You are on page 1of 52

N° 31 | RESEÑAS DE LIBROS | 9 de agosto de 2000

Algunas recomendaciones para los más pequeños


Dedicamos las recomendaciones bibliográficas de este número de Imaginaria a los más
pequeños. Aquí van algunas alternativas para pasar un buen rato leyéndoles a quienes recién
están dando los primeros pasos por el mundo de los libros.

Colección Estrada literatura - desde los 2 años


—Cosas de brujas
—El señor Cubito va al zoológico
—Mamá se fuede compras
—Tito Bola no quiere dormir
—Valentina, tempranito
Elenio Pico
Texto e ilustraciones de autor.
Buenos Aires, Editorial Estrada, 1997..
La protagonista de Cosas de brujas ya es
conocida por nuestros lectores (ver si no la animación que hemos
publicado en el número anterior, haciendo click aquí). A ella se
suman, en los otros libros de la colección, una graciosa galería de
personajes surgidos de la pluma de Elenio Pico: El señor Cubito, que
(aprovechando que no hay sol porque es de hielo) decide visitar el
zoológico; un niñito que tiene que luchar con sus miedos mientras se
queda solo en casa cuando la mamá sale de compras; Tito Bola, a
quien su imaginación delirante no deja dormir y Valentina, la niña que
se zampa un suculento desayuno por la mañana. Cada libro
contiene una pequeñísima historia (con la que el pequeñísimo lector se
sentirá totalmente identificado) deliciosamente animada por los ingenuos y simpáticos dibujos
de Pico.

Disparates (Rimas y adivinanzas)


Julia Chaktoura
Ilustraciones de Karina Maddonni.
Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 1998.
Colección Infantil Alfaguara. Serie Primeros lectores.
Disparates hace honor a su título:
"En mi chacra tuve un chancho
que se llamaba don Pancho
tenía limpio y prolijo
el rancho."
"Nicolasa la medusa
se enojó con la merluza
porque no le regalaba
su blusa."
"Si escuchas en la noche un estornudo
Y sientes que camina algo peludo
no tengas miedo, amigo,
yo sé lo que te digo,
seguro que el ruidoso
es el felpudo."
En cada página del libro hay un divertimento rimado, y los que tienen forma de adivinanza son
ideales para jugar mientras se lee (los versos que componen el acertijo dan pie al lector para
que encuentre la respuesta aprovechando la rima):
"¿Quién es este buen señor?
Tiene cola y gran bigote
duerme sobre un almohadón
no es un burro ni es un pato
este ron-ron es un..."
Las ilustraciones de Karina Maddoni, realizadas con témpera cargada de vivos colores y de
fuertes rasgos expresionistas, merecieron en 1999 el premio "Los destacados de ALIJA" y son
una muy buena compañía para las rimas de Disparates.

Gato tiene sueño


Satoshi Kitamura
Texto e ilustraciones del autor.
Madrid, Editorial Anaya, 1997. Colección Mi primera sopa de libros.
También en: México, Editorial Fondo de Cultura Económica, 1998.
Colección Los especiales de A la orilla del viento.
Gato se cae de sueño pero no encuentra ningún lugar para dormir. El
piso está lleno de juguetes, arriba del piano imposible (mucho ruido), en la cocina es incómodo
y en el baño está todo mojado; en la tapia no hay lugar (otros gatos ya le ganaron de mano).
Pobre Gato, ¡qué dilema! Finalmente, sobre la falda de una niña, Gato encontrará el lugar
deseado, tranquilo y tibio. Satoshi Kitamura es un maestro para resolver, en pequeñas
historias, situaciones conflictivas muy propias de los niños. Del mismo autor, y dentro de la
misma línea, están Pato está sucio, Ardilla tiene hambre yPerro tiene sed. En cada uno de
estos cuentos, el protagonista deberá encontrar la solución ante un problema que lo acucia.
Pocas palabras y muy bien empleadas, más dibujos sencillos y concretos, son las
características estilísticas que con tanta destreza combina este autor.

En el baño
Andrea Wayne von Königslöw
Texto e ilustraciones de la autora.
Traducción de Clarisa de la Rosa.
Caracas, Ediciones Ekaré, 1998.
Colección El jardín de los niños.
¿Qué ocurriría si los animales tuvieran que usar el retrete? Sólo adelantaremos que, por
ejemplo, "el león pensaría que está en su trono", "la gallina imaginaría que es su nido" y el
elefante lo destrozaría al sentarse. Las otras terribles consecuencias están explicadas con
mucho humor en este libro ideal para acompañar a los niños en el aprendizaje del control de
esfínteres.

Cuando el elefante camina


Keiko Kasza
Textos e ilustraciones de la autora.
Traducción de Mercedes Guhl.
Bogotá, Grupo Editorial Norma, 1991.
Colección Buenas noches.
Cuando el elefante decide pararse en dos patas y largarse a caminar
comienza una serie de problemas: al verlo venir se asusta el oso; "cuando el oso sale
corriendo asusta al cocodrilo", quien al escaparse asusta al jabalí... Y así, a cada vuelta de
página, habrá alguien para sumarse a la huída, hasta llegar al diminuto ratón que también
saldrá corriendo asustado. ¿Pero a que no adivinan quién se asustará de él? Un divertido
cuento circular, de trama encadenada, que deleitará a grandes y chicos por igual.

N° 226 | RESEÑAS DE LIBROS | 20 de febrero de 2008

MoMA. En busca de Arte


Jon Scieszka (texto) y Lane Smith (ilustraciones)
Traducción de José Morán.
Diseño de Molly Leach.
Publicado originalmente en 2005 por Penguin Books en
colaboración con el Museo de Arte Moderno de Nueva York
(MoMA).
Barcelona, RBA Libros-Ediciones Serres, 2006.
por Sonia Esplugas
"A todos los que buscan arte. J.S. y L.S."
(Dedicatoria del libro.)
La tapa del libro muestra a un niño observando un móvil de Alexander Calder. Y así se nos
alienta a recorrer sus páginas, como si de las mismas salas del MoMA (Museo de Arte
Moderno de Nueva York) se tratara. Su formato super-panorámico (14 x 28 cm) refuerza esta
misma idea, invita a la contemplación, trazando un recorrido visual en la historia del arte a
través de las más de 50 obras que reproduce.
Aceptando esta invitación entramos en el cuerpo del libro, abrigado por guardas rojas de un
papel de mayor gramaje. La historia empieza con un niño —nuestro protagonista— de paseo
por Nueva York, que busca a su amigo extraviado, Artemiro, a quien para abreviar llama
"Arte". Al preguntarle a una señora en la calle si ha visto a Arte, ésta lo manda derechito al
edificio del MoMA. Y así comienza el recorrido.

Mientras sigue buscando a su amigo, distintos personajes lo van iniciando en la apreciación de


obras de arte propiamente dichas. Esta tensión entre Arte (Artemiro) yel Arte, esta búsqueda
dual, es el motor que hace avanzar la historia.
De esta forma tanto el protagonista como el lector comparten el placer de contemplar algunas
de las más famosas obras de la historia del último siglo: desde esculturas, fotografías,
cuadros, objetos, instalaciones (hasta libros y algunos fotogramas de películas) de los más
destacados artistas como Frida Kahlo, Miró, Picasso, Monet, Matisse, Duchamp, Warhol,
Gauguin, Modigliani, Van Gogh...

Lo interesante de este libro es que no sólo muestra las obras, sino que ofrece una suerte de
"visita guiada", haciéndonos reflexionar sobre lo que cada pieza transmite, sobre su
atmósfera, su composición, su color o sobre la intención del artista en el momento de hacerla.
Nos coloca en un rol activo como espectadores.
Por ejemplo, ante "La noche estrellada" de Vincent Van Gogh uno de los personajes le
pregunta al protagonista: "¿No te parece inquietante? ¿No sientes el color? ¿No te
emociona?" A lo que éste responde: "Sí. Parece que el paisaje está vivo".
Frente a "Estudio en rojo" de Henri Matisse leemos comentarios como "Es como una explosión
de color. Seguro que el artista lo pintó para sí mismo. !Mira qué rojo! Y fíjate en la caja de
lápices. Nos invita a ponernos a pintar".
La presentación de las obras es siempre distinta a lo largo del libro, lo que hace que el
recorrido sea dinámico y entretenido. En algunas ocasiones se muestra una obra por página,
en otras son varias, e incluso el protagonista interactúa con ellas, por ejemplo cuando se
sienta encima de la "Silla de perfil" de Verner Panton o le pregunta a esculturas de Henry
Moore y Pablo Picasso si vieron pasar a su amigo Arte.

Otro aspecto en el que vale la pena detenerse es la relación entre algunos de los personajes
con las obras que cada uno presenta. Una niña que le muestra al protagonista "Taza, plato y
cuchara" de Meret Oppenheim, viste un atuendo con una textura similar a esos objetos. Otro
señor ostenta el mismo aspecto sombrío que la pintura de Edward Hopper que está señalando
y un tercero luce un cuerpo de color y forma similar al cuadro de Milton Avery que está a su
lado.

El diseño del libro es dinámico, con una tipografía de tono suave que se achica o agranda
dando menor o mayor énfasis a determinadas expresiones. Además armoniza con los colores
de las distintas obras presentadas, sin competir visualmente con ellas. La técnica utilizada por
el ilustrador parece ser un collage que mezcla figuras con y sin contorno, con un acabado
digital.
En definitiva, estamos ante un libro (también una expresión de arte) que nos permite mirar y
admirar la creación artística.

Sonia Esplugas (ilus@soniaesplugas.com.ar) nació en 1977


en Barcelona, España. Luego de abandonar su profesión como
tecnóloga de alimentos, comenzó a estudiar ilustración en la
"Escola professional de la dona" en su ciudad natal. En
Argentina, donde reside desde 2003, siguió formándose junto a
artistas e ilustradores como Martín Kovensky, Osvaldo Viola,
Silvia Mato eIstvansch, además de asistir al taller literario
deGraciela Repún.
Sus libros fueron publicados en Argentina, España, Inglaterra y
EEUU. Colaboró en diferentes medios gráficos como el
diario Clarín, Terrorismo gráfico o la revista La Valijita Billiken,
entre otros.
Participó de muestras colectivas en España, Inglaterra, Italia, Bolivia y Argentina. Realizó
algunos talleres para niños y actualmente dicta talleres de ilustración para adultos.
Su libro Baile de notas (Buenos Aires, Ediciones Tres en Línea, 2006) ganó el Primer Premio
en la categoría Literatura Infantil y Juvenil del concurso "Los Libros Mejor Impresos y Editados
en la Argentina 2006", organizado por la Cámara Argentina de Publicaciones.
En 2007 fue seleccionada junto a otros 30 ilustradores para representar a la Argentina en
la muestra "Cuando las vacas vuelan...", que se desarrollará durante la Fiera del Libro per
Ragazzi 2008 (Feria Internacional del Libro para Niños), en Bologna, Italia.
Sonia Esplugas participó en la sección "Galería" de Imaginaria, aquí.

Artículos relacionados:
Lecturas: ¿Quién es el dueño de la verdad? Los problemas de la ficción en ¡La verdadera
historia de los tres cerditos! de Jon Scieszka y Lane Smith, por Cecilia Bajour
Destacados: El arte universal se cuela en el mundo de El Jardinero Mágico
Destacados: Los libros-álbum
Donde viven los monstruos
Maurice Sendak (texto e ilustraciones)
Traducción de Agustín Gervás.
Madrid, Editorial Alfaguara, 1977 / Buenos Aires, Editorial Alfaguara,
2007. Colección Especiales Álbum.
por Marcela Carranza
Elegido el mejor libro ilustrado en el mismo año de su aparición
(1963) y ganador de la medalla Caldecott en 1964, Donde viven los
monstruos es referencia obligada dentro de la historia de los libros ilustrados para niños.
Para dar ejemplo de su popularidad en su país de origen y en el mundo basta nombrar una de
las escenas ilustradas de El viaje de Anno (IV)del japonés Mitsumasa Anno (1), donde dos de
los entrañables monstruos de Maurice Sendak desfilan por las calles de Nueva York, o bien un
episodio en el que Los Simpson le rinden homenaje (2).
La historia es la siguiente: Max, luego de realizar toda clase de travesuras, es
llamado"¡MONSTRUO!" por su madre y enviado a la cama sin cenar.

Una vez en su cuarto emprende un viaje fabuloso hasta llegar a donde viven los monstruos.
Apelando al "truco mágico de mirar fijamente a los ojos amarillos de todos ellos sin pestañear
ni una sola vez" logra amansarlos y ser declarado rey. A lo largo de tres ilustraciones a doble
página vemos a Max divertirse con sus nuevos súbditos hasta que el niño acaba con la fiesta y
envía a los monstruos a la cama sin cenar. Sintiéndose solo y atraído por "un olor de comida
rica" el niño decide emprender el viaje de regreso hasta llegar nuevamente a su cuarto "donde
su cena lo estaba esperando y todavía estaba caliente".
Sin embargo la genialidad del libro de Sendak va mucho más allá de un argumento; el modo
en que ilustraciones y textos se ensamblan entre sí, el juego con la diagramación e incluso
con el formato, todo se conjuga para dar cuenta de un libro pensado artísticamente hasta en
sus mínimos detalles.
Si bien la historia aparenta ser sencilla, si la pensamos en términos espacio-temporales
surgen una serie de indefiniciones que otorgan al viaje de Max un grado de ambigüedad poco
frecuente en los libros para pequeños lectores.
Las seis primeras páginas sitúan claramente a Max en la realidad de su hogar y de su cuarto.
En este momento de la historia la diagramación cede la página izquierda al texto con frases
que se completan al dar vuelta la hoja para observar las imágenes a la derecha, enmarcadas
en el centro de la página. Solo al ver las imágenes comprendemos el sentido de las palabras
que someramente dan cuenta del comportamiento de Max. El tránsito hacia otro espacio y
tiempo, es decir del mundo de Max al de los monstruos, se produce de manera paulatina,
especialmente en la imagen, y sin que se expliquen con claridad las razones del cambio de
mundos. En ningún momento se dice, ni en el texto ni en las imágenes, que se trate de un
sueño o de una fantasía de Max, lo que en definitiva daría una explicación al extraño
acontecimiento. El niño se muestra satisfecho y en absoluto sorprendido frente al asombroso
cambio producido en su habitación.

Max emprende un viaje, y si bien para ello navega en un barco, ese otro mundo en el que Max
se interna tiene su inicio en la metamorfosis del mundo "real" inicial. Poco a poco la habitación
se va esfumando dejando lugar al bosque, desaparecen las paredes, los árboles escapan del
marco de la imagen, la ilustración se ensancha, hasta ocupar la doble página en el mismo
momento en que Max llega al lugar donde viven los monstruos.
"… y Max se marchó navegando a través del día y de la noche entrando y saliendo por las
semanas saltándose casi un año hasta llegar a donde viven los monstruos"nos dice el texto en
una fusión poética de dos dimensiones: la del tiempo y la del espacio. El barco de Max no
transita por el espacio, como es de esperarse, sino por el tiempo, no de manera lineal, sino a
los saltos. Si el cuarto del niño se metamorfosea paulatinamente en aquel otro espacio: el de
la naturaleza salvaje, el barco lleva a Max en un viaje en el que el tiempo y el espacio se
confunden.
El encuentro de Max con los monstruos está atravesado por el juego. Las palabras juegan con
los sonidos y las repeticiones (afortunadamente esto se conserva en la traducción): "...ellos
rugieron sus rugidos terribles y crujieron sus dientes terribles y movieron sus ojos terribles y
mostraron sus garras terribles" . El método de Max para dominarlos es también un juego: el
truco mágico de mirar fijamente a los ojos sin pestañear. Y una vez nombrado rey Max ordena
que comience "la fiesta monstruo". Es este instante de la historia el de mayor despliegue de la
ilustración: tres dobles páginas inolvidables en las que vemos a Max y los monstruos aullar a
la luna, bambolearse en las ramas de los árboles, desfilar en procesión.

La ilustración se hace cargo del momento central de la historia, el de mayor libertad, el del
juego salvaje, donde el desenfreno está permitido y ser un monstruo es la norma. Pero este
éxtasis lúdico es interrumpido repentinamente por el mismo niño. También a la manera de los
juegos infantiles Max repite en los monstruos la sentencia que recibió de su madre al
comenzar la historia: los envía a la cama sin cenar. La inversión de roles es clara, el pequeño,
ahora rey de los monstruos puede ejercer sobre ellos el poder que unas páginas antes debió
sufrir de los adultos. Es aquí donde "el olor de comida rica" conecta ambos mundos y Max
decide regresar. La diagramación del libro, al igual que el personaje, realiza el movimiento
inverso, y las ilustraciones comienzan a retirarse de la doble página hacia la derecha. En la
despedida de Max y los monstruos se repite el juego sonoro con las palabras que había tenido
lugar durante su encuentro.
Nuevamente la descripción del extraño viaje de Max, apela a la poética confusión espacio-
temporal sólo que en sentido inverso: "...y navegó de vuelta saltándose un año, entrando y
saliendo por las semanas atravesando el día hasta llegar a la noche misma de su propia
habitación..."
El lugar y el tiempo nuevamente se confunden en el punto de llegada. Todo parece indicar que
esa noche es la misma que la de la partida, dado que, como señalan las palabras finales sin
ilustraciones que cierran la historia: la cena aún estaba caliente. Pero Sendak no deja lugar a
la certeza en términos temporales; la luna que se ve a través de la ventana del cuarto de Max
en la última ilustración es una luna llena, la misma que aparece por primera vez en la fiesta de
los monstruos, a diferencia de la luna menguante que dominó el cielo en la escena de la
habitación al comienzo de la historia e incluso a largo de cinco ilustraciones más.
De este modo la historia del viaje de Max aparenta ser circular, pero se trata de un círculo que
no se cierra exactamente en el punto donde se inicia. Un encantador desafío para los lectores
pequeños y grandes que durante décadas han tenido la oportunidad de seguir disfrutando de
este clásico.
Notas de Imaginaria
(1) Anno, Mitsumasa. El viaje de Anno (IV). Guión e ilustraciones del autor. Barcelona,
Editorial Juventud, 1983. Este libro integra una serie de cuatro títulos: El viaje de Anno
I (Europa del Norte), El viaje de Anno II (Italia), El viaje de Anno III (Inglaterra) y El viaje de
Anno IV (Estados Unidos). Más información sobre este tema en el artículo "Maurice, Max y los
Monstruos homenajeados", aquí.
(2) Se trata del episodio The Girl Who Slept Too Little (La niña que dormía demasiado poco),
el segundo de la temporada número 17 de la serie, emitido originalmente el 18 de septiembre
2005. Durante el episodio Lisa Simpson lee el libro The Land of the Wild Beasts en referencia
paródica a Where The Wild Things Are (título original deDonde viven los monstruos) y hay una
breve aparición de estas criaturas, dibujadas —en claro homenaje— siguiendo el estilo de
Sendak. Más información sobre este tema en el artículo "Maurice, Max y los Monstruos
homenajeados", aquí.

Marcela Carranza (garrik@fibertel.com.ar) es maestra,


Licenciada en Letras de la Universidad Nacional de Córdoba
(Argentina), y Magíster en Libros y Literatura para Niños y
Jóvenes (Universidad Autónoma de Barcelona-Banco del
Libro de Venezuela-Fundación Germán Sánchez Ruipérez).
Como miembro de CEDILIJ (Centro de Difusión e
Investigación de Literatura Infantil y Juvenil) formó parte de la
coordinación del programa de bibliotecas ambulantes
"Bibliotecas a los Cuatro Vientos" y del equipo
Interdisciplinario de Evaluación y Selección de Libros. Publicó
artículos en revistas y participó como expositora en congresos de la especialidad. Actualmente
se desempeña como coordinadora de talleres en el área de la literatura infantil y juvenil en la
Escuela de Capacitación Docente (CePA), de la Secretaría de Educación del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, y profesora tutora en el Postítulo de "Literatura Infantil y Juvenil" de
la misma institución.

Artículos relacionados:
Autores: Maurice Sendak
Galería: Maurice, Max y los Monstruos homenajeados
Eventos: Christine Nöstlinger y Maurice Sendak fueron los ganadores de Premio Internacional
de Literatura Infantil en Memoria de Astrid Lindgren 2003
Galería: Un seguro lugar salvaje (contiene una ilustración de Maurice Sendak)

N° 222 | GALERÍA | 19 de diciembre de 2007

Maurice, Max y los Monstruos homenajeados


por Roberto Sotelo (robisotelo@gmail.com )
Desde su primera edición en 1963 en los Estados Unidos, el
libro Donde viven los monstruos (Where the Wild Things Are)
de Maurice Sendak fue ganando cada vez más popularidad hasta
convertirse en un verdadero "clásico contemporáneo" y, como señala
la crítica Marcela Carranza, es una "referencia obligada dentro de la
historia de los libros ilustrados para niños". Sin embargo, los lectores
argentinos tuvimos que esperar más de cuarenta años la edición
nacional de la obra (Alfaguara, 2007) para poder conseguirlo en las librerías de nuestro país.
"Nunca es tarde cuando la dicha es buena", dice el refrán; así que si no pudimos disfrutarlo de
niños nos queda la suerte de poder compartir su lectura con nuestros hijos, sobrinos o nietos.

El libro también es fuente de inspiración y objeto de homenaje para muchos artistas, a veces
explícito, a veces a modo de guiño intertextual dirigido al lector atento.
En esta galería presentamos algunos de los lugares en donde viven los Monstruos... y Max
también.
El viaje de Anno (IV), de Mitsumasa Anno (guión e ilustraciones del
autor; Barcelona, Editorial Juventud, 1983).

Una carroza con dos de los monstruos de Sendak desfila por las
calles de Manhattan. (Ver el detalle más abajo.)
Gato Guille y los monstruos, de Rocío Martínez (texto e
ilustraciones de la autora; Pontevedra, Kalandraka Editora, 2000).
Gato Guille escucha ruidos extraños en la sala de su casa, siente
miedo y sale en busca de su madre. En el sillón, el libro Donde viven
los monstruos está abierto en la página en que Max domina a los
monstruos con el "truco mágico de mirar fijamente a los ojos amarillos
de todos ellos sin pestañear ni una sola vez". (Ver el detalle más
abajo.)
¿Qué crees?, de Mem Fox (texto) y Vivienne Goodman
(ilustraciones) (México, Fondo de Cultura Económica, 1999).
La ilustración muestra la colección de sombreros de Sara Malacara,
protagonista del libro. Arriba del armario, a la izquierda, hay un
peluche de Max; abajo, tirado en el piso, hay otro peluche de uno de
los monstruos. (Ver los dos detalles más abajo.)
Se presenta a Sara Malacara como una "vieja bruja, estrafalaria y charlatana". Sara luce un
pin de uno de los monstruos en la solapa derecha de su abrigo. (Ver el detalle abajo.)
Los Simpson, de Matt Groening. Episodio The Girl Who Slept Too Little (La niña que dormía
demasiado poco) (Temporada N° 17, 2do. episodio, emitido originalmente el 18 de septiembre
2005).
Durante el episodio Lisa Simpson lee el libro The Land of the Wild Beasts en referencia
paródica a Where The Wild Things Are (título original de Donde viven los monstruos) y hay
una breve aparición de estas criaturas, dibujadas —en claro homenaje— siguiendo el estilo de
Sendak.

Artículos relacionados:
Reseñas de libros: Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak
Autores: Maurice Sendak
Eventos: Christine Nöstlinger y Maurice Sendak fueron los ganadores de Premio Internacional
de Literatura Infantil en Memoria de Astrid Lindgren 2003
Galería: Un seguro lugar salvaje (contiene una ilustración de Maurice Sendak)


 7 | RESEÑAS DE LIBROS | 28 de abril de 2004

 Cuando la novela entra como un juego


 por Graciela Pérez Aguilar
 El inventor de juegos
Pablo De Santis
Ilustraciones de Max Cachimba.
Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 2003. Colección Alfaguara
Juvenil, Serie Roja.
 Artículo extraído, con autorización de su autora y los editores,
de Ñ, la revista de cultura del diario Clarín (Año I, N° 6;
Buenos Aires, 8 de noviembre de 2003).
 Cuando una niña de hace cincuenta años arrojaba su piedra
al primer casillero de la rayuela, probablemente no sabía que
estaba iniciando el camino que lleva de la Tierra al Cielo y de
la vida a la muerte. Cuando el experto jugador de ajedrez
come un peón de su adversario, repite los antiguos y
sanguinarios gestos de la guerra. Cuando un apostador tira
los dados sobre el paño verde, es plenamente consciente de que está poniendo su
destino en manos del azar. Por eso, quien piense que los juegos son solamente cosa
de chicos, corre el serio peligro de ignorar uno de los mayores poderes que le han sido
otorgados.
 Mucho de este poder del juego se encuentra en la nueva novela de Pablo De Santis,El
inventor de juegos. La historia comienza cuando el pequeño Iván Dragó festeja su
séptimo cumpleaños con sus padres, en un parque de diversiones que no lo divierte
pero que le proporciona la pista para iniciar un camino insólito. El premio consuelo de
uno de los juegos es una vieja revista. En la revista hay un aviso que ofrece un premio
especial para el inventor del mejor juego. Iván envía el juego sin prever las
consecuencias y su vida sigue con las vicisitudes de la mejor tradición iniciática de los
héroes infantiles. La desaparición de los padres, una tía insoportable, un colegio
siniestro. Los dones y el ingenio de Iván le permitirán hundir el colegio bajo tierra,
viajar al pueblo de Zyl, donde vive su abuelo, y reconocer la tradición a la que
realmente pertenece. Nada le resulta simple y cada paso es un desafío. Finalmente, el
juego inventado por Iván reaparecerá cuando deba enfrentarse con Morodian, un
extraño y omnipotente personaje que maneja un imperio de juegos por medio del terror
y de los sueños. Pero, además de una historia entretenida, El inventor de
juegos proporciona un disfrute adicional para quienes han transitado con regocijo su
veta de jugadores desde la infancia. Por allí aparece una versión fantasmagórica y
polvorienta del entrañable Cerebro Mágico, que contestaba preguntas con sólo
conectar dos cablecitos en los sitios correctos; se describen rompecabezas tan
minuciosos que reproducen a escala la Muralla China en varios millones de piezas o
surgen laberintos vegetales que cambian a cada instante para desesperación del
explorador incauto.
 Buena parte de la obra de Pablo De Santis está plagada de pistas que conducen a
estos mundos extraños que, finalmente, terminan siendo claves de la lectura, de la
escritura y de la vida misma. Pablo nació en Buenos Aires, a principios de los ‘60, y su
paso por la facultad de Letras no le quitó el placer por escribir ficciones para chicos y
adolescentes. Lucas Lenz y el Museo del Universo y su secuela, Lucas Lenz y la
mano del emperador son antecedentes valiosos de este libro. (*)
 El inventor de juegos tiene una característica que sólo los mejores relatos poseen: se
puede entrar en él desde cualquier lugar y con cualquier propósito, y cada lector saldrá
satisfecho. Hay aventuras y peligros a granel, hay un pequeño personaje que crece
gracias a su ingenio, hay una imaginación delirante a la hora de describir los juegos.
Pero también hay un planteo que no por lúdico es menos ético: la compañía que dirige
el extraño y malvado Morodian se propone conquistar el mundo con juegos donde
supuestamente gana el que puede comprar más cartas ilustradas, y en el que sólo
triunfa la rentabilidad de la empresa. Sin embargo, es posible que el juego más
profundo que propone esta novela sea el de la escritura. Baste para eso reproducir
uno de sus párrafos finales:
 "Otros, los más exquisitos, dicen que el juego que importa no es el del tablero
ilustrado, sino el primero, el del concurso, la página vacía que cada uno completa con
su dibujo, sus planes o sus sueños. Dicen que el verdadero juego es esa página en
blanco."

 Nota de Imaginaria
 (*) De Santis, Pablo.
 Lucas Lenz y el Museo del Universo. Buenos Aires, Editorial
Alfaguara, 1992. Colección Infantil-Juvenil, Serie Azul. Ilustraciones
de O'Kif.
 Lucas Lenz y la mano del
emperador. Bogotá, Grupo Editorial Norma, 2000.
Colección Torre de Papel, Serie Torre Amarilla.
Ilustraciones de O'Kif.
 Ambos libros están reseñados por Marcela Carranza
enImaginaria.


 Graciela Pérez Aguilar (sandokan1@uolsinectis.com.ar)
nació en la ciudad de Buenos Aires en 1947. Es profesora y licenciada en Letras.
Trabajó como docente en escuelas secundarias para adultos y desempeñó tareas
editoriales de redacción y edición de libros de texto, y dirección editorial de libros para
chicos. Escribió libros para la enseñanza de la Lengua en la escuela media y
numerosos artículos sobre creatividad, juegos y literatura infantil. Formó parte del
comité fundador de la revistaLa Mancha, papeles de literatura infantil, y es miembro
del comité organizador de la Feria Infantil y Juvenil de Buenos Aires.
 Entre sus libros para niños y jóvenes se encuentran Había una vez un delfín (Libros
del Quirquincho), Los dragones y otros cuentos (Sudamericana), El constructor de
sueños (Alfaguara) y El peludorrinco (Sudamericana). Tuvo a su cargo la coordinación
del libro Cuentos Argentinos. Antología para gente joven (Alfaguara).

 Artículos relacionados:
 Autores: Pablo De Santis
 La inspiración (cuento inédito), por Pablo De Santis
 Reflexiones de Pablo De Santis sobre la literatura y los libros para jóvenes
 Pablo De Santis en la Web
 Novedades de los escritores argentinos Graciela Montes y Pablo De Santis en la Web
 Concurso Literario Juvenil Internacional "Terminemos el cuento": Cuento "El secreto",
primera parte, por Pablo De Santis, segunda parte y final por Ana Luisa Juárez
 Reseña del libro Páginas mezcladas, de Pablo de Santis
 Reseña de los libros Lucas Lenz y el Museo del Universo y Lucas Lenz y la mano del
emperador, de Pablo de Santis
Colección Cuentijuegos
Laura Devetach y Laura Roldán
 ¡Ay, Tarara! Ilustraciones de Juan Lima.
 La marca del Garbanzo. Ilustraciones de Isol.
 Las 1001 del Garbanzo Peligroso. Cristian Turdera.
 Zongos y Borondongos. Ilustraciones de Gustavo Roldán (h)
Buenos Aires, Alfaguara, 1999.

Se puede comenzar por cualquiera de ellos, eligiéndolo al azar entre los cuatro que integran la
colección. Luego habrá que abrirlo (en cualquier página, también al azar) y allí estará una
sorpresa, esperando al lector. Y a la vuelta de la página... ¡otra más!
La propuesta anterior sólo es una de las maneras posibles para abordar estos libros. Cada
lector encontrará la suya.
Así son los Cuentijuegos, libros para leer, por supuesto, pero también para jugar leyendo o
leer jugando (como se prefiera). Cada uno contiene poesías, canciones, adivinanzas,
enigmas, juegos, pequeñas historias, recetas de cocina, curiosidades, manualidades, chistes.
Distintas piezas sueltas que sorprendentemente forman un todo a medida que se avanza con
la lectura. Pero no un bloque uniforme sino una construcción multifacética que deleitará al
lector. Los Cuentijuegos son ideales para compartir: un niño con un adulto o entre varios,
poco importan las edades.
Se buscó un artista diferente para ilustrar cada título. El acierto en la elección de los
ilustradores brinda a la colección una diversidad de estilos que se traduce en dibujos frescos,
sugestivos e innovadores. Además, el magnífico diseño gráfico armoniza textos e ilustraciones
transmitiendo al lector el espíritu lúdico y festivo del contenido.
Recomendados a partir de los 4 años.
Roberto Sotelo

N° 51 | RESEÑAS DE LIBROS | 16 de mayo de 2001

Jojo. Historia de un saltimbanqui


Michael Ende
Ilustraciones de LIARTE.
Traducción de Analis Gruber y Flora Casas.
Barcelona, Plaza & Janés Editores, 1998.
Colección Ave Fénix.

Aparece en escena el harapiento grupo de artistas de un circo en bancarrota. Atrás de ellos


las máquinas de construcción asemejan monstruos a punto de despertar.
Jojo el payaso ha logrado un acuerdo con los dueños de la empresa de químicos que va a
desalojarlos. El grupo actuaría en una campaña publicitaria para la empresa, pero a condición
de abandonar a Eli, una niña retrasada mental que los saltimbanquis recogieron de la calle. La
niña no resulta adecuada para los propósitos publicitarios de la empresa. En ese momento, a
pedido de Eli, Jojo comienza a narrar un cuento. El cuento del payaso se hace realidad en el
escenario. Mundos perfectos soñados y el dolor del mundo real se entremezclan en
contrapunto hasta el momento final en el que el regreso a la realidad implica una decisión.
Decisión que obliga a los personajes a situarse éticamente en un mundo que les es adverso y
en el que apenas pueden sobrevivir.
La representación en dos planos: realidad y fantasía, permite a personajes como el bufón
hacer visible la ficción de lo que se muestra, preguntarse por las decisiones del autor sobre la
vida de sus personajes en escena.
"Bufón (Le grita desesperado.)
¡Jojo! ¡No sigas adelante!
¡Da otro rumbo a la historia!
¿Acaso abandonas a los hijos de tu fantasía?
¡Esta broma, sí que llega demasiado lejos!
(Llora.)"
"En este mundo ya no hay lugar para nosotros", dirán los saltimbanquis. Y su situación ofrece
una mirada crítica hacia los valores que impone un modo utilitario y consumista de ver las
cosas.
Antítesis de la dura realidad vivida por los artistas, lugar de la utopía, serán "los reinos del
Mañana", país creado por el sueño del payaso-príncipe Jojo-Joan. Lugares incontaminados,
perfectos, donde los hombres se someten a la única ley interior de su conciencia, los bienes
terrenales se comparten y "cada cual es, a su manera, artista". Allí los hombres, "el juego por
placer consideran sagrado, expresión de su libertad".
En esos mundos de maravillas Angramain, la gran araña, será la encarnación del mal. En el
pensamiento de Angramain, "quien no come primero será comido"; el amor sólo sirve para
provocar confusión y desorden, es un error y en nada contribuye a la perfección.
A esto objetará el payaso-príncipe:
"Jojo ¿Desprecias lo que ignoras?
¿Acaso no es real la fantasía?
Los mundos futuros surgen de ella,
y en nuestras creaciones vive la libertad."
En el mundo de maravillas el bien y el amor vencen al mal. De regreso en el plano de lo real,
los personajes deben otra vez enfrentar al mal, encarnado en las máquinas excavadoras, que
avanzan atronando sobre sus carromatos.
En los mundos imaginarios, situados fuera del tiempo, la poesía del lenguaje, su ritmo, sus
canciones, nos aproxima por momentos al teatro clásico. Las ilustraciones que nos descubren
uno a uno los personajes, poseen también el trazo idealizado del relato de maravillas.
En Jojo. Historia de un saltimbanqui la realidad no se resuelve con la facilidad de los finales
felices para mundos imaginarios. Pero para sus personajes, la imaginación es el lugar desde
donde resulta posible pensar mundos mejores, y defender espacios de libertad. Una obra de
teatro del famosísimo autor de Momo y La historia Interminable, cuya fuerza desde el punto de
vista ideológico se ve acompañada de complejidad y belleza artística. Una y otra se
corresponden si nos preguntamos con Jojo: "¿Acaso no es real la fantasía?"
Recomendado a partir de los 11 años.
Marcela Carranza

Marcela Carranza es Licenciada en Letras Modernas de la Universidad Nacional de Córdoba


(Argentina). Como miembro de CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura
Infantil y Juvenil) participó en el programa de bibliotecas ambulantes "Bibliotecas a los Cuatro
Vientos" y en el equipo Interdisciplinario de Evaluación y Selección de Libros.

Artículos relacionados:
Autores: Michael Ende

N° 39 | RESEÑAS DE LIBROS | 29 de noviembre de 2000

Una nariz muy larga


Lukas Hartmann
Ilustraciones de Susann Opel-Götz.
Traducción de Carlos Fortea.
Madrid, Editorial Anaya, 1997.
Colección Sopa de Libros.

Durante unas vacaciones en las playas griegas Pit y Lena viven un encuentro increíble.
Desobedeciendo al Gafas y a la Hormiga (sus padres) se alejan de la playa, y luego de sortear
obstáculos, alcanzan una isleta en cuyo centro hay una cueva. Guiados por voces que se
asemejan a un pedido de auxilio descubren a un anciano extraño de largos cabellos y barba,
vestido con una túnica, que huele a musgo y caléndulas.
"Su rostro bajo el gorro negro estaba agrietado como la corteza de un árbol, en la barba tenía
líquenes e incluso los restos de un nido de pájaros. Su túnica gris estaba gastada y
agujereada. La llevaba sujeta por una cuerda como un monje, y calzaba unas extrañas
sandalias de juncos trenzados."
Zervan, que así se llama el anciano mago, oculta su rostro de las miradas hasta que los niños
descubren el motivo de su vergüenza y deciden ayudarlo.
Éste será el comienzo de un maravilloso relato de aventuras que combina la fantasía del vuelo
en alfombras mágicas y los hechizos de transformación con una descripción aguda y crítica
del mundo real.
"En ellos (en los libros) trato de combinar la fantasía y el realismo. Parece que a los lectores
les gusta que les cuente historias en las que se une la vida cotidiana de los chicos y chicas de
hoy con el misterio y la intriga, sin dejar de lado mi punto de vista crítico sobre lo que no me
gusta de la sociedad." —señala Hartmann en un breve reportaje al final del libro.
El tío Otto, famoso cirujano plástico dispuesto a toda costa a operar a Zervan con la frialdad
del desafío profesional, es también Damasístratos, el enemigo encarnizado que practica la
magia negra.
Tal vez —opina Zervan— con tanta "magia" tecnológica, ya no haya lugar para un verdadero
mago entre los hombres. Pero los niños enseñarán al viejo hechicero que, en asuntos muy
especiales como son los afectos, los humanos seguirán necesitando siempre de la magia.
Hartmann nos divierte con la caricatura de personajes como el Gafas, padre obsesivo y
autoritario; la Hormiga, ama de casa resignada a un marido difícil; tío Otto, tía Isolde y la prima
Thea, familia de exitosos, superficiales y enriquecidos profesionales; o el comisario Hirzel que
tendrá por destino unas vacaciones y un minucioso examen psicológico, dado que insiste en
afirmar que dos niños y un anciano huyeron por la ventana de su despacho en una alfombra
voladora.
Pit y Lena se turnan en la narración de su aventura, el punto de vista varía y el relato cobra
dinamismo. Pero por sobre todo nos da la posibilidad de observar el mundo de los adultos
desde la mirada humorística y mordaz de los niños. El libro que ellos escriben (este libro), nos
informa Pit en el último capítulo, sólo será leído por los demás cuando Zervan haya
desaparecido de su lado. Un libro para no olvidar y un libro para enseñar magia a los niños,
esos son los dos objetivos que los protagonistas se plantean al escribirlo.
La ilustraciones de Susann Opel-Götz, centradas en los tres personajes principales de la
historia, reflejan el mismo humor de trazo simple y agudo del texto logrado por Hartmann.
Una nariz muy larga recibió en 1995 el Premio Nacional de Literatura Juvenil de Suiza.
Recomendado a partir de los 10 años.
Marcela Carranza

Marcela Carranza es Licenciada en Letras Modernas de la Universidad Nacional de Córdoba


(Argentina). Como miembro de CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura
Infantil y Juvenil) participó en el programa de bibliotecas ambulantes "Bibliotecas a los Cuatro
Vientos" y en el equipo Interdisciplinario de Evaluación y Selección de Libros.

Artículos relacionados:



Buscar
 Secciones
o Autores
o Lecturas
o Ficciones
o Galería
o Reseñas de libros
o Libros recomendados
o Libros recibidos
o Destacados
o Publicaciones
o Música
o Miscelánea
o Links
o Eventos
o Humor
o ALIJA
o Lo breve
Además
o La Biblio de los Chicos
o Foro de discusión
o Los encabezados de Imaginaria

 El diseño usa elementos de Statement by Blog Oh! Blog, adaptados para Imaginaria.

186 | RESEÑAS DE LIBROS | 2 de agosto de 2006

Colección Clásicos Ilustrados


La metamorfosis
Franz Kafka
Ilustraciones de Luis Scafati.
Traducción de César Aira.
Barcelona, Brosquil Edicions/Libros del Zorro Rojo, 2005. Colección
Clásicos Ilustrados.
El gato negro y otros relatos de terror
Edgar Allan Poe
Ilustraciones de Luis Scafati.
Traducción de Elvio Gandolfo.
Barcelona, Brosquil Edicions y Libros del Zorro Rojo, 2005. Colección
Clásicos Ilustrados.
El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde
Robert Louis Stevenson
Ilustraciones de Mauro Cascioli.
Traducción de Elvio Gandolfo.
Barcelona, Brosquil Edicions y Libros del Zorro Rojo, 2005. Colección
Clásicos Ilustrados.
"Una mañana al despertar de un sueño intranquilo, Gregorio Samsa
se encontró en la cama transformado en un insecto monstruoso."
Este es uno de los comienzos más famosos de la literatura universal, el de la breve novela
que Franz Kafka (1883-1924) escribió durante unas pocas noches de 1912, a los veintinueve
años. ¿Qué pasaría si un hombre común en su propia casa una mañana se ve convertido en
un monstruo? La metamorfosis revolucionó el mundo de las letras, y cuesta pensar en una
buena parte de la literatura del siglo XX si esta novela no se hubiese escrito.
La edición que comentamos, con las ilustraciones de Luis Scafati y traducción de César Aira
tiene sus antecedentes en un bellísimo libro, hoy descatalogado, de Ediciones de la Urraca
(Buenos Aires, 1997), y en uno de los fascículos de los "Libros Ilustrados" publicados junto
con el diario La Nación (Buenos Aires) en 2003.
Razones de diversa índole, preconceptos y representaciones sociales en torno a la imagen y
la literatura, han hecho de los libros ilustrados un dominio casi exclusivo de la literatura para
chicos. Encontrarnos con las ilustraciones de Scafati junto con la novela de Kafka nos permite
tomar conciencia de lo mucho que nos estamos perdiendo los adultos si aceptamos tal estado
de cosas. No caben dudas que una colección ilustrada como ésta resulta de un atractivo
sugerente para la captación delectores jóvenes, pero su destinatario trasciende cualquier tipo
de frontera.
"Muy temprano abro los ojos y comienzo a recorrer mi habitación bañada en esa luz
submarina del amanecer. Todo segrega silencio. Las cosas carecen de perfiles, la penumbra
cambia las formas y las sustancias. Entonces recuerdo a Franz Kafka, porque es justamente
en este umbral desde donde él nos cuenta sus historias, desde esa línea incierta que divide
sueño y vigilia, noche y día. Territorio desconocido donde sólo se atreven algunos locos o
poetas." (*)
Scafati lee a Kafka y el producto de su lectura, de su reflexión y pensamiento, de sus estados
de ánimos, ideas y sentimientos se transforma en signos plásticos. Manchas, líneas, formas
de tinta negra sobre blanco generan imágenes para dar cuenta de ese umbral kafkiano en el
que lo rutinario se vuelve extraño. El rostro del autor en la cabeza del monstruo nos produce el
mismo efecto, entre lo absurdo y lo terrible, de las palabras iniciales en la novela. Las
increíbles imágenes de Scafati no repiten ni "ilustran" La metarmofosis, constituyen ellas
mismas otra obra, otro texto, producto de la lectura de un artista que lee a otro artista. Doble
placer y dicha para los lectores.
"El gato negro", "El pozo y el péndulo" y "Entierro prematuro" son los cuentos que forman este
volumen de textos del maestro del terror, Edgar Allan Poe (1809-1849). Como sucede con
Kakfa, también la obra de Poe, marca un hito en la literatura de Occidente. Sus cuentos
abrevan en la tradición gótica anglosajona, revitalizando un género que ya para ese entonces
se había degradado en fórmulas estereotipadas de lo macabro. Hizo del cuento breve un
género riguroso en el cual cada elemento está en función de un desenlace sorpresivo,
impactante para el lector. De allí que Poe sea considerado por la crítica como uno de los
creadores del cuento contemporáneo.
"El gato negro" es quizás uno de los relatos más conocidos del autor. Como en la mayor parte
de sus cuentos, es el protagonista quien narra sus vicisitudes. El narrador, a punto de ser
ejecutado, nos relata sus crímenes "domésticos", bajo una imperturbable máscara de cinismo
y locura. En su historia, la crueldad y el horror se confunden con lo inaudito, lo inexplicable,
aquello que escapa a la razón.

En "El pozo y el péndulo" quien narra, no es el criminal sino la víctima. El cuento nos sitúa en
el Toledo inquisitorial, y el protagonista relata sus terribles vivencias en manos de los
verdugos. Sofisticadas técnicas de tormento y muerte son narradas desde la indefensión y el
terror de quien las padece.
En "Entierro prematuro" el terror, no a la muerte sino a algo peor: el ser enterrado vivo, es el
tema de quien cuenta sus experiencias, un enfermo cataléptico. En su relato los "casos reales"
poseen la fuerza de la ficción.
Las impactantes (y en algunos casos humorísticas) ilustraciones de Scafati, donde los cuerpos
vivos parecen crispados cadáveres, los rostros están desencajados, la muerte sonriente
asoma a lo que parece nuestro propio ataúd… dan cuenta mediante el lenguaje de las
imágenes, de esos mundos creados por los narradores desquiciados de Poe; mundos en los
que emerge lo criminal, lo inaceptable, lo oculto detrás de la supuesta realidad amable y
cotidiana.

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, con ilustraciones de Mauro Cascioli y traducción de
Elvio Gandolfo, es una reedición, ahora en forma de libro con tapas cartoné, del fascículo de
los "Libros Ilustrados" publicados junto con el diario La Nación.
Robert Louis Stevenson (1850-1894) es autor de uno de los escritos literarios más famosos
acerca de la dualidad (o multiplicidad) del ser humano. Esta es la historia de un honorable
hombre de ciencias, el Dr. Jekyll, capaz de disociar a través de métodos científicos los seres
contrarios que cohabitan en su persona. Como La metamorfosis, la novela de Stevenson trata
de una transformación, pero a diferencia de aquélla, aquí el cambio es provocado (al menos
inicialmente), tiene su razón y explicación racional y científica.
Como señala Pablo De Santis en el breve texto que acompaña al fascículo de La Nación, la
transformación del hombre en animal o viceversa es tema propio del género de horror. "Pero
al doctor Jekyll le toca soportar una conversión singular: es un hombre que se transforma en
un hombre. Porque esta historia nada tiene que ver con el título con que se suelen reducir sus
peripecias y titular sus films: El Hombre y la Bestia. Es en realidad la historia del Hombre y el
Otro."
Las ilustraciones de Cascioli recrean de modo realista, los personajes victorianos en sus
habitaciones, o transitando por las nocturnas calles de Londres. Prevalecen los retratos,
destacándose entre ellos el de Hyde, que ocupa la tapa del libro. Se podría criticar a esta
representación de Hyde (lo mismo que a muchas representaciones cinematográficas) la
exageración de rasgos monstruosos del personaje. Hyde (lo escondido) no es un monstruo, y
en ningún lugar del texto es descrito como tal. Al contrario, el narrador destaca su fuerza y
vitalidad, incluso su mayor juventud respecto a Jekyll. El doctor admira este paradójico amor
por la vida de su doble, y como lo expresa en sus declaraciones, se apiada de él cuando el fin
de ambos está próximo:
"Pero su amor por la vida es maravilloso. Diré más aún, yo que me enfermo y me hielo ante la
mera idea de él, cuando recuerdo la abyección y pasión de este apego, y cuando sé cómo
teme mi poder de apagarlo mediante el suicidio, no puedo dejar de apiadarme de él de todo
corazón."
Los demás se estremecen ante este hombre, único en su especie en el que habita el mal en
estado puro. Pero Hyde es también la energía vital, instintiva, la pasión por la vida sin límites,
incluso los impuestos por la moral.
Marcela Carranza
(*) Texto del ilustrador Luis Scafati para la edición de La Metamorfosis de Ediciones de la
Urraca (Buenos Aires, 1997).

Marcela Carranza(garrik@fibertel.com.ar) es maestra y Licenciada


en Letras de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Como
miembro de CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura
Infantil y Juvenil) formó parte de la coordinación del programa de
bibliotecas ambulantes "Bibliotecas a los Cuatro Vientos" y del equipo
Interdisciplinario de Evaluación y Selección de Libros. Publicó
artículos en revistas y participó como expositora en congresos de la
especialidad. Actualmente se desempeña como coordinadora de
talleres en el área de la literatura infantil y juvenil en la Escuela de Capacitación Docente
(CePA), de la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y
profesora tutora en el Postítulo de "Literatura Infantil y Juvenil" de la misma institución.
Artículos relacionados:
Reseñas de libros: La mano del muerto y otras historias de horror. Adaptación y dibujos de
Horacio Lalia
Reseñas de libros: Colección Edgar Allan Poe (El corazón delator, El gato negro, El retrato
oval y La máscara de la muerte roja)
Publicaciones: Colección "Libros Ilustrados" de La Nación
Publicaciones: CLIJ (Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil), Año 12, N° 121. Número
monográfico dedicado a la figura de Edgar Allan Poe
Lecturas: ¡Qué bestia peluda! (La obra de Robert Louis Stevenson en el cine), por Marcelo di
Marco
Galería: El mundo de Edgar Allan Poe en ilustraciones de Poly Bernatene
Galería: Los seres mitológicos de Luis Scafati



Buscar

 Secciones
o Autores
o Lecturas
o Ficciones
o Galería
o Reseñas de libros
o Libros recomendados
o Libros recibidos
o Destacados
o Publicaciones
o Música
o Miscelánea
o Links
o Eventos
o Humor
o ALIJA
o Lo breve
Además
o La Biblio de los Chicos
o Foro de discusión
o Los encabezados de Imaginaria
 El diseño usa elementos de Statement by

El Mercado de las Pulgas


N° 250 | Reseñas de libros | 31/3/09 | 9 comentarios

Juan Lima
Texto, ilustración y diseño del autor.
Buenos Aires, Editorial Atlántida, 2008.
por Cecilia Bajour
¿Objeto poético visual o libro? Disyuntiva que, como un sortilegio, se desvanece ante la
cautivante experiencia de lectura a la que invitan la tapa y contratapa de El Mercado de las
Pulgas. Auspiciosa ambigüedad la de tener ante la vista y entre manos un objeto de arte-
libro escrito, ilustrado y diseñado por Juan Lima: desde el comienzo suscita el encuentro del
espectador-lector con una estética afín al espíritu de reciclado propio de un “mercado de
pulgas” (1). Una caja poética con aire de antigüedad más allá del tiempo es la obertura de un
original modo de leer que será a la vez visita guiada al Mercado, salto y poética detención (2).
Las oníricas guardas anticipan una de las propuestas gráficas del libro: la de las pequeñas
figuras en blanco y negro, sutiles, de catálogo antiguo. Luego en las páginas de crédito, en la
portada y particularmente en los puestos del Mercado, estas imágenes, algunas con toques de
color, serán objeto de ingeniosas y surrealistas combinaciones. Arte de ensamble y asociación
visual trabajado por Lima con tal ajuste que genera la ilusión de que esas curiosas
invenciones no tienen origen: siempre estuvieron ahí.
Una evidencia de que la belleza reside en lo inesperado es la aparición de un quirquincho
sobre un sillón rojo en el centro de la hoja blanca que precede a la entrada al Mercado.

El texto escrito de la página que le sigue, como si se tratara de un cartel trashumante (la
tipografía usada aquí y a lo largo del libro lo sugiere), da la bienvenida rodeado de raros
objetos que unen lo posible con lo imposible. Anuncia un paseo por el Mercado que será
conducido por quien allí se presenta, un tal Juan autodefinido como “poeta, mandamás y
portero” en letras rojas. Los textos en rojo distribuidos sobriamente en la escritura de El
Mercado de las Pulgas de aquí en más aparecerán siempre condensando hallazgos poéticos,
gráficos e insólitos.
La voz del Guía pone en juego sus artes de seducción enunciadas ante un lector-paseador
plural con “pasen y vean”, fórmula abierta al deseo de lo imprevisto, contraseña del asombro
ante lo mágico y lo humorístico.
En su peculiar conjugación de funciones este personaje arma un recorrido por los diversos
puestos. Pero las leyes de este mercado escapan a lo predecible. El “mandamás” no abruma
con la totalidad ni con la lógica secuencial numérica que ordenaría al modo clásico correlativo
los puestos del mercado, siempre sorprendentes. No. Selecciona, hace poesía con el uso
“saltarín” de la serie numérica. En El Mercado de las Pulgas el Guía-poeta da paso a la posible
irreverencia del respingo lector. Y desde el comienzo irrumpe con un salto: el primero es el
“Puesto N° 4″ y luego habrá otros brincos, además de los que quiera hacer quien lea.
En ese primer puesto la vejez de los muebles en venta es receptáculo de lo insólito y eso es
revelado por sutilezas del diseño, una de las claves de este objeto de arte-libro. Como el caso
de fantasmas que empañan viejos espejos, acción literalizada y señalada gráficamente por la
ubicación de las palabras (en rojo) enmarcadas por el espejo empañado.

Le sigue el Puesto de las nubes. Aquí (3) el Guía trama un texto que cruza el discurso de
venta con la delicadeza: argucia exacta para ofertar nubes pasajeras. Encerrado en un atinado
paréntesis se lee el verso “Las nubes pasan, el cielo queda” y en diálogo con el texto volátil unas
nubes aparecen bellamente enmarcadas a la espera de ser “envueltas para regalo en papel
barrilete”.
Un salto audaz de texturas sobreviene en todos los sentidos: se trata del Puesto
hiperbólicamente espinoso de los cactus. Este chispeante puesto inaugura la codicia lectora
de la otra propuesta plástica que caracteriza al arte de Lima en este libro: el de las cajas
poéticas.
Se trata de objetos de poesía visual que manifiestan la potencialidad expresiva de los
materiales usados en una estética inusual en libros para niños (esto es valorizado aun más
por la impecable calidad de la fotografía) (4). En la mayoría de los puestos que los incluyen se
produce un diálogo poético de lenguajes diversos con el texto precedente. Como ocurre con la
caja que atesora manos mágicas tras el Puesto de trucos en que el Guía se precia de
que “Somos representantes exclusivos de la palabra Abracadabra”. Aquí, al hechizo temático se le
suma el encantamiento gráfico con que Lima juega en la totalidad de este libro con los
tamaños de las palabras y su ubicación reveladora en el espacio: cada alteración tipográfica o
espacial es un signo abierto a la lectura de múltiples sentidos. Así es el juego visual de
cascada con el que concluye el texto poético de este puesto (con una imagen sutilísima de
“paloma-conejo”):
“Y de un mar de lágrimas
podemos hacer
cataratas
de espuma.”
El Puesto del eclipse de Sol entabla un diálogo con un objeto poético en el que la estética
propia de las figuras de catálogo antiguo contrasta con el uso sorprendente de los materiales
que representan la magnificencia del fenómeno solar. Tal contraste protagonizado por la figura
de un observador que mira con su catalejo más allá del espacio de la caja opera de perfecto
prólogo al Puesto de sombras que sigue.
Con un inquietante fondo gris sincopado con figuras negras de sombras chinescas y
murciélagos el Guía desafía a los lectores a animarse con “sombras de una variedad
asombrosa”, algunas “para usar de día, otras sólo de noche”.
El salto de esa extraña atmósfera a la siguiente plantea una ruptura en cuanto a la ubicación
de los poemas visuales que hasta el momento hacían su aparición luego del texto escrito. En
el Puesto de las piedras, la precedencia de la caja poética con respecto al texto destaca la
belleza visual del objeto a la vez que desacomoda saludablemente al lector-paseador, a esta
altura sabio en saltos.
El saltarín que se detenga en el “Puesto N° 21″ se encontrará con un homenaje aAlicia en el
País de las Maravillas. El arte de lanzar preguntas sin respuesta hace un guiño a personajes y
figuras propias del mundo de Carroll que se sentiría a sus anchas paseando por este
Mercado.

El último puesto apaga las voces a la vez que poéticamente mantiene encendido el asombro:
aquí es presentada la “Máquina Para Hacer Silencio”. Invento donde las“partículas ruidosas”,
desorientadas, quedan listas para hacer “s i l e n c i o” (graficado también en el estiramiento
de la palabra). Los últimos versos de este poema auguran que “desde ahora, el ruido puede ser
amigo”, palabra final que sugestivamente queda enlazada con la curiosa máquina silenciosa.
El cierre de este paseo por El Mercado de las Pulgas tiene un tono festivo y audaz: se despide
dando la bienvenida. Un texto enmarcado por desgastadas columnas incluye la figura de un
viejo instrumento que determinaba las coordenadas celestes de los astros; invita a comparar
el renovado paseo por “El Mercado de las Pulgas” con el viaje extrañado de los antiguos
viajeros por las quimeras de este mundo y por la sorpresa siempre abierta de quien curiosea
una estrella.
Notas
(1) No es ocioso detenerse en el significativo artículo “las” del título. A la vez que recuerda el
lugar genérico (el “mercado de pulgas”), al incluir el artículo inventa algo nuevo al emparentar
lúdicamente al lector en esta visita con algunas condiciones de la pulga: saltar, vagar, pasear,
juguetear, picar. Y de ese modo habilita una posible polisemia en la acepción de “pulgas”:
pulgas-bichos/pulgas-objetos varios e insólitos hallables en este mercado.
(2) Es destacable la decisión de editar con tal calidad y cuidado propuestas poéticas que
como El Mercado de las Pulgas intentan nuevos y originales caminos en los modos de decir y
mostrar. En el panorama de la poesía editada para niños, las que dialogan con los lenguajes
de las vanguardias tanto en la palabra como en lo visual como es el caso de este libro, siguen
siendo todavía escasas.
(3) Nota de Imaginaria: En la sección Ficciones de este número -por gentileza y con
autorización del autor y los editores- publicamos una selección de páginas de El Mercado de las
Pulgas.
(4) Nota de Imaginaria: En los “Agradecimientos” el autor menciona a Verónica Roca, “por sus
impecables aportes gráficos”; y a Gabriel Reig, “por sus fotografías de las piezas”.

Artículos relacionados:
Ficciones: Un paseo por El Mercado de las Pulgas de Juan Lima
Galería: Juan Lima
Reseñas de libros: La hormiga que canta, de Laura Devetach (textos) y Juan Manuel Lima
(ilustraciones)

Ficciones: Las hormigas cantoras de Laura Devetach y Juan Lima

Destacados: Poesías

Destacados: Algunas poesías más

Destacados: Leer poesía

Lecturas: La mirada poética en la biblioteca: una experiencia de Ateneo para bibliotecarios,


por Cecilia Bajour
9 comentarios sobre “El Mercado de las Pulgas”
1. Juan Deleau dice:

1/4/09 a las 13:49


Querido Juan:
Me ha tocado hablar, rasgar el termocontraible del tiempo y aparecer disfrazado de waltdisney (todos
parecemos waltdisneys, artificiosos y macdonaldianos, hurgueteando en esta feria de las pulgas, buscando
un cielo salvaje pero garantido, comprable y transitable sin riesgos, ni vacunas antirrábicas, ni dengues).
Juan nos numeraste los puestos, y esta muy bien de día transitarlos con unos pesos en el bolsillo, un par de
bonus tracks asegurados, análisis clínicos decentes o un servicio de criomantenimiento pagado por cien
años; ahora de noche, cuando llegue la noche, o nos quedemos sin plata, sin banca, demodés, fuera del
tiempo, juancito cuento con vos abrime un puesto no permitas que me pierda para siempre.
Muchas gracias.

2. Laura Wittner dice:

1/4/09 a las 18:19


Todo eso y mucho más. El libro-maravilla. Es que, Juanele, todo es un poquito raro.

3. Magdi Kelisek dice:

2/4/09 a las 10:56


Juan, hermoso tu libro. Fuera de serie, como vos.
Me atrevería a decir que tu poesía (tanto literaria como visual) es mágica, misteriosa, metafísica. En ella lo
simple y lo pequeño esconden universos lúdicos, nostálgicos, infinitos, y sólo pueden descubrirse y
transitarse a través de la sensibilidad.
Por muchos libros más, chin chin!!!
4. Magdi Kelisek dice:

2/4/09 a las 15:25


Juan, hermoso tu libro. Fuera de serie, como vos.
Me atrevería a decir que tu poesía es mágica, misteriosa, metafísica. En ella lo simple y lo pequeño
esconden universos lúdicos, nostálgicos, infinitos… Sólo podrán cantar “piedra libre” los ojos y corazones
sensibles.
Muy bueno el análisis de obra de Cecilia Bajour.
Por muchos libros más, chin chin!!!

5. Patricia Muñoz dice:

2/4/09 a las 18:45


Disfrutándolo de nuevo desde la mirada de otro. Gracias por compartir tu mundo. Esperamos nuevos
recorridos.

6. Aniano dice:

3/4/09 a las 19:31


Bueno…no he perdido el poder de asombrarme,vos siempre igual! Hace años que nos conocemos, pero
después de la última picada especial y el vino tinto en alguna estación abandonada vuelvo a descubrirte…
no sigo se ollen los pasos del funcionario…

7. H.J. dice:

5/4/09 a las 0:10


yo quiero este libro.
lamento estar tan lejos, porque con lo poco que he visto, me atrapó.
H.J.

8. verónica dice:

5/4/09 a las 17:08


ah!!! parece que vuelvo a encontrar un libro tan bello, tan sugerente, tan para rescatar nostalgias, tan para
que valga la pena alguna que otra melancolía, tan para ensimismarse y también para compartir y convidar…
que debería tenerlo y sobre todo divulgarlo

9. florviton dice:

12/4/10 a las 20:04


juan.
poco te conozco
y mucho megusta tu trabajo
buenísimo!!!!!

Escriba un comentario
Nombre (requerido)

Mail (no será publicado) (requerido)

Website

4 | RESEÑAS DE LIBROS | 20 de setiembre de 2000

Historias de ratones
Arnold Lobel
Ilustraciones del autor.
Traducción de Xosé Manuel González.
Pontevedra, Kalandraka Editora, 2000.
Colección Libros para soñar.
Dentro de la literatura infantil actual hay libros (un pequeño porcentaje entre los miles que se
editan) que ya tienen lugar asegurado en los estantes de una "biblioteca ideal" del género.
"Libros de culto" para decirlo de otra manera. Las Historias de ratones, de Arnold Lobel,
pertenecen —sin duda— a esta categoría.
La primera edición del libro (Madrid, Editorial Alfaguara, 1978) era inhallable por encontrarse
agotada y descatalogada. Hasta ahora, porque Kalandraka Editora ha decidido editarla
nuevamente (en impecable edición en cartoné) para deleite de chicos y grandes.
"—Papá, ya estamos todos en cama —dijeron los ratones—. Anda, cuéntanos un cuento.
"—Haré algo mejor —dijo Papá—. Os contaré siete cuentos, uno para cada uno de vosotros,
si prometéis dormiros en cuanto haya terminado.
"—Te lo prometemos —respondieron ellos.
"Y Papá empezó..."
Y de la boca de ese "Papá Ratón" irán saliendo las siete pequeñas historias que contiene el
libro.
Los cuentos de Arnold Lobel son mínimos, brevísimos, y es en esos pequeños espacios
donde el talento del autor se expande y ocupa todos los rincones de cada relato. Esto ocurre
también en el plano gráfico pues sus delicadas viñetas aparecen en los lugares justos,
logrando así el acabado brillante de la obra. Este manejo de la síntesis y la sencillez narrativa,
acompañadas por la ingenuidad y el humor cándido, son elementos que se hallan presentes
en toda la obra de Lobel y que alcanzan un punto de máxima expresión en Historias de
ratones.
Los lectores podrán apreciar lo descripto en el cuento "El viaje" que reproducimos en forma
íntegra (texto e ilustraciones) en la sección "Ficciones" de este número deImaginaria.
Historias de ratones es un libro maravilloso, para ser leído una y otra vez. Un verdadero
"clásico" contemporáneo.
Recomendado a partir de los 4 años.
Roberto Sotelo

Artículos relacionados:
Autores: Arnold Lobel
"El viaje", un cuento del libro "Historias de ratones", de Arnold Lobel



Buscar

 Secciones
o Autores
o Lecturas
o Ficciones
o Galería
o Reseñas de libros
o Libros recomendados
o Libros recibidos
o Destacados
o Publicaciones
o Música
o Miscelánea
o Links
o Eventos
o Humor
o ALIJA
o Lo breve
Además
o La Biblio de los Chicos
o Foro de discusión
o Los encabezados de Imaginaria

 El diseño usa elementos de Statement b

116 | RESEÑAS DE LIBROS | 26 de noviembre de 2003

¿Por qué se rayó la cebra?


¿Por qué está trompudo el elefante?
Carla Baredes e Ileana Lotersztain
Ilustraciones de Gonzalo García Rodríguez.
Diseño y diagramación de Javier Basile.
Buenos Aires, Ediciones Iamiqué, 2003. Colección ¡Qué bestias!

Carla Baredes e Ileana Lotersztain, invitadas especiales en el Foro de Imaginaria y


EducaRed, del 26 de noviembre al 5 de diciembre de 2003. Conversación abierta a todos
los que quieran participar, aquí >
Para responder al interrogante de "¿Por qué los animales son como
son?", las autoras de Preguntas que ponen los pelos de
punta salen otra vez al ruedo con la colección "¡Qué bestias!". Y una
vez más nos demuestran que se pueden hacer libros de divulgación
científica para ser leídos con el mismo entusiasmo con el que se
disfruta una novela de aventuras.
Los dos libros que integran esta nueva colección —¿Por qué está
trompudo el elefante? y ¿Por qué se rayó la cebra?— tienen un
rasgo en común: ambos abordan el tema de la supervivencia dentro
del reino animal (qué se come, cómo se come, quién se come a quién, y cómo se evita pasar
a formar parte de la dieta del más fuerte).
¿Por qué se rayó la cebra? lo hace explicando cuáles son los mecanismos y "armas" de
defensa que tienen los animales para no ser devorados: camuflages, armaduras, pinches,
venenos, señales de advertencia y hasta "efectos especiales", como las descargas eléctricas
que pueden enviar ciertas anguilas a sus depredadores. ¿Por qué está trompudo el
elefante? aborda la cuestión de la comida desde otro ángulo: de qué recursos se valen los
animales para alimentarse y qué es lo que comen.
De la misma manera que en los otros libros de Ediciones Iamiqué, la información se introduce
empleando un lenguaje directo, sencillo y muy ligado al habla coloquial de los chicos y los
jóvenes, este recurso impregna con humor todo el contenido del libro, sin afectar la rigurosidad
científica. Un ejemplo:
"¿Bife o lechuga?
"Si el oso panda gigante te invita a comer, andá con mucho tiempo. Para él, la hora de comer
es todo el día. Si, en cambio, te invita a comer el león, no necesitás más que un par de horas.
A menos que te quieras quedar a dormir la siesta con él...
"El león come en una semana lo que el panda gigante necesita engullir por día. ¿Por qué
será? Es simple: un kilo de gacela es mucho más nutritivo que un kilo de bambú. Por eso, los
animales que cuentan con herramientas para comer carne necesitan consumir mucho menos
que los que están equipados para masticar y digerir plantas. Eso sí: para conseguir carne
(gacelas, cebras, peces, pájaros, lagartijas o insectos) hay que transpirar la
camiseta..." (párrafo e ilustración extraídos del libro ¿Por qué está trompudo el elefante?)

Como se aprecia en la imagen, las ilustraciones de Gonzalo García Rodríguez —con estilo y
elementos propios del género de la historieta (globos de texto, onomatopeyas, aplicación
plana del color, etc.)— realzan el tono divertido de los textos y facilitan su compresión.
Tampoco faltan las anécdotas históricas y los datos curiosos relativos a la actividad cultural de
los seres humanos, que funcionan como un refuerzo a la amenidad general que tiene el libro.
Ambos títulos son recomendados a partir de los 8 años.
Roberto Sotelo

Artículos relacionados:
Lecturas: Entrevista con Carla Baredes e Ileana Lotersztain, directoras de Iamiqué, editorial
argentina de libros de ciencias para chicos
Reseña del libro "Preguntas que ponen los pelos de punta 1"
Reseña del libro "Preguntas que ponen los pelos de punta 3"
Reseña del libro "Esas no son mis patas"

La Bruja Berta en invierno


Korky Paul (ilustraciones) y Valerie Thomas (texto)
Buenos Aires, Atlántida, 1999.
Colección Cuentos Locos.

La Bruja Berta puede hacer muchas cosas con su varita mágica. Cambiar las estaciones, por
ejemplo. Fastidiada por el frío invierno, que cubrió de nieve su jardín y escarchó los techos y
ventanas de su casa, decide —mediante un pase mágico— traer el verano. Y así, sólo para
ella y su gato Bepo, vuelven el sol radiante y el calor. Entonces comienzan los problemas: el
buen tiempo atrae a los vecinos molestos y a otros personajes no deseados. Berta resuelve
muy bien la situación y descubre que el invierno también tiene sus encantos. Al igual que en
su primera aparición, La Bruja Berta (Buenos Aires, Atlántida, 1994), el personaje tiene la
simpatía y el encanto como para atraer a chicos y grandes por igual.
Recomendado a partir de los 4 años.
R.S.

Artículos relacionados:
Links
11 | LIBROS | 3 de noviembre de 1999

Lo que cuentan los wichís


Miguel Ángel Palermo
Ilustraciones de María Rojas.
Buenos Aires, Sudamericana, 1999.
Colección Cuentamérica.

Miguel Ángel Palermo, un antropólogo y escritor argentino que —desde hace varios años— se
dedica a la difusión de las culturas aborígenes latinoamericanas en libros y revistas infantiles,
explica en la nota introductoria del libro:
Los wichís —a los que algunos llaman "matacos"— son uno de los pueblos indígenas más
característicos del oeste de la región chaqueña argentina.
Durante largo tiempo, y junto con otros pueblos aborígenes, ellos fueron los dueños de esa
parte del país. Es una tierra de montes calurosos, siempre a medias entre la sequía y la
inundación, que llega cuando se enloquecen sus ríos perezosos.
En muchos siglos de aprender a vivir en el Chaco, los wichís crearon una cultura propia, una
manera de entender el mundo, que aparece en gran cantidad de historias. Son mitos
religiosos, en los que se cree como una verdad de los dioses, pero también cuentos,
inventados por el simple gusto de divertirse. Hay historias de soles que tratan con la gente, de
animales que hablan, de robos del fuego, de burladores burlados, de héroes.
Y ahora, por esas vueltas de la vida, esas historias se abren paso en un libro, lejos de los
fogones chaqueños, más allá de las palabras de los viejos, hacia otras partes del mundo.
En las siete historias que contiene Lo que cuentan los wichís, el estilo narrativo del autor
convierte a estas versiones recogidas de la tradición oral en amenos relatos que deleitarán al
lector urbano.
Merecen destacarse las ilustraciones de María Rojas, producto de un laborioso y magnífico
trabajo plástico.
Los lectores interesados en estas temáticas, podrán encontrar en la colección Cuentamérica
(Premio Destacados de ALIJA 1999) otras obras de Miguel Ángel Palermo: Lo que cuentan
los onas, Lo que cuentan los guaraníes y Lo que cuentan los tehuelches.
Recomendado a partir de los 9 años.
Roberto Sotelo

Artículos relacionados:
Reseñas: Lucas Carrabias y otras vidas agitadas, de Miguel Ángel Palermo

 El diseño usa elementos de Statement by Blog Oh! Blog, adaptados para Imaginaria.

El maestro de las marionetas


Katherine Paterson
Traducción de Magdalena Holguín.
Bogotá, Grupo Editorial Norma, 1998. Colección Zona Libre.
Jiro, un adolescente japonés, es el protagonista de esta novela. La
vida de Jiro y sus padres no es fácil, el hambre acosa la ciudad desde
hace casi cinco años. Osaka es un hervidero de hombres y mujeres
que claman por comida muriendo en las calles de hambre y de frío.
Pero su familia es más afortunada que la mayoría; su padre, Hanji,
fabrica marionetas que los titiriteros compran, "porque aún había
comerciantes que continuaban engordando como buitres con los
cuerpos famélicos de otros hombres; de no haber sido por ellos, él se
hubiera convertido en otro de aquellos cuerpos famélicos". En la
narración prevalece la mirada del joven protagonista, y es a partir de
esa mirada, por momentos confundida e ingenua, que los lectores iremos conociendo el
contexto social y político de la ciudad de Osaka. En el diálogo de los adultos aparece un
personaje próximo a la leyenda que abre una brecha en esa dura realidad sin esperanzas:
Saburo, el héroe del pueblo, un ladrón con su banda que se burla ingeniosamente de los ricos
y las autoridades, para entregar el fruto de sus andanzas a los pobres. Jiro escucha hablar de
Saburo y se produce en él una confusión de sentimientos que van desde la admiración a la
duda moral. ¿Está mal ser un ladrón, si comparte con los pobres lo que roba? A esta pregunta
de Jiro su padre responde: "—Siempre es malo ser un ladrón, así tu nombre sea Furukawa, el
mercader de arroz, o Saburo el forajido. Sin embargo, mientras el gobierno no considere
conveniente castigar al primero, debemos esperar que no atrape al segundo".
Este contexto enmarca la historia personal de Jiro, la relación con sus padres y consigo
mismo. Jiro siente hacia su madre culpa y remordimiento, ella parece odiarlo y lo maldice por
haber nacido. Este sentimiento de culpa de Jiro para con sus padres y el deseo de atenuar
sus desdichas económicas lo llevan al Hanaza, el teatro de marionetas. Allí Jiro se inicia como
aprendiz bajo las órdenes de Yoshida, el maestro titiritero. Se abre un nuevo mundo para Jiro,
la misteriosa y por momentos incomprensible vida en el teatro. El espectáculo de marionetas
se transforma para Jiro en un oasis que requiere de todas sus energías y le permite evadirse
de esa otra realidad puertas afuera donde sobreviven sus padres. En ese mundo Jiro aprende
la compleja técnica del manejo de las marionetas. Una vida con reglas implícitas, con códigos
que Jiro deberá ir descubriendo. Dentro del Hanaza Jiro conoce a Kinshi, el hijo del maestro
Yoshida, y se establece entre ellos una profunda amistad.
El teatro es el lugar del misterio, la magia y la belleza, pero la violencia y el sufrimiento fluye
tras las puertas y penetra en su interior. El arte y la vida se entrecruzan de manera manifiesta
cuando Okada, el recitador principal, escribe una nueva obra: El ladrón del Tokaido; una
historia cuyo héroe, el inteligente Joman, se asemeja de "manera incómoda" a Saburo. A las
funciones asisten los espías del gobierno y el mismo Saburo, quien reclama una
representación gratuita para sus "súbditos", los pobres de la ciudad. Juego de espejos entre lo
sucedido con las marionetas y las vicisitudes de los hombres. En el escenario Joman es
traicionado por su mujer, así como muchos de los que asisten a la representación, incluida
Isako, la madre de Jiro, sienten la tentación de traicionar a Saburo. El público se involucra en
la obra; arte, vida y política se confunden.
En las salidas nocturnas para ayudar a su madre, Jiro es atacado por un ronin (*) y vive la
proximidad de la muerte. Pero en la mente de Jiro el peligro resulta más irreal que las
funciones del Hanaza.
"La escena parecía tomada de una función de marionetas. A Jiro le parecía incluso más irreal
¿Cómo podría ser asesinado por un samurai proscrito en la primera noche del Año Nuevo?
(...) Un anciano podría morir, pero no él. Su vida apenas comenzaba."
Jiro teme a los pobres, siente rechazo por esa violencia desenfrenada que el hambre ha
desencadenado en quienes ya no resisten la injusticia; pero a su vez sabe que su madre está
entre aquellos que blanden antorchas y quieren derribar las puertas del teatro para saquearlo.
Sin embargo, no sólo Jiro vive contradicciones; el autoritario Yoshida y el anciano Okada
ocultan una segunda identidad, también su padre y casi todos los miembros del teatro.
Misterio, enigma en el mundo de las marionetas y en el de quienes las manipulan. Hay en el
hacer de los personajes algo de teatralización, de puesta en escena. El anciano ciego, el
recitador Okada, confiesa a Jiro ser el maestro que maneja los hilos de Yoshida y de todos los
hombres en ese teatro. Frente a la astucia y el hacer velado de los adultos encontramos el
comportamiento impulsivo de los jóvenes. Kinshi actúa guiado por su corazón, al igual que Jiro
quien no duda en poner en peligro la vida por su amigo. Así como en el espacio del Hanaza
prevalecen las descripciones minuciosas de la vida cotidiana en el teatro, de los ensayos, los
detalles de la representación teatral y de la manipulación de las marionetas, e incluso de los
argumentos de las obras; afuera, en las difíciles calles de Osaka dominan el peligro y la
acción. Jiro deambula por calles oscuras rodeado de "vagos nocturnos" y, hacia el final de la
historia, la búsqueda de Kinshi en medio de la revuelta social y el caos, hace del joven el
héroe que logrará medir sus fuerzas y encontrarse consigo mismo. Revelar quién es Saburo,
leer los indicios que los personajes van dejando a su paso, es la tarea que desempeña el
protagonista y con él, el lector. Pero el enigma trasciende al astuto bandido y la pregunta se
extiende a la mayoría de los personajes; saber quién es cada cual, saber quién es uno mismo.
Jiro descubre la identidad de los otros, pero también su propia valentía, su honor y fidelidad, e
incluso al habilidoso titiritero detrás del débil y torpe Jiro.
El maestro de las marionetas ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil de los Estados
Unidos en 1977.
Recomendado a partir de los 11 años.
(*) Ronin: Samurai proscrito que se dedica al pillaje.

Marcela Carranza

Marcela Carranza es maestra y Licenciada en Letras Modernas de la


Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Como miembro de
CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y
Juvenil) participó en el programa de bibliotecas ambulantes
"Bibliotecas a los Cuatro Vientos" y en el equipo Interdisciplinario de
Evaluación y Selección de Libros. Actualmente se desempeña como
docente de literatura infantil en la Escuela de Capacitación (CePA) del
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Artículos relacionados:
Lecturas: Entrevista con Katherine Paterson. "Creo que si uno escribe para niños, el primer
lector es el niño que uno solía ser, es el niño que uno lleva consigo siempre."

N° 43 | RESEÑAS DE LIBROS | 24 de enero de 2001

Si quieres pasar miedo


Angela Sommer-Bodenburg
Ilustraciones de Helga Spiess.
Traducción de Luis Pastor.
Madrid, Editorial Espasa-Calpe, 1987.
Colección Austral Juvenil.
Historias de miedo
Angela Sommer-Bodenburg
Ilustraciones de Helga Spiess.
Traducción de Azucena Viloria Serrano.
Barcelona, Círculo de Lectores, 1994.
Florián es un niño a quien una herida inflamada en su pierna obliga a
guardar reposo en la cama. Florián es aficionado a las historias de miedo y
el mejor remedio contra el aburrimiento es lograr que cualquier adulto cercano le cuente
alguna. Así, su madre, su padre, su abuela, la joven que lo cuida mientras los padres no
están, y hasta el médico que lo atiende, se convertirán en narradores ocasionales. Incluso él
mismo se animará a escribir sus propias historias de miedo y fascinará a los suyos con un par
de ellas. Florián será entonces el hilo conductor de esas historias que conformarán el
contenido central del libro.
Conviene aclarar en este punto que el libro Si quieres pasar miedo (Espasa-Calpe) contiene
cinco cuentos, mientras que la edición del Círculo de Lectores, Historias de miedo, incluye
estos cinco y agrega cinco más.
Las historias de Angela Sommer-Bodenburg resultarán inquietantes para el joven lector.
Extrañas apariciones y premoniciones en algunas, posibles casos de vampirismo y licantropía
en otras; todas crearán un clima sobrenatural que estremecerá al lector, sin recurrir al golpe
bajo o a la truculencia. Un detalle a destacar es la ambigua resolución de las historias, que
siempre dejará con la duda a Florián (y al lector): los hechos narrados, ¿ocurrieron o no
realmente? Todo puede ser posible en la dimensión desconocida...
Angela Sommer-Bodenburg aborda en estas historias de miedo una faceta narrativa distinta al
humor y a la aventura, que caracterizaron a las novelas de la saga iniciada con El pequeño
vampiro. Y, a juzgar por los resultados, el intento valió la pena.
Recomendado a partir de los 9 años.
Roberto Sotelo

Artículos relacionados:
Autores: Angela Sommer-Bodenburg
Links: Tres cuentos de A. Sommer-Bodenburg en la Web



Buscar

 Secciones
o Autores
o Lecturas
o Ficciones
o Galería
o Reseñas de libros
o Libros recomendados
o Libros recibidos
o Destacados
o Publicaciones
o Música
o Miscelánea
o Links
o Eventos
o Humor
o ALIJA
o Lo breve
Además
o La Biblio de los Chicos
o Foro de discusión
o Los encabezados de Imaginaria

N° 132 | RESEÑAS DE LIBROS | 7 de julio de 2004

El teatro para niños. Del texto al escenario


Nora Lía Sormani
Rosario (Santa Fe, Argentina), Homo Sapiens Ediciones, 2004.
Colección Leer y escribir.
"A pesar de su carácter efímero, el teatro no pasa sin dejar huella.
Favorece en los niños una positiva formación humanista,
convirtiéndose en un poderoso instrumento de combate contra el
escepticismo, la ignorancia y la mediocridad propiciados por este
apabullante siglo XXI."
Nora Lía Sormani
El teatro para niños es en este libro el objeto de exploración teórica,
estética, artística y pedagógica, en tanto la infancia es considerada en todo momento como
una etapa especial del desarrollo humano con sus características y necesidades singulares en
un momento particular de la historia.
Nora Lía Sormani ha organizado en diferentes ejes temáticos su trabajo de observación y
crítica del fenómeno teatral destinado a los niños y ha cubierto todos los items que
habitualmente se presentan como interrogantes desde el campo artístico y docente. Presenta,
con definiciones fuertes, el teatro como acontecimiento poético en el marco del convivio, ese
ritual de encuentro de hombres y mujeres para entregarse a la ficcionalidad representada en
un escenario. Su análisis es minucioso y está sostenido con aportes bibliográficos de
reconocido valor académico; esto ubica al lector desde el primer capítulo en una obra de
profundidad analítica y teórica.
Formuladas estas apreciaciones iniciales, la autora avanza hacia su objetivo: las formas que el
teatro puede adquirir cuando su destinatario es la infancia. Apela para rearmar este otro
campo conceptual a diferentes apreciaciones teóricas acerca de la infancia como construcción
cultural e histórica y, por lo tanto, tendremos un público infantil diferente en contextos
históricos diferentes.
"Creemos que el teatro para niños adquiere su entidad como tal en el acontecimiento de la
recepción infantil. En el hecho de que los niños sean los receptores del texto espectacular o
los lectores del texto dramático. Es el público o el lectorado infantil el que determina que una
obra sea infantil o no lo sea a partir de su aceptación o su rechazo. Si los niños le dan la
espalda a ciertos fenómenos teatrales, es porque estos no entran en las convenciones que
cada época y cada grupo redefinen como teatro infantil."
La autora valoriza el teatro como una rica conjunción de artes diversas, la música, la literatura,
la danza, el canto, el mimo, que brindan la posibilidad de sensibilización de los niños, quienes
pueden vivenciar justamente una experiencia estética y reflexiva de incalculable valor en la
construcción de su identidad. Desde esta visión, cuestiona las formas tradicionales, cargadas
de prejuicios, que pueden considerarlo como un "arte menor" desconociendo su función
generadora de valores dentro de la cultura nacional.
Estos conceptos se enriquecen con los datos de la historia del teatro para niños en Argentina
y el aporte realizado por creadores de la estatura de Germán Berdiales yJavier Villafañe,
quienes sentaron bases estéticas muy sólidas en sus fuentes originales. Y es también un
deleite recordar la tarea de Sara Bianchi y Mané Bernardo, las dos grandes titiriteras que
divirtieron y conmovieron a tantas generaciones de niños —y también de adultos— con la
magia de sus creaciones que perfilaban el nacimiento de concepciones de infancia muy
vanguardistas para ese momento histórico.
La galería de autores integra también a Roberto Aulés, Ariel Bufano, Hugo Midón, y desde allí
el libro se abre a las innovaciones del momento presente, con rasgos salientes de una estética
posmoderna de finales de siglo XX, inaugurando formas teatrales inéditas, variadas, sin
cerrarse en ninguna escuela.
Pero el teatro para niños requiere de conceptos claros acerca de ese espectador tan singular.
Por lo tanto, resultaba imprescindible un capítulo íntegro destinado a configurar ese campo
conceptual.
De esta manera configura Nora Lía Sormani al niño espectador:
"El niño que recién asiste al teatro no tiene conciencia de la convención teatral, de que en la
escena se funda un mundo paralelo al mundo y que él es un receptor de ese 'otro' mundo
ficcional. Por eso cree que está en convivio con las criaturas del mundo poético, no tiene
conciencia de su condición de espectador, vive el acto poético —la obra— como parte del
mundo real."
Desde este punto de vista, el niño es considerado un espectador ideal porque vive el
espectáculo desde sus emociones genuinas y no se ata a convenciones. Se integra o se
distancia de la obra de acuerdo a sus propias convicciones, y esto lo convierte en el mejor
crítico.
La escuela, más precisamente el aula, aparece en el desarrollo minucioso de espacios en los
que el hecho teatral puede ocurrir. La institución educativa puede contribuir a la formación del
niño espectador, apuntando a su formación crítica y sin dejarse domeñar por pautas
pedagógicas convencionales y rígidas. El teatro en el aula será un fluir: movimientos,
palabras, escenografías, que sostengan el placer por el espacio poético, por el convivio.
La inclusión de una entrevista a Hugo Midón dentro del libro otorga un toque vivo; de una
claridad y espontaneidad saludable, un rasgo tan distintivo de este reconocido autor. Las
preguntas planteadas por la autora permiten una recorrida por las diferentes puestas teatrales
de Midón y, simultáneamente, constituyen una exploración de los dispositivos propios de la
comedia musical con los riquísimos aportes de Carlos Gianni, un señor de la música para
niños.
La obra se completa con una cuidadosa explicitación de criterios de selección en los que se
pone el acento en el rol del adulto:
"La selección es una práctica por necesidad y es intransferible. Si seleccionamos
espectáculos para los chicos es para orientarlos en el camino de elaboración de sus propios
criterios de selección. Ya llegará el día en que podamos confrontar con ellos nuestras
respectivas argumentaciones críticas, nuestras respectivas elecciones."
La inclusión del texto completo de obras teatrales infantiles refuerza estos conceptos y permite
al lector ingresar a los aspectos puntuales de un posicionamiento acerca del tema
desarrollado en los capítulos anteriores. De este modo, funcionan como ejemplos El niño de
papel de Ana Alvarado, y dos obras de títeres de Patricia Suárez —El Talk Show de la Cigarra
y la Hormiga y Oberón, rey de los elfos—, todas obras con marcada densidad ética y que se
potencializan como ricas construcciones de espectáculo teatral y titiritesco respectivamente.
El cierre de la obra, exactamente el capítulo 10, es una propuesta didáctica para el docente.
Se puntualiza un recorrido posible con los alumnos, y se abre una variada gama de
actividades para posibilitar la acción, la reflexión y la creatividad de los participantes.
El libro de Nora Lía Sormani ha llegado en un momento oportuno de nuestra historia cultural,
un momento en el que la infancia está en el centro de nuestro proyecto como país. Y el arte es
el espacio de construcción de hombres y mujeres capaces de alzar su voz crítica, ejercer sus
derechos democráticos, vivenciar sus emociones como parte vivificante de la identidad
humana. Podemos compartir con la autora estas palabras:
"A la par que los divierte, (el teatro) va desarrollando en los niños una formación humanística
que los torna seres más nobles y sensibles."
Lidia Blanco

Lidia Blanco (gelmanear@yahoo.com.ar) es Profesora de Lengua y Literatura (Universidad


Nacional de Buenos Aires) en enseñanza media, normal y especial, y Especialista en
Literatura Infantil y Juvenil. Fue Profesora del Seminario de Literatura Infantil en la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires, desde 1988 hasta 1996.
Es coautora y compiladora de los libros Los nuevos caminos de la expresión(Ediciones
Colihue, 1990), Literatura infantil. Ensayos críticos (Ediciones Colihue, 1992), Cuentos Primer
nivel (Ediciones Colihue, 1978) y El puente sobre el río(Ediciones Colihue, 1980. Colección El
Pajarito Remendado).
Participó en distintos congresos de Literatura Infantil y Juvenil nacionales e internacionales.
En 1998 recibió el Premio Pregonero, otorgado por la Fundación El Libro, por su trayectoria
como Especialista en Literatura Infantil y Juvenil.
Actualmente es Profesora de Teoría de la Comunicación en la Escuela de Arte "Leopoldo
Marechal" en La Matanza (provincia de Buenos Aires) y colabora en diversas publicaciones
especializadas: Espacios de Lectura, del Fondo de Cultura Económica de México; revistas La
Mancha e Imaginaria.

Artículos relacionados:
Lecturas: Buenos espectáculos para los chicos, por Nora Lía Sormani
Destacados: Teatro para niños

You might also like