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Los estilos de vida están determinados por procesos sociales, tradiciones, hábitos,
conductas y comportamientos de los individuos y grupos de población que conllevan a
la satisfacción de las necesidades humanas para alcanzar la calidad de vida.
La actividad física es buena a cualquier edad. “Muy viejo” y “muy débil” no son razones
suficientes para prohibir la actividad física.
Para los adultos de este grupo de edades, la actividad física consiste en actividades
recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos caminando o en bicicleta),
actividades ocupacionales (cuando la persona todavía desempeña actividad laboral),
tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las
actividades diarias, familiares y comunitarias.
Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y
funcional, y de reducir el riesgo de depresión y deterioro cognitivo.
Segundo.- Se realiza en base a un plan: Elección del horario, tipo de ejercicio a realizar,
elección de vestimenta adecuada, elección del espacio físico, de equipos o aparatos.
Tercero.- La actividad física puede ser ejercicios simples como: caminar, bailar, correr,
trotar, montar bicicleta; o ejercicios dirigidos: gimnasia, aeróbicos, taichí, ejercicios de
flexibilidad, de fortalecimiento, equilibrio. Lo importante es que sea agradable y de fácil
ejecución.
2. Buena alimentación en el adulto mayor
Una buena alimentación es fundamental en cada una de las etapas de nuestra vida desde
la infancia hasta la vejez. Los aspectos básicos de una dieta son los mismos a lo largo de
nuestra vida, pero las necesidades nutricionales individuales cambian a medida que vamos
envejeciendo. Además, la correcta absorción de los alimentos puede verse afectada por
alguna enfermedad.
Conforme envejecemos, requerimos menos energía (calorías) que cuando éramos jóvenes.
Esto se debe a que los procesos naturales del organismo requieren menor energía cuando
disminuye la actividad física y hay una menor masa muscular.
En tanto, los adultos mayores necesitan incluir dos porciones o 90 gramos de proteína
diariamente en su dieta. Algunas opciones son carne, pollo, pescado y si éstos resultan
difíciles de masticar puede suplirlos por huevos o frijoles.
Tanto los hombres como las mujeres mayores de 50 años deben consumir al menos mil
200 mg. de calcio al día. La leche y sus derivados (queso, crema, yogurt) son las mejores
fuentes de calcio, al igual que los vegetales de hoja verde y las sardinas.
Nunca es demasiado tarde para consumir más calcio, aunque también es necesario
consumir suficiente vitamina D para poder absorberlo y realizar al menos 30 minutos
de ejercicio diariamente.
Cada persona es diferente, por lo que es recomendable consultar con el médico cuáles son
sus requerimientos alimenticios para su caso en particular tomando en cuenta su edad,
estado de salud y la actividad que realiza diariamente.