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CAPÍTULO I

INTRODUCCION AL REGIMEN LEGAL DE LAS SOCIEDADES EN EL DERECHO ARGENTINO

1. REGIMENES ASOCIATIVOS

Las formas en las que los hombres se relacionan hacen que puedan clasificarse en: grupos, categorías y agregados
estadísticos. El principio de especialidad en cada uno de estos estadios es de carácter decreciente, considerando al
grupo el grado de mayor organización, la categoría de menor, y el más primitivo es el del agregado estadístico.

 Grupos sociales: son un número de personas cuyas relaciones se basan en un conjunto de documentos y de status
interrelacionados, que comparten ciertos valores y creencias, y que son suficientemente conscientes de sus valores
semejantes y de sus relaciones reciprocas, siendo capaces de diferenciarse a sí mismos frente a los otros. Su
caracterización se sintetiza en 3 atributos: interacción regulada, valores compartidos y creencias semejantes.
 Categorías sociales: agrupaciones de personas que no poseen los atributos de un grupo pero que están integradas
por personas que tienen un status similar y desempeñan el mismo papel social
 Agregado estadístico social: agrupación de personas que poseen un atributo social semejante gracias al cual
pueden ser agrupadas lógicamente.

2. FORMAS ASOCIATIVAS

El fenómeno de asociación (como instituto abarcativo de lo que en los derechos civil y mercantil se llaman formas
asociativas, inclusivas de las asociaciones civiles, fundaciones y sociedades) pertenece a los grupos sociales.

Una asociación se compone de individuos que se reúnen para buscar alguna finalidad/es semejantes o comunes o que
persigue propósitos de defensa o búsqueda de algún interés deseado o común.

Las asociaciones varían en sus objetivos y forma de organización, así como en la naturaleza el radio de acción de sus
intereses, llegando algunas a tener una organización formal o burocrática.

Desde que esas asociaciones se establecen para perseguir ciertos intereses, sus miembros se reúnen en contextos
limitados y de acuerdo con propósitos restringidos.

La ley 19.550 recoge en su art 1 la idea de que sociedad es:

a) Una asociación de dos o más personas (como principio general) o un sujeto individual nacido de la declaración de
voluntad unilateral de otro sujeto (excepcionalmente)
b) Que en forma organizada conforme a uno de los tipos previstos por la ley (o por fuera de ellos)
c) Se obliga a realizar aportes (que es el acto de incorporación al grupo social mediante la provisión del elemento
necesario para poder llevar adelante la función social, reuniéndose en un contexto limitado
d) Para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes y servicios (propósito restringido a la existencia de una empresa)
e) Participando en los beneficios y soportando las perdidas.

Dependiendo de las características con las que se asocien o agrupen las personas, bajo la complejidad o sencillez del
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tipo elegido (dentro de los tipos que provee la ley) o bajo las reglas que los propios socios establezcan será la
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vinculación adicional existente entre la organización y sus miembros, pudiendo encontrase desde relaciones
personales muy fuertes hasta vinculaciones meramente instrumentales sólo importantes por los objetivos o fines que
tienden a realizar (como las sociedades de capital).

3. HISTORIA Y EVOLUCION DE LAS SOCIEDADES

Originariamente la actividad mercantil estuvo en manos de empresarios individuales pero a medida que la economía
se racionaliza y amplia progresivamente, las fuerzas aisladas de esos empresarios van resultando impotentes para
montar, conjugar y mover el conjuntos de elementos que requiere la explotación de una empresa y para asumir los
riesgos cada día mayores que implica el comercio a gran escala.
Se inicia un fenómeno asociativo de fuerzas individuales que dio nacimiento a las “sociedades mercantiles”, como
entes jurídicos que, permitiendo repartir entre una pluralidad de personas el capital, el riesgo y la actividad necesaria
para la buena marcha de los establecimientos, podían sustituir ventajosamente a los empresarios individuales.

Actualmente todo el comercio relevante está organizado bajo la titularidad de empresarios colectivos e inclusive
existen determinadas ramas del comercio que el mismo legislador ha reservado para la operación por parte de las
sociedades comerciales, como es el caso de la actividad financiera y de seguros.

Estos operadores económicos, sujetos de derecho que concentran a través de personalidad jurídica a un conjunto o
grupo social de empresarios individuales (personas humanas o jurídicas) bajo la forma de sociedad, constituyen una
asociación voluntaria de personas que crean un fondo patrimonial común para colaborar en la explotación de una empresa, con el
espíritu y el ánimo de obtener determinados beneficios a través de ello, compartiendo el riesgo del emprendimiento común bajo un
sistema, también común, de participación en los beneficios y soportación de las perdidas.

Excepcionalmente el legislador también ha admitido que este instituto (la sociedad) pueda derivar de una declaración
unilateral de voluntad emitida conforme al art 1800 del CCC.

4. SOCIEDAD Y EMPRESA

Según la ley 19.550 al delinear el concepto de sociedad se subsume en ella la idea de que bajo la forma societaria existe
o debe existir siempre una empresa. Relaciona la sociedad con la idea económica de empresa (que constituye la
actividad normal de las sociedades) y también refiere al complejo de intereses comunes que para el logro del objeto
societario se unen en el organismo económico patrimonial.

El art 1 exige el aporte de los socios (en sociedades plurilaterales) o del socio único (en las unipersonales) no sólo para
dotar de capital a la sociedad, sino que hay un destino genérico al cual deben ser afectados los aportes del socio o
socios, más allá de los aspectos específicos que integren el objeto social de cada sociedad en particular. Así la obligación
de los socios de realizar aportes debe cumplirse para la aplicación de los mismos a “la producción o intercambio de bienes y
servicios”, es decir, para que haya una verdadera empresa.

5. LAS SOCIEDADES CIVILES EN EL CODIGO DE VELEZ Y DIFERENCIA CON LAS COMERCIALES

Para el Código civil derogado la sociedad civil era un contrato que tenía lugar cuando dos o más personas se hubiesen
mutuamente obligado, cada una con su prestación, con el fin de obtener alguna utilidad apreciable en dinero, que
dividirían entre sí del empleo que hicieran de lo que cada uno hubiere aportado.

Existían elementos comunes entre las sociedades civiles y las que define la ley 19550 en art 1: la pluralidad de socios,
la aportación, el espíritu de lucro, la soportación común de las pérdidas y la participación en los beneficios.

El contrato de sociedad civil revestía la naturaleza de un contrato asociativo porque cuando son onerosos las partes
intentan obtener alguna utilidad o ventaja, pero en el caso de la sociedad civil dicha ventaja apreciable en dinero tenía
como destino ser dividida entre los socios y la ganancia derivaba del amplio espectro que los socios hubieran hecho
respecto del modo que cada uno hubiese aportado, lo que conformaba el fondo común o capital de la sociedad. Para
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Vélez la sociedad civil era una comunidad voluntaria de bienes y trabajo tendiente a obtener beneficios económicos
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los cuales serian distribuidos entre los participantes. El contrato de sociedad civil era un contrato: consensual,
conmutativo, oneroso, de gestión común, de tracto sucesivo, intuito personae.

El código de comercio derogado mencionaba a las sociedades anónimas exclusivamente y fuera cual fuere su objeto
eran consideradas comerciales por su forma. En los demás casos debía atenderse al objeto social para determinar si
eran o no comerciales, dependiendo entonces de la comercialidad del objeto.

La ley 19550 en 1972 otorgó la característica de comercialidad a las sociedades ya no en función del objeto sino del tipo
adoptado. Todas las sociedades constituidas conforme a alguno de los tipos de la ley eran comerciales
independientemente de la naturaleza de su objeto social. Las sociedades de hecho sólo debían ser consideradas
comerciales cuando tuvieran un objeto comercial.

La sanción de la ley 26.994 que dispuso la derogación del código civil y del código de comercio, estableciendo un
nuevo CCC y reformando el texto de la ley 19.550 consagró un régimen unificado en materia societaria de donde ya
no existen más sociedades civiles y sociedades comerciales, sino meramente “sociedades”. Ahora la ley 19.550 se
denomina “ley general de sociedades”.

6. LA LEY 19.550 DE SOCIEDADES COMERCIALES

En el año 1972 se sancionó la ley de sociedades comerciales 19.550 que conformó en su momento un cuerpo legal
donde se incorporaron institutos importantes para el régimen societario:

a. La concepción de la sociedad como un contrato plurilateral de organización


b. La tipicidad: tipos o estructuras predeterminadas bajo las cuales se podían constituir exclusivamente sociedades
comerciales, sancionando la atipicidad con la nulidad.
c. La adecuación o sea la posibilidad de dar nacimiento a un nuevo sujeto de derecho como sociedad comercial
cualquiera fuera el tipo elegido por el mero hecho de adecuarse los constituyentes a las exigencias legales, sin
necesidad de pronunciamiento alguno de autoridad judicial o administrativa.
d. La regularidad: exigencia de inscribir la sociedad en el registro público de comercio correspondiente a su domicilio
para permitir la oponibilidad del contrato entre socios y frente a terceros, lo que se vedaba a las sociedades
“irregulares” las que también eran sancionadas severamente (socios y adm)
e. El carácter comercial de la sociedad, es decir su “comercialidad” lo que no se vinculaba con la naturaleza de los actos
comprendidos en el objeto social o su actividad sino con la constitución de la sociedad bajo alguno de los tipos
previstos en la ley.
f. La consagración de la teoría orgánica en materia de administración y representación.

7. EL NUEVO CCC Y LA NUEVA UNIFICACION DEL REGIMEN DE SOCIEDADES

Reformas principales:

a. Cambio de denominación de la ley que dejó de llamarse “ley de sociedades comerciales” para llamarse “Ley
General de Sociedades”.
b. La restricción impuesta para toda figura societaria respecto de la exigencia de que bajo la estructura organizativa
deba existir (necesariamente) una verdadera empresa.
c. Alteraciones en el régimen de publicidad y control de legalidad de actos e instrumentos inscribibles.
d. Posibilidad de constituir sociedades anónimas unipersonales.
e. Desaparición del régimen sancionatorio referido a las sociedades irregulares y de hecho.
f. Alteración de regímenes de nulidades societarias, haciéndolo menos riguroso.
g. Admisión de creación de sociedades libres, atípicas y residuales sin sanción ni agravamiento del régimen de
responsabilidad para los socios ni administradores.
h. Desaparición de sociedades civiles.
i. Reformulación del concepto de reconducción societaria.
j. Cambios en mecanismos de disolución y liquidación.
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k. Ley 26.994: cambios con relación al contenido del instrumento, régimen de sociedades con menores e incapaces,
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sociedades entre cónyuges, régimen de sindicatura societaria. Ha incorporado una serie de regulaciones que se
aplicarán supletoriamente y en forma integradora a las sociedades comerciales en caso de silencio en los
contratos, estatutos o en la ley especial.

ETAPAS EN LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL DERECHO COMERCIAL

El derecho mercantil es una disciplina dinámica, moderna y de fácil adaptación a la evolución de las relaciones
económicas y sociales. El derecho comercial depende de la estructura y la configuración de la comunidad en la cual
sus instituciones se desenvuelven. Ello explica las diferencias entre diversos países y comunidades en lo que a la
concepción de este Derecho se refiere, aunque la progresiva desaparición de las fronteras comerciales, la creación de
comunidades económicas, y la necesaria adaptación del tráfico a modalidades uniformes, relativizan las diferencias,
dentro de una contradictoria, pero evolutiva transformación.

Hay 4 grandes etapas diferenciadas en el desarrollo de esta disciplina:

i. Concepción del Derecho mercantil predominantemente subjetiva: concibiéndolo como el derecho de los
comerciantes en el ejercicio de su actividad profesional; abarca desde el Medioevo hasta la Revolución Francesa.

Esta etapa se focaliza en la figura del comerciante y somete al mismo a normas propias y a una jurisdicción
diferenciada conformada por sus pares.

El nacimiento del derecho mercantil como ordenamiento especial: el Derecho mercantil surge como ordenamiento
especial en la época medieval; como consecuencia del renacimiento en la Europa occidental a partir del siglo XI. A
pesar de ello, desde que existió el hombre, también existió economía (aunque fuese en forma precaria y primitiva).

Entonces, no puede concebirse el comercio como algo aislado por lo cual, en tanto no existió el comercio existieron
normas que lo regulaban en las diversas civilizaciones (incluyendo las indígenas). En estas épocas había una ausencia
de disciplina específica, autónoma como ordenamiento legal diferenciado, que regulara la actividad.

El Derecho Romano no diferenciaba entre Derecho Civil y Derecho Mercantil, aunque previera regulaciones
específicas regulatorias del derecho marítimo y las falencias. A pesar de ellos, en Roma, Grecia, Fenicia y Egipto se
ejercía el comercio, debiendo ajustarse, quienes desarrollaban esa actividad, a normas e instituciones vigentes en la
materia.

Características socioeconómicas de la época: la invasión islámica colocó una barrera en el Mar Mediterránero,
convirtiéndolo en una valla del comercio, en lugar de un lazo de unión como había sido desde el siglo V. Esta invasión
irrumpió el normal desenvolvimiento de las relaciones de la época y mezcló hombres de diversos orígenes,
costumbres e idiomas, conocimientos y diferentes derechos.

En el siglo VIII, Europa occidental volvió a su carácter agrícola con la existencia de grandes latifundios y una
concepción dominial y cerrada, en donde no había presencia de mercados exteriores. Debido a la opresión que generó
el régimen feudal, se comenzó a buscar la libertad personal, por lo que se produjo un fenómeno de migración hacia
otros centros donde se generaban nuevas formas de trabajo y producción. Nacen los mercaderes y los artesanos de las
villas.

La clase de los mercaderes y la burguesía: los habitantes de las villas y los burgos tenían como propósito defender un
régimen de libertad, indispensable para garantizarles la posibilidad de trasladarse de un centro a otro, y de permitir la
circulación de los bienes, es decir, garantizar el comercio. Al pasar el tiempo, cada uno de los burgos puede acceder a
un sistema más autónomo en materia administrativa y judicial, y los mercaderes comienzan a agruparse en
corporaciones y gremios por la necesidad de defender sus intereses en la sociedad.
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Estas asociaciones profesionales dan regímenes específicos de funcionamiento, sometiendo a sus integrantes al
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cumplimiento de determinadas normas, al poder de determinados órganos directivos, y a una jurisdicción especial
(quienes pertenecían a los gremios y corporaciones, constituían una clase privilegiada: eran regidos por normas
especiales, ajustaban su conducta a patrones distintos de los del resto de la comunidad, siendo juzgados por sus
propios pares).

Las ferias y los mercados: a partir del siglo IX las ciudades comienzan a presentar pequeños mercados locales en los
cuales se realizaban ventas al menudeo para el abastecimiento de la población que habitaba los lugares donde éstos se
celebraban, semanalmente.
Al mismo tiempo, se llevaban a cabo las ferias donde se reunían artesanos y comerciantes de lugares lejanos en
exposiciones universales, las cuales no excluían a nada ni nadie, en las que se realizaban ventas al mayoreo. Para que
se llevara a cabo una feria, se necesitaba el permiso del príncipe territorial porque importaban una reunión de
hombres y mercaderías y se reconocía un derecho especial que garantizaba a quienes concurrían seguridades mínimas
esenciales para el tráfico (“La Paz de Feria”); a su vez, se suspendían la prohibición canónica de la usura, las acciones
judiciales, las medidas de ejecución, y el derecho de represalia por los delitos cometidos fuera de ellas, se liberaba el
derecho por el cual el señor retenía para sí los bienes pertenecientes al extranjero muerto en sus dominios.

El apogeo de las ferias decayó en el siglo XIII. Sin embargo, dejó el legado de la correspondencia comercial y de las
operaciones de crédito.

ii. Concepción del Derecho mercantil predominantemente objetiva: concibiéndolo como la disciplina de los actos de
comercio; abarca desde la Revolución Francesa (más precisamente con la sanción del Código Francés en 1807)
hasta fines del siglo XIX y comienzos del XX. En esta etapa nace la teoría del acto de comercio, con el propósito de
romper el mundo aislado (normativo y jurisdiccional) en el cual los comerciantes se desenvolvían fuera de las
reglas y los jueces establecidos por el poder del Estado.

Hacia un sistema predominantemente objetivo: luego de la Revolución Francesa surgió el pedido de la necesaria
implantación de los principios de libertad e igualdad; se generó una igualdad política por la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano pero dentro del Estado seguían existiendo individuos que se regían en su
actividad por normas propias y ajenas a las de Estado (propios estatutos, reglamentos y tribunales). Así, la Revolución
Francesa imprimió a la disciplina mercantil un nuevo estilo tendiente a la búsqueda de elementos objetivos y no
subjetivos para caracterizar la actividad y las normas que habrían de regularla.

Características socioeconómicas de la época: a partir del siglo XVI aparece en Europa un capitalismo primitivo a modo
de incentivo de la producción. Por una parte los artesanos que habían desarrollado cierta técnica empresarial en su
trabajo empezaron a asalariar a otros artesanos, pasando de una economía de carácter individual a otra de carácter
doméstico. Por otra parte, algunos de los maestros rompen la estructura clásica de las corporaciones y comienzan a
asalariar a un gran número de artífices. Dejando de trabajar personalmente en la producción y convirtiéndose en
capitalistas, entregados a tareas de supervisión, dirección, admisión de empleados, compra y venta de aterías primas
necesarias para la producción.

La explotación agrícola deja de ser una explotación de tierras solamente y se concibe su explotación bajo un aspecto
racional y con sistemas de parcelamiento.

Es muy grande la acumulación de capitales y comienza a existir una burguesía que accede a lugares de privilegio
económico y social.

La codificación Napoleónica: de los principios generales de la Revolución Francesa se entienden estos elementos: (a)
libre elección de las profesiones, (b) libre ejercicio de la profesión elegida, y (c) libre determinación de las condiciones
de trabajo. A través de estos elementos, se consagran dos nuevos principios del régimen mercantil: (a) el de la libre
competencia, que rige las relaciones de los productores entre sí y (b) el de la libertad de trabajo, que rige las relaciones
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de éstos con sus dependientes u obreros.


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El 15 de septiembre de 1807 se vota la ley y se declara que el Código (dividido en 4 libros: del comercio en general, del
comercio marítimo, de las falencias y de la jurisdicción mercantil) entraría en vigencia a partir del 1 de enero de 1808.

El Código alteró la concepción del Derecho mercantil, pero no ha dado una concepción neta de la comercialidad con lo
cual, a pesar de la transformación habida, la nueva concepción carecía de método propio y de principios comunes que
permitieran la sistematización quedando, en suma, sólo una concepción predominantemente objetiva, pero sin
fundamentación sistemática intrínseca que otorgara homogeneidad al régimen.
La teoría del acto de comercio: la sanción de Código de 18’7 convierte el Derecho mercantil, concebido hasta entonces
como Derecho aplicable a los comerciantes, en un Derecho de aplicación a todas las personas que realizaran
determinados actos regulando, entre sus disposiciones, esos actos a los que denominaba “actos de comercio”.
Establecía en su art. 1 que “son comerciantes aquellos que realizan actos de comercio, habiendo de ello su profesión
habitual”. El art. 631 determinaba la competencia de los tribunales de comercio. El art. 632 desarrollaba un listado de
actos que la ley consideraba actos de comercio. El art. 633 estipulaba los actos que la ley reputaba comerciales, que era
los vinculados con el comercio y el transporte marítimo. Por ello, se entendió que la función del acto de comercio en el
Código es doble: (1) establece quienes y mediante qué requisitos adhieren calidad de comerciantes y (2) delimitar
objetivamente la competencia de los Tribunales de Comercio.

Aspectos institucionales en esta etapa: la tendencia generalizadora del Derecho mercantil comienza a envolver a
aquellas personas que no son comerciantes, imponiéndose socialmente a raíz de un notable desarrollo de la economía
de las naciones, de fenómeno de la segunda revolución industrial y el advenimiento de un nuevo sistema económico:
el capitalismo.

iii. Concepción del Derecho mercantil predominantemente subjetiva: concibiéndolo como el derecho de la empresa;
abarca desde principios del siglo XX hasta finales del siglo XX y principios del XXI.

El retorno a una concepción predominantemente subjetiva: la Revolución expandió a toda Europa su nuevo concepto
liberal, y su legislación influyó en las sanciones del resto de los códigos europeos. La conjunción del liberalismo y el
maquinismo permite el advenimiento de la economía del siglo XIX, caracterizada por una técnica muy perfeccionada
y una división del trabajo muy extendida, por la libre iniciativa de los jefes de empresa y por la búsqueda sistemática
de la ganancia. La antigua organización del trabajo, el comercio y el artesanado no desaparecieron bruscamente de la
escena; se los ve sobrevivir aun en la época del triunfo definitivo del capitalismo industrial. Entre 1840 y 1850 la
influencia del ferrocarril se expandirá a todo el mundo, implicando un adelanto en materia de transporte de personas
y de mercaderías.

La relación entre Derecho Comercial, Economía y Empresa: hay una vinculación del Derecho Comercial con el
desarrollo del comercio, y la posterior aparición de la economía en forma organizada, encontrando su nacimiento en
las necesidades de una determinada época, y la creatividad de quienes ejercían el comercio o se vinculaban con el
intercambio y tráfico de bienes. El contenido de la materia comercial es relativo en la medida que varía, se adapta y se
altera en directa relación con las etapas y mutaciones de la realidad económica. Es que el carácter histórico que afecta
el ámbito del Dere4cho Comercial tiene su justificación en los orígenes y desenvolvimiento de a materia y, también,
constituye para el mismo una constante que impregna su esencia, vinculándose a los acontecimientos económicos,
políticos y sociales de las comunidades.

El nacimiento de una concepción de Derecho Económico: a mediados del siglo XX, el Derecho Comercial perdió el
carácter identificatorio de Derecho Privado para incorporar en su contenido normas de Derecho Público. Así, se ve la
identificación de esta rama del Derecho con un Derecho de las relaciones económicas que algunos lo entienden como
Derecho Económico. Así, el Derecho Económico sería una materia nueva en la cual los elementos jurídicos, públicos y
privados se entrecruzan íntimamente, aunque el fundamento de ese Derecho Económico es de Derecho Privado, con
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los contratos, la propiedad, el dominio del mercado, el tratamiento del dinero, el movimiento de precios, las
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sociedades, las asociaciones y proyectado sobre la economía.

El elemento esencial de esta nueva concepción lo constituye la empresa en una esfera funcional determinada por una
estructura de factores productivos y como nuevo protagonista del Derecho Comercial hasta fines del siglo XX. Es
decir, la figura del comerciante fue reemplazada por este fenómeno de la empresa, la cual fue estructurada desde una
óptica individual sustituyendo al comerciante por el empresario o desde una óptica colectiva a través de los institutos
asociativos de los que se vale el empresario colectivo. Hoy esta concepción fue superada y tomó protagonismo una
nueva esencia objetiva, en la cual el centro o eje principal de la disciplina mercantil pasa por la actividad económica y
el tráfico en el mercado.
iv. Concepción del Derecho mercantil predominantemente objetiva: concibiéndolo como el Derecho de la Actividad
Económica; rige en nuestros días. No se concibe ya al sujeto (empresa o empresarios organizados) como el centro
de un sistema en el cual giran a su alrededor los bienes y los derechos (el patrimonio), y los modos de
organización, sino que lo que se persigue es proteger y regular en el mercado es la actividad, que es la que genera
la producción y el intercambio de bienes y servicios. De nada sirve que exista un empresario organizado si la
organización no desarrolla actividad; de nada sirven los activos, los derechos y las personas si no hay actividad
real. Por ello es hoy la mirada se dirige hacia la actividad como centro del sistema, y alrededor de dicha actividad
es que giran actualmente los sujetos, la organización y el patrimonio. El nuevo protagonista del Derecho
Comercial es la actividad productiva de intercambio de bienes y servicios, la cual puede ser llevada a cabo en
cabeza de un empresario individual o colectivo y también puede ser desarrollada bajo una misma organización o
bajo otra distinta.

Resumen de cada etapa:

1) Subjetiva:
a) El nacimiento del derecho comercial como una necesidad histórica, habida cuenta de la realidad económica y
social importante.
b) Su carácter de derecho especial o de excepción frente al derecho común.
c) Su concepción predominantemente subjetiva, como derecho de los comerciantes en el ejercicio de su actividad
profesional.
d) Un carácter objetivo residual, o complementario, que permitía aplicar esas normas especiales a quienes no
fueran comerciantes, mediante un sistema de ficción: considerándolos como si fueran comerciantes.
e) La elaboración de normas específicas en la materia.
2) Objetiva:
a) Un concepto predominátemente objetivo del Derecho mercantil, concebido como el Derecho de los actos de
comercio.
b) El ordenamiento y sistematización de sus normas a través de un sistema codificado.
c) La permanencia residual de algunos elementos subjetivos, como la caracterización del comerciante.
d) La consagración del principio de libertad de comercio.
e) El mantenimiento de tribunales especiales en materia comercial, aunque ya no bajo la vigilancia exclusiva de
los comerciantes, sino dependientes del control del Estado.
3) Subjetiva:
a) El retorno del Derecho comercial, como fruto de necesidades sociales e históricas, a una concepción
predominantemente subjetiva, como Derecho de los empresarios y de la empresa.
b) La discusión respecto del tratamiento de la disciplina mercantil dentro de un régimen de unificación del
Derecho privado.
c) La irrupción de instituciones y normas de Derecho público en el sistema de Derecho privado y, dentro de éste,
en el Derecho mercantil.
d) El derecho mercantil como elemento desprivatizador del Derecho privado, a través de las vías de unificación
del sistema de Derecho privado.
4) Objetiva:
a) El retorno del Derecho comercial, como fruto de necesidades sociales e históricas a una concepción
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predominantemente objetiva, como Derecho de la actividad económica organizada.


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b) El tratamiento de la disciplina mercantil dentro de un régimen de unificación del Derecho privado.


c) La difuminación de instituciones y normas de Derecho público y de Derecho privado como consecuencia del
fenómeno de constitucionalización, y el Sistema de Derechos Humanos.

CAPÍTULO II

LAS SOCIEDADES

1. EL ORIGEN DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES


Las sociedades comerciales tienen su origen en la edad media. Los tipos que hoy conocemos como sociedad colectiva
y en comandita. La sociedad anónima aparece en la edad moderna, es un instrumento creado por el capitalismo
moderno.

Originariamente se trataba de agrupaciones a través de las cuales los socios o integrantes de la comunidad societaria,
que se reunían para llevar adelante un emprendimiento común, actuando cada uno de ellos, aquél al que se indicara
debía actuar, en nombre de todos ellos, generando la insipiencia de lo que posteriormente se conocería como la
sociedad en nombre colectivo o colectiva. El origen de estos instrumentos mercantiles se ubica en las ciudades
italianas de la edad media, como derivación del vínculo familiar.

Las primeras sociedades de este tipo fueron conformadas por hermanos y se relacionaron con la dificultad física que
implicaba construir en ciudades amuralladas, la falta de espacio y capital, junto con la dificultad de la división del
patrimonio hereditario indiviso, lo que llevaba a que se continuara la actividad paterna bajo el mismo techo y con la
misma organización.

Luego se fue perfeccionando el sistema y se intentó limitar la responsabilidad generándose algún tipo de sociedad de
responsabilidad ilimitada y desde esa primera matriz el tipo acompañó la actividad de la pequeña industria
domestica organizada en pequeños talleres, y las sociedades comenzaran a ser integradas no sólo por miembros de la
familia, lo que supuso la generalización del tipo social.

Las sociedades en comandita tuvieron su origen en el derecho romano. Creen que estuvo vinculada al préstamo
marítimo a la gruesa. Gran cantidad de autores consideran que el origen del tipo está en la edad media como derivado
del contrato de comanda o encomienda a través del cual una persona confiaba a un mercader o marino un capital para
que lo hiciera producir, tomando una parte de los beneficios. El tipo cobró importancia por el uso que le dieron los
nobles que por su clase no podían ejercer abiertamente el comercio y la iglesia, al prohibir el préstamo a interés.

La sociedad anónima es el más reciente de los tipos societarios tradicionales. Su origen está ligado a las sociedades
privadas que se aplicaban a empresas de interés público. Su existencia estaba dada por autorización conferida por el
Estado, que otorgaba a los socios el privilegio de la limitación de la responsabilidad y la facultad de ceder la cuota
social. El surgimiento de la S.A está ligado a la colonización y a las expediciones a grandes distancias. Entre las
ventajas que ofreció se destaca la posibilidad de concentrar capitales, facilitar el fraccionamiento del capital y
representarlo mediante títulos negociables. La colonización y expediciones de ultramar promovieron una nueva
forma de agrupación con amplia concentración de capitales, mecanismos de fraccionamiento del capital y
representarlo mediante títulos negociables, para su circulación en el mercado.

La doctrina ubica el nacimiento de la S.A entre los comerciantes holandeses del siglo XVII. Se dio lugar a nuevas
formas de empresa constituidas exclusivamente por aportaciones de dinero. Base capitalista propia de la S.A.

Sin embargo, el gran salto de estas instituciones al mundo jurídico fue el Código de Napoleón de 1807 que permitió la
creación de sociedades anónimas sin necesidad de un acto legislativo especifico para cada sociedad, porque si bien el
Estado se reservaba la facultad de ponderar la existencia de interés público mediante una decisión administrativa,
finalmente las autorizaciones para funcionar eran generalmente otorgadas. Este esquema fue adoptado por nuestro
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código de comercio en 1862 y su reforma de 1890.


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2. NATURALEZA JURIDICA DEL ACTO CONSTITUTIVO

La naturaleza jurídica del acto constitutivo de la sociedad (no de la sociedad propiamente dicha ya que esta es un
sujeto de derecho) es algo que ha divido la doctrina. La constitución de la sociedad no sólo determina un haz de
relaciones jurídicas en relación con los sujetos que la conforman, sino que da nacimiento a un nuevo sujeto de
derecho.

El acuerdo de voluntades o la declaración unilateral de voluntad en el caso de las S.A unipersonales: a) plasma un
conjunto de derechos y obligaciones para las partes; b) da lugar a la creación de un nuevo sujeto de derecho, dotado
del atributo de la personalidad jurídica, el cual es a su vez titular de nuevos derechos y obligaciones diferentes de
aquellos que vinculan a los sujetos que lo crearon o al sujeto del cual emana la declaración unilateral de voluntad en el
caso de las sociedades unipersonales.

La doctrina ha dicho que tiene naturaleza de: a) un acto colectivo; b) un acto complejo; c) una institución, d) hasta de
un contrato con diferentes variantes en su caso.

2.1 La teoría del acto colectivo: la sociedad comercial es un acto complejo. La constitución de una sociedad comercial
no es otra cosa que un acto jurídico celebrado con la participación de aquellos que desean ser socios, bastando con la
expresión que hagan de su consentimiento en forma mayoritaria. El acto se conforma por la expresión de las
voluntades por parte de los participantes en él, en forma paralela, de un modo contrario a lo que ocurre a los contratos
donde las expresiones de voluntad se entrecruzan.

La expresión de de voluntad colectiva otorgada por c/u de los convocados convierte la voluntad del acto en una
voluntad única amalgamándose de tal manera de conformar el acto en una sola voluntad, producto de la suma de
voluntades expresadas.

La mayoría de la doctrina ha rechazado la concepción otorgada al acto constitutivo de sociedad comercial como un
acto colectivo.

2.2 La teoría del acto complejo: la naturaleza jurídica del acto constitutivo es en realidad un acto complejo. A pesar de
las similitudes con la teoría anterior, mientras en el acto complejo las voluntades de los declarantes se funden en una
sola voluntad única perdiendo su individualidad, en el acto colectivo esa unión no alcanza a desdibujar su
diferenciación y discernibilidad en el interior del acto.

El acto complejo es un negocio unilateral de sustrato pluripersonal, constituido por un conjunto de declaraciones de
voluntad formuladas por varias personas que conforman una sola parte y que obran todas en una misma dirección en
protección de un único interés; mientras que el acto colectivo está constituido por una sola deliberación adoptada por una
pluralidad de personas en una unidad de tiempo y de lugar, luego de exámenes y discusiones.

La mayoría de la doctrina ha rechazado la concepción otorgada al acto constitutivo de sociedad comercial como un
acto complejo.

2.3 La teoría de la institución: la sociedad comercial consistiría en un ente o idea fuerza a la cual la comunidad le ha
otorgado un valor al reconocerle instrumentalmente la capacidad de permitir el desenvolvimiento y desarrollo de actividades
económicas que considera beneficiosas para el conjunto de la comunidad.

El Estado o el poder administrador le reconoce a esta agrupación el carácter de sujeto de derecho o permite su
nacimiento como ente para el cumplimiento de tales fines. La denominación de “teoría de la institución” deviene de
este hecho de reconocimiento porque el Estado instituye la sociedad como medio instrumental para el cumplimiento
de esos fines.

Adoptar o aceptar esta teoría habilitaría una mayor intervención del Estado en las actividades económicas privadas,
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avanzando sobre el ámbito de libertad otorgada por la misma ley a los particulares.
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2.4 Las tesis contractualistas: contrariamente se hallan estas teorías según las cuales la sociedad constituye un
contrato, tal como ha sido recogido este criterio en el Código Civil derogado, Código de comercio y Ley de Sociedades
19.550 que no admitía originalmente la sociedad unipersonal. Dentro las posiciones que sustentan la tesis contractual
no hay absoluta coincidencia, pudiendo encontrarse:

a. Quienes identifican a la sociedad con los contratos clásicos


b. Quienes la incluyen dentro de los contratos plurilaterales
c. Quienes la encuadran en los contratos plurilaterales de organización
2.4.1 Contrato bilateral: quienes sostienen que la sociedad es un contrato bilateral argumentan que las obligaciones de
los socios no se enfrentan entre sí en forma grupal, sino que corresponden individualmente cada una de ellas a la
contrapartida de una obligación de la sociedad que nace con el acuerdo de voluntades. El contrato bilateral se celebra por
cada socio respecto de la sociedad de un modo tal que el número de socios incide en la calificación, toda vez que el obligado es en
realidad obligado frente a un grupo representado por la figura societaria.

No parece adecuado admitir que hay una contraparte del socio conformada por la “sociedad” cuando el sujeto de
derecho “sociedad” recién nace a partir de la celebración del contrato, resultando un producto de éste y no antes de
dicho contrato como para conformar una contraparte del socio. Tampoco es adecuado pretender que los consocios de
cada socio formen un grupo diferenciado en cada vínculo contractual.

2.4.2 Contrato plurilateral: esta categoría de contratos trata como contratos plurilaterales a aquellos que tienen
originaria o potencialmente más de dos centros de intereses diferenciados, sin que exista reciprocidad o interdependencia entre
todas las prestaciones nacidas del contrato.

Características de los contratos plurilaterales: a) finalidad común; b) organización administrativa patrimonial de cierta
complejidad y duración; c) apertura al ingreso de terceros, sin que esto desnaturalice la figura.

Los contratos plurilaterales han sido considerados como una especie de los contratos de colaboración, genero que se
opone a los contratos de cambio.

Los contratos plurilaterales no tienen por objeto dar nacimiento a un nuevo sujeto de derecho. Si bien el contrato
plurilateral de organización por excelencia es el contrato de sociedad, el grado de separación patrimonial dependerá
de la regulación existente en cada caso, de modo que no todos los contratos plurilaterales llevan en su esencia la
necesidad de generar el nacimiento del nuevo sujeto de derecho.

En la Ley General de Sociedades el contrato de sociedad comercial se adecua al concepto de contrato plurilateral
cuando involucra a dos o más socios

2.4.3 Contrato plurilateral de organización: son “contratos de cambio” aquellos que cuentan con prestaciones
contrapuestas por las partes que los celebran; así la prestación de una de ellas es la contraprestación y el interés de la
otra y viceversa. (Ejemplo: contratos paritarios, los celebrados por adhesión y contratos de consumo). Son “contratos
asociativos” los cuales las prestaciones de las partes no tienen carácter contrapuesto, sino que se trata de obligaciones
yuxtapuestas que tienden a un fin común para las partes. La causa de la prestación de cada una de las partes se halla
en la participación que cada contratante se propone obtener en la gestión de todas las prestaciones asociadas,
existiendo un objeto o finalidad común que se persigue mediante la colaboración de todos los asociados que tratan de
satisfacer por esa vía sus intereses individuales. (También hay contratos paritarios, por adhesión)

Los contratos de organización son los que tienen por finalidad organizar grupos o categorías, que mantengan una
existencia más o menos duradera de la colectividad de los asociados que a veces llega a sobrepasar la duración de la
vida individual de éstos. Generalmente estos contratos revisten el carácter de contratos plurilaterales.

Con la ley 19.550 no cabe duda de que el contrato de sociedad:


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a. Cuando la sociedad se conforma por dos o más sujetos, el acto constitutivo debe considerarse como un contrato plurilateral de
Páá giná

organización
b. Cuando la sociedad se conforma por un solo sujeto (sociedad unipersonal) el acto constitutivo debe considerarse una
declaración unilateral de voluntad.

OPINION DE VITOLO: como consecuencia de la sanción del nuevo CCC y de la ley 26.994 ha existido un replanteo
del instituto societario en razón de:

a. El reconocimiento de las sociedades comerciales como estructura a través de la cual se pueden organizar
derechos patrimoniales.
b. El uso de la herramienta societaria como uno de los mecanismos de limitación de la responsabilidad del
empresario individual.
c. La descentralización administrativa en las empresas con figuras como la filial y sociedades subsidiarias
totalmente controladas.
d. Admisión de sociedades conformadas por un solo socios y concentración en mano única del capital
correspondiente a empresas que operan bajo el régimen de oferta publica
e. Utilización por parte del estado de las sociedades, como instrumento jurídico, para desarrollar actividades de
interés público o reservadas.

Si la sociedad está formada por dos o más sujetos debe ser considerado dicho acto como un contrato plurilateral de
organización, el que presenta:

a. La afectación del vinculo de alguno de los socios (salvo excepciones) no invalida el contrato
b. Las prestaciones de los socios no son contrapuestas sino yuxtapuestas
c. No aplica el instituto de la exceptio non adimpleti contractus
d. Existe igualdad cualitativa de obligaciones y derechos de los socios.

Si se trata de una sociedad conformada por un solo socio (sociedad unipersonal) el acto constitutivo debe ser
considerado una declaración unilateral de voluntad. O sea conforme al CCC (art 1800) ésta ultima:

a. Causa una obligación jurídicamente exigible


b. Se le aplican subsidiariamente las normas relativas a los contratos.

3. NATURALEZA JURIDICA DE LAS SOCIEDADES PROPIAMENTE DICHAS

Todas las sociedades, sin excepción, según la ley 19.550 son sujetos de derecho en consonancia con las normas del
CCC (art 148 inc. a)

4. EL NUEVO CONCEPTO DE SOCIEDAD EN LA LEY 26.994

Con la derogación del código civil desaparecen: a) las sociedades civiles; y b) las sociedades comerciales que regulaba
la ley 19.550 (ambas) como especies del genero sociedades las que a su vez pertenecen a la familia de los institutos
asociativos.

El régimen societario se unifica en una única “ley general de sociedades” 19.550, y las sociedades a secas (ni civiles ni
comerciales) conforman un genero de la familia de los institutos asociativos.

Se ha privilegiado reservar el instituto de la sociedad para aquellas organizaciones en las cuales exista una empresa
subyacente, de modo de descartar la posibilidad de que bajo la figura societaria se puedan cobijar proyectos que sólo
persigan obtener una utilidad apreciable en dinero a distribuirse entre los participes del mismo, con origen en el
empleo de lo que c/u hubiera aportado y en las cuales no exista una verdadera empresa.

Para estas últimas iniciativas el legislador ha reservado los “contratos asociativos” (art 1442 a 1478 del CCC) que han
sido concebidos como a) contratos de libre creación; b) que no son sociedades; c) a los cuales no se les reconoce
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personalidad jurídica.
Páá giná

También se ha descartado mantener el instituto de la “irregularidad” como sanción y existe la sección llamada “De las
sociedades no constituidas según los tipos del capítulo II y otros supuestos”.

a. La figura societaria en el nuevo régimen legal queda habilitada sólo para los supuestos en los que dos o más
personas o un sujeto individual, persona humana o jurídica, en forma organizada bajo alguno de los tipos
previsto en la ley (o no) se obligue a realizar aportes para afectarlos a la producción o intercambio de bienes y
servicios participando de las ganancias y soportando las perdidas
b. Todo otro emprendimiento que se pretenda encarar en forma asociativa en el cual no se destinen los aportes de
los contratantes o del socio único a la producción de bienes y servicios no podrá encuadrase bajo el régimen de la
ley 19.550, sino bajo la figura de contratos asociativos, los cuales: a) son contratos a lo que no se les aplica la
normativa societaria; b) no constituyen sociedades ni sujetos de derecho; c) en ellos las partes tienen libertad para
configurarlos en cuanto a su contenido y forma.
c. El sujeto de derecho individual que pretenda encarar una actividad económica que no se encuadre en forma
organizada, no configurando una empresa o establecimiento comercial o industrial, agropecuario o de servicios,
no podría quedar comprendido en el régimen de la ley 19.550, más allá de que pueda acceder a la posibilidad de
llevar contabilidad en los términos del art 320 del CCC.
d. Desaparecen las sociedades civiles, las sociedades comerciales, las sociedades no regularmente constituidas
(irregulares) como categoría sancionatoria y las sociedades de hecho con objeto comercial.
e. Se abre la posibilidad de constituir sociedades libres por fuera de los tipos previstos en la ley 19.550,
flexibilizándose la rigidez que la ley de sociedades comerciales originariamente contemplaba en materia de
tipicidad.
f. Se admite la posibilidad de que las sociedades por acciones no sólo puedan formar parte de otras sociedades por
acciones, sino también de sociedades de responsabilidad limitada (SRL).

5. ELEMENTOS QUE CONFORMAN EL INSTITUTO SOCIETARIO

Los principios básicos que conforman el instituto societario son:

i. La organización;
ii. La adecuación;
iii. La tipicidad;
iv. La empresarialidad;
v. La especialidad;
vi. La personalidad jurídica, y
vii. La actividad

5.1 La organización

Una organización es un ente social identificable que persigue objetivos múltiples, a través de las actividades y
relaciones coordinadas entre objetos y personas.

Todas las organizaciones tienen objetivos, tienen personas y todas tienen un sistema formal implícito para asegurar
coordinación y estabilidad.

La ley 19.550, con las reformas de la ley 26.994, abre un régimen de amplia libertad para las personas humanas y
jurídicas puedan organizarse del modo que lo deseen para construir sociedades, aunque provee determinadas
estructuras organizativas básicas para dar satisfacción a diversas necesidades, que son aquellas figuras a as cuales se
refiere el art. 1 de LGS, cuando señala que los constituyentes asumen sus compromisos “…en forma organizada
conforme a alguno de los tipos previstos en esta ley…”.

Así, el ordenamiento provee regulaciones a determinados tipos previstos que se encuentran regulados en el Capítulo
II de la ley y a los que hace referencia el art. 1:
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 Sociedades colectivas;
 Sociedades de capital e industria.
Páá giná

 Sociedades en comandita simple;


 Sociedades de responsabilidad limitada; y
 Sociedades en comandita por acciones.

Sin perjuicio de ello, en la Sección IV de dicho Capítulo II, se admite la constitución y el funcionamiento de sociedades
libres, atípicas y residuales, incluso cuando se omitan en su constitución requisitos esenciales o se incumplan las
formalidades exigidas por la ley (Ver Capítulo VI).

5.2 La adecuación
Hay dos mecanismos posibles y diferentes (para el caso de personas jurídicas privadas) a través de los cuales se puede
acceder a la personalidad jurídica:

a. El sistema de la adecuación: el o los constituyentes pueden acceder a los beneficios institucionales por el solo
hecho de adecuar su conducta o realizar los actos necesarios previstos en la ley.
b. El sistema de la autorización o incorporación: se requiere de una decisión expresa de la autoridad, judicial o
administrativa, que determine el nacimiento de la persona jurídica, otorgándole la personalidad o la
personería. Se denomina a esta modalidad, también, “incorporación” porque la decisión de la autoridad
permite incorporar al nuevo sujeto al nuevo régimen jurídico.

Bajo la ley 19.550 el sistema adoptado para la legislación argentina es el de la adecuación de modo que el o los
constituyentes de una sociedad con el solo hecho de adecuarse a las exigencias legales, tiene la capacidad para hacer
nacer a un nuevo sujeto de derecho como persona jurídica privada, en este caso una sociedad.

En esto, la LGS se alinea con el CCC que en su art. 142 determina que la existencia de la persona jurídica privada
comienza desde su constitución.

5.2.1 Regímenes para la creación de sociedades

 Por medio de la celebración de un contrato de sociedad, en el caso de que se trate de dos o más socios.
 Por decisión de un solo sujeto en el caso de sociedades unipersonales a través de una declaración unilateral de
voluntad.

5.3 La tipicidad

A través de moldes o tipos a los cuales deben adecuarse organizativamente quienes pretenden constituir una sociedad
comercial y hacer nacer un sujeto de derecho, se persigue dar certidumbre respecto de los terceros en lo que hace al
régimen de responsabilidad, representación, funcionamiento y vinculación del ente con todos aquellos que se
relacionen con éste. La ley 26.994 flexibilizó esta exigencia, de modo que la constitución de una sociedad bajo un tipo
no autorizado o en violación a la estructura típica asignada a un tipo determinado, no importará la nulidad de la
sociedad (como ocurría antes), sino que se estará frente a una sociedad legalmente válida regulada por las normas de
la Sección IV de la LGS (arts. 21 a 26). Ello quiere decir que los constituyentes podrán escoger entre:

a. Constituir una sociedad bajo alguna de las estructuras de organización típicas, provistas por el legislador en el
Capítulo II de LGS: deberán regirse por las cláusulas particulares pertinentes al tipo escogido.
b. Estructurar su propia organización, bajo el ámbito de libertad que otorga la Sección IV del Capítulo I de LGS: se
regirán por las cláusulas particulares establecidas. Sin perjuicio de ello, las sociedades atípicas:
a. Son válidas como las típicas.
b. Son sujetos de derecho.
c. Las cláusulas contractuales o las normas estatutarias resultan plenamente oponibles entre las partes y
frente a terceros cuando conozcan el contenido del contrato o del estatuto.
d. En caso de que estas sociedades atípicas quisieran tipificarse, podrán recurrir a un procedimiento
subsanatorio que el propio ordenamiento prevé.
13 Páá giná

5.4 La empresarialidad

En el año 1972, cuando se sancionó la ley 19.550, el legislador entendió que bajo cualquier forma de sociedad
(entonces comercial) debía subyacer una empresa, que era lo que verdaderamente justificaba la creación de un
estatuto legal de categoría (Ley de Sociedades Comerciales). Y ello no ocurría en el caso de las sociedades civiles.

El legislador de la ley 26.994, eliminando el instituto de las sociedades civiles, tomó la decisión de reservar a las
sociedades como un mecanismo para el desarrollo, exclusivamente, de actividades empresariales, descartando que
otros emprendimientos que no tengan esta naturaleza puedan estructurarse bajo la figura societaria como personas
jurídicas privadas.

La empresa no es más que un conjunto de elementos de la más variada condición y naturaleza, los cuales bajo un
régimen de organización, establecido por el empresario, se afectan funcionalmente a una determinada actividad
económica, consistente en la producción, comercialización o intercambio de bienes y servicios para el mercado.

La empresa es, entonces, un resultado de la actividad creativa del empresario y tiene por características
fundamentales la organización y la actividad, en la medida que la suma de elementos estáticos o dinámicos que la
componen adquieren, a través de dicha organización funcional, una entidad mayor y un valor superior y distinto al
que representan el conjunto de los mismos por su sola suma.

5.5 La especialidad

Las personas jurídicas son creadas con uno o más fines que los fundadores se proponen alcanzar o desarrollar y es
para la obtención de dichos fines que, a través de la ley, se les reconoce subjetividad jurídica.

La doctrina vio en esto un factor limitativo de la capacidad de las personas jurídicas dado que los sujetos a los cuales
se les reconoce expresamente personalidad jurídica, nunca podrán estar legitimados para actuar en una esfera ajena a
la de sus finalidades.

Este principio se funda, según Salvat, en que el ejercicio de operaciones extrañas al objeto de la institución implicaría
un cambio de este objeto, el cual no es válido sino en las condiciones y casos previstos en los estatutos.

La especialidad impone, de conformidad con esta doctrina, una limitación intrínseca a la capacidad (o más
precisamente a su legitimación para actuar) de las personas jurídicas; es decir, no la restringe para determinadas
especies de actos, sino que les están prohibidos algunos de ellos, cuando se consideren desvinculados de las
finalidades que persiguen dichas personas.

5.6 Personalidad jurídica

Las personas jurídicas son personas no nacidas de vientre materno, por ello se diferencian de la persona humana. Pero
el derecho lo toma como si lo fuera. Permite separar y no confundir el patrimonio de los socios y el de la sociedad; se
crean ámbitos de responsabilidad, se garantiza que no haya conflictos con los acreedores de los socios.

Se incluye en el cuerpo principal del CCC:

 La personalidad jurídica: el art. 141 define a las personas jurídicas como: todos los entes a los cuales el
ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de
su objeto y los fines de su creación.
 Cómo se atribuye la personalidad a la persona jurídica: el art. 143 señala que la existencia de la persona jurídica
privada comienza desde su constitución. No necesita autorización legal para funcionar, excepto disposición legal
en contrario. En los casos en que se requiere autorización estatal, la persona jurídica no puede funcionar antes de
14

obtenerla.
 El principio de separación o de la personalidad diferenciada con respecto a la de los miembros de la persona
Páá giná

jurídica: el art. 143 establece que la persona jurídica tiene una personalidad distinta de la de sus miembros. Los
miembros no responden por las obligaciones de la persona jurídica, excepto en los supuestos que expresamente se
prevén en este Título y lo que disponga la ley especial.

El art. 2 de la ley 19.550, establece que la sociedad es un sujeto diferenciado con los alcances y limitaciones impuestas
por el mismo régimen legal. Ello significa que la sociedad constituida conforme a uno de los tipos previstos en la ley
(o no), e inscripta regularmente en el Registro Público (o no), constituye un sujeto de derecho (ente susceptible de
adquirir derechos y contraer obligaciones) distinto de los socios que lo integran; poseyendo, entonces, nombre,
patrimonio, domicilio, obligaciones y derechos propios y diferenciados de los de sus socios o accionistas.
5.6.1 Las sociedades como personas jurídicas privadas

Es importante tener en cuenta:

i) Que el CCC en el art. 148 inc. a) incluye a las sociedades como personas jurídicas privadas; y
ii) Que el art. 2 de la LGS establece que la sociedad es un sujeto de derecho, con los alcances fijados en dicha ley.

5.6.2 La inoponibilidad de la personalidad jurídica

Debe quedar claro que el mecanismo de imputación diferencial que se crea tanto por el CCC (arts. 143 y 144) como en
la LGS (art. 2) funciona dentro de los límites demarcados por los fines de su creación, y esto ha sido entendido en
forma expresa en nuestra legislación positiva, la cual dispone una limitación ab initio de la personalidad jurídica de
entes colectivos.

Así, cuando el recurso técnico (el reconocimiento del carácter de sujeto de derecho por la creación de un ente ideal,
que no es la persona humana, al cual el ordenamiento asigna el carácter de sujeto de derecho) que la ley brinda es
utilizado para violar la ley, el orden público, la buena fe, para frustrar derechos de terceros o aun, simplemente para
llevar adelante fines extrasocietarios, surge la figura de la inoponibilidad de esa personalidad jurídica la cual puede
diferir en la materia de sus alcances.

En efecto: nuestra ley habla de la inoponibilidad, a diferencia de un recurso más grave cual sería el de la lisa y llana
desestimación de esa personalidad.

Es evidente que la prescindencia de la personalidad jurídica sólo puede admitirse, de manera excepcional, cuando
estamos en presencia de un supuesto en el cual, a través de ella, se han buscado o se han logrado fines contrarios a la
ley quedando configurado un abuso de la personalidad jurídica de tal entidad que pueda llevar al resultado de
equiparar a la sociedad con el socio y, de esta manera, sería ilícito atravesar el velo de la personalidad para captar la
auténtica realidad que se oculta detrás de ella con la finalidad de corregir el fraude o neutralizar la desviación.

Con referencia a la inoponibilidad de la personalidad jurídica (prevista en el art. 54 de la ley 22.903) las consecuencias
son distintas. Como bien surge del texto de la norma, la institución se vincula a la inoponibilidad de la personalidad
jurídica, lo cual no lleva a identificar a la sociedad con el socio, sino proteger al tercero de buena fe, pero si afectar en
principio la normal actuación de la sociedad ni su futura actuación; simplemente, lo que se permite es que, respecto de
la relación jurídica particular, no se pueda oponer esta personalidad diferenciada al tercero perjudicado.

El texto es claro: la actuación de la sociedad que encubra la consecución de fines extrasocietarios o constituya un mero
recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe, o para frustrar derechos de terceros, se imputará
directamente a los socios y a los controlantes que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente
por los perjuicios causados. Es un problema de la personalidad, no de la tipicidad.

Cuando la ley se refiere a la imputación de la conducta, se refiere a que el acto cumplido, el contrato celebrado, el
daño causado, el fin extrasocietario buscado u obtenido, la violación de la ley llevada a cabo, el orden público o la
buena fe violados o el derecho del tercero frustrado serán conductas ya actos que se imputarán, directamente, a los
15

socios o a los controlantes que los hicieron posibles.


Páá giná

Desde ya que tal concepto de personalidad jurídica no es absoluto y tiene límites, de modo que, aquellos casos en que
la actuación de la sociedad encubra la consecución de fines extrasocietarios, o constituya un mero recurso para violar
la ley, el orden público o la buena fe o para frustrar derechos de terceros, se imputará directamente a los socios o a los
controlantes que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados. Este
es el instituto conocido como “inoponibilidad de la personalidad jurídica”.

En cuanto a los efectos de la aplicación de la doctrina de la inoponibilidad de la personalidad jurídica, se han señalado
los siguientes:
a. Imputación a los socios o controlantes de la actuación ilegítima o extrasocietaria del ente, esto es, la aplicación
concreta para ellos de las normas que quisieron ser evitadas tras la máscara de la sociedad mercantil;
b. Satisfacción, por los socios o controlantes que hubieran hecho posible tal actuación, de los daños y perjuicios
correspondiente4s que resulten consecuencia de esa manera de actuar.

5.6.3 Relaciones entre el régimen de inoponibilidad de la personalidad jurídica en el CCC y la LGS

El CCC ha extendido, además, el instituto de la desestimación, prescindencia o inoponibilidad de la personalidad


jurídica, como instituto de excepción al criterio de separación o diferenciación a todas las personas jurídicas privadas.

En la actualidad este instituto se halla expresamente contemplado en la ley 19.550 en el art. 54, tercer párrafo bajo el
título “inoponibilidad de la personalidad jurídica” pero también se hace extensivo a cualquier persona jurídica por cia
del art. 144 CCC ya que el abuso en su constitución, la desvirtuación de su finalidad constituyen manifestaciones de
una utilización desviada del recurso de la personalidad que son susceptibles de producirse en cualquier clase de
persona jurídica.

Entre ambos regímenes existen algunas diferencias:

Art. 144 CCC Art. 54, párrafo 3°, ley 19.550


Inoponibilidad de la personalidad jurídica. La actuación Inoponibilidad de la personalidad jurídica.
que esté destinada a la consecución de fines ajenos a la La actuación de la sociedad que encubra la consecución
persona jurídica, constituya un recurso para violar la ley, de fines extrasocietarios constituya un mero recurso para
el orden público o la buena fe o para frustrar derechos de violar la ley, el orden público o la buena fe o para
cualquier persona, se imputa a quienes a título de socios, frustrar derechos de terceros, se imputará directamente
asociados, miembros o controlantes directos o indirectos, a los socios o a los controlantes que la hicieron posible,
la hicieron posible quienes responderán solidaria e quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los
ilimitadamente por los perjuicios causados. perjuicios causados.

5.7 Regularidad y tipicidad

 Tipicidad: adecuación de la estructura societaria a uno de los tipos previstos en la ley. Ya no es más una causa de
nulidad de las sociedades y las sociedades atípicas son plenamente válidas.
 Atipicidad: constitución de una sociedad por fuera de los tipos previstos por el legislador, o la inclusión dentro de
sociedades constituidas conforme a uno de los tipos previstos por el legislador de elementos incompatibles con el
tipo elegido. Coloca a las sociedades bajo el régimen de la Sección IV. Puede subsanarse.
 Regularidad: status legal al cual se accede con la inscripción del instrumento constitutivo de la sociedad en el
Registro Público.
 Irregularidad: ausencia de inscripción del instrumento constitutivo en el Registro Público. Coloca a las sociedades
bajo el régimen de la Sección IV. Puede subsanarse.

5.8 La actividad
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Consiste en una serie concatenada de actos realizados por un sujeto que guardan vinculación entre sí.
Páá giná

PARADIGMAS DE LA LEY 19.550

A. Contractualidad: para que pudiera nacer un sujeto de derecho diferenciado de los socios (haber sociedad), debía
haber un sujeto colectivo, a través de acuerdos de voluntades entre sujetos. HOY: hay posibilidad de constituir
una sociedad unilateral.
B. Regularidad: las sociedades que se constituyen conforme a la ley deben inscribirse en el Registro Público (antes de
Comercio). La regularidad implica la oponibilidad; la irregularidad se sancionaba. HOY: no se sanciona, sino que
se trata de sociedades de la Sección IV y puede subsanarse.
C. Instrumento escrito: el contrato de sociedad debía celebrarse por instrumento público o privado de forma escrita.
Si no se quiere la forma escrita, es sociedad de hecho. HOY: se rompe la forma escrita; los contratos tienen libertad
de forma. El art. 21 dice que aún cuando se hubieren omitido formalidades, la sociedad funcionará igual.
D. Tipicidad: adecuación del contrato societario a alguno de los moldes que la ley prevé. Si no se adecuaba a
ninguno, era nula. HOY: no se sanciona, sino que se trata de sociedades de la Sección IV y puede subsanarse.
E. Responsabilidad: todo aquel que estuviese fuera del régimen, iba a ser responsable solidaria e ilimitadamente.
HOY: los socios no siempre van a responder solidaria e ilimitadamente.

CAPÍTULO III

LA CONSTITUCIÓN DE SOCIEDADES

1. LA FORMA DE LOS ACTOS JURÍDICOS Y CONTRATOS EN LA LEY 19.550 Y EN EL NUEVO CÓDIGO


CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN

Como primer requisito formal para el contrato de sociedad (o para la declaración unilateral de voluntad en los casos
de sociedades unipersonales), la ley 19.550 exige la forma escrita (art. 4) al disponer que el contrato por el cual se
constituye o modifique una sociedad se otorga por instrumento público o privado. Es decir que el acto constitutivo de
una sociedad ya sea ésta pluripersonal o unipersonal, constituye un acto forma, y la sociedad es un contrato e instituto
(según fuera el caso) que tiene una forma expresamente listada por el legislador.

Los otorgantes pueden, en consecuencia, optar por uno u otro medio (instrumento público o privado), salvo para los
supuestos de sociedades por acciones, las que necesariamente deben constituirse por instrumento público (art. 165).

1.1 ¿Pueden sociedades constituidas por instrumento público modificar su contrato o estatuto mediante
instrumento público?

Tratándose de modificaciones al contrato constitutivo, las partes pueden optar por uno y otro instrumento, incluso en
el caso de sociedades por acciones donde la constitución debe necesariamente ser llevada a cabo por instrumento
público.

1.2 ¿Cuáles son los alcances de los vicios de forma en la constitución de sociedades?

Dado que el art. 4 de la ley 19.550 impone la forma escrita, al señalar que el contrato por e cual se constituya o
modifique una sociedad se otorgará por instrumento público o privado, el acto constitutivo de una sociedad es un
contrato o acto jurídico formal, y la ausencia de la forma impuesta implicaría, en principio, que sin el cumplimiento de
la forma establecida por el legislador, la sociedad no podría tener existencia.

Sin embargo, el art. 21 de la ley 19.550 establece que a pesar del incumplimiento de la forma establecida, la sociedad
igualmente puede existir, aunque no quedará sujeta a las disposiciones correspondientes al tipo escogido por el o los
constituyentes, sino que estará bajo el régimen dispuesto en la Sección IV del Capítulo I, es decir, al de las sociedades
no constituidas bajo uno de los tipos del Capítulo II y otros supuestos.
17Páá giná

1.3 ¿Bastará el cumplimiento de la forma escrita para cumplir con la exigencia del art. 4 de la ley 19.550?

No. La ley requiere el otorgamiento de un instrumento público o privado, lo que lleva ínsito la forma escrita.
Entonces, para que se dé por cumplida la exigencia contenida en el art. 4, el acto constitutivo debe otorgarse por:

a. Instrumento público (arts. 289 y 299 CCC) entendido como escritura pública y en particular como acta judicial en
los casos de los arts. 28 de la ley 19.550.; o
b. Instrumento privado, es decir, instrumento particular firmado por los otorgantes (art. 287 CCC).
Careciendo de estas particularidades, las sociedades así constituidas, serán regidas por la Sección IV del Capítulo I de
la ley 19.550, por carecer de la forma impuesta por el legislador.

2. PRUEBA DE LAS SOCIEDADES

El CCC dispone en los arts. 1019 y 1020 que:

 Los contratos pueden ser probados por todos los medios aptos para llegar a una razonable convicción según las
reglas de la sana crítica, y con arreglo a lo que disponen las leyes procesales, excepto disposición legal que
establezca un medio especial.
 Los contratos que sea de uso instrumentar no pueden ser probados exclusivamente por testigos.
 Los contratos en los cuales la formalidad es requerida a los fines probatorios pueden ser probados por otros
medios, inclusive por testigos, si hay imposibilidad de obtener la prueba de haber sido cumplida la formalidad o
si existe principio de prueba instrumental, o comienzo de ejecución.
 Se considera principio de prueba instrumental cualquier instrumento que emane de la otra parte, de su causante o
de parte interesada en el asunto, que haga verosímil la existencia del contrato.

3. COMIENZO DE LA EXISTENCIA DE LA SOCIEDAD

El sistema adoptado para la legislación argentina en materia de comienzo de la existencia de la sociedad, es el de la


adecuación; de modo que el o los constituyentes de una sociedad con el solo hecho de adecuarse a las exigencias
legales, tiene la capacidad para hacer nacer un nuevo sujeto de derecho como persona jurídica privada, en este caso,
una sociedad.

El art. 142 del CCC dice que la existencia de la persona jurídica privada:

 Comienza desde su constitución.


 No necesita autorización legal para funcionar, excepto disposición legal en contrario.
 En los casos en que se requiere autorización estatal, la persona jurídica no puede funcionar antes de obtenerla.
Pero ello no impide que posea igualmente personalidad jurídica y constituya para la ley un sujeto de derecho
diferente de los miembros que lo componen.

4. LA INSCRIPCIÓN EN EL REGISTRO PÚBLICO DE COMERCIO

El acto constitutivo de la sociedad, su modificación y el reglamento se deben inscribir en el Registro Público del
domicilio social y en el Registro que corresponda al asiento de cada sucursal, incluyendo la dirección donde se
instalan (art. 11).

La inscripción se dispone previa ratificación de los otorgantes, excepto cuando el acto haya sido otorgado por
instrumento público o las firmas sean autenticadas por escribano público u otro funcionario competente.

Las sociedades deben hacer constar en la documentación que de ella emane, la dirección de su sede social y los datos
que identifiquen su inscripción en el Registro correspondiente.
18

En el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se encuentra a cargo de la Inspección General de Justicia; en el
resto de las provincias está a cargo de autoridades administrativas o federales, según sea el caso en casa situación
Páá giná

particular.

4.1 ¿Existe un plazo para la inscripción?

El art. 6 dispone que dentro de los 20 días del acto constitutivo, éste debe presentarse al Registro Público para su
inscripción o, en su caso, a la autoridad de contralor. El plazo para completar el trámite será de 30 días adicionales,
quedando prorrogado cuando resulte excedido por el normal cumplimiento de los procedimientos.

4.2 ¿Qué ocurre si no se cumple el plazo?


La inscripción solicitada tardíamente o vencido el plazo complementario, sólo se puede disponer, por parte del
Registro Público, si no media oposición de parte interesada (art. 6). Debe considerarse parte interesada a los
otorgantes del acto, quienes además deben invocar justa causa, porque la norma no ha sido concebida para dar pie al
arrepentimiento o resolución de los actos celebrados, sino para impedir la registración de actos anónimos.

4.3 ¿Quiénes se encuentran autorizados para impulsar el trámite?

Los otorgantes del acto (socios fundadores) o el socio único en el caso de las sociedades unipersonales, pueden
autorizar en el instrumento constitutivo de la sociedad, a determinadas personas a realizar y llevar adelante los
trámites inscriptos.

Sin perjuicio de ellos, si no se hubieran establecido en el instrumento constitutivo mandatarios especiales para realizar
los trámites de constitución, se entiende que los representantes legales de la sociedad (autoridades) designados en el
acto constitutivo se encuentran autorizados para realizarlos. En su defecto, cualquier socio puede instarla a expensas
de la sociedad (art. 6).

4.4 ¿Cuáles son los efectos de la toma de razón?

La decisión por parte del registrador de hacer inscribir en el Registro Público el documento, acto o contrato es lo que
se denomina “toma de razón”; y dicha toma de razón surte efecto de matrícula.

El cumplimiento de los recaudos fijados por la ley para la toma de razón, y la toma misma, crea una presunción
absoluta de conocimiento, para el cual es indiferente la buena fe del tercero o el dolo del socio.

Por regla general, las inscripciones en el Registro tienen efectos meramente declarativos, es decir que se da publicidad
por medio de la inscripción a actos y hechos cuya validez ha surgido fuera del registro. De allí que la inscripción no
pueda tener efectos convalidatorios ni saneatorios.

5. EL RÉGIMEN DE PUBLIDAD SOCIETARIO

Las sociedades de responsabilidad limitada y las sociedades por acciones deben publicar por un día en el diario de
publicaciones legales correspondiente, un aviso que deberá contener:

a. En oportunidad de su constitución:
a) Nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio, número de documento de identidad de los
socios;
b) Fecha del instrumento de constitución;
c) La razón social o denominación de la sociedad;
d) Domicilio de la sociedad;
e) Objeto social;
f) Plazo de duración;
g) Capital social;
h) Composición de los órganos de administración y fiscalización, nombres de sus miembros y, en su caso,
duración en los cargos;
19

i) Organización de la representación legal;


j) Fecha de cierre del ejercicio;
Páá giná

b. En oportunidad de la modificación del contrato o disolución:


a) Fecha de la resolución de la sociedad que aprobó la modificación del contrato o su disolución;
b) Cuando la modificación afecte los puntos enumerados de los incisos 3 a 10 del apartado a), la publicación
deberá determinarlo en la forma allí establecida.

La falta de publicación del aviso legal o su publicación defectuosa es un mero vicio de forma o incumplimiento de una
formalidad que hace al acto constitutivo, y lleva a la sociedad a quedar incluida en la Sección IV del Capítulo I y que
es algo susceptible de subsanación siguiendo el procedimiento previsto en el art. 25 de la ley.
Con respecto a los actos que deban inscribirse y no sean acto constitutivo o sus modificaciones, resulta de la aplicación
la disposición contenida en el art. 12: las modificaciones no inscriptas regularmente obligan a los socios otorgantes.
Son inoponibles a los terceros, no obstante, estos pueden alegarlas contra la sociedad y los socios, salvo en las
sociedades por acciones y en las sociedades de responsabilidad limitada.

6. ELEMENTOS Y REQUISITOS DEL INSTRUMENTO CONSTITUTIVO DE LA SOCIEDAD COMERCIAL

Bajo el régimen de la ley 19.550, la sociedad es considerada:

 O bien un contrato plurilateral de organización, cuando se trata de una sociedad de dos o más socios.
 O bien de un acto jurídico nacido de una declaración unilateral de voluntad, cuando se trata de sociedades
originariamente unipersonales. Aunque debe recorda}se que a la declaración unilateral de la voluntad se le
aplican supletoriamente las normas de los contratos.

Al tratarse los elementos y requisitos del contrato de sociedad deben diferenciarse tres niveles:

a. Los elementos comunes a todo contrato o a toda declaración unilateral de voluntad.


b. Los elementos comunes a todo contrato de sociedad conocidos como los no tipificantes (art. 11).
c. Los elementos específicos del tipo social escogido, denominados elementos tipificantes, y que son los que tipifican
la estructura de organización escogida.

6.1 Elementos comunes a todo contrato o a toda declaración unilateral de voluntad

Se han concebido como configurativos del contrato (entendido como acto jurídico) y de la declaración unilateral de a
voluntad a:

a. Los sujetos de la convención o de la declaración unilateral de voluntad: debe ser capaz.


b. El objeto: debe ser posible y lícito.
c. La causa: debe existir como causa fuente o causa fin.
d. La forma: puede tener alcances ad solemnitatem o ad probationem.

6.1.1 Sujeto: son sujetos:

 En la celebración del contrato de sociedad aquellas partes que manifiestan su consentimiento para crear, regular,
modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales; en este caso en particular para, en forma
organizada, conforme a uno de los tipos previstos por la ley obligarse a realizar aportes para aplicarlos a la
producción o intercambio de bienes o servicios participando de los beneficios y soportando las pérdidas. Estos
sujetos, a su vez, pueden ser personas humanas o personas jurídicas.
 En la creación de una sociedad unipersonal por medio de una declaración unilateral de voluntad, la persona
humana o jurídica que causa la obligación jurídicamente exigible de realizar aportes para aplicarlos a la
producción o intercambio de bienes o servicios recibiendo los beneficios y soportando las pérdidas.

6.1.1.1 Capacidad de las personas humanas para constituir sociedades: el art. 22 CCC dice que toda persona humana
goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad
20

respecto de hechos, simples actos, o actos jurídicos determinados.


Páá giná

En lo que hace a la constitución de sociedades, ya sea por la vía de la celebración de un contrato cuando se trate de
dos o más socios, o para la construcción de una sociedad anónima unipersonal, por medio de una declaración
unilateral de la voluntad, las personas humanas tienen capacidad para realizar dichos actos según las siguientes
circunstancias:

i. Por sí mismos a partir de la mayoría de edad (art. 25 CCC).


ii. Antes de la mayoría de edad si estuvieren emancipados, con las restricciones el art. 28 de la ley 19.550 (tienen
participación restringida a determinados tipos societarios, su responsabilidad no es ilimitada y solidaria por las
obligaciones sociales dado que no pueden afianzar obligaciones).
iii. Siendo menor, si tuviera título profesional habilitante, aportando bienes adquiridos con el producto de su
profesión, aunque también deberá limitar su participación a tipos sociales o sociedades libres, en los cuales su
responsabilidad no sea ilimitada y solidaria por las obligaciones sociales, dado que no pueden afianzar
obligaciones.
iv. Bajo el régimen del art. 28 de la ley 19.550, cuando se trate de sociedad constituida con bienes sometidos a
indivisión forzosa hereditaria, en cuyo caso los herederos menores de edad, incapaces o con capacidad restringía
sólo pueden ser socios con responsabilidad limitada.

Si se trata de sociedades pluripersonales, en razón de que la naturaleza jurídica de dicho acto constitutivo es un
contrato, resultan de aplicación las normas relativas a las inhabilidades para contratar de los arts. 1001 y 1002 CCC:

1) No pueden contratar, en interés propio o ajeno, según sea el caso, los que están impedidos para hacerlo conforme
a disposiciones especiales. Los contratos cuya celebración está prohibida a determinados sujetos tampoco pueden
ser otorgados por interpósita persona.
2) No pueden contratar en interés propio:
a) los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han estado
encargados;
b) los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares, respecto de
bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido;
c) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han
intervenido;
d) los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.
3) Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes de las
testamentarias que estén a su cargo.

6.1.1.2 Capacidad de las personas jurídicas para constituir sociedades: el art. 141 CCC establece que son personas
jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer
obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación. Según el art. 145 CCC pueden ser públicas o
privadas:

 Son personas jurídicas públicas (art. 146 CCC):


o el Estado nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los municipios, las entidades
autárquicas y las demás organizaciones constituidas en la República a las que el ordenamiento jurídico
atribuya ese carácter
o los Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho internacional público reconozca personalidad
jurídica y toda otra persona jurídica constituida en el extranjero cuyo carácter público resulte de su derecho
aplicable;
o la Iglesia Católica.
 Son personas jurídicas privadas (art. 148 CCC):
o las sociedades;
o las asociaciones civiles;
o las simples asociaciones;
o las fundaciones;
21

o las iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas;


o las mutuales;
Páá giná

o las cooperativas;
o el consorcio de propiedad horizontal;
o toda otra contemplada en disposiciones de este Código o en otras leyes y cuyo carácter de tal se establece o
resulta de su finalidad y normas de funcionamiento.

En el caso particular de las sociedades, conforme con el art. 30 de la ley 19.550, las sociedades por acciones y en
comandita por acciones sólo pueden formar parte de sociedades por acciones o sociedades de responsabilidad
limitada, de donde no podrían constituir ni participar de ninguna sociedad conforme a otro de los tipos previstos en
la ley. Según los arts. 31 y 32 de la ley 19.550:
 Ninguna sociedad excepto aquellas cuyo objeto sea exclusivamente financiero o de inversión puede tomar o
mantener participación en otra u otras sociedades por un monto superior a sus reservas libres y a la mitad de su
capital y de las reservas legales. Se exceptúa el caso en que el exceso en la participación resultare del pago de
dividendos en acciones o por la capitalización de reservas. Quedan excluidas de estas limitaciones las entidades
reguladas por la Ley N 18.061. El Poder Ejecutivo Nacional podrá autorizar en casos concretos el apartamiento de
los límites previstos.
 Tampoco puede una sociedad controlada participar en la controlante ni en sociedad controlada por esta por un
monto superior, según balance, ni de sus reservas, excluida la legal.

6.1.2 Objeto del contrato o de la declaración unilateral de voluntad constitutivos de la sociedad

El art. 279 CCC dispone que el objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley,
contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad
humana. Tampoco puede ser un bien que por un motivo especial se haya prohibido que lo sea.

Desde este punto de vista, el objeto de los contratos:

 Debe ser determinado: o determinable a través de alguna forma prevista en el mismo contrato.
 Debe ser posible: no resultaría válida establecer como prestación el cumplimiento de un acto o de un hecho de
carácter imposible. La imposibilidad debe ser absoluta y debe ser física o jurídica para que constituya un vicio.
 Debe ser lícito: todo lo contrario a la ley anularía la obligación.
 Debe ser conforme a la moral y a las buenas costumbres.
 No debe ser contrario al orden público o lesivo de los derechos ajenos.
 No debe ser lesivo de la dignidad humana.
 No debe ser un bien que por un motivo especial se haya prohibido que lo sea.

El objeto social del contrato de sociedad o del acto jurídico de declaración unilateral de voluntad en el caso de
constitución de sociedades unipersonales deben diferenciarse del “objeto social” incluido como requisito del art. 11
inc. 3.

6.1.3 Causa del contrato o de la declaración unilateral de voluntad

En esta materia, cuando se menciona a la causa, se hace referencia a la causa fi y no a la causa fuente porque no hay
causa fuente del contrato, porque éste es la causa fuente de las obligaciones que de él nacen.

Entonces, es la intención que indujo al contratante a celebrar el contrato, o el fi perseguido con su celebración,
considerado desde el punto de vista de la admisión de contraer una obligación, soportando la disminución de su
patrimonio en la medida de la contraprestación que constituye su objeto.

6.1.4 Forma del contrato o de la declaración unilateral de voluntad

La forma del acto jurídico es la manera como se exterioriza la voluntad del sujeto respecto del objeto, en orden a la
consecución del fin jurídico propuesto.
22

6.2 Elementos comunes a todos los contratos de sociedad o constitución de sociedad por medio de una declaración
unilateral de la voluntad
Páá giná

Son los mencionados en el art. 11 de la ley 19.550, el cual dispone que el instrumento de constitución debe contener,
sin perjuicio de lo establecido para ciertos tipos de sociedades:

1) El nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio y número de documento de identidad de los
socios;
a) Nombre: a modo de identificación del socio.
b) Edad: con el objeto de establecer su capacidad.
c) Estado civil: en razón del régimen de aportación y para determinar la aplicabilidad de las normas contenidas
en el Código para las personas humanas casadas.
d) Nacionalidad: atributo identificatorio y habilitante en los casos en que se trate de sociedades sujetas a
reglamentaciones específicas en las que existan, por su objeto, localización o actividad, restricciones para
socios extranjeros.
e) Profesión: puede haber restricciones para ciertas profesiones en la integración de sociedades.
f) Número de documento de identidad: para su identificación.
Tratándose de personas jurídicas deberá identificárselas mediante su denominación, con la identificación del
instrumento constitutivo y sus modificaciones, datos inscriptorios, si estuviese inscripta, domicilio y constancia de
quien la representa, relacionando los documentos de donde surge tal representación con las facultades
correspondientes.
2) La razón social o la denominación, y el domicilio de la sociedad. Si en el contrato constare solamente el domicilio,
la dirección de su sede deberá inscribirse mediante petición por separado suscripta por el órgano de
administración. Se tendrán por válidas y vinculantes para la sociedad todas las notificaciones efectuadas en la
sede inscripta;
a) El art. 151 CCC establece que la persona jurídica debe tener un nombre que la identifique como tal, con el
aditamento de la forma jurídica adoptada. El nombre debe satisfacer los recaudos de veracidad, novedad y
aptitud distintiva respecto de otros nombres, de otras marcas, nombres de fantasía u otras formas de
referencia a bienes o servicios, se relacionen o no con el objeto de la persona jurídica. No puede contener el
nombre términos o expresiones contrarios a la ley, el orden público o las buenas costumbres ni inducir al error
sobre la clase u objeto de la persona judicial.
El nombre societario puede adquirir dos formas de expresión:
i) Razón social: se integra con el nombre de uno o más socios de la sociedad que tengan responsabilidad
subsidiaria, ilimitada y solidaria por las obligaciones sociales con el agregado del tipo social
correspondiente, expresado en forma completa, por abreviatura (salvo en las sociedades en comandita
simple) o por la expresión “y Cía.” en el caso particular de sociedades colectivas.
ii) Denominación social: está constituida por un nombre de fantasía seguido de la sigla identificadora del
tipo social escogido o de su especificación completa.
b) Domicilio y sede social:
i) Domicilio de la persona jurídica es el fijado en sus estatutos o en la autorización que se le dio para
funcionar. La persona jurídica que posee muchos establecimientos o sucursales tiene su domicilio especial
en el lugar de dichos establecimientos sólo para la ejecución de las obligaciones allí contraídas. El cambio
de domicilio requiere modificación del estatuto. El cambio de sede si no forma parte del estatuto, puede
ser resuelto por el órgano administrativo.
ii) Se tienen por válidas y vinculantes para la persona jurídica todas las notificaciones efectuadas en la sede
inscripta.
iii) Al domicilio se le asignó el significado de “jurisdicción” y a la sede el domicilio exacto (calle, número,
unidad, piso) dentro de la jurisdicción.
3) La designación de su objeto, que debe ser preciso y determinado: el objeto social es el elemento no tipificante del
contrato de sociedad que enuncia, enumera y reúne la actividad económica que los socios han establecido que
podrá ser desarrollada por la sociedad. El mismo se conforma a través de la descripción de un conjunto o
23

categoría de actos, sin perjuicio de que la sociedad tenga capacidad y legitimación para obrar suficiente como para
poder llevar a cabo otros actos no enumerados en él, pero siempre y cuando obedezcan, se relacionen o resulten
Páá giná

necesarios y afines a la dinámica de actividades que se encuentren comprendidas dentro de las categorías de actos
mencionados en e objeto social. Las funciones del objeto son:
a) Delimita la actividad de la sociedad.
b) La misma función de delimitación se refracta en la esfera de las actividades en que cabe que sea invertido el
patrimonio social.
c) Enmarca la competencia de obrar de los órganos.
d) Fija las facultades de los representantes.
e) Permite definir el interés social.
El objeto social debe ser único y su mención efectuarse en forma precisa y determinada mediante la descripción
concreta y específica de las actividades que contribuirán a su efectiva consecución.
4) El capital social, que deberá ser expresado en moneda argentina, y la mención del aporte de cada socio. En el caso
de las sociedades unipersonales, el capital deberá ser integrado totalmente en el acto constitutivo. Tiene tres
funciones importantes:
a) De productividad: función de contenido tipificante económico en virtud del cual el capital sirve como fondo
patrimonial empleado para la obtención de un beneficio a través del ejercicio de una determinada actividad
empresarial.
b) De determinación de la posición del socio en la entidad: mediante el capital social se mide matemáticamente
la participación, con todos los derechos derivados de ello y la responsabilidad de los socios o accionistas.
c) De garantía: frente a los acreedores sociales.
No podrá ser modificado, en más o en menos, sino en los casos y bajo los procedimientos y recaudos
expresamente previstos en la ley; esto en protección de los socios y terceros. Es decir, es estático; al contrario, el
patrimonio es dinámico; al momento fundacional el capital social y el patrimonio resultan equivalentes pero, con
el funcionar de la sociedad, el patrimonio va evolucionando.
El capital social está sujeto a los principios de determinación y de invariabilidad, conforme a los cuales la cifra del
capital social es de obligatoria mención en el contrato constitutivo, adquiriendo el rango de cláusula obligatoria y
cuyo aumento o reducción no opera automáticamente sino que, para que su monto pueda ser modificado, se hace
necesaria la reforma de la correspondiente cláusula del estatuto.
5) El plazo de duración, que debe ser determinado, y debe estar expresado en el elemento constitutivo. Si se llega al
límite del plazo, se puede prorrogar por acuerdo unánime de los socios; en cambio, si se venció el plazo, puede
acordarse la reconducción siempre y cuando no se haya designado un liquidador y requiere acuerdo unánime de
los socios (art. 95).
6) La organización de la administración, de su fiscalización y de las reuniones de socios: depende del tipo de
sociedad qué órganos le corresponden.
7) Las reglas para distribuir las utilidades y soportar las pérdidas. En caso de silencio, será en proporción de los
aportes. Si se prevé sólo la forma de distribución de utilidades, se aplicará para soportar las pérdidas y viceversa;
8) Las cláusulas necesarias para que puedan establecerse con precisión los derechos y obligaciones de los socios
entre sí y respecto de terceros;
9) Las cláusulas atinentes al funcionamiento, disolución y liquidación de la sociedad.

La omisión de cualquiera de estos requisitos no importa la anulabilidad de contrato de sociedad ni de la sociedad


misma sino que solamente derivará el tratamiento de la sociedad a las normas de la Sección IV del Capítulo I
(sociedades libres, simples y residuales). Se denominan elementos o requisitos no tipificantes porque resultan
comunes a todos los tipos contemplados por la ley.

6.3 Elementos específicos del tipo escogido

Son aquellos que necesariamente debe contener el contrato o la declaración unilateral de voluntad, con relación al
tipo. Se denominan “elementos tipificantes”. La ausencia de elementos típicos o de algunos de ellos, no importa
nulidad del contrato, de la declaración unilateral de voluntad o de la sociedad misma. La única consecuencia de ello
es que la sociedad pasará a regirse por las normas contenidas dentro de la Sección IV del Capítulo I de la ley 19.550 y
24

la sociedad:
Páá giná

a. Será legalmente válida.


b. El contrato o las disposiciones contractuales y estatutarias serán oponibles entre los socios.
c. Serán también oponibles frente a los terceros que las conocieran.
d. Ello no importa establecer responsabilidades más gravosas a os socios o al socio único que las que les asigna el
contrato.
e. A iniciativa del socio o de la sociedad la omisión puede subsanarse mediante el procedimiento previsto en el art.
25 de la ley 19.550.

CAPÍTULO V
LAS NULIDADES SOCIETARIAS

1. INTRODUCCIÓN

La nulidad es una sanción legal que priva de sus efectos propios a un acto jurídico, en virtud de una causa existente al
momento de su celebración.

El nuevo CCC establece un nuevo régimen de nulidades tanto en su concepto como en su sistematización, por lo que:

1) Los actos jurídicos pueden ser ineficaces en razón de su nulidad o de su inoponibilidad respecto de determinadas
personas
2) La nulidad puede argüirse por vía de acción u oponerse como excepción. Siempre debe sustanciarse
3) El acto nulo puede convertirse en otro diferente valido cuyos requisitos esenciales satisfaga, si el fin práctico
perseguido por las partes permite suponer que ellas lo habrían querido si hubieren previsto su nulidad
4) Un acto jurídico celebrado para obtener un resultado que es propio de los efectos de otro acto, es válido si no se
otorga para eludir una prohibición de la ley o para perjudicar a un tercero.

Desde la naturaleza y alcances de la nulidad de los actos jurídicos puede señalarse que:

1) Son de nulidad absoluta los actos que contravienen el orden público, la moral o las buenas costumbres.
2) Son de nulidad relativa los actos a los cuales la ley impone esta sanción sólo en protección del interés de ciertas
personas.
3) La nulidad absoluta puede declararse por el juez, aun sin mediar petición de parte, si es manifiesta en el momento
de dictar sentencia. Puede alegarse por el Ministerio Publico y por cualquier interesado, excepto por la parte que
invoque la propia torpeza para lograr un provecho. No puede sanearse por la confirmación del acto ni por la
prescripción.
4) La nulidad relativa sólo puede declararse a instancia de las personas en cuyo beneficio se establece.
Excepcionalmente puede invocarla la otra parte, si es de buena fe y ha experimentado un perjuicio importante.
Puede sanearse por la confirmación del acto y por la prescripción de la acción. La parte que obró con ausencia de
capacidad de ejercicio para el acto no puede alegarla si obró con dolo.
5) La nulidad total es la que se extiende a todo el acto. La nulidad parcial es la que afecta a una o varias de sus
disposiciones.
6) La nulidad de una disposición no afecta las otras disposiciones válidas, si son separables. Si no son separables
porque el acto no puede subsistir sin cumplir su finalidad, se declara la nulidad total.
7) En la nulidad parcial, en caso de ser necesario, el juez debe integrar el acto de acuerdo a su naturaleza y a los
intereses que razonablemente puedan considerarse perseguidos por las partes.

2. ¿CUÁLES SON LOS EFECTOS DE LA NULIDAD?

1) La nulidad pronunciada por los jueces vuelve las cosas al mismo estado en que se hallaban antes del acto
declarado nulo y obliga a las partes a restituirse mutuamente lo que han recibido. Estas restituciones se rigen por
la buena o mala fe según sea el caso.
2) Los actos jurídicos nulos, aunque no produzcan los efectos de los actos válidos, dan lugar en su caso a las
consecuencias de los hechos en general y a las reparaciones que correspondan.
25

3) Todos los derechos reales o personales transmitidos a terceros sobre un inmueble o mueble registrable, por una
Páá giná

persona que ha resultado adquirente en virtud de un acto nulo, quedan sin ningún valor, y pueden ser
reclamados directamente del tercero, excepto contra el subadquirente de derechos reales o personales de buena fe
y a titulo oneroso. Los subadquirentes no pueden ampararse en su buena fe y titulo oneroso si el acto se ha
realizado sin intervención del titular del derecho.

Jurisprudencialmente se ha sostenido que si bien la nulidad debe fundarse en una disposición legal que la establezca,
ello no quiere decir que la misma deba encontrase consagrada en términos sacramentales y expresos, ya que pueden
resultar de una prohibición o condición legal, lo que viene a ratificar el nuevo código.
Cuando estamos frente a una nulidad absoluta, esa nulidad no puede ser saneada por medio del instituto de la
confirmación, lo que sí puede ocurrir en los casos de nulidad relativa.

a. Hay confirmación cuando la parte que puede articular la nulidad relativa manifiesta expresa o tácitamente su
voluntad de tener al acto por válido, después de haber desaparecido la causa de nulidad. El acto de confirmación
no requiere la conformidad de la otra parte.
b. Si la confirmación es expresa, el instrumento en que ella conste debe reunir las formas exigidas para el acto que
sanea y contener la mención precisa de la causa de la nulidad, de su desaparición y de la voluntad de confirmar el
acto.
c. La confirmación tacita resulta del cumplimiento total o parcial del acto nulo realizado con conocimiento de la
causa de nulidad o de otro acto del que se deriva la voluntad inequívoca de sanear el vicio del acto.
d. La confirmación del acto entre vivos originalmente nulo tiene efecto retroactivo a la fecha en que se celebró. La
confirmación de disposiciones de última voluntad opera desde la muerte del causante.
e. La retroactividad de la confirmación no perjudica los derechos de terceros de buena fe.

La segunda cara de la ineficacia es la inoponibilidad, y el nuevo CCC establece:

a. El acto inoponible no tiene efectos con respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley; y también que,
b. La inoponibilidad puede hacerse valer en cualquier momento, sin perjuicio del derecho de la otra parte a oponer
la prescripción o la caducidad.

En materia mercantil existen en ciertos casos nulidades con efectos especiales, donde el acto puede conservar sus efectos
propios, importando sólo responsabilidad para quienes lo ejecutaron, consintieron o posibilitaron.

3. LA NULIDAD EN EL AMBITO SOCIETARIO

La nulidad del acto constitutivo de la sociedad resulta uno de los temas más difíciles de la materia para su solución en
derecho positivo ya que tanto en el código de Vélez (salvo los casos aislados en que aplicó la nulidad como sanción
especifica o fijó los efectos en materia de objeto ilícito) como el código de comercio derogado no habían establecido
normas propias y orgánicas para la institución, y las dictadas por Vélez eran insuficientes o inaplicables porque tenían
en cuenta esencialmente los negocios jurídicos de cambio.

Existían serias dificultades de aplicación del régimen común previsto por el código de Vélez al contrato de sociedad
regulado por la ley 19.550, atento a su naturaleza plurilateral y de organización, ya que conforme a ella, la sociedad en
realidad despliega actividad y no actos aislados, desenvolviéndose en el tráfico mercantil (contrataciones con terceros), y
existe una distinta posición jurídica de los socios, los acreedores sociales y los acreedores particulares de los socios.
Igualmente, si bien dentro del régimen común, donde las nulidades están concebidas para los actos jurídicos o para
los contratos de cambio, donde el acto puede retrotraer sus efectos al momento inmediato anterior a su celebración,
ello no ocurre con el contrato de sociedad porque el acto puede ser privado de sus efectos, pero la actividad no puede
ser erradicada del pasado real, económico y jurídico. Y así lo reconoce la Exposición de Motivos.

En materia de sociedades, la nulidad opera con efectos hacia el futuro, y nunca retroactivamente hacia el pasado. Su concepto
se confunde con el de responsabilidad, que es el efecto más importante que deriva de este tipo especial de nulidad.
26

4. ¿QUÉ OCURRE EN EL CASO DE NULIDAD EN EL VINCULO CONTRACTUAL O EN LA DECLARACION


Páá giná

UNILATERAL DE VOLUNTAD?

Bajo la ley 19.550:

1) La nulidad o anulación que afecte el vinculo de alguno de los socios, en el contrato de sociedad, no producirá la
nulidad, anulación o resolución del contrato, salvo que la participación o la prestación de ese socio deba
considerarse esencial, habida cuenta de las circunstancias;
2) Sin embargo, cuando se trate de una sociedad unipersonal el vicio de la voluntad en la declaración unilateral de
voluntad hará anulable la sociedad nacida en dicha declaración unilateral de voluntad viciada.
La afectación por vicios en el vínculo de alguno de los socios mantiene indemnes el contrato y la validez del acto,
respecto de los demás, salvo el caso de que se trate de un socio único o de un socio que debe aportar una prestación
esencial.

5. LAS NULIDADES ESTRUCTURALES

Diversas normas incluidas en los artículos 18,19 y 20 de la ley de sociedades hacen también operar el instituto de la
nulidad (en supuestos de nulidades estructurales) mediante dos mecanismos diferentes:

a) La disolución y liquidación, por una parte, y


b) El riguroso régimen de responsabilidad, por la otra.

Se trata de supuestos de nulidades estructurales.

a. El primero es el caso de sociedades que tengan un objeto ilícito, con lo que son consideradas nulas de nulidad
absoluta. En este supuesto, los terceros de buena fe pueden alegar contra los socios la existencia de la sociedad, sin
que éstos puedan oponer la nulidad; pero los socios no pueden alegar la existencia de la sociedad, ni aun para
demandar a terceros, o para reclamar la restitución de los aportes, la división de ganancias o la contribución a las
perdidas. Declarada la nulidad (a pedido de parte o de oficio) se procede a la liquidación por quien designe el juez
y, realizado el activo y cancelado el pasivo social y los perjuicios causados, el remanente ingresará al patrimonio
estatal para el fomento de la educación común de la jurisdicción respectiva. Los socios, los administradores y
quienes actúen como tales en la gestión social responderán ilimitada y solidariamente por el pasivo, social y los
perjuicios causados. (art 18)
b. En el segundo de los casos se trata de las sociedades de objeto licito con actividad ilícita, donde declarada la nulidad
se debe proceder a la disolución y liquidación de la sociedad, a pedido de parte o de oficio, en los mismos
términos que en el caso anterior, con la diferencia en este caso de que los socios que acrediten su buena fe
quedaran exentos del despojo del remanente liquidatorio, y no responderán ilimitada y solidariamente por el
pasivo social y los perjuicios causados. (art 19)
c. El tercero es el supuesto de las sociedades que tengan un objeto prohibido en razón del tipo, las que serán tratadas
igual que las de objeto ilícito, excepto en cuanto a la distribución del remanente de la liquidación, que se liquidaran
del modo ordinario (ejemplo: sociedades que tengan por objeto la actividad financiera o de seguros, que requieren
de su constitución bajo determinados tipos específicos)

Las consecuencias de la nulidad en materia societaria son diversas según sea el caso previsto por el legislador y se
mantienen ciertas diferencias respecto del régimen del derecho común.

6. LA NORMATIVA Y EL LENGUAJE LEGAL EN MATERIA DE NULIDADES SOCIETARIAS EN LA LEY 19.550


¿SON CLAROS?

La respuesta es negativa. El lenguaje usado por el legislador genera confusión. Un ejemplo claro es que a las
sociedades de objeto ilícito (art 18 y 20) las califica como nulas de nulidad absoluta; mientras que a las sociedades
atípicas y de objeto licito y actividad ilícita las menciona como sociedades simplemente nulas.
27

¿Significa que las sociedades de objeto lícito pero con actividad ilícita permiten confirmar o subsanar la nulidad al
considerarse que tales nulidades son relativas, mientras que las sociedades de objeto ilícito y las sociedades de objeto
Páá giná

prohibido en razón del tipo son insanablemente nulas e inconfirmables por razones de orden público? NO.

Las nulidades determinas por los arts. 18, 19 y 20 de la ley 19.550 son todas nulidades:

a. absolutas;
b. inconfirmables;
c. insubsanables.
La “simple nulidad” para el art 19 y las nulidades absolutas para los casos de los arts. 18 y 20 obedece simplemente a
una cuestión enfática en el lenguaje, sin trascendencia jurídica.

7. ¿EXISTEN DIFERENTES SUPUESTOS DE NULIDADES SOCIETARIAS?

La Ley General de Sociedades no contiene un capitulo o sección destinado a tratar de forma conjunta y sistemática las
nulidades societarias sino que se refiere a ellas en disposiciones diversas a lo largo de todo el ordenamiento.

Existen 4 grupos básicos de nulidades societarias:

a) Las nulidades referidas al vinculo societario, las cuales podrán acarrear o no la nulidad de la sociedad (art 16)
b) Las nulidades de clausulas contractuales o estatutarias en la sociedades
c) Las nulidades de las sociedades o más precisamente las sociedades nulas (art 18-19-20-27.29)
d) La nulidad de determinados actos societarios.
7.1 Nulidad en virtud del vinculo

Siendo la sociedad, cuando la integran más de dos personas, un contrato plurilateral de organización, el régimen de
nulidad referido a la vinculación que cada una de las partes pudiera tener respecto de las demás adquiere
características propias.

La posibilidad que la ley ha otorgado para la constitución de sociedades unipersonales tiene carácter excepcional
porque se limita a un determinado tipo social: sociedad anónima, e incluye una serie de exigencias limitativas en
cuanto a estructura y obligaciones del único socio.

El legislador ha establecido como principio general que la nulidad o anulación que afecte el vínculo de alguno de los
socios no producirá la nulidad, anulación o resolución del contrato.

La regla general contiene ciertas excepciones entre las cuales el supuesto donde el vinculo afectado corresponde a un
socio cuya parte o prestación resulta esencial para la sociedad.

7.1.1 Participación o prestación esencial

Puede darse el supuesto de que el vinculo afectado corresponda a aquel socio que tiene a su cargo una prestación
esencial para la sociedad como ser aquellas que son las que permiten que la sociedad pueda cumplir con su objeto
social. Es el caso en el cual el socio que ve afectado su vinculo es el titular de un fondo de comercio o de un activo
fundamental para el desenvolvimiento de la actividad societaria, como puede ser un determinado inmueble, una
licencia de uso de marca, franquicia, etc.

Frente a esta situación, la ley dispone que pueda ocurrir cualquiera de 3 circunstancias:

a. Nulidad del contrato (si el vicio fuera de tal naturaleza que hiciera aplicable un supuesto de nulidad absoluta)
b. Anulación (si la cuestión dependiera de decisión judicial y la misma se dictara a pedido de interesado); o
c. Resolución del contrato.

Pareciera que la expresión “resolución” que ha empleado la ley no es adecuada porque nunca podría operar en tal
28

forma como instituto de extinción del contrato de sociedad con efectos retroactivos, lo que es propio de la resolución.
Páá giná

Más bien debe entenderse que dicha expresión (resolución) apunta a la resolución parcial del contrato respecto del socio
afectado por el vínculo y cuya participación o aporte debe considerarse esencial. El sentido de la norma es que, bajo el
principio de conservación de la empresa:

a. La participación del socio cuyo vinculo se encuentre afectado por el vicio pueda ser reemplazada por el aporte o
prestación de un tercero que se incorpore como socio de la sociedad en su reemplazo y aquél se retire de la
sociedad, o
b. La sociedad se desprenda del socio afectado por el vínculo y mude el objeto o altere su actividad, de donde la
frustrada prestación ya no será necesaria.
8. ELIMINACIÓN DE LA NULIDAD POR ATIPICIDAD

La tipicidad es uno de los parámetros tomados por el legislador de la ley 19.550 para organizar todo el régimen
societario. A través de estos moldes a los cuales deben adecuarse organizativamente quienes pretenden constituir una
sociedad y hacer nacer un sujeto de derecho, se persigue dar certidumbre respecto de los terceros en lo que hace al
régimen de responsabilidad, representación, funcionamiento y vinculación del ente con todos aquellos que se
relacionen con éste.

Por esto originalmente el art 17 sancionaba la nulidad de la constitución de una sociedad bajo tipos no autorizados
por la ley.

La ley 26.994 en este punto dispone que las sociedades típicas, es decir, las sociedades colectivas, de capital e
industria, en comandita simple, en comandita por acciones, sociedades anónimas y sociedades de responsabilidad
limitada, no pueden omitir requisitos esenciales tipificantes, ni comprender elementos incompatibles con el tipo legal y que,
en caso de infracción a esas reglas, la sociedad constituida:

a. No produce los efectos propios de su tipo; y


b. Queda regida por lo dispuesto por la sección IV del capítulo I

La nueva norma sancionada por la ley 26.994 es además de desacertada, incongruente. En efecto:

a. Estas sociedades serán plenamente validas y eficaces ya que se les retira la sanción de nulidad (art 21)
b. Las clausulas del contrato social o del estatuto son plenamente oponibles entre socios (art 22)
c. No produce los efectos propios del tipo, pero se puede inhibir tal sanción con sólo exhibir el contrato frente a
terceros en cada oportunidad o tras darlo a conocer por algún medio masivo (art 22)
d. Son oponibles frente a terceros las normas en materia de representación si se exhibe el contrato (art 23)
e. Los socios, salvo pacto en contrario, no responden solidariamente frente a terceros, sino solamente en forma
mancomunada (art 24)
f. Estas sociedades pueden ser titulares de bienes registrables (art 23)
g. Las relaciones entre los acreedores sociales y los acreedores particulares de los socios, aun en caso de quiebra, se
juzgaran como si se tratara de una sociedad típica, incluso respecto de los bienes registrables.

Como puede verse, la atipicidad no tiene prácticamente sanción legal efectiva, menos aun la de nulidad, bajo el nuevo
régimen establecido por la ley 26.994.

CAPÍTULO VI

LAS SOCIEDADES LIBRES, SIMPLES Y RESIDUALES

1. LA ELIMINACIÓN DEL TEXTO LEGAL DE LA IRREGULARIDAD SOCIETARIA Y DE LAS SOCIEDADES


DE HECHO CON OBJETO COMERCIAL

A partir de la reforma, conviven en la Sección IV del Capítulo I de LGS (de las sociedades no constituidas según los
tipos del Capítulo II y otros supuestos):
29

 Las sociedades que no se constituyan según los tipos previstos en el Capítulo II;
Páá giná

 Las sociedades que omitan requisitos esenciales (tipificantes y no tipificantes); y


 Las sociedades que incumplan con las formalidades exigidas por la ley.

Desaparecen, con la sanción de la ley 26.994, diversas figuras societarias como ser las sociedades de hecho con objeto
comercial y las sociedades civiles, entre otras.

1.1 Desaparición de las sociedades de hecho con objeto comercial como categoría jurídica
La sociedad de hecho es aquella conformada entre socios en virtud de relaciones fácticas y que no se encuentra
instrumentada en un documento o instrumento orgánico a través del cual se regulen los derechos, obligaciones y
relaciones entre dichos socios.

Para una parte importante de la doctrina, se trata de una sociedad cuya existencia no requiere de documento ni
instrumento alguno y en las que los socios han prestado su consentimiento en forma verbal o a través de cualquiera
de los modos por los cuales puede expresarse su voluntad para realizar bajo el régimen de sociedad una determinada
actividad comercial, participando en los beneficios y soportando las pérdidas.

Nada dice la ley 26.994 de estas sociedades, y ello es porque ha decidido directamente ignorarlas, manteniendo el
requisito del contrato escrito para que exista sociedad (art. 4 LGS). Pero, con la ley 26.994, se incorpora una sección
(Sección IV, Capítulo I) donde parecería incluirse a las sociedades de hecho por carecer de la formalidad del contrato
escrito. Pero a pesar de que menciona dentro de los supuestos a aquellas sociedades en las cuales “…se incumple con
las formalidades previstas en esta ley”, parecería referirse sólo a contratos celebrados por escrito, dado que los
mencionados artículos disponen expresamente:

a. Se admite la invocación del contrato entre los socios.


b. Se admite la oponibilidad del contrato ante terceros si los terceros lo conocieron.
c. Se admite la posibilidad de que los terceros invoquen el contrato contra la sociedad, los socios y los
administradores.
d. Se dispone que en las relaciones con terceros cualquiera de los socios representa a la sociedad tras exhibir el
contrato.
e. Se establecen normas para adquirir bienes registrables, donde la sociedad debe acreditar ante el Registro su
existencia y las facultades de su representante por un acto de reconocimiento de todos quienes afirman ser sus
socios, instrumentando tal reconocimiento por escritura pública o instrumento privado con firma autenticada por
escribano.
f. Se legisla un nuevo régimen de responsabilidad para estas sociedades de la Sección IV, donde los socios
responden simplemente en forma mancomunada por las obligaciones sociales en partes iguales.

1.2 ¿Desaparecen con la reforma de la ley 26.994 las sociedades irregulares?

Según Vitolo no, porque se puede diferenciar entre sociedades regulares e irregulares a partir del art. 7 LGS donde se
establece que la sociedad se considerará regularmente constituida con su inscripción en el Registro Público, contrario
sensu, la sociedad no inscripta será irregular. Pero, ello no traerá más una sanción legal específica.

Igualmente, hay diferencias entre las sociedades regulares y las irregulares:

 Las regulares hacen plenamente oponibles frente a terceros las convenciones y defensas nacidas del contrato
social o del estatuto.
 Las irregulares, al estar comprendidas bajo el régimen de la Sección IV, sólo podrán oponer estos elementos a los
terceros que los conozcan.

2. ¿CÓMO ES EL RÉGIMEN GENERAL DE LAS SOCIEDADES COMPRENDIDAS EN LA SECCIÓN IV DEL


30

CAPÍTULO I DE A LEY 19.550 EN MATERIA DE OPONIBILIDAD DEL CONTRATO SOCIAL?


Páá giná

El art. 22 LGS establece que:

 El contrato social puede ser invocado entre los socios.


 El contrato es oponible a los terceros sólo si se prueba que lo conocieron efectivamente al tiempo de la
contratación o del nacimiento de la relación obligatoria y
 El contrato también puede ser invocado por los terceros contra la sociedad, los socios y los administradores.

2.1 Eliminación del régimen sancionatorio de irregularidad societaria


La norma apunta a la sustitución del anterior régimen de irregularidad societaria, que era totalmente sancionatorio,
por un régimen de mayor flexibilidad donde los efectos del contrato tengan plena vigencia entre los propios socios y
su oponibilidad frente a terceros pueda depender del grado de conocimiento que dichos terceros tengan de las
convenciones; más allá de los defectos que el contrato pudiera presentar, la atipicidad del modelo escogido o la
ausencia de la inscripción en el Registro Público.

Conforme al nuevo régimen legal impuesto por la ley 26.994:

a. El contrato social es plenamente oponible entre los socios; art. 22 LGS y art. 959 CCC.
b. La oponibilidad de dichas convenciones respecto de terceros dependerá del conocimiento que dichos terceros
pudieran tener de las mismas. Ante la existencia de conocimiento, el contrato es plenamente oponible a quienes lo
conocieron.
c. El contrato o estatuto puede ser invocado por los terceros contra la sociedad, los socios y los administradores.

Por lo que,

a. La atipicidad deja de ser un supuesto de nulidad societaria.


b. La ausencia de algunos elementos o requisitos no tipificantes deja de constituir una causal de anulación de la
sociedad.
c. La falta de inscripción del contrato o el estatuto en el Registro Público deja de constituir un supuesto
sancionatorio de la irregularidad societaria para configurar un mero supuesto de “no regularidad” y no tiene otra
consecuencia que privar de plena oponibilidad frente a terceros de las cláusulas contenidas en el contrato social o
estatuto no inscriptos, derivando los eventuales efectos a lo dispuesto por la Sección IV del Capítulo I

3. ¿CÓMO ES EL RÉGIMEN DE REPRESENTACIÓN, ADMINISTRACIÓN Y GOBIER NO EN ESTAS


SOCIEDADES?

Según el art. 23 LGS:

i. Las cláusulas relativas a la representación, la administración y las demás que disponen sobre la organización y
gobierno de la sociedad pueden ser invocadas entre los socios.
ii. En las relaciones con terceros cualquiera de los socios representa a la sociedad exhibiendo el contrato, pero la
disposición del contrato social le puede ser opuesta si se prueba que los terceros la conocieron efectivamente al
tiempo del nacimiento de la relación jurídica.
iii. Para adquirir bienes registrables la sociedad debe acreditar ante el Registro su existencia y las facultades de su
representante por un acto de reconocimiento de todos quienes afirman ser sus socios. Este acto debe ser
instrumentado en escritura pública o instrumento privado con firma autenticada por escribano. El bien se
inscribirá a nombre de la sociedad, debiéndose indicar la proporción en que participan los socios en tal sociedad.

3.1 La sociedad y el ejercicio de sus derechos frente a terceros

La parte final del art. 23 LGS se vincula con el principio de buena fe que debe reinar en el tráfico mercantil: en las
relaciones con terceros cualquiera de los socios representa a la sociedad exhibiendo el contrato, pero la disposición del
31

contrato social le puede ser opuesta si se prueba que los terceros la conocieron efectivamente al tiempo del nacimiento
de la relación jurídica.
Páá giná

3.4 Prueba de las sociedades de la Sección IV del Capítulo I

El CCC regula la materia referida a la prueba en los contratos en los arts. 1019 y 1020. Dipone:

 Art. 1019: Los contratos pueden ser probados por todos los medios aptos para llegar a una razonable convicción
según las reglas de la sana crítica, y con arreglo a lo que disponen las leyes procesales, excepto disposición legal
que establezca un medio especial.
Los contratos que sea de uso instrumentar no pueden ser probados exclusivamente por testigos.
 Art. 1020: Los contratos en los cuales la formalidad es requerida a los fines probatorios pueden ser probados por
otros medios, inclusive por testigos, si hay imposibilidad de obtener la prueba de haber sido cumplida la
formalidad o si existe principio de prueba instrumental, o comienzo de ejecución.
Se considera principio de prueba instrumental cualquier instrumento que emane de la otra parte, de su causante o
de parte interesada en el asunto, que haga verosímil la existencia del contrato.

La ley 26.994 dispone que la existencia de las sociedades pueden probarse por cualquier medio de prueba, sin indicar
limitación alguna (art. 23 LGS).

4. LA CUESTIÓN DE LOS BIENES REGISTRABLES Y LAS SOCIEDADES DE LA SECCIÓN IV CAPÍTULO I

Antes de la reforma, no poseían ser titulares de bienes registrables. Hoy, el art. 23 LGS establece que:

 Para adquirir bienes registrables la sociedad debe acreditar ante el Registro su existencia y las facultades de su
representante por un acto de reconocimiento de todos quienes afirman ser sus socios.
 Este acto debe ser instrumentado en escritura pública o instrumento privado con firma autenticada por escribano.
 El bien se inscribirá a nombre de la sociedad, debiéndose indicar la proporción en que participan los socios en tal
sociedad.

5. ¿CÓMO ES EL RÉGIMEN DE RESPONSABILIDAD DE LOS SOCIOS EN LAS SOCIEDADES DE LA


SECCIÓN IV DEL CAPÍTULO I DE LA LEY 19.550?

Los socios no responden más en forma ilimitada, solidaria y directa frente a los terceros por las obligaciones sociales
sino que, por el contrario y como regla general, su responsabilidad es simplemente mancomunada. Ellos sin perjuicio
de que esta regla general pueda ser desplazada en tres casos concretos (art. 24 LGS):

i. De una estipulación expresa respecto de una relación o un conjunto de relaciones: cuando en el propio contrato
social se establezca un régimen diferente de responsabilidad y se haga conocer dicho régimen al tercero afectado
mediante la exhibición del contrato al comienzo de la relación jurídica.
ii. De una estipulación del contrato social, en los términos del artículo 22: cuando en una relación particular con
terceros, o en relación con un conjunto de relaciones con éstos, la propia sociedad haya acordado (con la
conformidad de los socios) un régimen diferente de responsabilidad.
iii. De las reglas comunes del tipo que manifestaron adoptar y respecto del cual se dejaron de cumplir requisitos
sustanciales o formales: cuando un régimen de responsabilidad distinto surgiera del tipo social escogido por los
constituyentes, más allá que hubiera omitido alguno de los elementos sustanciales no tipificantes o tipificantes, o
la constitución adoleciere los requisitos formales exigibles.

6. ¿PUEDEN SER SUBSANADAS LAS OMISIONES QUE LLEVARON A LA SOCIEDAD A QUEDAR


COMPRENDIDA EN LA SECCIÓN IV DEL CAPÍTULO I DE LA LEY 19.550?
32

El art. 25 LGS establece que en el caso de sociedades incluidas en esta Sección, la omisión de requisitos esenciales,
tipificantes o no tipificantes, la existencia de elementos incompatibles con el tipo elegido o la omisión de
Páá giná

cumplimiento de requisitos formales, pueden subsanarse a iniciativa de la sociedad o de los socios en cualquier
tiempo durante el plazo de la duración previsto en el contrato. A falta de acuerdo unánime de los socios, la
subsanación puede ser ordenada judicialmente en procedimiento sumarísimo. En caso necesario, el juez puede suplir
la falta de acuerdo, sin imponer mayor responsabilidad a los socios que no lo consientan.

El socio disconforme podrá ejercer el derecho de receso dentro de los DIEZ (10) días de quedar firme la decisión
judicial, en los términos del artículo 92.

El procedimiento subsanatorio funciona de la siguiente manera:


a) Tanto la sociedad, por sí misma, como los socios, sin indicación de tiempo y durante todo el tiempo de duración
de la sociedad, y sin necesidad de invocación de causa, pueden tomar la iniciativa de promover la subsanación de
la sociedad.
b) La ley 26.994 no indica a quiénes debe notificarse, ni los mecanismos de notificación de tal iniciativa; pero Vitolo
entiende que los notificados deberán ser todos los socios y, además, la sociedad en la persona de sus
administradores, y que la notificación debe efectuarse por medio fehaciente.
c) La decisión de subsanar las omisiones o defectos debe ser tomada por unanimidad de socios.
d) A falta de acuerdo unánime, la subsanación no tendrá lugar, salvo que se solicite judicialmente. Deberá ser
promovida por la sociedad, por todos o algunos de los socios que hubieren votado favorablemente la
subsanación. El plazo para promover la acción es de 90 días.
e) El trámite para el procedimiento que fija la ley es el juicio sumarísimo (art. 498 y ss. del Código Procesal).
 El juez puede en su sentencia suplir la falta de acuerdo y ordenar la subsanación de la sociedad, con la
limitación de que no puede imponer mayor responsabilidad a los socios que no la consientan.
 Los socios disconformes podrán ejercer el derecho de receso dentro de los 10 días de quedar firme la decisión
judicial, en los términos del art. 92 de la ley: La exclusión produce los siguientes efectos:
 El socio excluido tiene derecho a una suma de dinero que represente el valor de su parte a la fecha de la
invocación de la exclusión;
 Si existen operaciones pendientes, el socio participa en los beneficios o soporta sus pérdidas;
 La sociedad puede retener la parte del socio excluido hasta concluir las operaciones en curso al tiempo de la
separación;
 En el supuesto del artículo 49, el socio excluido no podrá exigir la entrega del aporte si éste es indispensable
para el funcionamiento de la sociedad y se le pagará su parte en dinero;
 El socio excluido responde hacia los terceros por las obligaciones sociales hasta la inscripción de la
modificación del contrato en el Registro Público de Comercio.

10. DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LAS SOCIEDADES DE LA SECCIÓN IV DEL CAPÍTULO I DE LA LEY


19.550

Según el art. 25 del párrafo 3 LGS, cualquiera de los socios puede provocar la disolución de la sociedad cuando no
media estipulación escrita del pacto de duración, notificando fehacientemente tal decisión a todos los socios. Sus
efectos se producirán de pleno derecho entre los socios a los 90 días de la última notificación.

Los socios que deseen permanecer en la sociedad, deben pagar a los salientes su parte social.

La liquidación se rige por las normas del contrato y de esta ley.

CAPÍTULO VII

LOS SOCIOS

1. CONCEPTO

Son socios de una sociedad todos aquellos que, con carácter originario o derivado, resulten titulares de una fracción del capital
social representada por partes de interés, por cuotas sociales, por acciones o por relaciones de hecho.
33

El carácter de socio es a la vez un vínculo y un estado: a) es un vinculo porque vincula, une, relaciona al sujeto con la
Páá giná

sociedad a través de un haz de relaciones jurídicas que comprende un conjunto tanto derechos como de obligaciones,
y b) es también un estado porque coloca al sujeto en una relación particular modalizada que no puede desmembrarse en
cada uno de los derechos y obligaciones que vinculan al socio con la sociedad, sino que dichos derechos y
obligaciones derivan de la circunstancia de que el sujeto es un socio de la sociedad; y mantienen su vigencia y
virtualidad en forma permanente y en funcionamiento, de un modo dinámico e integral.

2. SOCIEDADES ENTRE CÓNYUGES


La ley 26.994 modificó la ley 19.550 que legislaba acerca de las sociedades entre cónyuges y también cambió el
régimen patrimonial del matrimonio en el código derogado sociedad socia. Esta elección se realiza por escritura
pública antes de la celebración del matrimonio o frente al funcionario del Registro del Estado Civil y Capacidad de las
Personas y admite el cambio de régimen de bienes después de transcurrido el año calendario de aplicarse el elegido o
supletorio.

El régimen legal supletorio es el de comunidad, fundado en que fue el sistema más adecuado para la igualdad jurídica
de los cónyuges como también el aceptado mayoritariamente en derecho comparado.

La gran reforma que se efectuó en la ley 19.550 en materia de sociedades entre cónyuges es que habilita a los cónyuges a
constituir e integrar entre sí sociedades de cualquier tipo, incluidas en la sección 4, conformando esta norma una disposición
de excepción al art 1002 inc. D del CCC que restringe la capacidad de contratar en interés propio, en el caso de
cónyuges, entre sí, a los casos en los cuales el matrimonio está comprendido en un régimen patrimonial de separación
de bienes. En este punto, la ley especial 19.550 desplaza a la norma general del CCC, de modo que los cónyuges
pueden constituir e integrar entre sí sociedades de cualquier tipo, incluidas las de la sección IV del capítulo 1 de la Ley
General de Sociedades (sociedades libres, simples y residuales).

3. SOCIEDADES CUANDO EXISTEN HEREDEROS MENORES, INCAPACES O PERSONAS CON CAPACIDAD


RESTRINGIDA

El art 28 de la Ley 19.550 dispone que la sociedad constituida con bienes sometidos a indivisión forzosa hereditaria:

a. los herederos menores de edad, incapaces o con capacidad restringida sólo pueden ser socios con responsabilidad
limitada.
b. El contrato constitutivo debe ser aprobado por el juez de la sucesión.

El régimen de indivisión forzosa hereditaria puede provenir de una disposición del causante y también del hecho de que
en el acervo hereditario se cuente con sociedades comerciales en las cuales participe el causante pero constituidas bajo
tipos en los cuales éste asumía una responsabilidad ilimitada y solidaria (aunque subsidiaria) por las obligaciones
sociales; en estos casos la ley no permite que los herederos menores puedan suceder al causante asumiendo el carácter
de socios bajo el mismo régimen de responsabilidad. El fundamento de la norma es evitar que el patrimonio de los
menores se vea afectado por el gravoso régimen de responsabilidad heredado en la estructura societaria en la cual
participaran como consecuencia de la muerte del causante.

En todos los casos los menores serán representados por sus representantes legales con el riesgo de tener que
responder con todos sus bienes por la acción de aquellos.

3.1 ¿Qué ocurre si se viola el régimen establecido? La violación de la norma no aneja la nulidad pero impone:

a. La responsabilidad solidaria e ilimitada del representante del menor y de los consorcios mayores de edad por los
daños y perjuicios ocasionados al menor, y
b. La obligación de transformar la sociedad en una sociedad de aquellos tipos en los cuales los menores (como
socios) tengan una responsabilidad limitada.
34

La ley 26.994 modificó el texto del art 29 de modo que sin perjuicio de la transformación de la sociedad en una de tipo
Páá giná

autorizados, la infracción del régimen de art 28 genera la obligación de reparar los daños y perjuicios causados a la
persona menor de edad, incapaz o con capacidad restringida por parte: a) del representante; b) del curador; c) del
apoyo, y d) de los consocios plenamente capaces.

4. LIMITACIONES RESPECTO DE LA PARTICIPACIÓN DE UNA SOCIEDAD EN OTRA

Ninguna sociedad excepto aquellas cuyo objeto sea exclusivamente financiero o de inversión puede tomar o mantener
participación en otra u otras sociedades por un monto superior a sus reservas libres y a la mitad de su capital y de las
reservas legales. Se exceptúa el caso en que el exceso en la participación resultare del pago de dividendos en acciones
o por la capitalización de reservas. El Poder Ejecutivo Nacional puede autorizar en casos concretos el apartamiento de
los límites previstos.

Las participaciones, sea en partes de interés, cuotas o acciones, que excedan de dicho monto deberán ser enajenadas
dentro de los seis (6) meses siguientes a la fecha de aprobación del balance general del que resulte que el límite ha
sido superado. Esta constatación deberá ser comunicada a la sociedad participada dentro del plazo de diez (10) días
de la aprobación del referido balance general. El incumplimiento en la enajenación del excedente produce la pérdida
de los derechos de voto y a las utilidades que correspondan a esas participaciones en exceso hasta que se cumpla con
ella.

4.1 Limitaciones en la participación

4.1.1 Régimen general de límites a la participación: la norma legal impone la prohibición a las sociedades para
participar en otra/s sociedades por un valor superior de: a) la mitad de su capital social; b) la mitad de sus reservas
legales; y c) la totalidad de las reservas libres.

El legislador ha considerado que el capital social y todo lo que pueda asimilársele de acuerdo a la conformación básica
de la cuenta de capital deben estar dirigidos, de un modo primordial, a la consecución del objeto social y el desarrollo
de la actividad de la sociedad, de modo que ésta no tendría capacidad para afectar mayoritariamente esos fondos a la
realización de otras actividades en forma indirecta, participando en terceras sociedades. También se ha procurado
que mediante la utilización de participaciones en terceras sociedades en realidad la sociedad burle las limitaciones
contenidas en el objeto social y realice actividades por fuera de su contenido.

4.1.2 Excepciones en relación con el origen de los fondos utilizados: Como excepción la ley permite que se excedan
los límites de participación impuestos, en aquellos casos donde el aumento de dicha participación resulte de:

a. El pago de dividendos en acciones por parte de la sociedad participada a la sociedad participante; o


b. La capitalización (por parte de aquélla) de reservas libres.

El sentido de la excepción es reconocer que los fondos usados para el incremento de la participación que rebasa el
límite han sido producidos por la propia inversión, de donde el exceso de participación no afecta el giro social propio,
lo que se da en ambos casos.

4.1.3 Las sociedades “HOLDING”: La segunda excepción a la regla es la que excluye del límite de participación de
una sociedad en otra a aquellas sociedades que se han constituido con un objeto exclusivamente financiero o de inversión,
en la medida en que el objeto social y la actividad de de dichas sociedades es la realización de operaciones financieras
y de inversión, de donde la participación en otra sociedades en modo alguno puede considerarse que afecta la
posibilidad de cumplimiento del objeto social sino que está dirigida a cumplirlo.
35

El objeto social debe ser EXCLUSIVAMENTE financiero o de inversión, por lo que van a quedar excluidas aquellas
sociedades comerciales cuyo objeto contenga ciertos actos donde se incluya actividad financiera o de inversión.
Páá giná

El cómputo deberá efectuarse sobre las cifras y montos consignados en el balance.

4.1.4 Excepciones impuestas por el Estado: La norma finalmente excluye de la limitación a las entidades financieras
contempladas en la ley 21.526 independientemente de que éstas puedan tener contenido, en la descripción de su
objeto social, otro tipo de actividades que excedan esa especialidad.

4.2 Régimen de saneamiento


Las participaciones sea en partes de interés, cuotas o acciones, que excedan de dicho monto deberán ser enajenadas
dentro de los seis (6) meses siguientes a la fecha de aprobación del balance general del que resulte que el límite ha
sido superado. Esta constatación deberá ser comunicada a la sociedad participada dentro del plazo de diez (10) días
de la aprobación del referido balance general.

Quiere decir que la sociedad debe mantenerse dentro del límite legal impuesto por la ley, teniendo que desprenderse
en un plazo perentorio de toda participación que exceda el límite: la mitad del capital social y de la reserva legal, con
mas la totalidad de las reservas libres.

La comprobación deberá hacerse sobre la base del balance general permitiendo que las fluctuaciones del periodo no
afecten el régimen de participación.

Otro modo de saneamiento es el aumento de capital social por parte de la sociedad participante dentro del plazo de 6
meses, poniendo fin al exceso de participación al revertir la base del cálculo. No sería necesario confeccionar un nuevo
balance.

4.3 Sanciones ante la violación del régimen legal

La ley impone como sanción en el art 31 para la sociedad que infrinja lo dispuesto:

a. La perdida de los derechos de voto


b. La pérdida de las utilidades que correspondan a esas participaciones en exceso hasta que se cumpla con la
enajenación del excedente.

5. NULIDAD DE CIERTAS PARTICIPACIONES RECIPROCAS

Según el art 32 de la Ley 19.550, es nula la constitución de sociedades o el aumento de su capital mediante
participaciones recíprocas, aún por persona interpuesta. La infracción a esta prohibición hará responsable en forma
ilimitada y solidaria a los fundadores, administradores, directores y síndicos. Dentro del término de tres (3) meses
deberá procederse a la reducción del capital indebidamente integrado, quedando la sociedad en caso contrario,
disuelta de pleno derecho.

Tampoco puede una sociedad controlada participar en la controlante ni en sociedad controlada por esta por un monto
superior, según balance, ni de sus reservas, excluida la legal.

Las partes de interés, cuotas o acciones que excedan los límites fijados deberán ser enajenadas dentro de los seis (6)
meses siguientes a la fecha de aprobación del balance del que resulte la infracción. El incumplimiento será sancionado
conforme al artículo 31.

En modo alguno la ley ha impedido que una sociedad pueda participar en otra, como tampoco que lo hagan
recíprocamente. De lo que se trata es de evitar la creación ficticia de capital y una falsedad en la cifra de capital de
ambas sociedades, que podría afectar el valor patrimonial proporcional de los socios de ambas que verán reflejados en
sus estados contables valores distorsionados.
36

Lo que la ley prohíbe y sanciona es que las sociedades:


Páá giná

a. Se constituyan mediante prestaciones recíprocas, o que


b. Aumenten su capital social mediante participaciones reciprocas.

Bajo la ley 19.550 esto no es admisible en ninguno de estos dos casos:

a. Si en la constitución de la sociedad o en el aumento de capital las participaciones reciprocas se hicieron


directamente por parte de las sociedades intervinientes, o
b. Si en la constitución de la sociedad o en el aumento de capital las participaciones reciprocas se hicieron
usando terceras personas por vía de participaciones indirectas, o sea, a través de una sociedad a su vez
controlada por alguna de las sociedades involucradas.

5.1 Régimen sancionatorio por infracción a la norma: La ley sanciona este supuesto con la responsabilidad impuesta
en forma solidaria a los fundadores, administradores, directores y síndicos.

8. EL SOCIO APARENTE

Casos en los que un sujeto aparece como integrando una determinada sociedad en carácter de socio cuando ello en la
realidad de los hechos no es así. Las circunstancias que deben darse para que exista este socio (art 34) son:

a. El sujeto no debe ser socio de la sociedad


b. El sujeto debe figurar frente a terceros como si fuera efectivamente socio
c. Esa conducta debe ser voluntaria y deliberada, habiendo prestado el involucrado su consentimiento para ello
d. No es necesario que el sujeto de que se trata actúe efectivamente como socio, bastando con que haya prestado su
consentimiento a que se lo pueda exhibir como socio o comunicar su participación como tal en la sociedad
e. No es necesario que por tal actuación se le haya otorgado participación alguna es los beneficios que pudiera
arrojar la sociedad (la ley menciona la palabra “ganancias”)

8.1 Relación del socio aparente con los socios y la sociedad:

1. el socio aparente no podrá exigir a los socios que lo reconozcan como tal ni le permitan ejercer derechos como tal,
y
2. los socios tampoco podrán pretender de él el cumplimiento de las obligaciones correspondientes a los socios.

El sujeto que sin ser socio ha prestado su nombre para aparecer como socio, si se le ha reconocido alguna
participacion en las ganancias de la sociedad, tendrá derecho a reclamar su pago.

8.2 Relación del socio aparente con los terceros:

Respecto de terceros el socio aparente será considerado como si fuera un socio, y su responsabilidad será la
correspondiente a la de los socios según el tipo social elegido. Si frente al reclamo de terceros debe hacer frente al
pago de obligaciones sociales tiene derecho a reclamar de los verdaderos socios la indemnización por lo pagado.

9. EL SOCIO OCULTO

Se trata de un sujeto que en realidad tiene el carácter de socio de la sociedad, pero que se oculta, no dejando trascender su
pertenencia a la misma. En este caso el involucrado:

1. Es un verdadero socio de la sociedad


2. No figura en el contrato social
3. goza de los beneficios de socio
4. niega frente a 3° pertenecer a la sociedad (engañando a los mismos)
5. generalmente se escuda detrás de un testaferro.
37

9.1 Régimen de responsabilidad del socio oculto:


Páá giná

Considerando la ley que se trata de un supuesto de fraude, aplica al supuesto una norma sancionatoria cual es la de
hacer responsable al socio oculto bajo el régimen de responsabilidad de los socios de la sociedad colectiva (art 125), de
modo que responderá frente a terceros en forma subsidiaria, solidaria e ilimitada por las obligaciones sociales,
independientemente del tipo social escogido, y aunque en éste los socios respondan en forma limitada al aporte
comprometido. Para hacer efectiva la responsabilidad el tercero deberá probar que el sujeto involucrado
efectivamente revestía el carácter de socio.

9.2 Excepciones al régimen de responsabilidad del socio oculto:


Las normas referidas al socio oculto no se aplican:

1. A los socios participes de las sociedades accidentales o en participación.


2. Tampoco se extienden a los casos de sociedades no constituidas regularmente en la medida en que el carácter
oculto del socio no puede colocarlo en mejor situación en materia de responsabilidad que a los socios de esas
sociedades, quienes no tienen el atenuante de la subsidiariedad que les permitía escudarse en los beneficios de
división y excusión.

10. EL “SOCIO DEL SOCIO”

La ley no prohíbe que el socio de una sociedad comercial pueda celebrar un acuerdo privado con un tercero en
relación con los derechos que aquél pueda tener en dicha sociedad; tampoco pone límites al contenido de tal contrato.

Pero la circunstancia de que el socio establezca convenciones con el 3° no lo convierte a éste en socio de la sociedad, ni
tampoco hace trascender tal acuerdo al ámbito societario ni a la relación entre el socio y sus otros consocios.

Conforme al art 35 de la ley el socio del socio:

1. No puede invocar la calidad de socio


2. No puede ejercer ningún derecho de socio, dado que no lo es.

10.1 Régimen legal aplicable al socio del socio

Se trata de un caso de contrato celebrado entre dos particulares respecto de ciertos derechos (económicos y
patrimoniales) bajo el régimen del art 957 de CCC.

Al socio participe la ley lo equipara a los socios que ocupaban la misma posición en las sociedades accidentales o en
participación. Consecuentemente, el socio del socio tiene derecho a que su socio le rinda cuentas de la gestión y de su
actuación en el seno de la sociedad, y las pérdidas que lo afecten nunca podrán superar su aporte.

Pero si el socio del socio prestara consentimiento para que se conociera su carácter como tal, quedará obligado hacia
los terceros en los mismos términos y alcances de la responsabilidad de su socio. No debe perderse de vista que si de
lo que se trata el convenio no es de una mera participación establecida en un interés común de las partes, sino que lo
que persigue es llevar a cabo una simulación ilícita el régimen legal será diferente.

10.2 ¿Cómo son las relaciones del socio del socio con los socios y la sociedad?

El socio del socio es para los demás consocios y para la sociedad misma un tercero ajeno de ellos. Así como no puede
ejercer los derechos de socio, tampoco lo afectan las incompatibilidades que pudieran pesar a éstos en su relación con
la sociedad.

10.3 ¿Cómo es la relación de este sujeto con el socio contratante?

En relación con el socio contratante, el socio (con los alcances de la contratación entre estos) estará obligado a:
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1. Rendirle cuentas de la participación que le ha cabido en la sociedad


2. Rendirle cuenta de las ganancias percibidas
Páá giná

3. Entregarle los beneficios patrimoniales a los que se hubiere comprometido en el contrato


4. Brindarle informes respecto de la marcha de la sociedad que no sean confidenciales y restringido su conocimiento
a quienes revistan el status de socios
5. Hacerse cargo de la liquidación del contrato bajo el régimen de la sociedad accidental o en participación, de
aplicación a su relación particular.

11. ¿QUÉ ES EL STATUS DE SOCIO?


Es la situación que genera el vínculo que une a una persona que es parte de una sociedad con la sociedad misma. Las formas en
que una persona puede ser socio de una sociedad comercial son dos:

1. Por particular como socio fundador en al acto constitutivo de la sociedad; o


2. Por su incorporación a la sociedad con posterioridad a que ésta se haya constituido.

En el primer caso la persona adquiere el carácter de socio desde el momento mismo en el cual se perfecciona el acto
constitutivo y nace la sociedad comercial; mientras que en el segundo caso dependerá de la forma en la cual se ha
incorporado a la sociedad, es decir, si ello deriva de un acto entre vivos o de una sucesión mortis causa.

Si se trata de un acto entre vivos esto puede deberse también a que, o bien le ha sido transmitida alguna participación
societaria, o bien porque se ha incorporado a la sociedad en razón de una ampliación del capital social. Aquí el
carácter de socio dependerá de lo que el contrato y cada tipo social dispongan al respecto.

12. DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL SOCIO

La norma general (art 36 ley de sociedades) es que los derechos y obligaciones de los socios comienzan a partir de la
fecha en que lo establezca el contrato de sociedad. El legislador ha receptado la actuación de la sociedad desde el
momento del acto constitutivo.

12.1 Derechos:

1. Derecho a la información
2. Derecho al control de la administración
3. Derecho a participar de las deliberaciones sociales
4. Derecho a participar de los beneficios
5. Derecho de suscripción preferente
6. Derecho de acrecer
7. Derecho a la cuota liquidatoria
8. Derecho de receso
9. Derecho a transferir su participación social

12.2 Obligaciones:

1. Integrar en tiempo y forma sus aportes


2. Privilegiar en la actuación societaria el interés social frente al interés individual
3. Abstenerse de realizar actividad en competencia
4. Respetar las normas de funcionamiento y de organización de la sociedad
5. Cumplir con las prestaciones accesorias que correspondieran
6. Colaborar con el cumplimiento del objeto social

12.3 Responsabilidad:

El art 36 menciona que sin perjuicio de lo que pudiera establecer el contrato, los socios responden también de los actos
realizados, en nombre o por cuenta de la sociedad, por quienes hayan tenido hasta entonces su representación y
39

administración, de acuerdo a lo que se dispone para cada tipo de sociedad. Este caso se trata de aquel supuesto de los
actos preparatorios y negociales que realizan los socios previos al acto constitutivo con el fin de constituir la sociedad.
Páá giná

16. DERECHO DE INFORMACIÓN DE LOS SOCIOS

El carácter o estado de socio importa un haz de relaciones jurídicas que vinculan al socio con la sociedad en un conjunto de
derechos y obligaciones. Como integrante del nuevo sujeto de derecho, el socio tiene derecho a conocer la forma en la
cual la sociedad desarrolla su actividad, los resultados de la misma y su situación particular (en cuanto a su
participación en beneficios y pérdidas). El derecho a la información es la garantía que la ley otorga al socio en relación
con el desenvolvimiento social y se ejerce a través de la facultad de inspección de los libros y documentos sociales y
del pedido de explicaciones e informaciones a los administradores. Es un derecho esencial inherente a la calidad de
socio consagrado por la ley en su art 55. Constituye un puente para que el socio pueda ejercer el resto de los derechos
derivados de su calidad de tal. El derecho a la información es la base de los restantes derechos y a través de su
ejercicio el socio se interioriza del estado de los negocios sociales, del desempeño de los administradores.

16.1 El derecho de información en la normativa societaria:

El derecho de información del socio consagrado como principio general en el art 55 de la ley 19.550 que establece que
éste puede examinar los libros y papeles sociales y recabar del administrador los informes pertinentes se
complementa con otras normas de la ley. Este derecho de información tiene aplicaciones prácticas:

a. Libros contables: el art 67 obliga a los órganos de la sociedad a dejar depositadas en la sede social copias del
balance, del estado de resultados del ejercicio y del estado de evolución del patrimonio neto, y de notas,
informaciones complementarias y cuadros anexos, a disposición de los socios o accionistas, con no menos de
quince (15) días de anticipación a su consideración por ellos debiendo además, mantener a disposición de dichos
socios copia de la Memoria del directorio, de los administradores y del informe de los síndicos respecto de lo
ocurrido en el curso del ejercicio. También se obliga a la sociedad de responsabilidad limitada cuyo capital supere
el límite previsto en el art 299 inc 2 y a las sociedades por acciones a remitir a la autoridad de contralor un
ejemplar de esos documentos, adquiriendo los mismos publicidad.
b. Registro de deliberaciones: art 73 establece que los órganos colegiados de las sociedades deberán labrar en libro
especial, con las formalidades de los libros de comercio, actas de sus deliberaciones, añadiendo que las actas
deberán ser firmadas por los asistentes y que no podrá dilatarse en el tiempo su transcripción. Esto se
complementa con el art 162 de sociedades de responsabilidad limitada y el 249 para sociedades por acciones.
c. Convocatoria de órganos sociales: los accionistas de las sociedades por acciones pueden requerir la convocatoria a
asamblea siempre que reúnan más del 5% del capital social, sin que el órgano de administración pueda negarse.
d. Exigencia de acreditaciones: en sociedades por acciones donde el capital se representa por acciones escriturales, el
accionista tiene derecho a exigir en cualquier momento constancia de su saldo de cuenta para acreditar su carácter
como tal y su nivel de participación en el capital social y en el ejercicio de derechos económicos- políticos.
e. Constancia de las deliberaciones: el art 249 dispone que los accionistas pueden solicitar a su costa copia firmada
del acta de asamblea lo que debe extenderse a la existencia de copias de la constancia de quienes participaron en
la misma y quienes se inscribieron para intervenir en el acto asambleario.
f. Explicaciones y aclaraciones conforme al art 246: los accionistas pueden solicitar a los administradores y al órgano
de fiscalización información y aclaraciones respecto de cuestiones incluidas en el Orden del Día u otras
relacionadas.

16.2 ¿Cuáles son las situaciones excluidas?

El art 55 de la ley excluye la posibilidad de examen directo de los libros y papeles sociales bajo el régimen de contralor
individual de los socios en aquellas sociedades de responsabilidad limitada donde se haya establecido sindicatura o
consejo de vigilancia como órgano de fiscalización. Tampoco se admite cuando se trate de sociedades por acciones
salvo cuando la sociedad hubiera prescindido de la sindicatura.

16.3 ¿Cómo se ejerce el derecho a la información?


40

El derecho de información es un derecho subjetivo interno que tiene el socio para interiorizarse del desenvolvimiento de la
Páá giná

actividad societaria y cumple una función preventiva y de control de la gestión social.

Es un modo protector del interés social ya que los socios podrán tomar mejores decisiones cuanto más conocimiento
tengan, sin embargo no debe permitirse reconocimiento al socio en cualquier momento y por cualquier causa sobre
libros sociales. Esto es así porque el control de la gestión de administración de la sociedad se materializa a través del
procedimiento de someter periódicamente los estados contables a la consideración de los socios, siendo inaceptable
que la gestión sea evaluada por cada socio en la ocasión que discrecionalmente elija a ese efecto. Por eso cabe exigir
del socio que pretenda el examen de la documentación societaria y que requiera información, la justificación de su
pretensión. Las sociedades regulares poseen un mecanismo de rendición de cuentas que señala las oportunidades en
las cuales los administradores deben dar cuenta de su gestión con la presentación de la documentación necesaria para
ser avalada en la forma periódica en que la ley, contrato o estatutos lo dispongan. Los socios tienen derecho a exigir
explicaciones e informes y rendiciones de cuentas particulares sobre operaciones o negocios concretos de forma
periódica y regular pero no cando cada socio individualmente por su propia voluntad o capricho quiera.

16.4 Examen de libros y papeles sociales

El art 55 dispone que los socios pueden examinar personalmente los libros y papeles sociales, lo cual debe
interpretarse de forma amplia. Cabe el examen de libros que la sociedad legalmente debe llevar aunque no se vinculen
estrictamente al funcionamiento societario o sean libros de contabilidad, como puede ser el caso de los libros de
registros de relaciones laborales o los vinculados a las operaciones tributarias de la sociedad. El concepto de papeles al
que alude el art 55 incluye todos los comprobantes respaldatorios de la contabilidad que validan los asientos que se
relacionan en los libros como la documentación interna, operativa del ente societario, contratos, títulos de dominio
sobre bienes registrables y activos.

El socio puede delegar en un mandatario el examen de la documentación y puede hacerse acompañar por asesores
legales contables o tributarios siempre que no se afecte el interés social ni entorpezca el funcionamiento de la
sociedad.

El examen y acceso a la documentación deberá hacerse en la sede de la sociedad y en los horarios acordados.

16.5 ¿A qué otra información puede acceder el socio?

El socio puede recabar del administrador los informes que estime pertinentes. La información que puede solicitar
requiere de fundamentación respecto de la necesidad del conocimiento y el propósito de la solicitud. Los
administradores están obligados a cumplir con el derecho de información con los límites que puedan existir en orden
a la defensa del interés social o cuestiones empresariales que temporariamente no puedan ser públicas.

16.6 ¿Qué limites tiene el derecho a la información frente a cuestiones como el secreto y la confidencialidad?

Se ha admitido como limite al ejercicio del derecho de información aquel vinculado a los secretos de la gestión social o
a datos estratégicos que hacen al funcionamiento de la sociedad y cuya difusión a 3° pudiera perjudicar el interés
social.

El secreto de la gestión social respecto de la información confidencial representa un límite objetivo al derecho del
accionista a informarse.

a. Los órganos sociales no están obligados a suministrar información que pueda perjudicar a la sociedad.
b. El derecho al secreto habilita a la sociedad a negarse a otorgar información sobre la manera en que se manejan los
negocios sociales en aspectos vinculados a determinados activos, procedimientos o secretos comerciales o
financieros cuando su relación podría perjudicar a la sociedad en su desenvolvimiento respecto del mercado,
competidores o terceros.
c. Cuando los administradores nieguen información amparándose en razones de confidencialidad o secretos
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deberán expresar las circunstancias precisas y objetivas por las cuales la información no puede trascender.
Páá giná

16.7 Confidencialidad en el régimen de oferta pública:

Se considera “información reservada o privilegiada, toda información concreta que se refiera a uno o varios valores negociables, o
a uno o varios emisores de valores negociables, que no se haya hecho pública y que, de hacerse o haberse hecho pública, podría
influir o hubiese influido de manera sustancial sobre las condiciones o el precio de colocación o el curso de negociación de tales
valores negociables”.

16.8 ¿Cuáles son los órganos societarios obligados a informar?


El deber de información genérico es para los administradores de sociedades, es decir aquel órgano que tenga a cargo
la administración de los negocios sociales. Sin perjuicio de ello, cada sociedad será quien tenga la obligación de responder
al socio frente a su requerimiento. Existen otras normas dentro de la ley que son obligaciones para el órgano de
fiscalización como lo son la sindicatura y el consejo de vigilancia.

16.9 ¿A qué procedimiento puede recurrir el socio cuando se le niega el acceso a la información?

La Ley General de Sociedades no establece ningún procedimiento especifico por el cual el socio puede recurrir la
denegatoria que los administradores le formulan respecto del examen de los libros y documentos sociales, de donde
resulta de aplicación el régimen general del art 15 de la ley 19.550: una demanda sumaria por ante la Justicia
competente en cada jurisdicción correspondiente al domicilio social.

El art 781 del código procesal establece que el derecho del socio de examinar los libros se hará efectivo sin
sustanciación, con la sola presentación del contrato decretándose las medidas que correspondan, pudiendo el juez
requerir el cumplimiento de los recaudos para establecer la vigencia del derecho de examen de los libros sociales.

El interesado deberá acreditar su carácter de socio con la presentación del contrato social o de instrumentos que lo
prueben y podrá requerirle al juez que ordene que los libros sean puestos a su disposición. También debería acreditar
que ha requerido la exhibición de los libros y papeles de la sociedad y el podrá ordenar el secuestro de los mismos
ante presunciones serias de que los libros pueden desaparecer o ser alterados. Cumplida la exhibición, la
documentación deberá ser restituida en forma inmediata a la sociedad para no entorpecer su funcionamiento normal.
La medida del 781 se dispone inaudita parte o sea sin participación de la sociedad. La resolución será irrecurrible, por
lo que la sociedad no podrá interponer recurso alguno contra la decisión judicial que imponga la exhibición, pero sí
por el peticionante si el juez denegara su solicitud.

17. RELACIÓN ENTRE LOS SOCIOS Y LOS TERCEROS

Siendo que la sociedad es un sujeto de derecho distinto de los socios que la componen, el reconocimiento de
personalidad jurídica en el ente por parte de la ley importa la admisión de un centro diferenciado de imputación de
conductas, de allí que una sentencia pronunciada contra este sujeto de derecho no se extiende en principio sus
consecuencias sobre sujetos distintos de éste, como son los socios. La sentencia contra la sociedad tendrá fuerza de
cosa juzgada contra los socios en relación a su responsabilidad social y puede ser ejecutada contra ellos previa
excusión de los bienes sociales, según corresponda de acuerdo con el tipo de sociedad que se trata. (Art 56)

17.1 ¿Qué es el beneficio de excusión?

Siendo que bajo ninguno de los tipos regulares previstos por la ley los socios responden en forma directa por las
obligaciones sociales sino que, en los casos donde el tipo legal otorga responsabilidad solidaria e ilimitada a los socios
por el cumplimiento de las obligaciones sociales, lo da en forma subsidiaria, éstos gozan del beneficio de excusión.

El beneficio de excusión es la facultad que tiene aquel obligado subsidiariamente por una obligación de exigir que el acreedor con
anterioridad a pretender percibir aquel pago de lo debido por el deudor principal y agredir su propio patrimonio, haya agotado los
bienes de éste. Es decir que previo a reclamar o exigir la obligación establecida en la condena judicial al socio el acreedor deberá
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agotar sus acciones mediante la realización de los bienes de la sociedad.


Páá giná

Si bien la excusión de bienes sociales resulta un beneficio para el socio, el acreedor cuyo título derive de una
sentencia judicial contra la sociedad y que pretenda extender la misma contra los socios, no podrá hacerlo sin la
previa excusión de los bienes sociales. No se requiere que el acreedor deba demostrar que ha agotado la totalidad de
los bienes sociales para poder dirigir su reclamo contra los socios, bastando que pueda demostrar: a) la insuficiencia
de bienes sociales para hacer frente a la condena: b) haber desplegado una diligencia razonable en la búsqueda de
otros activos para efectivizar su crédito.

17.2 Bienes sociales y bienes particulares de los socios:


La ley 19.550 reconoce el principio de división patrimonial derivado del art 2 que reconoce a la sociedad como sujeto de
derecho diferenciado de la persona de los socios, de allí que los acreedores particulares de los socios no puedan
dirigirse contra bienes de la sociedad para efectivizar los créditos que tengan contra sus integrantes.

Los bienes pertenecientes a la sociedad integran un patrimonio distinto y diferenciado del patrimonio individual de
los socios. Esto se ve el art 143 del CCC que señala que: a) la persona jurídica tiene una personalidad distinta de la de
sus miembros; b) los miembros no responden por las obligaciones de la persona jurídica excepto en supuestos
expresamente previstos.

Lo que sí pertenece a los socios es la participación de la que resultan titulares en las sociedades, participaciones que
integran su patrimonio individual y contra las que sus acreedores particulares podrían intentar ejecutar sus créditos
en casos donde el deudor no los hubiere satisfecho.

Bajo la ley 19.550 la participación de los socios en las sociedades se instrumenta de diferentes maneras según el tipo
social. El art 57 dispone que los acreedores del socio no pueden hacer vender la parte de interés para cobrar sus
créditos, pero sí pueden embargar dicha parte de interés para percibir sus créditos por medio de las utilidades que la
sociedad produzca y que correspondan al socio deudor. El acreedor también puede cobrarse ejecutando la cuota de
liquidación de la sociedad que integrará el patrimonio particular del socio. De este modo la ley trata de buscar el
equilibrio entre el reconocimiento del carácter diferenciado de la sociedad para su desenvolvimiento y el
otorgamiento de soluciones razonables para los acreedores. Su parte final el art 57 dispone que la sociedad no puede
ser prorrogada si no se satisface al acreedor particular embargante.

En las sociedades de responsabilidad limitada y sociedades por acciones el capital se representa en cuotas y títulos, lo
importante es el capital social más que las personas individuales que la integran. Aquí la ley permite que se ejecuten
de forma forzosa a través de la venta de las cuotas sociales o las acciones de propiedad del deudor. También el
acreedor podría intentar percibir su crédito a través del embargo de los dividendos y de la cuota liquidatoria que
correspondan al socio deudor.

18. EL DERECHO DE RECESO

Es la atribución que la ley le acuerda al accionista disconforme con determinadas resoluciones asamblearias de retirarse o
separarse de la sociedad por la sola manifestación de voluntad, con el correspondiente reembolso del valor de sus acciones.

Este derecho es un medio útil para salvaguardar los derechos individuales de los socios en las sociedades de capital
contra los abusos de las mayorías, susceptibles de modificar el acuerdo de voluntades que dio origen a dichas
sociedades. Constituye un freno o remedio para contrarrestar el poder ilimitado que tiene la asamblea para cambiar su
propio estatuto.

18.1 Regulación legal del derecho de receso en la ley 19.550

En su art 245 contempla la posibilidad de separación del accionista/as disconforme con las modificaciones
sancionadas en el art 244, art 94 inc. 9 y en los casos de retiro de la oferta pública o de cotización de las acciones. El
derecho que otorga la ley es un derecho limitado, tanto por quienes pueden ejercerlo como lo vinculado a causales y
43

plazo de ejercicio.
Páá giná

Los legitimados actualmente para ejercer el derecho de receso son:

a. Los accionistas que votaron en contra en oportunidad de tomarse la resolución asamblearia que autoriza el
ejercicio del derecho de receso; y
b. Quienes se encontraban ausentes.

A diferencia de lo que ocurre con el socio que se abstiene de pronunciarse en la asamblea, a quien la ley no le concede
actualmente el derecho de receder, en caso del accionista ausente no debe considerarse a priori la existencia de una
conducta desinteresada, porque puede ocurrir que exista la posibilidad de concurrencia por enfermedad, viajes,
distancia, obligaciones y un sinnúmero de circunstancias que por su complejidad no están contempladas en la ley. La
jurisprudencia para evitar abusos por parte de los accionistas ha determinado que pesa sobre aquel que ejerce el
derecho de receso la prueba de la condición de socio a la fecha de la asamblea que tomó las resoluciones que fundan el
receso. No es suficiente que el actor sea poseedor de acciones a la fecha de entablar la acción judicial o que lo fuese en
otras épocas.

18.2 ¿Cuáles son las causales de receso? Art 245 de la ley 19.550

1. Transformación de la sociedad: el tipo social constituye uno de los elementos básicos de la organización social. El
régimen de responsabilidad, órganos de gobierno y la operatividad de la sociedad serán variados de un tipo social
a otro. Esta sustitución de un tipo social a otro, cuya inclusión como causal de receso se incorpora en la ley 19.550,
justifica el derecho que asiste al socio a separarse de la sociedad. (Art 74)
2. Prórroga del plazo de duración de la sociedad: la continuación de la sociedad mas allá del plazo previsto puede
representar un mayor riesgo, privando incluso al accionista que ha tenido en mira el plazo del derecho de retirar
la parte del activo social que le corresponde. (Art 95)
3. Reconducción de la sociedad: cuando se habla de reactivación de sociedades se entiende por ella al acto por el cual el
órgano competente de una sociedad disuelta y en estado de liquidación decide el retorno al ejercicio de la
actividad económica que constituía su objeto social. Se trata de un acto por el cual la sociedad recupera su
plenitud jurídica.
4. Transferencia del domicilio al extranjero: resulta un medio de aislar al socio o separarlo “de hecho” de su
participación en la vida societaria, agravándole la realización de todos aquellos actos que le permitan concurrir a
la deliberación. Por otra parte, se ha señalado que los socios y la sociedad han de someterse a un ordenamiento
legal distinto a aquel que tomaron en cuenta en el acto de constitución como dificultades para informarse de las
convocatorias en los periódicos de avisos legales de nuestro país.
5. Cambio fundamental de objeto: el objeto social es un elemento esencial objetivo que siendo destino y concreción de
su voluntad delimita la vinculación inherente a sus declaraciones de voluntad en el momento constitutivo y
porque al delimitar las facultades y competencias de los órganos sociales les garantiza que el patrimonio social no
será invertido/desviado.
6. Reintegro parcial o total del capital social: privar al socio de la posibilidad de separarse ante esta decisión de la
asamblea seria imponerle una responsabilidad mayor a la asumida al constituirse la sociedad, limitándose a las
acciones suscriptas.
7. La fusión por absorción, para los accionistas de la sociedad incorporada: art 82. La razón de permitir a los accionistas de
la sociedad incorporada el derecho de receso se encuentra en que para los mismos cambia la sociedad en que
participan, mientras que para la sociedad incorporante la absorción no implica el cambio de la sociedad, sino un
aumento del capital social.
8. La escisión: (art 88) una escisión consiste en un desdoblamiento de una persona jurídica en nuevas personas
jurídicas pudiendo subsistir o extinguirse la persona jurídica inicial según se trate de una excorporación o de una
división. Esto implica reducción del capital social y transmisión parcial del patrimonio de la sociedad escindente.
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9. El retiro de la cotización u oferta pública, por voluntad societaria o por sanción del organismo de contralor: aquí el socio
Páá giná

encuentra bloqueada su posibilidad de transmisión simple de las acciones a través de su mercado natural, por lo
que la ley le acuerda el derecho de receder, evitando que continúe como accionista sin expectativas. En caso de
que la sanción sea la que obliga a la sociedad al retiro de la oferta, el socio puede receder sólo en caso de que la
sociedad no se disuelva.
10. Casos de aumento del capital social.

18.3 ¿Qué procedimiento debe seguirse para el ejercicio del derecho de receso?

La ley 19.550 no ha regulado en forma precisa la forma a través de la cual el socio que pretende separarse
voluntariamente de la sociedad debe expresar su voluntad en tal sentido. El socio debe notificar a través de un medio
fehaciente dentro del plazo legal a la sociedad su expresa decisión de rescindir. La notificación de la decisión
rescisoria es una manifestación de carácter recepticio por lo que es suficiente que la sociedad quede notificada sin que
sea necesario un procedimiento adicional por parte del ente societario. Se exige que: a) la manifestación de voluntad
del socio sea clara y expresa; b) la conducta posterior del socio debe ser consecuente con su voluntad de retirarse; c) el
receso opera y produce sus efectos de pleno derecho a partir de que la sociedad queda notificada, extinguiéndose el
vinculo jurídico entre el accionante y la sociedad.

El plazo para ejercer el derecho se vincula con la situación particular del socio respecto de la asamblea en la cual se
tomó la resolución que dio lugar a la aplicación del instituto: a) si se trata de socios que han concurrido y estado
presentes el plazo es de 5 días contados a partir de la clausura del acto asambleario; b) en caso de socios ausentes el
plazo será de 15 días contados a partir del momento de la clausura de la asamblea; c) en los casos del segundo párrafo
del art 245 el plazo comenzará a correr a partir de la última publicación que la sociedad hiciera respecto del
desistimiento o denegatoria de oferta pública o cotización de sus acciones en el Boletín Oficial y un diario de mayor
circulación en la Republica.

18.4 ¿Puede el socio receder si se trata de una sociedad autorizada para efectuar oferta pública de sus acciones o
cotizar en bolsa?

En este caso, los accionistas no pueden ejercer el derecho de receso en aquellos supuestos de fusión o de escisión si las
acciones que reciban de su consecuencia también estuviesen admitidas a la oferta pública o para la cotización según el
caso, dado que siempre conservaran la posibilidad de desprenderse de sus tenencias accionarias dentro del régimen
correspondiente al mercado al cual han accedido en su carácter de accionistas de las sociedades originarias.

18.5 ¿Caduca el derecho de receso?

Para mantener cierto equilibrio entre el derecho individual del accionista y el interés social, el legislador ha previsto
un periodo breve en el cual la sociedad puede revocar la decisión adoptada e impedir así la separación de los socios.

El art 245 establece que “El derecho de receso y las acciones emergentes caducan si la resolución que los origina es
revocada por asamblea celebrada dentro de los sesenta (60) días de expirado el plazo para su ejercicio por los
ausentes; en este caso, los recedentes readquieren sin más el ejercicio de sus derechos retrotrayéndose los de
naturaleza patrimonial al momento en que notificaron el receso”. La norma ratifica el carácter de separación de pleno
derecho que tiene la notificación de la voluntad de rescindir en relación con el status de socio y de accionista respecto
de la sociedad, así como también opera de pleno derecho la reincorporación del socio.

18.6 ¿Cómo se determina el valor de las acciones que deben ser reembolsadas al socio recedente?

La ley 19.550 refiere al valor asignado por el último balance aprobado, el que no debe ser necesariamente un balance
de ejercicio, sino que puede ser un balance especial a efectos de determinar una transformación, o una fusión, o una
escisión o constituir reservas especiales. Esto desalienta la decisión de receder porque el instrumento generalmente no
indica valores reales de mercado sino técnicos, obligando al socio recedente a acompañar su acción de receso con la
impugnación de balance para obtener una rectificación en el mismo.
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CAPÍTULO VIII
Páá giná

ADMINISTRACIÓN Y REPRESENTACIÓN

1. ADMINISTRACIÓN Y REPRESENTACIÓN DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES

El art 58 de la ley 19.550 establece que el administrador o representante que por disposición de la ley tenga la
representación de la sociedad, obliga a ésta por todos los actos que no sean notoriamente extraños al objeto social, y
que este régimen se aplica aun en infracción a la organización plural, si se tratare de obligaciones contraídas mediante
títulos valores, por contratos entre ausentes, de adhesión o concluidos mediante formularios, salvo cuando el tercero
tuviere conocimiento efectivo de que el acto se está celebrando en infracción a la representación legal.
Esta norma protege el principio de apariencia y el de buena fe en el tráfico mercantil pero no exime de
responsabilidad al administrador que infrinja las normas internas o las limitaciones impuestas a sus facultades.

Las consecuencias de una irregular actuación de los representantes o administradores y que hagan valer los actos
respecto de los 3° que se vinculan con la sociedad en modo alguno afectan la validez interna de las restricciones
contractuales y la responsabilidad por su infracción.

Los conceptos de administración y representación tienen importantes diferencias.

La administración es el proceso global de toma de decisiones orientado a conseguir los objetivos organizativos de la
sociedad de forma eficaz y eficiente, mediante la planificación, organización, liderazgo y control en la gestión de los
negocios sociales; el ámbito de actuación de los administradores es de carácter interno, es decir que tienen bajo su
responsabilidad la conducción de la actividad societaria. El objetivo del administrador es la coordinación eficaz y
eficiente de los recursos de la sociedad para lograr el desarrollo de su actividad (en el cumplimiento del objeto social) y lograr sus
objetivos con la máxima productividad y calidad.

La incumbencia de los administradores societarios presenta 3 aspectos:

a. El primero es el relativo a llevar adelante aquellos actos de administración que consisten en la realización de las
operaciones configurativas de las actividades que integran el objeto social; y estas son conductas vinculadas con la
gestión operativa del ente.
b. El segundo es la organización, conservación y desarrollo de la empresa anexa a la sociedad.
c. El tercero es el referido al cumplimiento de las obligaciones contenidas en el estatuto y a la participación en el
ejercicio de la organización societaria.

La representación consiste en llevar adelante la actuación de la sociedad en relación con los terceros o la ejecución ante
3° de los actos jurídicos necesarios para el cumplimiento de las funciones de gestión operativa, gestión empresarial y
cogestión societaria.

En las sociedades comerciales regularmente quienes resultan administradores también representan a la sociedad, de
donde a veces resulta difícil delimitar el propio rol cumplido en un acto determinado. El único tipo social en el cual
las funciones de administración y de representación se encuentran claramente diferenciadas es el de la S.A, donde el
órgano de administración es el Directorio (art 255) y la representación está a cargo del presidente del Directorio (art
268).

2. EL LÍMITE A LA LEGITIMACIÓN PARA ACTUAR POR PARTE DE LOS REPRESENTANTES:

En el art 58 se trata de buscar un equilibrio razonable entre dos valores a ser preservados: a) el interés social y b) la
celeridad del tráfico. El texto dispone: “el administrador o representante que de acuerdo con el contrato o por disposición de la
ley tenga la representación de la sociedad, obliga a ésta por todos los actos que no sean notoriamente extraños al objeto social”.

El texto consagra “la doctrina del ultra vires” según la cual la responsabilidad de la sociedad por las obligaciones
celebradas por sus representantes se limita a los actos comprendidos en el objeto social.
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La doctrina ultra vires ratifica la trascendencia del objeto social, que imperativamente debe estar detallado, con
Páá giná

precisión y determinación, en el contrato social o estatuto (art 11 inc. 3). La inscripción de este instrumento en el
Registro Público de Comercio permite conocer a terceros cuales son los actos que la sociedad puede realizar por lo que
estos no podrían exigir a la sociedad el cumplimiento de obligaciones que resultan exorbitantes de las categorías de
actos comprendidos en el objeto social.

El objeto social marca una limitación a la capacidad de la sociedad, pero si bien ésta no responde por los actos
notoriamente extraños al mismo, realizados por sus administradores o representantes, no siempre resulta sencillo
determinar cuáles son los actos inherentes al giro social, máxime cuando sólo se exige “precisión y determinación”
pero nunca un objeto único.
Esto es consecuencia del principio de apariencia de legalidad que supone la actuación de todo administrador o
representante de una sociedad, al cual nuestra jurisprudencia ha recurrido y pone límites a la doctrina del ultra vires.

Se entiende que el criterio de la ley 19.550, al obligar a la sociedad por los actos que no sean notoriamente extraños al
objeto social, debe interpretarse en forma amplia. Debe protegerse a los 3° de sorpresas, quienes contratan con la
sociedad guiándose por la apariencia que se les ofrece y que se verían defraudados si aquella pudiere oponerles
hipotéticas limitaciones estatutarias a la representación de quien firma por la persona jurídica.

La teoría de la apariencia también es aplicable cuando se pretende oponer a 3° la actuación de otros órganos de la
sociedad que son contrarios al acto celebrado por el administrador o representante, y ello se presenta en la práctica
cuando la sociedad invoca un acuerdo de los socios que deja sin efecto un contrato celebrado por aquel. La
jurisprudencia ha resuelto obligar a la sociedad por el cumplimiento de sus compromisos, que el tercero que contrata
con la sociedad tiene derecho a presumir:

a. Que se han cumplido todas las regulaciones internas


b. Que los actos de los administradores o representantes de la sociedad gozan de una presunción de legitimidad.

También se ha establecido que la sociedad queda obligada por los compromisos asumidos por sus administradores o
representantes, aun cuando la designación de los mismos hubiese sido cuestionada en su legalidad por socios o
accionistas de la misma. Conforme al principio de la apariencia, la existencia y los alcances del acto con relación a los
terceros de buena fe deben ser juzgados sobre la base de su manifestación externa.

3. LA TEORÍA DEL ÓRGANO Y LA RESPONSABILIDAD DE LOS ADMINISTRADORES

La teoría del órgano sustituyó a la doctrina del mandato que contenía el Código de Comercio derogado en lo que hace a la
fundamentación de la naturaleza de la administración societaria. Según esta teoría del órgano aplicada a la
administración de la sociedad, los representantes estatutarios de la sociedad, a diferencia de los representantes
voluntarios, no expresan su propia voluntad en nombre y representación de la sociedad, sino que son portadores de la
propia voluntad de la persona jurídica. Es como si ésta obrara directamente por sí, sin el auxilio de la representación.

Es así que, cuando la persona jurídica participa en un negocio mediante su órgano calificado para ello, la figura del
órgano absorbe la de representante, y el negocio estipulado por la persona jurídica es realizado a nombre propio, a
diferencia de lo que ocurre cuando la persona jurídica se vale de un representante diverso del órgano investido del
respectivo poder, en cuyo caso el negocio o estipulo dicho representante en nombre de otro, o sea, la persona jurídica.

Según Colombres, decir que la sociedad tiene órganos implica afirmar: a) que los individuos que la forman están
organizados según el orden normativo; b) que los individuos facultados como órganos formaran una voluntad que
será imputada en sus efectos al orden jurídico especial que la sociedad importa para c/u de aquellos. Se trata de un
decidir o de un obrar de individuos pero con la diferencia de que no acontece aquí una decisión o un obrar en forma
individual, sino en forma colectiva, o sea de acuerdo a la regulación prevista por el orden jurídico parcial
determinante de la comunidad que se presenta como persona colectiva.

Algunos autores han sostenido que considerar que los administradores o miembros del directorio son órganos de la
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sociedad, y no sus mandatarios no resuelve el problema de la naturaleza de su responsabilidad, porque la misma


Páá giná

surge de la ley y lo que deberá advertirse en cada caso es si el daño ha sido causado por violación a la ley o el estatuto,
o por un acto de gestión.

La responsabilidad de los administradores es fundamentalmente una responsabilidad típica de carácter legal porque
no se basa en una relación contractual, sino en la organización de la sociedad porque el nombramiento es una acción
unilateral y la aceptación es un simple acto de adhesión, y la organización, en nuestra ley, está dada bajo el régimen
del tipo, de naturaleza estrictamente legal (art 1 de la ley 19.550).
A diferencia de lo que ocurre en el derecho común, donde la solidaridad tiene su origen en la responsabilidad, aquí la
responsabilidad tiene su origen en la solidaridad. Es decir, en la esfera de la responsabilidad del derecho común se
presenta la solidaridad como uno de los modos de efectivizar la responsabilidad, mientras que los administradores y
directores de sociedades anónimas por ejemplo tienen responsabilidades en razón de que son solidarios por
disposición legal.

La solidaridad en la responsabilidad se deriva del carácter colegial de la función de los administradores por el que c/u
responde de lo hecho por los demás. Resulta gravoso el régimen de responsabilidad previsto por la ley 19.550.

El deber fundamental del órgano de administración es “desarrollar su actividad en interés del ente, observando
determinadas normas que pueden estar integradas en el acto constitutivo, o en el estatuto, que representen las reglas esenciales e
indeclinables a las que han de conformarse en esa actividad”.

Si los administradores descuidan ese interés, actúan en oposición con él o violan las normas legales y estatutarias que
les imponen especiales deberes a ser observados en el ejercicio de sus cargos, irrogando un perjuicio para el
patrimonio social, han de responder por sus culpas ante los socios y ante 3°, que tienen un parecido interés e igual
derecho a la integridad del patrimonio.

El art 358 del CCC señala que la representación es orgánica, cuando surge del estatuto de una persona jurídica.

4. INFRACCIÓN AL RÉGIMEN DE REPRESENTACIÓN PLURAL:

El art 58 de la ley señala que la sociedad quedará igualmente obligada por todos los actos que no sean notoriamente
extraños al objeto social aun cuando el representante hubiera actuado en infracción a la organización plural si se tratase
de:

a. Obligaciones contraídas mediante títulos valores


b. Por contratos entre ausentes
c. De adhesión; o
d. Concluidos mediante formularios.

La excepción no opera en el caso en que el tercero tuviera efectivo conocimiento de que el acto se celebraba en
infracción a la organización plural.

4.1 Conocimiento por parte del tercero: el régimen legal preserva también el principio de buena fe negocial estableciendo
que en aquellos casos en que el 3° conocía efectivamente que el representante que actuaba por la contraparte estaba
infringiendo en dicha representación el régimen de representación plural, no puede escudarse en las excepciones del
art 58, en la medida en que ésta fue consagrada para proteger los terceros de buena fe.

Para que la sociedad pueda escapar a la obligación deberá probar que el tercero tenía conocimiento efectivo de la
infracción.

4.2 El régimen de responsabilidad de administradores conforme al art 58 de la ley: el último párrafo del art 58
dispone que las facultades legales de los administradores o representantes respecto de los terceros no afectan la
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validez interna de las restricciones contractuales y la responsabilidad por su infracción. Quiere decir que en materia
Páá giná

de responsabilidades de los administradores vinculadas con las prescripciones contenidas en el art 58 de la ley se
puede señalar:

a. Responsabilidad por haber realizado actos notoriamente extraños al objeto social: siendo que el objeto social constituye el
límite o ámbito general de actuación de los administradores en materia de legitimación para obligar a la sociedad,
lo cual se vincula con el art 11 inc 3 de la ley que impone que el objeto sea preciso y determinado. Cuando los
administradores deciden cuestiones o actúan excediendo sus facultades y legitimación en relación con el objeto
social y no es una obligación que deba cumplirse por la sociedad, tendrán responsabilidad y deberán satisfacer a
la sociedad los daños y perjuicios derivados de la actuación.
b. Responsabilidad por haber realizado actos extraños al objeto social, pero no “notoriamente”: si aun habiendo violado los
administradores el límite de su actuación, el acto no resulta “notoriamente” extraño al objeto social, y la sociedad
queda obligada por la irregular actuación de los administradores, su responsabilidad existirá frente a la sociedad
y frente a los 3° en la medida en la medida del perjuicio que le pudieran haber causado, incluyendo el pago de los
gastos en que hubiera incurrido la sociedad para su defensa (si la hubiera) y los otros perjuicios derivados de la
actuación en exceso.
c. Violación del régimen de responsabilidad plural: si la sociedad ha quedado indebidamente obligada porque la
actuación de los administradores fue concluida mediante títulos valores, contratos entre ausentes, de adhesión o a
través de formularios, independientemente de la validez y efectividad que pudiera tener el acto cumplido frente a
3°, los administradores intervinientes en la acción deberán responder frente a la sociedad por los daños y
perjuicios ocasionados. Si en razón de que no se trató de el supuesto de actos cumplidos mediante títulos valores,
contratos entre ausentes, de adhesión o a través de formularios y la sociedad no queda obligada frente a los 3°
contratantes, el problema relativo a la responsabilidad de dichos administradores se circunscribirá a la relación
personal de éstos con los 3° perjudicados, sin perjuicio de resarcir a la sociedad por los gastos de su defensa (en
caso de conflicto) u otros perjuicios derivados de la actuación de los administradores.
d. Actos cumplidos con conocimiento efectivo del tercero respecto de la infracción cometida por los administradores en relación
con la representación plural: en este caso la sociedad no quedaría obligada pero como igualmente ha habido una
violación de normas contractuales o estatutarias por el administrador que intervino en el acto, el administrador
deberá resarcir a la sociedad por los gastos incurridos e inconvenientes por los que hubiera debido atravesar como
consecuencia de su irregular actuación.

4.3 El problema de la delegación general de la representación y administración: Los administradores y


representantes de sociedades comerciales cumplen funciones de carácter personal e indelegable en su esencial; ello no
quiere decir que dichos sujetos o los órganos colegiados de administración puedan disponer el otorgamiento de
mandatos especiales para el cumplimiento de determinados actos, por parte del mandatario, en nombre y
representación de la sociedad. Sin embargo, es frecuente observar que en las sociedades comerciales los
administradores o los órganos de administración confieren a determinados sujetos (integrantes del órgano o no)
poderes amplios de administración y disposición de bienes de la sociedad, con clausulas de una extensión y amplitud
tal que prácticamente otorgan al mandatario facultades similares o idénticas a las de los propios administradores.

Las normas de la IGJ disponen que el organismo objetará la inscripción de clausulas atinentes a la organización de la
administración que prevean el otorgamiento de poderes generales de administración y disposición de bienes sociales
en la medida en que se consideran violatorios de los principios societarios en materia de administración y
representación.

5. ESTÁNDARES DE CONDUCTA PARA LA ACTUACIÓN DE LOS ADMINISTRADORES SOCIETARIOS:

El art 59 de la ley 19.550 establece las pautas generales o estándares de conducta que deben observar los
administradores en el manejo de negocios sociales: obrar con lealtad y con la diligencia de un buen hombre de negocios.

Si bien los administradores no son mandatarios sino órganos de la sociedad, no por ello dejan de ser representantes de
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ésta, que en cuento a personas individuales, administran y gestionan bienes e intereses ajenos. En esa actividad de
gestión deberán ser leales con la persona que les encarga la función de administrar sus intereses y obrará con la
Páá giná

diligencia de un buen hombre de negocios. Cuando así no lo hicieren, serán responsables por los daños y perjuicios que
ocasionen a la sociedad.

La responsabilidad de los administradores está regulada en el Código Civil en cuanto no sean modificadas por
disposición especial.

El art 59 establece una pauta general a la cual debe adecuarse la conducta de los administradores sociales, sea cual
fuere el tipo social. Además la ley se ocupa en los distintos tipos sociales de establecer normas especificas de conducta
de los directores (art 271, 272, 273) que son aplicables a casos particulares de las pautas generales del art 59.
Según la doctrina el deber de obrar con lealtad encuentra sus fundamentos en el deber de fidelidad del mandatario
que se extiende a todos los casos de representación de intereses ajenos y en el deber de buena fe.

El CCC en su art 372 (aunque referido a la representación voluntaria) indica que son deberes del representante: a) la
fidelidad, lealtad y reserva; b) la realización de la gestión encomendada, que exige la legalidad de su prestación, el
cumplimiento de las instrucciones del representado, y el desarrollo de una conducta según los usos y prácticas del
tráfico; c) de comunicación, que incluye los de información y de consulta; d) de conservación y de custodia; e) de
prohibición, como regla, de adquirir por compraventa o actos jurídicos análogos los bienes de su representado; f) de
restitución de documentos y demás bienes que le correspondan al representado al concluirse la gestión.

El administrador se debe conducir con la corrección de un hombre probo, en defensa de los intereses cuya administración o
procuración se le ha confinado, por encima de cualquier otra consideración evitando obtener un beneficio particular a expensas de
la sociedad.

El administrador tiene prohibido contratar con la sociedad, salvo que se trate de contratos referidos a su actividad
ordinaria y en las mismas condiciones en que el ente lo hubiere hecho con terceros. Deberá abstenerse de intervenir en
la toma de decisiones en las que tenga interés contrario al de la sociedad y no podrá competir con ella (art 272 y 217)

El art 59 exige al administrador social actuar con la diligencia de un buen hombre de negocios lo que deberá
apreciarse según las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. El art sanciona al administrador con
responsabilidad cuando éste incurre en culpa leve en abstracto; responsabilidad que comprende además la culpa
grave y el dolo.

El cartabón del buen hombre de negocios establece una responsabilidad profesional que implica capacidad técnica,
experiencia y conocimientos frente a la sociedad que administra.

El art 159 del CCC establece que los administradores de la persona jurídica: a)deben obrar con lealtad y diligencia; b)
no pueden perseguir ni favorecer intereses contrarios a los de la persona jurídica; y c) si en determinada operación
tuvieran por sí o por interpósita persona intereses contrarios a los de la persona jurídica deben hacerlo saber a los
demás miembros del órgano de administración o en su caso al órgano de gobierno y abstenerse de cualquier
intervención relacionada con dicha operación.

También Les corresponde a los administradores implementar sistemas y medios preventivos que reduzcan el riesgo
de conflictos de intereses en sus relaciones con la persona jurídica.

6. EL RÉGIMEN GENERAL DE RESPONSABILIDAD DE ADMINISTRADORES DE SOCIEDADES


COMERCIALES

En la ley 19.550 la teoría del órgano sustituyó la doctrina del mandato en la fundación de la naturaleza de la
administración societaria; principio que guarda coherencia con el art 358 del CCC que establece que cuando la
representación deriva del estatuto de una persona jurídica la misma tiene carácter orgánico.

Según esta teoría del órgano aplicada a la administración de la sociedad los representantes estatutarios de la sociedad,
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a diferencia de los representantes voluntarios, no expresan su propia voluntad: son portadores de la voluntad de la
persona jurídica. Es como si ésta obrara directamente por sí, sin el auxilio de la representación.
Páá giná

Cuando la persona jurídica participa en un negocio por medio de su órgano calificado para ello, la figura del órgano
absorbe la del representante y entonces:

a. El negocio estipulado por la persona jurídica lo es a nombre propio


b. A diferencia de cuando la persona jurídica se vale de un representante diverso del órgano investido del respectivo
poder, en cuyo caso el negocio lo estipula dicho representante en nombre de otro; es decir de la persona jurídica.
La ley 19.550 no contiene disposiciones en la parte general sobre la responsabilidad de los administradores, salvo la
conducta del buen hombre de negocios.

El art 274 de dicha ley referido a las S.A pero aplicable a todos los tipos societarios, completa la norma del 59 al
responsabilizar solidaria e ilimitadamente a los directores frente a la sociedad, los accionistas y a los 3° por mal
desempeño del cargo, según criterio del art 59, así como por la violación de la ley, el estatuto o reglamento y por
cualquier otro daño producido por dolo, abuso de facultades o culpa grave.

Los administradores son custodios de bienes ajenos, lo cual los obliga a:

a. Conservar los bienes de la sociedad: mantener los mismos en el patrimonio social y justificar su enajenación o
transmisión, conservando su producido en el activo o bien dando cuenta de su destino o aplicación por medio de
su registro en la contabilidad legal
b. Afectar los bienes de cambio al giro ordinario de la empresa, enmarcando en el objeto social
c. Evitar el agravamiento de la responsabilidad patrimonial de la sociedad
d. Respetar las normas de funcionamiento de la sociedad y los derechos de todos los integrantes
e. Promover las acciones judiciales para evitar que los órganos de la sociedad adopten resoluciones o que sus
integrantes realicen actos que pudieren afectar el desenvolvimiento normal del ente.

Con la nueva redacción del art 274 la responsabilidad tanto estará dada: a) por el obrar de los directores; b) como por
la falta de vigilancia o; c) por omisiones que pueden ocasionar un perjuicio para la sociedad, los accionistas y los
acreedores, cuya reparación habrá de soportar cada uno de ellos.

Sin embargo, si hubiera distribución de áreas de competencia debidamente determinadas en el estatuto o por la
asamblea y estuvieran inscriptas en el registro público, asumirán la obligación en proporción a la gravedad de la culpa
que les sea imputada.

El presupuesto de que el daño deba ser causado directamente es precisado sobre la base de que pueda determinarse
claramente la distinción entre la acción de responsabilidad de la sociedad y de los 3° acreedores, aunque pueden
existir casos donde el mismo acto puede ser fuente de responsabilidad respecto de la sociedad, del acreedor y del
socio o tercero.

La acción individual de responsabilidad que cada socio tiene por sí mismo surge del derecho del socio o del tercero al
resarcimiento del daño sufrido, el cual debe incidir sobre el derecho pertinente de los mismos, y no sobre el derecho
que les corresponde como parte del patrimonio social, respecto del cual ellos tienen solamente un mero interés.

Los actos que generan responsabilidad del director se vinculan estrictamente a su actuación, tanto en términos
positivos (cumplimiento de sus obligaciones impuestas por ley) como negativos (omisión de cumplirlas).

6.1 ¿Qué ocurre si el administrador se ha desvinculado de sus funciones? La desvinculación del administrador del
órgano administración opera como eximente de responsabilidad, a partir de ducha desvinculación se hace efectiva en
la medida que implica su cese en el carácter de tal, sin que la falta de inscripción del cese (incumplimiento del régimen
establecido por el art 60 de la ley 19.550) conlleve a mantener la responsabilidad, atento al carácter meramente
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declarativo de dicha inscripción; salvo el caso especifico de los 3° que, desconociendo la cesación del administrador
puedan invocar una actividad del administrador cesante en nombre de la sociedad que los afecte (lo que equivale a
Páá giná

que la responsabilidad derive de la propia actuación del administración desvinculado, que hubiere continuado
realizando actos de administración y representación a pesar de su cese como tal).

Si la responsabilidad del administrador es una responsabilidad directa derivada del ejercicio de sus funciones, tal
responsabilidad sólo puede configurarse en tanto dicho administrador ejerza su cargo. La responsabilidad del
administrador es esencialmente una responsabilidad con relación a la sociedad aunque a veces la acción pueda ser
deducida por los acreedores sociales.
6.2 ¿Cómo puede organizarse la administración? La organización de la administración en las sociedades puede tener
varias modalidades, las mismas pueden ser administradas según los tipos, por uno o más administradores (los que
pueden actuar en forma conjunta o indistinta) o por órganos colegiados.

a. Si la gestión está a cargo de un solo administrador, lo cual es supuesto corriente en materia de sociedades de interés,
éste será responsable en forma ilimitada por los daños y perjuicios sufridos por la sociedad por la violación a las
pautas de conducta del art 59.
b. Si la administración fuere plural, pero no colegiada, rige el art 157 párrafo 4 según el cual los gerentes son
responsables en forma individual o solidaria, según la organización de la gerencia y reglamentación de su
funcionamiento establecidas por el contrato (gerencia plural indistinta o conjunta), pero “si una pluralidad de
gerentes participaron en los mismos hechos generadores de responsabilidad, el juez puede fijar la parte que a c/u corresponde
en la reparación de los perjuicio, atendiendo a su actuación.”
c. Si la administración fuere colegiada, rige lo dispuesto para cualquier sociedad, por el art 274 de la ley 19.550- art
154 in fine según el cual “los directores son responsables ilimitada y solidariamente por el mal desempeño de su cargo”.
Pero la imputación de la responsabilidad se hará atendiendo a la actuación individual, cuando se hubiesen
asignado funciones en forma personal en el estatuto, contrato social o por decisión de socios o accionistas, y si
hubiera inscripto esta decisión en el Registro Público.

7. EL RÉGIMEN ESPECIFICO DE RESPONSABILIDAD CONTENIDO EN EL ART 59 DE LA LEY 19.550:

Se impone a los administradores y a los representantes de las sociedades comerciales un deber de actuación, que
conlleva también la contracara de su abstención de actuación en contra del interés social y hasta la sanción en caso de
omisión en el cumplimiento de sus deberes y obligaciones. Deben obrar con lealtad y con la diligencia del buen
hombre de negocios, y aquellos que faltaren a sus obligaciones son responsables, ilimitada y solidariamente, por los
daños y perjuicios que resultaren de su acción u omisión.

Supuestos de responsabilidad del art 59:

a. Actuación desleal: caso en el cual el administrador o representante no privilegian en su actuación el interés social
por encima de cualquier interés personal propio o de otros terceros. La lealtad es una suerte de fidelidad respecto
del interés propio del ente que se administra, abarcando una serie diversa de conductas posibles en las cuales, al
momento de discernir el interés a tener en cuenta en la actuación, se pueda dejar de lado el interés propio de la
sociedad administrada o representada para dar preeminencia a otro interés, cualquiera que éste sea. Ello importa
responsabilidad para el administrador o representante.
b. No actuar con la diligencia de un buen hombre de negocios: el “buen hombre de negocios” muestra un estándar de
conducta que denota un elemento de conocimiento y destreza en las cuestiones vinculadas al tráfico empresario.
Se trata de un sujeto activo que genera actuación, que se preocupa e involucra fuertemente en ella y que posee un
conocimiento vasto en materia de negociaciones. Comprende el modo y la forma en la cual el mercado se
comporta, advirtiendo las interferencias que los poderes públicos pudieran tener en la economía y las finanzas.
Una persona diligente que conoce las reglas y normas del comercio. La actuación es exigida y se instituye como
causal de responsabilidad la “omisión” del actuar y obrar bajo el estándar de buen hombre de negocios.
c. Faltar a sus obligaciones: según Vítolo la primera parte del art 59 brinda un parámetro de evaluación para el
52

juzgamiento de las conductas; la segunda parte sanciona la norma de responsabilidad bajo el supuesto genérico
Páá giná

de “faltar a sus obligaciones” cualquiera que éstas sean. Para determinar si han faltado o no a sus obligaciones,
debe tomarse como parámetro si, frente al hecho o falta que se les imputa, han actuado con lealtad y diligencia del
buen hombre de negocios. Si lo han hecho no habrá responsabilidad; si no lo hubieran hecho, aquellos que
actuaron (supuesto distinto del art 274 donde la solidaridad alcanza a todos) serán ilimitada y solidariamente
responsables por los daños y perjuicios que resultara de su acción u omisión.

8. RÉGIMEN DE PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES DE RESPONSABILIDAD:


El nuevo CCC no especifica en su articulado un plazo determinado para aquellas cuestiones derivadas del contrato de
sociedad o de una cuestión societaria como lo hacía en el antiguo Código de Comercio derogado. Tampoco diferencia
en materia de plazos por cuestiones de responsabilidad civil entre responsabilidad contractual y extracontractual y el
Código dispone como norma general que el reclamo de daños derivados de la responsabilidad civil prescribe a los tres
años.

Siendo que las acciones sociales societarias derivadas de los arts. 59, y 274 de la ley 19.550 son acciones derivadas de
un régimen de responsabilidad típico, el plazo de prescripción dependerá de la acción de que se trate:

a. Si se trata de una acción social de responsabilidad, que debe ser promovida por la sociedad o por los socios en
beneficio de la sociedad, y atento al carácter típico y legal de dicha responsabilidad, el plazo de prescripción es el
del art 2560 del CCC, que es el plazo genérico de 5 años.
b. Si se trata de la acción de responsabilidad promovida por los acreedores sociales, que sólo puede ser iniciada en
caso de quiebra de la sociedad y que debe ser ejercida por el sindico del concurso o individualmente, en caso de
omisión o falta por parte del funcionario, la misma prescribe a los dos años contados desde que queda firme la
sentencia de quiebra.
c. Si se trata de la acción individual de responsabilidad prevista por el art 279 de la ley 19.550 a favor de los 3° o
accionistas afectados en su patrimonio personal por la actuación de los administradores, y atento al carácter
también típico y legal de dicha responsabilidad, el plazo de prescripción es también el previsto por el art 2560 del
CCC, o sea 5 años.
d. Si se trata de perseguir la responsabilidad de los administradores, no por encuadrar su conducta en las causales
típicas comprendidas en la ley 19.550 sino bajo el régimen de responsabilidad civil general establecido por el
nuevo CCC, el plazo de prescripción será el del segundo párrafo del art 2561, o sea 3 años.

La prescripción de las acciones sociales de responsabilidad comienza a computarse según sea el caso:

a. Desde la aprobación de la gestión de los directores; o


b. Desde la fecha en que la asamblea de accionistas declara la existencia de la causal; y
c. En caso de inacción de la sociedad (art 277) transcurridos tres meses desde aquella resolución.

En caso de tratarse de una acción individual de responsabilidad, la prescripción comienza a computarse desde la
comisión del hecho dañoso, el cual es independiente del cese del cargo por parte de los directores porque cuando se
trata de reclamar daños sufridos por los accionistas o 3° a título particular, carece de todo sentido reclamar una
decisión asamblearia que declare la responsabilidad del o de los directores responsables.

9. DISPENSA DE RESPONSABILIDAD:

Son 3 las cuestiones vinculadas a la responsabilidad de los administradores en cuento a la situación particular de c/u
de ellos:

a. La eximición de responsabilidad
b. La extinción de responsabilidad
c. La atenuación de responsabilidad
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Siendo que las obligaciones impuestas por ley para administradores son de carácter proactivo (impone obrar), la sola
Páá giná

abstención o ausencia en la deliberación o la falta de participación en la decisión o acto que provoca la


responsabilidad no son suficientes para eximirse de responsabilidad. Según el art 274 párrafo 3 el director que
participó en la deliberación o resolución, o que la conoció, debe dejar constancia escrita de su protesta y dar noticia al
síndico antes de que su responsabilidad se denuncie al directorio, al síndico o a la asamblea, a la autoridad
competente o se ejerza la acción judicial.

El desconocimiento sólo podrá invocarse si ha existido ocultamiento doloso por parte de los demás directores porque
es obligación del director el examen de la documentación societaria y especialmente del libro de Actas de Directorio
para conocer las resoluciones que pudieran haberse tomado en su ausencia, para obrar en consecuencia.
La responsabilidad de los directores queda extinguida por intermedio de 4 vías básicas (art 275):

a. Aprobación de su gestión por parte de la asamblea ordinaria de accionistas siempre y cuando no exista oposición
por parte de accionistas que representen el 5% del capital social
b. Sentencia firme que rechace las acciones de responsabilidad que pudieran haberse promovido
c. Renuncia expresa a iniciar las acciones de responsabilidad resueltas por asamblea ordinaria de accionistas,
siempre y cuando no exista oposición por parte de los accionistas que representen el 5% del capital social
d. Transacción celebrada entre la sociedad y los directores involucrados en la acción de responsabilidad, siempre y
cuando no exista oposición por parte de accionistas que representen el 5% del capital social.

Perseguir la responsabilidad de los directores es un derecho patrimonial que es disponible por parte de la sociedad,
aunque con la limitación de que accionistas titulares de un porcentaje significativo del capital social (5%) puede
bloquear ese derecho. Este régimen de bloqueo se llama “quitus”.

La extinción resultará ineficaz si los actos que dieron origen a la eventual responsabilidad de los directores:

a. Importaron la violación de la ley, el estatuto o el reglamento; o


b. Si la sociedad enfrenta una liquidación coactiva o concursal.

La extinción de responsabilidad que pudiera resolver la asamblea general ordinaria de accionistas tiene los límites de
protección del derecho de terceros en que no haya habido violación de la ley, el estatuto o el reglamento y que no
estemos es un escenario de liquidación coactivo o concursal.

10. RÉGIMEN DE PUBLICIDAD EN MATERIA DE DESIGNACIÓN Y CESE DE ADMINISTRADORES:

El art 60 de la ley 19.550 dispone que toda designación o cesación de administradores debe ser inscripta en los registros
correspondientes (registro público) e incorporada al respectivo legajo de la sociedad. También debe publicarse cuando
se tratare de sociedades de responsabilidad limitada o sociedad por acciones.

La falta de inscripción de la renuncia del directo haría que la misma constituyera una modificación no inscripta, que
obligaría a los socios otorgantes y seria inoponible a los terceros; no obstante, éstos podrían alegarlas contra la sociedad y
los socios aun en las sociedades por acciones y en las sociedades de responsabilidad limitada.

La inscripción del art 60 se vincula estrictamente con el régimen de representación y no con el de administración. Los
únicos terceros a quienes no será oponible la cesación o nueva designación no inscriptas son aquellos que,
desconociendo la cesación, puedan invocar una actividad del administrador cesante en nombre de la sociedad que los afecte. Por
esto este requisito tiene importancia, no sólo desde el punto de vista de la sociedad, sino también de los 3° y del
mismo director.

10.1 Renuncia del administrador: en interés del director y en el de los terceros (habida cuenta de que se trata del
régimen de representación) no puede impedirse que se inserte una nota marginal en la registración protocolar del acto
constitutivo de la sociedad, dejando constancia de la expresión unilateral del director de renunciar al cargo.
Lamentablemente, las normas aprobadas de la IGJ en su art 127 impiden esta posibilidad. Disponen un mecanismo
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muy complicado para que el administrador cesante pueda hacerse de la inscripción de su cese como tal.
Páá giná

10.2 Oponibilidad de la renuncia y régimen de responsabilidad: debe diferenciarse:

a. El régimen de oponibilidad derivado de la publicidad de la inscripción registral


b. Del de responsabilidad derivado del ejercicio de las obligaciones y deberes inherentes al carácter de director.

La responsabilidad del administrador es una responsabilidad con relación a la sociedad y se refiere a los daños
ocasionados al patrimonio social, sin perjuicio de que en algunas oportunidades la acción pueda ser deducida por
terceros.
La responsabilidad del director no depende de la registración sino de su designación y cese, operando desde que es
designado para el desempeño del cargo, asumiendo sus funciones, hasta que se produzca su desvinculación mediante
aceptación de la renuncia presentada o su remoción.

Si la sociedad obstaculiza o impide que opere, arbitrariamente, la desvinculación del director, es evidente que no
podrá adjudicar a éste responsabilidad.

Según Vítolo los directores son responsables por sus actos mientras revistan el carácter de tales y, al mismo tiempo, responden
por los actos de los otros directores por la solidaridad con estos también mientras duren en sus funciones.

No hay manera de endilgarle responsabilidad a un director que ya no es tal por el solo hecho de que su
desvinculación no ha sido inscripta en el Registro Público. El régimen inscriptorio persigue la protección de los
terceros en sus relaciones con la sociedad, no un sistema de responsabilidad. Se pretende que el tercero no sea burlado
en la representación societaria por alguien que ha cesado en sus funciones y cuya desvinculación no ha sido inscripta
aun, y que a la hora de hacer valer sus derechos el 3° se encuentre con que la sociedad intenta oponerle la falta de
representatividad basada en que el director no era tal a la hora de contratar; de allí que ante el 3° de buena fe la
sociedad quedaría igual obligada.

10.3 Designación de administradores conforme a las Normas de la IGJ : Los art 118 y siguientes de las Normas de la
Inspección General de Justicia aprobadas por resolución general IGJ 7/2015 regulan los requisitos a ser cumplidos para
la inscripción del nombramiento de administradores (art 60, ley 19.550).

CAPITULO XII

INTERVENCIÓN JUDICIAL

1. ¿QUÉ ES LA INTERVENCIÓN JUDICIAL DE SOCIEDADES?

Uno de los conflictos más complejos de la actividad societaria se vincula con la gestión de los administradores y por
ser el órgano de administración quien resulta destinatario de la obligación configurada para realizar y materializar la
actividad económica que constituye el objeto social. Para ello está dotado de las facultades inherentes a sus funciones,
comprendiendo un doble aspecto: la gestión y la representación. Del acierto o desacierto con que se desenvuelva el
ejercicio de esas funciones dependerá el cumplimiento o no del fin social previsto.

La adecuación de la conducta de los administradores a la ley, el contrato, los estatutos y reglamentos adquiere
especial importancia al haberse establecido que los actos realizados por ellos, dentro de sus atribuciones legales y
estatutarias, son jurídicamente actos de la sociedad y no de las personas físicas que en su representación actúan, por
haberse concebido el órgano de administración como un ente distinto de las personas que lo integran, como
instrumento apto para emitir declaraciones de voluntad y ejecutarlas en las relaciones internas y externas de la
sociedad.

El órgano de administración está investido de la discrecionalidad en cuento a la oportunidad y bondad de los actos
sociales, los que no pueden ser vetados en su sustancia, ni aun cuando la ley determina su coexistencia con otro
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órgano de fiscalización, el que sólo podrá pronunciarse sobre sus atribuciones y la adecuación de la conducta a la ley
y estatutos.
Páá giná

Pero este régimen de administración puede en la práctica llevar al abuso, negligencia y violación de normas mediante
actos u omisiones que pongan en peligro grave a la sociedad con un significativo perjuicio, potencial o efectivo, para
ella y los socios.

Ante la urgencia de la situación la ley ha concebido un régimen de excepción que consiste en la intromisión de un
tercero en la esfera de actividad de ese órgano para que informe sobre las irregularidades, concurra a la
administración o lo sustituya por decisión judicial. El objeto de esto se encuentra relacionado a la celeridad con que se
desarrollan los actos de administración en el régimen societario, y su dinamismo porque el contralor definitivo que
ejerce naturalmente el órgano de gobierno llegará la mayoría de las veces tarde y con el perjuicio materializado.

2. LA INTERVENCIÓN JUDICIAL EN LA LEY 19.550:

La ley 19.550 ha legislado esta figura circunscribiéndola al supuesto de mala administración del ente, como
complementaria de la acción de remoción, tutelando los derechos de los socios hasta la sentencia definitiva.

Asimismo existen otros casos en que se ha admitido el pedido de intervención por aplicación de normas procesales.
Son los supuestos donde se ha declarado la validez de la designación de un interventor judicial para convocar a una
asamblea, etc.

La medida reviste el carácter de cautelar, por lo que su procedencia deberá ser acreditada inaudita parte, es decir, sin
necesidad de oír a la sociedad sobre el particular. Se tiende a evitar que ésta adopte las medidas necesarias para tornar
ilusoria la futura sentencia pero conlleva el riesgo de que en caso de ser denegada en primera instancia y acordada por
el superior, deje sin recurso de apelación a la sociedad intervenida por existir pronunciamiento definitivo sobre el
tema.

3. OTRAS NORMAS EN MATERIA DE INTERVENCIÓN JUDICIAL:

Además de los códigos procesales, otras leyes contemplan la intervención judicial. Reglan una forma de intromisión
en el órgano de administración de las sociedades y responden a distintas finalidades e intereses que el legislador
considera deben ser protegidos.

4. SUJETOS LEGITIMADOS PARA SOLICITAR LA MEDIDA:

En materia de requisitos y prueba para solicitar la intervención judicial la ley delimita quienes son los legitimados.

4.1 Los socios: el art 114 exige la acreditación por el peticionante de su calidad de socio porque no está habilitado a
pedir una intervención judicial tan importante quien carece de un interés legítimo en la remoción de los
administradores. La prueba de la calidad de socio variará según el tipo o clase de sociedad que integren, resultando
difícil en las sociedades de hecho por la inexistencia de contrato escrito aun cuando puedan recurrir a cualquier medio
probatorio (art 25 ley 19.550)

4.2 La sindicatura: se ha discutido si el sindico puede solicitar la intervención judicial en sociedades donde éste
órgano de fiscalización es obligatorio u optativo. Se ha afirmado, negándole legitimación activa, que ese funcionario
sólo puede vigilar que los órganos sociales cumplan las disposiciones legales o estatutarias, o las decisiones
asamblearias e incluso efectuar denuncias ante el órgano de contralor, pero no existe norma que autorice a presumir
facultades del órgano de contralor para pedir medidas cautelares.

Dichos argumentos deben dejarse de lado en caso de vacancia en la administración de la sociedad, cuando el órgano
de gobierno no decida al respecto para corregir esa anomalía ya sea por desinterés o por ser los administradores los
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mismos accionistas de la sociedad y encontrarse aquellos en imposibilidad de actuar por ausencia, incapacidad y
Páá giná

fallecimientos, etc.

En dichos supuestos no podría cuestionarse la facultad del sindico o consejo de vigilancia para solicitar la
intervención judicial, porque si bien la ley en su art 114 no lo incluye como legitimado, el art 258 lo faculta para
nombrar los administradores en caso de vacancia, derecho que se impone como ínsito en su atribución de defender y
representar a los accionistas y como órgano de contralor de la administración.
No puede sostenerse que la posibilidad que la ley da a la sindicatura de efectuar denuncias a la autoridad de contralor
pueda suplir los efectos de intervención judicial, en tanto la IGJ sólo puede pedir judicialmente esa medida tratándose
de sociedades que hagan oferta pública de sus acciones o realicen operaciones financieras o bancarias.

4.3 La Inspección General de Justicia: este organismo puede también solicitar al juez del domicilio de la sociedad
competente en materia comercial la intervención de su administración, cuando en éstas se hayan adoptado
resoluciones de sus órganos violatorias de la ley, estatuto o reglamento, o contrarias al interés publico, cuando el ente
haga oferta pública de sus acciones, o debentures, o realice operaciones de capitalización, ahorro o en cualquier otra
forma requiera dinero o valores al público con promesa de prestaciones o beneficios futuros. La autoridad de
contralor deberá fundar en su resolución las causales que motivaran la presentación judicial, y su intervención
buscará remediar las causas que la motivaran, y si ello no fuere posible, su disolución y liquidación (art 303). Como las
facultades de la IGJ no están concebidas para resguardar el interés de la sociedad, sino el interés general, no es por ello
dable extremar las exigencias que son propias de las decisiones cautelares.

4.4 Los acreedores de la sociedad y la intervención judicial en el Código Procesal: si bien la intervención judicial de
la ley es la más frecuente de esa medida cautelar, los supuestos del art 114 no agotan su procedencia, porque aquella
puede ser decretada a pedido del acreedor:

1. Para facilitar la percepción de un crédito o la ejecución de una sentencia, cuando la designación de un interventor
es el único medio apto para el cobro de esa acreencia. Ello ocurre en el caso de tratarse la sociedad deudora de
empresa de prestación de servicios, en la cual podrían no existir bienes de cambio ni de uso, pero sí el producido
de aquellos (boletería de cines, espectáculos deportivos, etc.).
2. Para que el funcionario designado dé noticia acerca del estado de los bienes objeto del juicio, u operaciones o
actividades efectuadas. El Código de Procedimientos Civil y Comercial contempla ambas figuras llamándolas
“interventor recaudador” e “interventor informante” pero aclara que la medida cautelar de administración e
intervención judicial quedan sujetas al régimen establecido por ellas. Mientras la ley 19.550 legisla esta medida
exclusivamente en protección de los socios o la sociedad, el Código Procesal cautela los legítimos intereses de
terceros.

4.5 Condiciones objetivas de procesabilidad: además de que la petición de la intervención judicial de la sociedad
debe provenir de sujeto legitimado, en segundo lugar la ley 19.550 exige la prueba de la existencia de peligro y su
gravedad, ocasionada por actos u omisiones de el o los administradores así como también la existencia de peligro en la
demora. (Art 113). La jurisprudencia ha adoptado siempre un criterio restrictivo y más aun tratándose de S.A. Vítolo
no está de acuerdo porque el peligro de la sociedad es uno de los supuestos que hacen procedente esta medida pero
no el único ya que también deben protegerse los derechos de los socios. El juez no debe estar sujeto a pautas rígidas,
deberá resolver conforme al grado de convicción que le produzcan los hechos.

4.6 Prueba de haber agotado los recursos previstos en el contrato social: tanto la ley como las partes en el contrato
prevén mecanismos de contralor y potestades emplazatorias para el ejercicio del derecho a exigir el cumplimiento de
las disposiciones que rigen la vida societaria. La intervención judicial, como medida de excepción, actúa en el último
resorte a disposición del socio para evitar en daño eminente. Es el recurso que la ley asigna al socio que, habiendo
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agorado los medios previstos, no ha logrado detener la ejecución del acto ni rectificar la conducta de los
administradores. La ley exige para evitar pleitos innecesarios que se acredite el haber agotado los recursos acordados
Páá giná

por el contrato social, pero la jurisprudencia eximen de su cumplimiento cuando la proporción que poseen los
peticionantes en el capital social tornaría infructuosa la defensa de sus intereses, dentro del marco de la sociedad que
integran. No podría exigirse el socio peticionante que acredite la convocatoria a asamblea en una S.A como recaudo
previo cuando su porcentaje accionario no alcance al 5% del capital social (porcentaje mínimo exigido) salvo que los
estatutos hayan fijado una proporción menor. El tribunal deberá evaluar los hechos invocados y las pruebas ofrecidas
porque la intervención judicial al ser una medida cautelar se decreta inaudita parte, o sea sin oír a la sociedad para no
frustrar su esencia.
4.7 Promoción de la acción de remoción: como medida cautelar accesoria, la intervención judicial no puede
concebirse sin una acción de fondo que sustente su implantación, por eso el legislador ha colocado como condición o
requisito sustancial que el interesado haya promovido la acción de remoción de los administradores.

Si bien la intervención judicial ha sido concebida como medida cautelar que acompaña a una acción de fondo, no
puede asimilársela como una medida ordinaria con cuya implementación se persigue asegurar la percepción de un
crédito o garantizar el cumplimiento de una obligación. Se trata de un supuesto especial donde la medida si bien es
accesoria, dentro del contexto de la acción principal, se plasma integrativamente a la demanda, sin que pueda
sostenerse que pueda correr su propia suerte, aunque prospere la acción de remoción.

La accesoriedad deriva de la imposibilidad de solicitar la intervención judicial sin haber accionado por remoción. Es
una medida accesoria por el solo hecho de que resulta improcedente automáticamente pero no desde el punto de vista
de la litis, una vez que ella ha sido acompañada a la acción principal. Se trata de una accesoriedad originaria, pero no
una accesoriedad sustancial.

4.8 Diversas clases de intervención judicial: puede tener diversos alcances que van desde el desplazamiento total de
los administradores quienes son reemplazados por un interventor judicial, hasta la designación de un veedor que
controlará la gestión de aquellos e informará al juez sobre la misma, contemplando como figura intermedia la del
coadministrador que no sustituye a quien/es ocupan la administración, sino que intervienen necesariamente en la
marcha de la gestión pudiendo incluso necesitar el administrador su consentimiento a los efectos de obligar a la
sociedad.

4.8.1 Interventor administrador: es la forma más grave y procede cuando el patrimonio de la sociedad corre
inmediato peligro y es el supuesto en el cual los administradores han realizado maniobras fraudulentas o cometido
delitos en perjuicio del ente, en cuyo caso el interventor judicial pasa a ejercer idénticas funciones que las
desempeñadas por aquellos, las cuales surgirán del contrato social o de la ley.

4.8.2 Coadministrador: es procedente cuando la urgencia en la suspensión del administrador no resulta tan
claramente de la presentación judicial, o cuando se han menoscabado los derechos de los socios minoritarios sin
afectarse el patrimonio de la sociedad. El coadministrador lleva adelante la administración en forma conjunta con los
administradores naturales del ente conformándose entre todos ellos la administración.

¿Qué ocurre cuando se trata de una sociedad en la cual el órgano de administración es un cuerpo colegiado, como es
el caso de los directorios de S.A? aquí el voto del coadministrador judicial tiene el mismo valor que el voto del resto de
los directores en su conjunto, de modo que el directorio vigente toma la decisión por mayoría contándose como un
voto y el segundo voto es el del coadministrador, siendo en su conjunto la expresión de la voluntad del órgano. En
estos casos la coadministración funciona como mecanismo de veto.

4.8.3 Veedor: procede en los casos de retacearse a los asociados el derecho de información de los negocios sociales, a
través de la no presentación de los estados contables o de la rendición de cuentas se acuerdo a la sociedad que se trate.
Vítolo considera que el veedor judicial a) no es administrador ni participa en la tarea del órgano; b) no integra, ni
parcial ni totalmente, el órgano de administración, ni puede tomar medida alguna que no sea de mero contralor. La
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tarea del veedor consiste en observar y fiscalizar las tareas del órgano administrador. Tiene derecho a asistir a las
Páá giná

reuniones y el deber de pedir todas las informaciones necesarias. No desplaza a los integrantes del órgano de
administración ni suple los derechos de las partes así como tampoco realiza pericias contables. Su función es proteger
los derechos de la parte que solicitó su designación. Si de los informes realizados por el veedor surgen anomalías, la
parte podrá solicitar información complementaria o ampliación de la medida.

4.8.4 Otros modos de fiscalización: el juez no está limitado al alcance que la parte pretenda otorgar a la medida
solicitada. Puede limitar la intervención judicial solicitada, designando un funcionario con menores atribuciones
según el caso.
4.8.5 Actuación del interventor judicial: debe desempeñar el cargo personalmente, no pudiendo delegar sus
funciones y cumplir su cometido conforme a las pautas que se le designe. Se le exige la presentación de informes
periódicos en la forma dispuesta por el juzgado, y uno al final, al concluir el término de duración por el cual fue
designado. Le resultan aplicables las pautas de conducta impuestas al administrador que impone la ley 19.550,
cualquiera sea su investidura.

Las funciones del interventor deben estar señaladas en el auto de designación y en caso de silencio, no pueden ser
mayores a las concedidas por el contrato social a los administradores naturales, debiendo evitar medidas que no sean
estrictamente necesarias. Tratándose de gastos extraordinarios, deben ser autorizados por el juez, previo traslado a las
partes, salvo cuando la demora pudiera causar perjuicios, en cuyo caso el interventor deberá informar al juzgado
dentro del 3° día de realizados. Son gastos extraordinarios toda erogación o contratación que exceda del giro habitual de
los negocios de la empresa intervenida. Pero ello no significa que deba continuar con la política de sus antecesores (ya
que por algo fueron removidos).

La conducta del administrador judicial esta sólo sujeta a las instrucciones del juez. Se lo autoriza al funcionario
judicial a designar auxiliares, previa autorización del juzgado.

4.9 Prestación de contracautela: a fin de cubrir los eventuales perjuicios que la medida pueda ocasionar en caso de
haber sido solicitada sin derecho, y para responder por las costas causídicas considerando que ella se decreta sin oír a
la contraparte, la ley 19.550 impuso como requisito complementario al art 114 la constitución de una contracautela, que
el juez debe previamente fijar, graduada conforme con las circunstancias del caso. Dicha contracautela, que bien
puede ser constituida ofreciendo a embargo un bien inmueble, por la seguridad que éstos ofrecen, o automotores,
títulos públicos, certificados de depósitos a plazo fijo, e incluso por las propias acciones de la sociedad intervenida,
debe ser prudentemente fijada por el juez sin convertirse en un medio de tornar imposible el ejercicio de un derecho
ya reconocido al peticionante al admitirse la intervención de la sociedad.

La contracautela tiene como propósito constituir una garantía lo suficientemente solida como para poder cubrir los
eventuales daños y perjuicios emergentes del indebido pedido de la medida precautoria, y la forma inaudita parte en
que tramita la petición cautelar impone que tenga que ser eficaz para responder efectivamente por los daños causados
por quien abusó en su petición.

4.9.1 ¿Existen diversos tipos de contracautela? La caución que debe dar el peticionante de la medida cautelar puede
ser:

a. Juratoria: consiste en la presentación personal del peticionante, quien declara bajo juramento que se hace
responsable de los daños y perjuicios que ocasione. Es una formalidad que no agrega nada a la responsabilidad
genérica que tiene todo aquel que ocasiona un daño y que surge del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación.
b. Personal: la fianza personal consiste en la garantía de instituciones bancarias, o de personas de acreditada
responsabilidad económica; en ciertos casos se puede ofrecer la garantía del letrado patrocinante, ya que aunque
no acredite responsabilidad económica, el prestigio y las virtudes éticas y morales del profesional pueden ser
suficientes.
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c. Real: es aquella mediante la cual el peticionante ofrece al tribunal en garantía un embargo, hipoteca, prenda o la
Páá giná

constitución de cualquier otro derecho real en garantía de los daños y perjuicios que pudiera ocasionar el dictado
de la medida solicitada.

4.9.2 ¿Qué ocurre si la medida cautelar es decretada sin contracautela suficiente? En caso de ser apelada por el
afectado, no debe decretarse la nulidad de la medida; el tribunal debe fijar la caución que el peticionante deberá
prestar dentro del plazo que fije, bajo apercibimiento de ordenar su levantamiento.

4.9.3 ¿Existen recursos contra el dictado de una medida cautelar de intervención judicial? La resolución cautelar del
juez de primera instancia de decretar la intervención puede ser recurrida. Si bien la ley 19.550 sólo refiere que la
resolución que dispone la intervención es apelable, conforme a los códigos procesales también caben otros recursos,
los de:

a. Reposición
b. Apelación

Aunque la ley tampoco refiera a la posibilidad de recurrir las resoluciones que denieguen la intervención judicial
solicitada por persona legitimada para ello, la designación de la medida cautelar también es recurrible.

Cualquiera de ambos recursos debe ser concedidos, como ocurre con toda medida cautelar, al solo efecto devolutivo,
expresión procesal que significa que la resolución del juez que dispone la intervención se ha de cumplir no obstante
que ella haya sido recurrida.

4.9.4 ¿Quienes están legitimados para recurrir la medida? Según la mayoría de la doctrina:

a. La sociedad (principal afectada)


b. Los administradores sociales removidos o limitados en sus funciones
c. Los socios
d. Los síndicos y miembros del consejo de vigilancia
e. Los organismos de control que hubieran intervenido en el proceso, o a cargo de la fiscalización de sociedades bajo
fiscalización estatal permanente.

CAPITULO XIII

SOCIEDADES CONSTITUIDAS EN EL EXTRANJERO

1. ¿TIENEN LAS SOCIEDADES (EN CUANTO PERSONAS JURÍDICAS PRIVADAS) NACIONALIDAD?

Es frecuente la confusión entre el problema de la nacionalidad de las sociedades y el de la extraterritorialidad de su


actuación. La mayoría de los autores que tratan este tema refieren al concepto clásico de nacionalidad brindado por
Balestra en el sentido de que la nacionalidad es un vinculo jurídico de Derecho Público según el cual una persona es
miembro de la comunidad política que un Estado constituye conforme al Derecho vigente en el mismo. También
recurren a los antecedentes más tradicionales respecto del problema de asignar nacionalidad a quienes no resulten ser
personas físicas y quienes la niegan.

La doctrina señaló cuales serian los alcances de asignar o reconocer nacionalidad a las sociedades cuando el concepto
primario deviene de las personas físicas. La nacionalidad:

1. Otorga a determinadas personas los derechos y deberes políticos y determina sus obligaciones militares (cuestión
que no se vincula con las sociedades comerciales)
2. Faculta el desempeño de determinadas funciones públicas (tampoco se relaciona)
3. Autoriza la obtención de pasaporte, a retornar al país y a ser repatriado por el estado (tampoco se relaciona)
4. Habilita para obtener la protección diplomática del Estado en caso de que los intereses de sus nacionales sean
lesionados en el extranjero.
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Es el último punto el que desata la polémica: el derecho a la protección diplomática o a la intervención del estado
Páá giná

extranjero en caso de ser lesionados los intereses del nacional protegido en el territorio de otro estado extranjero.

1.1 El caso del Banco de Londres: en el año 1876 siendo presidente Nicolás Avellaneda y ministro de relaciones
exteriores Bernardo de Irigoyen se produjo un serio conflicto entre el Banco de Londres y Rio de la Plata y la Provincia
de Santa fe. La provincia había dictado una ley de conversión que no fue acatada por el banco, por lo cual se
adoptaron medidas y sanciones a esa institución y sus representantes. Eso originó una reclamación diplomática que
dio lugar a la nota en la que el canciller expuso la tesis argentina.
“Las personas jurídicas deben exclusivamente su existencia a la ley del país que las autoriza y por consiguiente ellas
no son ni nacionales ni extranjeras. La sociedad anónima es una persona jurídica distinta de los individuos que la
componen y aunque ella sea exclusivamente formada por ciudadanos extranjeros no tiene derecho a la protección
diplomática.” No se admite que tenga nacionalidad.

1.2 El caso de las compañías eléctricas: con motivo de las medidas adoptadas por las autoridades argentinas sobre las
compañías CADE y CIADE. Relativas a la anulación de las prorrogas de las concesiones a esas sociedades, el gobierno
de Suiza presentó una reclamación diplomática en 1957, a la que contestó el gobierno argentino rechazando la protesta
por “1) porque la decisión que ha adoptado el gobierno argentino se refiere a dos compañías constituidas en este país, donde se
encuentran sus sedes sociales. Al gobierno que concedió personería jurídica a esas sociedades no se le puede discutir la facultad de
asegurar el cumplimiento de la legislación establecida para las concesiones de servicios públicos ni de decidir su capacidad cuando
comprobare que existen serias y suficientes razones para hacerlo. Tratándose de un acto de soberanía, el gobierno argentino no
podría declinar su derecho a ser quien exclusivamente resuelva cómo ha de ejercitarlo. 2) Porque es una regla de Derecho
Internacional Público que los gobiernos extranjeros no pueden reclamar por los intereses de sus nacionales mientras los
particulares a quienes afecten determinadas medidas no hayan agotado las instancias o recursos judiciales o administrativos del
país.”

1.3 La visión de la jurisprudencia: la Corte Suprema ha reconocido nacionalidad a las sociedades constituidas en el
extranjero. Ha dicho: “que según nuestra legislación son personas jurídicas, entre otras, dentro del país, las sociedades
existentes en el extranjero, bajo las mismas condiciones que las aquí establecidas y pueden gozar de todos los derechos acordados
por las leyes argentinas”.

Es evidente la posibilidad de que una sociedad extranjera haga sus negocios y desarrolle sus actividades dentro del
territorio, sin que por esto pierda su nacionalidad, perteneciente al Estado en que fue creada o en que se produjo el
acto que le dio existencia jurídica, que viene a ser como su partida de nacimiento.

1.4 ¿Cuáles han sido los criterios sobre la base de los cuales se ha pretendido asignar nacionalidad a las
sociedades?

Polak expone que los puntos de conexión para establecer la eventual nacionalidad de las sociedades serán dados por:

1. La nacionalidad de los socios


2. La voluntad de los socios
3. La autorización del Estado
4. El lugar de constitución
5. El lugar de la sede social
6. El lugar de suscripción de los capitales
7. El centro principal de explotación de los negocios
8. El lugar de la sede social y de la explotación en forma conjunta diferente de c)
9. La propiedad del capital y nacionalidad de los socios
10. El régimen de control.

Al analizar los supuestos se ve que la nacionalidad de los socios presenta el problema de que los mismos pueden
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revestir distintas nacionalidades y que la sociedad podría ir mudando de nacionalidad a medida que el capital fuera
cambiando de manos. Tampoco puede admitirse que los socios por su autonomía de la voluntad puedan ir eligiendo
Páá giná

la nacionalidad de la sociedad porque se contradeciría la soberanía de los Estados y el poder de policía. En cuanto a la
autorización, no todos los Estados la exigen para la constitución de sociedades comerciales ni para la actuación
extraterritorial de estas pudiendo darse el caso de que una sociedad sea autorizada en un país y haya sido constituida
en otro, sin autorización.

Para quienes la sociedad debe tener la nacionalidad del Estado donde fue creada, presente el problema de que muchas
se constituyan en un estado determinado para aprovechar beneficios fiscales o evitar exigencias. En cuanto a la
localización de la sede social y de la explotación, también podrían existir varias sedes y que el lugar de explotación
principal no coincida con la sede social declarada. En cuanto a vincular la propiedad del capital con la nacionalidad
de los socios, sería una nacionalidad sumamente volátil.

1.5 El caso del conflicto del Atlántico Sur: por motivos bélicos donde participó la Republica Argentina en el siglo
pasado, la teoría de la nacionalidad y de control económico de las sociedades comerciales cobró nuevo auge y se
dispuso la indisponibilidad de los bienes de personas y empresas controladas por súbditos o nacionales del país
enemigo.

1.6 La cuestión de la nacionalidad en la ley 19.550: el criterio de la actuación extraterritorial:

La Ley de Sociedades de Argentina no contiene disposiciones vinculadas a la nacionalidad de las sociedades,


simplemente dispone reglas relativas a la legislación aplicable a las sociedades constituidas en el extranjero, y a la
actuación de estas en el territorio de la República.

Existen leyes y reglamentos especiales que establecen restricciones en materia fiscal, financiera y bancaria,
radiodifusión, actuación en áreas de frontera y zonas de seguridad, en las cuales se mantiene una exigencia de que el
control societario esté en manos de personas de nacionalidad argentina.

2. EL RECONOCIMIENTO DE LA EXISTENCIA DE LAS SOCIEDADES CONSTITUIDAS EN EL EXTRANJERO


Y SU LEGITIMACIÓN PARA ACTUAR EN EL PAÍS:

La ley 19.550 ha optado por no abordar el tema de la nacionalidad sino centrarse en el reconocimiento de su existencia
y legitimación para desarrollar actividades en el territorio nacional.

En el art 118 dispone que la sociedad constituida en el extranjero:

1. Se rige en cuanto a su existencia y formas por las leyes del lugar de constitución, y
2. Se halla habilitada para realizar en el país actos aislados y estar en juicio.

Para el ejercicio habitual de actos comprendidos en su objeto social, establecer sucursal asiento o cualquier otra
especie de representación permanente, debe:

a. Acreditar la existencia de la sociedad con arreglo a las leyes de su país.


b. Fijar un domicilio en la República, cumpliendo con la publicación e inscripción exigidas por esta ley para las
sociedades que se constituyan en la República;
c. Justificar la decisión de crear dicha representación y designar la persona a cuyo cargo ella estará.

Si se tratare de una sucursal se determinará además el capital que se le asigne cuando corresponda por leyes
especiales.

El art 118 se aplicará a la sociedad constituida en otro Estado bajo un tipo desconocido por las leyes de la Republica.
Corresponde al juez de la inscripción o a la autoridad administrativa, en su caso, determinar las formalidades a
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cumplirse en cada caso, con sujeción al criterio del máximo rigor previsto en la presente ley. Es obligado para dicha
sociedad llevar en la República contabilidad separada y someterse al contralor que corresponda al tipo de sociedad.
Páá giná

Para constituir sociedad en la Republica deberán previamente acreditar ante la autoridad de contralor (la IGJ en
ciudad de buenos aires y la autoridad que tenga a su cargo el Registro Público, en las demás provincias) que se han
constituido acorde a las leyes de sus países respectivos e inscribir el contrato social, reformas y demás documentación
habilitante, así como la relativa a sus representantes legales, en el Registro Público y en el Registro Nacional de
Sociedades por Acciones, en su caso.

Pero en caso de que la sociedad constituida en el extranjero tenga su sede en la República o su principal objeto esté
destinado a cumplirse en la misma, será considerada como sociedad local a los efectos:
a. Del cumplimiento de las formalidades de constitución o de su reforma
b. Y contralor de funcionamiento

2.1 El reconocimiento de la existencia de la sociedad constituida en el extranjero: conforme a la ley 19.550 toda
problemática en materia de personalidad jurídica, capacidad, formalidades de constitución, tipicidad y órganos se
rige por la ley del país de origen (el país donde la sociedad ha sido constituida).

La legislación del país de origen es la que determinará:

a. El carácter de la persona jurídica del ente, su existencia y el momento a partir del cual debe ser considerado sujeto
de derecho si estuviera dotado de personalidad jurídica diferenciada (existencia misma de la sociedad)
b. La capacidad que el mismo tiene para adquirir derechos y contraer obligaciones
c. Las formalidades a las que el contrato social o estatuto deben ser sometidos
d. El régimen interno del funcionamiento de la sociedad, legitimación para actuar de sus administradores y
representantes, y sistemas para la adopción de decisiones y obligar a la sociedad frente a terceros
e. Alcances de los pactos y convenciones que contengan los instrumentos constitutivos y el contrato
f. Elementos y requisitos del contrato de sociedad
g. Adecuación a los elementos típicos y respecto del tipo social
h. La obtención de las autorizaciones gubernamentales correspondientes
i. Las consecuencias para la sociedad ante el incumplimiento de normas y previsiones legales extranjeras para los
casos de infracción al régimen legal de origen.

La ley de sociedades distingue entre:

a. El reconocimiento de la existencia de la sociedad extranjera (art 118 primera parte); y


b. Lo que la misma ley exige como requisitos para otorgarle legitimación para que dicha sociedad extranjera pueda
actuar en nuestro país en diversos ámbitos.

2.2 La habilitación para realizar actos aislados: el art 118 señala que la sociedad constituida en el extranjero “se halla
habilitada para realizar en el país actos aislados” Surgen inconvenientes porque la ley no define qué son actos aislados.

Nissen sostiene que tal concepto debe ser interpretado en sentido restringido, reservándose para aquellos actos
desprovistos de permanencia y que se caracterizan por lo esporádico y accidental.

Resulta importante para el Estado conocer los sujetos que desarrollan actividades en el país, lo que solo puede
lograrse a través de la registración de la entidad extranjera cuando la naturaleza de sus actos excede lo accidental.

Desde el punto de vista de Vítolo, un acto “aislado” cumplido por una sociedad constituida en el extranjero:

a. Debe efectuarse desde la doble óptica combinada de cuantificación (reiteración o repetición) y calificación
(naturaleza del acto en relación con el objeto social de la sociedad extranjera y su actividad fuera del territorio de
la republica). No solo el número de actos y su reiteración cuenta sino también su calificación como parte
integrante de una actividad societaria.
b. La determinación de si una sociedad se encuentra realizando actos aislados o si realiza actos que exceden tal
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marco corresponderá al juez frente al conflicto concreto o a la autoridad de fiscalización en relación a los actos
sometidos a su control.
Páá giná

c. No pueden establecerse reglas rígidas al respecto y el tema debe ser tratado en el caso concreto.

Debe examinarse el acto en sí y sus consecuencias. Este marco impreciso deja una brecha muy grande de inseguridad
jurídica tanto para la misma sociedad extranjera como para los terceros que contratan con ella que no conocen sus
límites.

2.3 Capacidad para estar en juicio: El art 118 también señala en su segundo párrafo que la sociedad constituida en el
extranjero “se halla habilitada para estar en juicio”, lo cual también generó controversia.
La capacidad para estar en juicio de una sociedad constituida en el extranjero que no se encuentra inscripta por el art
118 ni por el 123 importa en principio:

a. Que la sociedad pueda ser demandada ante los tribunales del país, cuando corresponda la jurisdicción y en
relación con tales procesos puede ejercer todos los actos de defensa correspondientes.
b. Que la sociedad puede iniciar acciones judiciales tendientes al ejercicio de derecho vinculados a la actividad que
hubiera cumplido fuera del territorio nacional, a la defensa de sus activos y derechos existentes fuera del territorio
nacional, y a la protección de los derechos y activos que pudiera tener en el territorio nacional como consecuencia
de haber practicado actos aislados en el mismo; y
c. El ejercicio de derecho tendientes a la obtención de medidas provisionales o cautelares urgentes de protección o
de defensa de derechos con causa u origen en la exorbitación de su actividad en el país, bajo condición de que
subsane en breve plazo la ausencia de inscripción.

2.4 Requisitos para que la sociedad constituida en el extranjero pueda actuar con habitualidad en el país : Si la
sociedad constituida en el extranjero desea: realizar habitualmente actos comprendidos en su objeto social; establecer
sucursal; asiento; o cualquier otra especie de representación permanente, de acuerdo al art 118 debe:

a. Acreditar la existencia de la sociedad con arreglo a las leyes de su país.


b. Fijar un domicilio en la República, cumpliendo con la publicación e inscripción exigidas por esta ley para las
sociedades que se constituyan en la República;
c. Justificar la decisión de crear dicha representación y designar la persona a cuyo cargo ella estará.

Si se tratare de una sucursal se determinará además el capital que se le asigne cuando corresponda por leyes
especiales.

La doctrina ha fundamentado la inscripción de las sociedades extranjeras en el Registro Publico en dar certidumbre a
las relaciones comerciales y a las relaciones de responsabilidad encontrándose esto vinculado a la moralidad
comercial.

2.4.1 ¿Qué es una sucursal? Las sucursales representan una forma intermedia entre la formación de empresas
independientes y las simples divisiones de una empresa. El intento de de lograr una delimitación conceptual fracasa.

2.4.2 ¿Qué es una agencia? Es un establecimiento dependiente de otro principal pero que no tiene personalidad
jurídica propia ni tampoco capacidad para adquirir derechos o contraer obligaciones en nombre de la casa matriz,
como ocurre contrariamente con la sucursal.

2.4.3 ¿Qué es un “asiento”? se trata de una suerte de sede secundaria o domicilio comercial también secundario. Sería
como un lugar de negocios, un sitio donde la sociedad tiene un domicilio o localización en la cual concierta negocios y
lleva adelante parte de su actividad comercial sin que ello importe construir una sucursal o agencia.

2.4.4 Representación permanente: la representación es un producto de la cooperación. En la vida social no siempre es


posible que un individuo desarrolle personalmente toda su actividad. A veces resulta conveniente encargar a otro la
realización de ciertos actos. Las personas jurídicas deben actuar por medio de personas físicas. La representación
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surge cuando un individuo (representante) ejecuta un negocio jurídico en nombre de otro (representado) de modo
que el negocio se considera como celebrado directamente por este ultimo y los derechos y obligaciones emergentes del
Páá giná

acto pasan inmediatamente al representado.

2.4.5 ¿Qué es un filial? Es una forma de participación financiera de una sociedad en otra y responde a un fenómeno o
tendencia a la concentración de empresas. La filial es una sociedad jurídicamente independiente de la sociedad madre
pero depende económicamente de ella.

2.4.6 Inscripción en el registro público: la registración es una carga para quien pretende como sociedad constituida
en el extranjero adquirir la legitimación para poder actuar en el ejercicio de actos de su objeto social en el país, y se
encuentra en cabeza de ésta brindar los elementos necesarios para permitir la calificación legal de la inscripción, sobre
la base de su propio interés y del concepto cinámico de la prueba ya que la ley dispone encuadramientos inscriptorios
según sea el caso respondiendo a normas de policía de Derecho Internacional Privado.

3. ¿CUÁL ES EL STATUS DE LA SOCIEDAD CONSTITUIDA EN EL EXTRANJERO NO INSCRIPTA EN LA


REPUBLICA?

La sanción de la ley 26.994 que reformó la ley 19.550 hace que la sociedad constituida en el extranjero que no cumpla
con las inscripciones requeridas quedara comprendida dentro del régimen de la sección IV del Capítulo 1.

4. ¿QUÉ OCURRE CON LA SOCIEDAD CONSTITUIDA EN EL EXTRANJERO BAJO UN TIPO QUE ES


DESCONOCIDO PARA LAS LEYES DE LA REPUBLICA?

El art 119 de la ley 19.550 contempla la situación en la cual una sociedad constituida en el extranjero pretenda realizar
el ejercicio habitual de los actos comprendidos en su objeto social, establecer sucursal, asiento o cualquier otra especie
de representación permanente y que haya sido constituida bajo un tipo desconocido para las leyes argentinas.

Vítolo se adhiere al criterio mayoritario de la doctrina entendiendo que la determinación de las formalidades a
cumplir en cada caso con sujeción al criterio del máximo rigor previsto en la ley son las relativas a las exigencias que
la ley y la autoridad de contralor establecen respecto de las sociedades anónimas.

4.1 La sociedad de tipo desconocido y la resolución general IGJ 7/2015: los requisitos registrales para las sociedades
comprendidas en el art 118 (Se aplican a las sociedades del 119) y conforme a la resolución general IGJ 7/2015:

1. Debe explicitarse el alcance de la responsabilidad de los socios por las obligaciones sociales que se contraigan por
la actuación del asiento, sucursal o representación permanente, en el dictamen de precalificación profesional,
dictamen del abogado o notario de la jurisdicción extranjera correspondiente con certificación de vigencia de su
matrícula o registro, salvo que resulte de la documentación acompañada en cumplimiento de los incisos 2 y 3 del
art 206, o de documento separado suscripto por funcionario de la sociedad cuyas facultades representativas deben
constar en él, justificadas ante notario o funcionario público;
2. la publicación prescripta por el inciso 5 del art 206 debe indicar que la sociedad es atípica para el derecho
argentino y cuál es el aludido régimen de responsabilidad de los socios por las obligaciones sociales.

La IGJ analizara restrictivamente el cumplimiento de los requisitos del art 206 inc. 4 subincisos b y c por parte de la
sociedad, que no siendo “offshore” ni proviniendo de jurisdicciones de ese carácter, estén constituidas, registradas, o
incorporadas en países, dominios, jurisdicciones, territorios, estados asociados y regímenes tributarios especiales,
considerados no cooperadores a los fines de la transparencia fiscal y/o categorizadas como no colaboradoras en la
lucha contra el lavado de activos y financiación del terrorismo . Para ello:

1) Requerirá la acreditación de que la sociedad desarrolla efectivamente actividad empresaria económicamente


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significativa en el lugar de su constitución, registro o incorporación y/o en terceros países, para lo cual podrá
exigir que la sociedad acompañe:
Páá giná

a) Documentación de sus últimos estados contables aprobados


b) Descripción de las principales operaciones realizadas
c) Títulos de propiedad de los activos fijos no corrientes o contratos que confieran derechos de explotación de
bienes
d) Todo otro documento necesario
2) Podrá solicitar a los fines de la individualización de los socios la presentación de elementos adicionales a los del
art 206 inciso 4 y art 213 para acreditar antecedentes de los socios.
Asimismo la IGJ no inscribirá a sociedades “offshore” provenientes de jurisdicciones de ese carácter. Dichas
sociedades deben previamente adecuarse íntegramente a la legislación argentina para desarrollar actividades
destinadas al cumplimiento de su objeto y/o constituir o tomar participación en otras sociedades.

5. EXIGENCIA DE LA CONTABILIDAD SEPARADA

El art 120 de la ley 19.550 establece la obligatoriedad para las sociedades extranjeras incluidas en la hipótesis del art
118 tercer párrafo, es decir, las que pretendan realizar ejercicio habitual de actos comprendidos en su objeto social, establecer
sucursal, asiento o cualquier otro tipo de representación permanente, llevar en el país contabilidad separada y someterse al
tipo de control que corresponda a la sociedad. La existencia de los registros permitirá efectuar el análisis pertinente de
la actuación patrimonial en los casos de insolvencia.

6. EL REPRESENTANTE EN EL PAÍS DE LA SOCIEDAD CONSTITUIDA EN EL EXTRANJERO:

Los representantes de sociedades constituidas en el extranjero contraen las mismas responsabilidades que para los
administradores de sociedades constituidas en el país fija la ley, y les alcanzan los mismos deberes. Si el tipo de
sociedad extranjera es desconocido para el derecho argentino contraen la responsabilidad que la ley argentina fija
para los directores de sociedades anónimas.

6.1 Obligaciones desde el punto de vista societario: estos representantes actuando en los términos del art 58
obligaran a la sociedad por todos los actos que no sean notoriamente extraños al objeto social, y lo harán aun en
infracción de la organización plural si se tratare de obligaciones contraídas mediante títulos valores, contratos entre
ausentes, de adhesión o concluidos mediante formularios, salvo cuando el tercero tuviere conocimiento efectivo de
que el acto se celebra en infracción de la representación plural. El representante también deberá obrar con la lealtad y
la diligencia del buen hombre de negocios y quienes faltaren a sus obligaciones serán responsables ilimitada y
solidariamente por los daños y perjuicios. Debe respetar la ley, el estatuto y reglamento, velar por el interés de la
sociedad evitando actuar con dolo, abuso de facultades o culpa grave. Cuanto mayor sea el deber de obrar con
prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor será la obligación que resulte de las consecuencias posibles de los
hechos.

6.2 Los representantes de sociedades constituidas en el extranjero y las nuevas Normas de la IGJ:

6.2.1 Designación de representante: en la resolución social tomada por la sociedad constituida en el extranjero
respecto del representante designado se podrá: a) indicar el plazo de duración de su mandato; b) expresar si se
dispuso alguna restricción a dicho mandato y su alcance; c) designar más de uno para su actuación conjunta o
indistinta y preverse representantes suplentes; d) indicar un domicilio especial postal en la jurisdicción de origen y
un domicilio especial electrónico de la casa matriz.

6.2.2 La desvinculación del representante: ella determinara el momento a partir del cual el representante renunciante
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quedará liberado de sus obligaciones y responsabilidades.


Páá giná

6.2.3 Reemplazo de representante: la inscripción de un nuevo representante importa cumplir con los mismos
requisitos que para la inscripción del representante anterior, sin perjuicio de la inscripción de la cesación del
representante desplazado, la que también deberá publicarse. El representante está legitimado para pedir la inscripción
correspondiente.

7. EMPLAZAMIENTO EN JUICIO:

Según la ley 19.550 el emplazamiento a una sociedad constituida en el extranjero puede cumplirse en la Republica de
la siguiente forma:
1) Originándose en un acto aislado, en la persona del apoderado que intervino en el acto o contrato que motive el
litigio;
2) Si existiere sucursal, asiento o cualquier otra especie de representación, en la persona del representante.

La doctrina ha señalado que la posibilidad de notificar requerimientos, reclamos o acciones en la persona del
representante evita conductas abusivas de las sociedades constituidas en el extranjero que operan en el país ya que
podría carecer de domicilio en la republica en el cual efectuar notificaciones procesales y otros emplazamientos. En
ausencia de domicilio en el país, el acreedor se ve obligado a notificar la demanda en el extranjero, lo que genera
inconvenientes que imposibilitan muchas veces el curso de la acción.

El fin de la ley es que el residente en nuestro país que contrate o establezca relación jurídica con sociedad extranjera
pueda cuando corresponda emplazarlo en el mismo país sin necesidad de acudir a los costosos y demorados trámites.

Toda notificación la IGJ realice a las sociedades en la sede social inscripta por ellas tendrá efectos vinculantes. La IGJ
solicitara o admitirá con los mismos efectos el emplazamiento en juicio de las sociedades, en cualquier acción judicial
que promueva o en la que intervenga.

8. CONSTITUCIÓN O PARTICIPACIÓN DE SOCIEDADES EXTRANJERAS EN SOCIEDADES


CONSTITUIDAS EN EL PAÍS:

Las sociedades constituidas en el extranjero para constituir sociedad en la República, o para participar de ella como
socios o accionistas, deberán previamente acreditar ante la IGJ, que tiene a su cargo el Registro Público:

1. que se han constituido de acuerdo con las leyes de sus países respectivos
2. inscribir el contrato social, reformas y demás documentación habilitante, así como la relativa a sus representantes
legales, en el registro Público de Comercio y en el registro Nacional de Sociedades por Acciones en su caso.

La jurisprudencia ha dicho que “el art 113 comprende tanto el caso de fundación como el de participación en la sociedad
constituida. El término “constituir” utilizado por el art comprende tanto “formar parte de” como “participar en sociedad
existente en la Republica”, analizando la naturaleza jurídica del contrato de sociedad en términos latos, tanto constituye sociedad
aquel que se asocia a otras personas para constituir sociedad como aquella que se incorpora como socia en sociedad existente”.
También se ha dicho que la registración de la sociedad extranjera no es requerible si se trata de una S.A que no tiene
por objeto el control de la sociedad participada o integra el directorio o consejo de vigilancia.

Tanto la doctrina como la jurisprudencia han evolucionado en el sentido que, si bien el cumplimiento de los requisitos
del art 123 se refieren a la constitución de una sociedad en la republica, en la que participe una sociedad constituida en
el extranjero, esa expresión involucra tanto una constitución fundacional como una operada por adquisición de partes,
cuotas o acciones de sociedad ya constituida.3

La prueba de la constitución de la sociedad con arreglo a las leyes de su país apunta a la tutela del tráfico y del
comercio en general. Los requisitos del art 123 benefician el crédito y los terceros, como también los propios socios
accionistas, sobre todo los minoritarios y externos al grupo de control.
67

El art 123 vale tanto para cuando las sociedades constituidas en el extranjero crean una nueva sociedad como cuando
se hacen socias por la adquisición de partes, cuotas o acciones de sociedades en funcionamiento. Se excluye a las
Páá giná

adquisiciones circunstanciales de acciones. Se tiende a precisar la validez del acto que originó su creación y su ulterior
existencia.

8.1 Las Normas de la IGJ aplicables al caso: la resolución general 7/2015 dispuso que las sociedades que pretendan su
inscripción bajo el régimen del art 123 además de dar cumplimiento a lo dispuesto por dichas normas y por los arts.
25 y 27 del decreto 1493/82 deberán presentar un conjunto de documentación a tal efecto.

8.2 Sociedades extranjeras no inscriptas y actos societarios de sociedades locales en las cuales participan : los art 256
y 257 de la resolución general 7/2015 establecen que: a) En los acuerdos sujetos a inscripción en el Registro Público de
sociedades locales participadas por sociedades constituidas en el extranjero, éstas deben intervenir hallándose
inscriptas a los fines del artículo 123 o en su caso artículo 118, tercer párrafo, de la Ley Nº 19.550. Deberán efectuarlo,
asimismo por intermedio, de su representante inscripto a la fecha de tales acuerdos, o bien mediante apoderado
investido tal y exclusivamente por dicho representante. B) Los dictámenes de precalificación deben, bajo
responsabilidad de su firmante, dejar constancia de la participación de dichas sociedades, de su inscripción,
cumplimiento del régimen informativo requerido en los artículos 237 o 251, e identificar al representante inscripto
indicando los datos de su inscripción. Si hubiere actuado un apoderado designado por tal representante, deberá
referenciarse el otorgamiento del poder por parte de este último, salvo que ello surja del instrumento por inscribir.

Los acuerdos que infrinjan lo dispuesto en a) no son inscribibles en el Registro Público. En el caso de sociedades
obligadas a la presentación de sus estados contables, la aprobación de los mismos y demás decisiones recaídas en la
asamblea respectiva en las condiciones contempladas en el artículo anterior, se declararán irregulares e ineficaces a los
efectos administrativos.

9. El artículo 124 de la ley 19.550 y el problema del verdadero “centro de intereses” en las sociedades comerciales:

El art 124 dispone que la sociedad constituida en el extranjero que tenga su sede en la República o su principal objeto
esté destinado a cumplirse en la misma, será considerada como sociedad local a todos los efectos del cumplimiento de
las formalidades de constitución o de su reforma y contralor de funcionamiento.

Esto tiene particular interés en los casos donde las sociedades constituidas en el extranjero tienen como único
patrimonio la titularidad de acciones o participaciones en sociedades constituidas en el país, como es el caso de
determinadas sociedades holdings constituidas en paraísos fiscales o países de políticas flexibles en materia fiscal,
como también en los casos en que las sociedades locales simplemente son titulares de bienes específicos sin actividad
alguna.

La doctrina ha sostenido que a la sociedad extranjera cuyo objeto está destinado a cumplirse en la republica Argentina
podrían aplicárseles las soluciones del art 54 de la ley de sociedades, en el sentido de resultar inoponible su actuación
frente a terceros.

Vítolo considera el art 124 como una norma de policía de Derecho Internacional Privado, y no una norma
sancionatoria del fraude a la ley, por lo cual, comprobada por el tribunal una sociedad constituida en el extranjero
pero con sede en el país o cuyo objeto principal está destinado a cumplirse en la republica, la norma es imperativa y
debe aplicarse. El presupuesto de aplicación es objetivo.

9.3 Naturaleza del artículo 124 de la ley 19.550: no existe consenso en la doctrina porque ha sido concebido como una
norma de policía de Derecho Internacional Privado y como un claro precepto que regula la constitución de sociedades
en fraude a la ley.

La diferencia entre ambas posiciones no es menor.

Mediante las normas de policía el legislador nacional elige su derecho interno como aplicable para un caso
multinacional. Se busca proteger intereses generales y públicos del país comprometidos en los actos multinacionales.
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Además, en la materia donde el legislador dicta la norma de policía también allí se debe afirmar la jurisdicción
Páá giná

internacional de los jueces argentinos. La aplicación de la norma de policía es imperativa.

Por el contrario, en el caso de fraude a la ley existe un elemento subjetivo (que debe probarse) que es la intención
dolosa, y la evidencia de la intención fraudulenta tiene que ser extraída de la conducta exterior de las partes. Los dos
indicios típicos son: a) la expansión espacial de las conductas y b) la contracción temporal. Las partes aparecen en un
país extranjero donde no pueden justificar su actuación y obran aceleradamente. Pero para destruir las presunciones
típicas del fraude deben suministrarse razones objetivas que justifiquen las conductas aparentemente extraordinarias.
Para que exista fraude a la ley deben darse 3 requisitos básicos: a) el punto de conexión debe haberse alterado
mediante un proceso regular no objetable; b) el derecho que se pretende eludir debe ser un derecho coactivo y c) el
fraude a la ley debe ser el último recurso y operar sólo en ausencia de cualquier otro remedio.

Según la posición que se adopte en relación a la naturaleza de la norma será la forma en que debe considerarse
operará la protección legal. Si se adhiere a la posición de la norma de policía, verificados cualquiera de los dos puntos
ya sea que la sociedad tenga su sede en la republica o que su principal objeto deba cumplirse en la misa, de nada les
valdrá a las partes constituir la sociedad en un país extranjero y someterla a otras leyes porque se aplica
exclusivamente la ley argentina y para evadirla deberían crear ficticiamente una sede y una explotación en el
extranjero (fraude).

Si se adhiere a la posición de que se trata de un caso de fraude a la ley, el mismo debe probarse, con la carga de la
prueba en cabeza de quien invoque el fraude y ello debilitaría el alcance de la norma.

9.4 Opinión de Vítolo: adhiere a la primera de las posiciones, es decir a la que considera la norma del art 124 como
una norma de policía de Derecho Internacional Privado, de carácter imperativo. El hecho de que la norma intente evitar el
fraude a la ley nacional, no la convierte en una típica norma sancionatoria del fraude a la ley. El artículo no sanciona el
hecho fraudulento con la sanción típica aplicable al fraude a la ley. Por el contrario, se preocupa de establecer una
consecuencia particular y con alcance acotado respecto de la sociedad constituida en el extranjero que tiene su sede en
la Republica o cuyo principal objeto esté destinado a ser cumplido en la misma: a) considerarla sociedad local, y b)
con el solo alcance respecto de las formalidades de constitución, o de su reforma y contralor de funcionamiento. Por
eso, para Vítolo se trata de a) una norma de Policía de Derecho Internacional Privado; b) tiene carácter imperativo;
c)resulta de aplicación exclusiva y excluyente en los casos en que se presentan cualquiera de las dos circunstancias de
conexión, y finalmente d) la jurisdicción de los tribunales argentinos también es exclusiva y excluyente en el caso.

9.5 La resolución general IGJ 7/2015 y el art 124 de la ley 19.550: la IGJ podrá requerir a las sociedades extranjeras la
adecuación a las disposiciones de la ley 19.550 aplicables a las sociedades constituidas en la Republica conforme al
capítulo II cuando de la documentación y de las presentaciones requeridas resulte que la actuación de las sociedades
se halla encuadrada en cualquiera de los supuestos del 124. Serán elementos de ponderación:

a. La carencia de activos, participaciones sociales, operaciones de inversión y/o explotación de bienes de terceros
referidos en el art 206 inc. 4 o bajo las pautas del art 124 respecto de los activos y sus actividades desarrolladas en
la Republica.
b. La efectiva realización del control de dirección o administración de la sociedad en ámbito de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
c. La falta de presentación en debida forma de los elementos referidos, en el caso de sociedades provenientes de
países, dominios, jurisdicciones, territorios, estados asociados y regímenes tributarios especiales considerados no
cooperadores a los fines de la transparencia fiscal o no colaboradores en la lucha contra el Lavado de Activos y
Financiación del Terrorismo, o de sociedades offshore inscriptas antes de la entrada en vigencia de las Normas.

CAPÍTULO XXV
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SOCIEDADES COOPERATIVAS
Páá giná

2. LA PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS EN EL MOVIMIENTO Y EL RÉGIMEN COOPERATIVO

La participación de las personas humanas en el movimiento cooperativo se basa en los siguientes valores:

a) Ayuda mutua.
b) Responsabilidad.
c) Democracia.
d) Igualdad.
e) Equidad.
f) Solidaridad.
Sus miembros creen en los valores éticos de:

a) Honestidad.
b) Transparencia.
c) Responsabilidad social.
d) Preocupación por los demás.

Estos valores se ponen en práctica en las cooperativas a través de los “Principios Cooperativos”.

3. LOS PRINCIPIOS DE COOPERATIVISMO

 Son organizaciones de membrecía abierta y voluntaria: son organizaciones voluntarias abiertas para todas
aquellas personas dispuestas a utilizar sus servicios y dispuestos a aceptar las responsabilidades que conlleva la
membrecía sin discriminación de género, raza, clase social, posición política, religiosa ni de orientación sexual.
 Existe un control democrático por parte de los miembros: quienes participan activamente en la definición de as
políticas y en la toma de decisiones. Todos tienen igual derecho al voto, un miembro equivale a un voto.
 Existe equidad en la participación económica de los asociados: los miembros contribuyen de manera equitativa y
controlan de manera democrática el capital de la cooperativa. Una parte de ese capital es propiedad común de la
cooperativa.
 Mantienen siempre su autonomía e independencia: son organizaciones autónomas de ayuda mutua controladas
por sus miembros.
 Fomentan la educación, el entrenamiento y la participación en la información: brindan educación y entrenamiento
a sus miembros, a sus dirigentes electos, gerentes y empleados de tal forma que contribuyan eficazmente al
desarrollo de sus cooperativas. Informan al público en general acerca de la naturaleza y beneficios del
cooperativismo.
 Cooperan con las otras sociedades cooperativas y con el movimiento cooperativo general: sirven a sus miembros
eficazmente y fortalecen el movimiento cooperativo, trabajando de manera conjunta por medio de estructuras
locales, nacionales, regionales e internacionales.
 Tienen un firme compromiso con la comunidad: trabajan para el desarrollo sostenible de su comunidad por
medio de políticas aceptadas por sus miembros.

4. LA LEGISLACIÓN COOPERATIVA EN LA REPÚBLICA ARGENTINA

4.3 La ley 20.337 de Sociedades Cooperativas

En el año 1973, luego de que hubiera entrado en vigencia la Ley de Sociedades Comerciales 19.550, bajo un gobierno
militar, se sanciona la ley 20.337 de Sociedades Cooperativas la que, con las reformas introducidas por las leyes 22.816
y 25.027, es la que rige hasta el presente.

4.4 El concepto y las características de las sociedades cooperativas en la ley 20.337

Conforme los arts. 2, 3, 5, 6, 14, 15, 16 y 46 de la ley, las sociedades cooperativas son entidades fundadas en el esfuerzo
propio y la ayuda mutua para organizar y prestar servicios, que reúnen los siguientes caracteres:
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1. Tienen capital variable y duración ilimitada.


2. No ponen límite estatutario al número de asociados ni al capital.
Páá giná

3. Conceden un solo voto a cada asociado, cualquiera sea el número de sus cuotas sociales y no otorgan ventaja ni
privilegio alguno a los iniciadores, fundadores y consejeros, ni preferencia a parte alguna del capital.
4. Reconocen un interés limitado a las cuotas sociales, si el estatuto autoriza aplicar excedentes a alguna retribución
al capital.
5. Cuentan con un número mínimo de diez asociados, salvo las excepciones que expresamente admitiera la
autoridad de aplicación y lo previsto para las cooperativas de grado superior.
6. Distribuyen los excedentes en proporción al uso de los servicios sociales, de conformidad con las disposiciones de
esta ley, sin perjuicio de lo establecido por el artículo 42 para las cooperativas o secciones de crédito.
7. No tienen como fin principal ni accesorio la propaganda de ideas políticas, religiosas, de nacionalidad, región o
raza, ni imponen condiciones de admisión vinculadas con ellas.
8. Fomentan la educación cooperativa.
9. Prevén la integración cooperativa.
10. Prestan servicios a sus asociados y a no asociados en las condiciones que para este último caso establezca la
autoridad de aplicación y con sujeción a lo dispuesto en el último párrafo del artículo 42.
11. Limitan la responsabilidad de los asociados al monto de las cuotas sociales suscriptas.
12. Establecen la irrepartibilidad de las reservas sociales y el destino desinteresado del sobrante patrimonial en casos
de liquidación.
13. Son sujeto de derecho con el alcance fijado en esta ley.
14. Se identifican bajo el régimen de denominación social que debe incluir los términos "cooperativa" y "limitada" o
sus abreviaturas. No pueden adoptar denominaciones que induzcan a suponer un campo de operaciones distinto
del previsto por el estatuto o la existencia de un propósito contrario a la prohibición del artículo 2 inciso 7.
15. Pueden asociarse con personas de otro carácter jurídico a condición de que sea conveniente para su objeto social y
que no desvirtúen su propósito de servicio.
16. No pueden transformarse en sociedades comerciales o asociaciones civiles. Es nula toda resolución en contrario.
17. Para el funcionamiento de sucursales en distinta jurisdicción debe darse conocimiento al órgano local competente,
acreditando la constitución regular de la cooperativa.
18. Para las constituidas en el extranjero rigen las disposiciones de la Sección XV del Capítulo I de la Ley 19.550 con
las modificaciones establecidas por esta ley en materia de autorización para funcionar y registro.
19. Las decisiones de la autoridad de aplicación relacionadas con la autorización para funcionar, modificaciones
estatutarias y reglamentos, son recurribles administrativa y judicialmente.
20. Deben invertir anualmente el fondo de educación y capacitación cooperativas previsto por el artículo 42 inciso 3,
ya sea directamente o a través de cooperativas de grado superior o de instituciones especializadas con personería
jurídica.

4.5 Clases de cooperativas

Toda entidad cooperativa nace y se origina con el propósito de satisfacer necesidades y es así que existen diversos
tipos de cooperativas, como necesidades de satisfacer. De acuerdo al objeto social por el cual fueron creadas pueden
clasificarse en:

a. De distribución: el fin es distribuir entre sus asociados bienes de uso de consumo. Un ejemplo fue el “Hogar
Obrero”; esta fue la primera cooperativa de América Latina y buscaba que sus asociados pudieran acceder a una
casa propia; luego pasó a ser constructora y después a tener supermercados; allí sus asociados podían acceder a
los bienes de consumo.
b. De producción: entre los asociados se distribuye elementos para la producción de otro bien y no para el consumo.
Lo que retorna es para la producción del asociado.
c. De trabajo: con la crisis del 2001, los trabajadores para no perder sus puestos de trabajo, se hacen cargo de la
empresa. En el 2011 se reconoció su personalidad jurídica con la reforma de la ley de quiebra; por lo que luego de
la quiebra, pueden hacerse cargo de la empresa.
Son las conformadas por trabajadores, que ponen en común su fuerza laboral para llevar adelante una empresa de
producción tanto de bienes como de servicios. Su fundamento se encuentra en el interés de éstas en organizar y
71

prestar servicios mediante el propio esfuerzo y la ayuda mutua, y de gozar de ellos; el servicio social que se ofrece
Páá giná

a los asociados consiste en la ocupación y la dación de trabajo es el servicio que la cooperativa presa a sus
asociados no existiendo la posibilidad de considerar el trabajo de éstos como una obligación de terceros, ya que
sin ella la cooperativa carecería de objeto. Como principio general, no pueden tomar trabajadores en relación de
dependencia porque ello desnaturalizaría su razón de ser; pero hay excepciones, por ejemplo al contratar una
empresa de guardias de seguridad.
d. Agropecuarias: organizadas por productores agropecuarios ara abaratar sus costos y tener mejor inserción en el
mercado, así compran insumos, comparten la asistencia técnica y profesional, comercializan la producción en
conjunto, aumentando el volumen y mejorando e precio, inician procesos de transformación de la producción.
e. De provisión: la integran asociados que pertenecen a una profesión u oficio determinado; por ejemplo, taxis.
f. De provisión de servicios públicos: los asociados son los usuarios de los servicios que prestará la cooperativa; por
ejemplo provisión de energía eléctrica.
g. De vivienda: los asociados con lo que necesitan una vivienda, a la cual pueden acceder en forma asociada, tanto
por autocontrucción como por mecanismos o sistemas de administración de obra.
h. De consumo: las personas que se asocian son consumidores, para conseguir mejores precios en los bienes y
artículos de consumo masivo.
i. De crédito: otorgan préstamos a sus asociados con capital propio.
j. De seguros: prestan a sus asociados servicios de seguros de todo tipo.
k. Bancos Cooperativos: operan financieramente con todos los servicios propios de un banco bajo la Ley de
Entidades Financieras. Por ejemplo, Banco Credicoop.

Se las puede distinguir por el grado de organización:

 1° grado: cooperativas propiamente dichas.


 2° grado: federación de cooperativas.
 3° grado: confederación de cooperativas.

4.7 ¿Cómo se constituyen las sociedades cooperativas?

Se constituyen labrándose acta que debe ser suscripta por todos los fundadores, por acto único y por instrumento
público o privado.

Comienzan su existencia como personas jurídicas desde el momento de su creación. Sin embargo, para comenzar a
funcional como tales, deben obtener autorización expresa por parte del Estado, la cual es otorgada por el Instituto
Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES).

4.8 ¿Qué debe decidir la asamblea constitutiva?

i. El informe de los iniciadores.


ii. El proyecto de estatuto.
iii. La suscripción e integración de cuotas sociales.
iv. La designación de consejeros y síndico.

4.14 ¿Cómo se conforma el capital social de las sociedades cooperativas, cómo se representa?

El capital de las cooperativas:

 Se constituye por cuotas sociales indivisibles y de igual valor; es decir que se trata de una sociedad por cuotas,
regulada por una ley especial.
 Pero, se trata de un régimen de cuotas particular porque las cuotas sociales deben constar en acciones
representativas de una o más, que revisten el carácter de nominativas.
 Estas cuotas representadas por acciones nominativas pueden transferirse sólo entre asociados y con acuerdo del
consejo de administración en las condiciones que determine el estatuto.
 Las cuotas sociales deben integrarse al ser suscritas, como mínimo de un cinco por ciento (5%) y completarse la
integración dentro del plazo de cinco (5) años de la suscripción.
72

Organización: tripartita:
Páá giná

 Gobierno: Asamblea.
 Administración: Consejo.
 Fiscalización:
o Privada: Sindicatura (interno) y Auditoría (externo).
o Estatal: fiscalización especial.

4.19 El gobierno de las sociedades cooperativas

Está a cargo de la Asamblea de asociados; es un elemento típico, necesario, colegiado y no permanente. Puede ser:
 Asamblea ordinaria: debe realizarse dentro de los cuatro meses siguientes a la fecha de cierre del ejercicio para
considerar los documentos mencionados en el artículo 41 y elegir consejeros y síndico, sin perjuicio de los demás
asuntos incluidos en el orden del día.
 Asambleas extraordinarias: tendrán lugar toda vez que lo disponga el consejo de administración; el síndico,
conforme a lo previsto por el artículo 79 inciso 2, o cuando lo soliciten asociados cuyo número equivalga por lo
menos al diez por ciento del total, salvo que el estatuto exigiera un porcentaje menor. Se realizarán dentro del
plazo previsto por el estatuto.

El consejo de administración puede denegar el pedido incorporado los asuntos que lo motivan al orden del día de la
asamblea ordinaria, cuando ésta se realice dentro de los noventa días de la fecha de presentación de la solicitud.

Las decisiones de la asamblea conformes con la ley el estatuto y el reglamento, son obligatorias para todos los
asociados, salvo lo dispuesto en el artículo anterior (art. 61). Sin embargo, toda resolución de la asamblea que sea
violatoria de la ley, el estatuto o el reglamento, puede ser impugnada de nulidad por consejeros, síndicos, autoridad
de aplicación, órgano local competente y asociados ausentes o que no votaron favorablemente. También podrán
impugnarla quienes votaron favorablemente, si su voto es anulable por vicios de la voluntad o la norma violada es de
orden público (art. 62).

Es de competencia exclusiva de la asamblea, siempre que el asunto figure en el orden del día, la consideración de (58):

1. Memoria, balance general, estado de resultados y demás cuadros anexos;


2. Informes del síndico y del auditor;
3. Distribución de excedentes;
4. Fusión o incorporación;
5. Disolución;
6. Cambio del objeto social;
7. Participación de personas jurídicas de carácter público, entes descentralizados y empresas del Estado en los
términos del último párrafo del artículo 19;
8. Asociación con personas de otro carácter jurídico.

4.19.1 Convocatoria y funcionamiento

Todas las asambleas deben ser convocadas con quince días de anticipación por lo menos, en la forma prevista por el
estatuto. La convocatoria incluirá el orden del día a considerar. Con la misma anticipación deben ser comunicadas a la
autoridad de aplicación y al órgano local competente. Lugar de reunión Deben reunirse en la sede o en lugar que
corresponda a la jurisdicción del domicilio social (art. 48).

4.20 Consejo de administración

La administración de la sociedad cooperativa está a cargo de un Consejo de Administración. La representación


corresponde al presidente del consejo de administración. El estatuto puede autorizar la actuación de uno más
consejeros.

El consejo de administración tiene a su cargo la dirección de las operaciones sociales, dentro de los límites que fije el
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estatuto, con aplicación supletoria de las normas del mandato. Sus atribuciones son las explícitamente asignadas por
Páá giná

el estatuto y las indicadas para la realización del objeto social. A este efecto se consideran facultades implícitas las que
la ley o el estatuto no reservaran expresamente a la asamblea (art. 68).

 El consejo de administración es elegido por la asamblea con la periodicidad, forma y número previstos en el
estatuto. Los consejeros deben ser asociados y no menos de tres.
 La duración del cargo de consejero no puede exceder de tres ejercicios.
 Los consejeros son reelegibles, salvo prohibición expresa del estatuto.
 El estatuto debe establecer las reglas de funcionamiento del consejo de administración.
 El quórum será de más de la mitad de los consejeros, por lo menos. Actas Las actas deben ser firmadas por el
presidente y un consejero.
 Reuniones: debe reunirse por lo menos una vez al mes y cuando lo requiera cualquiera de sus miembros. La
convocatoria se hará en este último caso por el presidente para reunirse dentro del sexto día de recibido el pedido.
En su defecto podrá convocarlo cualquiera de los consejeros.

4.21 Fiscalización privada

La fiscalización privada está a cargo de uno o más síndicos elegidos por la asamblea entre los asociados. Se elegirá un
número no menor de suplentes.

 Duración del cargo: la duración del cargo no puede exceder de tres ejercicios.
 Reelegibilidad: son reelegibles si lo autoriza el estatuto.
 Comisión fiscalizadora: cuando el estatuto previera más de un síndico debe fijar un número impar. En tal caso
actuarán como cuerpo colegiado bajo la denominación de "Comisión fiscalizadora". El estatuto debe reglar su
constitución y funcionamiento. Llevará un libro de actas.

Son atribuciones del síndico, sin perjuicio de las que conforme a sus funciones le confieren la ley y el estatuto:

a. Fiscalizar la administración, a cuyo efecto examinará los libros y documentos siempre que lo juzgue conveniente;
b. Convocar, previo requerimiento al consejo de administración, a asamblea extraordinaria cuando lo juzgue
necesario; y a asamblea ordinaria cuando omitiera hacerlo dicho órgano una vez vencido el plazo de ley;
c. Verificar periódicamente el estado de caja y la existencia de títulos y valores de todo especie;
d. Asistir con voz a las reuniones del consejo de administración;
e. Verificar y facilitar el ejercicio de los derechos de los asociados;
f. Informar por escrito sobre todos los documentos presentados por el consejo de administración a la asamblea
ordinaria;
g. Hacer incluir en el orden del día de la asamblea los puntos que considere procedentes;
h. Designar consejeros en los casos previstos en el último párrafo del artículo 65;
i. Vigilar las operaciones de liquidación;
j. En general, velar por que el consejo de administración cumpla la ley, el estatuto, el reglamento y las resoluciones
asamblearias.

El síndico debe ejercer sus funciones de modo que no entorpezca la regularidad de la administración social. La
función de fiscalización se limita al derecho de observación cuando las decisiones significaran, según su concepto,
infracción de la ley el estatuto o el reglamento.

4.22 Auditoría externa

Las cooperativas deben contar desde su constitución y hasta que finalice su liquidación con un servicio de auditoría
externa a cargo de contador público nacional inscripto en la matrícula respectiva.

 El servicio de auditoría puede ser prestado por cooperativa de grado superior o entidad especialmente constituida
a este fin.
 Cuando la cooperativa lo solicite y su condición económica lo justifique la auditoría será realizada por el órgano
local competente. En este caso el servicio será gratuito y la cooperativa estará exenta de responsabilidad si no
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fuera prestado.
 La auditoría puede ser desempeñada por el síndico cuando éste tuviera la calidad profesional indicada.
Páá giná

 Los informes de auditoría se confeccionarán de acuerdo con la reglamentación que dicte la autoridad de
aplicación, serán por lo menos trimestrales y se asentarán en el libro especial.

Se concibe a la autoría externa como un servicio técnico complementario de la fiscalización privada, en donde el
auditor actúa para fiscalizar lo que se da en llamar “la administración gerencial”.

4.25 La fiscalización estatal o pública


Las sociedades cooperativas, en razón de su naturaleza, de las funciones que cumplen las instituciones que conforman
el movimiento cooperativo y las ventajas crediticias y fiscales que se les asignen, hacen que se trate de personas
jurídicas sujetas a fiscalización pública.

Esta está a cargo de la autoridad de aplicación, que la ejerce por sí o a través de convenio con el órgano local
competente, tratándose de una fiscalización que resulta independiente de la que pudieran ejercer otros organismos en
función de estar establecida por regímenes específicos para determinadas actividades.

El control público de las cooperativas lo tiene el INAES. Los objetivos y acciones son:

 Ejercer en el ámbito nacional las funciones que le competen al Estado Nacional como autoridad de aplicación del
régimen legal.
 Fomentar el desarrollo, educación y promoción de la acción cooperativa y mutual en todo el territorio nacional.
 Reconocer a las Asociaciones Mutuales y Cooperativas otorgándoles personalidad jurídica.
 Ejercer el control público y la superintendencia de Asociaciones Mutuales y Cooperativas, fiscalizando su
organización, funcionamiento, solvencia, calidad y naturaleza de las prestaciones y servicios.

Son facultades inherentes a la fiscalización pública:

1) Requerir la documentación que se estime necesaria;


2) Realizar investigaciones e inspecciones en las cooperativas, a cuyo efecto se podrá examinar sus libros y
documentos y pedir informaciones a sus autoridades, funcionarios responsables, auditores, personal y terceros;
3) Asistir a las asambleas;
4) Convocar a asamblea cuando lo soliciten asociados cuyo número equivalga por lo menos al diez por ciento del
total, salvo que el estatuto requiriera un porcentaje menor, si el consejo de administración no hubiese dado
cumplimiento a las disposiciones estatutarias pertinentes en los plazos previstos por ellas o hubiera denegado
infundadamente el pedido;
5) Convocar de oficio a asambleas cuando se constatarán irregularidades graves y se estimara la medida
imprescindible para normalizar el funcionamiento de la cooperativa;
6) Impedir el uso indebido de la denominación "cooperativa" de acuerdo con las previsiones de esta ley;
7) Formular denuncias ante las autoridades policiales o judiciales en los casos en que pudiera corresponder el
ejercicio de la acción pública;
8) Hacer cumplir sus decisiones, a cuyo efecto se pondrá:
a) requerir el auxilio de la fuerza pública;
b) solicitar el allanamiento de domicilios y la clausura de locales;
c) pedir el secuestro de libros y documentación social;
9) Declarar irregulares e ineficaces, a los efectos administrativos, los actos a ella sometidos cuando sean contrarios a
la ley, el estatuto o el reglamento. La declaración de irregularidad podrá importar el requerimiento de las medidas
previstas en el inciso siguiente, sin perjuicio de las sanciones establecidas en el artículo 101;
10) Solicitar al juez competente:
a) la suspensión de las resoluciones de los órganos sociales cuando fueran contrarias a la ley, el estatuto o el
reglamento;
b) la intervención de la cooperativa cuando sus órganos realicen actos o incurran en omisiones que importen un
75

riesgo grave para su existencia;


11) Vigilar las operaciones de liquidación;
Páá giná

12) Coordinar su labor con los organismos competentes por razón de materia;
13) En general, velar por el estricto cumplimiento de las leyes en toda materia incluida en su ámbito, cuidando de no
entorpecer la regular administración de las cooperativas.

El INAES va a ser el organismo de contralor que tiene la fiscalización estatal general para todas las cooperativas. Pero,
también va a haber una fiscalización especial en razón del objeto de cada cooperativa; por ejemplo, un banco bajo una
cooperativa, tiene la del Banco Central.

CAPÍTULO XI
RESOLUCION PARCIAL, DISOLUCION Y LIQUIDACION DE SOCIEDADES

1. LA RESOLUCIÓN DEL CONTRATO SOCIAL:

La mayor parte de la doctrina ha criticado que la ley 19.550 estructure el régimen de la resolución parcial y de
disolución del contrato de sociedad porque se trata de institutos incompatibles y contrapuestos. Mientras la resolución
parcial importa la desvinculación de un socio y supone la continuación de la actividad de la sociedad con los
restantes, la disolución marca el principio del fin de la existencia de la persona jurídica, abriendo automáticamente el
periodo liquidatorio, subsumiendo al ente social en una estado donde la sociedad solo subsiste como sujeto de
derecho a los fines de su liquidación.

Vítolo no comparte la crítica de la doctrina porque en cierta forma si la resolución del contrato es total, el instituto
para llevarla a cabo es la disolución de la sociedad comercial y; si fuera parcial habrá que evaluar si afecta la
pluralidad de socios o la posibilidad de cumplimiento del objeto, cuestiones relacionadas con la disolución. Si bien no
se trata, la resolución parcial, de una causal de disolución de la sociedad, no hay dudas que respecto del socio y la
sociedad afectados hay una disolución del vínculo societario.

2. LA RESOLUCIÓN PARCIAL DEL CONTRATO DE SOCIEDAD:

Las legislaciones contemporáneas admiten la resolución parcial del contrato de sociedad para salvar a la empresa de
las reacciones o vicisitudes personales de sus integrantes. Un socio puede ser excluido o retirarse subsistiendo el
vínculo jurídico entre los demás. La resolución parcial es el procedimiento encaminado a no disolver el contrato plurilateral
entre todos los otorgantes, limitando su acción a disolver el vínculo de uno o varios socios en particular, pero continuando la
vigencia de tal contrato plurilateral entre los demás. Esta resolución parcial opera cuando se produce alguna reducción en
el elenco de los integrantes, modificándose el acto constitutivo sin afectar la entidad. Hay resolución de la relación
jurídica sólo para uno o varios de los componentes, sin repercusión sobre la estructura social.

2.1 Modos de resolución parcial del contrato de sociedad:

a. el fallecimiento: la muerte del socio importa en las sociedades por parte de interés, la resolución parcial del contrato
de sociedad, sin perjuicio de que pueda pactarse en el contrato la posibilidad de continuar la sociedad con los
herederos.
b. la renuncia o retiro voluntario: importa el retiro voluntario del socio de la empresa, rompiendo el vínculo que lo
liga. Así se satisface el interés del socio y el de la sociedad, que no sufre perturbación por tal actitud. El retiro
permite su subsistencia aun cuando uno o más socios dejen de formar parte de ella. Se dice que este derecho es
inderogable porque a nadie se puede privar de la facultad de liberarse del vínculo social cuando mediaren causas
justas ni obligarlo a mantener tal estado. Ni lesiona intereses de 3°.
c. la exclusión: la eliminación del socio se produce contra su voluntad o al menos sin su concurso. Esta medida tiene
carácter de sanción contra la inconducta del socio aunque también puede originarse por su desventura (quiebra,
incapacidad, inhabilitación), salvaguardando la existencia del ente colectivo frente a aquellos miembros de
comportamiento indeseable que pudieran acarrear un atentado contra la vida la persona moral. La expulsión del
socio presenta una fisonomía diferente según se trate de sociedades por parte de interés o sociedades de capital.
76

En las primeras, por su formación intuitu personae, la exclusión se produce por la decisión del ente en forma
forzosa para el socio excluido ante su inconducta o por haber caído en algún supuesto legal o del contrato.
Páá giná

Contrariamente, en las compañías intuitu rei, la exclusión es indirecta a partir de conductas del socio que no
cumple con sus obligaciones con la sociedad en materia de integración o suscripción del capital social.

En los dos primeros casos (fallecimiento y renuncia) la resolución opera por cuestiones ajenas a la voluntad de la
sociedad, por lo que el instituto tiende a tutelar el interés particular del socio. En el tercer caso (exclusión) se trata de
dar a la sociedad un arma de defensa ante las inconductas en que pudieren incurrir alguno de los integrantes o frente
a hechos sobrevinientes que pudieren afectarlos.

2.2 Problema de la resolución parcial en las “sociedades de capital”:


La resolución parcial ha sido descartada por la ley 19.550 para determinados tipos sociales como las sociedades
anónimas y en comandita por acciones, en lo referido a los socios comanditarios, y ello ha sido defendido por la
doctrina porque el destino circulatorio de las acciones hace que en estas sociedades el régimen de resolución parcial
sea inaplicable. La jurisprudencia ha prohibido la inclusión en los estatutos de las sociedades por acciones de
clausulas que prevean resolución parcial, fundados en el carácter transferible de la acción como requisito tipificante de
ellas.

2.3 Facultades legales de los socios para la creación de causales de resolución parcial y disolución:

El art 89 de la ley contempla que los socios pueden prever en el contrato constitutivo causales de resolución parcial y
de disolución no previstas en la propia ley. Esta norma ya estaba contemplada en el Código de Comercio.

Podrían los socios acordar causales complementarias a las establecidas por el art 94. (Sin modificar las establecidas por
la ley que son expresas e imperativas)

Las causales del art 94 son:

1. Decisión de los socios: siempre los socios pueden decidir la disolución de la sociedad ya sea de forma unánime o
bajo las mismas mayorías establecidas para la modificación del contrato social, y en el caso de las S.A con las
mayorías agravadas del art 244 de la ley. Una clausula contractual no podría disponer que la sociedad no pueda
disolverse aun cuando los socios así lo decidan.
2. Expiración del plazo de vigencia: importa la disolución de pleno derecho de la sociedad, lo que puede ser evitado
solo mediante el instituto de la prorroga, o dejada sin efecto (luego de acaecida) por la reconducción del contrato
social (reactivación) por lo que no podría una clausula contractual que la sociedad continúe vencido el plazo de su
duración.
3. La consecución del objeto social o imposibilidad sobreviniente de lograrlo: para ello los socios deberían modificar el objeto
porque sino existiría una sociedad comercial sin objeto social a cumplir o con objeto imposible.
4. La pérdida del capital social: no pueden los socios continuar operando cuando se pierde todo el capital.
5. La declaración de quiebra
6. La fusión: no es posible que los socios pacten que en caso de fusión de la sociedad se mantenga sin disolverse,
cuando la disolución es uno de los requisitos fundamentales de la fusión.
7. La sanción firme de cancelación de oferta pública o de la cotización de sus acciones: porque la ley es la que establece cómo
puede evitarse tal disolución
8. La resolución firme de retiro de la autorización para funcionar cuando leyes especiales la impusieren en razón del objeto:
porque permitir que los socios inhiban esta causal disolutoria importaría derogar normas impuestas como
consecuencia del control que leyes especiales han establecido en materia de interés público, el ejercicio de un
control de cierta actividad contenida en el objeto.

2.4 Muerte del socio:

En las sociedades donde la persona del socio tiene una relevancia especial, la muerte impacta fuertemente en toda la
estructura societaria, cuestión que la ley recoge en el art 90, disponiendo que en las sociedades colectivas, en
comandita simple, de capital e industria y en participación, se opera la resolución parcial del contrato de sociedad.
77

Sin perjuicio de ello, la norma declara la licitud del pacto de continuación de la sociedad con los herederos,
Páá giná

estableciendo su obligatoriedad sin necesidad de concertar un nuevo contrato aunque se contempla la chance de que
dichos sucesores puedan condicionar su incorporación a que su parte sea transformada en comanditaria (para evitar
responsabilidad personal).

Las normas legales que disponen o habilitan que se puedan establecer pactos de continuación societaria no afectan al
orden público y permiten la permanencia y supervivencia de la empresa, bajo una misma titularidad a pesar de la
sustitución de los socios a través de sus herederos.
Las sociedades de responsabilidad limitada no están incluidas en el art 90. En este caso si el contrato previera la
incorporación de herederos, el mismo seria obligatorio para la sociedad y los herederos. En las sociedades anónimas,
la muerte tampoco implica resolución parcial del contrato social porque este instituto es ajeno a las S.A.

Efectos de la resolución parcial causada por la muerte del socio: los efectos de la muerte del socio deben buscarse en
los principios del instituto y en la aplicación analógica de ciertas normas del régimen de exclusión del socio, que
también es un caso de resolución parcial. Los efectos principales son:

a. Resuelve el vinculo de los herederos del socio con la sociedad a partir del mismo momento del fallecimiento
b. Genera un derecho crediticio para los herederos del causante respecto del valor de la participación del socio
fallecido en la sociedad
c. Genera la obligación para la sociedad de llevar adelante el procedimiento de liquidación de la cuota social y pagar
la misma a los sucesores del socio fallecido
d. Por el principio de división entre el patrimonio del causante y el personal de los herederos, el patrimonio del
causante continua respondiendo por las obligaciones sociales hasta la inscripción de la resolución parcial en el
Registro Publico
e. Integraran los bienes del acervo sucesorio los resultados de las operaciones pendientes

Una vez producido el evento, la sociedad deberá tomar resoluciones:

a. Aceptar la resolución parcial del contrato y continuar la sociedad con los socios sobrevivientes
b. Disolver la sociedad porque no pueden o no quieren continuarla
c. Ejecutar el pacto de continuación de la sociedad con los herederos y tomando las medidas del caso que podrían
ser modificar el contrato social, transformar la sociedad adoptando otro tipo o modificar la participación de los
herederos en la sociedad para darle responsabilidad limitada a dicha participación.

¿A partir de qué momento produce efectos respecto de la sociedad la resolución parcial derivada de la muerte del
socio? La resolución parcial del contrato tiene lugar en el mismo momento del fallecimiento del socio. Es en ese
instante en el cual opera la causal legal, que opera de pleno derecho. La resolución parcial impactará en la sociedad
desde que la misma tome conocimiento del fallecimiento, lo que importará la modificación del contrato social. Le
serán oponibles a los herederos los actos societarios cumplidos por la sociedad luego del fallecimiento y hasta que ésta
haya tomando conocimiento del mismo.

¿A partir de qué momento produce efectos respecto de terceros la resolución parcial derivada de la muerte del socio?
La resolución parcial causada por la muerte de un socio tendrá efectos frentes a 3° recién a partir de la inscripción
registral de tal modificación contractual.

La situación de los herederos: lo que cada heredero incorpora a su patrimonio es la “cuota” o “alícuota” con valor
patrimonial, que a su vez, es la medida del interés económico de las adquisiciones o de la responsabilidad por las
deudas o cargas. Pero la herencia como tal es indivisible objetivamente mientras no acaezca la partición y por ello el
titulo hereditario y la gestión de la comunidad pertenecen a todos los coherederos, aunque c/u de ellos reconozca en
su patrimonio un interés o una responsabilidad limitada al valor de su alícuota.
78

Pactos de continuación de la sociedad con los herederos: la ley declara validos los pactos de continuación de la
sociedad con los herederos del socio fallecido en las sociedades colectivas y en comandita simple, disponiendo que
Páá giná

dicho pacto será obligatorio para éstos con la salvedad de que los mismos pueden condicionar su incorporación a que
su parte se transforme en comanditaria.

Este pacto deberá estar establecido en el contrato social por incorporación de la clausula en el momento de
constituirse la sociedad o por una reforma estatutaria posterior.

El art 90, párrafo 2°, establece el pacto de continuación en forma expresa para las sociedades colectivas y en comandita
simple, sin considerar las sociedades de capital e industria, cuando ellas están numeradas entre las sociedades en las
cuales la muerte del socio aneja la resolución parcial del contrato, por lo que en estos casos, si existieran pactos de
continuación con los herederos, según la doctrina una declaración unilateral de voluntad de los socios con fuerza
vinculante para estos, para quienes dicho pacto seria una estipulación a favor de tercero. El pacto es obligatorio para
los socios sobrevivientes pero no para los herederos que pueden aceptarlo o no.

En el caso particular de la sociedad de responsabilidad limitada, si el contrato previera la incorporación de los


herederos, dicho pacto será obligatorio para la sociedad y los herederos, haciéndose efectiva su incorporación cuando
acrediten su carácter de tales, actuando mientras tanto el administrador de la sucesión.

Los pactos referidos a la eventual continuación de la sociedad con los herederos pueden contener 3 previsiones
básicas: a) que el pacto sea ejercido a opción de la sociedad, porque puede ser que los socios hayan previsto que recién
al momento de la muerte la sociedad pueda elegir ente aplicar el pacto o no; b) que el pacto resulte obligatorio para la
sociedad y que sean los herederos los que elijan si desean o no incorporarse y ; c) que se establezca que la sociedad no
continuará con los herederos correspondiéndoles a estos sólo el valor de la participación social del socio.

¿Qué ocurre si hay herederos menores de edad, incapaces o personas con capacidad restringida? En defensa de los
menores es terminante el art 28de la ley al establecer que la sociedad constituida con bienes sometidos a indivisión
forzosa hereditaria, los herederos menores de edad, incapaces o con capacidad restringida sólo pueden ser socios con
responsabilidad limitada. El contrato constitutivo debe ser aprobado por el juez de la sucesión. Si existiere posibilidad
de colisión de intereses entre el representante legal, el curador o el apoyo y la persona menor de edad, incapaz o con
capacidad restringida, se debe designar un representante ad hoc para la celebración del contrato y para el contralor de
la administración de la sociedad si fuere ejercida por aquél.

El art 29 dispone que sin perjuicio de la transformación de la sociedad en una de tipo autorizado, la infracción al
artículo 28 hace solidaria e ilimitadamente responsables al representante, al curador y al apoyo de la persona menor
de edad, incapaz o con capacidad restringida y a los consocios plenamente capaces, por los daños y perjuicios
causados a la persona menor de edad, incapaz o con capacidad restringida.

¿Es posible la continuación parcial de la sociedad con los herederos? Otra posibilidad es que en el contrato social se
hubiera pactado que la sociedad continuaría sólo con algunos de los herederos y no con otros. Tanto la doctrina como
la jurisprudencia han admitido la validez de esta clausula siempre que no se viole el derecho a la igualdad de
concurrencia a la herencia y no se establezca un pacto sobre herencia futura.

2.5 ¿Cómo se liquida la parte social en los casos de resolución parcial del contrato?

No lo contempla la ley, por lo que la doctrina ha recurrido a asimilar el régimen de valuación al que rige en el
supuesto de exclusión del socio, previsto por el art 92. Según Vítolo, la valuación debe efectuarse siempre sobre la
base de un procedimiento dinámico, considerando que se trata de una empresa en marcha y no de una participación en
una liquidación de la sociedad.
79

3. EXCLUSIÓN DEL SOCIO:


Páá giná

La exclusión es el instituto por el cual la sociedad, tanto frente a la inconducta del socio como frente a una situación que afecta
a éste y que resulta incompatible con su “status” de tal o le impide dar cabal cumplimiento a sus obligaciones, resuelve su
separación compulsiva de la sociedad, disponiendo la resolución parcial del contrato de sociedad a su respecto, y liquidándose la
parte correspondiente a su participación social.

Se trata de una sanción que castiga el comportamiento o situación que afecta el socio y que conlleva a una
incompatibilidad entre ésta y la continuación de aquél como parte integrante del sujeto de derecho sociedad.
La decisión societaria importa la resolución parcial del contrato social respecto del socio expulsado de la organización
y la sanción consiste en la separación compulsiva de dicho socio de la sociedad sin afectar su derecho a percibir de
ésta la parte correspondiente a su participación. La exclusión ha sido considerada como la separación del socio de la
sociedad contra su voluntad o al menos sin su consentimiento o concurso.

3.1 El régimen de exclusión del socio en la ley 19.550:

El artículo 91 establece como principio general que los socios en las sociedades colectivas, en comandita simple, de
capital e industria, accidentales y en participación, de responsabilidad limitada y los socios comanditados en las
sociedades en comandita por acciones, pueden ser excluidos si mediare justa causa resultando nulo cualquier pacto en
contrario que pudiera contener el contrato social. Las cláusulas de exclusión incluyen tanto el caso de grave
incumplimiento de las obligaciones por parte del socio como circunstancias que pudieran afectarlo en materia de
capacidad, habilitación o patrimonial, de donde cuando el socio infringiere gravemente sus obligaciones para con la
sociedad o sea declarado incapaz, sufra inhabilitación o sea declarado en quiebra o concurso civil (salvo en las
sociedades de responsabilidad limitada) la sociedad podrá excluirlo.

La enumeración legal tiene carácter enunciativo y los socios pueden prever en el contrato otros supuestos de
exclusión.

3.2 ¿Qué es la exclusión por justa causa?

El presupuesto objetivo para que la sociedad (de los tipos que dice la ley, art 90 y 91) excluya al socio es que exista
justa causa. Esta exclusión será dispuesta finalmente por el juez si prospera la acción que promueve la sociedad y
deberá evaluar esa justa causa.

La ley ha dividido la “justa causa” en dos ámbitos:

a. Grave incumplimiento de sus obligaciones


b. Incapacidad, inhabilitación, y declaración en quiebra o concurso del socio.

¿Qué significa graves incumplimientos? Además del art 91 la ley prevé la procedencia de la exclusión del socio en
casos tales como la mora en el cumplimiento del aporte comprometido, en caso de evicción en el aporte afectado, la
realización de actividades en competencia, etc. La jurisprudencia previa a la ley consideró justa causa los casos donde
el socio ha usado fondos de la sociedad para beneficio propio o ha destruido bienes que integran el patrimonio
societario; cuando el socio obstaculiza, bloquea y no colabora para que la sociedad pueda ultimar los acuerdos
sociales para su normal desenvolvimiento; la perturbación o interferencia del socio en la sociedad para destruir la
confianza y el trato de buena fe que debe de existir entre los integrantes de la misma; la inconducta del socio que
pudiera afectar la sociedad y el desinterés, abandono o inasistencia permanente a la sede social y actividades sociales.
El incumplimiento para ser justa causa y que el socio sea excluido deberá tener significativa entidad y gravedad, y sus
consecuencias deberán tener impacto negativo y relevante en el ente o interés societario. También deberá generar deterioro
de la relación entre los socios afectando la marcha de los negocios sociales.

Afectación de calidades de socio: conforma justa causa cuando sobrevenga al socio una causal de incapacidad o
80

inhabilitación, o sea declarado en quiebra o concurso, salvo en las sociedades de responsabilidad limitada. No se
Páá giná

requiere de ninguna conducta del socio porque es una facultad exclusiva y su sustento como justa causa deviene del
mero acaecimiento del hecho. La inhabilitación e incapacidad influye gravemente en sociedades donde hay un fuerte
sesgo personalista y la figura del socio no es indiferente para la sociedad sino que es intuitu personae.

3.3 Extinción del derecho de excluir al socio:

El derecho de exclusión de la sociedad se extingue si el mismo no es ejercido en el término de 90 días contados a partir
de la fecha en que se conoció el hecho justificativo de la separación. La doctrina dispone que son días corridos. Se trata
de un plazo breve que busca que ante el hecho grave que configura justa causa no se prolongue excesivamente la
situación de conflicto que atenta contra la vida societaria. Esta acción puede estar a cargo de la propia sociedad o de
alguno de los socios y el plazo deberá computarse desde que cada socio o la sociedad hubieran tomado efectivo
conocimiento de la existencia del mismo.

Ese plazo de caducidad no resulta aplicable cuando la causal exclusoria este constituida por la mora en la integración
del aporte por parte del socio porque constituiría una ventaja desproporcionada para el socio al permitirle permanecer
sin integrar el aporte.

3.4 ¿Cómo se lleva a cabo la acción de exclusión? La norma prevé dos modos:

a. Acción social de Exclusión: la lleva adelante la sociedad como sujeto de derecho independiente de los socios
b. Acción individual que puede ejercer cualquiera de los socios que no se encuentre comprendido dentro de la causal
exclusoria.

En cualquiera de los dos casos la exclusión requiere de una decisión judicial firme salvo cuando el socio acepte
voluntariamente su exclusión y así quede plasmado: a) en un instrumento suscripto por la sociedad y el socio
afectado, en el caso de que la decisión provenga de la sociedad, o b) en un instrumento donde conste la voluntad de la
sociedad, de todos los restantes socios y del socio afectado cuando la iniciativa de exclusión provenga de uno o varios
de los socios.

La acción social de exclusión: debe ser ejercida por el representante legal de la sociedad y por aquella/as personas que
los restantes socios designen en el caso de que la exclusión se refiera a los administradores o representantes que
revisten a su vez el carácter de socios. La acción debe ser deducida y resuelta por el órgano de gobierno de acuerdo
con las mayorías exigidas según el tipo social, sin tener en cuenta a los efectos del quórum ni de la mayoría el voto del
socio que se pretende excluir. Pero el socio tiene derecho a concurrir a la reunión del órgano de gobierno que trate el
tema y a ejercer su derecho de voz.

Promovida la demanda de exclusión, el juez puede disponer como medida cautelar la suspensión provisoria de los
derechos del socio cuya exclusión se persigue. Para decretarla el juez deberá analizar las condiciones (verosimilitud
del derecho y de los hechos denunciados, peligro grave y contracautela para responder por los daños y perjuicios al
socio).

La acción individual de exclusión: la acción de exclusión también puede ser ejercida individualmente por uno de los
socios y en ese caso la demanda de exclusión debe sustanciarse con citación de todos los demás socios.

3.5 La sentencia de exclusión del socio:

Establecerá si existe o no justa causa y dispondrá en tal caso la exclusión del socio. La sentencia tiene efectos
declarativos y se considerará que la exclusión se ha perfeccionado a la fecha en que la sociedad o el socio nuevamente
promovieron la demanda de exclusión. La sentencia firme hará cosa juzgada material sobre la existencia de la justa
causa y la exclusión deberá inscribirse en el Registro Público, teniendo oponibilidad frente a terceros recién a partir de
dicha inscripción.
81 Páá giná

3.6 Efectos y alcances de la exclusión del socio:

El art. 92 tiene importancia porque la ley no prevé efectos de la resolución parcial del contrato de sociedad por lo que
la enumeración de dicho artículo resulta aplicable por analogía a los demás casos de resolución parcial.

La doctrina ha dicho que en la faz interna se producen efectos entre el socio y la sociedad: se rompe el vínculo
societario, convirtiéndose el socio excluido en un acreedor social respecto de la liquidación de su participación
societaria. En la faz externa el socio mantendrá relación con los terceros vinculados a la sociedad, la misma subsiste a
pesar de que el contrato se resuelve parcialmente y el contrato se modificará por las alteraciones de los socios y la
responsabilidad del socio excluido con operaciones pendientes.

3.7 Liquidación de la parte del socio excluido:

El socio excluido tiene derecho a una suma de dinero que represente el valor de su parte a la fecha de invocación de la
exclusión. La ley no señala la forma en la cual debe valuarse la parte del socio ni tampoco quien practicará la
valuación. Ni tampoco el plazo para llevarse a cabo.

Sin embargo, no caben dudas de que la fijación del valor y el proceso de liquidación estarán a cargo de los
administradores. Según Vítolo la valuación correspondiente a la parte del socio excluido debe hacerse de acuerdo a:
estado de situación patrimonial a la fecha de la exclusión, (A+P) operaciones pendientes en las cuales el socio deba
participar de los beneficios y pérdidas y la valuación dinámica de la sociedad como empresa en marcha. Esta suma
deberá liquidarse en el plazo que establezca la sentencia de exclusión.

4. DISOLUCIÓN:

Se trata de el acto jurídico que, previa la verificación de algunas de las causales previstas en la ley, en el contrato o estatutos,
abre el proceso liquidatorio conducente a la extinción de la sociedad como contrato y persona jurídica.

La disolución no implica fin de la sociedad ni extinción de las relaciones jurídicas de ésta, aunque libera a los socios de
la obligación de contribuir con la cooperación personal y económica para cumplir con su objetivo; pero no los libera
de su deber de cooperación para llevar a cabo todos los actos necesarios para llevar adelante la liquidación del ente. La
organización social sobrevive como sujeto de derecho al sólo efecto de la liquidación, con el objeto de realizar los
activos, para destinar su producto a cumplir con las obligaciones asumidas con los acreedores y repartiendo el saldo
patrimonial, denominado remanente, si existiere entre los socios.

La disolución transforma la actividad de producción en actividad de liquidación. Es aquel instante en el cual se produce,
reconoce o declara una causal disolutoria que coloca a la sociedad comercial en un estado de liquidación en el cual se le limita su
legitimación para actuar, restringiéndola a los actos necesarios tendientes a llevar adelante la realización de su activo, cancelar
pasivos y distribuir el remanente entre los socios si lo hay; como también reclamar a los socios las contribuciones debidas con el
objeto de que soporten las perdidas teniendo en cuenta el tipo social escogido.

La liquidación debe realizarse de la mejor manera posible y tendiendo a proteger el interés social, por eso, si para
liquidar los bienes óptimamente es necesario continuar por un tiempo con las operaciones pendientes o culminar con
procesos productivos determinados en curso de ejecución, debe hacerse de esa manera.

4.1 Clasificación de las causales de disolución:

1. Causales legales y convencionales: son aquellas contempladas expresamente por la ley como las del art 94 o las
establecidas en otros artículos de la ley. Por el contrario, son causales convencionales aquellas que los socios han
previsto voluntariamente en el contrato o estatuto conforme a la facultad otorgada por el art 89.
2. Causales ordinarias y extraordinarias: según sean o no previsibles desde la constitución de la sociedad. Entre las
82

primeras esta el vencimiento del plazo y el cumplimiento del objeto. Entre las segundas quedan comprendidas la
quiebra de la sociedad o la muerte del socio cuyo nombre figura en la razón social.
Páá giná

3. Causales de pleno derecho o que requieren declaración: refiere a la forma en que se opera la disolución. La
primera se produce automáticamente sin necesidad de intervención judicial ni de los socios como por ejemplo en
el caso del vencimiento del plazo o la revocación de la autorización para funcionar. En la segunda la causal
disolutoria es por declaración o voluntad, cuando son los propios socios quienes la resuelven o en su defecto el
juez a petición de uno de ellos. Ejemplo: disolución por disolución de los socios, perdida del capital social o por
acción judicial de disolución promovida por alguno/ uno de los socios.
4. Causales voluntarias o forzadas: las primeras son aquellas que derivan únicamente de la decisión de sus
miembros, quienes no desean continuar en sociedad. Las forzadas serian aquellas que privan a la sociedad de la
posibilidad de proseguir su actividad por ausencia de uno de sus elementos principales e indispensables. La
voluntad de los socios resulta impotente para impedir la disolución,
5. Causales generales o especiales: según sean o no comunes a todos los tipos sociales. Como causales comunes a
todas las formas sociales están la decisión de los socios, perdida del capital social, vencimiento del plazo. Y entre
las especiales están el retiro de la autorización para funcionar, la muerte del socio cuyo nombre figura en la razón
social para las sociedades personales o la perdida de tipicidad de doble categoría de socios para las sociedades en
comandita simple, etc.

4.2 ¿Qué carácter tiene la enumeración legal de las causales de disolución?

Debe considerarse enunciativa y no taxativa. Podrán los socios acordar causales complementarias a las establecidas
por el art 94, acordar que la sociedad se disuelve por muerte de un socio, por perdida de beneficio o prebenda, si no se
cumplieran ciertos objetivos de facturación, volumen de negocio o participación de mercado en un cierto tiempo, etc.

4.3 ¿Cuáles son las causales disolutorias previstas por el legislador en el artículo 94?

1. Por decisión de los socios: es el supuesto conocido como disolución anticipada, es decir, previo al vencimiento del
plazo obligatorio estipulado. Es un acto discrecional y voluntario de los socios, donde no hace falta la justificación
de la disolución.
2. Por expiración del término por el cual se constituyó: tiene carácter imperativo e inderogable porque protege el interés
del socio, al que no se lo puede obligar a integrar o permanecer en la sociedad indefinidamente, como así tampoco
cuando posteriormente se incorporó a la sociedad teniendo en cuenta las normas contractuales y estatutarias.
3. Por cumplimiento de la condición a la que se subordinó su existencia: opera independientemente del plazo de duración
de la sociedad, es decir, opera dentro del periodo comprendido entre la constitución de la sociedad y el
vencimiento del plazo de duración de ésta.
4. Por consecución del objeto para el cual se formó o por la imposibilidad sobreviniente de lograrlo: es una causal disolutoria
para casos en que la sociedad se crea con fines concretos no perdurables en el tiempo.
5. Por pérdida del capital social: no opera de pleno derecho, requiere de una comprobación de tal circunstancia a través
de estados contables, de ejercicio o especiales. La causal puede quedará sin efecto si los socios deciden el reintegro
del capital.
6. Por declaración en quiebra: queda sin efecto si el trámite se convierte en concurso preventivo.
7. Por su fusión en los términos del art 82: existe fusión cuando 2 o más sociedades de disuelven sin liquidarse para
constituir una nueva o cuando una sociedad existente incorpora a otra/as que sin liquidarse son disueltas.
8. Por sanción firme de cancelación de oferta pública o de la cotización de sus acciones: la disolución podrá quedar sin efecto
por decisión de asamblea extraordinaria reunida dentro de los 60 días. En las sociedades abiertas al estar
autorizadas para hacer oferta pública de sus acciones o cotizar en bolsa, el accionista o inversor podrá sacar sus
acciones a la venta y transferirlas. El socio de las sociedades cerradas difícilmente podrá desprenderse de sus
acciones porque no cuenta con mercado en el cual pueda comercializarlas.
9. Por resolución firme de retiro de la autorización para funcionar cuando leyes especiales la impusieren en razón del objeto:
supuesto en el que la actividad de la sociedad está condicionada a autorización expresa. Su cancelación disuelve
la sociedad.
83Páá giná

4.5 Prórroga del plazo de duración de la sociedad:

El plazo de duración de la sociedad es uno de los elementos esenciales del contrato y debe ser determinado y estar
expresado. La prorroga es la decisión del órgano de gobierno de la sociedad que tiene por objeto extender el plazo de
duración de la sociedad, a raíz de la cual la personalidad plena del ente continua sin ninguna clase de alteración por el
nuevo periodo adicional acordado.
La prórroga de la sociedad requiere acuerdo unánime de los socios, salvo que estos hubieran pactado lo contrario en
una cláusula del contrato, señalando que este régimen general se ve afectado en las sociedades por acciones y en las
de responsabilidad limitada donde la prorroga debe resolverse con el régimen establecido en el art 244.

Esto no significa que en el último de los casos los socios no puedan modificar, pactando contrariamente, otro régimen
de mayorías. Los socios no pueden violar un régimen mínimo de protección establecido por la ley. Podrán agravar
dicho régimen estableciendo mayorías más rigurosas pero nunca atenuar los preceptos legales.

Para que la prorroga resulte admisible, la sociedad: a) debe resolver dicha prorroga dentro del plazo de duración de la
sociedad; b) debe otorgar el instrumento respectivo también dentro de dicho plazo y; c) debe solicitar la inscripción
registral en el Registro Publico antes de que el plazo venza.

Si así no lo hiciera sólo podrá reconducir la sociedad, pero no prorrogarla.

4.6 La reconducción del contrato de sociedad (reactivación)

El art 95 contiene el instituto de la reactivación o reconducción societaria. Surge por los reclamos que originaba la
situación de la sociedad que no había decidido y peticionado la prorroga de su plazo de duración en debido tiempo y
forma antes del vencimiento de dicho plazo de duración. La normativa admite que la reconducción pueda resolverse
por unanimidad o las mayorías requeridas según los distintos supuestos para disponer la prórroga con el límite de
designación temporal de los liquidadores. Cuando esta designación ya se ha producido, sólo se permite que pueda
recomponerse el negocio societario en tanto medie unanimidad de socios.

Conforme a las normas de la IGJ (7/2015) la inscripción de la prorroga o reconducción de sociedades requiere el
cumplimiento de las disposiciones sobre reformas contractuales o estatutarias y algunos otros requisitos especiales.

4.7 Disolución Judicial:

Hay casos donde la disolución no opera de pleno derecho o habiendo operado, esta circunstancia no es aceptada en
forma pacífica por los socios o administradores, y ello deriva en una controversia judicial que finalizará con el dictado
de una sentencia que acogerá o no la pretensión disolutoria. El art 97 establece que en estos casos la sentencia que
disponga la disolución tendrá efecto retroactivo al día en que tuvo lugar la causa generadora.

Legitimados para promover la disolución judicial de una sociedad comercial: (ante del juez del domicilio de la
sociedad)

a. Los socios: para que la sociedad entre en estado de liquidación y se le liquide la correspondiente cuota
liquidatoria a la que tienen derecho.
b. La autoridad de contralor: art 303 inciso 3°
c. Los administradores: cuando los socios se nieguen a reconocer la disolución o la impidan o indicaran continuar
con las operaciones sociales ignorando el estado de liquidación.

La doctrina en general no admite ese derecho a los acreedores particulares de los socios, aunque Vítolo cree que a
dichos acreedores en casos de sociedades por partes de interés debe reconocérseles la posibilidad de subrogarse en los
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derechos del socio y promover la acción disolutoria para ejecutar su crédito. Ello no resultaría necesario en las
Páá giná

sociedades de responsabilidad limitada y por acciones porque dicho acreedor puede embargar y ejecutar las cuotas y
acciones de titularidad del socio deudor.

¿Contra quién debe dirigirse la acción de disolución? Debe dirigirse contra la sociedad, que será el sujeto afectado por
la sentencia que pudiera dictarse acogiendo la demanda; ello sin perjuicio de que los demás socios puedan/deban ser
citados como 3° al proceso, según las circunstancias.

Efectos de la sentencia de disolución: el art 97 dispone que la sentencia de disolución del ente societario tendrá efecto
retroactivo al día en que tuvo lugar su causa generadora.
Efectos de la disolución frente a terceros: art 98 dispone los requisitos para que la disolución tenga efectos frente a 3°,
señalando que la disolución de la sociedad, se encuentre ésta o no constituida regularmente, sólo surte efecto respecto
de terceros desde su inscripción registral, previa publicación, en su caso.

Entre los socios y para la sociedad, la disolución tiene efectos desde el mismo momento en el cual acaece la causal
disolutoria; frente a terceros, los efectos cobran virtualidad a partir de la inscripción de la disolución en el registro
público, previa publicación.

4.8 Publicación: Conforme al art 98 se requeriría publicación previa a la inscripción de la disolución de una sociedad
en los casos de sociedades de responsabilidad limitada y por acciones. En caso de sociedades de otros tipos no es
necesaria la publicación previa a la inscripción.

4.9 Inscripción registral: tiene carácter meramente declarativo y la ausencia de inscripción no afecta a la sociedad en
el hecho en que se encuentra en estado de liquidación; pero el ente societario no podrá usar esa circunstancia frente a
3° para intentar eludir el cumplimiento de sus obligaciones.

4.10 Casos particulares: existen 3 casos en que los que no es necesaria la inscripción de la disolución de la sociedad en
el Registro Público:

1. la disolución por vencimiento del plazo de duración de la sociedad


2. la disolución por declaración en quiebra de la sociedad
3. la disolución dispuesta por sentencia judicial.

4.11 Facultades y deberes de los administradores de la sociedad disuelta:

Dispone el art 99 que los administradores con posterioridad al vencimiento de plazo de duración de la sociedad o al
acuerdo de disolución o a la declaración de haberse comprobado alguna de las causales de disolución, solo pueden
atender los asuntos urgentes y deben adoptar las medidas necesarias para iniciar la liquidación.

Los actos urgentes incluyen: a) conservación, protección y cuidado de los bienes sociales; b) mantenimiento de la
actividad empresaria de producción de bienes y servicios correspondiente a procesos en curso cuya paralización o
interrupción podría generar daños a la sociedad y socios; c) continuar cumpliendo los contratos en curso de ejecución;
d) percepción de cobros y créditos de los que es titular la sociedad; e) toda actividad de administración cuya
interrupción podría generar daños a la sociedad o a los socios.

Durante esta etapa los administradores continúan representando a la sociedad y la obligarán por las operaciones que
celebren con 3° hasta la inscripción del nombramiento del liquidador en el Registro Público de Comercio.

También los administradores deberán adoptar medidas necesarias para iniciar la liquidación de la sociedad como por
ejemplo publicar la disolución si corresponde e inscribirla; asumir el cargo de liquidadores; publicar e inscribir su
cesación como administradores; y si el contrato o estatuto no prevé quien liquidará la sociedad deben convocar a los
socios para que designen un liquidador, y en su defecto que lo designe el juez.

Los administradores no siempre son los liquidadores de la sociedad, y si lo son deben asumir el cargo e inscribir su
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aceptación o designación como tales.


Páá giná

Responsabilidad: art 99 dispone que cualquier operación ajena a los actos urgentes o medidas necesarias para iniciar la
liquidación los hace responsables ilimitada y solidariamente respecto a los terceros y los socios sin perjuicio de la
responsabilidad de éstos.

Esa responsabilidad se refiere sólo a los actos y obligaciones sociales contraídas por ellos en nombre de la sociedad y
de causa o titulo posterior a que se produjera el vencimiento del plazo de duración de la sociedad, se hubiera
declarado la verificación de una causal resolutoria o hubiera quedado firme la sentencia judicial de disolución. La
responsabilidad en relación con los 3° es por el contenido de las obligaciones sociales; y con los socios por los daños
que la actuación les hubiera podido ocasionar.

4.12 Subsistencia de la sociedad:

El art 100 dispone un principio rector e interpretativo aplicable a las causales de disolución de las sociedades
comerciales, según el cual, en caso de duda sobre la existencia de una causal de disolución, se estará a favor de la
subsistencia de la sociedad.

Se promueve la conservación de la actividad económica cuando existiese viabilidad económica y social en la sociedad
disuelta, estableciendo que las causales de disolución podrán ser removidas mediando decisión del órgano de gobierno y
eliminación de la causa que le dio origen, si existe viabilidad económica y social de la subsistencia de la actividad de la
sociedad. La resolución deberá adoptarse antes de cancelarse la inscripción, sin perjuicio de terceros y de las
responsabilidades asumidas.

5. LIQUIDACIÓN DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES: ESTADO Y PROCESO

La liquidación de la sociedad es la vez un estado y un proceso. Es un estado en la medida en que la sociedad que ha
atravesado la disolución entra en el estado de liquidación. La disolución le quita dinamismo, transforma la actividad
de producción en actividad de liquidación. Adquiere un nuevo ritmo, no aspirando a obtener ganancias para
distribuirlas entre los socios, sino comenzando una función introvertida de autoexamen y realización del fondo social.
Ya no debe cumplir su objeto social, sino disolver la organización y liquidar el patrimonio social en un proceso que
dura hasta que finamente es cancelada la inscripción de la sociedad en el Registro. Además la liquidación es un
proceso porque incluye el conjunto de actos enumerados y sistematizados por la ley que deben cumplir los administradores (en
un principio) y los liquidadores (luego) para llevar adelante la realización del activo de la sociedad, la cancelación del pasivo, y la
distribución del remanente entre los socios (si lo hubiere) o el reclamo a éstos a efectos de que (según el tipo social) soporten las
perdidas efectuando las contribuciones debidas para afrontar el saldo insoluto.

La liquidación es el pasaje entre la vida activa de la sociedad y su extinción definitiva y al mismo tiempo un
procedimiento dirigido a preparar la masa divisible entre los socios.

5.1 La liquidación en la ley 19.550: los actos a cargo de los liquidadores serán:

a) confeccionar un inventario y balance de la sociedad para su liquidación


b) realizar el acto y cancelar el pasivo de la sociedad
c) confeccionar el balance final de liquidación
d) exigir de los socios las contribuciones debidas
e) efectuar las publicaciones de los acuerdos de distribución parcial
f) comunicar a los socios el balance final y el proyecto de distribución
g) ejecutar la distribución final
h) inscribir en el Registro Público el balance final y el proyecto de distribución aprobados y una vez liquidada
totalmente la sociedad
i) cancelar la inscripción del contrato social en el Registro Público de Comercio.
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Existe la obligación de conservar los libros y demás documentos sociales por el plazo de la ley (art 328 del Código)
Páá giná

5.2 Personalidad jurídica de sociedad en liquidación:

El art 101 declara la subsistencia de la personalidad jurídica de las sociedades comerciales disueltas y en estado de
liquidación, pero “a ese efecto”, es decir, a los efectos de la liquidación. El sujeto de derecho al cual la ley otorga
personalidad jurídica no cesa, sino que la mantiene durante el tiempo de la liquidación y hasta la definitiva
cancelación de su inscripción en el Registro Público de Comercio. La conserva como centro diferenciado de
imputación de conductas con todos los atributos propios de la personalidad jurídica, aunque el reconocimiento que
hace la ley de tal status lo es solo con el objeto de que lleve adelante todos los actos necesarios para culminar su
liquidación.

El legislador adhirió a la teoría de la identidad (consagrada ya en el Código de Comercio) de modo que la sociedad
comercial que se ha disuelto y que se encuentra en la etapa liquidatoria es la misma sociedad existente antes de operar la causal
disolutoria que la colocó en estado de liquidación.

5.3 Legitimación para actuar de la sociedad en liquidación:

Si bien la ley ha optado por la teoría de la identidad entre la sociedad originaria y la que está en estado de liquidación,
impone límites a la actuación societaria, señalando que la personalidad es conservada “a ese efecto”. La liquidación
debe efectuarse del mejor modo posible y de la forma o por los procedimientos más convenientes para la sociedad y
los socios; si existieran operaciones pendientes o resultara aconsejable prolongar el proceso productivo de bienes o
servicios para no generar perdidas inútiles, los administradores estarán legitimados para hacerlo y la sociedad
también. La decisión quedara en manos de los liquidadores y de los socios, y para determinar si los liquidadores se
han excedido o no en sus funciones deberá analizarse el caso concreto.

5.4 Residualidad de los órganos sociales:

El ingreso en la etapa liquidatoria no importa la desaparición de los órganos sociales como tampoco las consecuencias
resultan iguales para todos ellos. La ley dice que la sociedad en liquidación se rige según las normas correspondientes
a su tipo.

El órgano de administración es suplantado por los liquidadores y cesa en sus funciones una vez que éstos aceptan el
cargo, asumiendo sus funciones y cargo del patrimonio social, correspondiendo incluso que se inscriba el cese de los
administradores. (Esto no se ve alterado por el hecho de que sean los mismos administradores o integrantes de la
administración quienes la liquiden).

El órgano de gobierno mantiene todas sus funciones: a) nombra a los liquidadores; b) les brinda instrucciones
vinculadas a la actividad y liquidación; c) debe aprobar el balance final y el proyecto de distribución; d) puede
demandar la remoción de los liquidadores; e) decide la responsabilidad de los administradores; f) podría determinar
la reconducción o reactivación de la sociedad; g) puede decidir durante la etapa liquidatoria la transformación, la
fusión, o escisión de la sociedad.

5.5 Relación entre los socios y la sociedad en el periodo liquidatorio:

Los socios mantienen intactos sus derechos especialmente aquellos referidos a la información, pueden instruir a los
liquidadores respecto de su gestión, pueden solicitar que se efectúen distribuciones parciales, promover medidas
conservatorias para proteger su cuota de liquidación o los créditos contra la sociedad, y pueden examinar los libros y
documentación societario. También subsisten sus obligaciones referidas a integrar loa aportes suscriptos, cumplir con
las prestaciones debidas y efectuar las contribuciones debidas (art 106).

5.6 Relación entre la sociedad y los terceros en el periodo liquidatorio:


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Con relación a los 3°, la sociedad mantiene incólume todos sus derechos y tiene a su cargo el cumplimiento de todas
Páá giná

las obligaciones. Pero por estar en liquidación:

a. Los socios no pueden perseguir en forma directa a los acreedores sociales porque la administración de la sociedad
está a cargo de los liquidadores
b. Pero los acreedores pueden accionar contra la sociedad disuelta y en liquidación para cobrar sus acreencias o el
cumplimiento de los contratos en curso de ejecución
c. Los acreedores sociales no podrán atacar los bienes particulares de los socios hasta tanto no hayan excutido los
bienes de propiedad de la sociedad.
d. Los acreedores sociales y los de los socios no pueden interferir en el proceso de liquidación salvo en la petición de
medidas cautelares si existe peligro fundado de que mediante el proceso se le frustraran sus derechos o para
oponerse a los supuestos de distribución parcial
e. Subsisten los poderes dados sin que sea necesario el otorgamiento de nuevos instrumentos de mandato por parte
de los liquidadores
f. La sociedad está legitimada para actuar en juicio y demandar y ser demandada.

5.7 Relación de los socios entre sí durante el periodo de liquidación:

La liquidación no afecta la relación entre los socios, que mantienen plenamente sus relaciones jurídicas. Conservan la
posibilidad de transferirse o cederse entre ellos su participación social, al igual que hacia terceros, rigiendo las
limitaciones del contrato o estatuto social.

5.8 Liquidadores naturales:

El art 102 de la ley dispone que la liquidación de la sociedad estará a cargo del órgano de administración, salvo casos
especiales o estipulación en contrario. Mantiene el concepto del Código de Comercio según el cual los
administradores son los liquidadores naturales de la sociedad, salvo que se haya dispuesto otra cosa en el estatuto o
contrato social o en supuestos especiales como quiebra, nulidad, etc.

5.9 Designación de liquidadores: (cuando no son los administradores quienes van a liquidarla)

1. Por designación contractual


2. Por designación del órgano de gobierno
3. Por designación judicial

Los liquidadores deben aceptar el cargo en forma expresa o tacita. En el primer caso será a través de su declaración de
voluntad y de las constancias que obren en los libros de funcionamiento de la sociedad; en el segundo caso, al
comenzar a ejecutar las medidas liquidatorias de la sociedad.

El nombramiento del liquidador debe inscribirse en el Registro Público.

5.10 Remoción:

Los liquidadores pueden ser removidos por las mismas mayorías requeridas para designarlos. Cualquier socio, o el
síndico en su caso, pueden demandar la remoción judicial por justa causa. Hay tres supuestos de remoción:

a. Por decisión de los socios sin necesidad de invocar justa causa, bajo el mismo régimen de las mayorías requerido
para su designación
b. Por decisión de los socios invocando justa causa, por decisión tomada por las mismas mayorías requeridas para
designarlos
c. Por decisión judicial a consecuencia de la acción promovida por cualquier socio o el síndico que pretenda la
remoción fundada por justa causa.
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El plazo por el cual los liquidadores deberán cumplir con sus funciones es el comprendido entre la fecha de su
designación y aceptación del cargo y la finalización total de la liquidación que concluye con la inscripción de la misma
Páá giná

y la cancelación de la inscripción societaria en el Registro público.

El liquidador también puede renunciar voluntariamente pero al igual que la renuncia de los administradores, la
desvinculación no podrá ser intempestiva ni dolosa y los liquidadores que actúen así serán responsables ilimitada y
solidariamente frente a la sociedad en liquidación y los socios por los daños y perjuicios causados.

5.11 Inventario y Balance de liquidación:


Los liquidadores deben confeccionar dentro de los 30 días de asumido el cargo un inventario y balance del patrimonio
social, que pondrán a disposición de los socios. Estos podrán por mayoría extender el plazo hasta 120 días. El sentido
es delimitar el patrimonio que reciben los liquidadores al asumir, el cual debe ser liquidado.

El incumplimiento de esta obligación es causal de remoción y les hace perder el derecho de remuneración, así como
les responsabiliza por los daños y perjuicios ocasionados.

Los liquidadores deberán informar a los socios, por lo menos trimestralmente, sobre el estado de la liquidación; en las
sociedades de responsabilidad limitada cuyo capital alcance el importe fijado por el artículo 299, inciso 2), y en las
sociedades por acciones el informe se suministrará a la sindicatura.

Si la liquidación se prolongare, se confeccionarán además balances anuales.

5.12Facultades de los liquidadores:

La ley dispone que los liquidadores ya sea que estén designados por contrato, por el órgano de gobierno o
judicialmente ejercen la representación de la sociedad. Están facultados para celebrar todos los actos necesarios para la
realización del activo y cancelación del pasivo. En este periodo son el órgano de administración de la sociedad y sus
representantes legales.

5.13 Realización del activo:

La realización de los bienes se hace por el o los liquidadores lo más rápido posible, luego de practicados el inventario
y balance, salvo que cuestiones particulares o el mejor interés de la sociedad y los socios aconsejen terminar con
procesos productivos, concluir contratos en curso de ejecución o esperar a que se superen o terminen situaciones
coyunturales del mercado.

El art 105 dispone que los liquidadores se hallan sujetos a las instrucciones de los socios, impartidas según el tipo de
sociedad, so pena de incurrir en responsabilidad por los daños y perjuicios causados por el incumplimiento.

También los liquidadores actuarán empleando la razón social o denominación de la sociedad con el aditamento "en
liquidación". Su omisión lo hará ilimitada y solidariamente responsable por los daños y perjuicios.

5.14 Contribuciones debidas:

Cuando los fondos sociales fueran insuficientes para satisfacer las deudas, los liquidadores deben exigir a los socios
las contribuciones debidas de acuerdo con el tipo social o lo que disponga el contrato constitutivo.

Parece que la norma solo tendría aplicación cuando la responsabilidad del socio es subsidiaria, ilimitada y solidaria
por las obligaciones sociales. (Sociedades colectivas, de capital e industria y sociedad en comandita por acciones). En
el resto de los tipos sociales (sociedad de responsabilidad limitada y sociedad anónima) los socios sólo responden por
su capital suscripto.

5.15 ¿Puede hacerse una partición parcial?


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Si todas las obligaciones sociales estuvieren suficientemente garantizadas, podría hacerse partición parcial. Así no se
Páá giná

debe aguardar al final de la liquidación para permitir que los socios perciban la porción de la cuota liquidatoria sin
afectar los derechos de los acreedores. El concepto de garantía refiere a la prudente evaluación de los liquidadores y
la documentación confeccionada de donde surja que los bienes del activo y el producido de su realización alcancen
para cancelar el pasivo.

Los accionistas que representen la 1/10 (decima) parte del capital social en las sociedades por acciones y cualquier
socio en los demás tipos pueden requerir la distribución parcial. En caso de negárselas, resolverá el juez. El sujeto
pasivo de la acción será la sociedad.
5.16 Publicidad y efectos:

El acuerdo de distribución parcial se publicará en la misma forma y con los mismos efectos que el acuerdo de
reducción de capital. Eso quiere decir que deberá publicarse por 3 días un aviso en el diario de publicaciones legales y
en uno de los diarios de mayor circulación general de la Republica Argentina, que deberá contener: a) la razón social o
denominación de la sociedad en liquidación; b) la sede social y sus datos de inscripción en el Registro Público; c)
valuación del activo y pasivo; d) importe a ser distribuido entre los socios y e) las fechas de las resoluciones que
aprobaron tal partición.

Dentro de los 15 días de la última publicación del aviso los acreedores de fecha anterior pueden oponerse a la
partición parcial.

5.17 Balance final y proyecto de distribución:

Los liquidadores finalmente deben concluir con todos los trámites necesarios para que la sociedad termine con sus
operaciones y deben rendir cuentas de su gestión proponiendo a los socios la forma y el tiempo en los cuales se
dispondrá del remanente, a través de dos documentos básicos: el balance final y el proyecto de distribución que
proponen.

También los liquidadores deberán reembolsar a los socios las partes del capital, dado que siendo los socios acreedores
subordinados a los acreedores sociales, cuando la totalidad del pasivo ha sido cancelado, tienen derecho (si hay
remanente) al reembolso del capital en proporción a su participación. Finalmente el excedente se distribuirá en
proporción a la participación de cada socio en las ganancias, salvo pacto contrario.

5.18 Impugnación ante los liquidadores:

Los socios tendrán 15 días para presentar ante los liquidadores las impugnaciones que consideren respecto de ambos
documentos, contados a partir de la fecha en la cual hayan sido notificados de la documentación. Este plazo es común
a todas las sociedades sin importar el tipo. Los liquidadores podrán dar lugar a las impugnaciones y rectificar el
balance o proyecto y ponerlos nuevamente a disposición de los socios. Si no acogen las impugnaciones, los socios
podrán promover la impugnación judicial.

Impugnación judicial: la acción judicial se promoverá en el término de los 60 días siguientes y se acumularan todas las
impugnaciones en una causa única.

5.20 Cancelación de la inscripción:

Según el art 112, terminada la liquidación se cancelará la inscripción del contrato social en el Registro Público de
Comercio. Ello importará la extinción de la personalidad jurídica del ente, de donde no habrá más sociedad comercial.

El fin de la liquidación importa el fin de la persona jurídica, y ese final de su existencia, al inscribirse en el Registro Público,
importa otorgar oponibilidad de la desaparición de la persona de existencia ideal frente a terceros.

5.21 Conservación de libros y papeles:


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Conforme al art 122 en defecto de acuerdo de los socios, el Juez de Registro decidirá quién conservará los libros y
Páá giná

demás documentos sociales. Deben resguardarse por el plazo de 10 años. Vencido este plazo desaparece dicha
obligación. Pero si los liquidadores o socios una vez vencido dicho plazo exhibirían los libros, los mismos serán
juzgados en su valor probatorio, más allá de su antigüedad.

5.23 Aparición de nuevos activos y pasivos:

Si una vez cancelada la inscripción registral de la sociedad se presentan situaciones que afectan al patrimonio de la
sociedad cancelada tales como la aparición de créditos no cancelados de acreedores sociales aun no desinteresados, o
activos que no se hayan incorporado al balance final o acreedores ignorados o nuevos por hechos sobrevinientes a la
cancelación de la inscripción o actos incumplidos por la sociedad en su etapa activa algunos autores creen de debe
reabriese el proceso cancelatorio. Vítolo considera que debe recurrirse a los socios o a los liquidadores según el caso.

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