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1. Introducción .............................................................................................................. 2
2. Desarrollo .................................................................................................................. 3
3. Conclusión ................................................................................................................ 8
4. Bibliografía ............................................................................................................... 9
La Imagen de la Ciudad
1. Introducción
“La ciudad no es una jungla de hormigón, es un zoo humano” (Morris,1960), frase que
genera una idea global de lo que imaginamos al hablar de ciudad. Las grandes metrópolis
impresionan por su suntuosidad, sus luces, avenidas y edificios. En cambio, las ciudades
pequeñas inmersas en el corazón de sus habitantes, cautivan por el elemento de lo insólito.
Para el presente ensayo se desarrollarán algunos conceptos que ayuden a generar una
noción de lo que se conoce como “la imagen de la ciudad”, siendo estos conceptos
componentes generales que describe Kevin Lynch.
En cada instante hay más de lo que la vista puede ver, la ciudad se la observa con todo
tipo de luces y en cada espacio de tiempo por su característica cambiante. Está viva y
respira por los pulmones de sus calles alimentándose de las experiencias del usuario y su
interacción con el entorno. Este punto de vista especifico, independientemente de lo que
se piense puede constituir el típico de análisis más genérico acerca de la ciudad. Esta se
expide al dato último y determinante de la vida colectiva, la creación del ambiente en el
cual esta existe.
La arquitectura concebida en un sentido positivo es, como una obra inherente de la vida
cotidiana y de la sociedad en la que se manifieste; debido a su característica, colectiva.
De la misma manera en la que el hombre prehistórico edificó su primera morada para
conseguir condiciones de vida más favorables, construyendo un clima artificial, guiado
con ciertos criterios estéticos. Iniciaron la arquitectura paralelamente que el primer
trazado de ciudad, por lo que la arquitectura como tal es connatural a la formación de las
civilizaciones y es un hecho etéreo, universal y necesario.
Este es un trabajo sobre cómo se perciben las ciudades y si este aspecto, posee o no,
importancia alguna sobre el individuo, cómo ciertos elementos que conforman la ciudad,
pueden variar, dependiendo del espectador.
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Así, es como nace esta clasificación de elementos que la constituyen, los cuales
básicamente son puntos referenciales y característicos del sector; algunos más
predominantes que otros, pero al fin y al cabo conforman su imagen. Los mismos que
fluctúan entre los individuos, acorde a su actividad, uso y experiencia. A continuación, se
explicará estos fragmentos que componen el concepto de lo que se conoce como ciudad.
2. Desarrollo
Se compone de una serie de elementos ya sean estos fijos o móviles en donde el peatón
juega un imperante rol dentro de la misma. No somos meros espectadores del show
llamado “ciudad”, sino que somos parte de él y compartimos escenario con el resto de
actores involucrados. Para la conformación de su imagen entran en coyuntura todos los
sentidos y aun así solo contamos con una imagen parcial y fragmentado por su
característica cambiante. Se puede mantener por un tiempo lineamientos de control
parciales y de cierta manera se lograría manejar su forma y distribución, pero lo que está
expuesto a los cambios serán los detalles.
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“Hago ciudades, casas, barracas, etc. De todo, hasta cositas y la suma de cositas modestas,
permite hacer algo al final” (Jeanneret, -Le Corbusier,1950). Como cualquier otra cosa la
ciudad se compone de elementos que de cierta forma la caracterizan, la crean. Justamente
la génesis de su composición se encuentra en esa suma de cositas que van creando redes
de interacción con el entorno. Aldo Rosi nos dice “la calle es un escenario donde acaecen
encuentros, charlas, juegos, litigios, envidias, galanteos y orgullo” (Rossi, 1982). Sus
componentes son dependientes unos de otros. Así mismo como en la física que cada
acción tiene una reacción, cuando el conjunto de equipamientos y la escala humana se
relacionan, se crea una convergencia de comportamientos, en donde cada elemento
influye sobre las posibles variantes. En su libro “La imagen de la Ciudad” Kevin Lynch
nos habla de estos componentes y los clasifica en: sendas, bordes, barrios, nodos y
mojones.
2.2.1. Sendas
Son los surcos que el observador transita con distinta regularidad. Se las suele representar
por senderos, calles, vías, líneas de tránsito, vías férreas o canales. Para muchos estos son
los elementos que priman en su percepción y experiencia. El observador al transitar por
la ciudad lo hace conforme a las sendas, en cómo se organizan y conectan con el entorno.
Los individuos que conocen más la ciudad hablan en términos de sendas específicas y sus
interrelaciones. Ciertas sendas pueden convertirse en rasgos delimitantes en varias
formas. Normalmente una de sus mayores influencias será el del recorrido habitual, de
modo que las principales vías de acceso son “imágenes claves”. El uso y las actividades
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que se generen en una calle, puede ser eminente en la percepción del observador. Las
personas tienden a sensibilizarse a las variaciones de actividad y en ocasiones se
orientaban en una buena medida a las corrientes de tráfico.
2.2.2. Bordes
Son elementos lineales que el observador no emplea o considera como sendas. Son
componentes delimitantes entre dos fases: rupturas de líneas de continuidad como
cuerpos de agua o cruces y bordes de desarrollo como muros. Conforman referencias y
no ejes coordinantes. Estos bordes pueden ser menos invasivos en el espacio como vallas,
más o menos penetrables que separan regiones, las cuales también pueden ser líneas según
las cuales se unen o relacionan diferentes regiones. Si bien este eslabón no es tan
dominante como las sendas, constituye para muchos rasgos organizacionales, en especial
al momento de combinar zonas generalizadas, como es el caso del contorno de una ciudad
enmarcado por cuerpos de agua o murallas.
Hay las calles que son inaccesibles para los peatones, en las que no se puede pasar en
algunos puntos, pero aun así son prominentes espacialmente. En las que solo de vez en
cuando quedan a la vista. En este caso selo podría llamar un borde fragmentario, es decir
continuo en el sentido de abstracción, pero solo visualizados en puntos separados; como
si fuera una serpiente extendida sobre la ciudad. Esta carencia se reflejaba en la relación
experimentada al conducir por su ubicación ambigua para el peatón. Mientras que la
continuidad y visibilidad son de importancia sustancial, en el caso de los bordes fuertes
no son necesariamente impenetrables. Muchos son meramente suturas que unen en lugar
de ser separadores, dando como resultado un interesante entramado para observar.
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La Imagen de la Ciudad
2.2.3. Barrios
También llamados distritos son las secciones de la ciudad cuyas medidas fluctúan entre
medianas y grandes, concebidas en un medio bidimensional en el que el observador entra
“en su ambiente” mentalmente hablando y son reconocidos como si tuvieran una
característica común que los identifica, la misma que siempre debe ser posible de
identificar desde el interior y pueden ser usados para referenciar el exterior en caso de ser
visibles desde afuera. La gran mayoría de las personas traza bordes limites imaginarios
variables de individua a individuo en cuanto a si las sendas o los barrios son los
componentes dominantes. Esta diferenciación recae en los ojos del observador y de la
ciudad de que se trate. Las características de los barrios bien demarcados son
preponderantes para describir a una ciudad como bien orientada. Estas cualidades físicas
que determinan a los barrios son continuidades temáticas que pueden consistir en una
infinita combinación de sus partes integrantes como: los detalles, la textura, su densidad,
la forma, las tipologías constructivas, las actividades, el uso, el grado de mantenimiento,
la topografía y su localización geográfica.
2.2.4. Nodos
Son los puntos estratégicos de una región en particular, en la que el observador puede
ingresar y constituyen los puntos focales de los que parte o hacia los que se encamina.
Pueden ser confluencias, cruces, sitios de ruptura o simplemente lugares de paso de un e
un anillo urbano a otro. Fácilmente pueden ser concentraciones cuya importancia es
gracias a que son la condensación de determinado uso o carácter físico; como es el caso
de una esquina o una plaza concurrida. En palabras banales constituyen el foco y
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“Chiavi Vitali” es la traducción en italiano de las palabras “claves vitales”
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La Imagen de la Ciudad
compendio de un barrio, sobre el cual irradian su influencia y del que se yerguen como
símbolo. Al cual se le puede dar el nombre de núcleos. Un copioso número de nodos
tienen rasgos de confluencias como de concentraciones. Concepto que se vincula con el
de senda, debido a que las influencias con comúnmente la de convergencia de sendas. De
la misma manera está vinculado con el concepto de barrio, dado que los núcleos son
típicamente los focos intensivos de los barrios, su “centrum”2. De cual manera, en casi
toda la concepción de la imagen pueden hallarse algunos puntos nodales y en algunos
casos pueden conformar un rasgo dominante.
2.2.5. Mojones
Estos son otro tipo de punto de referencia, pero en este caso particular el observador no
ingresa en ellos, sino que le son externos. Normalmente se trata de un objeto físico
definido con bastante soltura, como en el ejemplo de un edificio, un equipamiento, una
barrera natural o una simple señal. Su empleo implica la selección cuidadosa o vaga entre
un espectro de posibilidades. Algunos de ellos están distantes y son visualmente
imperdibles desde muchos ángulos y distancias, para poder utilizarlos como “une
référence” 3 radial. Se puede encontrar tanto dentro de la ciudad como a una distancia que
para todo fin práctico simbolice una dirección constante. Inclusive el sol siendo un punto
móvil, cuyo movimiento es suficientemente lento y regular, pueda ser empleado. Otros
mojones son básicamente locales, siendo visibles únicamente en zonas restringidas y
desde terminados accesos. Entre estos figuran los incontables letreros, árboles, fachadas
o frentes de edificios y otros detalles urbanos que caben en la mente de la mayoría de los
observadores. Se trata de claves de identidad, incluyendo las estructuras empleadas con
regularidad y se puede suponer que se confía cada vez más en ellas con el paso del tiempo,
de modo que el trayecto se va haciendo familiar. La efigie4 de una realidad física
determinada puede transformarse de tipo en ocasiones, si las circunstancias de su visión
transmutan. Por ejemplo, una autopista puede cumplir una función diferente según el
actor, si este es conductor esta puede ser una senda, pero si él mismo es un peatón lo usa
como borde para transitar. Nada se encuentra aislado, las categorías mencionadas por
Lynch, parecen tener mayor o menor grado de estabilidad para un observador según lo
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“Centrum” es la traducción en holandés de la palabra “centro”
3
“Une Référence” es la traducción en francés de las palabras “una referencia”
4
“Efigie” imagen o representación de una persona o cosa, generalmente reproducida en un objeto
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3. Conclusión
De esta manera emerge una nueva categoría de paisajes temáticos que se definen por su
“aterritotialidad”. Por lo que, los paisajes son independizados de su lugar de origen, donde
no traducen sus características territoriales ni sus contenidos físicos y socioculturales;
paisajes reducidos a meras capas de información con su configuración más inmediata y
superficial: la imagen.
Entonces, ¿Cuáles son las “Chiavi Vitali” para el manejo de esta producción de ciudad?
Y ¿hay alguna constante, metodología o estrategia para identificar este proceso de
urbanalización?, sin duda existen claves de reconocimiento de la ciudad y una serie de
nuevos requerimientos urbanos, que acompañan a este proceso. Esta evolución que da
como resultado, la ciudad urbanal, se sustenta sobre cuatro elementos. En primer lugar,
el uso de la imagen como primer factor de identificación. Segundo la necesidad de contar
con condiciones sufrientes de confort y seguridad urbana. Tercero la experiencia del
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Alusión del artículo “Urbanalización: paisajes comunes, lugares globales” de Francesc Muñoz
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4. Bibliografía
Lynch, K. (1960). The Image of the City. Massachusetts: The Massachusetts Institute of
Technology Press, Cambridge.
Rossi, A., Ferrer-Ferrer, J. M., Tarragó, S., i Ramió, J. R., & Güell, X. (1982). La
arquitectura de la ciudad. Gustavo Gili.
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