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José María Arguedas y la teoría política: reflexiones sobre la animalidad y el contacto

Author(s): Annette Rubado


Source: Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año 38, No. 75 (2012), pp. 95-112
Published by: Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar"- CELACP
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/23631264
Accessed: 23-05-2018 15:13 UTC

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Revista de Crítica Literaria Latinoamericana
Año XXXVIII, N° 75. Lima-Boston, 1er semestre de 2012, pp. 95-112

José María Arguedas y la teoría política:


REFLEXIONES SOBRE LA ANIMALIDAD Y EL CONTACTO

Annette Rubado

University of California, Irvine

Resumen

Este artículo analiza la última novela de José María Arguedas, El v>orro de arriba y
el %orro de abajo, con el objetivo de entender la comunidad política que postula.
A través de un diálogo entre las ideas presentes en la novela de Arguedas y la
teoría política de Aristóteles, Achille Mbembe, Giorgio Agamben y Karl Marx,
se propone que la novela articula una concepción de interacción política que se
basa en la vida expropiada. En la novela, la expropiación es el punto de
contacto entre personas, animales y máquinas, lo cual permite reconsiderar las
teorías sobre la biopolítica.
Palabras clave-. José María Arguedas, El %orro de arriba y el %orro de abajo,
Aristóteles, Achille Mbembe, Giorgio Agamben, necropolítica, biopolitica,
nuda vida, expropiación, mestizaje.

Abstract
, „r —1
This article analyzes the perfor
José Maria Arguedas' last novel,
Below. By establishing a dialogue
theories of Aristotle, Achille M
gue that a conception of politic
as the point of contact between
sion of theories of biopolitics.
Keywords: José María Arguedas, Th
Aristode, Achille Mbembe, Gior
life, expropriation, mestizaje.

"Pateas menos que gallina. E


del Señor" — Jesusa
(Arguedas, El %orro de ar

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La novela postuma de José Mar


%orro de abajo (1971) reflexiona
características de este vivir en
neoliberal que intenta reducir la
de "labor" de Marx) o al olvid
experimentarse como una muer
ciona la muerte como su pr
Mbembe en su artículo con el
lítica (15)-. Encuentro en El %o
culminación del esfuerzo de
expropiada1. Por medio de
expropiación en el Perú de l
política de lo cotidiano que
definido por la necropolítica,
que más bien la excede. La p
interpreta esta vida como un
hace Mbembe 40), sino que,
aparenta ser una vida desprovist
de la experiencia, una forma de
no busca ni transcendencia ni u
esta vida mestiza, en lugar de p
conexiones con otros seres de
Por otra parte, el imaginario de
animales en la obra, sí apoyan
cual en la modernidad existen
ción de mundos-de-muerte, f
social en las cuales poblacion
ciones de vida que les confiere
trad. mía). Asimismo, el análi
estatal en las "formas de exist
destrucción" (34) que puedan s

1 Entiendo expropiación como un


pos e individuos de sus costumbres s
lamiento de la tierra. En Arguedas
ciales de desplazamiento, migración
provienen del problema primordial q
2 Mbembe utiliza el término conoc
Véase la introducción a Homo jvawpa

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José María Arguedas y la teoría política 97

pueblo, a formas de vida que recuerdan la muerte. Mi ar


aquí no localiza la agencia en la voluntad humana ind
tampoco entiende las tecnologías de necropolítica, ni los
sociales, como los únicos factores determinantes en la pr
de "mundos-de-vida" y "mundos-de-muerte". En cambio,
que la habitación u ocupación de mundos de muerte rev
éstos no producen meramente la muerte. De hecho, justo el
ocupar estos espacios de muerte los transforma en forma
que enfatizan la materialidad de las interacciones cotidian
objetos, máquinas y otros seres -a diferencia de la vida e
por el discurso humanista-.
En El %orro de arribay el %orro de abajo esta materialidad se e
entre otras figuras, mediante contactos o toques que tra
afecto y cariño. En un momento temprano del primer
narrador cuenta el poder reconstituyente que se logra "r
dome en la tierra con algunos de esos perros chuscos que
mi compañía hasta ese extremo" (Arguedas 10). El contac
protagonista Arguedas tiene con los perros le otorga en
afecto para posponer su suicidio porque le recuerda las
veces" que ha logrado "jugar con los perros de los puebl
perro con perro. Y así la vida es más vida por uno"
reconocimiento y aprobación extendidos por los perros a Ar
instalado en la tristeza y la desorganización, es suficiente pa
su vida en este momento más vivible y para transforma
mediante el acto del juego.
La convivencia y el juego compartido por las diferentes es
de mestizos (Arguedas y los perros chuscos) son posibles sola
en el momento en que el humano deja de definirse en opo
animal. La capacidad de jugar "perro a perro" depende d
nocimiento y hasta del toque o materialidad afectiva del c
el presente-. El concepto de Aristóteles de polis, pen
oposición a la concepción estoica de cosmo-polis -una po
comprende el cosmos (y todo y a todos los que éste con
concibe la comunidad política como restringida a los hum
tienen capacidad de pensar racionalmente y articular dich
mientos mediante la comunicación oral, elemento constitutiv

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racionalidad (Política)3. Aristót


animales -figuras de apolis, o aq
basado en la ley humana4-. La rel
por El %orro de arriba y el %or
contaminada por la animalidad, c
traído adentro; imagen en la que
Aristóteles y Kant se localiza n
transforma la polis a través d
intenta excluirlo estructuralmen
y Kant uno tiene que negar su
transformarse) en un humano m
racional5. Al contrario, El %orro de

3 "Pues bien, ella [la naturaleza] con


mente. Es verdad que la voz puede realm
no les falta a los demás animales, por
tas dos afecciones y comunicárselas e
para expresar el bien y el mal, y, por
hombre tiene esto de especial entre
bien y el mal, lo justo y lo injusto y
cuya asociación constituye precisame
Política, sin pág.).
4 "Lo que prueba claramente la nece
dad sobre el individuo es que, si no se
duo entonces bastarse a sí mismo aisla
tes; pero aquel que no puede vivir en
dencia no tiene necesidades, no pued
bruto o un dios" (Aristóteles, Política
ser racional, existe como fin en sí mism
en nuestra voluntad, sino en la natur
nales, un valor meramente relativo, co
cambio, los seres racionales llámanse pe
ya como fines en sí mismos" (Kant, Fun
5 "Es preciso, repito, reconocer ante
autoridad semejante a la vez a la de u
manda al cuerpo como un dueño a su
mo un magistrado, como un rey; porq
no sea natural y bueno para el cuerpo
ble de nuestro ser el obedecer a la razó
dislocación del poder, que se muestr
igualmente funesta para todos ellos.
demás animales: los animales domest

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la animalidad en sí es una forma de materialidad que per


individuo y a la comunidad moderna soltar el deseo de de
futuro. Una vez que se deje de pensar en el futuro, es posible
carse en ocupar el presente -ocupar la muerte y al ocupar
formarla- en algo entre la vida y la muerte -en un espacio lím
liminal) que recurre al toque (la capacidad de tocar y ser t
Esta ocupación del límite también caracteriza la ciudad, n
una polis o una apolis, sino como una zoo-polis.
Presentados desde la perspectiva del desplazamiento
dioses menores y animales comparten la polis con personas
lizadas [...] cristianos en condición de bueyes de trabajo"
los diarios de El %orro de arriba... aparecen como una fo
narración parcialmente desanimalizada. La narración de los
se desanimaliza a medida que provee una descripción del
como un sujeto privado o personal. Arguedas describe Cien
soledad como un espacio en que "hay sólo gente desanimalizad
los cuentos de la [Carmen] Taripha los animales transmití
bién la naturaleza de los hombres en su principio y en su fin
Arguedas se describe a sí mismo como un humano desanim
un ciudadano moderno que se evalúa de la misma manera
evalúa García Márquez. Por ejemplo, en una carta a su anal
guedas se describe a sí mismo como un sujeto moderno q
pasado, realmente, increíblemente, de la edad del mito y d
dalidad sincretizada con el mito a la luz feroz del siglo XXI" (
La estructura de la confesión y de narrativa personal
diarios también da la impresión de un sujeto proustiano, p
vez los diarios presentan al autor como animalizado: "Yo
becerro de la señora; tan sucio como la mestiza, y era blan
somos los escritores de provincias, estos que de haber sido com
por los piojos, llegamos a entender a Shakespeare" (Argued
Así Arguedas crea un alter ego en los diarios que reverber
conflicto y la ambivalencia que se siente en la ciudad: los
simultáneamente animalizados y desanimalizados. Esa man
flictiva de entenderse a sí mismo como sujeto está reforza
presentación que del autor ofrece el zorro de arriba: "el in

animales salvajes, siendo para ellos una gran ventaja, si se considera s


seguridad, el estar sometidos al hombre" (Aristódes, Política, sin pág.).

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que pretendió quitarse la vida y


¿De dónde, de qué es ahora?"
sitúa en la narración a Arguedas
zorros, ocupando una posición i
abajo. Arguedas, en la visión del
desplazado y una persona despos
La expresión de estos medios
nalidad como narrativas "desanimalizadas" trae a la memoria la

perspectiva de Karl Marx sobre la maquinaria en El capital. Aquí


Marx analiza el cambio en la percepción europea sobre los animales
durante la industrialización. Marx cita a René Descartes como una

figura paradigmática de este cambio. Para Marx, "con su definición


de los animales como simples máquinas, Descartes... da pruebas de
ver con los ojos del periodo manufacturero" (El capital\ sin pág., énfasis
mío). Marx sugiere que Descartes entiende la naturaleza a través de
la analogía con las máquinas, pero la comparación en la cual esta
perspectiva se basa pareciera ser de identidad -los animales son
máquinas—. Descartes creía que su nuevo método de pensamiento
práctico permitiría a los humanos "adquirir conocimientos muy
útiles para la vida" y así convertirse "en dueños y señores de la
naturaleza' (Discours de la méthode, citado en El capital, sin pág., énfasis
de Marx). Por medio de una "filosofía práctica", liberado de los
excesos "especulativos" de la filosofía antigua y su supuesta idolatría
de la naturaleza, Descartes creía que el hombre moderno podría
contribuir "al perfeccionamiento de la vida humana" (ibid). Des
cartes, al comprender la naturaleza como una máquina, la compara
con "los diversos oficios de nuestros artesanos" y, de esta manera,
la construye o la representa como artificio o creación humana. La
manera en que Descartes compara animales y máquinas desani
maliza a los dos6. En contraste, en El zorro de arriba y el zorro de abajo

6 En Dialéctica de la llustraáón, Max Horkheimer y Theodor Adorno comen


tan que "los hombres pagan el acrecentamiento de su poder con la alienación
de aquello sobre lo cual lo ejercen. La Ilustración se relaciona con las cosas
como el dictador con los hombres. Éste los conoce en la medida en que puede
manipularlos. El hombre de la ciencia conoce las cosas en la medida en que
puede hacerlas. De tal modo, el en sí de las mismas se convierte en para él. En la
transformación se revela la esencia de las cosas siempre como lo mismo: como
materia o substrato de dominio" (64-65).

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José María Argued as y la teoría política 101

los humanos aparecen no sólo con la posibilidad de instrum


la vida, sino también con la capacidad de renovar la vida ("a
es más vida por uno", Arguedas 10) al animalizarla y ani
vez. En el mundo imaginario de la novela, así como lo
animales, las máquinas también animan la vida.
Para Arguedas, el discurso que actúa en la polis intent
malizarla (por medio de los discursos realistas y objetiv
sociología, la etnografía y también de la novela). Argued
esta idiosincrasia en la literatura de Alejo Carpentier que
las cosas de fuera para dentro como un rayo de luz y los
(14). El discurso de Carpentier, para Arguedas, implica una
de definir al pueblo o la "esencia nacional" que sale de un
tiva supuestamente universal -de "las altas esferas de lo
tional"— para proponer la necesidad de encontrar "una e
mana para encontrar una humanidad universal" (16). Las
ras a las que Arguedas se refiere implican localizar al in
como Carpentier y Julio Cortázar en una esfera que apr
transcendente porque se asume que no tiene una posici
mundo humano. Arguedas diferencia su perspectiva, aso
lo animal y descrita como "provinciana" (21), de esta pe
supranational. Por otro lado, Arguedas señala también, en u
ción complicada, que la perspectiva de Cortázar, transce
cosmopolita en apariencia, es también provincial ya que "es
esfera, un estrato bien cerrado, el del 'valor en sí', com
[Cortázar] con mucha felicidad señala" (21-22). Argueda
demostrar que la zona trascendente de "valor en sí" es un
que intenta hacer una perspectiva particular en una ontolog
universal que debe ser buscada para poder elevar el pue
plebe al estatus de ciudadano.
El provincialismo apoyado en esta sección de los diario
basa en una cultura, religión o parentesco compartido. Al c
se deriva de un desplazamiento compartido, una sensac
partida de no pertenecer a ningún grupo definido (familia
La novela construye una comunidad precaria, conflictiva y
te que no se basa en un sentido de pertenencia compartido,
una expropiación compartida. Esta expropiación no es un
negativo de la modernidad a ser superado. Por el hecho de v
desplazamiento se torna en una apertura al impacto de

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móviles -toques-. El esfuerzo de b


elevada del humano por medio d
tencia profana y animal de los hu
animalidad de la degradación que in
En El %orro de arriba y el %orro
chuscos que, como el autor, no p
zados incluyen a Orfa, Paula Melc
prostitutas que seducen a los pesc
Zavala y Chaucato, el pescador pad
Braschi quien a su vez dio a luz a
también conocen al "loco, chan
Tinoco, político ambicioso y líder c
coalición de la industria de la pes
que en Chimbóte vende papas y c
chancho, cuando piensa" (Argued
Jesusa, una protestante creyente. E
mientras batalla la enfermedad d
gran amigo, Moneada el loco, pre
proliferación de las narrativas
personajes -todos individuos pen
sugiere que no caben en ningú
codicia, corruptibilidad y enfermed
los ideales humanistas. Porque,
pueden reconstruir sus propios li
hechos-; estas figuras luchan en
parlas en movimientos de producci
La comunidad actuada en la novela se mantiene en la esfera del

carácter animal de los hombres. El juego con perros libera a las per
sonas de la lógica del sacrificio y la trascendencia porque no intenta
recuperar el espíritu humano de su naturaleza animal y redimirlo a
través del cultivo de sus capacidades morales. Este jugar, por otro
lado, involucra a humanos, animales y máquinas en su estatus degra
dado —perro con perro—. En este juego, las pasiones corporales
transmitidas por el toque, inclusive la prostitución, propagan bastar
dos, hijos sin linaje, igual que los chuscos. Mientras tanto, el toque
tiene un elemento discursivo: conecta el lenguaje con la materialidad
y entiende el lenguaje como una concentración del poder que afecta
a las cosas, que pueden animar no solamente a los personajes de la

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novela, sino al lector también. Se diferencia del discurso de


del llamado Boom que considera este discurso como una p
del hombre polídco. La novela propone la concentración
to afectivo del lenguaje, un aspecto que comparte el so
otros seres, inclusive los cerdos y los perros -un poder
bailar" (49)-. Por su asociación con la animalidad, los toq
roces compartidos entre especies implican una inmersi
pasiones, en la experiencia afectiva del despojo. Esta inm
produce violencia inequívoca, más bien contamina y difunde
dades para conectarse con otros en su condición degrada
esto en el texto como un placer bárbaro.
Los afectos que contamina a través del toque no son pu
positivos; siguen siendo, como todo en la novela, ambiv
pueden reanimar o dañar. La ambivalencia de las figuras del
de la animalidad evocadas repetidamente en los distinto
narrativos de la novela (los diarios, el diálogo de los zorr
cuentos de Chimbóte) resulta de las capas de violencia hi
que están involucrados. La violencia incluye las formas ca
disciplina que intentan diferenciar lo espiritual de lo anima
sar instintos animales en una tentativa de acercar lo humano a lo di
vino. Además, los discursos nacionales del siglo XIX, construidos a
partir del aparato colonial, promovieron la diferenciación del
ciudadano republicano de la tiranía española y de los indígenas que
se describían como bárbaros y llenos de faltas, carentes de lenguaje
escrito, de política y de moralidad7. Luego el enfoque en la impor
tancia de definir y dar forma a la vida humana reaparece durante la
modernidad tardía en los mecanismos biopolíticos que intentan
maximizar la vida y los mecanismos asociados con la necropolítica
que mide quiénes "merecen" vivir y quiénes deben dejarse morir.
Por hacer del cuerpo humano el sitio de una batalla sobre su sentido
y uso, y por conducir al abandono de personas que "viven como
parásitos pestíferos en el cuerpo de la corporación santa" (Arguedas
147), los mecanismos de muerte social y vida utilitaria identificados
por Mbembe y Arguedas crean, sin querer, chuscos o mestizos. Las

7 Ver Facundo, la instancia más importante de este tipo de contraste. Tam


bién el análisis de raza de Doris Sommer en Foundational Fictions y de Rebecca
Earle en Return of the Native.

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dos palabras (chusco y mestizo) se u


humano como al animal.

El toque de Fidela, la mujer paria embarazada que viola a


Arguedas cuando niño, concentra la violencia colonial8, transmi
tiendo y concentrando

el veneno de los cristianos católicos que nacieron a la sombra de esas


barbas de árboles que asustan a los animales, de las oraciones en quechua
sobre el juicio final; el rezo de las señoras aprostitutadas mientras el
hombre las fuerza delante de un niño para que la fornicación sea más
endemoniada y eche una salpicada de muerte a los ojos del muchacho
(Arguedas 22).

El toque de Fidela contrasta con el toque de "una zamba gorda,


joven, prostituta" que "debió ser el toque sutil, complejísimo que mi
cuerpo y alma necesitaban, para recuperar el roto vínculo con todas
las cosas. Cuando ese vínculo se hacía intenso podía transmitir a la
palabra la materia de las cosas" (7, énfasis mío). En el texto, la
ambivalencia entre toques que recuperan y toques que dañan resulta
de una apreciación de la capacidad de tocar y ser tocada que
reconoce el toque como siempre contagioso. El toque, como lo
piensa Arguedas, tiene la capacidad de transmitir placer o violencia
o ambos, y de esta manera hace que se confundan la vida y la
muerte. En el mundo social del texto es difícil averiguar la diferencia
entre vida y muerte porque tanto los personajes como el autor
implícito, y quizá también los propios lectores, se sienten afectados
y hasta transformados (situaciones que transmiten transparencia en
el lenguaje de Arguedas) por toques ambivalentes que el texto
circula y a los que otorga poder. La confusión causada por estos
afectos, que pueden contaminar a los otros de violencia y placer,
crea una situación en la que es difícil generar un sentido sin
ambigüedad, o un programa de acción política claro o definitivo.
Pero es justamente la ambivalencia en sí la que abre la posibilidad al
juego.

8 Al respecto Misha Kokotovic en The Colonial Divide in Peruvian Narrative


analÍ2a la vigencia de la violencia colonial, determinando las relaciones sociales
en el Perú contemporáneo. Ver sobre todo su capítulo dedicado a la obra de
Arguedas.

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José María Arguedas y la teoría política 105

Esta ambivalencia también transpira en la relación entre


nos y máquinas. Se pueden usar las máquinas para reproducir
mulación del valor (en términos capitalistas) y la riqueza mon
y a la vez usarlas sin fines de lucro. En su diálogo/baile co
Diego, Don Ángel describe la manera en que los trabajador
fábrica de procesar harina de pescado se relacionan c
maquinaria de la fábrica al operarla. Don Ángel contrasta
con el de los ingenieros gringos. Su narrativa conflictiva
diferencia merece una cita extensa:

No saben pronunciar el nombre de su provincia los unos; los otros


maldicen a su padre y su madre; todos se emborrachan como gusanos,
pero, sin embargo, cuando se les enseña a manejar máquinas y, más todavía,
cuando los ingenieros les explican el funcionamiento de las piezas difíciles,
maestras... estos bestias aprenden, algo despacio, pero yo diría que más a
fondo que los mismos gringos... Mejor que los extranjeros, pero no tienen
concierto, disciplina, orientación verdadera; su alma navega sin rumbo,
como cargamento de mierda... A veces, oiga usted, se encantan con los
tubos, los engranajes, las agujas, los vericuetos de las piezas; adivinan más
que aprenden su funcionamiento; se quedan horas sin pretender
sobretiempo y miran al encadenamiento de las piezas, su efecto; se alegran,
festejan a las máquinas... No entienden; lo que se llama verdaderamente
entender, no entienden (Arguedas 117).

Denominar a los trabajadores "bestias" en ese momento y


asociar esa animalidad con el aprendizaje lento demuestra claramen
te la ambivalencia de la noción de animalidad en el texto, una ambi
valencia similar a la del toque. Se mantiene la connotación racista de
una especie sub-humana que supuestamente no puede entender la
maquinaria de una manera racional. Esa asignación de animalidad a
los trabajadores se plantea al final de un discurso de Don Ángel en
que se declara que todos los grupos étnicos y racialmente marcados
como "sub-humanos" en el Perú son apolíticos en su incapacidad
de entender la nación o patria, pero también en el hecho de que "no
son de acuerdo entre ellos" (Arguedas 123). Por otro lado, Don
Ángel también expresa una admiración profunda de su entendi
miento que sale no de una tentativa de usar la racionalidad (diagra
mas, explicaciones, manuales), sino de un entendimiento traducido
en una cohabitación o convivencia con las máquinas que usa como
un juego, una fuente de placer lúdica que funciona como los perros.

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Esta interacción es interesante pa


se juntan las piezas".
La interacción entre los trabajad
de las dos principales formas del fe
el texto porque están confundidas y
nadas. Las dos perspectivas fetic
como presencia divina, o 2) ver la
dinero y valor. Las máquinas les
tanto por lo que sugieren sobre el
riqueza financiera, sino por lo qu
apreciación por la máquina como
obtener un fin, permite la indifere
tiempo laboral (lo que es inexplicab

Profanaciones

En su artículo "En celebración de la profanación", Giorgio


Agamben describe el tipo de juego puesto en escena por los traba
jadores como "un contagio profano, un tocar que desencanta y
restituye al uso lo que lo sagrado había separado y petrificado" (85).
Para Agamben, la profanación toma lo sagrado, que yo defino como
la ficción necesaria para que las relaciones sociales funcionen
(dentro de la modernidad lo sagrado es el fetichismo de la mercan
cía) y hace que lo que se fetichizó esté disponible para el uso profa
no y el juego. Ese jugar no se "desacraliza" por el camino de la se
cularización, por medio de la tentativa de transcender la debilidad
humana y erradicar los fetiches. El juego que profana, como el
juego entre los perros y Arguedas y los trabajadores y la máquina, es
un juego que "vaciando [las actividades] de su sentido y de la rela
ción obligada a un fin, las abre y dispone a un nuevo uso" (98).
Agamben explica que el uso profano se diferencia del uso ins
trumental y el uso racional porque "ha olvidado alegremente su ob
jetivo y ahora puede exhibirse como tal, como medio sin fin. La cre
ación de un nuevo uso es, así, posible para el hombre solamente de
sactivando un viejo uso, volviéndolo inoperante" (98). Mientras A
gamben elabora un jugar profano como una capacidad humana, en
El %orro de arriba y el %orro de abajo los chuscos, los animales despla
zados y los dioses desacralizados también juegan. En su encuentro

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José María Arguedas y la teoría política 107

con perros, el juego no solamente retorna el objeto al u


sino que retorna a los humanos al uso también haciéndo
más vida". El juego "perro con perro" reanima al Argu
nal de los diarios por medio de un toque profano en
sentido de la vida de Arguedas (como revolucionario,
indigenista o modelo del mestizaje) no es importante. La
sólo es posible cuando se suspende la búsqueda por el sen
Si el sentido de las cosas no es la meta, qué pasa con
importante de Moneada, quien según algunos críticos es un
del autor, o quien como los zorros, también parece serv
mediador. En la obra, parece cumplir la función de inte
las experiencias de expropiación y urbanización de los trab
migrantes, prostitutas, dioses y mitos por medio de su
ciones, que son más bien actuaciones. En el último diari
das ficcional da a Moneada un papel privilegiado en ent
problemas de los seres atrapados en la lloqlla de Chim
avalancha de agua, de tierra, raíces de árboles, perros m
piedras que bajan bataneando debajo de la corriente cuan
se cargan con las primeras lluvias en estas bestias montaña
Arguedas escribe sobre un capítulo de la novela que no
escrito y por eso no existe. En este capítulo imaginado
"el zambo[,] efectúa el balance final de cómo ha visto, d
bóte, a los animales y a los hombres, porque él es el único
conjunto y en lo particular las naturalezas y destinos"
estas líneas Arguedas parece aducir que Moneada, por c
posición marginal en Chimbóte, es el único personaje o fig
de providenciar una representación completa del cosmo
ción de Moneada condensa y concentra los movimiento
de los toques y los juegos analizados aquí. Pero su actu
ofrece un juicio o retrato de los animales y los hombr
escena y juega con las propias contradicciones y confus
hace el juicio imposible.
Los lectores conocen a Moneada en el momento en qu
escenario de una pieza teatral en la calle. Mientras cuelg
co, una réplica de sí mismo en una cruz grande, proclam
cómo toreo las perversidades, las pestilencias... Decían [
que era gato con uñas largazas, de ladrón. Yo no niego que
pero robo la amistad, el corazón de Dios, así araño yo...

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108 Annette Rubado

moneda la que me hace desvariar


Aunque Moneada dice que quier
(¿las pestilencias del capital salvaje
método se opone a la "moned
cristiano porque roba, araña y
Moneada esté permeado de refere
intención sea predicar y converti
hecho Moneada se asocia con el a
las tácticas del gato. La alianza c
evoca resiste una noción del s
porque proclama una subjetivida
malizado), pero no en la manera
eada utiliza la asociación con el an
transforma (juega con la asoc
(robar) y dar a los conceptos n
cualidad específica de amistad. E
curso cristiano del mensaje de D
ambiguo y difícil de interpret
repitiendo el discurso de la Iglesia
evangélicas que pueblan las barria
difícil argüir que es una versión d
se acerca más tal vez a este modo
En su pelea contra "perversi
parodia el discurso de sacrificio
nidad e Ilustración. Mientras com
cado popular en que los vended
rieles del tren, Moneada exclam
cia, amigos. Así los yanquis de
Pasco Corporation. No; no son
burla de la aparente imparcialid
como si los pulmones negros d
desempleados fueran consecuenc
Después de recoger una mezcla d
del gallo y los cuyes, Moneada d
pescado, voy a alimentarme de e
vuestra salud, a vuestros pulmone
de la vida, sarcófago, tuberculo
ficación del sacrificio de Jesucrist

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José María Arguedas y la teoría política 109

la comunidad moderna por medio del sacrificio. Esta escenif


de la fundación de la comunidad de Chimbóte sugiere que se
no una comunidad viva, sino una repleta de enfermedad y m
Representa la vida de la industria, urbanización y moderniz
locomotora), de una voracidad que come carne, como lo
entendieron la piedra caliza, una piedra sarcófago. Su con
cuerpo del gallo y de los cuyes, cuerpos muertos por la loco
un símbolo conocido de la modernidad, redefine al anim
Jesucristo, como los seres aniquilados por la modernidad
dos tanto por la sociedad política como por la industria
También afirma que a diferencia de Jesucristo son muertos
ninguna razón en particular, sino porque son superfluos; ne
para la subsistencia de los humanos, pero insignificante
mecanismos del "progreso". No son sacrificados, pero pu
mostrados como sacrificados. La re-escenificación de Moneada
reconstruye el acto de recordar el sacrificio de Cristo en pos de legi
timar el orden social. En los dos momentos de su discurso, Monea
da conecta el discurso del sacrificio de la modernidad racional con el
discurso cristiano de la pasión de Cristo. Al conectarlos, Moneada
critica la reducción tanto de animales como de seres humanos a una
vida que se deja morir9. En el momento en que parodia los discur
sos modernos y católicos de sacrificio, la actuación de Moneada
concentra la enfermedad para transformarla usándola (en su teatro
callejero) a fin de desactivar su poder explicativo.
En vez de legitimar el sacrificio de los animales para superarlos y
así lograr la espiritualidad o racionalidad de Kant, Descartes y Cor
tázar, su actuación sugiere que sólo a través de la encarnación, o de
la actuación de la enfermedad, se puede vivir la enfermedad de tal
manera que la transforme. El escenario montado por Moneada re
presenta el contagio de la monetarización internacional -"la peste
bubónica de Talara-Tumbes Internacional Petrolium Company,
Esso, Lobitos, libra esterlina, dólar" (Arguedas 54)-. Él declara: "yo
soy esa pestilencia, aquí estoy sudando la bubónica" (ibid). Moneada
no se establece a sí mismo como una figura moderna de Cristo. No

9 Para Foucault este concepto es la base de la biopolítica: "El derecho de


soberanía es, entonces, el de hacer morir o dejar vivir. Y luego se instala el nue
vo derecho: el de hacer vivir y dejar morir" (218).

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110 Annette Rubado

actúa una escena en la que puede


extinguir lo malo de la industria
la peste para erradicarla. No se
ejemplo de sacrificio para salvar a
escuchan predicar. En vez de ap
"hacía de pescador descalzo" (
construyendo una imagen de "l
transformaron en pescadores de
sacrificio humilde, a sí mismo y
"pescadores descalzos" y "pescad
lectores y sus espectadores en la
internacional. Al encarnar la pest
la peste que viven sus interlocuto
su público en una lógica de sacr
muerte de animales, mineros, pob
El pronunciamiento de Monead
del sacrificio que autorizaría pape
bra el discurso del sacrificio mien
cretiza- su propia degradación, y
dad del capital. Demuestra que
visión del humano que pueda tr
capital o de la "locura" de Mone
desritualiza, tornándose inopera
tido a la existencia de su público.
cada uno de los participantes en
cesar. Les toca al contaminarles con la inmersión radical en el
"mundo-de-muerte" que es Chimbóte, en su rabia y su placer en
"desvariar"10.
El público no puede apropiarse del afecto difundido por la
actuación de Moneada. Después de que Moneada sale del mercado
para unirse a una procesión de cruces, no autorizada y mal conce
bida, cruces que "nadies ya iba a visitar" (Arguedas 70), los espec
tadores debaten si Moneada es un "negro cochino", "un loco de

10 Agamben, vía Benveniste, describe cómo el juego quiebra el mito: "La


potencia del acto sagrado... reside en la conjunción del mito que cuenta la his
toria y del rito que la reproduce y la pone en escena. El juego rompe esta uni
dad: como ludus, o juego de acción, deja caer el mito y conserva el ritual; como
jocus, o juego de palabras, elimina el rito y deja sobrevivir el mito" (86).

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José María Arguedas y la teoría política 111

mierda" o si es un "loco santo, negro, mejor que San Ma


Juan XXIII" (60). El debate entre los espectadores subray
valencia de Moneada como una figura en la novela que "es
cosa" (60), el comentario ofrecido por una vendedora de
rrones que termina el debate. Ella interpreta la reacció
espectadores y su incapacidad de evitar sus propias respu
sionadas: "Los que formaron el cordón de espectadores d
dispersaron. Pero luego de las palabras de la señora se hi
tante de silencio a plomo y pudo oírse, a lo lejos, la tristísim
rra del ciego Antolín Crispin. Tres hombres... se orientaron
sonido de la guitarra... 'Están hambrientos —pensó la señ
cosa- Han estado parados desde la amanecida'" (61). La v
asocia dos formas de hambre corporal: la necesidad por c
por sentido. Su necesidad por sentido hace que se oriente
guitarra de Crispin, una nueva conexión afectiva. Su hambr
silencio, que siendo de "plomo" invoca el estancamiento,
de movimiento y un pesar que teme que realmente Moneada
ser "cualquier cosa". Hay una tensión entre la posibilida
este "cualquier" signifique absolutamente nada, o todo.
La inhabilidad de los hombres de extraer un significado d
vo del habla de Moneada o para satisfacer su hambre ac
calidad efímera del uso. En su descripción de la profanaci
ben explica que un uso profano "es, así, siempre relación
inapropiable; se refiere a las cosas en cuanto no pueden conv
en objeto de posesión" (95). Debido a que el uso no func
reapropiar una subjetividad o un rito expropiado, el uso
elimina a las personas, los animales y los objetos de la d
entre la expropiación y la apropiación (desterritoriaüzación
toriaüzación). Moneada representa la profanación viviendo
piación y la enfermedad, ocupándolas, y así, a través de la o
las contagia con la animalidad de rituales deformados y f
vida bárbaras, formas en que no se busca la posesión de uno
ni de los otros.

El acto de diluir y soltar subjetividades, posiciones de sujeto, y


tradiciones de familia puede parecer como la reducción de la vida a
la vida nuda. Hasta la desnudez se redefine en Arguedas. La pérdida
de estructura y de sentido -la confusión de Chimbóte—, en la visión
de Arguedas, permite una ocupación de la materialidad de esa exis

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112 Annette Rubado

tencia expropiada y precaria. Es u


mundo con la capacidad de tocar a ot
una posibilidad que confunde la mue
registrar la experiencia de la desterr
el espacio y el tiempo y activando
personas, máquinas y dioses, la no
deren qué üpo de comunidad se su
birla como un espacio de pertenen
nidad como una ocupación precari
nas de tal manera que contamina l
ciudad, el humanismo) con la animal

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