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Tres claves para ganar una

campaña electoral: Candidato +


Programa + Estrategia
Publicado por Ramón en 18/04/2017

Con ese título, se publicó el artículo de mi admirado amigo Carlos Pérez


Ariza y un servidor, en la revista de abril de Campaigns & Elections

en el que se plantean las premisas


básicas de cualquier campaña electoral. Esperando les guste y nos
aporten todo el feedback que deseen, aquí debajo se los dejo:

Tres claves para ganar una campaña


electoral: Candidato + Programa + Estrategia
Los avatares internos y las presiones externas por las que atraviesan los
partidos políticos, son, en ocasiones, sobrevenidas, aunque siempre
pueden preverse. En política nada ocurre por casualidad o signo de un
destino manifiesto, como podría creerse. Las marcas de una
organización política, cuyo objetivo primordial es alcanzar el poder para
gobernar a su nación, su distrito, su comunidad, su pueblo chico es su
razón de existir. Dado el desarrollo de las nuevas tecnologías de la
comunicación, además de las tres claves señaladas al inicio de este
artículo, hay que colocar otra principal, que si bien no es una clave en sí
misma, articula a las otras tres, nos referimos al Marketing político y la
Comunicación. Si no es una clave principal, sí que es un enclave al que
hay que prestar toda la atención, ya que significa la capacidad, mayor o
menor, de transmitir lo que son las tres claves para ganar una campaña
electoral, que es de lo que se trata cuando la planificamos.
Planificar una campaña política electoral se asemeja mucho a trazar un
guión a desarrollar, tal como hacen los cineastas antes de empezar a
rodar su película. Tal cual, cuando se inicia la batalla por ganar unas
elecciones, los pasos, los tiempos, los mensajes, el programa y, desde
luego, la estrategia general tienen y deben estar trazadas. No es, sin
embargo, un guion de hierro. Muy por el contrario debe ser flexible y ser
corregido sobre la marcha, ya que en la misma intervienen los otros
candidatos, que aspiran, igualmente, a ganarlas.
EL CANDIDATO. La primera clave es el candidato. Su liderazgo, debe
ser real, auténtico, tanto en el entorno de su propio partido, como hacia el
exterior. Eso se puede mejorar, pero crearlo es difícil. El ser líder y saber
transmitirlo con eficiencia no es un tema baladí, se tiene esa cualidad o
no. Muchas elecciones se han perdido por haber elegido al candidato
equivocado. A veces un partido no tiene otro camino que aceptar al
elegido por unas primarias y los votos internos manda. Ha ocurrido en las
recientes elecciones en EEUU, donde el veterano partido Republicano ha
tenido que aceptar a un candidato ajeno al aparato tradicional de esa
agrupación. Un Donald Trump sobrevenido que ha ocasionado la
sorprendente decisión de republicanos de toda la vida, declarando
públicamente que van a votar a la candidata del partido rival, la
demócrata, Hillary Clinton. Quiere decir que también en ocasiones
terminales un partido puede elegir a un candidato que no es un político
profesional, como Trump o que no representa cabalmente los ideales
democráticos de ese partido. En tal caso, las posibilidades de fracaso se
incrementan. Tal como ha sucedido en el pasado cónclave electoral

estadounidense.
El primer paso es contar con un candidato fuerte, sólido, carismático,
fiable y confiable. Con un pasado a prueba de todas las pruebas en
contra ya sean forjadas o ciertas. Eso facilitará los pasos siguientes.
Debe conocer el territorio donde se presenta. Si es a ser presidente de
una nación entera, su conocimiento tiene que ser lo más amplio y
profundo. Los problemas fundamentales que preocupan a sus electores y
las soluciones (que plasmaremos en el Programa de Gobierno). Para ello
el candidato tiene que contar con un sólido equipo de consejeros-
expertos en cada tema. La economía, macro y micro; los asuntos
internacionales; la asistencia sanitaria; la empleabilidad real; los baremos
del crecimiento; el estado de bienestar y su subsistencia real; el
crecimiento posible de la economía, entre otros temas fundamentales, sin
olvidar señalar lo que el anterior gobierno ha dejado de hacer, sobre todo
si es un partido de la oposición. Si fuera el suyo propio tiene que señalar
sus logros y cómo él los hará avanzar aún más.
Un candidato puede aparecer débil y sin horizonte claro si no conoce a
fondo de lo que se trata gobernar. Tarea nada fácil, sin consideramos las
diversas variables que intervienen en una decisión de Estado, que puede
perjudicar a grandes sectores de la población. Un ejemplo puede
señalarse en el reciente concluido gobierno de Mariano Rajoy en
España, donde tuvo que tomar decisiones que han debilitado los logros
alcanzados por la sociedad española en el campo del Estado de
Bienestar, asistencia sanitaria, pensiones, sueldos públicos. Impelido por
la crisis financiera y por los requerimientos de contención de gasto
público impuesto por la UE. Pese a esto, un candidato tiene que prever
tales horizontes. Los propios de su país o región, sin olvidar los que
pueden ser impuestos por organizaciones supranacionales. Por tanto, un
candidato que aspira a ganar sus elecciones debe comenzar por
aparecer como el mejor gobernante posible. Tiene que tener la respuesta
adecuada para cada problema. Ese es el primer paso para poder aspirar
a ganar, incluso a ganar con una ventaja más que solvente.
LA ORGANIZACIÓN. Antes de entrar en la oferta principal que es el
Programa Electoral, que se convertirá en el de Gobierno al ganar las
elecciones, debemos pasar por el indispensable paso de la organización
el equipo electoral. Todos los manuales al uso recomiendan dos: la
horizontal y/o la vertical. La primera asegura decisiones colectivas, al
menos las más importantes, tiene en su contra la menor rapidez al tener
que ser consensuadas por más personas. Como ventaja el aporte de los
distintos puntos de vista y las experiencias anteriores de quienes han
participado en campañas. La vertical carece de ese amplio consenso,
pero es más operativa, ofrece mayor distribución de las tareas a partir del
núcleo duro. En todo caso es una decisión del comando central de la
campaña, que en unión del candidato deben señalar cuál tipo de
organización conviene más. Claro está que pueden combinarse ambas
estructuras. Todo en función de la operatividad si la distribución de tareas
a cierto nivel medio e inferior, facilita la toma de decisiones, aunque
ampliando el núcleo fuerte central en la toma de decisiones
fundamentales, y dejando un mayor espacio hacia abajo. Asimismo, los
expertos (Maarek.1997, 192) recomiendan que la primera decisión es
que el candidato nombre a un Director o Jefe de Campaña y a un
Coordinador de Campo de reconocida experiencia. Si ambos son
experimentados y eficientes, la mejor opción podría ser una organización
vertical. Y hay que estar atentos que una campaña electoral es tan
vertiginosa, que obliga a tomar decisiones, a cambiar detalles de la
estrategia con mucha más celeridad que en otras. En estas campañas no
se permite perder tiempo.
Los dos cargos principales deben tener dos cualidades principales: ser
líderes sólidos en su entorno y excelentes diplomáticos. Hay que
recordar que es un trabajo en tensión, trabajan si red de protección, a
pecho descubierto y su objetivo es ganar las elecciones para su
candidato. Ambos deben coordinar los tiempos de la campaña y
coordinar las diferentes instancias: el gabinete del partido, los contactos
internos y externos, los medio de comunicación, las RRSS, la
propaganda, las conversaciones con los otros partidos, las encuestas
independientes, los voluntarios, etc.
Asimismo en esta etapa de organización general, cobra un lugar de
primera magnitud fijar el coste general de la campaña y su financiación.
Los costes de mítines, correo directo, creación de publicidad, imprentas,
presencia en Medios, honorarios de asesores, etc. Tales costos se
cubren con los presupuestos propios del Partido a través de las
asignaciones directas del Estado, pero que hay que completar con
aportes de voluntarios (empresas o particulares), que están reguladas
por ley. En este tema es necesario apuntar los necesarios controles ya
que ha originado no pocas denuncias en los tribunales, por financiación
irregular, al menos en el caso de España. Para toda esta parte de la
campaña, que debe ser manejada con absoluta pulcritud, el Partido debe
nombrar a un Tesorero o Gerente de probada confianza y nivel
profesional.
EL PROGRAMA. En la base de esta etapa, que debe estar lista antes de
comenzar la campaña, se sitúa lo que ofrece el candidato como signo
original y distintivo de sus oponentes. Un programa electoral, que se
convertirá en el programa de gobierno, al ganar la contienda electoral, es
la guía, la oferta y la promesa de un candidato que aspira a gobernar con
acierto. Por tanto, debe contener las líneas maestra de su actuación.
Dividir esa presentación en capítulos para facilitar su lectura y
comprensión, no debe apartar de la coherencia y unidad de la acción
gubernamental. Los que elaboran este mensaje general deben estar
organizados en equipos de especialistas en cada ítem. Un comité de
redacción debe dar coherencia al discurso y unificar su texto.
Sus apartados deben plantear los problemas y soluciones. Una acertada
técnica es explorar las fortalezas y debilidades del anterior gobierno, para
partir de trazar un diagnóstico preciso. Es, por tanto, indispensable que
se trasluzca en dicho programa una toma de posición del candidato ante
los problemas a resolver y cómo hacerlo. Esto obliga al candidato a ser
específico, lo cual le facilitará su defensa en el transcurso de la campaña.
Aquí hay que valorar y tener en cuenta las percepciones que tenga el
electorado de determinadas situaciones. (Martin Salgado. 2002, 211).
“(…) son las percepciones y no la realidad lo que cuenta”. Los fracasos
de un gobierno al que se quiere sustituir, y que son evidentes tienen una
fuerza positiva para el nuevo candidato, pero no se puede caer en
promesas inciertas. El programa debe ser claro y preciso en cuanto al
diagnóstico y sus soluciones. El programa es la guía para desarrollar la
estrategia y los mensajes a desarrollar.
LA ESTRATEGIA. Los consultores políticos y especialistas en campañas
electorales coinciden en que el mensaje es la base para el triunfo o
derrota del oponente. “Un mensaje eficaz responde a tres preguntas
básicas”: (Martín Salgado. 2002, 199). 1) ¿Por qué quiere el candidato
que lo elijan? 2) ¿Por qué representa una opción mejor que la de sus
adversarios? 3) ¿Qué políticas va a llevar a cabo? Como se ve, esta
experta plantea el perfil del candidato en su dimensión política. Eso ya
debe estar claramente esbozado en su programa electoral. Y de aquí se
construirán los mensajes principales. Y saldrán las respuestas en los
debates y a la prensa. El mensaje constituye el eje de la estrategia
electoral. El mensaje como fiel de la estrategia de la campaña debe ser
capaz de transmitir al electorado, no sólo que se conoce los problemas y
cómo solucionarlos de manera eficaz, sino que esos votantes sean
persuadidos, se lo crean y actúen en favor del candidato el día de las
elecciones depositando su voto por él.
Las reglas canónigas de la propaganda política enseñan que un mensaje
debe ser claro, fácil de entender y que hay que repetirlo sin descanso.
Como estrategia general, tener un solo y fuerte tema de campaña es lo
recomendable. Este tema central está supeditado a otros factores
colaterales. Éstos son determinados por la perspectiva que va dando la
realidad misma de los asuntos y del desarrollo de la propia campaña.
Asimismo, el seguimiento de los medios de comunicación, que dan
pistas, sin olvidar los sondeos como guía de los acontecimientos.
Finalmente, el electorado, que da un feedback al que hay que prestar
atención. La estrategia se va construyendo a partir de una columna
vertebral, que debe estar bien definida de antemano. Sus ajustes forman
parte del desarrollo mismo de la campaña que es un ente vivo. Y como
apunta (Rollins. 1996, 365): “(…) no digas a tu candidato en qué tiene
que creer, dile cómo decirlo”.
En el trazado de la estrategia de la campaña electoral juega un factor de
principal importancia: el manejo de los tiempos. El candidato y su equipo
deben marcar sus tiempos en todo momento. Es usual que ante las
arremetidas de los adversarios, el comando de campaña se ponga
nervioso y se vea impelido a jugar esas cartas, pero no debe perder los
nervios. No debe hacerlo. Quien marca los tiempos siempre va por
delante. Esos tiempos se marcan y definen a través de los mensajes, en
las apariciones públicas, en los debates, en la transmisión por los medios
de comunicación. Sin caer en la tentación de responder siempre a los
ataques de los opositores. Marcando el camino propio. Esa es una clave
fundamental en el camino de una campaña hacia el triunfo electoral.
La estética de la campaña, que incluye al candidato es otro de los puntos
cruciales de una contienda electoral. En un mundo dominado por la
imagen sería suicida no prestar atención a la misma en su sentido más
amplio. Desde la figura del candidato/a hasta la paleta de colores a usar
en la propaganda o los detalles visuales en las RRSS, anuncios de TV o
la voz de las cuñas de radio. Un diseño atractivo, transmite tanto como
las palabras que lo acompañan, se ayudan y fortalecen. El director o jefe
de campaña debe cuidar que los diseñadores respondan a los requisitos
de una transmisión de imágenes adecuadas a la estrategia general y en
apoyo a los mensajes en particular.
Las 10 ideas clave para ganar las próximas elecciones municipales Albert Calderó Dentro de dos
meses habrá elecciones municipales, en un clima político muy especial y muy diferente al de
anteriores citas electorales locales. Muchas ideas que podían ser buenas hace cuatro años no lo
serán esta vez. En este artículo explicaremos y justificaremos 10 ideas que podrían ser clave en las
actuales circunstancias. Vamos a ello. 1. Una cabeza de lista que sea persona inteligente,
negociadora, amable y paciente A veces no es posible elegir cabeza de lista, porque ya hay una
persona que es líder indiscutible. Pero a veces sí es posible. Hablamos de este caso, y también de
cuál es el perfil más valioso hoy en día para ser cabeza de lista en las municipales: A los líderes
indiscutibles les iría muy bien hacer caso de lo que se dirá enseguida. No es necesario que el
cabeza de lista sea un gran estratega. Hoy en día la capacidad de decisión de los ayuntamientos es
limitada, pero sobre todo, cuando haya que pensar en planes y proyectos de futuro, esto lo puede
hacer gente experta que no es necesario que esté en la lista. No es necesario tampoco que el
cabeza de lista sea buen directivo ni ejecutivo, porque para dirigir la administración lo que hay que
hacer es dar responsabilidad (y exigirla) a funcionarios cualificados y emprendedores, que son los
que tienen que hacer este trabajo, y en la administración municipal los hay. Tampoco es necesario
que la cabeza de lista sea un experto en derecho, ni en ninguna de las muy diversas disciplinas
técnicas que se utilizan en la administración municipal. Para hacer de técnico están los técnicos; y
si en un ayuntamiento falta alguno para esto está la diputación provincial, que tiene la misión de
cubrir las posibles carencias de los técnicos municipales y un fastuoso presupuesto para poder
asegurarlo. Los políticos tienen que hacer de políticos, no de técnicos. Lo que hace falta es que la
cabeza de lista sea un muy buen conductor de equipos, porque tendrá que gestionar un equipo de
gobierno que con casi toda certeza deberá ser de coalición. En muy pocos sitios habrá mayorías
absolutas; más bien tendremos consistorios muy fraccionados. Se necesitará alguien inteligente y
flexible, y con capacidad de llegar a acuerdos, y de integrar un equipo de gente heterogénea y con
grandes egos. Lo que también se necesita es una cabeza de lista que sea muy amable y paciente
escuchando a la gente. La gente ha sufrido mucho todos estos años de crisis, y además ha
cambiado. Hay que escuchar mucho y hay que dedicar mucho tiempo a estar cerca de la gente, de
la gente normal de la calle, de la gente que no se acerca a los políticos. Y eso pocos políticos lo
saben hacer bien, y todavía son menos los que entienden la importancia que tiene hacerlo. Pues
eso, en las municipales necesitamos cabezas de lista, y listas electorales, con muchas personas que
sean inteligentes, negociadoras, amables y pacientes. 2. Una lista de candidatos de gente diversa,
que busque hacer voluntariado y no un sueldo La lista electoral en las próximas elecciones será
más importante que nunca. Todas las fuerzas políticas han sufrido una erosión muy grande en los
últimos años. Incluso las fuerzas políticas nuevas y emergentes tienen un problema de credibilidad
que sólo puede reducir la credibilidad personal de los integrantes de la lista. ¿Quiere decir esto
que los miembros de la lista tienen que ser expertos en gobierno y gestión local? No. La gente no
sabe juzgar eso. Quiere decir que, este año más que nunca, los miembros de una lista electoral
deben saber muy bien interaccionar con la gente, escucharla y hablarle; y deben tener una
trayectoria avalada socialmente de buenas personas, responsables e implicadas en la dinámica
social. El descrédito de la política partidista también ha supuesto el descrédito del
"profesionalismo de barriada" en la política local. Puede ser necesario, y más cuanto mayor sea el
municipio, que algunas personas de la lista, las mejor preparadas, se dediquen a tiempo completo
a la tarea de gobierno municipal; las mejor preparadas según los criterios que hemos dicho antes,
no las que necesitan un trabajo, ¡Y mucho menos las que necesitan un primer trabajo! La gran
mayoría de los integrantes de la lista deben ser personas dispuestas a trabajar una buena cantidad
de horas a la semana para su municipio como una tarea voluntaria y poco o nada remunerada. La
lista electoral que pueda utilizar con credibilidad como argumento electoral "No vamos a ganar
sueldos, vamos a trabajar para el municipio" tendrá una prima en resultados. Por otro lado
también es importante que cuanta más experiencia en gestión local haya en la lista mejor. Las
personas que ya han estado en el ayuntamiento es bueno que sigan, salvo las que no estén
capacitadas ni dispuestas a dedicar el tiempo a estar con la gente. Y es importante también que
tengan capacidad de trabajar y reflexionar en equipo. 3. Una segmentación electoral seria En las
elecciones municipales las direcciones centrales de los partidos se limitan a aprobar las listas de
candidatos, y a organizar una campaña mediática con mensajes muy generales. La campaña
concreta en cada municipio debe ser obra de los candidatos y la organización local. Y es frecuente
que a nivel local haya muy poca tecnología electoral, por lo que se dedica en general mucho
dinero y energía en hacer cosas que son muy poco o nada útiles. Como esto ocurre en todas o casi
todas las candidaturas, se produce un cierto empate de incompetencias, que se traduce en una
alta abstención. En momentos de inquietud social como los actuales, este empate de
incompetencias y la abstención que provoca favorece relativamente las opciones más minoritarias,
extremistas y populistas. La manera de evitar este problema es estudiar seriamente la
segmentación electoral. Hay que trabajar buscando los segmentos del electorado que son
fluctuantes entre votar la propia opción y otras conductas electorales, y concentrar en este
segmento todo el trabajo electoral, tanto de propuestas como de operaciones preelectorales y
electorales. Buscar el voto de los ya convencidos es tan inútil como buscar el de los que nunca se
convencerán. El éxito o fracaso de una campaña electoral radica en esta cuestión, en muy gran
medida: Identificar bien estos segmentos fluctuantes y centrar en ellos todo el trabajo de
campaña. La buena noticia es que casi siempre son una parte pequeña, de no más del 10 o el 15
por ciento del electorado. Se necesita trabajo experto para identificar bien estos segmentos
fluctuantes. Una pista: no se trata de hacer encuestas, esto es del todo inútil. Se trata de estudiar
los resultados electorales de muchos años, y tener en cuenta la evolución demográfica. 4. Un tono
cordial, unos valores inclusivos Las operaciones electorales no deben ser agresivas ni crispadas. No
se trata de entusiasmar a los ya convencidos, se trata de convencer a los indecisos. Los electores
indecisos son personas de dos tipos diferentes. Por un lado están los indecisos estables, personas
que no tienen una opción política clara y que antes de cada elección prestan atención al panorama
político y deciden en función de lo que escuchan y sienten. Por otro lado están los "nuevos
indecisos", que es un segmento que sólo existe en momentos de crisis política, como la actual.
Personas que tenían una opción clara y que de repente la dejan de tener, la pierden; es como si
quedaran huérfanos, porque por una u otra razón pierden un referente político y deben hacer algo
que no hacían, que es prestar atención al panorama político y decidir en función de lo que
escuchan y sienten. Tanto unos como otros tienen una actitud receptiva al discurso y propuestas
políticas de las opciones que quedan dentro de su abanico de preferencias; pero tienden a rehuir
el discurso radical y excluyente de las demás opciones. Por lo tanto hace falta un discurso, unas
propuestas, unas operaciones preelectorales y electorales amables, argumentativas, empáticas,
buscando la conexión y la complicidad. A la vez, hay que llamar la atención, hay que sobresalir de
la cacofonía de los otros mensajes competidores. Pero, paradójicamente, para llamar la atención
no se trata de alzar la voz. Hay que ser amable pero incisivo, no se debe ser ni agresivo, ni
tampoco ambiguo, ni trivial. El diseño de las operaciones y del discurso es esencial, teóricamente
harán, que por un lado nadie, ni los mismos candidatos, toma en serio porque para hacer todo eso
se necesitarían diez años y cien veces el presupuesto disponible; y por otro lado, y al mismo
tiempo, en muchos puntos el programa no compromete en realidad a nada, porque utiliza
(hábilmente, dicen los cínicos) los verbos que no comprometen a nada: animar, dinamizar,
potenciar, promover, reforzar... Son largos documentos que no lee nadie, ni los candidatos, y que
por tanto ni se usan en los discursos ni en la publicidad ni en ninguna parte, sólo se utiliza para
poder decir los candidatos, sin ponerse colorados, que ellos sí tienen un programa... Es evidente
que esto es inútil. En cambio, el programa electoral es una de las pocas piezas de la oferta
electoral que se puede trabajar y que puede convertirse en un argumento de voto válido para los
electores indecisos. La marca de partido es la que es, se puede ocultar o no, pero no la podemos
cambiar, ni podemos alterar la imagen que tenga en ese momento en nuestro municipio. Los
candidatos son los que son y casi nunca existe la posibilidad de cambiarlos por estrictos criterios
de eficacia electoral. Lo que, en cambio, sí podemos gestionar y convertir en un argumento
atractivo para ganar votos es la oferta programática. ¿Cómo debe ser un programa electoral
ganador? Nosotros hace años que defendemos una fórmula muy sencilla y eficaz: El 10-10-10.
Quiere decir lo siguiente: Un programa electoral debe tener un máximo de 10 propuestas.
Importantes e impactantes. Sobre todo pensando en los electores indecisos. Pocas y buenas,
factibles pero ambiciosas. Cada propuesta del programa electoral se debe poder decir en un
máximo de 10 palabras. Aparte de que en la letra pequeña haya más explicaciones y argumentos,
la propuesta tiene que ser clara, sencilla y contundente. Si no se puede decir claramente en 10
palabras no sirve. Y todas las propuestas dichas en 10 palabras las debe poder entender un niño
de 10 años. Si hay que ser politólogo para entender la propuesta, no sirve. La gente,
especialmente muchos de los electores indecisos, no tiene una gran cultura política ni
conocimientos jurídicos. Y debe entender muy fácilmente la propuesta y su trascendencia. Así
habrá un programa muy corto, claro y sencillo que todo el mundo conocerá y del que todo el
mundo hablará... 6. Una propuesta de coalición Uno de los cambios más claros del panorama
político en relación al de hace cuatro años es que el abanico de fuerzas políticas con posibilidades
de tener representación se ha ampliado. Algunas fuerzas tradicionales han perdido aceptación, y
han aparecido nuevas formaciones con posibilidades. Esto hace que en muchos municipios, sobre
todo en los grandes y medianos, es posible que se presenten más candidaturas y sobre todo es
posible que más candidaturas lleguen a obtener concejales. Además, algunas fuerzas que durante
muchos años habían tenido grandes mayorías ahora pasan por una cierta crisis. Todo ello hace
altamente probable que en muchos municipios, sobre todo en los importantes, no haya mayorías
absolutas, haya más fragmentación de la representación y por tanto sea más evidente la
necesidad de hacer pactos para formar mayorías de gobierno. Por lo tanto algo que muchos
indecisos se preguntarán es qué coalición piensan hacer las fuerzas entre las que duda, y este
puede ser otro buen argumento para ganar votos. Esto además no obliga a hacer forzosamente
después la coalición que se ha preferido antes, porque en las negociaciones posteriores siempre
pueden aparecer factores nuevos que hagan aconsejable tomar otras decisiones… Por otra parte
los electores indecisos a menudo son personas poco politizadas que no entienden, y además
desaprueban, que a los políticos les cueste tanto ponerse de acuerdo entre ellos. Por tanto puede
ser un muy buen argumento electoral plantear en la campaña una previsión de qué coaliciones se
harían en caso de poder acceder al gobierno. Hay quien piensa que esto puede hacer perder
algunos votos, pero esto sólo ocurrirá si se propone la coalición con alguien que algún segmento
de electores vea muy mal. En cambio, demuestra una voluntad de entendimiento y de búsqueda
de una representatividad muy grande para gobernar, algo que una gran mayoría de electores
indecisos valorarán positivamente. 7. Un estilo de trabajo participativo y amable Desde el año
1979 los ayuntamientos han sido democráticos, pero a pesar de ello, y a pesar de la buena
intención de casi todos los políticos, muchos hábitos de conducta del sistema autoritario se han
mantenido vigentes, tanto en los cargos políticos como en los de la administración. Uno de los más
antipáticos y que más enoja cada vez a más gente es el despotismo, la tendencia a hacer y decidir
cosas sin contar con la gente; la creencia de muchos políticos y de muchos funcionarios de que
ellos, que son los que saben, son los que deben decidir las cosas, pensando en la gente pero sin
contar con la gente. Esto ha entrado del todo en crisis. Cuando había mucho dinero, y cada año
más, que una parte de él se invirtiera en cosas que eran más capricho de los políticos que no
necesidades sociales era tolerable; desde que ya no hay dinero de sobra, que es desde la crisis en
adelante y para siempre, esto ya no es tolerable, y no será tolerado. Se acabó para siempre el
tiempo de las alcaldadas, incluso de las bien intencionadas. O bien, quien haga una alcaldada que
se prepare a pasarlo mal políticamente. A partir de ahora se deben hacer pocas cosas, porque no
habrá dinero para hacer muchas, y todas muy bien pensadas y sobre todo muy bien consultadas
con todos, y muy consensuadas, y muy participadas, y muy negociadas. No deberá haber prisas.
Más valdrá hacer tres cosas, y las tres bien hechas y con la aprobación de la inmensa mayoría, que
no hacer diez cosas y de las diez cinco mal hechas, o absurdas, o innecesarias, o simplemente no
del gusto de la gente. En política local a partir de ahora se pagarán caros los errores, y las
impaciencias, y las improvisaciones, y la compulsividad, y la prepotencia... Esto quiere decir que
hay que cambiar radicalmente de chip. Lo importante no es hacer muchas cosas de cualquier
manera; lo importante es hacer las cosas bien. Y bien quiere decir bien a gusto de la inmensa
mayoría. El objetivo ya no debe ser pavimentar la plaza en un año haciendo lo que le dé la gana al
arquitecto municipal; el objetivo debe ser pavimentar en tres años, haciendo un montón de
reuniones, con los vecinos de la plaza, y con los comerciantes, y con los taxistas, y con los
repartidores, y con las compañías de suministros, ...y también con la asociación de vecinos, pero
además, no únicamente; y haciendo reuniones donde la gente participe, donde haya votaciones,
donde se hagan concursos de ideas, donde se elija el color del pavimento y también la textura del
pavimento y también si debe haber juegos infantiles o no, y qué árboles y cómo deben ser los
pasos de peatones... Cada actuación municipal debe ser un grandísimo pacto social con la inmensa
mayoría de los afectados, que se ha de tejer y zurcir con mucha paciencia, espíritu abierto,
ingenio, y capacidad para encontrar soluciones arbitrales... No se trata de inventar, se trata de
copiar. Hay que copiar algo que ya está inventado en todos los países civilizados... En Estados
Unidos lo llaman community planning, o neighborhood planning, planificación comunitaria o
planificación vecinal; consiste en la participación profunda, efectiva y directa de la gente en
planificar y gestionar la puesta en práctica de todas las actuaciones municipales de cierta
dimensión e impacto social. Todos los políticos, directivos y funcionarios locales tendrán que
aprenderlo, y rápido. Y los candidatos que hagan de ello una promesa solemne de campaña ya
tendrán un buen punto a favor.

8. Un modelo presupuestario Ya hemos hablado en el punto 5 de la gran utilidad de hacer un


programa electoral de verdad, con compromisos precisos, realistas y a la vez ambiciosos y
atractivos. Ahora proponemos un paso más, para los que tengan más ganas de hacer las cosas
bien: Hacer público durante la campaña electoral un avance de las grandes cifras del presupuesto
municipal de los 4 años, que demuestre la viabilidad económica de las promesas electorales que
se hacen en el programa y a la vez la tendencia positiva que la candidatura se compromete a
conseguir en las grandes cifras de la economía municipal: hasta qué punto reducirán el déficit y la
deuda, qué ahorro neto conseguirán, qué inversiones harán, como harán evolucionar el gasto
corriente, etc. Claro que esto sólo lo apreciarán los que conozcan bien el funcionamiento
municipal, pero precisamente estas personas son buenos prescriptores ante muchos electores
indecisos: Si las personas serias y bien informadas del municipio hablan bien de una candidatura
concreta esto puede movilizar y decantar a favor de esta candidatura muchos votos. Por otra parte
hacer este ejercicio permitirá, a la candidatura que lo consiga, llevar a cabo de una manera bien
documentada una crítica contundente a todas las demás candidaturas, que probablemente, como
no habrán leído este artículo, seguirán haciendo las cosas como en las elecciones anteriores, y por
lo tanto seguirán prometiendo la luna sin decir cómo lo pagarán.

9. Un proyecto de cambio de la institución Otra cosa que puede dar ventaja a una candidatura es
que haga propuestas serias de modernización del ayuntamiento. En este tema se han hecho en
campaña electoral muchas propuestas simplistas y demagógicas, pero luego la gran mayoría de
gobiernos locales, de todos los colores políticos, no han hecho gran cosa. Durante los años de
fuerte crecimiento económico y del gasto público se aumentaron mucho las plantillas y los sueldos
del personal, pero poco la productividad y la eficacia. Y los años de crisis, que podría haber sido
una oportunidad para mejorar a fondo el funcionamiento interno, consiguiendo más resultados a
menor coste, han pasado también casi sin cambios, simplemente haciendo ahorros a base de dejar
de hacer inversiones, y reduciendo los gastos más fáciles de reducir (que a menudo no eran los
más innecesarios...) Las instituciones locales tienen mucha necesidad de modernización. Los
funcionarios entran a trabajar la mayoría de veces después de pruebas memorísticas que no
acreditan nada las capacidades profesionales, y luego sólo mejoran profesionalmente los que son
capaces de aprender por su cuenta... Cada técnico y empleado público hace el trabajo que quiere
hacer, sin más criterio que la propia conciencia, porque la línea de mando es más honorífica que
efectiva; los horarios son cortos y flexibles, y la asignación de trabajo muy rígida, por lo que es
frecuente que en un mismo ayuntamiento haya a la vez gente sin trabajo y gente que no da
abasto. Al mismo tiempo, el sindicalismo ha adquirido tanta fuerza que los sueldos del personal
menos cualificado son tres y cuatro veces más altos que en la empresa privada, mientras que los
técnicos y jefes tienen sueldos apenas dos veces mayores, lo que se compensa con ese ambiente
de grave falta de exigencia... Hacer una propuesta ambiciosa, pero realista y viable para cambiar
esto podría ser un buen argumento electoral. Pero se ha de hacer el encargo de la propuesta a
profesionales serios; con recetas facilonas y lugares comunes no se arregla nada ni se convence a
nadie.

10. Un poco de suerte y mucha valentía El sistema electoral democrático tiene una ventaja, y es
que siempre tiene que ganar alguien. Siempre alguna candidatura termina ganando la alcaldía y
gobernando. A menudo, y este año más que nunca, con una mayoría muy precaria. A menudo, y
este año más que otras veces, ganará una candidatura con muy poca o ninguna experiencia de
gobierno. Ganar puede ser cuestión de suerte, o de seguir algunas de las sugerencias de este
artículo, sobre todo si ninguna otra lista lo ha hecho. Lo importante es que quien gane no piense
que ha sido por su inmensa sabiduría política. Las elecciones no las gana el que lo sabe todo, ni
siquiera el mejor, las gana el que tiene más votos y el que es capaz de ganar la alcaldía y formar
gobierno. Luego viene el trabajo difícil de gobernar y el trabajo, aún más difícil, que es el de
aprender a gobernar. Admitir (nunca en público, siempre en privado) que no se sabe lo suficiente
en el arte de gobierno es la grandeza de los políticos serios y responsables. Aprender a gobernar
cada día mejor, con autoexigencia creciente, es una de las tareas más importantes de un equipo
de gobierno, y es una tarea de equipo. Y es una tarea que requiere mucha valentía. Hace falta
valentía para pelear con los problemas en lugar de rehuirlos. Hace falta valentía para cambiar
cosas eliminando privilegios y regalías. Hace falta valentía para estar cerca del vecindario cuando
hay problemas. Hace falta mucha valentía para ser alcalde o gobernante local. Lyndon Johnson,
presidente de Estados Unidos, dijo una vez: "Cuando las exigencias de la presidencia me parecen
excesivamente pesadas, siempre me recuerdo a mí mismo que sería mucho peor si fuera un
alcalde" Pues eso, mucha suerte y mucha valentía para todos y todas, y la enhorabuena a los que
les toque gobernar. El gobierno local es un trabajo terrible, pero también apasionante. Marzo de
2015
Una buena forma de participar activamente en tu comunidad es postular a un cargo político local.
Un cargo político local cubre un área cerca de tu casa no mayor a 50 millas. Los distritos,
departamentos o estados tienen distintos tamaños en cada país, pero local, en este caso, significa
cerca de casa. Un potencial candidato debe comprender los aspectos importantes de realizar una
campaña política. Los siguientes consejos te pueden ayudar a incrementar tus posibilidades de
ganar una elección local.

Pasos

Imagen titulada Answer Interview Questions Step 13

Decide qué cargo consideras que pueda tener un mayor impacto. Evalúa tus capacidades,
intereses y experiencia. Esto ayudará a determinar el cargo y el sector del gobierno (condado,
ciudad, estado) para el cual servirás mejor a tu comunidad según tus capacidades

Imagen titulada Choose a Recruitment Agency Step 21

Determina si tienes el financiamiento para realizar una campaña política. Postular a un cargo
político puede ser muy caro. Alternativamente, puedes continuar tu candidatura de forma popular
para mantener tu campaña a un costo bajo.

Imagen titulada Get a Job Fast Step 4

Recopila información de gente cercana, las personas en la comunidad y las organizaciones locales
sobre tu decisión de postular a un cargo para que tengas una idea del apoyo que tienes en tu
comunidad.

Imagen titulada Determine if Someone Is a Child Molester Step 8

Investiga tu comunidad, ya que es muy importante ver más allá de lo que consideras que debe
cambiar. Involucra activamente a tu comunidad en lo que consideran que debe mejorar.

Imagen titulada Become President of the United States Step 7


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Haz una lista de los líderes comunitarios que tu comunidad respeta y confía. Visita a estas
personas para que te den consejos y recomendaciones y pídeles un posible apoyo para tu
postulación al cargo político.

Imagen titulada Run for Congress Step 20

Después de visitar a la comunidad y a los líderes comunitarios, crea una plataforma que sea de
mayor utilidad para tu comunidad. Luego, crea tu discurso de “campaña electoral”. Este es el
discurso que define porqué eres un buen candidato, cómo mejorarás la comunidad y más
importante aún, es donde les pides su apoyo.

Imagen titulada Buy Bitcoins Step 16

Dependiendo del sector gubernamental al cual postulas, puedes contratar a un coordinador de


campaña o reclutar a un líder comunitario con experiencia para ayudarte con tu campaña política.
Un buen coordinador de campaña será inteligente, organizado y deseará trabajar tanto como tú.
Se encargará de tu agenda, reuniones y asuntos menores.

Imagen titulada Be a National Delegate (USA) Step 1

Conoce tus límites tanto mentales como físicos. Postular a un cargo político puede resultar
agotador sin importar el sector gubernamental al cual postules. Una campaña política es una tarea
a tiempo completo y no termina hasta que se cierren las votaciones el día de la elección. Un buen
consejo es considerarla como una maratón y no como una carrera de velocidad; es decir, debes
mantener un ritmo constante durante tu campaña.

Imagen titulada Become President of the United States Step 6

Hasta ahora tu compromiso con la comunidad ha inspirado a voluntarios que desearían apoyar tu
candidatura. Depende de ti el incentivar a los voluntarios, pero son tus coordinadores de campaña
(si tienes alguno) los encargados de organizarlos. La organización es fundamental para garantizar
que los voluntarios trabajen de manera eficiente. Asegúrate de cuidar bien a los voluntarios, ya
que trabajan muchas horas para tu campaña sin recibir pago alguno.

Imagen titulada Buy Small Business Insurance Step 27

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A menudo, una campaña exitosa requiere que el candidato vaya masivamente casa por casa para
conocer más a su comunidad y hacer que la gente se involucre y dé su opinión en cuanto a lo que
creen que debe mejorar. Asimismo, esto permite que el candidato pida permiso para colocar
letreros en parques que apoyen su candidatura. Los letreros en parques son una buena forma de
que las personas vean el respaldo que tienes en la comunidad. Las personas verdaderamente
aprecian ver al candidato en persona y les gusta que les pregunten personalmente sobre su voto.
En especial, cuando van a las urnas el día de la elección.

Imagen titulada Be a National Delegate (USA) Step 9

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Crea panfletos, carteles, calcomanías decorativas, insignias y anuncios para repartir en cada casa,
en los evento de la comunidad, en los parques, etc. En cualquier lugar que haya personas, tú y tus
voluntarios no se deben quedar atrás. Toma en cuenta enviar un correo grupal con las propuestas
de tu campaña a los votantes frecuentes. Nota: es importante que se respeten todas las leyes
locales respecto a las propuestas de la campaña.

Imagen titulada Be a National Delegate (USA) Step 14

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Organiza eventos que permitan que los miembros de la comunidad te conozcan como candidato.
Estos eventos no deben ser grandes o lujosos. Te permiten un escenario en el cual compartir tus
propuestas y mostrar por qué eres la mejor persona para representar a tu comunidad.
Nuevamente, la parte más importante en tu discurso es pedirles su voto. Asimismo, estos eventos
son una buena forma de hacer que la prensa escriba sobre tu postulación al cargo. En muchas
ciudades es difícil, pero no imposible, captar la atención de la prensa en las elecciones locales,
pero esto no quiere decir que no se hará el intento.

Imagen titulada Run for Congress Step 23

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Tu campaña puede emitir comunicados de prensa a los medios de comunicación locales, pero no
pienses que siempre escribirán historias sobre tu elección. Puede ser una ventaja estratégica
comprar anuncios en el periódico local o pasar comerciales en la radio local, pero implica un costo.
Consulta con tu coordinador de campaña o, si tú estás manejando tu campaña, toma en cuenta la
efectividad del esfuerzo. Debes saber si tu comunidad lee el periódico o cuál es la emisora radial
más popular. Si no puedes responder estas preguntas, debes esforzarte más. Si no sabes lo que le
gusta a la comunidad, ¿cómo esperas que te elijan para defender sus intereses?

Imagen titulada Succeed in Network Marketing Step 15

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Los eventos para recaudar fondos pueden ser grandes o pequeños, pero no depende del número
de personas sino del tamaño de donaciones. Dependiendo del cargo al que postulas o cómo tú, el
candidato, decides empezar tu campaña anticipadamente influenciará en la recaudación de
fondos. ¿Decidiste gastar, gastar y gastar o elegiste el enfoque a nivel popular? Ambas formas han
ganado elecciones; es una decisión que como candidato debes tomar. Toma en cuenta las
opiniones de la comunidad cuando determines el presupuesto de tu campaña. Debes saber si
consideran impresionante una gran campaña ostentosa o si les impresiona más un candidato que
trabaja arduamente a nivel popular. A menudo, en una elección local, no se trata de la cantidad de
personas que contratas sino del monto de dinero ahorrado para la campaña. Nota: las leyes de
financiamiento de campañas son muy estrictas y es importante que tengas una persona capaz de
llevar la contabilidad adecuada.

Imagen titulada Be a National Delegate (USA) Step 15

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No existe una forma fácil y segura de ganar un cargo político, pero si sigues los consejos antes
mencionados, aumentarás tus posibilidades de ganar. Te habrás dado cuenta que nunca se
mencionó la oposición, porque como candidato solo debes preocuparte por tu candidatura. No
pierdas tiempo en discusiones con tu oponente. Ese tiempo puedes aprovecharlo para demostrar
que eres el mejor candidato.

Imagen titulada Become a Senator Step 11

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En las elecciones locales, el factor más importante es el contacto personal con los votantes.
Actualmente, existen muchas personas que consideran que deberás crearte una imagen pública o
gastar gran cantidad de dinero para impresionar a los potenciales votantes. Esto es falso; una y
otra vez los candidatos que recorren más lugares, saludan a más personas y visitan más hogares
son los que siempre ganan las elecciones. En una elección local, apuesta por las personas y realiza
tu mejor esfuerzo para conocer a cada votante frecuente en el área.

Consejos

Diviértete. Postular a un cargo es una cosa seria, pero debes disfrutar reunirte con personas
nuevas, asistir a nuevos lugares y luchar por lo que crees.

Consulta con tu familia debido a que, te guste o no, formará parte de tus aspiraciones políticas y
también sufrirá tus cambios de estado de ánimo. Es mejor prepararlos para lo que podría suceder.
En la política, ya sea local o nacional, puede suceder cualquier cosa dentro de la ley.

Si es posible, anuncia tu candidatura anticipadamente para hacer que otros no postulen al mismo
cargo.
Crea un plan en el cual confíes. Lo repetirás durante toda la elección y, si no confías en tu plan, los
votantes tampoco lo harán.

Las campañas se ganan con diligencia y trabajo arduo y gran parte de esto se logra al rodearte de
buenas personas. Recluta personas en las cuales confíes y preocúpate siempre por tus voluntarios.

Advertencias

Busca todos los requisitos legales para el cargo elegido al cual postulas para asegurarte de que
cumples los mismos.

Ejercer un cargo permite que se conozca tu vida. Antes de postular, toma en cuenta si existe
cualquier parte de tu pasado que consideras privada o vergonzosa. Esto también incluye a tu
familia, pues la política puede ser un negocio sucio y algunas personas involucradas no tienen
límites.

Asegúrate de conocer todas las leyes locales de elecciones en el área en la cual pretendes postular
al cargo elegido.

Se sabe que causa envejecimiento prematuro y un debilitamiento serio de la salud. ¿No lo crees?
Busca en Google las fotos de los cuatro últimos presidentes antes que asuman el cargo y luego
compara dichas fotos con cómo se veían cuando dejaron el cargo. Esto puede parecer una broma,
pero quiere probar algo. Puede que no te presentes como candidato a la política, pero la política
es estresante en todo nivel.

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