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ESTIPULACIÓN POR OTRO O FAVOR DE

TERCERO

1
Introducción
El tema del presente trabajo es acerca de la teoría de la estipulación por otro,
es una de las cuestiones poco estudiada en nuestro país, no obstante servir de
base al estudio de instituciones tan interesantes y de tanta aplicación práctica
como el seguro de vida a favor de un tercero, el contrato de transporte, etc. Más
aún, la teoría de la estipulación por otro ha encontrado amplia aplicación en las
leyes sociales dictadas en el último período, leyes que han venido a mejorar en
gran parte la condición económica y social de nuestra clase trabajadora, que
hasta ayer estuvo abandonada a su propia suerte.

Todos los seguros colectivos que debe contratar el patrón a favor de los obreros
que trabajan en su fábrica, no son sino una forma de estipulación por otro. Se
comprende, entonces, la importancia que tiene en la actualidad el estudio de la
teoría que es materia de este trabajo.

En el orden lógico de las ideas, es menester de la asignatura Derecho de


Obligaciones II preceder al estudio de sus disposiciones, y por eso, antes de
entrar de lleno a la exposición y análisis de las doctrinas jurídicas de la
estipulación por otro, hemos creído necesario dar a conocer su evolución
histórica, desde los tiempos de la antigüedad hasta nuestros días.

Analizamos, en primer término, el sistema del Derecho Romano, que puede


resumirse en la máxima "alteri stipulari nemo potest". Vemos, en seguida, como
el Derecho francés, que se inspiró directamente en el Derecho Romano, sigue,
casi de un modo absoluto, la teoría romanista que no acepta, sino por excepción,
la estipulación a favor de tercero.

Siguiendo en la evolución de la estipulación por otro llegamos a nuestro Derecho


que, apartándose en este punto del Derecho Francés que le sirvió de modelo y,
finalmente, estudiaremos las doctrinas jurídicas sobre la estipulación por otro en
relación con las disposiciones de nuestro Código; exponemos allí las distintas
teorías que explican la naturaleza jurídica de la operación en virtud de la cual
dos personas que contratan hacen adquirir un derecho a un tercero que no
interviene en el contrato.

2
TEMA VII- ESTIPULACIÓN POR OTRO

I-Definición
Contrato en virtud del cual una persona, el estipulante, obtiene de otra, el
promitente, que ejecute una prestación en provecho de una tercera, denominada
tercero beneficiario.

La estipulación en favor de un tercero es el negocio jurídico por el cual una


persona, el estipulante, conviene con otra, el prometiente u obligado, que este
cumplirá una prestación a favor de un tercero, el beneficiario.

La estipulación a favor de tercero es un procedimiento técnico que permite a dos


personas que celebran un contrato entre ellas hacer nacer un derecho en
beneficio de un tercero. Los dos contratantes desempeñan respectivamente el
papel de estipulante y de promitente. El estipulante toma la iniciativa de la
creación del derecho a favor del tercero; el promitente acepta obligarse a favor
de ese tercero. La persona que resulta acreedora a consecuencia del contrato
se denomina tercero beneficiario.1

La estipulación para otro se forma entre dos partes, llamadas estipulante y


prometiente – como en todo contrato- pero la consecuencia de este contrato es
que el prometiente resulta obligado respecto de un tercero (llamado beneficiario),
que adquiere un derecho inmediato y directo contra él por el solo hecho de
haberse pactado el contrato.

Se produce aquí por tanto, una ampliación de los efectos del contrato: el negocio
no crea tan solo derechos y obligaciones entre las partes, sino que genera un
derecho a favor de un tercero.

Como plantea Josserand, la estipulación para otro es entonces “bilateral en su


formación y triangular en sus efectos.

1
Ripert, Georges y Boulanger, Jean. Tratado de Derecho Civil. Tomo IV, Editorial La Ley, Buenos Aires,
pág. 380

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II- Historia De La Estipulación A Favor De Un Tercero
Derecho romano
En los derechos antiguos una obligación no puede surgir sino entre las mismas
personas que cumplen con ciertas formalidades. Pero el principio según el cual
la obligación no puede compeler sino a los que hayan participado en su
formación subsistió pese a la aparición de los contratos consensuales; se
encuentra expresada también en la codificación justinianea “nadie puede
estipular por un tercero”.

Eso significa que las estipulaciones a favor de un tercero estaban privadas de


efecto: no hacían que naciera ninguna acción a favor del estipulante ni a favor
del tercero.

Desde la época clásica, sin embargo, la práctica, sin negar legitimidad de la regla
misma intento eludirla indirectamente. Más adelante llego a admitirse
directamente, en algunos casos excepcionales, la validez y la eficacia de la
estipulación a favor de un tercero.

Aunque se le negaba al estipulante una acción contra el prometiente para


constreñirlo a cumplir con la obligación que había asumido en favor del tercero,
es porque el estipulante no tenía interés pecuniario en ese cumplimiento;
semejante interés no existía sino para el tercero beneficiario, que tampoco tenía
acción, puesto que no había participado en la formación de la obligación. Por
eso, en los casos excepcionales en que el estipulante tenía interés personal
pecuniario en el cumplimiento, se le concedía una acción. Cuando un tutor
confiaba aquel su pupilo; tenía interés directo en que el administrador cumpliera
fielmente con su gestión, porque el tutor seguía siendo responsable frente al
pupilo. Ese interés en el cumplimiento validaba la operación: el tutor tenía una
acción contra el administrador. Igualmente cuando un depositario confiaba la
cosa depositada a un segundo depositario.

Cuando el estipulante no tenía interés pecuniario personal en el cumplimiento de


la estipulación, se descubrió el medio para hacer que tuviera interés o surgiera
ese interés, se agregaba a la estipulación hecha una clausula penal, en virtud de
la cual el promitente se comprometía abandonar cierta suma de dinero al
estipulante si el promitente no cumplía sus obligaciones para con el tercero. Las

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institutas de Justiniano reconocían la validez de esta operación, por lo tanto la
estipulación por un tercero es nula pero si se agregaba la cláusula penal era
válida.

Mediante esos dos procedimientos, el estipulante podía obtener, directa o


indirectamente, el cumplimiento de la estipulación a favor de un tercero. Pero el
sistema todavía era muy imperfecto, porque no confería acción al tercero.

Para llegar a ello, los romanos recurrieron, primeramente, a la idea de utilizar los
siguientes procedimientos indirectos: el prometiente se comprometía a pagarle
al estipulante o al tercero, que podía, pues recibir válidamente el pago; pero no
se le concedía acción al tercero contra el prometiente; y el estipulante, al
reclamar el pago por sí mismo, hacía que el tercero perdiera el beneficio de la
estipulación.

La adstipulatio era un procedimiento más perfecto, consistente en que el tercero


estipulara junto al estipulante principal; entonces el tercero tenía una acción; pero
el adstipulador debía participar en el contrato, así pues ya no era
verdaderamente un tercero.

En dos casos el derecho romano excluyo excepcionalmente la ineficacia de las


estipulaciones a favor de un tercero: en el primero, la validez de la estipulación
a favor de un tercero se admitía cuando fuera la carga de una donación. El
tercero beneficiario tenía una acción para obtener el cumplimiento de esa carga
por el donatario. El segundo en la constitución de dote, el constituyente podía
estipular con el marido que la dote fuera restituida por este, al disolverse le
matrimonio, ya fuera a la mujer dotada, ya fuera a un tercero, al que se daba
directamente la acción de dote.

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III- Antiguo Derecho Francés.

Los antiguos autores bastante imprecisos acerca de la validez de las


estipulaciones a favor de tercero, que a veces confunden con la representación.
Sin embargo, debe advertirse una tendencia muy marcada, si no hacia la
exclusión de la regla romana, al menos para ampliar las excepciones admitidas
en Roma.

Dieron aquellos el adjectus solutionis gratia una acción, para obtener


directamente el pago; pero subsistía el inconveniente señalado: la estipulación
se hacía a título principal a favor del estipulante, que, por tanto, no podía exigir
el pago para el mismo, o hacer remisión de su obligación al prometiente.

Los glosadores, en particular Bartolo, extendieron a toda datio, o sea, a


cualquiera transmisión de propiedad, se realizara a título oneroso o a título
gratuito, la excepción admitida por los romanos para la donación: siempre que
una datio, resultante de un contrato o de un testamento, acompañara a una
estipulación a favor de un tercero, esa estipulación a favor de un tercero era
válida y otorgaba al tercero la acción ejecutiva.

IV- POTHIER.
Pothier recogió las soluciones del derecho romano, ampliadas por el antiguo
derecho francés. Considera que el estipulante pero no el tercero , se beneficia
de una acción ejecutiva cuando posee interés pecuniario en el cumplimiento ;
por ejemplo escribe Pothier, si habiéndome obligado para con Santiago a
reconstruirle en cierto espacio de tiempo, su casa, que amenaza la ruina, y por
tener otras obras que hacer trato con un albañil para que este la reconstruya, en
dicho lapso, la casa de Santiago se considera que estipulo, más bien por mí que
por Santiago para con esa reconstrucción, y sujeto a daños y perjuicios, si no se
hace dentro del tiempo establecido, tengo verdadero interés personal en que se
haga.

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V- CÓDIGO CIVIL FRANCÉS.

Los artículos 1,119 y 1,121 del código civil fueron votados sin discusión. Por lo
tanto, resulta difícil saber si sus redactores quisieron adoptar la opinión de
Pothier y de los antiguos autores franceses, o volver a la posición más restrictiva
de los romanos, como parece indicar los requisitos que han establecido, en el
artículo 1,121, para la validez de la estipulación a favor de tercero. En todo caso,
han considerado ciertamente la validez de la estipulación a favor de tercero como
una excepción: “Igualmente se puede estipular en beneficio de un tercero,
cuando tal es la condición de una estipulación que se hace por sí mismo, o de
una donación que se hace a otro. El que ha hecho el pacto, no puede revocarle
si el tercero ha declarado que quiere aprovecharse de él”. 2 También es de rigor
mencionar: “Por regla general, nadie puede obligarse ni estipular en su propio
nombre, sino para sí mismo”.3

VI- EL DESARROLLO DE LA ESTIPULACIÓN A FAVOR DE TERCEROS EN LOS


SIGLOS XIX Y XX.

La estipulación a favor de tercero sirve para realizar algunas liberalidades,


donaciones con cargas, seguros de vida, así como algunos actos a título
oneroso, ciertos pagos. Entre estas operaciones algunas cuya utilidad es
extrema, ya sea en el terreno de la previsión, ya sea en la esfera comercial, no
son siquiera posibles sino gracias a la técnica de esta institución.

El seguro de vida permite al asegurado,(estipulante), mediante el abono de las


primas, obtener del asegurador (prometiente) la promesa de abonar, en el día
del fallecimiento de aquel, un capital a una tercera persona (el beneficiario),
designada en el contrato.

El derecho administrativo conoce igualmente algunas estipulaciones a favor de


terceros: las contratas de obras públicas implican ciertas cláusulas que imponen
al adjudicatario las condiciones de trabajo de sus obreros; los contratos de obras
públicas contienen disposiciones a favor de los usuarios.

2
Art 1,121 código civil dominicano
3
Art.1,119 código civil dominicano

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Para facilitar estos negocios jurídicos, la jurisprudencia ha debido adaptar a las
necesidades nuevas, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, el artículo 1,121
del código civil. Por una parte ha resuelto como en el antiguo derecho francés.

VII- CONDICIONES.

La estipulación a favor de tercero está sometida en primer lugar a los requisitos


generales de validez de los actos jurídicos: consentimiento, objeto y causa. Por
eso la estipulación hecha con una finalidad inmoral o ilícita es nula.

Las estipulaciones a favor de tercero pueden constituir, en las relaciones del


estipulante y el tercero beneficiario, un acto a título oneroso. Es así cuando el
estipulante hace que surja un crédito a favor del tercero para pagar una deuda
que el tenia para con ese tercero.

En las relaciones del estipulante y del tercero beneficiario, la estipulación


aparece entonces como un acto a título gratuito.

La estipulación a favor de tercero no está sometida, pues a ninguna forma ni


siquiera cuando se utiliza para realizar una liberalidad. Desde luego se aplican
los requisitos de fondo exigidos para la validez de las liberalidades, sobre todo
los referentes a la capacidad jurídica para recibir y disponer.

Además de los requisitos generales para la validez de los actos jurídicos, se


exigen algunos requisitos particulares para la estipulación a favor de tercero.
Algunos de ellos se relacionan con la voluntad de las partes; otros, con el
carácter accesorio de la estipulación a favor de tercero; y los restantes, por
último, con la designación del tercero beneficiario.

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VIII- VOLUNTAD DE ESTIPULAR A FAVOR DE UN TERCERO
Las partes deben tener la voluntad de estipular no para ellas mismas, sino a favor
de un tercero.

No tendrían esa voluntad si estipularan a favor de una persona a la que


representaran: el tutor que estipula a favor o por su pupilo no realiza estipulación
a favor de un tercero; es el menor el que contrata, por mediación de su tutor.

Esa voluntad, necesaria de estipular en favor de un tercero aparece claramente


cuando las partes enuncian formalmente que el deudor se obliga a favor de un
tercero, pero semejante enunciación no resulta indispensable. La voluntad de
estipular a favor de un tercero puede ser implícita.

Estipular a favor de los propios herederos, o estipular a favor de uno mismo, son
preguntas a las cuales la jurisprudencia admite que existe en ello una verdadera
estipulación a favor de un tercero. Ha sido confirmada, en materia de seguros.
Estipular a favor de los propios herederos, en su carácter de herederos, seria
estipular para la propia sucesión y, en consecuencia, para el propio patrimonio,
para uno mismo, en ese sentido dispone el artículo 1,122 del código civil: “Se
presume siempre que se ha estipulado para sí, para sus herederos y
causahabientes, a no ser que se exprese lo contrario o resulte de la naturaleza
misma del contrato”.

IX- CARÁCTER ACCESORIO.

La segunda condición o requisito es el carácter accesorio de la estipulación a


favor de un tercero. El artículo 1,121 del código civil testimonia la voluntad de
sus redactores de exigir, para la estipulación a favor de un tercero, que esta
accesorio de una operación principal; este requisito les ha parecido esencial. Por
eso no admitieron la validez de la estipulación a favor de tercero sino en dos
series de casos: “Igualmente se puede estipular en beneficio de un tercero,
cuando tal es la condición de una estipulación que se hace por sí mismo, o de
una donación que se hace a otro. El que ha hecho el pacto, no puede revocarle
si el tercero ha declarado que quiere aprovecharse de él”.

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X- SUPRESIÓN DE ESTE CARÁCTER.

Así, gracias a la interpretación extensiva de la jurisprudencia, el segundo


requisito establecido por los redactores del código civil, el carácter accesorio de
la estipulación a favor de tercero, se ha desechado casi por completo. Salvo que
sea alineado, el estipulante tiene siempre interés, al menos el moral, para
estipular a favor de tercero. Suponiendo incluso que no encuentre en ello interés
alguno, la estipulación a favor de tercero será válida si la entrega alguna cosa al
prometiente o si se obliga a hacerlo. A falta de todo interés y dación, quedaría
aun, por otra parte, un medio de convalidar la estipulación a favor de tercero:
resultaría suficiente con agregarle una clausula penal.

XI- Beneficiario.

¿Cuáles requisitos tiene que reunir el tercero beneficiario? También aquí se


comprueba el esfuerzo cumplido por la jurisprudencia y el legislador para
favorecer las estipulaciones a favor de terceros, singularmente el seguro de vida:
el beneficiario puede ser una persona indeterminada y, al menos en el seguro de
vida, una persona futura.

XII- Persona Indeterminada.

Estipulación a favor de tercero cuando beneficia a una persona indeterminada.


Las sentencias antiguas exigían que la persona del tercero beneficiario estuviera
determinada en el mismo contrato. Eso era prohibir que una persona estipulara
a favor de sus herederos; puesto que nunca resulta posible saber al estipulante
quien entrara en su sucesión. De ahí que la jurisprudencia admita la validez de
las estipulaciones a favor de personas indeterminadas, con la condición de que
las mismas sean determinables en el momento en que el contrato deba ser
cumplido; es decir en el día del fallecimiento, si se trata de un seguro de vida.

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XIII Persona Futura.

Por una timidez que no se comprende los tribunales se negaron a admitir la


validez de las estipulaciones a favor de terceros cuando benefician a personas
futuras. Para esto se basaron en el artículo 906 del código civil: “Para ser capaz
de recibir entre vivos, basta estar ya concebido en el momento de la donación”. 4
Pero el artículo 906 se refiere a las donaciones directas, no a las operaciones
jurídicas, como la estipulación a favor de tercero, que se realizan indirectamente
a una liberalidad.

Esa jurisprudencia constituía un gran obstáculo para el seguro de vida, puesto


que los padres quieren contratar un seguro de vida tanto para sus hijos nacidos
como para los que están o van a nacer. Es por esto que al menos en la materia
de seguros de vida se acepta la estipulación en favor de personas futuras.

XIV- Ausencia De Tercero Beneficiario.

Es posible que la estipulación a favor de tercero no incluya al tercero beneficiario.


Ya sea porque el estipulante, que se había reservado la posibilidad de designar
beneficiario, haya muerto sin haberlo hecho. Ya sea porque haya designado a
una persona que no exista. Por ejemplo a su mujer cuando no estuviera casado.
Si se trata de un seguro de vida la ley dispone que en tal caso ese capital forma
parte de la sucesión del asegurado. La misma regla debe aplicarse en los
restantes casos de estipulación a favor de un tercero. La única cuestión delicada
consiste en determinar si, como en materia de seguro de vida esta regla posee
un carácter imperativo.

4
Art 906 código civil dominicano

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XV- Efectos De La Estipulación Por Otro

El maestro Josserand define la estipulación en favor de tercero como una


operación triangular en sus efectos.

La estipulación a favor de un tercero crea tres series de relaciones: entre el


estipulante y el prometiente, entre el prometiente y el tercero beneficiario, entre
el estipulante y el tercero beneficiario.

XVI- A) Relaciones Entre El Estipulante Y El Promitente

Efectos normales del contrato. El estipulante y el prometiente son las dos partes
contratantes. Entre ellos debe producir sus efectos normales el contrato. Los
efectos entre el estipulante y el prometiente, del contrato han concluido son los
de todo contrato entre las partes contratantes. El estipulante es el acreedor del
cumplimiento en favor del tercero. Su interés, al menos moral, en ese
cumplimiento justifica su otorgamiento de una acción que le permita compeler a
ello al prometiente. Por otra parte, si el contrato es sinalagmático, el estipulante
tiene una acción de resolución en caso de incumplimiento.

Así pues el estipulante tiene el derecho a exigir del prometiente el cumplimiento


de la obligación a favor del tercero beneficiario.

Cuando se trata de un contrato es sinalagmático, el estipulante tiene una acción


de resolución en caso de incumplimiento, con el abono de daños y perjuicios .la
resolución le permitirá recuperar sus propias prestaciones, las primas, en el
contrato de seguro de vida y percibir los daños y perjuicios compensatorios del
perjuicio personal que haya experimentado por causa de incumplimiento, pero
no por el perjuicio experimentado por el tercero beneficiario.

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XVII- B) Entre El Promitente Y El Tercero Beneficiario

La estipulación en favor de un tercero confiere un derecho directo al beneficiario


contra el prometiente. Ese derecho surge desde el día del contrato y no ingresa
en el patrimonio del estipulante. El artículo 1165 del código civil expresa lo
siguiente: “Los contratos no producen efecto sino respecto de las partes
contratantes; no perjudican a tercero ni le aprovechan, sino en el caso previsto
en el artículo 1121”.5 Este artículo presenta la estipulación en favor de tercero
como una excepción al efecto relativo de los contratos. Por lo tanto es preciso
resolver que el contrato produce efecto con respecto al tercero beneficiario, o
sea que el prometiente se encuentra directamente vinculado con el tercero
beneficiario; este sin ser parte del contrato ni causahabiente de una de las partes
se convierte en acreedor.

Ese efecto de la estipulación por tercero que no fue admitido ni reconocido, sin
dificultad ya hoy no se discute. El beneficiario se convierte en acreedor por efecto
del contrato; por consiguiente, desde el día de la formación del contrato. A partir
de ese instante, e incluso antes de que haya aceptado la estipulación, tiene un
derecho de crédito contra el prometiente.

Cuando el tercero beneficiario muera antes del cumplimiento, su crédito contra


el prometiente pasa a los herederos de aquel; porque el derecho había nacido
en el beneficiario en el instante en que se había concluido la estipulación. Sucede
lo mismo incluso en el caso de que el tercero muera antes de haber aceptado el
beneficio de la estipulación.

Sin embargo cuando la estipulación a favor de un tercero tenga por finalidad


realizar una liberalidad, debe presumirse que su autor no ha querido beneficiar
sino al tercero, y no a los herederos de este; porque una liberalidad se hace
intuito persona.

5
Art 1165 del código civil dominicano

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XVIII-C) Entre El Estipulante Y El Tercero Beneficiario; Revocación Por El
Estipulante.

El crédito contra el prometiente, por no ingresar en el patrimonio del estipulante,


no constituye la prenda genérica de los acreedores de este último, y no está
sometido a las reglas de colación sucesoria ni a la reducción por atentar contra
la legítima. Los acreedores y los herederos del estipulante no podrán ejercer sus
derechos sino sobre las primas abonadas por el asegurado, y solamente cuando
estas fueran manifiestamente exageradas con respecto a la situación de la
fortuna del estipulante.

El estipulante puede revocar el beneficio de la estipulación mientras que el


tercero no lo haya aceptado. La aceptación tiene por efecto y por único efecto
hacer irrevocable la estipulación a favor de tercero.

El crédito no forma nunca parte del patrimonio del estipulante. La adquisición de


un derecho directo por el beneficiario contra el prometiente, desde el instante de
la conclusión de la estipulación, posee importantes consecuencias en las
relaciones entre el beneficiario, de una parte, y del estipulante, sus herederos y
acreedores, de la otra.

Puesto que el beneficiario es titular, directamente, de un crédito contra el


prometiente, ese crédito no ha ingresado jamás en el patrimonio del estipulante.
No es a través del patrimonio del estipulante, sino directamente, desde el día del
contrato, y antes de toda aceptación por su parte, como el beneficiario adquiere
el derecho a la prestación del prometiente.

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XIX- Revocación Por El Estipulante

El beneficio de la estipulación a favor de tercero ha ingresado, desde el día de


contrato, en el patrimonio del tercero beneficiario, que a partir de esa fecha, es
así titular de un derecho directo contra el prometiente; por lo tanto debería verse
uno conducido a negarle cualquier posibilidad de retirarle al tercero ese beneficio
si fuera de su voluntad.

No obstante, poniendo fin a una dificultad que, en el antiguo derecho dividía


autores, el artículo 1121, expresa lo siguiente: “El que ha hecho el pacto, no
puede revocarle si el tercero ha declarado que quiere aprovecharse de él”. De
ahí resulta que, mientras que el tercero no haya dado su aceptación, el
estipulante tiene la facultad de revocar la estipulación, ya sea para designar a
otro beneficiario, ya sea para reservarse el beneficio.

La regla resulta muy útil, sobre todo, muchos seguros de vida ni se concertarían
si es estipulante no tuviera la facultad de cambiar a su antojo el beneficiario.
Pero, en el terreno de la lógica, no la justifica ninguna explicación satisfactoria.
No cabe sino comprobar que ha sido establecida por el legislador, y decidir que,
por derogar el principio en virtud del cual nadie puede ser privado contra su
voluntad de derechos de los que sea titular, debe ser interpretada
restrictivamente.

Esa interpretación restrictiva conduce a reservar la facultad de revocación a la


persona del estipulante: sus acreedores no podrán ejercitar ese derecho en lugar
de el por la acción oblicua.

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XX- Naturaleza Jurídica De La Estipulación Por Otro

XX. I- LOS SISTEMAS PROPUESTOS.

Se han propuesto varios sistemas para explicar la estipulación a favor de tercero.


Algunos autores han intentado hacer que esta operación entre en los marcos de
otras instituciones conocidas, de las que no sería sino una aplicación particular.
Sus teorías tropiezan con una objeción decisiva: lejos de ver en ella una situación
conforme a las reglas generales, el derecho romano y los redactores del código
civil francés han considerado la estipulación a favor de tercero como una
excepción de los principios, y especialmente del efecto relativo del contrato.
Antes que desnaturalizar la estipulación a favor de tercero, para intentar
aproximarla a las instituciones del derecho común, más vale comprobar pues,
que se presenta como una anomalía con sus reglas propias, forjadas por el
legislador y la jurisprudencia.

La exposición y la crítica de los principales sistemas merecen ser presentados,


sin embargo, por que permiten precisar mejor los caracteres propios de esta
institución sui generis.

Entre las explicaciones propuestas se tendrán presentes las teorías de la oferta,


la de la gestión de negocios ajenos, la de la declaración unilateral de voluntad, y
finalmente la de la adquisición directa del derecho.

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XXI- Teoría De La Declaración Unilateral De Voluntad.

Henri Capitant consideraba la promesa unilateral de voluntad como una fuente


autónoma de obligaciones, de la cual habrían hecho en el algunas ocasiones los
redactores del código civil, sobre todo a propósito de la estipulación a favor de
tercero: la promesa unilateral del prometiente, por si sola es la que al prometiente
le hace directamente deudor del beneficiario, aun estando esa obligación
sometida a la condición resolutoria de que el estipulante no revoque la
estipulación antes de ña aceptación. Esta notoria teoría da cuenta de los
caracteres propios de la estipulación a favor de tercero; pero choca con la
repugnancia del derecho francés a admitir que la promesa unilateral pueda
constituir una fuente de obligaciones. Aquí, el promitente se obliga con el
beneficiario por su propia voluntad, lo que viene a no ser efectivo, por cuanto se
ha obligado por un contrato con el estipulante.

XXII- Teoría De la Oferta.

Los autores clásicos del siglo XIX, fieles al dogma de la autonomía de la


voluntad, trabajaron en explicar la estipulación a favor de tercero por medio de
los conceptos contractuales tradicionales.

La descompusieron en dos convenciones. Por un primer contrato, el prometiente


se obliga, no para con el tercero, sino con respecto al estipulante, que se
convierte así en acreedor de la estipulación.

Por otra parte, por no formarse la segunda convención sino en el momento en el


que el beneficiario acepta la oferta que se le hace, esa aceptación será tardía, y
la oferta estará caduca si sobreviene tras la muerte o la incapacidad del
ofertante. Ahora bien, en materia de seguro de vida, casi siempre el beneficiario
no acepta la estipulación hecha en su favor, y con mucha frecuencia ni la conoce
hasta después de la muerte del estipulante. El sistema de oferta habría
conducido a pronunciar la nulidad de numerosos seguros de vida.

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XXIII- Teoría De La Gestión De Negocios.

La teoría de la gestión de negocios ajenos fue expuesta por LABBÉ a fines del
siglo XIX. Al obtener del prometiente un compromiso a favor del tercero, el
estipulante gestiona los negocios de este; la ratificación del tercero que resulta
de su aceptación, transforma retroactivamente esa gestión de negocios ajenos
en un mandato. En definitiva el estipulante no ha sido sino un mandatario ajeno
al crédito del tercero contra el prometiente.

Esa explicación tiene mérito de desechar los dos mayores inconvenientes de la


teoría de la oferta. En efecto, se admite la ratificación de la gestión de negocios
ajenos, por razón de su carácter retroactivo, puede realizarse después de la
muerte del gestor oficioso. Además, por no haber ingresado en el patrimonio del
gestor, el crédito no constituye la garantía general de sus acreedores, y los
herederos no tienen derecho alguno que alegar contra aquél.

Sin embargo la teoría de la gestión de negocios ajenos no es plenamente


satisfactoria. Es artificial; ya que, por medio de una pura ficción, se en la
estipulación a favor de un tercero un acto de gestión. Por otra parte dos
caracteres esenciales de la gestión de negocios ajenos no se encuentran en la
estipulación a favor de tercero. El tercero beneficiario, contrariamente al dueño
del negocio, no está sujeto por contrato, incluso si el asunto ha sido bien
administrado.

Mientras que el gestor oficioso tiene la obligación de proseguir su gestión, el


estipulante tiene el derecho a revocar el beneficio de la estipulación mientras que
no haya aceptado el tercero.

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XXIV- Teoría De La Adquisición Directa Del Derecho.

Debe reconocerse que todas las tentativas que han tenido por finalidad reducir
la estipulación a favor de tercero a las instituciones del derecho común han
fracasado. Todas estaban destinadas a la frustración porque como han advertido
los redactores del código civil, la estipulación a favor de un tercero es una
excepción. La autonomía de esta institución es manifiesta.

El derecho nacido de la estipulación se radica directamente en el patrimonio del


beneficiario.

Ha tendido a sostenerse que esta es la posición que recoge nuestra legislación,


pero que, sin embargo, no existe una explicación satisfactoria de esta institución,
por cuanto ella constituye una excepción a las reglas generales y a los efectos
relativos del contrato.

XXV- La Acción Directa.

Definición.

Gracias a la estipulación a favor de tercero, se adquiere un derecho directo y una


acción directa contra uno de los contratantes: el prometiente. Ese derecho
directo surge de la voluntad común, del estipulante y del prometiente, de
convertir en acreedor al tercero. En algunas hipótesis excepcionales, el derecho
directo del tercero contra uno de los contratantes se origina fuera de la voluntad
de este último; es la ley que lo confiere.

El legislador ha querido que en ciertos casos, un acreedor pueda demandar


directamente al deudor de su deudor. Esta acción directa no debe confundirse
con la acción oblicua, que es aquella por la cual el acreedor de un deudor
negligente intenta, en nombre de su deudor y por cuenta de todos los
acreedores, las acciones que el deudor no se toma la molestia de ejercitar.

La acción directa se concede al acreedor mismo y en su exclusivo provecho; el


acreedor demanda en su nombre propio; no demanda de modo indirecto, en
nombre de su deudor. Así la acción directa permite al acreedor pasar por encima
de su deudor para llegar hasta el deudor de su deudor.

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Interés.

La acción directa presenta, para el tercero favorecido con ella, un interés idéntico
al derecho directo resultante de la estipulación a favor de tercer. El crédito del
tercero contra el deudor de su deudor, por surgir directamente en él, no ingresa
en el patrimonio de su deudor; y por consiguiente, no constituirá prenda genera
de los restantes acreedores de su deudor. La acción directa sustrae, pues, al
acreedor favorecido con ella, del riesgo de insolvencia de su deudor, al evitarle
sufrir el concurso de los demás acreedores; confiere a ese acreedor un
verdadero privilegio, y hasta más que un privilegio, puesto que no ha de temer el
concurso de los otros acreedores privilegiados de su deudor, sea cual sea el
orden en que se encuentren; se hace pago de modo exclusivo sobre el crédito
perteneciente a su deudor. Por ejemplo la victima cobra con exclusividad de lo
que el asegurador debía al autor del daño.

XXVI- La Acción Directa En El Código Civil

En tres casos excepcionales el código civil francés ha concedido una acción


directa a un acreedor contra el deudor de su deudor:

1- artículo 1753 “No está obligado el subarrendatario con el dueño, sino hasta
cubrir el precio del subarriendo de que pueda ser deudor en el momento del
embargo, y sin que pueda alegar pagos hechos anticipadamente. Los pagos
hechos por el subarrendatario, ya sea en virtud de una cláusula de su contrato,
o como consecuencia de la costumbre establecida en el lugar, no se reputarán
hechos como anticipos”. El arrendador en la medida en que el inquilino no le
haya pagado los alquileres, puede hacer que le abone directamente el
subinquilino lo que este deba al inquilino a título de subalquiler. Sin embargo, el
subinquilino se ha obligado para con el inquilino, no con respecto al casero, que
es un tercero frente al contrato de subalquiler.

2- articulo 1798 “Los albañiles, carpinteros y demás artesanos que han sido
empleados en la construcción de un edificio que han sido empleados en la
construcción de un edificio, o de otra obra cualquiera hecha por ajuste, no tienen

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acción contra aquél por cuya cuenta se hace, sino hasta la concurrencia de lo
que sea deudor con relación al contratista en el momento en que ejerzan su
acción”. El artículo 1798 del código civil concede a los obreros de un contratista,
para el pago de sus salarios, una acción directa contra la persona que haya
encargado los trabajos. Sin embargo los obreros son terceros en relación con el
contrato celebrado entre el contratista y el cliente.

3- articulo1994 “El mandatario responde de aquel a quien pone en su lugar para


la gestión: 1o. cuando no ha recibido poder para hacerse sustituir; 2o. cuando le
ha sido conferido el poder sin designar persona, y la que hubiere escogido fuere
notoriamente incapaz o insolvente. En cualquier caso puede el mandante obrar
directamente contra la persona en quien sustituyó el mandatario”. El mandante
tiene, en los términos del artículo 1994, párrafo 2 del código civil, una acción
directa contra el sustituto del mandatario; es decir, contra la persona que haya
sustituido al mandatario en el cumplimiento del mandato. No obstante, el
mandante es un tercero frente al contrato celebrado entre el mandatario y su
sustituto.

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Opinión Del Grupo Acerca De La Estipulación A Favor De Tercero

Al estudiar esta importante institución jurídica de la Estipulación a favor de


tercero, la cual analizamos desde todos los ángulos posibles, incluido una mirada
histórica, desde el derecho Romano, el antiguo derecho francés, así como su
posterior inserción en los códigos napoleónicos, pudimos constatar de primera
mano, la gran importancia y aplicación que tiene hoy en día esta institución
jurídica.

Exponemos allí las distintas teorías que explican la naturaleza jurídica de la


operación en virtud de la cual dos personas que contratan hacen adquirir un
derecho a un tercero que no interviene en el contrato; nos referimos en seguida
al beneficiario de la estipulación, a los efectos de ella, a su revocación por
voluntad de las partes contratantes, a la aceptación o ratificación de la
estipulación por el tercero beneficiario, a las relaciones jurídicas que nacen del
contrato.

Estudiadas las principales posiciones dogmáticas construidas en derredor de


esta peculiar figura jurídica, partiendo para ello de su devenir histórico, desde el
Derecho de Roma hasta irrumpir en los más avezados ordenamientos jurídicos
modernos, en cuyo contraste se puede corregir los disímiles y los matices que a
esta institución ha tenido al pasar de los años.

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Opiniones de los Abogados Consultados

1- Licenciado José Heriberto Castillo

La estipulación para otro se forma entre dos partes, llamadas estipulante y


prometiente como en todo contrato- pero la consecuencia de este contrato es
que el prometiente resulta obligado respecto de un tercero (llamado beneficiario),
que adquiere un derecho inmediato y directo contra él por el solo hecho de
haberse pactado el contrato.

Se produce aquí por tanto, una ampliación de los efectos del contrato: el negocio
no crea tan solo derechos y obligaciones entre las partes, sino que genera un
derecho a favor de un tercero.

Sería bueno establecer que es un “tercero” o a que se refiere la norma con este
tercero, generalmente lo definimos siempre en sentido negativo, diciendo que el
tercero es aquel que no es parte, pero seguro que algo más se puede decir, o
incluso podemos llegar a ir más allá , se entiende que este sujeto beneficiario
no es un tercero, sino que es parte del contrato, afirmando en este sentido que
“El tema de la estipulación, no obstante su literal denominación, no ofrece un
supuesto de atribución a un tercero, sino que se trata de una atribución
contractual a dos sujetos de modo condicional, con una estructura
subjetivamente alternativa.

2- Licenciada Ana Andreina Rodríguez

El contrato a favor de tercero es aquél por el que los otorgantes pactan la


realización de una prestación a cargo de una o de ambas partes, pero a favor de
tercera persona, que no ha intervenido en su celebración, y que no esté
representado, de tal forma que, si bien no es parte del contrato, en virtud de esta
estipulación queda incorporado al mismo como beneficiario de cierta prestación.

La estipulación a favor de tercero es muy importante en nuestro ordenamiento


jurídico y tiene muchísimas aplicaciones actuales, empezando por el seguro de
vida, el cual no se podría realizar o no tendría razón de ser sin esta institución
jurídica.

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Conclusión

Al finalizar este trabajo sus sustentantes sienten la satisfacción del deber


cumplido en el entendido que se llenaron las expectativas en torno al mismo,
tanto en el contenido como en el cumplimiento de los propósitos planteados.

Hemos llegado a la conclusión de que todos los estudiantes o letrados


del derecho civil, deben de dominar todos los procesos dentro del ámbito de
la justicia, es por tanto, que se debe comenzar la investigación del expediente
de caso a tratar, a través La Estipulación a Favor de Terceros.

Es interesante para la vida profesional del Abogado, y por tales cuestiones es


imperante conocer y dominar cada uno de los aspectos aquí tratados, para de
esta forma tener nociones más claras y acabadas de las mismas, que son y
serán necesarias para llevar acabo la realización de nuestro ejercicio profesional.

Era nuestro deseo estudiar con detenimiento las aplicaciones más importantes
de la estipulación por otro; además de realizar un estudio a profundidad sobre
esta importante institución jurídica. Hemos creído de interés, sin embargo,
mencionar, aunque sea brevemente, algunas de las principales aplicaciones de
la estipulación por otro.

En ese sentido y respondiendo tales objetivos, se pudo entender que cuando se


habla de estipulación a favor de un tercero, es primordial verificar la existencia
de una serie de condiciones o requisitos.

El requisito indispensable para que la estipulación a favor de otro sea válida,


consiste en la aceptación por parte de este de dicha estipulación, una vez
interviene la aceptación del tercero dicha estipulación reviste el carácter de
irrevocable por ende solo el tercero puede demandar por ejemplo si trata de una
obligación el cumplimiento de esta.

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Referencias Bibliográficas
Mazeaud, (1978) .Derecho Civil Extincion y Transmision de las Obligaciones,
Parte II, Vol.III. Ediciones Jurídicas Europa- América, Buenos Aires, Argentina.
(Págs 57-95).

Capitant, H. (1930). Vocabulario Jurídico. Buenos Aires, Argentina: Ediciones


Depalma.

Espasa-Calpe. "Vocabulario Jurídico". 9na. Edición, Editorial Depalma, Buenos


Aires, Argentina, 2007.

Josserand, Louis, "Lecciones de Derecho Civil". Tomo III, volumen I, Ediciones


Europa – América, Buenos Aires, 1976.

Código Civil de la República Dominicana. Edición preparada por el Licenciado


Máximo A. Díaz.

Enlaces electrónicos

PEÑA, J. FELIPE. “La Estipulación En Favor De Otro.” Derecho Civil I - Monografias.com,

www.monografias.com/trabajos84/estipulacion-afavor-otro/estipulacion-afavor-

otro.shtml.

Castillo, Yúnior Andrés. “La Estipulación a Favor De Terceros.” Derecho Civil I -

Monografias.com, www.monografias.com/trabajos102/estipulacion-favor-

terceros/estipulacion-favor-terceros.shtml.

“La Estipulación Por Otro.” VLex, doctrina.vlex.cl/vid/estipulacion-232468961.

“¿Es Válida La Estipulación Que Se Hace a Favor De Un Tercero?” Gerencie.com,

www.gerencie.com/es-valida-la-estipulacion-que-se-hace-a-favor-de-un-tercero.html.

“La Estipulación a Favor De Terceros.” Temas De Derecho, 27 Mayo 2012,

temasdederecho.wordpress.com/2012/05/27/la-estipulacion-a-favor-de-terceros/.

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