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MODELO ESTRATÉGICO

Definida como aquella en la que en gran medida es el terapeuta el que lleva la


iniciativa y en la que tiene que identificar los problemas solubles, fijar metas, diseñar
intervenciones para alcanzarlas, examinar las respuestas que recibe para corregir su
enfoque y por último evaluar su resultado para ver si ha sido eficaz.

La unidad terapéutica.

La propuesta de Haley era dejar de lado las ideas predominantes en su momento, no


hablar de síntomas, estados mentales o anímicos. Adoptar esa terminología supone
trabajar con el individuo y la prioridad de Haley era trabajar en situaciones sociales.

Para Haley no era suficiente reconocer que en el problema del cliente no solo se
encuentra él involucrado, que él no es la unidad de intervención, ni tampoco es
suficiente que la unidad terapéutica sea la familia nuclear u otros familiares o el grupo
de pares. La propuesta es también incluir a los profesionales que de una u otra forma
están en contacto con el problema y/o el cliente y considerar el contexto social en que
ocurre

La organización y jerarquía

Haley analiza a la familia como una organización social en la que se establecen


jerarquías y se establecen reglas sobre quienes más poder y estatus y sobre quienes
juegan niveles más secundarios. Supone que la queja, la conducta inadecuada o el
problema puede presentarse la mayoría de las veces por confusiones en la jerarquía,
dando como resultado perturbaciones en la forma de adaptarse al ciclo de vida de la
familia.
En la terapia estratégica, el común denominador es que el terapeuta asume la
responsabilidad de influir directamente en la gente. En esta modalidad de trabajo,
el terapeuta intenta influir en el paciente desde el momento de su primer contacto
con él. Ya en la entrevista inicial se combina la recogida de información con
maniobras que indican la dirección deseable (Haley, 1976, 1989 y Madanes, 1989).

Una terapia puede considerarse estratégica, si el clínico inicia con lo que ocurre
durante este proceso terapéutico y diseña un enfoque particular para cada
problema. Cuando se encuentran un terapeuta y una persona con un problema, la
acción que tiene lugar está determinada por ambos, pero en la terapia estratégica
la iniciativa corresponde en gran medida al terapeuta. Este debe identificar
problemas resolubles, fijar metas, diseñar intervenciones para alcanzarlas,
examinar las respuestas que recibe para corregir su enfoque y, por último, evaluar
el resultado de la terapia para ver si ha sido eficaz. El terapeuta ha de ser muy
sensible hacia el paciente y su medio social, pero la forma en que proceda debe
ser determinada por él mismo (Haley, 1980).

Etapas

Según Haley (1980), al presentarse la familia, la entrevista recorre las siguientes


etapas:

I. Etapa social. Consiste en la presentación entre los miembros de la familia y el


terapeuta. Se promueve que cada miembro de la familia se sienta cómodo y se les
transmite la idea de que todos son importantes en la tarea de ayudar al paciente
identificado. En esta etapa el terapeuta observa los comportamientos de la familia,
las alianzas y coaliciones, así como la forma en que se organizan a partir de cómo
se sientan.

II. Planteamiento del problema. El terapeuta dirige la conversación para


obtener la opinión de cada miembro de la familia respecto al problema.

Plantear a la familia la pregunta sobre por qué han venido o que problema los
aqueja, pasando así de una situación social a una situación de terapia.
Preguntas más usuales en esta etapa:
• ¿Cuál es el problema? Permite que la persona que más conoce la situación realice
una descripción detallada del problema.
• ¿En que puedo serles útil? Induce a las personas a focalizar el problema y las
expectativas sobre el terapeuta.

• ¿Qué cambios desean lograr? El problema deja de ser el foco de atención y el foco
se desplaza hacia los cambios; con esto se clarifican las metas para el cliente y el
terapeuta.

• ¿Por qué han venido a verme? Al ser ambigua posibilita que la familia se centre en
el problema o el cambio, da más libertad para expresar los puntos de vista.

III. Etapa de interacción. El terapeuta pide a los miembros de la familia que


conversen entre sí y lo que observa y escucha le permite elaborar hipótesis en torno
a la función del síntoma y recoge información sobre la secuencia sintomática para
establecer cómo están delineadas las jerarquías en la familia.

IV. Etapa de fijación de meta. Se solicita a la familia que especifique los cambios
que desea lograr; éstos deben ser claros e identificables cuando se den tanto por la
familia como por el terapeuta. Asimismo, la meta debe implicar una definición
congruente del poder dentro de la familia que remita la conducta sintomática.

Es importante mencionar que la primera entrevista debe esclarecer la estructura


familiar y en su transcurso el terapeuta y la familia deben llegar a algún acuerdo
acerca de la naturaleza del problema y las metas u objetivos de la terapia. A estas
alturas, la tarea del terapeuta es comprender el problema y formulario de manera tal
que pueda hacerse algo al respecto (Haley, 1980; 1984; 1986).

Haley (1989) y Madanes (1989) manifiestan que la conducta sintomática es señal de


que el ordenamiento jerárquico del sistema es confuso y de que existe una lucha por
el poder entre sus miembros, con la finalidad de aclarar las posiciones dentro de la
jerarquía.

En esta parte de la terapia, el síntoma es definido, en términos cibernéticos (de


organización y de pauta) con la mayor precisión posible, la terapia se centra en la
situación social, más que en la persona. El síntoma es un tipo de conducta que
integra una secuencia de actos realizados entre varias personas; la terapia se
concentra, justamente, en esa secuencia reiterada de comportamientos (llamada
pauta sintomática, o la pauta que conecta). Este síntoma es la cristalización de una
secuencia que tiene lugar dentro de una organización social. Si se conciben síntomas
tales como la "depresión" o la "fobia" como un contrato celebrado entre individuos y,
por ende, adaptado a las relaciones, se tendrá acceso entonces a un nuevo modo
de pensar acerca de la terapia.

De lo anterior, se desprende que la definición del problema (síntoma), es realizada


por los pacientes bajo la dirección del terapeuta; del mismo modo, los objetivos de
los pacientes con respecto a la terapia, la realizan los pacientes bajo los mismos
términos operacionales (cibernéticos). Lo importante del diseño de los objetivos
terapéuticos, es que éstos tienen que ser planteados de modo que el paciente pueda
lograrlos, estableciendo en ellos también, un mínimo esperado (aquello que por
pequeño que sea y con base al reporte de los pacientes, muestre que la terapia ha
tenido buenos resultados).

Entonces, el terapeuta debe saber cómo formular un problema y cómo resolverlo,


por lo que, si ha de resolver una variedad de problemas no debe adoptar un enfoque
rígido y estereotipado con respecto a la terapia. Se necesita flexibilidad y
espontaneidad, aunque todo terapeuta debe aprender de su propia experiencia y
repetir aquellos métodos que hayan dado buen resultado. La probabilidad de éxito
aumenta sí se combinan los procedimientos ya conocidos con técnicas innovadoras.

Para que una terapia termine adecuadamente debe comenzar adecuadamente, esto
es, estableciendo un contrato (reglas claras a seguir dentro de la terapia y que le
darán al terapeuta control sobre la misma) en torno de un problema resoluble y
descubriendo la situación social que por necesidad lo genera (Haley, 1980).

Después de haber construido una o más hipótesis respecto a los puntos


mencionados (definición del problema y los objetivos de la terapia), se aplican las
estrategias para la resolución del problema. Si las estrategias funcionan se observara
una clara reducción del síntoma, así como un cambio progresivo en la forma como
el paciente se percibe a sí mismo y a los demás.
Intervenciones

Las técnicas terapéuticas son procedimientos para cambiar las estructuras de


organización inadecuadas, con la finalidad de que la conducta sintomática ya no
resulte adaptativa para el sistema (Ochoa, 1995).

En esta parte de la terapia, el terapeuta establece objetivos claros que siempre


entrañan la solución del problema presentado. No aplica un mismo método a todos
los casos sino que diseña una estrategia específica para cada problema. Como la
terapia se centra en el contexto social de los dilemas humanos, la tarea del terapeuta
reside en programar una intervención en la situación social en que se halla el cliente.

Los objetivos de la terapia son, ante todo, impedir la repetición de secuencias e


introducir mayor complejidad y alternativas.

El objetivo principal de la terapia es hacer que la gente se comporte de manera


diferente, para que tenga así experiencias subjetivas diferentes. Las directivas son
un medio de provocar esos cambios.
Se las emplea para intensificar la relación entre clientes y terapeuta: al decirles a
aquellos qué deben hacer, el terapeuta entra a participar en la acción y adquiere
importancia, porque el individuo debe hacer o no hacer lo que él le dice.

Se usan para obtener información. La manera en que reacciona la gente al recibir


una directiva es esclarecedora con respecto a ellos mismos y a cómo responderán a
los cambios deseados. Ya sea que cumplan con la tarea impuesta, o no la cumplan,
olviden cumplirla o lo intenten infructuosamente, el terapeuta tendrá una información
que de otro modo no poseería.

En este enfoque se trabaja con directivas que derivan del trabajo terapéutico de
Milton Erickson:

DIRECTIVA: Todo cuanto se haga en terapia (una pregunta, asentir con la cabeza,
una tarea, etc.), ya que toda acción del terapeuta constituye un mensaje para que la
otra persona haga algo; en este sentido está impartiendo una directiva. Su finalidad
es hacer que la gente se comporte diferente, intensificar la relación cliente-terapeuta.
TIPOS DE DIRECTIVAS.

1) DIRECTIVAS DIRECTAS: Aquellas que se piden con el propósito de que se


cumplan.
 Ordenar a alguien que deje de hacer algo. Se sugiere que vaya acompañada
de otros mensajes, repetirla en varias ocasiones durante la sesión, magnificarla
y/o pedir ayuda a los involucrados para que sea cumplida.
 Pedirle que haga algo diferente da la oportunidad de crear nuevos habitos.

2) DIRECTIVAS INDIRECTAS: Conformadas por las tareas paradójicas. Se emplean


cuando las familias rechazan todas aquellas tentativas de solución que les son
ofrecidas. Marcadas con el propósito de que no se cumplan y se cambie por la vía de
la rebelión.

Tareas paradójicas: Pedirle a toda la familia que permanezca igual, que no cambie,
o, se le pide sólo a una parte de la familia que no cambie.

Ordalías: Hacer que a una persona le resulte más difícil tener un síntoma que
abandonarlo; esto debe ser algo que la persona pueda ejecutar, no ponga objeción y
no le cause daño.

NIVELES DE INTERACCIÓN FAMILIAR: Madanés propone una concepción de


terapia organizada en cuatro niveles de interacción metafórica.

La metáfora cumple varias funciones interaccionales como las siguientes:


Comunicar
Fomentar relaciones íntimas
Dificultar la solución de problemas

El autor sostiene que todos los problemas en la terapia nacen del dilema entre el amor
y la violencia, así el terapeuta tendrá que cambiar las metáforas de violencia por
metáforas de amor.

DOMINIO Y CONTROL. Considerado el nivel más bajo; los individuos se relacionan


con el fin de dominarse unos a otros.
Conductas típicas: drogadicción, delincuencia, trastornos de conducta y
comportamientos extravagantes.

Sentimientos predominantes: temor y dolor

Estrategias terapéuticas: Redistribuir el poder entre la familia mediante: Corrección


de la jerarquía, fomentando negociaciones y contratos, cambiando los beneficios o
impartiendo rituales y ordalías.

SER AMADO: Cuando los comportamientos de un individuo se ven motivados por el


deseo de ser amado. Los miembros de la familia se involucran en una lucha por recibir
cuidados que pueden llevarlos a realizar actos violentos con los que se dañan a si
mismos.
Conductas típicas: Síntomas psicosomáticos, depresión, angustias, fobias, soledad y
trastornos de alimentación.

Sentimientos predominantes: Prevalece el deseo (de ser amado) por lo que existe
frustración y malestar.
Estrategias terapéuticas: Metáforas lúdicas o de fingimiento (actuar los síntomas en
sesión.

AMAR Y PROTEGER; La motivación es el deseo de amar y proteger a otros; puede


hacer florecer la posesividad, dominación, intrusividad y violencia en nombre del amor
«te pego porque te quiero»

Relaciones negativas que conduce a: Comportamientos obsesivos, suicidas, de


descuido y trastornos de pensamiento.

Estrategias terapéuticas: Metáforas de unión, amor y felicidad. Modificar la manera


en que los miembros se protegen y aman entre si.

ARREPENTIRSE Y PERDONAR: La emoción predominante es la vergüenza por lo


que se ha hecho, lo que no se ha dicho o lo que no se puede perdonar.
Problemas típicos: Incesto, abuso sexual, actos de sadismo
Produce una comunicación intrafamiliar escasa que gira en torno del secreto, mentira,
resentimiento, aflicción y auto denigración.
Motivación de la familia: Arrepentimiento y perdón.

Estrategias terapéuticas: Metáforas de espiritualidad y unidad; hacer hincapié en los


símbolos de compasión y en emociones sublimes.
CONCLUSIONES

La terapia familiar estratégica, incluye diversos enfoques, pero antes que nada el
terapeuta asume la responsabilidad planeando una estrategia para poder resolver el
problema del cliente.

En este modelo de terapia se diseña una estrategia para cada caso, y llevarlo a la
etapa hacia la que se dirigen.

El enfoque estratégico hace hincapié en la analogía, se presupone que el problema


de un niño o el síntoma de un adulto son modos que ellos tienen de comunicarse con
los demás.

El foco de la terapia esta puesto con frecuencia en la modificación de analogías y


metáforas. Por ejemplo: Cambia las analogías del paciente por otras que sean
parecidas a las que le resulten cambiar.

En ocasiones, el terapeuta imparte las directivas metafóricamente, sin explicitar que


quiere que suceda, la gente se muestra a menudo más dispuesta a acatar una
directiva si no sabe que se la han impartido.
Esta técnica se basa en la idea de que varias familias acuden en busca de ayuda pero
se resisten a ser ayudados, entonces el terapeuta procura provocar las resistencias
de los miembros de la familia para que puedan cambiar.
REFERENCIAS

Modelo estratégico, consultado en: https://es.slideshare.net/alondrabelem/modelo-


estratgico-de-jay-haley

Mandujano, S. (2006). Programa de maestría y doctorado en psicología. Residencia


en terapia familiar sistémica. Reporte de experiencia profesional. México: FES
Iztacala, UNAM. Consultado en:
https://sobreterapiasistemica.files.wordpress.com/2015/05/modelo-
estratc3a9gico.pdf

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