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Academia de Mérida
Edición coauspiciada por el Vice Rectorado de la Universidad
de Los Andes Diciembre, 2014
ISBN
DERECHOS RESERVADOS
Diseño y Diagramación
Glenis Salas
Fotografías
Entrada de Bolívar a Mérida. Marcos León Mariño
Archivo de la Academia de Mérida
Impresión
Gráficas El Portatítulo
2
Agradecimiento
5
Así, los académicos Amílcar Rivas Dugarte, Baltazar Porras Cardozo,
Rómulo Bastidas Fernández, Freddy Torres González y Rosendo
Camargo Mora trataron los temas relacionados con el Arte Musical,
Aportes de la Iglesia al Desarrollo del Patrimonio de Mérida, Salud,
Teatro e Infraestructura Física.
Junto con estos escritos, hemos pensado mostrar también las bases
y propósitos de dos importantes proyectos que son pensamiento y
acción de la Academia para la vida merideña.
6
politólogos, educadores así como a señoras vecinas y activistas de este
conflicto su opinión al respecto.
7
Los ocultos senderos del poder y la gloria.
Mérida en la Campaña Admirable
de 1813
Índice de capítulo
Pág
Abreviaciones 14
Introducción 15
Luis Alberto Ramírez Méndez
14
Introducción
Difícilmente se hallará otro evento en la historia emeritense que haya
tenido mayor repercusión en los anales venezolanos, latinoamericanos
y universales que los sucesos ocurridos en Mérida entre abril y junio
del año de 18131. La rápida y fulgurante gesta militar conocida como la
Campaña Admirable2 que se escenificó en los suelos andinos ha marcado
el orgullo de los habitantes de la ciudad de las cinco cumbres nevadas,
tanto nativos como extraños elevados al pináculo del honor por haber
aclamado al entonces brigadier de la unión neogranadina Simón Bolívar
con el brillante título con el que actualmente el mundo entero le honra,
el de Libertador3.
15
Las dificultades no sólo se limitaban al campo civil, sino que
trascendían al religioso en una dura lucha por conservar la sede
episcopal, el cabildo catedral, las rentas decimales, el convento de
clarisas y sus cuantiosos capitales colocados a censo6, sino también a la
preeminencia de poseer el primer centro educativo para la formación
de la elite del occidente de aquel conglomerado todavía en formación
como lo era el seminario de San Buenaventura de Mérida, que había
sido elevado al rango de Universidad7 como meta inmediata de la elite
emeritense8.
6
Luis Alberto, Ramírez Méndez: “La ruptura de la proximidad en una sociedad polarizada: el caso del Convento de Santa Clara en Mérida-Ve-
nezuela. 1810-1827”. en Antíteses, V. 4, Nº. 8, p. 873-906, jul./dez. 2011. Disponible en http://www.uel.br/revistas/uel/index.php/antiteses. y
De la piedad a la riqueza. El Convento de Santa Clara de Mérida 1651-1874. Mérida. (Colección fuentes para la historia eclesiástica 4) Archivo
Aquidiocesano de Mérida, 2005. T. I. pp.396-442.
7
Edda O. Samudio A.: El colegio San Francisco Javier en la Mérida colonial. Germen histórico de la Universidad de los Andes. Mérida. Universidad
de los Andes. Ediciones del Rectorado. 2003. T. I. pp. 195-201.
8
Luís Alberto Ramírez Méndez: “La élite del obispado de Mérida de Maracaibo en el seminario conciliar de San Buenaventura.1785-1810.” En:
Procesos Históricos. Nº 21 enero-julio 2012, pp. 149-162.
9
Gabriel Picón Febres (hijo): Datos para la historia de la diócesis de Mérida. Mérida. (Colección clásicos merideños) Ediciones Solar y CDCHT
1998, pp. 111-125.
16
las contradicciones entre los grupos citadinos y con los otros rivales,
situados en las restantes capitales provinciales, cuya única finalidad fue
la búsqueda de su preeminencia en la naciente república, sustentado en
una exhaustiva revisión documental y bibliográfica al respecto.
10
La idea es extensamente desarrollada en el capítulo denominado: La Venezuela que reivindica a Bolívar en: Ramón Díaz Sánchez: “Evolución
social de Venezuela (hasta 1960).” En: Venezuela Independiente. Caracas. Fundación Eugenio Mendoza, 1962. pp. 230-244.
11
Miguel Izard Lorens, denomina a esta visión histórica como la “historia sagrada” y la caracteriza como una”…ortodoxia que empezó a perge-
ñarse durante los mismos acontecimientos y se concluyó hacia 1850, pero sigue vigente en los medios oficiales y se ha recuperado plenamente
desde la llegada al poder de Hugo Chávez. Es un discurso chauvinista muy simple, novelesco, presentado como ejemplar rebosando héroes
como los de la mitología clásica. Una narración cerrada y maniquea que menciona a unos endémicos excelsos que acabaran venciendo a los
pérfidos forasteros. No admite ni preguntas ni cuestionamientos…” Miguel Izard Lorens: “Insurgencias populares y cisma oligárquico” en: Hera-
clio Bonilla (editor): Indios, negros y mestizos en la independencia. Bogotá Editorial Planeta y Universidad Nacional de Colombia, 2010. p. 206.
17
La épica ha regateado sus elegías a personajes anónimos y
desconocidos, aunque hayan sido parte importante de la historia,
un grupo de ellos son las mujeres, que fueron abandonadas por sus
parientes masculinos por diversas razones, algunos porque marcharon
alistados en las tropas de ambos bandos, otros porque fallecieron en el
sismo del año 1812, o como producto de los encuentros bélicos que se
sucedieron en aquella década sangrienta, otros porque huyeron para
salvar sus vidas.
12
Christine Hünefeldt: “Esclavitud, percepciones raciales y lo político: la población negra en la era independentista en Hispanoamérica” en
Heraclio Bonilla (editor): Indios, negros y mestizos en la Independencia. Bogotá. Editorial Planeta Colombiana, 2010. pp. 270-289. José Marcial
Ramos Guedez: “Participación de negros, mulatos y zambos en la independencia de Venezuela. 1810-1823.” En Ibídem. pp.186-202. Zully Cha-
cón “Las ordenanzas de los llanos y sus consecuencias en la guerra de la Independencia en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Nº
380. TXCV. Octubre diciembre 2012. pp. 129-154. Germán Carrera Damas: Boves. Aspectos socieconómicos de la guerra de independencia.
Caracas. Academia Nacional de la Historia, 2009.
18
Esta síntesis de lo ocurrido en Mérida, centrada en los meses en que
aconteció la Campaña Admirable y sus repercusiones en la ciudad de las
cinco águilas blancas se extiende más allá del periodo independentista,
por las necesarias consideraciones históricas y de las mentalidades
estudiadas que subyacen aún hasta el presente. Ciertamente se aleja
de las visiones tradicionales que la historiografía ha mostrado, pero
los análisis realizados están asentados sobre una escrupulosa revisión
documental tanto inédita como publicada y una copiosa bibliografía
cuya información ha sido procesada con excesivo rigor metodológico, lo
cual avala los notables resultados que hoy se presentan al gran público.
19
Tensiones y conflictos
en la Provincia de Mérida.
La élite capitular y religiosa enfrenta
las dificultades
(1810-1814)
21
Pero a diferencia de lo ocurrido en otras localidades de Venezuela
y de la Nueva Granada, en Mérida, la élite local deseaba fortalecer
las instituciones que le proporcionarían su rango dominante sobre el
occidente de Venezuela y el nororiente de la Nueva Granada al elevar
el Colegio Seminario al de Universidad de Mérida, segunda medida
adoptada por la Junta de Mérida en 1810, lo cual ratificaba su deseo de
su predominio y supremacía pues de ese modo la ciudad se convertía
en asiento de la única institución de su tipo en la extensa área
geográfica correspondiente al obispado, con las indudables ventajas
que ello representaba para la urbe y sus grupos dirigentes20.
20
Luis Alberto Ramírez Méndez: “La formación de la élite en el Real Colegio Seminario de San Buenaventura de los Caballeros de Mérida 1782-
1810”. En: Procesos Históricos. Nº 21, (Mérida, enero-junio 2012), pp. 149-162; Alí Enrique López Bohórquez: Un siglo de historia de la Universidad de
Los Andes. Mérida, Universidad de Los Andes, Vicerrectorado Administrativo, 2011; Alí Enrique López Bohórquez: La fundación de la Universidad
de Los Andes. 21 de septiembre de 1810. Mérida, Universidad de Los Andes, 2011.
21
Luis Alberto Ramírez Méndez: El clientelismo partidista en Acción Democrática, (sector educativo Mérida) Mérida. Tesis de maestría. CEP-
SAL-ULA, 1992. p. 11.
22
Ligia Berbesí de Salazar: Los lazos del poder en el gobierno local. Maracaibo 1787-1812. Caracas. (Colección Bicentenario) Ediciones Chirymeck,
2009. pp. 83-96. Belín Vázquez de Ferrer: “El proceso político de Maracaibo en una época de transición. 1799-1830” en Cuaderno de historia. Nº 16.
Maracaibo, Universidad del Zulia. Belín Vázquez de Ferrer, Ligía Berbesí, Nereida Ferrer:”De la elite del poder maracaibera a la dimensión social
del poder en Maracaibo (siglos XVI-XX)” En: Ligía Berbesí (coord.): Poder y mentalidades en España e Iberoamérica (siglos XVI-XX) Implicaciones y
actores. Maracaibo. Editorial de la Universidad del Zulia, 2001. pp. 31-51.
23
Manuel Alberto Donis Ríos: Ob. Cit. pp. 44-47.
22
concepto de élite24. La definición de la misma ha sido sucesivamente
enriquecida por Pareto y Mosca, para quienes, está unida con
el ejercicio del poder político y gobernante25. Por su parte, Karl
Mannheim considera que las élites son parte del sistema de relaciones
colectivas e intervienen en el cuerpo político, compuesto por todos
los grupos y dirigentes que representan un papel activo en la
sociedad26. Mientras, Suzanne Keller, las conceptúa como: (...) minorías
efectivas y responsables por la realización de determinadas actividades
y que a su vez, se refieren a otras personas respecto a las cuales son
responsables (…)27. Igualmente, la autora considera que las élites son
responsables en cuanto a mantener el sistema organizado, el orden de
trabajo, con capacidad para resistir y superar las crisis colectivas que
eventualmente se produzcan.
24
El estudio de las élites ha motivado numerosos trabajos, Cfr: Vilfredo Pareto: The Mind and Society. Eds. for Arthur Livingston, 1935; Gaetano
Mosca: The Ruling Class. New York. McGraw Hill, 1939; Harold D. Landswell, Daniel Learner and C. E. Rotwell: The Comparative Study of the Élites.
Stanford California. Hover Institute Series, 1952; Wright Mills: The Power Élite. New York. Oxford University Press, 1956; Suzanne Keller: Más
allá de la clase dirigente. Madrid. Editorial Tecno, 1971; John E. Kicsa: Empresarios coloniales. familias y negocios en la ciudad de México durante los
Borbones. México. Fondo de Cultura Económica, 1986; Juan Carlos Garaviglis and Juan Carlos Grosso: “Mexican Élites of a provincial Town: The
Landowners of Tepeaca. (1700-1970)” en: Hispanic American Historical Review. 1990. Nº 1. 50. pp. 256-293; Amos Magged: “Acommodation and
Resistance of Élites in Transition. The Case of the Chiapas in Early Colonial Mesoamerica” en: Hispanic Historical American Review. Vol. 71. Nº 3.
august, 1991. pp. 478-500; Alonso Valencia Llano: “Élites, burocracia, clero y sectores populares en la independencia quiteña” en: Revista Procesos
Nº 3. Segundo Semestre, 1992. pp. 55-101; Frédérique Langue: “Orígenes y desarrollo de una élite regional. Autocracia y cacao en la Provincia de
Caracas” en: Tierra Firme Nº 34, 1991, pp. 143-161 y Aristócratas, honor y subversión en la Venezuela del Siglo XVIII. Caracas. (Colección: Fuentes
para la Historia Colonial de Venezuela 252) Academia Nacional de la Historia 2000; Mercedes Ruiz Tirado: “Consideraciones metodológicas para
el estudio de las élites de poder en la Venezuela colonial” en: Tierra Firme, Nº 34, 1991, pp. 135-142; Arlene Urdaneta Quintero: “Élite política de
Maracaibo 1858-1870” en: Tierra Firme Vol. 12. Nº 46. pp. 147-172; Edda O. Samudio: La élite merideña en la primera mitad del siglo XVII, ponencia
presentada en el III. Congreso Nacional de Historia Regional y Local, Caracas 1994. y “La élite capitular de Mérida” En: Emanuele Amodio (comp.):
La vida cotidiana en Venezuela durante el siglo XVIII. Maracaibo. Gobernación del Estado Zulia, Universidad del Zulia. 1999. pp. 147-170; Mercedes
Ruiz Tirado: “La élite política merideña. Aproximación a un sistema de relaciones sociales. Siglo XVII” en: En Búsqueda de la Historia: Memorias de
las 1ras jornadas de Investigación de la Escuela de Historia. Mérida, Universidad de Los Andes, 1998. pp. 349-354; Manuela Cristina García Bernal:
“La élites capitulares indianas y sus mecanismos de poder en el siglo XVII”. en: Anuario de Estudios Americanos. T. LVII. Nº 1. 2000. pp. 89-110;
Leandro Losada: “Reflexiones sobre la historia de las elites en Argentina (1770-1930): usos de la teoría social en la producción historiográfica”. en
Trashumante. Nº 1 enero junio 2013. pp.51-72.
25
Gaetano Mosca: The Ruling Class... p. 70.
26
Karl Mannheim: Man and the Society in the Age of the Reconstruction. Londrés. Kegan Paul, 1946.
27
Suzanne Keller: Más allá de la clase dirigente… p. 14.
28
Ídem.
23
en los factores de tensión y conflicto en los diversos escenarios en los
cuales se desarrolló mostrando especial atención a los protagonistas, sus
motivaciones y actuaciones. El análisis se centra en una revisión del papel
desempeñado por los sectores principales y subalternos, en especial de la
élite capitular y religiosa merideña como un referente de importancia
significativa en el proceso de la independencia venezolana y como
grupos protagonistas del poder. Además, se expresan las contradicciones
entre los grupos citadinos y con los otros rivales, en las restantes capitales
provinciales, cuya única finalidad fue la búsqueda de su preeminencia
en la naciente república29. La investigación se asienta sobre una amplia
revisión documental sobre fuentes publicadas e inéditas que reposan
archivos nacionales y extranjeros.
29
Alicia Morales: “La historiografía venezolana y la independencia: de la provincia de Guayana al centro.” En: Procesos Históricos. Nº 16. (Mérida,
julio-diciembre 2009), pp. 55-66.
30
Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas…”. pp. 82-83.
31
Varios son los trabajos que se han realizado sobre este personaje que participó en el proceso independentista de Mérida, entre ellos destaca-
mos: Vicente Dávila: “Coronel Rodríguez Picón” en: Gabriel Picón Febres: El Apellido Picón en Venezuela. Caracas, Impreso por Primitivo Quero
Martínez. 1922. pp. 23-43; Jesús Rondón Nucete: “La inmortalidad de Antonio Ignacio Rodríguez Picón” en: Academia de Mérida, Nº 20 (Mérida,
enero-diciembre, 2007), pp. 155-175; y María Sobeira Nieto y Alí López: “Monárquico y de repente republicano: el caso del merideño Antonio
Ignacio Rodríguez Picón” en: La primera república de Venezuela: reflexiones en su bicentenario (1811-2011) Memorias de las XI Jornadas de Historia
y Religión. Caracas, Fundación Konrad Adenauer, Universidad Católica Andrés Bello, 2012. pp. 183-211. La actuación pública de Rodríguez Picón
antes del 16 de septiembre de 1810 puede analizarse a través de los documentos publicados por Edda Samudio y David Robinson: A son de caja de
guerra y voz de pregonero. Los bandos de buen gobierno de Mérida 1770-1810. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2009, (Col. Fuentes para
la Historia Colonial de Venezuela, 268)
32
Lo integraban Antonio Ignacio Rodríguez Picón, Eugenio Briceño, Juan Antonio Paredes, Fermín Ruiz y Vicente Campo Elías. Véase: Tulio
Febres Cordero: Actas de Independencia de Mérida, Trujillo y Táchira en 1810. 2 ed. Mérida, El Lápiz, Grupo Editorial y de Investigación, Biblioteca
Febres Cordero, 2007. p. 31.
24
Picón notificó a la primera autoridad provincial que en Mérida todo
estaba tranquilo y contaba con el respaldo de la población, retirándole
la solicitud apoyo militar. En respuesta a esa petición, Miyares previó
el envío de veinticinco hombres con suficientes municiones, y un tren
volante de artillería de cuatro piezas con los juegos de armas de su
servicio a cargo de un cabo veterano, aunque existían dificultades para
su remisión por la escasez de los mismos en Maracaibo33. Esto demuestra
las deficiencias que enfrentaba la comandancia militar de la provincia
para defender el territorio más allá de la ciudad portuaria.
33
Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas…”pp. 83-84.
34
Para conocer algunas actuaciones de la Junta consúltese el trabajo de Edda Samudio: “La Junta Superior Gubernativa defensora de los derechos
de Fernando VII en Mérida y la adhesión de otras ciudades andinas” en: La rebelión de las provincias. El libro del bicentenario de la provincia de
Mérida. Mérida, Alcaldía de Libertador, Comisión Bicentenaria, 2010. pp. 25-51.
35
Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas…” p. 86.
36
Ibídem., p. 84. (…) Se les leyeron públicamente los oficios dirigidos a este Ilustre Ayuntamiento, y Ciudad, por las Juntas Supremas de Santa Fé y
Caracas y por la superior de Barinas, en que se les amenaza con un próximo rompimiento de Guerra, si no se adhieren a la causa común que defienden
las enunciadas Capitales, y Provincias (…) Tulio Febres Cordero: Actas de Independencia de Mérida, Trujillo y Táchira en 1810… p. 33. Señala Héctor
Bencomo Barrios, que estando Rivas Dávila en Barinas, antes de llegar a Mérida, los miembros de la Junta de esa localidad le pusieron a su
disposición algo más de doscientos hombres armados para que los emplease, llegado el caso, en provecho del éxito de la nación, pero según el autor,
su palabra persuasiva, unida a la predisposición de los merideños hacía la libertad, dejaron sin efecto el empleo de la fuerza de las armas. Véase:
Héctor Bencomo Barrios: “El Ilustre Prócer de la Independencia Coronel Luis María Rivas Dávila” en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia,
Nº 247, T. LXII, (Caracas, julio-septiembre, 1979), p. 646.
25
La Provincia de Mérida (1810)
37
Sobre esta temática recomendamos ampliamente el trabajo de Marcos Araque: Sin oficio ni beneficio, sin renta ni hacienda conocida, vagos y
malentretenidos en Mérida 1809-1858. Mérida, Facultad de Humanidades y Educación, Escuela de Historia. (tésis), 2010.
38
“Constitución de la Provincia de Mérida” en: Las Constituciones Provinciales. Estudio Preliminar Ángel Francisco Brice. Caracas, Academia Na-
cional de la Historia, 1959. (Col. Sesquicentenario de la Independencia), pp. 279-280.
39
Ibídem., p. 88.
26
mantendrían por tres años en sus labores; todos iniciarían y culminarían
en enero, sus nombramientos se harían por el cabildo asociado de los
apoderados de las parroquias, nombrando uno cada una, a través del
voto. También habría un escribano público, con dos años de duración
en su desempeño. Se estipulaba que los alcaldes, regidores, procurador
y escribano debían ser mayores de 25 años, de buena conducta, con
instrucción y que tengan amor a su suelo, sin parentesco consanguíneo
entre sí. No se exigían estudios universitarios, pero el escribano debía ser
examinado y aprobado por el tribunal de apelaciones40.
40
José Félix Blanco y Ramón Azpúrua: Documentos para la Historia de la vida pública del Libertador. Caracas, Comité ejecutivo del Bicentenario
de Simón Bolívar, Ediciones de la Presidencia de la República, 1978. T. III, pp. 331-332.
41
Ibídem., p. 332.
42
Causas de Infidencia, documentos inéditos relativos a la Revolución de la Independencia. Caracas, Archivo General de la Nación-Imprenta Nacional,
1952 T. II. pp.40-41.
27
de su indefensión, más aún cuando el terremoto del 26 de marzo de 181243
devastó la ciudad y afectó de forma negativa el parque y contingente
militar.44
43
Información sobre el terremoto puede consultarse en: Rogelio Altez: “Cronometrización extemporánea: Los sismos del 26 de marzo de 1812 en
Caracas y Mérida” en: Revista Geográfica Venezolana. Vol. 39 (1 y 2) (Mérida, 1998), pp. 297-326; Jaime Laffaille y Carlos Ferrer: “El Terremoto del
Jueves Santo en Mérida: año 1812” en: Revista Geográfica Venezolana. Vol 44 (1) (Mérida-2003), pp. 107-123; Jaime Laffaille y Carlos Ferrer: “El
terremoto de Mérida de 1812: Escudriñando entre las páginas de una novela inconclusa en busca de información acerca de una historia real” en:
Revista Geográfica Venezolana. Número especial, (Mérida, 2005), pp. 217-232; Rogelio Altez: El desastre de 1812 en Venezuela: Sismos, vulnerabili-
dades y una patria no tan boba. Caracas, Fundación Polar, 2006.
44
Robinzon Meza y Francisco Soto: “Entre la fidelidad de Maracaibo y la revolución de Caracas…”pp. 92-93.
45
Ibídem., p. 93.
46
Juicios realizados a hombres y mujeres que desobedecieron el poder español por medio de actos, palabras, escritos e intentos de instaurar gobier-
nos republicanos durante el proceso independentista venezolano. Algunos de los merideños que se les siguió causas de infidencia fueron: Antonio
Ignacio Rodríguez Picón, Juan Antonio Paredes, Luis María Rivas Dávila, Antolín del Pino, Mariano del Pino, José María Salas, Juan Agustín
Gutiérrez, Blas Hernández Pascua, Pedro Jugo del Pulgar, José Ignacio Márquez, y Martina Picón, entre otros. Los resúmenes de las causas pueden
consultarse en: Memorias de la Insurgencia. 2 ed. Caracas, Centro Nacional de Historia-Archivo General de la Nación, 2011.
47
Supuestamente a Buenaventura Arias se le siguió causa de infidencia, cuestión que no se podido corroborar.
48
Luis Alberto Ramírez Méndez: “María Salas: Patriota por convicción, realista por ignorancia” en: País de Papel, N° 1, (Mérida, 2012) pp.132-133.
28
Monarquía49. Los daños causados por el movimiento telúrico en el suelo
merideño fueron numerosos, muchas de las edificaciones emblemáticas
de la ciudad fueron afectadas, casi se podría decir que la localidad quedó
destruida. Esto motivó una amplia discusión entre sus habitantes y
particularmente entre los dos bandos religiosos en pugna. La discusión
se centró durante los primeros meses de 1813, en torno a la reedificación
de la urbe o su mudanza al pueblo de San Juan, sitio que carecía de los
requerimientos necesarios para su habitabilidad y de afluentes de agua
cercanos.
29
Por otro lado y en una posición enfrentada con los anteriores, era
la sostenida por un grupo de presbíteros de la jurisdicción quienes
auspiciaban la reconstrucción de la ciudad. Justificaban su actitud en que
los pobladores de Mérida habían retornado a sus hogares y, se encuentran
ya entre su recinto mas de quatro mil y seiscientas almas, tres templos
quedaron intactos, las calles estaban limpias, y en funcionamiento sus
acequias52. Asimismo reiteraban que la meseta en la que se asentó la
ciudad no había sufrido daños lamentables, por lo tanto era el lugar más
apropiado por: la estabilidad del terreno, las aguas saludables de sus ríos,
lo agradable de su temperatura, la igualdad de sus estaciones y sobre
todo, por la facilidad que ofrecía para concluir una obra ya iniciada, en
lugar de comenzar una nueva. En vista de tales razonamientos, el 25 de
enero de 1813, instaron al cabildo merideño a reiterarle al gobernador
de la provincia la necesidad de reconstruir la urbe en el mismo sitio
y a su vez promover tal idea ante otras instituciones gubernativas.
Además, creyeron pertinente reconstruir una cárcel, la casa consistorial,
y priorizar la atención de la enseñanza pública con el reinicio de los
estudios de la gramática, la filosofía y la teología53.
Para lograr esos objetivos, el presbítero patriota José Luis Ovalle,54 cura
de El Morro, fue nombrado de forma unánime, por los otros clérigos de la
jurisdicción, quienes apoyaban mantener en Mérida las instituciones de
piedad, instrucción y beneficencia, para realizar las diligencias pertinentes
ante los magistrados de la Audiencia, ante quienes ya se había elevado
un recurso. Para cumplir con tal actividad solicitó se le otorgara una
licencia por un tiempo prudencial, de sus labores religiosas, de las que se
encargaría el cura de Acequias. El permiso fue otorgado, el 3 de febrero,
por el deán Francisco Javier de Irastorza, quien había trasladado el cabildo
catedral al poblado de Lagunillas, cercano a Mérida55. Los reclamos de los
clérigos fueron respondidos por el tribunal, asentado temporalmente en
Valencia, con una real provisión que impedía el traslado de la ciudad, al
igual que el de sus instituciones.
Del mismo modo, los religiosos José Luis Ovalle y José Rafael Victorio
Jaymes, en representación de otros sacerdotes también exigieron
información sobre la decisión del cabildo eclesiástico, que había
fulminado con censura mediante una (…) excomunión que mandó firmar
52
Para ubicarnos en contexto se presentan algunos datos poblacionales de Mérida. En 1770 la población era de 2.800 habitantes y siete años más
tarde se calculaba en 3.369 pobladores, mientras que para 1803 se le atribuían un total de 7.016 habitantes. Véase: Edda Samudio: La élite capitular
de Mérida, en: Emanuele Amodio (comp.): Vida cotidiana en Venezuela durante el siglo XVIII. Maracaibo, Gobernación del Estado Zulia y Universi-
dad del Zulia. 1999. pp. 147-170. Hasta ahora se desconocen las cifras exactas de los fallecidos en el terremoto.
53
Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida. T. III…p. 152.
54
Se le señaló de insurgente de primera clase y se le siguió causa en 1815. Fue acusado de participar en la Campaña de Mucuchachí de 1813. El
expediente completo se encuentra en el Archivo General de la Nación. Sección Causas de Infidencia. T. XXVI. Expediente 12. Folios 196-232. En
adelante AGN. Un resumen de la causa puede consultarse en Memorias de la Insurgencia… p. 405.
55
Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de…T. III, pp. 303-304.
30
en las puertas de las Iglesias de esta Jurisdicción contra los que impidiesen,
perturvasen, ó aconsejasen se impida la dha. traslación56. De inmediato,
los sacerdotes defensores de mantener las instituciones en Mérida se
dirigieron hasta Lagunillas a entrevistarse con el cabildo catedral y le
presentaron la real provisión de la Audiencia que suspendía el traslado
de tales instituciones57. El deán Irastorza y el canónigo Mass y Rubí
obedecieron tal normativa, a pesar de su descontento; además mandaron
a recoger el escrito publicado en el que se estigmatizaba a aquellos que
eran opuestos a la mudanza de las mismas a Maracaibo.
56
Ibídem., p. 305.
57
Los trabajos de representación de los curas merideños, en esta importante institución, los había realizado el procurador Antonio Viso, quien
sustentó seriamente sus argumentos, tal como se puede observar en el extenso documento presentado en la Audiencia. Véase: Gabriel Picón
Febres hijo: Datos para la historia de la Diócesis de Mérida… 2 ed. pp. 114-120.
58
El 25 de marzo de 1813 José Domingo Rus, representante de la provincia de Maracaibo a la Corte en Cádiz, pedía que la residencia habitual
del prelado Diocesano, el Cabildo Eclesiástico, el Colegio Seminario y el Convento de Monjas se trasladasen a Maracaibo puesto que Mérida
había quedado destruida por el terremoto. Véase: Maracaybo representado en todos sus ramos por su hijo diputado á cortes don José Domingo
Rus Ortega de Azarraullia. Madrid. En la imprenta de Vega y Compañía. MDCCCXIV. p. 47. Rus obtuvo una respuesta el 2 de agosto de ese año,
en Real Orden de la Regencia, se le dio autorización para trasladar el Colegio Seminario a Maracaibo y modificarle el nombre a Colegio Real de
San Fernando, no se nombró el resto de las instituciones. Véase: Eloi Chalbaud Cardona: Historia de la Universidad de Los Andes. 2 ed. Mérida,
Universidad de Los Andes, 1987, T. II, p. 158.
59
Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de… T. III. pp. 299-303.
31
plomo y pesaban seis y media arrobas, según lo manifestó la doña Isabel
Briceño, esposa de don Jayme Fornés, depositarios de los implementos60.
La disposición de ingentes recursos económicos era necesario para la
manutención de las tropas en guerra, y éstos había que buscarlos donde
hubiera, así fueran en las sacrosantas arcas de la iglesia.
60
Ibídem. pp. 288-289. Tal como lo señala la tradición, los tubos no fueron enviados.
61
Ibídem. T. II, p. 372.
62
Ibídem. T. II, p. 373.
63
Maracaybo representado en todos sus ramos por su hijo diputado á cortes don José Domingo Rus… pp. 149-150. El 6 de mayo la Audiencia
ordenó la restitución del Cabildo Eclesiástico a la ciudad de Mérida. Véase: Gabriel Picón Febres hijo: Datos para la Historia de la Diócesis de
Mérida… 2 ed. p. 120.
32
La doctrina religiosa realista, defendida por el deán Francisco Javier de
Irastorza y el canónigo Mateo Mass y Rubi, planteaba en su cosmovisión
que la revolución de independencia era definitivamente pecaminosa
y que a sus representantes sólo podían verlos como hombres alzados
contra Dios y el Rey, movidos por el demonio. La república era vista
como una quimera, una ficción, una mentira, que alucinó a unos pocos, y
que eliminó la felicidad, todo esto dentro de la idea general de la unidad
de Dios y el monarca64. Cabe destacar que los conflictos no fueron una
simple desavenencia entre religiosos sino que la independencia replanteó
las disputas estructurales en el ámbito político-administrativo, ya que
Mérida se había erigido como una provincia autónoma y Maracaibo
aspiraba consolidar su capitalidad provincial, de allí la importancia de
que las instituciones señaladas se ubicaran en uno u otro territorio.
64
Tomás Straka: La voz de los vencidos. Ideas del partido realista de Caracas, 1810-1821. 2ª ed. Caracas, Bid&co. Editor, Universidad Católica
Andrés Bello, 2007. p. 193.
65
Héctor Bencomo Barrios: “Campaña Admirable de 1813” en: La Campaña Admirable, Celebración del Sesquicentenario en Mérida. Caracas,
Biblioteca de Autores y Temas Merideños, 1965, pp. 105-124. Esta publicación se organizó con la intención de recopilar diversos trabajos sobre
tan importante hecho histórico y su repercusión en Mérida. Los otros artículos son: José Nucete Sardi: “La Campaña Admirable y sus proyec-
ciones militares, políticas, económicas y sociales”, pp. 15-34; Guillermo Morón: “El nombre de Campaña Admirable”, pp. 35-44; Manuel Pérez
Vila: “La formación militar de Bolívar a través de sus lecturas”, pp. 45-60; Neptalí Noguera Mora: “Figuras y hechos singulares de la Campaña
Admirable”, pp. 61-90; Pedro Nicolás Tablante Garrido: “La Campaña Admirable, celebración del centenario por la Universidad de Los Andes”,
pp. 91-104; Cristóbal L. Mendoza: “La entrada de Bolívar a Mérida”, pp. 125-134; José Ramón Medina: “Bolívar y la Poesía”, pp. 135-184; Pedro
Pablo Barnola: “Nobleza pide lealtad”, pp. 185-193; Ramón Díaz Sánchez: “El Estado Bolivariano”, pp. 194-208; José Gregorio Pérez Rojas: “La
ciudad y el héroe”, pp. 217-232; Ernesto Jérez Valero: “El mural: mensaje del futuro”, pp. 245-254; y Ramón J. Velásquez: “Desde el principio de
la Historia”, pp. 255-273.
66
Ebert Cardoza Sáez: “Milicias y pugnas socio-étnicas en el proceso juntista de 1810. Las milicias merideñas en la Guerra de Independencia”
en: La rebelión de las provincias… p. 168.
33
El cabildo de Mérida le envió un oficio a Bolívar el 18 de abril, a través
del regidor y brigadier Gabriel Valera, quien fungió como emisario,
informándole de la salida en la noche anterior, del comandante militar
realista del destacamento. Asimismo, en un tono dubitativo, señalaban
que ya tenían conocimiento de su pronto arribo a la localidad por lo que
lo felicitaban, le ofrecían tomarla pacíficamente y le suplicaban que por el
mismo hecho de venir en nuestro favor, no consiente que sus tropas agraven
las ruinas, miserias y extorsiones que ha padecido esta desgraciada ciudad.
De igual forma, le proporcionarían los alojamientos y comida requeridos
para el ejército, a pesar de las consecuencias del terremoto67.
67
Guillermo Hernández de Alba (compilador): Archivo Nariño 1812-1815. Bogotá, Fundación para la Conmemoración del Bicentenario del Na-
talicio y el Sesquicentenario de la muerte del General Francisco de Paula Santander, 1990, T. V p. 150.
68
José Félix Blanco y Ramón Aizpurúa: Documentos para la Historia de la vida pública del Libertador. T. IV…. pp. 577-578. Dos días más tarde
Simón Bolívar notificaría al gobierno neogranadino las instrucciones dadas a Cristóbal Mendoza. Ibídem., p. 577.
69
Pedro Vicente Sosa Llanos: Guerra, hacienda y control fiscal en la Emancipación de Venezuela (1810-1830). Caracas, Archivo Histórico de la
Contraloría General de la República, 1995. p. 171.
34
El mismo 28 de abril, Bolívar envió al Ayuntamiento de Mérida un
oficio informándoles lo decidido sobre la nueva autoridad. Se congratulaba
por el escrito que le había remitido la institución, comunicado desde
La Grita, por el regidor Valera. Bolívar les reiteró la inmunidad y buen
tratamiento de los que gozarían los vecinos y habitantes americanos
de ese territorio70. Era evidente que Bolívar requería del apoyo de los
pobladores en una guerra que desde sus inicios adquirió un carácter
social, pero el pueblo no se sentía representado en el discurso de los
élites que la dirigían, blancos con poder que asumían los ideales de la
Revolución Francesa, pero mantenían la esclavitud y su desprecio a los
indígenas y mulatos.
70
Escritos del Libertador. Caracas, Sociedad Bolivariana de Venezuela, 1968. T. IV. p. 223.
71
Alcalde ordinario en 1809, antiguo teniente justicia mayor, sin mayor figuración entre los años 1810 y 1811. Regidor del Ayuntamiento en
1812. Véase: Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida 1810-1823” en: Boletín de la Academia Nacional de la Historia,
XLI: 163 (Caracas, julio-septiembre, 1958), p. 259.
72
Natural de Santafé de Bogotá, hijo de Doña Margarita Heredia. Estuvo entre los comuneros de Mérida, y fue nombrado Alférez de la Tercera
Compañía que comandaba el Capitán del Número Antonio de la Cruz Monsalve. Se casó con María Rafaela Ortega. Padre de 13 hijos. Véase:
Roberto Picón Parra: Fundadores, primeros moradores y familias coloniales de Mérida (1558-1810). Caracas, Academia Nacional de la Historia,
1993, T. IV, (Col. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 225), p. 427.
73
Fue el sindico del Convento de las Clarisas que ejerció sus funciones por mayor tiempo, durante 27 años, desde 1811 hasta 1848, en su gestión
se siguieron 39 causas ejecutadas para proteger los bienes del Convento. Véase: Luís Alberto Ramírez Méndez: De la piedad a la riqueza. Con-
vento de Santa Clara de Mérida 1651-1874… pp. 228-229.
74
Nacido en Mérida el 13 de junio de 1789. Inició sus estudios de Latinidad en 1800 en el Seminario de San Buenaventura de Mérida, el 1º de
junio de 1805 se matriculó para cursar Filosofía, graduándose de Bachiller el 24 de octubre de 1808 y Licenciado el 8 de septiembre de 1809, ese
mismo año obtiene el grado de Maestro en Filosofía. Uno de los próceres más destacados de los merideños por sus actuaciones posteriores. En:
Roberto Picón Parra: Fundadores, primeros moradores y familias coloniales de Mérida (1558-1810)… pp. 558-560.
75
Casado con Doña Nicolasa Quintero, hija legítima de Don Juan Nepomuceno Quintero y Doña Gertrudis de Lara. Este enlace se efectuó el
30 de octubre de 1809. En Ibídem., p. 44.
76
Blanco de segunda clase, cuyo ruidoso caso con el Ayuntamiento por el uso del paraguas lo hicieron reconocido al final del siglo XVIII. Tenía
68 años en 1813. Véase los trabajos de Vicente Dávila: Investigaciones Históricas. Caracas, Tipografía Americana, 1927. T. II, pp. 64-68; y Héctor
García Chuecos: Historia Colonial de Venezuela. Caracas, Archivo General de la Nación, 1986. T. II, pp. 201-226.
77
Rafael Dávila, esclavo de Cerrada, solicita seguirle juicio a éste, ante el alcalde ordinario de segunda elección, para libertar a su mujer. Archi-
vo General del Estado Mérida. Esclavos y Manumisos. T. V. Folios 67-68 v. En adelante AGEM.
78
Casado con Matea Moreno, hijo legítimo de Nicolás de Contreras y María Francisca Gómez. Véase: Roberto Picón Parra: Fundadores, primeros
moradores y familias coloniales de Mérida... T. IV. p. 139. El doce de abril de 1813 el regidor Pedro Contreras tuvo un altercado con Francisco
Torres siendo gravemente herido de puñalada en la paleta derecha. Véase: AGEM. Materia Criminal. Heridas. T. IV. Folios 97-99v.
79
Para el mes de octubre aparece Fermín Ruiz como procurador del Cabildo.
80
Obtuvo el Título de Doctor en Teología y Derecho Civil en la Universidad de Mérida. En el período posterior a la guerra figuró en el Recto-
rado y en la Cátedra, en los Congresos y en las Cortes de Justicia. Véase: Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida
1810-1823”… p. 260.
81
Según Robinzon Meza se desconocen muchas de las condiciones en que se juró la Constitución de Cádiz en las provincias donde las tropas
españolas recuperaron posiciones. Es el caso de Mérida, y los efectos directos sobre la administración. Consúltese: Las políticas del trienio liberal
español y la Independencia de Venezuela 1820-1823. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2010. (Col. El Libro Breve) p.12.
35
En una comunicación que envía el 13 de mayo Vicente Campo Elías82
a Cristóbal Mendoza, quien todavía no había llegado a Mérida83, le
informaba sobre los movimientos de los militares realistas en Betijoque,
Escuque, y Carache, y el número de tropa con que contaban. Igualmente,
señalaba que en esos momentos era importante sacudir la tiránica
opresión de los enemigos y que el método de gobierno adoptado para la
gobernación sería el más conveniente a la seguridad común84. Dejó ver
que existían varias visiones sobre el sistema de gobierno a implementar.
El 18 de mayo el doctor Mendoza se posesionó del cargo de Gobernador,
ese mismo día llegó a la ciudad la vanguardia del ejército comandada por
Atanasio Girardot85.
82
Personaje que se le abrió juicio de infidente Post Morten en 1814. El original de la causa se ubica en el AGN. Sección Causas de Infidencia. T.
XXIV. Expediente 1. Folios. 1-23. El resumen de está en Memorias de la Insurgencia… p. 102.
83
El 3 de mayo Francisco de Paula Santander le escribe una comunicación al coronel Manuel del Castillo, desde La Grita, informándole que
Bolívar le había solicitado le entregara una compañía al ciudadano Cristóbal Mendoza para que llegase hasta Mérida. le preguntaba qué debía
hacer. Véase: Andrés Montaña (compilador). Santander y los ejércitos patriotas 1811-1819…pp. 44-45.
84
Memorias del General O’Leary. Documentos. T. XIII pp. 225-226.
85
Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida 1810-1823”, p. 261.
86
Héctor Bencomo Barrios: “Campaña Admirable de 1813” en: La Campaña Admirable,...p. 114.
87
Hasta ahora no se ha ubicado este documento.
88
José Félix Blanco y Ramón Azpúrua: Documentos para la Historia… T. IV. pp. 594-595.
36
La liberación de Mérida del poder realista coincidió con la llegada de
importantes personajes que habían tenido alguna participación política
en los hechos de 1810 hasta 1812. Antonio Ignacio Rodríguez Picón,
Francisco Ponce, Vicente Campo Elías, José Jugo, Juan Antonio Paredes
y Francisco Antonio Uzcátegui, entre otros, quienes apoyaron a Bolívar
y serán las autoridades principales de la urbe y militares de renombre en
la campaña libertadora llamada posteriormente Admirable89.
37
El 8 de junio de 1813, a días de retirarse de Mérida y continuar con su
campaña militar, Bolívar emitió su proclama a los valerosos merideños.
Como ya lo han señalado diversos investigadores, antesala del famoso
decreto de Guerra a Muerte, que dictará días después en Trujillo. Producto
de algunos sucesos particulares del enfrentamiento bélico, su posición
se radicalizó aún más contra los españoles a quienes llamó monstruos
y verdugos; expresando que su bondad se había agotado y su odio sería
implacable. Se congratulaba por la libertad lograda, por el regreso a
la República Federal y el imperio de la ley92. Con este planteamiento,
Bolívar buscaba polarizar el enfrentamiento bélico contra los españoles
y canarios, principales componentes del ejército realista y lograr la
incorporación de los nacidos en estas tierras sin distinción de color o
clase social, es decir intentaba convertir la pugna social de calidades en
uno de nacionalidades93.
92
Ibídem., pp. 620-621.
93
Ebert Cardoza Sáez: “Milicias y pugnas socio-étnicas en el proceso juntista de 1810…” p. 157.
94
AGEM. Protocolos. T. XCV. Carta de poder. Mérida, 9 de junio de 1813. ff. 220v-221v.
38
recursos impositivos, tales como empréstitos forzosos, impuestos
diversos y los secuestros de los bienes de infidentes95.
95
Pedro Vicente Sosa Llanos: Guerra, hacienda y control fiscal en la Emancipación de Venezuela. p. 37.
96
Néstor Abad Sánchez, dice que este personaje fue uno de los que recibieron en su paso por Bailadores el 19 de mayo al Libertador Simón
Bolívar, aunque no señala de donde extrajo la información. Véase: “Mariño: alfa y omega de la Independencia en la Provincia de Mérida (19 de
mayo de 1812-23 de enero de 1823)” en: Desde Bailadores, Año II, N° 2, (Bailadores, marzo de 2012), pp. 3-4.
97
Memorias del General O’Leary. Documentos. Caracas, Imprenta de la “Gaceta Oficial”, 1881, T. XIII. pp. 195-196. El 29 de abril Santander le
escribe una carta desde Bailadores al Coronel Manuel Castillo donde le dice: Ya usted estará informado de mi debate con Bolívar. Le hablé con
sobrada claridad y entereza, y sé que me he ganado un partido con él por esta resolución. Tres veces le he pedido dinero, arroz y sal. Nada ha venido
después de que dos días ha comido la tropa sin sal (…) si en este pueblo no embargo una carga y unas reses, nos hubiéramos muerto de hambre (…).
Véase: Andrés Montaña (compilador). Santander y los ejércitos patriotas 1811-1819. Bogotá, Fundación para la Conmemoración del Bicentenario
del Natalicio y el Sesquicentenario de la Muerte del General Francisco de Paula Santander. 1989. p. 39.
98
Véase: Boletín del Archivo Histórico de la Provincia de Mérida. Nº 13 y 14 (Mérida, enero-mayo, 1945), p. 25.
99
Este personaje fue vocal de la Junta Gobernativa de Mérida en 1810.
100
AGEM. Asuntos Diversos. T. LIX. Folios 199-201.
39
a cada uno cuotas que deberían entregar al ejército de la unión como
préstamo forzoso. De allí la escritura de donación, fechada el 22 de junio,
que dejó María Simona Corredor, -una de las heroínas resaltadas por
Tulio Febres Cordero101-, de una casa entregada a la Patria para completar
los quinientos pesos que le correspondía aportar, pues solo contaba con
cincuenta en efectivo. Valorada en cuatrocientos cincuenta, la morada
era de tapia, contaba a su vez con una acequia interna para el servicio
del agua, y se ubicaba cercana al Convento de San Francisco, colindante
con las casas del alcalde Ignacio Rivas y del regidor Pedro Contreras.
La otorgaba para gozarla, arrendarla, venderla o cambiarla102. Por esta
donación se le ha considerado una heroína, sin estudiar el porqué de
los hechos, y analizar que fue la institución municipal la encargada
de asignarle tan alta suma de dinero, que ella misma declara no tener.
Casi podría decirse que se le obligó. Esto nos permite preguntarnos ¿A
cuántos merideños les tocó aportar recursos para la guerra a través de
ese procedimiento? ¿Eran tan altas las cuotas como la asignada a la viuda
de Asencio Pico? Cuestiones que aún no pueden ser resueltas por escases
de documentación.
40
permitieron que el 21 de septiembre de 1813 el secretario de hacienda,
Antonio Muñoz Tébar106, pudiera referirse a los treinta mil pesos107 y
ochocientas caballerías aportados por los merideños frente al escaso
apoyo otorgado por los habitantes de Caracas108.
Los treinta mil pesos entregados por los merideños para apoyar al
Libertador Simón Bolívar son un punto de honor en la historiografía
regional y local. Enmarcado en las transacciones económicas de la época la
suma era elevada, los documentos señalan lo escaso del dinero circulante
que había en la ciudad, por las circunstancias de la guerra que habían
menguado el caudal depositado en sus arcas. A pesar del documento
antes citado, quedan algunas dudas ¿Fueron entregados los recursos en
posesiones como la denominada casa de la patria? ¿Sería una arenga a
los habitantes de Caracas que no habían apoyado económicamente
suficientemente a la causa independentista? Futuras investigaciones
basadas en fuentes primarias podrán dilucidar esas interrogantes.
41
reparaciones las podían coordinar cuatro comisiones, compuestas de
cinco sujetos, con el apoyo del pueblo en general, y proponía que todo
el vecindario de Mérida, La Punta y la Otra Banda se encargaran de la
reconstrucción del colegio seminario. Los más pudientes, -por medio de
comisionados en cada localidad-, acopiarían los bastimentos necesarios.
Para el arreglo de la Iglesia apoyarían los pueblos de Mucuchíes y Tabay,
mientras los habitantes de Ejido ayudarían en la reparación de los
edificios de la Universidad y el Palacio, y a su vez, la Casa Consistorial y
Cárcel la compondrían los vecinos de la villa de Timotes.
109
Antonio Ramón Silva: Patriotismo del clero de la Diócesis de Mérida…pp. 208-212.
110
En 1812 se le había apresado por infidente. El original de la causa se encuentra en el AGN. Sección Causas de Infidencia. T. XL. Expediente
2. Folios. 10-180. Un resumen en: Memorias de la Insurgencia, p. 448. Regresa a Mérida el seis de mayo después de un año de ausencia, en el que
pasé los mayores trabajos en prisiones, grillos, cadenas, bóvedas, y pontones en Puerto Cabello, hambres, desnudeces, insultos, y en una palabra,
todo género de incomodidades y desdichas, sin otro delito que haber abrazado la causa del patriotismo, jurando la independencia de España. El 25
de Mayo de 1813 He presentado y entregado mis hijos Francisco, Jaime y Gabriel al General Bolívar, aclamado Libertador por este pueblo. Parece
hombre extraordinario, y hace pensar mucho con respecto al porvenir. Su elocuencia corre como un río. Véase: Gabriel Picón Febres. El Apellido
Picón en Venezuela… pp. 58-59. La prisión pudo haberle hecho cambiar su mentalidad sobre la esclavitud y por eso lo tenemos el 20 de junio
de 1813 otorgándole la carta de libertad a su esclavo Eugenio, de treinta y ocho años, por los buenos servicios prestados mientras él no se en-
contraba en la ciudad, le colocaba una condición, que lo ayudase como Mayordomo en la Hacienda que tenía en La Punta. AGEM. Protocolos.
T. XCV. Folios 222-222v.
42
En esa asamblea, fueron elegidos para reparar la capilla que serviría
de catedral el doctor Buenaventura Arias, el presbítero Juan José
Dugarte, José Arias, Juan José Rangel y Justo Arias; para el colegio
Francisco Antonio Uzcátegui, el presbítero José Luis Ovalle, Cayetano
Sánchez, Ignacio Antonio Pereira, y Atanasio Alvarado; para las Casas
de la Universidad y la Episcopal el regidor Luis Cerrada, Fernando de
la Cruz, Eduardo Ovalle, Juan José Valero, y Vicente Pino111; para las
consistoriales y la cárcel pública los alcaldes ordinarios Ignacio de Rivas
y Nicolás Parra, el procurador Fermín Ruiz, Manuel Agustín Izarra y
Francisco Riveros112. Sin duda, lo más representativo de la ciudad y su
jurisdicción, la élite civil y religiosa, partidarios de la política republicana.
111
Supuestamente fue este personaje el que le regaló el perro Nevado a Simón Bolívar en su paso por Mucuchíes. Véase: Tulio Febres Cordero:
Mitos y Tradiciones… pp. 51-71.
112
Antonio Ramón Silva: Patriotismo del clero de la Diócesis de Mérida… pp. 212-214.
113
Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida. T. III. pp. 269-270.
114
Recomendamos consultar el interesante trabajo del profesor Homero Calderón: “La Biblioteca Torrijos, minuta de un tesoro bibliográfico”
en: Boletín del Archivo Histórico de la ULA, 11, (Mérida, enero-junio, 2008) pp. 13-27.
115
Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida. T. III. pp. 270-272.
43
Entre noviembre y diciembre de 1813 se reunió, en par de
oportunidades, el cabildo catedral y tomaron nuevas decisiones. Le
recordaron al pueblo merideño el voto realizado en referencia al culto
del santísimo sacramento; se dispuso que una vez que estuviera lista
la capilla del seminario se celebrasen en ella todas las funciones de la
catedral, tal como se realizaba en la iglesia Santo Domingo antes del
terremoto, y trasladando los restos del obispo Santiago Hernández
Milanés, fallecido en el movimiento telúrico de 1812. Mientras tanto,
los oficios divinos se ejecutarían en la iglesia del convento de las monjas
clarisas y como faltaban dos prebendados, de los cuatro necesarios
para celebrarlas, eligieron canónigos suplentes al doctor Mariano de
Talavera116 y a Enrique Manzaneda y Salas117, dos importantes personajes
de la época118.
La situación militar, al finalizar el año 1813, nuevamente era
preocupante para los merideños. José Bidal Molina, reo del ejército
realista destacado en Mucuchachí, y natural de Bailadores, declaraba
sobre los movimientos de las tropas enemigas, dando informaciones
poco alentadoras para los patriotas, lo que presagiaba un año difícil119.
En esas precarias circunstancias militares y políticas de Mérida en 1814
se desarrolló la lucha armada que comandó Juan Antonio Paredes, jefe
civil y militar de la provincia, quien se enfrentó constantemente contra
los godos de Bailadores, La Grita, y Chiguará, comandados por Bartolomé
Lizón, quienes nuevamente retomarían Mérida con la derrota del ejército
de Rafael Urdaneta en Mucuchíes. El 18 de septiembre de 1814 Sebastián
de la Calzada ocupó la ciudad, lo que produciría una nueva emigración
de los patriotas más connotados120, iniciando otro período de dominación
española extendido, casi sin interrupción, por seis años, hasta 1820121 .
Consideraciones Finales
116
El 20 de agosto de 1813 Mariano de Talavera le vende un solar que tenía dentro de la ciudad a Francisco Antonio Uzcátegui en ciento cua-
renta pesos que los canceló en efectivo. AGEM. Protocolos. T. XCV. ff. 261v-263.
117
A este personaje, junto al reverendo Fray Juan Agustín Ortiz, el doctor Antonio María Briceño, y el bachiller José Lorenzo Aranguren, todos
vecinos de Mérida, se les acusó de infidentes en 1812. Véase: Causas de Infidencia, documentos inéditos…. pp. 138-187.
118
Antonio Ramón Silva: Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida. T. III. pp. 272-274.
119
AGEM. Materia Criminal. Conspiración, Infidencia y Asonada. T. V. Folios 23-23v.
120
En 1815 les fueron confiscados algunos bienes a los patriotas Juan Antonio Paredes, Ignacio Rivas, Lorenzo Quintero, Pedro González y
Fermín Ruiz Valero. Véase: Boletín del Archivo Histórico de la Provincia de Mérida…pp. 24-25.
121
Héctor García Chuecos: “La Revolución de Independencia en Mérida 1810-1823” p. 263.
44
emancipador en general. Uno de los razonamientos, escasamente
tratados por la historiografía regional, que determinaron la creación de la
Junta de Mérida, fue el escaso apoyo militar aportado desde Maracaibo,
para defender la parte andina de la provincia y por la amenaza de guerra
enviada desde Caracas. Estaba latente en enfrentamiento militar entre
ambos territorios.
Ante esas presiones la decisión de las élites merideña fue que la ciudad
debía dejar de ser subalterna de Maracaibo y convertirse en una provincia
autónoma con representación en el congreso fundacional de la república.
En poco tiempo pasaron los merideños de realistas a patriotas, creando
una unidad administrativa independiente, con unas autoridades, una
constitución provincial y apoyando enteramente la proclamación de la
independencia. Esta nueva estructura administrativa provincial fue de
primer orden para los merideños, tanto por la participación como por la
representación política, permitiéndoles fortalecer las instituciones que
le proporcionarían su rango dominante sobre el occidente de Venezuela
y el nororiente de la Nueva Granada al elevar el colegio seminario a
Universidad de Mérida, lo cual ratificaba su deseo de predominio pues se
convertía en la única institución de su tipo en la extensa área geográfica
estudiada con las indudables ventajas que ello representaba para la
ciudad y sus grupos dirigentes.
46
La seducción de la Patria.
Intrigas y pasiones en la Campaña Admirable:
Mitos y realidades
122
En el estudio del imaginario se deben precisar las obras pioneras de René, Alleau: La science des symboles. Paris, Payot, 1996. M., Cazenave
(eds.): Encyclopedia des Symboles. Paris, Le Livre de Ponche, 1996. J. D., Parra (eds.): Simbología. Barcelona, Montesinos, 2000. M. Prat: “Biblio-
grafía de lo Imaginario” en El Retorno de Hermes. Barcelona, Anthropos, 1989. S. Rite, Vierne: Román Et Initition. Grenoble Preses Universitaire
de Grenoble, 1987. Gilbért, Durand: Lo imaginario. Barcelona, Ediciones del Bronce, 2000. Luis Alberto, Ramírez Méndez: “El imaginario del
convento de Santa Clara de Mérida. Entre lo humano y lo sagrado.” En: Baltasar Porras Cardozo (et. al): El patrimonio eclesiástico venezolano,
pasado y futuro. Caracas, Archivo Arquidiocesano de Mérida, Universidad Católica Andrés Bello, 2006. T. III. pp. 231-241. Samuel Leonardo
Hurtado Camargo: La estatuaria pública conmemorativa de la ciudad de Mérida (1842-2006): análisis histórico. Mérida. Universidad de Los An-
des. Memoria de grado para optar al título de Licenciado en Historia, 2007, T. I y II.
123
Diane Almeras: Lecturas en torno al concepto de imaginario: apuntes teóricos sobre el aporte de la memoria a la construcción social. Disponible
en internet: <http://www2.cy berhumanitatis.uchile.cl/19/almeras.html>. Consulta: 15/05/2009.
berhumanitatis.uchile.cl/19/almeras.html>. Consulta: 15/05/2009.
124
“…se asienta en el papel director de los regímenes de la imagen o presupuestos themáticos o thémata. Estos supuestos contribuyen a la confor-
mación de la imagen del mundo, del entorno cotidiano y humano, son derivados de su generalidad formal mostrando silogismos compresivos
del continuo-discontinuo, simplicidad-complejidad, invariancia y evolución o arquetipos a los que se denominan esquemas imaginativos…”
Luis Alberto Ramírez Méndez: El imaginario... p. 231. Samuel Hurtado Camargo: Tesis Cit.
125
Germán, Carrera Damas: Historia de la historiografía de Venezuela: Textos para su estudio. Caracas, Biblioteca de la Universidad Central de
Venezuela, 1961. Las referencias utilizadas en este análisis corresponden a la segunda edición publicada en 1985.
48
una reacción lógica que contrarrestaba las fuerzas centrifugadoras del
regionalismo exacerbado, las cuales hicieron su aparición después de la
disolución del nexo colonial, motivando la fracturación de los estados
iniciales como ocurrió con la Gran Colombia.
49
de carne y hueso, alcanzó la condición de semidiós, de padre nuestro que
estás, como diría el poeta Pablo Neruda: “…en la tierra, en el agua, en el
aire”. Pues, para nadie es un secreto que “…todo lleva su nombre…”130.
La deificación de Bolívar, ha incidido de tal manera en los venezolanos
que intrínsecamente se expresa en una relación sociocultural, psíquica,
vivencial con su imagen, la que evoca a un héroe o a un pasado glorioso
del cual los nacidos en este país son copartícipes y legatarios, es un
Bolívar odiado o querido según sean las necesidades de los regímenes
que lo administren131. Por ello su imagen ha sido vilmente manipulada
con fines políticos y personalistas a lo largo de los siglos XIX, XX y
hasta el presente132. Con esos designios, los gobernantes de turno en
los diferentes niveles y jerarquías del poder político han utilizado la
figura del libertador con inconfesables propósitos, alterando en muchas
ocasiones y en otras falseando descaradamente la Historia venezolana
de la segunda década del siglo XIX, cuya situación amerita una necesaria
revisión133.
130
Ignacio Arteaga: Antología bolivariana. Poetas de América. Caracas. Ediciones del Concejo Municipal del Distrito Valencia. Talleres tipográ-
ficos de Miguel Ángel García e hijo, 1983. p. 86.
131
Nikita Harwich Vallenilla: “Un héroe para todas las causas: Bolívar en la historiografía”. En: Iberoamericana. Nº 10, Año III, 2003. pp. 7-22, p.7.
132
Tomás Straka: La épica del desencanto: bolivarianismo, historiografía y política en Venezuela. (Colección Trópicos: Historiografía, Nº 84) Ca-
racas, Alfadil, 2009. p. 10.
133
Bolívar en 1813 vino a Mérida en campaña pero por la libertad y el restablecimiento de la república, si comparamos esté bicentenario con el
sesquicentenario o el centenario es necesario reconocer que quienes nos antecedieron cumplieron con su tarea y dejaron obras físicas palpa-
bles, que nos hablan de su esfuerzo y publicaciones que bien merecen ser reeditadas, en fin que sea la historia la que juzgue.
50
prohombres de la época. Las interrogantes varían en su índole y contenido
desde: ¿cómo era y dónde estaba ubicado el pueblo de Bailadores para
1813?, ¿quiénes eran sus autoridades?, ¿realmente fue en Bailadores y en
Mérida dónde por primera vez se le aclamó a Bolívar como Libertador
o fue el mismo Bolívar quien se autodefinió Libertador?, ¿cuáles fueron
las jornadas que cumplió Bolívar y los caminos recorridos hasta llegar a
Mérida?, ¿sería cierto que el Libertador bailó en la villa de Bailadores?
¿Con quién lo hizo?, ¿desde cuándo nace la devoción del pueblo de
Bailadores por su Libertador?, ¿hasta dónde las acciones de las heroínas
merideñas son ciertas o constituyen una página incierta de la historia
de la ciudad? Por ello, el objetivo del presente estudio es presentar un
análisis detallado sobre las visiones históricas de la campaña libertadora
de Venezuela en 1813, especialmente en la villa de Bailadores considerada
como la “Centinela de Mérida”, las que actualmente constituyen parte
importante del imaginario emeritense, develando los mitos sobre la
presencia y los acontecimientos que sucedieron con la llegada de Bolívar
y otros relevantes personajes.
51
1. El preludio de la guerra
136
Héctor, García Chuecos: Causas de infidencia. Documentos inéditos relativos a la Revolución de la Independencia. Caracas. Archivo General de
la Nación. Imprenta Nacional, 1952. T. II. pp. 5-82. p. 51.
137
Ibídem. p. 22.
138
Ibídem. p. 54.
139
Ibídem. p. 26.
140
Ibídem. p. 36.
141
Vicente, Dávila: Acciones de guerra en Venezuela durante su independencia. Caracas. Tipografía Americana, 1926. p. 6. Versión digitalizada
por la Biblioteca Luis Ángel Arango - Colombia.
52
Zea)142, a las órdenes del alférez Agustín Álvarez, quien se enfrentó a los
realistas y fue derrotado, por cuya razón las tropas patriotas tuvieron
que retirarse al páramo de Mariño, en donde también se enfrentaron con
los monárquicos y al ser perseguidas por esos escuadrones, abandonaron
Bailadores, refugiándose en La Grita. Para el mes de junio la reacción
realista se había apoderado del área. El 20 de ese mes, Francisco Ugarte,
fue nombrado comandante militar de los realistas por el gobernador de
Maracaibo e invadió la provincia de Mérida y la sometió.
Por esa razón, Bolívar abandonó Venezuela vía Curazao y de allí siguió
a Cartagena de Indias, donde se reunió con un grupo de patriotas, quienes
también habían escapado, entre otros: Manuel Cortés Campomanes,
Miguel y Francisco Carabaño, Tomás y Mariano Montilla, Antonio
Nicolás Briceño. Desde que llegó a la ciudad amurallada desplegó toda
una actividad en procura de apoyo a sus planes para la liberación de
Venezuela.
Ibídem. p. 7
142
Rogelio, Altez: “Cronometrización extemporánea: los sismos del 26 de marzo de 1812 en Caracas y Mérida”, en Revista Geográfica Venezolana,
143
Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales, Mérida. ULA. 1998, pp. 297-325.
53
Si inquirimos con objetividad ¿quién era Simón Bolívar antes de
1813?, se podría responder con variadas afirmaciones; para muchos un
aventurero y, para otros un derrotado que había perdido la plaza de
Puerto Cabello y también había entregado a Miranda. Pero, la campaña
emprendida desde la Nueva Granada en aquel año, lo reivindicó después
de esos reprochables sucesos, no sólo desde el punto de vista militar
por su energía, rapidez y audacia en las acciones, sino también en lo
político por haberse forjado a pesar de las intrigas y traiciones urdidas
en su contra de una autoridad suprema e irrefutable consagrada con el
título de Libertador, lo que va a constituir en lo sucesivo la garantía de
la independencia americana. En efecto como lo suscribe, John Lynch,
quien opina que: “…los servicios militares de Bolívar en Nueva Granada
le proporcionaron crédito en el congreso, y le permitieron conseguir
una base en la frontera y reclutar un ejército de invasión. Era un ejército
pequeño -no más de setecientos hombres- y sus posibilidades dependían
de golpear en el corazón del poder realista antes que Monteverde pudiera
concentrar sus desperdigadas fuerzas”144.
54
al respecto dice Baralt, que Bolívar lo concluyó: “…proponiendo como
medida indispensable de seguridad para la Nueva Granada la reconquista
de Caracas…”. Nada más real y valedero que esta apreciación. Ante las
últimas palabras del Manifiesto, donde Bolívar después de recalcar
y analizar exhaustivamente las causas de la pérdida de la primera
república, de manera categórica señala:
148
EL. Doc. 112, p. 125.
149
Ídem. p. 117.
150
El coronel Pedro Labatut (Cannes, 1776 - Salvador, 1849) es uno de los primeros franceses en haber participado activamente en las guerras
de independencia suramericanas. Sus acciones en 1812 y en especial la ocupación de Santa Marta 6 de enero de 1813 lo convirtieron en un
héroe y adquirió una reputación que desgraciadamente le fue imposible conservar en lo sucesivo. Al respecto consúltese a José David, Villa-
lobos Robles: ¿Qué pasó el 7 de abril de 1813? Disponible en internet: <https://sites.google.com/site/jdvillalobos/7abril>. Consulta: 21/05/2013.
55
desobedecer151 y avanzar en una atrevida campaña que duró pocos
días y con muchas acciones guerreras seguidas de una serie de victorias
militares, mediante las cuales logró excusar su desobediencia y faltas
cometidas152.
151
Santander reseña esa actuación de Bolívar al afirmar que: “Poco después Bolívar desconoció la autoridad de su jefe Labatut, y posteriormen-
te la del gobierno de Cartagena. Su primer hecho glorioso de armas en Cúcuta no habría tenido lugar sin su deserción del ejército destinado a
libertar a Santa Marta.” Francisco de Paula Santander: Santander ante la Historia (Apuntamientos para las memorias sobre Colombia y la Nueva
Granada) Bogotá. Editorial Incunables, 1983. p. 19.
152
Labatut ya conocía a Bolívar, los dos habían militado en Venezuela bajo las órdenes de Miranda. Después de la marcha de Barrancas Labatut
le ordenó regresar y ocupar su puesto, la respuesta de Bolívar fue su relación de triunfos. A pesar de las quejas por insubordinación y ante la
insistencia de Labatut que debía llevarse a un consejo de guerra. La petición fue desatendida porque los servicios de Bolívar merecieron las
alabanzas de Torices y la gratitud del gobierno cartagenero.
153
Antes de la revolución se conocía como Puerto Real de Ocaña, situado a unos 35 km. al oeste de Ocaña.
56
“…Nuestras banderas tremolan en todas las riberas del
Magdalena sin que un solo español las hollé con sus
plantas y ninguno de sus buques navegue en sus aguas;
a la presencia de nuestras armas han desaparecido las
bandas españolas; derrotadas por todas partes se escapan
fugitivas a buscar asilo en los remotos lugares que infestan
todavía sus compañeros en cobardía y en maldad, pero la
espada vengadora de la América está levantada y viene
pronto a descargar su mortal y último golpe sobre esta
perversa raza de bandidos”154.
154
EL. Ibídem. Doc. 117, pp. 134-135.
155
El coronel Manuel del Castillo y Rada (1780? – 1816), era el comandante general de la vanguardia del ejército del norte, situada en Pie de
Cuesta y formada por fuerzas de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Un gran oficial del ejército Colombiano que murió fusilado por
orden del General Morillo el 24 de febrero de 1816, cuando las fuerzas realistas se apoderaron de Cartagena.
155
El coronel Manuel del Castillo y Rada (1780? – 1816), era el comandante general de la vanguardia del ejército del norte, situada en Pie de
Cuesta y formada por fuerzas de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Un gran oficial del ejército Colombiano que murió fusilado por
orden del General Morillo el 24 de febrero de 1816, cuando las fuerzas realistas se apoderaron de Cartagena.
156
El sargento mayor Francisco de Paula Santander (1792 – 1840), era segundo jefe del batallón de la vanguardia. Alcanzó el grado de General
y ejerció la Presidencia de la República entre 1832 a 1837.
157
Se trata del Estado de Cartagena, a cuyo frente está Manuel Rodríguez Torices.
158
EL. Doc. 118, p. 137. Cuartel General de Ocaña Independiente, 23 de enero de 1813.
57
El documento a que hace mención Bolívar es inexistente, quizás sólo
fue una treta para excusar su desconocimiento de la autoridad de Manuel
del Castillo. Lo cierto es que Bolívar se puso en movimiento y recorrió
toda la línea del territorio bajo su mando desde Cácota hasta Pamplona,
reunió armas, hombres y cuantos elementos podía necesitar la división
de Castillo. Esas actuaciones produjeron un desacuerdo entre Bolívar y
Castillo el que se evidenció en sus posteriores posiciones antagónicas
acerca de la conducción de la campaña: el primero era partidario de
pasar a la ofensiva para liberar el territorio venezolano y el segundo se
inclinaba por la defensiva.
58
a quienes les grita: “Yo soy uno de vuestros hermanos de Caracas...
he venido a redimiros del duro cautiverio en que yacías bajo el feroz
despotismo de los bandidos españoles que infestan nuestras comarcas.
He venido, digo a traeros la libertad, la independencia y el reino de la
justicia…”160. En aquellos momentos, va en persecución de las huestes
de Correa, a las que siguió muy de cerca hasta la villa de San Cristóbal,
cuando se informó que estás habían tomado el camino hacia La Grita, por
ello desistió y regresó al cuartel general en San José de Cúcuta, dejando
en aquella villa un destacamento.
Ibídem. Doc. 144, p. 183. Cúcuta ¿30 de marzo de 1813? Hay discrepancias sobre la fecha de publicación, pero en todo caso el Dr. Vicente
162
59
Bolívar aguardó y enmudeció durante este tiempo. El 24 de marzo,
impaciente le escribió al Presidente del Poder Ejecutivo comunicándole
las tensiones entre los mandos militares, al expresar que después de la
llegada del comandante general de la provincia, segundo del ejército,
coronel Castillo: “…empezaron las diferencias sobre disputas frívolas e
inconducentes al servicio del Estado y a la salvación de la Patria, en las
cuales he mostrado la moderación y la franqueza que deben caracterizar
a un militar que prefiere la salud del Estado a su honor mismo”163. A su
vez, le requirió que nombrase otro general que comandara el ejército y
le concediera una audiencia para rendirle cuenta de su conducta, pues
quería dejar su honor libre de tantos señalamientos que han “pretendido
oscurecerlo”.
60
angosta del valle, ordenó al mayor Ricaurte167 para que alcanzara por la
izquierda con las tropas de Cartagena, con un número de 90 hombres de
la 3a compañía del batallón Nº 4º la altura casi inaccesible que hay por
ese costado. Al amanecer del 13 de abril, igualmente destinó al mayor
Santander al mando de las compañías 1a y 3a del batallón 5º para ocupar
la altura que está a la derecha168. De esta manera, sorprendió al enemigo
y triunfó en el combate de La Angostura169. Años más tarde, el general
Santander aseguró que esa acción militar fue el inició de su prestigio
militar y político pues reconoció que después del mismo, “…empecé a ver
mi nombre en las gacetas de aquella época…”170.
167
Aunque no se tiene certeza, debe tratarse de José María, Manuel o Ignacio Ricaurte. Lo más probable es que se trate de José María Ricaurte.
168
Andrés, Montaña (compilador): Santander y los ejércitos patriotas 1811-1819. Bogotá, Fundación para la Conmemoración del Bicentenario del
Natalicio y el Sesquicentenario de la muerte del General Francisco de Paula Santander. 1989. T.I. p. 31. Doc. Nº 11. Segundo parte del Coronel
Castillo sobre el Combate de la Angostura de La Grita, jueves santo 15 de abril de 1813.
169
Angostura es una región sinuosa situada al sur de La Grita, que para la época sus laderas estaban cubiertas de bosques espesos y era el
camino obligado hacia La Grita. Allí se inmortalizaron las tropas de vanguardia del ejército libertador al mando del coronel Manuel del Cas-
tillo. Ese combate pudo cambiar el rumbo de la historia, tanto por sus consecuencias inmediatas como por el levantamiento de la moral de los
combatientes y el restablecimiento de la disciplina en las filas patriotas.
170
Francisco de Paula Santander: Santander ante la Historia (Apuntamientos para las memorias sobre Colombia y la Nueva Granada... p. 20
171
EL: T.I. Doc. 12, p. 33 y EL. Doc. 162, p. 216.
61
mando de los comandantes Uzcátegui y Yépez. Para entones, el coronel
Castillo se había ausentado de La Grita, pero su sustituto Santander
continuó con la conspiración, el 19 de abril le escribió al coronel Manuel
del Castillo quien había llegado a Cúcuta informándole que: “…a Bolívar
le he dicho que no paso de aquí, y que primero me pierdo…”172. A pesar de
lo dicho, avanzó hasta la parroquia de Bailadores (hoy Tovar) y desde allí
el 24 de abril informó a Bolívar sobre algunos embargos173.
171
EL: T.I. Doc. 12, p. 33 y EL. Doc. 162, p. 216.
172
EL: Ibídem. T. I. Doc. Nº 13, p. 35.
173
“En esta parroquia se han aprehendido algunos trastos de los emigrados, que no valen cosa, entre ellos cinco piezas de bayeta y alguna
loza fina, que he vendido para enterar su producto en la proveeduría. He hecho embargar las haciendas de don Clemente Molina y don José
Chacón, y que administradas, sus productos sean para proveer la tropa. Mañana mando al hato del primero a sacar ganados y recoger mulas.
También he mandado moler 24 fanegas de trigo del español Villardel, y algunas cañas de Molina. Últimamente, he comisionado un sujeto para
que abra el camino de Mocoties”. Ibídem. T. I. Doc. 14, p. 37.
174
Ibídem. T. I. Doc. 15, p. 39.
175
EL: Ibídem. T. I. Doc. 16, p. 41.
176
EL: Ibídem. T. I. Doc. 17, p. 42.
177
Luz Mary Castellón Valdez: “Discursos, estrategias y sujetos políticos: análisis de los testimonios en los juicios a militares acusados del delito
de infidencia en Venezuela y México, 1810-1815.” En Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. Vol. 40, Nº 1, enero julio 2013, p. 61.
178
Ibídem. p. 62.
62
Entre tanto la situación de Bolívar se mantenía confusa, debido al
retraso de la esperada autorización del congreso para continuar la marcha.
Por ello, el Libertador decidió dar instrucciones al Dr. Cristóbal Mendoza
y lo envió a encargarse del poder ejecutivo de la provincia de Mérida, a tal
fin le instruyó en oficio fechado el 28 de abril desde el cuartel general de
Cúcuta, entre otras cosas lo siguiente:
63
Cuando ya todo se creía perdido, el 7 de mayo llegó a manos de
Bolívar la ansiada licencia para seguir a Mérida y Trujillo, gracias
a la influencia de Camilo Torres. Entre los días del 7 al 14 de mayo se
adelantaron los preparativos, solo se contaba con un pequeño ejército de
unos 500 hombres, donde reinaba la indisciplina y la desmoralización.
Mientras en las fuerzas que comandaba Santander, las que están mejor
preparadas, pero en las que también las deserciones habían mermado la
tropa; además solo disponían de algunas piezas de artillería, 1.400 fusiles
de baja calidad y 140.000 cartuchos.
64
Bolívar, y la perdí posteriormente…”185. La consecuencia inmediata de
aquellas decisiones fue que el caraqueño quedó “… libre de la presencia
de dos jefes influyentes, cuyas intrigas le habían enajenado la confianza
de sus subalternos y entibiado el ardimiento de la tropa, que en breve
renació con la victoria”186. Fue en estos difíciles días cuando el general
Rafael Urdaneta le escribió a Bolívar: “General: si con dos hombres basta
para emancipar la patria, pronto estoy a acompañar a usted.”187.
184
Daniel Florencio O´Leary: Memorias del General. Caracas. Imprenta Nacional. 1952. T. I Narración. p. 155.
185
Santander ante la Historia (Apuntamientos para las memorias sobre Colombia y la Nueva Granada... p. 13.
186 Ídem.
187
Ibídem. p. 154. Vicente, Lecuna: Crónica Razonada de las Guerras de Bolívar. New York. The Colonial Books. 1960. T.I. p. 20.
188
E. L. Doc. 192, p. 271-272.
189
Ibídem, Doc. 192, p. 272.
65
efecto de mis servicios a la Nueva Granada, se cieguen
hasta el punto de impedirme que concluya la obra que
tan gloriosamente he comenzado en beneficio de ellos y
de toda la Federación. La ingratitud, la perfidia, la mala fe,
que se notan en tales procedimientos, son tan chocantes
que al hombre más estoico son capaces de enfurecer.”190.
190
Ídem.
191
“General en Jefe: Brigadier Simón Bolívar. 2º Brigadier: Joaquín Ricaurte, que se había quedado en Cúcuta y no vino a Venezuela, sino a
principios del año 14. Granadino. Mayor General: Comandante Rafael Urdaneta, unido a Bolívar en Cúcuta con los restos del tercer batallón de
que era Comandante. Venezolano. Edecanes del General en Jefe: Juan José Pulido, venezolano. Fermín Ribón, momposino. José Lugo, unido
en Mérida. Venezolano. Pedro Briceño Méndez, venezolano y Pedro Briceño Pumar, venezolanos. Comandante de vanguardia: Atanasio Gi-
rardot, Comandante del Cuarto Batallón. Mayor de Vanguardia: Capitán Luciano D´Elhuyar. Comandante de Artillería: José Tejada. División
de Retaguardia: Comandante, el coronel José Félix Rivas, venezolano”. Rafael Urdaneta: Memorias del General. Maracaibo. Empresa Panorama,
1945. pp. 6-7. (subrayado nuestro)
192
Ibídem, p. 7.
193
Jesús Manuel, Jáuregui Moreno: Tratado de urbanidad para uso de los seminarios. San Cristóbal. Editado en la Tipografía tovareña a cargo
de Vicente de Jesús y recopilado en Obras Completas T. I. Editadas por la Comisión Presidencial para la celebración del sesquicentenario de
su natalicio. 1999. p. 345.
66
4. Bailadores centinela de Mérida
194
“Las seis batallas campales no eran, en realidad, más que seis acciones considerables, pero que valían veinte batallas. Mil doscientos kiló-
metros de camino recorridos por dos sierras y por regiones defendidas por obstáculos inconcebibles; cinco divisiones que sumaban cerca de
seis mil combatientes, desbaratadas, dispersadas, u obligadas a entregarse con sus banderas, sus armas y artillería; el occidente de Venezuela
libertado, desde la cordillera al mar: todo esto en 90 días y con 650 hombres. Nunca, con menos, se hizo más, y en tan poco tiempo”. V. Mitre,
Histoire de San Martín. T. III, cap. XXXVIII, citado en Jules, Mancini: Bolívar y la Emancipación de las colonias españolas desde los orígenes hasta
1815. Paris. 1923. p. 478.
67
Los acontecimientos ocurridos a la llegada de Bolívar a Bailadores
fueron recogidos desde la tradición oral por un autor desconocido y
conservados por Arturo Vivas Rosales, el archivero mayor de Bailadores,
en cuyas líneas se reseña la hospitalidad de la población al brigadier de la
unión neogranadina detallando que:
68
cual representa una revolución social en sí misma. Esta música se bailará
por primera vez en la historia occidental por una pareja enlazada, algo
nunca antes visto, dando vueltas en sentido del reloj, sin un plan fijo, sin
una ruta trazada de antemano, cuidando de evitar una colisión indeseada
con el resto de las parejas. Más allá de la condena moral por el roce de los
cuerpos que se propicia en esta manera de danzar se está en presencia
de un género que resalta el individualismo propio del capitalismo198. Esa
indiscutible evolución que se había experimentado en Hispanoamérica,
se presenció en la casona Belandria aquella noche, en la que:
69
José Inocencio Belandria Mora quien nació el 31 de mayo203. Luego es
importante explicar que Rafaela Belandria, quien nació en 1819, nunca
pudo bailar con Bolívar en 1813204. Del mismo modo, doña Constancia
(y no Constanza) quien aparece como narradora del suceso, no es nieta
de Antonio María Belandria205. Además, es imposible que Bolívar trajera
un grupo de música, considerando que la tropa era escasa, como se
desprende de las constantes y reiteradas deserciones que anteriormente
se han señalado, lo más probable es que fueran músicos locales los que
amenizaran el sarao.
5. Bolívar en Mérida
70
los antiguos moradores yacen sepultados bajo los escombros de sus
viviendas”208.
208
Richard Bache: La República de Colombia en los años 1822-23. Notas de viaje. Caracas. Instituto Nacional de Hipódromos, 1982 p. 161.
209
Tulio Febres Cordero: Archivo de Historia y Variedades. Caracas. Editores Parra León Hnos., 1931, T. II. p. 20.
210
Luis Alberto, Ramírez Méndez: “La ruptura de la proximidad en una sociedad polarizada: el caso del Convento de Santa Clara en Méri-
da-Venezuela. 1810-1827”. en Antíteses, V. 4, Nº. 8, p. 873-906, jul./dez. 2011. Disponible en http://www.uel.br/revistas/uel/index.php/antite-
ses. Consulta: 21/05/2013
71
Es esa, población llena de contradicciones, situación que fue referida
en 1814, por el jefe realista José María Barreiro quien expresó: “…en esta
Mérida hasta los gatos son insurgentes…”211, lo cual permite apreciar que
durante aquellos meses se impuso la agitación social de los emeritenses
para que la pretendida traslación fuera suspendida transitoriamente.
Es esa la urbe que recibió a Bolívar, cuyo evento fue recogido y contado
para la posteridad gracias a la acuciosidad de Tulio Febres Cordero, quien
relató la estadía del libertador durante 18 días en la ciudad de las nieves
eternas, de las hazañas de sus heroínas y de las rectificaciones históricas,
en su mayoría valederas, pero en cuyo relato existen detalles puntuales
por clarificar. En ese sentido, la llegada de Bolívar a la ciudad serrana
es una de las páginas más épicas escritas por el historiador y se repiten
como si fuesen letanías:
72
atavíos. Grupos musicales dejaban oír aquí y allá las
notas de sus instrumentos tradicionales, las campanas
se echan al vuelo y los balcones y ventanas de las casas
semiarábigas estaban repletos de gente”213.
73
mismo lo confiesa en su trabajo: “Transito de Bolívar por los Andes (1813)”,
donde también señala que Montenegro, en sus Apuntes históricos, y el
Marqués de Rojas, en su Biografía de Bolívar, dicen que “Bolívar entró a
Mérida el 1º de junio”219.
En ese sentido, es preciso decir que Bolívar como los políticos y en efecto
era de los mejores, aprovecharía esa nominación para comunicársela
al presidente de las provincias unidas de la Nueva Granada, así
como del afecto y la acogida del pueblo. Entonces ¿qué sucedió? Pues
sencillamente que la asamblea pública en la casa consistorial no fue el
23 como se ha creído, sino el 31 de mayo. Aunque por el apuntamiento
de don Antonio Ignacio Rodríguez Picón correspondiente el 25 de
mayo de 1813, se conoce que para esa fecha ya el general Bolívar fue: “…
aclamado Libertador por este pueblo”221 Además que le había presentado
y entregado a sus “…hijos Francisco, Jaime y Gabriel”222 y que el brigadier
lo impresionó tanto, cuando opinó que: “…parece hombre extraordinario,
y hace pensar mucho con respecto al porvenir. Su elocuencia corre como
un río…”223.
219
Tulio, Febres Cordero: Bolívar en Los Andes. Caracas. Biblioteca de la Sociedad Bolivariana de Venezuela, Clásicos Bolivarianos Nº 5. 1991.
p. 58.
220
EL. Doc. 193, p. 274.
221
Gabriel, Picón Febres: El apellido Picón en Venezuela. Caracas, 1922. p. 59
222
Ídem.
223
Ídem.
74
pudo haberlo hecho el 22 o el 24?, además sería cierto ¿qué los “patricios,
los togados, y los sacerdotes” vestidos con sus mejores galas hubiesen
estado esperando para elogiarlo? o ¿quizás estaban muy asustados y
dispuestos a marcharse de Mérida como ocurrió durante la rebelión de
los comuneros en 1781?
224
Ibídem. Doc. 210, p. 296.
225
Daniel Florencio O`Leary: Memorias del General O`Leary. Barcelona - España, 1981, T. XIII, pp. 239-240. Redición realizada por encargo del
Ministerio de la Defensa.
226
José Félix Blanco y Ramón Azpurua, comps: Documentos para la Historia de la vida pública del Libertador, Caraca, 1978, vol. IV, pp. 618-619.
Reedición conmemorativa Presidencia de la República - Bicentenario del Libertador. Donde se señala que fue tomado de la Gaceta Ministerial
de Cundinamarca, núm. 125, correspondiente al jueves 29 de julio de 1813.
227
Héctor García Checos: “Historia, tradición y posición de Mérida en la Campaña Admirable”, Boletín de la Academia de la Historia. N° 183, julio
- septiembre de 1963, T. XLVI. p. 400.
75
con el acierto y luces que eran de esperar de su patriotismo y talento”228. Es
muy dudoso que el Dr. Cristóbal Mendoza hubiese pretendido organizar
antes del 30 de mayo, un acto tan importante sin estar reconocido por el
congreso como la autoridad máxima en la provincia.
228
Ibídem. Doc. 199, p. 284.
229
A principios de año, entre lecturas y cavilaciones, con motivo del bicentenario se intentó conseguir una copia de la Gaceta Ministerial de
Cundinamarca, que es donde señalan Blanco y Azpurua que fueron publicados los discursos del Libertador y de don Antonio Ignacio Rodrí-
guez Picón, aunque a pesar de dar los datos precisos de la Gaceta afirman no haberla visto, por eso nunca colocaron la fecha de los textos com-
pilados. La pesquisa no fue fácil en los archivos nacionales no se encontraba, entonces se indagó para buscarla en Colombia, ni en el Archivo
Nacional ni en la Biblioteca Luis Arango pudo ser localizada, pues las colecciones estaban incompletas, a punto de desistir se remitió un correo
a la Biblioteca Nacional donde gentilmente indicaron las normas para obtener una copia de lo existente. Insistí y gracias a la bibliotecóloga
Clemencia Reyes Guzmán, un buen día en cuatro folios, estaba en mi correo de manera gratuita.
230
Tomás C., Mosquera: Ob. Cit. p. 41.
231
Gaceta Ministerial de Cundinamarca: N°125 del jueves 29 de Julio de 1813. T. 2º, p. 576.
76
Aunque el día señalado por Mosquera difiere, pues el discurso fue
el 4, en la secuencia documental conocida no existe otro escrito de
Bolívar de fecha 5. Lo cierto es que don Tulio dio un nuevo contexto a lo
sucedido, tomando el primer párrafo del discurso de Bolívar y el último
de la contestación de don Antonio Ignacio Rodríguez Picón. Otros le han
agregado o restado de acuerdo a la conveniencia. Inclusive Bolívar al
expresar su saludo habla de meridianos y no de merideños.
232
Tulio Febres Cordero. “Un trabucazo a tiempo” En: Tulio Febres Cordero: Mitos y Tradiciones. Mérida. Ediciones del Bicentenario del Natalicio
del Libertador. Universidad de Los Andes, 1983. pp. 72-75. Tulio Febres Cordero: “La casa de la patria. Leyenda histórica”. En: Ibídem: pp. 65-68.
Tulio Febres Cordero: “Los tubos del órgano”. En Ibídem. pp. 83-90.Tulio Febres Cordero: “Merideñas notables del tiempo de la independencia”.
En: Tulio Febres Cordero: Obras Completas. Clave histórica de Mérida. Bogotá. Edit. Antares. 1960. T. IV. pp. 38-40.
77
cobarde; huir ante el primer trabucazo, eso no es verdad, no fue fácil
para Bolívar vencerlo en Cúcuta. Gracias a una documentación facilitada
por Luis Ramírez, podemos afirmar que Anastasia no existió, al menos
no en la lista de todas las religiosas profesas y novicias de velo negro,
y blanco, recogidas y educandas, criadas y sirvientas que habitaban
dentro de la clausura, relación realizada por la reverenda madre abadesa
del Convento de Santa Clara de Mérida, fechada en Maracaibo el 10 de
noviembre de 1815233.
Adicionalmente, hay que señalar que entre enero y julio de 1813, las
Clarisas estaban en San Juan de Lagunillas, donde se habían trasladado a
raíz del el terremoto del 26 de marzo de 1812 y de acuerdo a su regla no era
posible que alguna de ellas saliera a la calle, por el contrario guardaban
las clausuras234. En el expediente para justificar el traslado del Monasterio
de Santa Clara de Mérida a la ciudad de Maracaibo, que tiene fecha del 7
de setiembre de 1816, en el cual la madre presidenta Encarnación de San
Joseph refiere la fecha de su regreso al monasterio de Mérida, al señalar
que mediante las: “... disposiciones del superior al tiempo de su prelacía
mandó selebrar el capítulo conventual para la elección de la Abadesa
y demás funciones religiosas que en el tiempo oportuno se nos había
privado y nos restituimos a nuestro antiguo convento de esta ciudad
el primero de julio de mil ochocientos trece, donde con sumo gusto y
tranquilidad vinimos todas juntas…”235. Mal pudo Anastasia andar de
realenga o venir desde San Juan de Lagunillas a asustar a los realistas.
233
AAM. Sección 54 Religiosas Caja 18 1815-1818. Expediente sobre la traslación de monjas del Convento de Mérida a Maracaibo y su visita.
ff. 16r-16v.
234
Así se hace constar en el acta de elección de abadesa. AAM. Sección 45B. Libros Varios. Nº 143. Libro destinado para hacer constar las elec-
ciones de preladas y oficios de este Monasterio de Nuestra Madre Santa Clara de Mérida y órdenes de Visita. Autos de elección de la abadesa
María Ygnacia de la Santísima Trinidad y la vicaría Clara de San Ygnacio del Monasterio de Santa Clara de Mérida. San Juan de Lagunillas,
14 de abril de 1813. ff. 10v.-11v.
235
AAM. Sección 54. Religiosas. Caja Nº 19 Doc. 54-0409. Expediente para justificar el traslado del Monasterio de Santa Clara de Mérida a la
ciudad de Maracaibo. Comunicación dirigida por Encarnación de San José, presidenta de la comunidad de Santa Clara de Mérida al ilustre
obispo Rafael Lasso de la Vega. Mérida, 7 de septiembre de 1816. f. 7v.
236
Carlos Chalbaud Zerpa: Ensayos históricos: mitos, verdades y embustes. Mérida. Talleres Gráficos Universitarios, ULA 2011, p. 66.
78
La fundición de ese cañón no es más que una leyenda, sin base
histórica que la sustente. Don Tulio nunca refirió la fuente donde obtuvo
la información.
237
María Simona Corredor Ramírez nació en Mérida el 27 de febrero de 1748, sus padres fueron: Bentura Corredor y Josepha Theresa Ramírez.
Contrajo matrimonio el 11 de abril de 1774 con Juan Asensio Pico, de quien enviudo el 01 de junio de 1812.
238
AGEM. Protocolos T. 95. Carta de donación de una casa a la patria por María Simona Corredor de Pico. Mérida, 22 de junio de 1813. ff. 223r
- 224v.
239
Isabel Briceño, era prima hermana del General Justo Briceño y esposa de don Jaime Fornés, con quien caso el 21 de enero de 1796. Jaime
Fornés fue vilmente asesinado en 1817.
79
del órgano en unos fardos de lona, los cuales dejaron en unos de los
corredores de la casa con la finalidad de llevárselos al día siguiente. Pero
Doña Isabel que no soportaba la idea de que los tubos del órgano fueran
a parar a manos de los realistas y de causarle una desilusión al canónigo,
decidió hacer una jugada maestra: durante la noche ayudada por uno de
sus esclavos cambió los dichosos tubos por unas varas de caña de tamaño
similar, arregladas para que pesaran 6 arrobas. En la madrugada llegaron
los comisionados realistas y sin sospechar nada, para tranquilidad de
doña Isabel, cargaron los fardos sin revisar su contenido. Dice el Dr. Luis
Ramírez que esto lo narra la misma heroína en su diario en poder de sus
descendientes.
Por su parte, María del Rosario Nava, una humilde mujer planchadora
del barrio El Espejo, que se alistó en las tropas patriotas al saber que su
hijo había sido herido y no podía pelear. Ella según Don Tulio acompañó
al ejército hasta Timotes, donde entregó el fusil a su hijo ya curado240.
240
De María del Rosario Nava son pocos los datos que se tienen, tampoco se sabe del nombre de su hijo, revisando los libros parroquiales de
Mérida la referencia más cercana es María del Rosario Nava Romero, quien nació en Mérida el 15 de diciembre de 1805 y era hija de: Martin
Nava y María Florentina Romero.
241
Carlos Chalbaud Zerpa: Ensayos históricos: mitos, verdades y embustes. Mérida. Talleres Gráficos Universitarios, ULA 2011, p. 49.
80
“…que no pasan de ser fábulas, (…) prácticamente
considerados en Mérida como “artículos de Fe”, suerte
de Pentateuco serrano sancionado por un concilio de
gobernantes, clérigos y munícipes aposentados en las
márgenes Albarregas”242.
Conclusiones
242
Ibídem. 53.
81
Las viudas de la Guerra de Independencia
en Mérida
243
Jaime Eyzaguirre: Ideario y ruta de la emancipación chilena. Santiago de Chile. Editorial Universitaria, 1957. p. 119. Además, del mismo autor:
El alcance político del decreto de libertad de comercio de 1811. En: “Boletín de la Academia Chilena de la Historia”, Nº 74, primer semestre 1966.
244
Inés Quintero: ¿Fue la independencia una revolución social?
En: http://www.analitica.com/bitblioteca/iquintero/independencia.asp
245
Luís Vitale: Historia comparada de los pueblos de América Latina Independencia y formación social republicana Siglo XIX. T. 02 www.scribd.
com/.../Luis-Vitale-Historia-social-comparada-de-los-pueblos-de-America-LatinaT.-II. p. 4.
83
La disparidad en las posiciones sostenidas por tan variados enfoques
ha reducido la discusión a la expresión de opiniones unilaterales,
confundiendo las causas de estructura con las de carácter coyuntural,
los factores objetivos con los subjetivos, las motivos esenciales con
los aparentes, haciendo abstracción de una parte, en detrimento de la
totalidad y unicidad histórica imposibilitando proporcionar una visión
totalizadora sobre el proceso que originó la emancipación.
246
Jorge Núñez: “La revolución francesa y la independencia americana.” En: Nueva Sociedad. Nº 103, octubre 1989. p. 32
247
Fisher, J. R.; Kuethe, A. J. y A. McFarlane (eds.): Reform and Insurrection in Bourbon New Granada and Peru. Baton Rouge, 1990. John LYNCH:
Las revoluciones hispanoamericanas. 1808-1826. Barcelona. Editorial Ariel, 1976.
248
Luís Vitale: Ob. Cit. p. 2.
249
Enrique Rivera de Ventosa: “La filosofía en Hispanoamérica durante la época de la emancipación.” En: Revista de Derecho de Valdivia. (Chile).
Año 1. Nº 1. 1990. p. 35.
250
Germán Carrera Damas: Ob. Cit. pp. 17-20.
84
los contendientes entre sí, mediante la constante contradicción251;
generando la diferenciación, división y segregación252.
85
viriles, especialmente cuando actuaron como parte de la resistencia
armada o sus auxiliares255. Esa visión sesgada del rol femenino, se
justifica debido a la tradicional exclusión de las mujeres de los ámbitos
de ejercicio de poder, lo que implica, en primer lugar, su inhibición en
la utilización de la violencia para acceder a esos cargos, debido a que el
uso de métodos violentos ha sido uno de los canales más importantes
de acceso al poder.
86
hace relevante y pertinente la indagación para explorar la ideología
política, mentalidad y proximidad de las mujeres durante esas dos
primeras décadas del siglo XIX.
259
Germán Colmenares: Historia económica y social de Colombia 1537-1719. Bogotá. Ediciones La Carreta, 1978. pp. 24-25.
260
Silvano Pavón Villamizar: Historia del poblamiento y construcción del espacio hispánico en Pamplona. Pamplona. Publicación de la Cámara
de Comercio de Cúcuta, 1999. pp. 20-24.
261
Pedro de Aguado (fray): Recopilación historial de Venezuela. Caracas (Colección Fuentes para el estudio de historia colonial 63) Academia Na-
cional de la Historia. 1963 T. II. pp. 375-459. Pedro Simón (fray): Noticias historiales de Venezuela. Caracas. (Academia Nacional de la Historia.
1963 T. II. pp. 223-276. Probanza de Juan Rodríguez Suárez. Mérida (Concejo Municipal de Libertador, 1983. Roberto Picón Parra: Fundadores,
primeros moradores y familias coloniales de Mérida. Prolegómenos. Los fundadores Juan Rodríguez Suárez y sus compañeros (1558) Caracas. Aca-
demia Nacional de la Historia, 1988, T. I. pp. 15-98. Luís Alberto Ramírez Méndez: La tierra prometida del sur del lago de Maracaibo y la villa de
San Antonio de Gibraltar (Siglos XVI-XVII) Caracas. Editorial El perro y la rana, 2011. T. I pp. 29-40. Edda O. Samudio A.: La villa de San Cristóbal
en la provincia de Mérida durante el dominio hispánico. San Cristóbal. (Colección Táchira Siglo XXI Nº 23) Universidad Católica del Táchira, 2002.
262
Luís Alberto Ramírez Méndez: La tierra prometida del sur del lago de Maracaibo… T. I. pp. 75-94.
87
MAPA 1
Gobernación deMérida
(1623-1676)
Fuente: Luis Alberto Ramírez Méndez: La tierra prometida del sur del lago
de Maracaibo y la villa de San Antonio de Gibraltar (Siglos XVI-XVII) Caracas.
Editorial el perro y la rana, 2011. T. I. p. 90.
263
AGEM. Documentos históricos de la Gobernación de Mérida 1704-1705-1711. Expediente promovido por el procurador don Cristóbal de Gá-
mez y Costilla ante el cabildo solicitando esta se inhibiese de satisfacer los salarios impuestos. Testimonio de las autoridades eclesiásticas.
Mérida, 24 de febrero de 1711. f. 12v.
264
AGNB. Historia Civil. T. 16. Autos sobre el socorro de la ciudad de San Antonio de Gibraltar por averla invadido el inglés [sic] y muerte del
gobernador. 1666. Informe de los alcaldes ordinarios de Mérida Andrés Henríquez de Padilla y Alonso Ruiz Valero. Mérida, 18 de julio de
1666. f. 887r.
265
AGI. Santo Domingo. Legajo 202. Informe del procurador general de Mérida José García de Ambas. Mérida, 20 de abril de 1688. f. 47v.
88
Esas dramáticas circunstancias trastocaron su prosperidad y
destruyeron la mayor parte de la infraestructura agraria266, motivando
el descenso de la población, y determinó el traslado de la capital de la
provincia desde Mérida a Maracaibo267, lo cual inició desde entonces un
fuerte enfrentamiento entre ambas ciudades, la primera neogranadina
de origen y la segunda venezolana por la capitalidad de la provincia lo
que se tradujo en una incesante lucha de los emeritenses por liberarse de
la dependencia marabina.
266
Ídem.
267
AGNB. Poblaciones T. X. Real Cédula que ordena la separación de Maracaibo de la Provincia de Venezuela y su anexión a la Provincia de
Mérida. Madrid, 31 de diciembre de 1676. ff. 334r-335r..
268
John Lynch: Ob. Cit. p. 256.
269
Guillermo Morón: El proceso integrador de Venezuela. Caracas. Academia Nacional de la Historia, 1977. pp. 77 y ss.
270
Ricardo Labastida: Biografía de los obispos de Mérida. Mérida. Consejo Municipal de Libertador. 1983. Odilo Gómez Parente: Fray Juan Ramos
de Lora, obispo insigne y sembrador de cultura. Documentos inéditos sobre su vida y actividad frente a la diócesis de Mérida de Maracaibo. Caracas.
Edición del Ejecutivo del Estado Mérida, 1972. Juan Antonio Giordano Palermo: Historia de la diócesis de Mérida. 1778-1873. Mérida, Imprenta
del Ejecutivo del Estado Mérida, 1983.
89
de la capitalidad iniciada en el siglo anterior. La erección del obispado en
la ciudad de las cinco águilas blancas, le proporcionó a los emeritenses
la preponderancia eclesiástica, sobre aquel extenso territorio con la
radicación del cabildo catedral y la concentración de las rentas decimales
que se cuantificaron en 30.000 pesos anuales, en 1806271.
271
Gabriel Martínez Reyes: Finanzas de las 44 diócesis de Indias. 1515-1816. Bogotá. Ediciones Tercer Mundo, 1980. p. 90.
272
Edda O. Samudio A.: El colegio San Francisco Javier en la Mérida colonial. Germen histórico de la Universidad de los Andes. Mérida. Universidad
de los Andes. Ediciones del Rectorado. 2003. T. I. pp. 195-201.
273
Luís Alberto Ramírez Méndez: “La élite del obispado de Mérida de Maracaibo en el seminario conciliar de San Buenaventura.1785-1810.” En:
Boletín del Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes. Año 3, enero-junio 2001, Nº 4. pp. 9-34.
274
Indalecio Liévano Aguirre: Los grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia. Bogotá. Ediciones Tercer Mundo, 1980, T. I. pp. 439
ss. y la compilación: Los comuneros de Mérida. (Estudios) Edición conmemorativa del bicentenario del movimiento comunero. Caracas. Academia
Nacional de la Historia, 1981. T. I.
90
las capitulaciones de Zipaquirá, y su posterior desconocimiento, por
cuya razón, los principales líderes fueron enjuiciados y ejecutados, otros
fueron expropiados e indultados.
275
Ramón Aizpurúa A.: “La insurrección de los negros de la serranía de Coro.” En: Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Caracas. T. LXXI,
julio septiembre 1988, Nº 283. pp. 705-723.
276
John Lynch: Ob. Cit. p. 217.
277
Ricardo Labastida: Biografías de los obispos de Mérida. Mérida. Concejo Municipal de Libertador. La Imprenta, 1983. pp. 11-18.
278
Ídem.
279
AAM. Sección 45B. Libros Varios. Libro de órdenes y decretos superiores de los Ilustrísimos Obispos Santiago Hernández Milanés y Rafael
Lasso de la Vega. Años 1807-1828. Carta pastoral. Carache, 18 de agosto de 1806. ff. 11v-14v
280
Ídem.
91
censurando duramente a Miranda, calificándolo con duros epítetos, al
mismo tiempo que conminaba a los feligreses a rechazar por la fuerza a
los enemigos de la Corona española281.
Ídem.
281
Tulio Febres Cordero: “Las actas de la independencia de Mérida, Trujillo y Táchira en 1810.” En: Tulio Febres Cordero: Archivo de Historia y
282
92
a los anteriores, se identificaron como monárquicos el obispo Hernández
y Milanés, el deán Irastorza y el canónigo Mateo José Mass y Rubí. La
constitución fue jurada por el Arzobispo de Caracas Monseñor Narciso
Coll y Prat y con muchas reservas también fue jurada por el obispo de
Mérida, después que en el seno cabildo catedral fuera debatido el asunto
y la mayoría de sus miembros votaron por su aprobación283.
Años más tarde, en 1815, fue electo obispo para la diócesis de Mérida,
Monseñor Rafael Lasso de la Vega, y consagrado un año después por el
Arzobispo de Bogotá, Juan Bautista Sacristán286, mantuvo inconmovible
su posición monárquica desde entonces, por cuya razón, el primado sintió
el rechazo de la comunidad emeritense, debido a su actitud de mantener
la sede episcopal y el seminario en Maracaibo. Esa actuación del obispo
se realizaba desconociendo deliberadamente el pronunciamiento de
la corte española al respecto, ratificando que... la silla episcopal residiera
en Mérida…287 y que aquella autoridad civil, había decretado perpetuo
silencio a Maracaibo sobre el derecho de preferencia288, circunstancia
que fue avalada al mantener su residencia en aquella ciudad lacustre y la
tenacidad con que condenaba la proclamación de Independencia289.
284
Daniel Florencio O´Leary: Memorias. Narración. Caracas. Imprenta Nacional, 1952. T. I. pp. 96-99.
285
Ricardo Labastida: Ob. Cit. p. 16.
286
Juan de Dios Peña Rojas: Superación del conflicto de fidelidades en el obispo Lasso de la Vega. Roma. Pontificia Universidad Gregoriana. Facul-
tad de Historia Eclesiástica (tesis), 2000. p. 67.
287
Ricardo Labastida: Ob. Cit. p. 22.
288
Ídem.
289
Ídem.
290
John Lynch: Ob. Cit. pp. 240-243.
93
Cúcuta en 1821, adonde debió concurrir el obispo Lasso de la Vega, quien
fue nombrado diputado por Maracaibo291. En el seno de aquel cuerpo
deliberante se le exigió que jurara obediencia a la constitución, lo cual
colocaba al primado en conflicto de las fidelidades. La negativa del
purpurado, motivo encendidas diatribas en su contra e inclusive se pidió
su destierro y declarar en sede vacante al obispado emeritense292.
3. Las viudas
94
independencia y dirigiría el gobierno civil hasta los terribles hechos de
1812.
295
AGEM. Protocolos. T. IC. Testamento de doña María Ana González Cotte y Villamizar. Mérida, 3 de diciembre de 1819. ff. 107r-112r.
296
Ídem.
297
Georges-Louis Leclerc de Buffon (1707-1788) Historia Natural (Histoire naturelle, générale et particulière)
298
AGEM. Protocolos. T. IC. Testamento de doña María Ana González Cotte y Villamizar. Mérida, 3 de diciembre de 1819. ff. 107r-112r.
299
Ídem.
300
Ídem.
301
Vicente Dávila: Próceres merideños. Caracas. Imprenta Nacional, 1970. p. 135.
302
Ídem.
95
La Campaña Admirable fue tan exitosa como fugaz, doña María Ana,
tuvo que soportar las triste separación de sus amados hijos Francisco,
Jaime, Juan de Dios y su menor Gabriel de apenas 14 años, enlistados
en ejército y apenas después de tres semanas de haber salido de Mérida
sus retoños, el 22 de junio del año 1813, Gabriel, en una heroica acción,
durante la batalla de los Horcones se precipitó sobre los cañones realistas,
que habían sido tomadas en el campo de batalla, en cuya explosión
quedó lisiado para siempre303. La noticia llegó a conocimiento de don
Antonio Ignacio y doña María Ana en una carta del mismo libertador
quien por única vez escribió en unas décimas que honraban al joven
héroe de la independencia. Aquella dramática noticia sería seguida por
otra tragedia aún peor en un infausto suceso ocurrido a mediados 27 de
febrero de 1814, cuando doña María Ana tuvo la dolorosa nueva el que
su hijo Jaime había rendido su vida en la batalla de San Mateo304.
303
Ibídem. pp. 143-150.
304
Ibídem. pp. 129.
305
Ibídem. pp. 135.
306
Ibídem. pp. 139.
96
eternas fue nuevamente ocupada por Sebastián de la Calzada, tuvo que
soportar nuevamente otra confiscación de sus propiedades. Después
de tan aciagos sucesos procedió a la partición de bienes entre sus hijos
ausentes. La enaltecida dama falleció el 8 se septiembre de 1821.
307
AGEM. Protocolos T. IIC. Carta de recibo de dote. Mérida, Falta fecha ff. 60r-63r.
308
AGEM. Protocolos T. XCV. Carta de poder. Mérida, 13 de septiembre de 1812. ff. 113r-114r.
309
AGEM. Protocolos T. XCVII. Carta de fianza. Mérida, 16 de octubre de 1817. ff. 19r-20r.
97
3.3. Doña María Ynés de Uzcátegui
310
AGEM. Protocolos. T. LXX. Testamento de María Ynés de Uzcátegui. Mérida, 8 de octubre de 1785. ff. 228r-291r.
311
Juan N. P. Monsant: Resumen histórico de la Universidad de Los Andes. Mérida. Concejo Municipal de Libertador. La Imprenta, 1983. pp. 14-15.
98
becas, y si éste se trasladase a otra ciudad, fuesen aplicadas al Colegio de
San Bartolomé de Santa Fe312. Finalmente, doña María Inés murió en el
interior de la clausura en 1825.
En las primeras décadas del siglo XIX, Ejido, era una pequeña
población rodeada de haciendas cañameleras313, distante dos leguas al
sur occidente de Mérida, la mayoría de sus casas eran de tapia y teja, a la
vera de una sola calle principal, ubicada en el mismo trayecto del camino
que conducía hacia Santa Fe, cuya ruta se extendía hacia el poblado de
la Mesa de los Indios314. En aquella localidad, se hallaban residenciados
importantes dueños de trapiches que producían panela, azúcar, miel y
melotes. En una de las casonas solariegas, residía don Jaime Fornés, un
catalán que se había residenciado en Mérida315, quien se desempeñaba
como alcalde partidario de Ejido, con una renombrada reputación como
un hombre rico y respetable en aquella comunidad. Don Jaime se había
casado con doña Isabel Briceño Peralta316, dama perteneciente a una de
las más notables y conspicuas familias emeritenses, tía del General en
Jefe Justo Briceño, Doña Isabel como sus deudos se habían declarado
abiertamente patriotas, en especial don Justo, quien llegaría a ser uno de
los más notables militares durante la guerra de independencia, y quien
recibiera el honor de recibir la última carta escrita por el libertador
fechada en Santa Marta a 9 de diciembre de 1830317. A diferencia de doña
Isabel, su esposo don Jaime era profundamente realista, pero ambos se
profesaban un intenso amor, y doña Isabel como gran dama, siempre
supo cumplir con los roles de esposa y madre de sus ocho hijos.
99
cumplió con puntualidad lo solicitado y ordenó empacar los tubos y
disponerlos en al patio de su casona, pero doña Isabel, prima del canónigo
Uzcátegui, quien le había prevenido acerca de las intenciones de los
realistas y de la inconveniencia de entregarles los tubos del órgano, le
pidió que lo impidiera.
318
Tulio Febres Cordero: “Los tubos del órgano.” En: Tulio Febres Cordero: Mitos y tradiciones. Mérida. Universidad de Los Andes, 1983, pp. 86-90
319
Tulio Febres Cordero: “LXVIII. La Patriecita” En: Tulio Febres Cordero: Archivo de Historia y Variedades. Caracas. Parra León Hnos. Editores,
1930. T. I. pp. 312-314.
320
Tulio Febres Cordero: “LXVIII. La Patriecita…”
321
Ídem.
100
En su evasión, los conjurados sorprendieron a don Jaime, lo
aprendieron y subrepticiamente lo llevaron por el camino de El Morro,
hasta la recóndita montaña del Quinó, un paraje boscoso, inmediato
a las llanuras de Barinas322. En aquella floresta, los conspiradores, sin
razón alguna, fusilaron a don Jaime. En los días sucesivos, su cadáver
fue hallado y trasladado hasta Ejido, en medio del inmenso dolor de
doña Isabel, quien en luctuosa procesión le dio sepultura. En esas
tristes circunstancias, doña Isabel fue víctima de la inmensa depresión,
ocasionada por el sufrimiento causado por los terribles sucesos que
rodearon el asesinado de su amado esposo, a manos de sus propios
copartidarios, enfrentados por convicciones políticas a su cónyuge.
Esas impresiones fueron demasiado fuertes e insoportables para aquella
dama, quien en su inmensa congoja, tres meses después murió de tristeza,
según rezan los testimonios de la época323.
322
Ídem.
323
Agradecemos a Carmen María Sivoli, en proporcionarnos el diario de su retatarabuela doña Isabel Briceño.
324
Ibídem. f. 43r-v
101
destrucción ocasionada por la guerra, todos sus trabajos habían sido
inútiles. Después de 1814, en medio del insufrible dolor que ocasionó
a doña Gertrudis Ana Briceño la definitiva desaparición de su esposo,
por lo cual se hizo más firme su deseo en defender sus bienes, y a pesar
de su condición de mujer viuda, condolida de su suerte y con la firme
disposición de mantener el honor y reputación de su difunto marido, se
dispuso a pagar sus deudas a los numerosos acreedores, especialmente a
las madres clarisas de Mérida. Con esa finalidad trabajó incansablemente
en la referida posesión, soportando constantemente, los frecuentes
latrocinios y confiscaciones ocasionadas por las notorias ocupaciones de
las tropas amigas y enemigas que acantonaron en sus haciendas, además
enfrentó la ausencia de la mano de obra debido a las persistentes fugas de
los esclavos y la huida de los peones, cuyas circunstancias perjudicaron
gravemente tanto a su persona como sus bienes.
Los daños a las propiedades fueron tan graves, que a pesar de los
incesantes esfuerzos de doña Gertrudis, quien le consagró hasta sus
últimos arrestos para conservar tan siquiera la hacienda de La Plata que
era hipoteca especial de un censo de las madres monjas clarisas de Mérida,
e intentó mantener su valor en 800 pesos, pero sus cuidados fueron en
vano, todo estaba perdido, y sus esperanzas confundidas por el azote de
la guerra, la escasez y la miseria la que se prolongó aún más allá después
de finalizado el conflicto militar, porque todavía en 1829, se hallaba en
la extrema situación de ser una mujer sola, sin recurso alguno, porque
todos los enunciados sucesos, habían contribuido a la total extinción
de la referida finca, a pesar de haber invertido en la posesión todos su
bienes dótales y rehabilitado la heredad en varias ocasiones, edificando
numerosas mejoras, para esa fecha sólo existían la tierra, algunos cortos
muebles de muy poca o ninguna estimación325, las que fueron rematadas
para pagar las numerosas acreencias que gravitaban sobre la propiedad.
4. Las inquietadas
325
Ídem.
102
pequeña población, residían como parte del común Marcos Barela y
su mujer María Salas, ambos tenían cuatro niñas y eran propietarios
de unos escasos bienes. En 1810, cuando se instaló la junta gubernativa
defensora de los derechos de Fernando VII, Marcos se adhirió a la misma,
luego cuando las hostilidades se iniciaron en el año 1812, Marcos había
mantenido la resistencia armada en la zona inmediata al río Mocotíes,
acompañado por siete hombres armados, a quienes había alimentado y
vestido a su costa. Luego, fue enviado hasta el vecino pueblo de Chiguará
a comandar setenta hombres.
326
AGEM. Causas diversas T. II. Expediente 17. 1814. Sobre averiguar una carta que por intermedio de Manuela Salas se mandó a los godos desde
el pueblo de Lagunillas. Declaración de Marcos Barela. Mérida, 7 de marzo de 1814. ff. 253r-254r.
327
Ibídem. ff. 253r-254r.
328
Ibídem. f. 251r-v.
103
el comandante de Lagunillas, ordenó la detención de María Salas y su
encarcelamiento en la cárcel pública de Mérida, la humilde mujer fue
inmediatamente trasladada hasta el reclusorio por una comisión militar.
Conclusión
105
Esclavización, violencias y discursos
en el contexto de la emancipación.
Mérida (1811-1829)
Daniel Mujica
Introducción
La violencia se ha planteado desde diversos campos disciplinares,
como un fenómeno hipercomplejo329, donde intervienen un variado
conjunto de elementos extrasensoriales además de los intrasubjetivos o
psicológicos. En conexión con estas ideas, se ha determinado que en los
comportamientos agresivos, lejos de haber manifestaciones de “locura”
o “irracionalidad”, subyace un fondo ideológico330 que vierte de sentido
y significación a la violencia, independientemente de las fuentes que la
originen, los sujetos que la empleen, y los contextos espacio-temporales
donde surja. En líneas generales, la violencia es constructo social, en ella
están presentes de manera constante los procesos de corta, mediana, y
larga duración histórica en las sociedades,331 así como también los macro-
contextos socioculturales332, los cuales inciden de manera indirecta sobre
las expresiones de agresividad determinándolas desde el punto de vista
de los valores y significados atribuidos a ella.
107
Mérida postcolonial entre los años 1811-1829. Desde las perspectivas
teóricas sugeridas por Tzvetan Todorov para el estudio de los procesos de
construcción de alteridades sociales apoyadas en las ideas de las razas335,
planteamientos adoptados en esta investigación, existen cinco postulados
fundamentales para reconocer toda forma de pensamiento y práctica
racialista336 , como lo son: 1. La existencia de razas; 2. La continuidad entre
lo físico y lo moral; 3. La acción del grupo sobre el individuo; 4. Jerarquía
única de valores y; 5. Política fundada en el saber.
335
Tzvetan Todorov: Nosotros y los otros. México, Siglo Veintiuno Editores, 2007. Aquí se retoma su propuesta teórica planteada en el segundo
capítulo de su obra para analizar los discursos de los amos.
336
Para Todorov, existe una diferencia clara entre los términos racismo y racialismo. El primero, hace referencia a los comportamientos o la
“puesta en escena” de toda forma de discriminación sustentada sobre el imaginario de las razas. El segundo, son los principios doctrinarios
o teóricos sobre los que se apoya el racismo. De esta forma, el racialismo es “el saber” que da legitimidad a las prácticas racistas. Ibidem., pp.
115-116.
337
Argumentos que son compartidos para el caso chileno por: Montserrat N. Arre Marfull y Karrizzia A. Moraga Rodríguez: “Litigios por
sevicia de negros y mulatos esclavos. Estrategias de “sobrevivencia social” en Chile colonial (s. XVIII).” En: Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En
línea], Debates, 2009, Puesto en línea el 14 abril 2009. URL: http://nuevomundo.revues.org/55954 . [Versión electrónica consultada el 24 de
mayo de 2013 ]
338
La sevicia o “crueldad excesiva”, tiene sus orígenes en el derecho castellano, específicamente en las Siete Partidas de Alfonso X. En la Partida
IV, título XXI, Ley VI, se obligaba a los señores que reprendieran de forma “tan cruel” a sus siervos, despojarse de ellos mediante su venta. Al
respecto véase: Las Siete Partidas del Sabio Rey Don Alonso El Nono. Nuevamente glosadas por el Licenciado Gregorio López, del Consejo Real
de Indias de su Majestad. Madrid, MDCXI. En los casos de sevicia o maltratamiento, los esclavos se dirigían hacia las instancias judiciales a
solicitar cambio de amos mediante la petición de su propia venta a manos de otros propietarios. Sobre los derechos de los esclavos en Venezuela
colonial véase: Marianella Ponce: El ordenamiento jurídico y el ejercicio del derecho de libertad de los esclavos en la provincia de Venezuela, 1730-
1768. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1994, (Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, vol. 226).
108
1. Las formas de las violencias: las relaciones castigo-cuerpo en el
régimen de esclavitud
339
Este aspecto instrumental de la violencia constituye uno de los núcleos teóricos más fuertes en la propuesta analítica que sobre el tema
desarrolla Hanna Arendt. Desde sus perspectivas, la violencia tiene el efecto de “multiplicar la potencia” de quienes la emplean como medio de
subordinación y control. Al respecto: Hanna Arendt: Sobre la violencia. Madrid, Alianza Editorial, 2006, p. 63.
340
En el pensamiento del teórico francés Michel Foucault, el estudio del engranaje cuerpo-violencia-poder ha sido ampliamente tratado en
una obra en particular, como lo es Vigilar y castigar. En sus análisis sobre las transformaciones en la práctica del castigo en Europa, Foucault
enfatizó la manera en que los suplicios del cuerpo de los condenados a pena capital en el Antiguo Régimen eran un “ritual punitivo” donde la
destrucción del cuerpo del transgresor a partir de la tortura, eran la forma en que el poder de los Reyes se manifestaba en el plano social y se
reconstituía ante la mirada de los súbditos. Aquí se retoma la idea de ver las violencias hacia los cuerpos como formas de castigos en relaciones
de poder desiguales y verticales como las que caracterizaron al régimen de esclavitud negra. Al respecto véase: Michel Foucault: Vigilar y
castigar. México, Siglo Veintiuno Editores (2da Edición), 1978 p. 54
341
Hanna Arendt: Op. Cit., p. 73.
342
Los castigos físicos a esclavos estaban permitidos y codificados en los textos jurídicos y religiosos de la administración colonial. Por ejemplo,
en la Nueva Recopilación de Leyes de Indias, en el libro VII, título V, ley XXI, se establecía que “el negro o negra ausente del servicio de su amo
cuatro días, le sean dados en el rollo cincuenta azotes, y que esté allí atado desde la ejecución hasta que se ponga el sol”. En: Recopilación de leyes
de los reynos de las Indias. Madrid, Boix Editor, t. II, p. 323. En la Real cédula del 31 de mayo de 1789 sobre educación, trato y ocupación de los
esclavos, se permitían las correcciones corporales pero se prohibía que a los esclavos se les causara “contusión grave, efusión de sangre o mu-
tilación de miembro”. Consultada en: Miguel Acosta Saignes: Vida de los esclavos negros en Venezuela. Cuba, Casa de las Américas, 1978, p. 256.
En Venezuela, las Constituciones Sinodales del año 1687 establecían también la imposición de castigos físicos dentro de ciertas limitaciones,
entre las cuales se ordenaba “no se use caña de brea, lacre, velas encendidas, ni otros instrumentos de fuego, pena de Excomunión Mayor: ni
en los azotes se exceda de tal manera, que pase de corrección…”. En: Manuel Gutiérrez de Arce: Apéndices al Sínodo Diocesano de Santiago de
León de Caracas de 1687. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1975, (Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, nº 125), t. II, p. 148.
343
David Le Breton, expresa que el dolor siempre ha tenido unos usos sociales, y entre ellos, el de la intimidación de los Otros ha sido de los
más universales: “Infligir dolor para castigar un despropósito, una infracción o imponer el orden es desde hace mucho tiempo un principio de
intimidación y de poder…” En: David le Breton: Antropología del dolor. Barcelona, Editorial Seix Barral, 1999, p. 247.
109
Las investigaciones realizadas sobre la esclavitud en el contexto
colonial de Mérida344, permiten precisar que el trato dado a los siervos en
las haciendas y otros espacios de la vida social en la ciudad de las cumbres
nevadas implicó ocasionalmente la aplicación de correctivos físicos,
como por ejemplo los azotes y el uso de grillos o el cepo para obligar al
esclavo a cumplir con las tareas impuestas por sus amos345.
344
Los comienzos de la esclavitud en Mérida se remontan a la segunda parte del siglo XVI, La existencia de extensiones de tierra aptas para
el cultivo del cacao y la caña de azúcar, por sólo mencionar algunos de los rubros más importantes, propiciaron la demanda de mano de
obra esclava como sustitución de la indígena, estrato poblacional que se rigió bajo la encomienda Con el transcurrir de los años, la presencia
de siervos y domésticos se incrementó y se hizo significativa debido al desarrollo de las haciendas y a las labores que en estos núcleos de
producción laboraban los esclavos. Igualmente, la presencia de los grupos invasores y los que fueron forzosamente trasladados dieron inició
a la miscegenación entre esos grupos etnoraciales, modificando la calidad de la población destinada al trabajo forzado, pues un importante
número de mulatos, pardos y zambos también estuvieron sujetos al sistema esclavista. CFR. Edda Samudio: “Los esclavos negros en Mérida
colonial”. En: Frontera, Mérida, 13 de marzo de 1980; y “La cotidianidad esclava en las haciendas del Colegio San Francisco Javier de Méri-
da”. En: Procesos Históricos, año 1, nº 1, (Mérida, enero 2002) [Versión electrónica consultada el 10 de abril de 2011 en: http://www.saber.ula.
ve/bitstream/123456789/23078/1/articulo1-1.pdf]. Miguel Ángel Rodríguez Lorenzo: Presencia y liberación de los esclavos en Mérida. Mérida,
Universidad de los Andes, tesis de grado (inédita) para optar al título de licenciado en Historia, 1982; “Proceso de liberación de los esclavos en
Mérida. Objetivos y metodología”. En: Boletín Antropológico, Universidad de los Andes, nº 5 (Mérida, enero-marzo, 1984), pp. 25-43; y “Algunos
aspectos de la vida cotidiana de los esclavos de origen africano en los andes venezolanos (I)”. En: Boletín Antropológico, nº 9 (Mérida, septiem-
bre-diciembre, 1985), pp. 25-42. Luis Alberto Ramírez Méndez: “Los esclavos en el sur del lago de Maracaibo (siglos XVI-XVII)”. En: Boletín de la
Academia Nacional de la Historia, Caracas, n° 373, T. XCIV, (enero-marzo 2011), pp. 83-107
345
Aspectos que se ponen en evidencia en las investigaciones realizadas para el ámbito andino por Luis Alberto Ramírez Méndez: Op.Cit., p.
104 y Edda Samudio: “La cotidianidad esclava…” p. 39.
346
AGEM. Esclavos y Manumisos. T.V. Mérida, 1828. “Información promovida por el síndico procurador municipal a favor de los siervos Cande-
lario Rivas y Gregoria Osuna, del Sr. Lorenzo Quintero.” f. 221.
347
AGEM. Esclavos y Manumisos. T.VI. Mérida, 1829. “Solicitud del Sr. Procurador municipal para que el Sr. Marcelino Quintero de la libertad a
su esclava Trinidad por haberla fecundado y maltratado cruelmente, lo que no pudo comprobarse.” f. 7
110
acusación fue reconocida por el mismo Marcelino Quintero, quien sólo
cuestionó la “crueldad” pues consideraba que: […] La leyes vigentes me
autorizaban para corregirla hasta con veintinueve látigos siendo así que
únicamente le he aplicado cuatro […]348. Más aún, alegó que no se sirvió
de uno de los métodos más “comunes” para castigar las inobediencias de
sus “propiedades”: […] consta que no usé del permitido y muy común medio
de atar a la sierva para castigarla; y esta circunstancia confirma más la
levedad del castigo […]349. ¿Permitido por quién? Evidentemente, se refería
a la “permisibilidad” de los propios códigos y prácticas establecidas por
los grupos esclavistas, quienes como se deduce de la declaración anterior,
tenían sus propias artes de hacer sufrir350, sustentadas en la tradición y
en las costumbres cotidianas y no precisamente en la legislación sobre
la materia.
348
Ibídem, f. 10
349
Idem.
350
Michel Foucault: Op.Cit., p. 15
351
Desde la Real cédula del 31 de mayo de 1789, se establecieron los tipos de trabajo que los amos debían encargarles a sus esclavos, clasificación
que se establecía según la edad y el sexo del esclavo: “[…] sin que puedan los dueños o mayordomos obligar a trabajar por tareas a los mayores
de sesenta años ni menores de diez y siete, como tampoco a las esclavas, ni emplear a éstas en trabajos no conformes con su sexo […]”. En: Miguel
Acosta Saignes: Op.Cit., p. 255.
111
en materia de manutención y vestido352, denunciaba el […] continuo
trabajo en que me tienen, de estar con un asador en la hacienda desyerbando:
oficio que jamás ha competido, ni compete sino a los esclavos varones […]353,
exigencia que se le imponía bajo la amenaza de […] castigarme cruelmente
como ya lo ha hecho […]354.
352
Obligaciones que debían atender los amos, tal como se refleja en las Constituciones Sinodales: “Y porque muchos de los señores de esclavos
los tratan mal en el comer, y vestir, no dándoles lo necesario; de suerte que se vean a comer hurtos, y otras vilezas, exhortamos en el Señor a
dichos padres de familia, adviertan, que es gravísimo pecado mortal, el no darle a sus esclavos lo necesario, para comer, y vestir según su estado
y condición […]”. En: Manuel Gutiérrez de Arce: Op.Cit., p. 147
353
AGEM. Esclavos y Manumisos. T.V. Mérida, 1811. “Pedimento instruido…” f. 32.
354
Ibídem, f. 32
355
Ibídem, f. 33
356
Ídem.
357
AGEM. Criminal, “Maltratos, aporreos, riñas, desafíos, y otros excesos”. T. V. Mérida, 1829. “Causa contra Bonifacio Cadenas, Mayordomo de
Estanques, por el maltratamiento que le da a los esclavos de dicha hacienda” f.36
112
2. Los discursos de los amos: los significados ocultos de las
violencias
113
características que pudieran definirse como materiales e instrumentales,
en la esclavitud la violencia está también condicionada por las
representaciones que los poderosos tienen sobre los sujetos receptores de
la agresión: los esclavos361.
361
Al respecto véase: Claude Meillassoux: Antropología de la Esclavitud. México, Siglo Veintiuno Editores, 1990; Moises Finley: Esclavitud
antigua e ideología moderna. Barcelona, Editorial Crítica, 1982; Catalina Ariza Montañez: “Los objetos con alma: legitimidad de la esclavitud en
el discurso de Aristóteles y Alonso de Sandoval. Una aproximación desde la construcción del cuerpo.” En: Fronteras de la Historia, Instituto Co-
lombiano de Antropología e Historia, Colombia, núm. 10, (2005), pp. 139-170. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83301004
También: Ernesto Mora Queipo: Los esclavos de Dios: Religión, esclavitud e identidades en la Venezuela del siglo XVIII, Mérida, Editorial Vene-
zolana, 2007.
362
Sobre el análisis de las metáforas en la interpretación de textos históricos véase: Peter Burke: Formas de historia cultural. Madrid, Alianza
Editorial, 2000, p. 226.
114
2.1. Los esclavos “viles”
363
María Eugenia Albornoz Vásquez: “Claves simbólicas que alimentan la expresión violenta de las diferencias sociales. Chile, siglos XVI-
II-XIX.” En: Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En línea], Coloquios, 2006, Puesto en línea el 15 de septiembre de 2006. [Versión electrónica consul-
tada el 18 de octubre de 2012 en: http://nuevomundo.revues.org/2873]
364
Clifford Geertz: La interpretación de las culturas. Barcelona, Gedisa, 2003, p. 301.
365
Emanuele Amodio: Formas de alteridad. Construcción y difusión de la imagen del indio americano en Europa durante el primer siglo de la
conquista de América. Quito, Ed. Abya Yala, 1993. Versión digital consultada en: http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/Amodio.pdf
366
María Eugenia Chaves: Color, inferioridad y esclavización: la invención de la diferencia en los discursos de la colonialidad temprana. En: Claudia
Mosquera Rosero-Labbé y Luis Claudio Barcelos (eds): Afroreparaciones: Memorias de la esclavitud y justicia reparativa para negros, afrocolom-
bianos y raizales. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, (Colección CES), 2007, p. 73-92.
367
Un análisis detallado y exhaustivo sobre las categorías raciales en las sociedades hispanocoloniales puede revisarse en: Carmen Bernand:
Los híbridos en Hispanoamérica. Un enfoque antropológico de un proceso histórico. En: Guillaume Boccara y Sylvia Galindo: Lógicas mestizas.
Chile, Instituto de Estudios Indígenas, Universidad de la Frontera, 1999, pp. 61-84. También puede revisarse a: Magnus Morner: La mezcla de
razas en la historia de América Latina. Buenos Aires, Editorial Paidós, sf.
368
“las ideas sobre la raza y sobre las categorías de gente denominada indios, negros o mestizos no desaparecieron en absoluto del panorama
nacional. Siguió existiendo una diferencia distintiva entre las imágenes de los negros y los indígenas en los debates sobre la identidad de las
nuevas naciones (o del Impero, en el caso del Brasil)”. En: Peter Wade: Raza y etnicidad en Latinoamérica. Quito, Ediciones Abya- Yala, 2000,
pp. 41-42.
115
atribuían a los esclavizados y sus descendientes siguieron alimentando
el imaginario de la sociedad republicana. Durante todo el siglo XIX los
estereotipos sobre la población de color, serán renovados y reforzados
por los “saberes científicos” sobre las diferencias raciales”369.
369
María Eugenia Cháves: Los sectores subalternos y la retórica Libertaria. Esclavitud e inferioridad racial en la gesta independentista http://
www.academia.edu/2209969/Los_Sectores_Subalternos_y_la_Retorica_Libertaria_Esclavitud_e_Inferioridad_Racial_en_la_Gesta_Inde-
pendentista
370
AGEM. Materia Criminal, “Maltratos, aporreos, riñas, desafíos, y otros excesos”. T. V. Mérida, 1829. “Causa contra Bonifacio Cadenas…” f.
44-44v.
371
Estos rasgos que animalizan a los esclavos, se pueden observar en las “Memorias” de Joaquín Mosquera, quien los define como “tigres
furiosos” en el contexto de la Gran Colombia: “A mí me parece que una multitud de tigres furiosos sueltos de la cadena, no harían tanto mal,
como poner en ejercicio de sus fuerzas a estos hombres inmorales, sin honor, sin esperanza, sin temor”. En: Joaquín Mosquera: Memoria sobre
la necesidad de reformar la ley del Congreso Constituyente de Colombia del 21 de julio de 1821, que sanciona la libertad de partos, manumisión y
abolición del tráfico de esclavos y bases que podrían adoptarse para la reforma. Caracas, Reimpresa por Tomás Antero, 1829. Citado por: María
Eugenia Chávez: Ibidem, p.10.
116
decenios de vida independiente de las naciones americanas, donde las
nociones de civilización-barbarie, fueron uno de los criterios taxonómicos
empleados por las élites letradas para dirigir a los nuevos países por
la senda del progreso social en la búsqueda de la “civilización” y en la
demarcación de las manifestaciones de “barbarie”372.
372
Sobre estos aspectos véase: Álvaro Villegas Vélez: “Nación y alteridad en Colombia: La población negra y la colonialidad del poder.” En:
Revista colombiana de antropología, Vol. 44 (I), (enero-junio, 2008), pp. 71-94. Disponible en: http://www.icanh.gov.co/ver_pagina_ingles/
release/publications/revista_colombiana_antropologia/3872 José Luis Martínez, Viviana Gallardo y Nelson Martínez: Construyendo iden-
tidades desde el poder: los indios en los discursos republicanos de inicios del siglo XIX. En: Guillaume Boccara (Editor): Colonización, resistencia y
mestizaje en las Américas (Siglos XVI-XX). Quito, Ediciones Abya-Yala, 2002, pp. 27-46
373
Álvaro Villegas Vélez: Op. Cit.
374
Al respecto: John V. Lombardi: Decadencia y abolición de la esclavitud en Venezuela. 1820-1854. Caracas, Ediciones de la Biblioteca de la
Universidad Central de Venezuela, 1974.
117
como que es cierto, que en Colombia aún existen leyes qe
mantienen y conservan esa clase desgraciada de hombres
degradada y envilecida hasta el extremo de perder la nobleza
de su ser […]375.
375
Ibídem, f. 44
376
Ídem
377
Tzvetan Todorov: Op. Cit., p. 118.
378
Ídem
118
suerte una jerarquía de valores desde las cuales las razas son juzgadas y
valoradas. Desde este postulado, no debe sorprender que sea natural el
hecho de que unas razas deban ser dominadas por otras, las superiores
sobre las inferiores. Para el mayordomo de Estanquez, sus esclavos
ocupan […] el lugar de las demás cosas sujetas al dominio de otro hombre
[…]379la violencia es necesaria porque desde sus convicciones es la
condición indispensable para […] aprovecharse del capital empleado en
aquella clase de propiedad […]380. Discurso donde la valoración del esclavo
se equipara a objetos o cosas, y que tiene la intención de afirmar su
inferioridad respecto al grupo al que pertenecen los amos, quienes por
intereses económicos deben dominar esas “propiedades” en sus manos.
379
Ídem
380
Ídem.
381
Tzvetan Todorov: Op. Cit., p.119.
382
Ibídem, f. 44v.
119
razonamientos de los hacendados, el uso de la violencia como mecanismo
de disciplinamiento. Este aspecto se refleja en el expediente criminal
contra Lorenzo Quintero del año 1828, el acusado por haber azotado
al siervo Candelario por la pérdida de una herramienta de trabajo. Lo
interesante de este documento es que, aparte de las causas directas que
en apariencia motivaron las razones del maltratamiento, se evidencia en
el discurso del amo el fondo ideológico o la representación de sus súbditos
significando el acto de agresión: […] Los azotes y prisiones a que vagamente
se refieren los testigos hace el espacio de cuatro años que se le aplicaron a este
esclavo inobediente, altivo, charlatán y vicioso […]383. Los vicios que estaban
relacionados, según lo exponía el patrono ante el síndico procurador,
con la práctica de la ingesta de alcohol reiterativa de su esclavo: […] Que
Candelario se embriague demasiado me es muy fácil probar; y bien ¿cuáles
son los males que no acarrea tan detestable vicio? El parece que es la fuente
de todos ellos […]384.
120
sexo femenino presentes en la mentalidad colonial no desaparecieron
de la escena política, pues antes bien, persistieron las categorías que las
consideraban como “criatura que se debe controlar de manera puntillosa;
como espécimen sui géneris obligado a una tutela gracias a la cual no
cometerá los excesos a que la destina su peculiar levadura, ni caerá en el
abismo de la mundanidad.”388.
dores y miserias del siglo XIX. Cultura y sociedad en América Latina. Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1994, 287.
Steve J. Stern: La historia secreta del género: mujeres, hombres y poder en México en las postrimerías del período colonial. México, Fondo
389
de Cultura Económica, 1999; Inés Quintero: La palabra ignorada. La mujer: testigo oculto en la historia de Venezuela. Caracas, Fundación
Polar, 2007.
121
señor Marcos Torres para defenderse ante las denuncias de la sierva
Francisca Dávila por maltratamiento, exponía sus propios argumentos
en los términos siguientes: […] En su inteligencia contesto su amo, que la
samba malvada que había sido por haber metido en su cama a un mancebo a
deshoras de la noche; que es ladrona; escandalosa y que si acaso su esposa le
ha pegado alguna vez, y con moderación es por estos excesos […]390.
122
por su poco recogimiento sexual, es la estrategia discursiva utilizada
por los propietarios esclavistas para hacer de estas mujeres, no-sujetos,
situadas al margen de las normas sociales y por ello susceptibles
de coacción hacia sus cuerpos, discursos que a su vez persiguen la
intencionalidad de acentuar su inferioridad cultural y la dominación
patriarcal sobre ellas.
393
James C. Scott: Los dominados y el arte de la resistencia. Discursos ocultos. México, Ediciones Era, 2004, p. 63.
394
Carolina González Undurruaga: “Los usos del honor por esclavos y esclavas: del cuerpo injuriado al cuerpo liberado (Chile, 1750-1823)”. En:
Nuevos Mundo Mundos Nuevos [online] Coloquios, 2006, puesto en línea el 19 de noviembre de 2006. [Versión electrónica consultada el 20 de
agosto de 2012 en: http://nuevomundo.revues.org/2869]
395
Un acercamiento antropológico al problema de la dignidad de las víctimas de la opresión en contextos de violencia por conflictos étnicos o
religiosos puede encontrarse en los trabajos de la antropóloga Veena Das, quien ha examinado estos temas fundamentalmente en el caso de la
India en el marco de la confrontación armada que este país tuvo con Paquistán. Al respecto véase: Francisco Ortega (Editor): Veena Das: Sujetos
del dolor, agentes de dignidad. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2008.
123
honra arrebatadas en los instantes donde la represión desmesurada del
poder convierte en objeto a sus víctimas396.
396
Al respecto véase: Elsa Blair: “Mucha sangre y poco sentido: La masacre. Por un análisis antropológico de la violencia.”. En: Boletín de Antro-
pología Universidad de Antioquia, Universidad de Antioquia, Colombia, vol. 18, núm. 35, 2004, pp. 165-184. [Versión electrónica consultada el
08 de marzo de 2013. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55703508 ]
397
Al respecto consúltese: Julio Ramos: “La ley es otra: Literatura y constitución del sujeto jurídico. Maria Antonia Mandinga en el Archivo de
la Ley.” En: Beatriz González Stephan, Op.Cit., pp. 193-215. Para una perspectiva historiográfica que recupera las voces de los sectores subalter-
nos como problema histórico véase: Ranahit Gua: Las Voces de la historia. Barcelona, Editorial Crítica, 2002.
398
AGEM. Esclavos y Manumisos. T.V. Mérida, 1811. “Pedimento instruido a instancia…” F. 33
124
El camino hacia la dignificación del cuerpo herido y deshonrado por
los excesos de los patronos, permite comprender situaciones como las
anteriores, porque ante la opción de silenciar las transgresiones de los
hacendados en materia de tratamiento, las mujeres esclavizadas eligen la
vía de la denuncia como medio de resistencia a estas formas de opresión,
asumiendo inclusive el riesgo de ser nuevamente reprimidas por sus
dueños. Al respecto, la superación del miedo a la amenaza del látigo
puede esclarecer reacciones como las de la madre de la esclava Trinidad,
aquella que en el año 1829 acusaba al señor Marcelino Quintero por
sevicia. En esta ocasión, la madre de dicha esclava acude nuevamente
ante los jueces para expresarles no sólo el tormento físico que padecía
su hija por su amo, sino además […] que ha sido forzada a consentirle la
criminalidad que se entregase ésta a sus pasiones de cuyo resultado se
encuentra en cinta y en meses mayores […]399, denuncia que realizaba por
el hecho de que el amo Quintero había logrado inclinar la decisión de los
magistrados a su favor.
399
GEM. Esclavos y Manumisos. T.VI. Mérida, 1829. “Solicitud del Sr. Procurador municipal para que el Sr. Marcelino Quintero…” F. 18
400
En el ámbito de la Nueva Granada este problema ha sido analizado por Moisés Munive Contreras: “Gozar de su cuerpo: El abuso sexual a las
negras esclavas en el Caribe colombiano. Cartagena y Mompox, siglo XVIII.” Disponible en:
http://www.azc.uam.mx/publicaciones/tye/tye16/art_hist_02.html
401
Dora Dávila Mendoza: Op.Cit.
402
Elizabeth Mejías Navarrete: Elizabeth Mejías Navarrete: “La esclavitud doméstica en sus prácticas: los esclavos y su constitución en perso-
nas. Chile 1750-1820”. En: Fronteras de la Historia, vol.12 (Bogotá, 2007), pp. 119-150.
[http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/23225/2/articulo5.pdfersión electrónica consultada el 23 de abril de 2011 2n: http://redalyc.
uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=83301204].
125
Conclusión
126
Los autores
González Sierralta, Hancer: Licenciado en Historia por la Universidad de
Los Andes (2007). Magíster en Historia de Venezuela por la Universidad
Católica Andrés Bello (2011). Premio Municipal de Historia (Mérida-2008)
Miembro del Grupo de Investigación de Historia de las Ideas en América
Latina (ULA) e investigador asociado del Centro Nacional de Historia.
PEII-ONCTI nivel A. Empleado contratado de la Biblioteca Nacional-
Biblioteca Febres Cordero (Mérida). Autor de los libros: El Ayuntamiento
en los orígenes y consolidación de la sociedad colonial merideña (1558-
1622) y Mérida después de la guerra. Consideraciones sobre la gestión
de gobierno del Cabildo republicano (1823-1826). Correo electrónico:
hancerjuantercero@hotmail.com.
127
financiero eclesiástico en Venezuela; Amor, sexo y pecado en Mérida
colonial (2014); Miembro del Programa de Promoción al Investigador
(PPI). Miembro del Programa de Estímulo al Investigador (Oncti-PEI).
Primera Mención honorífica en el Concurso de Ensayo Literario IPAS-
Me 1993. Premio Nacional Historias de barrio adentro, mención historia
regional y local. Ha recibido la “Orden 27 de junio” en su tercera clase.
Docente a nivel medio y superior. Miembro del grupo de geografía
histórica las regiones hispanoamericanas de la Escuela de Historia
Facultad de Humanidades y Educación Universidad de los Andes
(GHIRA) y Miembro de Asociación de Historiadores Latinoamericanistas.
Profesor en la Maestría de Historia en la Escuela de Historia Facultad
de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes. Email:
luisramirez811@gmail.com.
128
129
La Academia de Mérida
en el cierre de su año Jubilar
Índice de capítulo
Pág
403
Para un conocimiento más detallado sobre sus antecedentes, se sugiere consultar: “Mérida y la Música, siglo XIX”, aparecido en el Boletín Nº
1 de la Academia de Mérida, y reproducido por solicitud del musicólogo Kurt Lange, en el Nº 36 de la Revista Musical de Venezuela.
134
partir de 1836. En su escrito “Noches filarmónicas”404 hace alusión a la
“inocente escuela de los Reinosos, Calderones, Rosas y Tunjanos”. De tan
peculiar manera,Osorio da a conocer nombres de quienes antes que él
se ocupaban de la enseñanza de la música en la ciudad, sin que se haya
encontrado información adicional sobre los allí mencionados o sobre
otros anteriores a ellos.
Tomado por José Peñín del Fondo No-Bibliográfico de la Biblioteca Nacional. Citado en su libro José María Osorio, autor de la primera
404
Opera enVenezuela. Caracas, CONAC/Instituto Latinoamericano de Investigación y Estudios Musicales “Vicente Emilio Sojo, 1985. p.77
135
Andrés Sandoval, y es en 1971 que la Orquesta Sinfónica de Maracaibo
se establece de manera permanente bajo la conducción del maestro
Eduardo Rahn.
En 1893 Juan de Dios Moreno, músico muy apreciado por ser excelente
ejecutante de instrumentos, entre ellos el violín, el clarinete y el piano,
funda la banda de Tabay que actúa frecuentemente en Mérida, tal y
como ocurre en la conmemoración de los 110 años del nacimiento de
Simón Bolívar. Moreno es además fundador de la Orquesta que llevaba
su nombre y que tocaba en fiestas y solemnidades tanto religiosas
como profanas. Sor Josefa María Rojo su sobrina, también músico y
ejecutante del piano, hace una emotiva semblanza de Moreno y da a
conocer que nació en Tabay en 1857 y murió en Mérida en 1926. Allí
narra, refiriéndose a la orquesta: “La Universidad de los Andes conoció
el éxito de estos artistas en muchas ocasiones, pero de manera especial
cuando Don Tulio Febres Cordero dictó su notable Conferencia sobre
El Criollismo, el día 12 de octubre de 1917, para conmemorar el Día de
la Raza. En esa oportunidad Don Juan de Dios Moreno Valero estrenó
su original joropo: Pancriollo, dedicado al conferencista”. Juan de Dios
Moreno con ese joropo hacía un guiño musical a la aparición ese mismo
año del libro de don Tulio Febres Cordero Pancriollismo.
Gil Antonio Gil, nacido en Mérida en 1859 deja al igual que Moreno,
importante huella en el desarrollo musical de la región. Fundador en
1884 de la Banda Los Andes que toma su nombre del gran estadocreado
con la reforma constitucional de 1881 que propiciarael presidente
Antonio Guzmán Blanco; la misma desaparece con la disolución del
Estado Los Andes en 1899. En agosto de 1903 el general Esteban Chalbaud
136
Cardona, presidente de la entidad regional, crea la Banda Marcial que
denominó La Restauradora en homenajea la revolución que en 1899
había permitido a Cipriano Castro alcanzarla presidencia del país. Gil es
llamado nuevamente para dirigirla, pero al igual que la Banda del estado
Los Andes, la Banda Marcial La Restauradora desaparece con el ascenso
al poder en 1908 de Juan Vicente Gómez.
405
En conversación sostenida en 1999 con el Músico Antonio Ochea, hijo del compositor Teófilo Ochea se nos informó que su tío, Miguel Ochea
era fabricante de instrumentos en Ejido sin que haya más datos sobre su actividad.
137
espera de ser rescatadasen especial por aquellas agrupaciones musicales
que tienen entre sus propósitos la difusión de la música regional.
406
El libro de Julio CarrilloMúsicos Merideños, Mérida: Editorial Venezolana, 1985 contiene entre otras entrevistas la del Maestro José Rafael
Rivas, que ilustra ampliamente sobre su vida y obra.
138
Uno de los eventos realizados por la Banda de Mérida que amerita ser
mencionado se dio en la oportunidad de celebrarse el cuatricentenario
de la fundación de la ciudad,en 1958. Para talocasión la Banda preparó
dos conciertos de gala, el primero tuvo lugar el 2 de octubre en el Teatro
Universitario, con música de los autores merideños Víctor Contreras
Rendón, Amador López Rivera y José Rafael Rivas; allí se estrenó la
Fantasía Musical compuesta por el maestro Rivas en homenaje a la
ciudad, obra inspirada en las Danzas de los Vasallos de la Candelaria.
El segundo concierto se realizó el 4 de octubre en el auditorio del Liceo
Libertador; en esa oportunidadse escucharon en vivo, por primera vez
en nuestra ciudad, la Fantasía Lucrecia Borgia de Donizetti, la Obertura
Tanhausser de Wagner y la versión completa de la 5ª Sinfonía de
Beethoven todas ellas en adaptaciones para banda de concierto.
Si su batuta tocara,
Como la bíblica vara,
La Roca de Horeb, tal vez
El milagro volvería,
Porque este hombre es afe mía,
Muy superior a MOISES.
139
El maestro Rivas, ganador en 1947 del concurso para seleccionar
el Himno de la Universidad de los Andes, es igualmente creador de
un importante número de otras composiciones compiladas por los
investigadores Luis Romero Perozo y Ricardo Henríquez Villa en el
libro José Rafael Rivas, Vida y obras del músico merideño, editado en
el 2004 por la Fundación Vicente Emilio Sojo de Caracas. Fue impulsor de
diversas agrupaciones instrumentales y vocales e igualmente promotor
de la creación de los estudios musicales en la ULA a través de escritos
en la prensa local, el primero de ellos publicado el 16 de octubre de 1942
en el diario El Vigilante. En sus composiciones utilizaba en ocasiones,
poemas de distinguidos vates regionales tales como Emiro Duque
Sánchez, Guillermo Balza Briceño y Ramón Briceño Araujo.El maestro
Rivas recibió numerosos reconocimientos y homenajesde instituciones
tales como la Universidad de los Andes, la Gobernación del Estado y
los Concejos Municipales de los Distritos Libertador y Campo Elías.
En el 2002, esta Academia realizó una sesión especial con motivo de
conmemorarse el primer centenario de su nacimiento.
140
por los bachilleres Antonio Bujanda Yépez, (flautista y director), Manuel
Silverio, (violinista), Ramón Almao Tovar (cuatrista), y el propio Carlos
Bujanda (cellista); posteriormente logran estructurar una orquesta
integrada por 16 músicos estudiantes de Lara, Mérida, Zulia y Bolívar,
con la participación de un pianista alemán de apellido Neumann que se
encontraba circunstancialmente en Mérida en esa década del treinta.
Esa orquesta dio dos conciertos en el Paraninfo de la Universidad de los
Andes, uno de ellos en honor a don Tulio Febres Cordero. Entre los datos
curiosos mencionados en el citado libro tenemos que el piano para la
orquesta se lo había facilitado un “ilustrado presbítero emeritense” que
suponemos erael sacerdote y músico Jeremías González. Es conocido
que este sacerdote tenía uno piano en la casa parroquial del Llano
“encerrado en caja de cristal para no molestar a los vecinos”, y quede la
misma manera, el cello que tocaba Carlos Bujanda le había sido dado en
préstamo por el rector de la Universidad, Dr. Gonzalo Bernal, nieto de
José María Osorio, el personaje que da inicio a este recuento. Bujanda
por su parte comenta que en su repertorio había “selecta música de
afamados compositores tocuyanos, entre ellas El Héroe de Corpahuaico
y Salve Reina de José Ángel Rodríguez López,las composiciones Adiós
y Romelia de Hildebrando Rodríguez, así como Carmen, de Jesús María
Peñuela Tamayo”.
142
Por ser hechos que ilustran el nivel alcanzado por nuestro movimiento
coral, no puedo dejar de comentar, los éxitos obtenidos recientemente por
la Cantoría de Mérida, que obtuvo en julio pasado, en dos importantes
eventos internacionales realizados en España, el 4º premio en el Festival
Internacional de Música de Cantonigros en Cataluña y el 2º lugar en
interpretación de Habaneras en la 59 edición del Certamen Internacional
de Torre Vieja, en Alicante. De igual forma otra agrupación vocal
merideña: la Coral de Trabajadores de la ULA, dirigida por el profesor
Luis Romero, obtuvo en agosto último Medalla de Plata en el Festival de
Música Folklórica y Popular de la Ciudad de la Plata, en Argentina.
Mariano Picón-Salas, Obras Selectas. Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 2008, pag. 108
408
Según dato suministrado por Don Ramón Sosa se trataba de Humberto Hernández Urdaneta, quien ocupo la Presidencia del Estado por un
409
143
Es probable que el estreno del piano Steinway tuviera lugar el 13 de
marzo de 1953 en el teatro universitario con la presentación del Trío de
Cámara integrado por Max Rodríguez, violoncellista, Jacobo van der
Wonde, violinista y Era Hagelard en el piano, concierto reseñado por el
diario El Vigilante de esa fecha, sin que haga mención del piano. Este trío
repite sus actuaciones el 29 de marzo, el 31 de abril y el 4 de diciembre,
teniendo dentro de su repertorio obras como el Trío en Si bemol de
Beethoven, obras para cello solo como el Allegro Appasionato de Saint
Saens y repertorio para piano solo, como la Rapsodia Nº 11 De Liszt. El 14
de noviembre de 1953 se presenta el gran pianista checo Eric Landerer
tocando obras de Beethoven Schubert y Chopin. Estas actuaciones muy
difícilmente hubieran podido efectuarse sin la existencia del piano gran
cola en el auditorio de la ULA.
145
Las visitas a Mérida de la Orquesta Sinfónica Venezuela constituyeron
eventos igualmente de gran novedad en la ciudad, en particular la del año
1962, debido a que por primera vez se escuchaba en estaurbeel esplendor
de los sonidos de una gran orquesta sinfónica. En esa oportunidadel
concierto tuvo lugar en el patio del rectorado pues este no tenía los
jardines que hoy conocemos. Antonio Estévez dirigió dicho concierto,
donde entre otras obras se interpretó el Poema SinfónicoMargariteña
de Inocente Carreño. En 1975 se volvió a escuchar la OSV, esta vez
dentrodel recinto del Aula Magna en dos eventos dirigidos por el
maestro Gonzalo Castellanos; para esta oportunidad la orquesta traía dos
solistas invitados: la gran pianista Judith Jaimes, quien tocó el día jueves
20 de marzo las Variaciones Sinfónicas de Cesar Franck y el merideño
Amílcar Rivas, quien actuó el Viernes 21 en el Concierto para piano en
Fa de Maurice Ravel. En 1982 actuó la OSV en la Catedral de Mérida
dirigida por Gonzalo Castellanos que interpretó entre otras obras, el
Concierto para violín de Beethoven, actuando como solista invitado el
maestro Maurice Hasson.
146
Es con la creación en 1958 de las escuelas de arte dependientes de la
Dirección de Cultura cuando por primera vez la ciudad cuenta con una
Escuela de Música formalmente estructurada. Esta recibe entre sus
primeros profesores, a los pianistas Eric Landerer y Monique Duphil así
como al violinista Maurice Hasson. Poco tiempo después se incorporan,
los profesores Leovigildo Díaz, Diógenes Rivas, José Francisco del
Castillo, Eduardo Rahn y Luis Contreras. Esa primera Escuela de Música
después de alcanzar importantes logros, sufre el éxodo por razones
profesionales, de aquellos excelentes maestros; muchos otros,que sería
largo enumerar pasarán por sus aulas y contribuirán significativamente
a su desarrollo. Es sólo en el año 2000, durante el rectorado del Dr. Felipe
Pachano, gracias entre otros al esfuerzo de los profesores Dagmara Piñero,
Gilberto Rebolledo, Argenis Rivera y Geraldo Arrieche, con la activa
colaboración del experto en planificación y gran melómano, Dr. Sergio
Muñoz, cuandose da inicio a los Estudios de Licenciatura en Música
enla Escuela, dependiente inicialmente de la Facultad de Arquitectura
gracias al especial interés de su Decano, el Arquitecto Carlos García. En
2006 la Escuela de Música pasa a ser parte de la recién creada Facultad
de Arte, escuela de la que ya ha egresado un considerable número de
profesionales que hoy en día ejercen exitosamente en todo el ámbito
nacional y que ha estimulado la producción de interesantes trabajos de
investigación en el tema que nos ocupa, como es el caso de la Historia
de la Música Académica en la ciudad de Mérida de la Licenciada Dushka
Lekha Díaz García.
148
Aportes de la Iglesia
al desarrollo patrimonial de Mérida
1.3.- El Archivo Diocesano: Mons. Silva llegó a Mérida poco después del
terremoto de 1894. Muchos edificios eclesiásticos resultaron afectados.
Entre ellos, la residencia o palacio episcopal. Gracias a la acuciosidad de
sus predecesores y a pesar de los avatares del convulsionado siglo XIX,
eran numerosos los legajos y papeles que amenazaron ruina por efecto
del agua y los pequeños insectos fagocitos. Personalmente y con la ayuda
de seminaristas, sacerdotes y de Don Tulio Febres Cordero, se dio a la
tarea de salvar y ordenar aquel rico legado. Para ello funda el 10 de junio
de 1905 el Archivo Diocesano, institución pionera en su género en el
occidente del país, y el primero en el ámbito eclesiástico. Su primera gran
recopilación fue el ordenamiento de los principales documentos de sus
antecesores dando a la luz pública los relativos a los obispos coloniales,
en los seis tomos antes mencionados.
152
No me detengo a detallar el proceso iniciado en los años 80 en los que
con criterios archivísticos y la incorporación de las nuevas tecnologías,
unido a profesional competente en la materia y a convenios con la
Universidad de los Andes (Rectorado y diversas facultades), se ha podido
poner en alto dicha institución. Los espacios, infraestructura, equipos y
personal son prestados a diversas instancias de la ULA para el dictado de
seminarios, maestrías y actividades de doctorado. Más de un centenar
de publicaciones de su fondo editorial, 36 números del Boletín del AAM,
cursos, talleres, seminarios, encuentros internacionales y pasantías de
estudiantes universitarios y personal de archivos públicos, privados y
eclesiásticos, dan fe del trabajo realizado en los últimos treinta años. Es
justo decirlo, el AAM es hoy día una referencia nacional e internacional
en el campo de los archivos eclesiásticos.
También por iniciativa del Obispo Silva García, los curas párrocos de
todas las localidades de la Diócesis elaboraron planos, estadísticas y
características generales de los pueblos, que son el mejor testimonio del
estado de la región a comienzos del siglo XX. Es un trabajo que está por
hacerse y su publicación será una joya cartográfica, empírica y desigual,
pero no por ello menos valiosa.
162
5.- Conclusión
164
Balance de la salud pública en la Mérida
del siglo XX
171
La Unidad Sanitaria de Mérida, funcionó en el antiguo garaje de Obras
Públicas Estadales, ubicada en la intersección de la calle 24 con la avenida
8, ahora sede de la Escuela de Enfermería. Con mucho placer tengo que
referir que ésta Unidad Sanitaria, tuvo como uno de sus directores al
Dr. Héctor Sequera Palencia, de grata recordación para nosotros los
que trabajamos en el Departamento de Medicina Preventiva y Social,
porque fue un insigne maestro y amigo, además; fundador del primer
Departamento de Medicina Preventiva y Social de Venezuela que por
coincidencia es el nuestro.
172
“Si bien es cierto que desde el año 1936 hubo el interés por
la construcción de un sanatorio antituberculoso, no es
menos cierto que prejuicios en la colectividad por el miedo
que existía a la contaminación detuvieron su ejecución, sin
embargo, hombres de la envergadura del padre Duque y el
Dr. Ruíz Fonseca se comprometieron con este propósito. El
Dr. José Ignacio Baldó, Jefe de la División de TBC del MSAS
acoge la idea, se consiguió un terreno de tres hectáreas en
la Otra Banda y a través del Ministerio de Obras Públicas
en el gobierno de Eleazar López Contreras se decretó la
construcción del sanatorio que nueve años después en 1951
fue inaugurado con el nombre de Sanatorio Antituberculoso
Venezuela con capacidad para 180 camas. Médicos muy
reconocidos como el Dr. Manfred Hartung y Karlhan
Salfelder iniciaron esa encomiable labor. Actualmente
funciona allí el Hospital Sor Juana Inés de Lacruz y el
Ambulatorio Venezuela”. Rondón Morales (ob cit).
173
“que el IVSS se inicia el 1 de Enero de 1967 incorporando a
las personas que prestan servicios a la nación, quedando
cubiertas por el régimen de aplicación parcial. A partir
de 1983, se constituyó el Convenio IVSS-MINDUR para
la construcción de los centros médicos en Mérida, Ejido y
el Vigía. En 1992, fue inaugurado en la ciudad de Mérida
el Ambulatorio Urbano Tipo II “Dr. Tulio Carnevalli
Salvatierra” para otorgar asistencia médica únicamente
a los trabajadores del IVSS, pensionados, jubilados e
incapacitados, progresivamente fueron asimiladas
varias empresas y grupos de trabajadores que deseaban
incorporarse para recibir servicios de Medicina de
Familia, Radiología, Cardiología y Laboratorio, hasta que
en el año 2007 debido a la demanda, motivó la ampliación
de la planta física, incorporando personal especializado y
nuevos equipos, logrando la reclasificación de ambulatorio
a Hospital Tipo II y en el 2009 se realiza la remodelación
de la emergencia y la Unidad de Cuidados Intensivos del
Hospital. Basado en la problemática de salud que impera
en el país y por ende en la población merideña, lo cual
ha experimentado en los últimos años un crecimiento
poblacional muy significativo, existe la posibilidad de
descongestionar otros establecimientos de salud de
mayor complejidad, por ello el hospital del IVSS dispone
de 6 pabellones totalmente equipados con aparatos de
última generación tecnológica, 75 camas distribuidas en
los servicios de hospitalización, pediatría y emergencia,
disponible las 24 horas del día, e igualmente todos los
venezolanos reciben por igual el servicio que requieran,
coticen o no al seguro social, según afirma su director” .
Nieves, R (2001).
175
Tercera Etapa 1974-1999
176
Cuadro Nº 2 Red Ambulatoria Mérida, Venezuela 2013
.. Marcado centralismo.
.. Obsolescencia de criterios técnicos de planificación y administración.
.. Clientelismo, partidización y corrupción.
.. Ausencia de participación y democracia.
Conclusiones
1. Sin duda alguna, que en el devenir del siglo pasado en materia de salud,
ha habido importantes avances que no podemos negar, por ejemplo, la
disminución de la Tasa de Natalidad a 21 x 1000 habitantes como producto
de una menor Tasa de Fecundidad, cuyas implicaciones de carácter
social, económica y cultural son de relevante importancia. Igualmente,
pudiéramos comparar la Esperanza de Vida que tenemos hoy de 74 años
en promedio (hombres y mujeres) con la que teníamos en el año 1937, de
38 años, entro otros factores porque la mortalidad específica por malaria
era de 300 y 500 muertes x 100.000 habitantes. Asimismo, pudiéramos
analizar la Mortalidad General de 4.5 x 1000 habitantes, la mortalidad
infantil que en Mérida ha venido descendiendo paulatinamente de 56
x 1000 NVR a 22 x 1000 NVR y a nivel nacional según cifras del INE
16x1000 NVR. La Mortalidad Materna nacional de 70 x 100.000 NVR y la
merideña de 80 x 100.000 NVR. A pesar de que pudiéramos estar mejor
en este indicador, cuando la comparamos con la Mortalidad Materna
de los años 40 y 50 estamos hablando de 150 a 180 muertes x 100.000
NVR. Estas cifras expresadas en estos indicadores pueden hoy resultar
aceptables, como consecuencia, del avance en la tecnología médica, en
un recurso humano que sin duda en Mérida está bien preparado y por
qué no decirlo, una adecuada infraestructura quizás de las mejores del
país.
Espero con estas pinceladas, en este tan vasto tema, haber podido
ofrecer un conocimiento útil para su comprensión.
183
Referencias Bibliográficas
Por boca de los viajeros, estos “indianos” que sabían leer y escribir
lograr el respeto, la admiración, bienes de fortuna y las posibilidades de
matrimonios de conveniencia con sectores más altos que le permitían
penetrar en una sociedad que antes los ignoró. Pero, en un imperio con el
mayor poder de territorio y riquezas como el español y paradójicamente
con la pobreza más miserable que exhiben las pinturas de la Escuela
Española o los personajes de la picaresca, de pasos y entremeses para
comprobar las incongruencias de esa realidad.
188
El espectáculo de la corona
Conclusiones
A lo largo del siglo XIX, con sus ochenta autores y más de trescientas
cincuenta obras escritas son testimonios importantes. Sea la exoneración
del “servicio de las armas” en 1811 por el gobierno republicano, a quienes
se dedicaran al teatro publicado en gaceta el 3 de diciembre de 1811, o
el privilegio otorgado por Simón Bolívar a unos empresarios en 1829, o
la decisión de Guzmán Blanco de construir un gran teatro en Caracas,
la sociedad venezolana y sus autoridades consideraron al teatro una
actividad indispensable en una sociedad moderna.
El 1944 Luis Peraza creó, junto con Horacio Venegas y Henrique Vera
Fortique, el teatro universitario de la Universidad Central de Venezuela,
que debutó en 1946 con el primer acto de La vida es sueño, de Calderón
de la Barca.
Para concluir este periodo, hay que agregar que el teatro escrito entre
1936 y 1958 fue dramaturgia que careció de una escena adecuada que
la representara y enriqueciera. La mayoría de los dramaturgos de éste
período conforma un grupo sin ninguna repercusión en escena. Esto se
debió a la situación de cambios que orientaron la vida del país hacia un
espíritu internacional, más acelerado que las tímidas innovaciones de los
autores, y las renovaciones introducidas por Gómez Obregón, de Paz y
Mateos, Peterson y Sujo. Fue una escena que comenzó a experimentar
la puesta en escena como práctica y lenguaje artísticos llenos de
posibilidades expresivas. En definitiva, el progreso institucional del
teatro venezolano y la aparición de la primera generación de actores, no
se dieron en concordancia con la dramaturgia nacional. Por este motivo,
la dramaturgia se rezagó de la apertura técnica y el desarrollo actoral que
se dio en esos años.
199
El teatro experimental de la U.C.V., enarboló las técnicas épicas no
ilusionistas del enfoque brechtiano, con obras de Shakespeare, Cabrujas,
Brecht, Uslar Pietri. El teatro universitario fue el primer grupo que
desarrolló una amplia proyección internacional, en particular con Yo,
de Bertold Brecht, que presentó en el Festival de Nancy en Francia, en
Varsovia, Berlín, La Unión Soviética y China.
Ahora bien, el profeta del futuro fue Antonin Artaud, para quien el
teatro no se bastaba con un espectador que “comprendiera” lo que se
mostraba, llevándole a un delta de la pasividad, sino a un teatro que
involucrara, simultáneamente, a los actores y espectadores en un lugar
único, mágico, ritual, ceremonial, impregnado de una “actualización
202
patética y mítica”, donde los hombres “se encontraran confrontados
en sus grandes pasiones y sus grandes preocupaciones”, en síntesis, un
teatro articulado a la vida.
207
Completa su Memoria y Cuenta de Febrero del 1904, en lo referente
a la Instrucción dice:”Este ramo de primera necesidad para el Estado y
fuente principal del progreso de los pueblos, no lo he desatendido ni en
los momentos más criticos del Gobierno, en el año que termina”.
Durante este segundo año, se completaron los seis arcos del acueducto,
sobre los que se construirá el canal y más adelante se erigirá la caja de
agua, según planos donados por el Ingº De.Jesús Muñoz Tebar.
208
Además de las obras mencionadas, se incluyen reparación de caminos,
reparación y construcción de puentes, reparaciones en el hospital y en la
carcel.Dato curioso es que por primera vez, aparece una asignación para
los aparatos del Telefono y se cre4a la intendencia de Obras Públicas.
Para el tercer año del mandato (1907) el Dr. José Ignacio Lares logra
culminar el nuevo acue-ducto de Mérida y así lo expresa en su mensaje:
“En efecto, despues de tres años de trabajo, a fuerza de constancia y de
la más estricta economía, tuve la satizfacción de bendecir e ignagurar
tan importante obra para Mérida; y ver saltar el agua del Albarregas en
las fuentes públicas que como complemento de la obra, hice construir
en plazas y barrios de la ciudad”.
Para el tercer año del mandato (1907) el Dr. José Ignacio Lares logra
culminar el nuevo acueducto de Mérida y así lo expresa en su mensaje:
“En efecto, despues de tres años de trabajo, a fuerza de constancia y de la
más estricta economía, tuve la satisfacción de bendecir e ignagurar tan
importante obra para Mérida; y ver saltar el agua del Albarregas en las
fuentes públicas que como complemento de la obra, hice construir en
plazas y barrios de la ciudad”.
Para el año 1908, el Presidente del Estado fue el Gral Amador Uzcátegui,
elegido para un período de tres años, que se inició conincidencialmente
en el año cuando el Presidente de la República, Gral. Cipriano Castro
de embarcó para Europa por quebrantos de salud, lo que seguramente
explica que su período se redujera a solo un año.
215
Ideas preliminares para un
Proyecto de Ley Marco de Universidades
La universidad contemporánea
221
Causas del rechazo a los Anteproyectos de Leyes de Educación
Superior y a la Ley de Educación Universitaria (LEU)
222
.. Los anteproyectos o proyectos de leyes, independientemente que
fueran de Educación Superior o de Educación Universitaria, y
no de Universidades, no han buscado ni logrado previamente
acuerdos mínimos entre el Estado, la Sociedad y la Universidad ni
entre componentes internos con visiones contrapuestas.
223
La cotidianidad y el destino de las universidades obligan a revisar
su vigencia histórica en el marco de una complejidad que se nos ofrece
difícil de comprender. Esto porque no existe una única cosmovisión
adecuada para develarla en su estructura, en sus relaciones y las
motivaciones ocultas que explican sus dinámicas. Los hechos que
acontecen dentro y fuera del país, de la sociedad, de la familia, del
individuo mismo y sus experiencias de aprendizaje suceden sin que
aparentemente nos demos cuenta de ello porque se producen a una
velocidad inusitada y de manera simultánea, dejándonos perplejos y
sin respuestas inmediatas y pertinentes. Esta situación de desconcierto
se agudiza ante la imposición de un sistema económico mundial
globalizado que interpela a la humanidad entera con procesos que
conducen al ser humano al derrumbamiento y alteración de las
formas que hasta ahora ha tenido para asegurar la reproducción
natural de la vida en nuestro planeta tierra y la recreación cultural de
su propia humanidad. Por ello pensar y repensar a la universidad en
esta situación impone formularse nuevos retos y nuevos desafíos en la
búsqueda de un presente y un destino humano lleno de humanidad,
donde precisamente la humanidad es el primer concepto por revisar
críticamente.
224
El tema de la autonomía, en todo caso, tiene un referente en la
modernidad y a confrontación de la verdad revelada y la científica.
La búsqueda de la verdad es un ejercicio de libertad. Para ello es
imprescindible una universidad en diálogo abierto, crítico, profundo con
su tiempo, su sociedad y con su propia historia.
Misión de la Universidad
234
.. Lineamientos Generales sobre la Estructura y Funciones del
Organismo Nacional de Coordinación Universitaria. Oficinas
Técnicas Asesoras: Planificación Universitaria y Acreditación de
los Programas Académicos de las Universidades.
235
.. Disposiciones Transitorias.
236
La Organización de la Universidad
El Claustro
Parlamento Universitario
Consejo Universitario
La Administracion Universitaria
239
Sistema Electoral
Comisión Electoral
Financiamiento
240
El desarrollo estratégico de la Universidad será financiado mediante
fondos provenientes de los Ministerios de Ciencia, Tecnología e
Innovación, las Fundaciones para el Desarrollo de la Ciencias y la
Tecnología y fuentes provenientes de acuerdos y convenios firmados
por la República con Gobiernos u Organismos del exterior, cuyas
áreas de desarrollo deben ser informados oportunamente a las
Universidades.
Disposiciones Transitorias
242
Proyecto de creación de una reserva de biósfera
en los páramos andinos de Venezuela
Ing. Elides Sulbarán
410
Academia de Mérida: Pannier Pocaterra, Federico; Rondón Morales, Roberto; Durant, Pedro y Sosa, Ramón; Universidad de Los Andes:
Vivas, Leonel; Velázquez, Nelly; Llambí, Luis D.; Molina, Yolanda y Sodja, Irama; Fundación Jardín Botánico de Mérida: Gaviria, Juan; Minis-
terio del Poder Popular para el Ambiente: Barrios, Ireiba y Herrera, Yolanda; INPARQUES: Sulbarán, Elides y Pineda, Gerardo; Asociación de
Coordinadores de Ambiente del Municipio Rangel (ACAR): Parra, Ligia.
244
anual promedio de 1.800 mm hasta páramos secos con promedios de
precipitación anual de 650 mm.
247
natural, que sea reconocida nacional e internacionalmente, para
fomentar la consecución de recursos financieros destinados a la
formulación y ejecución de proyectos orientados, especialmente, al
mejoramiento sostenido de la calidad de vida de las comunidades.
La RESERVA DE BIÓSFERA posee consenso como la figura jurídica
más adecuada.
Prospectiva
250
vialidad, centros poblados, división político territorial) y mapas
temáticos (geología, geomorfología, clima, pendientes, unidades
ecológicas, cobertura vegetal, uso de la tierra, asentamientos
humanos - servicios, actividades socio económicas y valores
culturales -, Áreas Bajo Régimen de Administración Especial, áreas
prioritarias de conservación). Escala 1:250.000.
251
Índice de capítulo
Pág
Introducción 256
Fortunato González Cruz
Los hechos.-
Las protestas sucedían en todo el país desde comienzo del año 2014
y se incrementaron a partir del martes 4 de febrero por un intento de
violación a una estudiante que se encontraba en el Jardín Botánico
del núcleo de la Universidad de Los Andes en el estado Táchira. Los
estudiantes salieron a protestar denunciando la inseguridad se había
apoderado del campus universitario. Ya habían ocurrido protestas
por la inseguridad en las universidades Central, Carabobo, Oriente, en
la UNET y en el núcleo Táchira de la ULA. No era el primer evento de
inseguridad en las instalaciones académicas. Esta protesta fue reprimida
con particular fuerza con uso excesivo de gases lacrimógenos, disparos
de perdigones, golpes y detenciones. A partir de ese día sucedieron
disturbios en el estado Táchira y en varias ciudades del país. Los medios
informaron de los hechos y divulgaron las denuncias de abuso de fuerza
por parte de las autoridades y publicaron fotografías elocuentes muchas
257
difundidas por las redes sociales. Algunos estudiantes fueron detenidos
y enviados a cárceles de Coro, lejos de San Cristóbal como delincuentes
comunes lo que produjo particular indignación.
Las marchas se repiten día a día en muchas ciudades del país, también
la interrupción del tránsito con quemas de cauchos y de basura,
lanzamiento de piedras contra los funcionarios de las policías y la
guardia nacional que reprime con gas lacrimógeno, perdigones y algunos
disparos que producen las primeras víctimas entre muertos y heridos. La
258
detención policial se judicializa de inmediato y los estudiantes y vecinos
son agredidos, maltratados y torturados. Se multiplica la actuación de
los grupos de motorizados armados que penetran en los condominios
y arremeten contra las personas, las rejas y portones, los vehículos
estacionados, en algunos casos apoyados por gente uniformada que
participa en esos hechos. Las redes sociales y algunos medios difunden
las imágenes de la actuación de estos grupos. La consecuencia es
que en algunos condominios la quema de basura y de cauchos va
transformándose en barricadas de protección. De esta manera las
marchas y protestas continúan y simultáneamente se organizan sectores
residenciales que construyen barricadas con todo tipo de materiales.
Los vecinos se organizan para apoyar a los estudiantes, y comunidades
o sectores de algunas ciudades quedan sellados al acceso de quienes no
viven en ellos. La represión se hace mayor y resultan muchos vecinos
heridos de perdigones e intoxicados con gas lacrimógeno incluidos niños
y ancianos.
Atentamente.
264
Del lado oficialista hay abundante material que se refiere a las
protestas. Destaco tres por ilustrativas:
El ministro del ambiente dijo por los medios oficiales que fue una
acción terrorista. Así lo reseña la página de Ultimas Noticias: “Ayer
(lunes) hicimos los análisis y este valor de aceites y grasas estaba en 90
miligramos/litro, es decir, casi 300% por encima de la norma, añadió”. “El
266
ministro Miguel Rodríguez acotó que para vaciar el gasoil en el afluente
de agua de la potabilizadora Enrique Bourgoin, la tubería fue violada
por personas ajenas a la estatal. Recalcó que se presume que la acción
contaminante forma parte “de una acción premeditada de la agenda
desestabilizadora de la ultraderecha que buscaba generar un estado de
alarma generalizado en nuestra ciudad”. “Es un acto macabro, terrorista,
que buscaba generar alarma en la población”. “Tenemos que hacer un
llamado a la paz, la paz es tan vital como el agua. Dejemos que el pueblo
de Mérida tenga agua potable, dejemos que puedan circular en paz (…) Son
pequeños sectores donde insisten en seguir generando violencia”. “Nosotros
seguiremos insistiendo en el llamado (a la paz), a detener la locura. Mérida
no se merece acciones terroristas como esta. Esto es terrorismo puro, que
va contra toda una población y que nuestro Gobierno, por supuesto, no lo
va a permitir”, acotó Rodríguez. La planta potabilizadora Enrique Bourgoin
surte de agua a 80% del municipio Libertador de Mérida, localidad con más
de 250.000 habitantes y más de 900 kilómetros cuadrados de superficie”.
(Prensa gobernación de Mérida)
271
Las guarimbas en consenso o la institucionalidad
de la irracionalidad y la locura política en la
ciudad de Santiago de los Caballeros
Eduardo Rothe
La Academia de Mérida me encomendó el honor de escribir sobre
los hechos inéditos, hechos de violencia simbólica y física acontecidos
en la ciudad de Mérida en el año 2014, especialmente a partir del 12
de febrero, Día de la Juventud, y los meses de marzo y abril, período
en el cual la ciudadanía sin distingos pudo observar una protesta con
el rostro social más cruel y oscuro de la política, jamás visto en las
anales de la historia de la ciudad de Mérida y del país porque con ella
se iniciaba un nuevo plan de conspiración no convencional contra las
instituciones del país.
276
Contextos para entender el conflicto
La Salida de Maduro
Cuando el país político pensaba que las reglas del juego democrático
habían definido el asunto, apareció la discordia encabezada por un grupo
minoritario de la oposición violenta, encabezado por el Coordinador
Nacional de Voluntad Popular, Leopoldo López, quién se encargó de
calentar las calles creyendo que acelerar las contradicciones entre las
fuerzas del chavismo y las sectores inconformes de la población, la crisis
venezolana encendería un conflicto que maximizara la discordia entre el
Gobierno Nacional y los partidos de la oposición. Esta hipótesis de guerra
civil a escala fue fríamente calculada desde el exterior con el concurso de
los sectores responsables de la conspiración contra las instituciones de la
democracia formal.
Nadie en este país duda del valor democrático que tienen las protestas
y las manifestaciones pacíficas que se orientan a rechazar todo aquello
que la población considere violatorio a sus derechos, además, ello
está consagrado en el texto constitucional que admite la protesta y la
huelga como medios legítimos de hacerse sentir ante su gobernante.
Por su parte, el gobierno como órgano de la institucionalidad del
Estado y como coordinador y ejecutor de las políticas públicas está en
la obligación de dar respuestas a las exigencias y requerimientos de sus
conciudadanos.
289
Si una protesta pacífica ha sido reprimida injustamente, si los cuerpos
de seguridad han secuestrado y torturado manifestantes opositores y si
la respuesta policial ha sido desproporcionada, el Estado debe averiguar
y sancionar a los responsables de los desafueros para garantizar la
credibilidad de las instituciones. Lo contrario también es válido: si una
manifestación se sale de su carácter no violento y cívico, pero atenta
contra la paz y la convivencia ciudadana, no sería ilícito que los cuerpos
de seguridad actúen con la misma dureza de la ley. La justicia no debe ser
laxa ni tolerante en este sentido, ni uno ni con el otro.
297
El recinto de la Universidad de Los Andes fue sistemáticamente
violado en las décadas del sesenta y setenta por gobiernos regionales
encabezados por “ilustres profesores de la ULA” que enseñaban Derecho
Constitucional y galenos que salvaban vidas en los hospitales. Las aulas
de la casa de las luces sintieron las ráfagas de fusiles de asalto y el olor a
pólvora disparadas por el Cuerpo Antiguerrillero de Cazadores o Boinas
Rojas, émulos de los Boinas Verdes del ejército norteamericano.
Quienes hablan por nosotros, o sea por todos, no son caníbales, son
seres humanos que pueden acordar civilizadamente. La violencia es un
sin sentido de la condición humana. No es propia de la raza humana, ni
siquiera de los animales inferiores.
A la paz hay que apostarle lo que sea, aunque allí el riesgo de perder sea
mayor, pero vale la pena hacerlo. La felicidad no tiene precio, buscarla es
redimirnos en la búsqueda. Lo que no se debe es invertirle a la violencia
ni un halo de esperanza, ni siquiera un poquito de fe, llámese católica,
cristiana, musulmana o budista.
300
Bibliografía y referencias electrónicas
Britto García, Luis. (2014). Los tres cadáveres tatuados. Disponible en:
http://luisbrittogarcia.blogspot.com/2014/05/los-tres-cadaveres
tatuados.html.
301
28/04/2014. Recuperado el 29 de abril de 2014, Disponible en:
http://www.aporrea.org/regionales/a187147.html.
Rivas, Pedro José. (2014c). “Por sus obras hablará la Universidad de Los
Andes en tiempos de guarimbas”. Aporrea. 28/04/2014. Disponible
en: http://www.aporrea.org/regionales/a187147.html.
302
Aspectos psicosociales y políticos
del momento actual:
la violencia en Mérida en tres tiempos
Vladimir Aguilar Castro
La ciudad
304
La violencia en la ciudad está expresada en la cada vez más ausente
calidad de vida, con un ambiente en franco deterioro, el cual se inició
con los procesos de permisología otorgados a lo largo de la cuenca del río
Albarregas desde los años 80, por cierto espacio “liberado” de la ultima
insurrección vecinal de febrero 2014.
La comunidad
La Universidad
La ciudad
La comunidad
La Universidad
411
Esta parte ha sido extraída de unas reflexiones más extensas por publicarse en un libro de nuestra autoría sobre los acontecimientos de
febrero 2014 en Venezuela, intitulado: Febrero 2014 en Venezuela: el umbral de las salidas intermedias. Por aparecer.
306
anti-sistema y anti estatus quo que las han hecho emerger”. Además
afirmábamos lo siguiente: “independientemente del carácter y sentido que
ellas van teniendo, por ejemplo en países como Egipto, Libia y Túnez, sus
manifestaciones originarias eran de rechazo a todo lo estatuido”.
308
expresa en el hecho que ellas (las contradicciones no contemporáneas)
no aparecen sino en la periferia de los antagonismos sociales reales,
las cuales representan en esos antagonismos una aberración fortuita y
circunstancial.
Elogio a lo profano
414
La idea de Estado Mara corresponde al politólogo nicaragüense Andrés Pérez Baltodano. Al mismo le oponemos el de Sociedad Mara, es
decir, el de aquel colectivo donde hay un proceso recurrente de desafección política por una pérdida de sentido hacia la política y de lo político.
309
Es muy complejo lo que ocurre en el país y hay escenarios de mucha
violencia social. Seguir polarizando la situación política y avanzar en su
banalización, lo que puede arrojar como resultado es una guerra civil. De
hecho, ya estamos en presencia de micro escenarios de guerra civil. Lo
peor de todo, es que para el gobierno todo lo que acontece en el otro lado
es fascismo, y en la oposición, hay actores que pareciera quieren echar el
resto para que hayan más muertos.
415
Brown, Wendy (2010). “Ahora todos somos demócratas”. En Agamben, Giorgio. Democracia en suspenso. Madrid, Ediciones Casus Belli, p.35.
416
Los aspectos aquí esbozados han sido expuestos en el Conversatorio del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC): La Cien-
cia y su papel en la Venezuela del siglo XXI, realizado el 8 de mayo 2014. Nuestra participación versó sobre “La acción social como deber ser
académico. Algunos elementos para su discusión desde la praxis”.
417
Badiou, Alain (2004). La ética. México, Herder, p.23 (subrayado nuestro).
418
Op.cit.p.24.
419
Ibid.p.42.
420
Ibid.
421
Ibid.
311
En la comunidad: la comunidad como constructora y hacedora de una
agenda comunitaria para Mérida
312
diferencias. Ello daría razones suficientes para apuestas académicas
institucionales sin condiciones. Cada crisis institucional debe de verse
como una oportunidad para una apuesta académica, la cual en definitiva
constituye también una apuesta política, siempre y cuando lo primero
(la crisis institucional en sí misma) quede contenida en lo segundo (lo
político).
313
Bibliografía
Agamben, Giorgio (2010). Democracia en suspenso. Madrid, Ediciones
Casus Belli.
Aguilar Castro, Vladimir (2014). Febrero 2014 en Venezuela: el umbral
de las salidas intermedias. Mérida, ULA-CEPSAL. Por aparecer.
322
Exposición de motivos y petitorio consignado por la comunidad
de el campito al General Manuel Suárez Hidalgo,
Viceministro de prevención y seguridad ciudadana,
en asamblea efectuada el 26.04.2014
1) Como bien han constatado los funcionarios militares que dialogaron con
nosotros el pasado jueves, nuestra comunidad se asume unitaria. Nuestra
situación y las acciones que hemos tomado, han sido permanentemente
consultadas en reuniones públicas con plena libertad de expresión. En este
sentido, exigimos de las autoridades nacionales y regionales, se garantice
la integridad personal de cada uno de los miembros de la comunidad de El
Campito. Por tanto, que no se dé lugar a represalia alguna contra cualquiera
de sus integrantes, si se decide libremente el retiro de las barricadas en los
accesos. La comunidad consideraría como una agresión a su conjunto,
cualquier medida intimidatoria, privativa de liberad o menoscabo de
derechos ciudadanos, en perjuicio de cualquiera de sus integrantes, si la
razón esgrimida deriva de las acciones de resguardo que hemos efectuado.
Digo, como mi padre, soy merideña, cien veces merideña, mil veces
merideña, muy orgullosa de ser venezolana. Pido al Supremo Creador
que nos permita ser mejores que en el pasado, que nuestras diferencias
no sean obstáculo para la convivencia pacífica, que podamos cerrar la
brecha de odios y dejar de lado a quienes la han profundizado para su
personal beneficio. Que los signos de esta tierra y sus hijos, en el tiempo
por venir, sean la vida, la luz, la fraternidad. Que estos años oscuros sean
un triste recuerdo y una historia irrepetible.
Atamaica Rojas
Fue ese acto lo que dio pie para que en todo el país, las redes sociales
contribuyeran a desarrollar una especie de ecolalia (repetición
involuntariamente de una palabra o frase), esto generó la matriz de
opinión de un sector de nuestra ciudadanía, que reducida a la expresión:
“LA SALIDA”,trajo como consecuencia, una interpretación muy
particular de la constituciónylas leyes en generalde nuestra nación. Los
mecanismos cibernéticos precipitaron la mezcolanza discursiva entre lo
327
real y lo ficticio que condujeron a una parte de la ciudadanía a romper
sus esquemas, su manera de actuar, cambiarsu rutina del ciudadano
común, produciendo de manera colectiva una proyección, término que
en psicología se entiende como una vía de defensacon una connotación
negativa, es decir, cuando el sujeto atribuye a otras personas u objetos
los sentimientos o pensamientos propios que le generan angustia,
ansiedad, por lo que simplemente le adjudica a otro lo que para sí mismo
es inaceptable.
Es insólito que en apenas dos meses, cosa muy poco vista en otras
latitudes, las expresiones de ambas tendencias políticas se hicieran sentir
con total libertad, produciendo que organismos internacionales como
OEA, UNASUR, Unión Europea se pronunciaran, dando opiniones sobre
lo acontecido en nuestro país presidentes de grandes potencias como
Rusia, Estados Unidos, China y otros de Latinoamérica. Aunque después
de varios meses, la tendencia más relevante por los resultados que
hemos visto, ha sido en apoyo a la Democracia y por ende, al gobierno
constitucional.
Lo que confundía cada vez más, era ver al otro lado, personas que
venían de otros municipios del estado y comentaban que todo por allá
estaba bien, ¡parecía mentira! Luego de tantos días era casi angustiante
preguntarse cuanto más habría que esperar, embargándonos un
331
sentimiento de envidia y con la interrogante de por qué me toco esto a
mí.
El trabajo en casa fue nuestro único refugio ante la realidad que nos
esperaba en las horas de la tarde. Aunque asumirlo no era nada fácil.
Entre los adultos, la tensión era más marcada, los que respaldaban
la lucha violenta de ciertos sectores llenaron de intolerancia algunos
momentos en los recintos escolares, apenas saludaban; fue la presencia
de los niños y niñas lo que contuvo que sucedieran episodios de
comportamiento no ético. Los docentes limitaron sus estrategias en leer,
escribir, hacer pruebas o ejercicios repetitivos, con cierta mecanización,
tal vez para no pensar o para no dar respuestas a sus estudiantes.
Atamaica Rojas
MSc en Supervisión Educativa
Mérida, Octubre 2014
334
Ironía y tragedia de las guarimbas en Mérida.
Caos, anarquía y destrucción capitalista
Cosas veréis le dijo don Quijote a Sancho Panza. Qué ironía y tragedia
esto de las guarimbas y los guarimberos (son quienes las impulsaron,
ejecutaron, financiaron y aquellos que ahora dicen yo no soy eso o no
estoy de acuerdo con ellas). Así escribimos el 14 de abril en un artículo
para el diario Frontera.
Pero esta realidad llena de caos y destrucción tuvo una gran ironía
y una gran tragedia. La ironía está por cuanto esa realidad de caos y
destrucción se dio en esta zona donde existe el más conspicuo capitalismo
de Mérida y no fue provocada por el jinete apocalíptico que se pretendió
derrocar (Nicolás Maduro), sino por la acción de los guarimberos que
enarbolando consignas de “libertad” y protesta difundidas por el
profeta del golpe suave Gene Sharp (de clara estirpe capitalista imperial)
arremetieron contra las instalaciones de este signo y muchas de ellas
estuvieron cerradas, paralizadas y destruidas, sin que hasta ahora los
culpables hayan sido castigados o sancionados. Y la tragedia de este
sismo guarimbero se representó: en las personas muertas y heridas; y
en el paisaje desolado que se observó en todo este lapso en gran parte de
la otra banda de la ciudad de los caballeros.
La tercera tiene que ver con otra interrogante ¿esta situación responde
a un proceso planificado por factores partidistas y sociales o encierra
vínculos que van más allá de los meramente políticos?
338
Que estas cuestiones aún estén planteadas es por qué persisten en
Mérida situaciones como las siguientes:
340