar y
castigar. México, Siglo Veintiuno Editores (2da Edición), 1978 p. 54
341
Hanna Arendt: Op. Cit., p. 73.
342
Los castigos físicos a esclavos estaban permitidos y codificados en los textos jurídicos y religiosos de la administración colonial. Por ejemplo,
en la Nueva Recopilación de Leyes de Indias, en el libro VII, título V, ley XXI, se establecía que “el negro o negra ausente del servicio de su amo
cuatro días, le sean dados en el rollo cincuenta azotes, y que esté allí atado desde la ejecución hasta que se ponga el sol”. En: Recopilación de leyes
de los reynos de las Indias. Madrid, Boix Editor, t. II, p. 323. En la Real cédula del 31 de mayo de 1789 sobre educación, trato y ocupación de los
esclavos, se permitían las correcciones corporales pero se prohibía que a los esclavos se les causara “contusión grave, efusión de sangre o mu-
tilación de miembro”. Consultada en: Miguel Acosta Saignes: Vida de los esclavos negros en Venezuela. Cuba, Casa de las Américas, 1978, p. 256.
En Venezuela, las Constituciones Sinodales del año 1687 establecían también la imposición de castigos físicos dentro de ciertas limitaciones,
entre las cuales se ordenaba “no se use caña de brea, lacre, velas encendidas, ni otros instrumentos de fuego, pena de Excomunión Mayor: ni
en los azotes se exceda de tal manera, que pase de corrección…”. En: Manuel Gutiérrez de Arce: Apéndices al Sínodo Diocesano de Santiago de
León de Caracas de 1687. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1975, (Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, nº 125), t. II, p. 148.
343
David Le Breton, expresa que el dolor siempre ha tenido unos usos sociales, y entre ellos, el de la intimidación de los Otros ha sido de los
más universales: “Infligir dolor para castigar un despropósito, una infracción o imponer el orden es desde hace mucho tiempo un principio de
intimidación y de poder…” En: David le Breton: Antropología del dolor. Barcelona, Editorial Seix Barral, 1999, p. 247.

109
Las investigaciones realizadas sobre la esclavitud en el contexto
colonial de Mérida344, permiten precisar que el trato dado a los siervos en
las haciendas y otros espacios de la vida social en la ciudad de las cumbres
nevadas implicó ocasionalmente la aplicación de correctivos físicos,
como por ejemplo los azotes y el uso de grillos o el cepo para obligar al
esclavo a cumplir con las tareas impuestas por sus amos345.

Al desencadenarse los acontecimientos de la emancipación, a los


cuales los emeritenses se adhirieron promulgando su propio texto
constitucional, la continuidad de estas prácticas de disciplina física puede
evidenciarse en las solicitudes judiciales realizadas por esclavos que
reclamaban ante la justicia por los castigos a que habían sido sometidos,
¿cómo eran estos castigos y que razones los motivaban? Por ejemplo, en el
año 1828, uno de los testigos citados para declarar ante el procedimiento
judicial seguido contra el señor Lorenzo Quintero por el trato despótico
a sus servidores, exponía unos resortes “aparentemente” triviales
detrás de los correctivos físicos de los que fueron objeto los subalternos
denunciantes […] es cierto que habiéndose perdido un serrucho del Señor
Quintero, éste azotó cruelmente a Candelario, y que en cuanto al novenario
lo único que puede decir, es que por cinco noches oyó los gritos que daba
aquel a causa de los azotes que recibía […]346.

En otras ocasiones, las violencias escondían de parte de sus actores unos


antecedentes más comprometedores, como se deduce del testimonio
emitido por María de la Asunción Rodríguez, vecina de La Punta, en
la causa criminal contra Marcelino Quintero por haber “fecundado
y maltratado cruelmente” a la esclava Trinidad en 1829: […] pasando
la declarante por el camino real, oyó unos gritos como que castigaban
cruelmente a una persona, y que luego oyó decir que era [ilegible] Marcelino
Quintero azotaba fuertemente a dicha esclava por el embarazo […]347. La

344
Los comienzos de la esclavitud en Mérida se remontan a la segunda parte del siglo XVI, La existencia de extensiones de tierra aptas para
el cultivo del cacao y la caña de azúcar, por sólo mencionar algunos de los rubros más importantes, propiciaron la demanda de mano de
obra esclava como sustitución de la indígena, estrato poblacional que se rigió bajo la encomienda Con el transcurrir de los años, la presencia
de siervos y domésticos se incrementó y se hizo significativa debido al desarrollo de las haciendas y a las labores que en estos núcleos de
producción laboraban los esclavos. Igualmente, la presencia de los grupos invasores y los que fueron forzosamente trasladados dieron inició
a la miscegenación entre esos grupos etnoraciales, modificando la calidad de la población destinada al trabajo forzado, pues un importante
número de mulatos, pardos y zambos también estuvieron sujetos al sistema esclavista. CFR. Edda Samudio: “Los esclavos negros en Mérida
colonial”. En: Frontera, Mérida, 13 de marzo de 1980; y “La cotidianidad esclava en las haciendas del Colegio San Francisco Javier de Méri-
da”. En: Procesos Históricos, año 1, nº 1, (Mérida, enero 2002) [Versión electrónica consultada el 10 de abril de 2011 en: http://www.saber.ula.
ve/bitstream/123456789/23078/1/articulo1-1.pdf]. Miguel Ángel Rodríguez Lorenzo: Presencia y liberación de los esclavos en Mérida. Mérida,
Universidad de los Andes, tesis de grado (inédita) para optar al título de licenciado en Historia, 1982; “Proceso de liberación de los esclavos en
Mérida. Objetivos y metodología”. En: Boletín Antropológico, Universidad de los Andes, nº 5 (Mérida, enero-marzo, 1984), pp. 25-43; y “Algunos
aspectos de la vida cotidiana de los esclavos de origen africano en los andes venezolanos (I)”. En: Boletín Antropológico, nº 9 (Mérida, septiem-
bre-diciembre, 1985), pp. 25-42. Luis Alberto Ramírez Méndez: “Los esclavos en el sur del lago de Maracaibo (siglos XVI-XVII)”. En: Boletín de la
Academia Nacional de la Historia, Caracas, n° 373, T. XCIV, (enero-marzo 2011), pp. 83-107
345
Aspectos que se ponen en evidencia en las investigaciones realizadas para el ámbito andino por Luis Alberto Ramírez Méndez: Op.Cit., p.
104 y Edda Samudio: “La cotidianidad esclava…” p. 39.
346
AGEM. Esclavos y Manumisos. T.V. Mérida, 1828. “Información promovida por el síndico procurador municipal a favor de los siervos Cande-
lario Rivas y Gregoria Osuna, del Sr. Lorenzo Quintero.” f. 221.
347
AGEM. Esclavos y Manumisos. T.VI. Mérida, 1829. “Solicitud del Sr. Procurador municipal para que el Sr. Marcelino Quintero de la libertad a
su esclava Trinidad por haberla fecundado y maltratado cruelmente, lo que no pudo comprobarse.” f. 7

110
acusación fue reconocida por el mismo Marcelino Quintero, quien sólo
cuestionó la “crueldad” pues consideraba que: […] La leyes vigentes me
autorizaban para corregirla hasta con veintinueve látigos siendo así que
únicamente le he aplicado cuatro […]348. Más aún, alegó que no se sirvió
de uno de los métodos más “comunes” para castigar las inobediencias de
sus “propiedades”: […] consta que no usé del permitido y muy común medio
de atar a la sierva para castigarla; y esta circunstancia confirma más la
levedad del castigo […]349. ¿Permitido por quién? Evidentemente, se refería
a la “permisibilidad” de los propios códigos y prácticas establecidas por
los grupos esclavistas, quienes como se deduce de la declaración anterior,
tenían sus propias artes de hacer sufrir350, sustentadas en la tradición y
en las costumbres cotidianas y no precisamente en la legislación sobre
la materia.

En las querellas que manifestaban los esclavos ante las autoridades,


se evidenciaba que no sólo los castigos con azotes eran los únicos
suplicios que debían resistir de sus patronos. Había al parecer momentos
en los que la rigurosidad en la asignación de labores en los ingenios
se extralimitaba hasta el punto de traducirse también en formas de
violencia directa contra sus cuerpos, las cuales no necesariamente
implicaban el uso del látigo como instrumento de represión y disciplina,
aspectos que se reflejan en dos expedientes judiciales de los años 1811
y 1829 respectivamente. Pese a la distancia temporal que los separan,
no dejan de ser significativos para profundizar sobre la realidad interna
vivida por los sectores subordinados en las haciendas de los propietarios
de la ciudad andina, y para comprender otras expresiones frecuentes de
sometimiento en estos espacios.

En el primero, se encuentra el relato de dos esclavas de nombre Juana


Blaza Rangel y María Isabel de Uzcátegui, quienes se escapan de la
hacienda del señor don Pablo José Rangel del vecindario de Mendoza para
suplicarle al síndico procurador la venta en manos de otro propietario,
pues no soportaban la “tiranía” y el trato “muy áspero” que recibían de su
amo. Según sus testimonios, el señor Rangel transgredía continuamente
las reglas sobre el tipo de faenas laborales que los mayordomos debían
requerir de sus domésticas351, así como también las obligaciones que éstos
tenían con sus siervos. En efecto, Juana Blaza Rangel, aunado al reclamo

348
Ibídem, f. 10
349
Idem.
350
Michel Foucault: Op.Cit., p. 15
351
Desde la Real cédula del 31 de mayo de 1789, se establecieron los tipos de trabajo que los amos debían encargarles a sus esclavos, clasificación
que se establecía según la edad y el sexo del esclavo: “[…] sin que puedan los dueños o mayordomos obligar a trabajar por tareas a los mayores
de sesenta años ni menores de diez y siete, como tampoco a las esclavas, ni emplear a éstas en trabajos no conformes con su sexo […]”. En: Miguel
Acosta Saignes: Op.Cit., p. 255.

111
en materia de manutención y vestido352, denunciaba el […] continuo
trabajo en que me tienen, de estar con un asador en la hacienda desyerbando:
oficio que jamás ha competido, ni compete sino a los esclavos varones […]353,
exigencia que se le imponía bajo la amenaza de […] castigarme cruelmente
como ya lo ha hecho […]354.

Iguales móviles despertaron la huida de María Isabel de Uzcátegui,


quien en compañía de su esposo y dos de sus hijos expresaba ante las
autoridades la imposición […] de un servicio el muy riguroso e incesante,
diario, nocturno, y aun en los días de precepto […]355, cuyos vejámenes
iban acompañados por […] un trato el muy áspero que pueda darse, ya en
la comida, ya en el vestuario, y en castigos rigurosos y continuos: por cuyas
justísimas causas, sumergidas en una época tan calamitosa, nos veíamos
obligados a proporcionar nuestro salvamento viniéndonos fugitivos […]356

Estas prácticas de extenuación y agotamiento físico mediante


la obligación de tareas severas en los espacios de trabajo, aún
independientemente de su sexo, se ponen nuevamente de relieve en las
quejas presentadas por un grupo de esclavos de la hacienda de Estanquez
en el año 1829, donde los “agravios” padecidos por aquéllos en la hacienda
del Mayordomo Bonifacio Cadenas se planteaban en los términos
siguientes: […] aspereza en el tratamiento con ellos, apurándolos hasta el
extremo de hacerlos perecer como sucedió el día jueves 23 del corriente en
que precipitó a algunos esclavos a sacar tierra de una cueva, y habiéndose
venido la peña encima de los que cavaban, pereció una esclava, y dos estaban
a la muerte de sus consecuencias […]357Ante todas estas acusaciones, ¿qué
argumentaban los amos en su defensa?; ¿cómo justificaban el monopolio
de la violencia y el “derecho de castigar” ante la vigilancia de las instancias
judiciales? Son los puntos a desarrollar a continuación.

352
Obligaciones que debían atender los amos, tal como se refleja en las Constituciones Sinodales: “Y porque muchos de los señores de esclavos
los tratan mal en el comer, y vestir, no dándoles lo necesario; de suerte que se vean a comer hurtos, y otras vilezas, exhortamos en el Señor a
dichos padres de familia, adviertan, que es gravísimo pecado mortal, el no darle a sus esclavos lo necesario, para comer, y vestir según su estado
y condición […]”. En: Manuel Gutiérrez de Arce: Op.Cit., p. 147
353
AGEM. Esclavos y Manumisos. T.V. Mérida, 1811. “Pedimento instruido…” f. 32.
354
Ibídem, f. 32
355
Ibídem, f. 33
356
Ídem.
357
AGEM. Criminal, “Maltratos, aporreos, riñas, desafíos, y otros excesos”. T. V. Mérida, 1829. “Causa contra Bonifacio Cadenas, Mayordomo de
Estanques, por el maltratamiento que le da a los esclavos de dicha hacienda” f.36

112
2. Los discursos de los amos: los significados ocultos de las
violencias

En los testimonios documentales sobre los antepasados de la esclavitud


en Mérida, abundan alegatos como los anteriores, donde se pueden
constatar estas formas de coerción de los esclavistas sobre los cuerpos de
sus sojuzgados. En dichas fuentes, el investigador se encuentra con las
causas y consecuencias directas de estas agresiones sobre las carnes de
los sometidos; es decir, las situaciones más inmediatas que despiertan la
ira de los amos, como el extravío del serrucho que motivó la flagelación al
siervo Candelario, o las razones del enfado del mayordomo de Estanquez,
quien tuvo “que usar de algunos castigos” para evitar los desórdenes
en la hacienda porque sus […] 200 negros quienes sin señor y sin dueño
dilapidaban y consumían a su antojo los más precioso, y lo único en que
consistían las producciones de aquel establecimiento, quiero hablar de los
plantíos de cacao […]358.

Además de ello, se describen las marcas o signos de las agresiones


sobre la humanidad del esclavo, tal como se refleja en la declaración de
Narcisa Nava, encargada de examinar el cuerpo de la sierva Trinidad en
1829: […] que la mulata está avierta de pechos, que cree será, de un empujo
que dice esta le dio su amo…y que en la espalda le encontró señales de látigos
demostrándosele uno muy estampado como [ilegible] parece que sería
con punta de soga […]359. Pero una comprensión integral y global de la
problemática que se pretende estudiar, implica también descubrir las
determinaciones indirectas y no explícitamente manifiestas en estos
relatos. Considerar para el análisis únicamente los tipos de castigos,
sus instrumentos, sus consecuencias somáticas en las víctimas y las
motivaciones directas y más cercanas a las embestidas corporales, sería
como mirar superficialmente, dejando a un lado una multiplicidad de
aspectos insoslayables. Un enfoque de esta naturaleza no vería más que
rasgos de sadismo o de apetito de poder y violencia en los amos, abordaje
que sacrificaría las interpretaciones de estos discursos a las motivaciones
psicológicas de los agresores360.

Ahora bien; en el régimen de esclavitud estudiado, la violencia


tiene sus propias coordenadas culturales e históricas concretas. Como
se expuso anteriormente, una de estas particularidades es la de ser un
instrumento del poder en manos de los grupos esclavistas empleada
como medio de intimidación, castigo y disciplina. Pero además de estas
358
Ibídem, f. 44v.
359
AGEM. Esclavos y Manumisos. T.VI. Mérida, 1829. “Solicitud del Sr. Procurador…”, f.1v
360
Erich Fromm: Anatomía de la destructividad humana. Madrid, Fondo de Cultura Económica, 1977.

113
características que pudieran definirse como materiales e instrumentales,
en la esclavitud la violencia está también condicionada por las
representaciones que los poderosos tienen sobre los sujetos receptores de
la agresión: los esclavos361.

Estas representaciones sobre los cuerpos esclavizados, le dan un


significado al ejercicio de la represión de parte de los amos, así como
también una justificación y unos fundamentos. Sin embargo, las
representaciones del esclavo en las narraciones de los esclavistas de la
ciudad de las nieves eternas no aparecen a “simple vista”. En estas fuentes
los significados que para estos grupos tiene el dominio por la fuerza de sus
“mercancías”, están ocultos en sus voces y por ello es preciso reconstruir
críticamente sus discursos para tratar de descubrir estos significados, los
que hablarían a su vez de las causas indirectas en estas violencias y del
contexto social del período en estudio.

Este solapamiento de los significados en los discursos de los hacendados


se debe al uso de metáforas362, conceptos y claves simbólicas363 para
referirse a sus dominados. Son estrategias discursivas desde las cuales se
pretende acentuar la inferioridad y cosificación del esclavo para legitimar
su coacción. En estos discursos se pueden detectar frases o enunciados
que, a pesar de su brevedad y “aparente irrelevancia”, encierran el mundo
de las ideas y los esquemas de pensamiento de los amos andinos.

En los casos examinados en esta investigación, las representaciones


de los amos sobre los siervos merideños pueden agruparse, para fines
metodológicos y analíticos, en tres categorías: 1. Los esclavos “viles”; 2.
Los esclavos “viciosos” y; 3. Las esclavas “amancebadas”. Cada una de estas
categorías está interrelacionadas y engloban maneras de conceptualizar
al esclavo. Desde estos campos discursivos, se observará que la condición
de esclavitud connota la carencia de honra y por ello la defensa de la
dominación y el tutelaje de todo individuo que viva bajo esa condición.

361
Al respecto véase: Claude Meillassoux: Antropología de la Esclavitud. México, Siglo Veintiuno Editores, 1990; Moises Finley: Esclavitud
antigua e ideología moderna. Barcelona, Editorial Crítica, 1982; Catalina Ariza Montañez: “Los objetos con alma: legitimidad de la esclavitud en
el discurso de Aristóteles y Alonso de Sandoval. Una aproximación desde la construcción del cuerpo.” En: Fronteras de la Historia, Instituto Co-
lombiano de Antropología e Historia, Colombia, núm. 10, (2005), pp. 139-170. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83301004
También: Ernesto Mora Queipo: Los esclavos de Dios: Religión, esclavitud e identidades en la Venezuela del siglo XVIII, Mérida, Editorial Vene-
zolana, 2007.
362
Sobre el análisis de las metáforas en la interpretación de textos históricos véase: Peter Burke: Formas de historia cultural. Madrid, Alianza
Editorial, 2000, p. 226.

114
2.1. Los esclavos “viles”

Todas las sociedades tienen sus propios sistemas de clasificación


para definir a las personas. En tal sentido, no existen “principios
universales” desde los cuales los individuos sean categorizados sino más
bien construcciones sociales que fundamentan estas categorizaciones:
“Las gentes de todas partes han desarrollado estructuras simbólicas en
virtud de las cuales las personas son percibidas no como meros o simples
miembros del género humano, sino como representantes de ciertas
claras categorías de personas, de clases específicas de individuos.”364. Pero
estas estructuras simbólicas empleadas para categorizar a los individuos
no son creaciones ex nihilo que irrumpen como por “arte de magia” en el
juego de las relaciones sociales. Antes bien, son representaciones sociales
que solapan bajo sus diversas formas discursos de poder encaminados
a estructurar jerarquías sociales y a afirmar posiciones de dominio y
subalternización. En este sentido, los símbolos empleados para nombrar
a las personas poseen una fuerza en sumo grado eficaz para establecer
perfiles de subjetividad e identitarios; en otros términos, para la definición
de las alteridades sociales365.

Las maneras en las cuales aparecen simbolizados y categorizados los


esclavos en los discursos de los amos del ámbito citadino, fueron producto
de un largo proceso histórico fraguado desde los tiempos coloniales366 y
resignificados durante el contexto de la emancipación. En este nuevo
período, los prejuicios raciales heredados del mundo hispano-colonial,
donde el color negro simbolizaba la impureza del ser, la “mancha”367
que denigraba a los negros esclavos a la inmoralidad e inferioridad
cultural, no desaparecieron del panorama nacional368. Por el contrario,
continuaron sustentando las prácticas sociales de discriminación y ello
pese a la existencia de proclamas igualitarias inspiradas en los principios
de la modernidad ilustrada. Como lo han señalado algunos historiadores,
“Las características de brutalidad e inferioridad que los esclavistas

363
María Eugenia Albornoz Vásquez: “Claves simbólicas que alimentan la expresión violenta de las diferencias sociales. Chile, siglos XVI-
II-XIX.” En: Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En línea], Coloquios, 2006, Puesto en línea el 15 de septiembre de 2006. [Versión electrónica consul-
tada el 18 de octubre de 2012 en: http://nuevomundo.revues.org/2873]
364
Clifford Geertz: La interpretación de las culturas. Barcelona, Gedisa, 2003, p. 301.
365
Emanuele Amodio: Formas de alteridad. Construcción y difusión de la imagen del indio americano en Europa durante el primer siglo de la
conquista de América. Quito, Ed. Abya Yala, 1993. Versión digital consultada en: http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/Amodio.pdf
366
María Eugenia Chaves: Color, inferioridad y esclavización: la invención de la diferencia en los discursos de la colonialidad temprana. En: Claudia
Mosquera Rosero-Labbé y Luis Claudio Barcelos (eds): Afroreparaciones: Memorias de la esclavitud y justicia reparativa para negros, afrocolom-
bianos y raizales. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, (Colección CES), 2007, p. 73-92.
367
Un análisis detallado y exhaustivo sobre las categorías raciales en las sociedades hispanocoloniales puede revisarse en: Carmen Bernand:
Los híbridos en Hispanoamérica. Un enfoque antropológico de un proceso histórico. En: Guillaume Boccara y Sylvia Galindo: Lógicas mestizas.
Chile, Instituto de Estudios Indígenas, Universidad de la Frontera, 1999, pp. 61-84. También puede revisarse a: Magnus Morner: La mezcla de
razas en la historia de América Latina. Buenos Aires, Editorial Paidós, sf.
368
“las ideas sobre la raza y sobre las categorías de gente denominada indios, negros o mestizos no desaparecieron en absoluto del panorama
nacional. Siguió existiendo una diferencia distintiva entre las imágenes de los negros y los indígenas en los debates sobre la identidad de las
nuevas naciones (o del Impero, en el caso del Brasil)”. En: Peter Wade: Raza y etnicidad en Latinoamérica. Quito, Ediciones Abya- Yala, 2000,
pp. 41-42.

115
atribuían a los esclavizados y sus descendientes siguieron alimentando
el imaginario de la sociedad republicana. Durante todo el siglo XIX los
estereotipos sobre la población de color, serán renovados y reforzados
por los “saberes científicos” sobre las diferencias raciales”369.

Estos argumentos se evidencian con claridad en las reflexiones de


Bonifacio Cadenas, mayordomo de la hacienda de Estanques, en 1829.
En este caso, su discurso legitimador de la violencia se sostiene sobre
un conjunto de estereotipos raciales sobre la población negra, donde
adjudica a este sector una serie de caracteres y actitudes determinados
por su condición étnica. En el discurso de Bonifacio Cadenas, la
coexistencia de estas ideas es claramente observable en sus reflexiones
sobre los esclavos de su propiedad en la hacienda de Estanques, donde
enfatiza la “vileza” de sus sometidos por su situación de servidumbre y el
“color” de sus cuerpos.

2.1.1. La existencia de las razas

Este principio, que postula la división de la humanidad por


agrupamientos raciales y afirma que las diferencias culturales están
determinadas por la “raza” de las personas, se puede observar en las ideas
manifestadas por el señor Cadenas, quien adscribe a su grupo de siervos
dentro del conglomerado más general de los “negros africanos”, a quienes
además les adjudica una necesidad antropológica de ser violentados, un
“deseo natural” por la dominación: […] ellos exigen una especie de severidad
pa. Conseguir su obediencia y sumisión- si esto es cierto con respecto a la
clase gral. de esclavos mucho más los es a cerca de la de los negros de Africa,
los qe. segn. La observación de un juicioso filosofo, como qe. desean el castigo
y anhelan el palo y el azote como pr. un alimto. natura […]370.

La asimilación de los negros africanos a estos rasgos no-humanos,


donde son brutalizados y animalizados371, no son una excepción dentro de
los procesos de construcción de los Estados nacionales en Latinoamérica,
sino más bien, son la expresión de los procesos históricos de los primeros

369
María Eugenia Cháves: Los sectores subalternos y la retórica Libertaria. Esclavitud e inferioridad racial en la gesta independentista http://
www.academia.edu/2209969/Los_Sectores_Subalternos_y_la_Retorica_Libertaria_Esclavitud_e_Inferioridad_Racial_en_la_Gesta_Inde-
pendentista
370
AGEM. Materia Criminal, “Maltratos, aporreos, riñas, desafíos, y otros excesos”. T. V. Mérida, 1829. “Causa contra Bonifacio Cadenas…” f.
44-44v.
371
Estos rasgos que animalizan a los esclavos, se pueden observar en las “Memorias” de Joaquín Mosquera, quien los define como “tigres
furiosos” en el contexto de la Gran Colombia: “A mí me parece que una multitud de tigres furiosos sueltos de la cadena, no harían tanto mal,
como poner en ejercicio de sus fuerzas a estos hombres inmorales, sin honor, sin esperanza, sin temor”. En: Joaquín Mosquera: Memoria sobre
la necesidad de reformar la ley del Congreso Constituyente de Colombia del 21 de julio de 1821, que sanciona la libertad de partos, manumisión y
abolición del tráfico de esclavos y bases que podrían adoptarse para la reforma. Caracas, Reimpresa por Tomás Antero, 1829. Citado por: María
Eugenia Chávez: Ibidem, p.10.

116
decenios de vida independiente de las naciones americanas, donde las
nociones de civilización-barbarie, fueron uno de los criterios taxonómicos
empleados por las élites letradas para dirigir a los nuevos países por
la senda del progreso social en la búsqueda de la “civilización” y en la
demarcación de las manifestaciones de “barbarie”372.

En ese marco de ideas, la “raza africana”, y su herencia sobre los


individuos de las repúblicas surgidas de la separación del imperio
español, se consideró por algunas de estas élites como vestigios o signos
de barbarie a los cuales había que civilizar por medio de la educación o la
violencia, con miras a alcanzar el nivel técnico y cultural de los Estados
europeos373. En este sentido, las reflexiones de Bonifacio Cadenas no son
meditaciones aisladas del contexto histórico donde se enuncian, sino que
responden a los marcos epistemológicos que vierten de significado sus
discursos sobre la alteridad negra y esclava en la sociedad merideña del
período grancolombino. En ese ámbito, la simbolización de lo “negro” y
la esclavitud a lo “bárbaro”, “animal” e “incivilizado”, no estuvo ausente
en los discursos que surgieron como reacción y respuesta a los proyectos
pro-abolicionistas y de manumisión, medidas que a los ojos de los dueños
de esclavos iban contra sus derechos de propiedad e intereses económicos
y comerciales374.

2.1.2. La continuidad entre lo físico y lo moral

En el imaginario de las razas, lo físico establece una determinación


sobre los aspectos psicológicos de los sujetos. Desde esta perspectiva, el
“color” de la piel determina las capacidades cognitivas y morales de los
individuos, constituyendo una especie de barrera infranqueable, pues es
un planteamiento que propugna la tesis según la cual lo cultural se hereda
biológica o fenotípicamente. En el discurso del hacendado merideño,
se puede patentizar claramente esta relación, cuando advierte a los
magistrados que, antes de obligarlo a vender a sus esclavos por infringir
las leyes sobre tratamiento, mediten sobre un hecho

[…] quiero y exijo de ud recuerde y reflexione sobre el carácter


de las personas con quienes ha tenido qe tratar suponiendo

372
Sobre estos aspectos véase: Álvaro Villegas Vélez: “Nación y alteridad en Colombia: La población negra y la colonialidad del poder.” En:
Revista colombiana de antropología, Vol. 44 (I), (enero-junio, 2008), pp. 71-94. Disponible en: http://www.icanh.gov.co/ver_pagina_ingles/
release/publications/revista_colombiana_antropologia/3872 José Luis Martínez, Viviana Gallardo y Nelson Martínez: Construyendo iden-
tidades desde el poder: los indios en los discursos republicanos de inicios del siglo XIX. En: Guillaume Boccara (Editor): Colonización, resistencia y
mestizaje en las Américas (Siglos XVI-XX). Quito, Ediciones Abya-Yala, 2002, pp. 27-46
373
Álvaro Villegas Vélez: Op. Cit.
374
Al respecto: John V. Lombardi: Decadencia y abolición de la esclavitud en Venezuela. 1820-1854. Caracas, Ediciones de la Biblioteca de la
Universidad Central de Venezuela, 1974.

117
como que es cierto, que en Colombia aún existen leyes qe
mantienen y conservan esa clase desgraciada de hombres
degradada y envilecida hasta el extremo de perder la nobleza
de su ser […]375.

Como se puede notar, para el amo sus esclavos tienen un carácter


determinado por su misma condición racial y social, carácter que se
inscribe en la vileza de sus cuerpos, quienes “por naturaleza” carecen de
dignidad y de honra. Según sus concepciones, los esclavos son una clase
“degradada” de hombres; evidentemente, se refiere a la “degradación
moral” determinada por la huella de la esclavitud. En el pensamiento
del amo, se observa esta insistencia en inscribir en los esclavos
patrones de conducta inmorales como si fuesen innatos, “llevados
consigo” irremediablemente: […] ellos llevan consigo la violencia y aquella
repugnancia que precisamente acompaña a su estado […]376. En síntesis,
argumentos que pretenden hacer esenciar las diferencias con apoyo en
prejuicios raciales.

2.1.3. La acción del grupo sobre el individuo

En relación con el anterior postulado determinista, el racialismo


establece que “el comportamiento del individuo depende, en gran
medida, del grupo racial cultural (o “étnico”) al que pertenece.”377 Desde
estos razonamientos, en el discurso del amo se observa el vínculo entre
el estatuto étnico del esclavo y ciertos patrones de comportamientos
transgresivos. De esta forma, la carencia de honra y la vileza es la que
permite entender a sus ojos ciertas actitudes en los esclavos, […] el mismo
estado de envilecimiento en que se hallan estos hombres los hace… más
inclinados al mal que los otros […]378. Una inclinación al mal que desde sus
razonamientos se acompaña de “su impudencia criminal” innata, la cual
es preciso refrenar por la fuerza.

2.1.4. Jerarquía única de valores

Para el pensamiento racialista, no solamente existen las “razas”, sino


también afirma que unas son superiores a otras, propugnando de tal

375
Ibídem, f. 44
376
Ídem
377
Tzvetan Todorov: Op. Cit., p. 118.
378
Ídem

118
suerte una jerarquía de valores desde las cuales las razas son juzgadas y
valoradas. Desde este postulado, no debe sorprender que sea natural el
hecho de que unas razas deban ser dominadas por otras, las superiores
sobre las inferiores. Para el mayordomo de Estanquez, sus esclavos
ocupan […] el lugar de las demás cosas sujetas al dominio de otro hombre
[…]379la violencia es necesaria porque desde sus convicciones es la
condición indispensable para […] aprovecharse del capital empleado en
aquella clase de propiedad […]380. Discurso donde la valoración del esclavo
se equipara a objetos o cosas, y que tiene la intención de afirmar su
inferioridad respecto al grupo al que pertenecen los amos, quienes por
intereses económicos deben dominar esas “propiedades” en sus manos.

2.1.5. Política fundada en el saber

De las anteriores proposiciones, se desprende una última que tiene por


objeto la adopción de un conjunto de acciones políticas encaminadas a
materializar en el plano de las relaciones sociales, determinadas formas
de sometimiento sustentadas en el saber construido sobre los individuos
segregados por su “raza”. En este nivel del discurso, “el racialismo se
reúne con el racismo: la teoría da lugar a la práctica.”381 Las reflexiones de
Bonifacio Cadenas, una vez que ha manifestado en sus argumentaciones
el saber sobre los grupos esclavizados donde los conceptualiza como “viles”,
“innobles”, “propiedades” o “cosas”, concluyen con una recomendación a los
magistrados que se corresponde con su propia visión sobre el orden social
y político que debe imperar en la naciente república: […] No podemos menos
que convenir en que los negros esclavos no se pueden gobernar sin alguna
especie de castigos que respectivamente a los otros hombres se juzgarían
como severos-Por esto ha sido que ntras leyes permiten azotarlos hta cierto
número de golpes que qualesqa lo jusgaria pr demasiado. Por esto el Gbno ha
tenido a bien auxiliar a los amos con su protección pa contener a sus esclavos,
y refrenar su impudencia criminal […]382.

2.2. El esclavo vicioso

Otra de las representaciones de los amos merideños sobre el


sector de los esclavos, es la que vincula a este último grupo con una
serie de prácticas transgresivas y desviadas que justifican desde los

379
Ídem
380
Ídem.
381
Tzvetan Todorov: Op. Cit., p.119.
382
Ibídem, f. 44v.

119
razonamientos de los hacendados, el uso de la violencia como mecanismo
de disciplinamiento. Este aspecto se refleja en el expediente criminal
contra Lorenzo Quintero del año 1828, el acusado por haber azotado
al siervo Candelario por la pérdida de una herramienta de trabajo. Lo
interesante de este documento es que, aparte de las causas directas que
en apariencia motivaron las razones del maltratamiento, se evidencia en
el discurso del amo el fondo ideológico o la representación de sus súbditos
significando el acto de agresión: […] Los azotes y prisiones a que vagamente
se refieren los testigos hace el espacio de cuatro años que se le aplicaron a este
esclavo inobediente, altivo, charlatán y vicioso […]383. Los vicios que estaban
relacionados, según lo exponía el patrono ante el síndico procurador,
con la práctica de la ingesta de alcohol reiterativa de su esclavo: […] Que
Candelario se embriague demasiado me es muy fácil probar; y bien ¿cuáles
son los males que no acarrea tan detestable vicio? El parece que es la fuente
de todos ellos […]384.

A esta articulación discurso-violencia, donde el esclavo es representado


como un individuo que incurre con frecuencia en “vicios detestables”, se
superpone una autorepresentación del amo donde manifiesta cómo se
concibe a sí mismo ante la sociedad y cómo desde esa representación la
violencia tiene sus fundamentos […] yo cumplo con los deberes de amo y
de padre de familia, pues aunque dicen que los castigo por leves motivos, no
expresan cuales sean estos precisamente porque los ignoran o no los quieren
manifestar […]385. Y más adelante, […] ¿Cómo es posible que el padre de familia
no corrija los vicios? Y bien ¿comete acaso delito quien para conservar la
disciplina doméstica tiene valerse de medios más o menos fuertes en razón
directa de la mayor o menor falta de los súbditos? […]386 En este caso, el
concepto colonial de Pater Familias387 invocado por el señor Quintero
refuerza su posición de dominador ante la vista pública y a la vez le sirve
para remarcar la condición de minoridad e inferioridad de sus esclavos.

2.3. Las esclavas “amancebadas”

Los estudios realizados sobre la condición social de la mujer en el


siglo IX hispanoamericano, no han dudado en afirmar que durante
la conformación de los Estados republicanos, los imaginarios sobre el
383
AGEM. Esclavos y Manumisos. T.V. Mérida, 1828. “Información promovida por…” F.228
384
Ídem.
385
Ídem.
386
Ídem.
387
Concepto que en las Sinodales de 1687 se refleja de la siguiente manera: “Son los padres de familias, en sus casas, justicias, para distribuir a
cada uno de los suyos lo que les toca. Son, en cierto modo, prelados, para enseñar, advertir, y encaminar a los de su familia; de suerte que ningu-
no ignore lo que debe obrar, y lo que debe huir. Son atalayas, son centinelas, que deben velar sobre las ocasiones de sus hijos, criados, y esclavos
para enmendar los descaminos, que puedan tener”. En: Manuel Gutiérrez de Arce: Op.Cit.; p. 144. Sínodos de Mérida y Maracaibo de 1817,1819
7 1822. Hilarión José Rafael Lasso de la Vega. Caracas. (Colección Bicentenario de la Independencia) Academia Nacional de la Historia, 2009.

120
sexo femenino presentes en la mentalidad colonial no desaparecieron
de la escena política, pues antes bien, persistieron las categorías que las
consideraban como “criatura que se debe controlar de manera puntillosa;
como espécimen sui géneris obligado a una tutela gracias a la cual no
cometerá los excesos a que la destina su peculiar levadura, ni caerá en el
abismo de la mundanidad.”388.

En Venezuela, y de manera similar en el resto de los países herederos


del pasado hispánico, este control y tutelaje del sujeto femenino formó
parte de los valores políticos que sustentaron los pilares del nuevo orden
postcolonial, aspecto que se explica por la continuidad en las nacientes
repúblicas de las relaciones de dominación patriarcales surgidas en el
antiguo régimen389. Desde las prácticas y los discursos patriarcales, la
mujer era un ser requerido de sujeción y control por su “inclinación
natural” a los comportamientos licenciosos y deshonestos, hacia los
“excesos”.

Esas categorías, que actuaban como dispositivos culturales de


sometimiento y subordinación hacia las mujeres, eran más fuertes
cuando se empleaban para juzgar y valorar los comportamientos de las
damas subalternas, y más aún, el de las negras esclavas. En este sentido,
los prejuicios raciales desde los cuales se consideraba a los negros esclavos
como propensos por naturaleza a los vicios y a la inobediencia, también
condicionaron las lecturas de las élites sobre las esclavizadas, donde se
las definía como más proclives a los actos sexuales poco recatados en
comparación con las féminas blancas. De tal suerte que la “negrura”
de las mujeres también las acercaba, desde las ópticas racialistas, a
las transgresiones sociales y fundamentalmente a las sexuales. Todo
este largo proceso fraguado desde los tiempos coloniales, posibilitó
en consecuencia formas de opresión y segregación consolidadas
sobre la articulación raza-género, ejes desde los cuales las prácticas de
violencia física hacia la mujer subalterna no estuvieron ausentes de su
cotidianidad.

En el ámbito merideño, estos problemas se reflejan en los años de la


emancipación y bien avanzados los días de las luchas independentistas.
Estas fuentes ponen en evidencia cómo desde el imaginario de las esclavas
licenciosas o lascivas se pretendió en ocasiones justificar el trato violento
hacia ellas. Así se observa en un expediente del año 1825, en el cual el
Elías Pino Iturrieta: “Discursos y pareceres sobre la mujer en el siglo XIX venezolano”. En: Beatriz González Stephan y otros (editores): Esplen-
388

dores y miserias del siglo XIX. Cultura y sociedad en América Latina. Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1994, 287.
Steve J. Stern: La historia secreta del género: mujeres, hombres y poder en México en las postrimerías del período colonial. México, Fondo
389

de Cultura Económica, 1999; Inés Quintero: La palabra ignorada. La mujer: testigo oculto en la historia de Venezuela. Caracas, Fundación
Polar, 2007.

121
señor Marcos Torres para defenderse ante las denuncias de la sierva
Francisca Dávila por maltratamiento, exponía sus propios argumentos
en los términos siguientes: […] En su inteligencia contesto su amo, que la
samba malvada que había sido por haber metido en su cama a un mancebo a
deshoras de la noche; que es ladrona; escandalosa y que si acaso su esposa le
ha pegado alguna vez, y con moderación es por estos excesos […]390.

Si bien en este caso no es el amo el que aparece como el autor del


castigo sino su esposa, lo que interesa notar aquí es el vínculo entre el
comportamiento que se juzga inmoral y excesivo, como lo es la invitación
al lecho que la samba hace a un mancebo en horas nocturnas, y las
justificaciones para el empleo de la represión. Aunado al señalamiento de
conducta libidinosa, el discurso de Marcos Torres apela también a otros
adjetivos para mostrar a su sierva como carente de dignidad. Además de
amancebada, es “ladrona”, “escandalosa” y “malvada”, razones suficientes
para que su voz sea desatendida por los magistrados.

Acusaciones de amancebamiento y de conducta libidinal


también rodean la historia de la esclava Trinidad, la “fecundada y
maltrata cruelmente” por Marcelino Quintero. En este documento,
el señalamiento de los comportamientos anteriores aparece en la
narración de una anécdota donde el discurso del amo tiene la misma
intencionalidad que en el anterior: exponer la ausencia de honor de
la sierva para invisibilizarla ante la ley y el derecho, y para que su voz
no sea reconocida por la sociedad. Relata que en una ocasión, Trinidad
se encontraba en su casa en compañía de sus hijas cuidando una olla
de hayacas y al cabo de un rato se desapareció sin dejar rastro ni pista
alguna sobre su destino. Cuando él y su consorte salieron a buscarla
para exigirle el cumplimiento de sus tareas, notaron […] que la esclava y
Aliso venían del platanal del lado de arriba de la casa. […]391 Más adelante,
para oponerse al testimonio de uno de los testigos que apoyaba a la
esclava, relataba otra experiencia donde Trinidad es nuevamente descrita
con actuaciones de “poco recato”: […] Tristísimo diga este testigo, como
es cierto que ahora cuatro meses oyó a uno de sus mismos peones en su
hacienda de Belén, que Francisco Aliso me había pegado la banderilla con
la esclava Trinidad, y que esto le había comprometido con Aliso, a que con
tal de que no la abandonara, ella se dejaría matar primero que descubrirlo,
y que diría en todo caso que yo era el autor de su preñado […]392.

En ambos casos, la carencia del honor en la mujer subyugada, dada


390
AGEM. Esclavos y Manumisos. T. V. Mérida, 1825. “Expediente sobre la venta de la criada del señor Marcos Torres embargada por la venta
del tabaco.” Fol. 143
391
AGEM. Esclavos y Manumisos. T.VI. Mérida, 1829. “Solicitud del Sr. Procurador…”. Fol. 13
392
Ibídem, f. 13-13v

122
por su poco recogimiento sexual, es la estrategia discursiva utilizada
por los propietarios esclavistas para hacer de estas mujeres, no-sujetos,
situadas al margen de las normas sociales y por ello susceptibles
de coacción hacia sus cuerpos, discursos que a su vez persiguen la
intencionalidad de acentuar su inferioridad cultural y la dominación
patriarcal sobre ellas.

Los discursos del esclavo:

El relato de los cuerpos injuriados y el camino hacia la restauración del


honor

El lado más sombrío de la dominación, “es que convierte la afirmación


de la dignidad personal en un peligro mortal”393. De esta forma, desde la
dimensión del poder y sus discursos, y más nítidamente en el régimen
de esclavitud instaurado por el colonizador europeo en el continente
americano, la aspiración de los esclavos a un tratamiento más digno, el
anhelo de ser sujetos de honor394, se consideró en muchas ocasiones como
“insolencia” o como un “peligro” que atentaba contra los fundamentos de
la subordinación esclava. Es este aspecto el que explica las razones por
las cuales el mayordomo de la hacienda de Estanques, el señor Bonifacio
Cadenas, inscribe en el cuerpo del esclavo el signo de la vileza, porque al
hacerlo se apropia simbólicamente de su dignidad para poder subyugarlo
como una cosa-propiedad sujeta a su dominio. En este sentido, el amo de
Estanquez desnudaba de manera inconsciente la realidad subyacente
en todo sistema de esclavización: esclavitud y dignidad humana son dos
conceptos contradictorios, ubicados en las antípodas, antagónicos e
imposibles de reconciliar.

Sin embargo, aún en situaciones de esclavitud y en contextos de


violencia deshumanizadora, es difícil imaginar que quienes padecen las
secuelas de vivir bajo la dominación de otros soportando continuamente
el peso de la coacción exterior, asuman esa dura realidad pasivamente y
sin buscar estrategias o medios de reivindicación de la dignidad395 y de la

393
James C. Scott: Los dominados y el arte de la resistencia. Discursos ocultos. México, Ediciones Era, 2004, p. 63.
394
Carolina González Undurruaga: “Los usos del honor por esclavos y esclavas: del cuerpo injuriado al cuerpo liberado (Chile, 1750-1823)”. En:
Nuevos Mundo Mundos Nuevos [online] Coloquios, 2006, puesto en línea el 19 de noviembre de 2006. [Versión electrónica consultada el 20 de
agosto de 2012 en: http://nuevomundo.revues.org/2869]
395
Un acercamiento antropológico al problema de la dignidad de las víctimas de la opresión en contextos de violencia por conflictos étnicos o
religiosos puede encontrarse en los trabajos de la antropóloga Veena Das, quien ha examinado estos temas fundamentalmente en el caso de la
India en el marco de la confrontación armada que este país tuvo con Paquistán. Al respecto véase: Francisco Ortega (Editor): Veena Das: Sujetos
del dolor, agentes de dignidad. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2008.

123
honra arrebatadas en los instantes donde la represión desmesurada del
poder convierte en objeto a sus víctimas396.

Respecto a los esclavos del contexto de la Mérida postcolonial, ¿cómo


desafiaron éstos las prácticas que legitimaban su inferioridad cultural?.
Si bien las fuentes documentales disponibles para profundizar sobre
estos temas son limitadas y sólo presentan una visión fragmentaria y
parcializada del problema, aspectos que no deben sorprender puesto que
en estas sociedades la escritura también estuvo al servicio del poder397
y condicionada por las presiones e intereses de las élites, el relato de la
sierva María Isabel Uzcátegui, la que en el año 1811 denunciara a su amo
por tratos “ásperos” y por castigos “rigurosos”, puede sugerir algunas
pistas que permiten inferir cómo interpretan las esclavas los embates
de agresividad de sus dominadores. Para cerrar las acusaciones contra
su propietario, testimonia que en una ocasión, estando en la casa de sus
primeros amos, a donde acudió después de haberse escapado junto a
su esposo e hijos de la hacienda de su nuevo dueño, se presentó el amo
don Pablo José Rangel, quien “violentamente” entró a la casa donde ella
estaba hospedada y […] extrajo de ella a los citados mis dos hijos, y teniendo
como tenía ya meditado su viaje acomodó a cada uno en un costal como
si fuesen granos comestibles y públicamente los condujo en una bestia de
carga […]398.

Superando la tentación de considerar este relato como una simple


anécdota carente de significado, es evidente que la intención de María
Isabel Uzcátegui es confrontar la ideología del poder que la concibe
a sí misma y a su grupo como cuerpos-mercancía, para expresar un
contradiscurso donde se representa individual y familiarmente como
cuerpo-humano-persona y no como cuerpo-propiedad-cosa, como un
saco de “granos comestibles”. La expresión “como si fuesen” mencionada
en la narración, establece una ruptura en el hilo argumentativo de la
esclava y es la que le permite enfatizar que esa forma de tratamiento
dado a su progenie le ha negado la condición de personas. Más aún, cuando
esta afrenta se ha hecho “públicamente”, hecho que desde la visión de
la esclava refuerza la carga de humillación a la que la ha expuesto el
comportamiento del amo.

396
Al respecto véase: Elsa Blair: “Mucha sangre y poco sentido: La masacre. Por un análisis antropológico de la violencia.”. En: Boletín de Antro-
pología Universidad de Antioquia, Universidad de Antioquia, Colombia, vol. 18, núm. 35, 2004, pp. 165-184. [Versión electrónica consultada el
08 de marzo de 2013. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55703508 ]
397
Al respecto consúltese: Julio Ramos: “La ley es otra: Literatura y constitución del sujeto jurídico. Maria Antonia Mandinga en el Archivo de
la Ley.” En: Beatriz González Stephan, Op.Cit., pp. 193-215. Para una perspectiva historiográfica que recupera las voces de los sectores subalter-
nos como problema histórico véase: Ranahit Gua: Las Voces de la historia. Barcelona, Editorial Crítica, 2002.
398
AGEM. Esclavos y Manumisos. T.V. Mérida, 1811. “Pedimento instruido a instancia…” F. 33

124
El camino hacia la dignificación del cuerpo herido y deshonrado por
los excesos de los patronos, permite comprender situaciones como las
anteriores, porque ante la opción de silenciar las transgresiones de los
hacendados en materia de tratamiento, las mujeres esclavizadas eligen la
vía de la denuncia como medio de resistencia a estas formas de opresión,
asumiendo inclusive el riesgo de ser nuevamente reprimidas por sus
dueños. Al respecto, la superación del miedo a la amenaza del látigo
puede esclarecer reacciones como las de la madre de la esclava Trinidad,
aquella que en el año 1829 acusaba al señor Marcelino Quintero por
sevicia. En esta ocasión, la madre de dicha esclava acude nuevamente
ante los jueces para expresarles no sólo el tormento físico que padecía
su hija por su amo, sino además […] que ha sido forzada a consentirle la
criminalidad que se entregase ésta a sus pasiones de cuyo resultado se
encuentra en cinta y en meses mayores […]399, denuncia que realizaba por
el hecho de que el amo Quintero había logrado inclinar la decisión de los
magistrados a su favor.

Lo observable en ambas situaciones, es la insistencia en ver a los


amos en la obligación de consentir el cambio de dueño, recurso jurídico a
disposición de los dominados y las dominadas para resarcir el daño físico
y moral padecido en casos de agresión extralimitada, y más aún cuando
dichas agresiones al parecer iban acompañadas de acosos sexuales, como
se puede deducir de la declaración anterior400. Este recurso judicial,
cuando se inclinaba a favor de los subordinados, era un golpe a las élites
proesclavistas que si bien no destruía de manera absoluta las bases de
la sujeción, por lo menos era un paliativo que los hacía más conscientes
de las posibilidades de agencia disponibles en sus manos401 y traducía a
su vez los esfuerzos por alcanzar su reconocimiento como personas402,
como sujetos de honor y dignidad.

399
GEM. Esclavos y Manumisos. T.VI. Mérida, 1829. “Solicitud del Sr. Procurador municipal para que el Sr. Marcelino Quintero…” F. 18
400
En el ámbito de la Nueva Granada este problema ha sido analizado por Moisés Munive Contreras: “Gozar de su cuerpo: El abuso sexual a las
negras esclavas en el Caribe colombiano. Cartagena y Mompox, siglo XVIII.” Disponible en:
http://www.azc.uam.mx/publicaciones/tye/tye16/art_hist_02.html
401
Dora Dávila Mendoza: Op.Cit.
402
Elizabeth Mejías Navarrete: Elizabeth Mejías Navarrete: “La esclavitud doméstica en sus prácticas: los esclavos y su constitución en perso-
nas. Chile 1750-1820”. En: Fronteras de la Historia, vol.12 (Bogotá, 2007), pp. 119-150.
[http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/23225/2/articulo5.pdfersión electrónica consultada el 23 de abril de 2011 2n: http://redalyc.
uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=83301204].

125
Conclusión

La violencia aplicada a los esclavos por sus amos en Mérida durante


el período de la transición de la colonia a la independencia muestra dos
aspectos en el discurso, el cual es visto desde las ópticas de los señores
y los siervos. En ambos lados opuestos se mantiene la continuidad de
las justificaciones que durante las centurias coloniales se fundaron
en las Leyes de Indias para castigar a los esclavos, la indocilidad, las
transgresiones, la vileza del esclavo y su reducción de sujeto a objeto,
el castigo aplicado se justificaba en un afán de corregir y disciplinar al
esclavo “vil”, a los “viciosos”, y a las mujeres adulteras y amancebadas.
Adicionalmente se puede apreciar como el conocimiento ilustrado
también es utilizado como justificación cuando se invoca al término de
“raza”, sobreentendiendo que hay “razas superiores” y “raza inferiores” e
incluir en esta última a los africanos, tesis que predominaría en Europa
durante el siglo XIX, y hasta bien entrado el siglo XX. Ciertamente, el
discurso de la dominación heredado de los siglos coloniales se modificó
nutriéndose con novedosas tendencias de aquella época. Por su parte
los esclavizados reclaman el mejor trato hacia sus cuerpos, aunque
no cuestionan su condición de esclavos, exigen un tratamiento que les
reconozca su condición como personas y no como objetos-mercancías
sujetas a los excesos y exacciones de sus propietarios.

126
Los autores
González Sierralta, Hancer: Licenciado en Historia por la Universidad de
Los Andes (2007). Magíster en Historia de Venezuela por la Universidad
Católica Andrés Bello (2011). Premio Municipal de Historia (Mérida-2008)
Miembro del Grupo de Investigación de Historia de las Ideas en América
Latina (ULA) e investigador asociado del Centro Nacional de Historia.
PEII-ONCTI nivel A. Empleado contratado de la Biblioteca Nacional-
Biblioteca Febres Cordero (Mérida). Autor de los libros: El Ayuntamiento
en los orígenes y consolidación de la sociedad colonial merideña (1558-
1622) y Mérida después de la guerra. Consideraciones sobre la gestión
de gobierno del Cabildo republicano (1823-1826). Correo electrónico:
hancerjuantercero@hotmail.com.

Mujica Matos, Daniel Alberto: Licenciado en Historia (cum laude) por


la Universidad de los Andes. Cursante de la maestría en Antropología
social y cultural en La Universidad del Zulia. Docente a nivel de
Educación superior. Sus intereses investigativos se centran en el tema
de la violencia en el período colonial y republicano, así como también en
el estudio antropológico e histórico de los discursos constructores de las
alteridades sociales en la historia de Venezuela.

Ramírez Méndez, Luis Alberto: venezolano, Licenciado en Historia


de la Universidad de Los Andes (ULA, 1980). Magíster Scientiae
en Ciencias Políticas de la misma Universidad (1992). Doctor en
Historia en la Universidad Central de Venezuela (1999). Licenciado en
Educación mención historia (1996) Expositor en congresos nacionales
e internacionales. Autor de los trabajos de investigación: La Artesanía
Colonial en Mérida (Siglos XVI y XVII); La Obra Pía del Dr. Marcelino
Rangel; La Historiografía Colonial de Mérida; La cotidianidad en
las Clausuras; El Clientelismo en el Trienio Adeco; El estudio de los
monasterios en Venezuela. Análisis y Perspectivas; Amor, honor y
deshonor en Mérida Colonial; Los amantes consensuales en Mérida
colonial; Problemas Financieros en la Fundación del Colegio Seminario y
Universidad de Mérida; El sistema de regadío en una sociedad agraria. El
caso de Mérida colonial; De la Piedad a la Riqueza: El Convento de Santa
Clara de Mérida. 1651-1874 (T. I-VII), La tierra prometida del sur del Lago
de Maracaibo y la villa y puerto de San Antonio de Gibraltar (siglos XVI-
XVII) T. I-II (2011); Las haciendas del sur del Lago de Maracaibo. Siglos
XVI-XVII (2010); La ruptura de los lazos de proximidad en una sociedad
polarizada. El caso del Convento de Santa Clara de Mérida. 1810-1827.
(2010); La élite del obispado de Mérida de Maracaibo en el real colegio
Seminario de San Buenaventura de los caballeros (2012); Los homicidios
y las muertes violentas en Mérida, siglo XVII.; Auge y declive del sistema

127
financiero eclesiástico en Venezuela; Amor, sexo y pecado en Mérida
colonial (2014); Miembro del Programa de Promoción al Investigador
(PPI). Miembro del Programa de Estímulo al Investigador (Oncti-PEI).
Primera Mención honorífica en el Concurso de Ensayo Literario IPAS-
Me 1993. Premio Nacional Historias de barrio adentro, mención historia
regional y local. Ha recibido la “Orden 27 de junio” en su tercera clase.
Docente a nivel medio y superior. Miembro del grupo de geografía
histórica las regiones hispanoamericanas de la Escuela de Historia
Facultad de Humanidades y Educación Universidad de los Andes
(GHIRA) y Miembro de Asociación de Historiadores Latinoamericanistas.
Profesor en la Maestría de Historia en la Escuela de Historia Facultad
de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes. Email:
luisramirez811@gmail.com.

Sánchez, Néstor Abad:  Licenciado en Educación Integral, mención


Ciencias Sociales por la Universidad Nacional Abierta (2003). Cronista
Oficial del Municipio Rivas Dávila (1990-2000), Coordinador del Archivo
General del Municip1o Tovar (1991 – 2004) y actualmente Director del
Instituto Municipal de la Cultura del Municipio Rivas Dávila (2005).
Coordinador General del Fondo Editorial Cátedra Bolivariana don
Antonio María Belandria Rosales.
Correo electrónico: nesabad@hotmail.com

128
129
La Academia de Mérida
en el cierre de su año Jubilar
Índice de capítulo


Pág

Mérida y la Música, siglo XX 133


Prof. Amílcar Rivas Dugarte

Aportes de la Iglesia 149


al desarrollo patrimonial de Mérida
Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo

Balance de la salud pública en la Mérida 165


del siglo XX
Dr. Rómulo Bastidas Fernández

Balance del teatro siglo XX 185


Profesor Freddy Torres

Vialidad e Infraestructura en Mérida 210


Dr. Rosendo Camargo Mora

Ideas preliminares para un Proyecto 216


de Ley Marco de Universidades
Dr. Roberto Rondón Morales

Proyecto de creación de una reserva de biósfera 243


en los páramos andinos de Venezuela
Ing. Elides Sulbarán
Mérida y la Música. Siglo XX

Prof. Amílcar Rivas Dugarte

Individuo de Número, sillón 2. Academia de Mérida


Don Mario Briceño Iragorry expresa en correspondencia del 19 de
enero de 1925 dirigida a su entrañable amigo Roberto Picón Lares: “Cada
vez que pienso de una manera intensa en mis años de Mérida parece
que tuviese duelo. ¡Ah, que bellos son los tiempos pasados! Las noches de
Mérida, la neblina cándida del atardecer,”

Tan sentida añoranza de tiempos que no volverán ofrece eladecuado


marco referencial para abordar la tarea que me fuera asignada por la
Presidencia de la Academia, de comentar sobre el acontecer musical en
nuestra ciudad a lo largo del siglo XX.

El proceso de investigar en los archivos de la ciudad, consultar la


prensa regional y nacionaly acudir a las fuentes más cercanas, como
son las fotografías, recortes de prensa, y publicaciones guardadas
en el archivo familiar, al igual que las conversaciones sostenidas con
merideños que atesoran memorias del acontecer musical de nuestra
ciudad durante el siglo pasado, hizo recurrente la aparición de recuerdos
y nostalgias que me tocan de cerca, entre ellos el hecho de que amigos,
familiares muy cercanos e incluso mi propia persona asomamos en ese
período, como participantes activos o testigos presenciales de una parte
de lo allí acaecido.

Para la mejor comprensión de los acontecimientos del siglo pasado es


necesario describir de manera breve algunos de los que desde finales del
siglo XVIIl y a lo largo del siglo XIX establecieron progresivamente los
antecedentes del tema que nos ocupa.403

Aun cuando durante la colonia la música debió estar presente tanto


en las iglesias de la ciudad como en el seno de las familias merideñas,
es sólo a partir de la creación en 1778 de la Diócesis de Méridaque
aparecen algunas referencias al respecto.Monseñor Baltazar Porras en
su libro Torrijos y Espinosa, dos breves episcopados merideños informa
acerca de cómo en el rico equipaje que el segundo obispo de la ciudad,
fray Manuel Cándido Torrijos hace traer a Mérida en 1793, venía una
gran biblioteca, materiales diversos para la enseñanza y entre ellosun
órgano. Este instrumento musical, primero del que hasta ahora se tenga
referencia, fue destruido junto a la catedral en el terremoto de 1812.

La más distante mención sobremaestros de música en la ciudad


proviene del caraqueño José María Osorio, residenciado en Mérida a

403
Para un conocimiento más detallado sobre sus antecedentes, se sugiere consultar: “Mérida y la Música, siglo XIX”, aparecido en el Boletín Nº
1 de la Academia de Mérida, y reproducido por solicitud del musicólogo Kurt Lange, en el Nº 36 de la Revista Musical de Venezuela.

134
partir de 1836. En su escrito “Noches filarmónicas”404 hace alusión a la
“inocente escuela de los Reinosos, Calderones, Rosas y Tunjanos”. De tan
peculiar manera,Osorio da a conocer nombres de quienes antes que él
se ocupaban de la enseñanza de la música en la ciudad, sin que se haya
encontrado información adicional sobre los allí mencionados o sobre
otros anteriores a ellos.

Con la llegada de Osorio, se inician en Mérida los estudios musicales


más o menos organizados, aparecen las primeras agrupaciones
instrumentales de que se tenga noticia y realiza un rico repertorio de
composiciones que cita el músico Manuel Trejo en hoja suelta de 1891
depositada en el Archivo Arquidiocesano; en esa lista se mencionan
oberturas, sinfonías, música de cámara y música religiosa. En nuestros
días sólo se conservan algunas de tales partituras en condiciones de ser
utilizadas, entre ellas: Pésame a la Virgen, el primer movimiento de un
cuarteto de cuerdas y Oficio de Difuntos, compuesto expresamente para
conmemorar el retorno de los restos del Libertador Simón Bolívaral país,
en 1842. Era Osorio un hombre intelectualmente inquieto y excelente
músico, fabricaba los instrumentos que requerían sus alumnos, entre
ellos violines, cellos y guitarras; fue además impresor, poeta, médico y
pedagogo. Tras su muerte acaecida en 1858 un alumno suyo, Antonio Gil
Montilla, continuará su obra pedagógica y hará escuchar la música de su
maestro y la de otros autores.

Durante toda la primera mitad del siglo XX, la actividad musical


toma impulso al ritmo que marca la creación de bandas, que ya se había
iniciado a finales del siglo anterior con su aparición en Tabay, Timotes,
Zea, Tovar, Mucuchíes y Mérida. A falta de escuelas de música, estas
se convierten en todo el país en canteras donde inician su formación
muchos de quienes llegarán a ser destacados músicos, tal el caso de Pedro
Elías Gutiérrez, Antonio Estévez, Inocente Carreño, Alirio Díaz, Antonio
Lauro, Marco Antonio Rivera Useche, José Rafael Rivasy Laudelino
Mejías entre muchos otros. Algunas de estas bandas incorporaban a
su programación, junto al repertorio venezolano, obras de los grandes
compositores universales en transcripciones para bandas de concierto,
traídas de Europa, especialmente de España e Italia. Es oportuno recordar
que las orquestas sinfónicas no existían en el país y que es solo en 1930
cuando el maestro Vicente Emilio Sojo funda en Caracas la primera de
ellas, la Orquesta Sinfónica Venezuela; en Maracaibo se hacen intentos
a partir de 1933 por parte de destacados músicos entre ellos el maestro

Tomado por José Peñín del Fondo No-Bibliográfico de la Biblioteca Nacional. Citado en su libro José María Osorio, autor de la primera
404

Opera enVenezuela. Caracas, CONAC/Instituto Latinoamericano de Investigación y Estudios Musicales “Vicente Emilio Sojo, 1985. p.77

135
Andrés Sandoval, y es en 1971 que la Orquesta Sinfónica de Maracaibo
se establece de manera permanente bajo la conducción del maestro
Eduardo Rahn.

En 1893 Juan de Dios Moreno, músico muy apreciado por ser excelente
ejecutante de instrumentos, entre ellos el violín, el clarinete y el piano,
funda la banda de Tabay que actúa frecuentemente en Mérida, tal y
como ocurre en la conmemoración de los 110 años del nacimiento de
Simón Bolívar. Moreno es además fundador de la Orquesta que llevaba
su nombre y que tocaba en fiestas y solemnidades tanto religiosas
como profanas. Sor Josefa María Rojo su sobrina, también músico y
ejecutante del piano, hace una emotiva semblanza de Moreno y da a
conocer que nació en Tabay en 1857 y murió en Mérida en 1926. Allí
narra, refiriéndose a la orquesta: “La Universidad de los Andes conoció
el éxito de estos artistas en muchas ocasiones, pero de manera especial
cuando Don Tulio Febres Cordero dictó su notable Conferencia sobre
El Criollismo, el día 12 de octubre de 1917, para conmemorar el Día de
la Raza. En esa oportunidad Don Juan de Dios Moreno Valero estrenó
su original joropo: Pancriollo, dedicado al conferencista”. Juan de Dios
Moreno con ese joropo hacía un guiño musical a la aparición ese mismo
año del libro de don Tulio Febres Cordero Pancriollismo.

En el Índice de Música elaborado por los musicólogos Walter Guido


y José Peñín en su visita a Mérida enlos años 66 y 67aparecen 19
composiciones de Juan de Dios Moreno en el género popular así como
marchas, himnos,misas y otras formas musicales más académicas.
Muchas de sus partiturasfueron fotocopiadas por los investigadores
antes mencionados y depositadas en la Biblioteca Nacional, en Caracas.
En el Museo Arquidiocesano de nuestra ciudadse encuentra resguardada
parte de su producción. El Ejecutivo del estado Mérida publicó en 1976,
en conmemoración de los 50 años de su muerte, una compilación de 50
de sus composiciones. La producción de Juan de Dios Moreno fue objeto
de estudio por parte del musicólogo Luis Romero quien presentóen la
Escuela de Arte de la Facultad de Humanidades de la Universidad Central
de Venezuela, en el año 2010,su tesis: Dos Misas de Juan de Dios Moreno
(1857-1926), con la queRomero obtienela Maestría en Musicología.

Gil Antonio Gil, nacido en Mérida en 1859 deja al igual que Moreno,
importante huella en el desarrollo musical de la región. Fundador en
1884 de la Banda Los Andes que toma su nombre del gran estadocreado
con la reforma constitucional de 1881 que propiciarael presidente
Antonio Guzmán Blanco; la misma desaparece con la disolución del
Estado Los Andes en 1899. En agosto de 1903 el general Esteban Chalbaud
136
Cardona, presidente de la entidad regional, crea la Banda Marcial que
denominó La Restauradora en homenajea la revolución que en 1899
había permitido a Cipriano Castro alcanzarla presidencia del país. Gil es
llamado nuevamente para dirigirla, pero al igual que la Banda del estado
Los Andes, la Banda Marcial La Restauradora desaparece con el ascenso
al poder en 1908 de Juan Vicente Gómez.

Gil compuso la música del Himno del Estado Mérida, seleccionada en


concurso que había convocado el 3 de febrero de 1911 Chalbaud Cardona,
dentro de las previsiones para celebrar el primer centenario de la firma de
la Independencia. Previo al concurso para la música,don Antonio Febres
Cordero había sido el ganador del certamen para la escogencia de la letra.

Gil es autor de muchas otras composiciones;sus obras aparecen citadas


en programas de la época; lamentablemente, a excepción del manuscrito
del Himno que se encuentra en el Archivo Histórico del Estado,estas no
han podido ser ubicadas.

Otro músico merideñoque amerita ser reseñado y cuya obra es


desconocida, esdon Santiago Paredes, nacido en Lagunillas, Distrito
Sucre del Estado Mérida el 29 de julio de 1899. Se desempeñó como
clarinetista de la banda de Santa Cruz de Mora y desde1930 hasta 1938,
como su director. En breves datos autobiográficos nos informa que
estudió con los profesores Johan Esparza, Ruperto Moros así como que
hizo “estudios avanzados musicales entre ellos sobre instrumentación
con el Dr. Rafael Silveira”. En 1940 Santiago Paredes funda labanda de
Mucuchíes, en 1943 la escuela de música y la banda de Mesa Bolívar, en
1945 es nombrado director de la escuela de música de la Colonia Hogar
“Simón Bolívar de la ciudad de Mérida y en 1950 organiza la banda de
Lagunillas. Santiago Paredes figura después de José María Osorio como
el segundo fabricante de instrumentos de que se tenga registro en la
región.405Paredes refiere que a partir de 1924 fabricaba cuatros, guitarras,
violines, mandolinas, tiples y bandolas;pudimos ubicar algunos de
estos instrumentos, los cuales fueron exhibidos enel“Ier Encuentro de
Fabricantes de Sonidos”, congresode constructores de instrumentos
musicales de la región andina y centro occidental organizado en mayo
pasadopor la Alcaldía delmunicipio Rivas Dávila bajo la coordinación
de Néstor Abad Sánchez. Como compositor, don Santiago dejó valses,
pasodobles, boleros, merengues, pasillos, así como piezas de carácter
religioso. Sus partituras se encuentran en manos de una de sus hijas, a la

405
En conversación sostenida en 1999 con el Músico Antonio Ochea, hijo del compositor Teófilo Ochea se nos informó que su tío, Miguel Ochea
era fabricante de instrumentos en Ejido sin que haya más datos sobre su actividad.

137
espera de ser rescatadasen especial por aquellas agrupaciones musicales
que tienen entre sus propósitos la difusión de la música regional.

En Ejido a principios de siglo Aquiles Rojas tenía escuela, en la que


iniciaron sus estudios jóvenes que se convertirán con el tiempo en actores
del acontecer musical, como es el caso de José Rafael Rivas. Igualmente
el Coronel Ramón J. Pirela, jefe civil de la Parroquia, crea en 1918, banda
que llevaba su nombre y en la que sus integrantes devengaban modestas
remuneraciones por su participación.

En 1929 el general José Rufo Dávila, presidente del estado, ante la


proximidad del centenario de la muerte del Libertador, crea la Banda
Oficial del Estado, la misma que ha permanecido en el tiempo y que
hoy conocemos como Banda Sinfónica del Estado. Aquella institución
se organizó a partir de la ya existente Orquesta Rivas quehabía creado
poco tiempo atrás el joven músico José Rafael Rivas406. La dirección de
la nueva agrupación le fue otorgadauna vez másal autor del Himno del
Estado, Gil Antonio Gil, quien permanece dos años al frente de la misma
y luego es reemplazado por el profesor Evaristo Olivares.

En 1936, José Rafael Rivas, entonces miembro de la Banda del Estado


Táchira es llamado por el Presidente del Estado Mérida, Doctor Hugo
Parra Pérez para hacerse cargo de la dirección de la Banda del Estado,
donde permanecerá durante veintitrés años, período en el que logra
convertirla en una de las grandes agrupaciones bandísticas del país.

El crecimiento de esta Banda está registrado en fotos, la primera de


ellas de1937, a un año de haber asumido la dirección el maestro Rivas,
tomada en el acto de inauguración del acueducto de Tabay; en ella se
puede observar que el número de sus integrantes no superaba los 12
músicos;ya en 1947 poseía 22y para 1958 llegó a estar formadapor 42
ejecutantes. El crecimiento en el número de sus miembrosse produjo
paralelo a su desarrollo en la calidad musical y el enriquecimiento de
su repertorio. El Maestro Rivas incorpora al programahabitual de las
presentaciones de la banda que contemplabaautores nacionales como
Laudelino Mejías, Pedro Elías Gutierrez, Heraclio Fernández, Víctor
Contreras Rendón, Teófilo Ochea, Amador López Rivera y sus propias
composiciones, a los grandes compositores universales, entre ellos Verdi,
Rossini, Donizetti,von Souppé, Mascagni, Sibelius, Ponchielli,Wagner,
Beethoven y muchos otros.

406
El libro de Julio CarrilloMúsicos Merideños, Mérida: Editorial Venezolana, 1985 contiene entre otras entrevistas la del Maestro José Rafael
Rivas, que ilustra ampliamente sobre su vida y obra.

138
Uno de los eventos realizados por la Banda de Mérida que amerita ser
mencionado se dio en la oportunidad de celebrarse el cuatricentenario
de la fundación de la ciudad,en 1958. Para talocasión la Banda preparó
dos conciertos de gala, el primero tuvo lugar el 2 de octubre en el Teatro
Universitario, con música de los autores merideños Víctor Contreras
Rendón, Amador López Rivera y José Rafael Rivas; allí se estrenó la
Fantasía Musical compuesta por el maestro Rivas en homenaje a la
ciudad, obra inspirada en las Danzas de los Vasallos de la Candelaria.
El segundo concierto se realizó el 4 de octubre en el auditorio del Liceo
Libertador; en esa oportunidadse escucharon en vivo, por primera vez
en nuestra ciudad, la Fantasía Lucrecia Borgia de Donizetti, la Obertura
Tanhausser de Wagner y la versión completa de la 5ª Sinfonía de
Beethoven todas ellas en adaptaciones para banda de concierto.

Usualmente la Banda actuaba jueves y domingos a las 8 p.m. en la


plaza Bolívar, en retretas masivamente concurridas y que constituían
ocasión para el reencuentro y la tertulia entre merideños y visitantes;
viene al caso recordar que aquellas retretas eran a veces suspendidas
por lluvia, lo que llevó al Dr. Miguel Antonio Pizani Crespo a dedicarle al
Maestro uno de sus semanales sonetillos llamados“Retratándolos Vivos”
que publicaba El Vigilante bajo el seudónimo de “Pacho Carlos”, el cual
cito a continuación:

Al muy digno Director


De la Banda del Estado
Le dedico con agrado
De esta silueta el primor…

Dicen que este Profesor,


Cuando un concierto ha fijado,
Se tiene ya por contado
El aguacero mayor.

Si su batuta tocara,
Como la bíblica vara,
La Roca de Horeb, tal vez

El milagro volvería,
Porque este hombre es afe mía,
Muy superior a MOISES.

139
El maestro Rivas, ganador en 1947 del concurso para seleccionar
el Himno de la Universidad de los Andes, es igualmente creador de
un importante número de otras composiciones compiladas por los
investigadores Luis Romero Perozo y Ricardo Henríquez Villa en el
libro José Rafael Rivas, Vida y obras del músico merideño, editado en
el 2004 por la Fundación Vicente Emilio Sojo de Caracas. Fue impulsor de
diversas agrupaciones instrumentales y vocales e igualmente promotor
de la creación de los estudios musicales en la ULA a través de escritos
en la prensa local, el primero de ellos publicado el 16 de octubre de 1942
en el diario El Vigilante. En sus composiciones utilizaba en ocasiones,
poemas de distinguidos vates regionales tales como Emiro Duque
Sánchez, Guillermo Balza Briceño y Ramón Briceño Araujo.El maestro
Rivas recibió numerosos reconocimientos y homenajesde instituciones
tales como la Universidad de los Andes, la Gobernación del Estado y
los Concejos Municipales de los Distritos Libertador y Campo Elías.
En el 2002, esta Academia realizó una sesión especial con motivo de
conmemorarse el primer centenario de su nacimiento.

Una vez jubilado el Maestro Rivas, en 1959, lo suceden en la dirección


de la Banda del Estado los maestros Ángel Honorio Jiménez, Evaristo
Olivares, Juan Bautista Carreño bajo cuya dirección cambia el nombre
de la institución a Banda Sinfónica del Estado; le siguen Rigoberto Mora,
Daniel Guillén Carmona, Diógenes Rivas, Rubén Serrano, Julio Moreno,
Benjamín Marchán y Antonio Rangel, quien es su actual director. Hoy
día, a pesar de grandes limitaciones de todo orden, el maestro Rangel hace
denodados esfuerzos por mantener en alto el prestigio y la calidad de
esta institución. Muchos merideños desconocen que la Banda Sinfónica
del Estado Mérida sigue actuando los domingos a las 5 de la tarde en la
Plaza Bolívar.

Las orquestas de aficionados, estudiantinas y orquestas típicas han


sido igualmente parte importante de la actividad musical en nuestra
ciudad. En la década del 30,tal y como nos lo da a conocer el abogado
Carlos Bujanda Yépez en su libro sobre la ciudad del Tocuyo, Crónicas
de la ciudad madre407, un grupo de estudiantes universitarios que
provenían del estado Lara se proponen animar la vida de Mérida, ciudad
que encontraron: “recoleta, morigerada, de clima frío, escasa actividad
cultural, social musical y deportiva, de calles empedradas en su mayoría,
casas coloniales, vetustos edificios públicos, modesta sala de cine de
acceso dos o tres veces a la semana”. Ese grupo de estudiantes tocuyanos
organiza un cuarteto de cuerdas denominado LA COLONIA, integrado
407
BUJANDA YÉPEZ, Carlos: Crónicas de la ciudad Madre, edición del Colegio de Abogadosdel Estado Lara, (1967, 1987).

140
por los bachilleres Antonio Bujanda Yépez, (flautista y director), Manuel
Silverio, (violinista), Ramón Almao Tovar (cuatrista), y el propio Carlos
Bujanda (cellista); posteriormente logran estructurar una orquesta
integrada por 16 músicos estudiantes de Lara, Mérida, Zulia y Bolívar,
con la participación de un pianista alemán de apellido Neumann que se
encontraba circunstancialmente en Mérida en esa década del treinta.
Esa orquesta dio dos conciertos en el Paraninfo de la Universidad de los
Andes, uno de ellos en honor a don Tulio Febres Cordero. Entre los datos
curiosos mencionados en el citado libro tenemos que el piano para la
orquesta se lo había facilitado un “ilustrado presbítero emeritense” que
suponemos erael sacerdote y músico Jeremías González. Es conocido
que este sacerdote tenía uno piano en la casa parroquial del Llano
“encerrado en caja de cristal para no molestar a los vecinos”, y quede la
misma manera, el cello que tocaba Carlos Bujanda le había sido dado en
préstamo por el rector de la Universidad, Dr. Gonzalo Bernal, nieto de
José María Osorio, el personaje que da inicio a este recuento. Bujanda
por su parte comenta que en su repertorio había “selecta música de
afamados compositores tocuyanos, entre ellas El Héroe de Corpahuaico
y Salve Reina de José Ángel Rodríguez López,las composiciones Adiós
y Romelia de Hildebrando Rodríguez, así como Carmen, de Jesús María
Peñuela Tamayo”.

Hacia 1918 el padre Jeremías González funda una banda que


posteriormente transforma en la Orquesta Santa Cecilia, dedicada
especialmente a la interpretación del repertorio sacro. Sus actuaciones
se desarrollaban especialmente en la Catedral de Mérida. Amador López
Rivera, alumno del padre Jeremías e integrante de aquella orquesta, una
vez fallecido su tutor, dio continuidad hasta la década del cincuenta a
tales actividades en la catedral y en la Iglesia del Llano. Tocaban, según
cuenta Amador López Rivera en entrevista publicada en el libro de Julio
Carrillo Músicos Merideños, misas de José Ramón Prado, Eduardo Marzo,
Gil Antonio Gil, Lorenzo Pero si y otros compositores.

Ya en 1952 y en otro género de conjunto musical, destacala


Estudiantina que creara el maestro José Rafael Rivas con el fin de
difundir el repertorio de autores regionales. Esta agrupación estaba
integrada por Amador López Rivera, Antonio Ochea, los hermanos Elio
y Julio Picón, Luis Alberto Quintero, Enrique Rojas y Antonio Picón.
Entre sus presentaciones destacan las realizadas en 1954 en Caracas, en
la Televisora Nacional Canal 5 y en la Casa Mérida de la capital del país.

El músico ejidense Antonio Picón, preocupado por divulgar de


manera más amplia la música de los autores locales, crea en 1964, con el
141
apoyo del ejecutivo regional, la Orquesta Típica Merideña, que ha hecho
innumerables presentaciones en poblaciones del interior del estado
así como en diferentes ciudades del país. La Típica, como se le nombra
usualmente, ha hecho giras a Colombia presentándose en Cúcuta en
1974 y 1997, y en Tunja y Bogotá en 1995. La agrupación ha contado entre
sus directores a Rubén Serrano, Fulgencio Hernández, Orlando Chacón
y Marcos Zambrano. Desde hace pocos meses se encuentra encargado
de la dirección de esta orquesta, el profesor Eleazar Longart.

La Estudiantina Universitaria, creada en 1988 y actualmente dirigida


por su fundador, el citado profesor Longart, ha formado extraordinarios
ejecutantes especialmente de mandolina, cuatro y guitarra y ha realizado
profusa actividad nacional e internacional que le ha merecido premios y
reconocimientos por la alta calidad de sus ejecuciones.

El 5 de julio de 1944 da su primer concierto en el Auditorio de la


Universidad, el Orfeón Mérida, su actuación estuvo precedida de un
erudito discurso del Dr. Luis Spinetti Dini. Este Orfeón fundado por
el maestro Rivas, constituye una de las primeras agrupaciones de su
tipo creadas en el país, después del Orfeón Lamas que fundara en
1930 Vicente Emilio Sojo y del Orfeón de la UCV, creado en 1943 por
Antonio Estévez. El Orfeón Mérida se convertirá en 1947 en el de la
Universidad de los Andes, el cual ha destacado a lo largo de sus 69 años
de actividad, con actuaciones dentro y fuera del país en las que ha
obtenido galardones y reconocimientos de prestigiosos eventos corales.
El Orfeón Universitario ha sido además germen para el surgimiento del
vigoroso movimiento coral existente en la ciudad que comprende en la
actualidad a más de treinta agrupaciones vocales en los más diversos
estilos, entre ellas la Cantoría de Mérida, creada en 1975 por el profesor
Rubén Rivas. De la Cantoría de Mérida bajo la dirección de su fundador
se recuerda con particular interés las interpretaciones que hiciera del
Magnificat de Juan Sebastian Bach junto a la Orquesta Sinfónica de
Maracaibo, así como la Misa Luba en arreglo del padre Guido Haazen y
obras venezolanas y latinoamericanas, que causaron sensación cuando
en 1976 se escucharon en el Aula Magna de la Universidad Central de
Venezuela. Las hermosas interpretaciones de esa Cantoría quedaron
registradas en disco de acetato que bien merecería ser reeditado en
formato digital. En la actualidad tanto el Orfeón Universitario como la
Cantoría son dirigidas por el profesor José Geraldo Arrieche, músico
de amplios méritos, venido a estas tierras desde Yaracuy, para hacer
grandes contribuciones al desarrollo de la músicacitadina.

142
Por ser hechos que ilustran el nivel alcanzado por nuestro movimiento
coral, no puedo dejar de comentar, los éxitos obtenidos recientemente por
la Cantoría de Mérida, que obtuvo en julio pasado, en dos importantes
eventos internacionales realizados en España, el 4º premio en el Festival
Internacional de Música de Cantonigros en Cataluña y el 2º lugar en
interpretación de Habaneras en la 59 edición del Certamen Internacional
de Torre Vieja, en Alicante. De igual forma otra agrupación vocal
merideña: la Coral de Trabajadores de la ULA, dirigida por el profesor
Luis Romero, obtuvo en agosto último Medalla de Plata en el Festival de
Música Folklórica y Popular de la Ciudad de la Plata, en Argentina.

La ciudad de Mérida presenció desde finales del siglo XIX la esporádica


visita de músicos y compañías de teatro, recordados entre otros por
Mariano Picón Salas en su hermoso relato Viaje al Amanecer408, donde
rememora las peripecias de la venida hacia 1892 a esta ciudad, de la
compañía de zarzuelas Padrón y Romero y de cómo el maestro Pezuela,
“la mejor bombarda y corneta de Mérida” anunciaba con su banda por
las calles de la ciudad la llegada de este y otros acontecimientos. Muy
posteriormente, en 1932,se escucha a uno de los grandes guitarristas y
compositores latinoamericanos, el paraguayo Agustín Barrios Mangoré
quien toca en Mérida y Tovar, ocasión en la que mereció los ”aplausos
del general Hernández U409 (presidente del Estado) y de los estudiantes
que concurríamos en masa a sus inolvidables conciertos” tal como narra
Carlos Bujanda en el libro antes citado.

La llegada a la Universidad en 1951 de un polémico pero muy activo


rector, el Dr. Renato Esteva Ríos, y de su Director de Cultura, el para
aquel momento Br. Miguel Ángel Burelli Rivas, permitió que la actividad
musical dentro de la universidad tuviera un singular cambio en la
frecuencia y calidad de los eventos artísticos que allí tenían lugar. El Dr.
Esteva Ríos logra, en viaje a Caracas, que el Ministerio del Interior done al
auditorio de la Universidad un piano gran cola Steinway & Sons fabricado
en Hamburgo, Alemania, primer piano de concierto con que contó la
ciudad, así como un piano vertical de la misma marca para actividades
tales como clases de piano, prácticas corales, etc. Este detalle, que pudiera
parecer de importancia menor, posibilita que a partir de entonces
aumenten significativamente los eventos musicales con participación
de grupos de cámara, pianistas, cantantes, violinistas, y diversos artistas
nacionales y extranjeros invitados por la Dirección de Cultura de la ULA.

Mariano Picón-Salas, Obras Selectas. Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 2008, pag. 108
408

Según dato suministrado por Don Ramón Sosa se trataba de Humberto Hernández Urdaneta, quien ocupo la Presidencia del Estado por un
409

breve período de tiempo.

143
Es probable que el estreno del piano Steinway tuviera lugar el 13 de
marzo de 1953 en el teatro universitario con la presentación del Trío de
Cámara integrado por Max Rodríguez, violoncellista, Jacobo van der
Wonde, violinista y Era Hagelard en el piano, concierto reseñado por el
diario El Vigilante de esa fecha, sin que haga mención del piano. Este trío
repite sus actuaciones el 29 de marzo, el 31 de abril y el 4 de diciembre,
teniendo dentro de su repertorio obras como el Trío en Si bemol de
Beethoven, obras para cello solo como el Allegro Appasionato de Saint
Saens y repertorio para piano solo, como la Rapsodia Nº 11 De Liszt. El 14
de noviembre de 1953 se presenta el gran pianista checo Eric Landerer
tocando obras de Beethoven Schubert y Chopin. Estas actuaciones muy
difícilmente hubieran podido efectuarse sin la existencia del piano gran
cola en el auditorio de la ULA.

Para los músicos merideños fue igualmente de gran importancia la


presencia del mencionado instrumento pues posibilitó que, por ejemplo,
el 26 de septiembre del 53 los jóvenes pianistas Rafael, Diógenes y
Amílcar Rivas realizaran un concierto en el Teatro Universitario, con la
presencia del violinista italiano Dante D’Orazio.El programa incluía obras
para piano a dos manos, a cuatro manos y a seis manos de Lully, Viotti,
Beethoven, Chopin, Schumann, Tchaikowsky, y otros compositores así
como obras para violín y piano. Los hermanos Rafael y Diógenes ya
habían realizado actuaciones con anterioridad en la ciudad, entre ellas
un recital homenaje a Monseñor Acacio Chacón en ocasión de su jubileo
episcopal que tuvo lugar en el Palacio Arzobispal el 19 de octubre de
1951. Los tres Rivas actúan igualmente en 1953 en la recién inaugurada
Televisora Nacional Canal 5 de Caracas y en otros espacios culturales de
la capital.

El 6 de octubre del 53 asume el Rectorado de la ULA el Dr. Joaquín


Mármol Luzardo, manteniendo en su cargo como Director de Cultura a
Burelli Rivas, lo que da continuidad a la política iniciada por el Rector
Esteva Ríos.

A raíz de la caída de Marcos Pérez Jiménez, en 1958, asume el


Rectorado de la ULA el Dr. Pedro Rincón Gutierrez, gran amante de
las artes en todas sus expresiones, quien desde los inicios de su gestión
trae a Mérida a destacados intelectuales nacionales y nombra como
directores de Cultura en períodos sucesivos entre otros a César Rengifo,
Rhazés Hernández López, Oswaldo Vigas Salvador Garmendia y Ramón
Palomares, quienes aportan, importantes innovaciones a la actividad
cultural universitaria. Rincón Gutierrez crea las Escuelas de Artes,
dependientes de la Dirección de Cultura, contrata y trae de otras latitudes
144
a profesores altamente calificados para laborar en estas instituciones,
adicionalmente otorga becas a jóvenes para hacer estudios en Caracas y
el exterior, invita a grandes intérpretes a participar no sólo en recitales
sino como parte de importantes eventos académicos en el Aula Magna
de la Universidad y apoya la realización de festivales entre otros de cine,
música y teatro.

Enumerar los músicos que a partir de la década del cincuenta actuaron


en el Teatro Universitario Teatro Cesar Rengifo como luego se le denominó
y en el Aula Magna, escapa de lejos al tiempo del que disponemos; baste
decir que por esos escenarios han pasado lo mejor de los intérpretes
venezolanos e internacionales. Cito sólo a manera de ejemplo, a Morella
Muñoz, Isabel Palacios, Alirio Díaz, Rodrigo Riera, Rubén Riera, Luis
Quintero, Leovigildo Díaz, José Francisco del Castillo, Harriet Serr,
Antonio Bujanda, Arnaldo García Guinand, Freddy Hammond, además
del Quinteto Contrapunto ySerenata Guayanesa; y entre los venidos del
exterior: el arpista Nicanor Zabaleta, los pianistas Leonard Ross, André
Wasowsky, Julian Karolyi yKrzysztof Jablonski, etc.

En 1968, siendo director de Cultura el pintor Oswaldo Vigas tiene


lugar uno de los eventos musicales más notables de los que se tenga
registro en el país, se trata del Festival Internacional de Música
organizado por la ULA con la participación de diversos organismos
nacionales y regionales.

Este Festival logró reunir en la ciudad a varios de los más destacados


artistas del mundo, convirtiendo a Mérida en centro de atención nacional
e internacional por la calidad y renombre de los que aquí se reunieron.
Los merideños escucharon entre otros al New York Brass Quintet, al
Cuarteto de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, el Trio Foerster de
Checoeslovaquia, el guitarrista Narciso Yépez, el flautista Jean Pierre
Rampal junto al clavecinista Robert Veyron –Lacroix, el pianista Byron
Jannis, y los venezolanos Fredy Reyna, Judith Jaimes, así como el Orfeón
de la Universidad Central de Venezuela. Dos hechos son importantes de
resaltar sobre el Festival del año 1968: el primero es que, para ese evento
el Concejo Municipal del Distrito Libertador que presidia el Dr. Jesús
Rondón Nucete compra el segundo piano Stenway & Sons gran cola que
ha tenido la ciudad; el otro hecho es que, paralelo al Festival de Música se
realizó la Primera Muestra de Cine Documental Latinoamericano en la
que resultó ganadora “La Hora de los Hornos”, de Fernando Pino Solanas
y Octavio Getino, film en el que se denuncia la violencia fascista de las
dictaduras militares en la Argentina de los años 60.

145
Las visitas a Mérida de la Orquesta Sinfónica Venezuela constituyeron
eventos igualmente de gran novedad en la ciudad, en particular la del año
1962, debido a que por primera vez se escuchaba en estaurbeel esplendor
de los sonidos de una gran orquesta sinfónica. En esa oportunidadel
concierto tuvo lugar en el patio del rectorado pues este no tenía los
jardines que hoy conocemos. Antonio Estévez dirigió dicho concierto,
donde entre otras obras se interpretó el Poema SinfónicoMargariteña
de Inocente Carreño. En 1975 se volvió a escuchar la OSV, esta vez
dentrodel recinto del Aula Magna en dos eventos dirigidos por el
maestro Gonzalo Castellanos; para esta oportunidad la orquesta traía dos
solistas invitados: la gran pianista Judith Jaimes, quien tocó el día jueves
20 de marzo las Variaciones Sinfónicas de Cesar Franck y el merideño
Amílcar Rivas, quien actuó el Viernes 21 en el Concierto para piano en
Fa de Maurice Ravel. En 1982 actuó la OSV en la Catedral de Mérida
dirigida por Gonzalo Castellanos que interpretó entre otras obras, el
Concierto para violín de Beethoven, actuando como solista invitado el
maestro Maurice Hasson.

En 1967 se hace el montaje de la primera ópera escuchada en la


ciudad duranteel siglo XX: el profesor Diógenes Rivas dirige en el Teatro
Universitario EL Maestro de Música del compositor italiano Giovanni
Battista Pergolesi. Allí participaron la soprano Fedora Alemán, el tenor
Luis Contreras y el barítono Ramón Iriarte, junto al Orfeón Universitario,
preparado para esa ocasión por Rubén Rivas. El detalle singularen la
realización de este evento es que, por carecer la ciudad de Orquesta, la
parte instrumental tuvo que ser interpretada en dos pianos verticales,
tocados,uno,por la distinguida profesora Nina de Ivanek y el otro,por el
director del evento, Diógenes Rivas. Ese montaje fue llevado ese mismo
año al Festival de Música de Caracas, donde,ya con la presencia de una
orquesta, obtuvo tal éxito que obligó a su presentación cuatro noches
consecutivas.

En 1985 el gobernador William Dávila con la colaboración de la


ULA y otras instituciones regionales y nacionales organiza la BIENAL
INTERNACIONAL DE MÚSICA, dedicada a la memoria del maestro
José Rafael Rivas. Grandes artistas tuvieron participación en esta fiesta
musical, entre otros: Fedora Alemán, Harriet Serr, Abraham Abreu,
José Francisco del Castillo y André Poulet. La Orquesta Sinfónica de
Maracaibo hizo en esta ocasión su primera presentación en Mérida bajo
la dirección de Eduardo Rahn. La Bienal programó igualmente diversos
talleres, clases magistrales, y eventos populares y folklóricos.

146
Es con la creación en 1958 de las escuelas de arte dependientes de la
Dirección de Cultura cuando por primera vez la ciudad cuenta con una
Escuela de Música formalmente estructurada. Esta recibe entre sus
primeros profesores, a los pianistas Eric Landerer y Monique Duphil así
como al violinista Maurice Hasson. Poco tiempo después se incorporan,
los profesores Leovigildo Díaz, Diógenes Rivas, José Francisco del
Castillo, Eduardo Rahn y Luis Contreras. Esa primera Escuela de Música
después de alcanzar importantes logros, sufre el éxodo por razones
profesionales, de aquellos excelentes maestros; muchos otros,que sería
largo enumerar pasarán por sus aulas y contribuirán significativamente
a su desarrollo. Es sólo en el año 2000, durante el rectorado del Dr. Felipe
Pachano, gracias entre otros al esfuerzo de los profesores Dagmara Piñero,
Gilberto Rebolledo, Argenis Rivera y Geraldo Arrieche, con la activa
colaboración del experto en planificación y gran melómano, Dr. Sergio
Muñoz, cuandose da inicio a los Estudios de Licenciatura en Música
enla Escuela, dependiente inicialmente de la Facultad de Arquitectura
gracias al especial interés de su Decano, el Arquitecto Carlos García. En
2006 la Escuela de Música pasa a ser parte de la recién creada Facultad
de Arte, escuela de la que ya ha egresado un considerable número de
profesionales que hoy en día ejercen exitosamente en todo el ámbito
nacional y que ha estimulado la producción de interesantes trabajos de
investigación en el tema que nos ocupa, como es el caso de la Historia
de la Música Académica en la ciudad de Mérida de la Licenciada Dushka
Lekha Díaz García.

El Profesor Diógenes Rivas hace en Mérida en 1981, el primer intento


por crear una orquesta profesional, con profesores traídos de Estados
Unidos y Europa, quienes venían con el compromiso de ser ejecutantes de
la orquesta y profesores en las escuelas de música de la ciudad. Se trataba
de la Orquesta Filarmónica de Mérida, que dio su primer concierto el 24
de julio de 1982. Una vez conformada y después de algunos conciertos
donde figuraron como directores Hugo López Chirico, Inocente Carreño,
Gonzalo Castellanos y Eduardo Rahn, la orquesta fue disuelta a causa de
graves dificultades presupuestarias.

El maestro José Antonio Abreu, interpretando en 1975 el deseo de los


estudiantes de música que aspiraban a hacer práctica orquestal, organiza
en Caracas la que sería la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil de
Venezuela. Ese fue el comienzo del movimiento de orquestas juveniles,
ahora extendido hasta los más distantes rincones del país, convertidos
además en nuestros mejores embajadores culturales ante el mundo. A
los pocos años de iniciado el movimiento en Caracas, en 1978, el profesor
Francisco Marchán, bajo el estímulo y apoyo del Dr. Abreu, da inicio al
147
núcleo originario de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Mérida. De allí
surge el pujante movimiento que hoy presenciamos en el estado, donde
funcionan catorce núcleos en los que se estima reciben formación
musical un aproximado de 5000 niños.

Amílcar Rivas se hace cargo en 1989 de Orquesta Juvenil, la que


logra transformar en 1991 en una orquesta de carácter profesional, con
presentaciones periódicas en el Aula Magna de la ULA. La OSEM nace
con el decidido apoyo del para aquel entonces gobernador del estado
Dr. Jesús Rondón Nucete, quien dota de presupuesto y de instrumental
a la orquesta y financia exitosas giras a Maracaibo. Barquisimeto,
Valencia y Caracas así como la participación de la Orquesta en el Festival
Internacional del Hatillo de 1992. Amílcar Rivas la dirige hasta 1993.

LA OSEM ha tenido entre sus directores estables a los maestros Sergio


Bernal, Felipe Izcaray, Rodolfo Saglimbeni y desde el 2004 Cesar Iván
Lara. A lo largo de sus 22 años de constante actividad, han participado
como directores y solistas invitados, extraordinarios músicos locales,
nacionales y del exterior. La calidad de sus interpretaciones así como el
rico repertorio musical dado a conocer, la colocan entre las agrupaciones
sinfónicas más importantes del país.

Los temas abordados en esta exposiciónconstituyen apenas un


acercamiento al fecundo acontecer en la Mérida musical del siglo XX; hay
informaciones que han sido reconstruidas con datos sueltos recopilados
de diversas fuentes,pues por ejemplo, los archivos de la Dirección de
Cultura de la ULA de las décadas del sesenta y setenta desaparecieron
sin dejar rastro. Son muchas las instituciones, eventosy personalidades
que a pesar de su importancia no he mencionado, como es el caso de los
compositores de música académica y popular, agrupaciones de cámara, de
jazz, etc., que surgieron con gran ímpetu en las últimas décadas del siglo
pasado. Con todos ellos espero poder cumplir en una nueva oportunidad.

148
Aportes de la Iglesia
al desarrollo patrimonial de Mérida

Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo

Individuo de Número, sillón 9. Academia de Mérida


Rescatar la memoria nos permite tener mejor visión del presente
y es el camino para construir un mejor futuro que no parta de cero. A
esta categoría se suma la corriente historiográfica de la larga duración,
la longuedurée, de Fernand Braudel quien postula que cada época está
animada por una mentalidad colectiva dominante que penetra toda
la masa de la sociedad. En sus propias palabras …la historia no es otra
cosa que una constante interrogación a los tiempos pasados en nombre
de los problemas y curiosidades –e incluso las inquietudes y las angustias-
del presente que nos rodea y nos asedia (El Mediterráneo y el mundo
mediterráneo en la época de Felipe II. FCE 1976, Tomo I, pp.7-8).

La memoria como categoría epistemológica, -sociológica, filosófica


y teológica-, remite al pasado, al presente y al futuro. Éticamente la
memoria concurre a la perfección del acto humano. Y en el campo de
la teología la memoria va unida a la esperanza, a la prudencia y a los
dones del Espíritu. La interdisciplinariedad de las ciencias humanas y
los maestros de la espiritualidad hablan con profusión de una lectura
del pasado que no responda únicamente a los intereses del poder sino a
las coordenadas de la vida cotidiana; y San Juan de la Cruz insiste en la
purificación de la memoria para lograr tener una profunda experiencia
de Dios.

Sirva esta referencia conceptual para reafirmar que la iniciativa


de esta ilustre Corporación de pasearse por los aportes al patrimonio
regional, a través de las diversas instituciones que hacen vida en Mérida,
no es un simple divertimento ocioso, sino la búsqueda permanente
de la identidad que tiende a desdibujarse, cuando aparecen lecturas
interesadas, ideológicas, sesgadas, que en lugar de hacernos avanzar
constituyen un retroceso en las posibilidades siempre enormes de las
potencialidades de progreso auténtico del espíritu humano. Como decía
Mariano Picón Salas: …Conviene que haya en cada país muchos institutos
donde los hombres depongan algo de su beligerancia callejera y discutan en
ese clima casi intemporal del estudio desinteresado, del gusto de conocer sin
que el conocimiento se convierta, precisamente, en consigna política (Obras
Selectas pp. 161-162).

Esta disertación no pasa de ser un abrebocas, pues son muchos


otros los aspectos que se quedan en el tintero, por falta de tiempo para
reseñarlos convenientemente. Nos limitaremos al siglo XX, a sabiendas
de que la herencia patrimonial acumulada en siglos anteriores es
abundante y permanente. Una acotación. En el imaginario forjado
por el positivismo de las clases gobernantes se ha sostenido de una
u otra manera que la Iglesia, en este caso la católica, es más bien una
150
institución parasitaria que poco aporta a la economía y al progreso.
Como lo señala el Concilio Vaticano II,...nada hay verdaderamente
humano que no encuentre eco en su corazón…Al buscar su propio fin de
salvación, la Iglesia no sólo comunica la vida divina al hombre, sino que
además difunde sobre el universo mundo, en cierto modo, el reflejo de su
luz, sobre todo curando y elevando la dignidad de la persona, consolidando
la firmeza de la sociedad y dotando a la actividad diaria de la humanidad
de un sentido y de una significación mucho más profundos (Const. la
Iglesia en el mundo moderno, n. 1 y 40). Los ítems que desarrollaremos
dan fe de ello, lo que no quita que, siendo obra de humanos, tenga luces
y sombras, aciertos y lagunas que no podemos soslayar.

La pregunta, no por obvia, es menos pertinente: ¿La Iglesia Católica


ha aportado algo al desarrollo patrimonial de Mérida? Por didáctica,
concentraremos la exposición en varios acápites: patrimonio
documental, museístico, edificado y cultural, en el entendido que no
se trata exclusivamente de patrimonio religioso. Recordemos, además,
que la Diócesis de Mérida a comienzos del siglo XX abarcaba los Estados
Trujillo, Mérida, Táchira y parte de Barinas. En 1924 le fue segregado el
Estado Táchira, en 1957 Trujillo, en 1965 la parte de Barinas y en 1994, los
municipios del Sur del Lago.

1.- APORTES AL PATRIMONIO DOCUMENTAL

Figura señera de la Iglesia merideña en los albores del siglo XX fue


el Obispo Antonio Ramón Silva García (1895-1927). Caraqueño de vasta
formación humanística, volcó muchas de sus inquietudes en proyectos
culturales de gran significación.

1.1.- El 1 de enero de 1898 fundó el Boletín Diocesano, convirtiéndose


en el primer boletín impreso oficial eclesiástico en Venezuela. Su primer
director fue el Pbro. José Trinidad Colmenares H. Sus ocho páginas
mensuales son una mina de datos de lo humano y lo divino. Cuenta hoy
con 115 años de existencia y en él se recogen las actividades específicas
del Prelado y sus colaboradores, los documentos oficiales diocesanos
y vaticanos; pero, además, son numerosos los artículos que tratan de
tradiciones, personajes, historia, curiosidades y datos, fiel reflejo de la
vida cotidiana de entonces y de ahora.

Recordemos que la folletería impresa constituía en aquella época


la mejor manera de comunicación e intercambio entre publicaciones
similares del país y del extranjero. Las rudimentarias cajas de tipos
151
colocados a mano, fueron un acicate para que en un futuro cercano, se
creara la Imprenta Diocesana.

1.2.- La Imprenta Diocesana. Editar libros en tierras interioranas


era una proeza pues había que contar con un número considerable de
letras que obligaba a ir editando cuadernillo por cuadernillo, imprimirlo,
deshacer y volver a armar la caja de tipos, para llevar a feliz término el
trabajo tipográfico. Los seis tomos de la Historia de la Diócesis de Mérida,
El Patriotismo del Clero de Mérida, La Momia del Museo, son algunas
de las obras que salieron de aquellas prensas y tuvieron por autor al
prolífico obispo.

1.3.- El Archivo Diocesano: Mons. Silva llegó a Mérida poco después del
terremoto de 1894. Muchos edificios eclesiásticos resultaron afectados.
Entre ellos, la residencia o palacio episcopal. Gracias a la acuciosidad de
sus predecesores y a pesar de los avatares del convulsionado siglo XIX,
eran numerosos los legajos y papeles que amenazaron ruina por efecto
del agua y los pequeños insectos fagocitos. Personalmente y con la ayuda
de seminaristas, sacerdotes y de Don Tulio Febres Cordero, se dio a la
tarea de salvar y ordenar aquel rico legado. Para ello funda el 10 de junio
de 1905 el Archivo Diocesano, institución pionera en su género en el
occidente del país, y el primero en el ámbito eclesiástico. Su primera gran
recopilación fue el ordenamiento de los principales documentos de sus
antecesores dando a la luz pública los relativos a los obispos coloniales,
en los seis tomos antes mencionados.

A finales de los años 60, el Reverendo Luis Eduardo Cardona Meyer,


Sacerdote Eudista, ordenó cuidadosamente toda la documentación,
dándole la primera clasificación por secciones, siendo la base de las
actuales secciones del AAM. En homenaje a su memoria, el AAM
lleva su nombre. La salida de los Padres Eudistas del Seminario San
Buenaventura truncó el trabajo iniciado, proseguido en parte por el
Padre Arce. En el año 1978 se produjo una merma en el patrimonio
documental del AAM, pues fueron sustraídos valiosos legajos y parte
de la rica biblioteca episcopal.

La llegada de Mons. Miguel Antonio Salas (1979-1991) marcó el


rescate del AAM, trasladándolo del Seminario al Palacio Arzobispal y
confiándolo inicialmente a la dirección del Prof. Antonio Cortés Pérez
teniendo como colaboradora a la Profesora Ana Hilda Duque, quien más
tarde tomó las riendas del mismo hasta nuestros días.

152
No me detengo a detallar el proceso iniciado en los años 80 en los que
con criterios archivísticos y la incorporación de las nuevas tecnologías,
unido a profesional competente en la materia y a convenios con la
Universidad de los Andes (Rectorado y diversas facultades), se ha podido
poner en alto dicha institución. Los espacios, infraestructura, equipos y
personal son prestados a diversas instancias de la ULA para el dictado de
seminarios, maestrías y actividades de doctorado. Más de un centenar
de publicaciones de su fondo editorial, 36 números del Boletín del AAM,
cursos, talleres, seminarios, encuentros internacionales y pasantías de
estudiantes universitarios y personal de archivos públicos, privados y
eclesiásticos, dan fe del trabajo realizado en los últimos treinta años. Es
justo decirlo, el AAM es hoy día una referencia nacional e internacional
en el campo de los archivos eclesiásticos.

1.4.- El periódico El Vigilante: a finales del fecundo pontificado del


Arzobispo Silva, en 1924, se funda el periódico El Vigilante que salió a
la luz pública hasta el año 2000, fecha en el que el acoso oficial obligó
a cerrar sus puertas. Las etapas del periódico estuvieron marcadas por
el dinamismo de sus directores. En 1985 tuvo un importante cambio
tecnológico que lo convirtió en un diario ágil y moderno. Fue durante
tres cuartos de siglo una referencia obligada pues sólo a finales de la
década de los setenta apareció otro diario en la ciudad.

1.5.- La folletería religiosa: no debemos olvidar que proliferaron en


numerosas parroquias y varias asociaciones de fieles, hojas parroquiales
y órganos de difusión de sus devociones y actividades. Es ingente su
cantidad. Muchas tuvieron vida efímera, según sus protagonistas y las
posibilidades financieras. En el AAM se conservan las que llegaron a
manos de la Curia. Contienen un arsenal de datos, reflejo o espejo de
la realidad socioreligiosa de su entorno. Es un estudio que está por
hacerse.

2.- Aportes al Patrimonio Museistico

2.1.- El Museo Diocesano: metódico en la realización de las visitas


pastorales, como bien lo ha reseñado en una de sus obras el Dr. Jesús
Rondón Nucete, Mons. Silva visitó diez veces toda la extensa diócesis.
En estos recorridos pudo observar muchas cosas: el estado de las
edificaciones y de los bienes muebles, amén de las características
geomorfológicas y culturales de las diversas regiones. Se dio a la
paciente tarea de recoger numerosos objetos que constituyen hoy
un invalorable patrimonio. Una excelente ocasión para otro de sus
153
sueños, fue la cercanía del centenario de la Independencia. En solemne
Carta Pastoral decretó el 10 de agosto de 1909 la creación del Museo
Diocesano, indicando de una vez, su organización y las diversas
secciones que tendría, dando lugar a un multifacético museo. Se
convirtió también en el primer museo del occidente del país. Instó
a clérigos y laicos que enviaran piezas de valor para el mismo. Su
inauguración tuvo lugar el 6 de julio de 1911. En los años siguientes se
fue enriqueciendo con diversas piezas, algunas de alto valor histórico
y otras de gran prestancia artística. Las Campanas procedentes de Jajó
y la Momia procedente de la aldea La Ovejera de Pueblo Nuevo son sus
piezas emblemáticas y han dado pie a sendos trabajos de investigación.
Entre los visitantes ilustres del mismo se encuentra el autor de la Guía
General de Venezuela, F. Benet. En reconocimiento al ilustre primer
arzobispo, el Museo Arquidiocesano lleva su nombre.

La década de los setenta fue también nefasta para el Museo, pues


la desidia llevó a que se extraviaran o fueran sustraídas piezas del alto
valor, de las cuales, sólo algunas han podido ser recuperadas.

Será también obra de Mons. Miguel Antonio Salas su rescate. Y junto


a quien les habla nos dimos a la tarea de reordenarlo y enriquecerlo,
sobre todo, con piezas de artesanía popular religiosa. Fue reinaugurado
en 1995. Cuenta con más de 3.000 piezas. Las exposiciones periódicas
hacen su visita una novedad constante. Es visitada por alumnos de
las instituciones educativas y en el libro de visitantes se consignan
elogiosos testimonios de este tesoro escondido en el corazón de la ciudad.
Cuenta también con personal competente y es lugar de referencia para
pasantías y estudios, tanto de la región como de todo el país. Al frente del
mismo está, la Académico Ana Hilda Duque. Con motivo del centenario
del mismo, se está llevando a cabo, un quijotesco proyecto editorial, que
pretende dar a la luz pública cien libros, de los cuales van ya veinte.

2.2.- Política museística: A la vera del Museo Arquidiocesano


han surgido otras iniciativas museísticas. Con motivo de la causa de
beatificación de la Madre Georgina Febres Cordero, las Hermanas
Dominicas, con la asesoría del Museo Arquidiocesano instalaron el
Museo Sor Sofía González Adriani en los predios del Colegio San José
de la Sierra. Allí se custodian piezas traídas de las diversas casas que dan
testimonio del acervo de las Hermanas a lo largo de un siglo.

En la antigua capilla del Santo Niño de Cacute se creó en el 2008 el


Museo del Santo Niño. Entre sus piezas más relevantes están los vestidos
ofrecidos como exvotos que pasan de cien.
154
Se ha incentivado en las parroquias, la actualización de los
inventarios y la mejor conservación de las obras de arte o de devoción
inmemorial que reposan en las mismas. Tanto los archivos parroquiales
como el embellecimiento de los templos y capillas han tenido en estos
últimos veinte años un desarrollo encomiable. Casi todas las iglesias
parroquiales cuentan con imágenes valiosas, vitrales de calidad y para
toda reparación menor o mayor existe una reglamentación que pasa
por una oficina arquidiocesana llamada Oficina de Planificación y
Proyectos OPP, conformada por un grupo de ingenieros y arquitectos
ad honorem.

2.3.- Una de las Cofradías de mayor arraigo en el territorio merideño


es la de San Benito de Palermo. Su culto y devoción difiere notablemente
de la tradición zuliana y surlaguense. A raíz del bicentenario de la
canonización del santo negro (1807-2007) se ha incrementado la
recolección de su historia y de los objetos ligados a la devoción. Está en
ejecución el proyecto de publicar la historia escrita y gráfica de las dos
ramas de la tradición al santo negro en el Páramo, la de Mucuchíes con
sus trabuqueros y la de Timotes con sus comparsas y giros. Un adelanto
de este trabajo le fue entregado personalmente al Papa Benedicto XVI.

Las Misas de Aguinaldos y las Paraduras del Niño han sido


objeto de estudios dirigidos desde el Archivo y el Museo, dando
origen a publicaciones que se enmarcan en las nuevas corrientes
historiográficas.

3.- Aportes al Patrimonio Edificado

3.1.- Los territorios de la antigua Diócesis de Mérida eran fronterizos


tanto del Arzobispado de Santa Fe como del de Caracas. Sus templos,
en general, más bien modestos, con algunas pocas joyas coloniales en
Trujillo y Mérida. Con la excepción de la Catedral de Mérida y la iglesia
matriz de la ciudad de Trujillo, no contaban con esbeltos campanarios
o sonoros relojes. El primer reloj de la Catedral emeritense llegó a esta
ciudad por carambola. Su destino era Cúcuta, pero el terremoto que
azotó a esa ciudad en 1875, hizo que se quedara en la ciudad serrana. A
su vez, el terremoto de 1894 que afectó a buena parte de los Andes obligó
a reconstruirlos o pensar en nuevas edificaciones.

Mons. Silva aprovecha la construcción de la carretera Trasandina para


animar a curas y feligreses en sumarse al progreso, embelleciendo a las
iglesias con torres, campanarios y relojes. La mayor parte de estas obras
155
se hicieron por suscripción popular, cayapas y la presencia de maestros
de obra criollos y neogranadinos. Boconó, San Miguel, Trujillo, Timotes,
Mucuchíes, Torondoy, Mérida, matriz de Ejido, Santa Cruz de Mora, Tovar,
Bailadores, La Grita, El Cobre, Táriba, San Cristóbal y San Antonio, entre
otros, fueron objeto de estos desvelos. La Catedral debía distinguirse
de los otros templos y a la torre norte se le sumó una segunda, la sur,
inaugurada en torno al centenario de la Independencia.

También por iniciativa del Obispo Silva García, los curas párrocos de
todas las localidades de la Diócesis elaboraron planos, estadísticas y
características generales de los pueblos, que son el mejor testimonio del
estado de la región a comienzos del siglo XX. Es un trabajo que está por
hacerse y su publicación será una joya cartográfica, empírica y desigual,
pero no por ello menos valiosa.

3.2.- La Catedral de Mons. Bosset (1867) sufrió desperfectos con el


sismo de 1894. El Deán, Mons. Clemente Mejías, volcó sus esfuerzos
en apuntalar el edificio y en dotarla de ornamentos, imágenes y
objetos tales como cálices, custodias, copones, candelabros..., que
le dieran lustre a la iglesia principal del obispado. La imagen de la
Patrona de la Diócesis, la Inmaculada Concepción, que sobresale en
el ábside del templo, fue comprada en Barcelona, España, habiendo
sido premiada como la mejor escultura religiosa de Europa del año
1910. El techo de la catedral cedió definitivamente en la semana de
pascua de 1945 con la suerte de que estaba vacía y no hubo víctimas
humanas.

3.3.- La residencia episcopal y el seminario funcionaban en la


cuadra eclesiástica. Eran edificaciones endebles sin la consistencia de
la Casa Bosset, antigua residencia del obispo, que fue prácticamente
confiscada después de la expulsión y muerte del prelado guaireño,
siendo infructuosas las diligencias realizadas por su sucesor y el Cabildo
catedralicio.

3.4.- A la muerte de Mons. Silva (1927), su sucesor, Mons. Acacio


Chacón Guerra (1927-1966), se convirtió en el gran mecenas que lo hizo
acreedor del título del arzobispo constructor. En 1931, según planos
y diseño de estilo florentino del arquitecto Luis Bossetti se iniciaron
las obras del nuevo Palacio Arzobispal. Su construcción tardó 20 años.
Simultáneamente, otro arquitecto, de nacionalidad española, Manuel
Mujica Millán había obtenido fama nacional por la remodelación del
Panteón Nacional en Caracas, la construcción de la iglesia de Campo
Claro en las afueras de la ciudad en Chacao y varias mansiones para
156
las familias adineradas de la capital. El entusiasmo contagió también
a los merideños y su huella permanece todavía en algunas casas en El
Encanto y en la Avenida 3.

3.5.- El Arzobispo Chacón convocó a concurso la edificación de la


nueva catedral. El Dr. Mujica Millán resultó favorecido. Con su peculiar
estilo trazó los esbozos de la Catedral que enorgullece a los merideños y
es uno de los templos católicos que ponen muy en alto la arquitectura
religiosa venezolana. Contemporánea a esta obra, y diseñada por el
mismo arquitecto, se construyó el nuevo Seminario San Buenaventura
en las inmediaciones del futuro teleférico.

La iniciativa del Arzobispo atrajo a la ciudad de los caballeros a una


pléyade de ingenieros, arquitectos, maestros de obra, artesanos y artistas
para las obras que le cambiaron el rostro pueblerino a la ciudad serrana, y
la convirtieron en una escuela en diversas especialidades. Colombianos,
ecuatorianos, españoles, italianos junto a tachirenses, trujillanos y
merideños hicieron tienda en esta ciudad para siempre.

En el marco del todavía lejano cuatricentenario de la ciudad,


universidad, gobierno regional y local planificaron darle identidad
arquitectónica a la ciudad. La caída de la dictadura de Pérez Jiménez hizo
que las nuevas autoridades desecharan los proyectos, quedando la fecha
cuatricentenaria reducida a los actos religiosos.

3.6.- En el segundo cuarto del siglo XX fueron construidos la mayor


parte de los templos que forman lo que alguno ha llamado “la ruta
de las catedrales”, comenzando en Timotes hasta Bailadores. Curas
emprendedores, acompañados de feligreses entusiastas, dieron
fisonomía a la arquitectura religiosa actual de la región. La mayor parte
de los recursos salieron de los esfuerzos de la gente con pequeñas ayudas
gubernamentales. Tuvieron, además, visión de futuro. En el momento de su
construcción, dichas construcciones pudieron parecer desproporcionadas
para la escasa población de entonces. Hoy, son suficientes y en ocasiones,
lucen pequeñas para los requerimientos actuales.

3.7.- La segunda mitad del siglo XX presenta luces y sombras en cuanto


a la arquitectura religiosa se refiere. La nueva realidad producto de la
renta petrolera, el aumento de la población gracias a políticas sanitarias
adecuadas y a la inmigración, sobre todo europea, hicieron confundir
progreso y modernidad con la destrucción de lo existente. Desde el punto
de vista eclesiástico, las reformas del Concilio Vaticano II (1962-1965)
cambiaron los parámetros conceptuales de las edificaciones religiosas.
157
Se hicieron remodelaciones apresuradas sin el suficiente asesoramiento,
tanto técnico como eclesiástico, lo que trajo consigo que se desechara
con facilidad bienes muebles de valor artístico y afectivo, dañando el
patrimonio amasado por décadas. Sin embargo, hay que decirlo también,
se construyeron algunos templos modernos de gran valor artístico y
litúrgico, como la iglesia de Santa Juana en Mérida, o la parroquial de La
Azulita.

3.8.- En otro orden de cosas, el siglo XX encontró a curas emprendedores


de obras civiles de importancia. La primera de todas, la apertura de caminos
y carreteras. Es poco conocida la participación del P. Buenaventura Vivas,
tachirense de nacimiento y Cura de Timotes, compadre del General
Gómez. Fue él uno de los promotores de la construcción de la carretera
Trasandina. Confió al férreo general que pasaría a la historia si abría paso
a la comunicación vehicular entre el Táchira y Caracas. Y le ofreció sus
buenos oficios para que le permitiera el trazado de la vía Valera-Timotes.
Fue acusado por los dueños de las tierras por donde atravesaría la carretera
de ser bolchevique, pues afectaba la propiedad privada de sus haciendas.
Como gozó del apoyo del General de La Mulera sus huesos no fueron a
dar a alguna mazmorra. El resto es conocido de todos. La Trasandina
puso a escasos dos días la travesía entre San Cristóbal y Caracas, con las
consecuencias positivas y negativas que trae toda vía de comunicación.
Pero el aislamiento secular de estas tierras abrió perspectivas cuyos frutos
se fueron viendo poco a poco.

3.9.- Pero a mediados del siglo XX, fuera de la polvorienta Trasandina,


los pueblos que no estaban en su ruta seguían padeciendo de
incomunicación. Son héroes anónimos, los habitantes de los Pueblos del
Sur merideño que contaron con hombres como los Presbíteros Eustorgio
Rivas, Boanerges Uzcátegui, Crescencio Parra, Pedro Moreno, y más
tarde otros, como el Padre Hermógenes Yebra que a fuerza de coraje
y aventura, pero de acción comunitaria marcada por las cayapas y
convites, abrieron a pico y pala las primeras trochas por donde pasaron
los pequeños jeeps willis. Varios libros se han escrito sobre esta odisea y
está siendo arbitrado por el AAM unas deliciosas memorias de Boanerges
Uzcátegui, que Dios mediante, publicaremos para deleite de todos.

3.10.- La lucha por la luz eléctrica, acueductos, sistemas de riego,


instalación de teléfonos y la apertura de centros de enseñanza o de salud,
tuvieron como adalides a los párrocos de muchos pueblos olvidados de
las autoridades, que siempre han llegado tarde a los requerimientos de
la modernidad a la que tienen igual derecho los habitantes del campo o
de la ciudad.
158
4.- Aportes al Patrimonio Cultural

4.1.- Existe un patrimonio intangible que toca a necesidades y anhelos


de toda sociedad. Todo lo que tiene que ver con la vida cotidiana, sus
necesidades sentidas o reales, la calidad de vida que se manifiesta de
múltiples maneras y pone de manifiesto la creatividad, constancia
y tesón de la gente, fueron objeto de interés y preocupación para los
miembros del clero y de la vida religiosa. Si el siglo XIX estuvo signado
por la desaparición de las órdenes religiosas por los avatares de la
guerra de independencia y las políticas guzmancistas, el siglo XX será
el de la proliferación de antiguas y nuevas congregaciones masculinas y
femeninas, con personal español, italiano y colombiano en sus inicios, a
los que se unieron las vocaciones nativas, marcó también, una presencia
más activa y fructífera en diversos campos del quehacer cotidiano.

4.2.-La salud y la educación tardaron en ser prioridad para los


gobiernos. La masificación de estos servicios públicos tuvo que esperar
prácticamente hasta mediados del siglo XX para que comenzara a
sentirse como un derecho de todos y no el privilegio de una minoría. La
creación de la Congregación de Hermanas Dominicas, nacidas en Mérida
al amparo del Obispo Antonio Ramón Silva y de un pequeño grupo de
mujeres a cuya cabeza estaba la Srta. Georgina Febres Cordero, surgieron
en primera instancia para ocuparse de la salud. El Hospicio San Juan de
Dios en Mérida y el Hospital de Rubio en el Táchira fueron las primeras
casas. Luego se expandieron a otras localidades andinas y se abrieron al
campo educativo con la creación de colegios. Varios hospitales públicos
tuvieron por muchos años a estas hermanitas como enfermeras y
responsables del personal paramédico.

4.3.- En el campo de la salud, restringiéndonos a Mérida, aparecieron


los primeros ancianatos, cuando el Estado no se hacía cargo de nuestros
mayores. La Casa Hogar Delia Dávila Gabaldón, el Hospicio San Juan de
Dios, la Casa Hogar La Milagrosa en Lagunillas, todos bajo la dirección
de las Hermanas Dominicas. Las Franciscanas Venezolanas fundaron
en 1915 la Casa de la Misericordia para niñas pobres. Años más tarde, la
presencia de las Carmelitasde la Madre Candelaria en La Otra Banda. Más
reciente, es la presencia de Hermanas Siervas del Santísimo y la Caridad
en el Ancianato Leonor Escalante de Zea y las Hermanas Franciscanas
de la Inmaculada con la Casa Centro de Orientación y Capacitación
Madre Francisca Pascual Domenech de Tabay para la atención de
discapacitados. En el último cuarto del siglo XX, por iniciativa conjunta
de varios sacerdotes y profesionales de la medicina, surgió el Hospital
Psiquiátrico San Juan de Dios en la Urb. Campo Claro de Mérida. A ellos
159
se unen obras menores pero muy eficaces como son los dispensarios
Mons. Chacón regido por la Sociedad del Santo Sepulcro y el Dispensario
San José por las Hnas. de San José de Gerona.

4.4.- Mención aparte merece el empuje del Padre Escolástico Duque


como el propulsor de la Juntapro Hospital Los Andes y motor de la
primera edificación, que se constituyó en el centro hospitalario moderno
que requería la ciudad. Iniciativa similar tuvieron varios curas en el
interior del Estado, como el Padre Deogracias Corredor Rojas para el
ambulatorio y posterior hospital de La Azulita, o las Hermanas al frente
del Hospital San José de Tovar.

4.5.- La educación ha sido el campo en el que la Iglesia ofreció en el


siglo XX posibilidades que antes no existían. Los Padres Dominicos
Holandeses se hicieron cargo del Seminario Diocesano entre 1910-1913.
Las Franciscanas del Corazón de Jesús en 1915, las Dominicas con el
Colegio San José de la Sierra en 1918, las Salesianas en 1927, los Jesuitas
con el Colegio San José en 1928, las Dominicas de la Presentación en 1938
en Tovar, los Salesianos en 1949.

En la segunda mitad del siglo XX la afluencia de comunidades


religiosas enseñantes crecieron: las Salesianas en 1950 (Colegio María
Mazzarello), las Dominicas en 1951 (Colegio Nuestra Señora de Fátima),
las Siervas de Jesús en 1955 (Colegio Nuestra Señora del Rosario), las
Hermanas en 1957 (Colegio Cardenal Quintero en Mucuchíes), las
Hermanas de la Presentación de la Virgen Niña en 1957 (Colegio Nuestra
Señora del Carmen en Santa Cruz de Mora), el arzobispado en 1959
(Colegio Arzobispo Silva), la parroquia de Zea en 1960 (Colegio Rita Mora
de Barrios), la parroquia de La Azulita en 1961 (Colegio Mons. Chacón),
los Hermanos de la Salle en 1965 (Colegio La Salle), las Hermanas
Franciscanas en 1965 (Colegio Sagrada Familia), los Padres Capuchinos
en 1966 (Colegio Seráfico) y en 1971 (Jardín Franciscano), las Hermanas
Esclavas de Cristo Rey en e1966 (Colegio Timoteo Aguirre, Fe y Alegría),
las Hijas de la Natividad de María en 1967 (Colegio San Pío X en Ejido),
las Hermanas de la Presentación en 1970 (Colegio La Presentación de
Mérida), las Hermanas Adoratrices en 1973 (Colegio Micaeliano), Padres
Jesuitas y Hermanas Esclavas del Divino Corazón en 1974 (Internado San
Javier del Valle), las Hermanitas de los Pobres en 1984 (Colegio Madre
Emilia), las Hijas de Jesús ene 1985 (Fe y Alegría de Tovar), las Dominicas
de Granadas en 1989 (Preescolar Teresa Titos y en el 2001 U. E.), las
Cooperadoras Salesianas en 1989 (U. E. San Juan Bosco), la arquidiócesis
en 1992 (Colegio Madre Laura), Hermanos de la Salle en 1994 (U.E. Hno.
Luis), Fundación Colegio Mons. Bosset en 1995, Fe y Alegría en 1996
160
(Escuela Hna. Felisa Elustondo en Tovar), Fe y Alegría en 1996 (U.E. San
Francisco de Asís en Ejido), y las Hermanas de la Inmaculada en 2002
(Taller de Creatividad Padre Domenico). En total hay 33 colegios de la
Iglesia que atienden a 20.173 niños, adolescentes y jóvenes, la mayor
parte de ellos bajo la modalidad de gratuidad total o parcial.

La labor del Padre Jesuita José María Velaz, merece un comentario


aparte. Vino a Mérida como Rector del Colegio San José. Bajo su mandato
tuvo lugar el accidente aéreo en el que perecieron 27 alumnos internos en
diciembre de 1950. Hizo de Mérida, desde San Javier del Valle, el lugar de
sus sueños y cuitas que cristalizaron en la obra de Fe y Alegría. Los Talleres
de San Javier quisieron ser una especie de universidad laboral para jóvenes
indígenas, campesinos y muchachos de barrio. Con fino olfato ecológico
la siembra de fresnos en El Valle cambió su paisaje y constituye hoy una
especie autóctona cuya madera sirve para diversos usos. Su obra se ha
extendido por numerosos países de América Latina y África.

4.6.- Casas de encuentros: para mediados del siglo XX Mérida comienza


a contar con casas construidas ad hoc para la realización de ejercicios
espirituales, encuentros, retiros y convivencias, para sacerdotes,
religiosas, laicos y grupos juveniles. La primera, la Casa de Retiros que se
construye en Mérida, en San Javier del Valle, fue iniciativa del P. Velaz
como memoria viva de los niños del Colegio San José fallecidos en la
tragedia aérea de 1950. La belleza del paraje y su diseño la convierten
en un atractivo natural, artístico y oasis de paz, de primer orden. Fue
inaugurada en 1954. Posteriormente se han construido 7 más bajo la
dirección de religiosos y grupos de apostolado. Son miles de personas
que vienen de todo el país a jornadas diversas que aportan un respetable
caudal a la economía local, además del bien espiritual que reciben.

4.7.- Medios de Comunicación Social: en el ámbito nacional la


Arquidiócesis de Mérida ha sido pionera en este rubro. El Diario El
Vigilante (1924) antes señalado, al que hay que sumar Radio Occidente
(1961) en Tovar aunque comenzó en Canaguá. Bajo la modalidad de
emisora comunitaria y para la enseñanza por radio, según la experiencia
colombiana de Radio Sutatenza representa la promoción de los valores
populares de nuestros pueblos.

La Televisora Andina de Mérida (1982), primera en su género en el


país, rompió, no sin dificultades y tropiezos, con la hegemonía caraqueña.
Hubo que acudir a la categoría inexistente de televisora regional para
que pudiera funcionar. Fue una feliz iniciativa del P. Ugo Anzil y Mons.
Miguel Antonio Salas.
161
Otras emisoras: Radio F.M. Éxitos 100.9 en Mérida (1992), Radio
Libertad 90.5 FM en Canaguá (1996), Radio Paraíso 100.7 FM (1997),
Radio Santo Cristo Estéreo 96.1 FM en Aricagua (2008). De más está
decir que la modalidad de participación popular, las restricciones legales
y la pertenencia a la Iglesia, han sido y son iniciativas titánicas para su
subsistencia. La mística, voluntariado y tesón han sido base fundamental
para su permanencia, pues las gentes las siente como suyas y son canales
de expresión de gozos y fatigas de las comunidades a las que sirven.

4.8.- Tradiciones religiosas y populares: son numerosas las expresiones


de religiosidad popular, ricas en colorido y en participación. Involucran
a los miembros de sus comunidades en sus celebraciones anuales, bajo
la figura de cofradías o sociedades religiosas. Tienen las características
heredadas de la Colonia, de gozar de autonomía y de fuerte liderazgo
laical. Procesiones, bailes, vestuarios, gastronomía, organización
horizontal con una férrea disciplina para sus miembros. Han sido, de
alguna manera, las que conservan con diligencia las mejores y más
ancestrales tradiciones en las que se mezclan elementos hispánicos,
indígenas, negroides y criollos, con un fuerte sincretismo sociocultural
y religioso. Las Sociedades de San Benito de Palermo en el Páramo tienen
características propias muy peculiares. Son, sin duda, las más extendidas
en nuestra geografía merideña. Las fiestas de San Isidro, la Candelaria,
Santiago, diversas advocaciones marianas, las tradicionales Misas de
Aguinaldos, las Posadas, las Paraduras del Niño, las peculiaridades de
la cuaresma y semana santa con las Pasiones Vivientes, Via Crucis, El
Nazareno, los Monumentos del Jueves Santo y el Santo Sepulcro, tienen
rituales especiales que son respetados y reproducidos con minuciosidad
por los miembros de cada una de dichas sociedades.

En los últimos años en el Archivo y Museo Arquidiocesano se ha


abierto una línea de investigación para el rescate, conservación y difusión
de los muchos valores que encierran estas tradiciones, a través de las
cuales se trasmiten elementos de convivencia, ayuda mutua, servicio,
que en ocasiones funcionan como auténticas mutuales que llenan los
vacíos de la seguridad social del Estado.

4.9.- Quedan otros aspectos que no abordamos en este ensayo.


Tendríamos que analizar personas e instituciones concretas que han
aportado tanto en el orden religioso como en el de la vida cotidiana y en
el cultivo de las letras y las artes. Pero ello será objeto de otra disertación.

162
5.- Conclusión

Si por cultura entendemos en sentido amplio el modo particular con


el cual los hombres y los pueblos cultivan su relación con la naturaleza
y con sus hermanos, con ellos mismos y con Dios, a fin de lograr una
existencia plenamente humana, la acumulación de los valores que de allí
surgen, constituyen el patrimonio tangible e intangible de los pueblos.

El proceso de globalización tiende a desarraigarnos y se constituye


en una tentación al querer sustituir nuestros modos de vivir por los
que nos ofrecen los medios de comunicación y la publicidad. Lo propio
y lo autóctono tiende a ser minusvalorado cuando no despreciado,
trasmutando nuestros hábitos y costumbres.

La Iglesia Católica en nuestro medio ha sido la institución más cauta


y conservadora en cuanto a la preservación de los bienes materiales y
espirituales heredados de nuestros mayores. No en vano, más del 80%
del patrimonio nacional hace referencia directa o indirecta a bienes y
servicios ligados a la religión.

En otro orden de cosas, las actividades de la Iglesia generan también una


cadena de necesidades que deben ser cubiertas con bienes y servicios. En
este sentido su aporte a la economía es indiscutible. El turismo religioso,
desarrollado hoy día en diversas latitudes, debe partir del respeto y
autonomía de dichos bienes. Entre nosotros, ha habido siempre y ahora
más, la política de querer apropiárselos, desvirtuando su razón de ser
y vaciándolo de lo que ha dado vigencia por siglos. Sirva de ejemplo, lo
sucedido estos años con las tradiciones de los diablos danzantes.

Es necesario promover mancomunadamente, una auténtica cultura


de la vida, de la justicia, de la solidaridad, de la fraternidad y de la paz. Es
tarea pendiente.

Urge trabajar por el reconocimiento efectivo de la igualdad de las


culturas, y entre ellas, fomentar el diálogo franco y sincero, a fin de
construir una comunidad abierta a la integración local, regional, nacional
y mundial.

Es tarea de todos desarrollar la memoria histórica de la idiosincrasia


venezolana y andina, promover la memoria histórico-cultural y
religiosa de nuestros pueblos, participar en equipos interdisciplinares
de investigación, promover las bibliotecas, archivos, escuelas de arte
profano y sacro, y promover en las nuevas generaciones la creatividad
163
artística en todas las expresiones de la cultura venezolana: arquitectura,
escultura, pintura, música, literatura, artesanía…

Concluyo con esta cuita de nuestro Mariano Picón Salas: la educación


es entre nosotros embrollado problema porque nunca tuvimos un criterio
filosófico, es decir, integral, para apreciarlo. Aquí como en todas las cosas
prevaleció la improvisación y el humor, la pequeña receta superficial. Un
Estado privatista sin idea nacional alguna, no pudo sino dar soluciones
caprichosas y descoyuntadas…no había tampoco para auxiliarlos, para
cubrir su retaguardia, fuertes organismos morales, opinión pública que
tuviera voluntad y forma. Por lo demás, muy característico de nuestro
altanero individualismo venezolano es que el alto y pequeño funcionario se
aísla orgullosamente en su función y prefiera mandar antes que deliberar y
escuchar (Suma de Venezuela, pp. 105-106).

Quizá, ahí esté nuestro granito de arena, como personas y como


académicos. Es la mejor manera de hacer del rico patrimonio merideño
una luz que brille en lo alto de la montaña para irradiarlo a los cuatro
vientos. Señores.

164
Balance de la salud pública en la Mérida
del siglo XX

Dr. Rómulo Bastidas Fernández

Individuo de Número, sillón 15. Academia de Mérida


Quiero comenzar agradeciendo, que con motivo de cumplirse el año
pasado el veinteavo aniversario de haber sido creada nuestra querida
Academia de Mérida, de la cual me honro en formar parte de su Junta
Directiva en condición de segundo Vicepresidente, haya recaído en mí la
responsabilidad de asumir el encargo de disertar y hacer un balance de
la Salud Pública en la Mérida del Siglo XX, tarea que asumo con mucho
gusto por ser esta área del conocimiento durante años asiento de mi
ejercicio profesional en la administración pública y como docente en
la Facultad de Medicina de nuestra Ilustre Universidad de Los Andes,
no sin antes advertir; que lo vasto de esta disciplina y lo complicado de
hacer un balance del Siglo XX en esta área del conocimiento en tan corto
tiempo, pudiera ser un atrevimiento que conlleve a omisiones que son
fruto de lo antes señalado y no de mi voluntad, por lo tanto; de ser así,
pido excusas anticipadas y la más amplia comprensión.

Tenemos que precisar, que el reconocimiento de la salud como derecho


humano esencial, la jerarquización de la equidad como parte de la
dimensión ética de la salud pública, el avasallante adelanto tecnológico,
la importancia que han adquirido los factores determinantes del proceso
salud-enfermedad, la globalización y los costos crecientes de la atención
entre otros factores, han transformado en las últimas décadas la salud
pública en un área prioritaria para todas las sociedades.

Ésta evolución genera el desafío que hoy enfrentamos, dado que


esta amplia concepción debe desarrollarse sin perder de vista las
responsabilidades tradicionales como la prevención y la atención a la
enfermedad, lo que significa un fuerte arraigo a lo que tradicionalmente
hemos hecho, y simultáneamente mirar hacia el futuro con fortaleza y
con un dinamismo que aseguren su actualización en forma permanente.
Entre ambos extremos debe encontrarse el punto de equilibrio, que
responda por una parte, a una responsable atención humanizada de
la patología mediante una práctica eficiente, y por la otra, a una amplia
visión que conlleve a hacer esfuerzos para que la cultura de la salud como
una dimensión esencial de la promoción de la salud, actúe como una
estrategia que facilite el proceso de cambio social basado en el modelo
ecológico “que establece una relación del individuo con el ambiente:
natural, físico, económico, social y cultural para modificar conductas
inadecuadas de salud que tanto daño nos hacen y así poder mejorar la
calidad de vida” OPS, (2006).

Entendemos que la salud es un componente fundamental para


el desarrollo socioeconómico, pues es bien difícil concebir un país
desarrollado con un pueblo enfermo.
166
Con fines didácticos, hemos procedido con la finalidad de lograr una
mejor comprensión de la centuria pasada en materia de salud, a dividir
los acontecimientos más resaltantes por etapas, de manera de poder
tener una visión de conjunto y sistemática, y así poder hacer un análisis
sucinto pero serio y objetivo de tan importante tema.

Primera Etapa 1900-1936

Tenemos que comenzar el desarrollo de esta etapa, refiriéndonos a


una institución histórica en materia de salud como lo fue el hospital
San Juan de Dios, hospicio fundado aproximadamente en 1630 y
regentado entonces por los hermanos hospitalarios de San Juan
de Dios, orden creada por Pío V en 1560 para instalar y administrar
hospitales, el cual tuvo como principio la caridad cristiana hacia pobres
y clases necesitadas. Si bien es cierto que este hospital y el hospital de
Lázaros fundado en 1807 por el ilustre Obispo Santiago Hernández
Milanés quien murió en el terremoto de 1812, fueron los dos el asiento
de la atención hospitalaria a partir de 1830, o sea; la organización de los
servicios de salud en la etapa republicana, al primero se le cambió el
nombre por Hospital de Caridad a partir de 1840, y al decir del doctor
Roberto Rondón Morales en el libro Pensar a Mérida, capitulo Pensar a
Mérida en Salud, señala que:

“En 1900, el hospital se volvió a llamar San Juan de


Dios. Debido a las guerras civiles, la falta de alimentos
y de ayuda oficial, la superioridad les ordenó regresar; y
contra su voluntad abandonaron el hospital y a Mérida,
el 5 de julio de 1900, con gran pesar y despedida popular.
A partir de ese momento, se responsabilizaron del manejo
hospitalario las hermanas Georgina Febres Cordero y Julia
Picón Febres, quienes conformaron una congregación
local llamada Hermanas de la Caridad de Santa Rosa de
Lima, legalizada por Resolución Episcopal y luego Papal y
que posteriormente, se adscribió a las Dominicas”. Rondón
M. (2011).

Más adelante señala también el doctor Rondón que en 1901, el


Presidente Provisional del estado, José Dávila, re adscribió el hospital
al estado y lo reglamentó sobre los deberes de los médicos, enfermeras,
enfermos, botica, régimen interno de bienes y rentas, gastos y
presupuestos, promulgó igualmente un edicto para que cesara el ejercicio
167
ilegal de quienes no estaban autorizados como médicos cirujanos,
farmacéuticos, parteros, y dentistas.

Más tarde en 1930 se convirtió en el hospital de Mérida, siendo


necesario resaltarlo, por la impronta que ha tenido en el devenir de la
salud pública merideña.

En 1904, se fundó en Mérida, la liga antituberculosa y en 1915 se


creó la Casa de la Misericordia auspiciada por la señora Juana Pérez de
Parra Picón como asilo para huérfanos y regentada por los Hermanos
Franciscanos. En 1922 se estableció el asilo para huérfanos de San José de
la Sierra, dirigido por los Hermanos de la Caridad de Santa Rosa de Lima,
ahora Dominicas.

Por la importancia trascendente que ha tenido la Facultad de


Medicina en la formación del recurso humano para acometer con
éxito la salud, tanto en el estado Mérida como a nivel nacional, es más
que justificado reseñar, aunque sea de manera sucinta su nacimiento
y estructuración. En el libro del doctor Mario Spinetti Berti nuestro
querido y siempre recordado ex presidente de la Academia de Mérida, se
señala lo siguiente: “los estudios de medicina de la Universidad de los Andes
datan de 1805, año en que es creada la Cátedra de Medicina con el nombre
de Medicina Especulativa y Práctica, siendo su profesor José María Unda,
natural de Guanare”. Spinetti B. (2000).

Más adelante señala que su duración fue solo de un año y luego


reabrió el 1º de Mayo de 1810, no se cursa ni se hacen intentos serios para
proseguir los estudios en el período de 1812 a 1837 en que se reanuda.
Afirma don Mario en el libro antes citado, que el año de 1854 puede
ser catalogado como de trascendental importancia y debe considerarse
como el punto de partida de los estudios de las Ciencias Médicas en la
Universidad de los Andes. En el mismo año se abren las clases de Cirugía
y de Partos, Semiología General y Medicina Práctica. Posteriormente en
1878 bajo el Rectorado del doctor José de Jesús Dávila se produce una
nueva organización de las cátedras, cuya reapertura de estos cursos
formales de medicina, coincidió con el célebre Decreto de Guzmán
Blanco, de fecha 23 de septiembre de 1883, que otorga a la universidad
el nombre de “Universidad de los Andes”, pero la despojó de sus bienes y
facultades legales, en contraposición al Decreto del Libertador de 1827
cuando decreta la transformación de la Real y Pontificia Universidad
de Santiago de León de Caracas en la Universidad Central de Venezuela,
dotándola de patrimonio y autonomía. A partir de 1928 se reiniciaron los
estudios de medicina, clausurados desde comienzos de siglo.
168
Hoy en día presenta en su estructura académica tres Escuelas:
(Medicina, Enfermería y Nutrición), Enfermería creada en 1967 y
Nutrición y Dietética en 1971 con una matrícula indeterminada de
alumnos.

Huelga decir, que hacemos esfuerzos para que nuestro Departamento


de Medicina Preventiva y Social se transforme en Escuela de Salud
Pública, pensamos que tenemos entidad para ello por la suma de
importantes programas que desarrolla tanto en pregrado como en
postgrado, de los cuales uno de ellos me honro en coordinar como lo es la
Maestría en Salud Pública.

Es necesario señalar, que a nivel nacional se había conformado una


base jurídica de salud, soporte esencial para lo que después narraremos.
Según refiere la Dra. Nancy de Sardi, citando a Ricardo Archila connotado
historiador de la medicina, en un material preparado en la cátedra de
salud pública denominado Evolución Histórica de la Medicina y la
Salud Pública en Venezuela y en el Mundo.

“En 1910 se creó la Dirección de Higiene y Salubridad


Pública, en 1911 se crea la Oficina de Sanidad Nacional,
en 1912, el Congreso de la República dicta la primera Ley
de Sanidad Nacional en donde se establecen funciones
muy claras de inspección sanitaria en establecimientos
públicos, control de alimentos, bebidas y medicamentos.
En 1919, la Oficina de Sanidad Nacional se transforma en
Dirección de Sanidad Nacional con una estructura mejor
dotada y organizada”.

Es el momento de referirnos entonces, a un hecho singular en los


anales de la salud pública merideña acaecido en el año de 1930, como es la
transformación del viejo Asilo San Juan de Dios en el Hospital los Andes
debido a la alta mortalidad infantil y al estado de pobreza y escasez en el
que estaban los servicios de salud, además; de las necesidades derivadas de
la Escuela de Medicina reabierta para esa época. La propuesta de proyecto
sobrepasaba los 600 mil bolívares, muy importante suma de dinero para
la época. La trascendente iniciativa coincide con la llegada a Mérida del
padre Escolástico Duque oriundo de Táchira, pero la mayor parte de su
obra se había cumplido en Trujillo y en Mérida. Al decir de Daniel Febres
Cordero “uno de los hombres más dinámicos y constructivos con que ha
contado la Venezuela del presente siglo”. Febres Cordero, D (1972).
169
En la reunión convocada para hablar del tema, tan solo se ha planteado
el proyecto y el más franco pesimismo invade la audiencia. Por creer
que las palabras enardecidas del padre Duque ante tal actitud tienen
plena vigencia, les voy a pedir la aquiescencia de ustedes para citarlas
textualmente, tomadas de un discurso pronunciado por el Dr José
Humberto Ocaríz en la inauguración del busto de Monseñor Escolástico
Duque con motivo de los 25 años de la fundación del Hospital Los Andes

“Señores, ha llegado la hora de resolver el grave problema


sobre la construcción de un nuevo hospital. Empero, para
la trascendental revolución, se le niega la palabra a los
cobardes. De ningún cobarde la historia cuenta algo digno.
Se le niega la palabra a los sinvergüenzas. Ahí está la puerta,
pues de tales gentes jamás se ha dicho nada glorioso. Se le
niega la palabra a los malparidos. Nunca jamás se narró
de tal progenie acción grande alguna. Que levanten la
mano los hombres que tengan pelo en pecho; suyas son las
empresas importantes. Y si Mérida se niega a cooperar en
la construcción del nuevo hospital, por la sangre que de mi
madre llevo en mis venas y por la leche con que me alimentó
mi madre, yo levantaré el nuevo edificio”.

Ante la contundencia de tal arenga y dada la personalidad del que las


pronunciaba, el ambiente cambió radicalmente, comenzaron a llegar los
donativos y nace así la Junta Prohospital presidida por el padre Duque
y conformada por una serie de prohombres de la época de probada
raigambre merideña.

El 5 de febrero de 1936 fue abierto el hospital con 45 enfermos y los


siguientes servicios:

.. Cirugía de hombres y mujeres, Dres. Heriberto Romero y Antonio


Parra León.
.. Medicina General, Dr. Ricardo Fonseca, sustituido luego por el Dr.
Eloy Dávila Celis.
.. Dermatología y Sífilis, Dr. Pedro Guerra Fonseca.
.. Obstetricia, Dr. Antonio José Uzcátegui.
.. Radiología, Dr. Francisco Fonseca.
.. Niños, J M Luengo Vale.
.. Laboratorio, Sr.. Carlos Salas
.. Farmacia, Dra. María Dolores Quintero.
170
.. Odontología Dr. Francisco Briceño Perozo.
.. Administración y enfermería, a cargo de las Hermanas Dominicas
y estudiantes de medicina como internos y externos.

El 9 de febrero de 1936 fue inaugurado dicho hospital por Monseñor


Acacio Chacón.

Es bueno recordar que la Dirección de Sanidad Nacional antes


nombrada, llevó a la creación del Ministerio de Salubridad, Agricultura
y Cría, que el 25 de febrero de 1936 se transforma en el Ministerio de
Sanidad y Asistencia Social, siendo su primer Ministro el Dr. Enrique
Tejera.

Segunda Etapa: 1937-1973

Es necesario resaltar en esta etapa que con la creación de la Oficina de


Sanidad Nacional, conformada por Ley en 1912, reformada varias veces,
se integraron a la nueva organización ministerial algunas estructuras a
partir de 1936.

Se crean entonces, entre 1937 y 1957 las bien nombradas Unidades


Sanitarias. La de Mérida se creó a principios de 1938 para servir a una
población de 24.494 habitantes y la de Tovar en 1950 para una población
de 6.281 con funciones preventivas y curativas.

En el cuadro Nº 1, podemos observar todos los servicios que prestaban


a través del equipo profesional y los servicios dispensariales:

171
La Unidad Sanitaria de Mérida, funcionó en el antiguo garaje de Obras
Públicas Estadales, ubicada en la intersección de la calle 24 con la avenida
8, ahora sede de la Escuela de Enfermería. Con mucho placer tengo que
referir que ésta Unidad Sanitaria, tuvo como uno de sus directores al
Dr. Héctor Sequera Palencia, de grata recordación para nosotros los
que trabajamos en el Departamento de Medicina Preventiva y Social,
porque fue un insigne maestro y amigo, además; fundador del primer
Departamento de Medicina Preventiva y Social de Venezuela que por
coincidencia es el nuestro.

Otra estructura de salud digna de grata evocación es la prestigiosa


Maternidad de Mérida, creada en razón de que inaugurado el Hospital
Los Andes no existía sala de maternidad propiamente dicha, “se
habilitaron los sótanos del local y debido a los esfuerzos de las hermanas
Dávila Gabaldón y al aporte de Bs. 60.000, se construyó el Pabellón Pedro
Dávila Gabaldón que es dedicado a la Maternidad”. Febres Cordero (ob cit)

El proyecto lo gestionó el Dr. Antonio José Uzcátegui Burguera en lo


que puso todo su empeño a pesar de la oposición del Ministerio de Sanidad.
Para el año 1946, alcanzaba la cifra de 300 partos mensuales. Era para ese
momento presidente del estado Mérida el Dr. Alberto Carnevalli, quien
al conocer la negativa del ministerio planteó la situación en términos
conflictivos, al igual que lo hizo con la construcción del aeropuerto que
hoy lleva su nombre, diciendo: “Si el ministerio no sostiene la maternidad,
la sostendrá el gobierno del estado; y si el gobierno nacional no construye el
aeropuerto, renuncio”, demostrando con esto que Alberto Carnevalli fue
un hombre de su tiempo, que estuvo a la altura de la circunstancias y de
las causas nobles.

También es bueno recordar, que la atención pediátrica institucional se


inició en el Hospital Los Andes, con dos salas, una para niñas y otra para
niños, hasta los 12 años de edad. En 1946 se inició bajo el gobierno del
Dr Alberto Carnevalli la construcción del Hospital de Niños, por lo que
en 1949 el servicio de pediatría del Hospital Los Andes se trasladó allí.
En 1957 se construyó por iniciativa del Dr. Leopoldo García Maldonado,
Director de Hospitales del MSAS a través del Ministerio de Obras
Públicas, la sede definitiva. Los primeros médicos residentes fueron
los Dres. Justo Miguel Bonomie, Abdel Fuenmayor y Manuel Chuecos,
los tres de amplia y reconocida trayectoria. Actualmente funciona allí
el Ambulatorio Belén y funcionó hasta hace aproximadamente cinco
años el Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Facultad de
Medicina y el Curso Medio de Salud Pública.

172
“Si bien es cierto que desde el año 1936 hubo el interés por
la construcción de un sanatorio antituberculoso, no es
menos cierto que prejuicios en la colectividad por el miedo
que existía a la contaminación detuvieron su ejecución, sin
embargo, hombres de la envergadura del padre Duque y el
Dr. Ruíz Fonseca se comprometieron con este propósito. El
Dr. José Ignacio Baldó, Jefe de la División de TBC del MSAS
acoge la idea, se consiguió un terreno de tres hectáreas en
la Otra Banda y a través del Ministerio de Obras Públicas
en el gobierno de Eleazar López Contreras se decretó la
construcción del sanatorio que nueve años después en 1951
fue inaugurado con el nombre de Sanatorio Antituberculoso
Venezuela con capacidad para 180 camas. Médicos muy
reconocidos como el Dr. Manfred Hartung y Karlhan
Salfelder iniciaron esa encomiable labor. Actualmente
funciona allí el Hospital Sor Juana Inés de Lacruz y el
Ambulatorio Venezuela”. Rondón Morales (ob cit).

En otro orden de ideas, sabemos que Otto Bismarck es considerado


el creador de la Seguridad Social, la cual nace, se desarrolla, decae y se
reforma en medio de grandes dilemas y contradicciones. En el libro Los
Dilemas de la Seguridad Social del Dr. Roberto Rondón Morales, señala:

“el propósito fundamental de la seguridad social fue y es


el de cubrir al trabajador de las consecuencias económicas
de una serie de riesgos subjetivos como la enfermedad, la
vejez, la viudedad, la orfandad, la maternidad, la muerte
prematura, y sobre todo una serie de riesgos derivados
del trabajo como los accidentes laborales, la invalidez y la
pérdida involuntaria del trabajo”. Rondón Morales, (2001).

En 1940, se promulgó la primera Ley de Seguridad Social Obligatoria,


que fue reglamentada en 1944, y que condujo al establecimiento del
Instituto Central de los Seguros Sociales. Señala el Dr. Ramón Nieves,
actual Director del Hospital del Seguro Social, en un documento titulado
Plan de Desarrollo del Hospital II “Dr. Tulio Carnevalli Salvatierra”:

173
“que el IVSS se inicia el 1 de Enero de 1967 incorporando a
las personas que prestan servicios a la nación, quedando
cubiertas por el régimen de aplicación parcial. A partir
de 1983, se constituyó el Convenio IVSS-MINDUR para
la construcción de los centros médicos en Mérida, Ejido y
el Vigía. En 1992, fue inaugurado en la ciudad de Mérida
el Ambulatorio Urbano Tipo II “Dr. Tulio Carnevalli
Salvatierra” para otorgar asistencia médica únicamente
a los trabajadores del IVSS, pensionados, jubilados e
incapacitados, progresivamente fueron asimiladas
varias empresas y grupos de trabajadores que deseaban
incorporarse para recibir servicios de Medicina de
Familia, Radiología, Cardiología y Laboratorio, hasta que
en el año 2007 debido a la demanda, motivó la ampliación
de la planta física, incorporando personal especializado y
nuevos equipos, logrando la reclasificación de ambulatorio
a Hospital Tipo II y en el 2009 se realiza la remodelación
de la emergencia y la Unidad de Cuidados Intensivos del
Hospital. Basado en la problemática de salud que impera
en el país y por ende en la población merideña, lo cual
ha experimentado en los últimos años un crecimiento
poblacional muy significativo, existe la posibilidad de
descongestionar otros establecimientos de salud de
mayor complejidad, por ello el hospital del IVSS dispone
de 6 pabellones totalmente equipados con aparatos de
última generación tecnológica, 75 camas distribuidas en
los servicios de hospitalización, pediatría y emergencia,
disponible las 24 horas del día, e igualmente todos los
venezolanos reciben por igual el servicio que requieran,
coticen o no al seguro social, según afirma su director” .
Nieves, R (2001).

Después de haberse fundado en 1936 el MSAS, fue su primer ministro


el Dr. Enrique Tejera. El 27 de julio del mismo año, se crea en concordancia
con la Ley de Defensa Contra el Paludismo, la Dirección Especial de
Malariología, siendo su primer director, una gloria del sanitarismo
venezolano el Dr. Arnoldo Gabaldón, para hacerle frente al paludismo,
endemia rural que diezmaba al país con una tasa de mortalidad de 300
x 100.000 habitantes, lo que determinaba que algunos estados del país
acusaran signos de despoblación, con una esperanza de vida para ese
entonces de 38 años. El estado Mérida, tenía un área malárica conocida
como la Zona Sur del Lago, que limitaba las posibilidades de desarrollo en
174
razón de que presentaba condiciones ideales para la transmisión, hasta
el punto de desarrollar una Incidencia Parasitaria Anual (IPA) de 25 x
1000 habitantes, lo que demuestra palmariamente lo antes señalado.
Para hacerle frente a esta difícil situación, se crea una sede que funcionó
en Tovar hasta el año 1955 cuyo único programa era el de erradicación
de la malaria como en todo el país. Luego se fusiona con la Zona VIII de
Malariología del estado Trujillo, hasta que en el año 1965 se crea la Zona
XVIII de Malariología del estado Mérida y se traslada a la capital y es
ubicada en la avenida 8 con calle 24 donde funciona por más de 25 años,
se incorporan todos los programas de saneamiento, tal como se le conoce
hoy en día. Su primer director fue el Dr. Alfredo Benassai, compañero
de trabajo en el Departamento de Medicina Preventiva y Social, hoy
funciona en un moderno edificio construido en la Zona Rental de los
Curos, ejecutado a través del Convenio MSAS-Banco Mundial, más
adelante nos referiremos a aspectos de relevante importancia en este
particular.

No podemos cerrar esta etapa sin referirnos a un aspecto de primera


importancia como lo es la construcción del HULA, ejecutado por el
Ministerio de Obras Públicas en terrenos donados por la Universidad
de los Andes, quien fuera una de las instituciones que auspició su
creación, junto con un grupo de ciudadanos que desde 1950 hicieron
este planteamiento. Fue inaugurado este hospital el 23 de diciembre
de 1973, siendo su primer director el Dr. Raúl Arellano Moreno, sobre
la base de un modelo soportado en niveles de atención (mínimos,
intermedios e intensivos), e igualmente se integraron funcionalmente
la Maternidad Mérida, el Sanatorio Venezuela y el Hospital de Niños,
que se convirtieron en ambulatorios conectados con los anteriores
niveles hospitalarios, dependiendo del acceso a la ciudad. Hoy estamos
en presencia de un Hospital Tipo IV que es catalogado como centro de
referencia regional, con un área de influencia de aproximadamente
de dos millones de habitantes, con una capacidad arquitectónica para
735 camas de las cuales tiene solamente presupuestadas 588, 400 para
enfermos agudos y 188 de larga estancia, con cuatro departamentos
(medicina interna, cirugía, pediatría y ginecoobstetricia), además, de
un Instituto de Inmunología, un Centro de Desarrollo Cardiovascular, y
un Centro de Reumatología. Como Hospital Universitario es asiento de
actividades y docencia de pregrado, en el que se cursan 26 postgrados
clínicos y en el que se hace obviamente investigación.

175
Tercera Etapa 1974-1999

Es necesario comenzar esta etapa recordando que en 1974 por


resolución del MSAS se crearon las Comisionadurías de Salud, aplicando
un criterio de Regionalización Administrativa, igualmente por decreto
del año 1976, se creó el Servicio Coordinado de Salud para integrar
aspectos legales y administrativos pensando en un futuro Sistema
Nacional de Salud.

Funcionó ésta Comisionaduría en la sede del antiguo Hospital Los


Andes, siendo su primer comisionado de salud el Dr. Alfredo Benassai,
quien fuera trasladado de la Jefatura de Malariología para ocupar ese
cargo. La oficina se crea como una innovación pero con ciertos recelos
por temor a la privatización de la salud, con potestad para hacer cobros
en los hospitales cuyo monto debería ser enterado al Fisco Nacional, y
devuelto en el próximo ejercicio presupuestario.

Otro hecho resaltante en esta etapa tomado de la Gaceta Oficial Nº


32.650 de Enero de 1983, fue el Decreto por medio del cual se establecieron:

“las Normas para la Clasificación de los Establecimientos de


Atención Médica del Subsector Salud, con fines de asigna-
ción presupuestaria “Ambulatorios Rurales I (antiguos dis-
pensarios de medicina simplificada), Ambulatorios Rurales
II (antiguas medicaturas rurales), Ambulatorios Urbanos
I, II y III (antiguas unidades sanitarias, centros de salud),
Hospitales I, II, III y IV (hospitales generales, especializados
y universitarios)”. Normas de Clasificación de Estableci-
mientos de Salud (1983).

Esta clasificación se estableció de acuerdo a la atención médica que


prestan, número de habitantes que sirven, si cuentan o no con camas
de hospitalización presupuestadas, los servicios básicos y servicios de
especialización, además, del personal que los dirige.

Actualmente el estado Mérida cuenta con una red de infraestructura


de salud para una población de 892.031 habitantes, y está conformada
de la siguiente manera:

176
Cuadro Nº 2 Red Ambulatoria Mérida, Venezuela 2013

Cuadro Nº 3 Tipo de Hospitales MPPS-IVSS, 2013


Cuadro Nº 4 Total de Camas hospitalarias, Mérida. Venezuela 2013

En 1987, se aprueba la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Salud que


despertó gran interés en cuanto a la salud pública se refiere, creándose
cinco subsistemas con actividades y funciones específicas, entre ellos:
Subsistema Central de Apoyo, Subsistema Integrado de Atención Médica,
Subsistema de Saneamiento Ambiental, Subsistema de Asistencia Social
y Subsistema de Asesoría Técnica y Científica, pero se cometió el error
en las disposiciones transitorias de otorgar un lapso de 10 años para
disponer la forma y oportunidad en que debían los servicios ser adscritos
al Sistema Nacional de Salud, caducó el plazo y nada se hizo.

En líneas precedentes afirmamos que la Dirección de Malariología


fue fundada en 1965 en la ciudad de Mérida con todos los Programas de
177
Saneamiento Ambiental, funcionó en la avenida 8 con calle 25 cerca del
teleférico, este aspecto lo recuerdo no porque haya sido su director por
muchos años, sino porque en el año 1993 sucedió un hecho singular para
la salud pública merideña, lo cual sería imperdonable para mi pasarlo
inadvertido. Nos estamos refiriendo a la Erradicación de la Malaria en el
estado Mérida.

En el gráfico Nº 1, se observa cómo fue evolucionando el programa


de erradicación y como se fueron liberando km2 de la perniciosa
transmisión palúdica.

“Comienza por el municipio Julio César Salas en límites


con el estado Trujillo, avanza hacia la parte baja de San
Cristóbal de Torondoy, hoy conocida como parroquia
María Concepción Palacios, luego se libera el municipio
Independencia (Palmarito), siguen los municipios Tulio
Febres Cordero, Caracciolo Parra y Olmedo, Obispo Ramos
de Lora, y finalmente en el año 1993 se alcanza la erradicación
en el último municipio del área originalmente malárica,
Alberto Adriani. Sin duda lo que hoy conocemos como Zona
Sur del Lago es un polo de desarrollo de primera importancia
para el estado Mérida, allí hay sembrado grandes esfuerzos,
sueños e ilusiones de muchas familias, que con coraje y
decisión se atrevieron a internarse en lo intrincado de
la espesa montaña y colonizar extensas áreas de tierra,
aumentando su plusvalía y aunado a algunas iniciativas
gubernamentales, fueron creando las condiciones para
lograr una mejor calidad de vida. En este aspecto, el papel
jugado por Malariología a través del Servicio de Endemias
Rurales, con sus pastilleros y rociadores a lomo de mula, con
elevado sentido de responsabilidad y dedicación, curando
palúdicos y tomando las medidas necesarias para su control,
ha tenido un impacto tan favorable en la salud pública, que
de no haberse logrado, otra fuera la realidad. Así ha sido
históricamente porque la malaria como todos sabemos,
es una endemia incompatible con el desarrollo rural de los
pueblos, de ahí que no es solamente la fertilidad de los suelos
o las condiciones naturales de las tierras, es también el hecho
de ser una zona libre de malaria, lo que ha permitido en
gran medida crear la posibilidad para planes de desarrollo,
inversiones públicas y privadas, que hoy confieren a este
espacio geográfico la categoría de zona estratégica para el
178
desarrollo agropecuario del estado. Esto lo señalamos, no
para enrostrarle a nadie nuestro esfuerzo, ni para concitar
simpatías tratando de alcanzar elogios o reconocimientos
que nunca hemos buscado, sino porque el venezolano
lamentablemente tiene “memoria corta” y tendencia a pasar
inadvertido hechos relevantes, sobre todo si tienen carácter
positivo, a eso, entre otros factores, se debe la crisis de
autoestima que hoy padecemos”. Bastidas, R (2003).

Finalmente, para terminar este sucinto balance de la salud pública


en el Siglo XX en nuestro estado, es necesario precisar que en el año
1999 después de la toma de posesión del nuevo gobierno presidido por
el Teniente Coronel Hugo Chávez, los sanitaristas vinculados al régimen
objetando y criticando lo realizado en materia de salud a lo largo de los 40
años precedentes, propiciaron una restructuración del MSAS, aduciendo
intentos empresariales y privatizadores en la salud, de cuyo diagnóstico
se evidencia según ellos el colapso del modelo de gestión, debido a las
siguientes razones:

.. Marcado centralismo.
.. Obsolescencia de criterios técnicos de planificación y administración.
.. Clientelismo, partidización y corrupción.
.. Ausencia de participación y democracia.

Además, es bueno puntualizar que en la Constituyente del año 1999 al


reformar la Constitución de 1961 se estableció en el Artículo 84,

“Para garantizar el derecho a la salud, el Estado


creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema
público nacional de salud, de carácter intersectorial,
descentralizado y participativo, integrado al sistema de
seguridad social, regido por los principios de gratuidad,
universalidad, integralidad, equidad, integración social
y solidaridad. El sistema público nacional de salud dará
prioridad a la promoción de la salud y a la prevención de
las enfermedades, garantizando tratamiento oportuno y
rehabilitación de calidad. Los bienes y servicios públicos
de salud son propiedad del Estado y no podrán ser
privatizados. La comunidad organizada tiene el derecho
179
y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la
planificación, ejecución y control de la política específica
en las instituciones públicas de salud” CRBV (2009).

Artículo cuyo propósito, espíritu y razón no tendríamos problema


en convenir que de haberse ejecutado adecuadamente apuntaba a la
consecución de loables objetivos en beneficio de la salud pública regional
y nacional, no obstante; 14 años después no tenemos que hacer grandes
esfuerzos para convencernos que estamos en presencia de uno de los
sectores de la vida nacional donde los desencuentros de los factores
de poder y la carencia de apropiadas políticas de salud, determinan un
pésimo servicio público regional y nacional.

Conclusiones

1. Sin duda alguna, que en el devenir del siglo pasado en materia de salud,
ha habido importantes avances que no podemos negar, por ejemplo, la
disminución de la Tasa de Natalidad a 21 x 1000 habitantes como producto
de una menor Tasa de Fecundidad, cuyas implicaciones de carácter
social, económica y cultural son de relevante importancia. Igualmente,
pudiéramos comparar la Esperanza de Vida que tenemos hoy de 74 años
en promedio (hombres y mujeres) con la que teníamos en el año 1937, de
38 años, entro otros factores porque la mortalidad específica por malaria
era de 300 y 500 muertes x 100.000 habitantes. Asimismo, pudiéramos
analizar la Mortalidad General de 4.5 x 1000 habitantes, la mortalidad
infantil que en Mérida ha venido descendiendo paulatinamente de 56
x 1000 NVR a 22 x 1000 NVR y a nivel nacional según cifras del INE
16x1000 NVR. La Mortalidad Materna nacional de 70 x 100.000 NVR y la
merideña de 80 x 100.000 NVR. A pesar de que pudiéramos estar mejor
en este indicador, cuando la comparamos con la Mortalidad Materna
de los años 40 y 50 estamos hablando de 150 a 180 muertes x 100.000
NVR. Estas cifras expresadas en estos indicadores pueden hoy resultar
aceptables, como consecuencia, del avance en la tecnología médica, en
un recurso humano que sin duda en Mérida está bien preparado y por
qué no decirlo, una adecuada infraestructura quizás de las mejores del
país.

2. Pudiéramos señalar que los indicadores estadísticos revelan que


en Venezuela y específicamente en el estado Mérida, los esfuerzos
realizados en materia de salud, han producido un mejoramiento
progresivo en el estado físico de la población, sin embargo, los datos
estadísticos por sí solos, no ofrecen paradójicamente respuestas válidas
180
a muchas preguntas sobre el verdadero estado del sistema de salud en
Mérida y en Venezuela.

3. En consecuencia podríamos hacernos algunas preguntas interesantes


al respecto:

3.1. ¿Por qué se sigue hablando entonces de crisis en la salud pública en


Venezuela?

3.2. ¿Cuál es la explicación que tenemos al hecho de que con mucha


frecuencia en la prensa regional y nacional, aparezcan múltiples
casos de personas que mueren por falta de asistencia médica, escasez
de medicinas, iatrogenia cometida por personal “médico” egresados
de instituciones educativas de dudosa reputación, infecciones
nosocomiales, o sea, contraídas en nuestros propios centros de salud?

3.3.¿Por qué los trabajadores de los establecimientos públicos


(profesionales, empleados y obreros) continuamente se encuentran
realizando protestas y parálisis de los servicios, como mecanismo
de presión para que el gobierno a través del ministerio del ramo, se
digne a adecentar los sueldos y salarios en un momento en que la
cesta básica según el CENDA tiene un costo de 10.400 bolívares?

3.4 ¿Por qué el paludismo, dengue, y otras enfermedades metaxénicas,


además, de la influenza AH1N1, el VIH/SIDA, la Mortalidad
Materna, la Desnutrición son males que repuntan y nos alejan de
las Metas del Milenio? Basta con señalar algunas cifras emanadas de
los boletines epidemiológicos del Ministerio de Salud. La epidemia
de malaria afectó en el 2012 a 51.050 personas en el país. Según el
MPPS, hasta el 8 de junio se han reportado 37.875 casos frente a los
19.461 para el mismo período de 2012, un aumento de 94%. Si se
hace una proyección, la malaria podría sobrepasar los 60.000 casos
en todo el país a finales de 2013. Hace 10 años había 58% menos
registro de la enfermedad. Según informe de la Red de Sociedades
Científicas Médicas, Venezuela se ubicaría en el mismo nivel que
países con alta densidad de la enfermedad como Haití y Jamaica. En
lo que va de año se han registrado 22.551 casos de dengue, es decir,
casi el doble que los 11.569 reportados para el mismo período de
2012. Si se hace una simple regla de tres da como resultado que el
número de casos creció en 95%, lamentablemente el estado con el
mayor número de infecciones es Mérida, con una tasa de 326 casos
por cada 100.000 habitantes, le siguen Amazonas con 247 y Trujillo
con 231.
181
El Informe Mundial de ONU-SIDA, demuestra el retroceso de
Venezuela en el control de la enfermedad. Cada año el país diagnostica
en promedio 11.000 nuevos casos de personas infectadas con el
virus, cada semana hay al menos 200 nuevos pacientes con VIH en
el país. El panorama alimentario no es muy alentador, a pesar del
reciente premio que la FAO otorgó a Venezuela, si bien es cierto que
el consumo de calorías a aumentado de 2.127 en 1999 a 3.182 en 2012,
es bueno señalar, que la ingesta calórica no se traduce en personas
bien alimentadas. Por el contrario, el venezolano tiene una dieta
poco saludable que lo empuja a padecer diabetes tipo II, cuya tasa de
mortalidad creció de 20.8 x 100.000 habitantes en 1998 a 33.1 x 100.000
habitantes en 2010. Ese aumento de calorías tiene un componente
que no es bueno para la salud, aumentaron las grasas y los azúcares.
Hay un incremento violento de la obesidad, están en sobrepeso, pero
con anemia. La FAO señala a Venezuela como el tercer país con más
obesos en Latinoamérica.

La Mortalidad Materna en 1990 era de 58.9x100.000 NVR, en el 98


bajó a 51, pero en 2010 volvió a aumentar hasta 70x100.000 NVR
en promedio nacional, porque hay estados que han registrado cifras
como Amazonas de 267x100.000 NVR, Mérida en este aspecto
lamentablemente se encuentra por encima del promedio nacional.

No podemos dejar de señalar en este análisis, que los cuatro enemigos


fundamentales de la salud, son: la pobreza, los estilos de vida
inadecuados, la precariedad ambiental y la violencia, constituyéndose
esta última en la más dramática de las epidemias nacionales, cuya
tasa de 70x100.000 habitantes como promedio nacional, según el
Observatorio de la Violencia nos coloca en el tercer lugar como uno
de los países más violentos del mundo, afectando la calidad de vida y
produciendo una gran cantidad de años de vida perdidos por el grupo
etario que afecta (jóvenes entre 25 y 35 años). Los hechos violentos
han pasado a ser la causa más importante de congestionamiento
en los hospitales, con cifras dramáticas que transforma los perfiles
epidemiológicos y la demanda de servicios en las grandes ciudades, lo
que determina que más del 80% de las operaciones quirúrgicas sean de
emergencias, agotando los insumos en un fin de semana sangriento,
y en consecuencia, estableciendose una inmensa “deuda quirúrgica”

4. ¿Qué respuesta le podemos dar a estas preguntas que resultan


contradictorias con los indicadores señalados anteriormente? La
respuesta a mi manera de ver basado en mi modesta experiencia, pueden
ser las siguientes:
182
4.1. Que estamos en presencia de un caso típico de escaso rendimiento
de los recursos financieros invertidos, debido a fallas estructurales
en la organización y administración de las políticas de salud.
4.2. El predominio de la medicina curativa sobre la preventiva nos
indica que estamos empeñados en resolver los problemas de
salud, a través de la construcción de grandes hospitales que por su
complejidad después no pueden ser gerenciados eficazmente. En
este sentido, resulta aleccionador señalar que la Salud Ambiental,
un factor determinante del proceso salud enfermedad recibe en
este momento el 3% del presupuesto del MPPS y la Promoción
de la Salud, estrategia a través de la cual podemos combatir los
estilos de vida inadecuados, reciba apenas el 0.3%. La conclusión se
explica por sí sola. En consecuencia, tenemos una desequilibrada
distribución de los recursos.
4.3. Lamentablemente, la progresiva reducción de la inversión del PIB
en materia de salud del 7% en 2002 a 3% en 2012, sin duda alguna
está afectando los planes de salud..
4.4. El alto costo de los medicamentos, materiales e insumos.
4.5.La fuga de talentos por las precarias condiciones de trabajo,
inseguridad hospitalaria y pésimos sueldos ofrecidos a nuestros
profesionales, nos ha convertido en un país con una pérdida
lamentable de capital humano y en una nación de emigrantes,
situación que por primera vez se presenta en nuestro querido país.
Finalmente, tendríamos que señalar que la situación de salud en
el estado Mérida no es diferente al resto del país. Sin embargo,
no podemos consolarnos reconociendo algo tan grave, cuando
la obligación es la de fijar una posición de lucha y denuncia, para
que los niveles de decisión conozcan los problemas y se aboquen
responsablemente a la solución. No obstante, consideramos que
más que recursos financieros lo que mayormente ha agravado la
situación, ha sido la excesiva intromisión político partidista en
las decisiones críticas para la vida del sector, que redunda en una
permanente improvisación que hace nugatoria cualquier acción
sanitaria. La expresión más acabada y lamentable se presenta en el
IAHULA, magnífica institución arquitectónica, orgullo de Mérida
y su pueblo, cuya conducción ha dejado mucho que desear en los
últimos tiempos, al igual que la Corporación de Salud.

Espero con estas pinceladas, en este tan vasto tema, haber podido
ofrecer un conocimiento útil para su comprensión.

183
Referencias Bibliográficas

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Venezuela.
184
Balance del teatro siglo. XX

Profesor Freddy Torres

Individuo de Número, sillón 1. Academia de Mérida


Gran parte de las culturas precolombinas registraron, desde
mediados del siglo XV, vaticinios, augurios, hechos premonitorios de los
acontecimientos que las iban a conmover y muchas veces, a destruir,
en manos de los hombres bárbaros, de coraza y yelmo, que llegarán en
extrañas embarcaciones a través del mar. Nubes en forma de objetos,
eclipses solares, fantasmas, destrucción de templos, calda de cometas,
figuras monstruosas, antecedieron a los conquistadores.

Hacia 1467, un jefe indígena, poeta, Netzahualcóyotl, escribió un


texto cantado sobre la destrucción que les esperaba para 1519, año inicial
de la tragedia americana:

“En tal año como éste,


Se destruirá este templo que ahora se estrena,
¿Quién se hallará presente?
¿Será mi hijo o mi nieto?
Entonces irá a disminución la fierra,
Y se acabarán los señores,
De suerte que el maguey
Pequeño y sin razón será talado,
Los árboles pequeños darán fruta
Y la tierra defectuosa siempre irá a menos”.

Los cronistas españoles que acompañaron la conquista dejaron un


testimonio invaluable ante el distinto mundo que enfrentaban, desde
su vegetación paradisíaca hasta la incomprensión frente a seres de
apariencia, vestimenta y comportamientos tan extraños para ellos.
Lo fantástico, lo mítico, lo insólito se asoman en las páginas de Bernal
Díaz del Castillo como de los demás. Como imaginar el rostro de Hernán
Cortez al entrar por una de las calzadas que llevaban a Tenochtitlán, en
cuyos mercados, como lo narra el gran cubano Alejo Carpentier, junto a
los productos de la tierra, se podían adquirir plumas de aves exóticas o
piedras preciosas para la ornamentación personal.

En este primer encuentro, desde Colón en Guanahaní, hasta el paso


de cada uno de los conquistadores llámese éste Cortez, Alvarado, Pizarro,
Cabeza de Vaca, Lope de Aguirre, Valdivia, Almagro o Rodríguez Suarez,
la sorpresa de ambientes, lugares y naturaleza desbordada, se unía al
asombro de realidades inimaginables para aventureros, cuidadores
186
de cerdos, domadores de caballos, escribanos, sacerdotes o perdularios
extraídos de todas las regiones peninsulares para encontrarse con
regiones solo comparables con los ambientes mágicos aportados por las
novelas de caballería.

Las historias donde la realidad, la fantasía y la imaginación se


entremezclaban para elaborar una imagen en que El Dorado o La Fuente
de la Juventud tenían la misma validez de las pirámides aztecas o mayas
o el templo del sol en el incanato.

Por boca de los viajeros, estos “indianos” que sabían leer y escribir
lograr el respeto, la admiración, bienes de fortuna y las posibilidades de
matrimonios de conveniencia con sectores más altos que le permitían
penetrar en una sociedad que antes los ignoró. Pero, en un imperio con el
mayor poder de territorio y riquezas como el español y paradójicamente
con la pobreza más miserable que exhiben las pinturas de la Escuela
Española o los personajes de la picaresca, de pasos y entremeses para
comprobar las incongruencias de esa realidad.

Y dentro de las expresiones de las creaciones españolas, la dramaturgia,


se constituyó en el testimonio vivo de esa misión compleja y desbordada
traía desde ultramar por los que regresaron de la aventura de la conquista
o de la búsqueda de un mejor destino que el vivido en la tierra de origen.

Cronistas, viajeros e indianos, alimentaron, de alguna manera, la


imaginación de los escritores peninsulares, por cuanto todos, salvo
Tirso de Molina, no viajaron a América, escribieron sus obras teatrales
basándose en relatos, conversaciones, informes, crónicas o tomando
como referencia a obras literarias testimoniales como La Araucana de
Alonso de Ercilla, sobre la conquista de Arauco, obra además que servirá
de inspiración que sobre el tema se realizaron.

Nuevos personajes y temas se fueron sumando a la incorporación


de nuestro continente en los escritores del período, lo mítico, lo sacro,
lo cotidiano y lo épico, se entreveraron en las “famosas comedias”, como
algunos las llamaron.

El tema del encuentro de dos mundos como lo señaló Uslar Pietri,


la conquista y colonización de América, el mestizaje y el poblamiento
serán incorporados en el plano cultural a través de los ritos y elementos
musicales y un nuevo mestizaje irá conformando la mezcla étnica entre
los pueblos indígenas, europeos y africanos, con mayor fuerza en la zona
caribeña y Brasil.
187
La presencia de América en el teatro del siglo de oro español, después
del siglo XVII y hasta nuestros días, el tema del encuentro de dos
mundos, la conquista y colonización de América sigue ocupando un sitio
privilegiado en ambas orillas del océano.

Textos como la Audiencia de los confines, de Miguel Angel Asturias,


Oscéneba de Cesar Rengifo o El sol bajo las patas de los caballos, de Jorge
Adoum. O los autores españoles Ignacio Amestoy, Luis Riaza o Luis
Sánchez Sinisterra con sus textos sobre el pasado, revisan y recrean una
época determinante para el presente que compartimos.

Dentro de la vasta producción dramatúrgica de los Siglos de Oro


resaltan las figuras relevantes que crearon obras sobre el continente
americano. Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca, Juan
Pérez de Montalván, Vélez de Guevara, Guillén de Castro, Felipe
Ludeña, el Conde de Basto, Ricardo de Turia, Gaspar de Ávila, Luis
Belmonte. Estos autores centraron sus obras en algunos personajes
claves del proceso conquistador. Hernán Cortez, Los Pizarro, García
Hurtado de Mendoza o héroes indígenas como Caupolicán, Galvarino,
Tupac Amaru, Fresia.

Las obras del Siglo de Oro, aluden a multitud de temas y situaciones


que transformaron entre otros el arte culinario español. En el plano del
lenguaje, numerosos términos americanos se integraron en el habla
popular y culta y posteriormente esos términos fueron adoptados
oficialmente como parte de la lengua castellana a través de los diálogos
de los personajes. Las comedias, dramas, tragedias, entremeses,
autosacramentales y otro tipo de texto surgido de ese fecundo período
del teatro hispano. Corsarios y piratas, aventureros, viajeros, viajeros de
indias, instituciones, la presencia patriarcal y omnímoda de los monarcas,
la intervención de escribanos, autoridades coloniales, hombres y mujeres
del pueblo, donde los modismos, los americanismos, sus ritmos y bailes,
costumbres y comportamientos se entreveran para dar una visión
múltiple de ese Nuevo Mundo, desconcertante, insólito, pleno de pasión
y sensualidad.

Por último, la visión de América, como se ha indicado en el estudio de


Orlando Rodríguez en “La presencia de América en el teatro de los siglos
de oro españoles”, aparece con las novelas de caballería y la mitología
involucrada en ellas.

188
El espectáculo de la corona

En Venezuela no existe hasta el presente una tradición de


investigación teórica del teatro, en consecuencia están por formularse
las proposiciones teóricas que interpreten los fenómenos del proceso.
Los estudios parciales realizados por los historiadores han rescatado
valiosa documentación desde 1965; sin embargo, su visión histórica
carece de una precisa conceptualización teatral. El propósito de
los estudios del teatro venezolano de Leonardo Azparren Giménez
presenta un enfoque longitudinal vinculado on la actividad teatral a lo
largo del siglo XVIII.

Los problemas claves conciernen a las condiciones de producción de


la teatralidad venezolana de la colonia, en los aspectos de los vínculos
con algunos antecedentes locales y europeos, los rasgos específicos de
esos procesos y la consiguiente ruptura del siglo a siglo, la intención
de la actividad escénica con relación al espectador y su realización. El
conjunto de problemas nos lleva a una encrucijada ante dos opciones: la
existencia en el siglo XVIII de un teatro venezolano o de un teatro hecho
en Venezuela con propósitos colonialistas.

Empezamos por entender la actividad teatral en el siglo XVIII


financiada y autorizada ad hoc por los cabildos, es decir, fue una
actividad que dependió del Estado; así mismo, fue un modelo implantado
y fortalecido por los textos dramáticos españoles que comenzaron
a aparecer a finales de siglo XVII, pues data de 1705, la noticia más
antigua que se conoce. La tutoría de los cabildos hizo desaparecer, de la
representación teatral, los contenidos populares locales de la sociedad
mestiza que había sido aceptada en el siglo anterior. En particular, según
Arrom, afectó las celebraciones en las que eran aceptados el sincretismo
religioso con las danzas de indios, negros y mulatos. Lastimosamente, en
el siglo XVIII la vida teatral estuvo orientada para que coincidiera con
ceremonias sociales representativas del estado español.

Institucionalmente logró su coherencia plena con solo las comedias


plenas en la representación de comedias españolas, lo que significó la
postergación de la aparición de autores nacionales y el desconocimiento
de los otros países americanos. La documentación disponible permite
pensar que no hubo propósitos teatrales, artísticos y ni estéticos en
la promoción del teatro y en el cultivo de la teatralidad social. De ahí,
que suponemos que privó un utilitarismo social del Estado; por eso
entendemos que solamente en 1784 Venezuela construyó su primera
sala teatral, casi dos siglos después de México y Lima.
189
En un cotexto de discriminación que separaba a españoles de blancos
criollos, de pardos y de los grupos étnicos minoritarios, parece que
influyó una imagen poderosa del poder de la corona que pareciera el
sentimiento del vasallaje.

Los vecinos de las ciudades venezolanas, en realidad villorrios pobres


y marginales alimentaban su sentimiento de identidad nacional con las
comedias, procesiones y exhibiciones del pendón real. Al igual que en
el Medioevo europeo, en el siglo VIII venezolano hubo más teatralidad
que teatro. Para cada ocasión oficial, en Venezuela se utilizó calles y
plazas para enjaezarlas con un resplandor que glorificaba el poder real.
Este utilitarismo no necesitó del edificio teatral porque habría reducido
su eficacia político-social. Fue un modelo cultural de teatralidad
trasladado, inspirado en manejar enseñando para implantar la
colonización en el aspecto ideológico, pues ya había logrado imponerse
en lo territorial, económico y político.

La teatralidad y el teatro en el siglo XVIII ocurrieron Ad Hoc en


plazas y calles, fue una exaltación reiterada de la corona española y el
repertorio fue solo de comedias españolas. El promotor fue el estado.
Para facilitar es vasallaje de población al Rey español el itinerario de
la teatralidad social de producción fueron: ostentación del retrato del
Rey y del pendón real, predilección por los toros, representaciones
de comedias en tablados al aire libre y la organización teatral de
los espacios urbanos para la jura del Rey el 3 de abril de cada año.
El esquema de esa teatralidad social fue el siguiente: de la plaza a las
casas y calles, de ahí a la iglesia con el pendón real, con aspersión de
agua bendita con la participación de autoridades civiles y militares,
jerarquía religiosa, compañías de milicias y vecinos. El movimiento
escénico, cuadro vivo alrededor del retrato del Rey y del pendón;
júbilo y jura de la población y repartición a granel de monedas de
plata con la efigie real.

Conclusiones

El teatro en Venezuela en los siglos XVII y XVIII es, en términos


crecientes, una actividad impuesta en la que es posible identificar
rupturas; fue una costumbre netamente española en directa correlación
con a población. El teatro en el siglo XVIII fue un modelo cultural
impuesto por fortalecer y preservar el régimen colonial. Aún cuando
en ese siglo se consolidó un público teatral, no se independizó del gusto
español y por lo tanto no emergió una dramaturgia venezolana. Habrá
190
que esperar la segunda mitad del siglo XIX, para que se inicie el teatro
nacional con significación propia.

El teatro de la sociedad venezolana

El teatro en la sociedad venezolana es tan remoto como la aparición del


conquistador. En Acta del 6 de julio de 1594 el Cabildo de Caracas dispuso
adornar la ciudad y hacer una danza en la fiesta de Corpus Christi. En
el siguiente año hubo danza y comedia, y el protoactor venezolano,
Melchor Machado, cobró honorarios por la danza. Las actas no dan
detalles sobre los tipos de danza y comedias, pero se supone que tenían
que ver con las costumbres tradicionales del reino español. Se sabe que
el conquistador español trajo sus fiestas populares y teatralizaciones en
sus baúles, así como la fe católica, el idioma y su idiosincrasia. También
trasplantó sus fiestas populares y representaciones teatrales.

El inicio del teatro como práctica social pública fue determinante


en la transculturización que enraizó en los aborígenes y luego, en los
venezolanos, las costumbres, creencias y valores sociales hispanos.

En definitiva, el teatro fue instaurado en el país sin variantes respecto


a sus formas peninsulares, y poco a poco se aclimató a su nuevo entorno
humano y físico. Durante más de tres siglos de vida colonial, el teatro
venezolano respetó los patrones sociales españoles en las formas de la
representación, fue en la plaza o dentro del edificio teatral, y en normas
y preceptivas de la escritura dramática a partir de 1804.

Hubo conciencia de que la fiesta pública de la representación educaba


al pueblo. La colonización a través del teatro tuvo su principal desarrollo
urbanístico en el centro y en occidente del territorio nacional, donde la
actividad escénica fue el principal instrumento de la cultura-receptora
del aborigen, y evitar el desarraigo del español respecto a su lugar de
origen. El resultado fue la cultura término general del teatro venezolano.

En la república, después de 1821, el teatro mantuvo su presencia activa


y creciente. Si la prensa expresa la importancia de una actividad cultural
en una colectividad, el teatro fue la más importante del siglo XIX por el
permanente y amplio espacio que ocupó.

Tan pronto entró en circulación la Gaceta de Caracas en 1808, la


actividad teatral fue noticia cotidiana en la sociedad. Al consolidarse la
república burguesa y conservadora de entonces, el teatro fue necesidad
191
imperante con la que los sectores dirigentes representaron sus imágenes
ideales de la concepción de las relaciones sociales.

A lo largo del siglo XIX, con sus ochenta autores y más de trescientas
cincuenta obras escritas son testimonios importantes. Sea la exoneración
del “servicio de las armas” en 1811 por el gobierno republicano, a quienes
se dedicaran al teatro publicado en gaceta el 3 de diciembre de 1811, o
el privilegio otorgado por Simón Bolívar a unos empresarios en 1829, o
la decisión de Guzmán Blanco de construir un gran teatro en Caracas,
la sociedad venezolana y sus autoridades consideraron al teatro una
actividad indispensable en una sociedad moderna.

Ni en períodos deprimidos como los gobiernos de Cipriano Castro


(1900-1908), Juan Vicente Gómez (1908-1935), dejó de ser así. En medio
de la pobreza intelectual del gomecismo, el teatro venezolano se cultivó
y desarrolló. En primer lugar, por la aparición de la vigorosa dramaturgia
nacional, aspiración sentida que venía de siglo XIX. Después de 1935
fue por la ampliación de los marcos institucionales y por el patrocinio
gubernamental, debido a una nueva visión del estado respecto a la
cultura. Después de 1958 el teatro se consolidó a una sociedad con una
misión y visión cada vez más universal, como consecuencia de haber
mantenido una correlación viva con el país, por la que ha sabido expresar
las tendencias sociales predominantes, además de ser testimonio crítico
de grandes conflictos de la modernidad y ser una práctica artística con
gran capacidad renovadora de sus propias formas de expresión que nos
mantienen en contacto con las nuevas tendencias del teatro del mundo.

Tradición y contemporaneidad del siglo xx

A pesar de las dificultades y restricciones de los regímenes de Cipriano


Castro y Juan Vicente Gómez, el teatro se insertó en los cambios del
nuevo siglo, con nuevos lenguajes dramáticos, algunos innovadores en
su aspecto formal y en su visión de mundo; incluso, la estabilidad política
del gomecismo facilitó la profesionalización del teatro.

Los primeros cincuenta años del siglo XX han sido considerados


de una actividad teatral esporádica, criollista y acrítica, propia de la
precariedad del gomecismo y de los regímenes que le siguieron, en los
que el sainete habría sido el género predominante. Rafael Michelena
Fortoul opinaba que sorprende la escasez de sainetes en un país donde
es característica común el humorismo vivaz y espontáneo, hecho luz
de gracia espiritual en la misma atmósfera que respiramos y esparcido
192
como sal de la propia tierra en los declives del pueblo. Sin embargo, el
nuevo siglo hizo innovaciones temáticas en algunos autores pioneros en
el establecimiento de bases para un teatro contemporáneo; tales son los
casos del realismo social de Rómulo Gallegos (1884-1969), del grotesco
épico de Julio Planchart (1885-1948) y del surrealismo de Arturo Uslar
Pietri (1906-2002).

Para Azparren Giménez, en sus ensayos críticos del teatro en


Venezuela, los cambios sociales y económicos, consecuencias del paso de
una economía agraria a minera, hicieron caducar los modelos románticos
y melodramáticos, y el teatro no tardó en buscar nuevas formas para
expresarse. El modelo melodramático venezolano compuesto por la
acción y la intriga se formó a partir de situaciones paradigmáticas, siendo
la principal el conflicto privado del grupo familiar. Insiste Azparren
que tales situaciones adquieren dimensión pública, sea desde una
perspectiva histórica en Briceño Picón o en Felipe Tejera por ejemplo; o
en un contexto actual que se abre al realismo y al naturalismo en Aníbal
Dominici o Manuel Marín, el punto conflictivo principal no se aleja de su
tema de relaciones familiares como primicia esencial.

El repertorio de personajes se estereotipa en las tendencias


melodramáticas; padre, madre, hijos, amantes, villanos, criados,
funcionarios, se elevan a la categoría de arquetipos referenciales en las
obras de más profundidad y la calidad dramática nacional: La Dolores de
Honra de la Mujer, el Tirano Aguirre de Briceño Picón o Nicolás Rienzi
de Eloi Escobar. En todas, a finales del siglo XIX, la idea rectora es la
edificación social, a través de la defensa de un sentido de la nacionalidad,
de la vida republicana o de los valores conservadores de la familia como
ámbito privado de realización individual y social.

Autores como Gaspar Marcano, Navas Spínola, Nicanor Bolet Peraza,


Adolfo Briceño Picón y Aníbal Dominici, asumieron conflictos cruciales
de la vida nacional, con una escritura dramática y adulta, y dramatizaron
un imaginario nacional con perfiles propios. Así, el teatro entró al siglo
XX con madurez y dispuesto a asumir la modernidad que el nuevo siglo
ofrecía a la escritura nacional.

La inauguración del teatro nacional en 1904, coincidió con la


profesionalización del teatro como institución, estimulada por los grupos
extranjeros como las compañías de Francisco Fuentes en 1909 y Margarita
Xirgu en 1924. Estas agrupaciones internacionales estimularon el interés
por el realismo, en particular el aplicado en las técnicas de actuación.
Dramaturgos, actores y empresarios crearon compañías teatrales
193
dedicadas al teatro venezolano y, a la larga, prevaleció una actividad
ecléctica que produjo cambios en el comportamiento del espectador
caraqueño.

Ir al teatro era un acto de prestigio y encuentro de las élites sociales, en


particular en el teatro nacional, rendez-bous de nuestro mundo elegante.
La escena con el tiempo se convirtió en el sitio donde el espectador
buscaba una visión moderna, idealizada en más de un caso, coincidiendo
en la modernización acelerada que se observaba en Venezuela. Por eso,
hacia 1917 Caracas tenía catorce teatros y un público para todos, decía el
columnista Tlortensio en el Nuevo Diario. Los locales más distinguidos
eran los teatros Municipales y Nacional, seguidos del Caracas, el Calcaño
y los circos Victoria, el Metropolitano y el Nuevo Circo. Los repertorios no
excluyeron a Shakespeare, Henrik Ibsen y Luigi Pirandello. Los actores
nacionales, respaldados por el público eran Emma Soler, Aurora Daboín,
Teófilo Leal, Antonio Saavedra, Jesús Izquierdo y Rafael Guinand.

En éste sentido, el teatro venezolano buscó colocarse al lado de


la narrativa y de la pintura, que daban muestras palpables de ser
expresiones de raigambre nacional.

El teatro del 36 al 58: cambios e innovaciones

La renovación teatral de Planchart y su obra “La República de Caín”


por razones políticas, el surrealismo de “Chuo Gil” de Arturo Uslar Pietri
no prosperó por el escaso desarrollo artístico de la puesta en escena de la
época. Es el primer dramaturgo que ensaya un teatro sin anécdota, que no
cuenta una historia como afirma Rubén Monasterio en su ensayo sobre
el teatro del cuarenta. Uslar abandona la mimesis como principio para
narrar una acción dramática. Por eso, presenta situaciones inmóviles,
sustentadas sólo en el valor inmanente de la situación. En 1927 publicó E
Ultreja y al año siguiente, La llave.

El cambio institucional más importante en los primeros años del


gomecismo fue el inicio de la participación del Estado como promotor de
la cultura como bien social. El teatro desde Medina Angarita comenzó en
medio de recreación masiva con influencia educativa, muy en particular
en los sectores populares y obreros. Una consecuencia fue la formación
de compañías teatrales profesionales que el estado subvencionó de
manera estable. Primero fue el intento privado de la compañía Estable de
Comedias en 1936. En ella surgió Luis Peraza, el hombre más importante
del teatro venezolano de esa década.
194
La primera compañía subvencionada por el estado fue el teatro
obrero, que consagró una obligación del Estado venezolano como
derecho del los ciudadanos. Esta agrupación funcionó en el teatro
nacional. El teatro obrero, con una programación para fábricas, talleres,
sindicatos y barriadas, representó un repertorio de obras españolas
clásicas y venezolanas. Este teatro perduró hasta los años setenta. Desde
su creación hasta 1958 tuvo a directores de prestigio como fueron León
Bravo, Luis Peraza, Eduardo Calcaño y Horacio Peterson. Su repertorio
fue variado, que incluyó autores como los hermanos Álvarez Quintero,
Fernández de Moratín, Cervantes, André Gide, Eugenio O’Neill y Paul
Claudel; y venezolanos como Peraza, César Rengifo, Pedro Dominici
y Ayala Michelena. El elenco actoral está conformado por figuras tan
importantes como Carlota Ureta Zambrano, Enrique Benshimol, Bertha
Moncayo y Eduardo Calcaño.

El Ministerio de Instrucción Pública fue el otro brazo ejecutor de la


nueva política del Estado. En abril de 1936, un decreto del presidente
Eleazar López Contreras creó la “Escuela de Artes Escénicas y Danza”.
Bajo la dirección de Luis Urbaneja Achepol, cuentista, novelista y
ensayista de prestigio, su diseño curricular de las materias de danza y
teatro, a cargo de Teófilo Leal y Juan Oropeza.

En 1942 fue creada la sociedad de Amigos del Teatro que agrupó


a creadores de la talla de Víctor Manuel Rivas, Guillermo Meneses,
Rodolfo Quintero y Edgar Anzola. La Sociedad de Amigos debutó en
diciembre de ese año con Abigail, de Andrés Eloy Blanco. Se consagró la
nueva dramaturgia: Luis Peraza, El hombre que fue; Guillermo Meneses,
El marido de Nieves Mármol; Aquiles Certad, Cuando quedamos trece;
Eduardo Calcaño, El polo negativo; Víctor Manuel Rivas, El puntual.
Ésta iniciativa creó premios y proyecto la primera generación de actores
contemporáneos, como Fernando Gómez, Enrique Benshimol, Tomás
Enríquez, Carmen y Margot Antillano y Bertha Moncayo. En 1946 cesó
sus actividades por razones económicas, pero existieron otros factores
de orden político, como registra Monasterios, al citar a Guillermo Feo
Calcaño.

El 1944 Luis Peraza creó, junto con Horacio Venegas y Henrique Vera
Fortique, el teatro universitario de la Universidad Central de Venezuela,
que debutó en 1946 con el primer acto de La vida es sueño, de Calderón
de la Barca.

En éste panorama, llegaron al país los maestros Alberto de Paz y


Mateos en 1945, Jesús Gómez Obregón en 1947 y Juana Sujo en 1949.
195
El primero, español exiliado, inició en el liceo Fermín Toro una labor
que dio a la escena venezolana un lenguaje universal. Gómez Obregón,
mexicano y alumno del gran Seki Sano, quién en Moscú había estudiado
el método del actor con Stanislavski y con Meyerhold, introdujo de una
manera muy personal la moderna pedagogía teatral, y fue el maestro de
una generación de pioneros, docentes y directores.

Juana Sujo, argentina con formación en Alemania y quién llegó para


integrar el elenco de la película “La balandra Isabel llegó esta tarde”,
introdujo una visión profesional y eficiente que mereció un amplio
reconocimiento social. Gómez Obregón abandonó el país y correspondió
a sus alumnos crear y desarrollar importantes grupos en todo el país
(Barcelona, Valencia, Barquisimeto y Mérida).

Para 1948, el teatro venezolano era un movimiento en el que competían


dos tendencias determinantes, la tradicional, representada por los
pioneros del 36, dedicada a consolidad un teatro nacional alrededor de
su dramaturgia, y los gérmenes innovadores de la escena, promovidos
por los tres grandes maestros antes mencionados.

Juana Sujo fundó su estudio dramático en el Museo Bellas Artes


en 1950, convertido en 1952 en la Escuela Nacional de Artes Escénicas
con el apoyo del Ministerio de Educación. Esta labor pedagógica formó
una nueva generación de actores de prestigio: Maritza Caballero,
Esteban Herrera, Manola García Maldonado, Orangel Delfín y
América Alonso. En el liceo Fermín Toro, Alberto de Paz y Mateos
formó a Román Chalbaud y a Nicolás Curiel, entre otros. Gómez
Obregón había formado desde 1947 a Humberto Orisini, Carlos Denis,
Gilberto Pinto, Carmen Palma, Eduardo Moreno, Hildemaro Mujica
y Clemente Izaguirre. Este maestro mexicano, según palabras de
César Rengifo, organizó todas las técnicas del teatro y logró formar
un conjunto de personas vinculadas fervorosamente al teatro y creó
una mística teatral.

De este curso de Obregón partieron numerosas inquietudes, esfuerzos


y realizaciones productivas para el teatro venezolano.

Los cambios observados eran radicales desde 1947, debido al nuevo


tipo de hombre de teatro que emergía y a los repertorios que daba a
conocer la nueva dramaturgia mundial, más rica que el realismo ingenuo
y tradicional de los autores nacionales. La escena nacional había iniciado
una modernidad basada en nuevos tipos de práctica escénica, inspirados
en la vanguardia europea y norteamericana.
196
La década de los cincuenta, marcó la maduración contemporánea del
teatro venezolano. La educación teatral se basó en técnicas modernas,
constituyó una labor constante y reconocida e hizo vislumbrar con
certeza la profesión del actor, estimulada por el inicio de la televisión en
1953.

Para concluir este periodo, hay que agregar que el teatro escrito entre
1936 y 1958 fue dramaturgia que careció de una escena adecuada que
la representara y enriqueciera. La mayoría de los dramaturgos de éste
período conforma un grupo sin ninguna repercusión en escena. Esto se
debió a la situación de cambios que orientaron la vida del país hacia un
espíritu internacional, más acelerado que las tímidas innovaciones de los
autores, y las renovaciones introducidas por Gómez Obregón, de Paz y
Mateos, Peterson y Sujo. Fue una escena que comenzó a experimentar
la puesta en escena como práctica y lenguaje artísticos llenos de
posibilidades expresivas. En definitiva, el progreso institucional del
teatro venezolano y la aparición de la primera generación de actores, no
se dieron en concordancia con la dramaturgia nacional. Por este motivo,
la dramaturgia se rezagó de la apertura técnica y el desarrollo actoral que
se dio en esos años.

Los temas nacionales en los años cincuenta, ajenos a las innovaciones,


fueron desarrollados como una ampliación crítica del realismo que se
había expresado en la escena nacional en el costumbrismo y en las obras
localistas; también aparecieron los planteamientos existencialistas y
políticos, en obras intimistas e individualistas en el que resultó evidente la
influencia de la vanguardia francesa, en particular la generada alrededor
del existencialismo. Los asuntos del costumbrismo local comenzaron
a recibir el tratamiento de hechos sociales insertos en procesos más
trascendentes, y los dramaturgos intentaron su comprensión en una
perspectiva histórica, política y económica. La consolidación, por otra
parte, de la cultura urbana creciente del país, amplificada por los medios
de comunicación, hizo que la dramaturgia tuviera, a diferencia de las
tendencias del siglo XIX, una visión predominantemente caraqueña.
El acceso a las principales corrientes intelectuales internacionales y
la consolidación de la clase media ascendente, crecientemente culta
y consciente, hicieron surgir nuevos enfoques y conflictos en escena
a través de obras que exploran la nueva subjetividad existencialista
y su interés de buscar el yo abstraído en contextos sociales. Entre los
dramaturgos emergentes y consagrados tenemos: Leoncio Martínez,
Chirulí; Andrés Eloy Blanco; Miguel Otero Silva, Abigail, Venezuela
Guele a oro, el Cristo de las violetas y Los muertos las prefieren negras; Ida
Gramko, María Lionza, Belén Silvera; Elizabeth Schon, Intervalo; Román
197
Chalbaud, Los adolescentes, Muros horizontales, Caín adolescente,
Requiem para un eclipse; César Rengifo, Manuelote, Joaquina Sánchez,
Buenaventura Chatarra, Soga de niebla, Carayú, Estrellas sobre el
crepúsculo, Los canarios, por qué canta el pueblo.

Democracia y el nuevo teatro

A finales de 1957 el país se movilizaba para destronar la dictadura de


Pérez Giménez, el teatro se preparaba para transitar nuevas propuestas
teatrales.

Poco después del 23 de enero de 1958, el grupo Máscaras estrenaba


en el teatro nacional, Soga de niebla, de César Rengifo con dirección de
Carlos Denis y escenografía de Jacobo Borges. Un mes después, el mismo
grupo máscaras estrenó en el Teatro de la Comedia, la obra Requiem
para un eclipse, con escenografía de Carlos Cruz Diez. Esta obra no había
podido estrenarse el 29 de noviembre de 1957 porque Chalbaud, el autor
de la pieza teatral, fue puesto preso por la policía política de la dictadura.
Para la fecha, el dramaturgo de 27 años ya era reconocido como un
renovador audaz y escribió un texto polémico e incómodo al régimen.

El teatro venezolano había realizado diversas tendencias renovadoras


y había agudizado la conciencia crítica del nuevo espectador. Por eso, su
irrupción, como expresión renovadora y cuestionadora que pretendía
según la crítica del Nacional, ir contra la corriente conformita y había
una práctica escénica que planteaba situaciones de podredumbre moral,
de quiebra de la decencia tradicional, de suplantación de valores morales
por concepciones amorales e inclusive inmorales.

Los grupos pioneros formados a comienzos del cincuenta, en particular


Máscaras y duende, iniciaron en 1958 la proyección de su actividad
teatral. La vanguardia, de inspiración francesa, la representaba el grupo
Compás, fundado en 1954 por el director rumano Romeo Castea.

Castea es un director que da a conocer al público caraqueño autores


tales como Ionesco, Careagale, Courteline, y en 1958 estrenó la primera
obra de Isaac Chocrón, Mónica y el florentino. El teatro del pueblo, bajo la
dirección de Román Chalbaud, enfatizó su vocación social dependiente
del Ministerio del Trabajo.

Los teatros La Comedia, de Natalia Silva, y Los Caobos, de Juana


Sujo, surgieron como salas profesionales, con una idea burguesa y
198
convencional del teatro. La Quimera, de Guillermo Montiel, en la Plaza
Tiuna, el Teatro Arte de Caracas con Herman Lejter, Eduardo Mancera,
Margot Antillano y Román Chalbaud, inició sus labores en los altos del
Rodio City, y el teatro del Ateneo de Caracas, bajo la dirección de Horacio
Peterson, completaron el conjunto de las nuevas salas de Caracas. El
movimiento teatral exhibía un vigor constante que se materializó en la
creación de la Federación Venezolana del Teatro en 1959 y en la decisión
de realizar festivales anuales en 1959 y 1961.

Al mismo tiempo, las principales ciudades de interior comenzaron


a formar centros de creación teatral. El grupo teatral Lara; en Valencia
con la asociación carabobeña del arte teatral; en Mérida con el teatro
universitario de la Universidad de los Andes; en Barcelona con la escuela
Teófilo Leal y en Maracaibo con el grupo Sábado.

El movimiento renovador de los teatros universitarios en


Venezuela: La U.C.V. y La U.L.A.

El teatro venezolano es un tejido completo, el cual conjuga la


participación de artistas nacionales y foráneos, quienes contribuyen
en realidades diferentes a su desarrollo, razón que requiere de mayor
espacio de reflexión e investigación en la diversidad de sus partes, tanto
en los particulares como en los niveles de significación. Por supuesto,
hay un vasto campo a la espera de trabajo de indagación más allá de
los análisis sincrónicos, cuyas propuestas se ubiquen en los enfoques
diacrónicos. Esto se logra a través de una política del Estado, traducida
en lineamientos programáticos establecidos mediante publicaciones y
estudios.

El teatro universitario de la Universidad Central de Venezuela,


bajo la dirección de Nicolás Curiel, inició su período más dinámico,
para constituirse en la vanguardia artística y política más brillante de
las décadas de los cincuenta y sesenta. En parte, gracias al emblema
brechtiano que lo definió y identificó. Después de su aprendizaje inicial
con Alberto de Paz y Mateos, Nicolás Curiel se habrá formado en
Francia bajo la influencia de Jean Louis Barrault y Jean Vilar, quién
en 1947 había creado el festival de Avignon. A su regreso de Francia
y Alemania quiso repetir con el teatro universitario la experiencia de
Vilar y la influencia de Bertold Brecht, y aprovechando la situación
intelectual y política del país en 1958, comenzó su trajinar en la escena
universitaria.

199
El teatro experimental de la U.C.V., enarboló las técnicas épicas no
ilusionistas del enfoque brechtiano, con obras de Shakespeare, Cabrujas,
Brecht, Uslar Pietri. El teatro universitario fue el primer grupo que
desarrolló una amplia proyección internacional, en particular con Yo,
de Bertold Brecht, que presentó en el Festival de Nancy en Francia, en
Varsovia, Berlín, La Unión Soviética y China.

Para comprender los cambios que introdujo Nicolás Curiel es


necesario observar las corrientes dominantes de la época que luego
le servirán de base al proceso creador de Curiel en su tránsito por el
teatro universitario de la U.C.V. El supuesto avance de los países sureños
(Argentina, Chile, Uruguay) con relación en Venezuela, era una cuestión
más de información que de cambios sustantivos u originales.

En todas las manifestaciones que observamos en el país, se asistían


a representaciones tardías de un realismo ilusionista que mostraba
su agotamiento en Europa, mientras surgían corrientes renovadoras
para liquidar la concepción escena-sala del teatro a la italiana, donde
el telón señalaba las fronteras de dos mundos separados por la llamada
cuarta pared que para muchos era imprescindible. Aún más grave era
la posición de un numeroso grupo de intelectuales y artistas aferrados
a las corrientes del realismo socialista, en franca oposición hacia el
expresionismo de comienzos del siglo XX, incluyendo una mayor
comprensión a los aportes renovadores de Meyerhold y Maiakovski,
ente otros.

Ejemplos singulares de tales fórmulas se pueden resumir en la


insistencia de los maestros de actuación para que los actores manejaran
el “buen decir” del texto traducidos en una serie de ejercicios que
conducirían al perfeccionamiento de la voz con el célebre ejercicio
“vaca”, o la práctica del fraseo utilizando un lápiz o corcho que permiten,
aflojar los músculos de la cara para que fluyeran las palabras. Éramos
espectadores de tras patios, rezagados.

Europa despertaba del letargo conformista a través de cinco vertientes:

1.- El naturalismo de Zola, materializado por Emile Zola y Antoine en


el teatro libre.
2.- El simbolismo de Paúl Fort y el teatro de arte
3.- La obra de arte común, preconizada por Wagner en 1950, la cual
dio origen al teatro total, fundado sobre la acción simultánea de
elementos sonoros, gestuales y plásticos.
4.- Las propuestas apasionantes, que originaron la relación actor-es-
200
pacio-luz, a través del inglés Gordon Craig y Appia, a comienzos del
siglo XX.
5.- El sueño de Walter Gropius y la Bahaus sobre el hombre nuevo.

En síntesis, para el naturalismo, una obra es una batalla contra las


convenciones, y la obra será grande en la medida en que salga victoriosa
del combate. El intérprete de Zola será Antoine, mientras que Konstantín
Stanislavski, creador del teatro de Arte de Moscú en 1888, el método de las
acciones físicas fundamentales, encontrará al hombre capaz de penetrar
la vida interior. El actor fiel a la escena que representa los lugares donde
palpita la vida cotidiana, donde nacen, viven y mueren los personajes. Tales
principios de la vida física en escena los llevó a un exceso de autenticidad
casi fotográfica, en el Pato Salvaje de Ibsen en 1906, y Stanislavski, al
plasmar un asilo de “Los bajos fondos” de Gorki, en 1902.

El enfoque de la realidad verá quebrantar su propia transferencia


ilusionista, a partir de Fort y el simbolismo junto a la incorporación
conceptual de la pintura a la expresión artística de cada montaje. Los
simbolistas en el teatro imaginan los decorados y el vestuario de sus
trabajos escénicos mediante el aporte de los pintores.

Así, comenzaba la búsqueda de una síntesis y expresiva de más


concepción espacial que derrumbarían toda la argamasa del realismo
ilusionista, para irrumpir en una verdadera revolución teatral del siglo
XX, impulsada por Craig y Appia. Estos dos hombres transformaron el
espectáculo teatral, impulsados por el advenimiento de la luz eléctrica,
lo cual contribuye a la desaparición del decorado tradicional, revelando
los planos y actor en tres dimensiones. A partir de ellos, el teatro no
será el mismo. Ahora los elementos que intervienen en el espectáculo,
conducirán a una globalización escénica que involucra la presencia
teatral del hombre, en su doble condición actor-espectador. Había pues,
una concepción y una propuesta partiendo de la música de Wagner, de
la danza con Jacques Del Lloze, del espacio y el actor que preludiaban
las etapas que se materializarían en hombres de teatro como Reinhart,
Vilar, Piscator y Brecht, entre otros; es una dimensión socio-artística
y fundamentales, investigaciones que promoverán los desarrollos
sucesivos del teatro. Si bien Appia y Craig son fundadores de los grandes
movimientos del teatro moderno (expresionismo, constructivismo,
teatro épico) sus aportes teóricos siguen vigentes para enriquecer el
gusto estéticos hacia nuevos horizontes.

Al sacudirse el piso del realismo, se soñaban otros espacios, nuevos


escenarios, distintos actores; se tambaleaba la arquitectura teatral
201
en su concepción restringida de “paredes cerradas” que separaba la
acción dramática del público. De allí la nostalgia de la modernidad por
la escena isabelina, capaz de colocar los actores en relación directa con
los espectadores. Luego Jacques Copeau fundó el “Vieux Colombier” en
París, intentando que la obra dramática encontrara su expresión esencial
en el juego, en comunión con el público: más tarde, Max Reinhart,
cercano a los teatros griegos, utilizando los avances tecnológicos, no solo
los escenarios giratorios, con el espectacular montaje de Edipo Rey, en
París (1910), donde colocaba un plano posterior que recordaba la escena
griega y en las gradas a los espectadores, que completaban las visuales
capaz de volcarse en arreglos envolventes hacia los personajes en acción.

Todas las realizaciones para una misma finalidad: rebelarse contra


la perspectiva ilusionista, lograr rupturas significativas en el reino del
teatro a la italiana para alejarse de todo simplismo desnaturalizador, los
escenarios deberían lanzarse al grito contra una sociedad corrompida,
asumir la necesidad de cambiar el mundo.

En esa coyuntura, el hombre que más se preocupaba por la búsqueda


de “la verdad interior” del actor era el maestro Stanislavski, tenía que
entrar en crisis cuando la cuestión no era la “caja óptica”, se mostraba la
insuficiencia del naturalismo para expresar otra objetividad del espacio,
la música se alejaba de la melodía descriptiva, la pintura marchaba en
otra visión y composición libre de formas y colores. El maestro ruso cede
al alumno Meyerhold esa inquietud, quién ya en 1905, proponía que
además del autor, director y actor existía un cuarto creador: el espectador.

Todos los años posteriores a la revolución rusa, conformaron un


período excepcional de creación, investigación e innovación, único en
la historia teatral del siglo XX, hasta la llegada del stalinismo, cuando
se pone fin al proceso enriquecedor, con la imposición del realismo
socialista. Meyerhold fue un apasionado de la vanguardia artística,
donde buscaba una adecuación espacial a sus propuestas geométricas y
superficiales de color.

El momento culminante del constructivismo meyerholdiano, lo


encontramos en su célebre montaje “El magnífico cornudo”.

Ahora bien, el profeta del futuro fue Antonin Artaud, para quien el
teatro no se bastaba con un espectador que “comprendiera” lo que se
mostraba, llevándole a un delta de la pasividad, sino a un teatro que
involucrara, simultáneamente, a los actores y espectadores en un lugar
único, mágico, ritual, ceremonial, impregnado de una “actualización
202
patética y mítica”, donde los hombres “se encontraran confrontados
en sus grandes pasiones y sus grandes preocupaciones”, en síntesis, un
teatro articulado a la vida.

Toda obra de teatro escrita, tiene un “segundo nacimiento”, allí se


manifiestan todas las tendencias por donde transitan los creadores de
espectáculos, allí concurren los factores que hacen posible el hecho
teatral, destacándose entre otros: dramaturgos, artistas plásticos,
directores, músicos, arquitectos, escenógrafos, técnicos y espectadores.

El tejido es complejo, tanto como la diversidad flanqueada por las


contradicciones. En 1951, Jean Vilar asume la dirección del Teatro
Nacional Francés, creando un binomio irrepetible: Chaillot-Avignon, bajo
postulados innovadores, que perduran en la memoria universal del teatro
por sus componentes, alcances, principios e influencias. París, durante
dos décadas (1950-1960) estuvo signada por figuras determinantes: Jean
Luis Barrault, Jean Vilar, Roger Blin y Antonin Artaud. Vilar sentó las
bases de una cosmovisión y una manera de realizarla en el campo teatral;
un enfoque de globalidad en tres vertientes: estética, organizacional y
operativa. Desde el festival de Avignon, frente al palacio de los papas
lanzaba declaraciones como latigazos a la mediocridad de la escena
internacional: ninguna baratija, ninguna trapacería estetizante, ningún
decorado. Vilar rechazaba la tramoya inútil, la escena a la italiana, el
decorado cubo-tradicional y establecía la necesidad de instaurar entre
el público y la acción dramática un contacto directo, eficaz y vivo.
Desde ahí, el Teatro Nacional Popular se convirtió en un inmenso foro
de miles espectadores, de diferentes estratos sociales, quienes todos los
días acudían a sus representaciones, para seguir la trama de las obras: los
actores eran sus conocidos, el teatro su familia.

El teatro integral, todas las disciplinas estaban ahí, en esfuerzos


mancomunados, instalado como servicio público, un nuevo espacio, con
elementos escenográficos, un proscenio de 18 metros de largo frente a
un palacio medieval, abierto hacia el público.

Dentro de estas nuevas perspectivas escénicas del teatro mundial


se incluye Nicolás Curiel. A Nicolás le tocó presenciar el surgimiento
y apogeo del Festival Mundial del Teatro de Naciones. Curiel regresa
a Venezuela para iniciar desde 1958 su gran aventura en el teatro
universitario de la U.C.V. Cuando éste director proveniente de Berlín se
incorpora a la vida teatral se encuentra con la visión que Guillermo Korn
que ya había dirigido “Mirandolina”, “Don Juan Tenorio” y “Los Rivales”.
De inmediato se rebeló contra el acartonamiento, venía suficientemente
203
familiarizado con los procesos últimos del teatro mundial, lo cual le
permitía formular una propuesta espacial renovadora, radicalmente
opuesta a lo convencional e integradora de los factores que intervienen
en el texto espectacular. Así lo hizo. Partiendo del texto literario,
conformó el libreto en siete jornadas para llevar a escena: “El Don Juan”
de Zorrilla. No habla entre actos; las cuales se concatenaban en fundidos
de iluminación, que le permitía lograr un ritmo sostenido, cual partitura
musical de las distintas jornadas.

Así mismo, Nicolás Curiel enfrentaría nuevos retos que lo


llevaría a transformar el Teatro Universitario en un equipo cultural
multidisciplinario, el cual rompería las formas tradicionales y asumiría
los compromisos al dirigirse a las grandes audiencias, dentro de un país
convulsionado por violentos cambios sociales y políticos. Se avizoraba
una empresa socio-artística cónsona con el lugar donde actuaban
aprovechando la situación intelectual y política de la U.C.V. después
de 1958; en más de una ocasión en el ojo del huracán revolucionario.
Dijo Curiel El Nacional: …Concebí el teatro como Brecht lo había
predestinado, es decir, el teatro debía ser un arma política para mejorar
los hombres, había que usar el teatro como esencia política y nuestro
teatro fue profundamente militante y “Yo Bertold Brecht” sale de una
pelea a nivel estético contra Rómulo Betancourt y la social democracia
venezolana. Era un teatro profundamente político y militante, aunque
hacíamos arte, lo hacíamos estéticamente. Montábamos un teatro que
era, ante todo, teatro, y que después podía ser interpretado políticamente
eficaz…

Así Curiel se transformó en docente, escenógrafo, músico, pintor,


puestista y promotor.

El “Don Juan Tenorio” de Curiel, fue el precursor de un movimiento


prolífero que trascendía las funciones elementales de un simple grupo
teatral donde podemos resumir las siguientes características:

1.- La propuesta y conformación de una estética


2.- La publicación de un periódico, luego revista especializada
3.- La realización de los festivales de teatro universitario
4.- La creación del centro de amigos del teatro universitario
5.- La creación del cine-club universitario
6.- La creación de un taller de formación como germen de una escuela
diferente
7.- La presencia del teatro universitario en el exterior como muestra
calificada del teatro venezolano experimental
204
A partir de “Don Juan”, Nicolás inicia una búsqueda incesante que
trata de renovar las dialécticas forma-contenido y la de actor-espacio-
público.

Los cuatro montajes sucesivos: Los miserables, Llanto por Ignacio


Sánchez Mejías, El día de Antero Albarán y Los fusiles de la Madre
Carrar, le permitieron reflexionar sobre un espacio despojado de adornos
inútiles, sencillo en los planos estructurales y el manejo de un realismo
simplificado.

Nicolás diseñaba sus propias escenografías, sus colaboradores


eran: Jacobo Borges, Perán Erminy y Luis Guevara Moreno. Se trata,
como afirma Herman Lejter en su ensayo Testimonio 1 de La Revista:
“Nicolás Curiel. Tiempos de teatro”, que conjugan valor plástico y valor
dramático en una síntesis armoniosa e inédita, cada producción del
teatro universitario signaba un nuevo aporte a la creación advertida;
una reflexión en los factores del espectáculo sin descuidar el conjunto.
Ellos se evidencia en sus sucesivas producciones: “La leyenda de amor”,
“Noche de Reyes”, “Juan Francisco de León”. Nicolás Curiel estuvo atento
al enriquecimiento cognoscitivo permanente de quienes integraron
sus distintos equipos de trabajo, no solo facilitando incorrupción y
entusiasmo, sino creando mecanismos que permitieran alcanzar metas
individuales de superación personal, los Festivales Internacionales, los
encuentros con maestros extranjeros a través de talleres, superando la
visión restringida del parroquialismo provinciano.

Así llegan los montajes emblemáticos de la madurez creativa: Yo,


Bertold Brecht, los siete pecados capitales y los montajes de la generación
de relevo:

Yo, William Shakespeare; Homenaje a Lorca; El matrimonio de los


pequeños burgueses y Otelo de Alberto Sánchez; el Canto al Ídolo
Lusitano de Eduardo Gil.

El teatro universitario construyó con Curiel una poética que señalaba


rumbos el teatro venezolano. Exhibía una propuesta revolucionaria que
constataba las posibilidades del creador, la continuidad en el teatro y la
presencia del maestro.

En la visperas del advenimiento del Siglo XX, la invasión de los sesenta,


bajo la jefatura de Cipriano Castro, desplazó del poder a Ignacio Andrade,
nacido en esta Ciudad de Mérida, quien había sido electo Presidente de
la Républica en unas elecciones amañadas que sirvieron de escusa al
205
“Cabito” para invadir desde Colombia y derrocar al gobierno de turno.
Quizás la presidencia en manos de un Merideño, hubiese permitido a esta
ciudad, gozar de prerrogativas especiales en cuanto a aportes económicos
para su reparación y desarrollo. Recursos que estaba necesitando pues
durante el Siglo XIX la ciudad había sido practicamente destruida por
los terremotos de 1812 y 1894, además de los destrozos ocasionados por
la Guerra de Independencia.

El recien llegado Cipriano Castro, el 2 de Agosto de 1900, dicta el


Decreto de Autonomía de los Estados y organiza el país en quince estados,
un Distrito Federal y el territorio Federal de Margarita, nombrando al
General Esteban Chalbaud Cardona como Presidente del Estado Mérida,
igualmente convocó a una Asamblea Constituyente el 3 de Octubre
de 1900, constituida por tres representantes por región, para un total
de cincuenta y un miembros , que se reunieron en la sede del Capitolio
Federal el 2 de Diciembre de 1900 y debían completar su trabajo en treinta
días. Así el nuevo Siglo XX se inició con una nueva Constitución y con
un nuevo Presidente, pues el 20 de Febrero de 1901, se juramentó ante
el Congreso Constituyente Cipriano Castro como Presidente Provisional.

Como Presidente del Estado Mérida fue designado Rafael María


Velazco Bustamante, quien al presentar la memoria de su gestión del
año 1901, se limitó a dar excusas por la falta de realizaciones, debido a la
escacés de presupuesto, por habersele cargado los gastos prorrateados
de la Asamblea Constituyente, recien terminada y la formación de un
ejercito de 2000 hombres que fueron reclutados para ir al Táchira para
auxiliar a su cuñado Celestino Castro, para lo cual negoció un emprestito
de diez mil pesos.

Al mando de los dosmil hombres, partió el general Esteban Chalbaud


Cardona, quien a su regreso se encargaría de la presidencia del Estado
Mérida desde1902 hasta 1904. Al encargar-se, retoma la iniciativa de
construir el Palacio de Gobierno, sobre la antigua Casa Municipal de esta
ciudad, cedida por la misma Municipalidad. Al mismo tiempo repara la
carcel y el Lazareto, igualmente repara y expande el Telegrafo, que por lo
aislado de la Ciudad, adquiere impor-tancia de primer orden para guardar
contacto con la provincia y con el Poder Central. En la Universidad de
los Andes no se impartían cursos de medicina, pero habían galenos para
atender a sus moradores y vecinos, sin embargo en la Memoria y Cuenta
del Presidente del Estado presentada en 1903, declara “que el Gobierno
no ha podido darle ensanche al Hospital, regentado por las Reverendas
Hermanas de la Caridad, debido a la escacés de recursos por la reducción
del situado y la carga de la deuda heredada. Iguales causas esgrime para
206
justificar los escasos recursos que puede asignar al Colegio de Niñas del
Estado, regentado por la Sta. Filomena Dávila.

La insuficiencia presupuestaria se derivaba del mal manejo de


las finanzas de la Nación, desde gobiernos anteriores que la habían
endeudado con las grandes potencias. En Diciembre de 1902, se
produce el ultimatum del Reino Unido a Venezuela, exigiendole el pago
compulsivo de 14.743.523 Bs.Los Alemanes, asimismo, reclamaban
7.376.685 Bs, los Italianos 39.844.259 Bs, los Estados Unidos 81.410.952
Bs, Francia17.891.613 Bs, Bélgica, México, Holanda, España, Suecia
y Noruega, se unieron a los reclamos por extrema morosidad. En
consecuencia el situado constitucional fue rebajado, como se desprende
del Mensaje a la Asamblea: “Nada más he podido hacer en materia de
fomento, pues habiendose angustiado el Tesoro Público, tanto por las
necesidades de la guerra, que bien conocidas han sido por todo el mundo,
como por haberse rebajado el situado constitucional a una cuarta parte,
el Gobierno no ha podido disponer ni de un céntimo para emprender
alguna otra obra”

En la Memoria y Cuenta presentada en Febrero del año 1904, le


solicita a la Asamblea Legislativa el estudio y elaboración de una Ley
que deje a salvo los derechos del Estado Mérida con respecto a los límites
con el Zulia y presenta la asignación de cien mil bolívares, decretada
por el Ejecutivo Nacional, para la construcción de la Carretera Mérida a
Palmarito , de esta manera: ”No tengo palabras, ciudadanos Diputados,
como significaros mi gran satizfacción, al daros cuenta de este trasedental
acontecimiento, que inicia para Mérida y para todo el Estado una nueva
era de prosperidad”.

Preside la Junta encargada de la ejecución de la obra y a la cabeza de


200 obreros, avanza en dos meses de trabajo hasta completar un tercio
de la totalidad.

En ese mismo Mensaje, anuncia la construcción del camino desde


la parroquia Tabay a la Ciudad de Pedraza del Estado Zamora, la
construcción de un puente sobre el río Mucuchachí y un camino de
recuas entre Mucutuy y Aricagua.

Ambos proyectos, establecen sobre la geografía merideña un trazo


de Norte a Sur, que se completaría con el Camino Real entre Táchira y
Trujillo para buscar el comercio de la Ciudad y del Estado hacia los cuatro
puntos cardinales.

207
Completa su Memoria y Cuenta de Febrero del 1904, en lo referente
a la Instrucción dice:”Este ramo de primera necesidad para el Estado y
fuente principal del progreso de los pueblos, no lo he desatendido ni en
los momentos más criticos del Gobierno, en el año que termina”.

Le sucederá el Dr. José Ignacio Lares, quién fue su Secretario de


Gobierno y fue nombrado Presidente del Estado para el período 1904
hasta 1907.

En su primer mensaje establece como obras prioritarias para el Estado:


1º El Camino al Lago de Maracaibo, iniciado bajo la Presidencia anterior
y 2º El Acueducto de Mérida. La carretera a Palmarito había sido iniciada
por su predecesor y dependía del tesoro nacional, la segunda se carga
a la renta estadal y aunque representa una alta erogación, la asume
como impostergable en aras de que la ciudad tuviera agua potable que
asegurará la salud de Mérida, la toma en la cabecera del río Albarregas
“atravezando el río Milla, en el punto denominado ¨La Isla”, por encima,
por medio de un juego de arcos de calicanto, cuyas bases que ya estan
terminadas revisten una solidez completa”. Además de estas dos
prioridades, requiere con urgencia la adquisición de una casa propia para
el despacho del Gobierno y demás oficinas públicas, pues el Palacio de
Gobierno, recién construido, no tiene un número suficiente de piezas,
que son muy estrechas y no están amobladas. Repara la cárcel, mantiene
los caminos y construye puentes.

En su segundo año, analiza las causas del postramiento económico y


en su mensaje, considera: ”Proviene esta crísis, mas que de las pérdidas y
ruinas causadas por la recien pasadas guerras, por la baja considerable
y prolongada del café” , y en función a esta premisa, elabora su plan de
repunte económico, basado en la diversificación de los cultivos y a tal fin
desarrolla una política proteccionista para el gusano de seda, el cultivo de
la vid y la siembra del algodón, trayendo semillas desde Europa y Estados
Unidos, semillas que se le brindaban en forma gratuita a los posibles
cultivadores con incentivos adicionales para estimular su propagación.

Su programa de diversificación, propendía para que fuese base para


futuras industrias textiles y de fabricación de vinos, con producción
suficiente para que además de cubrir el consumo, pudiesen exportarse,
como en épocas preteritas.

Durante este segundo año, se completaron los seis arcos del acueducto,
sobre los que se construirá el canal y más adelante se erigirá la caja de
agua, según planos donados por el Ingº De.Jesús Muñoz Tebar.
208
Además de las obras mencionadas, se incluyen reparación de caminos,
reparación y construcción de puentes, reparaciones en el hospital y en la
carcel.Dato curioso es que por primera vez, aparece una asignación para
los aparatos del Telefono y se cre4a la intendencia de Obras Públicas.

Para el tercer año del mandato (1907) el Dr. José Ignacio Lares logra
culminar el nuevo acue-ducto de Mérida y así lo expresa en su mensaje:
“En efecto, despues de tres años de trabajo, a fuerza de constancia y de
la más estricta economía, tuve la satizfacción de bendecir e ignagurar
tan importante obra para Mérida; y ver saltar el agua del Albarregas en
las fuentes públicas que como complemento de la obra, hice construir
en plazas y barrios de la ciudad”.

Señala la construcción de pila pública en la esquina Norte el Mercado,


y fuentes públicas en La Hoyada de Milla, dos en barrio Barinitas,
Plaza Bolivar y Plaza Rangel.

En cuanto al camino a Pedraza, tambien nombrado como el camino del


Quinó, iniciado por el Gral.Esteban Chalbaud Cardona, para conectar
a Mérida con los llanos de Barinas, señala: “Esta Junta a continuado
con todo celo y diligencia los trabajos del expresado camino, por donde
ya se hace algún tráfico de ganado”. Y preocupado por la salud de la
ciudad, agrega: “Un Matadero construido con todas las prescripciones
de la higiene era una necesidad urgente para esta capital, pues el local
ocupado para este servicio, estaba por sus inconvenientes, convertido
en foco de infección.” Por tal motvo se contrató un emprestito y se
construyó tan importante obra.

Para el año 1908, el Presidente del Estado fue el Gral. Amador


Uzcátegui, elegido para un período de tres años, que se inició
conincidencialmente en el año cuando el Presidente de la República,
Gral. Cipriano Castro de embarcó para Europa por quebrantos de salud,
lo que seguramente explica que su período se redujera a solo un año.

En la memoria correspondiente incluye la construccion de ramales


de tubería para el acueducto en las calles Bolivar, Lora y Unión y la
reparación de los empedrados dañados por estas obras. Hubo un énfasis
especial en la construcción de las Casas Municipales de todos los Distritos.

A finales del primer año de gobierno, el 19 de Diciembre de 1908, el


Gral. Juan Vicente Gómez controla todo el poder y desconoce al Gral.
Cipriano Castro y se elige como Presidente del Estado al Gral. Esteban
Chalbaud Cardona.
209
Vialidad e Infraestructura en Mérida

Dr. Rosendo Camargo Mora

Miembro Correspondiente Estadal Academia de Mérida


En la vísperas del advenimiento del Siglo XX, la invasión de los
sesenta, bajo la jefatura de Cipriano Castro, desplazó del poder a
Ignacio Andrade, nacido en esta Ciudad de Mérida, quien había sido
electo Presidente de la República en unas elecciones amañadas que
sirvieron de escusa al “Cabito” para invadir desde Colombia y derrocar
al gobierno de turno. Quizás la presidencia en manos de un Merideño,
hubiese permitido a esta ciudad, gozar de prerrogati-vas especiales en
cuanto a aportes económicos para su reparación y desarrollo. Recursos
que estaba necesitando pues durante el Siglo XIX la ciudad había sido
prácticamente destruida por los terremotos de 1812 y 1894, además de
los destrozos ocasionados por la Guerra de Independencia.

El recién llegado, Cipriano Castro,el 2 de Agosto de 1900, dicta el


Decreto de Autonomía de los Estados y organiza el país en quince
estados, un Distrito Federal y el territorio Federal de Mar-garita,
nombrando al General Esteban Chalbaud Cardona como Presidente del
Estado Mérida, igualmente convocó a una Asamblea Constituyente el
3 de Octubre de 1900, constituida por tres representantes por región,
para un total de cincuenta y un miembros , que se reunieron en la sede
del Capitolio Federal el 2 de Diciembre de 1900 y debían completar su
trabajo en treinta días. Así el nuevo Siglo XX se inició con una nueva
Constitución y con un nuevo Presidente, pues el 20 de Febrero de 1901,
se juramentó ante el Congreso Constituyente Cipriano Castro como
Presidente Provisional.

Como Presidente del Estado Mérida fue designado Rafael María


Velazco Bustamante, quien al presentar la memoria de su gestión del
año 1901, se limitó a dar excusas por la falta de realizaciones, debido a la
escacés de presupuesto, por habersele cargado los gastos prorrateados
de la Asamblea Constituyente, recien terminada y la formación de
un ejercito de 2000 hombres que fueron reclutados para ir al Táchira
para auxiliar a su cuñado Celestino Castro, para lo cual negoció un
emprestito de diez mil pesos.

Al mando de los dosmil hombres, partió el general Esteban Chalbaud


Cardona, quien a su regreso se encargaría de la presidencia del Estado
Mérida desde1902 hasta 1904. Al encargar-se, retoma la iniciativa de
construir el Palacio de Gobierno, sobre la antigua Casa Municipal de
esta ciudad, cedida por la misma Municipalidad. Al mismo tiempo
repara la carcel y el Lazareto, igualmente repara y expande el Telégrafo,
que por lo aislado de la ciudad, adquiere importancia de primer orden
para guardar contacto con la provincia y con el Poder Central. En la
Universidad de los Andes no se impartían cursos de medicina, pero
211
habían galenos para atender a sus moradores y vecinos, sin embargo
en la Memoria y Cuenta del Presidente del Estado presentada en 1903,
declara “que el Gobierno no ha podido darle ensanche al Hospital ,
regentado por las Reverendas Hermanas de la Caridad, debido a la
escacés de recursos por la reducción del situado y la carga de la deuda
heredada. Iguales causas esgrime para justificar los escasos recursos
que puede asignar al Colegio de Niñas del Estado, regentado por la Sta.
Filomena Dávila.

La insuficiencia presupuestaria se derivaba del mal manejo de


las finanzas de la Nación, desde gobiernos anteriores que la habían
endeudado con las grandes potencias. En Diciembre de 1902, se
produce el ultimatum del Reino Unido a Venezuela, exigiéndole el pago
compulsivo de 14.743.523 Bs. Los Alemanes, asimismo, reclamaban
7.376.685 Bs, los Italianos 39.844.259 Bs, los Estados Unidos 81.410.952
Bs, Francia 17.891.613 Bs, Bélgica, México, Holanda, España, Suecia
y Noruega, se unieron a los reclamos por extrema morosidad. En
consecuencia el situado constitucional fue rebajado, como se desprende
del Mensaje a la Asamblea: “Nada más he podido hacer en materia
de fomento, pues habiéndose angustiado el Tesoro Público, tanto por
las necesidades de la guerra, que bien conocidas han sido por todo el
mundo, como por haberse rebajado el situado constitucional a una
cuarta parte, el Gobierno no ha podido disponer ni de un céntimo para
emprender alguno otra obra”

En la Memoria y Cuenta presentada en Febrero del año 1904, le


solicita a la Asamblea Legislativa el estudio y elaboración de una Ley
que deje a salvo los derechos del Estado Mérida con respecto a los
límites con el Zulia y presenta la asignación de cien mil bolívares,
decretada por el Ejecutivo Nacional, para la construcción de la Carretera
Merida a Palmarito, de esta manera: ”No tengo palabras, ciudadanos
Diputados, como significaros mi gran satisfacción, al daros cuenta de
este trasedental acontecimiento, que inicia para Mérida y para todo el
Estado una nueva era de prosperidad”.

Preside la Junta encargada de la ejecución de la obra y a la cabeza de


200 obreros, avanza en dos meses de trabajo hasta completar un tercio
de la totalidad.

En ese mismo Mensaje, anuncia la construcción del camino desde


la parroquia Tabay a la Ciudad de Pedraza del Estado Zamora, la
construcción de un puente sobre el río Mucuchachí y un camino de
recuas entre Mucutuy y Aricagua.
212
Ambos proyectos, establecen sobre la geografía merideña un trazo
de Norte a Sur, que se completaría con el Camino Real entre Tachira y
Trujillo para buscar el comercio de la Ciudad y del Estado hacia los cuatro
puntos cardinales.

Completa su Memoria y Cuenta de Febrero del 1904, en lo referente


a la Instrucción dice:”Este ramo de primera necesidad para el Estado y
fuente principal del progreso de los pueblos, no lo he desatendido ni en
los momentos más críticos del Gobierno, en el año que termina”.

Le sucederá el Dr. José Ignacio Lares, quién fue su Secretario de Gobierno


y fue nombrado Presidente del Estado para el período 1904 hasta 1907.

En su primer mensaje establece como obras prioritarias para el Estado:


1º El Camino al Lago de Maracaibo, iniciado bajo la Presidencia anterior
y 2º El Acueducto de Mérida. La carretera a Palmarito había sido iniciada
por su predecesor y dependía del tesoro nacional, la segunda se carga
a la renta estadal y aunque representa una alta erogación, la asume
como impostergable en aras de que la ciudad tuviera agua potable que
asegurara la salud de Mérida, la toma en la cabecera del río Albarregas
“atravezando el río Milla, en el punto denominado ¨La Isla”, por encima,
por medio de un juego de arcos de calicanto, cuyas bases que ya estan
terminadas revisten una solidez completa”. Además de estas dos
prioridades, requiere con urgencia la adquisición de una casa propia para
el despacho del Gobierno y demás oficinas públicas, pues el Palacio de
Gobierno, recién construido, no tiene un número suficiente de piezas,
que son muy estrechas y no están amobladas. Repara la cárcel, mantiene
los caminos y construye puentes.

En su segundo año, analiza las causas del postramiento económico y


en su mensaje, considera: ”Proviene esta crísis, mas que de las pérdidas y
ruinas causadas por la recien pasadas guerras, por la baja considerable
y prolongada del café”, y en función a esta premisa, elabora su plan de
repunte económico, basado en la diversificación de los cultivos y a tal fin
desarrolla una política proteccionista para el gusano de seda, el cultivo de
la vid y la siembra del algodón, trayendo semillas desde Europa y Estados
Unidos, semillas que se le brindaban en forma gratuita a los posibles
cultivadores con incentivos adicionales para estimular su propagación.

Su programa de diversificación, propendía para que fuese base para


futuras industrias textiles y de fabricación de vinos, con producción
suficiente para que además de cubrir el consumo, pudiesen exportarse,
como en épocas preteritas.
213
Durante este segundo año, se completaron los seis arcos del acueducto,
sobre los que se construirá el canal y más adelante se erigirá la caja de
agua, según planos donados por el Ingº De. Jesús Muñoz Tebar.

Además de las obras mencionadas, se incluyen reparación de caminos,


reparación y construcción de puentes, reparaciones en el hospital y en la
carcel. Dato curioso es que por primera vez, aparece una asignación para
los aparatos del Teléfono y se crea la intendencia de Obras Públicas.

Para el tercer año del mandato (1907) el Dr. José Ignacio Lares logra
culminar el nuevo acueducto de Mérida y así lo expresa en su mensaje:
“En efecto, despues de tres años de trabajo, a fuerza de constancia y de la
más estricta economía, tuve la satisfacción de bendecir e ignagurar tan
importante obra para Mérida; y ver saltar el agua del Albarregas en las
fuentes públicas que como complemento de la obra, hice construir en
plazas y barrios de la ciudad”.

Señala la construcción de pila pública en la esquina Norte el Mercado,


y fuentes públicas en La Hoyada de Milla, dos en barrio Barinitas, Plaza
Bolivar y Plaza Rangel.

En cuanto al camino a Pedraza, también nombrado como el camino del


Quinó, iniciado por el Gral. Esteban Chalbaud Cardona, para conectar a
Mérida con los llanos de Barinas, señala: “Esta Junta a continuado con todo
celo y diligencia los trabajos del expresado camino, por donde ya se hace
algún tráfico de ganado”. Y preocupado por la salud de la ciudad, agrega:
“Un Matadero construido con todas las prescripciones de la higiene era una
necesidad urgente para esta capital, pues el local ocupado para este servicio,
estaba por sus inconvenientes, convertido en foco de infección.” Por tal
motivo se contrató un empréstito y se construyó tan importante obra.

Para el año 1908, el Presidente del Estado fue el Gral Amador Uzcátegui,
elegido para un período de tres años, que se inició conincidencialmente
en el año cuando el Presidente de la República, Gral. Cipriano Castro
de embarcó para Europa por quebrantos de salud, lo que seguramente
explica que su período se redujera a solo un año.

En la memoria correspondiente incluye la construccion de ramales


de tubería para el acueducto en las calles Bolívar, Lora y Unión y la
reparación de los empedrados dañados por estas obras.

Hubo un énfasis especial en la construcción de las Casas Municipales


de todos los Distritos.
214
A finales del primer año de gobierno, el 19 de Diciembre de 1908, el
Gral. Juan Vicente Gómez controla todo el poder y desconoce al Gral.
Cipriano Castro y se elige como Presidente del Estado al Gral. Esteban
Chalbaud Cardona.

215
Ideas preliminares para un
Proyecto de Ley Marco de Universidades

Dr. Roberto Rondón Morales

Individuo de Número, sillón 20. Academia de Mérida


Introducción
La Academia de Mérida hace dos años encargó a una Comisión
Especial conformada por universitarios de diferentes disciplinas
e ideologías, profesores José Aguilar Castro, Walter Bishop, Néstor
López Rodríguez, José Mendoza Angulo, Amado Moreno Pérez,
Alejandro Ochoa, Eleazar Ontiveros Paolini, Nelson Pineda Prada,
Pedro Rivas, Roberto Rondón Morales y Leonel Vivas, la tarea de
emprender la discusión de unas ideas que condujeran a la posibilidad
de acordar, para un debate en las universidades venezolanas, de
un anteproyecto de Ley Marco de Universidades que fijara una
concepción moderna de la Universidad, que implicara la ratificación
de la autonomía universitaria como fundamento de esta institución,
actualizara sus concepciones y prácticas, replanteara unas relaciones
de la Universidad con el Estado y la sociedad venezolanos, diseñara
modelos estructurales y funcionales acordes con los nuevos tiempos,
pero que a su vez, este proyecto de Ley Marco diera los lineamientos
generales para que las Universidades elaboraran sus propios Estatutos
Internos basados en el artículo 109 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.

Este documento tiene la finalidad y el alcance de plantear algunas


de las ideas preliminares que hasta ahora se han producido en esta
Comisión, con los siguientes componentes:

Hitos históricos de la Universidad

1.- Las Universidades fueron el gran aporte de la civilización occidental


en el siglo XIII. Las primeras fueron las de París y Bolonia, con iniciativa
y predominio de maestros y de alumnos respectivamente, quienes se
aliaron para la conformación de estas instituciones, que se crearon para
dar respuestas a un mundo que cambiaba de forma definitiva desde una
sociedad feudal, señorial y con gran rigidez y autoritarismo intelectual
a una sociedad urbana, libertaria y del conocimiento demostrado
experimentalmente y posible de discutirse y controvertirse.

2.- Las escuelas catedralicias y conventuales creadas desde el 789


por disposición de la Admonitio Generalis habían acumulado en sus
bibliotecas, manuscritos y copias de pensadores griegos, romanos, árabes
entre los que destacaron Avicena, Algazel, Ben Gavirol, Alkindi, Costa
Ben Luca, Alfarabí, y judíos como Maimónides provenientes de culturas
y religiones monoteístas que garantizaron un orden preestablecido e
influyeron de una manera determinante en la concepción ideológica de
la universidad.
217
3.- En esa época, se conformaron las ciudades libres frente al castillo
feudal y los artesanos se organizaron en gildas o gremios para garantizar
su trabajo. Esta inicial especialización laboral hizo aparecer un “grupo
de artesanos dedicados al cultivo del saber”. La universidad resultó de
la combinación de estos factores y sirvió para acreditar y certificar
este trabajo intelectual mediante la colación de grados autorizados
legalmente por los Reyes y Papas.

4.- Desde un principio, las universidades pugnaron por la libertad


para enseñar y otorgarar los grados en especial frente al control que
quisieron ejercer los Maestrescuelas, funcionarios obispales para
la organización y el control de las escuelas catedralicias, algunas
convertidas en universidades. Esta libertad la obtuvieron por decisiones
papales y reales de quienes dependían legalmente, pero luego de luchas
y secesiones.

5.- Las universidades originales entraron en crisis por una serie de


razones: Su creación en conventos las aisló; la principal materia
académica que era la teleología giró en torno a “una mónada”, en la cual
se consideraba que toda la organización política, social y económica del
mundo conocido estaba representada únicamente por Dios; los soportes
científicos se basaban en la deducción aristotélica, imbuidos de análisis
inspirados en la Biblia y en las verdades reveladas. Había un desprecio
por el trabajo manual en tiempos en que apareció la experimentación y
por ende, abandonaron los problemas y los asuntos que eran reclamados
por un mundo que cambiaba. En su conjunto envejecieron, se aislaron
de la sociedad y se tornaron puramente especulativas, frente a un nuevo
desarrollo económico y social, a la aparición del humanismo, la ciencia y
el espíritu laico de la universidad.

6.- Esta crisis se abordó en el siglo XIX mediante dos modelos


universitarios distintos al original.

.. El Imperio Napoleónico incorporó a la universidad a la estructura


del Estado, con facultades profesionales aisladas, dedicadas
exclusivamente a la docencia para formar la burocracia del
Imperio Francés, con personal, programas y grados autorizados
por el Estado. La investigación científica se realizaba fuera de la
Universidad, en Jardines, Museos y Academias.

.. El segundo modelo se creó en la Universidad de Berlín en 1808,


dedicada preferentemente a la investigación científica, por lo que
requirió autonomía y libertad para pensar y para la producción de
218
conocimientos sin la interferencia del Estado. Este modelo inspiró
una parte importante del desarrollo universitario en los países
anglosajones.

7.- En Venezuela, el modelo universitario traído por los españoles durante


la Colonia fue el de la Universidad de Salamanca, teológico, aristotélico,
de profesores, cátedras, lecciones y memorización. Para ello, la Corona
Española fundó la Real y Pontificia Universidad de Caracas en 1721,
que fue transformada por el Libertador Simón Bolívar, Presidente de
Colombia en la primera universidad republicana, al sustituir el modelo
universitario colonial mediante un Estatuto Autonómico que decretó
el 27 de julio de 1827, que implicó no solo la modificación del nombre,
ahora Universidad Central de Venezuela, sino con transformaciones
que introdujo en la estructura y funcionamiento de la institución y el
otorgamiento de un patrimonio inmobiliario capaz de generar las rentas
que la nueva universidad requería.

Otro tanto hizo el Presidente de Venezuela José Antonio Páez,


al autorizar un Estatuto Autonómico en 1832 para la Universidad
de Mérida que se puso en práctica en 1836.

8.- Debido a la influencia del modelo político francés en los primeros


gobiernos republicanos autoritarios, los anteriores Estatutos
Autonómicos fueron derogados y subsumidos en Leyes de Instrucción
Pública a partir de 1843, en las cuales las Universidades de Caracas y
Mérida se adscribieron a la estructura del Estado y se les eliminó la
autonomía.

9.- Entre tanto, en una Universidad de Argentina en 1918 había ocurrido


la denominada Reforma de Córdoba, que representa la contribución más
original de América Latina al diseño de un esquema universitario propio
con nuevos contenidos y significados de la autonomía universitaria, la
elección de autoridades, la participación estudiantil en el cogobierno
de la Universidad, la misión social que a ésta le incumbe cumplir y
se introdujeron importantes transformaciones como garantía de la
democratización que se buscaba en las universidades.

10.- En septiembre de 1946, la Junta de Gobierno promulgó el Estatuto


de las Universidades Nacionales en las que se otorgó parcialmente la
autonomía a la Universidad Central de Venezuela, la Universidad de Los
Andes y la recientemente creada Universidad del Zulia, más de 28 años
después de la Reforma de Córdoba por la presencia de largas dictaduras
militares. No obstante, no se permitió la elección de las Autoridades
219
Universitarias, sí de los Decanos y representaciones profesorales y
estudiantiles ante los organismos de cogobierno universitario. Se
incorporó la función de investigación en las universidades mediante la
creación de Institutos para tal fin.

11.- La Junta Militar de 1948 mantuvo este estatus universitario. Sin


embargo en 1953, el General Marcos Pérez Jiménez hizo aprobar una
Ley de Universidades Nacionales absolutamente anti autonómica y
asumidas plenamente por el Estado. A las tres universidades anteriores,
se habían agregado las Universidades privadas Santa María y Católica
Andrés Bello. Además funcionaba el Instituto Pedagógico Nacional.

12.- Muchos dirigentes universitarios fueron perseguidos, presos y


exilados. El derrocamiento de la dictadura perezjimenista el 23 de enero
de 1958 creó un ambiente de unidad y solidaridad en el país, una de
cuyas expresiones fue que el 5 de diciembre de 1958 la Junta de Gobierno
presidida por el Dr. Edgar Sanabria promulgó la Ley de Universidades
que otorgó plena autonómica a estas instituciones en las funciones
académicas, organizativas, administrativas y patrimoniales, como una
vía para impedir la injerencia e intervención histórica de los gobiernos
militares y civiles en el funcionamiento, desarrollo y realización de sus
fines. Se puso en vigencia plena el modelo de Córdoba. En este mismo
año, se creó la Universidad de Carabobo, autónoma, y se decretó la
Universidad de Oriente puesta en marcha tres años después con un
modelo experimental.

13.- La unidad y la solidaridad aparecida el 23 de enero de 1958, pronto


empezó a resquebrajarse por motivos políticos, sociales, económicos y
militares. Una de sus tantas expresiones, fue la aparición de una resistencia
y crítica, teórica y práctica desde las universidades autónomas, las únicas
públicas existentes para el momento. Esto condujo al allanamiento y
destitución de las Autoridades de la Universidad Central de Venezuela,
lo que se acompañó de una reforma en 1970 de la Ley de Universidades
de 1958. Competencias de las universidades fueron trasladadas al
Consejo Nacional de Universidades. Este se conformó además con
representaciones extrauniversitarias. Se reforzaron las funciones de
asesoría y control de la Oficina de Planificación del Sector Universitario.
Se corrigió la composición de los Claustros Universitarios y se hizo
obligatorio el voto para las elecciones universitarias.

Una reforma importante fue la creación a partir de 1970 de


Universidades Nacionales Experimentales, no autónomas, con el
argumento de probar modelos organizativos y académicos modernos.
220
Estas universidades se crean y organizan por un Decreto Presidencial.
Algunas de estas universidades luego adquirieron fueros autonómicos
entre ellos, la elección de sus Autoridades: Oriente, Simón Bolívar, Centro
Occidental Lisandro Alvarado, Pedagógica Libertador, Ezequiel Zamora,
Táchira, Simón Rodríguez, Rómulo Gallegos, Miranda, Guayana.

La universidad contemporánea

Desde los años 1980, apareció en grupos de opinión la necesidad y


conveniencia de elaborar una nueva Ley que rigiera un subsistema de
educación superior que ya aparecía complejo, disperso y desorganizado,
conformado por Universidades Autónomas, Experimentales, Privadas,
Colegios Universitarios, Institutos Politécnicos, Tecnológicos, Militares,
Religiosos, Bancarios y otros. Se trataba de proyectos de Leyes de
Educación Superior y no de Universidades específicamente, aun cuando
había quienes proponían como necesaria sólo una reforma de la Ley de
Universidades.

Las iniciativas se originaron en el Ejecutivo Nacional y en el propio


Congreso Nacional y con gran apoyo de los partidos gubernamentales.
Se elaboraron Anteproyectos de Leyes de Educación Superior en 1984,
1988 y 1994. Fue una regla común que como reacción, las discusiones en
general se concentraran en torno a la autonomía ya que las proposiciones
contenidas en los mismos significaban importantes modificaciones a
ese principio básico para las universidades. Los profesores, estudiantes
y otro personal conformaron un cuerpo de oposición sólida ante los
referidos anteproyectos en defensa de la autonomía universitaria. Al
no avanzar las discusiones y al cambiar los gobiernos producto de los
procesos nacionales electorales, ocurrían largos períodos de latencia
para recomenzar la discusión sobre el tema.

El proyecto que más avanzó fue la Ley de Educación Universitaria


(LEU) aprobado por la Asamblea Nacional el 23 de diciembre de 2010,
absolutamente anti autonómica y con un enfoque puramente docente,
lo que mereció rechazos diferentes incluidos de profesores afectos al
gobierno, por lo que fue devuelta el 4 de enero de 2011 por el Presidente
de la República Hugo Chávez Frías al Parlamento sin darle la debida
promulgación con el argumento de su inaplicabilidad.

221
Causas del rechazo a los Anteproyectos de Leyes de Educación
Superior y a la Ley de Educación Universitaria (LEU)

Hay variadas razones para esta actitud de las comunidades


universitarias:

1.- La pérdida de la “identidad histórica” de las Universidades en


los Anteproyectos de Leyes de Educación Superior o de Educación
Universitaria ha generado un rechazo continuo y permanente de parte
de distintos sectores de estas instituciones, con razones y argumentos de
diversa índole.

2.- Además hay deficiencias e insuficiencias en la elaboración de los


diferentes instrumentos legales, entre las cuales se mencionan las
siguientes:

.. Los proyectos fueron elaborados por órganos del Estado, Parlamento


o Ejecutivo Nacional, sin ser concertados con las Universidades y
otras instituciones.

.. Los debates se polarizaron entre autonomía, intervencionismo


gubernamental, universidad libre, siendo considerados todos los
casos anti autonómicos y contra la libertad.

.. En la elaboración y discusión de los proyectos no participaron


sectores importantes académicos, gremiales, productivos,
comunitarios y otros que no se sintieron comprometidos.

.. Las iniciativas fueron presentadas en momentos de alta


conflictividad y crisis política en el país.

.. Las propuestas legales solo insistieron en los elementos estructurales


y funcionales y no fueron indicadores de políticas y estrategias
concertadas de desarrollo a largo plazo, confiables y evaluables
mutuamente.

.. La falta de una conceptualización consensuada entre la autonomía


universitaria histórica, tradicional y convencional y conceptos
modernos de autonomía que se pueden complementar, ha servido
para incomprensiones entre sectores tradicionales, modernos y
autonomistas existentes en estas instituciones.

222
.. Los anteproyectos o proyectos de leyes, independientemente que
fueran de Educación Superior o de Educación Universitaria, y
no de Universidades, no han buscado ni logrado previamente
acuerdos mínimos entre el Estado, la Sociedad y la Universidad ni
entre componentes internos con visiones contrapuestas.

. . Los proyectos de Ley de Educación Superior han procurado


cubrir en un solo instrumento legal una red institucional
cuya homogeneidad y homologación no es posible por razones
históricas, geopolíticas, institucionales, la autonomía y otros.

.. Los anteproyectos y proyectos de Leyes, como consecuencia de


lo anterior, son una especie de códigos que no dejan las naturales
flexibilidades para el desarrollo de instituciones que no son
iguales histórica ni geopolíticamente, con particulares desarrollos
administrativos, académicos, organizacionales y financieros, con
grados diferentes de autonomía, a los que deben darse grados de
libertad, dentro de lineamientos políticos y estratégicos generales.

.. Los anteproyectos y proyectos de leyes no han tomado en cuenta


al personal humano que son miembros de una comunidad, la
institución universitaria y de la que esperan una retribución
directa por su identificación y su dedicación durante toda la vida
con ella, aspiran una seguridad personal y social durante el proceso
activo y por supuesto al separarse de sus funciones, sobre todo en
momentos en que se ve comprometido su estado de bienestar, y por
lo tanto no confían en factores extrauniversitarios incontrolables.

Análisis crítico y nuevas visiones de la Universidad

En el seno del Grupo Permanente de Análisis de la Institución


Universitaria de la Academia de Mérida se hizo una amplia discusión
sobre conceptos claves para el debate universitario, tales como:
autonomía universitaria, la misión de la universidad, la organización
universitaria y la relación Universidad-sociedad-Estado, en la cual se
expusieron distintos elementos críticos y analíticos sobre estos aspectos
así como se plantearon nuevos enfoques y nuevas visiones de los
mismos, en el ánimo no de invalidarlos sino de fundarlos todos ellos en
un nuevo contexto teórico, histórico y social, no solo de Venezuela sino
a nivel mundial.

223
La cotidianidad y el destino de las universidades obligan a revisar
su vigencia histórica en el marco de una complejidad que se nos ofrece
difícil de comprender. Esto porque no existe una única cosmovisión
adecuada para develarla en su estructura, en sus relaciones y las
motivaciones ocultas que explican sus dinámicas. Los hechos que
acontecen dentro y fuera del país, de la sociedad, de la familia, del
individuo mismo y sus experiencias de aprendizaje suceden sin que
aparentemente nos demos cuenta de ello porque se producen a una
velocidad inusitada y de manera simultánea, dejándonos perplejos y
sin respuestas inmediatas y pertinentes. Esta situación de desconcierto
se agudiza ante la imposición de un sistema económico mundial
globalizado que interpela a la humanidad entera con procesos que
conducen al ser humano al derrumbamiento y alteración de las
formas que hasta ahora ha tenido para asegurar la reproducción
natural de la vida en nuestro planeta tierra y la recreación cultural de
su propia humanidad. Por ello pensar y repensar a la universidad en
esta situación impone formularse nuevos retos y nuevos desafíos en la
búsqueda de un presente y un destino humano lleno de humanidad,
donde precisamente la humanidad es el primer concepto por revisar
críticamente.

En este tenor, lo que se plantea a continuación es un debate en


progreso, por lo que se desplegarán algunas ideas preliminares sobre los
conceptos básicos ya mencionados.

Autonomía Universitaria: Condición para la transformación

Una dimensión considerada crítica es el tema de la autonomía


universitaria. Para algunos, la autonomía reside y se ejerce desde
la relación básica entre el profesor y el estudiante en los procesos
propios de la búsqueda de la verdad y constituidos sobre una ética
de la enseñanza – aprendizaje como práctica social. Una segunda
instancia de la autonomía debe estar asentada en cada disciplina y la
libre discusión de sus diferencias para la búsqueda de coincidencias y la
solución de las diferencias, que hagan de la autonomía una facilitadora
de la transdisciplinariedad que entienda sus diferencias pero también
los límites cognitivos de cada disciplina. Esto abriría un camino para la
búsqueda de la excelencia académica, en un arduo e indetenible proceso
de construir el conocimiento para comprender el mundo y la condición
humana. En suma, ser partícipe de una construcción socio cultural que
responde a preguntas que son trascendentales al tiempo histórico.

224
El tema de la autonomía, en todo caso, tiene un referente en la
modernidad y a confrontación de la verdad revelada y la científica.
La búsqueda de la verdad es un ejercicio de libertad. Para ello es
imprescindible una universidad en diálogo abierto, crítico, profundo con
su tiempo, su sociedad y con su propia historia.

Consideran otros la necesidad de atender el ejercicio del poder


desmedido dentro de la universidad fundado en la autonomía del
profesor con respecto al estudiante y de las Autoridades y los fueros
colegiados sobre la comunidad universitaria. El sentido de Autoridad
delegada y reconocida por el Claustro Universitario se transformó en
Poder con la conformación de grupos que lo ejercen en desmedro y
discriminación del resto de la comunidad violentando así la autonomía
universitaria en su totalidad. Es el lado oscuro de una autonomía que se
ejerce sobre el deterioro de la comunidad universitaria.

Por el contrario, la autonomía debe garantizar una capacidad de


maniobra para servir de instrumento para albergar la disidencia contra
los regímenes de poder. Regímenes derivados de la relación política, de la
sumisión económica e incluso de los poderes ejercidos desde las propias
disciplinas científicas o a partir del uso del saber.

Una reflexión aparte amerita el impacto de la militancia política


partidista de cualquier cuño en la tergiversación de la autonomía y en
su uso como excusa para el cierre de los canales de comunicación vitales
entre la universidad y las instancias de gobierno regional y nacional. De
estas circunstancias surgen entonces calificaciones nacidas de la diatriba
político partidista difíciles de analizar en un ambiente académico como
los relativos a la imposición de un régimen totalitario no consagrado en la
Constitución Nacional, o el señalamiento de una universidad pragmática,
de corte neocolonialista y tributaria de los circuitos del conocimiento
que ya no responden a los intereses de la humanidad sino del capital,
que hicieron tributarios a la ciencia y la tecnología de los circuitos de
mercantilización de los conocimientos y de los títulos.

Desde otra perspectiva, la autonomía se concibe como la capacidad


de la institución para entregar en las mejores condiciones posibles a la
sociedad y a la humanidad un conjunto de dádivas de la sabiduría que
no son propiedad de nadie, y por ello, se debe conversar con la sociedad
sobre la autonomía universitaria de quien deriva esta facultad y
considerándola como una responsabilidad antes que una libertad, una
obligación que nace de la universidad con normas, argumentos y razones
que construye y legitima la universidad ante la sociedad. La autonomía
225
debe ser endógena en los procesos, es decir, tener arraigo en el entorno
social, responder a vocaciones de la sociedad, las prácticas sociales, la
búsqueda de la verdad y conocimiento relevante para el entorno. Debe
ser dinamizado por el quehacer universitario basado en un diálogo de
toda la comunidad universitario. Debe haber espacios de diálogo para
el debate, espacios para la decisión de la comunidad universitaria para
que sean vinculantes. Debe ser controlado por los miembros de la
comunidad universitaria (Contraloría Social, Rendición de Cuentas?).
Debe enriquecer el quehacer universitario más allá del plano de las
disciplinas académicas.

En este sentido, una idea de autonomía más amplia supone favorecer


un monitoreo y una evaluación del quehacer universitario para que se
auto organice, se auto repare mediante el diagnóstico de las prácticas
inadecuadas y poner las dinámicas internas para la corrección interna,
auto optimizarse para mejorar la praxis universitaria en función de lo
que la comunidad determine como bueno y correcto, y auto protegerse
para identificar prácticas dañinas y emplear procesos internos para
rechazarlas. De esta noción de auto organización se infiere que los
miembros de la comunidad universitaria definen sus “estados preferidos”
para permitir su auto organización sin influencia externa. Esto lleva a
una estructura funcional espontánea donde el control lo hace toda
la comunidad, donde las formas de auto gobierno son resultado de
un proceso auto organizado de la institución como consecuencia de
una dinámica auto adaptativa y no de burócratas de turno. Esta auto
organización lleva a la reparación y adaptación de la organización
ante cualquier cambio de ambiente. Esto permitiría un aumento de la
importancia del orden institucional: temporal, espacial y funcional en
función de las dinámicas internas y del entorno, adaptación en cuanto
a aprendizaje y evolución con un análisis permanente para seleccionar
entre sus comportamientos, anticipación en cuanto a la confrontación
y ajuste a los cambios de sociedad y su entorno, y permite la capacidad
para auto regenerarse en su constitución específica: componentes
(estructura), interacciones (organización).

Este proceso autoorganizativo en condiciones de autonomía da lugar


a un proceso autopoiético donde la comunicación moviliza la dinámica
universitaria que posibilita la autonomía universitaria no sólo a partir de
las ideas exitosas sino también de las equivocadas, lo que ocurre sólo en el
marco de la autonomía universitaria. En resumen, la praxis universitaria
debe estar signada por la capacidad creativa de su comunidad por ricas
formas de interrelación en su dinámica para posibilitar que emerja la
dimensión profunda de la autonomía universitaria, la generación del
226
conocimiento emancipador y liberador del ser humano. Alcanzar ese
objetivo es la única vía para la regeneración universitaria en su búsqueda
de la verdad y producción de conocimientos.

Una tercera perspectiva sobre la cual puede fundarse la condición


de autonomía en la universidad radica en su contribución sostenida en
la creación de cultura. En este sentido, cabe señalar que la autonomía
sea un principio inalienable, irrenunciable, es la razón de ser de ella
como generadora y difusora de la cultura. En el presente, eso supone
entender que estamos en presencia de una “crisis civilizatoria”, por
tanto está obligada a dar contribución para que nuestros pueblos
avancen en la búsqueda de alternativa al sistema mundo actual, que le
permitan enfrentarla con éxito. Para ello es menester que la autonomía
sea entendida como una condición consustancial con la universidad y
un principio constitucional que garantiza a una comunidad el ejercicio
libre para la exposición, discusión, reflexión de todas las corrientes del
pensamiento, conocimiento y saberes para la formación, construcción
y desarrollo de todas y cada una de las personas que en esa comunidad
existen, para un pueblo, una nación, una región en búsqueda y
consolidación de su desarrollo, autodeterminación, soberanía,
independencia, sustentabilidad y bienestar.

Conocimiento: ¿Mercado o Práctica Social?

La peculiaridad de la universidad por ser generadora de conocimiento,


propiciadora de la cultura es crear las condiciones para el debate creativo
en torno a estas dos tareas críticas para la civilización, que encuentran
en el debate contemporáneo la necesidad de confrontar y sostener el
debate entre el conocimiento como mercancía que se adquiere en los
espacios universitarios, o el conocimiento como agente transformador
de la realidad y de la comprensión de los fenómenos que nos suceden en
el presente. En este sentido, una primera propuesta es que la la creación
de conocimiento debe dirigirse a la eliminación de la ignorancia, la
miseria económica, la indigencia cultural, atender críticamente las
exigencias políticas del pueblo, el desarrollo científico y la liberación de
la dependencia en la sociedad donde está inmersa.

En ese orden de ideas, el cultivo de los seres humanos se afianza sobre


la verdad, el conocimiento y el saber. Tal condición debe prevalecer
sobre la necesidad determinada por el mercado de licencias para el
ejercicio profesional. Esta acreditación de saberes se ha constituido en
un mecanismo de afianzamiento de una universidad proveedora de
227
herramientas cognitivas para incorporarse en el mercado y a puesto al
conocimiento como una mercancía más. En contraste, se postula que el
conocimiento debe ser accedido y usado libremente, tomando en cuenta
diferentes fuentes de conocimientos ancestrales, científicos y otros.
Debe poder modificarse y modificarse libremente según requerimientos
del quehacer universitario y debe ser compartido libremente por un
proceso de construcción colectiva del mismo para conocer y comprender
la realidad y para comprometerse en transformarla.

Al colocarse como una tarea de la universidad el conocimiento,


surgen interrogantes en torno si son verdaderas o falsas las bases del
conocimiento, cómo se determina y la fuente para ello, el conocimiento
es verdad o realidad y cómo se conciben, si existe una verdad
absoluta, diferencias entre la realidad (fenómeno) y la esencia (ser).
Hay el planteamiento si la complejidad del saber y el conocimiento
están vinculados al problema de la ciencia positivista, al mundo de la
economía capitalista y al complejo científico tecnológico con verdaderas
estructuras del poder para imponer una determinada concepción del
saber, del conocimiento y la verdad. Al ver así estas perspectivas lo que
se hace es un clamoroso llamado a transformar el conocimiento y el
saber en una poderosa actitud en defensa del ser humano, del planeta y
del universo en un conjunto y en toda su extensión e inmensidad.

Esta es una proposición crítica de lo que ha sido el devenir histórico de


las universidades que parece debatirse entre ser un agente de promoción
de licencias profesionales o en enclaves del quehacer cognitivo en otras
latitudes sin plantearse las preguntas que se dan en el seno de la sociedad
en la cual se insertan. Esta última actitud conocida como cientificismo ha
generado la enajenación de la universidad de su entorno inmediato en
procura de reconocimiento universal que sin ser juzgado de irrelevante
no puede constituirse en la única fuerza motriz de la indagación
universitaria.

Misión de la Universidad

El grupo ha acordado proponer una definición preliminar de la misión


de la universidad como punto de partida para el debate, para ello se
plantea:

“La construcción sostenida de la condición libertadora del


conocimiento como punto de partida que da sentido a las acciones que
emprenden en comunidad los distintos actores de aprendizaje sistemático
228
desde sus diferentes disciplinas para construir una comunidad abierta
al debate, a la enseñanza de la búsqueda de la razón práctica como
condición necesaria para la participación en la construcción universal
y plural de la humanidad y la búsqueda de la verdad”, (búsqueda y
problematización de la verdad, producción, análisis, interpretación y
difusión del conocimiento y de los saberes).

Ideas para un anteproyecto de ley marco de universidades

En virtud de los lineamientos sobre los cuales la Academia de Mérida


convocó en el año 2012 la constitución de este Grupo, se dedicó a
proponer un esquema orientador para la discusión de una Ley Marco
de Universidades. No tiene aún la condición de anteproyecto, pero si
intenta poner sobre el tapete algunos aspectos considerados críticos para
la legislación sobre la universidad.

Este papel de trabajo se inscribe en la consideración plena de los


altos fines y principios rectores de la Universidad comprometida con
un Estado Social de Derecho y Justicia de una Sociedad compleja pero
con problemas y aspiraciones comunes y particulares que aspiran la
contribución de esta Institución para su solución o satisfacción total o
parcial por ser la guía y la ejecutora de actividades relacionadas con el
desarrollo científico, tecnológico, humanístico, social y artístico. De estas
consideraciones se deriva que si bien ejerce principios rectores que le son
inherentes y propios con una garantía institucional de autonomía plena,
no es menos cierto que la institución universitaria debe estar inscrita
en una geopolítica regional, nacional y mundial sobre todo en la era del
conocimiento y las tecnologías de la información y de la comunicación
pero también debe formar parte de los esfuerzos por la construcción de un
orden mundial menos excluyente y que apuntale la crítica constructiva
de un Estado donde se asienta y recibe sostén.

El modelo universitario nacional que se propone, obedecerá a


principios políticos y estratégicos acordados entre la Universidad,
el Estado y la Sociedad; a perspectivas reales y potenciales de
desenvolvimiento de la sociedad que consideran a la inclusión social
como un reto primordial y en interrelación y compromiso con otros entes
de la vida nacional que generan conocimientos, saberes y su aplicación.

La autonomía universitaria será una concepción de dos dimensiones:


Uno de nuevas, útiles y respetuosas relaciones con el Estado y la Sociedad
vinculadas con la necesidad de definir y acordar Planes de Desarrollo
229
Político y Estratégico de alcances regional, nacional, y mundial, y la otra
dimensión que materialice la autonomía universitaria consagrada en el
artículo 109 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

En tal sentido y para formular en términos concretos las anteriores


consideraciones consensuadas, el Grupo de Análisis de la Institución
Universitaria creado por la Academia de Mérida, ha propuesto algunas
ideas para un Anteproyecto de Ley Marco de Universidades en el que
formulan los principios generales, criterios y acuerdos políticos y
estratégicos entre el Estado, la Universidad y la Sociedad sobre su futuro
desenvolvimiento, pero además contendrá los lineamientos generales
en que estos tres entes del quehacer nacional se acuerdan para que sean
considerados y puestos en práctica en los Estatutos Internos de cada
Universidad, autorizados por esta Ley Marco, y que darán la cabida, la
razón y la flexibilidad para que cada institución responda a compromisos
regionales, nacionales y mundiales, pero a la vez a sus relaciones internas,
a su historia, a su geopolítica y a los planes de desarrollo regional y local.

Este anteproyecto de Ley Marco desarrollará, primero los Principios


Generales en relación con el desarrollo de la universidad sobre la base de
las Políticas y Estrategias del Desarrollo Nacional, Regional y Mundial,
la Autonomía Universitaria y los Fondos de Financiamiento. Organismo
de Coordinación Nacional. Organismo de Asesoría Nacional. Sistema
Nacional de Acreditación Universitaria.

En una segunda parte, los lineamientos generales que deberán


tomarse en cuenta para la elaboración y aprobación de los Estatutos
Internos por quien corresponda. Pero antes se expondrán lo que son los
principios y valores fundamentales.

Principios y valores fundamentales

1. La educación es un bien público. La educación está al servicio de


la nación, es democrática, gratuita y obligatoria. Es un derecho humano
y un deber social. El Estado la asumirá como función indeclinable y de
máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como instrumento
del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de
la sociedad. La educación está fundamentada en el respeto a todas las
corrientes del pensamiento, con la finalidad de desarrollar el potencial
creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad
en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo
y en la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de
230
transformación social, consustanciados con los valores de la identidad
nacional, y con una visión latinoamericana y universal. Mediante
la investigación científica, humanística, social, tecnológica, literaria,
artística, la educación y la universidad favorecerán y reforzarán los
valores fundamentales del ser humano, procurarán el desarrollo de la
humanidad y la integración regional y mundial de pueblos y naciones.

2. La autonomía universitaria. Es un principio constitucional que


reconoce el Estado y que permite a los profesores, profesoras, estudiantes,
egresados y egresadas de su comunidad dedicarse a la búsqueda del
conocimiento a través de la investigación científica, humanística. social,
literaria, artística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de la
nación. Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno,
funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el
control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley. Se consagra la
autonomía universitaria para planificar, organizar, elaborar y actualizar
los programas de investigación, docencia y extensión. Se establece la
inviolabilidad del recinto universitario. Las universidades nacionales
experimentales alcanzarán su autonomía de conformidad con la ley.

3. Misión de la universidad. La universidad tiene como misión


la búsqueda de la verdad, la producción, interpretación, difusión y
aplicación del conocimiento y el saber que permite a los profesores/
as, estudiantes y egresados/as dedicarse a través de la investigación
científica, humanística, tecnológica, social, literaria y artística al
beneficio espiritual y material de la Nación, la liberación y emancipación
humana de toda forma de dominación y subordinación, el despliegue
del quehacer humano independiente, soberano y al logro de la máxima
felicidad del pueblo y la sociedad en su conjunto. Al ser esta la misión de
la universidad se entiende que esta problemática ha de ser abordada en
toda la diversidad y complejidad del conocimiento y el saber enmarcados
en el ámbito de la ciencia, el complejo científico tecnológico, la realidad
tangible y de los saberes, y la revisión crítica de un sistema económico
social mundial cuyas estructuras de poder imponen determinadas
concepción del saber, conocimiento y verdad. Por lo tanto, con esta
misión se busca que la universidad sea un llamado a transformar el
conocimiento y el saber en una poderosa actitud y herramienta en
defensa del ser humano, del planeta y del universo en su conjunto y en
toda su extensión e inmensidad.

4. Comunidad universitaria. Se entiende como comunidad


universitaria aquella a la cual el Estado le reconocerá la autonomía
universitaria como principio y jerarquía que permite a profesores,
231
profesoras, estudiantes, egresados y egresadas de su comunidad
dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación
científica, humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y material
de la Nación. En este grupo de trabajo se complementa esta definición
constitucional, con el clamor que la comunidad universitaria es la
construcción desde una ética del cuidado de todo aquel que forma parte
de la tarea siempre ardua e inacabada de la búsqueda del conocimiento y
el cultivo de los intereses trascendentales, que pueden identificarse con
intereses profundamente enraizados en la práctica humana de conocer
el mundo. Es una tarea de custodia de la condición humana fundamental:
el ejercicio y cultivo de la razón práctica con lo cual construimos lo
distintivo del ser humano: cuidar que la especie humana pueda hacer
uso de la razón, sumarse a la búsqueda del mayor bienestar y bien de la
especie que constituye una construcción socio-cultural que responde a
preguntas que son trascendentales al tiempo histórico en el cual cada
generación despliega su impronta en el mundo.

5. Formación integral. Toda persona tiene derecho a una educación


integral de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y
oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes,
vocación y aspiraciones. La universidad brindará a los estudiantes
experiencias y procesos educativos orientados a su formación como
personas, como profesionales y como ciudadanos y los planes y programas
curriculares promoverán tanto la articulación de conocimientos
científicos, tecnológicos, sociales, humanísticos, artísticos y culturales,
como logros educativos.

6. Ejercicio de pensamiento crítico y pertinencia social. El desarrollo


del pensamiento crítico exige de las universidades que se distingan
por la promoción y aceptación de la diversidad y la libre exposición de
todas las corrientes del pensamiento como expresión de su compromiso
social, ético, profesional y político con la consolidación de una sociedad
democrática y plural. A las universidades como instituciones al servicio
de la nación les corresponde colaborar en la orientación de la vida del
país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los
problemas nacionales.

Al ser las universidades un espacio donde se cultiva el conocimiento,


la reflexión y la valoración crítica, deben ser instituciones sensibles a los
requerimientos de la sociedad y por su responsabilidad frente al país han
de orientarse hacia la afirmación del interés público, científico, cultural,
humanístico, artístico, tecnológico, la democracia, el reconocimiento de
la diversidad cultural, y de valores como la libertad, la tolerancia, la paz,
232
el respecto a los derechos humanos y la solidaridad; contribuir mediante
la investigación, la formación de sus estudiantes y la promoción social, a
los procesos de transformación y emancipación social, política, cultural
y educativa, tanto en los ámbitos locales y regionales como en ámbito
nacional; contribuir a la protección del ambiente y biodiversidad y a los
procesos de desarrollo autónomo, libre, independiente y soberano de la
nación y el pueblo.

7. Equidad. Todas las personas son iguales ante la ley, en consecuencia,


no se permitirán discriminaciones fundadas en raza, el sexo, el credo,
la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por
resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en
condiciones de igualdad de los derechos y libertades de toda persona.
En tal sentido, las universidades en sus contenidos, prácticas y procesos
educativos, de investigación, docencia y vinculación social estará
comprometida activamente con combatir todas las formas de exclusión
y velará por la expansión de sus beneficios sin ninguna discriminación.

8. La autopoiesis de la universidad. Se define como una propiedad de


un sistema para producirse por sí mismo (o también mantenerse, definirse
a sí mismo). Está referida a la autonomía para la auto-organización
universitaria por la autopoiesis y en un proceso autonómico auto-
organizado regula y adapta su comportamiento y es la base para crear sus
propias formas de organización. Aparece en ese proceso auto-organizado
una estructura funcional espontáneamente. El control para alcanzar
esa estructura se distribuye entre todos los miembros de la comunidad
universitaria. De tal manera, que la comunidad universitaria debe buscar
un aumento del orden para que los miembros de esa comunidad realicen
sus fines; anticiparse para que la universidad pueda analizar el devenir
societario y predecir cambios de su entorno, y poder confrontarlos, o
eventualmente ajustarse; y la adaptación (aprendizaje, evolución) que
implica la necesidad de reflexión universitaria para identificar sus
estados atractores y tener herramientas internas en su dinámica para
hacer frente al problema de selección entre sus comportamientos.

9. Cooperación e integración. Las universidades promoverán


la creación y fortalecimiento de formas diversas de cooperación e
integración regional, nacional e internacional, dirigidas al intercambio
académico, la realización conjunta de proyectos y programas de
formación, investigación, creación y difusión de conocimientos, saberes
y otros bienes culturales y de vinculación social, al reconocimiento
de estudios, la homologación de conocimientos y competencias de
los egresados para aumentar la movilidad y el intercambio en los
233
ámbitos nacional e internacional. Es parte fundamental de este valor la
integración de todas las universidades en un determinado entorno a la
contribución crítica con los quehaceres locales, regionales, nacionales e
internacionales.

10. Acreditación del desempeño universitario. El ejercicio de la


autonomía de la universidad no la excusa ni la libera del ejercicio de
control, evaluación y críticas que se puedan hacer desde el entorno
social, profesional, cultural y político de la sociedad en la cual se inserta.
Las universidades deberán acreditar y presentar de forma periódica el
rendimiento de sus actividades y de sus miembros tanto en el ejercicio
universitario, así como en la capacitación de profesionales para la
sociedad.

11. Democracia universitaria La capacidad de discernir y críticamente


aproximarse a la realidad, obliga a los miembros de la universidad a una
aproximación democrática en lo que se refiere a la conducción de sus
propios asuntos. En este orden de ideas, se sugiere que la separación de
los ejercicios de autoridad vinculada a la ejecución, discusión doctrinaria
y ejercicio del control de las actividades de la universidad debe quedar
claramente establecida para evitar la concentración de todas estas
áreas de gobierno universitario en cuerpos centralizados. Se propone
además de la separación de esas acciones de gobierno, la diferenciación
de lo que es el gobierno institucional de lo que es asuntos académicos
que no requieren de la legitimación democrática de votaciones, lo
que sería incluso un mecanismo perverso para la conducción de la
academia. Pero, del mismo modo se apuntala a la democracia como la
forma menos imperfecta para dirimir las diferencias cuando se refieran
a la conducción de la universidad como institución que se inserta en
una dinámica social, política, económica y cultural que no le es ajena.
La posibilidad de un ejercicio de Contraloría Universitaria por parte de
todos los universitarios y la constitución de un Parlamento Universitario
para la exposición y debate de las diferencias sobre la conducción de
la universidad son considerados necesarios y que no deben sujetarse
a las restricciones administrativas que parecen gobernar el modo de
conducción universitario en el presente.

Componentes generales del Proyecto de Ley Marco de


Universidades

.. Principios y fundamentos de la Universidad Venezolana.

234
.. Lineamientos Generales sobre la Estructura y Funciones del
Organismo Nacional de Coordinación Universitaria. Oficinas
Técnicas Asesoras: Planificación Universitaria y Acreditación de
los Programas Académicos de las Universidades.

.. Principios y fundamentos de la estructura de las Universidades.


La representación permanente de la Comunidad Universitaria: El
Parlamento Universitario. Conformación. Elección. Funciones.

.. Organismos de Gobierno de la Universidad en los campos


académicos y administrativos: Autoridades Centrales de la
Universidad y de las Dependencias Académicas. Consejo
Universitario. Comisión Administrativa. Decanos de las Facultades
por áreas de conocimiento. Los Departamentos Universitarios.
Organización de la coordinación interdepartamental.

.. Lineamientos Generales sobre las Funciones Universitarias:


Organización y Programas de Investigación; Organización y
Programas de Docencia de Pregrado, Postgrado y Desarrollo
Profesional Continuo; Integración de la extensión y la cultura en
los Programas de Investigación y Docencia.

.. Lineamientos Generales sobre el Personal Docente y de


Investigación: Ingreso, Categorías, Ascenso; Formación y Retiro;
Personal Técnico: Ingreso, Clasificación, Ascenso, Formación, Retiro;
Personal Administrativo y Obrero: Ingreso, Clasificación, Ascenso,
Formación, Retiro; Estudiantes: Ingreso, Promoción, Retiro;
Servicios Sociales. Graduación. Egresados: relación y participación
de los egresados en las actividades universitarias.

.. Lineamientos Generales sobre Grados, Títulos, Certificados,


Equivalencias de Estudio, Reválidas y Conválidas.

.. Lineamientos Generales sobre Sistemas Especiales de la


Universidad: Sistema de Financiamiento, Presupuesto y Rendición
de Cuentas; Sistema Electoral; Sistema Disciplinario; Sistema
de Contraloría Social; y Sistema de Cooperación e Integración
Internacional. Sistema de Seguridad Social.

.. Lineamientos Generales para la elaboración y aprobación de


los Estatutos Internos de las Universidades; relaciones con los
organismos del parasistema universitario.

235
.. Disposiciones Transitorias.

Desarrollo preliminar de las ideas para los componentes de la


Ley Marco de Universidades

La Coordinación Nacional de las Universidades

Consejo Nacional de Universidades

El Subsistema de Educación Universitaria estará conformado


por las Universidades Autónomas, Universidades Experimentales,
Territoriales y Privadas debe disponer de un organismo de coordinación
para garantizar la organización, orientación y armonización de este
subsistema. Se denominará Consejo Nacional de Universidades y estará
conformado por el Ministro del Poder Popular de Educación Universitaria,
quien lo coordinará, el Ministro del Poder Popular de Ciencia, Tecnología
e Innovación, el Ministro del Poder Popular de Cultura, un representante
de cada una de las modalidades de Universidades, un representante de
las Academias Nacionales y un representante de los investigadores
reconocidos nacionalmente, un representante de los estudiantes
universitarios y un representante de los profesores universitarios.

Oficinas técnicas asesoras de las Actividades Universitarias

El Consejo Nacional de Universidades para el mejor cumplimiento


de sus funciones de coordinación, organización y orientación de
las políticas y estrategias nacionales de desarrollo de la actividad
universitaria contará con una Oficina Técnica Asesora de las
Actividades Universitarias y una Oficina de Acreditación de los
Programas Universitarios. Una de las tareas primordiales de esta
Oficina será establecer un modelo de acreditación nacional de todos los
programas de docencia de pregrado y postgrado así como de desarrollo
profesional continuo, conducentes a grados o títulos, ofrecer el soporte
técnico para aquellas instituciones que no cumplieren con los requisitos
mínimos exigidos para la acreditación, y realizarla periódicamente
a fin de garantizar las capacidades, competencias y conductas que la
sociedad requiere de los/as egresados/as universitarios/as.

236
La Organización de la Universidad

El Claustro

El Claustro es la máxima y plena representación democrática de


la Comunidad Universitaria, responsable de la salvaguarda de los
principios y valores de la Institución: Autonomía, Democracia, Libertad,
garantía de la convivencia, de la organización y reorganización interna
de la Universidad así como de su autopoiesis.

Estará integrado por los profesores, estudiantes, egresados, personal


administrativo, técnico y obrero. Dada la dimensión de este organismo
que dificulta su operación para el cumplimiento de sus competencias,
cada cuatro años elegirá por los mecanismos que se establezcan en el
Estatuto Interno de la Universidad, un Parlamento Universitario.

Parlamento Universitario

Este Parlamento será un ente universitario conformado por


profesores/as jubilados/as titulares, profesores/as asociadas/as,
agregados (as), profesores/as asistentes y profesores/as instructores/as,
representantes del personal profesional y técnico, representantes del
personal administrativo y representantes del personal obrero.

Este parlamento será responsable de garantizar las atribuciones y


obligaciones conferidas al Claustro Universitario y actuará plenamente
facultado por el mismo, una vez que hay sido seleccionado adecuada y
correctamente. De su cuerpo, elegirá una Junta Coordinadora que durará
unañoensusfunciones.Ademásseencargaráderecibir,analizaryproponer
correctivos sobre los problemas, hechos y procesos de la universidad
que se planten para su discusión y sugerir soluciones, así como también
plantear alternativas académicas viables dirigidas al funcionamiento
y desarrollo de las universidades. Conocerá y discutirá semestralmente
el rendimiento de cuentas presentadas tanto por miembros del Consejo
Universitario de cada universidad, y específicamente del Rector/a,
elaborará una agenda anual de sesiones trimestrales dirigidas a mantener
un permanente diálogo entre los integrantes de la comunidad universitaria
sobre temas que consideren necesarios y convenientes, tales como la
misión universitaria, su responsabilidad ante la sociedad y el Estado, y
el mantenimiento de la concepción comunitaria de la institución, elegir
el un Comité de Nominaciones que revisará las postulaciones, recaudos y
méritos de los candidatos Rector/a, Vicerrector Académica/a, Secretario/a
237
y a los Decanos de las tres Facultades. Una vez cumplido este trámite, la
Comisión Electoral integrada por profesores, estudiantes y personal ATO
de acuerdo a normas de los Estatutos Internos de la Universidad, durarán
dos años en sus funciones y se responsabilizarán de todos los procesos
eleccionarios.

Igualmente designaran los integrantes del Consejo Disciplinario y


de la Contraloría Social de la Universidad. En los períodos trimestrales,
designarán una Comisión Delegada integrada por cada uno de los grupos
comunitarios universitarios (a definir) representados en el Parlamento
Universitario, organismo a quien darán cuenta de sus actuaciones.

Consejo Universitario

Cada Universidad tendrá un órgano de cogobierno,


conformado por el Consejo Universitario o su equivalente.
Estará conformado por el Rector/a, quien lo presidirá, el o la
Vicerrector/a Académico/a y el/la Secretario/a, los/as Decanos/
as de las Facultades, representantes profesorales estudiantiles
de pregrado y postgrado, representante de los/as egresados/
as, y un/a representante del Ministerio del Poder Popular de
Educación Universitaria. Lo integraran además los Decanos de las
Facultades de Ciencias Sociales, Humanidades y Arte, Ciencias
Naturales, Básicas y Aplicadas, y Ciencias de la Salud, o sus
equivalentes, un profesor titular por cada una de estas facultades
o sus equivalentes, un representante estudiantil de pregrado y
otro de postgrado seleccionado entre el mayo promedio de notas
o rendimiento académico y un académico de nivel PPI designado
por el Ministerio de Educación Universitaria.

La Administracion Universitaria

La administración de los presupuestos y bienes de la Universidad


serán organizados en cada institución en su Estatuto Interno.

Autoridades centrales de la Universidad

Cada universidad tendrá un Rector/a, un Vicerrector/a Académico/a


y un/a Secretario/a, cuyas funciones generales se enumerarán en la Ley
Marco.
238
Estructura intermedia de las Universidades

La tradicional estructura universitaria se ha basado desde su


fundación en facultades. En un principio, no era una estructura
académica y administrativa como en la actualidad, sino que se
consideraba como “la competencia” que la universidad otorgaba para
organizar estudios conducentes a un grado universitario. A partir del
modelo napoleónico, después de ser eliminada la Universidad por la
Revolución Francesa, y por las críticas derivadas del empirismo en
que se desarrollaban las profesionales, se decidió crear Facultades
como organizaciones académicas y administrativas responsables de la
formación uni profesional y puramente docente para la burocracia del
imperio napoleónico.

A finales del siglo XIX, al conformarse las Universidades, se hizo


sobre la base de una federación de facultades desconectadas entre sí.
La tendencia a una cada vez mayor especialización en la formación
profesional, hizo aparecer las Escuelas como parte de las Facultades.

El modelo napoleónico privó a las universidades de la investigación


que se hacía en Jardines, Museos y Academias. En el caso venezolano,
en el Estatuto de Universidades de 1946, se agregó a la exclusiva función
universitaria de docencia, la investigación que se realizaría en Institutos
para cuya creación se autorizó al Consejo Universitario. En legislación
interna, las universidades han creado centros y laboratorios para la
investigación, ya que ahora la creación de institutos, jerárquicamente
equivalentes a una escuela universitaria, necesita la aprobación del
CNU con largos procesos y aún cuando estaba dentro de la Universidad,
la investigación aparecía separada de la docencia, lo que se quiso corregir
posteriormente con la creación de los Departamentos que por razones
de intereses fundamentalmente profesionales y gremiales se ubicaron
como integrantes de una escuela uni profesional generando una gran
dispersión y subutilización de recursos, por no decir contradicciones en
sus contenidos.

La conformación de la universidad basada en Divisiones u otras


modalidades no ha dado un resultado diferente a la de las Facultades y
escuelas separadas y aisladas.

239
Sistema Electoral

Comisión Electoral

Comité de Postulaciones: Integrado por profesores ordinarios de


reconocida trayectoria y calidad académica, y tendrá como funciones el
análisis y la revisión de los documentos académicos consignados por los
distintos candidatos a autoridades de la Universidad, para su aceptación
o rechazo si no cumplen con los requisitos exigidos para ser autoridad
universitaria. En una acta especial, debe argumentar su decisión,
pudiendo dejarse a salvo cualquier reclamación o recomendación al
candidato o candidata respectivo/a.

El Rector o Rectora, el Vicerrector Académico o Vicerrectora


Académica, el Secretario o Secretaria y los Decanos de las tres Facultades,
que durarán cuatro años en sus funciones.

Los/as candidatos/as a Rector o Rectora, Vicerrector Académico o


Vicerrectora Académica, Secretario o Secretaria y Decanos/as deben
ser profesores ordinarios activos, doctores, y otros méritos académicos
reconocidos, con publicaciones sobre teoría o práctica universitaria y
propia de su área del saber, actualizada y presentar los lineamientos de
un plan de acción para su ejercicio funcionarial.

Los miembros de la Comisión Electoral serán designados por el Consejo


Universitario de acuerdo al Reglamento Electoral elaborado al respecto.

Financiamiento

El Gobierno Nacional es el responsable fundamental del


financiamiento universitario, independientemente que se exploren
y logren otras fuentes presupuestarias como provisión de servicios o
matrículas por la escolaridad.

Los gastos de funcionamiento básico de la Universidad deben ser


asumidos en su totalidad por el Gobierno Nacional, esto es, gastos
de personal y de funcionamiento. Aprobados los montos suficientes
para estos fines por los organismos competentes, estos aportes deben
ser consignados de manera total y oportuna en cada institución sin
que se produzcan las constantes interferencias y tardanzas para el
cumplimiento de estos compromisos.

240
El desarrollo estratégico de la Universidad será financiado mediante
fondos provenientes de los Ministerios de Ciencia, Tecnología e
Innovación, las Fundaciones para el Desarrollo de la Ciencias y la
Tecnología y fuentes provenientes de acuerdos y convenios firmados
por la República con Gobiernos u Organismos del exterior, cuyas
áreas de desarrollo deben ser informados oportunamente a las
Universidades.

Esto debe venir acompañado de decisiones oficiales que faciliten el


uso oportuno de los recursos obtenidos por estas fuentes.

Otra fuente de financiamiento debe dirigirse al desarrollo y


mantenimiento de la planta física, instalaciones, equipos e instrumentos,
fondos bibliográficos de las bibliotecas a cuyo efecto, el Gobierno
Nacional debería crear una fundación específica para este fin, cuyo
patrimonio y funcionamiento debe ser reglamentado por el Consejo
Nacional de Universidades.

Miembros de la Comunidad Universitaria

Se entiende como miembros de la Comunidad Universitaria al total


de sus integrantes, es decir, los profesores, los estudiantes, el personal,
técnico, administrativo y obrero.

Aun cuando cada uno de estos integrantes de la comunidad


universitaria tiene una función particular en el hecho relacionado con
la verdad y el saber que es la tarea fundamental de la universidad, en sus
estatutos internos las Universidades deben formular los mejores criterios
para el ingreso, la permanencia, el ascenso y el retiro en la especificidad
de cada uno de ellos.

Independientemente que cada uno de estos tipos de miembros


de la comunidad universitaria, rija sus relaciones con la institución
con normas, procedimientos y resultados diferentes, deben buscarse
mecanismos que eliminen el clientelismo y el corporativismo, deben
someterse a un programa de inducción para la identidad institucional,
a un plan de mejoramiento continuo, estímulos para el rendimiento
laboral y evitar la deserción y ausencias falsamente justificadas y con
una evaluación periódica.

Deben reducirse tres las categorías en el caso de los profesores y al


mínimo en el caso del personal no docentes.
241
De otro lado, debe crearse un modelo de seguridad social que manejen
colectivamente las universidades, por un mecanismo que acordarán y
harán del conocimiento del CNU y del Gobierno Nacional, y que abraquen
el personal docente y no docente. Cubrirá todas las contingencias, vejez,
invalidez, muerte, tiempo de servicios, enfermedad general y laboral,
paro forzoso.

Las cotizaciones que se calculen para una suficiencia y seguridad a


plazos del modelo serán contributivas en una proporción del 75% por
la Universidad (gobierno nacional) y un 25% por el integrante de la
comunidad universitaria. Este Fondo Universitario de Seguridad Social
estará bajo la supervisión de los organismos oficiales del caso.

Si se llegare a un acuerdo este tipo, se calcularía la alimentación de los


fondos actuales y futuros y se determinaría la edad y el tiempo de trabajo
recomendable para que el personal universitario actual se incorpore a
este nuevo modelo de seguridad social.

Disposiciones Transitorias

Habrá dos disposiciones transitorias entre otras. Una en la cual, cada


Universidad dispondrá de dos años para elaborar y presentar ante los
organismos correspondientes, los Proyectos de Estatutos Internos.

Otra se referirá a un plazo de cinco – diez años para adaptar la


estructura y funcionamiento universitarios a la nueva Ley Marco.

242
Proyecto de creación de una reserva de biósfera
en los páramos andinos de Venezuela
Ing. Elides Sulbarán

Academia de Mérida – Grupo de Trabajo


PÁRAMO SOSTENIBLE
Mérida
Desde mediados de 2012, la Academia de Mérida conformó un
grupo de trabajo integrado por representantes de la Universidad de Los
Andes (facultades de Ciencias Forestales y Ambientales, de Ciencias y
de Humanidades y Educación), el Ministerio del Poder Popular para el
Ambiente, el Instituto Nacional de Parques (INPARQUES), la Fundación
Jardín Botánico de Mérida y la Asociación de Coordinadores de Ambiente
del Municipio Rangel (ACAR), además de miembros de la misma
Academia, para llevar adelante el proyecto PÁRAMO SOSTENIBLE410,
cuyo propósito es elaborar una propuesta de gestión ambiental para
los páramos de Venezuela, que se enfoque especialmente en promover
acciones de conservación ambiental que involucren a los organismos
públicos, la empresa privada y, especialmente, las organizaciones de la
comunidad, en el contexto del desarrollo sustentable, con fundamento
en la cogestión y la corresponsabilidad.

En dos años de trabajo, el grupo ha generado un diagnóstico


preliminar de la situación ambiental de los páramos en Venezuela, que le
ha permitido llegar a conclusiones y a la consecuente toma de decisiones
respecto a la ruta a seguir para alcanzar los objetivos del proyecto.

El páramo: delimitación y razones para conservarlo

En Venezuela, los páramos generalmente se ubican sobre los


3000 msnm hasta cerca de los 4.800 msnm, dependiendo de factores
climáticos, principalmente la precipitación. Su límite inferior desciende
ligeramente en zonas secas hasta cerca de los 2.700 msnm, e incluso
puede bajar más en algunas áreas específicas.

En Los Andes venezolanos, los páramos presentan una distribución


en forma de islas en las altas cumbres de la Cordillera de Mérida y la
Sierra de Perijá, en los estados Táchira, Mérida, Trujillo, Portuguesa, Lara
Apure y Zulia, abarcando una superficie aproximada de 2.660 Km2, de
los cuales cerca de 2000 Km2 (75% de la superficie total de páramo) se
encuentran en territorio del estado Mérida, seguido por Trujillo con 304
Km2 y Táchira con 209 Km2.

Desde el punto de vista hídrico, en nuestro país, dependiendo de la


posición geográfica, se presentan páramos húmedos con precipitación

410
Academia de Mérida: Pannier Pocaterra, Federico; Rondón Morales, Roberto; Durant, Pedro y Sosa, Ramón; Universidad de Los Andes:
Vivas, Leonel; Velázquez, Nelly; Llambí, Luis D.; Molina, Yolanda y Sodja, Irama; Fundación Jardín Botánico de Mérida: Gaviria, Juan; Minis-
terio del Poder Popular para el Ambiente: Barrios, Ireiba y Herrera, Yolanda; INPARQUES: Sulbarán, Elides y Pineda, Gerardo; Asociación de
Coordinadores de Ambiente del Municipio Rangel (ACAR): Parra, Ligia.

244
anual promedio de 1.800 mm hasta páramos secos con promedios de
precipitación anual de 650 mm.

Un análisis a escala regional permite mostrar que es en los límites


superiores del páramo donde tiene lugar la captación de agua y desde
donde se originan las fuentes que alimentan la densa red hidrográfica de
la Cordillera de Mérida, Sierra de Perijá y Macizo de Tamá. Las aguas que
discurren de estos páramos alimentan importantes acueductos urbanos,
abastecen múltiples sistemas de riego fundamentales para la producción
hortícola y de tubérculos y, más abajo, juegan un importante rol en la
producción de energía hidroeléctrica.

A este valor, de carácter estratégico para el proceso de desarrollo


nacional, debe agregarse la relevancia de los páramos como espacio
de características paisajísticas muy particulares que identifican a la
región andina en el contexto nacional, con amplios sectores cuya
tipología deriva del modelado glaciar, además de poseer una diversidad
biológica marcada por el alto contenido de endemismo. Estos rasgos son
apropiados para la promoción de proyectos turísticos que complementen
la economía agrícola predominante en la zona, pero concebidos en
términos de sustentabilidad y armonía con el ambiente.

El proyecto de gestión a proponer estará encuadrado, en principio,


dentro del límite ecológico que circunscribe los páramos, sin que este
criterio sea asumido de manera estricta, ya que también se tomará en
cuenta la funcionalidad ecológica y socio cultural presente en cada
sector que integra el área total, considerando especialmente a la selva
nublada como ecosistema aledaño estrechamente vinculado al páramo.

Características Socioculturales y Ambientales

Los páramos venezolanos han sido ocupados por poblaciones humanas


desde el periodo prehispánico, lo que, de por sí, les confiere un valor
históricocultural relevante. Las zonas más altas estuvieron dedicadas a
prácticas religiosas, reservorio de plantas silvestres medicinales y lugares
de paso hacia el piedemonte llanero y lacustre. Los espacios de mayor
concentración poblacional han sido, tradicionalmente, las partes media
y alta de los fondos de los principales valles intramontanos de la región.

La actividad agrícola ha sido fundamental durante todo su proceso


histórico. Con la colonización española se impuso un nuevo sistema
socioeconómico caracterizado por el cultivo del trigo y la cría de ganado,
245
que se superpuso al prehispánico y del cual resultó el sistema agrícola
tradicional de trigo y papa. Además de producirse, entre el indígena y el
español, un mestizaje biológico y un sincretismo sociocultural del cual es
resultado histórico su población campesina.

A partir de la segunda mitad del siglo XX y como resultado de los


cambios socioeconómicos que se daban en la región y el país, se produjo
la intensificación del proceso de modernización agrícola. Este cambio
tecnológico que supuso la introducción de nuevas variedades de papa y
rubros hortícolas, el uso de biocidas y fertilizantes industriales, el riego y
los drenajes de humedales para ampliar la superficie cultivable, se tradujo
en un incremento progresivo de la producción y la productividad agrícola
y a la vez, la pérdida en la calidad de los suelos y de especies autóctonas de
flora y fauna (erosión genética). Así mismo, el uso exagerado de insumos
agrícolas (gallinazo no tratado, fertilizantes químicos y plaguicidas) ha
generado consecuencias ambientales como la propagación de plagas, la
contaminación de suelos y cuerpos de agua, la alteración del régimen
hídrico y la aparición de enfermedades que afectan a los productores y
sus familias, a consecuencia de la contaminación.

En las últimas décadas se ha producido una intensificación del uso


de la tierra y un ascenso de la frontera agrícola hacia los páramos, que
amenaza la estabilidad de dichos ecosistemas y su potencial de recursos
hídricos y biológicos, debido a la ocupación de las zonas tradicionales de
vocación agrícola manifiesta, por desarrollos urbanísticos, turísticos y de
servicios.

Existe entre los campesinos de los páramos andinos de Venezuela


una organización productiva basada en el sentido de agregación y
autogestión, con profundas raíces históricoculturales, dirigida al uso, la
protección y el mantenimiento de los recursos naturales, en especial del
agua, factor fundamental para la sustentabilidad de la agricultura en la
zona. Ejemplos de esa organización son los comités conservacionistas
(1959), comités de riego (1973), Asesoría en Salud Comunitaria
(ASESALUD-1997), Productores Integrales del Páramo (PROINPA-1997),
Asociación de Coordinadores de Ambiente de Municipio Rangel (ACAR-
1999) y Cooperativa Mucurativa (2004), entre otras organizaciones.

Un elemento relevante, en relación con la gestión ambiental en


el páramo venezolano, es la existencia de una serie de Áreas Bajo
Régimen de Administración Especial (Parques Nacionales, Monumentos
Naturales, Zonas Protectoras, entre otras) creadas para garantizar el uso
ordenado de la tierra y la conservación de los espacios naturales. Sobre
246
los Andes venezolanos, se han establecido 13 Parques Nacionales, de los
cuales 11 protegen unas 210.000 ha de páramo, además del Monumento
Natural Teta de Niquitao-Guirigay que ofrece protección a cerca de
18.000 ha de este singular ecosistema. Los Parques Nacionales Sierra de
La Culata y Sierra Nevada protegen en su conjunto, una superficie que
oscila alrededor de las 176.000 ha, equivalentes al 84% de la superficie
de páramos del país. Estas áreas protegidas permiten la conservación de
una importante biodiversidad, fuentes de agua y singulares paisajes
para el turismo y la recreación.

La conservación de estas áreas se encuentra afectada por las presiones


que, actual y potencialmente, derivan de la ampliación espacial de las
actividades económicas, especialmente la agricultura, y la intensificación
de las mismas, comprometiéndose la calidad ambiental de los ámbitos
naturales y la oferta de sus servicios ambientales, en detrimento de la
calidad de vida de los pobladores y de la posibilidad de adelantar un
proceso de desarrollo sustentable.

Propuesta para la Sustentabilidad Socioambiental

El grupo de trabajo PÁRAMO SOSTENIBLE, en estos dos años


largos de trabajo, ha concluido, respecto al propósito asumido, que
la resolución de la problemática ambiental actual y potencial en los
páramos venezolanos, pasa por la elaboración de una propuesta de
gestión ambiental que se enfoque especialmente en promover acciones
de conservación ambiental que involucren a los organismos públicos, la
empresa privada y, especialmente, las organizaciones de la comunidad,
en el contexto del desarrollo sustentable, con fundamento en la cogestión
y la corresponsabilidad, de acuerdo con las siguientes premisas:

.. se enfocará a la conservación de los páramos de Venezuela;


.. se gestionará, en una primera fase, en los páramos de la sección
central de la Cordillera de Mérida, por razones de continuidad física
y extensión;
.. deberá tener viabilidad política, legal y social;
.. deberán aplicarse modalidades de coordinación interinstitucional
y con las organizaciones de la comunidad; y
.. la viabilidad legal deberá lograrse a partir de la creación de
una figura jurídica de protección, apropiada para una región de
alta diversidad en cuanto a las actividades que sus pobladores
desarrollan y poseedora de valores estratégicos en su ambiente

247
natural, que sea reconocida nacional e internacionalmente, para
fomentar la consecución de recursos financieros destinados a la
formulación y ejecución de proyectos orientados, especialmente, al
mejoramiento sostenido de la calidad de vida de las comunidades.
La RESERVA DE BIÓSFERA posee consenso como la figura jurídica
más adecuada.

¿Qué es una reserva de biósfera? Y ¿para qué se crean?

Según la Estrategia de Sevilla para las Reservas de Biósfera y del


Marco Estatutario de la Red Mundial de Reservas de Biósfera (UNESCO,
1996), las Reservas de Biósfera deben responder una de las preguntas
más esenciales que se plantea el mundo en la actualidad: ¿cómo conciliar
la preservación de la diversidad biológica y de los recursos biológicos con
su uso sostenible?

Se las define como zonas de ecosistemas terrestres, costeros o marinos,


o una combinación de los mismos, reconocidas internacionalmente
como tales en el marco del Programa Sobre el Hombre y la Biósfera
(MAB/UNESCO). Se las crea para promover y demostrar una relación
armoniosa entre los seres humanos y la biósfera.

Son designadas por el Consejo Internacional de Coordinación del


MAB a solicitud del Estado interesado y permanecen bajo la jurisdicción
soberana de los Estados en que están situadas, por lo que están sometidas,
exclusivamente, a la legislación particular de éstos. Todas las Reservas de
Biósfera constituyen una Red Mundial en la que los Estados participan
voluntariamente.

La eficacia de una Reserva de Biósfera, cuya gestión reviste un alto grado


de complejidad, depende del trabajo cooperador e integrado de especialistas
en ciencias sociales y naturales, la empresa privada y las organizaciones
no gubernamentales de orientación ambientalista, las autoridades
administrativas y las organizaciones comunitarias de base local.

En nuestro país, están reguladas en la Ley Orgánica para la Ordenación


del Territorio (1983), estando incluidas entre las categorías de Áreas
Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE), en el Artículo 16.9,
definiéndolas como “…compuestas por aquellas zonas en las que se
combinan la presencia de biomasas naturales que deben ser preservadas
por su alto valor científico y biológico, con la presencia de poblaciones
locales caracterizadas por modos de vida en lo económico, social y
248
cultural, que configuran un especial sistema de relaciones hombre-
espacio.”

Se crean por decreto del Presidente de la República en Consejo


de Ministros, en el que se establecerán sus linderos y se ordenará
la elaboración de su plan de ordenación del territorio (Art. 17). El
solapamiento de los territorios de dos categorías de ABRAE no se
considera incompatible, siempre que sean complementarias (Art. 17,
parágrafo primero).

La administración está a cargo del Ministerio del Poder Popular


para el Ambiente (Art. 46.n) en lo concerniente a la elaboración de los
planes de ordenación del territorio (Art. 32) y al control de los mismos.
La ejecución de los planes de ordenación del territorio podrá hacerse por
los organismos públicos, directamente, o mediante entidades creadas al
efecto y por los particulares, actuando éstos bajo la dirección y control de
tales organismos. (Art. 41)

En Venezuela, al presente, se han creado dos Reservas de Biósfera:


Alto Orinoco- Casiquiare y Delta del Orinoco.

La corresponsabilidad social como fundamento del desarrollo


sustentable

Ya hemos señalado que la fortaleza de la gestión ambiental de una


Reserva de Biósfera estriba, entre otros aspectos, en que la misma sea
concebida como “ámbito” para la coordinación y concertación entre
los organismos públicos y las organizaciones de la ciudadanía, ubicado
de manera inmediata respecto a la comunidad, sus intereses, sus
necesidades, sus aspiraciones, sus problemas y las posibles soluciones a los
mismos. Por tanto, la formulación, control de ejecución y su evaluación
sistemática, debe contar con la presencia activa y organizada de quienes
son los destinatarios finales de sus bondades: los habitantes del páramo,
quienes poseen el conocimiento claro y directo de sus realidades, de los
problemas que este espacio presenta, de los recursos que éste dispone, de
cómo los recursos pueden contribuir a resolver los problemas y a abrir
alternativas de sustentabilidad.

El proceso político y social que se ha desarrollado a partir de la entrada


en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(1999), tiene ese sesgo: la participación protagónica de la comunidad
organizada, sujeto y objeto de los cambios que se proponen.
249
Los aspectos sustantivos que los marcan son: la capacitación para
hacerse ambiental y económicamente eficientes, la inversión para
recuperar ecosistemas degradados y mantener la biodiversidad, el
desarrollo de actividades económicas alternativas, la concienciación
sobre los valores de la biodiversidad y su contribución a la calidad de vida,
la incorporación, en los esquemas de desarrollo local, de mecanismos de
decisión participativa sobre planificación, zonificación y manejo de uso
del suelo, fundados en la conservación de biodiversidad, debidamente
consensuados para otorgarles viabilidad social.

Asimismo, debe considerarse el fortalecimiento de las instancias de


planificación de los gobiernos municipales, a través del desarrollo de
lineamientos técnicos que incorporen los principios de conservación
ambiental en los instrumentos de planificación y en los sistemas de
manejo del suelo.

Prospectiva

Actualmente, el grupo de trabajo ha elaborado el proyecto para la


creación de una RESERVA DE BIÓSFERA EN LOS PÁRAMOS ANDINOS
VENEZOLANOS, a ser desarrollado en 30 meses, en el que se plantea
cumplir los siguientes objetivos específicos:

.. Delimitar el territorio que se propondrá para ser afectado por la


declaratoria de la Reserva de Biósfera.
.. Caracterizar y valorar, desde los puntos de vista físico ambiental y
socio cultural, el territorio propuesto.
. . Elaborar la propuesta preliminar de Reserva de Biósfera
(delimitación, caracterización y valoración, ordenamiento
territorial y modelo de gestión ambiental)
.. Socializar la propuesta preliminar.
.. Elaborar la propuesta definitiva.
.. Presentar el Proyecto de Reserva de Biósfera ante las autoridades
competentes para solicitar la declaratoria formal.
.. Efectuar las diligencias pertinentes de seguimiento del proyecto y
la promoción de la declaratoria.

Los productos previstos estarán contenidos en el informe final:

1. Descripción y análisis de los recursos naturales y culturales


presentes en el área. Incluir mapa base (topografía, hidrografía,

250
vialidad, centros poblados, división político territorial) y mapas
temáticos (geología, geomorfología, clima, pendientes, unidades
ecológicas, cobertura vegetal, uso de la tierra, asentamientos
humanos - servicios, actividades socio económicas y valores
culturales -, Áreas Bajo Régimen de Administración Especial, áreas
prioritarias de conservación). Escala 1:250.000.

2. Caracterización de la problemática socio-ambiental presente en el


área.

3. Resultados del proceso participativo de consulta y validación en


la formulación de la propuesta de creación, ordenación y gestión
compartida de la Reserva de Biósfera.

4. Descripción de los límites de la Reserva de Biósfera (Escala de


trabajo 1:100.000; escala de presentación 1:250.000):

5. Criterios de delimitación (justificación de inclusión o exclusión de


sectores).
6. Mapa de linderos.

7. Descripción de los segmentos de la poligonal y de los vértices en


coordenadas UTM (WGS 84)

8. Mapa de Ordenación del Territorio de la Reserva de Biósfera (Zonas


Núcleo, Tampón y Transición), con la correspondiente descripción
de las poligonales por categoría. Escala 1:250.000.

9. Mapa de delimitación de la sección de la Reserva de Biósfera que


será objeto de la primera etapa de gestión.

10. Propuesta del Plan de Gestión Ambiental de la Reserva de


Biósfera.

Para la ejecución del proyecto de la creación de una RESERVA DE


BIÓSFERA EN LOS PÁRAMOS ANDINOS VENEZOLANOS, actualmente
se tramita el financiamiento correspondiente ante diferentes
instituciones.

251
Índice de capítulo


Pág

Introducción 256
Fortunato González Cruz

Las guarimbas en consenso o la institucionalidad 272


de la irracionalidad y la locura política en la
ciudad de Santiago de los Caballeros
Pedro José Rivas

Aspectos psicosociales y políticos del momento actual: 303


la violencia en Mérida en tres tiempos
Vladimir Aguilar Castro

Desde mi balcón 315


Nadya Rosario Bourgoin Albornoz

Violencia en Mérida 2014 326


Atamaica Rojas

Ironía y tragedia de las guarimbas en Mérida. 335


Caos, anarquía y destrucción capitalista
Prof. Amado Moreno Pérez
Los acontecimientos en Mérida.
Febrero – abril 2014
Las guarimbas de Mérida: un intento de examen

Fortunato González Cruz

Miembro Correspondiente Estadal Academia de Mérida


Introducción
La Academia de Mérida ha tomado la iniciativa de estudiar las
protestas que sucedieron en la ciudad de Mérida desde el miércoles
12 de febrero hasta el jueves 24 de abril del 2014, con el objeto de
encontrar una explicación científica de las conductas asumida por los
diversos actores que intervinieron en ellas. El tema es difícil porque es
político y cercano; no obstante, intentaré describir los hechos tal como
lo reseñaron los voceros desde cada una de sus posiciones y los medios
de comunicación escritos, así como desde la perspectiva que ofrecen la
sociología y la psicología social, haré una aproximación que permita si
no una explicación final que creo no se logra fácilmente, sino al menos,
como recomienda Max Weber, comprender aquellos acontecimientos.

Los hechos.-

Mérida ha sido escenario de protestas estudiantiles desde hace


muchos años y ocasionalmente de algunos otros sectores sociales como
los trabajadores y las comunidades que reclaman mejores salarios o
atención de los servicios públicos. Las protestas estudiantiles han sido
unas reivindicativas y otras de naturaleza política, unas pacíficas y otras
violentas, la mayoría de las veces reducidas a los sitios donde se ubican
las escuelas ulandinas como las avenidas Las Américas y don Tulio
Febres Cordero. Dos han sido particularmente violentas y prolongadas:
la de marzo de 1987 que tuvo su origen el día 13 con el asesinato del
bachiller Luis Caraballo Cantor en su caravana de grado de ingeniero
por los disparos de un abogado, y las que comenzaron el martes 12 de
febrero y culminaron el jueves 24 de abril del 2014 que son el objeto de
este ensayo.

Las protestas sucedían en todo el país desde comienzo del año 2014
y se incrementaron a partir del martes 4 de febrero por un intento de
violación a una estudiante que se encontraba en el Jardín Botánico
del núcleo de la Universidad de Los Andes en el estado Táchira. Los
estudiantes salieron a protestar denunciando la inseguridad se había
apoderado del campus universitario. Ya habían ocurrido protestas
por la inseguridad en las universidades Central, Carabobo, Oriente, en
la UNET y en el núcleo Táchira de la ULA. No era el primer evento de
inseguridad en las instalaciones académicas. Esta protesta fue reprimida
con particular fuerza con uso excesivo de gases lacrimógenos, disparos
de perdigones, golpes y detenciones. A partir de ese día sucedieron
disturbios en el estado Táchira y en varias ciudades del país. Los medios
informaron de los hechos y divulgaron las denuncias de abuso de fuerza
por parte de las autoridades y publicaron fotografías elocuentes muchas
257
difundidas por las redes sociales. Algunos estudiantes fueron detenidos
y enviados a cárceles de Coro, lejos de San Cristóbal como delincuentes
comunes lo que produjo particular indignación.

Los estudiantes de Mérida se sumaron a las manifestaciones el


miércoles 5 de febrero para exigir la libertad de los estudiantes detenidos.
Los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela protestaron
frente a la sede del Ministerio Público subrayando entre sus exigencias
la liberación de los estudiantes trasladados a la cárcel de Coro. A partir
del miércoles 12 se reprodujeron en todo el país.

El 12 de febrero es en Venezuela el Día de la Juventud. El gobierno lo


celebró en la ciudad de La Victoria con un desfile militar que se convirtió
en una manifestación política del PSUV y fue trasmitido en cadena
nacional de radio y televisión. Los estudiantes con marchas en todo el
país que son aprovechadas por un sector de la oposición que plantea “la
salida” y en las marchas que se escenifican en Caracas hacen presencia
destacada algunos de sus líderes. A partir de ese día se desencadenan
las marchas y protestas que son cada vez más violentas y duramente
reprimidas por los cuerpos policiales y militares. En la represión de las
protestas se destaca la actuación de personas encapuchadas, armadas,
vestidas de civil, en motos, generalmente en parejas que actúan en
presencia de las fuerzas uniformadas con absoluta impunidad, como
formando parte de ellas pero con la diferencia del uniforme y de algunas
formas de actuar evidentemente no convencionales. También el uso
indiscriminado de armas cortas y largas que disparan los encapuchados
contra quienes protestan. Las redes sociales y algunos medios nacionales
e internacionales transmiten las imágenes que muestran cómo caen
personas muertas y heridas víctimas de los disparos, ahogadas por los
gases o con graves lesiones de perdigones disparados a quemarropa.

En Mérida la marcha de la juventud del 12 de febrero fue multitudinaria


y transcurrió en forma pacífica, salvo que al concluir, algunos
encapuchados en motos dispararon contra jóvenes que regresaban a
sus casas, sin mayores consecuencias. En toda Venezuela se producen
marchas que son duramente reprimidas, y comienzan a caer estudiantes
muertos, heridos y miles van a parar a las cárceles y son judicializados.

Las marchas se repiten día a día en muchas ciudades del país, también
la interrupción del tránsito con quemas de cauchos y de basura,
lanzamiento de piedras contra los funcionarios de las policías y la
guardia nacional que reprime con gas lacrimógeno, perdigones y algunos
disparos que producen las primeras víctimas entre muertos y heridos. La
258
detención policial se judicializa de inmediato y los estudiantes y vecinos
son agredidos, maltratados y torturados. Se multiplica la actuación de
los grupos de motorizados armados que penetran en los condominios
y arremeten contra las personas, las rejas y portones, los vehículos
estacionados, en algunos casos apoyados por gente uniformada que
participa en esos hechos. Las redes sociales y algunos medios difunden
las imágenes de la actuación de estos grupos. La consecuencia es
que en algunos condominios la quema de basura y de cauchos va
transformándose en barricadas de protección. De esta manera las
marchas y protestas continúan y simultáneamente se organizan sectores
residenciales que construyen barricadas con todo tipo de materiales.
Los vecinos se organizan para apoyar a los estudiantes, y comunidades
o sectores de algunas ciudades quedan sellados al acceso de quienes no
viven en ellos. La represión se hace mayor y resultan muchos vecinos
heridos de perdigones e intoxicados con gas lacrimógeno incluidos niños
y ancianos.

Las protestas en Mérida siguen en líneas generales este camino.


La primera y última de las comunidades que se atrincheraron fueron
El Campito y las residencias Cardenal Quintero. En estos sectores las
protestas fueron reprimidas con ferocidad y las fuerzas uniformadas
junto a grupos motorizados armados penetraron en los condominios y
destruyeron rejas, instalaciones, vehículos y saquearon sus propiedades.
La reacción fue aislarse y protegerse, actitud que se reprodujo en toda
la Otra Banda desde Campo Claro hasta La Hechicera y en sectores a
lo largo de las avenidas Andrés Bello, Urdaneta, 16 de Septiembre, don
Tulio Febres Cordero y Domingo Peña. En la ciudad de Ejido también se
produjeron hechos semejantes, como en otros sectores de ambas ciudades.
Algunas de las barricadas fueron ocasionalmente aprovechadas por la
delincuencia común para atracar a las personas.

La situación creada por las guarimbas, marchas y protestas determinó


la suspensión de la Feria del Sol y sus corridas de toros por primera vez
en su larga historia. También afectó gravemente la Semana Santa tanto
en la realización de los servicios religiosos y mucho más en cuanto a
la afluencia de visitantes que se redujo a un número insignificante.
Ambas temporadas turísticas son claves para la economía local. Algunos
comercios sufrieron pérdidas enormes como los centros comerciales,
supermercados, abastos, farmacias, clínicas, ferreterías y muchos otros
en particular los ubicados en las zonas cerradas por las barricadas y
sus aledaños. Fue sumamente dañino el cierre temporal de centros
de enseñanza entre ellos la Universidad de Los Andes. También se
ocasionaron daños costos al mobiliario urbano y algunas instalaciones
259
oficiales. Es difícil hacer un estimado de los daños económicos causados,
pero en conversaciones con directivos de la Cámara de Comercio,
algunos empresarios y cálculos propios pueden estar en el orden de los
500 millones de bolívares.

Para mejor ilustración de cómo reaccionaron los residentes y la


explicación de sus acciones, reproduzco un comunicado suscrito por los
vecinos organizados de la Pedregosa Sur.

“Nosotros los vecinos y residentes de la Av. Presidente


Eleazar López Contreras, Pedregosa Sur, Parroquia Laso de
la Vega, del Municipio Libertador, en la ciudad de Mérida
Edo. Mérida, constituida por las residencias; El Pinar, Los
Ángeles, Los Naranjos, la Horqueta, La Linda, Los Trigales,
La Floresta, Villas Casa Blanca y calle Chama, nos dirigimos
muy respetuosamente a toda la comunidad merideña y a
los representantes de las instituciones públicas y privadas
de la entidad en ocasión de hacerles llegar nuestra más
sentida preocupación en esta hora de tantas dificultades y
problemas que atraviesa Venezuela, las cuales requieren a
nuestro entender, de un dialogo sincero entre los diferentes
sectores de la sociedad civil que conduzcan a establecer los
acuerdos para la sana y provechosa convivencia y sentar
las bases del verdadero compromiso de entendimiento que
hoy nuestro país reclama, quienes exigen como principio el
reconocimiento de los derechos y deberes de todos (as) los
venezolanos (as), sin ningún tipo de distinción social, política
o cultural a sabiendas que somos parte de una diversidad
social.

Partiendo de ese principio queremos desmentir una serie de rumores


transformados en informaciones y malos entendidos que han circulado
por las redes sociales, medios impresos regionales y emisoras de radio, con
el único propósito de descalificar y perjudicar la verdadera  esencia  de un
malestar colectivo  que es palpable en toda nuestra entidad, y que señala
a nuestros vecinos y jóvenes habitantes de esta avenida como personas
violentas con actitudes delictivas.

Sus actuaciones revelan la necesidad de unirse en conciencia libre y


colectivamente, como a tal efecto lo han hecho tantas otras comunidades en
el país, al descontento generalizado, a la protesta abierta, cívica y sentida que
260
reclama soluciones verdaderas con respuestas concretas por los múltiples
problemas que confrontamos los ciudadanos, haciendo mayor énfasis en los
estratos más jóvenes de nuestra población, quienes se sienten víctimas de un
futuro incierto, desmotivador y sin oportunidades.

Desmentimos categóricamente que se trate de grupos de desadaptados,


violadores de los derechos ciudadanos, actuando con desconocimiento de
causa y sin el apoyo de una comunidad, cuestión esta lejana de la verdad,
pues esta comunidad, en su gran mayoría comulga y comparte el sentir de
estos jóvenes. Nos manifestamos en desacuerdo con la represión y violación
de los Derechos Humanos por parte de algunos funcionarios de los cuerpos
de seguridad del Estado: policiales y militares, junto a otros grupos armados,
situación evidenciada en esta localidad y en otras partes de la ciudad.

Rechazamos unánimemente que estemos en situación de autosecuestro


y aclaramos pública y abiertamente que hemos realizado asambleas de
vecinos por cada residencia convocadas de manera plural y cívica, para la
discusión de la situación actual donde oímos, debatimos y respetamos las
decisiones de la mayoría como expresión democrática siempre sometidas a
votaciones.

La implementación de un sistema de barricadas a lo largo de la avenida,


obedece a la necesidad de protección de todos los residentes frente a las
amenazas latentes y notorias de elementos violentos que sin razón alguna
infunden el miedo y la zozobra a los que aquí habitamos. Queremos dejar
firmemente establecido que en todo momento como vecinos no hemos
hecho otra cosa que proteger nuestra integridad física y nuestra propiedad
de grupos de motorizados violentos y armados que han realizado asaltos
represivos en comunidades vecinas de Mérida, Ejido y el resto del país con
la complacencia de los funcionarios de cuerpos de seguridad, que actúan en
apoyo de estos colectivos.

Lamentamos profundamente la destrucción de bienes públicos y


privados; ofreciéndonos voluntariamente a la recuperación de la avenida,
una vez el país vuelva a la calma.

Conviene aclarar que no hay un líder en esta lucha, no se quiere politizar


de ninguna manera las protestas ni las expresiones libres de los ciudadanos,
que han salido a dar su opinión acerca de los problemas que nos afectan a
todos por igual como la inseguridad, el desempleo, la escasez de productos
de consumo básico y la falta de oportunidades para cada quien, situación
que afecta notoriamente la dinámica y la vida de cada ciudadano. Por ello
los vecinos se expresan firmemente levantando su voz de la manera que lo
261
consideran pertinente y por voluntad propia de forma espontánea y sincera
haciendo uso de su derecho constitucional y democrático a la protesta.

Las personas pueden circular con libertad como peatones a lo largo de


la avenida y se han atendido las emergencias suscitadas; se han coordinado
diversas actividades de limpieza y recolección de desechos sólidos de manera
efectiva y de colaborar con otra serie de servicios públicos para atender la
demanda de todo el colectivo como el servicio de gas doméstico entre otros.

No se han presentado actos violentos ni intento de saqueos en ningún


comercio de la avenida, ni se ha impedido su operatividad de manera
individual a cada ciudadano, respetando el sagrado y constitucional
derecho al libre ejercicio de cualquier emprendimiento laboral.

Dejando claro estos puntos, hacemos un llamado público y abierto a


toda la colectividad merideña para que de manera organizada, consciente,
democrática y libre exprese sus opiniones tal y como lo consagra la
Constitución de la República, invitándolos a que sean la voz plural y cívica
del sentir popular que la patria en estas horas duras reclama.

En Mérida, a los 8 días del mes de marzo del 2014.

Atentamente.

Habitantes de Residencias de la Av. Presidente Eleazar López Contreras,


Pedregosa Sur, Parroquia Laso de la Vega, Municipio Libertador, ciudad
de Mérida Edo. Mérida”

A continuación trascribo parte del testimonio de un “guarimbero” del


sector El Llanito:

“En los 3 meses de barricadas sólo 7 días completos de


enfrentamientos con guardias nacionales, policía del
estado Mérida y colectivos, con una duración aproximada
de 3 a 4 horas. El resto de los días solo era una tensa calma
con constantes llamadas de alarmas y amenazas de
invasión hacia nuestros sectores, que a la final nunca se
dieron. Solo una vez los colectivos intentaron penetrar
las barricadas, pero no pudieron ya que la reacción de los
vecinos tras barricadas eran contundentes con morteros,
fondas o chinas para lanzar piedras o metras, y chopos
262
que disparan metras. Las alarmas se producían a través
de pitos, cornetas, gritos de ACTIVOOOS y por radio
transmisor de baja frecuencia; con estas alarmas siempre
estábamos atentos ante cualquier enfrentamiento a
cualquier hora. La organización era precisa ya que todos
colaborábamos en hacer vigilancias por el sector, rondas
por las avenidas a media noche, para así no dejar penetrar
infiltrados que causaran confusión.

En estos 3 meses de barricadas fueron días de guerra con


todo el sentido de la palabra, ya que de estar tirado en el piso
de una calle protegiéndonos de metras, balas, perdigones
y bombas lacrimógenas no eran nada normal, se sentía el
miedo pero a la vez la adrenalina no te dejaba retroceder;
más bien te da fuerzas de seguir avanzando como dicen
en EL CAMPITO “a guerriar”. En esos días vimos muchos
compañeros heridos tanto de perdigones, metras y balas con
la suerte que ninguno falleció. Todos los días de barricadas,
al despertar después de una larga noche de vigilancia, solo
pensábamos en cómo iba a terminar todo esto y siempre el día
menos esperado se daban los enfrentamientos fuertes con
heridos y daños a propiedades; solo dos veces las tanquetas
de la guardia nacional penetraron al sector, de allí en adelante
se decidió abrir huecos en el asfalto de las entradas y clavar
cabillas que a su vez se soldaron con la rejas que servían de
barricadas y protección, una fortaleza impenetrable (dicho
por el Mayor General Pietri Figuera, GNB).

El 26 de Abril de 2014 fue el día en que nos encontramos


con un contingente de guardias nacionales, la guardia del
pueblo y dos helicópteros (uno de inteligencia que cortaba
las llamadas de los celulares para cualquier comunicación y
el otro de ejército con 15 efectivos del comando de tácticas
especiales de la frontera con un armamento de guerra) que
jamás vimos en la vida, armas largas con silenciadores,
franco tirados postrados en las afueras y bajando a rapel
del helicóptero como si fuera la guerra de IRAK o no sé que
estarían pensando; solo que al estar en la calle esa tarde del
24 de Abril de 2014 nos dijimos todos los compañeros, o
respondemos y morimos, o solucionamos con condiciones
este problema. Ese mismo día, por la calle alterna de la avenida
Cardenal Quintero estaba entrando a pie el mayor general
de la GNB a nivel nacional, solo venia con tres efectivos
263
de armas largas apuntando a quien sabe qué; quedando
sorprendidos al entrar al sector, al encontrarse con personas
de todas las edades esperando para hablar con él sin ánimos
de enfrentamientos, así como niños caminando en la calle
principal El Campito. Se quitó el casco y exclamó lo siguiente:
¿que coño es esta vaina? A mí el gobernador (Alexis Ramírez)
me dijo que esto era una Favela de Brasil o un barrio de
Caracas como el 23 de Enero o Petare; resultando ser que esto
es un sector normal con profesionales, estudiantes, amas
de casa, locales comerciales, abastos, licorería etc. Al ver
todo esto agarró su radio y dio la orden que ningún efectivo
entrara al sector sin su consentimiento, mientras escuchaba
a las personas de la comunidad sus peticiones. Las amas
de casa y madres a su vez entran en acción y se dirigen al
general con muchas quejas sobre todo de inseguridad,
las cuales el comandante entendió perfectamente, aquí le
dejos el link de ese video: Mayor General Noguera Pietri
se disculpa con Vecinos del Campito en Mérida (buscar en
youtube). En ese momento de peticiones al mayor general
Noguera Pietri el gobernador del estado Mérida estaba
en TV diciendo que había triunfado y había quitado las
barricadas, se le comunica al mayor general de lo que está
pasando en TV en ese instante, y llama por radio delante
de todos nosotros, pide que le comuniquen al gobernador y
muy molesto le dice lo siguiente: “qué carajo está haciendo
gobernador, usted no pudo solucionar este problema y no
esté diciendo eso por TV, y de una vez quítese el casco y el
chaleco anti balas, porque usted no es militar, es un civil…
ahhh; y por favor bájese del pailoder (tractor) y deje de hacer
el ridículo y póngase a trabajar”. Después de escuchar todo
esto, los vecinos culparon al gobernador de no dar solución
a la inseguridad, llegándose al acuerdo que se quitarían las
barricadas siempre y cuando dejaran seguridad y nadie
iría detenido por protegerse; así mismo con las barricadas
(peticiones aceptadas) y así se levantaron las barricadas en
El Campito, último sector y el único en dar la cara sin salir
corriendo y enfrentar sin miedo ese día al contingente que
llegó desde varias ciudades del país….por cierto los guardias
de oriente que nos acompañó por mes y medio, dándonos
protección, decían que los guardias de Mérida son de
escritorio y no cumplen con el trabajo que les corresponde.”

264
Del lado oficialista hay abundante material que se refiere a las
protestas. Destaco tres por ilustrativas:

a) En una declaración del Ministro de Educación, Héctor Rodríguez,


para Venezolana de Televisión, dijo que “No estoy condenando protestas
estudiantiles: estoy condenando el plan fascista de dos ex candidatos a
la presidencia de la República que no ganaron. Ellos están diciendo que la
salida a este Gobierno es la calle. No. La salida a cualquier gobierno es la vía
electoral”. (Prodavinci).

b) Isis Ochoa, alta comisionada para la Paz, destacó el carácter


permanente de las Conferencias Regionales de Paz y Vida, espacio para
el debate y la construcción. En su intervención en la celebrada en Mérida
el viernes 28 de marzo indicó que también sirven para la “identificación
de los fenómenos sociales adversos que deben ser neutralizados en un
esfuerzo conjunto de toda la sociedad”. Entre ellos, nombró las guarimbas,
las barricadas, el ecocidio, con la tala de más de 5.000 árboles en distintas
ciudades del país, las agresiones a instituciones públicas y privadas, y la
pretensión de sabotear los servicios básicos como agua y energía eléctrica.”
Al respecto, mencionó el caso de contaminación de las aguas del acueducto
que surte del vital líquido a más de 180.000 habitantes de Mérida. Precisó
que la violencia ha ocasionado pérdidas por el orden de los 130.000 millones
de bolívares a la industria del turismo, sector que motoriza la economía
merideña.” (www.actualidadygente.com)

Sobre este caso de la contaminación del acueducto de Mérida se


refirió el presidente Nicolás Maduro, el vicepresidente Jorge Arreaza, el
ministro del interior Miguel Rodríguez Torres, el ministro del ambiente
Miguel Tadeo Rodríguez, el gobernador de Mérida Alexis Ramírez,
el gerente de aguas de Mérida Jorge Becerra, entre otros, todos con la
misma versión de tratarse de un acto de terrorismo y jamás desmentida.
La noticia circuló rápidamente por las redes sociales y medios nacionales
e internacionales. “El presidente de la empresa Aguas de Mérida, Jorge
Becerra, denunció que la principal planta potabilizadora de agua de la
ciudad de Mérida fue contaminada con gasoil la noche del domingo. El
funcionario precisó que la noche de este domingo los técnicos que laboran
en la planta potabilizadora ‘Dr. Enrique Bourgoin’, ubicada en El Vallecito
municipio Libertador, detectaron una sustancia extraña en los depósitos
del vital líquido, cuando se le practicó el examen químico resultó ser gasoil.
“El gasoil lo echaron en el trayecto del dique hasta la planta potabilizadora,
se procedió a vaciar los tanques, se lavaron los ocho filtros y nuevamente
se llenaron los depósitos. El proceso que duró dos horas y media garantiza
nuevamente la calidad del agua que se consume” dijo. Becerra manifestó
265
que la planta comenzó a trabajar con su máxima capacidad, es decir 300
litros por segundo, con la finalidad que la población no resultara afectada
por la merma en el servicio, la estabilización del sistema se logró luego de seis
horas. La planta procesa las aguas del río Mucujún constituye la principal
fuente de abastecimiento de la ciudad. El evento fue un intento de sabotaje
deliberado, aunque las autoridades no han determinado sus motivaciones.
Sin embargo no se descarta que forme parte de las acciones de violencia
política promovidas por grupos violentos de oposición desde mediados de
febrero”. (Prensa Aguas de Mérida)

Por su parte el gobernador del estado Mérida, Alexis Ramírez, “informó


este lunes que grupos terroristas contratados por la derecha venezolana
vaciaron una garrafa de gasoil en la planta Aguas de Mérida, afectando el
suministro de agua potable en el municipio Libertador. Ramírez mencionó
-en rueda de prensa desde la ciudad de Mérida- que desde hace más de un
mes la oposición “ha venido haciendo actos terroristas, por ejemplo, en la
madrugada de ayer se detectó en la planta Aguas de Mérida elementos
pesados y trazas de gasoil” en el vital líquido.” (Prensa Gobernación del
Estado)

El vicepresidente Jorge Arreaza mostró es la reunión por la paz en


Mérida y por cadena nacional como prueba de lo que calificó como
“acciones fascistas de la oposición”, la foto de “un estudiante de ingeniería
forestal de la Universidad de los Andes (ULA), identificado como Kerwin
Andrew Tolosa Sánchez, autor material de la contaminación de Aguas de
Mérida cuando vertió 105 litros de gasoil al acueducto. ¿Para qué?, ¿para
contaminarlas? ¿Qué sentido tiene esto?”. Recalcó que se presume que
la acción contaminante forma parte “de una acción premeditada de la
agenda desestabilizadora de la ultraderecha que buscaba generar un estado
de alarma generalizado en nuestra ciudad”.”Nosotros seguiremos insistiendo
en el llamado (a la paz), a detener la locura”. Durante su participación en la
Conferencia de Paz, el ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz,
Miguel Rodríguez Torres, señaló que “el implicado en el envenenamiento
del agua en esa entidad es un estudiante de Ingeniería Forestal de la
Universidad de Los Andes. Foto en mano, indicó que Kervin Andrew Tolosa
Sánchez es el presunto responsable del envenenamiento del acueducto de
Mérida, con más de 100 litros de gasoil, los cuales fueron descargados en la
tubería el domingo en la noche”. (noticias24.com)

El ministro del ambiente dijo por los medios oficiales que fue una
acción terrorista. Así lo reseña la página de Ultimas Noticias: “Ayer
(lunes) hicimos los análisis y este valor de aceites y grasas estaba en 90
miligramos/litro, es decir, casi 300% por encima de la norma, añadió”. “El
266
ministro Miguel Rodríguez acotó que para vaciar el gasoil en el afluente
de agua de la potabilizadora Enrique Bourgoin, la tubería fue violada
por personas ajenas a la estatal. Recalcó que se presume que la acción
contaminante forma parte “de una acción premeditada de la agenda
desestabilizadora de la ultraderecha que buscaba generar un estado de
alarma generalizado en nuestra ciudad”. “Es un acto macabro, terrorista,
que buscaba generar alarma en la población”. “Tenemos que hacer un
llamado a la paz, la paz es tan vital como el agua. Dejemos que el pueblo
de Mérida tenga agua potable, dejemos que puedan circular en paz (…) Son
pequeños sectores donde insisten en seguir generando violencia”. “Nosotros
seguiremos insistiendo en el llamado (a la paz), a detener la locura. Mérida
no se merece acciones terroristas como esta. Esto es terrorismo puro, que
va contra toda una población y que nuestro Gobierno, por supuesto, no lo
va a permitir”, acotó Rodríguez. La planta potabilizadora Enrique Bourgoin
surte de agua a 80% del municipio Libertador de Mérida, localidad con más
de 250.000 habitantes y más de 900 kilómetros cuadrados de superficie”.
(Prensa gobernación de Mérida)

Realizadas las investigaciones resultó responsable el joven Kerwin


Andrew Tolosa Sánchez quien el  23 de marzo 2014 vertió el gasoil
aguas arriba de la toma del acueducto de Mérida para vaciar unos
pipotes que utilizaba para surtir de combustible un tractor, acción que
había realizado en ocasiones anteriores. Un día después de la detención
fue publicado un comunicado de “La Juventud Comunista de Mérida
(JCV), Tupamaros de Mérida, Colectivo Mocaqueteo, Consejo Comunal
“Mocaqueteo Bicentenario” del Vallecito, Comuneros “Pedro Pérez Delgado
Maisanta”, Consejo Popular Revolucionario De Venezuela CPR y el Partido
Revolucionario Del Trabajo PRT, queremos denunciar por medio de este
comunicado la detención injusta del compañero Kerwin Andrew Tolosa
Sánchez, estudiante de Ingeniería Forestal en la Universidad de Los Andes
(ULA), y miembro de La Juventud Comunista de Venezuela en Mérida, por
parte de funcionarios del Cicpc Mérida, en donde fue detenido.” El autor del
hecho es uno de los invasores de la zona protectora del río Mucujún y fue
liberado al conocerse su militancia política.

c) El Partido Comunista de Mérida señaló en un comunicado lo


siguiente: “Guarimbas se levantan en calles y avenidas cercanas a
las urbanizaciones de clase media alta. Obstaculizan el libre tránsito,
destruyen bienes públicos, destrozan comercios privados, agreden
a pacíficos transeúntes, disparan a policías y guardias nacionales,
violan una cantidad de leyes de la República, y gozan del apoyo tácito
por el alcalde del municipio Libertador. En estas bandas se encuentran
paramilitares y francotiradores pagados por el narcotráfico y fuentes de
267
financiamiento exteriores, los cuales sirven como evidencia de la política
de intervencionismo de las fuerzas de imperialismo.”

La reseña de los acontecimientos de BBC Mundo es interesante puesto


que visitó dos de las ciudades donde más se recrudecieron las protestas:
Mérida y San Cristóbal e informa que pudo constatar cómo las guarimbas
eran financiadas y apoyadas por los vecinos, que les llevaban comida a los
guarimberos y los consideraban una suerte de guardianes. Mientras que se
refiere al lado oficialista de la siguiente manera: “Los grupos paramilitares
que tiene el gobierno bajo su mando arremetieron contra las viviendas y las
comunidades, entonces eso dio que las comunidades hicieran refuerzos en sus
barricadas que en un principio no eran de defensa”. (www.bbc.co.uk/mundo)

Para desactivar la última de las guarimbas y despejar las barricadas


se movilizaron 1800 soldados de la guardia nacional dirigidos por su
comandante, mayor general Justo Noguera Pietri y el comandante de la
Región Estratégica de Defensa Integral Los Andes, mayor general Miguel
Vivas Landino. Vestido con implementos militares (casco, chaleco anti
balas y ropa de camuflaje) estaba en el lugar el gobernador del estado
Mérida Alexis Ramírez. De Caracas vinieron a Mérida además de los
soldados, oficiales de todas las jerarquías, cientos de motos, decenas
de vehículos, tanquetas antidisturbios, dos helicópteros y abundante
material de guerra. “Vivas Landino resaltó que con el despliegue militar se
busca restablecer el orden y la paz en estas zonas, en donde los habitantes
han sido sometidos a más de 60 días de sitio por parte de grupos armados
que impedían el libre tránsito.” (Prensa Gobernación)

La desactivación de la última guarimba, la actuación de los vecinos, de


la Fuerza Armada y del gobernador de Mérida queda mejor descrita en
el diálogo que se produce el 24 de abril, disponible en youtube.

Consecuencias más relevantes.-

Una evaluación objetiva de las consecuencias de las guarimbas de


Mérida está por hacerse. Hay opiniones que dependen de la posición de
quien la emite que maximiza o disminuye sus efectos.

La interpretación de los hechos.-

La teoría social es abundante en estudios de las conductas colectivas


y de los conflictos sociales. Sociólogos, psicólogos, antropólogos,
268
politólogos, criminólogos y otros científicos han elaborado teorías que
tratan de explicar los fenómenos de multitudes, masas, colectividades
y grupos. Hacemos este señalamiento porque su conocimiento es
importante para darle un fundamento científico al análisis, pero no es
oportuno ni pertinente entrar ahora en esos terrenos de la teoría social.
Su instrumental lo conocemos y a él nos remitimos en este esfuerzo por
comprender lo que pasó con la violencia en Mérida del 12 de febrero al
26 de abril del 2014.

La protesta estudiantil ha sido constante en la ciudad de Mérida y


salvo casos excepcionales ha estado signada por componentes políticos.
La juventud estudiantil merideña ha sido históricamente opositora,
contestataria y a veces violenta. La controversia política también ha
caracterizado a Mérida y desde hace 15 años existe, como en el país, una
polarización en dos bandos con extremos irreconciliables y sectores
menos radicales con disposición al diálogo. Hay un sector independiente
que poco participa. De acuerdo con los estudios de opinión y los
resultados electorales la ciudad está dividida en dos conjuntos con un
60 a 70 % de oposición y un 30 a 40 % oficialista. La conducta electoral
de la ULA es aún más extrema puesto que la oposición tiene entre un
70 a 80 % y el oficialismo entre un 20 a un 30 % entre profesores y
estudiantes. Los estudiantes gozan del aprecio de la colectividad que de
igual manera rechaza las protestas violentas porque es amante de la paz
y de la tranquilidad, y por las incomodidades que genera en la movilidad.

Lo particular de esta etapa conflictiva en estudio es la conducta de los


vecinos y las explicaciones que ofrecen tanto ellos como las autoridades
gubernamentales. Lo que comenzó por una protesta estudiantil, el
intento de apropiación de la protesta por un sector de la oposición en
particular por el partido Voluntad Popular y la represión brutal con
participación activa y evidentemente arbitraria de los motorizados
encapuchados, degeneró en guarimba, es decir, la conversión del lugar de
residencia en refugio mediante el cierre de vías públicas y la construcción
de barricadas para impedir la acción de grupos violentos y de la fuerza
policial que habían arremetido contra los bienes de los residentes. Este
tipo de protesta no había sucedido en Mérida.

La población venezolana y la merideña en particular están asediadas


por la inseguridad, la escasez, la inflación, la mala calidad de los servicios,
el discurso político radical y las actuaciones irregulares y abusivas de los
cuerpos de seguridad ciudadana y del Estado. La población es obligada
a hacer colas y se le somete a controles para adquirir productos básicos,
y se entera de los privilegios de algunos que gozan de facilidades y de
269
abundancia. Las redes sociales difunden a que establecimiento llega
uno u otro producto para ir y hacer la cola en el intento de adquirirlo a
cualquier precio, y también divulgan los abusos. Los medios y las redes
influyen amplificando o disminuyendo las tensiones individuales y
colectivas.

El profesor Freddy Crespo, del equipo de investigadores de


criminalística de la ULA, señala que “Desde 2002 la tendencia del hurto
está en baja y la del robo en alza. La lógica dice que los delitos se cometen
en las noches y en las madrugadas, pero estudios más recientes están
demostrando que 70% de los crímenes se está registrando entre las 6:00
am y las 6:00 pm, con mayor tendencia en las tardes, y eso se debe a los
cambios de actividades de las personas, que salen menos en la noche pero
no pueden evitar salir de día a estudiar, a trabajar o a hacer diligencias”.
Crespo también le atribuye el cambio en las modalidades delictivas a
la impunidad en el país, pues sostiene que los delincuentes perciben
que cada día hay menos probabilidad de ser capturados y pocas
posibilidades de sanción en caso de ser aprehendido. “Los niveles de
impunidad que tenemos son altísimos. Los homicidios que antes ocurrían
en zonas populares en las noches y que eran cometidos por encapuchados
ahora son perpetrados en restaurantes por personas que no se cubren el
rostro. La gente se ha ido retrayendo en sus casas y por eso ha variado
la modalidad delictiva” Agregó el altísimo crecimiento de los delitos de
robo y de homicidio vinculados al robo, y que las armas usadas han
pertenecido o pertenecen al Estado. (Conferencia en Tertulia de los
martes) Un espectáculo particularmente elocuente es el entierro de
algunos de los delincuentes con música estridente, un enjambre de
motorizados disparando sus armas a la luz del día y con total impunidad.

En Mérida la conflictividad social encontró en la actuación de los


motorizados armados un disparador al verlos ingresar a sus zonas
residenciales bajo la protección policial a saquear, atropellar y causar
daño a las instalaciones y a los vehículos estacionados. La gente observa
cómo el propio gobierno rompe las reglas de la convivencia al proteger
a esos grupos. Percibe, además, por la propia actuación de esos grupos
motorizados, su relación con la delincuencia común y lógicamente
deduce que la policía y en algún grado la guardia nacional está
relacionada con los delincuentes. Los medios oficiales se han encargado
de divulgar el apoyo de estos grupos al gobierno revolucionario y
viceversa, como el gobierno los ha protegido y dotado de motos y
circulan por las calles sin respetar las normas ni las más elementales
reglas sociales. Se vive un ambiente de inseguridad, de desconfianza y
de temor.
270
Las reglas de la convivencia se expresan en el entramado legal pero
antes forman parte de los valores compartidos, de la simple lógica de la
convivencia civilizada y cuando es el Estado quien las rompe o viola se
genera un alto grado de incertidumbre que es el caldo de cultivo para
la desesperación y el miedo. Ese conjunto de cosas hizo eclosión en
vastos sectores de la ciudad que por vivir en condominios o en conjuntos
residenciales ya contaban con una organización que les facilitó los
acuerdos iniciales y luego el sostenimiento de las protestas.

Resulta insólito a la luz del sentido común las explicaciones de altos


funcionarios incluido el propio presidente de la República que son
contradichas por la realidad cotidiana, como se evidencia de casos
concretos como lo del supuesto acto terrorista de envenenamiento
del agua que se consume en la ciudad, nunca desmentida, o la acción
de paramilitares colombianos o de agentes norteamericanos en las
protestas de las comunidades merideñas. Los ciudadanos pierden la
credibilidad y el respeto a sus gobernantes y se menoscaba la confianza
en las instituciones.

Los venezolanos vivimos una experiencia inédita. Una constitución


generosa en el reconocimiento de los derechos humanos y en paralelo
se monta una revolución al estilo cubano con una institucionalidad
ajena que se trata de imponer de cualquier manera. Existen elementos
que producen una psicosis colectiva que bajo determinados estímulos
genera conductas a las que se refieren las teorías sobre comportamientos
colectivos. Tal es en nuestra opinión lo que explica o al menos permite
comprender los acontecimientos sucedidos en sectores de Venezuela
y de Mérida en el período de estudio. Es impredecible lo que pueda
acontecer en el futuro.

271
Las guarimbas en consenso o la institucionalidad
de la irracionalidad y la locura política en la
ciudad de Santiago de los Caballeros

Pedro José Rivas

Escuela de Educación Universidad de Los Andes

Para que lo pienses.


Ya seas estudiante o comerciante,
malandro o decente,
no tengas que preguntarte un día,
entre las ruinas de tu Venezuela,
de los sueños y lo amado:
¿Qué monstruos he despertado?
¿Cómo me he despertado monstruo?

Eduardo Rothe
La Academia de Mérida me encomendó el honor de escribir sobre
los hechos inéditos, hechos de violencia simbólica y física acontecidos
en la ciudad de Mérida en el año 2014, especialmente a partir del 12
de febrero, Día de la Juventud, y los meses de marzo y abril, período
en el cual la ciudadanía sin distingos pudo observar una protesta con
el rostro social más cruel y oscuro de la política, jamás visto en las
anales de la historia de la ciudad de Mérida y del país porque con ella
se iniciaba un nuevo plan de conspiración no convencional contra las
instituciones del país.

Mérida, epicentro de la conspiración golpista

Esta protesta estudiantil iniciada formalmente a comienzo del


año 2014, hablaba, escribía y declaraba a nombre de la civilidad,
calificándose como una manifestación de descontento que se viste de
protesta democrática, pacífica y no violenta, cuyo objetivo era la “salida
inmediata y voluntaria” del Presidente de la República Nicolás Maduro
Moros. El protagonismo de la protesta recaía en la dirección del sector
estudiantil universitario adverso al Gobierno Nacional y disfrutaba del
apoyo incondicional de la oposición venezolana y de una militancia
estimada en más de cuatro millones de militantes.

Durante setenta días, la irracionalidad protestataria tuvo en jaque a la


“serrana, altiva, cristiana y culta” ciudad de Mérida hasta el momento en
que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana actuó para imponer el orden
público y desalojar los protestantes, que impedían por la fuerza, el libre
tránsito de los peatones y la circulación de los vehículos, el desempeño
normal y sin contratiempo de sus labores y el diario quehacer de la
vida cotidiana de una ciudad estudiantil, bulliciosa e históricamente
protestante.

La población merideña nunca entendió por qué los responsables


del caos y la barbarie citadina no fueron desalojados, tampoco había
respuestas para explicar por qué las barricadas no fueron eliminadas
inmediatamente a su instalación y por qué el orden público no se
instauró, sino después de más de dos meses de aquel martirio a que
fueron sometidos los sectores urbanos que quedaron bajo el total control
de los manifestantes, capaces de atentar contra quienes se opusieran a
sus oscuros propósitos.

Estos grupos violentos habían tomado por la fuerza sitios claves


de la ciudad, creando un caos sistemático que parecía no terminar y
273
que se estimulaba desde la mirada silenciosa, tolerada y apoyada de la
institucionalidad emeritense.

El clima de los acontecimientos eran visibilizados las 24 horas del día,


casi de manera épica por los medios de comunicación local, nacional e
internacional, internet y las redes sociales. No obstante, existió una
opinión desfavorable que procedía de importantes sectores de la
población y que rechazaban semejantes procederes de la antipolítica,
incluso de la oposición y del comercio merideño. Este malestar nunca
se hizo público por la multimediática comercial, siempre interesada en
promover un clima de inestabilidad social y de agitación en la población
que se revirtiera contra el Gobierno Nacional que era el blanco directo
de la conspiración en marcha, tal como intentaremos mostrar en este
escrito testimonial y documental.

Esta es la versión de los hechos del suscrito, muy distinta a las


apreciaciones que favorecieron un conflicto que dejó un antecedente
muy peligroso para la institucionalidad democrática, al importar
prácticas de violencia no conocidas en la idiosincrasia política y en el
gentilicio venezolano, las cuales llenaron de luto al país, secuestraron la
verdad de las razones que motivaron un conflicto de orden sin asumir
su responsabilidad de las acciones de calle y crearon fisuras psicológicas
y afectivas al tejido social que dan sentido al concepto de familia que
valora la trascendencia de la solidaridad y la cercanía de la vecindad
y, especialmente, a considerar a la nacionalidad como el lugar de la
geopolítica que no admite la intolerancia, el dogmatismo y el irrespeto
por el otro que soy Yo, diferente.

Inocular el odio entre los ciudadanos como estrategia política para


resolver problemas de una supuesta ingobernabilidad gubernamental,
o de una crisis económica profunda, ignorando las salidas y los tiempos
constitucionales y separar a los venezolanos de sus tradicionales vínculos
que entrelazan nuestros gentilicios regionales de la unidad nacional
es jugar ex profeso, en el mediano tiempo, a la desaparición de nuestra
soberanía y a la disolución la Patria que nos legó el Padre Simón Bolívar.

Y lo más difícil de resarcir por sus efectos irreversibles, es el daño


que las guarimbas infligieron a la educación de los niños, púberes,
adolescentes y adultos, así como a la formación de ciudadanía al agredir
con métodos de terror e inusitado odio físico a la ciudad y a sus espacios
públicos, así como atacar e incendiar oficinas gubernamentales,
escuelas, liceos y centros de salud públicos con alevosía y premeditada
intención.
274
Convertir la protesta ilegítima en escenarios virtuales y mediáticos
de propaganda de guerra no es una práctica que se compadece con los
cánones de alguna democracia, por más neoliberal que sea. Secuestrar
los derechos humanos de los merideños y violar el sentido social de la
convivencia pacífica como condición sine qua non del hecho político es
un acto del más salvaje terrorismo.

Finalmente, para quienes hacemos vida académica, lo más trágico de


estos lamentables sucesos es haber sido testigos de cómo las luces que
vencen la sombra se apoderaron de la Universidad de Los Andes en
un trance de la historia local y nacional que colocó a la dirigencia de la
institución al servicio de los intereses más ruines de la Patria y no haber
sido capaces de iluminar sus gestiones de gobierno -especialmente esta
última administración rectoral- con la sabiduría dejada por hombres
de la talla del escritor merideño y venezolano universal Mariano Picón
Salas y de un sin número de profesores insignes que encabeza el doctor
Pedro Rincón Gutiérrez, máxima expresión del estadista universitario,
considerado el “rector de rectores”, celoso guardián y gran defensor de la
verdadera autonomía universitaria, humanista por excelencia y hombre
respetuoso de la amplitud y del pluralismo ideológico y tolerante con el
adversarioi.

La instalación de las guarimbas, la administración sincronizada de


su barbarie y la justificación que de ella se hacía en todos los ámbitos
de la institucionalidad merideña fueron prácticas inusitadas hasta
el momento en nuestra ciudad. Adscribirse en la guarimba era
desaparecer moralmente el trayecto ejemplarizante que estos eméritos
profesores e investigadores dejaron como patrimonio intangible al haber
de nuestra universidad. La obra tesonera labrada durante muchos años
de academia ardió impunemente durante más de setenta días en las
piras y el nauseabundo olor a basura de una protesta inhumana y torpe
que tuvo su organización y conducción por una parte significativa de
esa “comunidad universitaria que reúne a profesores y estudiantes para
buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (Ley
de Universidades, Artículo 1).

Se pretendió que con estas acciones de calle, caería la Bastilla, como


igualmente se pensó sucedería con su participación facinerosa en
el Golpe de Estado del 11 de abril de 2011 y en el saboteo petrolero de
diciembre de 2002-febrero de 2003, cuando el sector sedicioso convirtió
a la Universidad de Los Andes en una institución partidaria de la política
opositora nacional, despojándole su carácter público y autonómico. Ese
día y los siguientes, la historiografía universitaria tendrá que registrar
275
en sus anales que allí se escribió el epitafio de la razón y el espíritu de
nuestra casa de estudios que un 29 de marzo de 1785, el obispo de Mérida
Fray Juan Ramos de Lora, dejara para que la posteridad en una semilla
sembrada que más tarde se convertiría en una Universidad.

El epicentro de este plan de desestabilización estuvo ubicado en el


antaño sector de la Otra Banda, sitios contiguos a la circunvalación de
los troncales viales y entradas a la ciudad por la Trasandina y por Ejido,
el cual afectó la cotidianidad de la vida estudiantil, económica y turística
de la edutrópica ciudad de Santiago de Los Caballeros de Mérida.

La situación de caos y padecimiento de la población no fue un hecho


casual, ocurrió en total sintonía con la violencia encendida en otras
ciudades del país como San Cristóbal, Valencia y Caracas, y en menor
escala, y de forma intermitente, en Maracaibo, Barquisimeto, Ciudad
Guayana, Cagua y Maracay, entre otras.

Mérida ofrecía las condiciones ideales para ello y, además, porque


disponía de tres factores favorables para su inserción exitosa en la
estrategia del Golpe Blando o Golpe Suave del Manual de Gene Sharp2
que inspiró el plan de la conspiración contra las instituciones de la
democracia venezolana:

1. Una ciudad estudiantil que dispone del total apoyo político de la


dirigencia académica, profesoral, estudiantil y laboral que conduce la
vida institucional de la Universidad de Los Andes.

2. El apoyo favorable de la Alcaldía de Mérida, la iglesia católica, los


sectores políticos opositores, económicos y las fuerzas vivas de la ciudad.

3. La ciudad tiene una situación geográfica que la hace vulnerable


para paralizarla e inducirle gradualmente las dosis de necesarias de
violencia hasta llegar a administrar el caos en la población, observada
en la escasez de alimentos, aumento de los precios, dificultad para
transitar la ciudad, la complicación para diligenciar su diario quehacer
y crear crisis en las servicios básicos, entre otros efectos colaterales que
conducirán a establecer en la población las condiciones psicológicas para
provocar miedo, terror, incomprensión de la realidad, desesperación y
rechazo contra el régimen democrático del presidente constitucional
Nicolás Maduro.

276
Contextos para entender el conflicto

Es necesario clarificar algunas situaciones y los contextos en


que se produjeron estos hechos de violencia en Venezuela y que
repercutieron dramáticamente en la ciudad de Mérida. Estas notas
explicativas aspiran develar los fines ocultos que la producen, sin
negar la realidad de las razones argüidas por los sectores opositores
para iniciar y justificar las protestas. La prensa escrita y los
medios radioeléctricos comerciales señalaban insistentemente las
motivaciones que justificaban las acciones de calle. Entre estas se
encuentran el desabastecimiento de los productos de la cesta familiar
y medicamentos, la inflación progresiva que disminuía cada vez
más la capacidad adquisitiva de los sueldos, la escasez de productos
alimentarios, las inéditas colas en los mercados para comprar, la
disminución de los pasajes aéreos nacionales e internacionales y
las regulaciones y controles para acceder a los dólares con tasas
preferenciales de CADIVI para viajar al exterior.

De igual manera, se argumentaba la ilegalidad en la elección del


presidente Nicolás Maduro por considerarla fraudulenta, así como
la supuesta nacionalidad colombiana del mismo que contó con la
participación del profesor de la ULA, historiador, ex embajador y ex
diputado, Walter Márquez. El alto costo de la vida, el alto costo del
dinero en su paridad cambiaria con el dólar negro, la inseguridad social,
la existencia de apagones de electricidad y las frecuentes colas para
comprar gasolina estaba generando un malestar en una población
venezolana no acostumbrada a ello, hecho que se acrecentó con la
muerte del Presidente Chávez, arreciándose el plan golpista.

Ciertamente que buena parte de estos efectos provenían de los


resultados de políticas económicas y sociales erradas del Gobierno
Nacional, pero es necesario señalar que en Venezuela, desde el Golpe
de Estado fallido del 2011, se había instalado una guerra económica
que no había producido efectos inmediatos por el evidente apoyo
mayoritario que el pueblo daba al presidente Hugo Rafael Chávez y a
sus gestiones de gobierno, observado en los resultados de las elecciones
para elegir al Presidente de la República, diputados nacionales y
regionales, gobernadores, alcaldes y concejales municipales. Asimismo,
por la puesta en ejecución de políticas y acciones agroalimentarias
para favorecer la economía de los sectores más empobrecidos del país
y servir de muralla de protección para impedir el boicot de alimentos y
gasolina que había sido ensayado exitosamente en la conspiración del
saboteo petrolero.
277
No debe olvidarse que paro petrolero se instaura como el primer
Golpe de Estado continuado que comenzó el 2 de diciembre de 2002
hasta marzo, siguiente cuando la conjura fue derrotada. Estas acciones
dieron inicio a las Revoluciones de Colores en América Latina y el Caribe,
observadas exitosamente en Honduras y Paraguay y fracasadas en
Bolivia, Ecuador, Brasil y Argentina.

En este sentido, los acontecimientos de violencia desencadenados en


Venezuela en el primer semestre del año 2014, respondían a razones
del mercado alimentario en sus diferentes etapas, los cuales eran
públicamente reseñados como “medias verdades”. Sin embargo, lo que
la oposición y las corporaciones mediáticas nacionales y extranjeras
callaban o desmentían era su coparticipación en la planificación y
ejecución de los procesos de desestabilización en coordinación con el
la política exterior de la Casas Blanca, el Pentágono y las corporaciones
transnacionales.

La mediática corporativa resalta los efectos de las dificultades de la


economía del país, responsabilizando al Gobierno Nacional de ellas,
pero silencian la responsabilidad que tienen los grupos económicos y
las transnacionales en la actual crisis de la economía nacional, al ser los
responsables del acaparamiento, la especulación, el remarcaje de precios,
el contrabando interno de productos y su reventa clandestina, así
como en el efecto que se genera en el llamado “bachaqueo”, las compras
innecesarias de productos de la cesta básica para guardarlos en grandes
cantidades en sus alacenas, convirtiendo sus viviendas en mini mercados
especulativos, hacer de las bodegas y pulperías centros de la reventa,
estimular la buhonería improvisada de una esquina e incentivar las
compras nerviosas para que los anaqueles no puedan abastecerse nunca.

Si a los desequilibrios de la economía le aplicamos la lógica del


mercado, encontramos su propia explicación. Al desabastecimiento y
a la escasez de productos de la dieta diaria y de productos de consumo
diario, le corresponde su correlato conspirativo de la derecha opositora
en el acaparamiento masivo y al detal de productos de consumo masivo
y de medicinas, así como el contrabando de extracción hacia Colombia
influye significativamente en el alto costo de la vida de los venezolanos.

A los precios altos de los productos le atañe la responsabilidad de la


conspiración económica de quienes especulan con márgenes de usura
desproporcionadas que van desde el 300% al 5.000%, algo impensable
por la racionalidad del mercado de otros países como los Estados Unidos
o de la Comunidad Europea.
278
A la devaluación de facto de la moneda nacional se le endosa el
débito de la conjura conspirativa de un dólar especulativo del mercado
negro que se lucra con la paridad cambiaria, justificando el alto costo de
las importaciones y las ventas de los productos a precios elevados sin
relación con sus costos reales. Se conoce que el 97% de las importaciones
se hace con dólares suministrados oficialmente por el estado nacional.
Así, la página web llamada “Dólar Today” es la bolsa ficticia que dirige las
especulaciones del mercado artificial paralelo de las finanzas.

De igual manera, el negocio turbio con los dólares preferenciales


asignados a los diferentes sectores económicos no se destinan a cumplir
con los objetivos planteados. Buena parte de esta moneda paga facturas
de productos sobrepreciados, importa rubros distintos a los de su
asignación original o simula operaciones fraudulentas de importaciones
que no se dan, sino en las tramitaciones administrativas o se utilizan para
comprar bienes en un circuito de empresas exportadoras creadas para
ruletear los dólares y encarecer el valor de los mismos. Asimismo, sucede
en el país con empresas oligopólicas nacionales que se autovenden y se
autocompran los productos importados para violar los márgenes de las
leyes sobre precios justos y así aumentar sus ganancias ilegales.

En fin, la subcultura perversa con los dólares preferenciales ha creado


una vorágine incontrolable por la falta de controles eficientes y, lo más
peligroso para la salud económica del país, es la lenidad complaciente con
las mafias de la corrupción financiera que ha reinstituido y profundizado
una economía de puertos que impide el desarrollo auto sostenido y
sustentable de la economía endógena, a pesar de los esfuerzos serios que
el Estado ha venido haciendo en los últimos quince años.

Los dólares preferenciales obtenidos de esta manera, se quedan en la


banca exterior desangrando los ingresos petroleros, disminuyendo las
reservas internacionales de dólares y alimentando el mercado paralelo
del dólar negro que se convierte en el factor de mayor incidencia
inflacionaria en Venezuela.

Esta sencilla contextualización de la realidad económica, nos muestra


la complejidad de la situación del país que se agrava con la guerra
económica declarada contra las instituciones democráticas del país,
a la que se le agrega la responsabilidad gubernamental de políticas
económicas erradas.

Los hechos de violencia callejera de comienzos de año ocurridos


en Venezuela y, en particular en la ciudad de Mérida, al hacerles una
279
evaluación en su control de daños, indica tres grandes efectos nocivos
que comprometen la democracia venezolana en los próximos años y al
que es necesario abordar con la urgencia del caso para reconstruir los
tejidos socioculturales y afectivos que quedaron dañados.

El primero y más importante es el daño ocurrido a la psiquis del


venezolano que no distingue condición social, edad, género, militancia
política o credo religioso. El ciudadano es el sujeto más afectado por ser un
blanco primario y oculto de este tipo de guerra que tiene un componente
de naturaleza psicológica porque erosiona de manera irreversible su
salud cognitiva, mental y afectiva. Es un daño intangible y difícil de
evaluar y de tratar.

Un segundo daño, también intangible, es localizado en la desfiguración


de la cultura democrática del venezolano y en la deseducación ciudadana
por la inversión de valores, observada y justificada como un proceder
moralmente admitido por los involucrados, cuyos procederes sociales y
políticos en la dirección del conflicto se originan en la clase media, culta,
cristiana y universitaria.

Un tercer y último daño, de carácter colateral, fue la afectación a


la economía del país, cuyas pérdidas materiales han sido estimadas en
más de treinta y tres millones de dólares, mucho más costosa que los
provocados por los Golpes de Estado de los años 2002 y 2003.

Después del fracaso golpista de las guarimbas, los sectores opositores


y los medios de comunicación niegan la existencia de una guerra
económica, cuya responsabilidad recae en la economía global que tiene
a las corporaciones transnacionales suministradoras de materias primas
y abastecedoras de millones de rubros de la economía nacional como
actores principales del complot y que actúan en sincronía con los sectores
económicos y los partidos del ala radical de la oposición venezolana.

Protestas espontáneas o violencia inducida planificada en


laboratorios de guerra sucia

Es fundamental contextualizar que la denominación de guarimba


se popularizó como una acción sistemática de violencia callejera con
propósitos logísticos de desestabilización de la vida ciudadana y política
del país. La guarimba está inserta en un plan general de conspiración
contra las instituciones democráticas del país, nunca fue una actividad
espontánea de la protesta de calle. Nunca fue un fin en sí mismo, sino un
280
medio para desarrollar la violencia. Incluso sirvió para ocultar que detrás
de ella estaba el plan de la sedición y su procedencia del mundo global.

La guarimba es un instrumento de lucha propio de las guerras


asimétricas urbanas impuesto por las estratagemas de la globalización
que se desarrollan en escenarios civiles de la ciudad, para confrontar
violentamente, a las fuerzas del orden público, las cuales pierden su
eficiencia porque no pueden actuar de manera tradicional en estos
escenarios no convencionales. En sus protocolos para garantizar el orden
público, sólo disponen de estrategias policiales y militares convencionales
que las hacen “ineficientes” para enfrentar a una población desarmada
que acude a la violencia para combatir a la policía desde el resguardo de
las barricadas, desde sus casas o apartamentos y con discursos ghandianos
de la no violencia.

De allí que el sentido estratégico y oculto de la guarimba es colocar a la


población de “carne de cañón” ante una eventual arremetida de violencia
de los cuerpos de seguridad del Estado. En esa debilidad de la población
está la fortaleza inmoral de la guarimba. Provocar a la policía y esperar
una acción imprevista de agresión defensiva para activar los circuitos
comunicacionales, ávidos de datos para los laboratorios de guerra sucia
que se encargarán de denunciar por las redes sociales, internet y por la
corporación mediática, que la policía reprime a unos manifestantes que
protestan pacíficamente y sin armas.

La política de los derechos humanos y el respeto a las


manifestantes pacíficas por los cuerpos represivos del Estado en
Venezuela es un avance importante porque garantiza el derecho
a la protesta cívica y a la vida de los protestantes. Gracias a
esta concepción humanista, la acción policial ha disminuido su
carácter represor que le definía, sin olvidar que siempre serán
integrantes de los aparatos represivos de Estado.

Este plan de inspiración ultraderechista aplicado en Venezuela,


respondía a una estrategia de la Guerra de IV Generación dirigida a atacar
gobiernos reacios a las políticas hegemónicas del proceso de imposición
de políticas neoliberales y de inspiración antiimperialista y defensores
de su soberanía nacional.

Venezuela es y seguirá siendo el blanco más atractivo de los centros


de poder del mundo imperial y, por ende, un motivo para esta guerra por
su ubicación andina-caribeña y amazónica, lo cual le da una capacidad
estratégica de primera línea en la geopolítica del norte de Suramérica,
281
además, por poseer inmensos volúmenes hídricos y disponer, entre
su subsuelo, de reservas de minerales de alto valor estratégico en la
industria aeroespacial y militar, así como por disfrutar de las reservas
petroleras más grandes del planeta.

La guarimba: una estrategia del golpe suave o de mecha lenta

La palabra guarimba es de reciente uso en el habla del venezolano.


No se encuentra en ningún diccionario. No obstante, aparece en la
literatura venezolana en la novela En este país de Luis Manuel Urbaneja
Achelpohl con un hermoso significado, que según el profesor y literato de
la Universidad de Los Andes, Lubio Cardozo, prologuista del citado libro,
guarimba3 : “fue siempre lugar sagrado” (…) “la guarimba era inviolable (…)
y refugio de paz, en el lindo Valle del Ávila”, por lo que resulta cuestionable
que este nombre haya sido utilizado por los grupos anti-revolucionarios
para significar sus acciones violentas, desestabilizadoras y conspirativas.

Las guarimbas se definen desde nuestra perspectiva como un aparato


táctico, de violencia extrema física y simbólica, destinado a crear zozobra
psico-social, dañar instituciones públicas, destruir bienes patrimoniales
y afectar el bio-poder, es decir, la vida y el ecosistema. Buscan dilatar
el crecimiento económico y distraer la cuantiosa inversión social del
Estado hacia la recuperación de la devastación. La guarimba es una
violación flagrante de los derechos humanos, tiene un componente
ideológico neofascista y está dirigida, tanto desde afuera como dentro
del país, es una desviación delictual-terrorista de la protesta de una alta
peligrosidad psicosocial y ambiental que requiere sin demora del rigor
del Estado y la Ley.

La guarimba retrata la presencia de una sociedad sin ciudadanos;


municipios limitados en su actividad socio-económica, calles convertidas
en basureros y una vecindad con un complejo de culpa y un resquicio de
pena con el vecino.

Según mi criterio, los recientes diálogos de los videos macabros del


joven terrorista venezolano Lorent Saleh evidencian que el golpismo en
Venezuela enfatiza una nueva etapa del psico-terrorismo como estrategia
de la derecha internacional y sus ramificaciones en Venezuela. Los
videos que circulan por internet hacen referencia a cierto minimalismo
militar estratégico, matanzas de activistas urbanos y rurales, asesinatos
técnicos por medio del sicariato, explosiones incontroladas, operaciones
militares puntuales como incendiar un camión de alimentos de Mercal
282
o de PDVSA o atentar contra una universidad como se observó en San
Cristóbal con la UNEFA o en Mérida con el Hotel Escuela.

Esta lógica minimalista, según Joaquín López Mujica (2014b) afianzada


en el mundo mediático, con frecuencia está expuesta en la repetición
exagerada de imágenes e historias inmediatas, para crear terror psico-
social. En algunos casos tiene que ver mucho con el drama de la música
y el cine.

En estos videos, la violencia es omnisciente, no hay escenas de


violencia, el recetario son las imágenes alusivas del plan terrorista que
induce a ver como natural los desórdenes del país, la conversación es
una especie de exposición y aplicación de una teoría del caos global,
no se alude a una crisis total, sino por el contrario, a leves atenuaciones
para dejar una imagen y correlato difuso de solucionar las causas
profundas: allí yace el miedo que quieren crear. Simultáneamente, se
intenta representar semióticamente las condiciones para el “retorno”
de una crisis mucho más desastrosa: un drama sinfónico, una estrategia
minimalista.

Según Ramírez Lílido (2014) la guarimba fue caracterizada en la


Universidad de Los Andes como:

Un sistema terrorista de acción social diseñado para


secuestrar vecinos, unir perdedores de elecciones,
guarecerse ante las barricadas, atacar a una fuerza pública
que se obliga a ser respetuosa de los derechos humanos
de los ciudadanos y de los manifestantes, asediar y
amedrentar a chavistas, paralizar las ciudades y el país y
tumbar al Presidente de la República si no es de su agrado.

La guarimba, según Ramírez Lílido, se expresa en acciones vandálicas


que implican el cierre arbitrario de calles, la inhumana quema de
animales callejeros o selectivos vivos, incendiar basura, colocar guayas
de alambre dispuestos a la altura del cuello para asesinar motorizados,
disparar con armas de fuego y lanza morteros recargados con metras o
esquirlas y complementar sus acciones con francotiradores apostados en
algún edificio vecinal.

Por su parte Rivas (2004a) considera que la guarimba es una estrategia


de la guerra no convencional con una cobertura multimediática que
283
se caracteriza por identificar y visibilizar protagónicamente a un solo
actor: los manifestantes y desaparecer al otro, al sujeto político del orden
público que por su condición de gendarme del orden público le está
impedido disfrutar de los derechos y cumplir con sus deberes.

Los manifestantes o sujetos mediáticos actúan y se expresan en


nombre de sus derechos civiles y humanos, protestan pacíficamente y
siempre serán presentados como agredidos por las fuerzas del orden
público que los asaltan y violan su derecho a la protesta, que siempre
será pacífica y democrática, así no lo sea y aunque haya incendios o
muertos.

En esta particular visión del mundo discursivo y audiovisual, los


protestantes se convierten en la víctima civil por efecto del carácter
represivo que tienen las fuerzas del orden público, omitiéndose ex profeso
la función histórica que la sociedad le asigna como la única institución
dueña de la armas de la Nación y administradora de la violencia permitida
y regulada por las leyes y vigilada por sus instituciones públicas.

La guarimba, como estrategia de desgaste, destaca la naturaleza


represiva de los cuerpos policiales, de la Guardia Nacional Bolivariana
y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana como una institución
que actúa desproporcionadamente frente a la protesta civil que está
desarmada, es pacífica y no violenta.

Los manifestantes, de acuerdo con esta concepción, no tienen deberes


que cumplir ni respetar, son visibilizados mediáticamente desde sus
exclusivos derechos civiles y humanos que le son siempre irrespetados
en las protestas por las fuerzas del orden público.

La otra parte de la ecuación que desaparece de los discursos


multimediáticos son los ciudadanos que ejercen la función de garantizar
y resguardar el orden público, es decir los cuerpos policiales, los cuales
sólo tienen deberes que desempeñar frente a los manifestantes. Se
omite su condición ciudadana que está respaldada por los mismos
derechos civiles y humanos que los otros disfrutan y que deben ser
respetados. No aparecen en los medios de información privada, internet
y en las redes sociales en su acción defensiva o represiva frente a la
violencia del manifestante agresor que viola la condición pacífica de su
protesta. Siempre será presentado como el victimante. Estos sujetos son
registrados por las cámaras de televisión comercial, por las fotografías o
los videos furtivos como los violadores de los derechos humanos de los
manifestantes.
284
En la misma dirección, Eduardo Rothe (2014) caracteriza a la guarimba
como “una acción no pacífica de calle que corta por la fuerza la circulación
de vehículos y peatones, es puramente defensiva desde el punto de vista
militar, porque carece de objetivo más allá de sí misma y, como se sabe,
la victoria es inherente al riesgo y la maniobra”. Asimismo Rothe (2013)
expone una reflexión y dos interrogantes en un diálogo imaginario con
un guarimbero:

“Yo he escuchado a tu gente decir, es mejor un fin


horroroso que un horror sin fin”, y te pregunto si, aparte
el discurso antichavista, anticomunista, anticubano, anti
argentino, etc., ¿esta vaina que estamos viviendo es un
horror? Tienes todo el derecho a pensar y sentir lo que
te dé la gana, pero también tienes la obligación, como
combatiente de primera línea, de imaginar el Horror,
con H mayúscula de hecatombe, en que esto se puede y
se va a convertir cuando se acabe el alboroto y comience
el tiroteo. Cuando los extremistas como nosotros
obliguemos a todos a volverse extremistas a la fuerza. Si
tienes ilusiones de promoción o de grandeza, olvídalo, no
seremos grandes entre llamas: las llamas serán lo único
grande y todos nuestros mundos estarán bajo la sombra
roja del humo. Eso era todo. Para que lo pienses y, ya seas
estudiante o comerciante, malandro o “decente”, no tengas
que preguntarte un día, entre las ruinas de tu Venezuela,
de los sueños y lo amado ¿Qué monstruos he despertado?
¿Cómo me he despertado monstruo?

Al respecto de esta coordenada de discusión, Luis Britto García (2014)


señalaba en su blog -a propósito de la guarimbas- que un sector violento
de la oposición se hizo y puso en práctica, en febrero del 2014 con fines
estabilizadores del orden público, un Para-Estado invisible, elegido por
nadie, por encima y por fuera de la Constitución, con poderes ilimitados,
absolutos y perpetuos para imponer sentencias secretas de muerte y
aplicarlas sin apelación. Son cuarenta y tres (43) muertes las producidas
por la guarimba; podrían ser muchas más, demasiados, si no desciframos
los tatuajes que marcan a toda una sociedad y los borramos antes de que
nos borren a todos.

Durante el año pasado escribía Vladimir Acosta sobre esto a título


de ficciones; en los últimos dos meses nos despertamos sabiéndolas
285
realidades. Al Para-Estado se suma una Para-Sociedad del lumpen, del
mercenariato y del sicariato que simula protestas sociales y que pretende
ser actor político fundamental.

Antecedentes de los hechos de violencia del 12 de febrero

Elecciones nacionales de abril 2013: “Salgan a descargar toda su


arrechera”

Es necesario señalar que en esa oportunidad, se realizaron las


elecciones presidenciales con el fin encontrar un nuevo Presidente de
la República, en virtud de la muerte del Comandante Chávez. En los
resultados de esa contienda resultó electo Nicolás Maduro Moros por
una diferencia cercana a los 300.000 votos. No obstante, el candidato
perdedor de la contienda presidencial, Henrique Capriles Radonsky,
rechazó el resultado del escrutinio y llamó a sus simpatizantes a “expresar
la rabia” y la “frustración” en las calles, exigiendo un recuento total de los
votos.

En una conferencia de prensa televisiva, transmitida por el canal


privado de televisión, Globovisión dijo: “salgan a descargar toda su
arrechera”. El desconocimiento de la consulta popular generó una
inusitada situación de violencia con la tragedia de once (11) muertos y
varios heridos del lado simpatizante de la política gubernamental.

Elecciones municipales del 8D o plebiscito para justificar La Salida

La democracia dirime el asunto de la gobernabilidad con base a


la consulta popular y eso se volvió a hacer en el proceso electoral
municipal realizado el 8 de diciembre de 2013 en sus 335 alcaldías del país
y 2 alcaldías especiales: la Alcaldía Metropolitana de Caracas y del Alto
Apure, para elegir igual número de burgomaestres y 2.400 concejales,
aproximadamente.

En ese entonces, los sufragios se desarrollaron con absoluta


normalidad en medio de un clima de paz y tranquilidad que hablaba muy
bien de la cultura política del venezolano, de sus poderes públicos, en
especial del órgano rector del poder electoral que organizó y desarrolló
unos comicios que estuvieron bajo la vigilia de unos mecanismos de
control altamente confiables, puestos en escena y que contaron con el
beneplácito de la mirada de los observadores internacionales, partidos
286
políticos, periodistas acreditados, agrupaciones de electores, así como de
invitados internacionales especializados en la materia.

Resultó democráticamente gratificante saber que la oposición admitió


los resultados electorales que daban ganador al “chavismo” con 242
alcaldías (72.24%) frente a la oposición que obtuvo 75 municipalidades
(25%). La votación en general mostró un respaldo al gobierno al obtener
el apoyo de 5.227.897 electores frente a 4.423.897 votos que sufragaron
por la oposición.

Pese a los números globales, la oposición consiguió importantes


victorias electorales arrebatándole al chavismo municipios importantes
como Valencia, Maturín, Barquisimeto y Barinas y manteniendo la
Alcaldía Metropolitana de Caracas y Maracaibo, la segunda ciudad en
importancia del país, bajo su liderazgo.

Estos datos electorales se aceptaron sin hacer objeciones ni declarar


que hubo irregularidades que descalificaran la elección municipal, tal
como ocurrió en elecciones anteriores, en particular, con la celebrada en
los comicios presidenciales del 14 de abril de 2013, en la que resultó electo
Nicolás Maduro por una diferencia, no tan abrumadora como Chávez
acostumbraba a sacar, cercana a 300.000 votos.

Inicio del año 2014

El inicio del año 2014 presagiaba tranquilidad social, dada la


contundencia de los resultados electorales a favor del proceso de cambio
y transformación que lidera el chavismo y que conduce el Presidente
Maduro en los comicios del 8D de 2013 que permitieron elegir el poder
municipal, y que fueron reconocidos por la oposición sin cantar el
ritornelo del fraude. Estos hechos generaron en la población venezolana
y en los círculos del partidismo la sensación política de que la situación
difícil por la que atravesaba el país podría abordarse democráticamente
en el marco del llamado a la conciliación y al trabajo mancomunado que
hiciera el Gobierno Nacional, a través del Presidente Nicolás Maduro, a
todos los sectores del país.

Esta convocatoria electoral, se pensaba contribuiría a atenuar la crisis


a partir de un diálogo que convocase a la paz, invocando la aplicación del
pacto de gobernabilidad que los venezolanos nos dimos en 1999 cuando
votamos soberanamente en un referendo la aceptación de la novísima
Carta Magna. Se entendía claramente que fuera de ella no había salida
287
política ni se admitía bajo ninguna circunstancia la injerencia extranjera
en los asuntos internos del país.

La Salida de Maduro

Cuando el país político pensaba que las reglas del juego democrático
habían definido el asunto, apareció la discordia encabezada por un grupo
minoritario de la oposición violenta, encabezado por el Coordinador
Nacional de Voluntad Popular, Leopoldo López, quién se encargó de
calentar las calles creyendo que acelerar las contradicciones entre las
fuerzas del chavismo y las sectores inconformes de la población, la crisis
venezolana encendería un conflicto que maximizara la discordia entre el
Gobierno Nacional y los partidos de la oposición. Esta hipótesis de guerra
civil a escala fue fríamente calculada desde el exterior con el concurso de
los sectores responsables de la conspiración contra las instituciones de la
democracia formal.

Esa invitación velada e irresponsable a la violencia pudo conducir


a una guerra civil que fue detenida por la sensatez del Gobierno y la
FANB que tuvieron la prudencia histórica de evitar una confrontación
planificada con los manifestantes que sembraron una escalada de
violencia protestataria en el país.

La Revolución de Colores primaverales en el Caribe no tiene arco


iris

Los acontecimientos de febrero de este año desarrollaron una


violencia planificada a través de la guarimba para impedir la circulación
de los ciudadanos y generar trancas vehiculares que imposibilitaran el
desenvolvimiento de la normalidad ciudadana. Luego acrecentó su nivel
de violencia al atentarse directamente contra las instituciones de Estado
e instalaciones públicas; así como provocar daños a la propiedad privadas,
comercios, instituciones educacionales; incendiar vehículos oficiales,
estaciones de servicio, camiones cisternas de combustible o transporte
de cemento y maquinaria para obras civiles, autobuses universitarios,
centros hospitalarios populares, mercados populares de alimentos,
transporte de carne; de igual manera, se prendió fuego a parques
forestales nacionales; se cortaron apamates, araguaneyes, chaguaramos
y palmeras, arbustos decorativos en avenidas y zonas verdes; se procedió
a talar miles de árboles para obstruir las vías urbanas; se embistió contra
los símbolos patrios de las plazas públicas venezolanas; y en ciudades de
288
otros países se saboteó torres de transmisión de señales radioeléctricas
y se afectó tendidos y plantas eléctricas, entre muchos más eventos que
deben calificarse, por la gravedad y el efecto dañino a la población, como
actos de terrorismo que atentan contra los interese más nobles de la
Nación.

No menos importante fue la agresión contra quince (15) universidades


nacionales y dos intentos por incendiar la sede del Ministerio del Poder
para el Hábitat y la Vivienda en Caracas, en cuyo interior se encontraba
un Centro de Educación Preescolar que atiende parte de la demanda
de los infantes del personal que allí labora. En la segunda tentativa de
la deflagración había 84 niños en actividades escolares y de custodia
infantil que, afortunadamente, fueron desalojados por el cuerpo de
bomberos de Caracas.

De estos hechos abominables, la prensa comercial no dijo nada, ni


el mundo se enteró de las verdades que producían esas noticia, pero lo
grave de estos casos es que las universidades autónomas del país, los
gremios de profesores y empleados, las federaciones de estudiantes y
la asociación de rectores no se pronunciaron tampoco para condenar
los actos de terrorismo que amenazaban con contagiar la tranquilidad
del resto del país que permanecía en completa calma. Las instituciones
que lo hicieron fueron en el contexto de la denuncia contra la represión
policial ejercida contra los manifestantes auto denominados “estudiantes
pacíficos”, promotores de los derechos humanos y de “la no violencia”
de inspiración ghandiana. Nunca la violencia fue condenada, por el
contrario, se encargaron de justificar semejantes tropelías contra la
razón política y la inteligencia democrática.

Esta agenda de la locura sigue siendo promovida por un sector


de la oposición que aúpa la violencia como la única salida frente a las
sistemáticas derrotas que le proporciona el proceso revolucionario en las
urnas electorales.

Nadie en este país duda del valor democrático que tienen las protestas
y las manifestaciones pacíficas que se orientan a rechazar todo aquello
que la población considere violatorio a sus derechos, además, ello
está consagrado en el texto constitucional que admite la protesta y la
huelga como medios legítimos de hacerse sentir ante su gobernante.
Por su parte, el gobierno como órgano de la institucionalidad del
Estado y como coordinador y ejecutor de las políticas públicas está en
la obligación de dar respuestas a las exigencias y requerimientos de sus
conciudadanos.
289
Si una protesta pacífica ha sido reprimida injustamente, si los cuerpos
de seguridad han secuestrado y torturado manifestantes opositores y si
la respuesta policial ha sido desproporcionada, el Estado debe averiguar
y sancionar a los responsables de los desafueros para garantizar la
credibilidad de las instituciones. Lo contrario también es válido: si una
manifestación se sale de su carácter no violento y cívico, pero atenta
contra la paz y la convivencia ciudadana, no sería ilícito que los cuerpos
de seguridad actúen con la misma dureza de la ley. La justicia no debe ser
laxa ni tolerante en este sentido, ni uno ni con el otro.

Un ciudadano pierde su condición de tal, si atenta contra la ciudadanía


que le acoge y los bienes públicos. La democracia no le da privilegios a
nadie para violar las disposiciones de la agenda de gobernabilidad. Un
manifestante que incendie un carro o que le lance una bomba molotov
a una propiedad de la nación o agreda a las fuerzas de orden público, no
tiene prerrogativas para hacerlo, como tampoco las tiene un gendarme
del orden público para golpear libremente en el piso a un manifestante
o de dispararle una bala a su humanidad.

El estudiante que manifieste públicamente, al margen de la ley,


no tiene fueros especiales para actuar sin que ocurra nada. Si este es
detenido in fraganti no puede apelar a su condición de universitario,
argumentando que es un preso político o que es un perseguido del
régimen.

Sin embargo, esta novísima e inaudita manera de protestar para


reclamar violaciones a los derechos humanos y solicitar la restauración
de las libertades del país por “el ejercicio de una tiranía de un presidente
ilegítimamente electo”, produjo que las calles y urbanizaciones de
Mérida, San Cristóbal, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Los Teques y
Puerto Ordaz, entre otras, se convirtieran en paredones de la muerte
que han generado aflicción y dolor a familias enteras que hoy lloran
sus muertos. Lamentablemente, muchos de los responsables aún no
están presos ni han sido sentenciados por una justicia temerosa.

Cuarenta y tres (43) venezolanos representan la cuota de ciudadanos


inmolados por el efecto perverso de una estrategia de lucha
inaugurada el 12 de febrero de este año 20144 por un sector minoritario
de la oposición, comprometido con una agenda de violencia y odio,
encargada de desestabilizar el orden público nacional a partir de la
instalación de una sistemática estrategia del foquismo urbano montada
sobre las “guarimbas” y barricadas colocadas en avenidas importantes
y urbanizaciones de clase media de dieciocho (18) municipios del país,
290
que a la fecha de su fenecimiento en junio de esta año, se reducían sólo
a tres y a sectores barriales de clase media.

Los daños ocasionados al patrimonio nacional con el llamado a las


calles a “protestar pacíficamente” sin que los sectores involucrados
reconozcan la existencia de una agenda de violencia, sobrepasaban los
treinta mil millones de dólares según estimaciones oficiales.

La mediática corporativa visibiliza o censura según sea el caso

Para los medios comerciales de comunicación nacional y sus noticieros,


así como para internet y las redes sociales que gozan de plena libertad
para decir que en Venezuela “no hay libertades porque gobierna un
tirano”, los muertos se facturan como fallecidos genéricos y endilgados
para sí en un acto de auto victimización total, así como las pérdidas mil
millonarias provocadas por el vandalismo y la violencia importada que
no tienen autores ni responsables, a menos que le sean endosadas al
llamado “sector oficialista” del chavismo.

De esta manera, esta bacanal de destrucción se convierte en un buen


carburante para alimentar las guarimbas y en una siniestra invitación al
odio por el otro, al distinto al protestatario, es decir, al ciudadano chavista
que ha resultado demonizado por su militancia y criminalizado por
pensar distinto, a pesar que la democracia venezolana se fundamenta
en la pluralidad del pensamiento, en la libertad de conciencia y en el
respeto y la tolerancia por la diversidad. La violencia en esta caso no es
equivalente en la ecuación porque no es recíproca ni reversible, es decir,
del chavismo hacia los sectores de la oposición.

Para las corporaciones mundiales de la información, este escenario


de antidemocracia y violencia será sólo el “pan y circo” de un país hasta
ayer banalizado por los reinados de belleza, los concursos televisivos de
la farándula, las telenovelas y el éxito de los jugadores de béisbol en la
“gran carpa” del Norte.

Nunca la mediática internacional dirá la verdad de lo que ocurrió


en su momento, ni de lo que sucede en Venezuela, así como de sus
experiencias económicas y políticas soberanas. Lo que se transmite
siempre es lo negativamente noticioso porque las políticas públicas
exitosas o las propuestas innovadoras serán silenciadas, censuradas,
tergiversadas o deformadas por ser inconvenientes a los intereses de
quienes ayer detentaron el poder hegemónico del neocolonialismo.
291
Si se informa lo inevitable, llevará la carga interesada del contenido
prefabricado en los laboratorios instalados de la guerra mediática
transnacional del capital financiero. Nunca el verdadero rostro de lo
que actualmente ocurre en Venezuela tendrá, para la noticia nacional o
extranjera ni para el análisis político nacional y foráneo, la significación
que brinda contextualización de la geopolítica Norteamericana para
América Latina; como nunca se dirán las verdaderas causas que han
provocado este conflicto y las auténticas motivaciones que subyacen,
dada nuestra condición de país energético que controla soberanamente
las reservas petroleras más grandes del planeta, así como de poseer
el control de minerales de alto valor estratégico para la industria
armamentista y de cohetería espacial.

Lo más importante para los venideros años es que Venezuela es un


país caribeño y andino que genera y dispone de grandes reservas de agua
y energía eléctrica en la región amazónica, lo que lo hace atractivamente
vulnerable a los intereses de la geopolítica anglo europea de la OTAN,
puesto que el viejo continente, en pocos años, quedará completamente
sediento por haber destruido y contaminado sus ríos en su proceso de
desarrollo industrial.

Estas consideraciones antes señaladas son suficientes evidencias


para entender lo que ocurre en Venezuela desde 1998 con la ascensión
al poder del presidente Chávez. Sería inocente pensar -y en política
no se toleran las ingenuidades como tampoco en la guerra- que el
mundo occidental, civilizado y cristiano tiene preocupaciones por las
instituciones democráticas o porque peligra la vida de unos jóvenes
líderes universitarios de clase media venezolana acomodada, que
la dirigencia opositora formal, ha bautizado como la reencarnación
genuina de la protesta de los estudiantes del Mayo Francés.

Las motivaciones de la agenda oculta que estimulan la violencia y


desestabilizan el orden público no se muestran, ni son las reveladas en
los comunicados públicos de los estudiantes opositores, del alto clero, de
los rectores opositores, de las academias, de los colegios profesionales o de
los artistas premiados con el Óscar hollywoodense.

Las razones de la conspiración contra Venezuela se consiguen en las


agendas transnacionales del poder que se aplica a los pueblos que no
se adhieren a las políticas de dominación del Imperialismo. Y esas no
son razones aleatorias sin fundamento ni esquizofrenias izquierdistas
de la Guerra Fría. Esas son las nuevas realidades de una novedosa y
terrible forma de dominación neocolonial de unos imperios decadentes
292
que regresan a sus viejos dominios con una fachada remozada de un
imperialismo del siglo XXI que asume el control total de los mercados
desde la globalización de la mercancía a través del Neoliberalismo salvaje
que se enseña en las universidades y se aplica sigilosamente en el país
desde 1980, a pesar de la llegada, en 1998, del proceso bolivariano y de su
aparente interrupción en el modelo de desarrollo de la época.

Palabras y obras sin pensamiento de la Universidad de Los Andes

Existe un edicto inscrito en la memoria viviente de la academia que


nació del pensamiento del benemérito Benito Pablo Juárez García (1906),
Presidente de México, que seguramente inspiró de manera profética al
profesor Eleazar Ontiveros Paolini, el cual reza que por la universidad
hablarán sus obras y por los actos, sus hombres.

Se entendía así el sentido amplio y fecundo de una institución que


disemina su labranza por el país y el mundo a través de sus intereses
espirituales y materiales representados por su comunidad, con
independencia de lugar y tiempo.

Esta consigna de inspiración cristiana es sabia por irrebatible al afirmar


que los frutos reconocerán la siembra y el sembrador “¿Acaso se recogen
uvas de espinos, o higos de abrojos?”, se interroga la coherencia cristiana
en el Evangelio de Mateo 7:16. Este precepto bíblico y americano del norte
criollo y andino caribeño, lo sentimos en Mérida durante setenta días
indescriptibles de guerra psicológica y de odios desbordados observados
en tres arterias viales fundamentales de Mérida colindantes con
urbanizaciones de clase media merideña. Atónitos y perplejos quedaron
los ojos cristianos y de la academia sensata viendo cómo los frutos de la
cosecha se perdían frente a sus labriegos que, paradójicamente, hacían
todo lo posible para que el daño no se detuviera.

La Universidad de Los Andes durante este conflicto estuvo cerrada


con las llaves por dentro y asumió la letanía semanal de los lunes de
Consejo Universitario, repitiendo en cadena radio y televisión que las
condiciones no eran propicias para iniciar las actividades académicas,
excepto las administrativas, que garantizaban el pan de cada día no
laborado, ello, sin admitir jamás que el vandalismo y la guarimba eran
las causas responsables del desenfreno y la violencia.

La acción terrorista con fines conspirativos que tomó por asalto


a la ciudad de Santiago de los Caballeros trajo consecuencias que se
293
pudieron evitar, entre las que se destacan: las muertes trágicas de cuatro
ciudadanos (una vecina de Santa Bárbara, una egresada universitaria, un
Guardia Nacional y un empleado de la telefónica de Movilnet) sin incluir
los “daños primarios o no colaterales” expresados en fallecimientos por
obstrucción de las vías públicas, la destrucción y saqueo de escuelas
y liceos, la ruptura de semáforos y luminarias, la ruina de campos
deportivos y centros comerciales, la destrucción de alumbrados públicos,
el secuestro del Hospital del Seguro social, la tala y quema de árboles de
avenidas y bosques circundantes, la obstrucción física de avenidas y
urbanizaciones, la suspensión de la actividad universitaria por más de dos
meses, la quema de animales vivos, la arremetida contra oficinas públicas
como las del Ministerio del Ambiente, el incendio de los laboratorios
y de la biblioteca del Instituto Universitario “Hotel Escuela”, el acoso
político y la persecución de ciudadanos considerados blancos militares
por simpatizar con el chavismo o por desempeñar funciones públicas, el
cobro de peaje en las zonas secuestradas, el uso de paramilitares con fines
de amedrentamiento y choque policial.

Ese encapuchado universitario o vecinal que salió de su quinta o de su


apartamento de clase media y, en nombre de la libertad y de los derechos
humanos de unos, secuestró a propios y extraños, endilgándose una
atribución política que nadie le confirió, ni siquiera fue enseñada en la
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de nuestra universidad, pues
los profesores de Derecho Constitucional saben que esta extraña libertad
no está prevista en el libro fundamental de la Nación ni en otro del
mundo democrático.

Todavía no se ha hecho una evaluación sobre las pérdidas intangibles


a la cultura de la ciudad, al sentido de la vida individual y en colectivo,
al arraigo vecinal en las urbanizaciones, a los desafectos y a las rupturas
de la amistad, la familia, la vecindad, la tolerancia y el respeto por el
diferente, así como en el significado político que cobra la desobediencia
civil como un antivalor que se reduce en el ejemplo casero de un padre
haciendo con su hijo menor de edad, una bomba molotov para lanzarla
al gendarme público, al que se oponga a desmontar una barricada o
al transportista que no acató la orden ilegal de la no circulación del
transporte de pasajeros.

La visibilización de esta tragedia recientemente ocurrida en buena


parte del país y, en especial, en la ciudad de los Caballeros de Mérida,
llegó a ser calificada por algunos voceros del Consejo Universitario de
la ULA como “trincheras de libertad” o reivindicaciones sociales de los
estudiantes que emulaban las históricas barricadas de París del siglo
294
XVI en la sublevación contra el rey Enrique III, cuya victoria popular
siguió el grito religioso de “no firmar ninguna paz ni tregua contra los
herejes”.

Destaco este hecho de reciente data en la sociología política de la


ciudad para afirmar, en esta ocasión, que la institución bicentenaria
ulandina jamás asumió la valentía pedagógica para adjudicase el papel
rector de formador de ciudadanía y de faro del saber y la ética para
convocar con la autoridad de la moral y las luces a un llamado al cese
de las hostilidades, aun cuando los pedimentos del sector protestatario
fuesen justos y legítimos. Tampoco a la Universidad de Los Andes le
temió a su mandato simbólico de inspiración fundacional que reza:
“Initium sapientiae timor Domini”, o sea: “el principio de la sabiduría es el
temor de Dios”.

En estos actos de violencia planificada contra la vida y el espíritu


universitario se observó con dolor la participación activa de miembros
de la comunidad, en particular de profesores activos y jubilados que
ocupan posiciones importantes en el gobierno de la institución o que
desempeñaron cargos claves en la dirección académica universitaria,
así como en las organizaciones para-universitarias del gremialismo
profesoral, estudiantil o laboral.

Cierto es que si por sus obras hablan los hombres de la universidad,


entonces las palabras de Benito Juárez y Eleazar Ontiveros, reafirman
la tesis de que las sombras se apoderaron del faro de luz que prendió el
Obispo Lora en 1785 y, lamentable destino le corresponde a la ciudad de
Santiago de los Caballeros de Mérida que vive en sus entrañas, porque
ahora tendrá que vivir en las tinieblas de la intolerancia y ser testigo del
suplicio de Prometeo, trasladada a quienes osen prender una vela.

Nadie niega el derecho a la protesta y a las manifestaciones, siempre


que sean cívicas y pacíficas. Lo que ocurrió en Mérida no se puede narrar,
ni existe una declaración universitaria que manifieste miedo ni temor a
la justicia ni al Dios que inspira nuestra Universidad de Los Andes.

La violencia siempre será una sola, no tiene amigos, ni ética, ni


referentes espaciales para ubicarla en la izquierda, la derecha o el centro.
Lo único cierto es que la violencia siempre será un puñal sin dirección que
un día termina clavado en nuestra humanidad. Por tanto, la Universidad
de Los Andes con su ciudad por dentro ya no será nunca más la misma,
tampoco la ciudad ni los ciudadanos, pues nunca seremos los mismos
porque demasiada candela quemó la ecuanimidad y la tolerancia.
295
Por quiénes suenan las campanas de la iglesia católica, apostólica y
merideña

La iglesia católica romana de Mérida, madre adoptiva de la ilustre


universidad que lleva una ciudad en sus entrañas, permaneció
impávida haciendo nada para liberar a su universitas emeritense de su
autocautiverio, menos para calmar la furia autodestructiva desatada
contra un sector urbano y comercial importante de la nueva ciudad,
sembrada desde 1970 de gente de clase media y de sectores humiles
que ascendieron socialmente al mejorar su condición socioeconómica y
cultural.

Finalmente, cuando el alto clero del gobierno de la Diócesis de la entidad


habló, fue para cuestionar la actuación de los cuerpos de seguridad y
del orden público y defendiendo el derecho de los manifestantes a
protegerse en barricadas y a protestar pacíficamente mediante el uso de
una violencia inusitada jamás vista en los anales de la ciudad ni en las
épocas de mayor conflictividad universitaria. No fue de extrañar que
por esos días aciagos de guarimbas, se hubiesen realizados homilías y
bendiciones con agua bendita de algunas barricadas del sector la Otra
Banda. Muchos fueron los sacerdotes que se prestaron para este acto
ilógico para cualquier ser pensante.

Nunca la inteligencia y la sensatez del ciudadano común entendieron


la negativa de Monseñor Baltazar Porras, Obispo de la Arquidiócesis de
Mérida, a asistir en nombre de su grey a la Conferencia de Paz Regional,
la mesa convocada por el gobernador del Estado, sabiéndose que parte
de su rebaño merideño estaba secuestrado por un sector terrorista,
contradiciendo el mandato del Papa Francisco que ordenaba a la iglesia
venezolana a que jugase un rol protagónico en el conflicto que amenazaba
la paz ciudadana y convocaba a una guerra fratricida.

Nunca la sabiduría popular y académica entendería las razones


expuestas para negarse a conversar y a mediar en el apremio regional.
El comunicado de la Diócesis5 coincidía con la negativa de la MUD-
Mérida para no asistir a la convocatoria que hacía el Gobierno Nacional,
asimismo con la negativa de un sector radical que aupaba la violencia
autocalificado como Junta Patriótica Estudiantil y Popular6.

Lo paradójico de esta “tremendura eclesiástica” fue que el Papa


Francisco ofreció su intermediación diplomática para actuar como parte
de buena fe en las Mesas de Paz y de Convivencia Pacífica que se llevaban
a cabo entre el gobierno y los diferentes sectores de la oposición. Así lo
296
hacía el Nuncio Apostólico, así se veía y sus resultados fueron tangibles
en el proceso de acuerdos políticos y económicos establecidos para
calmar a la bestia.

De los hechos de violencia provocados en el país y, en especial los


de Mérida, enfatizamos que la iglesia católica, apostólica y merideña
todavía sigue callando su participación y responsabilidad frente a
la desestabilización del orden institucional y a la vulneración de los
derechos colectivos del 11 de abril de 2011, fecha en que la iglesia
firmó el decreto golpista de Carmona y su vinculación con las conjuras
conspirativas siguientes, en especial con las guarimbas que eran
bendecidas y justificadas desde los púlpitos de las iglesias merideñas. Los
videos colocados en internet dan cuenta de monjitas y sacerdotes dando
agua a los violentos o saboteando la circulación por la Avenida Andrés
Bello con imágenes de la Virgen María.

Cuando la iglesia venezolana se ha pronunciado, ha sido a través de


la Conferencia Episcopal impersonal, que confunde al ciudadano de a
pie, porque no sabe si la vocería que oye o lee es de uno de los partidos
más radicales de la oposición o de la iglesia venezolana que es de todos y
no de una parcialidad de la feligresía católica afectada por estas acciones
del terrorismo que se desea instalar en el país. Los apartamentos de
buena parte de las urbanizaciones aledañas a las guarimbas alojaron y
dieron de comer y beber a francotiradores y guarimberos tarifados, es
decir, durmieron con el terrorismo disfrazado de protesta pacífica. Luego
su desocupación se negoció en moneda nacional, pesos colombianos y
dólares.

La protesta y la violencia de ayer y hoy son historias incomparables

No negamos el sentido rebelde y contestario de la juventud, al


contrario, valoramos y reivindicamos las luchas populares y sociales
del movimiento estudiantil liceísta y universitario de las décadas del
sesenta y setenta. Glorificamos su sacrificio contra la opresión de los
gobiernos anti democráticos de la época. Recordamos con dolor la
persecución y los asesinatos de una dirigencia política y estudiantil
que reclamaba la violación sistemática de los derechos humanos de las
grandes mayorías excluidas del beneficio de la renta petrolera y que a
su vez protestaba por el derecho al estudio, especialmente al ingreso a
las universidades autónomas, populares y democráticas como la UCV,
ULA, UC y LUZ.

297
El recinto de la Universidad de Los Andes fue sistemáticamente
violado en las décadas del sesenta y setenta por gobiernos regionales
encabezados por “ilustres profesores de la ULA” que enseñaban Derecho
Constitucional y galenos que salvaban vidas en los hospitales. Las aulas
de la casa de las luces sintieron las ráfagas de fusiles de asalto y el olor a
pólvora disparadas por el Cuerpo Antiguerrillero de Cazadores o Boinas
Rojas, émulos de los Boinas Verdes del ejército norteamericano.

La tinta de los periódicos de la época todavía está fresca y la


sangre derramada de los estudiantes asesinados universitarios,
permanece en nuestra memoria como una ofrenda de la
universidad soñadora, comprometida con la utopía y una
Venezuela inclusiva y no de propiedad de un sector exclusivista
que se la había apropiado. De ello dan cuenta los asesinatos de
Carlos Bello (1969), José Uribe 1969), Domingo Salazar (1969),
Nelson López (1987), Rosas Piña (1971), Rafael Quiroz (1971) y
Magdiel Páez (1990).

La memoria histórica nos recuerda que estos crímenes respondían a


una política de Estado claramente represiva, definida por la persecución,
la tortura, las desapariciones, el asesinato y la censura periodística. Esa
fue la historia de una política sintonizada con la subcultura de la muerte.
Nunca se podrá decir responsablemente que esos capítulos negros de la
política se repiten ahora.

De las protestas callejeras de ayer, la historia del periodismo


venezolano jamás reseñó la noticia de que un estudiante del extremismo
revolucionario empuñara un arma para disparar contra la humanidad
de un policía o de un soldado antiguerrillero del Cuerpo de Cazadores
antisubversivos. Lo contrario sí sucedió y la prensa se obligaba a señalarlo,
no tanto como información, sino como escarmiento contra quienes se
rebelaban contra el statu quo. Al contrario de lo que hoy ocurre en el
país, la mediática local, nacional e internacional divulga para el mundo
entero todo aquello que sirva para descalificar y criminalizar al Estado y
a las fuerzas del orden público cuando actúan contra los violentos que
trancan una calle o queman un vehículo.

Lo paradojal de lo que ocurre en Venezuela se da con la prensa


internacional, ello al reseñar como hecho noticioso que la policía disolvió
unos manifestantes que alteraban la paz ciudadana y perturbaban la
normalidad de las calles por salir a protestar porque la banca española
o norteamericana les quitó una casa, debido al aumento unilateral de los
intereses o al reporte que destaca el rol institucional de la policía griega
298
que logra sofocar protestas callejeras de miles de ciudadanos a quienes
el gobierno les ha quitado las prestaciones o los ha botado sin pagar sus
sueldos ni prestaciones sociales.

Ayer en nuestro país, la represión y la persecución estudiantil eran


completamente censuradas por los medios de comunicación que
actuaban al servicio del poder económico y político, dueños de las
concesiones radioeléctricas y del negocio de la publicidad comercial y de
la propaganda del Estado.

En ninguna democracia liberal del mundo, un grupo unilateralmente,


se abroga la potestad de reclamar la defensa de los derechos de los
suyos, violando flagrantemente los haberes de los otros, incluso de
quienes dicen representar. Afirmar que se protesta por la inseguridad
y se secuestra al defendido en su urbanización, no dejándolo salir a pie
o en su vehículo y permitiendo que guarimberos extraños al sector les
cobren un peaje por el valor de la custodia que suprime al orden público
que no puede entrar porque los vándalos están armados y disparan a
matar, no sólo es ficcional decirlo sino demencial para defender estos
actos que ocurren a sabiendas de que esas prácticas son contrarias al
precepto constitucional y al sentido más elemental de la convivencia y
el respeto entre todos.

Esta muestra de terrorismo político ocurrido en la subcultura de las


guarimbas nunca se escribirá en la prensa comercial venezolana ni
lo dirán los periódicos extranjeros del New York Times, El Mercurio, El
País, La Jornada, El Clarín, La Nación, etc.; ni será oído en los noticieros
de CNN, Fox, BBC, Televisa, Caracol, Noticias24, Antena TV o la Televisora
Española. Nunca tales acontecimientos aparecerán ni se conocerá en el
mundo, porque el país es objeto de un boicot informativo coordinado por
el poder hegemónico de la globalización del capital financiero que tiene
a Venezuela catalogado en la “lista negra de la desobediencia y la no
sumisión”, que se atrevió a pensar con cabeza propia y a desafiar al Imperio
estadounidense con la valentía americana y la fuerza argumental de la
ley y la autodeterminación solidaria de los pueblos del mundo.

Finaliza esta reflexión comprometida con una verdad, la que no es


reseñada en los medios de comunicación privados y que tampoco está
en el imaginario de buena parte de los venezolanos porque los medios
comerciales de la información venezolana son parte integrante del
sistema liberal y de las redes neocoloniales informativas del poder
mundial que comparten una visión del mundo, de la sociedad, del ser
humano, de la política y de la educación.
299
La paz y la violencia: dos agendas incompatibles

Desde esta reflexión encomendada por la Academia de Mérida se


hacen votos porque la paz y la convivencia siga siendo parte de nuestro
gentilicio merideño y nacional. Nunca la violencia ha servido parar
dirimir diferencias ni resolver conflictos, ella es y seguirá siendo el
preámbulo de la guerra. Apostarle a la paz es encontrar la posibilidad de
hallarnos en el ser humano que llevamos por dentro. Es el premio divino
de existir en convivencia terrenal y de manera fraterna.

Si la paz es la única verdad y todos creemos tenerla, entonces la


verdad será el lugar donde todos quepamos y nos podamos encontrar,
independientemente del pensamiento ideológico que pudiera
separarnos, así seamos bolivarianos, opositores al chavismo, anarquistas
o de otras formas de pensar la política nacional, la religión, el arte, los
negocios o el deporte.

En la paz, la tolerancia y el respeto se hacen posibles y eso no es utopía


ni poesía, es simplemente poner en juego el arte de la política que nació
cuando el hombre descubrió que la guerra era superable. La historia da
cuenta de ello.

Quienes hablan por nosotros, o sea por todos, no son caníbales, son
seres humanos que pueden acordar civilizadamente. La violencia es un
sin sentido de la condición humana. No es propia de la raza humana, ni
siquiera de los animales inferiores.

A la paz hay que apostarle lo que sea, aunque allí el riesgo de perder sea
mayor, pero vale la pena hacerlo. La felicidad no tiene precio, buscarla es
redimirnos en la búsqueda. Lo que no se debe es invertirle a la violencia
ni un halo de esperanza, ni siquiera un poquito de fe, llámese católica,
cristiana, musulmana o budista.

Rogamos desde la esperanza y el amor que el olor a muerte que


cabalgó sobre la irracionalidad y la intolerancia de la guarimba violenta
en Mérida nunca más ocurra.

300
Bibliografía y referencias electrónicas

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302
Aspectos psicosociales y políticos
del momento actual:
la violencia en Mérida en tres tiempos
Vladimir Aguilar Castro

Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Latina


( CEPSAL)
Universidad de Los Andes

La agonía de un orden extenuado favorece


la aparición de delirios sociales,
de grandes miedos, de charlatanes y magos (...)
Daniel Bensaïd. Eloge a la politique profanne. 2008.
Introducción
A través de estas reflexiones pretendemos dar cuenta de una
mirada de la ciudad al trasluz de los últimos acontecimientos que con
violencia se suscitaron en Mérida, en los meses de febrero y marzo
del año 2014. Los meses de febrero y marzo han sido meses calientes,
generalmente de fuertes protestas, en la ciudad y en el país. El proceso
de desdibujamiento resultado de la violencia por la que ha venido
atravesando en los últimos tiempos Mérida, amerita un análisis fuera
de cualquier sesgo que la contingencia política pueda confiscar.

Estas reflexiones no pretenden ser un cuerpo de ideas acabadas. Por


el contrario, intenta ser y hacer una aproximación al fenómeno desde
tres tiempos en el que la violencia se ha puesto de manifiesto de manera
recurrente. La ciudad, la comunidad y la Universidad serán nuestros
tres ámbitos de análisis, pues entre ellas hay una suerte de simbiosis
que curiosamente se activa con mayor fuerza en tiempos de violencia
que en momentos de paz.

La única certeza que transversaliza cualquier intento de estudio de


la violencia en la ciudad, es que la colectividad junto a sus instituciones
entran en una dinámica de histeria colectiva (y en consecuencia
política), que no admite códigos de ningún tipo y que atraviesa a todos
los actores políticos, sociales y económicos por igual. Generalmente,
el proceso de restitución de la paz social en Mérida es algo que toma
mucho tiempo.

Aprovechemos pues el momento de “no confrontación” para poner en


discusión algunas ideas sobre el tema.

1. Tres ámbitos de acción para dar cuenta de la violencia: la


ciudad, la comunidad y la Universidad

La ciudad

La violencia en la ciudad está expresada en los nefastos


servicios públicos que en ella se prestan. Corolario de lo anterior,
la impunidad es una expresión de la violencia. Pero la impunidad
no sólo es falta de autoridad sino una suerte también de laissez
faire laissez passer. En definitiva, un estado de anomia que nos
concierne a todos como colectivo, como cuerpo social y como
habitantes de un mismo espacio político (polis).

304
La violencia en la ciudad está expresada en la cada vez más ausente
calidad de vida, con un ambiente en franco deterioro, el cual se inició
con los procesos de permisología otorgados a lo largo de la cuenca del río
Albarregas desde los años 80, por cierto espacio “liberado” de la ultima
insurrección vecinal de febrero 2014.

La comunidad

En la comunidad ha habido un proceso de descomposición silenciosa


y de precarización apostada.

La Universidad

La Universidad ha cumplido muy poco con la ciudad y con la


comunidad. El balance es prácticamente negativo. La Universidad se
ha servido de la ciudad pero ello no ha sido proporcional, es decir, la
ciudad no se ha podido servir de la Universidad de manera reciproca.
Gobernadores y Alcaldes universitarios (y ahora estudiantes concejales)
han dejado una impronta muy efímera en la ciudad. La ausencia de
calidad de vida así lo evidencia.

2. El histórico de la violencia en los últimos 30 años en la ciudad.

La ciudad

La violencia en la ciudad dejó de ser la “dignificación del razón”


(Ortega y Gasset). La ciudad pasó de ser la que acobijaba a sus estudiantes
(“muchachos”) a la que los niega (incluso los acusa), pues la ciudad se
desdibujó en la protesta estudiantil y la protesta estudiantil cada vez es
más agresiva con la ciudad.

A la ciudad se le violentó de manera definitiva con la quema de su


mercado principal. Desde allí, la ciudad dejó de ser la que fue.

La comunidad

La comunidad está cada vez más ausente de los planes de la ciudad y


de la Universidad. Para muestra un botón: el crecimiento desordenado
de la ciudad no ha tomado en cuenta la opinión de las comunidades. La
305
comunidad, que otrora hasta el aumento del pasaje urbano discutía, hoy
discurre en una apatía total. Se acabaron los años de los cabildos abiertos,
las consultas sobre el destino del agua de la cuenca del Mucujún, etc.

Con el paso de los años, con el aumento de las leyes y, en consecuencia,


con el catálogo de nuevos derechos, incluso con la nueva Constitución,
paradójicamente cada vez hay menos condiciones para su ejercicio.

La Universidad

El proceso de asalto institucional de la Universidad se inició en los años


80. ¿Por qué? Ser Rector y autoridad universitaria dejó de ser un arte
para el servicio académico (en un sentido amplio), para convertirse en un
privilegio. La academia se puso, desde entonces, al servicio de intereses
oscuros contrarios a los intereses colectivos, de la ciudad y de la comunidad.

El Merideñazo (1987) preludio del Caracazo (1989) fue el punto de


inflexión de todas las protestas, de todas las respuestas y de todas las
manifestaciones en la Universidad. El nivel de violencia y saña con el
que se asesinó a un estudiante y la respuesta desde entonces, dejaría
para siempre en la mira de la comunidad y de la ciudad a la Universidad.

3. Febrero 2014 y el umbral de las salidas intermedias en


Venezuela411

Hacía menos de un mes, en enero 2014, el Presidente de la República


Nicolás Maduro se sentaba en Miraflores con los gobernadores y alcaldes
de la oposición. Se proponía un diálogo nacional. De un momento a otro
se soltaron los diablos. A decir de Daniel Bensaid, nuestros demonios son
completamente contemporáneos. Es así como en los tiempos actuales, la
deliberación democrática se ha reducido prácticamente a un juego sin
apuesta.

En un artículo de nuestra autoría (2011) intitulado “Las rebeliones


“desde abajo”” (http://www.aporrea.org/actualidad/a125371.html),
señalábamos que “las rebeliones que han caracterizado los eventos sociales
en lo que va de año 2011 (en el norte de África), son expresión de respuestas
populares cuya característica común a cada una de ellas, es la condición

411
Esta parte ha sido extraída de unas reflexiones más extensas por publicarse en un libro de nuestra autoría sobre los acontecimientos de
febrero 2014 en Venezuela, intitulado: Febrero 2014 en Venezuela: el umbral de las salidas intermedias. Por aparecer.

306
anti-sistema y anti estatus quo que las han hecho emerger”. Además
afirmábamos lo siguiente: “independientemente del carácter y sentido que
ellas van teniendo, por ejemplo en países como Egipto, Libia y Túnez, sus
manifestaciones originarias eran de rechazo a todo lo estatuido”.

Hacíamos una advertencia en cuanto a que, “un aspecto debe de llamar


la atención de estos movimientos espontáneos: el peligro de las derivas
cuando son secuestradas por intereses foráneos (caso Libia y Egipto), o
cuando adolecen de consignas políticas que pueden conllevar a votos castigo
(caso España). A su vez decíamos que “algunas rebeliones, expresión de
grandes descontentos populares, han sido cooptadas en su contenido por
fuerzas exógenas en aquellas regiones donde se iniciaron como movimientos
anti sistema, o por grandes abstenciones que han favorecido a sectores
retrógrados en elecciones parlamentarias. Cualquiera sea el caso, el déficit
político sigue siendo un asunto pendiente en la mayoría de los regímenes
políticos actuales a escala global”.

En virtud de lo antes expuesto, agregábamos:

La corrección de los déficits políticos, la forma eficiente y eficaz de la


gestión de gobierno, la necesidad de propiciar saltos cualitativos hacia
adelante y no hacia el vacío en periodos de transición, se convierte
cada vez más en una exigencia para quienes pretendan gobernar como
alternativa progresista. Siempre los tiempos de la izquierda son más
cortos que los de la derecha. Las razones son múltiples: las reglas del
juego democrático han sido inventadas y traicionadas por la última, y
en consecuencia, los tiempos para el impulso de los cambios deben de
realizarse en el ámbito de la propia transición. Transición y regresión
van de la mano. Si el salto no se produce en la primera, cualquier intento
estará condenado al fracaso apareciendo la segunda como negación.
La historia nos muestra como dato que los procesos políticos que han
intentado dar un salto hacia formas societales más justas, han sucumbido
en la transición. Lo anterior es lo que se juega la izquierda en los tiempos
por venir. Las lecturas adecuadas de las rebeliones deben de servir de
aprendizaje para los próximos procesos políticos, los cuales seguirán
develándose también como definitorios de las resistencias por construir.

El anverso y reverso de la cuestión

Cada vez más es evidente la desidia institucional y la falta de cálculo


político de las desmedidas que se toman. El problema es que si el cálculo
307
que se hace es en función del tiempo electoral hay que reconocer que el
tiempo político da cuenta de una discordancia entre uno y otro. De lo que
no se da cuenta, es que gran número de la gente que no protesta es parte
de un contingente inconforme que no marcha ni vota pero que padece
de la desafección política institucional y social existente. Da la impresión
de la configuración de un movimiento espontáneo al estilo de Ecuador
(2005), cuando Lucio Gutiérrez fue expulsado del poder y desde donde
emergió un nuevo liderazgo político.

Tendencialmente hay el peligro de una espiral de violencia cuyas


consecuencias no están en ninguna aritmética política de los factores
encontrados. Las manifestaciones dan cuenta también de un conjunto
de protestas desde la clase media situada fundamentalmente en
sectores urbanos. Lo anterior significa de nuevo la ausencia de una
política de clase hacia estos sectores medios, lo cual genera respuestas
de esta naturaleza con expresiones, algunas de ellas, de antipolítica y
parapolítica. En este sentido, la antipolítica y parapolítica oscila entre
la anomia política y la resignación de clase. Nadie puede asumir que la
protesta es un asunto exclusivo de los sectores populares. La historia
también da cuenta del papel cualitativo pero también regresivo de
la clase media. Lo anterior es parte de la no contemporaneidad de la
conciencia de las masas412.

Como ya lo advirtiéramos y con fundamento en la teoría de Marx


del grado desigual de desarrollo, podemos afirmar que es en las
sociedades con altas formas desiguales y combinadas de desarrollo
donde es más susceptible de manifestarse con mayor vehemencia la
no-contemporaneidad de la conciencia de masas. Igualmente, la no-
contemporaneidad constituye también la tergiversación de la lucha de
clases con fines puramente demagógicos y fortuitos. Según Bloch413, “el
capitalismo tiene necesidad del antagonismo no contemporáneo por
no decir de la heterogeneidad no contemporánea, para desviarse de
sus propias contradicciones actuales, e insistentemente tiende a utilizar
el antagonismo de un pasado todavía vivo como medio de división
y de lucha para un devenir que se engendra dialécticamente en los
antagonismos capitalistas”. De nuevo con Bloch, dicha especificidad se
412
Como lo dijéramos en nuestro libro intitulado: Aguilar Castro, Vladimir (2009). Venezuela. Balance y perspectivas. Tendencias políti-
cas después del 27 de febrero de 1989. Mérida, ULA-Consejo de Publicaciones, así como en los artículos de nuestra autoría: Aguilar Castro,
Vladimir (2010): “Desafección política y crisis institucional en Venezuela”, en Revista Venezolana de Gestión Pública, Año 1 No. 1, Mérida,
Enero-Diciembre, pp. 139-160. Aguilar Castro, Vladimir (2012): “Venezuela. Entre elecciones, distensiones, zonas grises y desafección política”,
en Cardozo, Alejandro (ed.): Chavismo: entre la utopía y la pesadilla, España, Editorial Nuevos Aires, pp. 112-139., ha sido el filósofo alemán Ernst
Bloch, en su obra “Héritage de ce temps”, quien planteara la teoría de la no-contemporaneidad de la conciencia de las masas, como explicación
de los cambios operados en Alemania a partir de los años 20 y 30, y su posterior degeneración hasta la segunda guerra mundial. Los postulados
contenidos en esta teoría dan cuenta de una explicación de la génesis del fenómeno fascista antisemita, en el que se produce un choque entre
las fuerzas de una conciencia atrasada, arcaica y desadaptada de la sociedad industrial moderna, con formas de conciencia típicas de la socie-
dad moderna masificada y de la conciencia reificada.
413
Op.cit.

308
expresa en el hecho que ellas (las contradicciones no contemporáneas)
no aparecen sino en la periferia de los antagonismos sociales reales,
las cuales representan en esos antagonismos una aberración fortuita y
circunstancial.

En el país, la base material de esa especificidad seguiría siendo la


mentalidad rentista que ha girado en torno al petróleo, la sensación, el
mito y la simbología de que dicho recurso todo lo puede resolver, como
forma de solapamiento, de amortiguamiento y de sustitución de las
contradicciones esenciales de la sociedad venezolana. En conclusión,
son no contemporáneas, todas las formas de pensamiento, de actuar o de
sentir que no se adecuan al nivel de contradicciones objetivas de la época
vivida, es decir, todas las formas de conciencia desfasadas de las formas
de conciencia normales y ordinarias, producidas por la sociedad en un
momento determinado de su desarrollo.

Polarización y politización en Venezuela

La polarización en Venezuela es más un estado de ánimo que una


posición de clase diferenciada. En cambio, la politización se expresa en
la participación independientemente de la posición que se tiene sobre la
situación del país. No obstante lo anterior, el país se bate en un aumento
del consumo, en un costo de vida mayor que a su vez está determinado
por una ampliación del circulante monetario inorgánico. La cuestión de
fondo es que la renta petrolera ha profundizado la disyuntiva cultural
y política del país, constituyendo el consumo la línea transversal que
une a uno u otro sector social. Las diferencias sociales - y en algunos
casos hasta políticas – se disipan en la materialización del consumo.

Elogio a lo profano

La política al igual que la sociedad es cada vez más profana (Bensaid).


En Venezuela, a la Sociedad Mara se le opone cada vez más un Estado
Mara414. La violencia opera como elemento vertebrador de la polarización
disolviéndose la primera en la segunda. El mismo esquema delincuencial
(de inseguridad) que permanentemente se denuncia y opera en el país, se
activa en tiempos de disturbios. En virtud de lo anterior, de una histeria
colectiva se pasa a una suerte de estado de delincuencia colectiva.

414
La idea de Estado Mara corresponde al politólogo nicaragüense Andrés Pérez Baltodano. Al mismo le oponemos el de Sociedad Mara, es
decir, el de aquel colectivo donde hay un proceso recurrente de desafección política por una pérdida de sentido hacia la política y de lo político.

309
Es muy complejo lo que ocurre en el país y hay escenarios de mucha
violencia social. Seguir polarizando la situación política y avanzar en su
banalización, lo que puede arrojar como resultado es una guerra civil. De
hecho, ya estamos en presencia de micro escenarios de guerra civil. Lo
peor de todo, es que para el gobierno todo lo que acontece en el otro lado
es fascismo, y en la oposición, hay actores que pareciera quieren echar el
resto para que hayan más muertos.

A decir de Walter Benjamín, “la tradición de los oprimidos nos enseña


que “el estado de excepción” en que vivimos es la regla”. Todavía estamos a
tiempo de evitar lo peor. No vaya a ser que tal como lo sentencia Carl
Schmitt, “a diferencia de las guerras de religión, las guerras civiles o las
guerras de guerrilla, en un sistema interestatal la guerra no puede medirse
según el rasero de los criterios de verdad o justicia. La guerra interestatal no
es ni justa ni injusta. Es un asunto de Estado”.

La rebelión de la clase media

Lo ocurrido en Venezuela el 12 de febrero del año 2014 ha sido una


rebelión de la clase media. Este sector de la población históricamente
no hace revoluciones, pero constituye un soporte fundamental para
que ciertos procesos de cambio puedan tener como resultado su
profundización o, por el contrario, su regresión. Al no ser propiamente
una clase social su condición puede verse amenazada por determinadas
situaciones políticas, económicas o sociales. De allí la importancia de
desarrollar políticas de clase por parte de quienes ejercen la vanguardia
de un gobierno determinado.

En el caso de Venezuela, para nadie es un secreto que este sector


de la sociedad, ausente en el Caracazo de 1989, constituyó un soporte
fundamental en el triunfo electoral del Presidente Chávez en 1998. Pero
no sólo eso. La clase media ya había jugado un rol destacado en su
aprobación a la propia insurrección cívico-militar del año 92.

En los episodios del 12 de febrero, la clase media abandonada por el


gobierno nacional se tiro a la calle en una movilización convocada por el
estudiantado venezolano. Quienes se pusieron al frente de la misma han
sido los sectores más conservadores de la oposición venezolana. ¿Por qué
ha ocurrido ello?

Es una pregunta que amerita varias respuestas. Por lo pronto,


debemos decir que con el transcurrir de estos 15 años de gobierno,  la
310
revolución poco a poco dejó a un lado a este importante sector de la
sociedad venezolana, el cual ha existido por ser Venezuela un país con
altos excedentes de renta petrolera.

Tal como lo dijera Wendy Brown415, en su opúsculo “Ahora todos


somos demócratas”, “no es momento para que los eslóganes aparten
nuestra atención de los poderes que están demoliendo las condiciones
de posibilidad de la democracia”. En virtud de esto, urge entonces
“democratizar la democracia”, pluralizarla y, sobre todo, profundizarla.

4. Algunos elementos no conclusivos sobre la violencia en Mérida416

En la ciudad: el ejercicio ciudadano (hacia una ética ciudadana) en la


ciudad a partir de una agenda común

Sin necesidad de darle un contenido tan refinado a la noción de


ética, nos circunscribimos aquí a su significado en la antigua Grecia: la
búsqueda de la buena “manera de ser” o a la sabiduría de la acción417.
En efecto, la ética está hoy en día bajo la mira y urge rescatar el sentido
dado por los estoicos: “sabio es aquel que, sabiendo discernir las cosas que
dependen de él de aquellas que no dependen, organiza su voluntad alrededor
de las primeras y sobrelleva impasiblemente las segundas” 418.

Según Alain Badiou419, “el Hombre se identifica por su pensamiento


afirmativo, por las verdades singulares de las que es capaz, por lo Inmortal
que hace de él el más resistente y el más paradójico de todos los animales”.
En consecuencia, y siempre con él, “toda humanidad tiene sus raíces en la
identificación por el pensamiento de situaciones singulares. No hay ética en
general. Hay sólo – eventualmente – ética de procesos en los que se tratan los
posibles de una situación”420.

Coincidimos con Badiou421 en que “la ética no se funda para nada en la


identidad del Sujeto, ni siquiera en su identidad como víctima reconocida.
Desde el principio, la ética es ética del otro, implica la apertura principal al
otro, subordina la identidad a la diferencia”.

415
Brown, Wendy (2010). “Ahora todos somos demócratas”. En Agamben, Giorgio. Democracia en suspenso. Madrid, Ediciones Casus Belli, p.35.
416
Los aspectos aquí esbozados han sido expuestos en el Conversatorio del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC): La Cien-
cia y su papel en la Venezuela del siglo XXI, realizado el 8 de mayo 2014. Nuestra participación versó sobre “La acción social como deber ser
académico. Algunos elementos para su discusión desde la praxis”.
417
Badiou, Alain (2004). La ética. México, Herder, p.23 (subrayado nuestro).
418
Op.cit.p.24.
419
Ibid.p.42.
420
Ibid.
421
Ibid.

311
En la comunidad: la comunidad como constructora y hacedora de una
agenda comunitaria para Mérida

En la ciudad urge una agenda de carácter intercultural como


fundamento de una democracia intercultural. En el marco de
la ciudadanía intercultural como fundamento de la democracia
intercultural, nos acogemos al concepto genérico de democracia dado
por Jean Luc Nancy422. Para él, democracia es “el nombre de una mutación
de la humanidad en la relación que mantiene con sus fines. Democracia no
es el nombre de una autogestión de la humanidad racional, ni el nombre
de una verdad definitiva que se hallará inscrita en el firmamento de las
ideas. Democracia es el nombre de una humanidad que se halla expuesta a
la ausencia de todo fin dado, de todo cielo, de todo futuro, pero no de todo
infinito…”.

En la Universidad: la democratización de la Universidad y el necesario


replanteo de su pertinencia social

La “universidad sin condición” (Derrida) debe ser el lugar para resituar


no para restituir. El espacio para resituar no para restaurar. El ámbito para
resituar no para repetir. Con Derrida decimos que, “la universidad debería
ser también el lugar en el que nada está a resguardo de ser cuestionado, ni
siquiera la figura actual y determinada de la democracia, ni siquiera tampoco
la idea tradicional de crítica, como critica teórica, ni siquiera la autoridad de
la forma “cuestión”, del pensamiento como “cuestionamiento””423.

Determinada por las diferencias naturales existentes en su seno y


en el contenido propio de su misión, la universidad dejó de ser una para
convertirse en diversa. La universidad ya no sería uni sino multi diversa
en sus ideas y fundamentalmente en su construcción. En consecuencia,
las diferencias a inventariar no pueden ser motivo de contradicciones
insalvables. Por el contrario, constituye el punto de partida para la
construcción de acuerdos sobre la base del reconocimiento de las
diferencias.

Tal como lo manifiesta Enrique Leff424, “no todas las oposiciones y


confrontaciones son contradicciones en las que un término de la dualidad
niega, reduce y nulifica al otro”. Se trataría más bien de pensar creativamente
en erigir las condiciones de igualdad para el reconocimiento de las
422
Nancy, Jean Luc (2010). “Democracia finita e infinita”. En Agamben, Giorgio. Democracia en suspenso. Madrid, Ediciones Casus Belli, p.79.
423
Derrida, Jacques (2010). Universidad sin condición. Madrid, Trotta, p.14.
424
Leff, Enrique (2006). Aventuras de la Epistemología Ambiental. México, Siglo XXI, p.37.

312
diferencias. Ello daría razones suficientes para apuestas académicas
institucionales sin condiciones. Cada crisis institucional debe de verse
como una oportunidad para una apuesta académica, la cual en definitiva
constituye también una apuesta política, siempre y cuando lo primero
(la crisis institucional en sí misma) quede contenida en lo segundo (lo
político).

En cuanto a la pertinencia social de la Universidad, estamos en


presencia del carácter público de la educación. Si la educación es un
asunto público es porque este ámbito le da preminencia al deber ser
de la educación. En consecuencia, el espacio pedagógico (tal como
llamaba Paulo Freire a la libertad de cátedra fundamento por cierto de la
autonomía universitaria), se convierte en un espacio público.

El espacio pedagógico como lugar de disenso es la expresión en micro


del espacio público, para la discusión sin condiciones de lo que en él
permanentemente urge reflejar, inventar y replantear.

313
Bibliografía
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Casus Belli.
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institucional en Venezuela”, en Revista Venezolana de Gestión
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Diálogo a Tres Manos.
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Curricular en la Escuela de Ciencias Políticas. Universidad de Los
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Tendencias políticas después del 27 de febrero de 1989. Mérida,
ULA-Consejo de Publicaciones.
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Tendencias y Contratendencias. Cuadernos del Cepsal No.1.

Badiou, Alain (2004). La ética. México, Herder.

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Contretemps (2010). La rebeldía no es un placer solitario. Entrevista a


Olivier Besançenot y Luc Boltanski.

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Paris, Editions Kimé.

Universidad de Los Andes (1985). Movimiento Profesoral Plancha 8.


Periódico Apertura.
314
Desde mi balcón

Nadya Rosario Bourgoin Albornoz

Para corresponder a la deferencia de la Academia de Mérida, que me


honra al solicitar mi opinión sobre los hechos acontecidos a principios
de 2014 en nuestra amada e ilustre ciudad de Mérida, creo que debo
comenzar refiriendo lo que, como antecedente, dio lugar a la situación
que vivimos en El Campito entre el 12 de febrero y el 26 de abril de
2014.

Al principio del Siglo XXI hubo regocijo ante un nuevo período


histórico, pero al mismo lo acompañaba el dolor de vivir en un país que
empezaba a ser hostil, agresivo, dividido. Años muy duros han pasado;
para algunos -tal vez menos de los que creemos- han sido años de
justicia social, seguridad, paz...para otros, creo que la mayoría, años que
nos han ido marcando, separando, abriendo una brecha social cada vez
más profunda, por un odio inoculado nunca antes sentido en nuestra
historia contemporánea.

El resentimiento, a partir del descontento social, se fue cultivando


en muchos corazones venezolanos por la insatisfacción y la frustración.
Luego, la esperanza perdida tras varios y legales intentos de poder
llegar a una salida honrosa, democrática y cívica, fue desapareciendo
para dar paso a una inconformidad reprimida, no sólo por el temor,
sino porque no vislumbramos caminos seguros en la oposición. Todo
se fue en grandes marchas, declaraciones contradictorias y muy pocos
aciertos.

¿Para qué detenerme en relatar lo acontecido, año tras año, en


estos largos catorce?... quienes me leen, seres pensantes, inteligentes,
conscientes, que a estas alturas sean de un bando u otro, en el fondo de
su alma saben que ilusiones y expectativas se hundieron en la nada.

Ahora paso a ese tiempo duro y largo, producto de tantas emociones


discordantes, que tuvo su detonante en los primeros días de febrero,
en el encarcelamiento, en San Cristóbal, de cuatro estudiantes que
participaron en protestas contra la inseguridad reinante en las
instituciones universitarias a nivel nacional y, particularmente, por el
intento de violación de una estudiante en el núcleo de la Universidad
de Los Andes en la capital tachirense.
315
Como es tradicional los 12 de febrero, ya todo el país estaba preparado
para marchar en celebración del día dedicado a la valiosa juventud
venezolana de todos los tiempos. En Mérida la marcha se realizó como
siempre, alegre y cívica, con sus consignas críticas ante tantos años
perdidos en rotar piezas en el gabinete ministerial sin ver algún producto
positivo, contra la represión y el encarcelamiento de estudiantes y contra
los desafueros cometidos la víspera, en las residencias Monseñor Chacón.

Nuestra ciudad se caracteriza por incontables marchas desde hace


décadas. Marchas por justo presupuesto para la Universidad de Los
Andes, contra el aumento del pasaje urbano, en defensa del derecho
al ambiente sano, a disponer de vivienda digna o de agua en calidad y
cantidad suficiente y, en días recientes, en solicitud de cambios en la
directiva del Estudiantes de Mérida. La protesta en la calle ha formado
parte de nuestro modo de vida.

En la década de 1980 comenzaron a organizarse las comunidades bajo


la figura legal de asociaciones de vecinos y, con ellas, las manifestaciones
exigiendo sus reivindicaciones; en varias oportunidades, vecinos y
estudiantes marchamos juntos. Como ciudadana merideña y otrora
dirigente comunitaria, he sido consuetudinaria asistente a las marchas
de protesta, desde los años 80 hasta el presente.

Ese día la marcha fue multitudinaria. Aunque algunos políticos habían


llamado, poco tiempo atrás, a calentar las calles, muchos pensamos que
tal llamado fue extemporáneo; creo que la inmensa mayoría marchó,
como siempre, por la convicción de que la manifestación pública de
protesta es un derecho propio de la democracia, consagrado en las leyes
el cual, como todo derecho, debe ser ejercido muy responsablemente.

El día anterior, la comunidad de las residencias Monseñor Chacón,


en la avenida Las Américas, fue objeto de una salvaje arremetida
de los llamados colectivos, los agresores saltaban sobre los carros
causando innumerables daños y grandes pérdidas tanto a vehículos
como a apartamentos e hiriendo a algunos vecinos; sin embargo, estas
acciones más que amedrentar, avivaron el sentimiento de protesta en
los merideños. Para quienes vivimos los fatales días que sucedieron a la
muerte de Carballo Cantor, los dantescos sucesos de ese 11 de febrero nos
trajeron dolorosos recuerdos.

En El Campito, la comunidad en la que resido, se localizan varios


conjuntos de viviendas multifamiliares que conforman uno de los
sectores de mayor densidad poblacional de Mérida, con una única vía
316
central que comunica a las avenidas Las Américas y Los Próceres, y una
derivación hacia la avenida Cardenal Quintero.

Ese 12 de febrero, horas después de concluida la marcha pacíficamente,


un numeroso grupo de motorizados, que presumimos los mismos que
habían agredido a las residencias Monseñor Chacón, circularon en
actitud totalmente intimidatoria por El Campito, algunos mostrando
sus armas y otros “su bandera nacional”. Profiriendo gritos amenazantes
mientras se alejaban, prometían regresar por nosotros. Los vecinos que
se encontraban en las entradas de los edificios, debieron lanzarse al piso
en resguardo de sus vidas.

Ese momento marca la decisión de tomar acciones en procura de la


seguridad de la comunidad, colocándose barricadas precarias en los
accesos. En lo sucesivo, y hasta el retiro de las mismas, el 26 de abril, los
hechos ocurridos en El Campito, por parte de la comunidad, tuvieron
como propósito el resguardo de nuestra seguridad, la cual nos fue negada,
hasta los últimos días, por las autoridades a las que compete la garantía
de ese derecho de los ciudadanos.

Las primeras barricadas fueron frágiles, hechas con bolsas de basura,


alambres y algunos desechos buscando, especialmente, impedir o
dificultar el acceso de los motorizados al sector; las mismas fueron
cambiando paulatinamente de “calidad” en la medida en la que fuimos
objeto de agresiones cada vez más contundentes.

Asimismo, espontáneamente, surgieron formas de organización, ya


sea para estar alertas ante nuevos ataques o para garantizar los más
elementales servicios y la “normalidad” de la vida cotidiana, detrás de las
barricadas que voluntariamente asumimos. A esto debemos agregar la
organización de eventos de carácter religioso o para comunicar, fuera de
nuestro ámbito, la situación en que nos encontrábamos. A todo ello me
referiré en adelante.

LAS NOCHES. Creo que, en medio de la incertidumbre que reinó


durante aquellos días, las noches fueron uno de los capítulos más
duros. Además de las informaciones y desinformaciones que corrían
por diferentes medios, constantemente llegaban a nuestros oídos
explosiones y detonaciones provenientes de otros sectores de la ciudad,
que presagiaban posibles ataques contra nosotros. En la calle, los vecinos y
los muchachos hacían guardia, y en los condominios las luces de las áreas
comunes se apagaban para no brindar facilidades a potenciales atacantes.
El sueño no se conciliaba a plenitud en medio de constantes sobresaltos y,
317
cuando amanecíamos sin hechos que lamentar, lo hacíamos agradecidos
por la posibilidad de un nuevo día, que pasaría lento e inseguro porque
el sol no venía acompañado de la paz que anhelábamos. Religiosamente,
algunas noches con más energía que otras, estentóreos cacerolazos
proferidos desde los balcones, el frente de los edificios y por grupos que
ser reunían en la avenida Las Américas, nos hacían sentir que, a pesar
de que una gran proporción de nuestros vecinos decidieron salir de la
comunidad de manera preventiva, especialmente en resguardo de sus
hijos menores, la mayoría de los que optamos por quedarnos, estábamos
solidarios y unidos en el rechazo a lo que nos estaba sucediendo.

LA CALIDAD DE VIDA Y LA SUMA DE VOLUNTADES. ¿Podíamos


superar diez semanas de parcial aislamiento sin comprometer la calidad
de vida? Definitivamente no. Ante todo, se limitó la libre circulación, si
no de las personas, sí a través del uso de los automóviles. De igual manera,
ocurrió con el acceso de servicios públicos como el gas y la recolección de
desechos, o el ingreso de mercancías a los pocos comercios. Esta situación,
que a todas luces hubiera sido insostenible en el tiempo, de prolongarse
la permanencia de las barricadas, fue superada en primer lugar, a
punta de buena voluntad y cooperación. En diferentes oportunidades,
por acuerdo previo entre los condominios, se facilitó el acceso a los
camiones de gas, generalmente al alba, operación que se aprovechaba
para que quienes quisieran, sacaran sus vehículos hacia sitios seguros.
Los desechos eran transportados hacia las avenidas Las Américas y
Los Próceres por los vecinos, donde eran retirados eventualmente por
camiones de la Alcaldía. En estas ocasiones, la activa participación de las
mujeres resultó ejemplar. Esto no evitó que se presentaran situaciones
de insalubridad por acumulación de desechos, tratándose los mismos
según las recomendaciones de vecinos con conocimiento en la materia.
Con similar espíritu se limpiaron las áreas comunes del sector, retirando
desechos y malezas de calles y aceras lo cual, además de ofrecernos
un “mejor panorama”, nos daba la sensación de respeto mutuo y
responsabilidad. Estas y otras circunstancias, ya sea como evaluación de
lo hecho o como propuestas de lo que debía hacerse, se planteaban en
asambleas efectuadas generalmente por las noches, convocadas desde
tempranas horas por los muchachos. Un tema recurrente era la decisión
de continuar con las barricadas o retirarlas, prevaleciendo la opinión
de dejarlas como medio de seguridad y de protesta. En estas reuniones
ocurrieron acaloradas discusiones entre quienes sostenían tal posición
y algunos que, ya fuera por su vinculación militante con el partido
de gobierno nacional o porque pensaran que la amenaza real contra
nosotros no existía, sostenían que las barricadas deberían retirarse; en
medio de la eventual diatriba, es necesario destacar que nunca hubo
318
agresiones físicas y que se respetó, a pesar de todo, el derecho a disentir
de quienes representaban una minoría. Como en toda situación en la que
un grupo humano, con pobres medios de defensa, es amenazado por un
poder superior, se experimentó en El Campito cierto nivel de paranoia,
ante la presunción de que se registrarían nuestras actividades en
tomas fotográficas que iban a un archivo en la gobernación o que algún
residente, funcionario público, ejercería de informante denunciando a
sus vecinos. A pesar de ello, el tránsito peatonal, desde las primeras horas
de la mañana hasta las horas tempranas de la noche, era igual o mayor
de lo que sería en tiempos normales. En todas estas situaciones, y en las
que se mencionarán en otro aparte, las iniciativas partían de diferentes
personas, generalmente de acuerdo con la experiencia personal de cada
uno. Rememorando, además de la presencia de los muchachos, no se pudo
percibir un liderazgo centrado en personas específicas, en los residentes
de determinado condominio o en un grupo particular. Creo que hubo
una agregación de iniciativas circunstanciales y la buena voluntad de
hacer lo que el sentido común indicó en cada caso.

LOS ATAQUES. Desde los primeros días, El Campito fue objetivo de


ataques de diversa naturaleza por los grupos de motorizados armados
quienes, incluso, trataron de saquear algunos establecimientos
comerciales cercanos a la avenida Las Américas. Estos ataques tenían
el deplorable ingrediente de ver al pueblo agrediendo al pueblo,
salvajemente, en nombre de no se sabe que ideales. También es necesario
apuntar los actos de vandalismo contra los centros comerciales
Cantaclaro y Alto Prado, cometidos por estos grupos, actuando con
plena impunidad. En otras oportunidades, grupos combinados de la
policía, la Guardia Nacional y presuntos trabajadores del gobierno
regional (lo presumimos por su indumentaria) en intentos de retirar las
barricadas, apoyados por maquinaria pesada, actuaron ocasionando
más destrozos que limpieza en algunas residencias. Pero las agresiones
más graves provinieron de la Guardia Nacional, en horas de la noche,
al amanecer o al final de la tarde. Sin miramientos, como si de enemigos
de su misma condición se tratara, dispararon lacrímógenas y perdigones
contra mujeres armadas de potes, ollas y otros utensilios de cocina en el
acceso desde la avenida Los Próceres, con saldo de señoras gravemente
heridas; actuaron así, tal vez resentidos por haber sido repelidos por las
damas que portaban estas “mortales armas”, días antes en la avenida Las
Américas. Un domingo, a primeras horas de la mañana, cuando aun las
barricadas eran unos parapetos simbólicos, numerosos civiles llegaron a
retirar los obstáculos que interrumpían el acceso por la vía principal, con
un payloader y acompañados de policías con vestimenta antimotines
y guardias nacionales en una tanqueta. Los vecinos tocaban cacerolas
319
y tales “ataques” eran repelidos con perdigones y lacrimógenas. Ese día
ocurrió el hecho tal vez más degradante, para el gobierno, de los que nos
correspondió vivir: desde el parlante de la tanqueta, la Guardia Nacional
pretendió humillar a la comunidad, vejando especialmente a las mujeres
en su condición de madres, al son de “Patria Querida” y el himno de
Cuba. Hubo varios heridos de perdigones, el portón de Residencias Doña
Chepa fue embestido por la tanqueta ocasionando daños severos y, con
la misma, aplastaron un carrito de perros calientes en las inmediaciones
de residencias San Eduardo, el cual es único sustento de su dueña. El
efecto, al retirarse, fue el reforzamiento de las barricadas en los accesos
a la comunidad y la instalación de obstáculos dentro de la misma, y un
incremento significativo en la decisión de resistir, pues para el gobierno,
más que una comunidad en demanda de seguridad, éramos un enemigo
a vencer.

LOS MUCHACHOS. Así denominamos, familiarmente, a los jóvenes


que asumieron la defensa de la comunidad, en primera línea. Motivados
por el derecho y también el deber de luchar para tener un país mejor
en su futuro, dónde asentar una familia y ejercer un trabajo digno. Tal
vez, también, estimulados por la idea peregrina de una salida rápida a
la drástica situación del país, que muchos habíamos percibido como
extemporánea, carente de arraigo en la colectividad y de fundamento en
la realidad política del momento. Los vimos todos los días, defendiendo los
accesos ante cada ataque, haciendo guardias nocturnas, emparamados
en medio de los aguaceros, portando escudos de lata o cartón, tubos para
lanzar morteros y cocteles molotv, armando una pirámide humana
para ingresar a un apartamento a apagar el incendio ocasionado por
una bomba lacrimógena, o preconizando, ante las asambleas de vecinos,
una Venezuela en la que imperaría la justicia y la paz siempre que la
ciudadanía participara activamente en su construcción. Algo se dijo
sobre los oscuros propósitos que los movían o si estaban infiltrados por
delincuentes, pero al levantarse las barricadas, luego de diez semanas, las
cuentas no incluyeron un apartamento robado, alguna persona agredida
o un auto desvalijado; por el contrario, gracias a ellos, los intentos de
grupos de delincuentes por aprovecharse de la situación, se redujeron
al mínimo en los alrededores de El Campito y, prácticamente, no se
permitieron dentro de la comunidad.

ESPACIO PARA EL ESPÍRITU. En medio de nuestras tribulaciones se


buscó espacio para la esperanza fundada en la fe, con el auxilio de los
sacerdotes que ejercen su ministerio en nuestra parroquia La Sagrada
Familia. En Semana Santa, con una masiva participación de feligreses
y encabezados por el Párroco, frailes de la Orden del Carmen, la Santa
320
Cruz portada por los vecinos y la imagen de La Dolorosa, portada por
mujeres de la comunidad, se efectuó un Viacrucis que partió de la iglesia
parroquial y fue pasando por diferentes altares, vestidos en la entrada
de cada condominio, desde el barrio Sucre hasta las inmediaciones de
las residencias El Milagro, en la barricada ubicada en la salida hacia la
avenida Los Próceres, culminando con la Eucaristía en las residencias San
Eduardo. La tarde del cruento ataque de la tanqueta, uno de los sacerdotes,
con sus atavíos religiosos, acompañó a los vecinos de las residencias El
Campito. Algunas noches se efectuó la Liturgia de La Palabra, en las que
siempre se oró por la reconciliación y la paz. Asimismo, una noche se
organizó un emotivo SOS, formado por vecinos que portaban sus velas
encendidas y, en el centro, la bandera nacional; durante el mismo se
pidió la bendición de Dios para nuestra comunidad y todas las que, en
similitud de condiciones, abundaban a lo largo y ancho de Venezuela.

LAS VÍCTIMAS. Cada día tuvo su dosis de tristezas, impotencia y


desesperanza. Sin embargo, el más triste y lamentable fue aquel en el
que fue asesinado el Sargento de la Guardia Nacional Miguel Antonio
Parra, en el acceso a la comunidad por la avenida Las Américas. Cuando
la policía científica se hizo presente para efectuar la experticia, no
encontraron ningún impedimento en la comunidad para llevar adelante
su labor. Para los promotores de la violencia, una muerte o decenas de
ellas puede ser considerado un mal necesario; para los que asumimos
la vida como un don inestimable y el derecho fundamental de todo ser
humano, la muerte de este funcionario o la de cualquiera de las decenas
de fallecidos violentamente en los sucesos de calle de esos meses, o la
de los miles de caídos por la irracionalidad que nos asola, es totalmente
inexcusable y merecedora del más rotundo repudio. Llegará el día en
que, en nuestra cotidianidad, prive más la fuerza de la razón que la razón
de la fuerza.

EL DESENLACE. Para el 23 de abril sabíamos, por los noticieros y


otras fuentes, que un fuerte grupo de militares se dirigían a Mérida
para derribar las barricadas existentes de diferentes comunidades. El
jueves 24 nos mantuvo en vilo el vuelo amenazante de helicópteros
sobre El Campito y otros sectores, mientras llovían las informaciones de
incursiones militares sobre varios sitios de Mérida. Al final de la tarde,
un grupo de guardias nacionales fuertemente armados, comandados
por dos oficiales, intentó ingresar desde la avenida Cardenal Quintero
por la calle Los Muchachos. En la barricada ubicada en el acceso a las
residencias Aves Country, los vecinos entablaron diálogo con ellos,
invitándolos a ingresar y escuchar nuestras quejas y razones, lo cual
ocurrió haciendo entrada los oficiales. Desde mi balcón pude ver como
321
cada vez más personas los rodeaban, les dirigían hacia diferentes lugares
para mostrarles las pruebas de las agresiones recibidas. En nosotros
encontraron a ciudadanos pacíficos y organizados, lo que hizo expresar
a uno de ellos, palabras más, palabras menos, que venían esperando lo
peor, pero que ahora las armas les pesaban para comunicarse con la
comunidad.

Ya entrando la noche, el Comandante General de la Guardia Nacional,


General Justo Noguera Pietri, utilizando el mismo acceso que sus
subalternos, llegó hasta la barricada de Aves Country, procediendo a
sostener un diálogo abierto que se prolongó casi media hora, en el que
de manera franca y diáfana, los habitantes de El Campito expusieron
sus demandas de paz, seguridad y respeto, y se le señalaron las
responsabilidades de quienes, a nivel regional, incumplieron el deber
de garantizar estos derechos. Creo que para estos oficiales, gracias al
contacto directo con los ciudadanos, quedó claro que sólo se encontraban
en una comunidad de gente decente y laboriosa, quienes por fuerza de las
circunstancias, debimos asumir la responsabilidad de velar, de la mejor
manera que fue posible, por el bien propio. Aquí es muy importante
resaltar que, desde el inicio de estos sucesos en febrero, el 24 de abril fue
la primera oportunidad en la que representantes del gobierno acudieron
a nosotros en actitud de diálogo.

Con el General Noguera se acordó una asamblea para el viernes


25, a las 4 pm, en la que expondríamos nuestras demandas; mientras
tanto, se mantendrían las barricadas y la comunidad comenzaría a
ser resguardada por guardias nacionales de los que provenían desde
fuera de Mérida. El viernes a mediodía, un oficial nos comunicó que el
Vicepresidente Arreaza, en conocimiento de nuestro caso a través del
General Noguera, solicitaba que la asamblea acordada se difiriera para
el sábado 26, a fin de que el Viceministro de Seguridad y Prevención
pudiese estar presente y asumir compromisos en nombre del gobierno.
Muchos pensaron que esta era una estrategia dilatoria, pero ese sábado,
cerca del mediodía, se presentó el Viceministro, General Manuel Suárez
Hidalgo, pudiéndose efectuar la asamblea pautada.

Los vecinos expusimos con franqueza nuestras opiniones, reclamos y


señalamientos sobre la situación vivida hasta esa fecha, y se dio lectura
al documento que, elaborado en asamblea de calle, contenía de manera
precisa los antecedentes, hechos y demandas de la comunidad, el cual se
transcribe a continuación:

322
Exposición de motivos y petitorio consignado por la comunidad
de el campito al General Manuel Suárez Hidalgo,
Viceministro de prevención y seguridad ciudadana,
en asamblea efectuada el 26.04.2014

Nuestra comunidad se llama El Campito, localizada en la parroquia


Antonio Spinetti Dini, municipio Libertador, en la ciudad de Mérida; pero,
igualmente, podríamos llamarnos Barrio Obrero de San Cristóbal. Petare,
Caricuao o Chacao de Caracas, El Trigal en Valencia, Los Mangos en Puerto
Ordaz, El Naranjal en Maracaibo. Todos somos igualmente afectados por
la situación que aqueja a Venezuela, de la que la inseguridad personal, la
escasez de productos de la cesta básica y el encarecimiento sostenido del
costo de la vida son sus aspectos más conspicuos.

Con una data de tres décadas largas, en El Campito habitamos ciudadanos


que nos hemos asentado aquí para criar a nuestras familias, ver a nuestros
hijos crecer y formarse. Más allá de cualquier diferencia, propia de nuestra
composición social, fundamentalmente somos amas de casa, funcionarios
públicos, profesionales en el libre ejercicio, pequeños empresarios y
comerciantes, personas de la tercera edad y adultos mayores jubilados o
retirados y, como en el resto de nuestra ciudad, los estudiantes universitarios
conforman un importante segmento de nuestra población. Conviven con
nosotros otras comunidades aledañas, nuestros vecinos de Barrio Sucre,
Residencias El Parque y demás residencias contiguas en las inmediaciones
de la Av. Las Américas, a quienes nos unen el territorio que compartimos,
sus bondades y su problemática general.

Durante 10 semanas, a partir de los ataques desmedidos de cuerpos de


seguridad pública y grupos de civiles armados, esta comunidad, ejerciendo
el legítimo derecho a la defensa, ha mantenido bloqueados sus accesos
principales, como medida extrema de resguardo de nuestras vidas y nuestros
bienes personales y comunes, ante la inexistencia, por parte de las autoridades
competentes, de decisiones rotundas que devuelvan a la ciudadanía la
confianza y la seguridad en el respeto a nuestros derechos ciudadanos,
vulnerados y amenazados. Los perjuicios y beneficios de esta situación
nos han alcanzado a todos por igual; aquí no ha habido privilegios y, por el
contrario, una actitud de solidaridad general.

El día 24 de abril se hicieron presentes en El Campito los ciudadanos


oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana General Justo Noguera Pietri,
Comandante General de ese Componente, el Coronel Carlos Pérez y el Mayor
Félix Mata, quienes sostuvieron un prolongado diálogo con un importante
323
y diverso grupo de pobladores de nuestra comunidad, oyeron nuestras
quejas en materia de seguridad y observaron pruebas contundentes que
demuestran las razones para que nos encontremos en esta situación.

En el desarrollo de este diálogo, se planteó la necesidad de efectuar


la reunión que hoy tiene lugar, en la que esta comunidad exponga a los
funcionarios presentes nuestras demandas en función de asegurar la paz
y la seguridad personal en el sector. Luego de discutir nuestra situación y
necesidades, en reunión pública efectuada la noche del jueves 24 de abril,
exponemos nuestros requerimientos en los siguientes términos:

1) Como bien han constatado los funcionarios militares que dialogaron con
nosotros el pasado jueves, nuestra comunidad se asume unitaria. Nuestra
situación y las acciones que hemos tomado, han sido permanentemente
consultadas en reuniones públicas con plena libertad de expresión. En este
sentido, exigimos de las autoridades nacionales y regionales, se garantice
la integridad personal de cada uno de los miembros de la comunidad de El
Campito. Por tanto, que no se dé lugar a represalia alguna contra cualquiera
de sus integrantes, si se decide libremente el retiro de las barricadas en los
accesos. La comunidad consideraría como una agresión a su conjunto,
cualquier medida intimidatoria, privativa de liberad o menoscabo de
derechos ciudadanos, en perjuicio de cualquiera de sus integrantes, si la
razón esgrimida deriva de las acciones de resguardo que hemos efectuado.

2) Que se garantice, de manera permanente en el tiempo, la presencia de


los cuerpos de seguridad en El Campito; y que el gobierno en sus diferentes
niveles considere, de común acuerdo con nosotros, la instalación de
edificaciones para garantizar la presencia de funcionarios de seguridad.

3) Que el gobierno nacional y regional adelanten las acciones necesarias


para el desarme, de manera definitiva e inmediata, de los grupos de civiles
armados con desempeños de carácter paramilitar, en bien de la seguridad
pública y la paz ciudadana.

4) Que se garantice a la ciudadanía el pleno disfrute del derecho a la


protesta pacífica, en los términos establecidos en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.

El Campito, Mérida. 26.04.2014

Concluida la reunión, asegurado el resguardo de la comunidad por


la Guardia Nacional los vecinos, por su propia mano, desmantelaron las
324
barricadas y devolvieron al Centro Comercial Cantaclaro las rejas que fueron
desprendidas por los desvalijadores, las que fueron usadas eventualmente
para reforzar nuestra seguridad. La protección militar se mantuvo aquí,
más allá del compromiso inicial de dos semanas, por más de dos meses. Días
después, algunos vecinos fueron interrogados por los órganos policiales y
el señor Manuel, cuyo hogar y taller están en nuestra calle principal, fue
detenido varios días por “tener gasolina en un taller mecánico”.

EL SALDO. Esos largos y duros días nos brindaron la oportunidad de


conocernos más como vecinos. También dejó clara conciencia de que las
“salidas rápidas” no conducen más que a violencia e insensatez, y que
mientras el pueblo no internalice lo que está pasando, mientras no se
generalice en la colectividad el sentido de pertenencia con esta tierra
generosa, todo esfuerzo de cambio para mejorar nuestra sociedad será
vano. Mientras tanto, el gobierno sigue inoculando odios, comprando
voluntades e hipotecando al país; esos son sus peores pecados. ¿Qué quedó
de esos días en mi ciudad? Muertos y heridos por la violencia desatada,
daños en calles, avenidas e instalaciones públicas, hampones armados
y organizados ejerciendo cuotas de poder con la buena pro oficial,
daños a la propiedad y a la economía privada, una brecha social cada
vez más profunda, promovida desde el gobierno y, con toda seguridad,
la necesidad de trabajar la conciencia de los ciudadanos, para inculcar
los valores positivos de la libertad, el bien común, el respeto al derecho
ajeno, la paz y el trabajo, contrapuestos al asistencialismo, la violencia,
la humillación y el desconocimiento del contrario, el mesianismo y
la corrupción que nos han llevado al desastre en el que pareciéramos
hundirnos irremisiblemente.

¿Teníamos otro camino a seguir en El Campito? Definitivamente


no. Durante diez semanas el gobierno nos negó el respeto y el diálogo.
Reitero, asumimos el derecho a defendernos de una agresión desmedida
e irracional que no provocamos.

Digo, como mi padre, soy merideña, cien veces merideña, mil veces
merideña, muy orgullosa de ser venezolana. Pido al Supremo Creador
que nos permita ser mejores que en el pasado, que nuestras diferencias
no sean obstáculo para la convivencia pacífica, que podamos cerrar la
brecha de odios y dejar de lado a quienes la han profundizado para su
personal beneficio. Que los signos de esta tierra y sus hijos, en el tiempo
por venir, sean la vida, la luz, la fraternidad. Que estos años oscuros sean
un triste recuerdo y una historia irrepetible.

El Campito, Mérida. Octubre de 2014


325
Violencia en Mérida 2014

Atamaica Rojas

MSc en Supervisión Educativa


Estimados Académicos, es para mí un gratísimo placer ver que tan
honorable institución da la oportunidad a ciudadanos de la colectividad
merideña para expresar sus particulares puntos de vista, como tributo
al cumplimiento de sus objetivos, entre los que se encuentra “la razón
social”.

En este sentido, permítanme agradecer este espacio,que brinda la


ocasión para discernir sobre experiencias e interpretaciones de los
hechos acontecidos en los meses de febrero, marzo y abril de 2014,los
cuales según mi apreciación han repercutido hasta la fecha y seguirán
teniendo consecuencias en el futuro próximo.

En lo particular, quisiera aclarar que mi opinión difícilmente podría


ser una representación del colectivo merideño por lo que sistematizaré
las distintas experiencias vividas en lo personal y reflejarán de alguna
manera las de otros, quienes fueron testigo de sus propias verdades. Así
mismo, esta disertación está formulada en función de dos aspectos: uno,
como ciudadana de la comunidad del Llanito, la Otra Banda y el otro,
como representante de un colectivo del sector educativo.

Es interesante, que se abra aquí en Mérida esta disertación, pues da la


coincidencia de que fue en esta ciudad donde todo comenzó y además,fue
la última en ver sus calles despejadas.

Se puede considerar como fecha de inicio de los acontecimientos, el


5 de enero de 2014 con la muerte del estudiante Héctor Moreno, de la
Facultad de Ciencia Económicas y Sociales de la ULA; ese lamentable
hecho genera protestas y disturbios en la ULA y unos días después, en otros
estados. El 6 de enero el asesinato de la actriz Mónica Spear en Carabobo,
trae como consecuenciaponer como tema nacional la inseguridad en la
ciudadanía; seguidamente, el 23 de enero líderes políticos de la oposición
venezolana,en un acto público y televisado explicaron parte del plan
que se pretendía abarcar durante las subsiguientes fechas, allí sedefinió
los pasos a seguir para lo que, parafraseando a García Márquez he
denominado “la trayectoria de muchas muertes anunciadas”.

Fue ese acto lo que dio pie para que en todo el país, las redes sociales
contribuyeran a desarrollar una especie de ecolalia (repetición
involuntariamente de una palabra o frase), esto generó la matriz de
opinión de un sector de nuestra ciudadanía, que reducida a la expresión:
“LA SALIDA”,trajo como consecuencia, una interpretación muy
particular de la constituciónylas leyes en generalde nuestra nación. Los
mecanismos cibernéticos precipitaron la mezcolanza discursiva entre lo
327
real y lo ficticio que condujeron a una parte de la ciudadanía a romper
sus esquemas, su manera de actuar, cambiarsu rutina del ciudadano
común, produciendo de manera colectiva una proyección, término que
en psicología se entiende como una vía de defensacon una connotación
negativa, es decir, cuando el sujeto atribuye a otras personas u objetos
los sentimientos o pensamientos propios que le generan angustia,
ansiedad, por lo que simplemente le adjudica a otro lo que para sí mismo
es inaceptable.

Es desde esa perspectiva, que se puede tal vez entender cómo el 12 de


febrero, fecha conmemorativa para la juventud venezolana, se convierte
en un momento de duelo y en tan solo un día se produjeran al menos
tres muertes, además de disturbios frente a la Fiscalía General de la
República, asalto a Corpoelec (Táchira), cacerolazos en varias regiones
del centro del país, hasta llegar al punto degenerar acusaciones por parte
de la oposiciónen medios internacionales,en las que argumentaban que
el gobierno había suspendido las garantías.

Entre tantos acontecimientos es difícilhacer la cronología de cada


hecho en particular, cada día en diferentes estados y a veces de manera
simultanease multiplicaron las protestas, cierre de vías, quema de
vehículos, periodistas agredidos, camiones de gas o gasolina secuestrados,
sedes de salud, universidades, casas de PSUV, de AD, de Voluntad
Popular, ministerios u organismos gubernamentales apedreados o
quemados, en algunos casos con personas dentro de sus instalaciones;
por el mundo corrieron las imágenes dondeen uno de estos ministerios
se provocaba un incendio sin importarles que había la presencia de niños
y niñas dentro del local.

Otros hechos se agregan, tales como el secuestro de una periodista,


suspensión de conciertos a nivel internacional en apoyo a la oposición
venezolana, expresiones de artistas nacionales e internacionales, que
a mi parecer constituían shows mediáticos. Todo ello agravado porla
difusión en medios de comunicación y redes socialesde fotos que no eran
de nuestro país y ni siquiera se correspondían con esas fechas. Cadenas
televisivas como CNN en español, Noticias 24, Televisora española TVE, y
medios de comunicación como la BBC, diario el País, entre muchos otros,
dieron espacios hasta de primera plana sobre las supuestas violaciones
de los derechos humanos, adjudicando las muertes a un gobierno
tildado de dictadura pero sin comentar que curiosamente, las muertes
y bienes afectados pertenecían en su gran mayoría al gobierno. Cabría
preguntarse: ¿Cómo pudo difundirse las fotos, las muertes, las evidencias
de los cierres de calles, la desnudez de estudiantes universitarios, la
328
represión de los cuerpos policiales en un gobierno represivo y que
aplicacensura? ¿Cómo, si hay un régimen dictatorial pudieron ingresar
sin ningún tipo de restricciones periodistas de los medios antes citados,
recorrer el país e ir a los lugares de los acontecimientos, así como
entrevistar inclusive al el presidente de la República? En mi opinión, todo
esto contribuyó a una especie de paranoia de tipo persecutorio; no es que
los venezolanos de oposición estén paranoicos, pero si lo es, que algunos
paranoicos (definidos según la psiquiatría como individuos funcionales,
que no muestran un comportamiento extraño) generaran una matriz de
opinión dando hechos simulados como verdades.

Es insólito que en apenas dos meses, cosa muy poco vista en otras
latitudes, las expresiones de ambas tendencias políticas se hicieran sentir
con total libertad, produciendo que organismos internacionales como
OEA, UNASUR, Unión Europea se pronunciaran, dando opiniones sobre
lo acontecido en nuestro país presidentes de grandes potencias como
Rusia, Estados Unidos, China y otros de Latinoamérica. Aunque después
de varios meses, la tendencia más relevante por los resultados que
hemos visto, ha sido en apoyo a la Democracia y por ende, al gobierno
constitucional.

Centrándonos un poco más en el caso de Mérida, las protestas tomaron


otro carácter, ya no eran en las adyacencias de la Avenida Tulio Febres,
ni vía la Hechicera, o la Liria en la Av. Las Américas.Las concentraciones
se llevaban a cabo por llamados“estudiantes” denominados por algunos
sectores como “héroes” o como “nuestros muchachos”, quienes según
sus argumentaciones lo hacían en rechazo a la dictadura y la represión
gubernamental, por lo que se autodesignaron como los custodios
durante esos meses de dterminadossectores residenciales. A ellos,
casi de manera simultanea, se le sumaron otros grupos: amas de casas,
trabajadores, miembros de la comunidad, niños, adolescentes, profesores
universitarios y otros, pero estos grupos de ciudadanos después de
unas semanas se transformaron en la barrera humana que defendía
a “nuestros muchachos”, para darles ánimo, alimentación, resguardo,
materiales para la elaboración de bombas molotov, cauchos para ser
incendiados y objetos punzantes que sirviera para pinchar los cauchos
de carros o motos.

Desde el inicio, fue evidente la paranoia,en primer momento en el


ámbito estudiantil; fue de tal magnitud, que un joven se electrocuta
accidentalmente al intentar quitar una valla del gobernador del estado;
lo irónico fue que el mismo mandatario regional lo auxiliófacilitando
una aeroambulancia de la estatal de Petróleos de Venezuelaluego de
329
que estuviera diez días en el Instituto Autónomo Hospital Universitario
(IAHULA), para trasladarlo a Caracas ante la necesidad de tratamiento
más especializado.(IAHULA).

El luto en Venezuela y en Mérida fue creciendo por la cantidad de


victimas, el 22 de febrero una dama: Delia Elena Lobo, de 37 años en
compañía de uno de sus hijos fue degollada producto de una guaya en la
Av. Las Américas sector Santa Bárbara.

El 9 de marzo, a poca distancia de mi hogar,muere la ciudadana


chilena GisellaRubilar, al intentar quitar una barricada. El 22 de marzo
otro ciudadano Juan Labrador muere por herida de bala por defender
su medio de vida (chofer de microbús) y el 24 de marzo Miguel Antonio
Parra sargento de la Guardia Nacional Bolivariana, por estar limpiando
junto a un colectivo la Av. las Américas.

De los 41 fallecidos a nivel nacional, en Mérida se produjeron cinco


muertes y más de un centenar de heridos.

Hay muchas otras victimas que quedaron en el anonimato, no entraron


en las estadísticas ni siquiera enlos periódicos locales, tal el caso de una
colega docente embarazada de morochos, quien prefirió mantener su
nombre en reserva,quien trató de negociar con unos muchachos que
custodiaban una barricada, no le dejaron pasar y su nerviosismo hizo
que se complicara su tensión y perdiera a sus bebés; un compañero de
trabajo también docente, el Profesor Edgardo Briceño perdió su hijo con
un cuadro de peritonitis porque en una barricada, aunque saco fuerzas
para mover los troncos de un árbol,el tiempo no dio para salvarle la vida.
Como éstos,son muchos otros los testimonios que el tiempo se encargará
de borrar y desvincular de los trágicos sucesos comentados.

Como era tan impreciso conocer a fondo el verdadero motivo de la


protestas por tanto bombardeo informativo, en nuestro estado el 2 de
marzo se crea una Junta Patriótica; su único fin era el de retomar el
concepto de que estas acciones de calle tenían un carácter estudiantil y
mientras a nivel nacional se daban mesas de diálogos por la Paz y la Vida,
nuevamente los estudiantes o protagonistas de estas luchas rechazaban
el dialogo y exigían condiciones totalmente fuera de lo permisible desde
la constitución y las leyes.

Siempre me llamó la atención el nombre de La Otra Banda, el tiempo


me demostró que esos tres viaductos conectaron la vida de dos partes
de una ciudad que demandaba su vinculación sobre el Río Albarregas.
330
En este otro lado, el del Llanito, entre las noticias que iban y venían, al
llegar la tarde el silencio se apoderaba de casi toda la extensión de la Av.
Las Américas; los que vivimos en esta zona, al llegar las primeras horas
vespertinas temblábamos de temor pues no sabíamos que sorpresa nos
depararía las barricadas. Fuimos testigos de robos descarados a vecinos
que no pudimos evitar, por el contrario, las miradas de los muchachos
que cometían tales fechorías era retando y advirtiendo que seríamos la
próxima víctima. Veíamos al anochecer vistosas camionetas de últimos
modelos traer, alimentos para los que hacían el “trabajo” así como
machetes y cauchos para que en el sector de los Próceres incendiaran y
talaran los árboles. Tuvimos vecinos que durante semanas pagaban para
que se les dejara transitar con tarifas que iban de 200 a 500 Bs en cada
ocasión, según el sexo y la edad. Albergamos en nuestro garaje carros
de personas que apenas conocíamos por temor a que sus pertenencias
fueran quemadas o desvalijadas. Teníamos amigos que vivían en los
lados del sector del caucho y la Lumonti que tuvieron que pactar con los
que custodiaban las barricadas para que el peaje fuese más económico,
decidiendo dejar de trabajar, y no enviar a sus hijos a la escuela; sus
víveres y alimentación se limitaron a lo que encontraban en el negocio
más cercano. También fuimos testigos de cómo jóvenes, compañeros de
nuestros hijos que tenían negocios en Plaza Mayor y Alto Prado, perdían
sus fuentes de ingreso sin que los propietarios de esos centros dejaran
de cobrarles; hoy algunos de estos jóvenes se han mudado de ciudad.
La basura acumulada por más de veinte días entre montañas de bolsas
trajo una descomposición putrefacta de los desperdicios que produjo
ratas y moscas en cantidades inimaginables. En las noches, el profundo
silencio se veía interrumpido entre gritos lejanos, tiroteos y morteros. De
manera natural, hicimos turnos para resguardar el descanso de los otros.
Los vecinos entre miradas tímidas no nos atrevíamos a hacer ningún
comentario, veíamos transitar muchachos de diferentes edades con
miradas retadoras, eso, solo nos invitaba a cada día resguardarnos más
temprano en nuestras casas.

Al querer cruzar al otro lado de la ciudad por el viaducto Francisco


de Miranda, veíamos como desde el amanecer aparecían centenares de
motorizados y taxis cobrando lo que se les antojara, con excusas tales
como: “la cosa por allí no esta nada bien, hay muchas barricadas para
llegar allá”.

Lo que confundía cada vez más, era ver al otro lado, personas que
venían de otros municipios del estado y comentaban que todo por allá
estaba bien, ¡parecía mentira! Luego de tantos días era casi angustiante
preguntarse cuanto más habría que esperar, embargándonos un
331
sentimiento de envidia y con la interrogante de por qué me toco esto a
mí.

Los primeros días de febrero la impresión era que en dos semanas


todo volvería a la normalidad, pero la experiencia más decepcionante
fue ver cómo, vecinos cómplices de esa paranoia colectiva justificaban
las acciones y hasta aplaudían la muerte de ciudadanos. Esto nos encerró
y obligó a no hacer comentario alguno; la susceptibilidad podía ser causa
para improperios, escupitajos o pedradas, tal como les sucediera a dos
compañeras de trabajo en en las Residencias Cardenal Quintero.

El trabajo en casa fue nuestro único refugio ante la realidad que nos
esperaba en las horas de la tarde. Aunque asumirlo no era nada fácil.

Al inicio, para resguardo de la población hubo unos días de suspensión


de la educación en todo el estado; progresivamente, a pesar del temor
colectivo, algunos centros educativos comenzaron a reiniciar sus
actividades, en pocos días tan solo un lado del municipio Libertador
quedó atrapado, específicamente las parroquias:Caracciolo Parra,
Spinetti Dini, Mariano Picón Salas, y Lasso La Vega que afectó a 65
escuelas, casi un 35% de la totalidad del municipio Libertador y con ello,
a unos 8.000 estudiantes de los diferentes niveles y modalidades. Esto
representó el cierre y la paralización total de estos centros; entre los
motivos estaban las barricadas, el cobro de peaje, amenazas a docentes
y directivos por acercarse a los centros; no faltaron representantes que
intentaron mediar, pero toda negociación fue imposible. Hubo hurtos,
robos y destrozos en instituciones educativas de algunas comunidades.
Con actitudes casi inquisidoras eran agredidos si se presumía que el
directivo, profesores o personal tenían alguna afinidad con el gobierno,
dejando sus nombres en las paredes con mensajes intimidatorios. Se
usaron puertas, ventanas y cercas para las barricadas, destrozaron,
quemaron libros y computadoras, hay evidencias fotográficas de algunos
estudiantes de esas instituciones (adolescentes) quemando material en
compañía de sus padres.

Al ver la zozobra y el pasar de las semanas, donde mas de la mitad de


la ciudad seguía su curso casi normal, la Zona Educativa Nº 14, intentó
reubicar estudiantes en otras dependencias; afortunadamente hubo
padres y docentes receptivos que aceptaron las propuestas, otros llevados
por sentimientos encontrados, pensaban que permitirle a sus hijos otros
espacios era una derrota a su lucha.Nuestra percepción al ver que los
niños y niñas al reencontrarse sonreían y agradecían, nos reconfortó al
poder darles esa oportunidad. Esta iniciativa tuvo algunos detractores,
332
se emitieron comunicados por radio y prensa donde se oponían a esta
idea y distorsionaron esta alternativa acusándola como una decisión
de carácter obligatorio, cosa falsa ya que muchos pudieron hacer desde
sus casas actividades escolares a través de medios cibernéticos:Esta vez
el recurso fue bien aprovechado, partiendo la iniciativa incluso desde
algunos padres y representantes, su factibilidad la determinó el que la
mayoría de educandos y todos los niños cuentan con su portátil Canaima.

Los nuevos espacios educativos sirvieron de rehabilitación para


muchos niños, niñas y adolescentes; se pudo constatar por sus conductas
y comentarios que estaban cargados de sentimientos y expresiones que
los adultos les habían transmitido en los días de encierro, así como las
interminables horas de televisión a las que fueron sometidos, y por haber
escuchado programación de adultos donde los acontecimientos eran
descritos de forma nada alentadoras. Se observó en los recesos a niños y
jóvenes que repetían frases de odio, deseaban la muerte de compañeros o
de personajes conocidos del país; la representación de los colores patrios
en trabajos o vestimenta era producto de burla o de rechazo.

Algunos docentes tuvieron que servir de terapeutas a aquellos


educandos que perdieron familiares, o los vieron heridos; tocó atenderles,
darles la fuerza y el apoyo moral; hoy muchos se preguntan por qué
sucedió todo aquello.

Entre los adultos, la tensión era más marcada, los que respaldaban
la lucha violenta de ciertos sectores llenaron de intolerancia algunos
momentos en los recintos escolares, apenas saludaban; fue la presencia
de los niños y niñas lo que contuvo que sucedieran episodios de
comportamiento no ético. Los docentes limitaron sus estrategias en leer,
escribir, hacer pruebas o ejercicios repetitivos, con cierta mecanización,
tal vez para no pensar o para no dar respuestas a sus estudiantes.

Hay quienes cuestionaron el término de “zonas secuestradas”,


preferían alegar que era una simple limitación u obstrucción del paso,
se estaba custodiando las zonas residenciales, se protegía a la comunidad
de los ciudadanos afectos al gobierno (malandros, motorizados,
tupamaros); estas acciones conllevaron a miembros de esas comunidades
a preocuparse y tratar de restablecer sus actividades normales; para
ello, se hicieron reuniones en condominios para intentar decidir con los
“muchachos” cómo y cuándo quitar las denominadas barricadas, pero
estos grupos manifestaron que solo accederían si les pagaba por culminar
su protestas, un testimonio fácilmente comprobable: en las residencias
del Rodeo pidieron 2000Bs. por apartamento para retirarse del sector.
333
El 24 de Abril la Av. Las Américas de Mérida tuvo otra cara, con apoyo
de la Fuerza Nacional Bolivariana, Gobernador y otros grupos de las
comunidades las barricadas fueron eliminadas, nos sorprendió a muchos
el poder transitar en Mérida, y no encontrarse con un ”muchacho”, una
guaya, un caucho. Pero pasaron días y aun sigue en lo muy íntimo de
nosotros cierto temor a que se repita esta triste historia.

Todo esta situación me hizo reflexionar, buscar respuestas, y tratar de


entender comportamientos, actitudes y gestos que todavía se perciben
en el ambiente; podría incluso asumirse desde la perspectiva de lo que
significó para algunos la así llamada “custodia” con esas características o si
mas bien estuvimos ante la presencia de un secuestro, entendiéndolo como
la expresión de temor, ansiedad, angustia, insomnio, delimitadas por la
imposibilidad de hacer las actividades rutinarias. Las situaciones descritas
muestran mucho de ello: la intimidación a personas de diferentes edades
y sexo por parte de un colectivo de la comunidad (llámense muchachos,
estudiantes, amas de casa, profesores universitarios, entre otros), considero
que los convierte en los responsables directos, intencionalmente o no.
Subestimaron que sus acciones no tendrían tanta influencia en los otros,
le restaron importancia al sentimiento al pensamiento de los demás y
sobre todo subestimaron su condición de seres humanos.

Fue sorprendente que de alguna manera se inyectó a través de medios


comunicacionales una visión distinta, hasta de cierta afectividad hacia
los ciudadanos que custodiaban las guarimbas; pero esta idea a mi
parecer se asemeja a la afectividad que se produce y es conocida como el
síndrome de Estocolmo.

Dicen que toda experiencia trae consigo un aprendizaje: un colega


me preguntó ¿con quien te identificas? Muy pausadamente respondí:
“al parecer identificarse es colocarse una etiqueta y no me considero un
objeto, no estoy a la venta, ni en exhibición; si me preguntas a qué grupo
de seres humanos pertenezco mi respuesta es, al de los que no justifiquen
violentar el sagrado valor de la vida, de la familia, del trabajo y la manera
de pensar. Y como docente me identifico con aquellos que no vulneren
los derechos de la infancia y no envenenen la adolescencia. Hoy más
que nunca me inclino hacia quienes no solo buscan tener más, sino
igualmente, hacia aquellos que a pesar de tenerlo todo, saben que a su
alrededor existen otros seres iguales a ellos.”

Atamaica Rojas
MSc en Supervisión Educativa
Mérida, Octubre 2014
334
Ironía y tragedia de las guarimbas en Mérida.
Caos, anarquía y destrucción capitalista

Prof. Amado Moreno Pérez


Ironía y tragedia de las guarimbas en Mérida

Hacer un análisis ahora, luego que las guarimbas fueron derrotadas


por la acción conjunta de la mayoría del pueblo venezolano que no se
sumó a ellas y las condenó, por la acción del Ejecutivo Nacional a través
de las fuerzas policiales y la Fuerza Armada Nacional pareciera ser un
ejercicio intelectual sin mayores incertidumbres, dado que los motivos y
las fuerzas de extrema derecha opositora que las concibieron, impulsaron
y ejecutaron están debidamente clarificadas e identificadas. Lo cierto
que un suceso de tipo subversivo, de caos y terrorismo como los que
vivimos los venezolanos desde el 12 de febrero hasta finales de abril del
corriente año, en unos sectores de la población más que otros y en unas
ciudades con mayor violencia y permanencia que otras, nos dejó como
experiencia una acción sin precedentes en Venezuela y totalmente
ajena a la idiosincrasia del pueblo venezolano. Pero recapitular en estos
momentos esta situación de caos y violencia que vivió Venezuela y la
ciudad de Mérida, en particular, conservando los elementos básicos de
como fuimos percibiéndola y analizándola en los meses de su pleno
desarrollo no deja de ser interesante.

Cosas veréis le dijo don Quijote a Sancho Panza. Qué ironía y tragedia
esto de las guarimbas y los guarimberos (son quienes las impulsaron,
ejecutaron, financiaron y aquellos que ahora dicen yo no soy eso o no
estoy de acuerdo con ellas). Así escribimos el 14 de abril en un artículo
para el diario Frontera.

La primera cosa que se ve luego de haber transcurrido un tiempo en


que fueron instaladas las guarimbas y no haber logrado los fines para los
cuales fueron ideadas, ahora entre quienes las planificaron, las ejecutaron
y las auspiciaron han surgido diferentes apreciaciones y controversias.
De esta manera tenemos aquellos que por razones prácticas comenzaron
a desmarcarse, y los abrumó el no saber qué hacer, el pesimismo o el
arrepentimiento; y hubo otros, los más consecuentes, considerados por
ellos mismo “héroes” y “heroínas” que en esta novedosa forma de ser
“pacíficos” los incitó un espíritu de resistencia para mantenerlas, aunque
no tenían idea por cuánto tiempo más durarían (la consigna era hasta
cuando Maduro salga).

La segunda está en que se observó como en una parte de la ciudad


Mérida denominada la otra banda las guarimbas allí instaladas exhibieron
durante todo ese tiempo una realidad de caos y destrucción. La otra
banda es una zona donde anteriormente existieron grandes haciendas
pertenecientes a potentados apellidos, y desde hace cuatro décadas se
336
ha venido construyendo el más conspicuo urbanismo capitalista, con
inversiones hechas tanto por el sector privado como por el poder público
nacional y municipal. En esta zona existen complejos urbanísticos
atiborrados en pequeños espacios; hay centros comerciales abastecidos
de marcas y franquicias del consumo capitalista transnacional y donde
se construyen otros cuyas dimensiones contrastan con la capacidad
competitiva de la economía merideña; han sido instaladas empresas de
comida rápida multinacionales; construido supermercados y farmacias
de cadenas internacionales; creado oficinas bancarias; se construyó
el Mercado Principal y el Mercado Popular Murachí; el Terminal de
Pasajeros; hay campos e instalaciones deportivas; está el principal centro
del IVSS; existen grandes panaderías; pequeños abastos y centros de
abastecimiento; centros educativos públicos y privados que atienden
a una población estudiantil numerosa; urbanizaciones populares, de
clase media y alta; etc. Toda una diversidad urbanística para distintos
tipos de actividades: económicas, residencial, hospitalaria, educativas y
deportiva.

Pero esta realidad llena de caos y destrucción tuvo una gran ironía
y una gran tragedia. La ironía está por cuanto esa realidad de caos y
destrucción se dio en esta zona donde existe el más conspicuo capitalismo
de Mérida y no fue provocada por el jinete apocalíptico que se pretendió
derrocar (Nicolás Maduro), sino por la acción de los guarimberos que
enarbolando consignas de “libertad” y protesta difundidas por el
profeta del golpe suave Gene Sharp (de clara estirpe capitalista imperial)
arremetieron contra las instalaciones de este signo y muchas de ellas
estuvieron cerradas, paralizadas y destruidas, sin que hasta ahora los
culpables hayan sido castigados o sancionados. Y la tragedia de este
sismo guarimbero se representó: en las personas muertas y heridas; y
en el paisaje desolado que se observó en todo este lapso en gran parte de
la otra banda de la ciudad de los caballeros.

Caos, anarquía y destrucción capitalista en Mérida

Lo sucedido en Mérida con el llamado golpe suave y la colocación


de las guarimbas, por la violencia, desolación y destrucción que ellas
produjeron, coloca en otros términos la manera como se ha analizado
y estudiado la problemática de violencia y caos que en anteriores
oportunidades han ocurrido en esta ciudad. Con motivo de que la
Academia de Mérida acordó analizar estos hechos es propicia la
oportunidad para abordar esta situación con otros elementos, entre los
cuales están:
337
En primer lugar, es necesario indagar y auscultar sobre una
problemática que los merideños, en particular, y venezolanos, en
general, vivimos y confrontamos, con muchas aristas o indicadores que
se mostraron externamente, que ante el futuro vislumbraban un camino
incierto, de extrema preocupación para los habitantes de Mérida, por
cuanto mostraban situaciones que hacían pensar que esta ciudad ya
no sería más la ciudad cultural, estudiantil y turística sino un territorio
posiblemente dominado por fuerzas subterráneas cuyas consecuencias
atemorizan. Por eso que plantearse descubrir cuáles son esas fuerzas
subterráneas que fomentaron y financiaron las guartimbas, solo se
posible si ello es producto de una reflexión conjunta, transparente y
honesta realizada por personas e instituciones abocadas de manera real
y sincera a este esfuerzo.

En segundo lugar, se sabe que existen razones políticos-partidistas,


económicas, sociales, de inseguridad y criminalidad que actuaron
como factores determinantes o detonantes de la situación de violencia,
insurrección, protesta, reacción y muerte. Pero, en el caso de Mérida
es válido hacerse la siguiente pregunta: ¿Sí en el país gran parte de las
guarimbas en el mes de abril habían sido derrotadas y desmanteladas, y
en el resto de la ciudad de Mérida se observaba de manera general una
normalidad relativa, por qué en el sector denominado la otra banda aún
predominaba la situación de violencia, desolación y caos guarimbero?

Una primera cuestión surge a propósito de los motivos para mantener


las guarimbas y las fuerzas que la sostenían.

Una segunda cuestión está referida al financiamiento, a la logística


y al apoyo político-partidista y de otro tipo obtenido para montar y
mantener a las guarimbas.

La tercera tiene que ver con otra interrogante ¿esta situación responde
a un proceso planificado por factores partidistas y sociales o encierra
vínculos que van más allá de los meramente políticos?

Y la cuarta cuestión consiste en preguntarse ¿cuál será el escenario


que existirá en la ciudad de Mérida si esta situación no era resuelta
totalmente y determinadas fuerzas subterráneas llegarán a dominar
sectores importantes de la economía y la sociedad merideña, vinculadas a
marcos de ilegalidad supranacionales que brindan apoyo a determinados
factores internos de la ciudad, el país y externamente?

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Que estas cuestiones aún estén planteadas es por qué persisten en
Mérida situaciones como las siguientes:

1) A la combinación de elementos institucionales, económicos, políticos


y sociales que desde hace varios años vienen interviniendo a favor
de poderosos intereses que buscan sujetar a la ciudad y la sociedad
merideña a una realidad totalmente distinta a la que existe en el país
bajo la CRBV.

2) Al papel que en este sentido han tenido instituciones importantes


e influyentes como son la ULA, la Gobernación del estado, la Alcaldía
del Municipio Libertador y factores de la Iglesia Católica merideña, que
de una u otra manera, en mayor o menor medida, han contribuido a
generar, fortalecer y provocar actitudes y posiciones políticas, sociales
e ideológicas en determinados sectores políticos, partidistas, de la
población, estudiantiles y para-estudiantil. Este papel se expresa:

.. En haber sido tomadas prácticamente por factores de dirección


y poder que las han convertido en expresiones que responden a
intereses partidistas, individuales y supra institucionales.

.. En haberse alejado de ser instituciones que tienen como función


esencial cumplir y desarrollar una gestión pública, social y cultural
a favor de todo el país, toda la Nación y todo el pueblo, donde son
los intereses parciales, individuales, partidistas, de dogmatismo,
sectarismo y clientelismo los que dominan y orientan las acciones
de quienes las dirigen.

.. En haber convertido a estas instituciones en factores que acentúan


la mala calidad de la gestión pública y promueven en la ciudadanía
sentimientos de rechazo, repudio y confrontación social.

.. En dar respaldo o ser complacientes con los factores generadores de


violencia y desasosiego en la ciudad y el territorio merideño.

.. En estimular y dar apoyo a formas ilegales de apropiación de


espacios públicos y privados para la consecución de viviendas,
como son por ejemplo las invasiones.

3) Al estar Mérida ubicada en una terraza que pone serias restricciones


físicas y geográficas a la expansión de la ciudad y ante el desorbitado
crecimiento urbanístico típicamente capitalista e insostenible
experimentado en las últimas cuatro décadas, el espacio actualmente
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disponible que tiene esta ciudad para que pueda seguir creciendo (tanto
de manera horizontal como vertical) está seriamente limitado, por lo que
constituye un factor importante de competencia económica y de lucha
para ocupar aquellos que aún no han sido urbanizados pero que son
propiedad de la ULA o de la Nación, tal como es el caso del Aeropuerto
Alberto Carnevalli.

4) En el hecho de tener Mérida y todo el estado una naturaleza prodigiosa


y una geografía que favorece todo tipo de desarrollo, la convierte en un
territorio del cual quieren tener el mayor provecho crematístico y la
mayor plusvalía sectores económicos sin importarles el costo que ello
significa en la destrucción de la naturaleza y belleza escénica natural y
social, económica y culturalmente construida.

Por todas estas razones es enteramente pertinente sostener que en


Mérida es necesario abocarse a estudiar y analizar esta situación con el
fin de:

.. Conmover y aglutinar a todas aquellas personas e instituciones


que de manera real y sincera expresen un interés por revertir y
eliminar a su más mínima expresión los factores aquí señalados que
provocan caos, anarquía y destrucción.

.. Organizar eventos a distintos niveles de la ciudad y el estado Mérida


que sirvan de discusión, clarificación y generador de conciencias
individuales y colectivas para llevar adelante esta acción que
permita rescatar a la entidad merideña de los factores generadores
de caos, anarquía y destrucción.

.. Invitar a estos eventos, en particular al programado por la


Academia de Mérida, a personas que por su obra han destacado del
estado Mérida, en su conjunto, los aspectos físicos y geográficos, el
patrimonio cultural, los aspectos sociales y económicos, y han dado
aportes importantes y significativos a la infraestructura física,
arquitectónica y material del estado que han permitido mostrar
desde el punto de vista cualitativo los cambios que vale la pena
resaltar

Mérida, 19 de noviembre de 2014

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