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SECCIÓN DE OBRAS DE POLÍTICA Y DERECHO

BIOETICA Y DERECHO
BIOETICA Y DERECHO
Fundamentos y problemas actuales

RODOLFO VÁZQUEZ
(compilador)

Ensayos de
Manuel Atienza / Albert Calsamiglia / Ernesto Garzón
Valdés / Juliana González / Jorge Issa / Teresa Kwiatkowska /
Florencia Luna / Jorge Malem / Gonzalo Moctezuma
Barragán / Margarita Valdés y Rodolfo Vázquez

INSTITUTO TECNOLÓGICO AUTÓNOMO


DE MÉXICO

F O N D O D E CULTURA E C O N Ó M I C A
MÉXICO
Primera edición, 1999
Segunda edición, 2002
Primera reimpresión, 2004

Vázquez, Rodolfo (comp.)


Bioética y derecho. Fundamentos y problemas actua-
les / comp. Rodolfo Vázquez. — T ed. — México : FCE, A
ITAM, 2002 PABLO VÁZQUEZ
281 p.; 21 X 14 cm — (Colee. Política y Derecho)
ISBN 968-16-6588-0

1. Ingeniería genética — Derecho y legislación


2. Leyes y legislación — Ciencia 1. Ser II. t

LC K3611 .G46 B56 Dewey 176V145b

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D. R. © 1 9 9 9 , INSTITUTO TECNOLÓGICO AUTÓNOMO DE M É X I C O


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D. R. © 1 9 9 9 , FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


Carretera Picacho-Ajusco 227;-14200 México, D . F.

ISBN 968-16-6588-0 (segunda edición)


ISBN 968-16-5960-0 (primera edición)
Impreso en México • Printed in Mexico
PRESENTACION

Si bien es cierto que "la medicina ha salvado la vida de la ética",


como sostiene Stephen Toulmin, también lo es que "se la ha
puesto mucho más difícil", en palabras de Ernesto Garzón Val-
dés. Con poco que se reflexione en los problemas, novedosos o
recurrentes, que presenta el extenso campo de la bioética, se cae
en la cuenta de la enorme complejidad de los mismos tanto por
lo que hace a la comprensión de los propios avances científicos
como por la posibilidad de una clara conceptualización y un
rigor argumentativo. A tal complejidad, y de alguna manera con-
secuente con ella, se añade la propia del análisis jurídico. Quizá
hoy más que nunca el jurista se ve en la necesidad de echar mano
de todos sus recursos teóricos y metodológicos para prever, de-
batir, proponer y diseñar la normatividad adecuada que le impo-
nen los retos de la ciencia y de la ética.
La presente compilación ha sido preparada con el propósito
de hacer accesible al lector una serie de textos de autores forma-
dos en el campo de la ética, del derecho o de la filosofía jurídica,
que he considerado indispensable conocer y analizar para poder
adentrarse en la vasta problemática contemporánea sobre bio-
ética y derecho, y en la reflexión acerca de sus fundamentos. Para
entender el alcance de este propósito debo aclarar, sin embargo,
un par de cuestiones. La primera es que en la selección de los
materiales he procurado que cada uno de ellos muestre de ma-
nera explícita tanto los aspectos éticos de los problemas como
sus posibles implicaciones para el análisis jurídico, pero de nin-
guna manera el lector debe esperar encontrar en esta compi-
lación un estudio de dogmática jurídica referido a alguna le-
gislación vigente. Las relaciones entre bioética y derecho serán
abordadas siempre desde la perspectiva que ofrece el análisis
filosófico. La segunda cuestión tiene que ver con una preferencia
teórica que en buena medida acompaña como hilo conductor
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10 PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN 11

esta compilación y que en términos generales, sin entrar en ma- la normatividad moral y el cada vez mayor conocimiento y "po-
yores especificaciones o adjetivaciones del término, calificaré de der" de las ciencias biomédicas y biológicas en general. En ese
liberal. En algunos autores la i-eferencia al marco liberal se hace "territorio ft-onterizo" las respuestas a la complejidad de los pro-
de manera explícita, en otros se halla implícita, y en algunos, los blemas están lejos de ser unánimes. Existen al menos dos gran-
menos, el punto de partida de sus propuestas teóricas es compa- des tradiciones encontradas: la ontològica trascendente y la
tible con ese marco. Esta preferencia ha respondido, por una racionalista laica. El problema con la primera es su carácter
parte, al deseo de ver reunidos en un libro varios de los trabajos absolutista y dogmático fundado sobre premisas que, en tanto
afines en la teoría pero dispersos en diversas publicaciones y, por rehgiosas, difícilmente resisten un análisis racional; el problema
oti-a, al deseo de mostrar una opción distinta a la que se presenta con la segT.mda es su propensión a pisar el ten-eno frágil del
con cierta frecuencia en nuestros países de habla castellana en relativismo y del escepticismo en tanto busca eludir, deliberada-
compilaciones o libros de corte confesional. Espero, en este sen- mente, los planteamientos ontológicos. La respuesta superadora
tido, que la publicación de este material contribuya a emiquecer de Juliana González es la construcción de una bioética que par-
el diálogo deseable en toda sociedad que se precie de ser plural y ta de un l'iguroso enfoque ontològico, pero que al mismo tiempo
democrática. se funde en un "humanismo crítico, füosófico, laico, racional-
La disposición de los textos ha respondido al criterio general mente justificado, desde el cual puedan replanteai^se, con nuevas
de iniciar con los relacionados con los fundamentos ético-jurídi- perspectivas, esas grandes inteiTogantes de la vida y de la muerte,
cos para pasar, en una segunda parte, al análisis más particular que plantean el quehacer científico del médico, del biólogo, del
de los problemas actuales. En la primera parte se reúnen las con- genetista, del ecólogo".
tribuciones de Juliana González, Ernesto Garzón Valdés, Ma- Desde una concepción de la ética basada en el valor de la
nuel Atienza, Florencia Luna y Gonzalo Moctezuma Barragán. autonomía individual y en la universalizáción de las normas
Para Juliana González los valores de la ciencia —desinterés morales a partir de una actitud de imparcialidad, Ernesto Gar-
por el saber, búsqueda de la verdad, objetividad— son, finalmen- zón Valdés aborda algunos problemas de la bioética intentando
te, los valores propios de la füosofía y, en tanto cumple con una dar respuesta a la pregunta acerca de los límites deónticos del
de las necesidades más radicales del ser humano —la de su in- saber, es decir, "la posibilidad de su control normativo y los de
trínseco impulso por conocer—, la ciencia es humanizante. Cien- la relevancia práctica de este control". ¿Existen formas de cono-
cia y filosofía o, mejor aún, ciencias y humanidades se unen así cimiento que no deberíamos saber? ¿Tiene alguna eficacia la
en el propósito común de realizar la libertad del hombre, de implementación de controles normativos, éticos o jurídicos, en
humanizarlo. Esta finalidad, que encuentra su lugar natural en el saber? Respecto a la primei-a inteiTogante el autor refuta los
las llamadas ciencias teóricas, vale también, y quizá de manera argumentos en favor de la prohibición del conocimiento, tanto
más apremiante, en las ciencias aplicadas. Aquí la responsabili- los teológicos como los racionales. Los primei-os no requieren de
dad ética del científico le exige, por una parte, mantener una mayor análisis porque "la creencia religiosa es, por definición,
conciencia lúcida ante la tiranía de una "tecnocracia" que deva- intransferible y no ofi-ece otra razón como no sea la propia creen-
lúa el ser libre del hombre para abrir paso a una razón instru- cia subjetiva de que algo es o debe ser". Los segundos obligan a
mental compulsivamente pragmática y "productivista" y, por un repaso más cuidadoso. Con un examen detallado, el autor
otra, le obliga a normar su actividad a partir del más universal objeta el argumento de que el exceso de conocimiento puede
de los imperativos: el deber de cuidar la humanidad misma del reducir o incluso eliminar el ámbito de la deliberación y de la
ser humano, su libertad y su dignidad. A partir de estos plantea- supuesta libertad de elección, ya que esto sólo sería posible si el
mientos la autora sostiene que precisamente la bioética, con sus determinismo fuera verdadero, es decir, que se negara la existen-
temas y problemas, se presenta como un cruce de caminos entre cia de futuros contingentes y con ellos "el margen de incertidum-
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PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN

bre o de contingencia humanamente insuperables". También para la aplicación a los casos concretos de los principios de la
rechaza el argumento de que a mayor conocimiento de las rela- bioética". Después de pasar revista y hacer una crítica a las teo-
ciones genéticas mayor transparencia del carácter y la persona- rías más relevantes qúe dan cuenta de tales principios (la "prin-
lidad individuales y, por tanto, mayor la posibilidad de manipu- cipalista" de Beauchamp y Childress; la tópica o "casuística" de
lación y la consiguiente pérdida de identidad. Más bien podría Jonsen y Toulmin; y la que, a resei-va de un mejor nombre, podría
suceder a la inversa, es decir, desde el punto de vista de la racio- denominarse la de "fundamentos jeraj-quizados" de Diego Gra-
nalidad, una mayor transparencia o conocimiento de las perso- cia), el autor desarrolla una concepción que parte de la acepta-
nas lejos de incrementar reduce los costos de información y, ción de un objetivismo moral y de la distinción fundamental
desde el punto de vista moral, a mayor conocimiento mayor entre principios y reglas. Para comprender su posición Atienza
posibüidad de ejercicio y respeto de la autonomía personal. Por muesti-a, en primer lugar, cómo opera la racionalidad jurídica
último, el autor no encuentra argumentos plausibles para soste- ante conflictos que envuelven principios, para pasar luego a mos-
ner que la identidad de una persona puede alterarse porque re- trar su utilidad en relación con los principios de la bioética. Los
ciba o done órganos. Uno a uno descarta los argumentos de la principios de autonomía, dignidad, igualdad e información, que
incertidumbre científica y riesgos clínicos; la ladera resbaladiza; responden a los cuestionamientos: "a) ¿quién debe decidir (el
la falta de consenso de la futura generación; la mejor utilización enfermo, el médico, los familiares, el investigador)?; b) ¿qué
de los recursos; y la importancia de mantener el patrimonio daño y qué beneficio se puede (o se debe) causar?; c) ¿cómo debe
genético. En síntesis, no parecen existir buenos argumentos para tratarse a un individuo en relación con los demás?, y d) ¿qué se
prohibir el conocimiento, pero, ¿resultaría eficaz poner contro- debe decir y a quién?" son suficientes para resolver los llamados
les normativos al saber científico? La respuesta es negativa. La "casos fáciles", pero son insuficientes para los "casos difíciles".
eficacia de los códigos de ética es muy precaria "sobre todo por Para éstos se requeriría de principios secundarios que derivaran
lo que respecta a su vigencia social integral" y con las disposicio- de los primarios de modo tal que ante la insuficiencia del princi-
nes jurídicas nos enfrentamos al hecho de que son "simplemente pio de autonomía se apelara al principio de paternalismo justifi-
reactivas en caso de serviciadas, es decir, siempre llegan tarde". cado; de la insuficiencia del de dignidad al de utñitarismo res-
Garzón Valdés concluye que sobre un trasfondo de gran incerti- tringido; del de igualdad al de trato diferenciado y del de in-
dumbre y de enorme ignorancia respecto al conocimiento, pare- formación al de secreto. Con todo, sea mediante principios
ce que el mejor servicio que puede prestar la ética a la medicina primarios y secundarios, por su carácter de "inconcluyentes", no
es el de no imponerle barreras y recomendar la apelación a razo- sería posible aún resolver definitivamente un caso. Por tanto,
nes prudenciales en cuanto a la aplicación de las investigaciones además de principios son necesarias las reglas, es decir, "un
científicas. conjunto de pautas específicas que resialten coherentes con ellos
"Juridificar la bioética" no es, de acuerdo con Manuel Atienza, y que permitan i-esolver los problemas prácticos que se plantean y
el título de un artículo que pretenda "una vuelta a la deontologia para los que no existe, en principio, consenso". El problema
médica tradicional, esto es, a la concepción de la ética médica fundamental de la bioética no es otro, entonces, que el de "pasar
—y, por extensión, de la bioética— como un código único de del nivel de los principios al de las reglas", y es precisamente en
preceptos y obligaciones aplicados según procedimientos buro- este proceso donde la actividad de los comités de ética desempe-
cráticos y respaldados coactivamente"; de lo que se ti-ata, más ña un papel relevante porque, de manera análoga a la de los
bien, es de "sostener que hay tm tipo de conflicto jurídico cuya jueces, son sus miembros los que tienen que resolver los casos
resolución consiste justamente en 'ponderar' principios contra- basándose en los principios.
puestos y que, para tratar con esos casos, se ha ido desaxToUando El ensayo de Florencia Luna se propone analizar y evaluar
una cierta metodología que podría resultar de utilidad también algtmos de los problemas éticos planteados respecto a la investi-
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PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN

gación en seres humanos a raíz del surgimiento y expansión del bito de la "culpa" y no del "dolo", que situaría al médico en el
sida. La autora responde a dos cuestionamientos básicos: si los campo de la responsabilidad penal, el autor pasa revista, de ma-
argumentos aducidos por los activistas del sida ponen en entre- nera minuciosa, a cada una de las manifestaciones de la culpa:
dicho las propuestas expresadas en los códigos de ética de Nu- el error (por insuficiencia de conocimientos, por negligencia en el
remberg y de Helsinki; y si las regulaciones manifiestas durante diagnóstico y por complejidad del cuadro clínico), la impericia,
el tiempo del sida constituyen un nuevo paradigma (Kulxn) de la imprudencia y la negligencia. Si bien hay consenso entre los
investigación. A partii- de un análisis minucioso Florencia Luna abogados de que mediando la buena fe dentro de los márgenes
re\àsa los principales argumentos esgi'imidos —i-echazo de la mínimos de preparación profesional del médico resulta difícil
distinción entre terapia e investigación, el consentimiento infor- exigirle responsabilidad por perjuicios al paciente, Moctezuma
mado como criterio único, el beneficio de las compañías farma- Ban^agán sostiene que "nuestra sociedad ya no acepta mínimos,
céuticas y el dilema entre la defensa del derecho individual y la por lo contrario exige estándares homogéneos de calidad en sus
justificación de la protección del paciente— para concluir que profesionales de la salud, cumpliendo escrupulosamente con la
ninguno de ellos se sostiene como para invalidar o restar fuerza lex praxis". Esto ha significado un verdadero reto para los juristas
normativa a los principios expresados en los códigos de ética. El especialmente en sociedades que, como en la mexicana, "se en-
rechazo a la distinción entre terapia e investigación no permitiría cuentra muy arraigada la vía penal como medio para solucionar
determinar, entre otras cosas, las obligaciones de los médicos; el los conflictos que surgen de la malpraxis". El autor concluye con
consentimiento informado no debe considerarse como único un repaso histórico de las propuestas dadas en México desde la
criterio; los cambios en las políticas de aprobación e investi- creación en 1989 de la figura administrativa de la opinión técni-
gación de drogas han significado beneficios a las compañíeis co-científica hasta la constitución —novedosa e inédita en el
farmacéuticas, pero también a los pacientes; y el dilema entre país— de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, en 1996,
derecho individual y protección es un pseudodilema, ya que no como instancia conciliadora y también arbitral, cuando las par-
se pone en duda la necesidad de la protección de los pacientes tes lo solicitan voluntariamente.
sino que ésta sea inadecuada. ¿Ha significado todo este cuestio- La segunda parte de esta compilación, que trata acerca de los
namiento y los argumentos presentados por los activistas un problemas actuales de bioética y derecho, reúne los ensayos de
cambio de paradigma respecto de la ética en la investigación de Margarita Valdés, Albert Calsamiglia, Jorge Malem, Rodolfo
seres humanos?; es decir, ¿el cambio de un paradigma "protec- Vázquez, Ernesto Garzón Valdés, y Teresa Kwiatkowska y Jorge
cionista" a uno "consumista"? La autora niega que se trate de dos Issa.
paradigmas inconmensurables sino, más bien, "de una evolu- Margarita Valdés aborda el problema del aborto desde una
ción y refinamiento de la primera propuesta". Esta evolución ha pregunta central: ¿es moralmente aceptable el aborto intencio-
significado una mayor conciencia de los derechos de los pacien- nal? Esta pregunta depende, a su vez, de otras más generales: ¿es
tes con enfermedades terminales, así como "una crítica a crite- el feto una persona?; ¿tiene el feto un valor moral intrínseco que
rios rígidos o procedimentales que en lugar de proteger, obsta- nos imponga la exigencia de proteger su vida?; ¿tiene el feto
culizan; a buroci-acias ineficaces, y a tiempos de apx'obación derechos que estén por encima del derecho de la mujer a decidü"
demasiado lentos". sobre su cuerpo y sobre su vida personal? Respecto a la primera
Para cerrar la primera parte del libro el texto de Gonzalo interrogante, la autora analiza y critica con sólidos argumentos
Moctezuma Barragán analiza, desde el marco de la ética y del la noción "biológica" de persona y la noción de "persona poten-
derecho positivo mexicano, el problema de la responsabilidad cial" para sugerir, siguiendo a Strawson, una concepción meta-
profesional del médico cuando la conducta de éste puede incu- física "descriptiva" de la persona: "las personas son particulares
rrir en lo que se conoce como malpraxis. Centrándose en el ám- básicos a los que podemos atribuir tanto propiedades corpóreas
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como estados de conciencia", por ejemplo, alguna propiedad el legislador con base "en las opiniones de los expertos en em-
psicológica o habilidad pai-a llevar a cabo cualquier acción inten- briología y en desarrollo neuronal".
cional. No existen propiedades psicológicas en los primeros me- Desde una perspectiva ético-jurídica Albert Calsamiglia ana-
ses de gestación del feto que impongan exigencias morales espe- liza los argumentos más sobresalientes en favor y en contra de la
cíficas y que, por tanto, permitan pensar que estamos en presen- eutanasia. Para el autor "se tiende a exagerar la maldad de la eu-
cia de una persona moral. Se sigue, entonces, que "el aborto, tanasia" y cree "que se debe practicar y legalizar en algunas
cuando se realiza dentro de, digamos, el primer trimestre de circunstancias y por procedimientos establecidos que garanti-
gestación, no parece ser por sí mismo un acto al que le podamos cen el mínimo de errores". Después de una introducción al pro-
aplicar ningún calificativo moral". Contra esta última conclu- blema a partir de tma descripción del debate actual, Calsamiglia
sión se levantan algunas voces, como la de Ronald Dvyorkin, que construye su argumentación partiendo de la tesis de que el valor
buscan dar algún fundamento a la idea de que el acto de abortar, de la vida no es sagrado sino piima facie. Prueba de ello son los
aun cuando no estemos en presencia de una persona metafísica, casos de legítima defensa o el sacrificio de la vida en una situa-
no es un acto vanal. La respuesta que se aduce para contestar a ción de guerra, en los que la disposición de la vida se encuentra
la pregxinta de si tiene el feto algún valor intrínseco que obligue justificada. Si lo anterior es con-ecto la eutanasia podría justifi-
a la protección de su vida es la de apelar al "principio de santidad" carse también desde la perspectiva del valor prima facie de la
de la misma. Después de analizar y criticar la propuesta de Dwor- vida; pero hay que distinguir claramente cuándo estamos en
kin la autora concluye que no todo lo que tiene im valor intrínseco presencia de un caso de eutanasia y cuándo no. La eutanasia no
—la vida misma— ipso facto tiene valor moral. Sin duda el feto se confunde ni con el genocidio ni con la eugenesia, ni es un
tiene en los primeros meses un valor intrínseco, incluso un valor asesinato, ni se puede asimilar a la figura del suicidio. Existe
"más alto" que el de cualquier otro organismo de la naturaleza, eutanasia "si a) se precipita la muerte; b) de im enfermo terminal;
pei-o de aquí no se sigue que sea un valor de índole moral. Si se c) que la desea; d) con el objetivo de evitar un daño mayor, y ej la
acepta, entonces, que aun cuando existe vida humana en los acción u omisión la realiza una tercera persona". Con esta defi-
primeros meses de gestación no es suficiente para que haya per- nición el autor analiza los diversos casos de eutanasia: pasiva y
sona moral, tampoco podemos pensar que en ese periodo exista activa, voluntaria e involuntaria. Si se sostiene que "el valor del
un genuino "conflicto de derechos" entre los del feto y los de la dolor o la indignidad excede al de la vida en algunos casos, ¿por
mujer a decidir sobre su cuerpo y su propio plan de vida. La qué es mejor la eutanasia pasiva, que prolonga el sufrimiento, que
autora critica en este punto las concepciones metafísico-religio- la eutanasia activa, que lo evita?" Por lo que hace al difícil pro-
sas que en lugar de entender la noción de persona a partir de sus blema de la eutanasia involimtaria, Calsamiglia encuentra insu-
características corpóreas y psicológicas lo hacen desde la idea de ficientes las pruebas que permitirían concluir que se trata de un
un "organismo humano con alma" desde el momento de la con- caso parecido al del paternalismo justificado y considera que ima
cepción. Estas concepciones, si bien respetables, no ofrecen ar- respuesta mejor, que salvaguarde siempre la autonomía del su-
gumentos racionales que puedan fundamentar alguna obliga- jeto, sería la de "reconstnair la decisión que la persona en cues-
ción moral de aceptación ni pueden determinai- el contenido de tión hubiera tomado en este caso particular". Sin estar exenta de
un ordenamiento jurídico en un Estado democrático y plural. objeciones, una vía para reconstruir la decisión sería la aporta-
Sobi-e este último punto, concluye Margarita Valdés que una ción de declaraciones de voluntad o la designación de un decisor
legislación razonable debería "proponer una liberación comple- por el mismo destinatario que pueda mantener una conversa-
ta de las leyes sobre el aborto dentro de ciertos plazos, esto es, ción hipotética con él o, como sugiere Dworkin, la fidelidad a la
cuando se trata de embarazos de pocos meses en los que sabemos coherencia de la vida de la persona. En cualquier caso, lo que
que el feto no es una persona" y tales plazos deberá determinarlos parece quedar claro es que el Estado no debe imponer sus valores
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PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN

a los ciudadanos en situaciones como la eutanasia, entre otras razones en favor de la publicidad como en favor de la privacidad
razones porque el Estado "sólo puede interferir cuando se pro- e intimidad. No existiendo un orden lexicográfico entre estos
duce un daño y, en el caso de la eutanasia, el daño —¿qué daño: principios, Malem acude a la ordenación débil de principios
la muerte, el dolor o la indignidad?— lo debe decidir el paciente". propuesta por Alex}' para concluir, de acuerdo con ella, que hay
Los avances alcanzados por la investigación científica en el buenas razones "en favor de la privacidad, y la asignación de la
diseño del mapa genético, en lo que se conoce hoy día como carga de la prueba al Estado para todos los casos".
"proyecto acerca del genoma humano", llevan a Jorge Malem a En el texto "Una justificación liberal de la clonación" abordo
analizarlas implicaciones ético-jurídicas de dicho proyecto, por algunos de los problemas ético-jurídicos relacionados con este
una parte, destacando su indudable importancia para el desarro- tema, haciendo explícitos desde el inicio dos de los principios que
llo de la autonomía personal en la medida que incrementa la animan una ética liberal (el de autonomía y el de dignidad). Con
información relevante acerca de los aspectos somáticos y hasta base en ellos y partiendo del hecho de que en muchas sociedades
psicológicos del individuo y, por otra, previniendo sobre sus actuales, entre los diversos planes de vida de los individuos, son
riesgos negativos cuando dicha información, en manos de terce-
empleados y aceptados ética y jurídicamente modos alternativos
ros, puede vulnerar la misma privacidad de las personas. No cabe
de procreación y formatos de familia distintos al de la pareja
duda que conocer el mapa genético permitiría saber "no sólo el
heterosexual con unión matrimonial formal, no encuentro razo-
estado actual de una persona respecto de su salud, sino también
nes morales que pudieran justificar en un futuro la prohibición
el de su historia pasada, y hasta saber, con cierto grado de segu-
jurídica de la clonación como otro posible modo de procreación.
ridad, sus posibilidades futuras". La idea subyacente a tal pre-
Después de presentar una serie de argumentos que objetan la
tensión es la de transparencia y no es difícil determinar la ecua-
posibilidad de clonación en seres humanos —atenta contra cier-
ción de que a mayor transparencia, mayor autonomía del indivi-
tas convicciones religiosas, violenta el orden natural, los efectos
duo. Pero si bien es cierto que hay que reconocer las bondades
de las intervenciones científicas son tan grandes que deberían
de la información genética relevante, también hay que estar aler-
prohibirse, se viola el derecho a ser concebido heterosexualmen-
tas sobi'e la posible vulnerabilidad de la privacidad de los indivi-
te, no cuenta con el consentimiento de las criaturas ñoito de la
duos. La idea subyacente a este estado de alerta es la idea de
opacidad, es decir, el reconocimiento de que "existen acciones clonación, se pone en peligi-o la identidad del individuo y trastoca
del individuo que deben estar libres de interferencia del Estado radicalmente las relaciones filiales y de parentesco contempla-
o de tercei'os y que se encuentran vinculadas a la posibilidad de das en los ordenamientos jurídicos contemporáneos— respondo
no dar a conocer información relevante". Así entendida, la pri- a cadauno de ellos compartiendo algunas de las ideas expresadas
vacidad se vincula, por una parte, con el principio de autonomía, por Ernesto Garzón Valdés y por algunos científicos mexicanos.
poniendo límites a la interferencia de terceros pero, por otra, se Concluyo en respuesta a la última de las objeciones que "Es de
vincula al principio de dignidad que justifica el ocultamiento de desear que en la tan esperada reforma al Código Civü mexicano,
hechos o datos del individuo que el propio individuo considera en vigor desde 1932, y en las propuestas de modificación a la Ley
relevantes a ojos de terceros. Lo cierto es que la investigación General de Salud, las comisiones de dictamen legislativo no sólo
genética puede afectar la privacidad y dignidad de las personas consideren todas las novedades y posibilidades que introducen
con sólo pensar en la posibilidad de un desbordamiento o mani- las nuevas técnicas médicas sino que, con un espíritu plural, se
pulación por parte del Estado de la información acumulada en escuchen todos los planteamientos éticos posibles sin excluir,
los bancos genéticos. Ante esto, es necesario asegurar la opaci- por supuesto, los de una ética liberal".
dad de los individuos pero no sin incurrir, como en tantas otras El ensayo de Ernesto Garzón Valdés, que se presenta en esta
situaciones difíciles, en una colisión de principios. Hay buenas segunda parte, examina el problema relativamente reciente del
20 PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN 11

trasplante de órganos. Su interés gira en t o m o a dos grandes En el artículo final, para cen-ar la segunda parte de esta com-
ámbitos: el de la obtención de órganos y el de su adjudicación. pilación, Teresa Kwiatkowska y Jorge Issa se proponen "disolver
Respecto al primero, el autor analiza cada uno de los ocho casos hasta donde sea posible las ambigüedades de la ética ambiental
que se desprenden a partir del uso de tres variables en un sistema y esclarecer la complejidad de sus propuestas, así como los con-
binario: los órganos pueden ser obtenidos de personas vivas o flictos inlierentes a su aplicación práctica". Después de introdu-
muertas; su suministro puede ser voluntario o no y a título gra- ci!- a la problemática ambiental y a la urgencia de los plantea-
tuito o no. De esta manera surgen los casos del "abastecedor mientos éticos, los autores pasan a identificar y examinar las
generoso", del "abastecedor mercantil", del "abastecedor obliga- diversas propuestas teóricas desde dos enfoques: el "humanista
do no indemnizado", del "abastecedor obligado indemnizado", tradicional" y el que va "más allá del humanismo". La primera,
del "difunto generoso con la sociedad", del "difunto generoso con parte de la idea de que "las acciones se miden y califican con
sus herederos", del "difunto socializado no indemnizado", y del cartabones 'antropocéntricos', es decir, en función de los intere-
"difunto socializado con indemnización para sus herederos". En ses y el bienestar humanos [...] Se comprometen, en primer lu-
cada uno de ellos el autor discute, conrigor y claridad, cada uno gar, con los derechos y valores humanos básicos, y buscan los
de los argumentos que se aducen para justificar los diferentes fundamentos éticos de la vida en las fuentes humanas". Esta
casos adoptando una versión de la ética que parte del principio propuesta, por cierto, resulta compatible con los planteamientos
de autonomía personal y desde el punto de vista de la imparcia- básicos del pensamiento liberal. La segunda abarca un amplio
lidad. Respecto al problema de la adjudicación. Garzón Valdés espectro de posiciones y se caracteriza por atribuir "un valoren
analiza y cuestiona tres formas posibles, en orden de menor a 51 a entidades a las que antes no se les habían aplicado predicados
mayor aceptación, aunque todas adolecen de limitaciones que morales", desde los entes sensibles y las especies hasta los eco-
las hacen vulnerables en su instmmentación: el m.ei-cado, el ban- sistemas y la llamada "ecología profunda". Sin dejar de recono-
co y el club. La primera, porque "mientras la situación del mündo cer los valores de estas últimas aportaciones, los autores dudan
se mantenga como hasta ahora (y no hay indicios de que ella haya acerca de la idea de un valor intrínseco de entidades no morales
de cambiar en un futuro ni siquiera medianamente lejano), se- como condición suficiente para un programa de políticas am-
guirán dándose condiciones socioeconómicas de explotación y bientales. Se requiere incluir, también, factores sociales y, de
será muy difícil determinar el grado de vulnerabilidad de com- manera especial, el reconocimiento y satisfacción de las necesi-
pradores y vendedores ya que muy probablemente los vendedo- dades humanas. En este sentido, parece sostenerse la premisa
res no serán agentes voluntarios sino personas que sean forzadas liberal de que la protección del medio ambiente no debe interfe-
a entrar en este tipo de transacciones". La segunda, porque si rir con la vida de las personas, aunque parece sensato conceder
bien corrige ciertas distorsiones del mercado no evita "los incon- "una prioridad indiscutible a la conservación de la naturaleza
venientes de la gorronería y de la manipulación". La última por- sólo cuando se llega a situaciones límite en la que la satisfacción
que, por definición, el club no parece conciliarse con las exigen- de los deseos de unos hombres implica la fi-ustración de los de
cias de una justicia distributiva sin distingos de nacionalidades, otros, o bien cuando una sociedad está a punto de perder su
ya que busca siempre el tratamiento privilegiado de sus miem- última oportunidad de tener la experiencia de un bosque, un
bros. Concluye el autor que ante estas dificultades lo más sensato pantano o alguna especie en peligi-o".
es proceder de acuerdo con una "cuidadosa casuística que dé
prioridad a quienes estén dispuestos a participar en las relacio- Los textos de esta compilación han sido previamente publica-
nes de abastecimiento-recepción, pero con cláusulas cautelares dos, con excepción de los ensayos de Juliana González y Teresa
que tengan en cuenta los principios de solidaridad y de urgencia Kwiatkowska y Jorge Issa. Agradezco a Pedro Ojeda Paullada, Ar-
médica". turo Fernández y José Ramón Cossío su generoso apoyo para
22 PRESENTACIÓN

hacer posible la coedición de este libi'O entre el Instituto Tecnoló-


gico Autónomo de México y el Fondo de Cultura Económica; a los
colaboradores, casas editoriales y editores, la autorización para
reproducir los materiales; y de manera muy especial a José María
Lujambio por su constante e inteligente participación en la lec- PRIMERA PARTE
tura, edición y discusión de los mismos.
RODOLFO V Á Z Q U E Z FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS
Ciudad de México, febrero de 1999
I. V A L O R E S E T I C O S D E L A C I E N C I A

JULIANA GONZÁLEZ

CIENCIA-"PHILOSOPHÍA"

Del origen de la fñosofía en Grecia importa destacar no sólo el


hecho de que ella naciera como episteme (como "ciencia riguro-
sa" en el sentido en que intenta rescatarla Husserl), sino lo in-
verso: que la ciencia se origina y se consolida como literal p/zi/o-
sophta de modo que lo que en realidad se iniciaba con Tales de
Mileto era una misma vocación de ciencia-filosofía.
Los valores de la ciencia son, en este sentido, los valores de la
philosophía. Valores eminentemente éticos. Todo aquello que
define el ethos de la filosofía (el thauma, la zétesis, el logos, la
alétheia, l&philta) configura por tanto el ethos de la ciencia, re-
mite a su significado existencial así como a sus bases axiológicas
y a su trascendencia en el orden moral.
La eticidad —dice Eduardo Nicol— no es una nota que se le
sobreañada a la verdad: no es la mera posibilidad de aplicarle mi
juicio moral, después de haberla formulado. El carácter ético es
inherente al acto de la verdad. La verdad es la forma primitiva de
la responsabilidad.
Como theoria o "visión", la ciencia se define —como sabe-
mos—, por sus fines meramente cognoscitivos, suficientes en sí
mismos, y por ende, como un saber desinteresado, independien-
te de otros propósitos ajenos al propio conocimiento. Este "des-
interés" coincide, por un lado, con la philia o el amor al saber y,
por el otro, con su intrínseco propósito de "objetividad" o verdad.
Nos referimos, claro está, a la consabida idea axistotélica de
que "todos los hombres tienden por naturaleza a ver y conocer"
y que no les mueve a este afán otra cosa que no sea el simple deseo
de "ver y conocer"; impulso o "instinto" primordial de conoci-
miento que, cuando se ejerce, cumple con la función o "tarea"
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26 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS VALORES ÉTICOS DE LA CIENCIA 27

pi'opia del hombre, realizando así su areté, su plenitud y su feli- la vigilia o vigilancia, por contraste con el adormecimiento... la
cidad. La ciencia es, en este sentido, bien supremo pax-a el hom- formalidad de la alerta es el método de la ciencia. La actividad
bre, fuente de su propia humanización. Comprendida precisa- científica tiene como fundamento vital la vocación de la vigilia.
mente como fin en sí misma, la "ciencia-filosofía" cifra su valor La búsqueda de la verdad implica en efecto, una "disposición
ético en su virtud humanizante, en su capacidad de satisfacer y ética", un ethos, cifi-ado en el desinterés y la vigilia, cifrado en
cumplir al ser humano en una de sus necesidades más propias suma en el literal amor por el saber, en el libre afán de conoci-
y más radicales que es justamente el intrínseco impulso hacia el miento. En este amor o philía y en esta libertad se cifra el ethos
conocimiento. de la ciencia.
Y es evidente que la finalidad teórica y estiictamente cognos- Pei'o además, resulta éticamente decisivo el reconocer que,
citiva de la ciencia no es válida sólo pai^a los tiempos aristotélicos como afirma también Nicol, "la esencia de la verdad es el diálo-
—o griegos en general—, sino que ella pervive, de un modo u otro, go". El sujeto de la ciencia no es sujeto solitario. La razón humana,
hasta el presente, definiendo el sentido de las hoj' llamadas "cien- el logos, es razón y "palabra": comunicación; implica necesaria-
cias básicas" y a pesar del acento extremo que ahora se pone en mente un "dar razón" (Logon didónai). La ciencia es vinculación
las "ciencias aplicadas" y en el indisoluble nexo que éstas tienen del hombre con la realidad y comunicación interhumana; es
con la técnica en general. Es central en la filosofía de Nicol pre- tarea común, compartida, dialógica. Nace como acto de comu-
cisamente su intento de rescatar este sentido "puro" de la ciencia nicación y unión, y ella produce asimismo el acuerdo, la cohe-
y esta unidad originaria de la "ciencia-filosofía". Puede decirse sión, el entendimiento interhumano en la objetividad; funda, en
que, en su misión esencialmente cognoscitiva, la ciencia trans- suma, la posibilidad de un consenso humano basado en "hechos"
foi-ma de algún modo el mundo tan sólo con pensarlo y conocer- y en "razones". No hay ciencia sin "comunidad científica", enten-
lo. Lo hace inteligible, revela su Logos (en lo infinitamente gran- dida ésta en su sentido más amplio, y tanto en el orden del espacio
de, en lo infinitamente pequeño) y revela a la vez el prodigio del como del tiempo. Ella es, en efecto, modo de comunicación y de
Logos humano en su poder cognoscitivo. Y puede reconocerse responsabilidad. De ahí también su fundamental valor ético.
también que la ciencia es grandiosa no sólo por cuanto descubre Conlleva incluso un modo de "hablar" y de "obrar" —como lo
y anuncia poder descubrir, sino por cuanto no ha descubierto: expresa Heráclito—; no es sólo forma de comunicación sino que
por los misterios que hace patentes, que saca a la luz como tales repercute vital y éticamente en el quehacer humano. El mundo,
misterios; ella vale también por sus incógnitas, por sus interro- transformado y humanizado por el conocimiento, es un mundo
gantes, por su jjo saber. Y es que, en esencia —como igualmente común y comunicable, que promueve nuevos modos de ser y de
sabían los gi'iegos—, la virtud fundamental que caracteriza la fincar la vida comunitaria, de racionalizar la existencia y fundar
episteme es el thauma: el estado de asombro y "maravilla", como la civilización como tal.
disposición vital básica, como sustrato eminentemente ético del La ciencia es, en este sentido, constitutiva y necesariamente
quehacer científico-filosófico. humanizante; la razón científica es, ella misma, propósito y di-
Pero no se da el poder de des-cubrimiento del mundo, de rección de la vida humana. Tiene sus bases, en efecto, sus raíces
"desvelamiento" (Heidegger), si el hombre mismo, el sujeto del originarias, en la dis-posición vital, en el ethos, que la hace posi-
conocimiento, no se quita a su vez —^por así decirlo— sus propios ble. Pero a la vez, la realización efectiva del saber científico es
"velos", o mejor dicho, si no realiza el literal des-velo que conlleva por ella misma formativa del hombre y trae consigo, directa o
la actitud cognoscitiva. La verdad —la alétheia— se refiere ante indirectamente, decisivas repercusiones en el orden existencial.
todo —para Nicol— al sujeto humano, al estado de despierto, de Y en este sentido cabe decir también que las "ciencias" y las
"alerta" o vigilia, en el que éste se dispone cuando busca el saber. "humanidades" no constituyen reinos separados, como no los
La verdad es un estado de alerta —escribe Nicol— representa constituyen la ciencia y la sapiencia. Comprendida en su origi-
28 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS VALORES ÉTICOS DE LA CIENCIA 27

naria hermandad con la filosofía, la ciencia expresa un modo saber humano. El conocimiento es ciertamente forma de domi-
evidente de realizar la libertad, lo cual significa ejercer la "huma- nio y, en este sentido, se hace insoslayable el hecho de que la
nitas". En esto radica su esencial beneficio vital; conocer para ser, teoría discurre en múltiples campos hacia la praxis, y de que
éste es el fin principal de la vocación científica. Ha de recuperar- aquí ya no cabe hablar de episteme-philosophía, sino de episteme-
se, particularmente en el presente, la función humanizadora de techné: de ciencia tecnológica o incluso de "tecno-ciencia", como
la ciencia, implícita en su significación ética y axiológica en ge- algunos la denominan.
neral. Y desde esta perspectiva, la grandeza del conocimiento Y son otros indudablemente los planteamientos éticos a los
científico no se comprende únicamente por su valor cognoscitivo que remite el saber científico cuando éste se define en su sentido
(menos aún, sólo por lo que puede producir) sino por lo que práctico o aplicado y llega incluso a hacerse uno con la técnica,
significa para el hombre y desde el hombre. Aquello que, en este entendida en su sentido más genei-al. Lo esencial aquí es que el
sentido, define a la ciencia como ciencia, no se determina sólo a conocimiento científico deja de ser fin en sí mismo y se convierte
nivel epistemológico y metodológico: el factor ético entra como en medio; su valor, incluso, queda condicionado no sólo al fin al
un componente intrínseco de su definición. que se destine sino también a sus consecuencias y también a la
Y así concebida, en fin, como forma eminente dephilosophía, valía moral, ala "éticaprofesional" del sujeto del conocimiento.
la ciencia remite por necesidad a una "ética", tanto como condu- Y es un hecho que, en la medida en que el conocimiento cien-
ce también a una "estética" y ciertamente a una "metafísica". tífico penetra más profundamente en los secretos radicales de la
naturaleza, extema o intema, en esta medida el poder del saber
es más grande, pero también más, literalmente, ambi-valente:
L A CIENCIA APLICADA Y LA TECNOLOGÍA. capaz de hacer el bien o el mal, de vida o de muerte. Y en esa
CIENCIA Y " P R A X I S " . CIENCIA Y " T E C H N É " misma medida se acrecienta, por tanto, su importancia ética, se
intensifica la necesidad de que los fines y los valox-es éticos estén
Es un hecho que, además de su función cognoscitiva, teórica, con presentes en las creaciones científicas y tecnológicas. Sin tales
sus implícitos valores éticos y humanísticos, el conocimiento fines y valores, éstas no aseguran su virtud sino al contrario, se
científico se concibe y se valora, no ya por sus fines esencialmen- precipitan hacia sus propios poderes destmctivos y deshumani-
te teóricos, sino por su utilidad práctica o sus "aplicaciones". El zantes.
conocimiento con\leva.el poder de cambiarla realidad (no sólo de El nexo entre ética y tecnología, entre ética y "tecno-ciencia",
conocerla), de zníeívenir activamente en e\[a.yalterarla conforme no es extemo ni fortuito, sino fundamental. Corresponde preci-
a sus propias necesidades y a sus propios designios. Cabe decir samente a la necesaria, intrínseca relación que existe entre fines
que el ser humano tiene la asombrosa, y a la vez terrible capaci- y medios. La tecnología, como es obvio y elemental, es medio y
dad de ver las cosas, no sólo como son, sino como pueden ser, de no fin en sí misma, y el saber de los fines compete justamente a
otro modo; tiene el poder, diríamos, de descubi'ir el mundo, no la ética.
sólo en su realidad sino en su posibilidad, en sus múltiples e Es cierto que el asociar "ética" y "ciencias aplicadas" es fre-
inagotables potencialidades, que se hallan sin duda en la natura- cuente no sólo en las consideraciones de orden ético y filosófico
leza pero que la naturaleza misma no realiza ni tiene "programa- en general, sino también en las científicas y de reflexión tecnoló-
das". La ciencia humana, por así decirlo, "libera" a la naturaleza, gica. La conciencia de las repercusiones morales y sociales de la
encuentra en ella "alternativas", "opciones" que, por ella misma, ciencia-tecnología es a todas luces cada vez más aguda y exten-
no se realizan ni se realizarían. Con su propia inteligencia y dida. Pero esta conciencia, sin embargo, suele ser abstracta y
libertad el ser humano toma "libre" la realidad: libera y transfor- difusa. Los fines éticos son vistos si acaso como metas tan vagas
ma sus fuerzas, para bien o para mal. Éste es el gran poder del y lejanas que con toda facilidad se olvidan o se desvirtúan en la
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30 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS VALORES ÉTICOS DE LA CIENCIA

práctica, no están de hecho presentes como factores que cuenten tiene ante el futuro; de que el saber y el hacer de ciencia y tecno-
en sus decisiones. logía se asiente y proceda, en efecto, al margen de una clara
Sin duda, la ciencia aplicada y la tecnología tienen, y han conciencia de los fines y valores propios de la vida humana.
tenido en su historia, significados positivos. Desde luego, ellas Vivimos hoy, ciertamente, el crecimiento desmesurado de la
no son ajenas al hombre ni a su libertad creadora; son obra de la capacidad científico-práctica de penetración en la realidad, al
creatividad humana y de la capacidad de transformar el mundo, mismo tiempo que se intensifica la pérdida de parámetros o de
de dominar las fuerzas de la naturaleza, de propiciar la vida y de criterios de valor. Mucho se ha dicho, y en múltiples contextos,
expander el ámbito en que puede realizarse la existencia, a la vez que mientras más crece el poder del hombre sobre la naturaleza,
que generar innovadores instmmentos para el despliegue de las más decrece el saber y el poder sobre sí mismo y sobre su propio
actividades del hombre, contribuyendo de manera evidente, no destino humanizado. Crecen ciertamente los medios y decrece
sólo a su sobrevivencia, sino a su fuerza y a su liberación. No es la conciencia de los fines.
concebible ya, en todo caso, el mundo humano, presente y futu- Aunque en realidad el signo principal de amenaza no es pro-
i"o, sin la producción científico-tecnológica, aunque sea en el piamente la técnica y la tecnología sino la literal "tecnocracia";
fondo verdaderamente inimaginable lo que le depai-a a la huma- el avance cada vez más totalitario del mundo de lo técnico, la
nidad en este orden. tecnificación de toda la existencia y las consecuentes tendencias,
Pues es ciertamente lugar común destacar que, junto con sus cada vez más marcadas, a borrar y sustituir los fines libres y
bienes positivos, la ciencia aplicada y la tecnología, así como creadores de la existencia humana por una compulsiva entroni-
sus productos, conllevan riesgos y amenazas decisivos, crecien- zación del universo de los "medios" y de los instrumentos: de una
tes en la medida misma de su propio avance. Es cierto que vaxía razón instrumental y una vida instrumental, que avanza despla-
el valor de las creaciones científicas y tecnológicas; muchas de zando o devaluando progresivamente toda actividad nacida del
ellas son prácticamente neutrales o inocuas; otras, en cambio radicalmente humano "lujo de la libertad"; del cual sin duda
—aquéllas en las que justamente la capacidad humana de inter- surge la ciencia teórica y, desde luego, las humanidades, así
venir en la naturaleza se hace más profunda y toca los fundamen- como surge la dimensión ética y axiológica de la existencia hu-
tos mismos de la materia y de la vida—, abren potencialidades mana.
en la realidad cuyas consecuencias son imprevisibles, o bien Domina de hecho ya la tendencia a que el todo de la vida quede
previsiblemente amenazantes para la existencia. Y es aquí, sobre contagiado de una compulsión "productivista"; a que vayan do-
todo, donde el saber de los fines y los significados éticos adquiere minando día a día, en todos los ámbitos de la existencia, sólo
radical importancia. No son, obviamente, ios conocimientos co- valores de intercambio, de compraventa y consumo, y una pura
mo tales sino el uso —la aplicación práctica— que se les dé, lo razón cuantificada y cuantificante que no da razón, no comuni-
que los hace éticamente valorables, lo que los inscribe, de hecho, ca, no vincula, no desentraña; simplemente manipula. Lejos,
en el orden de la valoración. muy lejos ciertamente, del saber libre de la ciencia como ejerci-
Y son varios los sentidos en que se perciben signos éticamente cio de la libertad.
negativos del quehacer científico y tecnológico en sus desarrollos Pero la alternativa a estos males y amenazas no puede ser
actuales y previsiblemente futuros. Es comúnmente advertido tampoco la renuncia al avance científico-tecnológico. Éste, por
que el peligro se cifra, en principio, en el hecho de que, en los lo demás, ofi-ece todos los visos de ser irreversible. La alternativa
intereses científico-tecnológicos, se antepongan los beneficios es devolverle al hombre el poder sobre su propia creación, invir-
inmediatos a las posibles consecuencias negativas, muchas veces tiendo ese proceso de enajenación por el cual la obra se vuelve
ya experimentadas; de que se trastorne el orden de los tiempos y contra su propio creador. Es muy probable que paradójicamente
se quebrante la fundamental respoiisabilidad ética que el presente —como algunos han visto— sólo la tecnología pueda —y deba—
32 F U N D A M E N T O S ÉTICO-JURÍDICOS V A L O R E S É T I C O S D E LA CIENCIA 33

coiregir los males ocasionados por el propio progreso tecnológi- desinteresadas, "inútiles", como las designa Nicol, en tanto que
co, lo cual —^lia de reiterarse— sólo lo alcanzará si reconoce y son libres y creadoras; que no deja lugar, así, para el ejercicio de
asume plenamente su carácter necesariamente instrumental, la razón humanizada y de la humanización del hombre por la
y si recobra, en todos los ámbitos y niveles, una clara y firme razón.
conciencia de los fines éticos y de valores propios de la vida Sólo la sapiencia humana, a juicio de Nicol, puede, si acaso,
humana. De ahí la importancia de la apelación contemporánea detener este proceso y abrir una esperanza en el porvenir de la
a la ética como una demanda, cada vez más intensa y generali- libertad. Frágil esperanza, ciertamente, en los desconsoladores
zada. Sin ética, ciertamente, el destino futuro de la ciencia y de análisis y vaticinios de este filósofo, cada día más verosímiles y
la tecnología se toma motivo de peligro para el porvenir del confirmables. Frágil esperanza y, no obstante —Aliemos de reco-
hombre, en su propia humanidad. nocer—, la única alternativa válida para la ética.
Eduardo Nicol ha visto, en efecto, algo más radical y sin duda El porvenir de la ciencia es inseparable, ciertamente, del por-
más amenazador: el avance del reino de la Necesidad y de la venir de la ética, y éste a su vez del porvenir del homo humanus.
Escasez. Es éste el que obliga a que sólo se haga posible un puro Si hay criterios éticos y si hay pautas de valor que distinguen lo
saber "necesario" antes que libre, destinado a la mera sobreviven- que vale de lo que no vale, éstos se hallan en el hombre mismo y
cia de la especie. Lo amenazado —dice Nicol— es el porvenir en su destino propiamente "humano", el cual es un destino his-
entero de la filosofía y de la ciencia; de todas las vocaciones libres tórico.
y, con ello, el porvenir del hombre mismo. Por nuevos que sean, así, los avances científicos y tecnológi-
El dato es la apaiición de una nueva forma de razón que no da cos, y sean también nuevos los horizontes que ellos abran, ten-
razón y que opera en función exclusiva de la Necesidad. Nicol la drán que regirse siempre por el más universal imperativo ético:
llama, precisamente, "razón de fuerza mayor", destinada exclu- cuidar la "humanidad" misma del hombre, su humanitas: su
sivamente a la satisfacción de necesidades. Lo que amenaza, en libertad y su dignidad.
efecto, es el predominio, cada vez más absoluto, del orden de la
Necesidad y, con ella, de la mera utilidad. Y esto no por decisión
o voluntad humanas; no por alguna distorsión ética o política, o T E M A S Y PROBLEMAS DE BIOÉTICA

de cualquier otra naturaleza, sino por razones de una imperso-


nal, involuntaria y ubicua, forzosidad; por el imperativo indefec- Uno de los campos concretos donde confluyen de manera nota-
tible de la especie biológica que necesita sobrevivir y ha creado ble los cauces de la ética y los de la ciencia es el de la llamada
una razón, verdaderamente extraordinaria por sus poderes tec- bio-ética. Es en este territorio fronterizo —entre ethos y bíos—
nológicos, cibernéticos, de computación y de mecanización, pe- donde se hace particularmente aguda la necesidad de criterios y
ro que no es capaz de "dar razón", ni es éste ya su propósito. valores éticos que orienten el saber y el hacer de las ciencias
Y a medida que avanza el orden de lo puramente necesaño, se biológicas y biomédicas en general, que encaucen y racionalicen
va eni-areciendo el espacio donde se cultiva, no se diga la ciencia su cada vez más extraordinario poder.
que "da razón", la "ciencia-filosofía", sino el espacio donde ger- En su sentido más amplio y general, la bioética abarca no sólo
mina toda libre inventiva humana —incluyendo la libre creación los múltiples y cruciales temas y problemas morales, propios de
tecnológica—. Es la libertad misma la que está amenazada y va la ética médica, sino también la no menos vasta y decisiva pro-
siendo sustituida por los imperativos de la necesidad. El proble- blemática, filosófica y ética, que plantea la biotecnología y, en
ma está, efectivamente, en el imperio de una mera razón tecno- especial, la ingeniería genética, y se aboca asimismo a desentra-
lógica que avasalla a todas las demás. Es el peligro de una civili- ñar los significados éticos de orden ecológico y demográfico.
zación tecnocràtica que no deja ya lugar para las vocaciones Estos grandes campos tienen, por lo demás, íntimas relacio-
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FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS VALORES ÉTICOS DE LA CIENCIA

nes entre sí, y en muchos sentidos constituyen una unidad indi- para la propia filosofía y para la ética. Conducen a preguntarse,
soluble; en ellos se plantean sobre todo problemas comunes y por ejemplo, si los hallazgos científicos implican un cambio en
fundamentales, que precisamente el enfoque filosófico busca la idea del hombre; si la ética queda cuestionada o, por el contra-
sacar a luz. rio, confilmada por el nuevo saber científico biológico, médico,
Mencionaré aquí únicamente algunas de las trascendentales genético. Es, a mi juicio, una vía fecunda y enriquecedora, en
interrogantes que suscita la bioética, unos cuantos de sus más todo caso, aquella que aproxima la filosofía moral a los conoci-
cruciales y fundamentales problemas —sin adentrarme en nin- mientos científicos en general y en especial a los de las ciencias
guno de ellos en particular— y sólo apuntaré la dirección en la de la vida.'
cual, a mi juicio, han de buscarse las respuestas filosóficas y éti- La problemática principal de la bioética remite, es cierto, a las
cas. (Estas reflexiones tienen así la intención de plantear y des- grandes y cruciales cuestiones acerca de la vida y la muerte; pero
tacar los problemas, valga decir, en su propia "problematicidad". también plantea el decisivo problema de hasta dónde llega la
Son de este modo meramente introductorias y se circunscriben libertad de investigación y, sobre todo, la capacidad de "interven-
a lo que sería sólo un programa de trabajo.) ción" o "manipulación" en los procesos y en la naturaleza íntima,
Por ser ten-itorio fi-onterizo, a los hechos de la bioética se en la "privacidad" de la vida y de la muerte. Problema que se halla
accede tanto por los derroteros de la ciencia, como por los de la a su vez ligado a otro, no menos decisivo, como es el de saber
filosofía en general y de la ética en particular. El quehacer cien- hasta dónde llega el poderpredictivo del conocimiento; a cuáles
tífico, desde su interior, desemboca constantemente en cuestio- son, en suma, los límites éticos del poder de intervención y de
nes de orden ético. Los propios hombres de ciencia se ven impul- predicción de las ciencias de la vida y la salud. En general, se trata
sados a desarrollar sus reflexiones éticas y, en el mejor de los de responder a la cuestión de si hay criterios y límites, racional-
casos, a aproximarse a la filosofía en busca de orientación, de mente fundados, que permitan encauzar la vertiginosa, y a la vez
razones y respuestas que permitan dar un legítimo cauce a su riesgosa, actividad de la investigación científica. Y en caso afir-
trabajo. Por lo general, sin embargo, se accede a los problemas mativo, determinar cuáles son tales criterios y límites, y quién y
éticos desde la mera opinión moral personal del científico, sin el con qué fundamento los establece. El dilema está ciertamente en
rigor del pensamiento ético, y sin el conocimiento del enfoque y saber, por un lado, hasta dónde se tiene derecho a limitar la
los problemas filosóficos radicales que están implicados en di- búsqueda científica, la cual venimos destacando como una de las
chas cuestiones. raíces primordiales de la condición humana, uno de sus impul-
El saber científico reclama el saber filosófico, tanto como éste sos más determinantes. Y saber, por el otro, hasta dónde la cien-
requiere del científico, y las aproximaciones entre ambos se dan cia es independiente e indiferente al mimdo de los valores y a las
en múltiples sentidos. En especial, el acercamiento entre ética y consecuencias reales (y morales) de su propio ejercicio. La corre-
medicina es, en la civilización occidental, tan antiguo como lación entre ambas cuestiones agudiza, sin duda, su carácter pro-
constante. Sin embargo, los problemas que hoy enfrentan tanto blemático.
la ética médica como la bioética son problemas nuevos que res- En el campo particular de la ética médica surgen infinidad de
ponden a los grandes cambios y avances de la ciencia y la socie- problemas de enorme trascendencia, no sólo práctica sino teóri-
dad contemporáneas, y que incluso están surgiendo cada día, ca, como son por ejemplo (por no referirme sino a los más ob-
cada hora. Aunque también, sin duda, subyacen por doquier con vios): qué es lo que define "lo humano" en el largo y complejo
nuevo rostro, algunas de las cuestiones filosóficas de siempre. proceso de gestación de la vida y cuál es "el momento" preciso en
El camino es de ida y de vuelta, de la ciencia a la ética y de la
ética a la ciencia. Los avances en el conocimiento realizados ' He intentado mostrar, por ejemplo, el em'iquecimiento que obtiene la ética
actual en su aproximación al psicoanálisis, aunque esto no implique, por supues-
particularmente por las ciencias de la vida, son insoslayables to, perder de vista la irreductibilidad de la filosofía moral.
36 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS VALORES ÉTICOS DE LA CIENCIA 27

que ya cabe hablar de su existencia. Qué define biológicamente (que, por supuesto, no está agotada en las interrogantes, apenas
la vida y qué la muerte, y cuál es la libertad del hombre frente a aquí sugeridas), provienen en general —como se sabe— de dos
su muerte y frente a su cuerpo. Cuáles son las exigencias éticas grandes y contrastadas tradiciones, aunque hay también signi-
que la nueva medicina impone a la relación médico-paciente. ficativas muestras de un pensar independiente y original.^ La
Cuáles las consecuencias de la predicción de enfermedades para abundancia bibliográfica en el campo de la bioética, sin embar-
la vida moral de los pacientes, Cómo ejercer una medicina per- go, no es siempre signo de claridad ni de profundidad.
sonalizada, humanizada, en un mundo sobrepoblado, donde Los caminos más frecuentados, las voces dominantes en bio-
prevalece un reclamo creciente del indeclinable derecho a la ética, corresponden sin duda a las perspectivas teóricas y mora-
salud. Y cómo llevar a cabo el quehacer médico, con plena justi- les de carácter teológico y eclesiástico que se insertan en la lar-
cia e irrestricto respeto al paciente (a cualquier paciente huma- guísima tradición de la metafísica aristotélico-tomista; ésta, co-
no), en un mundo crecientemente tecnifícado donde los costos mo todos sabemos, se sostiene en sus cimientos griegos y lleva
de la tecnología médica se hacen cada vez más elevados y su siglos de reflexión, de acumulación de argumentos y de autori-
beneficios, por tanto, más minoritarios. dades, fundiendo su gran edificio argumentativo y conceptual
Aunque también cabe preguntarse si tiene sentido la propia con la fe religiosa. Y este enfoque es, de un modo u otro, el
reflexión ética en el ámbito concreto de la práctica médica de dominante a nivel mundial, con frecuencia en manifiesto choque
nuestro tiempo, dominado precisamente por una honda crisis con las posturas científicas y filosóficas que surgen de la otra
de valores morales. Cabe preguntarse, en suma, cuáles son los gran tradición, la de la modernidad.
alcances reales del discurso ético en la práctica médica, y al Particularmente en lo que se refiere al mundo ético, esta otra
mismo tiempo, preguntamos cuáles serían las consecuencias de vertiente histórica trae consigo una forma distinta de responder
la ineficacia o de la ausencia de la ética en este ámbito. a los problemas morales y de fundar la ética. Ésta no se sostiene
Por lo que se refiere a problemas concretos de labiotecnología, ya en el supuesto de una esencia humana inmutable, ni en una
la cuestión fundamental recae, como es evidente, en el importe apelación al ser trascendente divino y al destino ultramundano
ontològico que tiene la posibilidad de la "ingeniería" genética, del hombre. Se funda en el ámbito de lo más preciado que puede
capaz de penetrar en la estructiira profunda y primordial de la encontrar el ser humano dentro de su realidad inmanente, que
vida, y dentro de ella producir "recombinaciones" que alteren los es su propia razón y la racionalidad en general. En la universali-
procesos vitales, para "bien" o para "mal". ¿Qué determina este dad de éstas, el hombre encuentra, ciertamente, la fuerza y la
bien y este mal? ¿Y cuál es, también aquí, el alcance real del base de todos los criterios para orientar y dirigir su vida indivi-
discxirso ético en ingeniería genética, y cuál la alternativa, en dual y social.
caso de que en ésta se omita la conciencia ética? Y como es manifiesto, esta respuesta ha corrido pareja a la de
Y lo mismo tratándose de problemas ecológicos y demográfi- la ciencia, y es ella misma compatible en lo esencial con el cono-
cos, son asuntos centrales los que remiten a relaciones entre cimiento científico. Se distingue justamente por sus propósitos
ambos campos y, en particular, ala cuestión del verdadero futuro de xin saber crítico, antidogmático, en continuo proceso de revi-
del planeta, analizada sin demagogias ni ideologías, sin compro- sión y corrección, sobre la base de cuanto el conocimiento, ya
misos ajenos a la responsabilidad científica y ética. Y, ¿cuál es, filosófico, ya científico, va generando.
por su parte, el alcance real del discurso ético frente a la crisis Ambas tradiciones, en efecto, discrepan significativamente
ecológica y frente a la explosión demogi-áfica? ¿Cuál es la alter- entre sí. Lo predominante hoy es la controversia e incluso las
nativa en caso de que en estas cuestiones se omita o fracase la posturas irreconciliables así como la profunda incertidumbre
conciencia ética?
' En España cobran singular relevancia, sin duda, los trabajos que en este
Las respuestas que suelen darse a esta enorme problemática campo ha desarrollado particularmente Diego Gracia.
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38 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS VALORES ÉTICOS DE LA CIENCIA

moral que se da en cada caso concreto de toma de decisiones, la indiscutible pertenencia del ser humano a la materia y a la vida
literalmente "vitales". biológica y, a la vez, su misterioso poder de trascenderlas, sin
Pero es necesario reconocer en este punto que, a pesar de que romper con ellas. (Por decisiva que sea, por ejemplo, la determi-
la respuesta metafísica tiene en su contra el carácter absolutista, nación genética de la vida —tanto en el orden físico, como en el
y en tantos sentidos obsoleto, de sus doctrinas —además del psicològico e incluso en el moral— el mundo de la ética no es
irrebasable hecho de que sus últimos fundamentos sean cuestio- reductible al de la genética.)
nes de fe—, tiene no obstante a su favor la profundidad, la radi- Sigue vigente la eterna paradoja de que somos y no somos
calidad, la universalidad, el significado humanístico y axiológico naturaleza, de que somos y no somos materia. Y esto ha de reco-
que le otorga el enfoque ontològico de su concepción. nocerse no por razones religiosas ni teológicas, ni metafísicas,
La respuesta filosófico-científica, por su parte, tiene a su favor sino estrictamente ontológicas y humanísticas. La irreductibüi-
el apoyarse en la fuerza de la razón, de la evidencia, del conoci- dad de la condición humana, la conciencia misma de la libertad
miento mismo, así como el ser consciente de la diversidad y la y la dignidad no es, en efecto, patrimonio exclusivo de las visiones
relatividad de los valores y de las culturas. Pero suele tener ejí su religiosas, ni obedece tampoco a meras consideraciones arbitra-
contra el afán de discun'ir sin tocar fondo ontològico ni huma- rias y extraiTacionales. Es cuestión de rigurosa ontologia. De lo
nístico, y de ahí derivan serias propensiones no sólo al extremo que se trata es, justamente, de fundar un humanismo crítico,
relativismo y al escepticismo, sino también a un alejamiento de filosófico, laico, racionalmente justificado, desde el cual puedan
las cuestiones esenciales que involucran al hombre como tal. replantearse, con nuevas pei'spectivas, esas grandes interro-
Es así indispensable, en mi opinión, superar dos cosas: por gantes de la vida y de la muerte, que plantean el quehacer cientí-
una parte, la falsa alternativa entre una ontologia necesariamen- fico del médico, del biólogo, del genetista, del ecólogo.
te meta-física y esencialista, y una filosofía que elude los plantea- Ni la razón científica, ni la razón filosófica logran, por lo
mientos ontológicos. Y p o r otra parte, se requiere trascenderlas demás, cancelar el misterio de la vida. Y tan cuestionables como
aporías relativistas y escépticas a que conduce el reconocimiento pueden ser los dogmas de la fe para resolver los problemas bio-
de la pluralidad de las morales y de los valores en general. éticos, son los dogmas de la razón y de los cientificismos. No se
Por lo que se refiere a lo primero, ha de comenzar por recono- puede invalidar el ámbito de lo indescifi-able, del carácter cierta-
cerse el inequívoco carácter ontològico que tienen los grandes pro- mente prodigioso e insondable de la vida, real y patente, aun
blemas bioéticos: qué es la vida, qué es el hombre, qué es la fuera del contexto religioso. La razón filosófica tiene que incor-
naturaleza, son ciertamente problemas acerca del ser. Y de he- porar el margen de lo desconocido y asumir la actitud de docta
cho, en todas las cuestiones concretas particulares de bioética, ignorantia. Pues ante las cuestiones últimas de la vida y de la
ya de ética médica, ya de biotecnología, ya de ecología, hay im- muerte no caben en el orden racional, científico y filosófico,
plícita una concepción ontològica que es determinante de la ma- respuestas absolutamente ciertas y definitivas. El filósofo asume
nera de entender y valorar los hechos particulares y de la forma la conciencia del misterio, del enigma, de los propios límites
concreta de dirigir la acción. de la razón y de la experiencia, y los acepta, aunque éstos estén
Se requiere así en bioética un riguroso enfoque ontològico y permanentemente rebasándose así mismos, en una tarea sin fin.
humanístico. Con ello queremos decir que sea, en efecto, ontolò- La docta ignorantia es la tarea interminable de superar la igno-
gico, y no teológico, y que responda a un humanismo laico y rancia y, a la vez, la tarea interminable de superar la soberbia y
filosófico, y no religioso. la pretensión de haber alcanzado verdades absolutas.
La cuestión de base es, en efecto, la de la naturaleza humana.
Y el problema de la naturaleza humana es, en última instancia, Por otra parte, los problemas de bioética plantean la necesidad
el problema de la condición libre del hombre, de su ser irreduc- de trascender, en efecto, tanto las aporías del absolutismo moral
tible a mera biología. Lo cual conlleva la necesidad de reconocer como las del mero relativismo.
27
40 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS VALORES ÉTICOS DE LA CIENCIA

Si en todos los casos la relatividad de las morales y la diversi- Reiteramos así, para terminar, que el mundo de la bioética
dad de las culturas son hechos palpables e ineludibles, más lo son confirma de manera particular el hecho esencial de que el saber
cuando se trata del campo de la bioética. En éste cobra particular acrecienta el poder, y que éste reclama de inmediato la concien-
importancia el reconocimiento de la diversidad, del plxiralismo cia de sus propios límites y de los márgenes de su validez. Y
moral, de los irmumerables puntos de vista. confirma asimismo que es precisamente la ética la que posee esta
La pluralidad es im hecho incuestionable. Y la ética ontològica conciencia, la que da cualidad, sentido y racionalidad al poder
tiene que comenzar hoy por aceptar la evidencia de que no hay de la ciencia. La que valora los alcances de dicho poder. Éste no
una sola moral, la única válida y vérdadera. Tiene que asumir la es moralmente indistinto; es, él mismo, principio de vida o muer-
diversidad histórica y cultural de las morales. El reconocimiento te, de bien o mal. Simbólicamente, AsMepios es hijo de Apolo, de
de la pluralidad y la diversidad es inlierente a la ética contempo- la luz y la Adda, pero a la vez, es deidad ctónica, de las tinieblas y
ránea, como lo es, en consecuencia, la afirmación de la tolerancia el inframundo. Sólo la conciencia ética permite discernir entre
como virtud cardinal, y la aceptación del margen de incertidum- estas dos dimensiones del poder humano generado por su cien-
bre y riesgo, e incluso de ambivalencia que conlleva la vida moral. cia y su enorme y creciente saber.
No es válida, manifiestamente, la pretensión de una moral que
se asiente en normas uniformes e inmutables, e imponga deci-
siones unívocas e inalterables, más allá de la pluralidad y la
movilidad de la existencia concreta.
Pero esto no significa que no haya criterios ni valores univer-
sales, o universalizables, aunque éstos no se han de pensar desde
parámetros metafísicos ni meramente racionalistas. La univer-
salidad no es ciertamente uniformidad ni remite a un contenido
de leyes inmutables, cualquiera que sea su fundamento. Ni, por
su parte, la pluralidad puede pensarse como si fuera absoluta y
excluyera de sí valores comunes y, por ende, comunicables y com-
partibles. Sigue abierta la fundamental tarea filosófica de dar
respuesta al dato doble de la pluralidad y la universalidad, de
encontrar la clave de la implicación de ambas, superando las
abstractas visiones excluyentes.
Los criterios apuntan —como ya lo hemos señalado— hacia
la propia naturaleza humana, cuando ésta se reconoce precisa-
mente en su especificidad e irreductibilidad y, a la vez, en su
constitutiva historícidad. Los fundamentos de la ética se hallan
en el orden ontològico —de la ontologia del hombre— y es en este
nivel radical donde pueden plantearse con profundidad y con el
necesario rigor los esenciales problemas bioéticos, siempre de-
cisivos, tanto en el orden universal que compete a la especie
humana y al ser mismo del hombre, como en el universo de lo
individual y personal, donde surgen, ciertamente, cuestiones de
vida o muerte, o en las que se pone enjuego la dignidad humana.
¿QUÉ PUEDE OFRECER LA ÉTICA A LA MEDICINA? 43

Adoptaré una vei'sión de la ética que parte de la aceptación del


valor de la autonomía individual y de la universalizabihdad de
las normas éticas formuladas desde una actitud de imparciali-
dad. El principio de la autonomía individual excluye enfoques
II. ¿ Q U E P U E D E O F R E C E R L A E T I C A utilitaristas, que pueden sugerirla adopción de sistemas de aten-
ción médica o de la aplicación de resultados de la investigación
A LA MEDICINA? médica basados en criterios tales c o m o los de im equilibrio com-
pensatorio de la salud de los miembros de una sociedad. El re-
ERNESTO GARZÓN VALDÉS quisito de la universalizabilidad requiere adoptar el enfoque de
la llamada "medicina comparativa" que se ocupa, entre otras
Si el filósofo de la moral no puede prestar su ajoida cosas, de 'las necesidades que afectan a los seres humanos en
en los problemas de la ética médica, debe cerrar el toda cultura".'^
negocio.^
Creo que hay pocos campos del conocimiento científico en los
que, c o m o en el de la investigación médica, se planteen de una
SI ES verdad que la "medicina ha salvado la vida de la ética" manera tan radical cuestiones básicas del pensamiento filosófi-
—^para usar la sugestiva fórmula de Stephen Toulmin—^ al plan- co cuales son el de los límites deónticos del saber, es decir, la
posibilidad de su control normativo y el de la relevancia práctica
tearle problemas normativos concretos que han obligado a los
de este control. Llamaré a la primera de estas cuestiones "el
filósofos a abandonar el no siempre muy fecundo nivel de la
problema del conocimiento proliibido" y a la segunda "el proble-
metaética, no hay duda que el progreso de la técnica médica se
ma de la impotencia moral".
la ha puesto mucho más difícil.
En lo que sigue me propongo considerar algunos problemas
de la llamada bioética. Para ello dejaré de lado la perspectiva de
EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO PROHIBIDO
lo que suele llamarse la "etnomedicina", es decir, la conside-
ración de las enfermedades exclusivamente desde el punto de
vista de las personas afectadas por ellas. El haber destacado esta Tanto el relato bíblico de la pérdida del Paraíso c o m o el mito
perspectiva en la consideración de los problemas de ética médi- griego del Prometeo encadenado nos advierten frente al peligro
ca ha desplazado a la ética a la esfera de la antropología y de la de ceder ante la tentación de la libido sciendi. Quizá, en el caso de
psicología, a la vez que contribuido a la relativización de la ética Adán, a la curiosidad por el sabor de la manzana se le sumó el
normativa.^ deseo de conocer el sabor de Eva y la curiosidad carnal fue el real
motivo de sus acciones. Thomas Hobbes probablemente recha-
1 R. M. Hare, Ethics on Bioelhics, Oxford, Clarendon Press, 1993, p. 1. zaría esta suposición ya que, según él: "un placer de la mente, el
- Véase Stephen Toulmin, "How Medicine Saved the Life of Ethics", en Jo- de la perseverancia del deleite en la generación continuada e
seph. P. de Marco y Richard M. Fox, New Directions in Ethics. The Challenge of
infatigable del conocimiento, excede a la breve vehemencia del
Applied Ethics, Nueva YorkyLondres.Routledge&KeganPaul, 1986, pp. 265-281.
^ Esto no significa negar de plano que en el caso de, por ejemplo, trasplantes
placer carnal".^
de órganos, la etnomedicina puede aportar datos interesantes. Así, por ejemplo, Alguien podría objetar que Hobbes no es un observador cua-
parece que existe una inusitada disposición a donar órganos en algimos grupos
étnicos tales como el de los gitanos, mientras que en un país como el Japón los Véase Stephen Toulmin, op. cit., p. 268.
trasplantes son casi desconocidos por influencia de la religión budista. Véanse ® Citado según Andrew Delbanco, "Forbidden Knowledge: From Prometheus
las declaraciones de Rafael Matesanz, responsable de la Organización Nacional to Pornography by Roger Shattuck", en The New York Review of Books, vol. XLIV,
de Trasplantes de España en £/Pafe, 3 de junio de 1993, p. 34. num. 14, 2 de septiembre de 1997, pp. 4-7.

42
44 FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS ¿QUÉ PUEDE OFRECER LA ÉTICA A LA MEDICINA? 45

lifícado para medir la intensidad de ambos placeres dada su Argumentos teológicos


reducida experiencia con el sexo opuesto. A quien así piense se
le podría responder recurriendo al auxilio de otro inglés notable, Ellos repiten la historia bíblica y asimilan el afán de saber al
John Milton, quien por boca del arcángel Rafael aconsejaba a pecado de soberbia.
Adán refrenar su deseo de conocer demasiado: Dejemos de lado la creencia religiosa ya que ella es, por defi-
nición, intransferible y no ofrece otra razón c o m o no sea la pro-
El cielo está para ti demasiado alto pia creencia subjetiva de que algo es o debe ser.
como para saber lo que allí sucede; Tanto para las ciencias de la naturaleza c o m o para la de la
sé terrenalmente sabio.
moral rigen exigencias de racionalidad, no sólo en el sentido de
Piensa sólo en lo que te concierne
a ti y a tu existencia; que en la formulación de las leyes o normas ha de respetarse la
no sueñes en otros mundos, en consistencia lógica, sino también en el sentido de que los argu-
los seres que allí viven, en su estado, mentos que se aduzcan deben ser racionalmente accesibles, tie-
condición o grado; nen que ofrecer "razones puente", que permitan ser recorridas y
confórmate con lo que se te comprendidas por todos aquellos que deseen participar en la
ha revelado, correspondiente empresa científica. Esto excluye la apelación a
no sólo por la Tierra sino por el las propias creencias religiosas, metafísicas o ideológicas c o m o
más alto Cielo.^ base argumentativa. El avance de la ciencia es, por ello, la mar-
cha desde el mito al logos, para usar la conocida fórmula de
Y si no nos gustan las referencias eruditas, podemos recurrir
Werner Jaeger. Tanto las ciencias naturales c o m o las morales
a la crónica periodística actual. Cuando hace unos meses se
han tenido siempre que vencer la resistencia de la irracionalidad
produjo la clonación de la oveja escocesa y surgió el temor de que
y del dogmatismo fanático que transfoi-man la superstición en
pudiera llegarse a la posibilidad de reproducir seres humanos
instancia suprema y el terror en virtud.
idénticos, el senador estadunidense Christopher Bond de la Sub-
comisión de Salud Pública afirmó: "Los seres humanos no somos La exigencia de racionalidad ai-gumentativa interpersonal po-
Dios y, por tanto, no deberíamos intentar jugar a serlo". En esta dría llamarse el "postulado del puente" que permitiría satisfa-
posición coincidían conservadores religiosos y liberales secula- cer aquello que Gerald F. Gaus ha llamado "condición de acce-
rizados. Todos ellos parecían sostener que hay algunas cosas que sibilidad".^
la gente no sólo no debería hacer sino que ni siquiera debería Los argumentos teológicos no satisfacen esta condición. Otro
saber c ó m o hacerlo. De lo que se trata es, es el caso de los argumentos racionales.

¿Podemos decidir que hay algunas formas del conocimiento, verda-


deras o falsas, que por alguna razón no deberíamos saber? [...] ¿Hay Argumentos racionales
algún conocimiento real o hipotético cuya mera posesión pueda ser
considerado como un mal en sí mismo?
El exceso de saber puede perjudicar:

Quienes dan una respuesta afirmativa a esta pregunta recu-


El conocimiento es una buena cosa. Pero, ¿puede ser una de esas
iTen conjunta o separadamente a dos tipos de argumentos. cosas buenas de las cuales uno puede tener demasiado? Tal vez tal

' Véase Gerald F. Gaus, Justificatory Liberalism. An Essay on Episteinology


® Ibid., loc. CiL and Political Theory, Nueva York y Oxford. Oxford University Press, 1996, p. 132.
46 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS ¿QUÉ PUEDE OFRECER LA ÉTICA A LA MEDICINA? 47

sea el caso si el conocimiento en cuestión es conocimiento anticipan- preferimos no saber si la atracción que sentimos por el ser amado
te (foreknowledge).^ es tan sólo el resultado de algún condicionamiento genético o de
ima alteración química en nuestro cuerpo.
Quienes sostienen la tesis del carácter perjudicial del exceso Más aún, si suponemos que a medida que somos menos igno-
de conocimiento suelen afirmar lo siguiente: rantes se reduce el ámbito de la deliberación y que la deliberación
i) La preciencia reduce el ámbito de la deliberación y de la es condición necesaria de las acciones voluntarias intencionales
supuesta libex-tad de acción. En efecto, se dice, la posibüidad de
que, a su vez, son las que confieren a la persona el carácter de
deliberación presupone conceptualmente que podemos alterar
agente moral susceptible de alabanza y de reproche porque ac-
el curso de los acontecimientos. La idea de un agente moral
túa libremente, podríamos también concluir que la eliminación
requiere un ámbito de libei-tad enmarcado por lo imposible y lo
total de la ignorancia, al convertimos en omnisapientes, nos
necesario. Por ello Aristóteles podía decir: "Y todos los hombres
privaría de la condición humana en su versión más digna: la de
deliberan sobre lo que ellos mismos pueden hacer. Sobre los
la libertad. Quien así razone podría recordar el conocido aforis-
conocimientos exactos y suficientes no hay deliberación [...] so-
bre lo que se hace por nuestra intervención (deliberamos) porque mo de Wittgenstein: "Q]a libertad de la voluntad consiste en que
vacilamos".® no podemos conocer ahora las acciones futuras".
Siglos más tarde Thomas Hobbes expresaría una idea similar: Hasta qué punto sería entonces razonable perseguir el ideal
de la omnisapiencia es algo más que dudoso. Los recientes avan-
Por consiguiente, con respecto a las cosas pasadas no hay delibera- ces de la medicina se presentan ante los ojos de no pocos filósofos
ción; porque manifiestamente es imposible cambiarlas; ni de las de la moral c o m o una ladera resbaladiza que nos acerca a cono-
cosas que sabemos que son imposibles o que creemos que lo son; cimientos que deberían estar proliibidos si queremos mantener
porque las personas saben o piensan que tal deliberación es en vano.
nuestra identidad c o m o personas.
Pero con respecto a las cosas imposibles que creemos posibles pode-
mos deliberar, sin saber que es en vano. Y se llama deliberación Y es justamente en el ámbito de la medicina donde el mayor
porque significa poner fín a la libertad que teníamos de hacer u omitir nivel epistémico ha contribuido también a reducir el alcance de
de acuerdo con nuestro propio apetito o aversión. la responsabilidad moral. Basta pensar en temas tales c o m o los
del alcoholismo o el de la homosexualidad. ¿Es el alcoholismo el
Es decir, cuanto rnayor es el conocimiento de las relaciones resultado de conexiones causales genéticas? ¿Hay que enviar a
causales, tanto menor es el ámbito de la deliberación racional. los alcohólicos a la cárcel o al hospital? ¿No existe el peligro de
Reducimos el campo de la suerte y del milagro y, al mismo tiem- medicinalizar todo lo que tiene un componente genético, algo
po, el de la esperanza y el de la libertad. Omnisapiencia y omni- que sería un desastre ético y jurídico? Por otra parte, justamente
potencia serían dos conceptos contradictorios. Por tanto, aduce en el caso de la homosexualidad ha sido la ciencia la que ha
esta argumentación, este mayor conocimiento perjudica y ha- contribuido decididamente a la eliminación de la barbarie moral
bría que proliibirlo. Somos seres que queremos tener reacciones que significaba su condena.
afectivas y vivir con la ilusión de que podemos enamoramos y
ii) Un mayor conocimiento de las relaciones genéticas traería
consigo una mayor transpai-encia por lo que respecta al carácter
® David P. Hunt, "Two Problems with Knowing the Future", en American
Philosophical Quarlerly, vol. 34, num. 2, abril de 1997, pp. 273-285. y la personalidad individuales.
' Vcase Aristóteles, Ètica nicomdquea, Libro m, 112b, Madrid, Credos, 1985, La nueva técnica de los genomas puede ser caracterizada su-
p. 186. mariamente c o m o un lustramento para presentar públicamente
Thomas Hobbes, LSVÌVI//MH, en Thomas Hobbes, English Works, t. 3, Aalen,
ScientiaVerlag, 1966, p. 48. Ludwig Wittgenstein, Tractaliis 5.1362.
49 47
FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS ¿QUÉ PUEDE OFRECER LA ÉTICA A LA MEDICINA?

el cuadro más amplio posible de las características somáticas de demás partes vitales de nuestro comportamiento. A lo que este
una persona. piincipio aspira es a mantener una cierta opacidad. Llamaré a la
Sobre la base de un genoma es posible no sólo conocer la idea que a él subyace el "principio de opacidad".
situación actual de una persona por lo que respecta a su estado También en las especies animales se percibe una tendencia a
de salud sino también formular pronósticos más o menos segu- la opacidad; pero ella es mucho más notoria en los seres huma-
ros sobre su estado futuro. El propósito que se persigue con el nos. Hay muchas cosas que todo ser humano tiende a no hacer
genoma es, pues, asegurar una mayor transparencia o claridad. en público; curiosamente se trata aquí de las cosas que más
Llamaré a esta idea subyacente el "principio de transparencia". placer suelen causarle. Si ello es así, privarlos de opacidad sería
La posibilidad de predecir comportamientos o estados de co- dañarlos. Si se considera que la opacidad es la negación de la
sas ha sido siempre considerada como una condición positiva de transparencia tenemos
la vida en sociedad. En la medida en que somos más transparen-
tes podemos evitar sorpresas, muchas de ellas perjudiciales. Es <T-> < D
decir, podemos evitar daños.
Por ello, esta idea de transparencia es la que está presente en Esto pone de manifiesto el carácter ambiguo tanto del princi-
los exámenes médicos que se requieren para asumir ciertos roles pio de transparencia como del de opacidad; no obstante ello, está
sociales. Basta pensar en los certificados prenupciales exigidos siempre latente una posible colisión de principios. Dicho con
en algunos países, en los exámenes médicos a los que son some- otras palabras: estamos fi-ente a un conflicto entre un aumento
tidos los futuros funcionarios o empleados públicos o en los de la esfera de lo público y una disminución de la esfera de lo
exámenes de capacitación física específica que tienen que reali- privado.
zar, por ejemplo, los automovilistas o los pilotos de aviación. Pero, lo que pai-ece incontenible es la tendencia a aumentarla
Prácticamente en la sociedad moderna no existe ninguna rela- transparencia. Ello es desagi-adable, se dice, no sólo porque entra
ción de trabajo dependiente que no requiera un cierto grado de en conflicto con el principio de respeto a la intimidad (opacidad)
transparencia sanitaria. sino porque aumenta las posibilidades de dominación. El ideal
Así, pues, parecería que esta transparencia está impuesta para de la dictadura es el de un hombre opaco que gobierna sobre
evitar daños a terceros. Sin embargo, tal no es siempre el caso. A seres transparentes. (No en vano en la literatura de los dictadores
veces el propio interesado insiste en aumentar su transparencia éste suele aparecer vestido de negro: Tirano Banderas de Valle
para evitar daños a sí mismo. Basta pensar en los reclutas del Inclán.)
servicio militar que exponen su estado de salud para no cumplir- Si la esperanza es el apetito unido a la idea de alcanzar (Leviathan
lo o cuando se alegan debilidades físicas para no ser sometido a 44; habría que agregar: lo que no se sabe con certeza que se alcan-
una audiencia oral. zará), la transparencia reduce la esperanza al aumentarla certe-
Si se acepta que a mayor transparencia menor daño (<T-> > D) za: quien sabe que está enfermo de cáncer no tiene esperanza.
podría concluirse que no hay ningún argumento moral que im- Una sociedad absolutamente traslúcida o transparente sería,
pida la utilización de genomas y que, por el contrario, habría que en este sentido, una sociedad sin esperanza. Toda esperanza se
estimular su aplicación. alimenta de una porción de opacidad, de una cierta tendencia a
Sin embargo, se aduce, existe otro principio que es conside- lo que podría llamarse la "ignorancia querida".
rado como básico en toda sociedad que esté dispuesta a garanti- Por ello, se aduce, los genomas y la transparencia que ellos
zar y promover el respeto a la dignidad de la persona: el principio traen consigo conferirían a la sociedad futura un cierto carácter
de intimidad. Este principio cumple la función de un velo que de utopía negativa; es la visión de un Brave New World.
nos libera de la mirada del otro, que tiende a ocultar ante los iii) Vinculado con el problema de la identidad personal está
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50 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS ¿QUÉ PUEDE OFRECER LA ÉTICA A LA MEDICINA?

otro aspecto de la investigación médica cual es el del trasplante El desarrollo de conocimientos vinculados con el transplante
de órganos. de órganos debería, pues, estar prohibido si es que no queremos
Un ortodoxo kantiano tendría que rechazar toda posibilidad tratar a las personas c o m o cosas o c o m o medios.
de transplante ya que ello alteraría la identidad personal; todo ¿Qué podría aducirse con respecto a estos argumentos racio-
donante cometería una especie de suicidio pai'cial y se conver- nales?
tiría en una mera cosa al pensar que tiene derecho de propiedad
i') Pienso que no hay por qué aceptar sin más que la omnisa-
sobre partes de su cuerpo:
piencia implique la pérdida de la libertad. Eugenio Bulygin, en
Deshacerse de una parte integrante como órgano (mutilarse), por un conocido ensayo sobre omnisapiencia y libertad, ha señalado
ejemplo, dar [verschenken, donar] o vender un diente para implantarlo que ello sólo valdría para el caso en que el determinismo fuera
en la mandíbula de otro, o dejarse practicar la castración para poder verdadero, es decir, que no hubiesen futuros contingentes. Si se
vivir con mayor comodidad como cantante, etc., forman parte del admite la existencia de futuros contingentes y la temporalidad
suicidio parcial; pero dejarse quitar, amputándolo, un órgano necro- de las acciones humanas, la omnisapiencia es compatible con la
sado o que amenaza necrosis y que por ello es dañino para la vida, o de-
libertad. El ejemplo paradigmático es el caso de la omnisapien-
jarse quitar lo que sin duda es una parte del cuerpo, pero no es un ór-
gano, por ejemplo, el cabello, no puede considerarse como un delito cia de Dios:
contra la propia persona; aunque el último caso no está totalmente
exento de culpa cuando se pretende una ganancia externa. si la omnisciencia de Dios consiste en que Dios conoce todas las
proposiciones verdaderas, no se ve de qué manera puede inferirse
No se puede disponer de uno mismo porque sobre uno mismo no se que Dios no es omnisciente del hecho de que no conoce las proposi-
tienen (derechos de) propiedad. ciones que no son verdaderas. [Dado que] las proposiciones acerca
de futuros contingentes no son ni verdaderas ni falsas, de donde se
La posición kantiana ha sido recogida en nuestro tiempo, en- sigue que no son verdaderas, resulta evidente que no pueden ser
conocidas por Dios.'^
tre otros, por Charles Fried:

[E]l argumento tiene que ser que ciertos atributos —por ejemplo, los Y aun cuando se supusiese que el determinismo es verdadero,
propios órganos del cuerpo [...]— están tan estrechamente vincula- tal vez n o valga mucho la pena afligirnos por la posible pérdida
dos con una concepción del sí mismo que hacerlos objeto de una de la libertad que implicaría un conocimiento perfecto de todas
negociación en un esquema de moralidad sería como ganar el mundo las relaciones causales. Hasta alguien tan convencido de las posi-
y perder la propia alma. Dicho menos metafóricamente, una persona bilidades del progreso de la ciencia, c o m o Condorcet, afirmaba:
racional en una posición inicial sentiría que adquirir beneficios a
riesgo de tener que hacer una contribución de sus más íntimos atri-
butos es adquirir beneficios a riesgo de convertirse en otra persona y Nadie ha pensado j amás que el espíritu pueda agotar todos los hechos
así cometer una forma de suicidio.'"' de la naturaleza y los liltimos medios de precisión en la medida, en
el análisis de estos hechos, y las relaciones de los objetos entre sí, y
todas las combinaciones posibles de las ideas. Ya las relaciones entre
Véase Immanuel Kant, La metafísica de las costumbivs, traducción de Adela las magnitudes, las combinaciones de esta sola idea, la cantidad o la
Cortina Orts y Jesús Conili Sancho, estudio preliminar de Adela Cortina Orts, extensión, constituyen un sistema demasiado inmenso como para
Madrid, Tecnos, 1989, p. 283. que jamás el espíritu humano pueda abarcarlo en su totalidad, y una
Citado según G. V. Tadd, "The Market of Bodily Paits: A Response to Ruth
Chadwick", sn Journal of Applied Philosophy, vol. 8, núm. 1, 1991, pp. 95-102. Véase Eugenio Bulygin, "Omnipotencia, omnisciencia y libertad", en Car-
''' Véase Charles Fried, An Anatomy of Values, Cambridge, Mass., Harvard los E. AlchoLUTÓn y Eugenio Bulygin, Análisis lógico y derecho, Madrid, Centro
Univei-sity Press, 1970, p. 205. de Estudios Constitucionales, 1991, pp. 545-559.
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52 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS ¿QUÉ PUEDE OFRECER LA ÉTICA A LA MEDICINA?

parte de este sistema siempre más vasta que aquélla en la que ya ha Y son también precisamente quienes abogan por un mayor
penetrado, le quedará siempre desconocida.'® respeto a la autonomía individual, sobre todo de las mujeres,
quienes propician la eliminación de los velos opacos que prote-
Desde otra perspectiva, con argumentos más fuertes por pro- gen la llamada intimidad de la vida familiar. Basta pensar en los
venir de la lógica, Georg Henrik von Wright ha sostenido: argumentos utilizados por quienes propician la penalización de
la violación en el matrimonio. Es decir, que el principio de trans-
Cada vez que se socava una certeza epistémica, se reduce el margen
parencia podría ser defendido justamente en aras de un mayor
de lo que consideramos que es ónticamente contingente. Pero el
propio proceso de socavar requiere que ha quedado algún margen. Y respeto de la autonomía personal.
esto significa que el determinismo puede llegar a valer sólo para Por último, si se quiere invocar la pesadilla de Huxley, no está
fragmentos del mundo. Forma parte de la lógica de las cosas que la de más recordar que la expresión "brave new world", es toma-
validez de la tesis determinista para la totalidad del mundo tiene que da de La tempestad de Shakespeare y allí no se refiere a un mundo
seguir siendo una cuestión abierta." de monstruos traslúcidos sino al de los seres reales, de las perso-
nas c o m o Ferdinand de quien se ha enamorado la hija de Prós-
Tanto en la versión de Condorcet c o m o en la de Von Wright
pero:
queda un margen de incertidumbre o de contigencia humana-
mente insuperable. En este sentido, la libertad humana sería, en O, wonder!
última instancia, inmune al aumento del conocimiento. Podría, How many goodly creatures there are here!
pues, rechazarse la primera de las objeciones racionales. How beauteous mankind is! O brave new world.
il) ¿Qué sucede con el problema de la transparencia? That has such people int.
Es verdad que la intimidad está estrechamente vinculada con (Acto v, escena l)'^
la idea de opacidad, pero también hay que admitir que un mejor
conocimiento de los rasgos caracterológicos de las personas con- Hi') No voy a detenerme en la refutación de los argumentos
tribuye a facilitar la vida en sociedad y a eliminar la posibili- Kant-Fried en contra del transplante de órganos por haberlo
dad del engaño y la hipocresía. No es casual que autores c o m o hecho ya extensamente en otro trabajo. Valga aquí sólo la refle-
David Gauthier, preocupados por demostrar la posibilidad de la xión de que no parece muy plausible sostener que se altera la
ventaja racional de ser moral, insistan en la necesidad de contar identidad moral de una persona porque reciba un órgano de otra
con personas traslúcidas en las relaciones sociales. Buena parte o haga donación de una parte de sus tejidos, renovables o no. En
de los argumentos comunitaristas en favor de sociedades peque- cuanto al argumento de que nadie es propietario de su cuerpo,
ñas, vinculadas por relaciones de parentesco, insisten también en cabría aquí recordar que es justamente éste el argumento predi-
el hecho de que en ellas es mayor la solidaridad justamente por- lecto de las mujeres que abogan, con razón, por la despenaliza-
que las personas se conocen mejor y no caben en ellas ni gorrones
ción del aborto.
ni hipócritas. El mayor conocimiento reduce los costos de infor-
Pienso que no hay ningún argumento ético para prohibir la
mación y es, por tanto, racional mantener este tipo de socieda-
des. Sólo en ellas podrían florecer personalidades morales. donación o hasta la venta de órganos para trasplantes siempre y
cuando esta donación o venta hayan sido realizadas voluntaria-
Véase Condorcet, Esquisse d'un tableau historìque des progrès de l'esprit mente por una persona adulta en uso de sus facultades mentales
hutnain (1794), edición a cargo del Wilhelm Alff, Francfort, Europäische Verlag-
sanstalt, 1963, p. 366. Citado según Albert R. Jonsen, " 'O Brave New World': Rationality in Re-
" v é a s e Geoig Henrik von Wright, Casiiality and Detemtinism, Nueva York production", en David C. Thomasma y Thomasine Kushner (comps.). Birth to
y Londr es, Columbia University Press, 1974, pp. 135 ss. Death. Science and Bioethics, Cambridge University Press, pp. 50-57.
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54 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS ¿QUÉ PUEDE OFRECER LA ÉTICA A LA MEDICINA?

y sin la coacción de circunstancias extemas que obliguen la do- Cinco son los argumentos más frecuentes en contra de esta
nación o venta. técnica: 1) incertidumbre científica y riesgos clínicos; 2) ladera
Pero quienes expresan su temor frente a un excesivo conoci- resbaladiza: se teme que la terapia genética para combatir enfer-
miento podrían volver a la cai-ga y sostener que el problema medades se convierta en eugenètica positiva; 3) falta de consenso
reside no tanto en el mayor conocimiento sino en la tendencia de la futura generación; 4) mejor utilización de los recursos, y 5)
importancia de mantener el patrimonio genético.
humana a su aplicación. Y es aquí justamente donde la medicina
tropezaría con vallas éticas. Veamos algunos casos. Según el argumento 1 ) los riesgos de la ingeniería genética son
La primera inseminación artificial se realizó en Filadelfia en tan grandes y sus efectos a veces tan remotos pero, al mismo
1884 (Dr. William Pancoast) para remediar la infertilidad mas- tiempo, irreversibles, que todo avance en este campo debería
culina. El hecho fue revelado veinticinco años más tarde y pro- estar éticamente prohibido.
vocó un escándalo: fue calificado de adulterio mecánico equiva- El argumento 2) sostiene que la eugenètica positiva no tiene
lente al rapto y claramente contrario a la ley de Dios. El liijo nada que ver con la medicina preventiva y, por tanto, debería ser
realizó un trabajo detectivesco y descubrió a su padre y tuvo la prohibida. La British Medical Association ha sido bien explícita
mejor relación con él sin problema ético alguno. En los años al respecto:
treinta y cuarenta la práctica se volvió habitual y no hubo obje-
ciones éticas salvo las de la Iglesia católica. Pero en 1979, en Utilizar la ciencia de la modiñcación genética para producir una
master race o para seleccionar hijos con atributos particulares es
Inglaterra, surge la posibilidad de los bebés en la retorta: fertili-
inaceptable. Aun si los padres son enteramente libres para reprodu-
zación in vitro, y volvió a plantearse el problema de su admisibi- cirse como quieran, podrían surgir considerables problemas sociales
lidad ética, y éticos si eventualmente se logra la hoy remota posibilidad de elegir
En el plano de las investigaciones genéticas suele distinguirse no sólo el sexo sino también algunos de los atributos físicos, emocio-
entre la terapia celular y la terapia de la línea genética. La prime- nales e intelectuales de nuestros hijos. Si se vuelve algo obvio y fácil
ra consiste en insertar un gene que funcione bien en las células que los padres elijan, por ejemplo, que su hijo sea varón, ello podría
somáticas (no reproducibles) de un ser viviente. Se trata aquí de hacer que fuera más difícil eliminar la discriminación social en nues-
las llamadas enfermedades monogenéticas de las cuales hay unas tra sociedad.-"
cuatro mil identificadas.
La terapia de la línea genética introduce un cambio en las Según el argumento 3) toda acción que afecte básicamente la
células genéticas (reproducibles) de un individuo con el objeto personalidad y el carácter de un individuo debe contar con el
de modificar el conjunto de genes que pasan a los descendientes. consentimiento del afectado. Como en el caso de las transforma-
Ello se puede hacer: ciones genéticas ello es totalmente imposible, la manipulación
genética debería estar moralmente prohibida.
a) Para evitar enfermedades. El argumento 4) sostiene que dada la precariedad de los fon-
b) Para mejorar el carácter de las personas sanas. dos disponibles para la investigación médica y los graves proble-
mas que tiene que solucionar la medicina actual, es insensato y
ad a) Hay consenso de que es éticamente aceptable. dañino destinar fondos a proyectos que sólo implicarían una
ad b) No hay tal consenso sino más bien un rechazo basado mejora futura pero no la superación de un mal actual.
precisamente en la actitud perfeccionista que esta téc- El argumento 5) ha sido sostenido con especial vigor y recogi-
nica parece implicar. do en la legislación de numerosos países.
British Medical Association (ed.). Our Genetic Future. The Science and
Ubid., p.5l. Ethics of Genetic Technology, Oxford, Oxford University Press. 1992, p. 209.
56 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS ¿QUÉ PUEDE OFRECER LA ÉTICA A LA MEDICINA? 47

En California, a finales del siglo XIX, la proposición 187 res- de la Constitución de 1853 se proclamaba la admisión de "todos
tringía la inmigración de irlandeses, italianos, polacos, judíos, los hombres del mundo", la idea de una selección racial de la
chinos, con el argumento de que contaminarían el pool genético inmigración en Argentina —^presente en la citada frase de Alber-
americano. Se consideraba que la ciencia y su marcha inexorable di— se mantuvo también en las primeras décadas del siglo XX,
pi'onosticaban que las razas genéticamente fuertes habrían de aunque ya entonces se aceptaba la idea del inmigrante italiano o
imponerse y que ningún tipo de política nacional podría detener español, que no había sido el predilecto de los estadistas del siglo
el avance de la ciencia.^' XDC. Así, en la llamada Encuesta de 1939, organizada por el Mu-
También en otro país supuestamente abierto a la inmigración, seo Social Ai-gentino, Alejandro Bunge expresaba su preferencia
c o m o Argentina, estuvo siempre presente la preocupación por el por inmigrantes procedentes de "países de raza y cultura simila-
patrimonio genético como una forma de asegurarla democracia. res a la nuestra".^'^
Un argentino ilustre, Juan Bautista Alberdi, quien formulara Daniel López Imiscoz afirmaba: "Tenemos un tipo racial latino
la máxima "gobernar es poblar", veía en la inmigración la mejor para mantener y los inmigrantes que vengan a robustecerla deben
garantía para el establecimiento de un orden liberal y democrá- contar con nuestra preferencia ya que ello está dentro de nues-
tico; en 1852, escribía: tras costumbres, de nuestra moral y de nuestra tradición
En su ensayo Utia nueva Argentina (1940) Alejandro Bunge
Es utopía, es sueño, es paralogismo puro el pensar que nuestra raza señalaba la necesidad de la "fijación de la fisonomía racial" ar-
hispanoamericana, tal como salió formada de su tenebroso pasado gentina.-^ Su preocupación verdadera giraba en t o m o a velar por
colonial, puede realizar hoy la r epública representativa [...] No son una "política migratoria de homogeneidad racial y alentar una
las leyes lo que necesitamos cambiar: son los hombres, las cosas.
inmigración muy selectiva y de alto grado de cultura y elevado
Necesitamos cambiar nuestras gentes incapaces de libertad por otras
nivel de vida".^^
gentes hábiles para ellas.--
Si echamos ima mirada a la legislación de otros países latino-
Y americanos, la situación no es mucho más alentadora. La Ley de
Inmigración de Nicaragua del 5 de mayo de 1930 prohibía "la
Con tres millones de indígenas, cristianos y católicos no realizaréis entrada al país de los individuos pertenecientes a las razas china,
la república ciertamente. [...] si ha de sernos más posible hacer la turca, árabe, siria, armenia, negra y gitana, cualquiera que sea
población para el sistema proclamado que el sistema para la pobla- la nacionalidad que los ampare [... ]". Según el Reglamento de la
ción, es necesario fomentar en nuestro suelo la población anglosajo- Ley de Inmigración del 29 de diciembre de 1930,
na. Ella está identificada con el vapor, el comercio, la libertad, y nos
será imposible radicar estas cosas entre nosotros sin la cooperación la prohibición que establece el artículo 5 de la ley es por razón de raza;
de esta raza de progreso y civilización.-^ y en consecuencia, dicha prohibición se mantendrá aunque los indi-
viduos que pertenezcan a las razas prohibidas ostenten documentos
Pero Argentina no sólo ofrece un buen ejemplo de apertura a que demuestren haber adquirido cualquier nacionalidad extranjera,
la inmigración sino también de restricciones racistas que, con el inclusive la de cualquier república de Centroamérica.-®
tiempo, se harían más notorias. A pesar de que en el preámbulo
Véase Leonardo Senkman, Aigentina, la Segunda Guerra Mundial y los
Véase Robert Schwartz, "Genetic Knowledge: Some Legal and Ethical refugiados indeseables. 1933-1945, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoameiica-
Questions", en David C. Thomasma y Thomasine Kushner (comps.), op. cit., pp. no, 1991, p. 109.
21-34. Ibid., loe. cit.
-- Véase Juan Bautista Alberdi, Bases y pantos departidapara la organización Ibid., p. 113.
política de la República Argentina, Buenos Aires y Madrid, 1913, p. 78. Ibid., p. 114.
Ibid., p. 180. Ibid., p. 123.
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58 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS ¿QUÉ PUEDE OFRECER LA ÉTICA A LA MEDICINA?

La ley colombiana 114 del 30 de diciembre de 1922 establecía: la ignorancia, el pesimista estará en contra de todo experimento
"Queda prohibida la entrada al país de elementos que, por con- y el optimista, a favor.
diciones étnicas, orgánicas o sociales, sean inconvenientes para Lo relevante aquí es que en ninguno de los dos casos contamos
la nacionalidad y para el mejor desarrollo de la raza".^^ Por un con elementos seguros que permitan concluir inequívocamente
decreto de 1938 se impedía la entrada a Colombia a todos los la bondad o maldad ética de estos experimentos.
"individuos que hayan perdido su nacionalidad de origen o cuyos El düema con el que se enfrenta tanto el ético como el jurista
derechos políticos y civiles hayan sufrido limitaciones de cual- es el de, o bien proteger a la sociedad de males desconocidos pero
quier especie" (con lo que indirectamente se hacía referencia a imaginables, o bien congelar el desarrollo de la ciencia y la tec-
los perseguidos por el nazismo).^® nología y privar a la sociedad de bienes desconocidos pero ima-
Según un comunicado del Ministerio bohviano de Inmigra- ginables.^"*
ción del 5 de marzo de 1938, se permitía el ingi-eso de extranjeros 2') El término "eugenètica" fue utilizado por primera vez en el
al país "con la sola excepción de chinos, judíos, gitanos y ne- siglo XIX por el matemático inglés Francis Galton.
gros".^' Por decreto del 30 de abril de 1940 quedaba suspendida, Tal vez el mayor reconocimiento jurídico de la eugenètica se
sin excepción alguna y por un periodo indefinido, "la concesión
produjo en los años treinta cuando el juez Holmes sostuvo la
de autorizaciones relacionadas con el ingreso de nuevos elemen-
opinión según la cual Carrie Buck, una débil mental en un esta-
tos semitas".
blecimiento estatal, podía ser esterilizada en el estado de Virgi-
Una circular del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uru- nia por razones puramente eugenéticas. Carrie, su madre y su
guay, del 17 de diciembre de 1938, establecía la necesidad de hija estaban en el mismo establecimiento y Holmes sostuvo que
contar con un certificado político-social a fin de "evitar que ven-
"tres generaciones de imbéciles eran suficientes". Esta declara-
gan al país inmigrantes calificados por gobiernos extranjeros
ción de Holmes no fue nunca revocada y todavía en 1940 en
como individuos de raza judía"
Skimiervs. Oklahoma, la Corte resolvió que una ley que estable-
En su versión más sucinta, el argumento 5 sostiene que el patri- cía la esterilización de criminales tres veces reincidentes era
monio genético es im derecho colectivo: "No se puede tocar el pa- inconstitucional pero no por razones de ética genética o de in-
trimonio genético aun si esto beneficiaría a algunas personas"
certidumbre de la información científica sino porque violaba la
A estos cinco argumentos podría responderse con los siguien- Enmienda 14 de igual protección ya que se refería sólo a los que
tes contraargumentos: habían cometido cierto tipo de crímenes y no otros, sin dar una
base racional de esta distinción.^^ La barbarie nazi terminó por
1') La decisión acerca de una expei-imentación de ingeniería desacreditar moralmente a todo tipo de experimento eugenètico.
genética es una decisión que se toma en una situación de incer-
Pero, si se deja de lado por un momento esta terrible experien-
tidumbre, es decir, cuando no sabemos cuál será el resultado de
cia, en donde lo éticamente reprochable (al igual que en el caso
los diferentes cursos de acción. En estos casos, el makeup del
de Carrie) es la imposición coactiva de medidas eugenéticas, creo
decisor desempeña un papel fundamental: sobre el trasfondo de
que no cuesta mucho aceptar que en todas las sociedades (aun
ibid., p. 122. las animales) se han aceptado siempre "genomas". Basta pensar
p. 125.
en la selección que por el color realizan los peces hembra para
Ibid., p. 122.
Ibid., p. 126. elegir al progenitor de sus hijos, en la prohibición del incesto,
^^ Véase Alex Mauron y Jean-Marie Thévoz, "Gem-Line Engineering: A Few etcétera.
European Voices", en J. Med & Phil, 16, 1991, p. 654; citado según Roger B.
Dworkin, "Law and Ignorance: Genetic Therapy and the Legal Process", enJahr- Véase Dworkin, op. cit., p. 49.
huchfiii-Recht imd Ethik, núm. 4, 1996, pp. 49-65. ^^ Véase Schwartz, op. cit., p. 22.
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60 FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS ¿QUÉ PUEDE OFRECER LA ÉTICA A LA MEDICINA?

¿Por qué habrá de prohibirse la manipulación genética si con sostenida por algunos comunitaristas extremos y ha dado lugar
ella se asegura un mejor estado de salud física y mental? Supon- a los más hoixendos crímenes de genocidio en nuestro siglo.
gamos que la gente de color resuelva un día (si ello fuera posible) Hablar de un derecho colectivo es en este sentido éticamente
introducir en su grupo racial modificaciones que los conviertan inaceptable. Más aún, desde un punto de vista moral hablar de
en personas blancas. Supongamos también que adujeran que derechos colectivos es, en mi opinión, un disparate semántico ya
tras siglos de discriminación y no obstante todas las exhortacio- que los únicos derechos morales que existen son los individuales
nes en favor de la ceguera ante el color, han llegado a la conclu- por la simple razón de que sólo los individuos son sujetos morales.
sión de que la única forma de obtener igualdad real de oportuni- Resumiendo esta primera parte, pienso que podría concluirse
dades es ser blanco. No habría verificado entonces la afirmación que no existe ningún argumento moral plausible para prohibir
de Borges cuando le preguntaron si le gustaría tener un hijo conocer. Por lo que respecta a la prohibición de aplicación del
negro y respondió: "¡jamás, si ni siquiera los negros lo quieren!". conocimiento, dado que la medicina sigue siendo una ciencia
Dejando de lado la malévola ironía de la respuesta, ¿habría argu- relativamente imprecisa, enmarcada por ima gran ignorancia, la
mentos éticos de peso para prohibir una tal transformación ge- ética sólo puede prestarle ayuda en casos puntuales, cuales son
nética? Pienso que no. los de trasplantes de órganos en las condiciones a las que me he
Y por lo que respecta a la fertilización in vitro, ¿no tiene acaso referido de paso. Pero hay aún algo más, que me lleva a la consi-
razón Joseph Fletcher cuando afirma: "El hombre es un hacedor deración del segundo problema al que me había referido en la
y cuanto más racional y deliberado es lo que hace, ello es tanto introducción, es decir, el problema de la impotencia moral.
más humano. Por consiguiente, la x'eproducción en el laborato-
rio es radicalmente humana compai'ada con la concepción a
través de la relación heterosexual" E L PROBLEMA DE LA IMPOTENCIA MORAL

3') El argumento de la falta de consentimiento de los hijos o


de las futuras generaciones presupone que ellos también están Cuando se trata de imponer deberes o prohibiciones pienso que
en condiciones de prestar su consentimiento a dos hechos pre- conviene no olvidar que la eficacia de los códigos éticos es suma-
vios necesarios: la elección del padre o de la madre y, sobre todo, mente precaria, sobre todo por lo que respecta a su vigencia
la misma procreación. Es obvio que este consentimiento es fác- social integral. Es por ello que las normas morales requieren
ticamente imposible y que a lo más que podría aspirarse sería a siempre el auxilio de la fuerza coactiva del orden jurídico.
una especie de consentimiento hipotético difícil de imaginar en Como es sabido, existe una serie de disposiciones jurídicas en
sus detalles y que probablemente lo único que requeriría es que diversos países tendientes a fijar límites normativos a la ingenie-
los hijos concebidos no se encuentren en una situación ambien- ría genética.
tal o individual peor que la de sus padres. En Alemania, por ejemplo, es delito alterar artificialmente "la
información genética humana en la línea genética" o usar "una
4') Si de lo que se trata es asegurar que los genes de los hijos
línea genética humana con información genética alterada artifi-
sean "normales" surge aquí una serie de nuevos problemas rela-
cialmente". En los Estados Unidos está también prohibida la
cionados con la calificación de un gene como 'Taueno" o como
terapia de la línea genética. También los National Institutes of
"malo". Es probable que esta calificación dépenda en buena me-
Health y la Food and Drug Administration controlan la investi-
dida de marcos sociales y ambientales cambiantes que hacen
gación orientada a la producción de nuevas drogas o de otros
difícil la formulación de enunciados éticos de carácter general.
productos biológicos. En la práctica puede decirse que la terapia
5') La necesidad de mantener el patrimonio genético suele ser
de la línea genética no está permitida en los Estados Unidos.
36
Citado según Albert R. Jonsen, op. cit., p. 51. En España existen disposiciones legales vinculadas con la
63 47
FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS ¿QUÉ PUEDE OFRECER LA ÉTICA A LA MEDICINA?

donación y uso de embriones humanos y fetos, y para la repro- que respecta a la aplicación del conocimiento, la complejidad del
ducción asistida. Así, se dice: ámbito médico y la ignorancia todavía existente aconsejan, des-
de el punto de vista ético, analizar puntualmente caso por caso.
Para propósitos terapéuticos, principalmente para la selección de Por último, no conviene olvidar que la ética es impotente por
sexo en el caso de enfermedades vinculadas con los cromosomas lo que respecta a la vigencia plena de sus prescripciones. El
sexuales, particularmente el cromosoma X, evitando así su transmi- filósofo de la moral no tiene, pues, por qué cerrar el negocio pero
sión; o para crear mosaicos genéticos beneficiosos a través de la le conviene obrar con cautela ya que todas sus evaluaciones las
cirugía, transplantando células, tejidos y órganos de embriones y
hace sobre un trasfondo de enorme ignorancia.
fetos a pacientes en los cuales aquéllos están biológica y genética-
mente modificados o faltan.

Los procedimientos de reproducción asistida permiten la in-


tervención en un preembrión humano sólo para tratar una en-
fermedad que lo afecte o evitar su transmisión. Estas disposicio-
nes, en sí bastante amplias, están luego restringidas por otras que
convierten la situación en España muy parecida a la de Alemania
y los Estados Unidos.
En Israel, "todo procedimiento que afecte la salud, incluyendo
la estructura genética de una persona o de un feto, tiene que ser
aprobado como experimento en un ser humano por una comi-
sión superior".^^
Pero si con los códigos morales el problema reside en el hecho
de que para su eficacia social tienen que ser unánimemente obe-
decidos, con las disposiciones jurídicas el problema reside en el
hecho que son simplemente reactivas en caso de ser violadas, es
decir, siempre llegan tarde.
Vistas así las cosas, el único freno eficaz parece ser el de las
razones prudenciales: el convencimiento generalizado de que
ciertas aplicaciones de la investigación genética perjudican tam-
bién al propio agente. Algo de esto es lo que sucede con el uso de
las armas atómicas: lo que hasta ahora ha asegurado su proscrip-
ción no son los argumentos morales o las sanciones jurídicas a
nivel internacional sino la convicción de que su uso perjudica
irremediablemente al país que recurra a esta arma suicida.

De acuerdo con lo aquí expuesto, pienso que la ética puede pres-


tar ayuda a la medicina al no imponer barreras al conocimiento.
No encuentro argumentos válidos para prohibir conocer. Por lo

^^ Véase para estos y otros datos, Dworkin, op. cit., pp. 60 ss.
JURIDIEICAR LA BIOÉTICA 65

Childress.^ En esa obra se añade a los anteriores principios uno


nuevo, el de no maleficencia, y a todos ellos se les da una formu-
lación suficientemente amplia (y vaga) como para que puedan
regir no sólo en la experimentación con seres humanos, sino
III. J U R I D I F I C A R L A B I O E T I C A también en la práctica clínica y asistencial. De acuerdo con la
excelente síntesis que efectúa Diego Gracia^ a los autores (que
curiosamente parten de concepciones distintas de la ética: Beau-
MANUEL ATIENZA
champ es un utilitarista y Childress básicamente un kantiano)
entienden que se trata de principios prima facie, esto es, que
obligan siempre y cuando no entren en conflicto entre sí; en caso
L o s PRINCIPIOS DE LA BIOÉTICA: LA VERSIÓN ESTÁNDAR
de conflicto, los principios se jerarquizan a la vista de la situación
Y ALGUNAS PROPUESTAS ALTERNATIVAS
concreta; o, dicho de otra forma, no hay reglas previas que den
prioridad a un principio sobre otro, y de ahí la necesidad de llegar
El primer dato que llama la atención a quien se aproxima por
a un consenso entre todos los implicados, lo que constituye el
primera vez a esta problemática es la existencia de im importante
objetivo fundamental de los comités institucionales de ética.
consenso" en tomo a los llamados "principios de la bioética".
Por lo demás, en esa obra no se contiene una formulación muy
Estos principios constituyen el punto de partida obligado en
precisa de los principios en cuestión, sino que el acento se pone
cualquier discusión que uno emprenda con médicos, sanitarios,
más bien en las diversas interpretaciones de cada principio y en
biólogos, bioeticistas, etcétera, a propósito de la eutanasia, los
los problemas que surgen al poner en relación cada uno de esos
transplantes de órganos, el genoma humano, la optimización de
principios con los otros. Así, ser respetado como persona autó-
recursos en medicina intensiva, la asistencia a enfermos de sida
noma significa, en primer lugar, reconocer el derecho de las
o la experimentación con algún nuevo fármaco. ¿Pero qué son
personas a tener su propio punto de vista, a elegir y a realizar
esos principios y cómo se ha llegado a su formulación?
acciones basadas en los valores y creencias personales. Pero im-
El origen se encuentra en la creación, por parte del Congreso
plica también tratar a los agentes de manera tal que se les permita
de los Estados Unidos, de una Comisión Nacional encargada de
e incluso se les facilite actuar autónomamente (p. 71). Sin em-
identificar los principios éticos básicos que deberían guiar la
bargo, la autonomía no es el principio supremo (no funciona
investigación con seres humanos en las ciencias del comporta-
como una especie de principio "triunfo"), sino "un principio mo-
miento y en biomedicina. Esa comisión comenzó a funcionar en
ral en un sistema de principios" (p. 112). El de no maleficencia
1974 (unos cuatro años después de que se acuñara el término
implica que no se debe causar daño a otro y se diferencia así del
"bioética" para designarlos problemas éticos planteados por los
principio de beneficencia que envuelve acciones de tipo positivo:
avances en las ciencias biológicas y médicas), y cuatro años des-
prevenir o eliminar el daño y promover el bien (p. 123). Pero se
pués, en 1978, los comisionados publicaron el llamado Infonne
trata más bien de un continuo, de manera que no hay una sepa-
Belmont, que contenía tres principios: el de autonomía o de res-
ración tajante entre uno y otro principio (p. 194). Finalmente, el
peto por las personas, por sus opiniones y elecciones; el de be-
principio de justicia en sentido formal significa que una persona
neficencia, que se traduciría en la obligación de no hacer daño y
no puede ser tratada de manera distinta que otra, salvo que entre
de extremarlos beneficios y minimizar los riesgos; y el de justicia
ambas se dé alguna diferencia relevante (p. 259). Pero existen
o imparcialidad en la distribución de los riesgos y de los benefi-
cios. La expresión canónica de los principios se encuentra, sin ' Prínciples of Biomedical Ethics, Oxford University Press, 3a. ed., 1989.
embargo, en un libro del año 1979, escrito por Tom L. Beau- - Procedimientos de decisión en ética clínica, Madrid, Eudema, 1991, cap. 2,
champ (quien había sido miembro de esa comisión) y James F. pp. 33 ss.

64
66 FUNDAMENTOS ÉTICO-JURIDICOS JURIDIEICAR LA BIOÉTICA 67

diversas teorías de la justicia que interpretan de manera distinta vista de las peculiaridades de cada caso y en donde sólo cabe
los criterios materiales (sin los cuales aquel principio es vacío). alcanzar conclusiones provisionales. La razón no opera aquí
Concretamente, los autores consideran que hay tres grandes ti- —cabría decir— de manera deductiva, sino en forma analógica.
pos de teorías: las igualitaristas, que hacen hincapié en el igual No es posible partir de principios o reglas generales indiscutibles
acceso a los bienes que toda persona racional desea; las liberales, para obtener una conclusión concreta a través de una premisa
que destacan los derechos a la libertad social y económica; y las menor que especifique las circunstancias del caso. Por el contra-
utilitaristas, que ponen el acento en una combinación de crite- rio, el punto de partida son simplemente máximas, tópicos o
rios de la que resulta una maximización de la utilidad pública lugares comunes que sólo pueden ser comprendidos en términos
(p. 265). Las teorías son incompatibles entre sí (al menos en cier- de los casos paradigmáticos que definen su sentido y su fuerza
tos puntos), pero no cabe optar por ninguna de las tres (ni existe (p. 23); lo esencial, por ello, consiste en elaborar una taxonomía
tampoco alguna de orden superior que las articule sistemática- (moral, médica o jmídica) que clasifique los casos según sus
mente), de manera que lo único que cabe esperar es que "las semejanzas y diferencias. De acuerdo con los autores, la comi-
políticas públicas cambien de postura haciendo hincapié ahora sión habría operado (sin que sus miembros fueran muy cons-
en una teoría y más tarde en otra. Este ten-eno inseguro puede cientes de ello) en una forma casuística, esto es, clasificando las
reflejar una cierta duda y ambivalencia", añaden, "pero no equi- semejanzas y diferencias moralmente significativas que se da-
vale necesariamente a injusticia" (pp. 301-302). ban entre los diversos tipos de investigación considerados. Ese
Como se ha señalado muchas veces, esta concepción ha con- método casuístico es lo que les habría permitido alcanzar un
formado, prácticamente desde su formulación, el paradigma do- acuerdo en sus conclusiones prácticas, por más que los princi-
minante en bioética. En la obra de Diego Gracia ya mencionada pios generales asumidos por los distintos comisionados difirie-
se encuentra una clara y completa exposición de la discüsión que ran entre sí: "Los miembros de la comisión", escriben.
ha tenido lugar en este campo en los últimos 20 o 25 años. Y o voy
estaban ampliamente de acuerdo acerca de las recomendaciones
a referirme aquí únicamente, y en forma muy breve, a dos pro-
prácticas de carácter específico; estaban de acuerdo en que estaban
puestas críticas con respecto al anterior enfoque principialista y de acuerdo; pero lo único en lo que no podían estar de acuerdo era
debidas, la una, a Albert R. Jonsen y Stephen Toulmin, y la otra, en por qué estaban de acuerdo sobre ello. En la medida en que el
al propio Diego Gracia. debate tenía lugar en el nivel de los juicios particulares, los once
Jonsen y Toulmin formaron también parte de la mencionada comisionados veían las cosas básicamente en la misma forma. En el
comisión del Congreso estadunidense y escribieron en 1988 una momento en que se remontaban al nivel de los "principios", iban por
obra, The Abuse of Casuistry,^ en la que propusieron, frente a lo caminos separados. En lugar de principios universales establecidos
de manera segura, en los que tuvieran una confianza incondicional,
que llamaron "la tiranía de los.principios" (la idea de que la ética
y que les diera un fundamento intelectual para juicios particulares
consiste exclusivamente en un código de reglas y principios ge- acerca de tipos de casos específicos, lo que ocurría era justo lo con-
nerales), la rehabilitación de la "casuística", esto es, de un méto- trario (p. 18).
do de pensamiento que se centra, fundamentalmente, en el caso
concreto. Se trataría, según ellos, del procedimiento adecuado La crítica y la alternativa de Diego Gracia es, en cierto sentido,
en campos c o m o la administración pública, el derecho, la medi- de signo opuesto a la de Jonsen y Toulmin. El concede, por cierto,
cina o la ética, en donde deben tomarse decisiones prácticas a la mía gran importancia a la casuística (y, en particular, a la "nueva
casuística" de estos últimos), pero lo que le preocupa, sobre todo,
^ Albert R. Jonsen y Stephen Toulmin, The Abuse of Casuistry. A History of son las cuestiones de fundamentación.'* La operatividad de los
Moral Reasoning, Berkeley-Los Ángeles-Londres, University of California Press,
1988. Anteriormente al libro antes citado (Procedimientos de decisión en ética
68
66 JURIDIEICAR LA BIOÉTICA
FUNDAMENTOS ÉTICO-JURIDICOS
cione criterios de carácter objetivo y que, por así decirlo, se sitúe
principios de la bioética pasa, en su opinión, por establecer algu-
a mitad del camino entre el absolutismo y el relativismo moral.
na jerarquización entre los mismos que no dependa de la "pon-
Sin embargo, ninguna de ellas constituye, a mi juicio, un modelo
deración" de las circunstancias de cada caso. Su idea viene a ser
enteramente satisfactorio, por lo siguiente.
que estos cuatro principios no tienen el mismo rango, precisa-
En relación con la obra de Jonsen y Toulmin, me parece que
mente porque su fundamentación es distinta: "La no-maleficen-
hay dos críticas fundamentales que hacer. La primera es que el
cia y la justicia se diferencian de la autonomía y la beneficencia
recurso que ellos sugieren a las máximas o tópicos es manifies-
en que obligan con independencia de la opinión y la voluntad de
tamente insuficiente para elaborar criterios objetivos de resolu-
las personas implicadas, y [...] por tanto, tienen un rango supe-
ción de conflictos. Esto es así porque frente a tm caso difícil (bien
rior a los otros dos" (p. 126). Entre unos y otros hay la diferencia
se trate del derecho, de la medicina o de la ética) existe siempre
que va entre el bien común y el bien particular. Por eso, añade
más de una máxima aplicable, pero de signo contradictorio; y el
Gracia, los primeros configuran una "ética de mínimos" y los
problema es que la tópica — o la nueva casuística de Jonsen y
segundos una "ética de máximos":
Toulmin— no está en condiciones de oft-ecer una ordenación de
esas máximas; o, mejor dicho, no podría hacerlo sin negarse a sí
A los mínimos morales se nos puede obligar desde fuera, en tanto que
la ética de máximos depende siempre del propio sistema de valores, misma, pues eso significaría que, en último término, lo determi-
es decir, del propio ideal de perfección y felicidad que nos hayamos nante serían los principios o las reglas —si se quiere, de segundo
marcado. Una es la ética del "deber" y la otra la ética de la "felicidad". nivel— que jerarquizan las máximas. La segunda crítica —estre-
También cabe decir que el primer nivel [el configurado por los prin- chamente conectada con la anterior— es que estos autores pare-
cipios de no maleficencia y justicia] es el propio de lo "correcto" (o cen depositar una excesiva confianza en la prudencia o sabiduría
incorrecto), en tanto que el segundo [el de los principios de autono- práctica (la que Aristóteles ììamó fróiiesis en cuanto opuesto a la
mía y beneficencia] es el propio de lo "bueno" (o malo). Por eso, el episteme) y en su capacidad para resolver en forma cierta (o, al
primero se corresponde con el derecho, y el segundo es el específico menos, con toda la certeza que puede existir en las cuestiones
delamoral (pp. 129-130).
prácticas) problemas específicos. Como ha escrito John Arras,
uno de sus críticos: "La fe de Jonsen y Toulmin en la casuística
c o m o una máquina de consenso social es muy probablemente
UNA CRÍTICA A LOS MODELOS
gratuita".®
DE JONSEN-TOULMIN YDE GRACIA
Por lo que se refiere a la propuesta de Diego Gracia, su intento
de jerarquización de los principios no me parece enteramente
En mi opinión, estas dos últimas propuestas están en lo cierto al
logrado. Es cierto, al menos tal y c o m o yo veo las cosas, que las
considerar insatisfactoria—o, al menos, insuficiente—una con-
razones utilitaristas (las que están ligadas con la felicidad o con
cepción puramente principialista c o m o la de Beauchamp y Cloil-
lo bueno) deben subordinarse a las razones de corrección (las
dress, y ambas apuntan también en la dirección adecuada al
que se vinculan con los fines últimos), pero la división de los
esforzarse por construir una ética — o una bioética— que propor-
principios que él efectúa no la veo justificada. Por un lado, el
fundamento de esa jerarquización (el hecho de que unos obligan
clínica), habla escrito una voluminosa, documentada e importante obra. Funda- con independencia de la opinión y la voluntad de los implicados)
mentos de bioética (Madiid, Eudema Universidad, 1989), en donde pasa revista
parece envolver una suerte de petición de principio: si se acepta
prácticamente a toda la historia de la ética. Ahí, en el prólogo, justifica ese
(verdaderamente ímprobo) trabajo de fundamentación porque "aunque el cKnl- el criterio, entonces, obviamente, la autonomía ha de tener un
co desea, por lo general, respuestas rápidas y concretas", "el intento de resolver
los problemas practicos y concretos sin un previo ü-abajo de fundamentación" es
' La cita la tomo de Gracia, 1991, p. 105.
"un error grave, que al final se paga caro" (p. 12).
66 FUNDAMENTOS ÉTICO-JURIDICOS 70
JURIDIEICAR LA BIOÉTICA

rango subordinado, pero lo que no se ve es por qué ha de ser ése a configurar una especie de mínimo ético puede (con algunas
el criterio de la jerarquía; esto es, queda sin fundamentar por qué reservas que no vienen ahora al caso y a las que luego me referiré)
la opinión y la voluntad de los implicados — o sea, la autonomía— aceptarse, pero de ahí no se sigue la vinculación que él establece
ha de subordinarse a alguna otra cosa, a algún otro valor. Por de lo jurídico con el primer nivel de la ética; o, mejor dicho, esto
otro lado, Gracia entiende que los principios del primer nivel podría resultar cierto en relación con el derecho del Estado libe-
"son expresión del principio general de que todos los hombres ral (o con ciertas ramas del derecho), pero no parece serlo en
somos básicamente iguales y merecemos igual consideración y relación con el derecho del Estado social y democrático que
respeto" (p. 128); pero si se acepta esto, no se entiende muy bien proclama c o m o valores consustanciales (entre otros) el bienes-
por qué la opinión y la voluntad de un individuo ha de contar tar y la autonomía de los individuos.
menos que la de otro, esto es, no se entiende por qué la autonomía
no es también expresión de ese principio general.® Finalmente,
la distinción entre esos dos niveles presupone dos ideas que no DERECHO Y BIOÉTICA. LA CONEXIÓN
me parecen aceptables. Una es la tesis (no afirmada, creo, explí- METODOLÓGICA
citamente por Gracia, pero implícita en su planteamiento) de que
causar un daño a una persona es moralmente peor que no hacerle El título del artículo, imido a las críticas que acabo de efectuar,
un bien (por ejemplo, que matar es peor que dejar morir); esto es podrían hacerle pensar que lo que se esconde bajo el rótulo de
lo que parece estar en el fondo de la prioridad que él atribuye al "juridificar la bioética" es una vuelta a la deontologia médica
principio de no maleficencia sobre el de beneficencia, a pesar de tradicional, esto es, a la concepción de la ética médica —y, por
que se esfuerza (pero en este punto su exposición no me parece extensión, de la bioética— c o m o un código único de preceptos y
del todo clara) por no presentar estos dos últimos principios obligaciones aplicados según procedimientos burocráticos y res-
c o m o el reverso y el anverso de una misma realidad, sino c o m o paldados coactivamente. Como ha escrito gráficamente Diego
"una diferencia, entre el bien común y el bien particular" (p. 129). Gracia, refiriéndose a la ética médica clásica:
En todo caso, su afirmación de que "no se puede hacer el bien a
otro en contra de su voluntad, aunque sí estamos obligados a no El código único se ha expresado tradicionalmente en forma de leyes,
hacerle mal" (p. 129) carece, en mi opinión, de justificación, pues preceptos o mandamientos. De ahí que el procedimiento de la ética
presupone que el "bien" de una persona es algo subjetivo (lo que viniera a coincidir con el del derecho [...]. Como se sabe, tal procedi-
él considera c o m o tal), mientras que el "mal" podría ser determi- miento consiste en la apertura de expediente disciplinario a un miem-
bro de la profesión a partir de una denuncia, la subsiguiente infor-
nado de acuerdo con criterios objetivos, esto es, c o n inde-
mación de los hechos, su enjuiciamiento desde el código de faltas
pendencia de lo que considere c o m o "malo para ella". La otra
legalmente establecido y, en fin, la imposición de la sanción. Es un
idea que no me parece congruente es la conexión que efectúa de procedimiento típicamente judicial, bien que realizado por las auto-
todo lo anterior con el derecho. La tesis de que el derecho viene ridades profesionales en vez de por los jueces. La llamada deontolo-
® Adela Cortina, cuyos plantamientos éticos pai'ece habertenido muy encuen- gia tiene, por ello, un carácter jurisprudencial [...] se ha reducido
ta Diego Gracia, ha defendido en diversas ocasiones la importancia de distinguir tradicionalmente a eso, a un procedimiento jurídico o parajurídico
entre una ética de mínimos y de máximos (Adela Cortina, Ética mínima: Intro- (1991, p. 22).
ducción a la filosofía política, Madiid, Tecnos, 1986). Sin embargo, se muestra
más bien reacia a aceptar la jerarquización de los principios de la bioética que Pues bien, no es a esto a lo que deseo referirme con mi pro-
presenta Gracia. En particular, y dada la "reformulación" que ella efectúa del puesta de "juridificar la bioética", sino a algo bastante distinto,
principio de autonomía, considera que "resulta imposible situarla entre los má-
ximos, no exigibles, sino opcionales" (Adela Cortina., Ética aplicada y democracia
c o m o en seguida trataré de mostrar. Antes, sin embargo, me
radical, Madrid, Tecnos, 1993, p. 240). parece importante introducir algunas aclaraciones sobre c ó m o
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FUNDAMENTOS ÉTICO-JURIDICOS JURIDIEICAR LA BIOÉTICA

pueden plantearse las relaciones entre el derecho y la bioética, y Es, pues, necesario que el legislador intervenga ordenando conduc-
sobre en qué consiste la aplicación de las normas jurídicas que tas y puntualizando extremos no deducibles sin más de las vagas
llevan a cabo los jueces y tribunales. formulaciones de la bioética, lo que no puede quedar al libre arbitrio
e interpretación de profesionales e investigadores.
Aunque pueda considerarse que el derecho configura un mí-
[...]
nimo ético, esto no quiere decir —o no quiere decir sólo— que la
Sólo la ley puede decimos cuándo y en qué condiciones puede
moral empieza donde el derecho termina. Sin duda, esta última practicarse un aborto o realizarse un transplante de órganos. La
afirmación contiene una idea ampliamente aceptada en nuestras fecundación artificial —y sus consecuencias jurídicas: filiación y
sociedades (aunque bastante menos clara de lo que parece a herencia— es también de la incumbencia del legislador. El interna-
primera vista): la de que el derecho —o, al menos, el derecho miento psiquiátrico imperativo, la vacunación obligatoria, las con-
penal— debe abstenerse de regular —de prohibir— conductas diciones de experimentación con humanos, la aceptación general de
que sólo tienen que ver con las opiniones morales de los indivi- lo que se considera muerte biológica, son, entre otros, exponentes de
campos para los que es inexcusable el pronunciamiento de la ley. Lo
duos; dicho de otra forma, que el derecho debe permanecer neu-
mismo puede decirse de los derechos sociales. De nada vale procla-
tral frente al pluralismo moral: no debe tratar de imponer un mar enfáticamente el derecho a la salud de todos los ciudadanos, si
determinado código moral frente a los demás; o, como escribió no se adopta un estatuto que haga efectivo el acceso a los servicios
John Stuart Mill en un celebémmo texto: públicos sanitarios.^

El único fin por el cual es justificable que la humanidad, individual Mi propuesta de juridificar la ética se refiere, sin embargo, a
o colectivamente, se entremeta en la libertad de acción de uno cual-
otro aspecto de la cuestión. No tiene que ver propiamente con lo
quiera de sus miembros, es la propia protección. [...] la única finali-
dad por la cual el poder puede, con pleno derecho, ser ejercido sobre que cabría llamar la conexión "material" entre el derecho y la
un miembro de una comunidad civilizada contra su voluntad, es bioética, sino más bien con una conexión de tipo "metodológi-
evitar que perjudique a los demás.'' co". Lo que deseo sostener es que hay im tipo de conflicto jurídico
cuya resolución consiste justamente en "ponderar" principios
Ahora bien, no hay ninguna contradicción en aceptar lo ante- contrapuestos y que, para tratar con esos casos, se ha ido des-
rior y entender, al mismo tiempo, que, en un importante sentido, aiTollando una cierta metodología que podría resultar de utili-
el derecho empieza donde termina la moral; esto es, que sin una dad también para la aplicación a los casos concretos de los prin-
regulación detallada (legalista) unas instancias encargadas de cipios de la bioética.
aplicar las anteriores normas a los casos concretos (los jueces) y Me hago cargo de que, en este punto, cualquier lector atento
el respaldo de la fuerza física para asegurar el cumplimiento de podría objetarme que lo que acabo de decir no es diferente de lo
esas decisiones (la coacción estatal), la moral (cualquier moral,
incluida, naturalmente, la que defiende la anterior idea del "mí- ® Ramón Martín Mateo, Bioética y derecho, Barcelona, Ariel, 1987, p. 75. No
nimo ético"), serviría de muy poco. El derecho es —o debe ser— estoy, sin embargo, de acuerdo con la forma como el autor entiende, en otro
una prolongación de la moral, un mecanismo para positivizar la aspecto, las relaciones entre el derecho y la moi'al, que enclen-a un positivismo
ideológico —por más que se base en la Constitución—y que —me temo— cons-
ética. Vistas así las cosas, la idea de "juridificar la bioética" no
tituye una opinión común entre los juristas españoles. "Si las decisiones que la
parece fácilmente discutible. Como ha escrito Ramón Martín Constitución incorpora", escribe Martín Mateo, "han sido adoptadas democi-á-
Mateo: ticamente, si hay un dispositivo para la producción legislativa leconocible que
da lugar a la adopción de leyes de general o al menos mayoritaria aceptación, no
cabe expresar juicios morales al respecto. Las constituciones no son buenas ni
' John Stuart Mill, Sobre la libeilacl, trad, de Pablo de Azcárate, prólogo de malas éticamente: a lo más, pueden ser acertadas o erróneas en cuanto al discer-
Isaiah Berlin, Madrid, Alianza, 1970, p. 65. nimiento por los constituyentes de las convicciones comunitarias" (p. 164).
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FUNDAMENTOS ÉTICO-JURIDICOS JURIDIEICAR LA BIOÉTICA

propuesto por Jonsen y Toulmin, ni contradice tampoco la alter- expresan razones de corrección; tan sólo los principios en senti-
nativa de Diego Gracia. Y, en efecto, es bastante fácil —casi diría, do estricto —^pero no así las directrices o policies— contienen
obvio— traducir ambas concepciones a términos de teoría del derechos individuales."
derecho. Lo que Jonsen y Toulmin vendrían a sostener es algo Pues bien, lo anterior me permite precisar en qué consiste mi
parecido al realismo americano y, más exactamente, a la tópica discrepancia con Jonsen y Toulmin, por un lado, y con Gracia,
jurídica de Viehweg. La aplicación del derecho, al menos en los por el otro. Con respecto a los primeros, mi tesis es que, en la
casos difíciles, no obedece en absoluto, según este último, al aplicación del derecho (incluso cuando lo que hay que aplicar
modelo de la subsimción, sino al método (mejor, al "estilo") de son esencialmente principios), hay algo más que simples tópicos
la tópica: se trata de una técnica del pensamiento problemático o máximas carentes de alguna ordenación interna. Y, con respec-
(Viehweg se remonta también, como Jonsen y Toulmin, a Aris- to al último, mi posición vendría a consistir, por un lado, en negar
tóteles), en que el acento recae' no sobre las conclusiones, sino que la anterior distinción dworkinlana puede aplicarse a los prin-
sobre las premisas; éstas (las premisas) son precisamente tópi- cipios de la bioética (pues ninguno de ellos podría interpretarse
cos o lugares comunes, esto es, no proposiciones necesariamente como si fueran simples directrices o policies) y, por otro lado, en
verdaderas, sino simplemente opinables o verosímiles.® sostener que, a pesar de ello, aunque los principios (morales) no
sean jerarquizables de la manera como él propone, eso no quiere
Por lo que se refiere a Diego Gracia, su pendant en la teoría del decir que no pueda —mejor, no deba— establecerse algún tipo
derecho vendría a ser la concepción de los principios de Dwor- de ordenación en el proceso de su aplicación; lo que ocurre es
kin.'® Como es sabido, una de las ideas centrales de Dworkin es que esa ordenación no tiene lugar propiamente en el nivel de los
que el derecho no consiste únicamente en reglas, sino también pñncipios, sino en el de las reglas. Mostraré ahora, antes de volver
en principios, y que éstos son, a su vez, de dos clases: unos son a los principios de la bioética, de qué manera se produce esto, es
—o se expresan en— enunciados que establecen objetivos, me- decir, cómo opera la racionalidad jurídica ante conflictos que
tas, propósitos sociales, económicos, políticos, etcétera (direc- envuelven principios (principios en sentido estricto) y que plan-
trices o poUcies), mientras que otros establecen exigencias de tean exigencias incompatibles entre sí.
justicia, equidad y moral positivas (son los principios en sentido
estricto); los primeros vienen a constituir razones de tipo estra-
tégico o utilitarista y están subordinados a los segundos que EL "MÉTODO" JURÍDICO

® He estudiado con cierto detalle la concepción de la argumentación jurídica


de Viehweg (y de Toulmin) en mi libro Las razones del derecho. Teorías de la La contraposición entre la libertad de información y de expre-
argumentación jurídica, Madiid, Centro de Estudios Constitucionales, 1991. La sión, por im lado, y el derecho al honor, a la intimidad y a la
manera como describen Jonsen y Toulmin el funcionamiento del razonamiento propia imagen, por el otro, constituye un buen ejemplo de este
por analogía es enteramente coincidente con el de un realista americano, E. H. último tipo de conflictos. En relación con el derecho español, la
Levi (Introducción al razonamiento jurídico, Buenos Aires, Eudeba, 1964).
Constitución reconoce y protege, en el artículo 20.1, los derechos
Al sostener su tesis de la jerarquización de los principios, Gracia se refiere
expresamente a la teoría de la justicia de Rawls (en particular, al orden "lexico- "a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opi-
gráfico" que este último establece entre los dos principios de la justicia) (p. 127) niones..." (apartado a) y "a comunicar o recibir libremente infor-
que, sin duda, está también en la base de la concepción de Dworkin. Por otro lado, mación veraz..." (apartado d); pero el mismo artículo añade que
este último no es un autor que le resulte en absoluto desconocido a Gracia, como estas últimas libertades tienen su límite "especialmente, en el
puede comprobarse leyendo su obra ya mencionada. Fundamentos de bioética.
Aquí, y en Procedimientos de decisión en ética clínica, viene a asumir como pr in- ' ' He elaborado, junto con Juan Ruiz Mañero, una concepción de los princi-
cipio básico de la ética la formulación dworkinlana de tratar a todos los indivi- pios jurídicos parcialmente coincidente con la de Dworkin, en "Sobre principios
duos con "igual consideración y respeto". y reglas", jDoxa, núm. 10, 1991.
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FUNDAMENTOS ÉTICO-JURIDICOS 76
JURIDIEICAR LA BIOÉTICA

derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen..." (artículo pautas de nuestra cultura [...] inciden negativamente, causando
20.4), que la propia Constitución había ya "garantizado" previa- dolor y angustia en los familiares cercanos del fallecido"; b) las
mente en el artículo 18.1. Naturalmente, además de estas normas imágenes en cuestión ho forman parte del espectáculo taurino,
constitucionales, existen otras, redactadas en términos menos esto es, no existe un "uso social" que justifique esa utilización; c)
generales, que, de alguna forma, vienen a resolver en un deter- el que las imágenes hubieran sido ya emitidas por la televisión
minado sentido los posibles conflictos entre esa serie de exigen- en programas informativos no elimina su carácter íntimo.
cias. Así, por ejemplo, el Código Penal castiga la injuria, la ca- En el caso Friedman (sentencia 214/1991, de 11 de noviembre),
lumnia y el desacato, y una ley civil (la Ley Orgánica 1/1982 de 5 el Tribxmal Constitucional tuvo que enfrentarse con una petición
de mayo, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad de amparo, por parte de la señora Violeta Friedman, basada en
personal y familiar y a la propia imagen) establece en qué supues- que las declaraciones realizadas en la revista Tiempo por Leon
tos se tiene la obligación de publicar una rectificación, de pagar Degrelle (un ex jefe de las SS), en las que negaba el holocausto
una indemnización por haber vulnerado la intimidad o el honor judío, anhelaba la llegada de un nuevo Führer, consideraba a
de una persona, etcétera. Pero las leyes no pueden evitar que se Mengele como un "médico normal", etcétera, significaban un
planteen casos, casos difíciles, que los tribunales no pueden re- atentado contra su derecho al honor, ya que toda su familia había
solver aplicando simplemente alguna regla específica previa- muerto gaseada, por orden del doctor Mengele, en el campo de
mente establecida, sino efectuando una ponderación entre prin- exterminio de Auschwitz. El tribunal comienza recordando los
cipios. Mostraré algunos ejemplos de ello, referidos al problema dos criterios que caracterizan su jurispnidencia hasta el momen-
que estamos tratando, y señalaré también, de manera muy sin- to. Uno se basa en la distinción entre la libertad de expresión en
tética, cómo justificó el Tribunal Constitucional español esas sentido estricto (referida a la emisión de juicios y opiniones) y la
decisiones. libertad de infonnación (referida a la manifestación de hechos):
Uno de estos casos, el caso Paquirri (sentencia 231/1988, de 2 la libertad de expresión tiene un mayor ámbito que la informa-
de noviembre), se planteó porque una determinada empresa ha- ción, pues el requisito de la veracidad sólo opera en relación con
bía comercializado, sin la autorización de los familiares, una hechos, no con juicios de valor. El segundo criterio es que el
cinta de video que reproducía la cogida del torero y su posterior derecho al honor tiene un carácter personalista, de manera que
tratamiento médico, y fallecimiento, en la enfermería de la plaza su protección es más intensa cuando se trata del honor de las
de Pozoblanco. Después de diversas vicisitudes judiciales, la viu- personas físicas y más débil si afecta a personas jurídicas o a
da del torero planteó un recurso de amparo ante el Tribunal colectivos de personas. La utilización de esos dos criterios lleva-
Constitucional, alegando que se había vulnerado el derecho a la ría, en este caso, a denegar el amparo, ya que el tribunal reconoce
imagen y a la intimidad. El tribunal entendió que el derecho a que las manifestaciones de Degrelle se inscribían en el ámbito de
la imagen no podía ser objeto de protección en amparo (lo que la libertad de expresión y no se referían a ninguna persona deter-
no excluía otro tipo de protección jurídica), debido al carácter minada, sino a un grupo, el pueblo judío. Sin embargo, concedió
personalísimo de ese derecho (en cuanto derecho fundamental, el amparo porque, a los anteriores criterios, añadió uno nuevo,
no en cuanto derecho de contenido patrimonial) que habría de- según el cual la libertad de expresión no comprende "el derecho
jado de existir con la muerte del torero. Sin embargo, el titular a efectuar manifestaciones, expresiones o campañas de carácter
del derecho a la intimidad no lo sería solamente el fallecido, sino racista o xenófobo".
también su familia. El tribunal entendió que las imágenes repro-
El periodista José María García fue condenado por la Audien-
ducidas constituían, en efecto, una intromisión ilegítima en ese
cia Provincial de Zaragoza (previamente había sido absuelto por
ámbito de intimidad, básicamente por estas tres razones: a) de
un juzgado de instrucción) por un delito de desacato (se comete
las imágenes, podía inferirse con seguridad que "dentro de las
al "insultar a una autoridad en el ejercicio de sus funciones o con
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FUNDAMENTOS ÉTICO-JURIDICOS JURIDIEICAR LA BIOÉTICA

ocasión de éstas") contra José Luis Roca, a la sazón presidente y por su valor, al ámbito de lo público, no coincidente, claro es,
de la Asociación Española de Fútbol y diputado de las Cortes de con aquello que puede suscitar o despertar, meramente, la curio-
Aragón. García había difundido una información según la cual sidad ajena".
Roca había cobrado determinadas dietas por supuestos despla- Finalmente, el último caso que traeré a colación es el de el cura,
zamientos a Zaragoza que, sin embargo, no se habían producido. de Hío. El diario El País publicó, en agosto de 1984, un artículo
El Tribunal Constitucional (en sentencia 105/1990, de 6 de jimio) con estos titulares: Un cura de Cangas de Manazo inicia la cnizada
recuerda (remitiéndose, de nuevo, a su propia jurisprudencia) contra los desnudistas gallegos. Cairote en mano, el sacerdote lan-
que el derecho de información goza de una máxima protección zó al vecindario contra un campamento autorizado. Unos días
cuando la información se refiere a una personalidad pública, se después, el mismo diario publicó otro artículo que recogía las
vincula con la formación de una "opinión pública libre" y quien declaraciones del pán'oco de Hío, desmintiendo su presencia en
la difunde es un profesional de la información y en el ejercicio de aquella algarada, y la confirmación de esa versión de los hechos
su profesión. En el caso se daban todos estos requisitos, además por parte de los vecinos que explicaron que "el equívoco surgió
del de veracidad (entendido c o m o información comprobada se- [...] porque los campistas, en los momentos de tensión, confun-
gún los cánones de la profesionalidad informativa), pero el Tri- dieron a uno de los vecinos con el párroco". A pesar de la rectifi-
bunal Constitucional no amparó a García, porque éste había cación, el cura de Hío promovió, con éxito, demanda de protec-
emitido "apelativos formalmente injuriosos en cualquier contex- ción del derecho al honor contra el director del periódico, la
to, innecesarios para la labor informativa o de formación de la autora del artículo y la empresa editora. El Tribunal Consti-
opinión" y "la Constitución no reconoce un pretendido derecho tucional falló a favor de estos últimos el recurso de amparo que
al insulto". habían interpuesto, y lo fundamentó así: El derecho a la libertad
En la sentencia 20/1992, de 14 de febrero, el Tribunal Consti- de información goza, con respecto al derecho al honor, de una
tucional resolvió un recurso en que se planteaba un conflicto "posición prevalente, que no jerárquica", pero siempre y cuando
entre la libertad de información y el derecho a la intimidad. Lo la información transmitida sea "veraz" y esté referida a asuntos
que había motivado el caso fue la publicación, en el diaxio Balea- de "relevancia pública". El tribunal entendió que la información,
res, de Palma de Mallorca, de im suelto sin firma (en febrero de aunque hubiese resultado falsa, sin embargo, era veraz, porque
1986) que decía lo siguiente: el alcance del error no afectaba esencialmente al contenido de la
información (al parecer, quien había participado en los aconte-
El cuarto caso que se produce en Mallorca del síndrome de inmuno- cimientos había sido el párroco de Viñó, no el de Hío) y porque
deficiencia adquirida, lo padece un arquitecto palmesano, quien con- el periodista había procedido con la diligencia exigible (había
vivía desde hace algún tiempo con otro compañero de profesión, contrastado la noticia; el eiTor había tenido carácter involunta-
catalán. Al parecer, el enfermo es L. V., de 39 años de edad... rio; había sido prontamente corregido). Además, se trataba
también de una información con relevancia pública, tanto por
El Tribunal Constitucional desestimó el recurso de amparo los hechos objeto de la información c o m o por la condición de la
(que habían planteado la empresa editora y el director del diario, persona involucrada en la noticia. Finalmente, a pesar del tono
los cuales habían sido condenados previamente a pagar una de- sarcàstico adoptado por la periodista, lo allí expresado no podía
terminada indemnización a las dos personas aludidas en el suel- considerarse c o m o "afirmaciones absolutamente gratuitas o in-
to), basándose en estas dos razones: a) "tratándose de la intimi- necesarias", o que hubiesen sido dictadas no con una intención
dad, la veracidad no es paliativo, sino presupuesto, en todo caso, informativa, sino "con una finalidad meramente vejatoria o de
de la lesión"; b) el derecho a ¡a intimidad sólo puede ceder frente menosprecio".
al derecho a la información "si lo difundido afecta, por su objeto Pues bien, me parece que este conjunto de decisiones, con sus
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FUNDAMENTOS ÉTICO-JURIDICOS JURIDIEICAR LA BIOÉTICA

fundamentaciones, constituye un buen ejemplo de c ó m o puede a) Cuando existe una contraposición entre la libertad de información
operar la racionalidad práctica —iafrónesis aristotélica— sin ne- y el derecho al honor:
cesidad de partir de una previa jerarquización —una ordenación 1.Hayunapresunciónprií»a/ác¿eenfavordelalibertaddeinformación.
lexicográfica c o m o la que propone Gracia siguiendo a Rawls— 2. Sin embargo, el derecho al honor puede prevalecer si:
2.1. La información carece de relevancia pública.
entre los principios, pero sin limitarse tampoco al establecimien-
—Una información tiene relevancia pública si:
to de un mero catálogo de máximas o tópicos; lo que construye 1) Afecta a una personalidad pública, o
el tribunal — c o m o en seguida veremos— son verdaderas reglas 2) A alguien que, sin serlo, desempeñe un cargo o profesión
aunque, naturalmente, no puede pretenderse que ellas estén en de interés público.
condiciones de resolver en forma indubitada todos los casos —Una información no tiene nunca relevancia pública si:
futuros; pero una regla abierta —que se aplica, o no se aplica, con 1) Contiene extremos que afectan al honor de las perso-
claridad a ciertos casos y deja a otros en la penumbra— sigue nas, y
siendo una regla. El método utilizado por el Tribunal Consti- 2) Son innecesarios, o
tucional podría caracterizarse mediante estos dos pasos. 2.2. Es inveraz.
—Una información es veraz si:
El primero se traduce en la constmcción de una taxonomía
1) Es verdadera, o
que permita ubicar cada caso dentro de una determinada cate- 2) Es falsa, pero se ha procedido con la diligencia debida.
goría, lo que constituye el primer esfuerzo argumentativo del
tribunal. A partir de los supuestos que hemos examinado (y que, b) Cuando existe una contraposición entre la libertad de información
naturalmente, constituyen sólo una pequeñísima porción de los y el derecho a la intimidad:
resueltos por el tribunal en esta materia), es fácil concluir que 1. Hay una •pvesxxxxcíónprímafacie en favor del derecho a la intimidad.
existen, básicamente, tres tipos de conflicto, según que la contra- 2. Sin embargo, la libertad de información puede prevalecer si:
2.1. La información tiene relevancia pública.
posición tenga lugar: a) entre la libertad de información y el
Sobre lo que hay que entender por "relevancia pública" vale
derecho al honor: b) entre la libertad de información y el derecho
en principio lo señalado en la regla anterior, pero se añade un
a la intimidad, y c) entre la libertad de expresión y el derecho al nuevo criterio:
honor. El siguiente cuadro permitirá verlo de manera gráfica: —Un hecho no es público sencillamente porque suscite
curiosidad ajena, y
Honor Intimidad Propia bnagen 2.2. No contradice los usos sociales.

Libertad de El cura de Hío Sida ü c) Cuando existe una contraposición entre la libertad de expresión y
airri
infonnación García (a) (b) ^^^^ el derecho al honor:
1. Hay una presunciónp;ij»a/acfe en favor de la libertad de expresión.
Libertad de 2. Sin embargo, el derecho al honor puede prevalecer si:
expresión Friedman (c)
2.1. Lo expresado afecta a personas determinadas o determi-
nables, o
A partir de aquí, el segundo paso consiste en la elaboración de 2.2. Se trata de manifestaciones de carácter racista o xenófobo.
una serie de "reglas de prioridad" que, insisto, no suponen una
ordenación lexicográfica, esto es, una jerarquización de los prin- Sin duda, lo anterior constituye un conjunto de soluciones
cipios del tipo de "el principio P1 prevalece siempre frente al —de reglas— fragmentarias, incompletas y abiertas: muchos de
principio P2". Sin pretensiones de exliaustividad, sino c o m o me- los conceptos a los que se alude necesitan aún ser desarrollados
ra ilustración de lo que quiero decir, esas reglas podrían expre- en sentidos imposibles de prever por el momento; cabe suponer
sarse así: que aparecerán, cuando surjan circunstancias que aún no se han
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FUNDAMENTOS ÉTICO-JURIDICOS JURIDIEICAR LA BIOÉTICA 82

presentado, nuevas distinciones relevantes; algunos de los crite- ejemplo, una ética peculiar de la esfera de la política y contra-
rios establecidos son sencillamente discutibles y quizá sean aban- puesta a la que ordena la vida p r i v a d a . E n relación con la me-
donados o modificados con el transcurso del tiempo, etcétera. dicina —o con la biología— ocun-e lo mismo: los principios éti-
Pero esto, naturalmente, no priva al procedimiento, y a sus re- cos que aquí rigen no pueden ser otros que los principios gene-
sultados, de racionalidad. Por un lado, no estamos en presencia rales de la ética, que adquieren una especial modulación —como
de un conjunto de opiniones más o menos arbitrarias y subjeti- ocurre en el caso de la política— de acuerdo con ciertas caracte-
vas, sino que obedecen a una idea de racionalidad que podría rísticas típicas de esas esferas de actividad. Por ejemplo, la exis-
caracterizarse así: las decisiones mantienen entre sí un conside- tencia de relaciones de asimetría entre el médico y el enfermo, el
rable grado de coherencia; se fundamentan en criterios que pre- hecho de que lo que esté en juego sea un bien tan primario como
tenden ser imiversalizables; producen consecuencias socialmente la salud o las peculiaridades de la profesión médica lleva a que,
aceptables; y (por supuesto) no contradicen ningún precepto cons- en el ámbito de la medicina, adquieran especial intensidad pro-
titucional. Por otro lado, en la medida en que no constituyen blemas éticos como el paternalismo, el estado de necesidad o los
simplemente soluciones para un caso, sino que pretenden servir deberes especiales y, por tanto, a que ciertos principios éticos
como pautas para el futuro, constituyen también un mecanismo pasen a un primer plano de importancia.
—imperfecto— de previsión. Finalmente, al tratarse de decisio- Si se examinan con cuidado los llamados "principios de la
nes fundamentadas, esto es, de decisiones en favor de las cuales bioética", me parece que puede llegarse a la conclusión de que
se aducen razones que pretenden ser intersubjetivamente váli- los mismos pretenden ofrecer respuesta, básicamente, a estos
das (al menos para quien acepte los anteriores requisitos de cuatro problemas generales: a) ¿quién debe decidir (el enfermo,
coherencia, universalidad, aceptabilidad de las consecuencias y el médico, los familiares, el investigador)?; b) ¿qué daño y qué
respeto de la Constitución), las mismas pueden también ser (ra- beneficio se puede (o se debe) causar?; c) ¿cómo debe tratarse a
cionalmente) criticadas y, llegado el caso, modificadas. un individuo en relación con los demás?, y d) ¿qué se debe decir
y a quién? Ahora bien, si estos problemas se interpretan de la
forma más abstracta posible, entonces no podrán ser otra cosa
LA "jURIDinCACIÓN" DE LA BIOÉTICA que los problemas generales de la ética, esto es, diversos aspectos
de la cuestión generalísima: qué debo (o qué se debe) hacer. Y la
De nuevo sobre los principios de la bioética respuesta —según lo dicho— tendría que coincidir con los prin-
cipios de la ética tout court, lo que no me parece difícil de mos-
Y ahora ha llegado el momento de retomar los principios de la trar. Basta simplemente con recordar las cuatro formulaciones
bioética. Anteriormente, al referirme a los comités éticos de en- que Klant atribuía al imperativo categórico para que surjan los
sayos clínicos,señaIéquelasrazoneséticassonlasrazones últimas cuatro principios clásicos de autonomía, dignidad, universali-
del discurso práctico, en el sentido de que prevalecen siempre dad y publicidad, como otras tantas respuestas a aquellos pro-
—^por definición— fi-ente a cualquier otra razón de tipo instru- blemas. Naturalmente, estos principios pueden aceptarse sin
mental, estratégico, etcétera. Naturalmente, este carácter último necesidad de hacer profesión de kantismo. En particular, yo no
no es ninguna garantía de infalibilidad: también las decisiones creo que sea asumible el absolutismo moral kantiano y considero
de los tribunales de última instancia tienen carácter último, pero equivocada la respuesta que el propio Kant dio a problemas
eso no quiere decir que no puedan estar (jurídicamente) equivo-
cadas. Además, la ética tiene la característica de ser única, en el Sobre este problema, me parecen esclarecedores dos artículos de Ernesto
sentido de que son los mismos principios éticos los que rigen en Garzón Valdés, "Moral y política" y "Acerca de la tesis de la separación entre
moral y política", publicados en Derecho, ética y política, Madrid, Centro de
cualquier ámbito de lo humano. Esto excluye que exista, por
Estudios Constitucionales, 1993.
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JURIDIEICAR LA BIOÉTICA
FUNDAMENTOS ÉTICO-JURIDICOS

esos principios parecen resultar insuficientes. Por ejemplo, ¿qué


estrechamente conectados con los actuales de la bioética, como
hacer cuando la persona afectada no puede tomar decisiones
el del suicidio.'^ La fundamentación de estos principios tiene, sin
sobre su vida o sobre su salud por su corta edad, por padecer
duda, una importancia decisiva desde el punto de vista teórico y
ciertas insuficiencias de tipo psíquico o porque está en estado de
práctico, pero no es asunto en el que quepa entrar aquí. Asumiré,
inconsciencia? ¿Y no es el transplante de órganos un caso en que
sin más, que los mismos están ligados a ciertos rasgos profundos
parece usarse a un ser humano como un medio? La realización
que caracterizan a las personas, esto es, que reconocemos a otro
prácticamente de cualquier ensayo clínico, ¿no presupone que,
como persona o somos reconocidos como tales por los demás si:
de alguna forma, unos enfermos —los que integran el grupo de
a) nadie puede decidir por nosotros, si podemos hacerlo; b) no
control— van a recibir un mejor trato que el grupo experimental
se nos instrumentaliza, esto es, se nos respeta; c) no se nos trata
y que el resto de los enfermos que no participan en el ensayo?'"*
peor que a los demás, y d) podernos conocer para decidir.
Y si todos tenemos derecho a conocer lo que afecta a nuestra
La formulación de los principios podría ser: i ) Príncipio de
salud, ¿significa esto que el médico tiene siempre la obligación
autonomía. Cada individuo tiene derecho a decidir sobre aquello
de decimos todo?
que le afecta (aquí, en particular, sobre su vida y salud). 2) Prin-
Si bien se mira, las insuficiencias de los anteriores principios
cipio de dignidad. Ningún ser humano puede ser tratado como
para contestar a estas cuestiones no derivan de que conside-
un simple medio. 3) Principio de universalidad (o de igualdad).
remos que hay casos en que no se pueden respetar esos princi-
Quienes están en las mismas condiciones deben ser tratados de
pios. Esto es, no parece que para hacer frente a esas dificultades
manera igual. 4) Principio de infonnación. Todos los individuos
tengamos que aceptar que hay ocasiones en que puede ser lícito
tienen derecho a saber lo que les afecta (aquí, lo que afecta a su
conculcar la autonomía, la dignidad, etcétera; si así fuera, los
salud).
principios morales tendrían verdaderamente un escaso valor. Lo
Estos cuatro principios —y así formulados— es probablemente
que ocurre es, más bien, que esos principios establecen lo que
todo lo que necesitamos para resolver lo que podemos llamar
puede o debe hacerse, pero dadas ciertas condiciones que, sin
—^recurriendo a terminología jurídica— casos fáciles. Así, acep-
embargo, no podemos precisar de antemano. Por ejemplo, el
tamos sin más que es el paciente, y no el médico, quien tiene que
principio de autonomía lo entendemos en el sentido de que un
decidir si se lleva a cabo o no una intervención que comporta
individuo puede decidir sobre aquello que le afecta, pero siempre
determinados riesgos; rechazamos que a una persona pueda usár-
y cuando esté en condiciones de hacerlo. Si no se dieran esas
sele como simple conejillo de Indias (lo que, por cierto, no impli-
condiciones, entonces estamos dispuestos a aceptar que otro
ca asumir que con los conejos —sean o no de Indias— quepa
pueda —o deba— tomar por él esa decisión, precisamente para
hacer cualquier cosa); aceptamos también que nadie puede estar
asegurar su dignidad, que no sea tratado peor que otro, etcétera.
excluido de los servicios de salud; y exigimos que cualquier per-
En estos casos —^los supuestos de paternalismo justificado— no
sona que vaya a participar en un ensayo clínico sea debidamente
tendría sentido decir que estamos conculcando la autonomía de
informada al respecto.
una persona, sino más bien que hemos descubierto un nuevo
Pero hay también otros casos, los casos difíciles, en los que
principio moral, al haber aplicado las exigencias anteriores (de
autonomía, dignidad, etcétera) a un conjunto de circunstancias
En sus Lecciones de ética (inti'oducción y notas de R. Rodríguez Aramayo;
típicas que antes no habíamos considerado. Si hiciéramos lo
traducción de R. Rodríguez Aramayo y C. Roldán Panadero, Barcelona, 1988),
Kant llega a escribir que "el suicidio no es lícito bajo ningún respecto, ya que
Esto último, debido al Uamado efecto Hawthome, que consiste en la ten-
representa la destrucción de la humanidad y coloca a ésta por debajo de la
dencia, inconsciente o no, a ofrecer mejores cuidados médicos a los pacientes
animalidad" (p. 192). Sin embargo, no me parece difícil interpretar el imperativo
Inmersos en un estudio (los cuales, a su vez, muestran una mayor disposición a
categórico de Kant en forma que sea (en determinadas circunstancias) compati-
cumplirlas prescripciones de los médicos).
ble con la licitud moral del suicidio.
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mismo en relación con los otros tres principios de dignidad, Principio del trato diferenciado
universalidad e información, descubriríamos otros tantos prin-
cipios a los que propongo llamar, respectivamente, principio del Es lícito tratar auna persona de manera distinta que a otra si: a)
utilitarismo restringido, de la diferencia y del secreto. Estos úl- la diferencia de trato se basa en una circunstancia que sea uni-
timos podrían considerarse principios secundarios (los otros se- versalizable; b) produce un beneficio apreciable en otra u otras,
rían primarios), pues derivan de los anteriores, en el sentido de y c) se puede presumir racionalmente que el perjudicado consenti-
que su fundamento son las ideas de autonomía, dignidad, igual- ría si pudiera decidir en circunstancias de imparcialidad.
dad e información; parece también por ello plausible establecer
en el discurso pr'áctico —por ejemplo, en su utilización en un
comité de ética— una cierta prioridad en favor de los primeros,
Principio del secreto
que podría adoptar la forma de Tina regla de carga de la argumen-
tación: quien pretenda utilizar, para la resolución de un caso,
uno de estos últimos principios (por ejemplo, el de paternalismo Es lícito ocultar a una persona informaciones que afectan a su
frente al de autonomía, etcétera) asume la carga de la prueba, en salud, si con ello: a) se respeta su personalidad, o b) se hace
el sentido de que es él quien tiene que probar que, efectivamente, posible una investigación a la que ha prestado consentimiento.
se danlas circunstancias de aplicación de ese principio. De acuerdo
con lo que, me parece, constituirían esos conjuntos de circuns-
tancias, la formulación de los nuevos principios podría ser: 1) de De los principios a las reglas
paternalismo justificado; 2) de utilitarismo restringido; 3) del
trato diferenciado, y 4) del secreto. Allora bien, esta serie de principios (y suponiendo que se acep-
taran las formulaciones que acabo de proponer) no permiten,
naturalmente, resolver, sin más ayuda, la diversidad de casos
Principio de paternalismo justificado difíciles que pueden surgir en la bioética. Por un lado, porque es
razonable pensar que existen (o que pueden llegar a existir) otros
Es ilícito tomar una decisión que afecta a la vida o salud de otro conjuntos de circunstancias que Ueven a la formulación de nue-
si: a) este último está en una situación de incompetencia básica; vos principios. Por otro lado, porque, aun cuando nos circuns-
b) la medida supone un beneficio objetivo para él, y c) se puede cribamos a los anteriores, ellos necesitan ser precisados —con-
presumir racionalmente que consentiría si cesara la situación de cretados— en forma de reglas. Por ejemplo, de acuerdo con lo
incompetencia. anterior, cabría concluir que no se puede rechazar ab initio la
posibilidad de un ensayo que no suponga un beneficio (o incluso
que pueda suponer un daño) para los enfermos que participan
Principio de utilitarismo restringido en el mismo, pero eso no es todavía suficiente para autorizar, o
no autorizar, un determinado ensayo clínico de esas caracte-
Es lícito emprender una acción que no supone un beneficio para rísticas; en este sentido, puede decirse que los principios son
una persona (o incluso que le supone un daño), si con ella: a) se inconcluyentes: por sí mismos no permiten resolver definitiva-
produce (o es racional pensar que podría producirse) un benefi- mente un caso. Además de principios, necesitamos reglas que
cio apreciable para otro u otros; b) se cuenta con el consentimien- precisen, por ejemplo, hasta dónde ha de llegar el riesgo para ima
to del afectado (o se puede presumir racionalmente que consen- persona y el beneficio para otra, qué cabe entender por medidas
tiría), y c) se trata de una medida no degradante. no degradantes, etcétera. Pero eso nos lleva a la conclusión (véase.
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Xí D c -2 w JURIDIFICAR LA BIOÉTICA 89
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tu que el problema fundamental de la bioética es el de pasar del nivel
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>, otra variación, gozan de un amplio consenso) un conjunto de
pautas específicas que resulten coherentes con ellos y que per-
U3 rt mitan resolver los problemas prácticos que se plantean y para los
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La bioética tendría que proporcionamos, por así decirlo, la
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la vía legislativa y la judicial.
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Iotí La primera tiene indudables ventajas (que se incrementan
cuando los órganos que establecen las reglas poseen una legiti-
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"H 6 midad indiscutida —por ejemplo, por su origen democrático—
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M 3 que podría faltar en los jueces), pero también algunos inconve-
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nientes. En particular, no parece que éste sea el procedimiento
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o o Ud S u Ob U "d jo: —o el único procedimiento— a seguir cuando las reglas tienen
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1.8 ICO' Io Lp « G -..I que referirse a circunstancias altamente imprevisibles (como
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:S ^ S S ^ T? (L) r^ G ^ envuelven juicios de valor, opiniones morales, etcétera, que es-
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^ pTj o ü d u) tán lejos de suscitar un consenso por parte de los legisladores. El
riesgo en estos casos es que las normas producidas no alcancen
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" I" U 3 U O 1)
o.. el nivel de concreción deseable y/o resulten excesivamente rígi-
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ü uíTS oS fi das. Me parece que el desarrollo de la bioética ofrece algunos
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S A-II G^ ^ S w en S i s "Cl U, ^ ejemplos de este vano empeño por seguir única o preferentemen-
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i •O S c u o te una vía "legislativa". Así, en materia de transplantes, se esta-
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66
FUNDAMENTOS ÉTICO-JURIDICOS JURIDIEICAR LA BIOÉTICA 91

blece la obligación de contar siempre con la autorización de los ética a los que, en su momento, me referí. Pero estos órganos
familiares del fallecido al que se va a extraer un órgano^® y se podrían utilizar el método judicial de ponderación de los princi-
prohibe que el donante pueda recibir una contraprestación eco- pios, que antes he procurado ilustrar, como un modelo plaus;ible
nómica.'® Sin embargo, estas exigencias no tienen —como se de racionalidad práctica. Me parece que, con lo que llevo dicho,
pretende— carácter ético, sino que, a lo sumo, se basan en crite- queda claro que los miembros de esos comités están, en efecto,
rios de oportunidad que son contingentes; es decir, es posible en una situación análoga a la de los jueces que tienen que resolver
que, dado el estado de opinión existente al respecto, sea mejor casos jurídicos basándose esencialmente en principios. Esa ana-
proceder de acuerdo con esas dos exigencias, pero yo no veo que logía puede, sin embargo, desarrollarse todavía un poco más allá,
exista ningún obstáculo de tipo ético para aprovechar órganos en estas dos dimensiones.
de un cadáver, que no es ya una persona humana, en benefi- La primera lleva a proponer la creación de un comité de ám-
cio de alguien que sí lo es; o para asignar una cierta cantidad bito nacional que operase como una especie de tribunal de se-
económica a los donantes de órganos, o a sus familiares, aunque gunda instancia con i'especto a cada uno de los comités de hos-
sí habría que excluir (por obvias razones de igualdad) que los pital. No quiero decir con ello que ese comité debiera tener el
transplantes sigan la ley de la oferta y de la demanda.'' Y algo poder de revocar las decisiones de los otros, pues esto no sería ni
parecido ocurre con la prohibición de efectuar ensayos con ni- deseable, ni factible. De lo que se trataría es de que existiera la
ños, con enfermos mentales o con embarazadas que no necesa- oportunidad de volver a discutir los casos verdaderamente con-
riamente —cuando se entiende como una prohibición absolu- flictivos (deberían ser los propios comités de ética de hospital los
ta— redunda en beneficio de esas categorías de personas. Se diría que decidieran cuáles son esos casos), de manera que se pudiera
que, en todos estos casos, el afán comprensible por evitar abusos ir produciendo una especie de "jurisprudencia" que permitiera
lleva a situar la línea de lo éticamente prohibido más allá de que los principios de la bioética se fueran desarrollando —es
donde sería razonable trazarla. decir, fueran concretándose en reglas— de una forma más ho-
La segunda vía, la "vía judicial", es la que, me parece, debería mogénea y coherente de lo que ocurriría en otro caso. Por su-
recorrer la bioética con mayor frecuencia y decisión de lo que lo puesto, tales decisiones (o, mejor, los criterios o las reglas en que
hace. Con ello —insisto— no quiero decir que los jueces profe- las mismas se basaran) no tendrían carácter vinculante para los
sionales —o, en general, los juristas— deban tener en este campo comités de hospital (de cara a los casos futuros). Su función sería
un mayor peso del que ahora tienen. Por el contrario, creo que el simplemente (pero esto me parece que es muy importante) de
protagonismo deberían asumirlo, cada vez más, los comités de carácter orientativo: los criterios serían seguidos en la medida
en que resultaran convincentes.
Ésta es, cabría decir, una norma "legislada" por las autoridades médicas,
pues la ley de ti'ansplantes de órganos (Ley 30/1979 de 27 de octubre, desanoUada La otra dimensión —estrechamente ligada a la anterior— tie-
por Decreto 426/1980 de 22 de febrero) parte del principio de que basta con que ne que ver con la exigencia de que las decisiones de ese "Comité
el fallecido no haya mostrado su voluntad en contra para que se puedan usar sus Nacional de Bioética" (que podría constar de diversas secciones:
órganos. ensayos clínicos, cuestiones asistenciales, etcétera) debieran ser
Véase el "Documento de consenso" (emitido por la Comisión permanente
motivadas (tanto las de la mayoría como las de los disidentes) y
sobre trasplante de órganos y tejidos del Consejo Interterritorial del Sistema
Nacional de Salud), en Revista española de transplantes, voi. 2. Extraordinario. debieran, desde luego, publicarse. Sólo así podría asegurarse un
' ' Pero esto no se sigue de lo anterior. Es decir, cabe establecer un sistema de alto grado de coherencia y que la modificación de los criterios (la
remuneración que, sin embargo, no lo fije el meicado, sino, por ejemplo, las conversión de las opiniones minoritarias en mayoritarias) obe-
autoridades públicas del servicio de salud. Es curioso que, en materia de tras- deciese, en la mayor medida posible, a pautas de racionalidad y
plantes, todo el mundo parece haber asumido que, por parte del donante, no rigen
no a meros prejuicios ideológicos o a "transacciones" entre inte-
los principios de la ética ordinaria, sino el "principio de generosidad", según el
cual una donación debe ser siempre un acto supererogatorio. reses en conflicto.
INVESTIGACIÓN EN SERES HUMANOS Y SIDA 93

El juicio de Nuremberg culmina con la propuesta de diez


principios luego denominados "Código de Nuremberg"; años
más tarde se elabora la "Declaración de Helsinki". Estos docu-
IV. I N V E S T I G A C I Ó N E N S E R E S H U M A N O S mentos internacionales promueven la protección de las personas
que participan en investigación.
Y SIDA A partir de ali f muy lentamente la sociedad inicia una toma de
conciencia respecto de la necesidad de proteger a los sujetos que
FLORENCIA LUNA participan en investigaciones. Recién se puede decir que a finales
de los setenta se comienzan a conocer y se aceptan estos códigos
y se elaboran nuevas normas de protección no sólo para terminar
En este artículo px'opongo una evaluación de los cambios que el con una larga historia de abusos, sino también para evitar daños
sida introdujo en las propuestas éticas respecto de investigaciones por tomar decisiones apresuradas.
en seres humanos. Me voy a centrar en algunos de los problemas
que plantea esta enfermedad a lo que se consideró como la respues-
ta establecida desde la ética a la investigación con seres humanos. ¿QUÉ PLANTEAN LOS LLAMADOS "CÓDIGOS DE ÉTICA
La pregunta básica a responder a lo largo de este trabajo es si EN INVESTIGACIÓN"?
los cuestionamientos que surgen a raíz de la eclosión del sida
minan las propuestas de los códigos de ética tales como Nurem- Los códigos y declaraciones varían entre sí (el peso que el Código
berg y Helsinki. La segunda pregunta a considerar es si las regu- de Nuremberg brinda al consentimiento informado es mucho
laciones inauguradas en tiempos del sida implican un cambio de más fuerte que el de Helsinki, etc.). Algunos de ellos están dirigi-
paradigma a la Kulin. Para responder estas interrogantes pasaré
dos a la investigación no terapéutica y otros a la terapéutica. El
revista a algunos de los hitos en investigación y a los propósitos
Código de Nuremberg tenía como telón de fondo las aberracio-
presentes en los códigos de ética y evaluaré ciertos argumentos
nes nazis y las investigaciones no terapéuticas mientras que la
que se esgrimen en esta discusión.
Declaración de Helsinki está dirigida, básicamente, a considerar
la investigación terapéutica. Esta distinción tiene relevancia ya
que las exigencias para investigaciones no terapéuticas son mucho
¿CÓMO SURGEN CIERTOS PLANTEAMIENTOS ÉTICOS
mayores dado que en la investigación terapéutica se pueden brin-
DENTRO DE LA INVESTIGACIÓN CON SERES HUMANOS?
dar beneficios y curas a los pacientes-sujetos de investigación.
Sin embargo, a gi-andes rasgos se puede decir que estos códi-
En general las investigaciones en seres humanos durante el siglo
gos promueven:
XIX y principios del XX se realizaban en pequeña escala, en fami-
liares (hijos de los médicos-investigadores o en ellos mismos) o
- La necesidad de respetar el consentimiento voluntario (más
en vecinos de la comunidad. Con el advenimiento de nuevas
tarde conocido como consentimiento informado).^
drogas como las sulfamidas, y los intentos de encontrar vacunas
—^por ejemplo, la vacuna contra la malaria— comienzan a visua-
experimental "inmunizante" extraído de sifilíticos, sin infoi'mar a sus padres.
lizarse problemas en la investigación.' Hasta llegar a la aberra-
Para mayores detalles véase R. Baker, "Un modelo teórico para la ética médica
ción cometida por los nazis. tz-anscultural: Posmodernismo, relativismo y el Código de Nuremberg", en Pers-
' Un ejemplo se da en Alemania. En 1896 se descubre que un profesor de pcclivas bioéticas en las Améncas, año 2, núm. 1, 1997.
dermatología y venereología había inoculado niños y adolescentes con tm suero - Véase en el Código de Nuremberg el art. 1, y en la Declaración de Helsinki
el art. 9, enBioética: Temas y perspectivas, Wasliington, DPS, 1990.
92
110 INVESTIGACIÓN EN SERES HUIVIANOS Y SIDA
FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS 95

- El conocimiento por parte de los sujetos de investigación de


la posibilidad de retirarse de la investigación en cualquier CÓDIGOS Y AGENCIAS
momento.^
- Una cuidadosa ecuación riesgo-beneficio. ("Cada proyecto Existen diferentes tipos de protecciones para las o los sujetos que
de investigación biomédica en seres humanos debe ser pre- participan en investigaciones. Los códigos de ética promueven
cedido por una valoración cuidadosa de los riesgos predeci- la consideración de estándares éticos. Las agencias u organis-
bles para el individuo frente a los posibles beneficios para él mos implementan ciertas regulaciones o salvaguardas. Hay que
o para otros. La preocupación por el interés del individuo dehe diferenciar entre lo que estos códigos dicen y lo que las regula-
prevalecer siempre sobre los intereses de la ciencia y de ta ciones y las agencias entienden por proteger a los pacientes. Por
sociedad. ello, antes de comenzar habría que distinguir dos niveles de aná-
- Una adecuada elaboración del protocolo de investigación en lisis. Los códigos en cuanto desempeñan un papel regulador y
función de investigación previa en el laboratorio y en ani- promueven ciertos principios, y las agencias o reglamentaciones
males.^ que intentan implementar o interpretar tales principios. Críticas
- Aprobación por un organismo independiente (comité de a las segundas no necesariamente afectan a los primeros si éstos
ética u otro).® no son adecuadamente interpretados.
Desde la aparición del VIH/sida hubo una fuerte y certera crí-
Indudablemente el espíritu de estos códigos y declaraciones tica respecto del modo de trabajo con drogas por parte de la Food
es proteger a las poblaciones vulnerables como son los pacientes, and Dnig Administration (FDA)® y críticas a los parámetros éticos
soldados, presos, niños, personas con discapacidades mentales, exigibles a las investigaciones con seres humanos. Respecto de
entre otras. Esto involucra un principio de respeto por las perso- la FDA se plantearon objeciones concretas que apuntaban a los
nas,' una valoración de sus capacidades de decisión y la garan- tiempos que se tardaban en desarrollar y aprobar drogas,® a la
tía de no explotación en tanto siempre queda abierta la posibili- falta de distinción entre diferentes drogas y sus posibilidades de
dad de no participar. Se trata, además, de tomar todos los recaudos cura o alivio en casos de enfermedades terminales o muy serias.
necesarios para evitar lesionar o considerar a estas poblaciones Se señalaron también daños que se efectuaban a las poblaciones
como objeto de investigaciones dudosas. de pacientes estadunidenses en relación con la imposibilidad de
¿Qué sucede con estos documentos y la crisis que plantea el obtener las mismas drogas que habían sido aceptadas en países
sida? ¿Pueden estos códigos dar cuenta de estos nuevos plantea- europeos. Estas críticas eran indudablemente válidas y apunta-
mientos? ban a serios problemas: barreras en la investigación, burocracia.

® El desarrollo de la investigación con drogas está relacionado con el desaiTO-


^ Véase en el Código de Nuremberg el art. 2, y en la Declaración de Helsinki 11o de algunas agencias o instituciones diseñadas para monitorear tales investi-
el ai-t. 9, op. cit. gaciones y proteger a los sujetos de investigación y a la población en general.
^ Declaración de Helsinki, art. 5, op. cit. Véanse también en el Código de Debido a ello haré referencia a agencias como la FDA durante el desarrollo de este
Nuremberg los arts. 4 y 6, y en la Declaración de Helsinki los arts. 4 y 7. trabajo.
^ Véase en el Código de Nuremberg el art. 8, y en la Declaración de Helsinki ® Por ejemplo, hasta 1980 el tiempo promedio de aprobación de drogas, ima
los arts. 1 y 3, op. cit. vez terminados los ensayos clínicos, era de 20 meses; de 1986 a 1989 las dro-
^ Véase en la Declaración de Helsinki el art. 2, op. cit. gas de mayor urgencia tomaban un promedio de 27.1 meses. En el informe de
' m Belmont Report define el principio de respeto por las personas incorpo- Me Mahon de 1982, se señala que el proceso de desarrollo de drogas (desde que
rando dos convicciones éticas: primero, que los individuos deben ser tratados se sintetizan hasta que se apixieban) tarda un promedio de 13 años. Véase Bamch
como agentes autónomos y, segundo, que las personas con autonomía disminui- Brody, Ethical Issues in Drug Testing, Approval and Pricing, Oxford University
da tienen derecho (are entitled) a protección. Press, 1995, pp. 165ss.
110 INVESTIGACIÓN EN SERES HUIVIANOS Y SIDA
FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS 97

ineficiencia presente en el funcionamiento de la PDA, y a la falta ¿Son admisibles tales regulaciones? ¿Se superan acaso las
misma de protección y el daño que, paradójicamente, esta agen- críticas de los activistas con estos cambios de regulación de la
cia infringía. FDA? ¿Se necesita una modificación aún más profunda en los
Esto generó ciertos cambios en la política de la PDA. En mayo cánones éticos de aceptabilidad de una investigación? De hecho,
de 1987 se aprueba el tratamiento "IND" (el formulario para in- algunos enfermos reclamaron modificaciones más radicales co-
vestigational new dnigs). Una reglamentación que permite la ven- mo el rechazo de la distinción entre "investigación" y "tratamien-
ta de drogas en investigación para enfermedades graves y con to", dejar de lado el uso de placebos en los ensayos clínicos,''^ los
peligi'o de muerte.'® En octubre de 1988 se aprueban las regula- criterios de selección de los sujetos-pacientes,'® o pidieron la no
ciones de la "subparte E" que involucra a la FDA en el planeamien- realización de investigaciones clínicas randomizadas,'® etc. Pa-
to de los ensayos clínicos para enfermedades como las anteriores saré revista, entonces, a los argumentos esgrimidos por los acti-
con el objetivo de que reciban una más rápida aprobación." En vistas del sida para generar estos cambios y analizaré su viabili-
1992 se aprueba la "subparte H" (o regulación para una aproba- dad. Evaluaré si los cambios adoptados por la FDA subvierten
ción acelerada) que es más amplia que la "subparte E" porque elementos fundamentales de la investigación y frente a qué situa-
incluye enfermedades graves que se piensa obtendrán un bene- ciónnos encontramos."
fìcio significativo sobre los tratamientos existentes y no necesa-
el sistema de acceso expandido. N.Neveloff Dubler y R. Levine, "Building a New
riamente enfermedades con peligro de muerte.'^ Consensus: Ethical Principles and Policies for Clinical Research on HIV/AIDS", en
En 1990 se propone e] parallel track o el acceso expandido. El IRB, vol. 13, niims. 1-2, 1991, p. 5.
objetivo es hacer accesibles ciertas drogas prometedoras (sólo ''' Hay muchas ventajas metodológicas en el uso de placebos. Un ensayo
para el sida) a través de investigación clínica y acceso expandido clínico con placebo puede mostrar la eficacia del ti atamiento sin contaminarse
con las expectativas del o de la paciente (efecto placebo) y puede establecer
(para aquellos que no son elegibles para la investigación por
ineqm'vocamente a una di'oga como la terapia estándar. La condición básica al
criterios médicos o de otro tipo —personas que viven lejos de los comienzo del ensayo es que no debe haber certeza respecto de qué pacientes
centros de investigación, etc.—). La compañía farmacéutica pro- estarán mejor, aqueüos con el placebo o con el ü-atamiento experimental. Los
porciona gratis la droga pero no se hacé cargo de montar ensayos activistas pedían que no se realizaran investigaciones con placebo para que todos
clínicos —muy costosos, por cierto— y los médicos o las médicas pudieran tener igual acceso a las drogas.
realizan informes de los daños y beneficios.'^ Los criterios de selección de pacientes se realizan para hacer a los estudios
internamente válidos y para proteger poblaciones que se alegan como vulnera-
10 Véase Edgar Y RoÜiman, "New Rules por New Diugs: The Challenge of MDS bles. Estos criterios a veces plantean problemas respecto de la justicia y genera-
to the Regulatoiy Process", en The Milhank Quarterly, vol. 68, supl. 1, 1990, pp. lización de los resultados de la investigación. Se ha argumentado en conti-a de
126 ss. algunas selecciones a raíz de los obstáculos que se plantean a niños y mujeres (ya
' ' El proceso de desan-ollo de drogas tiene tres fases. La fase l involucra de 10 que normalmente no podían acceder a estas investigaciones).
a 50 sujetos de investigación, estudia la forma en que la droga es tolerada, meta- Metodológicamente, el ensayorandomizadode doble ciego se considerala
bolizada y excretada. La fase n incluye de 50 a 200 pereonas y busca determmar regla de oro en los ensayos clínicos. El azar elimina variables molestas que
la eficacia. La fase in se expande a 1 000 o más sujetos de investigación y trabaja pueden confundir los resultados, como por ejemplo la edad o los hábitos nutri-
sobre la seguridad y eficacia. Antes del surgimiento de esta regulación, la actitud cionales, al distribuir a las personas con estas difei encias. Se justifica la rando-
de la FDA era de desconfianza y rechazo hacia las compañías farmacéuticas o de mización cuando los tratamientos son igualmente buenos. No es ético cuando
elaboración de drogas. Esta regulación implica una actitud de colaboración para lasramasde la investigación no se encuentran en clinical equipoise, en especial
poder llegar a mejores resultados másrápidamentey la posibilidad de combinar cuando la enfermedad es fatal o progresa muy rápidamente. Algunos activistas
ensayos de fase n y m para obtener la aprobación. planteaban no utilizar estos ensayos por ser una manifestación cientificistaque
Esta ultima regulación muestra una tendencia a hacer más accesibles tera- no consideraba las necesidades de los pacientes con sida.
pias y drogas nuevas no sólo para enfermedades tan graves como el sida. Véase ' ' En este trabajo me enfoco en la crisis del sida, pero no se trata de un hecho
Brody, op. cit., p. 180. aislado; en Argentina tenemos un ejemplo que plantea dilemas semejantes (la
' ^ El Dideoxyinosine (ddl) y el Dideoxycytidine (ddC) fueron distribuidos con Crotoxina como droga experimental contra el cáncer).
110
FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS INVESTIGACIÓN EN SERES HUIVIANOS Y SIDA 99

Expuse las falencias y problemas que llevaron a cuestionar las El argumento comienza por desafiar la diferencia entre tera-
"protecciones" de la FDA, quizá valga la pena tener en cuenta un pia e investigación por innecesaria; se esgrime que se trata de
párrafo que muestra la situación inversa a la que se puede arri- una manifestación elitista de la ciencia y el cuidado del paciente,
bar. En un artículo del Miami Herald se presenta el siguiente contrario al sentido profundo de autonomía. Se señala que al
caso: sujeto se le respeta más asegurándole libertad de elección y par-
ticipación en la investigación, y no protegiéndolo de los riesgos
San Pablo, Brasil: Luis Pedro Forster estaba enfermo y asustado, listo
de la investigación.
para tomar una chance, cuando pasó de infectado a enfermo de sida
hace dos años. Este comerciante de treinta y un años se sumó a casi Los pacientes de sida plantean una o ambas de estas posibili-
novecientos brasileños en un estudio financiando por Merck & Co. dades: 1) participar en investigaciones para obtener las drogas
para probar una nueva droga: el Indinavir, inhibidor de la proteasa. probadas, y 2) obtener las drogas experimentales afuera de las
El unirse a este estudio le levantó la esperanza a Forster, pero no por investigaciones. Demandan derecho (entitlement) personal a to-
mucho tiempo. De no tener síntomas, pasó a tener diarrea crónica y das las experimentaciones o drogas no aprobadas. Si no hay una
a perder cuarenta libras de peso. "Le supliqué a mi médico que me cura aprobada, todas las opciones son experimentales, todas las
cambiara la medicación, pero me contestó que los lineamientos del opciones son igualmente prometedoras e igualmente riesgosas.
estudio prohibían eso", dijo, hasta que en mayo pasado contrajo una
esofagitis micótica con lesiones en la garganta y deshidratación se- El argumento continúa señalando que para algunos no hay
vera, y debió ser hospitalizado. Tres grupos de activistas de sida diferencias entre drogas "experimentales" y "no experimenta-
brasileños objetan el estudio de Merck en varios campos y han recla- les"; hay drogas que pueden o no salvar la vida. El problema de
mado al gobierno federal y a las agencias de control de los Estados esta posición es que rápidamente se puede pasar del acceso a dro-
Unidos su apoyo.'® gas experimentales con expectativas favorables al acceso a cual-
quier tipo de drogas. Esta falta de límite es lo que resulta proble-
Este relato muestra la contracara de algunas investigaciones mático. Esta concepción deja a los experimentos a definir sin la
que tampoco pueden perderse de vista. referencia a sustancias experimentales. Deja la definición en
manos individuales.
Respecto de la definición de "terapia" también se plantean
PRINCIPALES ARGUMENTOS
problemas teóricos que tienen incidencia en la práctica: si el
médico utiliza una droga experimental con un solo paciente, ¿es
No distinción entre terapia e investigación
investigación o es terapia?; ¿importa si el médico está tratando
de beneficiar al paciente o si sólo está probando la droga para ver
Uno de los argumentos más fuertes provistos por los activistas
si es eficaz?; ¿ c ó m o debe caracterizarse la investigación: por lo
del sida se basa en el rechazo de la distinción entre terapia e
que se hace o por qué se hace? Una definición práctica es la que
investigación; ¿es necesario tirar por la borda esta distinción?
señala que es un estudio conducido con el propósito de obtener
El rechazo de la distinción entre investigación y terapia fue
conocimiento generalizable. Sin embargo esto no significa que
uno de los argumentos que se esgrimió para cuestionar la nece-
sidad de los ensayos clínicos o la relevancia de ciertos criterios metodología sino el planteamiento más general respecto de la no distinción entre
terapia e investigación. De hecho, en un ensayo clínico algunos de los sujetos de
científicos c o m o el uso del placebo.'^
investigación se negaron a usar placebo y abandonaron el ensayo ose intercam-
biaron a escondidas medicación por placebo, amenazando la viabilidad de la
"Ética de un estudio clínico en Brasil", Desidamos, año 5, núm. 1, mayo de investigación. Véase T. C. Menigan, "You Can Teach an Old Dog New Tricks:
1997, pp. 17-18, publicado originalmente enMiami Herald, 17 de marzo de 1997. How AIDS Trials are Pioneering New Strategies", en New England Journal of
" En este trabajo no analizaré en detalle cada una de estas objeciones a la Medicine, núm. 323, 1990, pp. 1341-1343.
110 FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS INVESTIGACIÓN EN SERES HUIVIANOS Y SIDA 101

cuando se dan drogas no probadas estemos en presencia de una forzar su argumento utilizando al "consentimiento informado"^'
investigación únicamente si el médico lo decide. como criterio y no el de "riesgo-beneficio". Desde este punto de
Wendy Mariner,2° por ejemplo, intenta mantener la distinción vista no hay limitaciones en la experimentación salvo el consen-
entre terapia e investigación ya que para que tenga sentido la timiento. Ante esta posición se puede objetar que el consenti-
investigación debe definirse en términos objetivos y no subjeti- miento identifica a la persona que quiere realizar el experimento
vos. El propósito y contenido de la investigación deben poder ser pero no puede definir el alcance de la investigación permisible. Si
discernidos por observadores independientes, al margen de los los investigadores creen que no hay que evaluar los riesgos y
objetivos personales de los investigadores y de los sujetos parti- beneficios para justificar un experimento, pueden creer que
cipantes. cualquier cosa es permisible y que los sujetos deciden o no tomar
Además, si se elimina la distinción entre investigación y tera- esos riesgos. El análisis riesgo-beneficio pasa a los sujetos posi-
pia, no queda claro cuáles son las obligaciones del médico. Nor- bles. Y aunque ello debe formar parte de cualquier deliberación
malmente su deber consiste en utñizar efectivas prácticas médi- respecto de entrar o no en una investigación, aquí se transforma
cas aceptadas. Pero si no hay forma de diferenciar el alejamiento un análisis personal en el sustituto para determinar si cualquiera
de la norma, ¿deben los médicos ser responsables por todo el puede ser invitado a participar.^^ £i consentimiento legitimaría
daño a sus pacientes o por ninguno? cualquier experiencia.
Un argumento en contra de la protección puede esgrimir que,
en ciertos casos, someterse a la experimentación es la única
El argumento del consentimiento infonnado esperanza de esa persona y que, en ese sentido, la esperanza
como criterio único superaría el riesgo.^^ Si se parte de la base de que el ensayo no
beneficiará y aún más, puede dañar al paciente, cuando se pone
Uno de los argumentos en contra del derecho (entitlement) a la esperanza por encima de la viabilidad o de posibles beneficios
drogas experimentales dice lo siguiente: "las personas tienen reales se está cayendo en un autoengaño. La persona en esa
derecho a la protección de riesgos evitables". La mayor parte de situación no parece actuar como un ser competente y racional
la gente no está en la posición de poder evaluar riesgos y benefi- que toma la decisión más conveniente para sí, sino como una
cios de una sustancia experimental, sobre todo cuando la ciencia persona desesperada que no considera la información de manera
no está segura. (Una vertiente de este argumento subraya la in- adecuada y que no parece ser competente. Al sobredimensionar
capacidad de los o las pacientes-sujetos de investigación para la esperanza en forma irreal el sujeto se pone fuera de la posibi-
tomar decisiones). Por tanto, la sociedad tiene la obligación de lidad de brindar un consentimiento informado adecuado. Y fá-
identificar medidas terapéuticas para prevenir la explotación y cilmente puede ser considerado como una población vulnerable
el daño a sus miembros. a la cual hay que evitar e x p l o t a r . S i la esperanza está bien
Un contrargumento señalará que en la medida en que hay
Una persona da su consentimiento cuando, provista de la información,
incertidumbre, le concierne a la persona en cuestión decidir y, acepta seguir el tratamiento propuesto por su médico o sometei-se a algún tipo
por tanto, la sociedad no tiene el derecho de obstaculizar el ac- de experimentación. Involucra la difícil noción de competencia y, sobre todo en
ceso a bienes libremente elegidos. el caso de experimentaciones, surgen cuestionamientos respecto de la posibili-
Quien argumenta en favor del acceso irrestricto, puede con- dad de brindar la infonnación adecuada.
ceder la diferencia entre terapia e investigación pero puede re- Maiiner, op. ciU, p. 302.
^^ Una objeción de este tipo fue planteada por Juan Rodi íguez Larreta en el
"" Wendy Mariner, "AIDS Research and the Nuremberg Code", en G. Annas y "Coloquio de Filosofia Práctica", en SADAF.
M. Grodin, The Nazi Doctors and the Nwemberg Code, Oxford University Press, Ejemplos de estas situaciones se dieron en Ai'gentina con el experimento
1992, p. 295. de la Crotoxina, una droga que supuestamente cur aba el cáncer, y la falta de datos
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FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS INVESTIGACIÓN EN SERES HUIVIANOS Y SIDA

fundada, dado que hay posibihdades de un mayor beneficio que hacerlo los participantes. El peligro que acecha a este tipo de
riesgo, no se está considerando como criterio único al consenti- planteo es la explotación de poblaciones vulnerables. Y el con-
miento informado sino también a una apreciación adecuada de sentimiento informado parece ser un elemento necesario pero
la ecuación riesgo-beneficio. En ese caso la opción sí parece no suficiente para dar cuenta de las investigaciones. Como espe-
viable. ro mostrar más adelante, hay otros elementos que deberán ser
Otra situación a considerar es la asimetría que existe entre la tenidos en cuenta.
relación médico-paciente y la del investigador-sujeto de investi-
gación cuando se trata de dejar que sea el paciente el que elija los
tratamientos a seguir (consentimiento informado en tratamien- El argumento de la compasión a las compañías
to clínico) respecto de una propuesta supuestamente semejante fannacéuticas
en investigación (consentimiento informado como criterio de
aceptabilidad de una investigación). Nótese que no estoy argu- Una primera objeción a las nuevas políticas de la FDA señala que
mentando en contra del consentimiento informado como un las nuevas regulaciones o concesiones a raíz del sida, más que pro-
elemento necesario en la investigación —lo cual está fuera de teger a los o las pacientes, a quien realmente protegen es a la
duda—sino en contra del consentimiento informado como úni- industria farmacéutica.^' Si analizamos los cambios efectuados
co criterio. En el primer caso se considera la competencia del por la FDA, vemos que tanto la "subparte E" como el acceso ex-
paciente (que podríamos aceptar es la misma que en el caso de pandido, realizados adecuadamente, benefician a la industria
una investigación clínica) y se le plantean válida y justificada- farmacéutica (en tanto ahorran costos y tiempos), pero también
mente varias alternativas. Este último es el punto en el que las suponen una ventaja y beneficio para los pacientes (ya que no
dos situaciones difieren. En el caso de la relación médico-pacien- sólo implican un aliorro de tiempo para ellos —lo cual sabemos
te hay ciertas alternativas que cumplen un estándar mínimo para que es vital— sino que también hacen accesibles estas drogas a
ser sugeridas por el médico —no se va a sugerir cualquier opción: personas que no son elegibles para un protocolo estándar y se
ni terapias alternativas dudosas, o prácticas poco científicas—; obtienen gratuitamente). Por otro lado, estas propuestas no es-
en el caso de las investigaciones a desarrollar —si no existe nin- tán en contra de los cánones científicos de investigación. Lo que
gún otro parámetro como puede ser un adecuado análisis de quizá sí sea más objetable es la IND, que implica la venta antici-
riesgo-beneficio— hay que sopesar si se pueden considerar como pada de la droga experimental (plantea un problema adicional
opciones viables. Y esto implica otra evaluación más. El paciente de justicia ya que al ser experimental no es cubierta por los
no se encuentra en la misma situación que el sujeto de investi- sistemas de seguros médicos, siendo accesible sólo a aquéllos
gación —sólo el primero elije entre alternativas viables—. El que la pueden pagar). Algunos investigadoi-es han objetado que
segundo no tiene ni la información fehaciente ni la exigencia de estos nuevos cambios podrían conspirar contra los ensayos clí-
un adecuado balance riesgo-beneficio como base mínima sobre nicos. ¿Para qué exponerse a placebos si se puede comprar la
la cual optar. En este sentido, se encuentra en una situación droga? Sin embargo, ésta no parece ser una buena crítica. Si los
mucho más desventajosa, aún si concedemos que su capacidad ensayos clínicos son éticos y el placebo se utiliza adecuadamen-
de decisión es semejante en ambas situaciones. te^® no habría justificación para negarse a la investigación (ésta
Debe haber una distinción entre investigación justificable y puede implicar una mejor atención, gratuidad, etcétera).
no justificable. Los investigadores no pueden decidir por sí solos Así, si bien es indudable que estos cambios en las políticas de
(basados en la necesidad de conocimiento) ni tampoco pueden
25 ,
' George Annas, "FDA'S Compassion forDesperate Drug Companies", enHas-
serios respecto de su inocuidad y eficacia. Véase E. de Ipola, Las cosas del creer, tirigs Center Report, vol. 20, núm. 1,1990.
Buenos Aires, Ariel, 1997. Véase la nota 15.
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FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS INVESTIGACIÓN EN SERES HUIVIANOS Y SIDA

aprobación e investigación de drogas, realizadas dentro de cier- trazar una línea. Una segunda cuestión será dónde trazarla y con
tos límites, implican grandes beneficios a las compafiías farma- qué criterios. La solución alternativa de la paradoja que propone
céuticas; también es cierto que estos cambios benefician a los Brody se basa en el hecho de que algunas preferencias para usar
pacientes. Me parece, entonces, que esta crítica no es concluyen- drogas son irracionales y debemos atribuirlas a fallas en la cog-
te; aunque debería estar presente para no perder de vista que a nición o en la formación de valores más que en valores alterna-
quienes se desea proteger es a los derechos de los pacientes y no tivos. Su respuesta será que se rechazarán tales drogas cuando
los negocios de las industrias. ningún agente racional, cualesquiera sean sus valores, estuviera
dispuesto a usar la droga.^®
Considero que esta propuesta es demasiado débil ya que otro
Derecho individual versus protección criterio que debería mantenerse es el de un análisis riesgo-bene-
ficio.^® A no ser que se considere que este tipo de juicio lo inclu-
Otra vertiente argumental del consentimiento informado como ya.^" Uno de los puntos, a mi juicio descuidados, reside en una
criterio es la que pone el acento en la libertad individual. Parece inadecuada valoración de cierta variable presente en estas de-
plantearse un dilema: derecho individual versus protección. mandas: la ecuación riesgo-beneficio en personas cuya posibüi-
¿Queremos abolir toda protección para dejar las decisiones en dad de vida está seriamente amenazada y en donde los riesgos
manos individuales en poblaciones todavía vulnerables y con los (que para otras poblaciones pueden resultar demasiado grandes)
riesgos que ello implica? para ellos son menores. En este sentido habría que considerar en
En un planteamiento dicotòmico —derecho individual versus esta ecuación al menos tres variables: i j el grado de terminalidad
protección—, Baruch Brody^' propone la siguiente paradoja en y la seriedad déla enfei-medad; 2) las alternativas de tratamientos
relación con la regulación de drogas: cualquier esquema de re- "adecuados" disponibles, y 3j los efectos secundarios de las dro-
gulación de drogas pide un balanceo amplio de objetivos que será gas a probar.
más o menos apropiado para unos u otros, en función de sus En esta línea parece adecuado considerar que en la situación
valores. Pero pareciera que no podemos desarrollar un esquema inicial de la pandemia —en la cual la enfermedad se presentaba
de regulación de drogas éticamente apropiado porque el esque- como mortal y terminal, y no había ningún tipo de tratamiento
ma corporizará los valores de unos y discriminará los de otros. disponible—los riesgos a aceptar fueran mayores que el mínimo.
Brody plantea dos soluciones a la paradoja: a) rechazar los es- Implicaba una situación más laxa, dado que el riesgo que enfren-
quemas de regulación de drogas, y b) desistir de ese rechazo y taban estos enfermos era la muerte segura. En este momento, en
tratarde definir una base racional para un esquema social amplio. cambio, hay tratamientos disponibles y esto debe ser adecuada-
Pese a lo atractivo de la primera opción, dirá Brody, el planteo mente ponderado en la ecuación riesgo-beneficio. Por ejemplo,
no sólo es demasiado radical como para ser políticamente viable resulta ampliamente cuestionable utilizar placebos cuando se
sino que involucra una preocupación acerca de la capacidad de conoce un tratamiento estándar que provee la posibilidad de
médicos y pacientes de asimilar la información. Brody piensa volver crónica a esta enfermedad; éste es uno de los puntos en
que debe rechazarse por la excesiva confianza en los deseos ex- cuestión de las actualmente objetadas investigaciones en tomo
presos de tomar las drogas en cuestión. al sida en países del Tercer Mundo.
Brody se pregunta, entonces, bajo qué condiciones rechaza-
ríamos la aprobación de una droga. Nótese que si se concede que -^Ibid., p. 1 9 7 .
De hecho, actualmente la FDA sostiene este tipo de análisis con un carácter
no deben permitirse ciertos riesgos, se acepta el principio de
sustantivo.
^^ Lo que no parece ser sugerido por Brody.
Baruch Brody, op. cit. Véase M. Angeü, "The Ethics of Clinical Research in the Third V/orld", en
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FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS INVESTIGACIÓN EN SERES HUIVIANOS Y SIDA

Si se aceptan las variables mencionadas en la ecuación ries- la terapia no debe tener efectos secundarios sustanciales que puedan
go-beneficio, las propuestas que incorporan estos cambios no comprometer los beneficios potenciales a los pacientes; 4) deben
necesariamente subvierten los puntos básicos de los códigos de haber expectativas justificables de que los potenciales beneficios a los
pacientes serán lo suficientemente amplios como para hacer que
ética, ya que éstos ponen especial énfasis en el análisis riesgo-be-
los resultados del ensayo no randomizado no sean ambiguos, y 5) la
neficio. Los códigos pueden seguir considerándose como el telón razón científica de tal tratamiento debe ser suficientemente sólida
de fondo sobre el cual realizar nuevas modificaciones. Lo que sí como para que resultados positivos se acepten ampliamente.^^
puede suceder es que estas ecuaciones riesgo-beneficio involu-
cren una ética con un espíritu más aristotélico que kantiano (la La autora señala que subrayó algunas palabras porque éstas
búsqueda de un justo medio y no la imposición de una norma son fuertemente evaluativas. ¿"Tratamiento apropiado" para
rígida que siempre se deba respetar). Una adecuada valoración qué? ¿"Expectativas" para quiénes? ¿"Aceptable" o 'TDeneficioso"
de la ecuación riesgo-beneficio permitiría mantener ciertos es- en qué sentido? Responder estas preguntas involucra más que
tándares éticos y no nos llevaría a rechazar la tradición de códi- meros juicios científicos; requerirá de juicios evaluativos y mo-
gos y declaraciones de ética en la investigación. rales respecto de riesgos y beneficios en relación a algún objetivo.
Así, cabría tener en cuenta criterios de riesgo-beneficio consi- Frecuentemente, las perspectivas de los o las pacientes respec-
derando las diferentes variables señaladas, su aceptación por to de estos puntos son diferentes a las de las o los investigadores.
parte de algún agente racional (Brody) y por supuesto, el adecua- Los últimos están más interesados en mejorar la atención para
do consentimiento informado particular por parte de cada pa- futuros pacientes; mientras que los pacientes quieren saber có-
ciente-sujeto de investigación. mo tal tratamiento los afectará a ellos personalmente. Por ejem-
plo, el interés primario de un investigador será estimar diferen-
cias en la supervivencia del grupo en cinco años, mientras que el
Argumento de la carga valorativa paciente está más interesado en la calidad de vida o en el tiempo
de estadía en el hospital, en posibles náuseas, confusión o de-
Sin embargo, hay consideraciones en la ecuación riesgo-benefi- mencia.
cio que tienen una carga valorativa amplia y que deben ser en- Creo que éste es un punto válido que está implícito en el pedido
tendidas en este sentido y no con la falsa pretensión de dar una de defensa de los derechos de los pacientes. Sin embargo, no
respuesta objetiva y científica. ¿Cómo resolver este conflicto? considero que su respuesta tenga que recaer en el consentimien-
En un excelente artículo, Loretta Kopelman^^ cita una pro- to informado como criterio único o en la desregulación total.
puesta para realizar un ensayo no controlado en fase HI en para- Hay otras ideas de los códigos que quizá merezcan ser resca-
llel track y destaca algunos términos: tadas y, entre éstas, la figura del representante de la comunidad
o un dirigente comunitario respetado. Si bien en la propuesta de
1) No debe haber otro tratamiento apropiado para usar como control;
la Organización Mundial de la Salud (OMS)^"^ se sugiere esta figu-
2) debe haber experiencia suficiente para asegurar que los pacientes
ra para obtener el consentimiento informado, se la piensa para
que no reciben terapia tendrán un pronóstico igualmente pobre; 3)
poblaciones rurales de países en desarrollo no familiarizados
New England Journal of Medicine, núm. 337, 1997, pp. 847-849, y P. Lune y S. con conceptos y técnicas de la investigación actual. Se puede
Wolfe, "Unethical Trials of Interventions to Reduce Perinatal Transmission of
the Human Immunodeficiency Virus in Developing Coimtries", en New England ^^ Byare/n/., "Design Considerations for AIDS Triáis", enL. Kopelman,op. cit,,
Journal of Medicine, num. 337, 1997, pp. 853-856. p. 201.
Loretta Kopelman, "How AIDS Activists are Changing Research", en J. Mo- Se trata de la Propuesta de nonnas internacionales para la investigación
nagle y D. Thomasma, Health Care Ethics: Critical Issues, Gaithersburg, Aspen biomédica en sujetos humanos del Consejo de Organizaciones Inteniacionales de
Publishers, 1994. las Ciencias Médicas y Organización Mimdial de ¡a Salud, arts. 14 y 15, 1982.
110
FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS INVESTIGACIÓN EN SERES HUIVIANOS Y SIDA 108

proponer una suerte de representante de los pacientes de una


enfermedad particular que evalúe junto con investigadores y ¿DIFERENTES PARADIGMAS O PSEUDOPARADIGMAS?
otros organismos los riesgos y beneficios que ciertas terapias
experimentales conllevan. De hecho, los activistas y enfermos de En algunas oportunidades la bioética ha recurrido a Thomas
sida, las familias de los pacientes o sus abogados pueden funcio- Kuhn y su noción de ciencia para elaborar diferentes argumen-
nar c o m o representantes de estos pacientes. taciones.^^ La propuesta de diferentes paradigmas podría llegar
El representante de los pacientes podría dar su perspectiva en a pensarse c o m o operativa para poder explicar los cambios re-
relación a ciertos términos valorativos al representar, valga la cién señalados. Podría sugerirse que la implementación de las
redundancia, a los pacientes, sus urgencias, valores y necesi- nuevas regulaciones de la FDA y de las críticas de los activistas
dades. Loretta Kopelman propone una idea semejante: la deci- podría tener c o m o consecuencia la introducción de un nuevo
sión no ya de este o aquel paciente particular —que dada la situa- paradigma respecto de la ética y la investigación. ¿Se puede
ción límite y desesperante podría ser fácilmente explotado— hablar de este cuestionamiento y cambio respecto de la ética en
sino la de un representante de los pacientes que podría tener un la investigación con seres humanos c o m o un cambio paradigmá-
rol en el planeamiento de la investigación y el uso de drogas. Éste tico? ¿Podemos conceptualizar la etapa que surge después de la
podría brindar ima evaluación de los riesgos, beneficios, expec- Segunda Guerra Mundial hasta mediados de los años ochenta
tativas, para esta población en particular. como el paradigma proteccionista frente a una segunda etapa
La investigación necesita ser considerada c o m o una realiza- generada por la crisis del sida c o m o el paradigma consumista?
ción cooperativa en la cual los pacientes y sus abogados reconoz- Indudablemente el sida, pacientes, activistas y regulaciones no
can métodos de investigación probados y los investigadores la operativas, pusieron en crisis un modelo rígido.
visión de los pacientes respecto de sus intereses. Contraponerse Thomas Kuhn plantea el desarrollo de la ciencia c o m o jalona-
con diseños que los pacientes no aceptarán o no cooperarán,^^ o do por revoluciones científicas y cambios de paradigmas.^' Pero,
proponer métodos de ensayo pobres que los investigadores des- antes de poder responder a las preguntas anteriores, vale la pena
aclarar algunos puntos que hacen a la teoría kuhniana propia-
deñen, amenaza el objetivo común de luchar en contra de la
mente dicha. En primer lugar, hay un cuestionamiento bastante
enfermedad. Y el objetivo primario de investigadores, médicos
fuerte a la inteligibilidad de dicha posición sobre todo tal c o m o
clínicos y pacientes debe ser superar la enfermedad.
es expuesta en su famoso libro La esímctwa de las revoluciones
Así, pese a las formulaciones habituales que remarcan la im-
científicas. Allí Kuhn habla de paradigmas inconmensurables.
portancia del derecho individual y plantean la discusión en tér-
En un sentido estricto, esto implica que hay paradigmas alterna-
minos dilemáticos y excluyentes, esto podría pensarse más bien tivos que no pueden compararse. Klimovsky, por ejemplo, señala:
c o m o un pseudodilema. En realidad, los pacientes no se oponen
a la protección, sino más bien a una inadecuada protección. Si Lainconmensurabilidad de los paradigmas es la tesis kuhnianasegún
se replantea el argumento en estos términos, parece tener posi- la cual la forma en que el paradigma divide, clasifica y articula la
bilidad de solución y de consenso. realidad a través de la teoría central, el sistema de valores, el equipo
de conceptos, el tipo de instrumentos empleados, etcétera, impide a
los "no conversos" comprender qué discuten los "conversos" y vice-
versa, y por tanto dialogar, por carencia de un lenguaje común. Por
Entre otros, R. Veatch, "Why Physicians Carmot Determine if Care is Futile",
enJounmíof lìie American Geriatrics Society, núm.42, 1994, pp. 871-874.
^^ Hay casos en los que los pacientes se negaron a participar de las investi- Thomas Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, Buenos Aires,
gaciones o se pasaron datos para evitar tomar el placebo. Fondo de Cultura Económica, 1992.
110 FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS INVESTIGACIÓN EN SERES HUIVIANOS Y SIDA 111

tanto, el "no converso" no estará en condiciones de criticar, aceptar los cambios en la ética de la experimentación generados a partir
u objetar lo que sostiene el "converso". De aquí resultaría que cada de la crisis del sida no pueden considerarse como pertenecientes
paradigma, hablando metafóricamente, se transforma en una suerte o abriendo un nuevo paradigma.
de compartimento estanco y no hay modo de salir de él para discutir ¿Cómo podría pensarse en esta situación un cambio de para-
con quien habita el compartimento vecino."^® digma? Podría razonarse dicotòmicamente absolutizando uno
de los ejes de la controversia versus el otro. Esto es, podría con-
La tesis de la inconmensurabilidad radical plantea serios pro-
siderarse que del paradigma de la protección se ha pasado al
blemas de inteligibilidad y coherencia y fue abandonada por el
paradigma del consumismo. Edgar y Rothman**^ parecen llevar-
propio Kuhn.^® Así, en la posdata de ese mismo libro, Kuhn pasa
nos hacia esa idea cuando ponen tanto énfasis en estas dos posi-
de un lenguaje de "inconmensurabilidad", en donde habla de
bilidades c o m o opuestos en tensión. El paciente-sujeto de inves-
conversión, de científicos habitando mundos diferentes, de Ges-
tigación pasa de ser una persona a proteger a ser un consumidor
talts, a un lenguaje de "inconmensurabilidad parcial" en donde
de investigación. Así, pareciera que de un esquema conceptual
habría la posibilidad de una traducción.'*"
en el que la regulación, propuestas y principios tenían c o m o
Una segunda propuesta defendería una inconmensurabilidad
centro el respeto a las personas y su protección, ahora nos encon-
parcial o local en la cual sólo algunos pocos conceptos cambian.
tramos con una situación totalmente diferente en la cual el es-
Esta propuesta conceptualmente no resulta muy clara. Si hay
quema conceptual que funciona es aquél que considera al pa-
posibilidad de traducción, ¿qué criterio tengo para distinguir un
ciente-sujeto de investigación c o m o un libre consumidor al cual
paradigma de otro? Kuhn señala que afirmar que dos teorías son
no se pone ningún tipo de obstáculo en sus posibilidades de
inconmensurables significa afirmar que no hay ningún lenguaje,
elección. Serían dos esquemas conceptuales completamente di-
neutral o de cualquier otro tipo, al que ambas teorías, concebidas
ferentes para pensar la ética de las investigaciones. Sin embargo,
c o m o conjuntos de enunciados, puedan traducirse sin resto o
el supuesto segundo paradigma no sólo es totalmente extremo
pérdida.'" La objeción anterior sigue sièndo válida: ¿cuál es el
sino que además no refleja las condiciones mínimas aceptables
criterio de identidad de un paradigma? Pese a que reconozco las
ni para el paciente-sujeto de investigación, ni para el investigador
dificultades teóricas que en esta segunda tesis se presentan, la
mismo.'*^
tomaré c o m o una hipótesis a explorar y descartaré c o m o no
A mi juicio, no se trata de dos paradigmas en conflicto o dos
viable a la primera."*^
paradigmas diferentes. Se trata, en todo caso, de una evolución
Así, aun concediendo c o m o posible una caracterización ade-
y refinamiento de la primera propuesta: el esquema conceptual
cuada de paradigma y teniendo en cuenta una propuesta mucho
aún es el mismo.
más débil que la que Kuhn plantea en un inicio, considero que
Para llegar a esta conclusión es necesario tener en cuenta tres
Gregorio Klimovsky, Las desventuras del conocimiento científico, Buenos aspectos.
Aires, A-Z editora, 1994. 1) En ambas respuestas (esto es, las respuestas generadas por
Aunque hay que tener en cuenta que ésta fue una línea bastante fuerte de Nuremberg y Helsinki, y la segunda respuesta generada por la
interpretación seguida por filósofos como Davidson, Shapere y Scheffler con la
cual personalmente coincido.
crisis del sida) los códigos de ética siguen funcionando c o m o el
Thomas Kuhn, op. cit., pp. 306 ss. telón de fondo válido o teoría básica de la cual ambas abrevan.
"" T. Kuhn, "Conmensurabilidad, comparabilidad y comimicabilidad", en
¿Quéson las revoluciones científicas?, Barcelona, Paidós, 1989, p. 99. Edgar y Rothman, op. cit.
Una primera salvedad a realizar es señalar que esta teoría ha sido pensada Hay diferentes argumentos que objetarían una hipótesis semejante no ya
para la ciencia y su desarrollo y nosotros la estamos utilizando como una metá- por la especial situación de la investigación —en la cual se carece de información
fora para entender un cambio en la conceptualización de cómo deben realizarse certera y confiable—, sino de la situación de un paciente en general que no puede
ciertos procedimientos respetando la ética en la investigación. funcionar como cliente en función de las leves meramente del mercado.
110 112
FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS INVESTIGACIÓN EN SERES HUIVIANOS Y SIDA

Si hacemos una reconsideración de los puntos que los códigos a una propuesta consumista o de desregulación total. En la pro-
de ética plantean veremos que están presentes: a) el consenti- puesta actual se percibe una mayor flexibilidad, una mayor toma
miento informado; b) la posibilidad de retirarse de la investi- de conciencia de los derechos y los intereses de pacientes con
gación si así lo deseara; c) la idea de un comité independiente del enfermedades terminales o en peligro de muerte. Hay una crítica
investigador y la entidad patrocinadora o la propuesta de un a criterios rígidos o procedimentales que en lugar de proteger,
representante de los pacientes;'^^ d) el cálculo riesgo-beneficio y obstaculizan; a burocracias ineficaces, y a tiempos de aproba-
e) un buen diseño científico. ción demasiado lentos. Pero esto no implica ni rechazar la dis-
Éstos son recaudos que deben continuar presentes después de tinción terapia-investigación o suponer que no debe buscarse
la crisis del sida aun cuando se modifiquen y flexibilicen ciertas ningún criterio científico, o que el único criterio para definir el
regulaciones. alcance de una investigación es el consentimiento informado, o
2) Después de la crisis del sida se vuelve más compleja y sutil que hay que desproteger a ciertos pacientes para cumplir con sus
la aplicación de ciertas propuestas (por ejemplo, del cálculo ries- deseos. Implica considerar la voz del paciente y la del investi-
go-beneficio ya he señalado la existencia de variables diferentes gador, aunque tratando, tal como ya lo propusiera el Código de
a tener en cuenta, así como la necesidad de recuperar un espíritu Nuremberg, de beneficiar a los o las pacientes-sujetos de inves-
más aristotélico, etcétera). tigación. 46
3) En la visión actual se revisan puntos anteriormente estable-
cidos —los criterios de selección de pacientes, el uso de placebos,
los ensayos clínicos randomizados o los puntos de comienzo y
fin de una investigación—. Pero esto no implica un rechazo de
plano de estos elementos sino que se evalúan en función de nue-
vas necesidades y se introducen nuevas modificaciones que man-
tienen un buen diseño científico.
Quizá el punto que a primera vista puede resultar muy dife-
rente sea la incorporación, en el diseño de la investigación, de los
representantes de los pacientes como interlocutores válidos. En
realidad ésta no es una regulación formal, aunque sí una pro-
puesta informal dada la presencia concreta de los activistas del
sida en muchos de los cambios de políticas. Sin embargo, la idea
de incorporar a representantes de los pacientes no parece con-
tradecir el espíritu de los códigos de ética; por el contrario, parece
profundizar la idea de respeto por las o los pacientes-sujetos de
investigación.
Así, creo que cuando se habla de diferentes paradigmas se está
pensando en "pseudoparadigmas" ya que no nos encontramos
en presencia ni de paradigmas inconmensurables —la primera
propuesta—ni de una inconmensurabilidad parcial. No se pasó
En Propuesta de nonnas internacionales para la investigación biomédica en
sujetos hmnanos del Consejo de Organimciones Internacionales de las Ciencias Este trabajo ha sido paicialmente financiado mediante un subsidio de la
Médicas y la Organización Mundial de la Salud, op. cit. Fundación Antorchas (1997-1998).
RESPONSABILLDAD PROFESIONAL DEL MÉDICO 115

La doctrina denomina lex artis al "conjunto de procedimien-


tos, de técnicas y de reglas generales de la profesión. De ahí que,
para determinar la conducta del profesional de la salud confor-
me a la lex aríis, se deben tener presentes, actualmente, los están-
V. R E S P O N S A B I L I D A D PROFESIONAL dares de calidad del servicio en la época del tratamiento."^
Por consecuencia, la conducta del profesional de la salud no
DEL MÉDICO
acorde con la lex aríis, da lugar a lo que comúnmente se denomi-
na malpraxis. Desde el punto de vista jurídico-volitivo se ha con-
GONZALO MOCTEZUMA BARRAGÁN
siderado que la malpraxis deviene por dolo o culpa; sin embargo,
para el tema que desarrollo en esta ocasión soslayaré la conducta
La medicina es un arte que se lleva en el corazón.
Decir frases agradables es tarea de la boca, dolosa, puesto que "si con dolosa intención un médico daña a
mientras que ayudar a ser útil es labor del corazón. uno de sus enfermos, comete un delito que lo coloca en el campo
de la responsabilidad criminal",^ temática ésta ajena a la que
ALRAZI'
abordo. En tales condiciones, reseñaré en el ámbito de la culpa,
los principales agentes que originan la malpraxis, que en México
ÉTICA MÉDICA dan lugar a un fenómeno de creciente preocupación no sólo para
los médicos sino también para los administradores de la salud
Es indiscutible que toda profesión debe fundamentarse en una y los procuradores de justicia.
ética y la medicina desde sus orígenes ha sido consistente con
En el contexto del acto médico, la culpa "se singulariza como una
eUo. La ética médica es la base para generar confianza en el
falta, como un defecto de la conducta o de la voltmtad o del intelec-
ejercicio de la medicina. Sin ella no es posible establecer, como
to; una desatención o un descuido, la carencia de los conocimientos
todos lo sabemos, una satisfactoria relación médico-paciente. La
científicos necesarios para el caso, o de la técnica aplicable. Estas
sociedad debe saber que los médicos responden a una ética y que,
limitaciones evidencian que no se previó lo que era previsible o
por tanto, aplicarán todo su conocimiento y experiencia para
se le previó, pero no se observó la conducta para evitarlo".'^
mantener y, en su caso, recuperar la salud de los miembros inte-
grantes del cuerpo social. Por otra parte, resulta conveniente acotar que normalmente
Además, es necesario sostener que la ética médica no radica la malpraxis comprende el concepto "iatrogeni a" por lo que es
en un conjunto de normas, ni en un manual de procedimientos; oportuno abordar las características que conceptualizan este
ella debe ser una vivencia existencial de la que nazca un compor- término; así, la "iatrogenia", que siguiendo la etimología del tér-
tamiento humanista y solidario. mino, nos conduce a una significación que vendría a empañar,
más que a aclarar el manejo del vocablo, en el campo de la ciencia
médica se refiere a "toda alteración del estado del paciente pro-
"MALPRAXIS" ducida por el médico";^ es decir, el paciente que resulta afectado

Sobre el médico pesa indudablemente el esmerado deber de cui- - Vicente Acosta Ramírez, De la responsabilidad civil médica, Chile, Jurídica
dado en el ejercicio de su profesión, estando obligado a impedir, de Chile, 1990, p. 380.
con los recursos disponibles, aquellos resultados adversos o fa- ^ Gonzalo Moctezuma Barragán, "Retos y perspectivas de la responsabilidad
profesional del médico", en La responsabilidad profesional del médico y los dere-
tales que sean consecuencia de su acción u omisión, en cuanto a
chos humanos, México, UNAM, CNDH y ANM, 1995, p. 93.
la elección de los medios y el método de empleo. Vicente Acosta Ramír ez, op. cit., p. 382.
' Citado por Luis Alfonso Vélez Correa, Ética médica, Corporación para In- ^ Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, 21a. ed., Madrid,
vestigaciones Biológicas, Colombia, 1987, p. 65. Espasa-Calpe, 1992.
114
116 FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS RESPONSABILIDAD PROFESIONAL DEL MÉDICO 117

por la intervención del médico. "De esta forma se dice: a) que Quiero destacar que en México, c o m o en elxesto de los países
consiste en la enfermedad originada por el médico; b) que reside occidentales, los casos más graves de malpraxis son aquéllos en
en el daño inferido al paciente por el tratamiento médico; c) que los que no se ha empleado la terapéutica adecuada a consecuen-
se trata de consecuencias malignas, producto de acciones médi- cia de un diagnóstico erróneo. El buen médico se revela por el
cas que, por otra parte, y en aspectos distintos, tratan de benefi- diagnóstico, siendo la parte más importante déla medicina, pues
ciar al enfermo, y d) la ya clásica definición de Harrison que de- de éste depende el tratamiento que deberá seguirse y, por tanto,
nomina yatrogénico o iatrogénico al efecto indeseable que puede la recuperación o deterioro en la salud del paciente. Con el tér-
evitarse si el médico es más cuidadoso y prudente, y tiene mayo- mino "diagnóstico" derivado del verbo griego que significa "co-
res conocimientos".^ nocer mediante", se entiende en medicina el descubrimiento o
Si he de señalar un denominador común en las nociones refe- reconocimiento de la enfermedad a través de los síntomas de
ridas, éste es el relativo a la circunstancia de que no se trata de índole diversa con los que aquélla se manifiesta. Así, en el diag-
un daño deliberado. Sin embargo, existen primordialmente tres nóstico importa investigar la naturaleza y las causas de la enfer-
aspectos de la actividad del médico c o m o originadores del dete- medad, pudiendo establecerse luego de interrogar y examinar al
rioro del estado de salud del paciente, a saber: 1) los medicamen- paciente. Esta especie de conclusión clínica algunas veces se
tos o fármacos prescritos, que pueden ser contraindicados y por podrá formular de manera inmediata, y en otras ocasiones habrá
tanto afectar la salud del paciente; 2j la actividad quirúrgica y la que esperar a que se aclaren los síntomas típicos de la enferme-
utilización inadecuada de material de curación o instrumental dad; no obstante, es menester distinguir diversos tipos de error
médico, y 3) el menosprecio de la información proporcionada en que puede incurrir el médico, con objeto de determinar en
por el paciente. cada caso si es o no responsable de ello:
En estas condiciones cabe señalar que la culpa en el campo de
la ciencia o de la práctica médica, engloba o comprende las si-
guientes manifestaciones. Eirorpor irisuficiencia de conocimientos

Eiror Suele también denominarse error por ignorancia y tiene lugar


cuando el médico emite un diagnóstico equívoco, respecto de
La medicina es una ciencia en constante evolución y, sobre todo, una enfermedad con síntomas patognomónicos, provocado por
porque aun cuando se conozcan las causas de las enfermedades, el desconocimiento de elementos que debía saber. Se entienden
siempre existirá el factor de reacción individual de cada enfermo, por síntomas patognomónicos aquéllos que son reveladores del
infinitamente variable e imposible de ajustar a normas homogéneas mal en cuanto son exclusivos de una sola afección; en otros tér-
de atención. Los médicos no me dejarán mentir, es precisamente este
minos, estas enfermedades tienen características propias e in-
factor el que convierte ahora y siempre a todo tratamiento, incluso
confundibles, que por sí solas determinan su diagnóstico. En
el más rigurosamente exacto, en un azar; aunque, desde luego, la
permanente actualización del médico, la práctica y la habilidad pue- estos casos el error es grave, pudiendo asimilarse a ignorancia
den disminuirlas posibilidades de error.' supina, que es inexcusable, toda vez que basta con saber los
síntomas para conocer la enfermedad y poder tratarla adecua-
damente. La excusa es inadmisible pues, por tratarse de casos
^ Rafael Márquez Piñero, "La responsabilidad profesional del médico y los explorados y de alta incidencia, el médico se encuentra en la
derechos humanos de los pacientes", La responsabilidad profesional del médico y obligación de reconocerlos inmediatamente o bien, al cabo de
los derechos humanos, México, UNAM, CNDH y ANM, 1995, p. 33.
obtener los resultados de determinados exámenes.
' Gonzalo Moctezuma Barragán, op. cit., pp. 91-92.
118 FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS RESPONSABILIDAD PROFESIONAL DEL MÉDICO 119

Eirorpor negligencia en el diagnóstico diagnóstico. Este deber de referencia al especialista no puede ser
interpretado con un criterio absoluto que deje de lado las cir-
El médico es responsable cuando por negligencia o desidia inex- cunstancias del casó, el modo como éste se presenta, las ur-
cusable no procede a la búsqueda de todos los factores que le gencias y, en general, las vicisitudes que rodean a la actividad
pueden servir para llegar a determinar en la forma más acertada médica.
cuál es el mal que padece el paciente. Éste ha de utilizar todos los
medios de que disponga para verificar la exactitud de su diagnós-
tico. A manera de ejemplo, los tribunales admiten fácilmente que Eirorpor complejidad del cuadro clínico
el hecho de no haber verificado con exactitud su diagnóstico
mediante una radiografía, sobre todo en los casos de torceduras, Ocasionalmente, el médico se enfrenta al problema de emitir un
luxaciones y fracturas, constituye responsabilidad por negligen- diagnóstico cuando los índices reveladores de un cuadro clínico
cia, solamente comprensible en casos de urgencia. guardan relación con dos o más enfermedades; la similitud exis-
Para estimar que un médico incurre en este tipo de error, se tente entre determinadas alteraciones de la salud más o menos
deberá considerar que se compromete la responsabilidad desde graves puede inducir a errar.
el momento en que no lo habría cometido uno prudente, situado El estado actual de la medicina no permite una certeza abso-
en igualdad de condiciones. Con objeto de evitar incurrir en el luta en lo que respecta al pronóstico de todos los padecimientos
error, se debe verificar la exactitud del diagnóstico, utilizando humanos. Sin embargo, existe una serie de factores que son
para ello todos los medios al alcance para efectuar un buen pro- incontrovertidos para la generalidad de los médicos. Por ello,
nóstico, toda vez que la omisión de uno o más exámenes puede frente a factores inconfundibles, no es permitido ni lícito des-
inducir a equivocaciones en el diagnóstico y, consecuentemente, acertar en el diagnóstico, y si se incurre en un equívoco, se revela
en el tratamiento. la ignorancia de causas que necesariamente deben conocerse, o
El cumplimiento de la obligación de actuar en forma diligente negligencia en la búsqueda de los elementos requeridos para
por parte del médico, resulta de máxima exigencia si el paciente identificar el cuadro clínico de la enfermedad.
presenta un cuadro polimorfo en sus síntomas y signos que haga Por lo contrario, se presentan cuadros clínicos que por su
difícil el diagnóstico, circunstancia en la que habrá de emitir un complejidad pueden acarrear al eixor, no siendo necesariamente
dictamen presuntivo únicamente. Es por ello que han de extre- apreciados del mismo modo por los médicos; ello explica la si-
marse los medios para llegar a formular un diagnóstico acertado, tuación de que, ante im mismo caso, existan varios criterios. Esta
debiéndose agotar los análisis y demás recursos de la medicina consideración permite establecer que la mayoría de las veces, el
actual, en la medida que estén al alcance. Empero, no es suficien- error por complejidad del cuadro clínico no hace responsable al
te su requisición, siendo obligada su realización en tiempo opor- médico porque el equívoco se debe, o a la imperfección de los
tuno, sin dilaciones o demoras inútiles, así como su cuidadosa conocimientos científicos, que aún no han alcanzado la plenitud
interpretación. de desarrollo para determinar con certeza que se trata de tal o
En otros casos, el error de diagnóstico puede provenir de un cual padecimiento, o a imperfecciones en los medios de diagnós-
incumplimiento del deber del médico, de referir al paciente a tico, que impedirían verificar el prepronóstico establecido, o
un especialista o de obtener una opinión colegiada de facultati- simplemente a la carencia de estos medios, en los casos en que
vos con más conocimientos. Actúa en forma negligente, luego, el sea imposible conseguirlos.
médico que no delega en un especialista los casos que trascien-
den a su competencia e incurre, por ese hecho, en un error de
120 FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS RESPONSABILIDAD PROFESIONAL DEL MÉDICO 121

Impericia cantes, realizar operaciones sin el debido consentimiento infor-


mado del paciente o de quien legalmente le represente.
La culpa por impericia significa insuficiencia de aquellos cono- En todo caso, la valoración de la actuación imprudente de un
cimientos que se presuponen en una persona que ha efectuado médico es esencialmente relativa, pues en muchos casos depende
estudios especiales en el ámbito de la medicina, pudiendo indi- de las circunstancias y del medio en el cual desaixolle su misión.
car, además, falta de práctica, a pesar de que pudieran tenerse Así, ha de ser diferente la apreciación según el grado de adelanto
los conocimientos necesarios. científico existente en el lugar donde se preste la atención médi-
La impericia, c o m o falta de preparación, puede originar erro- ca, así c o m o la urgencia que implique dicha atención.
res por deficiente actuación o por omisión, ya sea en el diagnós-
tico o en el tratamiento. Siempre existirá un margen de error
aceptable, el cual sólo ha de ser admitido cuando se refiera a Negligencia
puntos oscuros y discutidos por la ciencia médica.
De este modo, por impericia puede un médico dejar de prac- En la culpa por negligencia o facultativa pasiva, la conducta se
ticar un examen indispensable, no realizar un diagnóstico o ha- traduce en una omisión. Consiste en el incumplimiento de un
cerlo equivocadamente, no aplicar un tratamiento o indicar uno deber, en una falta de precaución, una omisión de la atención y
que no es el adecuado. Es factible que frente a una afección se de la diligencia debida, una pereza volitiva; todas son conductas
precise de ciertos exámenes de laboratorio al alcance del médico, que se cometen usualmente por vía de omisión, es decir, una
no siendo solicitados por ignorar su existencia. actitud pasiva del médico. Existe, de este modo, una falta de
En la realización del acto quirúrgico es seguramente donde la previsión de las fatales consecuencias en que puede derivar la
impericia puede causar los más gi-aves y frecuentes daños, sea omisión, debido a esa ligereza del médico, que le impide medir
por la realización de una intervención inútil, no indicada o im- los resultados. Es el desprecio del cuidado lo que particulariza a
practicable, sea por la omisión de una operación adecuada en la negligencia, a diferencia de la imprudencia, cuya nota carac-
momento oportuno, o por su ejecución empleando una técnica
terística es la falta de previsión.
deficiente.
Son actos típicos de negligencia los oblitos u olvidos quirúrgi-
Imprudencia cos. También pueden llegar a constituir negligencia: la falta de
exámenes, la falta de diagnóstico, la falta de tratamiento adecua-
La culpa por imprudencia consiste en no obrar con la debida do, el abandono del paciente, entre otros; pero, de todas formas,
precaución que la ciencia médica hace aconsejable para evitar el en la apreciación de la negligencia médica hay que atender las
riesgo a que puede llevar el acto médico ejecutado sin mayor circunstancias del caso. En efecto, si se abandonan objetos en la
reflexión. Así, se caracteriza esta forma de daño por la omisión herida, ha de examinarse si durante el curso de la operación
de la debida precaución. ocurrieron accidentes imprevistos que hayan exigido la atención
A m o d o de ejemplo, son acciones en que se aprecia un afron- del médico al pimto de no preocuparse de la posibilidad de haber
tamiento de riesgo, una temeridad o ligereza, una falta de previ- dejado un cuerpo extraño. En la apreciación de las circunstan-
sión inexcusable, un desprecio del cuidado, los siguientes casos: cias, el facultativo no puede aducir a su favor falta de conoci-
ensayar medicamentos o procedimientos terapéuticos peligro- mientos o de adiestramiento.
sos insuficientemente experimentados, forzar la dosis terapéu-
tica más allá de los límites señalados por la experiencia, ejecutar
intervenciones graves con el objeto de atender lesiones insignifi-
122 FUNDAMENTOS ÉNEO-JURÍDICOS RESPONSABILIDAD PROFESIONAL DEL MÉDICO 123

como para las civiles, es la de dictamen de peritos. Y tan es así,


RESPONSABILIDAD PROFESIONAL que la Ley de Profesiones, en su artículo 34, dispone que cuando
hubiere inconformidad por parte del cliente con respecto al ser-
Existe el criterio en determinados abogados en el sentido de que vicio realizado, el asunto se resolverá mediante un juicio de pe-
si el médico ha procedido de buena fe y dentro de los mínimos ritos, ya sea en el terreno judicial, como en el privado, si así lo
de preparación profesional, es muy difícil, en rigurosa justicia, convinieran las partes. Este artículo establece que, para la emi-
exigirle responsabilidad por perjuicios causados al paciente. Sin sión del dictamen, los peritos deberán tomar en cuenta: 1} si el
embargo, en mi opinión, nuestra sociedad ya no acepta mínimos, profesional procedió correctamente dentro de los principios
por lo contrario exige estándares homogéneos de calidad en sus científicos y técnicas aplicables al caso generalmente aceptados
profesionales de la salud, cumpliendo escrupulosamente con la dentro de la profesión de que se trate; 2) si él mismo dispuso de
lex artis. los instrumentos, materiales y recursos de otro orden que debie-
Desde el punto de vista penal, la responsabilidad de los médi- ron emplearse, atendidas las circunstancias del caso y el medio
cos se define en la Ley de Profesiones, que establece que los en que se preste el servicio; 3 j si en el curso del trabajo se tomaron
delitos que cometan durante su ejercicio serán castigados por las todas las medidas indicadas para obtener un buen resultado, y
autoridades competentes bajo los preceptos del Código Penal. 4) cualquiera otra circunstancia que en el caso especial pudiera
En lo particular, el artículo 228 del Código Penal para el Distrito haber influido en la deficiencia o fi-acaso del servicio prestado.
Federal, establece para todos los profesionales, técnicos y auxi- En virtud de que la prueba pericial es el medio idóneo para
liares, la responsabilidad de los delitos que cometan en el ejerci- determinar la calidad del servicio y, por tanto, su responsabili-
cio de su profesión (siendo aplicable a todas las profesiones). dad, es menester asegurar su probidad y calidad, circunstancia
Este precepto dispone, además de las sanciones fijadas para los que ha generado un movimiento médico-jurídico en esta década,
delitos consumados, la suspensión de un mes a dos años en el orientado a otorgar mayor seguridad legal a médicos y pacientes,
ejercicio profesional, la suspensión definitiva en caso de reinci- en un contexto diverso al de otros países como los Estados Uni-
dencia y la obligación a la reparación del daño por actos propios dos de Norteamérica, toda vez que en la sociedad mexicana se
o de sus auxiliai-es, cuando obren bajo sus instrucciones. encuentra sumamente arraigada la vía penal como medio para
El Código Penal establece, en el segundo pán-afo del artículo solucionar los conflictos que surgen de la malpraxis. Esto se debe
9, que "obra culposamente el que produce el resultado típico, que a que los afectados por profesionales de la salud privilegian la
no previó, siendo previsible, o previó confiando en que no se causa penal con el afán de que el médico sea sancionado y de esta
produciría, en virtud de la violación a un deber de cuidado, que forma no incurra en lo futuro en una conducta semejante; exi-
debía y podía observar según las circunstancias y condiciones giendo, en segundo término, la atención médica rehabilitatoria,
personales". A este respecto, la Suprema Corte de Justicia de la y en tercer lugar, la pretensión del pago de indemnización.
Nación estableció jurisprudencia, en cuanto a que: "La respon- Ante la necesidad de contar con la participación de médicos
sabilidad penal derivada de culpa o imprudencia debe probarse, especialistas en apoyo a la labor de los médicos legistas (peritos
pues por cuanto a ella la ley no consigna ninguna presunción ante el Poder Judicial), en el año de 1989 surgió en México la
iwis tantum, como sucede tratándose de delitos intencionales".® figura administrativa de la opinión técnico-científica, como un
La prueba idónea, tanto para las responsabilidades penales mecanismo de colaboración entre la Secretaría de Salud y la
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal con el pro-
® Jurisprudencia 887 de la Suprema Corle de Justicia de la Nación, publicada
pósito de que la primera, a petición de la segunda, obtenga un
en el Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, 1917-1995, t. n, materia
penal, p. 565, bajo el mbi o: "Imprudencia, delitos por prueba de la responsabi- dictamen especializado en aquellos casos en los que profesiona-
lidad". les y técnicos de las disciplinas de la salud se vieran involucrados.
124 F U N D A M E N T O S ÉTICO-JURIDICOS RESPONSABILIDAD PROFESIONAL DEL MÉDICO 125

a fin de proporcionar mayor consistencia a las averiguaciones el paciente como el médico saben que, ante la probabilidad de
previas relacionadas con la hipótesis legal que prevé el mencio- malpraxis, los elementos técnicos del caso específico serán ana-
nado artículo 228 del Código Penal. lizados por un grupo de especialistas en el seno de las institu-
La figura de las opiniones técnico-cientíñcas se robusteció ciones de salud del más alto prestigio nacional.
con la experiencia habida en el Distrito Federal que significó el
no girar órdenes de aprehensión en los casos de responsabilidad
profesional médica mientras no existiera la opinión técnica, con LA COMISIÓN NACIONAL DE ARBITRAJE MÉDICO
.el fin de garantizar la equidad en la relación médico-paciente.
Este procedimiento se extendió a todos los estados de la repúbli-
El reto que desde su origen enfrentó el mecanismo de la opinión
ca y se adhirieron además el Instituto Mexicano del Seguro So-
técnica, fue el de la carencia de fuerza legal, como lo he explicado.
cial y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Traba-
No obstante ello, la solidez moral y la consistencia del procedi-
jadores del Estado, lográndose la participación de la Academia
miento de emisión de las opiniones técnicas, así como el espacio
Nacional de Medicina cuyo ethos legitimó el procedimiento ante
de interacción que se generó entre médicos y abogados, dieron
la sociedad.
pauta para acceder a un estadio más evolucionado al crearse una
Desde un punto de vista formal, la opinión técnica es un me- instancia de arbitraje. Con la constitución de la Comisión Nacio-
canismo administrativo que materialmente se puede equiparar nal de Arbitraje Médico (Conamed),^ como órgano desconcen-
al peritaje, aun cuando normativamente no está reconocido a trado de la Secretaría de Salud, el mecanismo de la opinión
nivel de ley. Como consecuencia, la opinión técnica en el proceso técnica dejó de tener vigencia.
penal carece de valor probatorio por su naturaleza administrati- En esta nueva etapa es la Conamed la instancia que cuenta con
va, representando sin embargo para el juzgador, un indicio téc- la atribución de "elaborar los dictámenes o peritajes médicos que
nico dotado de fuerza moral, el cual habrá de complementar los le sean solicitados por las autoridades encargadas de la procura-
peritajes presentados. ción e impartición de justicia", de acuerdo con la fracción Di del
Otra característica esencial de la opinión técnica es su origen artículo 4o. de su Decreto de creación, lo que resulta congruente
institucional puesto que en todos los casos la suscribe el titular con el aludido artículo 34 de la Ley General de Profesiones.
de la institución de salud emisora y no así los médicos que estu- La Conamed no se limita a elaborar dictámenes o peritajes
diaron el asunto. En ocasiones, el Ministerio Público fundamen- médicos, sino que trasciende esta actividad, al ser competente
ta el ejercicio de la acción penal en los resultados de la opinión para conocer, de forma independiente a la vía judicial, de con-
técnica, lo cual, además de ser incorrecto por no ser un requisito flictos entre pacientes y prestadores de servicios de salud, tanto
legal de procedibilidad, ha ocasionado que algunos abogados de instituciones públicas, privadas o sociales, incluyendo a los
astutos soliciten al juez la ratificación del contenido de la misma profesionales, técnicos y auxiliares que ejercen libremente la
a cargo del titular de la institución emisora, encontrándose éste medicina.
imposibilitado, al no constarle los hechos que originaron la de- Su metodología de trabajo se finca en la amigable composi-
nuncia, ante lo cual el juez seguramente procederá a desecharla. ción entre las partes en conflicto. De esta manera, se constituye
La figura de la opinión técnica, en síntesis, ha significado la en xma instancia conciliadora, estando también facultada para
garantía de que tanto el agente del Ministerio Público como el ejercer como instancia arbitral cuando aquéllas voluntariamen-
juez, cuenten con la opinión técnico-científica de especialistas te lo solicitan. Sus laudos cuentan con plena fuerza legal puesto
en la rama de la medicina que corresponda, lo que normalmente que obligan a las partes y, como toda sentencia arbitral, en caso
no se logra con el dictamen pericial de los médicos legistas, al ser
® "Decreto por el que se crea la Comisión Nacional de Aibitraje Médico",
su especialidad precisamente la medicina legal. Asimismo, tanto
Diario Oficial deh. Federación, 3 de junio de 1996, p. 78.
126 FUNDAMENTOS ÉTICO-JURÍDICOS

de incumplimiento, es ejecutable mediante el procedimiento de


homologación de sentencias en la vía judicial. Debido al carácter
autocompositivo de la Conamed, las partes en conflicto están en
posibilidad de dejar a salvo sus derechos para buscar la satisfac-
ción de sus pretensiones ante los tribunales del orden civil o SEGUNDA PARTE
penal.
En su primer año de labores la Conamed recibió 1831 quejas,'® PROBLEMAS ACTUALES
siendo los motivos principales: i j 584 casos por tratamiento mé-
dico, que representan el 31.9% de las quejas; 2) 578 casos por
tratamiento quirúrgico, que representan el 31.6% de las quejas,
y 3) 365 casos por diagnóstico, que representan el 19.9% de las
quejas.
Los esfuerzos de la Conamed han rendido ya, entre otros fru-
tos, el benefìcio de la sistematización de información y la gene-
ración de estadísticas, elementos centrales para el análisis de la
"patología social de la malpraxis". Sin embargo, considero indis-
pensable el realizar un ejercicio similar en el ámbito del Poder
Judicial, a efecto de contar con la estadística de las causas pena-
les y las demandas civiles en la materia, para poder realizar un
estudio extensivo, cuyas conclusiones seguramente incidirán en
la orientación del quehacer de la Conamed como instancia nove-
dosa e inédita en México, y cuya naturaleza jurídica y estructura
administrativa es única a nivel mundial, ya que su finalidad es la
de atender la problemática de la sociedad mexicana.

Comisión Nacional de Arbitraje Médico, Primer infonne de actividades:


junio 1996-junio 1997, México, 1997.
VI. EL PROBLEMA DEL ABORTO:
TRES ENFOQUES

MARGARITA VALDÉS

La palabra "aborto" proviene del ìatinabortus, participio pasado


del verbo aborìii, fonnado por elprefijo piivativo ab y el verbo oñri
que significa surgir o nacer; de modo que, etimológicamente,
"aborto" significa no surgido o no nacido. Aquí entenderemos
por aborto el suceso consistente en la interrupción de un emba-
razo humano no llegado a término, con la consiguiente muerte
del embrión o feto. El aborto, en este sentido, puede ser algo que
sucede de manera espontánea o bien de forma inducida; es decir,
puede acontecer de manera no intencional o ser provocado me-
diante un acto intencional y deliberado. Es este último tipo de
aborto, el que supone dar muerte deliberadamente a un feto en
el útero materno o provocar su expulsión, a consecuencia de la
cual también muere, el que como toda otra cuestión de vida o
muerte, plantea difíciles pi'oblemas morales. La práctica del abor-
to da lugar, además, a complejos problemas sociales, políticos y
de salud pública que no tocaremos en el presente artículo —^pues
nuestro propósito es concentramos exclusivamente en el exa-
men de la moralidad del acto de abortar—, pero que no pueden
omitirse en un tratamiento serio de este asunto que pretenda
reflejar toda su complejidad.'
El tema de la moralidad del aborto nos coloca en un terreno
en el que las opiniones se dividen y en donde las discusiones
razonables se hacen difíciles, pues los contendientes en la dispu-

^ Para un tratamiento del problema social del aborto, así como de las dificul-
tades para su legalización en México, véase Luis de la Barreda Solórzano, El delito
de aborto, Miguel Ángel Ponila, México, 1991; véase también Margarita Valdés,
"Aborto y anüconcepción en México: Las actitudes y los argumentos de la Iglesia
católica", en Mark Platts (comp.). Dilemas éticos, México, UNAM-Fondo de Cultura
Económica, 1997.

129
144 PROBLEMAS ACTUALES EL PROBLEIVIA DEL ABORTO: TRES ENFOQUES 131

ta suelen partir de concepciones diferentes sobre asuntos filosó- de persona.^ Creen que tal noción es resbaladiza en el mejor de
ficos de índole muy general que inciden directamente sobre el los casos y, en el peor, subjetiva o relativa a la "escala de valores"
asunto a determinar. Más aún, en virtud de que la reproducción que cada uno acepte; suponen, pues, que no es posible llegar a
humana es sexual, el debate sobre la moralidad del aborto se un acuerdo razonable sobre qué hemos de considerar una per-
suele complicar debido a que quienes creen que la sexualidad es sona. Según estos filósofos, el concepto de persona no es un
un objeto adecuado para moralizar desvían la discusión sobre la concepto objetivo "empíricamente determinable"; el hecho de
moralidad del aborto hacia otra acerca de la supuesta "morali- contener notas valorativas —sostienen—, hace imposible llegar
dad sexual" de quienes abortan o practican un aborto o de quie- a un acuerdo sobre su extensión. Sin embargo, al abordar el
nes están de uno u otro lado en esta discusión. Aquí, desde luego, problema de la moralidad del aborto, parece inevitable tocar la
desdeñaremos este último tipo de enfoque por considerar que cuestión de si el feto es una persona, al menos por dos razones:
pierde enteramente de vista la cuestión central y por considerar primero, porque aun cuando el concepto de persona sea un con-
también que proviene de serias confusiones sobre la relación cepto valorativo, no es para nada obvio que no pueda tener cri-
entre la moralidad y la sexualidad. terios objetivos, públicos, de aplicación correcta y ser, por tanto,
En filosofía moral la pregunta central en el debate sobre el un concepto compartido; segundo, porque la idea de que el feto
aborto tiene que ser: ¿es moralmente aceptable el aborto inten- es una persona es recurrente en los argumentos de quienes con-
cional? La respuesta a esta pregunta suele depender de la res- sideran que el aborto es una especie de homicidio y alguna res-
puesta que se dé a otras interrogantes filosóficas más generales: puesta tiene que dárseles.
i) ¿es el feto una persona?; ii) ¿tiene el feto un valor moral intrín- La noción de persona es una de las más complicadas nociones
seco que nos imponga la exigencia de proteger su vida?; iii) ¿tiene de la metafísica; es, como se sugirió antes, una noción con indu-
derechos el feto que estén por.encima del derecho de la mujer a dables tintes valorativos: las personas son un tipo especial de
decidir sobi-e su cuerpo y sobre su vida personal? La gran mayo- entidades valiosas que tienen dei'echos inalienables y que nos
ría de las discusiones filosóficas sobre el carácter moral del abor- imponen exigencias morales específicas. Sin embargo, en las
to son intentos de responder de una u otra manera a alguna de discusiones sobre la moralidad del aborto con frecuencia se mez-
las tres inteiTogantes anteriores. En lo que sigue abordaremos
clan distintas nociones de "persona" o "ser humano" lo cual com-
por separado cada una de estas maneras de aproximarse al pro-
plica y oscurece el debate. Conviene, pues, distinguir por lo me-
blema moral del aborto. Concluiré examinando algunas conse-
nos cuatro nociones diferentes de persona y preguntamos res-
cuencias que pudiera tener esta discusión filosófica para una
pecto a cada una de ellas si el feto es una persona.
legislación justa sobre el aborto.
En primer lugar, frecuentemente se usa en las discusiones
sobre el aborto ima noción biológica de persona o de ser humano;
se suele alegar que el hecho de estar vivo y tener el ADN propio
E L CONCEPTO DE PERSONA Y EL CARÁCTER
de la especie homo sapiens es suficiente para ser tma persona, de
MORAL DEL ABORTO
modo que un óvulo humano fecundado sería, en este sentido, una
Si se admite que es moralmente reprobable quitar la vida a una persona. Esta peculiar noción de persona, sin embargo, se topa
persona inocente, entonces, si el feto es una persona inocente, el de inmediato con una dificultad: todas nuestras células vivas
aborto, que supone privar de la vida al feto, es im acto moralmen- tienen el ADN humano; no aceptaríamos, sin embargo, que cada
te i-eprobable. Sin embargo, ser una persona inocente supone ser una de ellas sea una persona. Quienes objetan al aborto tienen
unapersona; preguntémonos, pues, ¿es el feto una persona? que añadir a su noción biológica de persona al menos una nota
Algunos filósofos piensan que el problema déla moralidad del - Véase J. Glover, Causing Death and Saving Lives, Londres, Penguin Books,
aborto resulta iiTesoluble si se comienza por examinar la noción 1977, en especial el cap. 9.
PROBLEMAS ACTUALES EL PROBLEIVIA DEL ABORTO: TRES ENFOQUES 133
144

más; esto es, tienen que exigir que además de ser un organismo nadie interfiere en su desarroEo, en una persona humana única
vivo con el ADN humano, haya iniciado un proceso de reproduc- en su especie. En este contexto, sin embargo, cabe señalar que es
ción biológica determinado por su material genético único. De un hecho que hay óvulos fecundados que, sin que nadie "inter-
modo que no cualquier célula viva sería una persona, pero un fiera en su desaiTollo", se abortan espontáneamente y no se con-
óvulo fecundado sí lo sería. Esta propuesta, sin embargo, plantea vierten en nada. De modo que la potencialidad del óvulo fecun-
nuevamente dificultades para el tema que aquí nos ocupa; pri- dado hay que entenderla en sus dos aspectos: el positiva y el
meramente, es evidente que tenemos intuiciones morales suma- negativo. Como señala Aristóteles en su Metafísica (9.8.1050b):
mente diferentes frente a un óvulo fecundado de las que tenemos "Toda potencia es a la vez una potencia para lo opuesto; pues [...]
frente a una persona humana hecha y derecha: al primero no lo todo lo que tiene la potencia de ser puede no ser actualizado.
vemos como algo que podamos lastimar (ya que carece de toda Aquello, entonces, que es capaz de ser puede ser o no ser. [...] Y
sensibilidad), ni como algo cuyos deseos, intereses personales o aquello que es capaz de no ser es posible que no sea". Un óvulo
planes de vida podamos contrariar (pues simplemente no tiene fecundado puede tanto convertirse en una persona real como no
ninguno), ni como algo con lo que nos podamos relacionar afec- convertirse en nada ulterior. Aliora bien, como dije antes, el
tivamente a la manera como lo hacemos con un semejante. Esto óvulo fecundado o el feto inmaduro (esto es, la "persona poten-
es, los óvulos fecundados son diferentes de las personas nacidas cial") considerado como lo que es y no como lo que pudiera llegar
precisamente en aspectos que importan para la moralidad. En a ser, carece de propiedades intrínsecas reales que nos compelan
segundo lugar, la noción de persona pertinente para una discu- a tomarlo como persona y que por sí mismas nos planteen exi-
sión moral no parece tener nada que ver con la genética ni la gencias morales; sus llamadas "propiedades potenciales" (que
biología: podemos concebir personas que no tengan el código no son más que ciertas propiedades biológicas reales) pueden
genético humano y, tal vez, dado que existe la creencia en un Dios adquirir en efecto un valor moral derivado cuando, en una etapa
personal, personas que carezcan de toda propiedad genética o posterior, logran conectarse causalmente con otras propiedades,
biológica. Las pex-sonas efectivamente nos plantean exigencias ya no meramente biológicas, de una persona real, es decir, cuan-
morales, pero las características personales que dan lugar a tales do efectivamente dan lugar a propiedades moralmente significa-
exigencias son de una índole enteramente diferente de las mera- tivas. Pero en caso de no darse esa etapa posterior, no hay nada
mente biológicas. De modo que si se dice que el cigoto es xma de donde la supuesta persona potencial pudiera derivar su valor
persona por el hecho de tener un código genético humano y moral.
haber iniciado un proceso biológico reproductivo, y que por tanto Si lo anterior es correcto, resulta que aun cuando concedamos
nos impone la obligación moral de respetar su vida, o bien se está que un óvulo fecundado o un embrión puede ser conceptualiza-
dando un salto argumentativo injustificado o bien se está pen- do, en algún sentido, como una "persona potencial", esto es,
sando, no en las propiedades biológicas del cigoto, sino en sus como el posible antecedente causal de ima posible persona, esto
"propiedades potenciales", en lo que el cigoto podría llegar a ser. no basta para justificar la creencia moral de que siempre y en
Con esto llegamos a la segunda noción de persona que figura todos los casos sea moralmente reprobable interrumpir su pro-
en estas discusiones, la de "persona potencial": si bien el óvulo ceso vital; pues, como dije antes, carece en sí mismo de propie-
fecundado, se nos dice, no es una persona real, sí es una persona dades moralmente significativas. Tiene que apelarse a una no-
potencial y en tanto que tal nos impone la obligación moral de ción más espesa de persona si ha de argumentarse que, por ser
respetar su vida. Una persona potencial es algo que ha iniciado el feto una persona, el aborto intencional es un acto intrínseca-
un proceso biológico de desarrollo que culminará con la produc- mente malo.
ción de una persona real. Un óvulo humano fecundado —se Con esto llegamos a la noción de persona verdaderamente
dice— tiene el material genético necesario para convertirse, si relevante para el debate acerca de la moralidad del aborto; esto
144 EL PROBLEIVIA DEL ABORTO: TRES ENFOQUES 134
PROBLEMAS ACTUALES

es, a la noción metafísica de persona, cuya extensión, como ve- para llevar a cabo cualquier acción intencional. Si algo tiene sólo
remos más adelante, parece coincidir con la del concepto de propiedades materiales, digamos, una piedra o un helecho, no po-
. "persona moral". Preguntémonos, pues, si es el feto una persona dremos ver a ese algo como una persona, no podremos compor-
en el sentido metafisico del término. tamos con él como nos comportamos con una persona, no sería
Las personas son individuos peculiares en el mundo que nos adecuado tener con él el tipo de consideraciones que normal-
rodea. La noción metafísica de persona presenta especiales difi- mente tenemos frente a las personas. Según esta teoría de las per-
cultades cuando abordamos el tema de la moralidad del aborto sonas, responder a la pregunta de si el feto es una persona pre-
debido a que, quienes intentan analizarla, toman como paradig- supone contestar a la cuestión de si se le pueden atribuir con
ma de persona, no sin razón, a humanos adultos en pleno uso de verdad predicados psicológicos, por simples que éstos puedan
sus facultades.^ Así, desde Aristóteles, se mencionan como con- ser. Y la i-espuesta, desde luego, variará según que consideremos
diciones necesarias para ser un ser humano o una persona, en el fetos en distintas etapas de desarrollo: un óvulo fecundado no es
sentido metafisico de este término, diversas capacidades psico- una persona, como tampoco lo es un feto de dos meses de gesta-
lógicas y racionales que nos obligan a contestar negativamente ción; pero un feto de seis meses, del que podemos decir con
la pregunta acerca de si el feto (o para el caso, el recién nacido, verdad que siente firío, dolor, hambre o incomodidad, es una
el niño pequeño o el retardado mental profundo) es una persona; persona en el sentido metafi'sico del término que a Strawson le
pues evidentemente el feto no piensa, ni tiene memoria, ni auto- interesa destacar.
conciencia, ni planes de vida, ni intereses, ni deseos, ni la capa- No es difícil percatamos, además, de que todas las personas
cidad de actuar intencionalmente o de relacionarse afectivamen- metafi'sicas son a la vez personas morales, pues las características
te con otras personas. Peter Strawson, sin embargo, en su libro psicológicas que nos permiten conceptualizar algo como una
Individuals,'^ aborda esta difícil cuestión de una manera más persona son tales que nos imponen exigencias morales específi-
abstracta e iluminadora. Dentro de la perspectiva de lo que él cas y hacen posible que nos relacionemos afectiva o emocional-
llama una "metafísica descriptiva" —que a diferencia de una mente con ese algo. Si algo es capaz de sentir frío o dolor o, más
metafísica revisionista se propone investigar cuáles son nuestros en general, experiencias negativamente valoradas, esa misma
conceptos básicos y no cuáles deberían ser— Strawson se pregtm- capacidad tiende a despertar naturalmente en nosotros respues-
ta qué es lo distintivo de nuestro concepto de persona, cuáles son tas afectivas específicas (compasión, cuidado, deseo de proteger,
los rasgos que hacen a las personas diferentes de cualquier otro etc.) y nos impone la exigencia de tratarlo con consideración, de
tipo de entidad particular. Su respuesta es sencilla y profunda: procurar no producir en él tales experiencias. De la misma ma-
las personas son particulares básicos a los que podemos atribuir nera, si algo es capaz de tener deseos, de hacer planes para su
tanto propiedades corpóreas como estados de conciencia. Esta futuro, de tener intereses, esa capacidad nos permite verlo como
caracterización captura ima intuición fundamental: no reconoce- vulnerable, como moralmente digno de consideración y respeto,
ríamos como una persona (en el sentido normal de esta palabra) y como algo en cuya historia nos podemos interesar de un modo
a algo puramente material que no tuviera o no fuera capaz de tener como no podríamos hacerlo con una entidad que no tuviera esas
ninguna propiedad psicológica o que careciera de la habilidad capacidades. De modo que todas las personas metafísicas son
personas morales, esto es, individuos que percibimos como dig-
^ Véase, por ejemplo, P. Singer, Practical Ethics, Cambridge, Cambridge Uni- nos de consideración o respeto y con los que, en algima medida,
versity Press, 1979, caps. 3 y 6; M. Tooley, Abonion and Infanticide, Oxford, podemos relacionamos afectivamente.
Oxfoi'd University Press, 1983, cap. 5; M. A. Warren, "On the Moral and Legal Una vez precisado este concepto metafisico de persona pode-
Status of Abortion", Monisi, 57, 1973.
mos volver a la cuestión acerca de la moralidad del aborto. Como
P. Sti-awson, Individuals. An Essay in Descriptive Metaphysics, Londi'es,
Methuen and Co., 1959, cap. 3. indicamos antes, el grado de desarrollo del feto resulta crucial
144 PROBLEMAS ACTUALES EL PROBLEIVIA DEL ABORTO: TRES ENFOQUES 137

para responder a la cuestión de si el aborto intencional es, por una decisión moral problemática para la mujer que sólo se jus-
principio, un acto inmoral o no. Dado que los embriones y los tifica por razones serias, a diferencia, por ejemplo, de la decisión
fetos inmaduros no tienen ninguna de las características distin- de extraerse un diente o quitarse un lunar, ii) Si el concepto
tivas de las personas metafísicas y morales, parece que no son el strawsoniano de persona fuera lo único que tuviéramos en cuen-
tipo de entidades respecto de las cuales podemos comportamos ta para determinar el carácter moral de un aborto, tal parecería
moral o inmoralmente. Si lo anterior es correcto, el aborto, cuan- que el aborto de un feto de cinco meses tendría que juzgarse
do se realiza dentro de, digamos, el primer trimestre de gesta- (como de hecho lo juzgan muchos utilitaristas)^ como equivalen-
ción, no parece ser por sí mismo un acto al que le podamos aplicar te, desde la perspectiva moral, a la destmcción deliberada de un
ningún califícativo moral. Podrá califícarse como moralmente animal con el mismo grado de sensibilidad que el feto abortado;
bueno o malo sólo en la medida en que el acto de abortar resulte, sin embargo, parece innegable que incluso quienes juzgan que el
además, un acto de consideración o agresión hacia otras perso- aborto puede ser moralmente aceptable, no consideran que la
nas o, tal vez, hacia uno mismo. Pero, si el acto de abortar se destracción de un feto humano desarrollado tenga la misma
realiza durante el primer trimestre de gestación y la mujer em- significación moral que la de un animal con el mismo grado de
barazada que lo decide no agrede con ello a nadie, sino que lo sensibüidad. Si lo anterior es correcto, el carácter moral del
hace por considerar, por ejemplo, que no desea en ese momento aborto podría no depender solamente del hecho de que el feto sea
de su vida la maternidad y que es lo que mejor conviene para sus o no una persona metafísica.
planes de vida, el aborto en sí mismo no parece ser un tipo de acto A fin de explicar la valoración compartida que acabamos de
apropiado para emitir sobre él ningún juicio moral. mencionar, Ronald Dworkin ha propuesto recientemente la hi-
Uno de los atractivos que ofrece el concepto strawsoniano de pótesis de que lo que dota de un carácter moral al aborto volun-
persona para entender el debate sobre el aborto, es que nos per- tario, aun cuando sea practicado en los primeros días de gesta-
mite explicar por qué tenemos intuiciones morales tan diferentes ción, es que supone cortar una vida humana que comienza y el
en el caso de abortos tempranos y en el caso de abortos tardíos. hecho de que los humanos compartimos, implícita o explícita-
Muchos filósofos coinciden en que la dificultad mayor en la dis- mente, un principio general que él llama el "principio de la san-
cusión sobre la moralidad del aborto proviene de este hecho: tidad de la vida humana". Examinemos, pues, el aborto a la luz
nadie, o casi nadie, piensa que el aborto intencional de un em- de ese principio.
brión de tres semanas de gestación sea igual, desde un punto de
vista moral, que el de un feto de seis meses. La noción de persona
metafísica introducida por Strawson nos permite dar cuenta de EL ABORTO Y EL PRINCIPIO DE LA SANTIDAD
estas intuiciones morales. DE LA VIDA HUMANA
Haj', sin embargo, otras intuiciones morales ampliamente com-
partidas sobre el aborto que la noción metafísica de persona no Varios autores han abordado el tema de la moralidad del aborto
parece explicar, i) En general nadie piensa que un aborto reali- desde la perspectiva del valor intrínseco de la vida humana. Para
zado en las primeras semanas de gestación, cuando se tiene la la mayoría de estos autores el respeto a aquel valor fundamental
certeza de que el feto no es aún una persona metafísica, sea un nos obliga en todos los casos a condenar moralmente el aborto;
acto vanal, carente de toda significación moral, esto es, un acto es decir, a abrazar la postura más conservadora. Por las conclu-
que pueda permitirse por cualquier tipo de razón. Tanto los que siones a las que llegan, podemos colegir que por "vida humana"
sostienen una postura liberal frente al aborto, como quienes entienden la de cualquier organismo biológicamente humano.
tienen opiniones conservadoras al respecto, suelen coincidir en
que la decisión de abortar, en cualquier etapa de la gestación, es ^ Véanse P. Singer, op. cit., y M. Tooley, op. cit.
144 PROBLEMAS ACTUALES EL PROBLEIVIA DEL ABORTO: TRES ENFOQUES 139

desde el óvulo fecundado hasta la persona adulta hecha y dere- pensamos que son por sí mismas dignas de respeto y conside-
cha. Para ellos no ha\' ninguna diferencia moralmente significa- ración, y que sería moralmente lamentable destruirlas. Dworkin
tiva entre el valor de la vida en un extremo y otro del desarrollo observa que todas las cosas que valoramos intrínsecamente tie-
de un ser humano. En las versiones religiosas de esta postura, se nen en común el ser productos de algún proceso creativo, natural
considera que la vida humana es la obra suprema de la creación o humano. Hay en todas ellas una inversión creativa, nos dice,
divina; en las versiones laicas, se la considera como el producto cuya pérdida sería lamentable, sería una tragedia, ya que supon-
más refinado de la evolución natural. Y sostienen que por ser la dría la frustración del acto creativo que les dio lugar.
obra suprema de la creación divina o por ser el producto más Si lo anterior es correcto, la existencia de la especie humana
refinado de la evolución, la vida humana tiene un valor intrínseco es algo intrínsecamente valioso: pensamos que sería una trage-
y estamos moralmente obligados a protegerla y respetarla. dia, algo terriblemente lamentable, su desaparición. Pero, no
La novedad del enfoque de Ronald Dworkin, en su reciente sólo la existencia de la especie, sino la existencia de cada vida
libro Life's Dominion,^ es que argumenta, por una parte, que humana individual es también intrínsecamente valiosa: en cada
todos los que participan en la discusión sobre la moralidad del una de ellas confluyen el resultado de un complicado proceso
aborto comparten la idea de que la vida humana es intrínseca- natural y el de otro proceso de creación personal similar, en
mente valiosa, es decir, aceptan el principio de la santidad de la algunos aspectos, al de la creación artística. Podemos verla vida
vida humana; por otra parte, como veremos, muestra que acep- humana de una persona adulta, por un lado, como el resultado
tar el valor intrínseco de la vida humana, no conduce necesaria- de una creación natural (o divina) que comprende el "milagro de
mente, como suponen los conservadores, a condenar el aborto la vida" que nos intriga y nos asombra; por otro lado, como el re-
en todos los casos. Para desan'ollar su argumento, ofrece prime- sultado de un esfuerzo creativo deliberado de forjarse una per-
ro una explicación detallada de lo que significa atribuir valor sonalidad, un carácter, es decir, como el producto de una fuerza
intrínseco a algo y, luego, caracteriza lo que es una "vida huma- creativa humana similar a la que valoramos cuando, por ejem-
na" como algo más complejo que el i-esultado de un mero proceso plo, valoramos una obra de arte o la existencia de una cultura
biológico natural. particular. La inviolabilidad de la vida humana tiene sus raíces,
La idea de que algo tiene valor intrínseco no es ima idea tan pues, en dos fuentes de lo sagrado o intrínsecamente valioso: la
misteriosa como pudiera parecer a algunos a primera vista; es, inversión creativa natural y la propiamente humana. Así, la des-
por el contrario, una idea bastante familiar. Valoramos intrínse- trucción de una vida humana adulta supone no sólo la de una
camente el arte en sus distintas manifestaciones, la existencia de vida biológica única, sino la fi-ustración de la más alta forma de
variadas especies animales, la diversidad de las culturas, el co- creación de la que somos capaces: la de una vida personal. Con-
nocimiento, las virtudes humanas. Decir que atribuimos un va- forme al principio de la santidad de la vida humana, son sagrados
lor intrínseco a estas cosas, es decir que nuestra valoración es tanto el aspecto biológico como el personal de una vida humana;
independiente de nuestros deseos e intereses, independiente de cualquier vida individual de un organismo humano, por inci-
las satisfacciones o los placeres que nos producen, de la utilidad piente que sea, es digna de respeto y protección en virtud de la
que pudiéramos sacar de ellas. Es decir, no las valoramos porque inversión creativa que supone, y su destrucción se hace más
nos interesen, ni porque nos resulten útiles o adecuadas para la lamentable en la medida en que dicha inversión sea mayor. Esto
satisfacción de nuestros deseos.' Valoramos su mera existencia, explica —sostiene Dworkin— la idea de que el aborto sea gene-
ralmente considerado moralmente más condenable mientras más
® Life's Dominion. An Argiuneru about Abortion, Euthanasia, and Individual
desarrollado esté el feto.
Freedom, Nueva York, Knopf, 1993.
' En M. Platts, Moral Realities. An Essay in Philosophical Psychology, Londres, cibimos valores intrínsecos en ciertos tipos de acciones así como una fina distin-
Routledge, 1991, encontramos una manera alternativa de argumentar que per- ción entre valor subjetivo, instixunental e intrínseco.
144 PROBLEMAS ACTUALES EL PROBLEIVIA DEL ABORTO: TRES ENFOQUES 141

Si bien los distintos participantes en el debate sobre el aborto les o tradicionales de quien ofrece la interpretación, es decir, con
parten de la aceptación del valor intrínseco de la vida humana, ideas muy estmcturadoras cuyas raíces penetran, por así decirlo,
sus diferencias pueden explicarse —señala Dworkin— por el he- buena parte del sistema de creencias en el que se presentan.®
cho de que intei-pretan de diferentes maneras el principio de su Notemos, sin embargo, que aun cuando ésta sea una manei-a
santidad; es decir, habrá distintas interpretaciones según que con- novedosa de explicar el actual debate sobre el aborto, no se ha
cedan más o menos peso a cada uno de los ingredientes que ofrecido una respuesta a nuestra pregunta inicial, esto es, a la
componen una vida humana. Así, los más conservadores, los pregunta acerca de si el aborto intencional es o no moralmente
católicos más dogmáticos, aquéllos que no admiten ninguna cir- aceptable. La propuesta de Dworkin permite explicar por qué se
cunstancia en la que el aborto pudiera ser moralmente aceptable, tienen distintas opiniones sobre la moralidad del aborto, pero no
interpretan el principio de la santidad de la vida de tal manera alcanza a responder cuál de esas opiniones es la correcta. Si se
que conceden un valor moral absoluto a su componente biológi- sostiene que las diversas posturas sobre la morahdad del aborto
co; otros, menos radicalmente conservadores, los que conside- pueden ser todas "correctas" relativamente a la "cultura" o a la
ran moralmente justificado el aborto sólo en el caso en que el "tradición" dentro de la que se expresan, se cae en un relativismo
embarazo ponga en peligro la vida de la madre, piensan que, ante vulgar. De modo que, si se quiere evitar el relativismo y responder
la ausencia de alternativas, resulta moralmente menos lamenta- a la pregimta inicial, se tienen que investigar y evaluar las razones
ble perder una vida en la que hay sólo el componente biológico, por las que se prefiere una interpretación del principio de la
que otra en la que hay los dos tipos de componentes propios de santidad de la vida fi-ente a otras posibles interpretaciones.
la vida humana. Otros más moderados piensan que hay más Estamos suponiendo aquí que interpretar un principio como
circunstancias en las que el valor de la vida personal de la mujer el de la santidad de la vida humana es algo que se hace con base
prevalece sobi-e el valor biológico de la vida de un feto; así, con- en razones y no como un capricho o por la aceptación ciega de
sideran que el aborto es moralmente aceptable en casos en los una tradición cultural. Y puesto que las distintas interpretacio-
que el embarazo es producto de ima violación o de un incesto, o nes inciden en la cuestión de la moralidad del aborto, las razones
cuando la mujer es demasiado joven para ejercer la maternidad. que se aduzcan pai'a preferir una lectura del principio sobre
Para los liberales, el aborto es moralmente aceptable en muchas otras, tienen que ser razones relevantes para la moralidad. Pre-
más circunstancias y dentro de plazos de gestación más largos; guntemos, pues, qué razones morales hay detrás de cada inter-
ellos ven un valor incomparablemente mayor en el componen- pretación.
te humano de la vida de una mujer adulta que en el componente La razón que el conservador esgrime para defender su inter-
biológico de la vida de un feto no viable. Por último, los archüi- pretación suele ser, según hemos visto, una razón religiosa o,
berales consideran que es moralmente aceptable el aborto, en más precisamente, una razón teológico-moral: la idea de que
cualquier etapa de la gestación, si la mujer embarazada juzga que cada nueva vida humana es creada por Dios "a su imagen y
eso es lo que mejor conviene a sus intereses o planes de vida; para semejanza" y que esto hace que sea intrínsecamente malo des-
truirla, o la idea más simple de que Dios impone la obligación
ellos, el valor de la vida biológica del feto siempre está subordi-
moral de respetar la vida humana desde el momento de la con-
nado al valor de la vida personal que una mujer haya elegido
cepción. Nótese, sin embargo, que por respetables que puedan
reflexivamente para sí misma. De este modo, partiendo de la
parecer ese tipo de razones, derivan de una creencia religiosa o
aceptación de un mismo principio, los conservadores, modera-
dos y liberales llegan a conclusiones distintas acerca de la mora- ® Esta misma idea es sostenida por Roger Wertheimer en su notable artículo
lidad del aborto en virtud de que lo interpretan de diversas ma- "Understanding the Abortion Argument", Philosophy and Public Affairs, vol. 1,1,
neras. Dworkin señala que las diferentes interpretaciones suelen 1971. (Traducción al español, "Comprender la discusión sobre el aborto", en J.
estar estrechamente vinculadas con las ideas religiosas, cultm-a- Finnis et al.. Debate sobre el aborto. Cinco ensayos morales, Madrid, Cátedra,
1983.)
144 PROBLEMAS ACTUALES EL PROBLEIVIA DEL ABORTO: TRES ENFOQUES 143

de una manera religiosa de ver el mundo y, por ello mismo, no sible frente a ellos, pero no de una manera inmoral. Y nótese que
son el tipo de razones que puedan servir para justificar ninguna lo anterior no implica negar que el feto inmaduro tenga algún
legislación democrática en una sociedad plural. Algunos conser- valor, sólo que no se concede que ese valor sea de índole moral.
vadores, conscientes de ese problema, intentan expresar su ra- Su valor intrínseco será semejante al valor que tienen otras crea-
zón en términos laicos y apelan entonces a la obligación moral ciones de la naturaleza. El moderado y el liberal pueden, incluso,
absoluta de respetar el producto más refinado de "la Naturaleza". conceder que un feto tiene un valor "más alto" que el de cualquier
Pero, decir que tal obligación moral es absoluta constituye o bien otro organismo de cualquier otra especie animal, y explicar que
un error —pues, como expliqué antes, una entidad con propie- ese valor deriva del hecho de que las personas hechas y derechas
dades exclusivamente biológicas no nos plantea ninguna exigen- que resultan del desarrollo de los fetos humanos tienen el más
cia moral absoluta—, o bien supone adoptar una visión religiosa alto valor intrínseco moral. Eso puede explicar el hecho de que
de "la Natui-aleza" —^pues sólo así resulta inteligible la idea de veamos como un acto de mayor significación moral la destmc-
quepor sí misma la naturaleza nos imponga la obligación moral ción de un feto humano que la de un animal con sensibilidad. El
de respetar cualquier forma de vida humana, incluyendo la de moderado y el liberal pueden también explicar por qué la deci-
óvulos fecundados, embriones y fetos—. sión de abortar, en cualquier etapa del embarazo, es para la mujer
Los moderados y liberales, en cambio, podrán apelar a la una decisión en sí misma moralmente problemática: para ello
noción de persona moral que expusimos en la sección anterior recurren al hecho de que elegir la maternidad o la no matemidad
para defender su interpretación del principio de la santidad de es un asunto de la más alta significación moral en la vida de tma
la vida humana; es decir, podrán argumentar que la moralidad mujer adulta.
es una institución que rige las relaciones entre personas, no las
relaciones de las personas con otros entes carentes de sensibili- ABORTO Y CONFLICTO DE DERECHOS
dad y reflexión, de modo que el principio de la santidad de la vida
humana tendrá un significado moral sólo en la medida en que
En la tradición católica se ha apelado con frecuencia a los dere-
entendamos por "vida humana", la vida de personas metafísicas
chos del feto desde el momento de la concepción para fundar una
y morales, es decir, de entidades a las que podemos atribuir
prohibición moral absoluta del aborto. ' ° Desde luego, no se trata
propiedades psicológicas y que por eso mismo pueden plantear-
en este contexto de "derechos positivos" consagrados en alguna
nos exigencias morales. Los moderados y liberales pueden inclu-
legislación, sino de aquellos otros derechos, los derechos huma-
sive conceder que la vida biológica tiene un valor intrínseco, pero
nos, que son condición sine qua non para el bienestar de una
no valor moral.® Pueden alegar que algo carente de toda propie-
persona, para que pueda gozar de cualquier aspecto del bienestar
dad psicológica no puede formar parte de la comunidad moral y
humano. Quienes tienen derechos son las personas, de modo
argumentar que no podemos comportamos en nuestras relacio-
que, dentro de esta perspectiva, se presupone de entrada que el
nes con ese algo de una manera moral ni inmoral. Así como no
feto es una persona, como la madre, con pleno derecho ala vida;
es posible comportamos inmoralmente con el Guemica de Picas-
luego se esgrime ese derecho inalienable del feto para considerar
so o con el Cañón del Colorado, tampoco es posible cometer una
el aborto como una especie de homicidio, como un atropello al
acción intrínsecamente inmoral con los fetos inmaduros; tal vez
sea posible comportamos de manera bárbara, estúpida o insen-
Véase, como un ejemplo más de esta tradición, la encíclica Evangelium
Vitae dictada por Juan Pablo 11 el 25 de marzo de 1995. Véase también G. Grisez,
® Ronald Dwork! n no distingue en su texto distintos tipos de valores intrínse- Abortion: the Myths, the Realities, and the Arguments, Washington, The World
cos. Sin embargo, tenemos la idea intuitiva de que el tipo de valor intrínseco que Publishing Co., 1970, y J. Noonan, Jr. (comp.), The Morality of Abortion. Legal
tiene la Gioconda, la Selva Amazónica o la ballena azul, son difei-entes del valor and Historical Perspectives, Cambridge, Mass., y Londres, Hai-vard University
moral intrínseco que tienen las personas. Press, 1970.
144 PROBLEMAS ACTUALES EL PROBLEIVIA DEL ABORTO: TRES ENFOQUES 145

derecho del feto a la vida y, por tanto, como algo absolutamente ción fuera exitosa, lo más que podría mostrar sería que el aborto
reprobable. Más aún, según la doctrina moral católica, si el em- es moralmente aceptable sólo en el caso en que el embarazo
barazo pone en peligro la vida de la madre y hay un conflicto ponga en peHgro la vida de la madre.
entre el derecho a la vida de la madre y el del feto, entonces, se Quienes defienden en términos de derechos que el aborto es
apela a una distinción que consideran morzilmente significativa moralmente aceptable y conceden de entrada que el feto es una
entre "matar directamente" y "dejar morir"," y se concluye que persona con derecho a la vida, apelan por lo general a im derecho
es moralmente preferible dejar morir a la madre que matar al adicional de la mujer: el derecho a disponer de su propio cuerpo.
feto. En algunos casos especialísimos está moralmente permiti- La madre, sostienen, es dueña de su cuerpo y tiene entero domi-
do llevar a cabo acciones (u omisiones) que tengan como conse- nio sobre él; sólo ella tiene el derecho de decidir lo que sucede en
cuencia la muerte del feto (por ejemplo, la teología moral católi- su cuerpo y a su cuerpo. Un embarazo no deseado puede verse,
ca admite que, a fin de salvar la vida de una mujer embarazada entonces, como im caso en el que entran en conflicto dos dere-
que padece cáncer en el útero, se le puede extraer el útero, aun chos: el derecho de la madre a decidir sobre lo que sucede en su
cuando se sepa que esto tiene como una consecuencia inevitable cuerpo y el supuesto derecho del feto a la supervivencia. La pre-
la muerte del feto). En esos casos se apela a la "doctrina del doble gunta que se plantea es la siguiente: ¿el derecho que el feto tiene
efecto"'^ para justificar el acto por el cual se produce la muerte a la vida le otorga el derecho especial de ocupar el cuerpo de la
del feto: no era la muerte del feto el efecto que se intentaba con madre para mantenerse vivo?
la acción: la acción estaba dirigida a salvar la vida de la madre, y En un famoso artículo, la filósofa estadtinidense Judith Jarvis
la muerte del feto, aunque fiiese un efecto completamente previ- Thomson*'* sostiene que, aun si se concede que el feto es una
sible, no era algo buscado intencionalmente. persona con derecho a vivir, de allí no se sigue que dicho derecho
Varios autores han tratado de argumentar que conceder que le dé derecho a disponer del cuerpo de la madre. ¿Es acaso una
el feto tiene derecho a la vida no conduce a la conclusión deseada obligación moral prestar el propio cuerpo a fin de que otra per-
por los católicos de una manera tan directa. Así, algunos han sona salve su vida? Comúnmente se suele pensar que tener dere-
sostenido que, cuando el embarazo pone en peligro la vida de la cho a la vida quiere decir tener derecho a recibir, por lo menos,
madre, el aborto puede verse como un caso de dar muerte en lo mínimo para continuar viviendo; sin embargo, eso que una
defensa propia. Sin embargo, esta manera de ver las cosas plan- persona necesita para seguir viviendo, señala Thomson, puede
tea una dificultad seria: no es del todo obvio que el aborto pueda ser algo a lo que no tiene derecho. Ilustra su tesis con un célebre
conceptuarse como un caso de dar muerte en defensa propia, ya ejemplo: al despertar una mañana descubres que un violinista
que i) el aborto supone la premeditación; ii) no suele ser la propia famoso que padece una grave enfermedad renal ha sido conec-
madre amenazada de muerte la que practica el aborto, y iii) tam- tado a tus ríñones y se te informa que un grupo de amantes de la
poco es obvio que el feto pueda conceptualizarse como un "agre- música decidió secuestrarte mientras dormías y llevar a cabo esa
sor".'^ Nótese, además, que aun cuando este tipo de argumenta- conexión porque eres la única persona con el tipo de sangre
adecuado para que el violinista pueda sobrevivir; la pregunta es:
" Véase J. Finnis, "The Rights and Wrongs of Abortion", Philosophy and ¿tienes derecho a desconectarte? Aun cuando el violinista tenga
Public Affairs, vol. 2, 2, 1973.
derecho a la vida, sigue Thomson, no tiene derecho a usar sin tu
Una exposición y discusión de la "doctiina del doble efecto" y su relación
con la distinción entre matar y dejar morir se encuentra en P. Foot, "The Problem permiso tus ríñones, pues tu cuerpo es tu propiedad exclusiva y
of Abortion and the Doctrine of the Double Effect", Oxford Review, 5,1967. Véase sólo tú tienes derecho a disponer de él; de modo que no estás
también la excelente discusión sobre estos temas en M. D. Farreü, La ética del moralmente obligada a permanecer conectada. Si accedes de
aborto y la eutanasia, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1985.
Véase N. Davis, "Abortion and Self-Defense", Philosophy and Public Affairs, J. Jarvis Thomson, "A Defense of Abortion", Philosophy and Public Affairs,
vol. 13,3, 1984. vol. 1,1,1971.
144 PROBLEMAS ACTUALES EL PROBLEIVIA DEL ABORTO: TRES ENFOQUES 147

buena gana a prestarle tus ríñones para su sobrevivencia será un ble de que haya un feto en su útero, pero de allí no se sigue
acto de generosidad excepcional de tu parte, pero nunca el cum- dii-ectamente, sin más argumentación, que tenga la responsabi-
plimiento de una obligación moral. Más atín, si la conexión con lidad absoluta de alojar al feto en su útero.Volviendo al ejemplo
el violinista pone en peligro tu vida o tu salud, o inclusive si de J. J. Thomson, podría la mujer a cuyos ríñones fue conectado
impide que realices la vida que reflexivamente habías escogido el violinista enfermo haber realizado voluntariamente alguna
llevar, nadie se atreverá a sostener que haces mal en desconec- acción riesgosa —por ejemplo, acercarse al sitio en donde yace
tarte. Volviendo a la cuestión del aborto, el hecho de que el feto el violinista sabiendo que ella tiene el tipo de sangre adecuado
tenga derecho a la vida no le da derecho por sí mismo, dice para salvarlo— cuyo resultado hubiera sido la lamentable cone-
Thomson, a usar el cuerpo de la madre para su supervivencia y, xión; pero no pensaríamos que el hecho de haber tomado aquel
si esto es así, entonces, sacarlo del útero materno no será cometer riesgo le confiera un derecho especial al violinista y elimine el de-
un acto injusto con él, menos aún un acto criminal. recho de la mujer a desconectarse. En segundo lugar, según el
Si los opositores al aborto quieren hacer prosperar su argu- razonamiento en el párrafo anterior, la moralidad del acto de
mento tienen que mostrar que, por lo menos en algunos casos, abortar dependería sólo de ciertos estados mentales de la mujer
sería injusto que una mujer decidiera privar de la vida al feto con al momento del coito y parece extravagante sostener que la exis-
base en su derecho a decidir sobre su cuerpo. Para esto es nece- tencia de un derecho especial de un tercero dependa de que ella
sario mostrar que el feto tiene, al menos en ciertas circunstan- tenga en esos momentos ciertas creencias o deseos.
cias, además del derecho a la vida, un derecho especial a que la Cabe señalar aquí que el derecho de la mujer a disponer de su
mujer que lo aloja en su útero proteja su vida, es decir, tiene que propio cuerpo que se esgrime en este intento de justificar moral-
mostrar que la mujer tiene, en ciertos casos, una responsabilidad mente el aborto, es un derecho que no parece ser tan ilimitado
moral especial de conservar la vida del feto. ¿De dónde puede como allí se pretende si consideramos que el suicidio o la auto-
provenir este derecho adicional del feto y la coiTelativa respon- mutilación pueden ser moralmente reprobables.'® Cabe también
sabilidad moral especial de la mujer? señalar que el hecho de que la relación entre la mujer embaraza-
Algunos podiían alegar que, en el caso en que la mujer se da y el feto sea una relación natural (y no artificial como sería en
embarazara voluntariamente, el feto adquh'iría ese nuevo dere- el caso del violinista descrito por Thomson) arroja algunas dudas
cho y la mujer una nueva responsabilidad. Esto implicaría que acerca de que la mujer embarazada pueda afirmar sin lugar a
son moralmente aceptables sólo aquellos casos de aborto en dudas que su cuerpo es sólo suyo; después de todo, parece que el
donde el embarazo es accidental o claramente invokmtario. Sería feto podría (si realmente pudiera) alegar que él fue dotado natu-
aceptable el aborto de una mujer violada o de una mujer ignorante, ralmente de cierto entorno orgánico necesario para su supervi-
o de aquélla que tiene la precaución de tomar anticonceptivos vencia y que ese entorno orgánico es lo que entendemos por
cuando tiene relaciones sexuales o está razonablemente segura "cuerpo propio"." Por último, vale destacar que cuando se de-
de no ser fértil al momento del coito consentido. Sin embai'go, fiende la moralidad del aborto concediendo, por una parte, que
sería inmoral el aborto en el caso de una mujer que hubiera el feto tiene derecho a la vida y apelando, por la otra, al derecho
consentido tener relaciones sexuales a sabiendas de que tiene de la mujer de disponer de su propio cuerpo, se suele presentar
probabilidades de quedar embarazada. ¿Qué diríamos a esto? el aborto como si sólo fuera un acto de "dejar morir" al feto (no
El razonamiento anterior parece insatisfactorio por diversas
razones. Primero, es sumamente dudoso que el consentimiento Véase H. Silverstein, "On a Woman's Responsibility for the Fetus", Social
Theory and Practice, vol. 13, 1, 1987.
a tener relaciones sexuales con el riesgo de embarazarse confiera
J. Finnis, op. cit.
algún derecho especial al posible feto resultante. La mujer que " Véase M. Wincclair, "The Abortion Controversy and the Claim that 'This
queda embarazada en semejante situación podrá ser responsa- Body is Mine' ", Social Theoij and Practice, vol. 7,3, 1981.
144 PROBLEMAS ACTUALES 148
EL PROBLEIVIA DEL ABORTO: TRES ENFOQUES

prestarle el útero materno para su sobrevivencia) y no —como lo metafisico que la acompaña, quiero subrayar que darle ese sentido
es en muchos casos— un acto de "matar directamente". Si hay religioso a la palabra y aplicarla al óvulo fecundado, es llevar
efectivamente una diferencia moral significativa entre matar y efectuar un cambio semántico, mismo que depende esencial-
dejar morir a una persona —lo cual se ha asumido por mor del mente de la aceptación de una visión religiosa particular del
argumento que es el feto— parece que quien sostenga apelando mundo y no de un ejercicio analítico racional. El uso religioso de
al derecho de la mujer sobre su propio cuerpo que el aborto es la palabra "persona", en efecto, supone creer en la existencia
moralmente permisible tendría que ofrecer argumentos más po- de sustancias meramente espixituales e incorruptibles —Dios y
derosos; esto es, tendría que ofrecer argumentos que mostraran las almas— y expresa una manera religiosa de ver el mundo que
que, bajo ciertas circunstancias (diferentes de la defensa propia, no todo sujeto está racionalmente obligado a adoptar. Aun cuan-
de una situación bélica o de ejecutar legalmente un criminal do respetemos ese tipo de creencias, cabe observar que en ningún
condenado a la pena capital), no sólo es moralmente aceptable caso las creencias religiosas pueden determinar el contenido de
dejar morir a una persona, sino que también es moralmente un ordenamiento jurídico en un estado democrático y plural.'®
aceptable quitarle la vida. Para terminar, quiero destacar algunas consecuencias que
Nótese que las dificultades que he señalado dependen de acep- pudieran tener las reflexiones antes presentadas para dictar una
tar el supuesto de que el feto es una persona desde el momento legislación razonable sobre el aborto, una legislación que se apo-
de la concepción. Al conceder ese supuesto a quien juzga que el ye en razones que en principio puedan ser comprendidas y res-
aborto es moralmente condenable, se le concede tal vez dema- petadas por todos, y cuya pertinencia para juzgar de la moralidad
siado, pues la razonabilidad de sü condena depende precisamen- del aborto resulte también clara para todos. Si como vimos en la
te de considerar que el feto es una persona. En "vista de lo anterior, sección "El concepto de persona y el carácter moral del aborto",
el movimiento obligado es traer a colación las conclusiones al- el feto de, digamos, menos de doce semanas, no es una persona
canzadas en la sección "El concepto de persona y el carácter en el sentido metafisico y moral de este término y si, como vi-
moral del aborto"; es decir, recordar las dificultades insupera- mos en la sección "El aborto y el principio de la santidad de la
bles que enfrenta quien sostiene que el óvulo fecundado o el feto vida humana", el feto antes de tener propiedades psicológicas no
inmaduro es una persona en el sentido normal del término. Te- tiene im valor intrínseco propiamente moral, podemos concluir
nemos que reiterar que quien conceptualiza como una pei'sona que el aborto en sí mismo no es un asunto moral cuando se lleva
desde el momento de la concepción al feto, a pesar de no tener a cabo en los primeros meses de gestación. Si esto es correcto,
éste ninguna de las propiedades distintivas áelas personas, oblen no hay razones morales para prohibirlo legalmente. Y puesto que
usa la palabra equívocamente, o bien comete un franco error ca- las legislaciones que penalizan el aborto pretenden basar su con-
tegorial. Sospecho que efectivamente quienes condenan el abor- dena, sea en consideraciones de justicia relativas a los derechos
to desde el momento de la concepción usan el término "persona" de las personas, sea en consideraciones morales, tenemos bue-
de manera equívoca, esto es, con un significado diferente del nas razones para proponer una liberación completa de las leyes
normal y creo, además, que dicho significado deriva esencial- sobre el aborto dentro de ciertos plazos, esto es, cuando se trata
mente del hecho de tener ciertas creencias religiosas. Veamos de embarazos de pocos meses en los que sabemos que el feto no
cuál es ese significado. es una persona. El hecho de que el desarrollo del feto sea un
Quienes impugnan el aborto desde el momento de la concep- asunto gradual, no plantea dificultades insuperables —como al-
ción suelen entender por "persona", no una entidad con caracte-
rísticas corpóreas y psicológicas sino, al parecer, algo así como En M. D. Farrell, op. cit., encontramos una postura que combina admira-
"organismo humano con alma". Haciendo caso omiso de las di- blemente el respeto por las visiones religiosas del mtmdo y la idea de que es
inadmisible que los principios religiosos influyan en el contenido del ordena-
ficultades que supone la noción religiosa de "alma" y el dualismo
miento juiidico.
150 PROBLEMAS ACTUALES

gunos autores han supuesto—, sólo obliga al legislador a apoyar-


se en las opiniones de expertos en embriología y en desarrollo
neuronal para establecer el plazo dentro del cual el aborto, por
ser un acto en el que no hay víctima, quedaría despenalizado.
Esta postura moderada sobre el aborto tiene la ventaja adicional VII. SOBRE LA EUTANASIA
de que, aunque no refleje los sentimientos de todas las personas,
tampoco ofende los sentimientos de muchas de ellas. Conlleva- ALBERT CALSAMIGLIA
ría, además, la abolición de leyes cuyo costo social y humano ha
sido y sigue siendo terriblemente elevado.
M I PUNTO DE VISTA

En este trabajo argumentaré en favor de la eutanasia. El nuevo


proyecto del Código Penal Español continúa considerando la
eutanasia como delito. La eutanasia es un caso típico de conflicto
entre el interés colectivo y el individual. Es un caso difícil porque
no se pueden mantener a la vez valores importantes como son el
de la vida y el de la autonomía de la voluntad.
Mi primer argumento hace referencia al valor de la vida. Va-
loramos no sólo la vida biológica, sino también qué es lo que
hacemos con nuestra vida. Esta idea es compartida por mucha
gente que está en favor y en contra de la eutanasia. Tenemos que
decidir si cuando hablamos del valor de la vida nos referimos sólo
a un hecho natural biológico o bien a algo más que depende de
nosotros, de nuestra voluntad, y que podemos denominar artifi-
cial. Quisiera argumentar que lo que valoramos más de la vida
no es que seamos seres vivos, que tengamos unas características
naturales, sino la conducta y los objetivos que hemos alcanzado
en ella. Si el aspecto artificial dota de sentido al valor de la vida,
entonces creo que tenemos argumentos para sostener que la
autonomía del yo debe regir el problema de la eutanasia.
Si aceptamos este argumento, entonces existen algunos casos
de eutanasia voluntaria que se pueden justificar. Quisiera tam-
bién argumentar que en algunos casos en los cuales no existe
voluntad del destinataiio, es posible justificar la eutanasia si se
cumplen ciertas condiciones. Mi argumento se refiere principal-
mente a la justificación, aunque soy consciente de que es preciso
encontrar procedimientos adecuados para implementar esa po-
lítica y que, en muchos casos, la ausencia de procedimiento fia-
ble es un obstáculo para la práctica de la eutanasia.
151
152 PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EUTANASLfV 153

También quisiera argumentar que la eutanasia —en condicio- creen que sea posible negociar con creencias fundamentales.
nes normales, si se aceptan los valores que sugiero— no puede Desde esta posición, no sólo creen que la eutanasia es incorrecta
administrarse en contra de la voluntad del destinatario. En otras desde el punto de vista religioso y moral, sino que también creen
palabras, si tomamos en serio la autonomía del individuo, no es que debe castigarse jurídicamente. El paradigma contra la euta-
posible justificar la eutanasia en contra de la voluntad de su nasia afirma que la vida es sagi-ada, que la vida viene de Dios y
destinatario. que los hombres no tienen competencia para interferir en este
Existe una larga discusión sobre la distinción entre la eutana- asunto.
sia activa y pasiva. Quisiera argumentar que mi preocupación En oposición al paradigma descrito se encuentra el de los que
principal reside en el tema de la justificación. Ahora bien, si defienden la eutanasia. Éstos argumentan que la autonomía con-
existen casos en los cuales la eutanasia está justificada, no se fiere valor a la vida. Sin autonomía los actos humanos carecen
entiende muy bien por qué sólo se puede justificar la eutanasia de valor, incluso desde el punto de vista religioso. Un derecho
pasiva. Mi propuesta consiste en invertir la carga de la prueba, y que no respeta la autonomía no es ixn buen derecho. El derecho no
quienes defienden que la eutanasia está justificada en im caso puede imponer una determinada conducta a la gente que no hace
determinado, deben dar argumentos que justifiquen por qué la daño a terceros y que pide morir porque va a morir lentamente
eutanasia activa no es un procedimiento adecuado. Pienso que o porque no quiere sufrir más. Los defensores de la eutanasia
en muchos casos se cree injustificadamente que entre la acción sostienen que quienes defienden el paradigma estricto son crue-
y la omisión existen unas diferencias mucho más profundas que les porque la vida con gran sufrimiento y sin esperanza de super-
las que existen en realidad. Pero no me voy a ocupar de este vivencia carece de sentido. Los partidarios de la eutanasia ofre-
argumento. Otros lo han hecho con brñlantez.* cen numerosos y trágicos ejemplos para demostrar que la razón
Por último, mucha gente teme que aceptar la justificación de está de su parte.^ Pero las respuestas de sus oponentes siempre
la eutanasia suponga iniciar argumentos resbaladizos. Si acep- son las mismas. La situación puede ser horrible, pero es mucho
tamos la eutanasia acabaremos aceptando cualquier cosa, desde peor eliminar la vida humana.
la eugenesia hasta la selección de la raza. El argumento es débü De vez en cuando se pueden encontrar argumentos sorpren-
porque siempre se pueden establecer distinciones, límites, fron- dentes. Por ejemplo, en un debate sobre la eutanasia entre el
teras y excepciones. Una persona con sensibilidad moral es aqué- gi-an rabino de Londres y el doctor Barnard —que tuvo lugar en
lla que sabe justificar distinciones y establecer diferencias. Oxford en marzo de 1992—, el gran rabino no sólo mantuvo que
la vida humana era sagrada, sino también que el sufrimiento era
bueno porque la gente que comparte el sufrimiento de los demás
E L DEBATE se vuelve mejor. El argumento del rabino es erróneo, no sólo
porque trata a los seres humanos como medio, sino porque jus-
La gente tiene opiniones contrastadas en relación con la eutana- tificaría que torturar mejora a quien comparte el sufrimiento con
sia. En muchas ocasiones se identifica con el asesinato, porque el torturado. ¿Volveremos a la ejecución pública por su valor
el asesinato supone quitar la vida y la eutanasia también la quita. educativo? Si el argumento del rabino es correcto, ¿por qué no
Esta es ima posición muy fuerte y está fundamentada en la creen- volvemos a la tortura o a los campos de concentración?
cia de que la vida es algo sobre lo que la gente no puede decidh, El debate fue enérgico y tuvo la virtud de mostrar los puntos
porque es sagi-ada. Muchas veces esta creencia se fundamenta de vista de los contrincantes. Por una parte, el rabino hablaba
en ideas religiosas y quienes están en contra de la eutanasia no desde un punto de vista religioso y moral, mientras qué el doctor
' Véase, por ejemplo, E. Garzón, "Deberes positivos y deberes negativos", • Véase el caso de Mr. Donnelly en J. Rachels, Tlie End of Life, Oxford, Oxford
Doxa, 3, 1986. University Press, 1986, p. 32.
152 PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EUTANASLfV 155

Barnard hablaba desde la perspectiva del hombre que trabaja nuestra cultura, y argumentai-é que a pesar de las diversas ideo-
diariamente con la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. El logías expresadas, existen muchas situaciones en las cuales el
doctor citó numerosos casos de pacientes reclamando insisten- valor de la vida está en juego, y que nuestras sociedades toman
temente el fin de sus días. Según el doctor Barnard, es imposible decisiones sobre la vida —lo cual supone que no se mantiene la
mantenerse insensible frente al sufrimiento ajeno y se debe ser sacralidad del valor vida humana—. En segundo lugar, argumen-
muy cniel para no atender tales peticiones. Sin embargo, la gente taré que la idea de la sacralidad dota de demasiada importancia
discutió muy vivamente las posiciones y no se dio ningún tipo de al aspecto natural de la vida humana y que es preciso reclamar
acuerdo. Los argumentos del doctor Barnard aludían más a los la relevancia del aspecto artificial incluso desde el punto de vista
sentimientos y a la tragedia que alas razones que pueden justifi- religioso.
car la eutanasia. El dolor añade dramatismo, pero ésta no es la
cuestión principal. EL VALOR SAGRADO DE LA VIDA HUMANA
Si tomamos el problema de la eutanasia en serio debemos
estudiar cuáles son los argumentos en favor y en contra, los El paradigma fuerte sostiene que la vida incumbe sólo a Dios.=
principios que la sustentan y, por último, decidir si jurídicamen- Los hombres no pueden disponer de la vida porque Dios es el
te debe o no prohibirse y por qué.^ único ser que tiene derecho a disponer de la vida humana. El
Desde mi punto de vista, en este debate no se distinguió muy valor sagrado e intrínseco de la -vida humana supone que es
claramente entre el argumento moral y el jurídico. En la tradi- independiente de los intereses del individuo. Un hombre o una
ción filosófica no se asume que toda conducta inmoral debe ser mujer pueden estar interesados en suicidarse. Pero el suicidio es
castigada. Se pueden encontrar muchos argumentos en autores erróneo porque la vida tiene valor independiente del interés del
de reconocida filiación cristiana, como Tomás de Aquino, que individuo. Alguien puede creer que el suicidio no es erróneo si el
enfermo padece una enfermedad mortal y quiere ahorrarse el su-
sostienen que no debe confundirse el pecado y la inmoralidad
frimiento de una agonía lenta. Pero desde el punto de vista del
con el acto antijurídico.'^
paradigma estricto su creencia es falsa, porque la vida tiene un
Por otra parte, es muy difícil mantener el valor sagrado de la valor último y sin excepciones y no se puede disponer de ella en
vida tal y como lo mantiene el paradigma estricto. Primero, por- ningún caso.
que en nuestras sociedades existe el acuerdo de que la vida, en Sin embargo, si pensamos en los valores compartidos en nues-
ciertas ocasiones, está subordinada a otros ideales, incluyendo tra sociedad, podemos encontrar algunos casos en los cuales la
entre ellos a los ideales religiosos. La estrategia de mi argumen- vida no es un valor que se mantenga sin excepciones. Mi tesis es
tación se iniciará discutiendo el sentido y el valor de la Adda en que el valor de la vida no es sagrado, sino prima facie. En nuestra
moral pública se encuentran ciertas circunstancias en las cuales
^ El problema de la muerte relacionada con el ti-atamiento médico forzado ha
sido considerado por el Tribunal Constitucional español como un tema de excep- se puede o se debe disponer de la vida. Veamos algunas.
cional importancia porque diferentes concepciones del derecho a la vida están
enjuego (véase la STC 120/90). Un buen análisis del problema puede verse en M.
Atienza, "La huelga de hambre de los GRAFO", en Chives de razón práctica, núm. Los casos de legítima defensa
14. Alfonso Ruiz Miguel ha escrito un excelente ti-abajo acerca del valor de la vida
en el ordenamiento jurídico español. En los códigos jurídicos y morales de muchas sociedades, la
'' Un punto de vista muy interesante puede encontrarse en Mario Cuomo,
"ReMgious Belief and Public Morality. A Catholic Governor's Perspective", Notre
legítima defensa es una eximente de la responsabilidad. En si-
Dame Journal of Law, Ethics and Social Policy, núm. 1, 1984, en donde se pone ^ Véase D. Barth, Church Dogmatics, Edimburgo, T&T Clark, 1961. En el
de manifiesto el peligro de defender una moral que no se practica y concluye que capítulo sobre la santidad de la vida sostiene que la eutanasia debe ser conside-
los obispos no deben coaccionar, sino pei'suadir (p. 31). rada como un tipo de asesinato.
152 156
PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EUTANASLfV

tuaciones de estado de necesidad también se permite disponer Simplemente quiero llamar la atención sobre lo que se hace y no
de la vida. Esta excepción es reconocida incluso por algunos se discute, y por tanto se admite.
pensadores religiosos, como por ejemplo, el estricto rabino lon- Todos estos argumentos muestran que en realidad en nuestras
dinense, y también por el nuevo proyecto de catecismo católico. sociedades el derecho a la vida no se considera sagrado, porque
se permite disponer de la vida en ciertas circunstancias. La dis-
cusión no reside ya en mantener dogmáticamente el sagrado
El caso de la giieira valor de la vida, sino en averiguar las circunstancias en las cuales
es lícito, obligatorio o prohibido disponer de la vida humana. Mi
No hemos inventado las guerras limpias, sin muertos. La Gueixa argumento sugiere que el derecho sagrado a la vida no es un ar-
del Golfo produjo numerosas bajas, especialmente en el bando gumento indiscutido. Sus defensores deben argumentar por qué
ñ-aquí. En la primera y la segunda guerras mundiales, la vida nuestra moral positiva está equivocada. A lo mejor pueden de-
humana fue un valor sacrificado a ideales que se consideraron mostrarlo.
superiores. Mucha gente creyó y cree que ese costo debía ser Para conseguir nuestro objetivo, quizá sería bueno empezar a
pagado y todavía honra a los héroes que sacrificaron su vida por distinguir los límites que separan la eutanasia de otros que tienen
su patria, por la libertad o por im mundo mejor que el que ofrecía, que ver con la vida humana.
por ejemplo, el racismo alemán. Eso significa que el valor de la
vida humana a veces debe sacrificarse por otros valores. Es difícil
mantener una actitud pacifista frente al nazismo, por ejemplo. L o s LÍMITES DE LA EUTANASIA

La eutanasia es distinta al genocidio


La pena de muei-te y ala eugenesia

En muchas sociedades todavía existe la pena de muerte. ¿Se La gente teme la legalización de la eutanasia. Se argumenta que
puede ser partidario de la pena de muerte y opositor de la euta- permitir la eutanasia es peligroso porque no se mantiene el valor
nasia a la vez, fundamentando todo ello en el valor sagrado de la de la vida como el primer principio moral y eso es erróneo.® Para
vida? El catecismo de Woytüa mantiene la pena de muerte para reforzar el argumento se alude a las experiencias eutanásicas
casos excepcionales. durante la época del nazismo. Creo que el argumento carece de
fuerza porque los nazis no tenían una política eutanásica, sino
genocida. No pretendían ayudar a morir mejor a los enfermos
Todavía podríamos encontrar otros ejemplos terminales, sino que eliminaban a la gente que ellos conside-
raban inútiles o enemigos de la sociedad. Es decir, el interés que
Cuando los presupuestos del Estado se aprueban se está deci- se preservaba no era el del destinatario de la muerte y la eutana-
diendo sobre quiénes van a morir y quiénes no. Construir un paso sia se realizaba en contra de su voluntad. En otras palabras, se
a nivel puede afectar la vida. Sabemos estadísticamente que si no dañaba a otros sin su consentimiento.
asignamos recursos para el paso a nivel morirán x personas al
® Yale Kamisar considera casos de eutanasia involuntaria el auxilio y ayuda
año. La organización de la sociedad puede ser estudiada desde
para la muerü-e de idiotas y dementes seniles. Véase su artículo "Some Non-Re-
la perspectiva de la asignación del derecho a la vida. No quiero ligious Views Against Proposed Mercy Killing Legislation", Minnesota Law Re-
discutir si eso es o no moral, o si eso supone una elección trágica. view, vol. 42, 1958, p. 969.
158 PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EUTANASIA 159

La eutanasia no es un asesinato démico, pues autores contrarios a la eutanasia recomiendan que


en los textos legales se prohiba la eutanasia, mientras que en la
Se argumenta que la eutanasia es semejante al asesinato porque práctica se sea tolerante.'' No es preocupante —en este caso—
en ambos casos la vida humana está en juego. Sin embargo, es que el dei-echo de los textos sea distinto al derecho en acción. Esta
eiTÓneo identificar la eutanasia con el asesinato. Existen algunas idea también tiene soporte judicial. En "La vanguardia" de sep-
diferencias importantes. Entre ellas cabe destacar las tres si- tiembre de 1992 se publicó la noticia de la condena de un médico
guientes. a un año de prisión por suministrar una inyección letal a una
1) En la eutanasia siempre existe una razón humanitaria, mien- anciana que pedía acabar con sus días. En la misma noticia se
tras que en el asesinato, no. La eutanasia justificada sólo puede señalaba que la ejecución de la sentencia fue suspendida.
producirse en interés de la dignidad del destinatario. En todo caso, parece que es difícil mantenerla analogía entre
2) La eutanasia tiene como objetivo disminuir el daño del eutanasia y asesinato. Los autores contrarios a la eutanasia sa-
destinatario que va a morir de todas formas. Los daños pueden ben que es muy distinta la una del otro e identificarlos significa
ser muy vaiiados, desde el dolor insoportable hasta la pérdida de carecer del más mínimo sentido de la sensibilidad moral. Exage-
dignidad que puede representar para una persona su reducción ran y confunden. Es posible que tengan argumentos para defen-
a vegetal. En el asesinato no se pretende disminuir el daño de der la idea de que la eutanasia es inmoral e incluso que deba
nadie: se pretende matar. El interés del asesinado no juega nin- prohibirse legalmente, pero no la pueden identificar con el ase-
gún papel. sinato. Los casos difíciles nunca se dan entre eutanasia y asesi-
3) El destinatario, directa o indirectamente, desea la muerte nato, sino entre eutanasia y homicidio consentido.
en el caso de la eutanasia. En cambio, en el asesinato, la víctima
no. Se podría sugerir que el homicidio consentido sería semejan-
te a la eutanasia. Sin embargo, en el homicidio consentido la La eutanasia no es análoga al suicidio
víctima no es un enfermo terminal. Ésta es una diferencia rele-
vante, aunque se pueden plantear casos difíciles en los cuales la La eutanasia supone una decisión muy difícil. Es semejante al
línea de demarcación puede ser evanescente. Tal es el caso —su- suicidio, porque en ambos casos la elección de la muerte está en
gerido por Nino— de la petición de la muerte de un enfermo que juego. Incluso algunos argumentos que pueden justificar la eu-
sufre mucho a causa de una enfermedad irreversible, pero que tanasia pueden servir para justificar el suicidio.® Pero existe una
no es una enfermedad mortal. diferencia esencial. En el caso del suicidio, el sujeto que realiza
Podiíamos además aducir algunos argumentos que hacen re- la acción y el destinatario coinciden. El Estado sólo puede casti-
ferencia a cómo las leyes tratan la eutanasia y el asesinato. Los gar el intento de suicidio si sostiene que su concepción de lo
códigos y los jueces dulcifican las sanciones cuando está prohi- bueno es superior a la concepción del ciudadano.
bida la eutanasia, porque no es lo mismo que un asesinato. Den- En el caso de la eutanasia oti'os deben practicarla —como en
tro de nuestro ámbito cultural, mucha gente piensa que la euta- el caso del auxñio al suicidio— y las cautelas procedimentales y
nasia se debe permitir en ciertas condiciones mientras que existe de pmeba son muy importantes porque la eutanasia no es un
un consenso generalizado sobre la prohibición del asesinato. medio para deshacerse de gente, sino un modo de ayudarla en
No deja de ser curioso que existan pocos casos de eutanasia
en los tribunales. Sin duda, en hospitales y clínicas se dan casos ' Kamisar y Jiménez de Asúa, en las obras citadas en este trabajo, sostienen
de eutanasia, pero no llegan a los tribunales, porque nadie —^ni esta tesis.
® Martín Parrei ha argumentado que ni el aLLxiMo al suicidio debe ser penado,
fiscales ni ciudadanos— encuentra razones suficientes para cas-
si tomamos la autonomía en serio, en su magm'ñco libro La ética del aborto y la
tigarla ni para denunciarla. Esta idea tiene incluso soporte aca- eutanasia, Buenos Aires, Abeledo PeiTOt, 1985.
152 PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EUTANASLfV 161

una situación muy difícil; es decir, un medio para evitar un daño. una vida que no tiene ningtma esperanza. Joel Feinberg ha seña-
Y no debe olvidarse que el modo de morir de una persona da la lado que es "indigno forzar a otro a morir en contra de su volun-
tónica de su calidad de vida. A todos nos importa cómo será tad, pero una indignidad semejante es forzarle a vivir [...] contra
nuestra muerte y pocos quisieran una agonía larga, dolorosa y su voluntad".*® El dramatismo retórico del dolor no debe hacer-
mantenida artificialmente como ñie la del general Franco. nos olvidar que el elemento fundamental de la eutanasia es el
Por otra parte, parece que si el destinatario se puede suicidar daño que se inflige al destinatario y ese daño puede ser no sólo
(tiene las capacidades suficientes), entonces, si pretende que le el sufrimiento, sino también la indignidad. Existe eutanasia siaj
administren la eutanasia, está trasladando la responsabilidad a se precipita la muerte; b) de un enfermo terminal; c) que la desea;
otros cuando podría defender sus intereses autónomamente. Ese d) con el objetivo de evitar un daño mayor; ej la acción u omisión
quizá sería un criterio para no administrar la eutanasia a un la realiza una tercera persona.
individuo que tiene una enfermedad mortal irreversible, pero Esta definición de la eutanasia ofrece algunos problemas. Un
cuya esperanza de vida es extensa y cuya autonomía personal no elemento importante que evita discutir sobre el daño es que el
se ve seriamente limitada por la enfermedad. enfermo es terminal y el daño (la muerte) se va a producir igual-
mente. Eso minimiza la relación daño-muerte porque la muer-
te llegará. "Eutanasia" significa ayuda a morir dignamente. La
UNA APROXIMACIÓN A LA DEFINICIÓN muerte ya está cerca. También cabe señalar que la definición de
DE EUTANASIA lo que es terminal es compleja y debe establecerse de una forma
canónica. Ahora bien, sin terminalidad nos alejamos de la euta-
La eutanasia significa la inducción de la muerte sin dolor en nasia, porque es una condición necesaria para que pueda hablar-
interés del destinatario y supone la reducción de la duración de se de eutanasia. Un enfermo es terminal si: J) su autonomía está
la vida de un enfermo terminal. El daño que se infringe al desti- tan deteriorada que es incapaz de gozar de sus derechos; 2) su
natario es la reducción de la duración de la vida: si el enfermo no situación es irreversible, es decir, no existe la posibilidad de
es terminal, entonces no es un caso de eutanasia. Ésta está fun- recuperación de su autonomía. Un enfermo terminal tiene muy
dada en el principio de que nadie debe ser cruel con los demás. disminuida su autonomía y carece de 1 a capacidad de organizar
El Estado no puede imponer el sufrimiento a las personas que su plan de vida futuro. La terminalidad es fuente de valor y no es
piden morir. Un Estado que pretenda ser justo desde el punto de ima mera definición.
vista liberal no puede interferir en esa decisión porque debe dejar En relación al punto c) conviene distinguir varios grados en la
la elección del daño al destinatario. idea de que el enfermo la desea. El grado más fuerte es el reque-
La idea más básica de la eutanasia está relacionada con la rimiento. En este caso, el destinatario en el pleno ejercicio de su
benevolencia.® La vida humana es im valor prima facie. Pero eso autonomía decide solicitar la eutanasia. Un grado más débil es
no significa que la vida humana es siempre el valor supremo. cuando simplemente la desea.*' Por otra parte, cuando el con-
Existen situaciones en las cuales es mejor estar muerto que con- sentimiento expreso no se ha producido, el consentimiento hi-
tinuar con los sufrimientos de la vida. En la eutanasia se deja potético podría jugar un papel relevante, siempre y cuando se
morir o se mata directamente a la gente porque el interés del cumplieran ciertas condiciones. El consentimiento hipotético
destinatario es dejar de vivir. Cuando alguien —^por ejemplo— no es un consentimiento pero —a pesar de todas las críticas—
está sufriendo dolores terribles y pide morir, es muy cruel ser
indiferente y proveer todos los medios artificiales para mantener Véase la obra de Feinberg, Harm lo Others.
' ' Véase C. Nino, Fundamentos de derecho constitucional, Buenos Aires, As-
® Algunos ejemplos interesantes pueden encontrarse en Bloom Cooper, Law trea, 1992, pp. 252 ss.
and Morality, Londres, Duckworth, 1976, pp. 199ss.,yJ. Felnberg, ifann/o Se//; Véase R. Dworkin, "Why Efficiency?", en R. Dworkin, A Matter ofPrinciple,
152 162
PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EUTANASLfV

puede inclinar la balanza en una u otra dirección en función de vida está en juego. Además, los errores deben evitarse a toda
la reconstrucción de las ideas de la persona destinataria de la costa porque si se produce un daño, éste es irreparable.
eutanasia. Una versión muy débil de eutanasia es la sugerida por Por último, conviene distinguir los casos de eutanasia invo-
Kamisar —que no la defiende— en su obra citada. La eutanasia luntaria de casos en los que existe una voluntad explícita en
sólo existe cuando se trata de una enfermedad incurable sin contra de la eutanasia. Creo que no existe ningún modo de justi-
esperanza, sin que exista ningún modo de ayuda, y la persona ficar la eutanasia en contra de la voluntad del destinatario.En
afectada sufre un dolor inmitigable e intolerable, y un permanen- este caso traspasamos el límite de la eutanasia y nos acercamos
te y racional deseo de morir. Éstas son circunstancias que se a otrasfigiurasque probablemente ya están en el campo delictivo
exigen para que pueda practicarse. Pero el problema de la euta- o quizá puedan justificarse.
nasia es mucho más complejo.'^ Primero, porque los casos de
eutanasia voluntaria no se han resuelto jurídicamente en mu-
chos países y, segundo, porque la batalla en favor de la eutanasia LA CONCEPCIÓN DE LA EUTANASIA
se ha planteado para la voluntaiia y la pasiva. Pero avancemos IN\'OLUNTARIA
un poco más en la distinción entre voluntaria e involuntaria.
La concepción restringida de la eutanasia sólo permite su prác-
tica en condiciones muy especiales porque, como lo ha señalado
LA DISTINCIÓN ENTRE EUTANASIA VOLUNTARIA Feinberg, se necesita un alto grado de voluntariedad para que la
EINX'OLUNTARIA propia muerte sea aceptable. ' ^ En los casos en los que la volimtad
no se puede expresar, pero en los que no existen dudas razona-
La eutanasia es voluntaria si el destinatario la solicita. La euta- bles sobre cuál es la actitud del destinatario, ¿se puede practicar
nasia es pasiva si nadie realiza la acción de matar, sino que se la eutanasia?'®
deja morir al enfermo. Los partidarios de la eutanasia conside- Una posible respuesta sería la siguiente. Se podría practicar
ran que la eutanasia voluntaria y pasiva está justificada y han la eutanasia si se dieran las siguientes circunstancias: 1) enfer-
concentrado sus energías en la defensa de esta práctica. medad en estado terminal sin expectativas de curación; 2) el
Sin embargo, éste es sólo un caso de eutanasia. Existen oti'os paciente no es capaz de expresar su voluntad; 3} existe im proce-
casos en los cuales estas condiciones no se dan y que denomina- dimiento fiable que pi'ueba que el paciente estaría de acuerdo en
remos eutanasia involuntaria. Por ejemplo, en algunas ocasiones la práctica de la eutanasia, y 4} el valor de la vida —en esta
el paciente sufre lo indecible, pei-o es incapaz de expresar su situación precisa— debe evaluarse en relación con el daño y la
voluntad. En otros, el paciente está en estado vegetal sin sufri- indignidad de su situación.
miento de ningún tipo. ¿Es posible justificar la eutanasia en estos Esa propuesta tiene problemas —como, por ejemplo, el dise-
casos? Los argumentos tienen que ser muy poderosos para de- ño de procedimientos fiables—, pero si se pudieran implemen-
fender la eutanasia en los casos en que el destinatario no puede tar, algunos casos de eutanasia involuntaria se podrían justificar.
expi-esar su voluntad, porque un valor tan importante como la
De hecho, éstos no son casos de eutanasia. Muchos autores confunden
Han'ard University Press, 1985, pp. 276 ss. Las críticas al consentimiento hipo- eutanasia con eugenesia, quizá porque los mismos principios que justifican la
tético de Posner no significan que el consentimiento hipotético no desempeñe una pueden justificar la otra.
ningún papel en la justificación moral. La posición original de Rawls es un Op. cit., p. 347.
ejemplo de consentimiento hipotético que cumple ciertas condiciones. ' ® Los problemas de las declaraciones de voluntad viciadas y las depresiones
La distinción entre eutanasia voluntaria, sin voluntad y contra voluntad, han sido analizados por Feinberg, op. cit., pp. 354 ss. Los problemas del cambio
ha sido aceptada mayoritariamente. Véase J. Feinberg, Hann to Self, p. 345. de voluntad en el último momento, pp. 362 ss.
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PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EUTANASLfV

El avance de la tecnología médica, que permite mantener ar- o indignidad, o mueren suavemente. Cualquier intervención es-
tificialmente la vida durante mucho tiempo, plantea muchos tatal en este asunto supone im patemalisino injustificado. La
problemas. En otras épocas no existía la posibilidad de mantener forma de la muerte es un elemento muy importante de lo que se
la vida artificialmente y entonces los casos de eutanasia involun- entiende por plan de vida. Desde un punto de vista liberal, la
taria no se daban, porque las personas morían indefectiblemente autonomía cubre también el caso de cómo morir.
al cabo de muy poco tiempo. Por otra parte, cabe preguntarse —desde el punto de -vista
Nuestra concepción de la eutanasia involuntaria excluye de liberal— qué daño'® produce la eutanasia, porque no está claro
nuestro estudio el problema de los dementes seniles porque, por que sea mejor la muerte, la indignidad o el sufrimiento. Si acep-
definición, la eutanasia está relacionada con enfermos termina- tamos el argumento milliano, entonces la eutanasia voluntaria
les y sin esperanza de curación. Muchos autores se niegan a está justificada porque deja la elección en el ciudadano y su
reflexionar sobre el tema de la eutanasia involuntaria porque los autonomía triunfa frente al Estado. La elección es del ciudadano
principios que la justifican sirven —o pueden servir también— y el Estado no puede ni debe interferir. Es el ciudadano quien
para justificar medidas eugenésicas, la muerte de los idiotas o el
decide si prefiere vivir como enfermo terminal o morir digna-
sucidio de los prisioneros condenados a cadena perpetua.''' Ni
mente. El riesgo del error también lo asume el destinatario en el
unos ni otros son enfermos terminales y, por tanto, no son casos
caso de la eutanasia voluntaria.
de eutanasia. Seguramente el rechazo de estas medidas provie-
Sea cual fuere la decisión que tome el ciudadano, siempre
ne de las múltiples y variadas formas de manipulación. Pero
debe tener la posibilidad de la elección. Eso significa que no se
no quisiera analizar este problema, sino el de la eutanasia. También
puede practicar la eutanasia al ciudadano que se opone a eUa y
quisiera llamar la atención sobre el problema del escándalo que
que se puede practicar al ciudadano que la pide. Desde el punto
supone la defensa de la eutanasia y el silencio que produce cuan-
de vista liberal, no se encuentran argumentos que reduzcan la
do se practica.
libertad de elección de los ciudadanos en este caso.
Sin embargo, no todo el mundo es liberal en este sentido. Se
UNA JUSTIFICACIÓN LIBERAL puede argumentar que existen relaciones que están fuera de la
DELAEUTANASM autonomía de la decisión de los ciudadanos. El Estado está inte-
resado en preservar la vida humana y ésta es la razón por la cual
El argumento de MilP® contra la intervención del Estado en las la eutanasia debe ser considerada como un delito. Mucha gente
acciones de los ciudadanos que no dañan a otros es el argumento sostiene esta tesis. Pero cabría preguntarse, ¿cuál es el interés
más poderoso que justifica la eutanasia voluntaria. La elección público que está en juego, o cuántos recursos deben asignarse
de la muerte por un enfermo terminal no es una cuestión que para mantener la vida sin esperanza y por qué no se asignan de
interese al Estado. Los ciudadanos pueden decidir cómo morir un modo más eficiente a casos en que se salven vidas y no que se
y es asunto suyo el decidir si continúan viviendo con sufi-imiento prolonguen los sufrimientos artificialmente? ¿Cuál es la razón
No creo que la inferencia se pueda hacer directamente, pues es posible que que justifica el mantenimiento artificial de la vida humana en
en algunos casos se haga daño a los demás, suicidándose por ejemplo. Pense- contra de la voluntad del destinatario que sufre dolores insopor-
mos en un padi'e de famñia que deja a sus hijos en malas condiciones. tables? ¿Cómo se puede argumentar que esta vida debe salvarse
El argumento de Mili es muy conocido y sienta las bases de los límites de
la actividad del Estado liberal. "The only purpose for which power can be right- Éste es el problema principal. En el caso de la eutanasia, es difícil argumen-
fully exercised over any member of a civilised community, against his will, is to tar que se produce daño a otros, mientras que en el suicidio puede producirse.
prevent harm to others. His own good, either physical or moral, is not a sufficient En realidad, el problema principal se encuentra en la noción de daño, pero en el
wan-ant", en J. Stuart Mül, On Liberty, J. Gray y G. W. Smith (comps.), Londres, caso de la eutanasia queda minimizado porque el daño sólo es el tiempo de la
Routledge, 1991, p. 30. muerte o el acortamiento de la vida. El enfermo es terminal.
152 PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EUTANASLfV 167

y castigar jurídicamente a quien actúe en contra? ¿Cuál es el preguntamos si esta vida natural tiene un valor, y si la política de
interés público en mantener enfermos terminales que sufren en mantener la vida provoca un perjuicio en el sujeto que no hubiera
los hospitales? ¿Por qué el Estado gasta recursos en estas vidas? escogido en el caso de ser capaz de decidir. ¿Qué daño debe
Creo que no dejar decidir a los ciudadanos es un error.^° Y es una evitarse: la cmeldad, la indignidad o la muerte? Por otra parte,
equivocación porque existe una confusión sobre lo que el daño cabría preguntarse qué interés podría tener Nancy Cmzan en
significa. Para muchos enfermos terminales, el daño es conti- continuar viviendo y, si no tiene ningún interés, por qué se debe
nuar sufriendo. Para otros, el daño es sobrevivir como un vegetal dañar el interés de los padres que sufren con esa situación.
y ellos quieren decidir por sí mismos qué indignidad están dis- Se podría justificar la eutanasia con argumentos similares a
puestos a soportar. Aquéllos que exigen el respeto a la vida y los que justifican el paternalismo en algunos casos. Tal como
tratan de imponer coactivamente el castigo a la eutanasia pue- afirma Garzón Valdés,^^ el paternalismo está justificado cuando
den ser acusados de crueles. No resulta tan evidente que en estos se da una incompetencia básica y la decisión se toma en interés
casos la muerte sea peor que la cmeldad de obligar a vivir o con del destinatario. Ambas razones son necesarias y suficientes pa-
dolor o con indignidad. ¿Por qué no dejar la elección de conti- ra que se ponga en práctica el comportamiento paternalista jus-
nuar viviendo o morir en manos del destinatario? tificado. La eutanasia no voluntaria se lleva a cabo en interés del
Estas cuestiones merecen respuestas, aunque me temo que la destinatario y cuando éste no es capaz de expresar su voluntad.
mayoría de las personas sostienen principios sólo en el campo Sin embargo, el argumento es incompleto. ¿Cómo determinar el
de la argumentación mientras que tratan de ser pragmáticos interés del destinatario? ¿Quién lo define? Garzón sostiene que
cuando se les presenta el problema concreto.^^ el paternalismo está justificado si un agente racional estuviera
de acuerdo con la decisión. Garzón considera el consenso racional
como medio adecuado para valora cuál es la decisión correcta.
¿EUTANASIA INVOLUNTARIA JUSTIFICADA? El caso de la eutanasia no voluntaria puede enfocarse como
un caso parecido al patemalismo justificado. Las pmebas a las
Algunos argumentos concluyen tes que justifican la eutanasia vo- que la eutanasia debe someterse son similai-es a las que sugiere
luntaria son inadecuados para la justificación de la involuntaria. Garzón respecto al patemalismo. Existe una empírica —^la inca-
El caso de Nancy Cruzan, mantenida inconsciente durante pacidad básica de decisión— y una normativa: el daño a evitar y
años sin posibilidad de recuperación, es paradigmático. Sus pa- su justificación.^"^
dres, después de años de sufrimiento moral, solicitaron su muer- En el caso de la eutanasia, creo que una respuesta mejor sería
te. Tras una larga batalla con los tribunales, Nancy Cruzan pudo reconstmir la decisión que la persona en cuestión hubiera toma-
morir. Es muy difícil encontrar argumentos para justificar la do en este caso particular. El problema radica entonces en des-
crueldad de mantener a Nancy en vida. Sin embargo, resultaba cubrir cómo hubiera actuado la persona ante esta situación. La
imposible saber su voluntad.^^ El único argumento convincente solución racional en este caso es reconstruir la decisión de la
es que no se puede eliminar una vida natura], pero podemos persona.
^^ Véase E. Gai-zón Valdés, "¿Es justiBcable el paternalismo juiídico?", Doxa, Un procedimiento aceptable sería la aportación de declaracio-
5, 1988. nes de voluntad. Pero muchas personas no dejan constancia de
Véase L. Jiménez de Asúa, op.cil., p. 434. Véase también el trabajo de Y. sus deseos por escrito. Otra posibilidad es que el destinatario
Kamisar, op. cit., pp. 970 ss., y la respuesta de G. Williams, "Mercy Killing autorice a una persona cercana a él, que la conozca bien y que
Legislation. A Rejoinder", Minnesota Law Review, vol. 43, 1958, pp. 1 ss.
— Véase J. Feinberg, "Overlooking the Merits of the Individual Case: An Un- Véase E. Garaón, op. cit., y los argumentos acerca del patemalismo en los
promising Approach to the Right to Die", en Ratio Iitris, 1990, p. 134. Este caso artículos de V. Camps, P. Dieterlen, J. De Lucas y M. Atienza.
es analizado por Dworkin en su libro acerca del dominio de la vida. Véase E. Gai-zón, op. cit., pp. 165 ss.
152 PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EUTANASLfV 169

pueda mantener una conversación hipotética con él. Esta solu- quién decide. Pero éste no es un problema de justificación y
ción debe prepararse antes de que se dé la inconsciencia. El deberíamos dedicar atención al diseño de procedimientos que
decisor debe ser designado por el destinatario. Esta propuesta garantizaran que la eutanasia se utiliza para los fines preestable-
resulta mejor que la del observador racional porque el criterio cidos y no para otros. También debería señalarse que estos pro-
fundamental es reconstruir, si es posible, qué hubiera hecho el cedimientos sólo funcionarían en algunos casos, pues en otros
destinatario. Si tomamos la autonomía en serio, entonces no no podríamos reconstruir la voluntad del destinatario de la eu-
necesitamos buscar la mejor solución que el destinatario hubiera tanasia. En los casos de consentimiento hipotético se trata de
elegido. Habría sujetos que optarían por luchar por el fín natural descubrir la voluntad del destinatario, no de imponerle la euta-
de sus vidas y otros que preferirían la eutanasia. En otras pala- nasia.
bras, un observador racional debe mantener una conversación Otra objeción a las declaraciones de voluntad consiste en afir-
hipotética con el destinatario para determinar si la eutanasia es mar que el ciudadano no puede disponer de valores importantes.
apUcable. La decisión no se toma objetivamente, sino según la Sin embargo, en nuestra sociedad, mediante declaraciones de
voluntad del afectado, si es posible descubrirla. Esta posición voluntad no sólo transmitimos bienes materiales, sino también
—si se asume de buena fe— tiene la ventaja de ser cercana a la órganos vitales^^ como el hígado o el corazón, y cosas tan o más
autonomía, porque sugiere que el hüo conductor para la toma de importantes que nuestra vida, como la educación y tutela de
decisión es lo que hubiera decidido la persona en cuestión. El nuestros propios hijos.
consentimiento hipotético podría ser un argumento que inclina- Por último, algunos sujetos que creen y desean que otros de-
ra la balanza cuando ésta estuviera en situación de reposo. Por cidan practicar la eutanasia, que están de acuerdo en ser desti-
supuesto que este procedimiento puede ser manipulado y se natarios de la eutanasia, reconocerán que, desde el punto de vista
deberían tomar medidas para evitarlo. Pero ésa es otra cuestión. del decisor, de la persona encargada de decidir, difícilmente se
Otra posibñidad —que complementa esta política y va más decidirían en favor de la eutanasia. Ésta no es una prueba de la
allá— la constituye el argumento de integridad de Dworkin. Este debihdad del procedimiento, sino de la seriedad del problema.
sugiere que las ideas principales de esta persona pueden recons- Creo que sólo en casos claros esa persona va a decidir en favor
truirse a partir de su vida consciente. Estas ideas y su coherencia de la eutanasia; en casos muy difíciles, el decisor de buena fe será
respecto al tipo de muerte que (esta persona) desearía, pueden restrictivo, apurará la esperanza, y eso me parece con^ecto.
justificar decidir en un sentido u otro. El argumento de Dworkin
es la fidelidad a la coherencia de la vida de la persona. Ésta podría
suponer una herramienta especialmente útil en casos como el de ARGUMENTOS EN CONTRA
Nancy Cruzan y otros muchos de eutanasia involuntaria. A mi DE LA EUTANASIA
modo de ver, esta estrategia se acerca —sin confundirse— a la
autonomía de la persona porque el centro del argumento es: ¿qué i j El primer argumento en contra de la eutanasia lo he citado al
decisión tomaría la persona involucrada si pudiera decidir por principio de mi artículo. La vida humana es un regalo de Dios;
sí misma? Sin embargo, se encuentran dificultades a la hora de los hombres no pueden eliminarla. Sin embargo, esta afirmación
ponerla en práctica. ¿Quién reconstruye la vida del afectado? privilegia el sentido natural de la vida y subestima la importancia
Hay que evitar los abusos, y permitir que los médicos o el Estado de la vida artificial a la hora de dar sentido a la natural. Valora-
decidan, resulta peligroso porque están muy lejos del criterio del mos nuestra vida no sólo porque somos seres humanos, sino
destinatario. porque logramos unos objetivos y tenemos un comportamiento
Una de las objeciones a esta propuesta es la dificultad de arbi- Sobre este punto, véase el magnífico libro de E. Rakowskl, Equal Justice,
trar procedimientos fiables para probar la voluntad y designar Oxford, Oxford University Press, 1991, en especial la parte m.
152 PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EUTANASLfV 171

acorde con nuestras creencias. Esta parte artificial de la vida es cho penal. La gente que cree en el valor sagrado de la vida no se
muy importante, no sólo desde un punto de vista laico, sino ve obligada a practicar la eutanasia. Si no se cuenta con un
también religioso. Creo que el paradigma estricto no es correcto acuerdo acerca de la moralidad de la eutanasia, si la gente no
porque la vida no es sólo un regalo de Dios. Los católicos, por comparte opiniones, ¿cuál es la razón que justifica su castigo?
ejemplo, creen que el comportamiento es decisivo a la hora de ir La gente puede opinar que la eutanasia es asesinato, pero todo el
al cielo o al infierno. mundo está de acuerdo en el castigo del asesinato y este acuerdo
2) Podría sugerir otra estrategia de defensa. Se puede argu- no se establece cuando se trata de la eutanasia. La coerción debe
mentar que la creencia religiosa no es razón suficiente para pro- contar con razones de peso y las razones en contra de la eutanasia
hibir y condenar un comportamiento determinado por la ley. La no son fuertes.^" Me pregunto si la eutanasia cuenta con este
pregunta es si creencias no compartidas pueden ser impuestas apoyo y la respuesta es que no, porque no existe un consenso
por ley. Existe ima distinción crucial entre derecho y moral. A entre la gente.
pesar de que hay gente que sostiene que la ley debe proteger a la 4) Uno de los problemas que preocupan a los opositores de la eu-
sociedad contra el p e c a d o r e s u l t a sencillo encontrar argumen- tanasia es la posibilidad de error en el diagnóstico. En este caso,
tos para afirmar que la función de la ley, no es castigar el peca- la eutanasia elimina una vida que puede ser preservada. Es ver-
do.^' Por ejemplo, Tomás de Aquino sostenía la existencia de una dad que existe posibilidad de error. Pero los errores, si se siguen
diferencia entre el pecado y el comportamiento que debía ser los procedimientos adecuados y garantías, se minimizan.^' La
prohibido por ley.^® solución se encuentra en emplear los métodos adecuados con
3) ¿Por qué se deben imponer algunas creencias a quienes no márgenes de error muy pequeños. Uno de ellos supondría que
creen en ellas?^^ Siempre resulta difícil justificar el uso del dere- distintos equipos médicos estén de acuerdo en el diagnóstico.
Existe otra estrategia de argumentación. En la sociedad mo-
Lord Denning en "The Times", 27 de septiembre de 1957, ai'gumentó que
derna muchas actividades suponen un riesgo para la vida huma-
"es imposible establecer una línea nítida de demarcación entre crimen y pecado
[...] yo diría que sin religión no puede haber moralidad y sin moralidad no hay na.^2 El alpinismo o distintos tipos de competiciones de automó-
derecho". Otro buen argumento se encuentra en L. Stephen, Liberty, Fraternity viles o motocicletas causan muertes cada año. Los mismos argu-
and Equality, Londi'es, 1874; Stephen sughió que "el derecho penal en esta nación mentos que justifican las actividades de riesgo pueden emplearse
se aplica para la supresión del vicio y para la promoción de la virtud", p. 161. Los para justificar el riesgo de errores en el diagnóstico. En ambos
argumentos de Stephen fueron usados —parece que sin citar su origen— por
casos se trata de la vida humana.
lord Devlin en su famosa polémica con Hart. El ex presidente Reagan también
fue defensor de la inseparabilidad de moralidad y política; véase su artículo en 5) Otro argumento se refiere a los nuevos descubrimientos.^^
Nolre Dame Journal of Law, Ethics and Public Policy, núm. 1, 1984, p. 10. Una Creo que normalmente los nuevos descubrimientos científicos
posición distinta puede vei-se en Mario Cuomo, op. cit., en la que exige una actitud
tolerante en temas tan controvertidos como el sentido de la wda y de la muerte. "The antiquity of law may create a prejudice in its favoui"; but in itself it is
Véase la polémica Hart-Devlin en R. Dworkin (comp.). Philosophy ofLaw, not a reason", sugirió Bentham en The Principles ofLegislation, Londres, Trubner
Oxford, Oxford University Press, 1977. and Co., 1881, p. 67.
Tomás de Aquino, Summa Theologicae, la. 2ae. questio 96, art. 2, en la que Véase Jiménez de Asúa, Libertad de amar y derecho a morir, Buenos Aii-es,
sostiene que el derecho no prohibe todos los vicios, sino aquellos que son espe- Depalma, 1984, pp. 414 ss. La legislación holandesa, que permite la eutanasia,
cialmente destructivos para la comunidad. ha diseñado procedimientos que tratan de minimizar el eiTor exigiendo, por
Mario Cuomo, en el artículo citado, sostiene que para asegurar nuestm ejemplo, varios diagnósticos de equipos médicos diferentes.
libertad no debemos permitir a los demás la misma libertad, incluso cuando Las decisiones en condiciones de incertidumbre oriesgoson muy frecuen-
ocasionalmente produzcan conductas que pueden ser consideradas pecado, p. tes en la vida. La aversión alriesgono puede conduch" a la inactividad absoluta.
16; los valores derivados de creencias religiosas no pueden ser considerados parte ^^ Véase Jiménez de Asúa, op. cit., p. 416, en donde describe el caso de un
de la moralidad pública a no ser que sean compartidos mayoritariamente por la doctor que administró la eutanasia a su hijo enfermo de difteria el día anterior
sociedad, p. 18. al descubrimiento de Roux.
152 PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EUTANASLfV 173

no se encuentran al alcance para aplicarlos inmediatamente. Un buenos remedios, tales como suministrar algunas drogas pru-
médico bien informado mantendrá con -vida al paciente si sabe dentemente, y que las nuevas tecnologías suponen sistemas y
de la posibilidad de un nuevo tratamiento médico que lleve a la tratamientos adecuados. Este argLimento se ve reforzado por la
recuperación. Es difícil encontrar reglas estrictas en este caso y afirmación de que el dolor no es tan terrible y que la gente parti-
debemos confiar en lo razonable del equipo de médicos. Como daria de la eutanasia exagera sobre el dolor del paciente.
sostiene George Fletcher en su artículo "Prolonging Life: Some Resulta realmente difícil medir la intensidad del dolor. Hay
Legal Considerations": "la profesión de médico enfrenta el reto quien sufire el dolor en silencio y hay quien lo demuestra. En
de desarrollar los estándares humanos usuales para orientar las realidad, el problema no es el dolor, sino la enfermedad terminal.
decisiones hacia una prolongación de la A/ida de los pacientes El cálculo se da entre el valor de la vida y el daño a la dignidad.
terminales [...] respecto a los problemas que normalmente no se La eutanasia, sin proximidad de la muerte, no es eutanasia. El
comentan con el paciente [...] especialmente el problema de pro- dolor es un aspecto, pero no constituye el problema principal.
longar la vida [...] la responsabilidad para las expectativas del 7} El último argumento de los oponentes a la eutanasia es que
paciente se encuentra en la profesión". El diagnóstico es cosa si se comete un error, mejor que sea subsanable. Practicar la
del médico, pero la decisión final no puede dejarse en manos del eutanasia es incoixecto porque si se comete un error, resulta
médico, como afirma Fletcher. irreparable. Este argumento ha sido defendido por el Txibunal
Por otra parte, se dan cambios no sólo en la tecnología, sino Supremo de los Estados Unidos en el caso de Nancy Cruzan y ha
también en los valores que comparten los médicos. En 1936, sido criticado porque resulta muy difícil de decir a una persona
lord Dawson escribió lo siguiente: "era una tradición aceptada que sufre una enfermedad terminal y dolorosa que lo correcto es
que los médicos tenían el deber de luchar por la vida hasta el fin. mantenerla viva y que lo erróneo es practicar la eutanasia. La
A medida que ha pasado el tiempo, esto ha cambiado. La idea de pregunta es, entonces, ¿por qué es mejor mantener la vida? ¿Por
que uno merece una muerte digna y en paz ha ido cuajando entre qué razón no puede decidir la persona por sí misma qué valor es
el mejor para eUa? ¿Por qué tememos tanto el riesgo en este caso,
el cuerpo médico, incluso si ello corJleva una abreviación de la
cuando vivimos con riesgos mucho más irracionales? Sabemos
vida". Esta nueva idea es ahora muy comiin entre los médicos y
que los coches producen accidentes que causan muertes, que los
la gente que se encuentra en contacto permanente con moribun-
aviones se estrellan de vez en cuando. En nuestra sociedad deci-
dos. Los casos dificiles no nos pueden hacer olvidar que existen
dimos cada día sobre el riesgo de vida o muerte. Los errores de
muchos casos sencillos. La gente que está en favor de la eutanasia
la eutanasia suponen menos riesgos que los errores de un piloto
exige un cierto grado de seguridad y garantía en los diagnósticos
o un conductor.
y en la aplicación de descubrimientos. No se trata de asesinos
interesados en matar, sino de ciudadanos benevolentes. No apo- PROCEDIMIENTOS
yaría la eutanasia sin un grado razonable de certeza en el diag-
nòstico.^"^ Al aconsejar la práctica de la eutanasia, un médico Es muy importante diseñar los mecanismos que garanticen que
consciente e informado valorará si en el futuro inmediato la la eutanasia es justa. La eutanasia no puede convertirse en un
ciencia puede proporcionar remedio a la enfermedad. asesinato permitido, como han sugerido las críticas. El tema de
6) Se considera que los no partidarios de la eutanasia son los procedimientos es muy complicado y difícil, y no me ocuparé
crueles. Sin embargo, los opositores a la eutanasia sostienen que extensamente de él. Sin embargo, quisiera señalar que mi argu-
la agonía y la muerte no siempre son dolorosas. Creen que hay mentación se ha dirigido a la justificación de la eutanasia. Es
posible que la eutanasia esté justificada, pero que no existan
Una legislación permisiva no excluye los casos difíciles; el punto de vista
procedimientos fiables de comprobación de las condiciones para
de loi^d Segal es interesante en "The Doctor's Dilemma", citado enBloom-Cooper,
op. cit., p. 197. su aplicación y práctica.
152 PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EUTANASLfV 175

Rachels ha sugerido que el mejor procedimiento consistii-ía ble a la hora de determinar si se trata de ima enfermedad termi-
en considerar la eutanasia como un asesinato, pero que incluyera nal, pero no puede sustituir la autonomía de la persona. En los
una eximente de responsabilidad similar a la legítima defensa.^^ temas relacionados con la eutanasia creo que los médicos con-
La legítima defensa está justificada porque el Estado no puede centran mucho poder —demasiado— de decisión.
impedir que el daño se produzca y es un daño que debe evitarse.
El Estado no puede intervenir. En el caso de la eutanasia, la
situación es distinta. Este procedimiento resulta simple y tiene ALGUNAS CONCLUSIONES
la ventaja de que garantiza que se aplicaría con medida. Se debe
demostrar que la eutanasia ha sido practicada a pacientes termi- He discutido los argumentos principales en favor y en contra de
nales y presentar pruebas que demuestren la benevolencia y vo- la eutanasia. En mi opinión, se tiende a exagerar la maldad de la
luntad del paciente además de la corrección del diagnóstico. eutanasia y creo que se debe practicar y legalizar en algunas
Esta política parece atractiva, pero plantea algunos proble- circunstancias y por procedimientos establecidos que gax-anti-
mas. El primero es que se identifica la eutanasia con el asesinato. cen el mínimo de errores. En el fondo de mi argumento se en-
El segundo es que resulta simple, pero genera inseguridad; es cuentra la idea de que el paciente toma la decisión más conve-
mejor definir qué pruebas se necesitan, que no proporcionar niente.^® La vida humana tiene un valor príma facie. En algunos
conceptos indeterminados. El tercero lo representa la dificultad casos, imo puede decidir que existen otros valores superiores. El
de llevarla a la práctica en los hospitales, ya que puede provocar Estado no debería imponer sus propios valores a los ciudadanos
la presencia repetida de los médicos en los tribunales, lo cual no en casos como la eutanasia. En primer lugar, porque la vida en
resulta deseable desde el punto de vista de la sanidad. Los médi- nuestra cultura no se considera el valor supremo, como hemos
cos deben trabajar en los hospitales, no en los juzgados. dicho anteriormente. En segundo lugar, porque el Estado sólo
El mejor método es descubrir la volimtad del paciente. Cuan- puede interferir cuando se produce un daño, y en el caso de la
do se halla consciente se debe contar no sólo con el diagnóstico, eutanasia, el daño —¿qué daño: la muerte, el dolor o la indigni-
sino también con la garantía de que el paciente no ha sido mani- dad?— lo debe decidir el paciente.
pulado. En estos casos, la manipulación resulta sencilla. La eu- Un elemento muy importante para valorar la calidad de una
tanasia voluntaria sólo se puede practicar si existe un diagnósti- vida es cómo molimos, y el Estado no debe intervenir imponien-
co firmado por varios médicos y si existen pruebas de que la do decisiones en asunto tan importante para la vida de un indi-
voluntad del paciente no ha sido manipulada. Estas pruebas viduo.
pueden ser, por ejemplo, médicas, psicológicas o psiquiátricas, Finalmente, si aceptamos que es posible practicar la eutanasia
o las pruebas usuales que se hallan disponibles para determinar pasiva, ¿por qué encuentra resistencia la eutanasia activa? Si
si la persona tiene una voluntad específica. En los casos de euta- sostenemos que el valor del dolor o la indignidad excede al de la
nasia no voluntaria, las pruebas deben ser muy estrictas. Además vida en algunos casos, ¿por qué es mejor la eutanasia pasiva, que
de las condiciones generales de la eutanasia, resulta necesario prolonga el sufrimiento, que la eutanasia activa, que lo evita?^^
probar que el paciente optaría por la eutanasia en este caso. Un
procedimiento mixto es el mejor. En él se cuenta con una decla-
ración de voluntad firmada por el paciente en la cual éste designa Véanse los argumentos de M. FaiTeü, op. cit., p. 111, en donde defiende el
a una persona o grupo de personas que deben estar de acuerdo derecho a la muerte desde la perspecüva del utilitarismo.
sobre la práctica de la eutanasia. El médico resulta imprescindi- Otra estrategia podría ser argumentar que entre la acción y la omisión no
existe tanta diferencia como se mantiene tradicionalmente. Véase C. Nino, "¿Da
Véase J. Rachels, "Euthanasia", en Reagan (comp.), Matters of Life and lo mismo omitir que actuar?", en La ley, t. 1979 C, pp. 801 ss. Véase también J.
Decith, Nueva York, Random House, 1978, pp. 61 ss. Glover, Causing Death and Saving Lives, Middlesex, Penguin Books, 1977, p. 95.
PRIVACIDAD Y MAPA GENÉTICO 177

manera ambivalente al ejercicio de algunos de nuestros dere-


chos, tanto morales como jurídicos. Esto es así, porque una de
las condiciones para la ejecución de acciones exitosas es la de te-
ner toda la información relevante para el caso, y el proyecto del
VIII. P R I V A C I D A D Y M A P A G E N E T I C O genoma está dirigido precisamente a suministrar parte de esa
información en lo que concierne a los aspectos somáticos y hasta
JORGE MALEM psicológicos. Se podría decir, por tanto, que la investigación
genética incrementa nuestra información y que, en consecuen-
En el comienzo era el gen. cia, aumenta la posibilidad de ejercer nuestra autonomía de una
forma exitosa. Pero, al mismo tiempo, esa información en manos
D. SusuKi y P. ICNUDTSON
de terceros vuelve a los hombres y mujeres seres transparentes,
casi sin secretos, y, en ese sentido, vulnerables ante los demás. Y
ello afecta negativamente, por cierto, también nuestra autono-
La idea de consti-uir un mapa genético comenzó a tomar cuerpo
mía y el ejercicio de nuestros derechos.
de una manera seria en la década de los años ochenta. Diez años
Las consecuencias del "proyecto del genoma humano" se
antes se habían realizado análisis y pmebas con fragmentos de
mueven, pues, entre el desaliento y la confianza, entre un ámbito
ADN de gran precisión y confiabilidad. De forma paralela, la apli-
de lo que estaría permitido y de lo que sería deseable prohibir
cación de las técnicas computacionales a la biología molecular
deónticamente. Esta tensión en forma de posible dilema hace
hizo desarrollar rápidamente nuevos estudios, y laboratorios e
que su análisis no sólo resulte interesante a la luz de conside-
investigadores de diversas partes del mundo unieron sus esfuer-
raciones éticas y jurídicas; lo vuelve, también, irrenunciable.^ En
zos en el diseño del mapa genético y en la prospección de las
lo que sigue me propongo abordar únicamente im aspecto de la
secuencias de los cromosomas humanos. Este proyecto fue crea-
multitud de problemas que genera el "proyecto del genoma hu-
do desde dentro de las ciencias mismas, por científicos que ob-
mano": el de la relación existente entre la indagación sobre el
servaron que esta indagación constituía una nueva y poderosa
mapa genético de una persona y su privacidad. Para alcanzar ese
manera de acercarse a los problemas biológicos.'
objetivo trataré, primero, de dar breve cuenta de los aspectos
Las recientes investigaciones de lo que se ha dado en llamar el
más relevantes de la investigación respecto del mapa genético;
"proyecto acerca del genoma humano" pareciera que provocan
segundo, adelantaré algunos elementos básicos de la noción de
dos sentimientos enfrentados. Por una parte, un sentimiento
privacidad, y tercero, estableceré, finalmente, de qué manera
alentador ante la posibilidad de detectar, y posteriormente curar
puede afectar el mapa genético la privacidad, y la consecuencia
a través de la medicina convencional o de la ingeniería genética,
que ello puede tener en la elaboración de los planes de vida
enfermedades quehastahoyconduceninexorablementea la muer-
personales.
te, pero simultáneamente, por la otra, un sentimiento de desaso-
siego ante el conocimiento de nuestras carencias, nuestras limi-
taciones y de lo pi-edecible, con un alto grado de fiabilidad, de
nuestro futuro biológico. Y también pareciera afectar de una "Desde el inicio del proyecto de genoma humano se estableció que ima de sus
prioridades fuera el examen de sus implicaciones éticas y jurídicas, sobre todo
' Véase R. Mullan Cook-Deegan, "Mapping the Human Genome", Southern en cuestiones atinentes a la confidencialidad y a la información. El director del
California Law Review, vol. 65, 1991, p. 589. La idea de constiuir un mapa proyecto, el doctor Watson, recomendó que al menos el 3% de los fondos del pro-
genético no tuvo su origen y sus primeros desarrollos en gmpos de presión o de yecto se dedicaran al análisis de esas cuestiones. Véase G. Doot, "The Secret of
interés político. Pero como tantas otras veces ha sucedido, el uso del conoci- the Genome Revealed: Threats to Genetic Privacy", The Wayne Law Review, vol.
miento científico afecta, o puede afectar, los derechos de los individuos. 37, 1991, p. 1619.

176
178 PROBLEMAS ACTUALES PRIVACIDAD Y MAPA GENETICO 179

el de su historia pasada, y hasta saber, con cierto grado de seguri-


MAPA GENÉTICO Y PRINCIPIO dad, sus posibilidades futuras. Por esa razón, esta nueva técnica
DEPUBUCIDAD puede ser caracterizada sumariamente como uninstrumento para
presentar públicamente el cuadro más amplioposible délas carac-
Permítaseme comenzai" este apartado con una frase puramente terísticas somáticas, y hasta psicológicas, de una persona. El pro-
especulativa: "En el comienzo era el gen Qué se debe en- pósito quesepersigueesasegurarimamayortransparencia o clari-
tender por "genes" ha recibido diversas respuestas según sea el dad. Llamaré a esta idea subyacente la idea de la transparencia.
contexto en el cual la pregunta es formulada. Según los biólogos El primer objetivo que se persigue con la elaboración del mapa
moleculares, un gen es un tramo de ADN que especifica la com- genético es alcanzar un tipo de conocimiento que contribuya a
posición de una proteína y que puede afectar tanto la proporción hacer predecible el futuro explicando cuestiones biopsicológicas
en que esa proteína es sintetizada como, en ocasiones, la proteína que actualmente pertenecen al ámbito de la ignorancia.® Esto no
que es sintetizada por genes cercanos. Para un genetista, los es nada nuevo en la historia de la humanidad. Por siglos, los
genes son partes de nuestros cromosomas que mediatizan las hombres han recurrido a las prácticas más variopintas con el fin
características o rasgos hereditarios. Según los biólogos de la de superar sus actuales limitaciones y conocer su futuro, desde
población, los genes constituyen unidades diferenciales que pue- el oráculo a la astrologia, desde la consulta del pozo de café en
den servir para distinguir los miembros de una determinada una taza al análisis de las entrañas de los animales o a la obser-
población de los integrantes de las otras. Para los biólogos preo- vación del fh-mamento estrellado. Pero hoy en día , la búsqueda
cupados por cuestiones acerca de la evolución, los genes son de aquello que nos hace ser humanos, según Walter Gilbert, se
especies de archivos históricos de los cambios que han sufrido encuentra en los genes. Gilbert piensa que en un futuro no dema-
los organismos a través del tiempo. Todas estas definiciones se siado lejano los biólogos acudirían a sus computadoras para
superponen y se complementan, y su uso depende del interés con saber cuál es la estructura corporal de una determinada persona
que uno se acerque a la consideración de estos problemas.'^ a través de las relaciones de la estructm-a de sus genes. La secuencia
Sin ninguna pretensión técnica, se puede acordar que los ge- del genoma humano, según Gilbert, comprendería miles y mñes
nes son segmentos funcionales de las moléculas de ADN, y mi de páginas de listines telefónicos que contendrían una cantidad
interés aquí se centra exclusivamente en la información que éstas inmensa de información, aunque en términos informáticos fue-
pueden llegar a suministrar. Desde esta pex-spectiva, los genes ra realmente pequeña, de tal manera que cabría en un simple
pueden ser considerados como el vehículo de la herencia bioló- disco compacto. Una vez que la secuencia humana estuviera
gica, constituyendo el medio por el cual las cosas vivas trasmiten completa, se introduciría el disco en la computadora con esos
la información biológica de una generación a otra.^ datos y se podría decir: "Este es un ser humano. Es Joe Blow".^
Conocer el mapa genético, pues, permitiría conocer no sólo el
estado actual de una persona respecto de su salud, sino también ^ Así, por ejemplo, el artículo 8 de la Ley 28/12/1988 —BOE 31/12/88— esta-
blece que el uso de la tecnología genética se podrá autorizar confinesdiagnósti-
^ Véase D. Susuld y P. Knudtson, Genethics. The Clash Between the New Ge- cos, industriales, terapéuticos y, en su apartado d) con fines de investigación y
netics and Human Values, Harvard University Press, 1989, p. 25. estudio de las secuencias del ADN del genoma humano, su localización, sus fun-
Véase, R. Hubbard y E. Wald, Exploding the Genemyth, Boston, Beacon ciones y su patología; para el estudio del ADN recombinante en el interior de las
Press, 1993, p. 11. Según estos autores, el término "gen" fue creado, a principios células humanas o de organismos simples, con el propósito de perfeccionar los
de este siglo, para denotai"partículas que servirían de mediación a la expresión de conocimientos de recombinación molecular, de expresión del mensaje genético,
los rasgos hereditarios entre los indiriduos y que seivirían para trasmitk- estos ras- del desaiTollo de las células y sus esti'ucturas, así como su dinamismo y organi-
gos de padres a hijos. Se supo después que esas partículas no e.xistían, sino que zación, los procesos de envejecimiento celular, de los tejidos y de los órganos, y
esa función era cumplida por ñ'agmentos de las moléculas de ADN (ibid., p. 11). los mecanismos generales de la producción de enfermedades, enti'e otros.
^ Véase D. Susuki y P. Knudtson, op. cit., p. 26. ' W. Gilbert, conferencia dictada en la Universidad de Hai"vard el 16 de junio
178 PROBLEMAS ACTUALES PRIVACIDAD Y MAPA GENETICO 181

Naturalmente, detrás de la afü-mación de Gilbert se adivina el mal de Huntington. Esta enfermedad progresa lentamente,
no sólo un reduccionismo extremo, que ha Uevado a acuñar el produce un deterioro del sistema nervioso que puede involucrar
concepto de "genetización",® sino también un desmesurado, e desorientación, deterioro mental y llevar, eventualmente, a la
ingenuo, optimismo. En realidad, el proyecto del genoma huma- muerte. Los síntomas no aparecen sino después de los 35 años
no se dirigía inicialmente hacia cuatro grandes objetivos: 1) con- de edad y, aunque no existe una cura segura, las personas que lo
feccionar un mapa de todos los genes humanos; 2) investigar la padecen pueden estar interesadas en conocer su estado de salud
secuencia de todos los genes descomponiéndolos en sus compo- presente y futuro con el fin de poder elaborar, con alguna proba-
nentes químicos; 3) distribuir la información entre los científicos bilidad de éxito, proyectos vitales que le afecten no sólo a él, sino
del mundo, y 4} desarrollar medidas éticas y jurídicas que asegu- también a su familia o a terceras personas. El segundo caso,
ren que la infonnación se utiliza adecuadamente.® puede ser representado por los portadores de la enfermedad de
Los beneficios producidos por la ejecución de este proyecto, Tay-Sachs. Esta enfermedad suele producir la muerte en los
y los que se pueden llegar a producir en el futuro, son inmensos, primeros años de la infancia. Si el individuo es heterozigótico no
tanto en el conocimiento de nuestro funcionamiento como seres desarrollará la enfermedad, pero puede trasmitirla a sus herede-
biológicos como en la detección de genes "defectuosos" que es- ros. Si ambos padres son portadores, la posibilidad de que sus
tán asociados a determinadas enfermedades humanas. Robert vástagos padezcan la enfermedad es mayor. En este contexto,
Waschbroit distingue tres casos en los cuales la información ge- saber si una persona es o no portadora resulta indispensable a la
nética es i-elevante: cuando un individuo tiene una enfermedad hora de planificar su posible descendencia. El tercer caso hace
genética, cuando una persona no padece una enfermedad here- referencia a aquellos individuos que tienen una cierta predispo-
ditaria pero es portadora de esa enfermedad y cuando una per- sición a contraer determinadas enfermedades, como por ejem-
sona tiene una disposición genética a conti-aer esa enfermedad.'" plo, algunas formas de cáncer. Estos casos no son inusuales,
Según Waschbroit, el primer caso puede ser ejemplificado con aunque la relevancia de la información parece aquí diluirse un
tanto, ya que la predisposición a contraer una enfermedad no
de 1990. Citada por D. Kevics, "Vital Essences and Human Wholeness: Thè Social
está vinculada causalmente con la enfermedad. Más bien, la con-
Readings of Biological Information", Southern California Law Review, vol. 65,
1991, pp. 256 ss. dición de estas personas es de tal naturaleza que contraerán
® El término "genetización" fue ya utilizado por A. Lippman en, 1990. Tres posiblemente la enfermedad si viven en un medio ambiente poco
años antes, Edlin se había referido al proceso de genetización para hacer refe- propicio para su salud o llevan estilos de vida riesgosos dada esa
rencia a la tendencia a clasiñcar enfermedades o desórdenes "genéticos" de predisposición. "Por ejemplo, una susceptibilidad genética al
origen poligénico multifactorial de los cuales había escasa o ninguna pmeba. En cáncer de pulmón puede significar que la estructura genética de
su redeñnición del término, tal como aquí se entiende, Abby Lippman se refiere
im individuo es tal que si fuma o vive en im medio ambiente lleno
al proceso continuo por el cual la difei'encia entre los individuos se reduce a sus
códigos de ADN, y los comportamientos, enfermedades y variantes psicológicas
de humo de cigarillo por un largo periodo, entonces puede ser
de las personas se deñnen, al menos en parte, por su origen genético. Véase A. probable que desarrolle esa enfermedad"." La predisposición
Lippman, "Prenatal Genetic Testing and Screening: Constructing Needs and genética se manifiesta aquí como una condición necesaria, aun-
Reinforcing Inequities", Ameiican Journal of Law and Medicine, vol. XVII, 1 9 9 1 . que no suficiente, de la enfermedad. En estos casos, disponer de
En especial la nota 19 en las pp. 18-19. esa información puede ser de utilidad para evitar ambientes o
' Véanse G. Doot, "The Secret of the Genome Revealed...", op. cit., pp. 1617 prácticas que, dadas las especiales circunstancias, pueden impli-
ss., y S. Rosenfeld, "Sharing of Research Result in a Federally Sponsored Gene
car riesgos evitables. En resumen, la información genética en
Mapping Project", Rutgers Computer & Technology Law Journal, vol. 14, 1988,
pp.311 ss. manos del propio interesado resulta así crucial en algunos casos, y
Véase R. Waschbroit, "Making the Grade: Testing for Human Genetic Di- relevante en otros. Pero también es de una gran importancia para
sorders", Hofstra Law Review, vol. 16, 1988, pp. 586 ss. Estos tr"es supuestos no
agotan, obviamente, el univereo posible de situaciones. ''/¿id., p.588.
178 PROBLEMAS ACTUALES PRIVACIDAD Y MAPA GENETICO 183

los intereses de terceras personas. ^^ Piénsese en el caso de una asegurar que se satisfacen las condiciones físicas y psíquicas
mujer portadora del gen vinculado al sindicóme de Lesch-Nyhan, necesarias que posibiliten la toma y ejecución de decisiones autó-
es probable que sus hermanas y sus primas hermanas por vía nomas, a la vezque se tratadeevitar la inflicción deunposible daño
materna también sean portadoras. El síndrome de Lesch-Nyan a otros. Prácticamente en la sociedad moderna no existe ninguna
se caracteriza porque una alta concentración de ácido úrico dete- relación de trabajo dependiente, y aun me atrevo a decir social,
riora el sistema nervioso central, produce un retardo mental seve- que no demande un cierto grado de transparencia sanitaria.
ro y una tendencia a la automutilación.'^ Decir sin más que esta Alguien podría decir, siguiendo esta línea argumental, que la
información no les concierne sería, por lo menos, apresurado. idea de la transparencia está impuesta por la necesidad de evitar
La posibilidad de predecir comportamientos o estados de cosas un daño a terceros. Sin embargo, tal no es el caso. A veces es el
ha sido siempre considerada como un dato positivo de la vida en pi-opio interesado quien insiste en aumentar su transparencia
sociedad. En la medida en que somos más transparentes podemos para evitar daños a sí mismo o para lograr, simplemente, alguna
evitar sorpresas, muchas de ellas perjudiciales. Y no únicamente ventaja. Basta pensar en los muchachos llamados a filas que
respecto de nosotros mismos, sino también de terceros. Es decir, exponen su estado de salud para no cumplir con el servicio mili-
a través del conocimiento se pueden evitar daños a otros. tar obligatorio o cuando se alegan debilidades físicas para no ser
Por esta razón, esta idea de la transparencia es la que está sometidos a una audiencia oral ya que existe el peligro de un
presente en los exámenes médicos que se requieren para asumir ataque de apoplejía y un infarto.
ciertos roles sociales. Basta pensar en los certificados prenupcia- La idea de la transparencia que subyace a determinadas prác-
les, en los exámenes médicos a los que son sometidos los futuros ticas sociales no es nueva. Desde antiguo se han evitado prácticas
funcionarios o empleados públicos, o en los exámenes de capa- que supuestamente impedían el daño a otros o a su descendencia.
citación física específica que tienen que realizar los automovilis- En algunos casos, la autoridad trataba de mejorar las condicio-
tas o los pilotos del ejército del aire español. Los requisitos que nes de los herederos ordenando que determinadas personas con-
se han de satisfacer para superar estos exámenes son variados, trajeran matrimonio. En Egipto, los faraones solían contraer
desde carecer de enfermedades infecto contagiosas en el primer nupcias con sus propias hermanas para preservar ciertos rasgos
caso, a la de no superar la agudeza visual inferior a 0.1 en cual- familiares que se consideraban muy apreciados. En otros casos,
quier ojo, sin corrección.''* Con esto se persiguen dos objetivos: la estrategia para mejorar la descendencia consistía en prohibir
determinadas uniones conyugales. Por ejemplo, los antiguos tex-
Establecer quiénes son las terceras personas genuinamente interesadas y tos sagrados hindúes prohibían casarse a los miembros de fami-
en qué situaciones debe quién posea información genética hacerla pública re-
quiere un análisis caso por caso, y plantea cuestiones de difícil solución. ¿Debe
lias con antecedentes de hemorroides, epilepsia, lepra, etc. "Pero
el genetista hacer pública una falsa paternidad, aun cuando el padre biológico en ausencia de cualquier conocimiento claro de las bases bioló-
sea desconocido? ¿Debe el genetista hacer público que uno de los miembros de gicas de la herencia, esos primeros esfuerzos para mejorar las
la pareja ha trasmitido un defecto genético aim cuando la pareja lo ignora? Son poblaciones humanas fueron en su mayor parte toscos e inefica-
algunas de las preguntas que ponen de manifiesto aquellas diflcultades. Para ces. Siglos tuvieron que pasar antes de que los científicos llegaran
éstas y otras preguntas, véase, por ejemplo, J. Fletcher y D. Wertz, "Ethics, Law
a ser conscientes de los mecanismos de la herencia biológica y
and Medical Genetics: After the Human Genome is Mapped", Hmorj' Law Review,
vol. 39, 1990, p. 764. de la manera de manipularlos".'®
Véase, J. Koblin, "Confidentiality of Genetic Information", UCLA Law Re-
view, vol. 30, 1983, p. 1311. acerca de la agudeza visual: arts. 236 ss. El artículo 85 hace referencia a que desca-
BO. M° Defensa 11/01/1989. El artículo 1 establece que descalificará cual- lificará cualquier enfermedad de la piel que sea desfigurante o antiestética (?).
quier tipo de hallazgo psíquico o somático, congenito o adquirido, que en opinión Véase R. Alexy, "Sistema jurídico, principios jurídicos y razón práctica",
del examinador pueda entoipecer en el momento del examen o la eficacia futura del Doxa, 5,1988, p. 142.
vuelo, de la ejecución de las misiones o alterarla salud del examinado. Las normas Véase D. Susuld y P. Knudtson, op. cit., p. 35.
178 PROBLEMAS ACTUALES PRIVACIDAD Y MAPA GENETICO 185

Y el proyecto del genoma humano persigue precisamente su- Las huellas genéticas fueron utilizadas por los tribimales de lo
ministrar claridad en aquellos ámbitos dominados hasta no hace penal por primera vez en los Estados Unidos en 1986 y en el Reino
mucho tiempo por falsas especulaciones. Y si se acepta que a Unido en 1987. Y aunque en un principio en los Estados Unidos
mayor transparencia menor daño y también se acepta, siguiendo diversos tribvmales fueron reluctantes a admitirlas como medios
a John Stuart Mill, "que el linico fin en aras del cual la humani- probatorios de la identidad de las personas, actualmente casi
dad, individual o colectivamente, está autorizado a interferir con todos los tribunales las aceptan al haber cierto consenso de que
la libertad de acción de cualquiera de sus miembros es la auto- satisfacen los dos tests que deben superarlas nuevas tecnologías
protección. El único propósito pai-a el cual el poder puede ser para ser aceptadas: el de la relevancia, y el de Frye. El segundo
correctamente ejercido sobre cualquier miembro de una socie- requiere que la comunidad científica avale la confiabilidad de los
dad civilizada, en contra de su propia voluntad, es el evitar un resultados de las pruebas genéticas, y, respecto a este dato, al
daño a los demás. No puede correctamente ser obligado a hacer menos en los procesos en los que se planteó la cuestión, no hubo
u omitir algo porque sea mejor para él hacerlo así, porque ello dudas. Y el primero exige que la prueba genética sea útil al juez
vaya a hacerlo más feliz, porque, según la opinión de los demás, o al jurado y que el valor probatorio de la prueba genética no sea
hacerlo sería sabio o hasta correcto",*' podría concluii-se que no superado por los perjuicios que pudiera causar, y también existe
hay ningún argumento moral que impida la investigación gené- consenso en este sentido. En una publicación del Congreso de
tica y que, por el contrario, habría no sólo que estimular su los Estados Unidos se afirma: "Los principios genéticos y mole-
apHcación sino también hacerla obligatoria en algunos casos. culares que subyacen a la identificación por ADN son sólidos y
Por eso no es de extrañar que la Corte Suprema de los Estados pueden ser aplicados a una muestra aislada de ADN de ima prueba
Unidos haya declarado constitucional la imposición de la prueba forense. La Office of Technology Assessment (OTA) encuentra
del sida a un recluso. O que en la República Federal de Alemania, que los usos forenses de las pruebas de ADN son confiables y
el Estado Libre de Baviera exija para acceder a la condición de válidos cuando se realizan adecuadamente y son analizados por
funcionario público la prueba del sida. La idea de la transparen- personal cualificado".^®
cia, y la información que comporta para el individuo y para La identificación de las personas a través de distintos meca-
terceras personas genuinamente interesadas, parece estar avala-
da por fuertes razones morales. Véase, U. S. Congress, Office of Technology Assessment, Genetic Witness:
Por otra parte, como es sabido, la información genética se usa Forensic Uses of DMA Test, OTA B-A-438, Washington, D. C., U. S. Goverment
Pinting Office, Julio de 1990, p. 7. Hasta enero de 1990 los análisis de ADN habían
con fines identificatorios. El desarrollo de las llamadas "huellas
sido admitidos como prueba en 38 estados de los Estados Unidos y en 185 casos
genéticas" ha sido catalogado como el mayor avance en la lucha aproximadamente. Se estima, empero, que a la misma fecha se habían utilizado
contra el crimen desde que en 1901 se descubrieron las huellas pruebas de ADN en al menos 2 000 investigaciones en 45 estados que no llegaron
digitales.*® Una muestra de sangi-e, de semen o de otra parte del a juicio. Véase Genetic Witness, op. cit., p. 14. En un caso penal, un hombre
cuerpo puede servir como herramienta identificaría en procesos llamado José Castro fue acusado de dar muerte a una vecina y a su hermana de
dos años. La acusación pretendió probar que la muestra de sangre que se encon-
penales de violación o incluso de asesinato. También resulta
tró en el reloj de Castro había sido identificada a través del ADN como pertene-
común en los procesos civiles de reconocimiento de paternidad, ciente a la mujer asesinada. Pero en el momento del juicio, en 1989, los abogados
habiendo el Tribunal Supremo español, por ejemplo, sentado de la defensa rechazaron la identificación realizada por la Lifecodes Corporation
doctrina acerca de la confiabilidad y legalidad de tales pruebas.*® of Valhalla de Nueva York. Se demostró que el procedimiento seguido por esa
compañía no fue el correcto, y que sus conclusiones, en consecuencia, eran
Véase J. S. Mili, On Liberty, Glasgow, p. 135. inválidas. El juez rechazó el valor probatorio para ese caso de la pi-ueba genética
Véase S. Renskers, "Trial by Certainty: Implications of Genetics DNA Fin- producida. A partir de ese asunto, algunos tribunales tienen dudas acerca de este
%erpnnts",Emoiy Law Journal, vol. 39,1990, p. 309. tipo de identificación debido sobre todo a que las compañías encargadas de esa
Por ejemplo, S. TS. 17/06/92; 31/03/92. función no siguen el protocolo de una manera Hable.
178 PROBLEMAS ACTUALES PRIVACIDAD Y MAPA GENETICO 187

nismos tampoco es nada nuevo. Constituye un medio necesario nomía y la dignidad de las personas: me refiero al principio de
para dar certeza acerca de quiénes son los que participan en las privacidad. Este principio, al garantizar la ejecución de acciones
diferentes transacciones sociales. Nadie duda de la conveniencia sin la intromisión de terceros por ima parte, y al impedir que se
—^y de la constitucionalidad— de un documento nacional de tenga acceso a determinadas informaciones personales por la
identidad, de un pasaporte y de un registro general de las perso- otra, cumple la función de un velo que nos oculta ante la mirada
nas. El Estado no podría cumplir con sus fines primarios de del otro. A lo que este principio aspira es a mantener una cierta
garantizar la paz social y la seguridad de las personas sin contar opacidad. Llamaré a la idea que a él subyace la idea de la opacidad.
con esos elementos. La posibilidad de la identificación de las También en las especies animales se percibe una tendencia a
personas es, pues, una condición necesaria para la vida en socie- la opacidad; pero ella es mucho más notoria en los seres huma-
dad. Y el desaiTollo del proyecto del genoma humano podría nos. Hay muchas cosas que todo ser humano tiende a no hacer
contribuir a perfeccionar el método para la identificación de las en ptiblico: curiosamente se trata aquí de las cosas que más
personas. Y tampoco aquí parecería haber ninguna prevención placer suelen causarle, piénsese en el ejemplo de las funciones
moral, es más, parecería incluso estar moralmente prescrito. El excretorias de Hobbes o en el acto sexual.-^ Es interesante seña-
derecho, en consecuencia, debería garantizar e incluso promo- lar que este ejemplo de Hobbes es utilizado recurrentemente por
ver este tipo de investigaciones con esos fines. autores posteriores, aunque sin citarlo. Tal es el caso de C.
Délo expuesto, parecería seguirse que las investigaciones con- Sclmeider, quien afirma que "el comer y su eliminación, como el
cernientes al mapa genético, tanto respecto a la información so- sexo, son actividades físicas que pertenecen al reino privado y,
mática de ima persona como a los aspectos identificatorios, adquie- por tanto, necesitan una cubierta protectora simbólica. Los ani-
ren un marcado sentido positivo. Y la información que suministra males involucrados en tales actividades son físicamente vulne-
al pi'opio interesado y a terceras personas —en este caso con limi- rables a un ataque; los seres humanos son vulnerables a una
taciones— es relevante para evitar, por ignorancia, la posible violación simbólica [...] Cuando se reduce a un individuo a sus
inflicción de un daño a sí mismo o a terceros. Se podría concluir funciones animales, ocurre una negación del elemento personal
la primera parte de este trabajo afiiTnando, con palabras de Louis de la actividad humana, junto con una falta de respeto a la sub-
Elsas II: "La ciencia de la genética está revolucionando nuestras jetividad del otro. El individuo está indeterminado".^^
capacidades para beneficiar a los individuos, a las familias y a Pero no fue sino a partir de la modernidad donde la idea de la
la sociedad en su conjunto. En la actualidad, las nuevas técni- privacidad se ha desan'oUado plenamente en el sentido que se le
cas moleculares han tenido un mayor impacto sobre la investi- ha dado un claro carácter normativo. Que la noción de privaci-
gación, diagnóstico, prevención y consejo acerca de la reproduc-
dad sea normativa explica porqué determinadas acciones que en
ción que sobre el tratamiento de individuos afectados. En efecto,
un momento determinado pertenecían al ámbito de lo público
el uso de las técnicas genéticas ya disponibles para curar pacien-
puedan pasar institucionalmente al ámbito de lo privado, y vice-
tes individuales no hacen surgir problemas médicos y científicos
versa. La noción de privacidad es bifronte. Hace referencia, por
nuevos".2i
una parte, a las acciones "privadas" de los hombres, es decir, a
aquéllas que deben estar libx-es de interferencias del Estado o de
MAPA GENÉTICO Y PRINCIPIO DE OPACIDAD terceros, y por la otra, está vinculada a la posibilidad de no dar a
conocer información personal. Se debe tener privacidad para
Existe, sin embargo, otro principio que es considerado como
básico en toda sociedad que esté dispuesta a garantizar la auto- -- Véase T. Hobbes, Leviatáu, trad, al español de M. Sánchez Sarto, México,
Fondo de Cultura Económica, 1987, cap. VI, pp. 40 ss.
Véase L. Elsas II, "A Clinical Approach to Legal and Ethical Problems in Véase C. Schneider, Shame, Exposure and Privacy, W. Norton and Co.,
Human Genetics", Emory' Law Journal, vol. 39,1990, p. 852. 1977, p. 67.
PROBLEMAS ACTUALES PRIVACIDAD Y MAPA GENETICO 189
178

decidir planes de vida y realizar determinadas acciones, y se debe individual de esos planes de vida y la satisfacción de los ideales
tener privacidad con respecto a la intrusión de terceros en algún de virtud que cada uno sustente e impidiendo la interferencia
aspecto de la vida que se desea ocultar. El derecho parece haber mutua en el curso de tal persecución".^
receptado estos dos aspectos de la noción de privacidad. Como El principio de autonomía de la persona que subyace a la idea
ejemplo del primer aspecto se puede citar el artículo 19 de la de privacidad prescribe que, con la prevención del daño a terce-
Constitución de la República Argentina que reza: "Las acciones ros, se pueden desaiTollar y ejecutar estüos de vida que respon-
privadas de los hombres que en ningún m o d o ofendan al orden dan a modelos de excelencia individuales, buena parte de los
y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo cuales se deben ejecutar en privado. La información suministra-
reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados". da porla investigación genética al interesado resulta clave. Como
Como un ejemplo del segundo aspecto, el artículo 18 de la Cons- sostiene Robert Mullan Cook-Deegan, "la información genética
titución española establece la inviolabilidad del domicñio, ase- es acerca de nosotros mismos. Forma parte de las decisiones
gura el secreto de las comunicaciones y limita el uso de la infor- acerca de tener niños, acerca de la salud, de los comportamientos
mática para garantizar el honor y la intimidad personal y fami- personales; todas estas cuestiones generalmente se consideran
liar. La importancia del reconocimiento constitucional de este c o m o privadas y queremos que sean protegidas de intrusiones
derecho es tal que la Corte Suprema de los Estados Unidos ha por parte del Estado, excepto cuando la información privada
declarado en varias sentencias que la privacidad es el más fun- pone en peligro directamente a otros [...] La información genéti-
damental de los derechos que recoge la Bill of Rights. ca puede ser el vehículo para proyectar la autonomía personal en
Una de las áreas donde con mayor fuerza se ha desarrollado el i'eino de la información. El derecho a la autodeterminación
el derecho a la privacidad en el primero de los sentidos mencio- puede llegar a cercar algún subconjunto de los datos acerca de la
nados es el ámbito de los llamados "derechos de procreación" y p e r s o n a " T ó m e s e , por ejemplo, el caso de la planificación fa-
que involucran cuestiones tales c o m o el derecho a elegir a otra miliar, del diagnóstico prenatal y el problema del aborto. Supon-
persona para contraer matrimonio, a usar anticonceptivos, a ser gamos que una persona heterozigótica sufre una fibrosis quísti-
padi-es, a tener acceso a prácticas abortivas, o a realizar prácticas ca. La fibrosis quística es un desorden genético recesivo caracte-
sexuales no convencionales. Desde este punto de vista, la priva- rizado por una insuficiencia pancreática crónica. Es común
cidad denotaría la extensión del espacio legal y social que un entre las personas de origen caucásico. Uno de cada 25 estadu-
individuo tiene para desaiTollar sus capacidades emocionales, nidenses es portador de este desorden genético, con una inciden-
cognitivas, espiiituales y morales como un agente autónomo sin cia de uno entre 2 500 nacimientos vivos, lo que le convierte en
la interferencia de terceros o del Estado.^'* el gen más común de los potencialmente letales en los Estados
En este sentido, la idea de privacidad se vincula más estrecha- Unidos. Atmque la media de vida es de 25 años, es una enferme-
mente que cualquier otro derecho con el principio de autonomía dad devastadora de la progenie y de la familia.^^ Nadie dudaría
de la persona, que prescribe, en opinión de Carlos Nino, "que aquí que el conocimiento de que se sufre este desorden es impor-
siendo valiosa la libre elección individual de planes de vida y la tante con respecto a la decisión de tener o no descendencia. Y
adopción de ideales de excelencia humana, el Estado y (los de- pocos se opondrían aquí al derecho del portador a planificar su
más individuos) no deben interferir en esa elección o adopción, vida familiar usando anticonceptivos.
limitándose a diseñar instituciones que facüiten la pei'secución For otra parte, aun cuando se acepte que los abortos provoca-

La vinculación entre privacidad y los "derechos de procreación" se ha Véase Carlos Nino, Ética y derechos humanos, Ariel, 1989, p. 204.
desarrollado fundamentalmente, atmque no de manera exclusiva, en los Estados 26 Véase R. Mullan Cook-Deegan, op. cit., p. 591.
Unidos. Respecto de este úlümo país, véase F. Schoeman, Pñvacy and Social Véase J. Robertson, "Procreative Liberty and Human Genetics", Emory
Freedom, Cambridge University Press, 1992, p. 13. Law Journal, vol. 39, 1990, p. 698.
178 PROBLEMAS ACTUALES PRIVACIDAD Y MAPA GENETICO 191

dos por defectos genéticos se reducen sólo al 3% del total de los dos como con la información que se persigue obtener. Así, por
practicados, nuevos desarrollos en las pruebas prenatales po- ejemplo, se viola la privacidad realizando escuchas telefónicas
drían suministrar información relevante que contribuyera a to- ilegales, violando la correspondencia, accediendo a datos banca-
mar una decisión más razonable acerca de si se debe o no abor- rios o informatizados, observando informes médicos, divulgan-
tar. Se pueden detectar mediante pruebas prenatales los siguien- do los hábitos sexuales de una persona, etcétera.^^
tes desórdenes genéticos: síndrome de Down, la enfermedad de Este segundo sentido del derecho a la privacidad, es decir
Tay-Sachs, la espina bífida, la anemia de células falciformes, la como derecho a la intimidad, está vinculado con el principio de
fibrosis quística. Por cierto, si se cree que el aborto es inmoral la dignidad de la persona. Este principio prescribe que los hom-
cualquiera sea la circunstancia, entonces este tipo de informa- bres han de ser tratados según sus decisiones, intenciones o
ción carecerá de importancia. Pero si tal no es el caso, saber si la manifestaciones de consentimiento. El principio precluye cual-
salud de la madre corre peligro o si el nascitiinis sufrirá en el quier posibilidad de valorar las acciones de los hombres por sus
ftituro enfermedades de consideración aumentará la posibilidad peculiaridades personales, en virtud de la raza, del sexo, del
de que la persona embarazada ejerza su autodeterminación para credo o de la condición social, y exige que en el diseño social se
abortar.^® deba prestar especial atención a las instituciones basadas en el
Si una de las condiciones necesarias para la realización de las consentimiento. Y natui-almente, excluye las tesis deterministas
acciones exitosas consiste en conocer las relaciones causales, lo para justificar acciones.^"
que posibilita la utilización de medios adecuados para alcanzar
los fines deseados, resulta que la información que se nos puede
suministrar por medios genéticos contribuirá decisivamente a MAPA GENÉTICO, PRIVACIDAD Y MORALIDAD
incrementar la posibilidad de ejecutar acciones exitosas. Esto es,
seremos capaces de diseñar proyectos de vida posibles de acuer- Allora bien, la manera como la investigación genética puede
do a nuestras posibilidades biológicas, y de llevarlos a cabo. Se afectar el principio de privacidad es diversa, y puede tener, como
potenciaría de ese modo el principio de autonomía de la persona, se pudo advertir, connotaciones positivas en algunos casos, pero
central en cualquier razonamiento ético y jurídico justificatorio. negativas en otros. La información genética también tiene su
El derecho a la privacidad en el segundo de los sentidos asig- lado "oscui'o".
nados puede ser entendido como el derecho que le asiste a una Respecto de la función identificatoria, las bases estadísticas
persona de que los demás no dispongan de información alguna analizadas permiten señalar que la posibilidad de que dos perso-
que la propia interesada no quiera suministrar. En nuestro ám- nas tengan idénticas huellas genéticas es de uno entre 9 y 10
bito jurídico, este dei-echo recibe el nombre de "derecho a la billones de c a s o s . P e r o el estudio del ADN de una persona no
intimidad". De hecho, las informaciones que se pueden querer puede considerarse únicamente como un sistema que determina
ocultar suelen estar vinculadas con los rasgos físicos de una sus huellas genéticas sin más, y que revela datos cuya única
persona, con cuestiones psicosomáticas, con circunstancias vi- función sea la identificación de la persona cuya muestra es ana-
vidas o hechos pasados relacionados con la vida personal o fami- lizada. El nombre mismo de "huella genética" es engañoso. En
liar, con conductas de las personas que no afectan a terceros, con realidad, las investigaciones del ADN establecen un verdadero
la correspondencia, su situación económica, etc. Y las formas en
que la intrusión en la intimidad de una persona puede efectuarse Véase Carlos Nino, Fundamentos de derecho constitucional, Asü'ea, 1990,
son múltiples y están relacionadas tanto con los medios emplea- pp. 328-329.
Véase Carlos Nino, Ética y derechos humanos, op. cit., pp. 287 ss.
Véase D. Shapiro y M. Weinberg, "DNA Data Banking: The Dangerous Ero-
Véase R. Mullan Cook-Deegan, op. cit., p. 590. sion of Privacy", Clevekmd State Law Review, vol. 38, 1990, p. 459.
178 PROBLEMAS ACTUALES PRIVACIDAD Y MAPA GENETICO 193

perfil genético, capaz de mostrar las enfermedades actuales y las otros grupos. De hecho, el FBI tiene archivadas las huellas dacti-
posibilidades físicas y hasta psíquicas futuras de un individuo. lares de millones de personas; que tengan la de sus mapas gené-
La información genética es, en ese sentido, altamente sensible. ticos es sólo una cuestión técnica. La-constitucionalidad de este
Y debido a que "las moléculas de ADN contienen una gran canti- banco de datos ha sido ya declarada.
dad de información, alguna de las cual podría haber sido ya Pero a pesar de su constitucionalidad, las bibliotecas genéti-
descifrada, el daño potencial que puede resultar del acceso a las cas en manos del Estado se transforman en un instrumento que
muestras de ADN es imposible de predecir".^^ amenaza la privacidad de los ciudadanos. En una sociedad com-
Y es difícil impedir que la información almacenada en bancos putarizada, si el gobierno tiene el acceso a la información bioló-
o bibliotecas genéticas pueda ser utüizada con otros fines dife- gica de sus ciudadanos tendrá un poder sin precedentes, y los
rentes al de identificación. Al menos, eso ya ha sucedido. En los individuos estarán sujetos obviamente a un posible uso abusivo
años treinta en los Estados Unidos se estableció un número de de los datos almacenados.^"* Según Sally Renskers, es ya una
identificación de la seguridad social. El Congreso prohibió ex- práctica aceptada el intercambio de información computarizada
presamente que ese número fuera utilizado con otros fines, a entre las distintas agencias gubernamentales. Pero esto conlleva
pesar de lo cual las violaciones a esta disposición son tan gene- toda una serie de problemas. Primero, la información cruzada a
ralizadas como manifiestas, y no sólo por la acción de los agentes partir de bancos de datos no individualizada sobre sospechosos
estatales como podría pensarse sino también por la de los ciuda- transforma esa práctica en una especie de "expedición de pesca",
danos. "En el nombre de la eficiencia y de la racionalidad, gran- violando el principio de presunción de inocencia. El que se Añola
des bancos computarizados equiparan nuestros números de la igualmente, en segundo lugar, porque hace recaer en el individuo
seguridad social a casi cualquier fase de nuestras vidas otorgán- la carga de la prueba para mostrar que la información almace-
dole al gobierno un depósito completo y permanente de datos de nada está equivocada. Tercero, viola además el interés que tienen
todas nuestras actividades. Para cualquier solicitud de empleo, las personas en controlar la información sobre sí mismos. Cuar-
para la admisión a cualquier institución educativa, para cuestio- to, al no notificar a la parte cuyos datos se están investigando, se
nes relacionadas con el carnet de conducir de cualquier estado y viola la disposición constitucional a la tutela efectiva de los de-
aun para conseguir entradas en las carreras de camiones o para rechos. Y finalmente, se violaría el "principio de compatibili-
comprar loterías del Estado, usted debe dar su número de la dad", en el sentido de que la información que se obtiene para un
seguridad social. Más aten-orizador es incluso el uso difuso del propósito determinado no puede ser transferida a otra agencia
número de la seguridad social por empresas privadas, tales como estatal con otros propósitos.^^
las compañías de clasificación de créditos personales".^^ Las Uno de los ámbitos más sensibles a este uso no identificatorio
prohibiciones penales parecen cumplir en estos ámbitos funcio- de los bancos de datos genéticos es el mundo laboral. La posibi-
nes meramente simbólicas. lidad de discriminar a trabajadores en virtud de su constitución
Por esa razón, el banco de datos genéticos que está desaiTO- biológica ha dejado de ser un asunto especulativo para conver-
Uando el FBI en Estados Unidos es tan peligroso para la seguridad tirse en una dramática realidad. La discriminación sufrida por
de la privacidad. Pensado inicialmente para almacenar los da- quienes son identificados como portadores del gen de la anemia
tos de delincuentes sexuales violentos que sirvieran para la preven- de células falciformes es bien conocida.^^ Han sido sometidos a
ción y represión del dehto, en estados como lowa y Washington
se acepta ya que sean ampliados a otros tipos de delincuentes Ibid., p. 479.
violentos, y no hay razón para pensar que no se extenderán a ^^ Véase S. Renskers, op. cit., p. 344.
^^ Este desorden genético se encuentra casi exclusivamente en la población
Véase S. Renskers, op. cit., p. 336. negra africana, y en sus descendientes de cualquier parte del mundo. La esperan-
^^ Véase D. Shapiro y M. Weinberg, op. cit., p. 477. za de vida de los enfermos es reducida y los síntomas son variados. En los Estados
178 PROBLEMAS ACTUALES PRIVACIDAD Y MAPA GENETICO 195

discriminación en el trabajo y a elevadísimas primas por parte néticas a contraer determinadas enfermedades medioambienta-
de compañías aseguradoras. Basta pensar también en quien su- les podrían ser excluidas.^^ La información genética aquí sería
fre el mal de Huntington. El empleador podría desear despedirlo un instrumento poderoso para ejecutar prácticas discriminato-
antes de que la enfermedad se desarrollase para evitar los costos rias que afectarían, entre otros derechos, el de privacidad en sus
que comporta un trabajador de baja. Y, por cierto, las compañías dos sentidos anteriormente asignados.
aseguradoras podrían negarse a contratar con estas personas El logro y el almacenamiento de la información genética cons-
seguros de vida o de enfermedad.^' Además, un empresario no tituye ya un estado de cosas cuya expansión es imposible de
tiene que ofrecer razones de su negativa a contratar a rm traba- detener. Los grandes avances que en proyección geométrica se
jador determinado. No hay obligación legal alguna al respecto. están produciendo en la detección y etiología de determinadas
Por ese motivo, los empresarios podrían utilizar la información enfermedades inexplicadas hasta ahora, abren posibilidades a
médica y genética para decidir políticas de contratación, aunque futuros métodos de prevención y de cura, y las puertas al cono-
en el momento del rechazo de la contratación de un candidato cimiento de nosotros mismos como seres biológicos. Y a quienes
no se aleguen. Y respecto de las compañías aseguradoras, "ya en piensan que habría que suspender este tipo de investigaciones
1989, el pediatra y epidemiólogo Neil Holtzman fue capaz de cabría responder con las palabras de Joshua Lederberg, "la su-
enumerar nueve condiciones que incluían la anemia de células presión del conocimiento parece [...] impensable, no sólo por
falciformes, la arterioesclerosis, el mal de Huntington, la diabe- razones ideológicas, sino meramente lógicas ¿Cómo puede saber
tes tipo 1, el síndrome de Down, por las cuales las compañías de el ignorante lo que no debe conocer?".'"'
seguros habían negado un seguro médico o un seguro de incapa- Pero el conocimiento tiene ima gran fuerza expansiva, y no
cidad, y otras seis condiciones por las que otorgaban una cober- únicamente respecto a su propia lógica interna, esto es, a mayor
tura sólo condicional o parcial".^® Nuevamente aquí, las leyes conocimiento mayor es la posibilidad de incrementarlo; sino
sancionadoras contra este tipo de prácticas tendrían una función fundamentalmente respecto de quiénes son los destinatarios y
puramente simbólica. los poseedores de ese conocimiento. Como ya tuve ocasión de
Que los empleadores comiencen a exigir ciertos exámenes señalar al comienzo de este trabajo, uno de los objetivos del
biológicos antes de contratar trabajadores aprovechando la po- proyecto del genoma humano es distribuirla información gené-
sibilidad de elegir en un mercado munido de gran cantidad de tica obtenida a todos los científicos del mundo. La circulación de
mano de obra sólo es una cuestión de costos de los análisis y esta información, imprescindible en la labor científica, genera
de medios técnicos disponibles. Una vez que se disponga de la desde el principio algunos problemas porque puede afectar la
información pertinente, las personas con susceptibilidades ge- intimidad de muchas personas. En efecto, en ocasiones los infor-
mes médicos y genéticos incluyen datos que identifican al pa-
Unidos, uno de cada 500 infantes de raza negra son homozigóticos. No hay ciente que no pueden ser disfrazados adecuadamente. Esta in-
tratamiento segui'o para esta enfermedad. La Academia de la Fuerza Aérea de los
Estados Unidos, temiendo que los portadores de una copia simple de estas células Un informe de la Office of Technology Assessment del Congreso de los
pudieran verse afectados en su capacidad de oxigenación al ser expuestos a las Estados Unidos estima que las puebas que se disponían en 1992 para detectar
elevadas altitudes que requiere el entrenamiento de un piloto, les excluyó de la aben-aciones heredadas en los cromosomas podn'an afectar a 500 000 pereonas,
Academia de Vuelo por un periodo de 10 años. En 1981 se abandonó esta política mientras que las "futuras pmebas potenciales" lo harían respecto de 90 miüones
discriminatoria al carecer de base científica fiable. Véase R. Hubbard y E. Wald, de personas. En estas pruebas se incluirían las que establecen una "tendencia" o
op. cit., p. 163. Para un análisis minucioso de los problemas que acarrea esta "predisposición" a desaiTollar hipertensión, dislexia, cáncer, y otras siete disca-
enfermedad, véase en especial el cap. 8. pacidades comunes tanto Bsicas como de comportamiento. Véase R. Hubbardy
Véase M. Crain-Mountney, "Confidentiality of Genetic Information", ÜCLA E. Wald, op. cit., p. 136.
Law Review, vol. 30, 1983, p. 1308. Citado por Capron A., "Which lUs to Bear?: Reevaluating the 'Threat' of
Véase R. Hubbard y E. Wald, op. cit., p. 141. Modem Genetics", Emory Law Journal, vol. 39, 1990, p. 668.
PROBLEMAS ACTUALES PRIVACIDAD Y MAPA GENETICO 197
178

formación puede ser revelada a los investigadores o a sus asocia- comportamientos no socialmente deseables si se encuentran en
dos durante el relevamiento o la recolección de datos, o a terceras un ambiente propicio. Ciertas investigaciones apuntan a que el
partes a través de la publicación de los resultados de las investi- alcoholismo, la esquizofrenia, algunas formas de cáncer, el mal
gaciones."^' Y aunque se pretenda clausurar la identidad del do- de Alzheimer y hasta ciertas formas de violencia pueden tener
nante de una muestra genética, de tal manera que los propios origen genético. Tales informaciones suministran sólo informa-
investigadores lo consideren, en palabras de Elsas 11, como el ción probabilistica y la relación entre la predisposición y su ex-
equivalente genético al soldado desconocido, en la era de las presión fáctica no es conocida. Pero de prosperar esta tesis y de
computadoras tal garantía absoluta acerca de la no identifica- conocerse ese rasgo, las personas que los tuvieran podrían verse
ción de los donantes es imposible de a s e g u r a r A d e m á s , ciertos marginadas de actividades laborales y hasta sociales, constitu-
tribunales tienden a permitir que se desvelen datos personales yendo verdaderas "poblaciones de riesgo"."*^ Y aunque la capaci-
cuando la "moderna práctica médica" así lo exija, abriendo de dad de una persona para desarrollar una actividad laboral con-
ese modo un extenso margen para la publicidad de esos datos."*^ creta debe determinarse en el momento en que es contratada, y
no debería basarse en especulaciones que miran un supuesto
Por otra parte, no siempre el donante de las muestras biológi-
futuro, muchos opincm que las personas que son propensas a
cas será un donante completamente voluntario. En ocasiones el
determinadas discapacidades futuras son consideradas, de he-
éxito de un registro dependerá del grado de cooperación familiar
cho, como discapacitadas.''® La invasión a la privacidad también
y muchos individuos se pueden sentir obligados por su propia
sería aquí manifiesta. Y la definición de persona y la caracte-
familia o por los investigadores para someterse a pruebas cuyos
rización de la personalidad no sería ya moral, o tan siquiera
resultados no controlarán en el futuro, con el peligro que ello
social, sino puramente biológica.'''' Los individuos podrían ser
implica para la autonomía y, por ende, la privacidad de una
juzgados por sus rasgos hereditarios, con lo que se vería afectado
persona.''"'
el principio de dignidad de la persona humana que prescribe
Finalmente, las investigaciones genéticas pueden generar la
juzgar a las personas por sus actos y no por sus estados.
existencia de un nuevo grupo de parias, formados por quienes
tienen una tendencia biológica a desarrollar ciertas pautas de ¿Qué hacer? La modernidad amplió el ámbito de las conduc-
tas denotadas por la privacidad y lo dotó de soporte jurídico. Que
"" Véase, B. Adams, "Medical Research and Personal Privacy", Vilanova Law
las personas estaban munidas de derechos que podían ejercer en
Review, voi 30, núm. 5, 1985, p. 1080.
Véase A. Capron, op. cit., voi. 39,1990, p. 668. privado, lejos de la intromisión de terceros o del Estado era un
Véase, en los Estados Unidos, Whcilen v. Roe, 429, U. S. 589, 1977. En lugar común. Sin embargo, paradójicamente, junto a esta idea
Whalen, los médicos y el paciente se negaron a cumplir una ley de Nueva York
45 Véase R. Cooper Dreyfus y D. Nelkin, "The Jurisprudence of Genetics",
que requería el registro de los nombres de los pacientes a los cuales se habían
Vanderbilt Law Review, vol. 45, núm. 2, 1992, pp. 317 ss.
recetado ciertos tipos de drogas que, aunque legales, podían ser potencialmente
^^ Véase L. Gustin, "Genetic Discrimination: The Use of Genetically Based
peligrosas. La Corte, según B. Adams, comenzó la discusión identificando dos
Diagnostic and Prognostic Test by Employei-s and Insurer's", American Joiinial
tipos de problemas. El primero se centró en la autonomía y en la toma de deci-
of Law and Medicine, vol.xvu, 1991, p. 125.
siones íntimas, personales o familiares. El segundo en la revelación de cuestiones
personales y, en particular, de aquellas que pueden afectar de un modo advei^so La conformación biológica de la personalidad ya tiene expresión en el
la reputación pereonal o la relación con la comunidad. Véase B. Adams, op. cit., derecho de familia a ü-avés del reconocimiento de paternidad, y de los derechos
p. 1103. y deberes que ello comporta. Podría afectar también derechos de adopción, sobre
todo en aquellas hipótesis donde la ley pretende garantizar el anonimato de los
Por ejemplo, el comienzo de la demencia de un adulto afectado por el mal
padres biológicos. Como sostienen Cooper Dreyfus y Nelkin (op. cit., p. 324), en
de Huntington puede ser predecido, puesto que su localización está enlazada al
Johnson v. Calven (núm. X 63 31 90 - Cal. Super. Ct., 22 de octubre de 1990), por
cromosoma cuatro y su franja es 16 (4pl6). La información prenatal y presinto-
ejemplo, "La Corte definió al niño como una entidad genética—un paquete de
màtica puede ser establecida en la familia de un paciente si y sólo si los otros
genes—sobre el presupuesto de que los genes compartidos constituyen el funda-
miembros de la familia donan su ADN para ser analizado. Véase L. Elsas ü, op.
mento crucial de las relaciones humanas".
cit., p. 826.
178 198
PROBLEMAS ACTUALES PRIVACIDAD Y MAPA GENETICO

de la modernidad, se ha ido desaiTollando otra idea, y una prác- bajo esas condiciones se debe prohibir la audiencia oral. Las
tica jurídica y social, que la contradice, porque tiende a excluir condiciones de precedencia proporcionan información acerca
del área de lo privado determinadas conductas para llevarlas al del peso relativo de los principios; y aunque nuevos datos hacen
dominio de lo público. En la actualidad, los padres no pueden necesaria una nueva ponderación, se abriría la posibilidad a un
elegir en privado no darle educación a sus hijos, y si deben o no ele- proceso de argumentación que no existiría sin los principios. Las
gir centros educativos está en discusión. Prácticas sexuales que estructuras de ponderación resultan del carácter de optimiza-
antes eran aceptadas y que se suponían que formaban parte de ción de los principios, que exigen que los mismos sean satisfe-
lo privado, también han sido cuestionadas, sobre todo por parte chos de la manera más amplia posible dadas las posibilidades
de grupos feministas que sugieren que esas prácticas forman fácticas y jurídicas. Las posibilidades fácticas hacen referencia
parte del ámbito de lo público."*® La investigación genética daría a las máximas de adecuación y de requeribilidad, las jurídicas
un paso más en la dirección del debilitamiento de la privacidad. conducen a la ley de la ponderación. Según esta ley, en los térmi-
La privacidad se encuentra hoy a la defensiva. nos de Alexy, "cuanto mayor sea el grado de no realización o de
Nos encontramos ante una colisión de dos principios. Hecho afectación de un principio, tanto mayor tiene que ser la impor-
que no es extraño a los juristas. Por una parte, existen razones en tancia de la satisfacción del otro". Como tesis general de prece-
favor de la publicidad, mientras que, por la otra, en favor de la dencia prima facie puede interpretarse la suposición básica de
privacidad. Y si se acepta, siguiendo las tesis de Robert Alexy, libertad. Las suposiciones prima facie son importantes porque
que los principios son mandatos de optimización "que se carac- asignan la carga de la prueba.''
terizan porque pueden ser cumplidos en diversos grados y por- Esta es la manera como se establecería un cierto orden de
que la medida ordenada de su cumplimiento no sólo depende de principios. La solución a los casos de conflictos provocados por
las posibilidades fácticas, sino también de las posibilidades jurí- las investigaciones genéticas que colisionan con nuestros dere-
dicas",''® no hay duda de que no es posible al mismo tiempo y para chos más básicos como el de la privacidad ha de ser buscada caso
el mismo caso satisfacer el principio de la transparencia y el por caso, ponderando los intereses en juego bajo el supuesto
principio de la opacidad. básico de la libertad, de la autonomía personal y de lá dignidad
Naturalmente, el problema de la colisión de principios se re- de la persona. Y si la información que surge del mapa genético de
solvería si existiera un orden lexicográfico entre ellos, pero eso una persona en manos de la interesada es fimdamental para que
no es posible.'" Por esa razón, Alexy propone una ordenación ejerza con éxito su autonomía, en manos del Estado o de terceros
débil de principios que consta de tres elementos: 1) un sistema puede constituir una amenaza a la libertad. Esto supone un cier-
de condiciones de precedencia; 2) un sistema de estructuras de to orden débñ —no lexicográfico—en favor de la privacidad, y la
ponderación, y 3j un sistema de precedencias pnma/ac/e. En el asignación de la carga de la prueba al Estado para todos los casos.
caso de colisión entre el deber del Estado de aplicar el derecho No quisiera terminar este trabajo sin una última reflexión. La
penal y el derecho del acusado a no concurrir a una audiencia tensión que domina la modernidad entre transparencia y opaci-
oral dado el peligro que ello implica para su salud, existe la dad parece decantarse en los últimos tiempos en favor de la
primacía del derecho fundamental a la vida. Lo que significa que transparencia. Ello es desagradable no únicamente porque entra
A ello me referí en otro lugar; véase J. F. Malem Seña, "Feminismo radical,
en conflicto con el principio de privacidad, y abre las puertas a
pornografía y liberalismo", Do.vn, 13, 1993, pp. 301 ss. que se nos juzgue por nuestros estados en vez de por nuestras
Véase R. Alexy, op. cit., p. 143. acciones violando con ello también el principio de dignidad de
^^ Asilo señaló H. Hart al criticar la prevalencia lexicográfica del principio de
libertad sobre el principio de igualdad que J. Rawls pretendía establecer en su Véase R. Alexy, "Sistema jurídico y razón practica". El concepto y la validez
Theory of Justice (1971). Véase H. Hart, "Rawls on Liberty and its Priority", en del derecho, trad, al español de Jorge Malem Seña, Barcelona, Gedisa, 1994, pp.
Norman Daniels {comp.), Reading Rawls, Oxford, 1975. 170 ss.
200 PROBLEMAS ACTUALES

la persona, sino porque aumenta las posibilidades de domina-


ción, No en vano resulta que el ideal de la dictadura es el de un
hombre opaco que gobierna sobre seres transparentes.
Por otra parte, si la esperanza, tal como afirma Hobbes, es el
apetito unido a la idea de alcanzar,^^ y supone —aunque no lo DI. U N A JUSTIFICACIÓN L I B E R A L
diga Hobbes—que no se sabe que se alcanzará; la transparencia
D E LA CLONACIÓN*
reduce la esperanza al aumentar la certeza: quien sabe que pa-
dece una enfermedad incurable no tiene esperanza. La trans-
parencia reduce pues el ámbito de la esperanza. Una sociedad RODOLFO VÁZQUEZ

absolutamente traslúcida o transparente es una sociedad sin


esperanza. Toda esperanza se alimenta de una porción de opaci-
dad. Hobbes diría también que la deliberación y la duda caben El 23 de febrero de 1997, The Obsetver dio la noticia de que lan
sólo cuando sabemos que las cosas son posibles pero no cuando Wümut, un científico escocés, y sus colegas del Roslin Institute,
son necesarias o imposibles. A mayor transparencia, menos du- habían clonado exitosamente una oveja a través de una técnica
das y menos deliberación. novedosa: el trasplante del material genético de una oveja adulta,
El proyecto del genoma humano y la transparencia que ello obtenido de una célula somática diferenciada, en un óvulo del
trae consigo imprime a la sociedad futura un cierto aire de utopía cual había sido removido su núcleo.' El nombre de Dolly, nacida
negativa. Los adelantos técnicos y los mayores conocimientos el 5 de julio de 1996, circuló por todo el mundo y, con la noticia
habrán de llevamos a una sociedad sin esperanza. de su nacimiento, la proliferación de cuestionamientos éticos,
religiosos, jurídicos y políticos^ que han confirmado, una vez
más, la idea de que en las "cuestiones límite" los problemas

* Agradezco a Florencia Luna y al arbitraje anónimo de Perspectivas bioéticas


en las Ainérìcas, por las sugerencias y los comentarios críticos a una primera
versión de este ti-abajo.
' Los resultados fueron dados a conocer en Nature, 1997, bajo el título "Viable
Offspring Derived from Fetal and Adult Mammalian Cells". Para una explicación
científica y algunas implicaciones sociales y éticas acerca de la clonación, véanse
Rubén Lisker y Ricardo Tapia, "Clonación en humanos". Ciencia, Revista de la
Academia Mexicana de Ciencias, vol. 48, num. 3, septiembre de 1997, y Horacio
Merchant Larios, "Clonación en mamíferos: Bases biológicas e implicaciones
teóricas, prácticas y éticas". Ciencia, Revista de la Academia Mexicana de Cien-
cias, vol. 48, num. 4, diciembre de 1997.
- En junio de 1997 se dio a conocer el documento "Cloning Human Beings.
Report and Recommendations of tlie National Bioethics Advisory Commission",
solicitado por el presidente Bill Clinton a dicha comisión y en el que se recomien-
da prolongar el periodo de moratoria propuesto por el propio presidente en
febrero del mismo año para garanüzai-, si fuera el caso en el futuro, una mayor
seguridad y eficacia del procedimiento en seres humanos. Mientras tanto, la
misma comisión recomienda abiir y mantener el debate nacional en tomo a los
aspectos ético-sociales implicados y prohibir, mientras se logra rm consenso,
todo intento de crear un ser humano por clonación a partii" de ima célula somá-
Véase T. Hobbes, op. cit., p. 44. tica.
201
202 PROBLEMAS ACTUALES UNA JUSTIFICACIÓN LIBERAL DE LA CLONACIÓN 203

tienen que ver con el individuo considerado en toda su integridad Principio de dignidad personal
humana y no en una sola de sus parcelas. El filósofo tiene mucho
que decir al respecto y, si es cierto que en esta época "la medicina Siendo valiosa la humanidad en la propia persona
ha salvado la vida de la ética",^ entonces "el filósofo de la moral o en la persona de cualquier otro,
que no pueda prestar su ayuda en los problemas de la ética mé- no debe tratársela nunca como un medio sino como un fin en sí
misma
dica, debe cerrar el negocio"."^
y no debe imponérsele contra su voluntad
En las páginas que siguen intentaré justificar éticamente la sacrificios o privaciones que no redunden en su propio beneficio.
clonación. Con este propósito he dividido el trabajo en dos apar-
tados. En el primero presentaré algunos supuestos básicos, que Un liberal parte del supuesto de que toda elección individual,
me servirán de fundamento pai^a la justificación, mismos que en- en tanto es libre, y por ese solo hecho, es valiosa y acepta que
mai'caré de manera general en una concepción ética de corte existe una multiplicidad de planes de vida porque los valores en
liberal; y en el segimdo, analizaré algunos de los argumentos más los cuales se sustentan son plurales. No niega la idea de que
significativos en contra de esta posición —^recogidos y recons- puedan existir formas de vida mejores que otras pero rechaza
truidos a partir del debate actual— con sus posibles soluciones. cualquier intervención del Estado — o de los individuos— que
busque imponer de manera perfeccionista o paternal® algún plan
de vida o ideal de virtud personal; por tanto, proscribe aquellas
acciones que perjudiquen la autonomía y el bienestar de terce-
ros. Sin embargo, en el marco del liberalismo que propongo, la
La ética liberal, que tomaré c o m o marco conceptual, parte de al función del Estado no se limita únicamente a un deber negativo.
menos dos principios normativos fundamentales que la definen También tiene deberes positivos que se traducen en facilitar,
y distinguen de otras éticas posibles: el principio de autonomía y promover y ordenar la realización de aquellas acciones que fa-
el principio de dignidad personales. Estos principios podrían vorezcan los intereses ajenos.
enunciarse c o m o i j de autonomía personal, y 2 ) de dignidad Por otra parte, un liberal supone que una persona no puede
personal. ser utilizada c o m o instrumento para la satisfacción de los deseos
de otra, ni que puedan imponérsele privaciones de una manera
Principio de autononiía personal no justificada. Una privación o un sacrificio se justifican sólo
cuando la misma persona otorga su consentimiento, es decir,
Siendo valiosa la libre elección individual
hace valer su autonomía personal.
de una pluralidad de planes de vida,
el Estado y los demás individuos no deben intervenir en esa elección Entre los planes de vida posibles se encuentran, también, los
limitándose a diseñar instituciones que se sustentan en convicciones religiosas. En tanto libremente
que no sólo impidan la mutua interferencia elegidos son tan valiosos c o m o cualquier otro plan de vida y su
para la persecución de tales planes de vida límite es, igualmente, el daño en la autonomía y bienestar que
sino que, incluso, la faciliten.^ pudieran causar en terceros al momento de su puesta en prácti-

^ Véase Stephen Toulmin, "How Medicine Saved the Life of Ethics", citado ^ Tanto el perfeccionismo como el paternalismo suponen que no sólo existen
por Ernesto Garzón Valdés, "¿Qué puede ofrecer la ética a la medicina?", en planes de vida que son mejores que otros, y que constituyen la realización de
Isonomía, núm. 8, Mé.xico, nAM-Fontamara, abiil de 1998, p. 7. ideales de e.xcelencia, sino que en el piimer caso esos ideales han de ser impuestos
Richard Hare, a/!íCJ OH B/oe//zíC5, Oxford, Clarendon Press, 1993, p. 1. para obligar a las personas a ser mejores, y en el segundo para evitar que se dañen
^ Para un desarrollo de este principio y sus consecuencias éticas, véase Carlos a sí mismos. En personas adultas tales imposiciones violentan el principio de
S. Nino, Ética y derechos humanos, Buenos Aires, Astrea, 1989, cap. v. autonomía personal.
204 PROBLEMAS ACTUALES UNA JUSTIFICACIÓN LIBERAL DE LA CLONACIÓN 205

ca. El liberal no está reñido con las convicciones religiosas, él las en forma descendente de aceptación social consciente de su
mismo puede tener las propias, pero está consciente que los alcance subjetivo:
principios religiosos carecen de prueba y son inmunes al razo-
namiento. En este sentido, la religión no es una condición ni - Niños nacidos de parejas heterosexuales en uniones matri-
necesaria ni suficiente para la moral, mucho menos para el de- moniales formales o de facto estables.
recho. Por ello el liberal entiende que un ordenamiento jurídico - Niños nacidos de matrimonios previos o de uniones de/acto,
debe estar dirigido tanto para creyentes como para no creyentes, pero ahora, o bien están en una situación uniparental o en
agnósticos o ateos. En palabras de Martín D. Farrell: una familia reincorpoi-ada después del divorcio y nuevo ma-
trimonio.
Los principios religiosos son —necesariamente— de tipo metafisico, - Niños adoptados en otra familia, a través de adopción "tra-
insusceptibles de prueba, dogmáticos, autoritarios y, en buena me- dicional" donde la madre que renuncia no tiene contacto
dida, inmunes al razonamiento. En la filosofía occidental se consi- con el niño que dio en adopción y el niño no tiene informa-
dera a los sentimientos religiosos generalmente como carentes de
ción sobre sus orígenes; o de adopción "abierta" donde la
prueba, y las pruebas que han tratado de buscarse se han considerado
como inválidas. El orden jurídico, por su parte, está dirigido a todos, madre que renuncia puede mantener contacto con el niño y
creyentes o no creyentes. Para cualquier contenido del orden jurídico el niño puede tener acceso a la información sobre sus oríge-
hay que dar razones, proporcionar argumentos. Hay que discutir, y nes; o de adopción donde la madre que renuncia toma parte
no dogmatizar.' en la selección de los padres adoptivos.
- Niños nacidos de una situación de padres solteros o de ma-
Consecuencia de lo anterior es que, para un liberal, sólo los dres solteras.
seres humanos, a través de sus elecciones individuales, pueden - Niños nacidos de los gametos de una pareja heterosexual a
ser susceptibles de una valoración moral. Ni las entidades socia- través de la inseminación artificial o de la fecundación m
les ni, mucho menos, los seres naturales inertes o biológicos, vitro y transferencia de embrión.
individuales o colectivos, son objeto de calificación moral. Sa- - Niños nacidos de parejas heterosexuales mediante la inse-
cralizar el carácter biológico del ser humano ha llevado a no minación artificial de un donante.
pocos moralistas a excluir todo tipo de intervención humana en - Niños nacidos de los gametos de donantes o de embriones
los procesos naturales dando lugar a éticas dogmáticas que ine- de donantes mediante la fecundación in vitro y traslado de
vitablemente terminan confundiendo la moi'al con la religión. embrión.
Este tipo de ética parece ignorar algo por lo demás obvio, a saber, - Niños nacidos por acuerdo de alquiler donde la madre sus-
que prácticamente toda la historia de la medicina se puede leer tituía aporta o no el óvulo.
como una lucha contra lo natural. - Niños nacidos de parejas homosexuales (lesbianas) a través
de inseminación artificial de un donante.
Es un hecho que en muchas sociedades actuales, entre los
- Niños adoptados por parejas de homosexuales.masculinos.®
diversos planes de vida, son empleados y aceptados modos alter-
nativos de procreación y formatos de familia distintos al de la Y llegamos al modo de procreación que nos interesa:
pareja heterosexual con unión matrimonial formal. Vale la pena
recordar las posibilidades existentes para tener un panorama lo - Niños que podrán nacer por clonación a partir de la trans-
más amplio posible de tales alternativas. He intentado ordenar- ferencia de núcleo en un óvulo, transferencia que puede
' Martín D. Fan ell, La ética del aborto y la eutanasia, Buenos Aires, Abeledo- ® Con pequeñas modiñcaciones tomo esta tipología de Max Charlesworth, La
Perrot, 1985, pp. 13-14. bioética en una sociedad liberal, Cambridge University Press, 1996, pp. 76-77.
204 PROBLEMAS ACTUALES UNA JUSTIFICACIÓN LIBERAL DE LA CLONACIÓN 207

realizarse a partir de una célula somática de hombre o


de mujer. En este último caso, con la posibilidad de que la n
mujer use su óvulo para clonar con una célula somática
propia. ¿Qué objeciones se han alegado contra la clonación?
i j Se ha dicho que la clonación atenta contra las convicciones
Desde un punto de vista liberal, la tolerancia y aceptación de religiosas en el sentido de que el ser humano se atribuye a sí
la mayoría de estos modos alternativos de procreación y forma- mismo prerrogativas divinas interviniendo en la formación arti-
tos de familia, y en varios de ellos su ratificación legal, ha permi- ficial de la vida de nuevos seres y eliminando óvulos fecundados
tido hablar en nuestros días de un "derecho a la libertad de pro- o pre-embriones que son ya personas desde el momento de la
creación" —que supone tanto la colaboración coital como la no concepción. Esta calidad de persona, se arguye, queda justifica-
coital— y, consecuentemente, un derecho de acceso, sin discri- da en tanto Dios infunde un alma que los hace a "imagen y
minación alguna, a las nuevas formas de la tecnología de repro- semejanza" suya. De esta manera, cualquier intervención aten-
ducción.® taría contra el principio de dignidad personal y constituiría una
En este sentido, si como hemos dicho, un liberal no está refíido ofensa a la voluntad divina.
con las convicciones religiosas, no puede sorprender que un pen- 2) Las intervenciones científicas en la conformación genética
sador que se confiesa católico, como es el caso de Max Charles- del ser humano violentan el orden y la sabiduría de la naturaleza.
worth, justifique bajo el principio de autonomía personal los Frases como "la naturaleza defiende la identidad genética de los
derechos a la libertad de procreación y de acceso a las nuevas seres vivos" o "la naturaleza apuesta a la diversidad" o "la natu-
tecnologías de reproducción. En el contexto de nuestras socie- raleza sabe lo que hace" son expresiones que manifiestan una
dades tradicionalmente cristianas vale la pena citar algunos pá- cierta "racionalidad" inherente a los procesos naturales: mitelos
rrafos de este autor: que orienta el curso de lo natural. La técnica de la clonación
violentaría ese telos provocando un desorden que podría agravar
[...] Yo mismo soy cristiano, y siempre he pensado que a la vez que el ya frágil equüibrio de la naturaleza.
los cristianos mantienen sus propios valores morales, deberían tam- 3) Los riesgos que conllevan las intervenciones científicas son
bién preocuparse especialmente de defender el valor de la autonomía tan grandes y sus efectos tan remotos que deberían estar ética-
personal. Ha habido una larga tradición de pensamiento teológico mente prohibidas. La incertidumbre sobre los riesgos tiene que
cristiano (quizá más respetado a la hora de infringirlo que de cum- ver, por ejemplo, con los daños físicos que la clonación podría
plirlo), que enfatiza la primacía de la 'conciencia individual'. Santo
provocar en los clones resultantes.
Tomás de Aquino, por ejemplo, dice que es un pecado ir en contra de
los dictados de la propia conciencia. [...] Por tanto, los cristianos, así 4) Una de las hipótesis posibles es que si las mujeres decidie-
como cualquier otro, pueden de una forma válida mantener y pro- ran clonar con su óvulo y célula somática se estaría violando el
mover sus posiciones morales respecto a los temas aquí tratados, derecho a ser concebido heterosexualmente en una familia con
pero si son ciudadanos de una sociedad liberal, no simplemente doble figura genital. Además, no parece claro que se deba salva-
tolerarán sino que respetarán el derecho de conciencia de suS con- guardar sin limitación alguna la autonomía de la mujer toda vez
ciudadanos de mantener posturas contrarias, sin buscar que sus que existe un alto riesgo de provocar en la criatura clonada seve-
puntos de vista sean impuestos por el Estado.'® ros daños emocionales.
5) Si en toda sociedad liberal democrática se requiere de la
participación libre y racional de sus integrantes para aspirar a
un consenso discursivo sobre aquello que les es conveniente o
® Véase ibid., pp. 78 y ss.
Ibid., pp. 3 y 5. inconveniente, éste no parece ser el caso con los nuevos métodos
204
PROBLEMAS ACTUALES UNA JUSTIFICACIÓN LIBERAL DE LA CLONACIÓN 208

de reproducción: no se ha tomado en cuenta, por ejemplo, el moral como jurídico, es cada vez mayor y no parece haber bue-
consentimiento de las criaturas fruto de la clonación ni de las nas razones para pensar que en un futuro tal consenso se revierta.
generaciones futuras. En cualquier caso me parece concluyente la posición de Marga-
6) Se pone en peligro la identidad del individuo clonado al rita Valdés cuando, siguiendo la concepción metafísica "descrip-
tener el mismo material genético que el donador con la conse- tiva" de la persona, propuesta por Strawson, sostiene que no
cuencia no deseable de que la transparencia de su genoma lo existen propiedades psicológicas en los primeros meses de ges-
convierta en un ser vulnerable a la manipulación y consiguiente tación del feto que impongan exigencias morales específicas y
pérdida de su libertad. Se estaría atentando contra el derecho de que, por tanto, permitan pensar que estamos en presencia de una
todo individuo al propio genoma irrepetible que garantice su persona moral.
identidad. Ala 2). La naturaleza, como tal, no es objeto de valoración
7) La clonación trastocaría, en alto grado, todas las relaciones moral. No es ni buena, ni sabia, ni promueve, ni defiende ningún
filiales y de parentesco existentes y consagradas en la generali- curso de acción. Todas estas atribuciones no son sino extrapola-
dad de los ordenamientos jurídicos contemporáneos. ciones antropomórficas carentes de sustento racional. Lo único
que puede ser objeto de valoración ética son las decisiones de los
De acuerdo con el marco teórico expuesto en la primera parte, es científicos. Pero aquí el problema tiene que ver con otra serie de
decir, con una ética liberal, las respuestas a estas objeciones interrogantes: ¿Existen formas de conocimiento que no debería-
podrían ser las siguientes: mos saber? ¿Tiene alguna eficacia la instrumentación de contro-
Alai).'En toda argumentación debemos dejar de lado la creen- les normativos, éticos o jurídicos, en el saber? El tema es muy
cia religiosa "ya que ella es, por definición, intransferible y no complejo y no pretendo abordarlo en este trabajo. Me limito a
ofrece otra razón como no sea la propia creencia subjetiva de que expresar mi acuerdo con Garzón Valdés en el sentido de que,
algo es o debe ser".'' De imperar este tipo de argumentos llega- sobre un trasfondo de gran incertidumbre, parece que el mejor
ríamos a la situación, nada deseable en una sociedad democrá- servicio que puede prestar la ética a la medicina es el de no
tica, de que los agnósticos y ateos quedarían excluidos del dis- imponerle barreras y recomendar la apelación a razones pruden-
curso racional. Por lo que hace al debate abierto sobre el momen- ciales en cuanto a la aplicación de las investigaciones cientí-
to en el que se puede hablar de "persona" en relación al ser que ficas.
se está gestando en el seno materno, debemos excluir el argu- A la 3). Es verdad que las decisiones en cuanto a la experimen-
mento de que aquélla ya existe desde el instante de la concepción tación en ingeniería genética y, específicamente, por lo que res-
en tanto Dios le infunde un alma que es imagen y semejanza suya. pecta a la clonación, se dan en situaciones de riesgo e incertidum-
Ésta es una creencia religiosa subjetiva, respetable, pero no ad- bre. Es prácticamente imposible contar con elementos seguros
misible como premisa de un argumento racional. Si dejamos la que permitan concluir inequívocamente sobre la bondad o mal-
perspectiva religiosa y planteamos la pregunta en términos de si dad ética de estos experimentos. El dilema al que se enfrentan el
el pre-embrión o el embrión tienen un valor moral intrínseco que ético como el jmista es el de "o bien [favorecer el desarrollo de la
nos imponga la exigencia de proteger su dignidad personal con- ciencia y la tecnología y] proteger a la sociedad de males desco-
tra toda posible manipulación genética, el problema resulta más nocidos pero imaginables o bien congelar el desarrollo de la
interesante, pero este problema no es privativo del método por ciencia y la tecnología y privar a la sociedad de bienes descono-
clonación sino de cualquier método por fecundación asistida. El
consenso en favor de estos métodos, tanto desde el punto de vista Véase Margarita Valdés, "El problema del aborto: tres enfoques", en Oswal-
do Guariglia (comp.). Cuestiones morales. Voi. XII¡Je la Enciclopedia Iberoameri-
cana de Filosofía, Madrid, Trotta, 1996.
" Emesto Garzón Valdés, op. cit., p. 10. Emesto Garaón Valdés, op. cit., pp. 27-28.
204 PROBLEMAS ACTUALES UNA JUSTIFICACIÓN LIBERAL DE LA CLONACIÓN 211

cidos pero imaginables".^'^ Creo que se puede apostar por el pri- a los individuos un mayor control sobre su destino genético, biológi-
mer cuerno del dñema si vamos acotando lo permitido ante los co y psicosocial y por tanto mayor autonomía. La Constitución [es-
avances en el propio proceso de experimentación. Así, por ejem- tadunidense] debe proteger la autonomía de decisión en la procrea-
ción, ya que nuestro concepto de libertad requiere que el gobierno
plo, parece existir consenso ante la prohibición de generar híbri-
deje libres a los individuos para determinar temas tan fundamentales
dos producto de células animales con humanas. Pero ha sido en
a su persona 16
el proceso mismo de la experimentación que comenzaron a vis-
lumbrarse, con todas sus implicaciones, estas posibilidades, co-
A la 5). El argumento de la falta de consentimiento de las
sa que hubiera sido imposible de haberse congelado radicalmen-
criaturas y de las futuras generaciones es aplicable a todo método
te toda investigación. Con todo, hay que admitir que el tránsito
de reproducción; no únicamente al de la clonación. Este argu-
de la ficción a la realidad, y todo el asombro que ello nos provoca,
mento presupone que las criaturas están en condiciones de pres-
no podrá desembarazarse jamás de ese halo de incertidumbre y
tar su consentimiento a dos hechos previos: la elección del padre
ante esto: "sobre el trasfondo de la ignorancia, el pesimista estará
o de la madre o de ambos y, sobre todo, la misma procreación.
en contra de todo experimento y el optimista, a favor".
Este consentimiento es, a todas luces, fácticamente imposible.
Ala 4). La cuarta objeción sólo tiene sentido en el supuesto de
Lo único que se requeriría, en el ámbito de una sociedad liberal
que solamente los formatos tradicionales de famüia y el matri-
democrática, "es que los hijos concebidos no se encuentren en
monio heterosexual y monógamo, sean los únicos éticamente
ima situación ambiental o individual peor que la de sus padres"'^
correctos para procrear. Esta exclusividad contradice los princi-
y, si es posible, mejor que la de ellos. En concreto, respecto a la
pios de una sociedad liberal y, en concreto, atenta contra el prin-
clonación, no veo alguna razón de peso para pensar que una
cipio de autonomía personal del que se infiere el derecho a la
criatura clonada pudiera, per se, sufrir algtón daño. Más aún, si
libertad de procreación y de acceso a las nuevas tecnologías de
genéticamente pudieran evitársele algunas enfermedades here-
reproducción. Entre éstas, por supuesto, la posibilidad de que en
ditarias transfi'riendo un núcleo saludable de una célula somáti-
una pareja homosexual (lesbianas) se permita la inseminación
ca, nos situaríamos en el supuesto de un beneficio y no de un
ai-tificial o la clonación. Es en este contexto que tiene sentido
perjuicio. No encuentro ningún argumento ético para prohibir
hablar del derecho de acceso a las tecnologías de reproducción
la manipulación genética si con ella se asegura un mejor estado
como no discriminatorio, es decir, a las que puedan acceder no
de salud física y mental.
sólo las personas o parejas infértiles, como una especie de último
Ala 6). No es aceptable la tesis de que la omnisapiencia impli-
recurso, sino las mismas personas o parejas fértiles si así lo
que la pérdida de libertad, que el conocimiento total del genoma
consideran necesario para la organización de su plan de vida. A
humano o que la transferencia de núcleo en un óvulo suponga la
este respecto, comparto la opinión de la jurista estadunidense
pérdida de la identidad personal. Esto sólo valdría para el caso
Lisa Ikemoto cuando sostiene que:
de que el determinismo fuera vei'dadero, es decir, que todas las
acciones humanas fueran predecibles.'^ Pero si se admite la exis-
La procreación de colaboración no coital presenta un conjunto más
tencia de acciones humanas temporales y por tanto impredeci-
amplio de opciones comparada con la reproducción a través de las
relaciones sexuales, dando a los participantes la oportunidad de bles, la omnisapiencia es compatible con la libertad. Creo que
determinar el origen del material genético, el método y el tiempo de la difícilmente se puede negar, con buenos argumentos, que existe
concepción, la mujer que lleva el niño y las personas que lo educarán. un margen de incertidumbre humanamente insuperable. Mi iden-
La viabilidad en la ampliación del conjunto de opciones proporciona Citado por Max Charlesworth, op. cit., pp. 77-78.
Ernesto Garzón Valdés, op. cit., p. 25.
^"^Ibid., p. 24. Véase Eugenio Bulygin, "Omnipotencia, omnisciencia y libertad", citado
ibid., p. 23. por Ernesto Garzón Valdés, op. cit., p. 16.
204 PROBLEMAS ACTUALES UNA JUSTIFICACIÓN LIBERAL DE LA CLONACIÓN 213

tidad biográfica se va conformando paulatinamente por ese sin- respecto a la clonación, ni he pretendido presentar estas respues-
número de causas futuras. Coincido en este punto con Horacio tas como si entre los propios liberales hubiera un consenso uná-
Merchant Larios cuando afirma: nime sobre las mismas. El tema presenta, sin lugar a dudas, una
gran variedad de aristas difíciles de sintetizar y de integrar en un
Aunque la especie humana como producto de la evolución comparte todo coherente de significado. El debate está abierto, pero lo que
su naturaleza biológica con el resto de los seres vivos, los humanos sí parece claro —y en esto hay unanimidad— es que los riesgos
poseemos una 'conciencia individual' que nos distingue cualitativa- y la incertidumbre ante la novedad de este método de reproduc-
mente aun de nuestros parientes primates más cercanos. Esa con- ción exigen la mayor de las cautelas posibles. Comparto, en este
ciencia se desarrolla después del nacimiento gracias a la interacción sentido, las preocupaciones y la prudencia manifestadas por los
con nuestro entorno social. Un individuo clonado desarrollará su
científicos mexicanos, Rubén Lisker y Ricardo Tapia, cuando
propia 'conciencia de sí mismo' y ésta nunca será la misma que la del
donador del núcleo somático, ya que el entomo social es histórica- recomiendan enfáticamente no realizar la clonación en huma-
mente irrepetible." nos "por lo menos, hasta que la eficiencia sea muy elevada y
después de que se haya desarrollado en otras especies de mamí-
A /a 7J. A la última objeción respecto al trastorno jurídico, por feros y los resultados hayan sido analizados".^^ Ambos coinciden
ejemplo en materia civil y penal, que se provocaría debido a los en que la clonación sin riesgos será posible en un periodo no
cambios en las relaciones de parentesco, filiación y sucesiones, mayor de quince años. Unos años más o unos menos, finalmente,
la única respuesta que se me ocurre es apelar a la sensatez del el reclamo de estos científicos a los filósofos y a los juristas es el
jurista y del legislador. La prudencia de este último, su razón no perder de vista que ante la posibilidad del ser humano clonado
estratégica, podrá indicarle que los cambios en la legislación se "éste tenga los mismos derechos que los demás",^' es decir, sea
hagan de manera gradual y no radical, a través de una nueva ley un ser digno de igual consideración y respeto que los otros indi-
que contemple todas estas novedades o de reformas a la ya exis- viduos. Parece ser ésta otra de las exigencias incuestionables. Si
tente, todo ello dependiendo de las circunstancias históricas y es así, si la prudencia en la instrumentación del método y la
sociales de cada comunidad y de ima seria y responsable labor salvaguarda del principio de dignidad sirven de alerta a la expan-
interdisciplinar en la que juristas, científicos, fñósofos y las pro- sión del conocimiento humano, entonces el camino se allana
pias instituciones unan esfuerzos en la formación de una nueva para la formación no de "engranajes de una máquina" o de "fac-
cultura ético-jurídica y científica. Pero una cosa es la estrate- tores de un sistema" sino para el florecimiento de la autonomía
gia de política pública a seguir y otra, muy distinta, cerrar los ojos personal y la posibilidad de una mayor convivencia plural entre
a la nueva realidad que, sin lugar a dudas, representa un reto a la los individuos.
imaginación del jurista. Es de desear que en la tan esperada
reforma al Código Civil para el Distrito Federal (México), en
vigor desde 1932, y en las propuestas de modificación a la Ley
General de Salud, las comisiones de dictamen legislativo no sólo
consideren todas las novedades y posibilidades que introducen
las nuevas técnicas médicas sino que, con un espíritu plural, se
escuchen todos los planteamientos éticos posibles sin excluirlos
de una ética liberal.
No son éstas, por supuesto, las únicas objeciones formuladas
Rubén Lisker y Ricardo Tapia, op. cit. p. 9.
19
Horacio Merchant Larios, op. cit., p. 57. Ibid., p. 11.
CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 215

manera, la conservación y la prolongación de la vida de los unos


impide recuperar la salud y prolongar la vida de los otros.
Si es verdad que la "medicina ha salvado la vida de la ética"
—^para usar la sugestiva fórmula de Stephen Toulmin—^^ al plan-
X. ALGUNAS CONSIDERACIONES ETICAS tearle problemas normativos concretos que han obligado a los
SOBRE EL TRASPLANTE DE ÓRGANOS filósofos a abandonar el no siempre muy fecundo nivel de la
metaética, no hay duda que la práctica de trasplantes de órganos
presenta un conjunto de cuestiones de enorme interés. Me pro-
ERNESTO GARZÓN VALDÉS
pongo considerar algunas de ellas. Para esto dejaré de lado la
perspectiva de lo que suele llamarse la "etnomedicina", es decir,
la consideración de las enfermedades exclusivamente desde el
El trasplante de órganos se ha convertido en una práctica habi-
punto de vista de las personas afectadas por ellas. El haber su-
tual del tratamiento médico en los países desarrollados. En la
brayado esta perspectiva en la consideración de los problemas
República Federal de Alemania, en 1990 ñieron trasplantados
de ética médica ha desplazado a la ética a la esfera de la antropo-
2 358 ríñones, 485 corazones, 329 hígados y 34 pulmones. En
logía y de la psicología, a la vez que contribuido a la relativización
España, en 1992 se realizaron 1 492 injertos renales, 468 hepáti-
de la ética normativa.®
cos y 254 de corazón.' Los resultados obtenidos son verdadera-
En lo que sigue, adoptaré una versión de la ética que parte de
mente alentadores: en el caso de los trasplantes de x'iñones, la
la aceptación del valor de la autonomía individual y de la univer-
cuota de éxito es del 80 al 90% después de un año, del 60 al 70%
salizabilidad de las normas éticas formuladas desde ima actitud
después de cinco años y del 50 al 60% después de 10 años.^ Es
de imparcialidad. El principio de la autonomía individual exclu-
obvio que, a medida que se perfeccione la técnica de los trasplan-
ye enfoques utilitaristas, que pueden sugerir la adopción de sis-
tes, ii'á aumentando también la demanda de órganos, cuya esca-
temas de abastecimiento y adjudicación de órganos basados en
sez es ya notoria.^ Además, la eficacia de medidas de seguridad
criterios tales como los de un equilibrio compensatorio de los
con miras a evitar accidentes mortales (disposiciones de tránsito
órganos vitales de los miembros de una sociedad. El requisito de
en las autopistas o el equipamiento de los automóviles con air-
la universalizabilidad requiere adoptar el enfoque de la llamada
bags}^ y la reducción de la mortalidad en algunas enfermedades
"medicina comparativa" que se ocupa, entre otras cosas, de "las
ha aumentado aún más la escasez de órganos disponibles; de esta
necesidades que afectan a los seres humanos en toda cultura".'
^ Véase El País, 3 de junio de 1993, p. 34. Pienso que la necesidad de contar con órganos para transplantes
" Véase Hartmut Kliemt, " 'Gerechtigkeitskriteñen' in der Transplantations- es una de ellas.
medizin. Eine ordoliberale Perspeküve", en E. Nagel y Ch. Fuchs (comps.), So-
ziale Gerechtigkeit im Gesimdheilswesen, Berlin-Heidelberg, Springer Verlag, ^ Véase Stephen Toulmin, "How Medicine Saved the Life of Ethics", en Joseph
1993, pp. 263-283. P. DeMarco y Richard M. Fox, New Directions in Ethics. The Challenge of Applied
^ En 1992, en Alemania, 7 800 pereonas esperaban un trasplante de riñón; Ethics, Nueva York-Londres, Rouüedge and Kegan Paul, 1986, pp. 265-281.
sólo 2 100 tuvieron la suei-te de conseguir un donante. Cada año se suman apro- ® Esto no significa negar definitivamente que, en el caso de trasplantes de
ximadamente 3 200 niños y adultos que necesitan un trasplante deriñón.En los óiganos, la etnomedicina puede aportar datos interesantes. Así, por ejemplo,
Estados Unidos, 30 000 personas necesitaban en 1992 un trasplante de órganos parece que existe una inusitada disposición a donar órganos en algunos gmpos
pero sólo la mitad pudo lograrlo (véaseDie Zeit, 43, 22 de octubre de 1993, p. 23). étnicos, como el de los gitanos, mienti-as que en un país como Japón los ti asplan-
En Inglaterra, una de las razones por las cuales ha descendido el número de tes son casi desconocidos por influencia de la religión budista. Véanse las decla-
órganos para ti-asplantes es la disminución de accidentes en las carreteras: en raciones de Rafael Matesanz, responsable de la Organización Nacional de Tras-
1989 el 29% de los órganos tenía este origen; en 1992 sólo el 19% (The Times, 30 plantes de España en El País, cit.
dejuHo de 1994, p. 4). ' Véase Stephen Toulmin, op. cit., p. 268.
214
216 PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 217

Porlo pronto, puede admitirse una subdivisión de esta proble- En todos estos casos he supuesto que el abastecedor es una
mática en dos grandes ámbitos: el de la obtención de órganos y persona mayor de edad en pleno uso de sus facultades mentales.
el de su adjudicación. Quedan, pues, excluidos los casos de los incompetentes básicos®
y la extracción de órganos de niños, que es uno de los tipos de
delitos más aberrantes practicados, sobre todo, en el Tercer
LA OBTENCIÓN DE ÓRGANOS Mimdo.®
Volvamos, pues, a los 8 casos presentados.
Los órganos a los que aquí quiero referirme son aquéllos que son
obtenibles de seres humanos. No habré de considerar, pues, el
caso de los órganos de origen animal y dejaré de lado, por tanto, Caso 1): El abastecedor geiieroso
la problemática ética de la experimentación con animales en los
laboratorios médicos. Este caso fue considerado expresamente por Kant, quien le ne-
Los órganos pueden ser obtenidos de personas vivas o muertas; gaba toda justifícabiUdad ética:
su suministro puede ser voluntario o no y a título gratuito o no. Es-
Deshacerse de una parte integrante como órgano (mutilarse), por
tas son las variables que consideraré aquí. Ello me permite cons-
ejemplo, dar [verschenken, donar] o vender un diente para implan-
truir el siguiente oaadro de alternativas posibles referidas al abas-
tarlo en la mandíbula de otro, o dejarse practicar la castración para
tecedor y a las características del abastecimiento de órganos:
® Por "incompetentes básicos" entiendo, dicho en términos generales, aque-
vivo voluntario gratuito llas personas que no están en condiciones de percibir por sí mismas sus propios
1) + + -1- intereses; para más detalles, véase mi artículo "¿Es éticamente justificable el
T paternalismo jurídico?", enjDoAra, 5, 1988, pp. 155-173.
2) 4- -
' En 1986, la policía hondureña habría descubierto guarderías clandestinas,
3) + - +
llamadas "casas de engorde", en donde niños robados eran vendidos enlos Esta-
4) + - -
dos Unidos a l o 000 dólares por "pieza" para ser utilizados como donantes de
5) - + + órganos. También en Guatemala se habría comprobado la existencia de "casas
6) - + - de engorde". De acuerdo con el registro de una de ellas, entre el 1 de octubre de
7) - - + 1985 y el 31 de marzo de 1986, se habrían vendido 170 niños al extranjero para
extüparles órganos. El 15 de septiembre de 1988, el Parlamento Eur opeo aprobó
8) - - -
una resolución condenando este abominable sistema. Pai^a más información al
respecto véase J. M. Martín Medem, Niños de repuesto. Tráfico de menores y
Veamos más de cerca estos 8 casos: comercio de órganos, Madrid, Editorial Complutense, 1994, pp. 191 ss. En 1991
El caso 1) puede ser llamado el del abastecedor generoso. el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano declaró que la Iglesia rea-
El caso 2) es el abastecedor mercantil. lizará "tm seguimiento de todas las quejas referidas a las ventas de niños con fines
de adopción ilegales o transplantes de órganos". En 1990, la CMS había adoptado
El caso 3) es el del abastecedor obligado no indemnizado.
la siguiente directriz: "ningún órgano puede ser extraído a un menor de edad con
El caso 4) es el del abastecedor obligado indemnizado vida parafinesde trasplante". Véase Maite Pinero, "Secuestro de rüños y tr áfi-
El caso 5) es el del difunto generoso con la sociedad. co de órganos", en Ciiatrosemanas y Le monde diplomatique, año 1, núm. 4, mayo
El caso 6) es el del difunto generoso con sus herederos. de 1993, pp. 32-34. Sin embargo, no faltan voces que niegan la existencia de ma-
El caso 7) es el del difunto socializado sin indemnización fias encargadas de raptar niños para extraerles órganos. Así, las denuncias de
Beatriz Magno, del periódico brasileño Correio braziliense, acerca de adopciones
(para sus herederos).
ilegales en Israel, Italia y los Estados Unidos confinesde extracción de órganos
El caso 8) es el del difunto socializado con indemnización carecerían de todo fundamento. Véase Martin Merz, "Keine FáEe, Keine Fakten".
(para sus herederos). en Die Zeit, 29 de marzo de 1996, p. 64.
216
PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 218

poder vivir con mayor comodidad como cantante, etc., forman parte En 1954 una madre donó uno de sus ríñones para salvar la vida
del suicidio parcial; pero dejarse quitar, amputándolo, un órgano de su liijo mortalmente enfermo. Por lo que sé, éste fue el primer
necrosado o que amenaza necrosis y que por ello es dañino para la caso de un abastecedor generoso. Los teólogos evangélicos que
vida, o dejarse quitar lo que sin duda es una parte del cuerpo, pero no en su momento se ocuparon de este trasplante lo calificaron de
es un órgano, por ejemplo, el cabello, no puede considerarse como
automutilación y le negaron justificabilidad moral.
un delito contra la propia persona; aunque el último caso no está to-
talmente exento de culpa cuando se pretende ima ganancia extema.^" c) Por último, la concepción de los derechos de propiedad
sostenida por Kant le permitía sostener tajantemente:
La posición de Kant se apoya esencialmente en tres pilares: a)
la prohibición del suicidio; b) la relevancia del cuerpo para el No se puede disponer de uno mismo porque sobre uno mismo no se
ejercicio de la libertad y la identidad personales, y c) la negación tienen (derechos de) propiedad."
de derechos de propiedad sobre nuestro cuerpo.
a) La prohibición del suicidio resulta, según Kant, de la exis- Dado que sólo se tienen derechos de propiedad sobre cosas,
tencia de deberes para con uno mismo en tanto se es sujeto sostener que una persona tiene derechos de propiedad sobre sí
moral. En la segunda formulación del imperativo categórico se misma equivaldría a privarla de su humanidad transformándola
establece el deber de tratar la humanidad en los demás y en en una cosa. Además, sería contradictorio afirmar que alguien
nosotros mismos siempre también como un fin y no sólo como puede ser a la vez propietario y propiedad de sí mismo.
un medio. En la Metafísica de las costumbres se dice: Ninguna de estas tres consideraciones de Kant parece plausible:
a') La condena incondicionada del suicidio resulta difícil de
Destruir al sujeto de la moralidad en su propia persona es tanto como aceptar cuando se trata de un acto realizado por una persona en
extirpar del mundo la moralidad misma de su existencia, en la medi- pleno uso de sus facultades mentales. Para sostener una tesis tan
da en que depende de él (del hombre), moralidad que, sin embargo, fuerte como la kantiana habría que suponer que la vida en sí
es fin en sí misma; por consiguiente, disponer de sí mismo como un misma es un bien absoluto y supremo. Todo sacrificio de la
simple medio para cualquier fin supone desvirtuar la humanidad en
su propia persona (homo notimenon), a la cual, sin embargo, fue propia vida sería condenable y habría que eliminar por inmoral
encomendada la conservación del hombre (homophaenomenon).^^ el ideal del santo o del héroe, es decir, de quienes están dispuestos
a sacrificar su propia vida en aras de la de los demás. El propio
Dado que toda amputación es considerada por Kant como un Kant relativizó la prohibición del suicidio en el caso del "gran
suicidio parcial, valdrían para ella los argumentos aducidos en monarca recientemente fallecido" quien en sus campañas mili-
contra del suicidio. tares llevaba siempre consigo veneno para, en caso de ser tomado
b) Según Kant, existiría una relación esencial entre nuestra prisionero, suicidarse y no tener que entrar en negociaciones
personalidad moral y la integridad de nuestro cuerpo: para obtener la libertad que "pudieran ser perjudiciales para su
Estado".'^ Pero, ¿cuál es la diferencia entre el monarca patriota
Nuestra vida está enteramente condicionada por nuestro cuerpo
de manera tal que no podemos concebir una vida sin la mediación Duties to Oneself, en Journal of Applied Philosophy, vol. 6, núm. 2, 1989, pp.
del cuerpo y no podemos hacer uso de la libertad excepto a través del 129-139.
cuerpo.i- Véase Klaus-Peter Jörns, "Organtransplantation: eine Anfrage an unser
Verständnis von Sterben, Tod und Auferstehung", en Johannes Hoff y Jürgen in
Véase Immanuel Kant, La metafísica de las costumbres, trad, de Adela der Schmitten (comps.), Wami ist der Mensch tot? Organveipflanzung und Hirn-
Cortina Orts y Jesús Conili Sancho; estudio preliminar de Adela Cortina Orts, todkriterium, Reinbek-Hamburgo, Rowohlt, 1994, pp. 350-384.
Madrid, Tecnos, 1989, p. 283. Citado según G. V. Tadd, "The Market of Bodily Parts: A Response to Ruth
" p. 282. Chadwick", en Journal of Applied Philosophy, vol. 8,núm. 1, 1991,pp. 95-102.
Citado según Ruth F. Chadvvick, "The Market for Bodily Parts: Kant and El "gran monsuca" era Federico II de Pixisia. Para éste y otros ejemplos de
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PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 220

y el ciudadano generoso que está dispuesto a privarse de la vida Para evaluar la plausibilidad de este argumento conviene te-
donando un órgano absolutamente vital —el corazón, por ejem- ner en cuenta que el riesgo que corren los donantes de órganos
plo— para salvar la vida de otro ser humano? Como este tipo de es muy reducido (1/1 600 riesgo de mortalidad quirúrgica y 1.8%
donación suicida requiere la colaboración de terceros especia- de riesgo de complicaciones graves en los trasplantes de riñón)
listas, su consideración adecuada parece situarse dentro del y si la operación es exitosa, su riesgo no es mayor que el de otras
marco de la discusión sobre la aceptabñidad moral de la eutana- personas que poseen sus mismas características físicas.'®
sia activa. Si se acepta su admisibilidad moral, ¿qué inconve- Según Eric Rakowski, el riesgo de una muerte prematura de
niente habría en aceptar la donación de un órgano vital por parte una persona de 35 años que vive con un riñón es aproximada-
de un enfermo terminal?'^ mente el mismo que tiene una persona que todos los días viaja a
Ulrich Klug ha expuesto convincentemente la debilidad intra- su trabajo conduciendo su auto 20 Idlómetros.'®
sistemática de los argumentos de Kant en favor de la prohibición Además, si el argumento contra la donación de órganos fuera
moral del suicidio. En efecto, éste no contradice ni el imperativo el del riesgo que corre el donante, habría también que prohibir
categórico ni el "principio general del derecho" ya que su permi- por razones morales el ejercicio de profesiones riesgosas tales
sión es perfectamente universalizable y su práctica no reduce como la de bombero, policía o salvavidas en las playas. El funda-
necesariamente la libertad de los demás.'' mento plausible que se aduce para la aceptación y promoción
Si no valen los argumentos en contra del suicidio, tampoco de estas profesiones es la existencia de un deber moral positivo de
tienen fuerza los argumentos en contra del suicidio parcial, es ayudar a quien se encuentra en una situación de vulnerabüidad,
decir, el privarse de un órgano. El propio Kant admite este "sui- cual es el caso, por ejemplo, del habitante de una casa que se
cidio parcial" cuando se trata de un órgano enfermo. Pero, en- incendia, del asaltado o del que se ahoga.^" Si estos argumentos
tonces, ¿por qué no habría de permitirse moralmente el "suicidio valen para la institucionalización profesional de actividades ries-
parcial" que consiste en la pérdida de un órgano sano para salvar gosas, no se comprende por qué ha de rechazarse moralmente la
la vida de otro y asegurarle así el ejercicio de su autonomía? ¿No posibilidad de la donación de órganos. Habría entonces que con-
sería éste un medio para conservar en el mundo un sujeto moral, denar moralmente la creación de asociaciones tales como las de
como quería el propio Kant? bomberos voluntarios.
Podría, sin embargo, contraargumentarse aduciendo que la b') Aun cuando se acepte la importancia de la mediación del
donación de órganos es moralmente condenable por los riesgos cuerpo, no es en absoluto evidente que si alguien pierde un dedo
que ello implica para el abastecedor generoso. Una persona que o un riñón ha de resultar por ello necesariamente afectada su
prescinde de un riñón correría un peligro mortal en caso de tener personalidad o su identidad moral. Ello dependerá más bien
alguna afección renal. Por tanto, quien toma la decisión de donar de la forma como cada cual valore la pérdida o la modificación de
un riñón sería también un incompetente básico y su donación una parte del cuerpo. Una cirugía estética facial podría haber
debería serle prohibida por razones paternalistas éticamente alterado, sin duda, la identidad de una reina egipcia. También es
justificables. verdad que la pérdida del pelo puede tener consecuencias trági-
cas para el ejercicio de la libertad, si se ha de creer el relato
situaciones en las que el suicidio es moralmente irreprochable, véase Ulrich Klug, bíblico, y conozco un niño de cinco años en Bonn que protesta
"Kontradiktionen in der Suizidverbotslehre von Kant", en Ulrich Klug, Rechts- cada vez que le cortan el pelo pues al mirarse al espejo dice que
philosophie, Menschenrechte, Strafrecht, Colonia, Carl Heymanns, 1994, pp. tiene que cambiar de nombre porque ya no es el mismo. Pero, los
120-127.
' ^ Véase John Harris, Wonderwoman and Superwoman. The Ethics ofHuinan Véase John Harris, op. cit., p. 112.
Biotechnology, O.xford-Nueva York, OxfordUnivereity Press, 1992, p. 138. "Véase Eric Rakowski, £gí(fl//íis/£ce, Oxford, Clarendon Press, 1991,p. 175.
" Véase Uhich Klug, op. dt., p. 126. Véase John Harris, op. cit., p. 138.
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PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 222

casos de Cleopatra, Sansón y Thomas son ejemplos de situacio- bien psíquico), podrían introducirse plazos de reflexión entre el
nes especiales, a partir de las cuales no es aconsejable inferir anuncio de la donación y la realización efectiva de la misma.^^
conclusiones de validez universal. Desde luego, el arrepentimiento es irrelevante si se trata de
c ) La reducción a cosas de los objetos sobre los que se pueden partes del cuerpo renovables. Kant no tenia inconveniente en
tener derechos de propiedad es convincente y útil cuando se trata aceptar la donación de cabellos. Pero, lo mismo podría decirse
de las relaciones intei-personales: pretender tener derechos de del caso de la sangre, cuya donación no sólo es actualmente
propiedad sobre una persona es equivalente a querer transfor- aceptada sino hasta promovida y, en algunos casos, está ética-
marla en cosa. Sin embargo, la cuestión no es tan clara cuando mente impuesta. Basta pensar en los casos de graves accidentes
se hace referencia a una relación intrapersonal. Cuando se dice, en los cuales podría exigirse a gente joven y fuerte la donación de
por ejemplo, que toda persona es dueña de sí misma no se pre- sangre para salvar la vida de los accidentados.
tende reducirla a una cosa sino que, por lo contrario, se afirma Resumiendo: no encuentro argumentos morales fuertes en
que ser dueño de su propio ser (también de su cuerpo) es una contra del comportamiento del abastecedor generoso.^^
expresión de la dignidad humana. Y ello no tiene nada de contra-
dictorio.
Parece plausible suponer que no poseemos nuestros brazos o Caso 2): El abastecedor mercantil
nuestros riñones como poseemos un cuadro o una silla. En el
primer caso, el derecho de propiedad es tan fuerte que todo El 11 de enero de 1988, el Guardián publicó la siguiente noticia:
intento no consentido de apropiación por parte de un tercero
constituye una gravísima lesión. Podría decirse, por ello, que se Un italiano indigente procesado por homicidio ofrece donar un riñón
trata aquí justamente de un derecho de propiedad por excelen- a cambio de un abogado que lo defienda. iVíaurizio Bondini, de 25
cia, que responde a la vieja definición romana. Es instructivo años, dijo en una carta dirigida a los periódicos que no podía correr
recordar, en este sentido, que uno de los argumentos fuertes que con los gastos y que creía que un defensor de oficio no podría defen-
derlo con la misma eficacia que uno pagado.-''
suelen ser aducidos por las mujeres que propician la despenali-
zación del aborto es que ellas tienen derecho de propiedad sobre
En la India, un drogadicto, para conseguir dinero que le permi-
su cuerpo y que pueden hacer con él lo que quieran. En este
tiera comprar la droga, fue vendiendo órganos hasta quedar redu-
concepto de propiedad (con las limitaciones del suicidio), piensa
cido a la mínima condición de supervivencia. En Japón parece ser
John Locke en el primer párrafo de su Segundo tratado. Si no
frecuente que deudores acosados por sus acreedores dejen de lado
tenemos propiedad sobre nuestro cuerpo, no sólo pierden su
las inliibiciones budistas y vendan sus riñones.^^ En Albacete
fuerza muchos argumentos contra la prohibición del aborto sino
(España), un camarero desempleado desde hace largo tiempo y
que también, como dice G. V. Tadd, no se entiende muy bien por
su compañera sentimental están dispuestos a vender un riñón
qué el cirujano ha de solicitar el consentimiento del paciente
antes de una operación.^*
-- Véase Eric Rakowski, op. cit., p. 176.
Por último, quien no está dispuesto a aceptar la justificabili-
Un argumento de tipo macabro-prudencial fue el utilizado por un tribimal
dad ética de la donación voluntaria de órganos podría ahora de Atlanta en abril de 1996 para denegarle la autorización de donación de un
aducir el argumento del abastecedor voluntario arrepentido. La riñón a un condenado a muerte. Las leyes de Georgia prohiben la donación de
donación de un órgano es un acto irreversible, es decir, todo órganos por parte de personas que han de ser electrocutadas. La razón es que
arrepentimiento es tardío. Para reducir este peligro (de tipo más después del trasplante el condenado puede estar tan débil que se corre el riesgo
de tener que aplazar la ejecución. Véase Nene Zürcher Zeitung, 1 de abril de 1996.
Citado según Ruth F. Chadwick, op. cit., p. 129.
Véase G. V. Tadd, op. cit., p. 99. Ibid., p. 132.
216 PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 225

cada uno ya que ello es "la única solución" para salir de la miseria A estos argumentos suelen añadirse otros dos: aj el argumento
y evitar ser desalojados de su A/ivienda por no pagar el alquiler.^® de la degradación moral, y b) el argumento de la explotación.
El 14 de noviembre de 1997, en el diario La nación de Buenos a) El argumento déla degradación moral. Tenemos la obliga-
Aires apareció el siguiente aviso: "Riñón para trasplante. Máxi- ción moral de defender nuestra propia dignidad. Kant establecía
ma reserva". Poco tiempo después se supo que se trataba de un una clara distinción en el reino de los fines: todas las cosas tienen
profesor universitario, Eduardo Bregman, que ante la imposibi- allí un precio o una dignidad:
lidad de pagar sus deudas, pom'a en venta un riñón.^'' En contra
de la venta de órganos se han aducido, por una parte, los mismos Lo que tiene tm precio puede ser sustituido por alguna otra cosa como
argumentos presentados para negar la justifícabüidad ética de su equivalente; en cambio, lo que está por encima de todo precio y,
su donación. Así Kant afirmaba con toda radicalidad: por tanto, no permite ningún equivalente tiene una dignidad.^'

[...] un ser humano no está autorizado a vender sus miembros por La venta de partes del propio cuerpo equivaldría a poner pre-
dinero, ni siquiera si se le ofrecieran diez mil táleros por un solo cio a elementos integi-antes de la "naturaleza animal" de la per-
dedo.28 sona, es decir, contradiría el principio de dignidad humana.
Ruth Chadwick continúa esta línea argumentativa cuando
Los argumentos del suicidio parcial, de la relevancia del cuer-
señala que
po para la identidad personal y la problemática de los derechos
de propiedad sobre nuestro cuerpo han sido reactualizados por [...] una de las consecuencias no deseables de la venta de nuestro
Charles Fried: propio cuerpo es que contribuye a una sociedad en la cual los cuerpos
de las personas son considerados como recursos. La acción de vender
[Cjuando una persona vende su cuerpo no vende lo que es suyo sino el propio cuerpo contribuj'e al ethos dominante según el cual todo
que se vende a sí misma. Lo que perturba, pues, en la venta de teji- está en venta, todo tiene su precio. Refuerza la ética del mercado. El
dos humanos es que el vendedor trata a su cuerpo como un objeto ex- vendedor de partes de su cuerpo estimula al comprador a pensar que
traño [...j.^' todo es obtenible por un precio.^-
[E]l argumento tiene que ser que ciertos atributos —por ejemplo, los
propios órganos del cuerpo [...]— están tan estrechamente vincula- b) El argumento de la explotación. El comercio de órganos es
dos con una concepción del sí mismo que hacerlos objeto de una una de las formas más perversas de explotación ya que quien
negociación en un esquema de moralidad sería como ganar el mundo vende partes de su cuerpo se convierte en medio para la obten-
y perder la propia alma. Dicho menos metafóricamente, una persona ción de recursos accesibles mediante el pago de una determinada
racional en una posición inicial sentiría que adquirir beneficios a suma de dinero. Se viola así la autonomía del vendedor, es decir,
riesgo de tener que hacer una contribución de sus más íntimos atri- se le impide actuar como sujeto moral.
butos es adquirir beneficios a riesgo de convertirse en otra persona y El caso de la venta de sangre haitiana (llegó a ser uno de los
así cometer una forma de suicidio.^"
principales productos de exportación de ese país) a los Estados
Véase El País, 6 de diciembre de 1996, p. 27. Unidos podría ser considerado c o m o una buena ilustración de
Véase Rubén Funnan, "Reclamo el derecho de hacer lo que quiera con mi esta explotación. El peligro de una situación tal constituye la
cuerpo", enLa Nación, 4 de diciembre de 1998, sección 7, p. 5. base del argumento que suelen utilizar algunos autores que pro-
Véase Ruth F. Chadwick, op. cit., p. 132. pician el sistema de donación gratuita de sangre existente en
Véase Charles Fried, Right and Wrong, Cambridge, Mass., Harvard Univer-
sity Press, 1978, p. 142; citado por Eric Rakowski, 0/7. ai., p. 174. Véase I. Kant, Grundlegung ziir Metaphysik der Sitten, Hamburgo, Felix
^^ Véase Charles Fried, An Anatomy of Values, Cambridge, Mass., Harvard Meiner, 1957,p.58.
University Press, 1970, p. 205; citado según Eric Rakowskl, op. cit., p. 184. R. F. Chadwick, op. cit., p. 137.
216
PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 226

Gran Bretaña a diferencia de la venta, que impera en los Estados Pero, ¿qué sucede en el caso de alguien que desea vender un
Unidos. órgano vital, por ejemplo, el corazón? Este sería el caso de un sui-
En mayo de 1991, la Organización Mundial de la Salud aprobó cidio con ventajas económicas eventuales para los herederos del
una resolución exigiendo que el comercio de órganos fuera pro- suicida. Si quien desea suicidarse (vendiendo un órgano vital) es
hibido jurídicamente en todo el mundo. Esta prohibición existe una persona adulta que actúa libremente, en pleno uso de sus
ya en no pocos países. facultades mentales; los argumentos en pro de la prohibición de
Respecto a estos argumentos puede aducirse lo siguiente: la venta son pai^asitarios de los que puedan utilizarse para con-
a') El razonamiento Kant-Chadwick es convincente sólo a me- denar éticamente el suicidio en circunstancias similares. Nótese
dias. Lo es si se quiere poner de manifiesto que "no todo es en este sentido que este tipo de suicidio tiene características muy
obtenible por un precio". No hay duda que es moralmente ina- especiales: a diferencia de lo que suele suceder en otros casos, no
ceptable permitir que todos los bienes puedan ser objeto de puede decirse aquí que perjudica económicamente a la familia
transacción comercial. Lo único que puede ser llevado al merca- del suicida ya que ella recibe el precio de la venta del órgano y,
do es aquello que justamente es negociable a través del compro- además, permite salvar la vida de otra persona.
miso de la venta y la compra. Así, no pueden ser objeto de trans- Veamos ahora el argumento de la explotación.
acciones comerciales los bienes incluidos en lo que suelo llamar b') John Harris ha propuesto una definición de explotación
"coto vedado" de los bienes básicos. Llevarlos al mercado sí equi- que considero adecuada como punto de partida para la conside-
vale a ima autolesión de derechos inalienables y, por tanto, a una ración de este argumento:
degradación moral. Tal podría ser el caso de alguien que se vende
como esclavo: pone en venta un derecho inalienable como es el Existe explotación cuando los explotados no han adoptado autóno-
derecho a la libertad y, con ello, lesiona su propia dignidad. mamente su parte en nuestros proyectos como uno de sus propios
Pero esto no es aplicable a la venta de órganos. A menos que proyectos sino que han sido coaccionados de alguna manera para
se sostenga que cada una de las partes del cuerpo humano es, al convertirse en instrumentos de los nuestros.^"*
igual que éste, una entidad de naturaleza racional capaz de ac-
tuar de acuerdo con principios morales, dotada de autonomía. El elemento de la coacción es aquí decisivo ya que es éste el
Como ha observado Stephen R. Munzer: que elimina la posibilidad de comportarse como agente moral.
Pero, si ello es así, para que todo tipo de venta de órganos fuera
Y aun si un cuerpo humano viviente tiene una dignidad incondicio- moralmente reprochable —si se rechaza el argumento de la de-
nada e incomparable, no se sigue que las partes de ese cuerpo la gradación moral ya analizado— habría que admitir que todo
tengan. Pues, en general, lo que es verdad del todo no necesita ser
pago en dinero por bienes o servicios destruye irremediablemen-
verdad de alguna o de todas sus partes. El argumento a partir de la
humanidad y la dignidad [...] parece cometer la falacia de división.^^ te la autonomía del vendedor ya que lo transformaría en mero
medio de los planes del comprador. Esta suposición me parece
Tampoco puede afirmarse sin más, como creía Kant, que se sumamente implausible: equivale a la condena de toda negocia-
comienza con la venta del cabello y se termina con la venta de ción en dinero, es decir, a una satanización indiscriminada del
todo el cuerpo: entre el acto de la venta del cabello o de un órgano mercado.
y la venta de todo el cuerpo no hay ninguna relación de necesidad El argumento de la explotación se vuelve más interesante si se
lógica y por lo que respecta a la necesidad psíquica también lo centra en la consideración de las circunstancias en las que
pueden haber muchas dudas. se realiza la venta de órganos. Son ellas las que pueden colocar
al vendedor en una situación tal que no tenga otra alternativa que
^^ Véase Stephen R. Munzer, "Kant and Property Rights in Body Parts", en
The Canadian JoumalofLaw and Jurisprudence, VI, 2, Julio de 1993, pp. 319-341. Véase John Harris, op. cit., p. 124.
CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 229
228 PROBLEMAS ACTUALES
acepta la permisión moral de la donación ha de prohibirse la
la de convertirse en mero medio para la obtención de los fines venta cuando se dan las mismas condiciones de voluntariedad y
del comprador. Dicho con otras palabras: si las circunstancias no explotación.
que eimiarcan la transacción son injustas, es altamente proba- Hillel Steiner ha acuñado la expresión " 'propiedad liberal
ble que las relaciones mercantiles que bajo ellas se realizan tam- plena' de nuestro cuerpo".^= Esta propiedad es, en la terminolo-
bién lo sean. Pero, las circunstancias no cambian porque se prohi- gía de Steiner, im dominio originario que implica la libertad
ba cierto tipo de transacciones. Más aún, esta prohibición podría inaUenable de disponer como queramos de nuestro cuerpo y de
ser un recurso para practicar una cínica preocupación por el sus partes:
destino de quienes viven en la indigencia. En efecto, ¿qué es peor:
permitirle a un pobre que venda sus órganos o condenarlo a que Mientras conservemos estos derechos de propiedad, no le está permi-
él o su familia se muera de hambre? Si el problema es el de la tido a nadie impedir (no contractualmente) nuestro suicidio o que con-
explotación de personas que se encuentran en una situación tal servemos nuestros tejidos coiporales o los donemos o los vendamos.
que o bien venden sus órganos o mueren de hambre, parece que
el problema no reside en la comercialización de los órganos sino Hasta aquí esta posición coincide con la que aquí sostengo.
en la comercialización impuesta por las circunstancias socio- Pero Steiner agrega:
económicas imperantes. Lo moralmente reprochable son aquí
las condiciones en las que se encuentran estas personas que se Hacer alguna de estas cosas puede, en algunas circunstancias, ser
ven obligadas a vender sus recursos corporales, renovables o no. moralmente incorrecto por otras razones y merecer fuerte condena.
Es el caso de los haitianos obligados a vender su sangre para Pero no es injusto. Y el impedirlo lo es.^®
sobrevivir.
En conclusión, en el caso 2) conviene tener en cuenta si el Tengo problemas con la expresión "no es injusto": si la frase
abastecedor mercantil se encuentra en situación de indigencia o es entendida como una doble negación, significa entonces "es
no, es decir: justo". En este caso, me cuesta entender la posibilidad de que
Indigencia algo justo pueda ser moralmente incorrecto. Existe, desde luego,
2.1) + una segunda posibilidad de entender esta frase: "no es injusto"
2.2) significa que el acto en cuestión no cae dentro del ámbito de la
justicia. Pero esto no alteraría el carácter moral o inmoral del
En 2.1) puede haber explotación, pero ella suele ser la conse- acto, y la frase sería irrelevante para la evaluación moral del acto.
cuencia de una explotación mayor y temporalmente anterior al
ingreso al mercado de órganos o tejidos humanos. Es ésta la que
debe ser eliminada. Reducir la situación de explotación a la venta Casos 3) y 4): El abastecedor obligado
de órganos puede ser una forma perversa y más o menos sutü de (no indemnizado o indemnizado)
ocultar el problema real.
Para el caso 2.2) no encuentro argumentos éticamente fuertes Podría pensarse que los casos 3) y 4) son éticamente injustifica-
en contra. En efecto, si no se dan condiciones de explotación, la bles; en efecto, en ellos se lesiona la autonomía de la persona y
única diferencia que existe entre la donación voluntaria y la venta se interviene en su integridad física. Tampoco pueden caer bajo
de órganos es el componente mercantil de esta última que po- la clase de los actos paternalistas justificables: no sólo porque
dría ser considerado hasta como im factor positivo para aumen-
tar la disponibilidad de un bien escaso. A menos que se tenga una ^^ Véase Hillel Steiner, An Essay on Rights, Oxford, Blackwell, 1994, p. 232.
^^ Véase Steiner, op. cit., p. 233.
adversión moral a toda operación mercantil, no veo por qué si se
216 PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 231

ex hypothesi los abastecedores no son incompetentes básicos b) Por razones de justicia, las personas deben ser igualadas en
sino también porque la intervención no se realiza para evitarles los recursos vitales a fín de que puedan realizar sus planes de
un daño físico. vida. Los tejidos y los órganos humanos pueden ser considerados
Un ejemplo del caso 3) es el de los "pacientes" del doctor como recursos vitales al igual que los alimentos y, a diferencia
Raymond Crockett, en Gran Bretaña, quien fue expulsado del de los talentos, son también transferibles:
registro de médicos por participar en la venta de riñones de
pacientes que ni siquiera sabían que les iban a extraer este órga- [S]i alguien carece de sangre, de médula ósea o de un órgano esencial
no. Así, un "donante" turco denunció que pensaba que le iban a para su supervivencia o para gozar una existencia normal [...] no se
hacer un examen médico para obtener un nuevo trabajo y luego da la igualdad de recursos si otras personas que, por lo demás, están
comprobó que había sido operado y privado de un riñón.^' igualmente situadas pueden remediar su necesidad sin sufrir una
privación igualmente grave.^®
El caso del doctor Crockett nos molesta moralmente por dos
razones: primero, el engaño inicial al trabajador turco; no se
trataba de una revisión sino de una extracción; segundo, el enga- Una buena teoría de la justicia debe partir de una adjudicación
ño fue real izado con fines de lucro. El engaño inicial convierte al de bienes primarios lo más igual posible en el punto de partida.
acto en un delito. En este sentido, podríamos descartar el caso 3) La lotería de la naturaleza, la "suerte bruta", como diría Ronald
como susceptible de justificabilidad ética. Dworkin, tiene que ser reducida lo más posible transfiriendo
Pero, ¿qué pensaríamos si el doctor Crockett extrae el riñón recursos. Si de lo que se trata es de maximizar la posición de los
para dárselo gratuitamente a otra persona en peligi^o de muerte peor situados, ¿por qué no ha de poder imponerse la redistribu-
y, además, indemniza al donante obligado aplicando las tarifas ción forzada de partes de nuestro cuerpo? Recordemos la formu-
legales de compensación por pérdida de órganos? Estaríamos lación con la que Robert Nozick ilustra esta posición:
entonces frente al caso 4). Supongamos, además, que el doctor
Crockett no sólo es médico sino que ha seguido cursos de ética Has tenido visión completa durante todos estos años; ahora uno de
profesional impartidos por filósofos consecuencialistas como tus ojos —o ambos— será transplantado a otra persona.'"'
Jan Narveson y ha leído, además, con cuidado el artículo de
Guido Calabresi y A. Douglas Melamed, "Property Rules, Liabi- c) Así como cuando se trata de la redistribución de otros re-
lity Rules, and Inalienability: One View of the Cathedral"^® y el cursos, si ella está legitimada por el principio de igualdad, es
último libi'o de Eric Rakowski, Equal Justice. inrelevante el consentimiento de quienes los poseen en abundan-
El doctor Crockett aduciría, por lo menos, los siguientes argu- cia, así también cuando se trata de la redistribución del recurso
mentos: "órganos o tejidos humanos" es indiferente el consentimiento del
a) Los derechos a las partes del propio cuerpo no están prote- abastecedor. Si para justificar un sistema impositivo tendiente a
gidos por reglas de propiedad bajo las cuales el comprador y el asegurar una mayor igualdad económica fuera moralmente ne-
vendedor acuerdan un precio para la transferencia sino por re- cesario contar con el consentimiento de los ricos, no iríamos muy
glas de responsabilidad (en el sentido de liability) que establecen lejos. Y no hay duda que, por lo que i-especta a la capacidad
una determinada suma como compensación de la péi'dida no óptica, quien posee dos ojos es inmensamente más rico que quien
voluntaria de una parte del cuerpo. es ciego de nacimiento. Dicho con palabras de Eric Rakowski:
Véase John Hanis, op. cit., p. 136.
Publicado en Harvard Law Review, vol. 85, num. 6, abril de 1972, pp. Véase Eric Rakowski, op. cit., p. 168.
1089-1128; citado según Stephen R. Munzer, "Property Rights in Body Parts", en Véase Robert Nozick, Arra/r/zy, State, and Utopia, O.xford, Blackwell, 1974,
Social Philosophy & Policy, vol. 11, num. 2, verano de 1994, pp. 258-286. p. 206.
216
PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 232

¿Por qué, por ejemplo, alguien que es ciego de nacimiento ha de tener Y, para mayor justicia, puede aceptarse la cláusula cautelar
derecho sólo a una compensación material que no puede sustituir la que dice que los transplantes de este tipo sólo podrán realizarse
visión y no derecho a un ojo de alguien que tiene dos que funcionan a personas que no hayan causado voluntariamente el daño del
bien?« órgano que debe ser remplazado: los alcohólicos no recibirán
hígados, los fumadores no tendrán acceso a nuevos pulmones.
d) Si se ha aceptado más arriba que la identidad personal no
se pierde por amputación de órganos o miembros, no vale tam- Llegados a este punto, no hay duda que muchos de nosotros,
poco el argumento de que se habría alterado la personalidad del por más importancia que demos al principio de la igualdad de
obrero turco. recursos, nos sentiremos algo incómodos ante la idea de que
e) Podría afirmarse que el turco, monorrenal teme ahora que éticamente está justificada la imposición de donación de órga-
en caso de padecer una afección renal correría un grave peligro nos no renovables. Aduciríamos, probablemente, los siguientes
de muerte. Por ello, tiene miedo y este dato psicológico debe ser argumentos:
tomado en cuenta. El doctor Crockett respondería: a') La aplicación de reglas de compensación en el caso del
el) El obrero turco no tiene motivo para tener miedo pues en turco engañado significa desvirtuar totalmente el sentido de
caso de que tuviera una afección renal, se le implantaría otro aquéllas. Su fin es contribuir a superar una situación deficitaria
riñón obtenido de un muerto o de una persona viva que lo haya provocada por un accidente o por un acto delictivo. Pero, en este
donado o vendido o a quien se le haya aplicado el mismo proce- último caso, el carácter delictivo no queda eliminado por la com-
dimiento de extracción no voluntaria. pensación. Robert Nozick ha expuesto argumentos convincentes
e2) Comprendo que el obrero turco pueda tener miedo a pesar acerca de la relación entre compensación y prohibición de cier-
de lo dicho en el), pero nadie puede negar sensatamente que el tas acciones que no he de reiterar aquí.''^
miedo es un dato moralmente menos relevante que la muerte de El doctor Crockett ha dejado de lado muy rápidamente el
alguien a quien podría haberse salvado de una muerte segura. aspecto psíquico del miedo. Si hubiera leído a John Locke, sabría
f) Por tanto, puede inferirse, siguiendo a Eric Rakowski, que que justamente el miedo es el motivo fundamental que impulsa
está éticamente pei-mitido y hasta ordenado proceder a un tras- a las personas en el estado de naturaleza a la creación del Estado.
plante compulsivo de órganos si se cumplen las siguientes cinco O sea que no se trata de un simple dato desechable sia más.
condiciones:
b') Pero, el paso más importante es el de suponer que los
Primero, debe haber una escasez crónica de estos órganos y tejidos, órganos no renovables son recursos equiparables a los bienes
habida cuenta también de las donaciones voluntarias, de los compra- que no forman parte del cuerpo humano. Los ojos o los riñones
dos y de los órganos de cadáveres. Segundo, los beneficios esperados no son sólo recursos vitales sino que forman parte, como diría
de los receptores tienen que ser sustancialmente mayores que los de los Dworkin, tanto de la persona como de sus "circunstancias" y, por
órganos artificiales u otras formas de tratamiento. Tercero, la trans- ello, no pueden ser tratados como sus dineros o vestidos.''"'
ferencia de sangre o de un órgano no debe conducir a la muerte
c') Las intervenciones en la integridad física de una persona
probable del donador o a inconvenientes tan graves como los que
afectaban al receptor antes de la transferencia. Cuarto, los beneficios no pueden dejar de lado su consentimiento, a menos que aquellas
para el receptor deben ser significativos; pequeñas mejoras no per- se realicen para evitarle un daño físico. Tal sería el caso de las
miten la imposición de riesgos o sacrificios sustanciales a los trans- vacunaciones obligatorias. Extraer los órganos de una persona
ferentes. Quinto, los receptores potenciales no deben haber renun- sin su consentimiento para aliviar el mal de otra es un caso claro
ciado a sus derechos a esta ayuda.''-
Véase Robert Nozick, op. cit., pp. 65-71.
"" Véase Eric Rakowskl, op. cit., p. 167. Véase Ronald Dworkin, "Comment on Narveson: In Defense of Equality",
« Ibid., p. 177. en Social Philosophy & Policy, vol. 1, núm. 1, otoño de 1983, pp. 24-44.
234 PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 235

de instrumentalización, es decir, del tratamiento de una persona Casos 5)-8): Abastecedores difuntos
sólo como un medio.
d') El tratamiento de una persona como mero medio no tiene Los casos 5), 6), 7) y 8) se diferencian notoriamente de los ante-
nada que ver con la identidad o la personalidad de aquélla. Puede riores por el hecho de que se trata de cadáveres. Pero, aun en estos
ser que la persona siga siendo la misma en el sentido de que su casos, hay que excluir, por lo pronto, aquéllos en los que la muer-
identidad no es alterada por la extracción de un riñón. Si el te fue producida violentamente con miras a obtener órganos. Así,
argumento en contra de la extracción forzada fuera el de la alte- en marzo de 1992, en el anfiteatro de la Facultad de Medicina de
ración de la personalidad, no costaría mucho llegar a la posición Barranquilla fueron encontrados diez cadáveres de indigentes y
según la cual, como los niños no tienen una personalidad muy los restos de otras cuarenta personas. Los guardias de la Facultad
formada, ellos serían los candidatos ideales para practicar la apaleaban a los mendigos con bates de béisbol y los trasladaban
extracción forzada de órganos. luego a los quirófanos en donde se les extraían sus órganos que
eran comercializados después en el mercado negro. Éste fue el
e') Tiene razón en este sentido Ronald Dworkin cuando pro-
caso de los abastecedores no voluntarios llamados "desechables"
pone el trazado de una "línea profiláctica" que vuelva inviolable
(designación genérica para mendigos y niños abandonados).'*'
la integridad física de las personas y excluya las partes del cuerpo
Los casos 5) y 6) son muy semejantes a los casos 1) y 2) con la
de una persona viviente de la categoría de los recursos sociales.'^^
ventaja de que aquí no se presentarían los aducidos problemas
f) Thomas Nagel ha insistido en la necesidad de distinguir
de pérdida de identidad, degradación moral o explotación. No
entre valores "agent-neutml" y "agent-relative". Este tipo de valo-
veo, por ello, inconveniente ético alguno en respetar la voluntad
res permiten aducir razones que
de la persona fallecida. El que la donación posí mortem sea gi-a-
tuita o no, no altera sustancialmente la calidad moral del acto.
[...] surgen de los deseos, proyectos, compromisos y lazos personales Si la voluntad del difunto es relevante en los casos 5) y 6), no veo
del agente individual, todo lo cual le proporciona razones para actuar por qué no ha de serlo también en 7) y 8). Sin embargo, no hay
persiguiendo los fines que le son propios. Estas son [...] razones de duda que aquí podrían aducirse argumentos en contra dignos de
autonomía.''®
ser tomados en serio. Son, por lo menos, los siguientes:
a) Es verdad que podría sostenerse que el no respeto de la
Las posiciones éticas consecuencialistas admitirán tan sólo voluntad del difunto implica dañarlo por frustrar sus intereses y
valores agent-neutral. Los inconvenientes que estas posiciones que, por tanto, ello debería estaxprima facie prohibido. Sin em-
implican no he de analizarlos aquí; en todo caso, ellas contradi- bargo, si se ven las cosas más de cerca y no se desea penetrar en
cen la perspectiva que he adoptado al comienzo de este trabajo. el ámbito de nebulosas metafísicas, no cuesta mucho concluir
Si se acepta, como creo que es correcto, la existencia de valores que el concepto de daño no puede ser utilizado en el contexto de
agent-relative, parece también plausible inferir que la extracción las decisiones de última voluntad.
forzada de órganos, indemnizada o no, contradice el principio Sin embargo, Joel Feinberg, por ejemplo, ha sostenido que las
de autonomía y está moralmente prohibida. personas pueden ser dañadas en este sentido después de muertas:

Acontecimientos posteriores a la muerte pueden fmstrar o promover


aquellos intereses de una persona que puedan haber "sobrevivido" a
su muerte. Éstos incluyen sus intereses orientados públicamente e
"S/fciW., p. 39. intereses referidos a terceros y también sus intereses "autocentrados"
Véase Thomas Nagel, "The Limits of Objectivity", en The Tanner Lectures
on Human Vahies, I, 1980, Salt Lake City, University of Utah Press, pp. 77-139. Véase Maite Pinero, op. cit., p. 34.
236 216 PROBLEMAS ACTUALES
CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 237

en el sentido de que se piense de él de una determinada manera. El


cesarlas: "1. la persona dañada tiene que perder algo o ser privada
daño postumo se produce cuando el interés del difunto es frustrado
en un tiempo posterior a_su muerte.'*® de algo; 2. la pérdida o la privación tiene que ser algo malo para
ella".^^ La idea de pérdida permitiría superar los problemas del
También según Feinberg, los intereses de una persona esta- concepto de daño como lesión de intereses: cuando una persona
rían conceptualmente vinculados con los propósitos, deseos y es asesinada, por ejemplo, el daño que sufre consiste en la péi-di-
expectativas de aquélla. Aliora bien, como sólo las personas vi- da de la vida pero ella se produce justamente cuando ha dejado
vientes pueden desear, esperar o proponerse algo, hablar de la de existir. Si una persona puede perder algo cuando ya no existe,
violación de los deseos o intereses de un difunto es tm sinsentido. entonces puede también ser dañada después de muerta. La pér-
Por tanto, es moralmente irrelevante el respeto de las decisiones dida de una buena reputación es algo que puede sucederle a una
cuya realización tendrá lugar mortem. Valen aquí los argu- persona después de muerta. La reputación es algo que no se
mentos presentados por Barbara Baum Levenbook'*® y Emest pierde con la vida y, por ello, puede perderse también después de
Partridge^® en contra del principio de intereses póstumos. Según muerto. En el caso que aquí nos interesa, el no respeto post
Levenbook, si se admite que una condición necesaria para tener mortem de nuestras decisiones voluntarias lícitas nos daña por-
intereses es la capacidad de estar consciente, de sustentar creen- que significa la pérdida de vigencia de las mismas justamente en
cias o formular deseos, se puede inferir la inexistencia de intere- el momento en que deberían tenerlas.
ses póstumos. Si, para evitar este problema se recurre a la idea El argumento no es convincente. Joan C. Callahan^^ ha puesto
de intereses separados de quien los posee, como también propo- de manifiesto el error que subyace a la concepción de Levenbook:
ne Feinberg, se llega a una especie de "intereses flotantes" o a una definir la muerte como la pérdida de la vida es recurrir a una
ontologia de los intereses, desprovistos de toda sustentación per- formulación equívoca que permite después hablar de pérdidas
sonal. Como afirma Ernest Partridge: sin perdedores con lo que se Amelve a tener algo así como "pérdi-
das flotantes". No es que alguien pierda la reputación después de
Esto no puede significar que las personas [...] no son ingredientes muerto; lo que cambia es la opinión que los vivieiites tienen
necesarios de la existencia de intereses. Así, si bien es verdad que los ahora del difunto. Y éste no pierde nada porque ya no es poseedor
intereses son o pueden ser satisfechos por eventos y circunstancias de nada, ni espiritual ni materialmente.
objetivas, estas condiciones objetivas son "intereses" sólo en la me-
c) Las decisiones de última voluntad se distinguen claramente
dida en que interesen a alguien. Si se elimina el interés personal a
causa de la muerte, por ejemplo, lo que queda son meros aconteci- de las que una persona toma con la intención de llevarlas a cabo
mientos y condiciones sin objeto, no "intereses".^* en vida. Aquéllas sólo pueden ser cumplidas por terceros. En este
sentido son similares a contratos pero, a diferencia de lo que
b) Levenbook ha intentado recuperar la noción de daño a sucede en los contratos entre vivientes, su incumplimiento no
difuntos recun-iendo al concepto de "pérdida". Según Leven- puede dañar ya que la parte presuntamente "dañada" ha dejado
book, para que exista un daño se requieren dos condiciones ne- de existir y no podrá enterarse jamás de que su voluntad ha sido
burlada. Este es el "argumento de la ignorancia".
Véase Joel Feinberg, "Harm and Sclf-Interest", en P. M. S. Hacker y J. Raz, d) Hay que distinguir claramente entre disposiciones de últi-
Law, Morality and Society. Essays in honour of H. L. A. Hart, Oxford, Clarendon ma voluntad que afectan un interés público o social y aquéllas
Press, 1977, pp. 284-308.
Véase Barbara Baum Levenbook, "Har ming Someone after His Death", en
que son pública o socialmente indiferentes. Así como puede pro-
Ethics, 94, abril de 1984, pp. 407-419. hibirse que alguien disponga que su cadáver no sea enterrado o
Véase Ernest Partridge, "Posthumous Interests and Posthumous Respect",
enEthics, 91, enero de 1981, pp. 243-264. Véase Levenbook, op. cit., p. 412.
Partridge, o/j. cit., p. 247. ^^ Véase Joan C. CaUahan, "On Harming the Dead", en Ethics, 97, enero
del987,pp. 341-352.
216 PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 239

cremado sino colocado en una plaza hasta su total descompo- A ello podría responderse con las siguientes razones:
sición, así también puede prohibirse que alguien impida la sal- a') Es verdad que los intereses son siempre intereses de alguna
vación de otras personas negándose a la extracción de sus órga- persona y que cuando hablamos de los intereses de im difunto
nos post mortem. Si por razones estéticas u olfativas se prohibe nos referimos a los que tenía la persona cuando vivía. En la frase
la colocación del cadáver en una plaza, no se comprende por qué de Joel Feinberg citada más arriba se recoge una distinción de
no han de tener más peso las razones éticas de la salvación de W. D. Ross que no deja de ser relevante para esta cuestión. Se
una o más vidas sin costos para el muerto. trata de la que existe entre "cumplimiento de un deseo" y "satis-
Podría sostenerse también que, aun cuando pueda disponerse facción de un deseo": uno puede cumplir un deseo sin quedar por
ante mortem sobre el destino del propio cadáver (decidiendo, por ello satisfecho y uno puede estar satisfecho sin que el deseo se
ejemplo, que debe ser enterrado en un determinado cementerio haya cumplido. Si se quiere mantener la vinculación entre deseo,
o incinerado), un cadáver es, además, una fuente de bienes vital- interés y daño, en el caso de la persona muerta, los intereses que
mente útiles cuya no utilización puede causar daños a seres vi- desaparecen definitivamente son aquellos que están vinculados
vientes. Esta perspectiva parece ser la que subyace a las disposi- con la satisfacción y el goce personales; ellos son los intereses
ciones jurídicas vigentes en varios países en el sentido de que, a "autodelimitados" (self-confined). Pero hay otros intereses, los
menos que exista manifestación expresa en contrario, habrá de "autocentrados" (selfcentered), que pueden ser cumplidos o
stiponerse la voluntad de donación.^'' Volviendo al caso de las frustrados después de la muerte de una persona:
obras de arte: ¿existe la obligación moral de cumplir la última
voluntad de un gran artista que dispone que a su muerte deben El cumplimiento o la frustración de un interés puede seguir siendo
ser destruidas todas sus obras? ¿No pensaríamos que en este caso posible, aun cuando sea demasiado tarde para la satisfacción o el
de egoísmo pòstumo su decisión debe ser ignorada?^^ El "gran disgusto.^^
artista" en el caso del trasplante de órganos es el difunto poseedor
de órganos aptos para trasplantes; "human vegetables", para usar En el caso de las disposiciones de última voluntad se trata, sin
una expresión en boga en el ámbito anglosajón. duda, de intereses "autocentrados" que excluyen radicalmente
e) Si se acepta la autopsia dispuesta judicialmente, para acla- toda posibilidad de satisfacción personal pero que suelen tener
rai-, por ejemplo, las causas de la muerte, sin que importe la para el común de las personas una máxima importancia. Psico-
voluntad del muerto, ¿por qué no ha de aceptarse la intervención lógicamente significan algo así como una experiencia precaria
en un cadáver para salvar vidas? de eternidad. Lo grave en este caso es que su cumplimiento de-
f) Un cadáver no es una persona, es decir, que aquí no puede pende totalmente de la voluntad de terceros. Quien formula una
hablarse de derechos fundamentales tales como el de la integri- disposición de última voluntad queda librado íntegramente a los
dad física. Un cadáver es una cosa y, a menos que se crea en "la supervivientes en cuya buena fe confía. Son los supervivientes
resuiTección de la carne" y en "la vida perdurable", parece no quienes prometen expresa o tácitamente cumplir el deseo formu-
haber buenos argumentos racionales para sostener que puede lado ante mortem. Si el cumplimiento de las promesas entre vivos
infligirse daño a un cadáver. es uno de los pilares de una vida social moralmente aceptable
debido a la seguridad que ello trae consigo, dada la relevancia
El caso más rccicnte que conozco es el de proyecto de ley del Land alemán
psíquica de la creencia de que los deseos póstumos serán cum-
Renania-Palatinado, aprobado porla mayoría socialista del parlamento local a
finales de junio de 1994 y que ha despertado la crítica del Partido Demócrata
plidos, no cuesta mucho imaginarse el daño psíquico que pueden
Cristiano y de la jerarquía católica de Maguncia aduciendo que la cláusula de experimentar los miembros de una sociedad en la que impere
negación facilita la consideración del cuerpo del difunto como un bien de pro-
piedad social. Véase Joel Feinberg, Harm to Others. The Moral Limits of the Ciiminal Law,
^^ Véase al respecto Joan C. Callaban, op. cit., p. 350. Oxford, Oxford University Press 1984, p. 86.
216
PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 240

una regla que pei-mita burlar el cumplimiento de todo deseo no Desde el punto de vista de la ignorancia no existe diferencia
controlable por quien lo formula.^^ enti-e contratos in vitam y disposiciones posi mortem.
Aceptar la relevancia moral de los deseos de cumplimiento La reprochabilidad moral de la violación de decisiones post
post mortem no requiere, pues, recurrir a "intereses flotantes" o mortem no se fundamenta (obviamente) en un derecho del difun-
a "perdedores inexistentes" sino tan sólo tomar en cuenta intere- to sino en el deber de los demás de respetar las decisiones de
ses relevantes de seres vivientes que saben que irremediablemen- terceros (siempre que el contenido de las mismas sea moralmen-
te habrán de morir y que probablemente habrán también de te legítimo). Si se acepta que la autonomía de una persona se
formular deseos cuya realización requiere haber muerto. manifiesta justamente en las decisiones que libremente adopta,
b ') No hay duda que una diferencia básica entre las disposicio- el respeto de las mismas (también en los casos en los que el
nes de última voluntad y las decisiones cuya realización tiene decisor no puede controlar su cumplimiento) equivale al respeto
lugar durante la vida del decisor es que en el primer caso su de la autonomía personal. El respeto de las decisiones posi mor-
control de realización escapa al decisor y su ignorancia acerca tem constituye el contenido de un deber imperfecto en el sentido
de la misma es total. La cuestión es si esta ignorancia afecta el de que no tiene como correlato un derecho.
valor (moralmente) vinculante de la decisión. Si la respuesta es c') Un cadáver es una cosa y, en tanto tal, no puede tener
afirmativa, ello equivaldría a sostener que está moralmente per- derechos. Pero ello no quiere decir que un cadáver no tenga
mitido o es moralmente indiferente no cumplir decisiones siem- relevancia moral. Si se está dispuesto a admitir, por ejemplo, que
pre que el decisor no se entere. Lo mismo valdría para todo tipo las obras de arte tienen una relevancia moral (moral standing)
de contrato: un engaño exitoso liberaría de toda culpa moral. que impone deberes de respeto, podría sostenerse que lo mismo
Pero, si ello es así, el hecho de que el decisor haya muerto es vale para un cadáver. Y, al igual que en el caso de la obra de arte,
irrelevante. También en el caso de las relaciones entre personas puede sostenerse también que no se trata tanto de un deber
vivientes, la ignorancia del incumplimiento de un contrato eli- "directamente" centrado en el cadáver sino que "a través de él"
minaría toda responsabilidad moral. Ello significaría, dicho con tiene com o destinatarios terceros vivientes.
otras palabras, la consagi-ación moral del adagio: "ojos que no ven d') Si la profanación de cementerios es considerada como una
corazón que no siente". Este adagio no parece ser un buen candi- grave agresión a la memoria de los muertos (con prescindencia
dato como criterio para la evaluación de comportamientos mora- de la ofensa a sus familiares), ello se debe a que un cadáver no es
les. El argumento de la ignorancia deriva su plausibilidad de un una mera cosa o una fuente de recursos sin más. La idea de la
dictum moralmente inaceptable cual es el que propone el engaño "línea profiláctica" puede valer también aquí.
perfecto como eliminador de daño. Ya Aristóteles tenía sus du- e') Según una encuesta Gallup de febrero de 1983, muchas
das acerca de la vinculación conceptual entre daño sufrido y personas se niegan a donar sus órganos post mortem porque
conciencia de daño.^® Como observa sabiamente Thomas Nagel:
temen que, en caso de enfermedad grave, los médicos puedan
sentirse tentados a aumentar la disponibilidad de órganos des-
[E]l descubrimiento de una traición nos hace desgraciados porque cuidando la atención del paciente y acelerando su muerte. (No
es malo ser traicionados; no es que la traición sea mala porque su
hay que descartar sin más la posibilidad de caer en manos de un
descubrimiento nos hace desgraciados.^®
médico consecuencialista.) Este argumento valdría con mucha
Respecto a la relevanciapsíquíca del cumplimiento de las disposiciones de más razón para el caso de la luz verde a los trasplantes aim en
última voluntad, véase Joan C. Callahan, op. cit. caso de negativa del paciente.®'
Véase Ética nicomáqiiea. Libro I, 10, trad, de Julio Pali Bonet, Madrid,
Credos, 1985, p. 148. Véase Andrew Brerman, "The Moral Standing of Natural Objects", exiEn-
Véase Thomas Nagel, "Death", en James Rachels, Moral Problems, Nueva vironmental Ethics, núm. 6, primavera de 1984,1, pp. 35-56.
York, Harper and Row, 1971, pp. 401-409. Para los datos de la encuesta, véase Eñe Rakowski, op. cit., p. 172, nota 10.
216 PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 243

El aspecto de la gratuidad o no de los órganos del difunto de los órganos (un problema técnico), ir vendiendo órganos se-
depende de la atribución de dei"echos de propiedad sobre el ca- gún las necesidades familiares.
dáver. Aquí pueden distinguirse dos casos: Los casos 7) y 8) son casos de colectivización de bienes privados.
1) Cadáveres que no son reclamados por nadie; aquí valdrían En el caso 7), el Estado realiza la confiscación de un bien
las disposiciones que rigen para la res derelicta y así suele proce- privado perteneciente a los herederos (puesto que si no se trata
derse. Siempre parece haberse supuesto en este caso la voluntad de una res derelicta) por razones de utilidad pública. Los herede-
tácita del difunto en favor de la libre disposición de su cuerpo ros resultan dañados ya que se los priva de una posible indemni-
post mortem. La mayoría de los cadáveres con los que se experi- zación. Y los intereses "autocentrados" del difunto resultan irre-
menta en las lecciones de anatomía tienen este origen. Uno de mediablemente lesionados. Esto implica una muy fuerte carga
de argumentación para quien propicie la confiscación.
los perversos argumentos que suelen utilizarse para matar "de-
sechables" y "niños de la calle" con el objeto de extraerles órganos En el caso 8) se trata de una expropiación de un bien privado
es que sus cadáveres serán res derelicta. sobre la cual pesa el inconveniente de la violación de la voluntad
del difunto. Pueden haber también fuertes dudas acerca de hasta
2) Cadáveres que son "reclamados" por los parientes del di-
qué punto es posible hablar de "indemnización" cuando se trata
funto. Este derecho de reclamación po<¿;-/íi ser interpretado en del destino del cadáver de un familiar.
el sentido de que aquéllos tienen derechos de propiedad sobre el
Todo esto torna muy difícil la justificación ética de los casos
cadáver.®^ Si así fuera, en caso de que el donante no lo hubiera 7) y 8).
especificado, se admitix'á que son los herederos quienes tienen la
propiedad del cadáver. Esto es lo que se supone en el caso 6). LA ADJUDICACIÓN DE ÓRGANOS
Desde luego, una vez admitido que la propiedad del cadáver
corresponde a los herederos y suponiendo la voluntad de dona- Al comienzo de este trabajo me he referido a la creciente escasez
ción del difunto, podrían constmirse escenarios más o menos de órganos. Las causas de esta situación son de diferente natu-
macabros en los que los herederos podrían depositar el cadáver raleza pero pueden agruparse en dos clases fundamentales:
en lugares adecuados y, de acuerdo con el grado de conservación a) Causas puramente naturales: mayor demanda de órganos
debido a los progresos de la técnica médica y menor disponibili-
He destacado "podría" porque es posible aducir, con razón, que el derecho
dad de cadáveres aptos para la extracción de órganos como con-
a reclamar el cadáver no se basa en ningún título de propiedad sobre el cadáver
sino que es el cojTelato del deber que tienen los parientes o herederos del difunto secuencia de la disminución de la tasa de mortalidad. Este es un
de darle una sepultura digno. Véase, al respecto. James L. Muyskens, "An Alter- hecho estadísticamente comprobado.
native Policy for Obtaining Cadaver Organs for Transplantation", en Philosophy b) Causas de tipo psíquico: menor disposición a la donación
& Public Affairs, vol. 8, otoño de 1978, pp. 88-99. Para completar mi argumenta- de órganos in vitam ypost mortem. También existen al respecto
ción, adopto aquí la versión de la vinculación entre reclamación y propiedad.
datos estadísticos.®^
Esta versión cuenta en su favor, además, con decisiones judiciales estaduniden-
ses en las que se dice que los parientes tienen "el derecho a recibir la posesión del Hasta qué punto la mentalidad de los posibles donantes y sus familiares
cuerpo (del difunto) inmediatamente después de la muerte y en la misma condi- desempeña un papel importante en la escasez de órganos lo pone de manifiesto
ción en que se encontraba en el momento de la muerte". Véase ibid., loe. cit. Como la situación en España, país que ocupa el primer lugar en el mundo por lo que
un argumento adicional acerca de los derechos de los descendientes al cadáver respecta a las donaciones: 21.7 donaciones por cada millón de habitantes. El
del difunto podrían considerarse las disposiciones de la Native American Grave 26.7% de los casos en los que no es posible realizar un trasplantepo5í mortem se
Protection and Repatriation Act (^JAGPRA) aprobada por el Congreso de los Esta- debe a negativas de los familiares del muerto, aun en el caso en que e.xiste la
dos Unidos a Hnales de 1990 y que dispone la devolución a las comunidades voluntad expresa del fallecido para que se realice el trasplante: "en la práctica
indígenas estadunidenses de los restos mortales de sus antepasados que se exhi- aún es insalvable en numerosos casos el muro de resistencias o escnjpulos levan-
ben en museos, universidades e institutos de investigación. tado por los familiares". Véase El País, loe. cit. Para evitar estos casos, en 1968,
216 PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 245

Las causas del tipo a) no pueden ser eliminadas con medios buido a crear un estado de ánimo entre los potenciales donantes
éticamente aceptables ya que la única forma de suprimirlas o post mortem y sus familiares adverso a la donación de órganos.
reducirlas sería, por una parte, renunciar a la aplicación de un Así, en Alemania, por cada cuatro muertos cerebralmente, los
recurso que puede salvar la vida de muchos pacientes o, por otra, parientes se niegan a que se realice un trasplante de sus órganos;
promover la muerte de personas sanas estimulando el suicidio hace un año la proporción era de cinco a uno.
de los jóvenes, derogando las medidas de seguridad vial y labo- La superación de las causas del tipo b) exigirá, pues, un refor-
rales, aumentando la clase de los "desechables" o extendiendo el zado trabajo de información, tarea tanto más complicada si se
concepto de muerte de manera tal que puedan incluirse a perso- toman en cuenta las circunstancias en las que debe realizarse el
nas que hoy se consideran aún vivas en la categoría de muertas.^'* trasplante (los órganos trasplantados tienen que estar "vivos") y
Las causas del tipo b) están vinculadas (como todo fenómeno la actual polémica acerca de la definición de la muerte.^^
psíquico) a una serie de factores no siempre fáciles de identificar Estas dificultades influyen también en las propuestas de ad-
y de delimitar claramente: prejuicios, creencias religiosas, temor judicación (después de la obtención voluntaria) de estos bienes
a que el interés por obtener órganos pueda conducir a un descui- crecientemente escasos. A ellas quiero ahora referirme. Si se
do en el tratamiento de ciertas enfermedades (como en el caso acepta la relevancia de las decisiones autónomas subrayada en
de los encuestados por Gallup a los que me he referido más la sección l, hay que descartar desde ya la posibilidad de recurrir
arriba) o a la fijación prematura del momento de la muerte. La a "abastecedores" no voluntarios. Puede pensarse entonces en
discusión actual sobre la aceptabilidad del concepto de muerte las tres siguientes formas de adjudicación de órganos para tras-
como muerte cerebral, muerte pulmonar o muerte cardiaca o el plantes: 1) mercado; 2) banco de órganos, y 3j club.
caso de Marion Ploch,^^ sumados al hecho de que los trasplantes 1) Quienes proponen el recurso del mercado centran sus consi-
tienen que realizarse conservando funciones vitales del "muerto" deraciones en los casos 2) y 6) del cuadro presentado y argumen-
y el temor ante la diligencia de los ti-asplantadores, han contri- tan que de esta manera puede aumentarse considerablemente la
en los Estados Unidos, la Uniform Anatomical Gift Act estableció que las dona- disponibilidad de órganos. Si se admite el derecho de propiedad
ciones post mortem no podían ser revocadas por los herederos o parientes del de cada persona sobre su propio cuerpo, se afirma, no habría
difunto. Véase James L. Muyskens, op. cit., p. 89. inconveniente alguno en aceptar la vía del mercado. Las trans-
^^ Acerca de la problemática vinculada con la ampliación del concepto de acciones podrían realizarse in vitam o post mortem. El ejemplo
"persona muerta" y la aplicación del criterio de "muerte cerebral parcial" para del delincuente italiano ilustraría el primer caso. Respecto a las
aumentar la posibilidad de trasplantes, véase Martin Kurthen y Detlef B. Linke, transacciones posí mortem, Lloyd R. Cohén y Henry Hansmann
"Vom Himtod zum Teilhirntod", en Johannes Hoff y Jürgen in der Schmitten
(comps.), op. cit., pp. 82-94. La American Medical Association (AMA) ha aprobado
trasplantes de recién nacidos con afecciones cerebrales. Se trata de bebés acéfa- No hay que olvidar que la definición de la muerte como muerte cerebral fue
los que üenen una expectativa de vida de pocas horas o días. En estos casos está propuesta por la llamada "Comisión Harvard" en 1968, aduciendo que "criterios
permitida una extracción de órganos cuando la respiración y la ch-culación están obsoletos para la definición de la muerte pueden conducir a controvei-sias en la
todavía en funcionamiento. Los críticos ven en esto el comienzo de la extracción obtención de órganos para trasplantes". Véase Johannes Horf y Jürgen in der
de órganos en personas vivas; véase Die Zeit, núm. 23, 2 de junio de 1995, p. 42. Schmitten, "Kritik der 'Hirntod' Konzeption", en Johannes Horf y Jürgen in
En octubre de 1992, Marion Ploch, quien a raíz de un accidente había der Schmitten (comps.), op. cit., pp. 153-262. La relación entre la definición de
sufrido daños cerebrales irreversibles, fue declarada "muerta" en la Clínica Uni- la muerte y el trasplante de órganos ha adquirido nueva actualidad con la pro-
versitaria de Erlangen. Cuando los médicos se disponían a solicitar a los parien- puesta de la "muerte cerebral parcial". No pocos científicos de la medicina y
tes la autorización para trasplante de órganos, comprobaron que Marion estaba filósofos de la moral temen que, en aras de un mejor abastecimiento de órganos,
embarazada. Se Intentó entonces, mediante tratamiento intensivo de la parte se emprenda una mar cha por una peligrosa ladera resbaladiza. Respecto a ima
viva del cuerpo de la "muerta", llegar hasta el parto. El ensayo fracasó a causa de posible distinción entre "muerte biológica" y "muerte del ser personal", véase Jeff
un aborto espontáneo a las ocho semanas. Véase Johannes Hoff y Jürgen in der McMahan, "The Metaphysics of Brain Death", en Bioethics, vol. 9, núm. 2, abril
Schmitten (comps.), op. cit., p. 13. de 1995,pp.91-126,enespeciallap. 102.
216 PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 247

han propuesto diferentes modaUdades que se extienden desde el ma fuera sólo el mayor costo, habría que renunciar también a la
pago anticipado de cuotas anuales al vendedor hasta la entrega medicina atómica y a buena parte de los tratamientos médicos.
de una única suma a sus herederos.®' En este sentido, los órganos ocuparían una posición intermedia
Frente a la posibilidad del mercado de órganos pueden hacer- entre los bienes privados y los bienes públicos. No son públicos
se valer las siguientes objeciones: en el sentido estricto de la palabra porque su uso es excluyente;
a) Si se establece el mercado de órganos, es probable que pero no deberían ser estrictamente privados porque su disponi-
bilidad tiene una relevancia tal para la salud que se asemejan a
disminuya el número de donantes: el atractivo económico puede
ciertos bienes públicos tales como los recursos técnicos en los
inhibir la disposición a la cesión gratuita; ello traería como con-
hospitales.
secuencia un aumento en los costos de los trasplantes.
b) Si el mercado funciona plenamente, sólo los ricos serán b') El mercado podría funcionar restringiendo la calidad de
compradores ya que el "bien" órgano seguirá siendo necesario y comprador a centros oficialmente autorizados que luego distri-
escaso, dos hechos que permiten vaticinar precios relativamente buirían los órganos comprados de acuerdo con criterios estric-
elevados:®® las actuales desigualdades de ingreso y fortuna se tamente medicinales; de esta manera no se violaría el principio
manifestarían también en desigualdades por lo que respecta a de igualdad de oportunidades de recibir un órgano, cualquiera
las oportunidades de salud y de prolongación de la vida; una que fuera el status económico del paciente.
sociedad que confiera importancia al principio de igualdad de c') El argumento de la vulnerabilidad es coirecto a medias. En
oportunidades no habrá de aceptar este procedimiento de asig- efecto, desde el punto de vista del comprador (y también desde
nación de órganos. un punto de vista imparcial) él se encuentra en una situación de
c) Quienes propician la idea del mercado no tienen en cuenta mayor vulnerabilidad ya que la posesión del órgano en cuestión
que este sistema sólo serviría para reforzar la vulnerabilidad de es un asunto de vida o muerte; en cambio, para el vendedor se
sectores de la población que no tienen otros productos que ven- trata de un asunto de mayor o menor riesgo. Como afirma John
der como no sean partes de su propio cuerpo. Harris:
d) Un mercado libre de órganos provocará la aparición de
Una pregunta que se impone aquí es la de saber quién es más vulne-
mayoristas que concentrarán las ventas; se establecería una es-
rable, quién necesita más nuestra protección. Si formulamos esta
pecie de "nifíanismo de órganos". Los anuncios publicitarios de pregunta, podríamos ver la ética de los trasplantes comerciales bajo
países del Este de Europa que suelen publicarse en periódicos una luz diferente. La gente que se está muriendo y necesita un tras-
occidentales parecen testimoniar la existencia de estos centros plante tiene derecho también a nuestra preocupación, respeto y pro-
de venta al por mayor. tección; no desean morir. Quienes eligen vender órganos aceptan
A estas objeciones podría responderse lo siguiente: voluntariamente un riesgo menor y hasta insignificante. ¿Es preferi-
a') Conviene tener en cuenta que aquí no se cuestiona la licitud ble moralmente someter a un grupo de ciudadanos a una muerte
moral de la venta sino más bien las consecuencias negativas por segura en vez de ofrecer incentivos (tentaciones, sise prefiere) a otro
lo que respecta a la adjudicación o accesibñidad de los órganos grupo para que corra riesgos? ¿No es mejor proteger a los más vulne-
rables permitiendo que otro grupo elija correr o no el riesgo con la
por parte de los distintos sectores de la población; en este sentido,
esperanza tanto de beneficiar a sus congéneres como de beneficiarse
si el mercado puede asegurar una mejor oferta, los mayores a ellos mismos financieramente?'''
costos que puedan resultar deberían correr por cuenta de los
organismos estatales o por las cajas de enfermedad. Si el proble- d') El caso del "mayorista" o del "rufián" es un caso claro de
Véase Stephen R. Munzer, "Property Rights in Body Parts", op. cit, pp. abuso que podría ser evitado exigiendo al vendedor la presenta-
262 ss.
Véase Eric Rakowski, op. cit., p. 176. Véase John Harris, op. cit., pp. 137 s.
216 PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 249

ción de un informe sobre el origen del órgano que ofrece en venta. temente por Hartmut Kliemt.'^' Esta alternativa se basa en el
Si ésta es la consecuencia de un crimen o de situaciones de ex- principio de reciprocidad: quien dona un órgano lo hace no sólo
plotación, la compra no se lleva a cabo. por razones supererogatorias sino porque espera también ser
De estos cuatro contrargumentos, los más débiles son los dos receptor eventual en caso de que necesite un órgano o un tejido.
liltimos: mientras la situación del mundo se mantenga como La donación le otorga un derecho privilegiado de acceso a los
hasta ahora (y no hay indicios de que ella haya de cambiar en un órganos disponibles. Por supuesto, pueden pensarse distintas
futuro ni siquiera medianamente lejano), seguirán dándose con- modalidades para la constitución de estos clubes:
diciones socioeconómicas de explotación y será muy difícil de- a) Admisión de todo aquel que esté dispuesto a donar un ór-
terminar el grado de vulnerabilidad de compradores y vendedo- gano'.aJ) invitam, y al) post moríem.
res, ya que muy probablemente los vendedores no serán agentes b) Clubes especializados en ciertos órganos (clubes renales,
voluntarios sino personas que se vean forzadas a entrar en este de retinas, de hígados).
tipo de transacciones. Y es también probable que ellas mismas c) Clubes que permitan heredar a los hijos menores de edad o
se vean obligadas a recurrir a intermediarios para un mejor éxito incapaces el derecho de acceso a órganos no utilizados por el
en su búsqueda de potenciales compradores. Será, por tanto, progenitor donante y a quien se le extrajo en vida o post moríem
prácticamente imposible crearlos marcos suficientes como para un órgano.
garantizar un funcionamiento mercantil éticamente aceptable. d) Clubes con membrecía revocable o no. La revocabilidad
Ello sugiere la conveniencia de buscar otras alternativas para la queda excluida en el caso de las donaciones post moríem de un
adjudicación de órganos. receptor-donante arrepentido; éste podría ser un caso de confis-
2j El banco de órganos es el sistema que actualmente se prac- cación justificable del cadáver. En el caso de revocación de una
tica en el Centro de Leiden. Abastecedores del tipo 5) constituyen donación en vida, no hay argumentos éticamente sostenibles que
la mayor parte de los suministradores de órganos [pero no habría permitan lesionar la integridad física del donante arrepentido.
problema en incorporar también a los tipo 1 )]. Los problemas de
e) Clubes de donación única o múltiple. Parecería que es justo
este procedimiento de adjudicación son, por lo menos, los si-
que el donante a quien se le extrajo un órgano quede liberado en
guientes:
el futuro de su obligación de donación. La selección del donante
a) Como a este banco tienen acceso tanto los donantes como
en cada caso particular obedecerá primariamente a razones mé-
los no donantes, existe una tendencia fuerte a adoptar la posición
dicas y, en caso de que existan varios posibles donantes igual-
que menor sacrificio requiere, es decir, no donar y recibir el
mente aptos, el sistema de sorteo parece ser en los casos norma-
órgano cuando se lo necesita.
les el más equitativo.
b) Está también el peligro de la "parcialidad": aunque existe
la obligación de informar al Centro de Leiden, la disponibilidad El principio básico del club es, como se ha dicho, el de reci-
de órganos suele no ser comunicada con la debida rapidez y se procidad; pero éste es completado con el de solidaridad frente a
tiende a adjudicarlos a receptores vinculados por razones de quienes por razones de edad o de incapacidad física no pueden
vecindad o de conocimiento personal con el hospital que dispone ser miembros del club.^^
del órgano. Si volvemos a considerar el cuadro de los ocho casos, es fácü
Los inconvenientes de la gorronería y de la manipulación pe- comprobar que con la idea del club aquéllos quedan reducidos
san pues sobre el sistema de bancos. sólo a dos: el 1 ) y el 5), es decir, los casos de donación voluntaria
3j La tercera posibilidad, la del club, ha sido propuesta recien- y gratuita en vida y post moríem. El caso 7), es decir, el de la
Ibid., op. cit., pp. 269 ss.
70 Véase Hartmut Kliemt, op. cit., p. 268. Ibid., p. 269.
216 PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 251

extracción no voluntariapo5í mortem podría ser justificable sólo La opción extrema de una política de apertura total destruiría,
si se tratase de un receptor-donante arrepentido. por cierto, la institución misma del club con lo que se volvería a
La propuesta del club evitaría, según Kliemt, dos problemas caer en las otras dos alternativas que parecen ser menos atracti-
vinculados con el mercado y con el banco de órganos respectiva- vas. La solución posiblemente se encuentre en la dirección suge-
mente: el de considerar a los órganos como un simple recurso, rida por la resolución de la American Society of Trasplant Sur-
susceptible sin más de transacciones mercantiles, y el de estable- geons que establece que el 5% de todos los trasplantes de riñón
cer una especie de propiedad colectiva sobre los órganos en el deben estar destinados a pacientes extranjeros (no miembros del
sentido de un "common pool ressqurce". Sobre el primer punto club) y que "estos pacientes deben ser seleccionados sobre la base
me he extendido en la sección "La obtención de órganos" (pp. de los mismos criterios médicos que los demás (miembros).'^ La
216-243) de este trabajo y sobre el segundo he insinuado el ca- discusión acerca de si el porcentaje del 5% es adecuado o no,
rácter ambiguo de los órganos como bienes privados-públicos. puede ahora ser dejada de lado: lo importante es decidir si se está
Dejando de lado estos problemas, podría pensarse que la pro- dispuesto a aceptar esta nueva excepción para no socios. En todo
puesta del club puede conducir a situaciones que nos parecen caso, mientras no existan a nivel mundial clubes como el pro-
moralmente reprochables. Cabe recordar al respecto el caso de puesto por Kliemt, la presión de quienes no pueden ser socios
Luiza Magardician, una rumana de 22 años que llegó a Nueva de ningún club constituirá un fuerte peligro para la estabilidad de
York en junio de 1985 con la esperanza de obtener un riñón. En los clubes existentes a nivel nacional. El porcentaje propuesto
su país había agotado todos los métodos de tratamiento y era por la American Society equivale a algo así como una cuota de
imposible obtener este órgano. El director de la National Kidney inmigración de los países industriales respecto a ciudadanos del
Foundation de Nueva York-New Jersey denegó el pedido de la Tercer o Cuarto Mundos y valen para él argumentaciones simi-
ciudadana rumana alegando que "dada la enorme escasez de lares a las aducidas sobre esta cuestión.
donantes en los Estados Unidos, los ciudadanos estadunidenses La inclusión de cuotas de beneficios para los no socios altera,
deben tener preferencia".'^ Esta posición fue apoyada por Jef- desde luego, la concepción clásica de un club.'® Efectivamente,
frey M. Prottas, subdirector del Bigel Institute for Health Policy en los "clubes" normales nadie puede ser obligado a ingresar
en la Brandéis University, quien sostuvo que dado que la comu- pero quien no ingresa no goza de los servicios del club. Pero, hay
nidad americana "había demostrado el altruismo necesario para otro aspecto que parece conspirar contra la idea del club: en el
posibilitar el trasplante de órganos, [...] los miembros de esta caso de los clubes de donantes, los servicios que se ofrecen son
comunidad nacional tienen un derecho a que no se les niegue un de una naturaleza tal que, de facto, el ingreso se vuelve compul-
trasplante de órgano porque este órgano haya sido enviado a sivo (al menos para los ciudadanos del país que adopte la insti-
un país de ultramar u ofrecido a una persona que hubiera viajado tución del club). Si ello es así, el concepto de donación parece ser
aquí específicamente para obtenerlo". El "criterio legítimo" para difícilmente aplicable; el club corre el riesgo de transformarse en
tomar decisiones de adjudicación debía ser la "membrecía en la un recurso eufemistico para ocultar un reclutamiento coactivo
comunidad que proporciona los órganos".'"* de abastecedores. En este caso, si la idea justificante del club era
El fundamento de la restricción nacional es aproximadamen- asegurar un mejor ejercicio de la autonomía individual, cuando
te el mismo que el de la propuesta del club: evitar "gorrones" y se la aplica hasta sus últimas consecuencias ellas son justamente
estimular las donaciones concediendo un tratamiento privilegia- las opuestas a las que se quería llegar. El individuo se ve enfren-
do a sus miembros.
Ibid., p. 255.
Véase Bette-Jane Crigger (comp.). Cases in Bioethics. Selections from the Véase al respecto Reinhard Zmtl, "Clubs, Clans und Cliquen", en Bernd-
Hasting Center Report, Nueva York, St. Marün Press, 1993, pp. 252-257. Thomas Ramb y Mamfred Tietzel (comps.). Ökonomische Verhaltnestheorie, Mu-
Ibid., p. 253. nich, Franz Vahlen, 1993, pp. 89-117.
216
PROBLEMAS ACTUALES CONSIDERACIONES ÉTICAS SOBRE EL TRASPLANTE 252

tado con una situación sin escapatoria: o es socio o carece del que dé prioridad a quienes están dispuestos a participar en las
derecho a ser considerado como posible receptor de órganos; relaciones de abastecimiento-recepción, pero con cláusulas cau-
posee la misma oportunidad de ejercer su autonomía que el telares que tengan en cuenta el principio de solidaridad y de
sediento en el desierto a quien se le ofrece un vaso de agua a urgencia médica. La situación se vuelve más complicada aún si
cambio del otorgamiento de un servicio riesgoso. se tiene en cuenta que la escasez de órganos sólo podrá disminuir
si estamos dispuestos a cambiar fundamentalmente nuestras
En lo aquí expuesto no he pretendido proponer soluciones sino tradicionales relaciones con nuestro propio cuerpo ante y post
más bien delimitar problemas. En la primera parte, he intentado mortem. Todo esto invita a seguir reflexionando sobre un tema
subrayar la admisibilidad moral del abastecimiento voluntario que, como casi todos los que plantea la medicina, suele escapar
de órganos, gratuito o no, in vitani o post moHeni. A menos que a la posibilidad de soluciones radicales o definitivas.
se adopte una intransigente posición kantiana por lo que respec- Tenía razón Toulmin: la medicina le ha salvado la vida a la
ta a la relación entre donaciones o ventas de órganos y la dignidad ética; pero, creo que coincidiría conmigo en afirmar que también
personal, no veo cómo pueda argumentarse válidamente en con- se la ha puesto mucho más difícil.
tra de lo que he sostenido en la consideración de los ocho casos
analizados. Por lo que respecta a la vía más adecuada para la
adjudicación de órganos, mi actitud es vacilante: razones pruden-
ciales parecen aconsejar la no implantación de un mercado libre
de órganos; el funcionamiento de bancos de órganos puede estar
sujeto a los inconvenientes subrayados por Hartmut Kliemt; la
propuesta del club, a primera vista sugestiva porque parece evi-
tar los problemas del mercado y del banco, puede, en la práctica,
conducir a resultados no aceptables desde el punto de vista del
libre ejercicio de la autonomía individual.
El problema es complicado porque, a diferencia de lo que ha
sucedido con otros adelantos de la técnica médica, los trasplan-
tes pueden (por ahora) ser realizados sólo con la contribución de
seres humanos que asuman el papel de abastecedores;'' encon-
trar el punto de equilibrio equitativo es una tarea tan difícil que
invita a inclinarse por el rechazo de regulaciones de validez ge-
neral. Tal vez lo más sensato sea proceder en los casos de adju-
dicación de órganos de acuerdo con una cuidadosa casuística
" DeÜefB. Linke, profesor de NeurofisiologíayRehabilitaciónNcuroquimr-
gica de la Univereidad de Bonn, al tratar el tema de la relación interhumana entre
abastecedores y receptores, sobre todo cuando se trata de trasplantes de tejidos
cerebrales, ha üegado a establecer una comparación—inquietante por cierto—
entre el canibalismo y los trasplantes: "Los caníbales comían tejidos del cuerpo
humano para incoiporarlos en su cuerpo y así renovar sus fuerzas, sólo que con
otros rituales que hoy. ¿Qué diferencia el canibalismo déla medicinade trasplantes
si se prescinde de los rituales mágicos?" Véase Detlef B. Linke, Himverpflanzung.
Dieerste Unsterblichkeit aufErclen, Reinbeck-Hamburgo, Rowohtl, 1993, p. 15.
ÉTICA AMBIENTAL, POLÍTICA Y SALUD 255

humana en la naturaleza están alterando profundamente las ba-


ses de la existencia de todas las especies (sin excluir, pues, al
homo sapiens). Afectan, así, las condiciones generales en que
vivimos y nuestras potencialidades espirituales; son una amenaza
XI. ETICA AMBIENTAL, POLITICA constante para la salud física y el equilibrio mental; influyen en los
modos de organización de la vida social; e interfieren con la evolu-
Y SALUDI
ción natural, ya que a menudo toman la forma de agentes capaces
de producir alteraciones genéticas. A este respecto, en fin, baste
TERESA KWIATKOWSKA y JORGE ISSA consignar aquí —aunque sólo fuera como un síntoma más— la
proliferación de posturas que ven a las patologías sociales, los
conflictos políticos y las crisis económicas, como meras facetas
Creciente contaminación del aire con gases que atrapan el calor de las transformaciones que sufi'e el hábitat del ser humano.
solar en la atmósfera provocando el "efecto invernadero"; rápido El alto nivel que han alcanzado las alteraciones globales, en
deterioro de la capa de ozono; alarmantes sequías en muchos su mayoría destmctivas, demanda una reflexión ética esclarece-
lugares de la Tierra; desertificación del campo; destrucción de las dora que permita cimentar un consenso posible (y necesario)
selvas tropicales; pérdida de la diversidad biológica; transforma- sobre los principios en que ha de apoyarse una legislación desti-
ción progresiva de ríos, lagos y mares en vertederos de desechos nada a proteger el ambiente, administrar los recursos naturales
químicos, termales y radiactivos; he aquí parte del inventario de y reducir el impacto del deterioro ambiental en la salud humana.
problemas ambientales que proliferan ya por doquier y amena- Cierto es que las políticas ambientales han incorporado ya una
zan con asfixiamos. amplia gama de liipótesis y valores éticos; sin embargo, las prác-
En efecto, la degradación del entomo natural inevitablemente ticas revelan la urgencia de desarrollar procedimientos institu-
tiene un impacto negativo en el desarrollo de las sociedades hu- cionales de mayor alcance que contrarresten la fi-agmentación
manas —los trastornos (ahora muy visibles) en la agricultura son del hábitat natural y proporcionen una base legal para resolver
una muestra de ello—-: no sólo provoca pérdidas económicas las contradicciones que dificultan el combate a la polución del
inmensas, sino que contribuye a profundizar la pobreza y acen- aii-e y otros problemas ambientales.
túa las desigualdades sociales. Debemos percatamos del estre- Ahora bien, en las sociedades liberales (no únicamente, pues,
cho nexo que hay entre la situación del medio y el comportamien- en las que cuentan con regímenes autoritarios), las regulaciones
to económico y social de los hombres. Cada acción humana y los programas ambientales propuestos o aplicados por los go-
origina una cadena de reacciones que se propagan ampliamente biernos suelen afectar la calidad de vida de los individuos. No
(a veces, incluso, más allá de lo que podemos prever) y con no sólo deciden quién y cómo ha de usar los recursos naturales, sino
poca frecuencia se revierten contra sus propios autores. Hay de qué bienes pueden disfi-utar los individuos. Asimismo, las
total coincidencia en que los efectos nocivos de la intervención decisiones políticas pueden determinar la distribución del em-
pleo limitando o prohibiendo ciertas actividades económicas y
' La locución "ética ambiental", que emplearemos reiteradamente en este
ensayo, difiere de la expresión "ética ecológica", que ha sido objeto de uso y aun fomentando otras. Inclusive, podría un gobierno restringir el
de abuso con muchafi-ecuencia.Mientras que esta última se puede inteipretar goce de la propiedad privada (como ocurre con el programa "Hoy
como una reflexiónfilosóficay moral sobre la ecología, o más exactamente, sobre no circula" en la ciudad de México) y tocar importantes zonas de
las relaciones de los organismos con su ambiente natural, la ética ambiental se los espacios públicos y privados de la vida social.
mueve en un ámbito que fusiona las nociones de naturaleza y cultura, y combina
la dinámica de la evolución tanto biológica como social. Aspira a encontrar
Los liberales justifican la protección y administi-ación de los re-
nuevos razonamientos morales que ayuden a ti-ansformar la manera en que los cursos naturales apelando a la necesidad de proporcionar a los
seres humanos ven el mundo natural y actúan en él. miembros de la sociedad los bienes necesarios para realizar su
254
256 PROBLEMAS ACTUALES ÉTICA AMBIENTAL, POLÍTICA Y SALUD 257

ideal de vida. Pero esgrimen, como apoyo adicional, el principio hábitat, tampoco despiertan en el común de la gente una preo-
de no maleficencia. En palabras de John S. Mili: "Ese principio cupación acorde con la seriedad del problema.
es que la propia defensa es el único fin que autoriza a la humani- En la mayoría de las políticas ambientales predomina una
dad, ya sea individual o colectivamente, a intervenir en la liber- notoria incertidumbre acerca de las consecuencias que puede
tad de acción de cualquiera de sus miembros; que el poder sólo acarrear la degradación del entorno y, en particular, acerca de
puede ejercerse con todo derecho contra la voluntad de cualquier sus efectos en la vida individual y social de los hombres. Tales
miembro de una comunidad civüizada, cuando se trata de evitar políticas, además, suelen provocar conflictos, puesto que la pro-
daños a otros."^ tección de un recurso puede perjudicar el uso de otro; la reduc-
Cuando el proteccionismo inspira las políticas liberales, una ción de un riesgo, acrecentar otros. Y, por si esto fuera poco, el
de sus mayores preocupaciones es la salud, pues se le considera valor mismo que se atribuye a los recursos difiere de individuo a
un elemento básico de una vida digna. Locke, en su Segundo individuo de acuerdo con la idea que se tenga de lo que es una
tratado sobre el gobierno civil, afirma que, siendo dos personas vida satisfactoria.
iguales e independientes, "ninguna debe causar a la otra daño En cuanto a las políticas ambientales de un gobierno liberal,
alguno en su vida, salud, libertad, ni en sus propiedades".^ Y no cabe duda de que las regulaciones basadas en el principio de
Hobbes, antes, había reconocido el derecho que le asiste a los no maleficencia o en la idea de proteger los recursos naturales,
individuos "a gobernar su propio cuerpo; a disfrutar del aire, el inevitablemente restringen la libertad de los individuos y con
agua y el movimiento; a transitar de un lugar a otro; y a todas las frecuencia afectan su calidad de vida.^ "Una ética —dijo Aldo
demás cosas sin las cuales el hombre no puede vivir o no puede Leopold—, desde un punto de vista ecológico, es una limitación
vivir bien".'' de la libertad de acción en la lucha por la existencia." Una ética,
El propósito de proteger la salud comprende varias decisiones desde punto de vista filosófico, es una manera de distinguir entre
ambientales en la medida en que ima persona, para mantenerse la conducta social y la antisocial. Son dos definiciones para una
sana, requiere agua y aire limpios, comida saludable, espacios sola cosa —cuyo origen, por cierto, se encuentra en la tendencia
verdes y refugio contra ciertos fenómenos naturales. De hecho, de los grupos o individuos interdependientes a desarrollar mo-
la protección legal de los ecosistemas (las reservas de la biosfera) dos de cooperación—fi
y las especies es una forma de mantener la dinámica funcional La filosofía, pues, es la encargada de suministar los principios
de nuestro "órgano de subsistencia": la naturaleza. éticos en que ha de fundarse una legislación que regule la inter-
Cabe decir que, en general, las personas se preocupan por el vención humana en el entorno natural (incluyendo nuestra con-
daño infligido al ambiente sólo cuando lo perciben como un vivencia con otras especies) y controle el empleo de conoci-
peligro parala calidad de vidaylos intereses délos seres humanos. mientos y tecnologías a fin de que se les aplique exclusivamente
Si la capa de ozono, por ejemplo, no desempeñara la importante para beneficio de los hombres y de su ambiente.
función de proteger de la radiación solar a los seres humanos, es En la vida humana se abren siempre diversos cursos de acción;
muy probable que el riesgo de su deterioro se viera acompañado
^ Luz del Carmen Colmenero y Ernesto Bravo, "Problemática sociocultural
por una olímpica indiferencia. La progresiva desaparición de los de las áreas naturales protegidas en México", en Iztapalapa, núm. 40, uAíM, Méxi-
bosques, así como el empobrecimiento genético y la pérdida de co, 1996, pp. 141-163. Véase también Shelton H. Davisy Alaka Wali, "Indigenous
diversidad de las especies a consecuencia de la destrucción de su Land Tenure and Tropical Forest Management in Latin America", en Ambio, vol.
23, núm. 8, pp. 485-490.
" John Stuart MiO, Sobre la libertad, México, Diana, 1965, p. 45. Aldo Leopold, "La ética de la tierra", en Teresa Kwiatkowska y Jorge Issa
^ John Locke, Tratado sobre el gobierno civil, cap. 2, sec. 7. (comps.). Los caminos de la ética ambiental, México, Plaza y Valdés, 1998, pp.
Thomas Hobbes, Leviatán, México, Fondo de Cultura Económica, cap. 15. 61-62.
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PROBLEMAS ACTUALES ÉTICA AMBIENTAL, POLÍTICA Y SALUD

entonces nos vemos enfrentados a un problema ético frindamen- ejemplo, una guerra nuclear. La acción depredadora que la hu-
tal: el de la elección. La posibilidad de juzgar las opciones en manidad ejerce sobre la naturaleza —acción que lleva consigo
términos éticos y escoger lo que es moralmente bueno depende una profunda alteración del curso innato de la evolución natu-
de la aptitud que posea el individuo (o el gobierno) en cuestión ral— incita a pensar que el ser humano, 'la inteligencia técnica
para calcular las consecuencias de las acciones racionales; de su producto de la naturaleza, se convierte a la vez en instrumento
capacidad de hacer juicios de valor; de que se halle en condicio- de la autodestrucción de ésta".' Es cierto que no hace falta la
nes de elegir entre cursos alternativos de acción ; y, por último, filosofía para dirigir la mirada hacia la devastación de la natura-
de su voluntad de asumir la responsabilidad por los resultados. leza o para dar expresión a la conciencia colectiva de la situación
Este artículo responde sobre todo a la necesidad de disolver del ambiente. Tampoco se le necesita para discernir los mecanis-
hasta donde sea posible las ambigüedades de la ética ambiental mos cuya operación causa las patologías del sistema —cuando
y esclarecer la complejidad de sus propuestas, así como los con- menos mientras estemos pensando en mecanismos naturales—.
flictos inherentes a su aplicación práctica. Sólo la ciencia puede desenredar las intrincadas relaciones que
Aunque en el pasado no ha faltado la percepción de ciertos se dan en el complejo sistema del ambiente global. Sin embargo,
deberes del hombre hacia la naturaleza, sin embargo, la necesi- sí es tarea del filósofo elucidar las orientaciones prácticas que
dad de una ética ambiental es una preocupación relativamente deben guiar nuestras relaciones con el mundo natural y el lugar
reciente que surgió como respuesta a la amenazadora destruc- que nos corresponde en su seno.
ción del medio. Comprende varias propuestas normativas sobre La ética es capaz de motivar acciones y despertar y fortalecer
el trato que dispensamos a los seres vivos no humanos y a enti- actitudes que redunden en bien del ser humano y su ambiente.
dades colectivas tales como especies y ecosistemas. Por consi- Además, la claudicación en la reflexión racional sobre los valores
guiente, su ámbito de competencia se extiende más allá del círcu- ha probado ya ser un verdadero lastre cultural. Gran parte del
lo de la consideración moral tradicional. Pone en entredicho la análisis de las políticas ambientales se lleva a cabo en los lengua-
idea de una naturaleza desprovista de valores y la de que el status jes habituales de la ciencia natural, la economía y el derecho, con
moral es exclusivo del ser humano, amén de que cuestiona el todo su bagaje metodológico y sus presuposiciones filosóficas no
hiato entre hechos y valores. Corre, por tanto, un fuerte riesgo de siempre explícitos. Sin embargo, es menester insistir en que tales
extraviarse en un terreno prácticamente desconocido y dar pá- políticas ambientales —ya sea que se dirijan al abatimiento de la
bulo, así, al epíteto de demente. Este peligro no es poca cosa ni, contaminación y a revertir la fragmentación del hábitat, o a re-
mucho menos, un riesgo imaginario: la gente ridiculiza frecuen- cuperar la biodiversidad y restaurar el ecosistema— requieren
temente a la ética ambiental equiparándola con un movimiento una contextualización histórica, social y ética.
para liberar a las gallinas, con una campaña en favor de los Existen poderosas razones para considerar la cuestión ética
derechos de las piedras, o con una preocupación ociosa y exage- en el quehacer político. Fácilmente se abusa de la investigación
rada por la fauna y la flora silvestres. Se considera a menudo que, científica en un contexto deficitario de valores morales. Las mo-
en relación con la naturaleza, los únicos problemas morales dignos dernas técnicas de la ingeniería genética y ambiental, por ejem-
de abordarse nos remiten a una reflexión bioética muy precisa- plo, ofrecen una perspectiva muy atractiva (bien que ambivalen-
mente demarcada, a saber: la que tiene que ver con los aspectos te) de la posible restauración del paisaje, la manipxilación de la
morales del aborto, la eutanasia o la manipulación genética, y las biodiversidad, la clonación, etc.: pueden ayudar a crear el am-
consideraciones sociales ligadas a la pena de muerte o la carrera biente que añoramos, a desarrollar fuentes de energía (como la
armamentista. solar) menos agresivas para el entorno y a abatir la contami-
No obstante, la degradación del ambiente encierra un proble-
ma igualmente serio y quizá de mucho más peligro que, por ' L. Kolakowski, El hombre sin alternativa, Madrid, Alianza Editorial, p. 215.
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PROBLEMAS ACTUALES

nación del suelo; pero también pueden realizar y legitimar un lugar, con los derechos y valores humanos básicos, y buscan los
uso irracional o destructivo de los recursos naturales. Por consi- fundamentos éticos de la vida en las fuentes humanas.
guiente, hay que preguntar por las estrategias políticas de la John Passmore, uno de los principales adeptos modernos del
conservación a partir del esquema conceptual de la biología, sí, humanismo tradicional dentro de la ética ambiental, censura la
pero también de los valores morales de una ética que resalte la propuesta de revisar ciertas nociones centrales del pensamiento
responsabilidad y la prudencia exigidas por la incertidumbre que ético y argumenta que con los valores que hemos heredado po-
rodea las consecuencias de lo que hacemos. demos conformar una postura responsable ante la naturaleza.®
"Ética ambiental" es un nombre genérico para un gran espec- Passmore recalca el hecho evidente de que, al destruir el mundo
tro de posiciones. Algunas proporcionan argumentos sólidos en natural, el ser humano arriesga su libertad de acción y pensa-
favor de las preocupaciones ambientalistas; otras tienden a fo- miento y pone en peligro su propia existencia y la de su sociedad.
mentar la creencia de que "la naturaleza es perfecta tal cual es", Lo central de su punto de vista gira en torno al concepto am-
lo cual provoca —naturalmente— aversión a los cambios o mo- plio de bienestar humano. Si bien es cierto —sostiene— que la
dificaciones del mundo natural por parte del ser humano; otras naturaleza nos proporciona bienes tales como materia prima,
más buscan fundamentar las inferencias valorativas en concep- energía, alimentos, medicinas, etc., y nos provee de servicios
tos y abstracciones tan volátiles como los de estabilidad, diversi- fundamentales como la fotosíntesis, la purificación del agua y la
dad o integridad, o bien promueven la conservación de las áreas polinización de los sembradíos; también inspira la sensibilidad
silvestres y los organismos vivos en virtud de su valor intrínseco. y el intelecto, y constituye una fuente de valores estéticos como
Parece necesario, pues, identificar y examinar de manera crí- la belleza y la armonía. Proteger a la naturaleza equivale, por
tica las propuestas de ética ambiental que, además de aportar ende, a proteger el espíritu humano.
una reflexión teórica, pueden formar parte de una praxis dirigida De aquí que Passmore rechace la necesidad de algún cambio
a reducir y aun eliminar los procesos que han probado ser noci- drástico en los valoi-es o en las actitudes. Antes bien, piensa que
vos para la especie humana y, en general, para toda la naturaleza. una maduración racional nos puede poner en posición de acep-
tar que una verdad no compite con otras, así como de revisar
nuestra herencia histórica ético-social y redescubrir el tejido de
TEORÍAS DE ÉTICA AMBIENTAL las relaciones naturales y éticas que forman parte de nuestra
vida. En su postura se deja ver también la seria duda de que exista
El enfoque humanista tradicional algiin fundamento riguroso para postular la existencia de valores
fuera del mundo humano y, por consiguiente, una responsabili-
Cuando se habla de la ética como encargada de proporcionar los dad moral directa de los hombres para con otros seres vivos.
principios morales en que se asiente una legislación que funda- Norton,® otro representante de la perspectiva humanista, se-
mente una política ambiental viable dentro del marco de la so- ñala que las políticas ambientales eficaces siempre conjugan
ciedad liberal moderna, es natural que se vuelva la vista hacia la consideraciones ecológicas atinentes al mundo natural en sí con
filosofía moral tradicional, en la cual las acciones se miden y preferencias y deseos humanos. La imagen de la naturaleza que
califican con cartabones "antropocéntricos", es decir, en función nos da la ciencia muestra que el hombre debe reconocerse a sí
de los intereses y el bienestar humanos. Las éticas antropocén- mismo como parte del complejo sistema que es la naturaleza.
tricas asumen que el bienestar del hombre es el summum bonum
® John Passmore, La responsabilidad delhombrnfrenteaki naturalem, Madrid,
y cristalizan en un conjunto de reglas como el mejor medio para AManza Editorial, 1994.
alcanzar el bien de nuestra especie —un bien que estamos obli- ' G.B.Norton, Toward Utiily Among Environmentalists, Nueva York, Oxford
gados a proteger y conservar—. Se comprometen, en primer University Press, 1991.
256 PROBLEMAS ACTUALES ÉTICA AMBIENTAL, POLÍTICA Y SALUD 263

Nos equivocaríamos si sólo viéramos en ella pura y simple ma- Los huecos en la capa de ozono y la polución del aire merman la
teria prima. Aun reservando para nosotros el lugar central en salud; la explotación excesiva de los recursos pesqueros limita
nuestra imagen del universo, los hombres y el mundo no humano los medios de vida de las generaciones futuras; el calentamiento
formamos una comunidad. El valor intrínseco y el valor instru- de la atmósfera acarrea cambios climáticos drásticos y poten-
mental que a menudo se atribuyen al mundo natural no se exclu- cialmente peligrosos.
yen mutuamente: se complementan. Asumir, por ejemplo, que Sin embargo, a medida que buscamos respuestas a una serie
la biodiversidad es portadora de un valor intrínseco no impide de preguntas relacionadas con la salud y el bienestar humanos,
que apreciemos las posibilidades que su uso crea para el benefi- incluido el bien público, nos asalta la preocupación de que las
cio de la humanidad. Por tanto, sin necesidad de transformar los respuestas que solamente atienden a los deseos y necesidades de
fundamentos éticos tradicionales, se pueden calificar de inmo- una especie, bien que acaso aporten los instrumentos morales
rales los actos que traen consigo la pérdida irremediable tanto para sanear el ambiente, podrían no ser suficientemente pode-
de valores estéticos como de los beneficios prácticos, científicos rosas como para revelar por qué hay que proteger lo viviente. En
o económicos que se pueden extraer de la riqueza biológica. Más el tiempo evolutivo y en el tiempo ecológico, las acciones sociales
aún —remata Norton—, la exigencia de incluir a la naturaleza en y políticas que promueven el bienestar humano inmediato no
el círculo de la moral es irrelevante e improductiva desde el punto garantizan automáticamente que éste se mantendrá en el largo
de vista del diseño de las estrategias que constituyen el capítulo plazo; asimismo, del mal presente no nace por necesidad el mal
central de las políticas ambientales. futuro.
Para elucidar los planteamientos humanistas hay que empe- Las manifestaciones recientes de la crisis ecológica pusieron
zar aclarando que el antropocentrismo es la condición ontològi- ala vista las verdaderas dimensiones del problema y la urgencia de
ca del hombre. No podemos entender el mundo y la vida desde que entre los ciudadanos surja y se difunda la conciencia de que
una perspectiva que no sea la específicamente humana. Lo que depende de nosotros revertir el daño ecológico y, para ese fin,
para nosotros es "la realidad" se halla sujeto a nuestra propia modificar los criterios normativos que guían nuestras acciones.
interpretación; vale decir, está condenado a ser "humanizado".
El mundo natural deviene, así, mundo cultural; esto es, un mim-
do que existe única y exclusivamente como objeto de transfor- Más allá del humanismo
maciones. Nada tiene sentido, nada tiene un fin sin que el hom-
bre otorgue valor a una cosa o a un ser viviente. Somos también En respuesta a la preocupante destrucción de la biodiversidad y
nosotros, los humanos, quienes establecemos derechos y obliga- de los ecosistemas completos, varios filósofos abandonaron el
ciones. Reconocer que somos agentes morales equivale a admitir mundo familiar de la predominante tradición cultural y religiosa
responsabilidad por aquellas consecuencias (previstas o no) de occidental, y atribuyeron un valoren sí a entidades a las que antes
nuestra manipulación de la naturaleza que podrían llegar a afec- no se les habían aplicado predicados morales: a todos los entes
tar tanto el bienestar del individuo como el de la sociedad. sensibles (Singer, Regan); a todos los seres vivos (Taylor); a las
Para efectos prácticos, la perspectiva antropocéntrica es la especies (Callicott, Rolston, Johnson); a las comunidades bióti-
que ofrece las sugerencias más inmediatas y realistas, en cuanto cas (Callicott); a los ecosistemas (Rolston, Jolinson, Westra); a
admite la percepción de las relaciones entre el hombre y la natu- los procesos evolutivos (Rolston); a la tierra (Leopold); a la bio-
raleza como una parte de lo que Hume llamó "las medidas comu- diversidad (Soulé, Ehi"enfeld). Registramos a continuación di-
nes del deber": la prudencia exige evitar las prácticas ambienta- versas tentativas de expandir el espacio de la ética de manera que.
les que pueden poner en riesgo desde el bienestar físico, mental
y social del ser humano, hasta su seguridad y su supervivencia. Edward 0 . Wilson,Sio/ì/io, Mexico, Fondo de Cultura Econòmica, p. 223.
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PROBLEMAS ACTUALES ÉTICA AMBIENTAL, POLÍTICA Y SALUD

además de las personas, tuviesen en él un lugar otros individuos Tom Regan, por su parte, prefiere un enfoque que postule
vivos. derechos para los animales y que, por añadidura, no proteja a
En 1973, Liberación animal, de Petar Singer, señaló un camino aquéllos que son sensibles, sino a todos los que poseen una vida
alternativo a la tradición moral occidental que, desde Platón subjetiva —o, como él mismo dice, que son "sujetos de una vida"
hasta Rawls, había defendido posturas antropocéntricas. Su pro- y tienen, por tanto, intereses—. Tales sujetos adoptan un punto
puesta —junto con la posición de Tom Regan—' ' significa un de vista propio acerca de su vida y de lo que la toma o puede
paso hacia la expansión de la ética, al adjudicarle conside- tomarla mejor o peor. Adicionalmente, poseer una vida subjetiva
rabilidad moral a algunos animales no humanos. Singer parte o mental como la que Regan describe, hace de un ser vivo un "fin
del siguiente dilema: si afinamos muy estrictamente el criterio en sí mismo", es decir, le confiere un valor intrínseco (y no nada
de pertenencia a la clase de los objetos susceptibles de recibir más un valor instmmental); y de este hecho se deriva un conjunto
predicaciones morales (exigiendo que posean la facultad de ra- de derechos morales que le asisten.
zonar y hablar; que se les puedan imputar responsabilidades; en Contra Singar y Ragan se ha argumentado que sus teorías no
fin, que tengan las características distintivas del homo sapiens), califican para abordar los problemas ambientales más comple-
les negaríamos consideración moral a muchas personas que no jos, por cuanto dejan dasprotegida a la mayor parte de la natura-
cumplen con tales requisitos (por ejemplo, los enfermos menta-
leza (la que carece de sensibilidad, en un caso, o bien de vida
les y los bebés). Teóricamente, todos ellos quedarían indefensos
mental, en el otro). Además, el recurso de Singer a la sensibilidad
y se les podría tratar como a animales no humanos: matarlos,
como criterio para asignar moral, luce caprichoso y con-
procesarlos como alimento, usarlos en la experimentación cien-
traproducente para sus propios propósitos en la medida en que
tífica, como presas de caza, etc. En cambio, si relajamos el crite-
sacrificar a un animal queda exento de condena siempre y cuan-
rio a fin de dar cabida a todos los seres humanos, habrá un
espacio muy amplio para incluir también a un grupo grande y do no se le inflija dolor alguno. Y Regan, en fin, no parece encon-
diverso de animales no humanos. Con objeto de evitar las impli- trarse en posición de enfrentar la disonancia conceptual impli-
caciones repugnantes de tal razonamiento. Singer propone ba- cada en la atribución de derechos a entes que no pueden ser
sar la considerabilidad moral en el principio utilitarista de que sujetos de obligaciones.
no sólo hay que procurar el interés propio, sino, de manera más Otra posición individualista (conocida como biocéntrica), cu-
general, tratar de reducir al máximo la suma de sufrimiento que yo principal exponente hasta ahora es Paul Taylor, plantea la
hay en el mundo y acrecentar hasta donde sea posible la cantidad cuestión en términos más radicales. Reconoce nuestra total in-
de bienestar. De este modo, propone que incluyamos en nuestros manencia al mundo natural y considera también que la natura-
cálculos morales también a algunos animales no humanos. Dado leza puede prescindir perfectamente de la especie humana. Co-
que, en la doctrina utilitarista, lo que se valora o deplora son mo, además, asume que los seres vivos tienen un "valor inheren-
siempre experiencias (satisfactorias o disgustantes, respectiva- te", se sigue que este valor es el mismo en todos los casos (tesis
mente), el nuevo criterio debería concederle considerabilidad que puede motejarse de "igualitarismo biológico"). Los seres
moral a todos los seres sensibles (a los vertebrados, pues, hablan- infundidos de vida poseen un bien propio que es independiente
do en términos taxonómicos), lo cual, de paso, permite asegurar de la valoración (instrumental) que de él haga el ser humano, así
la incorporación de los casos humanos marginales en el espacio como del hecho de que puedan o no experimentar placer y dolor.
ético. Taylor modela su razonamiento de acuerdo con algunos princi-
pios kantianos, pero extiende el alcance del concepto de "fin en
'' VetsT Singer, Liberación animal, México, Cutzamil, 1985; Tom Regan, "De-
sí mismo" más allá de la esfera postulada por la ética kantiana
rechos animales, injusticias humanas", en Teresa Kwiatkovvska y Jorge Issa, op.
cit., pp. 199-263. tradicional, excediendo incluso la ética de corte kantiano pro-
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PROBLEMAS ACTUALES ÉTICA AMBIENTAL, POLÍTICA Y SALUD

puesta por Regan. Concluye, así, que debennos buscar no sólo el naturaleza, Aldo Leopold cimenta su reflexión ética en las cien-
bien humano, sino igualmente el de las demás cosas vivas. cias biológicas de su tiempo. La perspectiva evolucionista —nos
Los principios biocéntricos cumplen una función compensa- recuerda— disuelve las razones filosóficas que creaban un abis-
toria (si bien insuficiente) dentro de un mundo cultural que hace mo entre el ser humano y los otros organismos; la perspectiva
de los animales y de los demás seres vivientes productos sujetos ecológica lo ubica dentro de la comunidad biòtica. La admisión
a los caprichos y abusos del hombre. No obstante, pasan por alto de estos hechos genera —según Leopold— una obligación moral
los problemas que originaron la reflexión ética ambiental no hacia nuestros compañeros en la odisea de la evolución y tam-
antropocéntrica, los cuales (como ocurre con la pérdida de la bién hacia los demás habitantes de la comunidad biòtica. De aquí
biodiversidad, la degradación de los ecosistemas, la contami- que Leopold defina la ética como un conjunto de reglas ideadas
nación del aire y del agua, la erosión de la tierra, etc.) tienen que para enfrentar situaciones que son tan nuevas o intrincadas, o
ver con totalidades en mayor medida que con individuos. Puede bien abarcan reacciones que han de producirse en un futuro tan
decirse, entonces, que aparte de que el biocentrismo de Taylor es lejano, que una persona común sencillamente no puede predecir
impracticable (ya que el igualitarismo biológico impide tomar hasta las últimas consecuencias.'^ Por tanto, cualquier propues-
decisiones cuando hay —como suele haber— conflictos de inte- ta ética que merezca tal nombre debe romper con la repre-
reses), tiene nula relevancia para las prácticas conservacionistas sentación secular de la naturaleza como algo extemo a los seres
que, antes que a seres vivos individuales, atienden a la situación humanos y, con realismo evolucionista, sustituirla por otra en la
de las especies, los ecosistemas y los procesos evolutivos. que nuestras relaciones con el mundo se ajusten a lo conducente
A veces como reacción a las insuficiencias de las teorías indi- para el caso de vma comunidad de partes interdependientes.
vidualistas y reconociendo siempre que entre los aspectos más J. Baird Callicott ha retomado la visión comunitaria y ecoló-
graves de la crisis ambiental se encuentran las agresiones a enti- gica de Leopold y le ha adicionado un profundo interés por di-
dades colectivas, otros filósofos han elaborado teorías holistas versos modelos de trato a la naturaleza propios de culturas peri-
que exponemos a continuación sumariamente. féricas o anterioi-es a la expansión moderna de Occidente. De
El enfoque ecocéntrico propone hacer extensiva la conside- acuerdo con su postura, el primer paso en la constitución de una
rabilidad moral a la naturaleza como totalidad poseedora de un genuina ética ambiental ha de ser negativo; esto es, debe consistir
valor intrínseco que demanda respeto. Postula, por tanto, una en una vasta crítica del enfoque humanista que ha dominado la
distribución del valor que alcanza todos los niveles de organiza- filosofía moral tradicional. (Dicho sea de paso, esta crítica no
ción de la vida (animales sensibles y no sensibles, plantas, espe- puede dejar inmunes tampoco a teorías —como las expuestas
cies y comunidades) y toca, inclusive, entidades no vivas tales líneas aiTiba— que aceptan tal cual la ética occidental y simple-
como las secciones inorgánicas de las montañas y los ríos, com- mente buscan extender su alcance hasta abarcar en alguna me-
prendidas éstas en esas totalidades biológicas que son los ecosis- dida al mundo natural.)'^ El segundo paso es el propiamente
temas y, en la perspectiva más global, la biósfera. Aldo Leopold, constructivo e implica, por un lado, asumir las conclusiones de
en su célebre ensayo "La ética de la tierra", que ejerció una gran la ecología moderna respecto a la interdependencia entre los
influencia sobre el desenvolvimiento de la ética ambiental pos- entes y su medio como condición sine qua non de la vida y, por
terior, sin cuestionar las teorías éticas tradicionales, propuso otro Jado, explorar muy seriamente el bagaje etnográfico en bus-
ampliar su cobertura hasta las relaciones de la humanidad con ca de otras formas de representación de la naturaleza y, consi-
la tierra en su conjunto, lo que implica ipso facto un profundo guientemente, de definición de relaciones nuevas entre el hom-
cambio de contenido en la normatividad tradicional. A diferen-
cia de las tendencias religiosas o místicas que frecuentan las Aldo Leopold, op. cit., pp. 61-79.
Véase J. Balrd Callicott, In Defense of the Land Elhic, Nueva York, State
discusiones éticas acerca de los deberes del hombre para con la
University of New York Press, p. 4.
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PROBLEMAS ACTUALES ÉTICA AMBIENTAL, POLÍTICA Y SALUD

bre y ella. Callicott apunta, pues, a un cambio radical de paradig- vilizada o armónica entre individuos distintos cuyos intereses
ma teórico, antes que a un mero ajuste del hegemónico. fácilmente pueden diferir y hasta oponerse. Más bien, lo que se
Holmes Rolston III, a diferencia de Callicott, propone, sí, una desprende de tal visión ontològica es un modo de vida regido por
revisión de ciertas tesis heredadas (como la del abismo infran- un estrecho contacto con la naturaleza y una actitud consei-va-
queable entre ser y deber ser), pero no cree que haya que llevar cionista como la que —sin necesidad de imposiciones extemas—
tal revisión hasta el punto, por ejemplo, de un rechazo completo tendemos a asumir espontáneamente con todo lo que conside-
del extensionismo biocéntrico. Antes bien, enlaza las ideas del ramos como una parte de nosotros mismos. De cierta manera,
biocentrismo (en particular la de que cada ser viviente tiene un pues, antes que una ética ambiental, la ecología profunda propo-
bien propio) con las ecocéntricas, sosteniendo que una percep- ne una verdadera disolución de la ética —entendida ésta, cual se
ción adecuada de los individuos y las especies tiene que ubicarlos dijo más arriba, como una serie de reglas para convivir con "el
en la compleja red de la vida, en el medio al que pertenecen. En otro"—; pero aporta también orientaciones para llevar una vida
vista de que la pervivencia del ecosistema es una condición ne- sencilla (liberada, individualmente, de la obsesión del consumo
cesaria para la existencia de cosas (individuos o especies) que, y, socialmente, del crecimiento económico) y a un tiempo "rica
según la afirmación biocéntrica, se hallan dotadas de valor in- en metas y valores".
trínseco, Rolston desaiTolla el concepto de "valor sistèmico" co- No cabe duda de que las propuestas que amplían el círculo de
mo una suerte de reflejo del valor que tienen los pobladores del la considerabilidad moral a seres vivos no humanos y a entidades
ecosistema. Además, invoca la idea tradicional de que hay un naturales tales como ecosistemas (y, desde luego, posturas más
orden jerárquico en "la gran cadena del ser", con lo cual justifica radicales como la ecología profunda) crearían tensiones en las
moralmente el célebre dictum aristotélico de que "las plantas políticas ambientales \dgentes. El liberalismo es muy sensible a
existen para los animales y las bestias brutas para el hombre" y la dificultad de fundar una legislación en el valor intrínseco ad-
se sacude los inconvenientes del biocentrismo igualitarista. judicado a organismos y colectividades naturales, y (sobre todo
La ecología profunda es un movimiento que podría conside- en su vertiente economicista) ve con enorme reticencia la even-
rarse como hiperholista. En efecto, su tesis fundamental —de tual intervención de la ecología profunda en el diseño de las
corte metafisico— no pide tanto que reparemos en la necesidad políticas estatales. Asimismo, aconseja mucha prudencia en el
que tenemos de un mundo natural saludable ni que apliquemos uso del poder público para la prevención de desastres ambienta-
también a entidades no humanas nuestros predicados morales, les y no deja de insistir en el riesgo de que la intrusión del gobier-
cuanto que revaloremos el significado que le conferimos a nues- no se transforme en acción autoritaria y hasta en el imperio de
tra propia individualidad, la idea que tenemos de nuestro ego. un "fascismo ambiental" favorecedor de la excesiva reglamenta-
Según este punto de vista, entre los entes diversos que pueblan ción, del conformismo y, quizá, de la represión.
el mundo sólo existen relaciones internas, y no es posible siquie- Tales temores son, por supuesto, atendibles. Parece adecuada,
ra concebirlos al margen de la mutua dependencia que mantie- efectivamente, una fuerte dosis de prudencia al considerar las
nen con su entorno. Como el continuo biológico constituye un doctrinas morales contenidas en las propuestas verdes, tan
sistema integrado, la existencia de individuos es estrictamente abimdantes en nuestra época y a veces tan incontinentes en la
aparente, vale decir, una mera ficción. Así que el único ego que elaboración de nuevos decálogos. Eventuales políticas públicas
puede postularse en términos reales es el "Yo" de la totalidad. El basadas en la ecología profunda, por ejemplo, podrían incluir
trato que le dispensa a la naturaleza una persona que se ve a sí diversas restricciones en el acceso a los recursos naturales para
misma con esta luz no tiene que estar prescrito por reglas mora- quienes quizá suscriben una visión alternativa de la vida. Es
les cuya observancia se transforma en una obligación y aun en
''' Caiy Coglianese, "Implications of Liberal Neutrality for Environmental
un lastre, pues están ideadas para asegurar una convivencia ci- Policy", en Eriviromnentol Ethics, vol. 20, num. 1, primavera de 1998, pp. 41-61.
256 270
PROBLEMAS ACTUALES ÉTICA AMBIENTAL, POLÍTICA Y SALUD

menester que las políticas ambientales giren alrededor, no sólo sos gubernamentales que se dan con gran facilidad so pretexto
de una preocupación por el destino de los ecosistemas y sus de evitar daños a terceros, puede concederse una prioridad in-
pobladores todos, sino también del reconocimiento de que la discutible a la conservación de la naturaleza sólo cuando se llega
administración de los recursos responde a valores que podrían a situaciones límite en que la satisfacción de los deseos de unos
variar de una cultura a otra. He aquí un límite cuyo franqueo hombres implica la frustración de los de otros, o bien cuando una
puede determinar un fracaso en la conservación o bien el concul- sociedad está a punto de perder su última oportunidad de tener
camiento de derechos fundamentales de personas y de grupos. la experiencia de un bosque, un pantano o alguna especie en
Por otro lado, cabe preguntarse si la escasa influencia que (en peligro. Pero incluso la intervención drástica que puede justifi-
la praxis del hombre corriente y en el derecho ambiental) han carse invocando la emergencia del caso debe estar montada en
conseguido los discursos éticos que atribuyen un valor intrínse- pruebas fuertes y en información competente, habida cuenta de
co a animales, especies y ecosistemas no se debe a limitaciones la ligereza con que se multiplican hoy en día las visiones apoca-
de la propia teoría relacionadas con su impracticabilidad o con lípticas del futuro (incluyendo amenazas de muerte repentina
cierta oscuridad de que adolecen sus conceptos. Las razones que por calor, frío, una explosión atómica, falta de oxígeno o exceso
apoyan las políticas ambientales, si no han de conspirar contra de gases letales).
su eficacia, deben ser fácilmente comprensibles; en tanto que el Finalmente, el compromiso con la ideología liberal, en tanto
inconveniente principal que aqueja a la idea de "valor intrínseco" ésta acoge complacida la diversidad de los estilos de vida, obliga
es justamente su falta de transparencia. Parece difícil que se a mezclar los intereses humanos con el bienestar del entorno
produzcan adhesiones masivas al conservacionismo si la gente natural en prácticas que combinan las modalidades de la evolu-
no entiende cabalmente su necesidad; parece una utopía que se ción biológica con la dinámica del desarrollo cultural. Sin em-
dejen de talar bosques y de contaminar los ríos —lo cual implica bargo, sólo una estrategia abocada a alcanzar acuerdos sobre el
renunciar a hábitos acendrados y a beneficios económicos— si supuesto de que la mente humana es capaz de intuir ciertos
no se percibe con vivacidad la justificación conceptual de-una principios generales acerca de lo que es una decisión moralmen-
ética de respeto a la naturaleza. te justa puede aspirar al éxito en la promoción de la multiplicidad
Por último, debe consignarse que los méritos éticos por sí de los estilos de vida y en la conservación de la diversidad de los
solos, pese a que constituyen una condición necesaria, rara vez recursos biológicos que la sustentan.
son ima condición suficiente de definición de un programa de
políticas ambientales. El contexto de decisión debe incluir tam-
bién factores sociales, pues todos sabemos que los gritos de ba-
talla "¡salven al bosque lluvioso!" o "¡conserven este o aquel há-
bitat natural!" pueden verse acallados de inmediato por cifras
contundentes relativas a necesidades humanas.
Todas estas consideraciones nos empujan a concluir que, en
una sociedad liberal, no es posible conceder sin más absoluta
preeminencia a los imperativos derivados de la ética ambiental
(en cualquiera de sus versiones) a la hora de configurar las polí-
ticas públicas de conservación, administración y regeneración
de los recursos naturales. Ante la tesis liberal de que la protec-
ción de plantas, animales o ecosistemas no debe interferir con la
vida de las personas, y la insistencia de Mili en prevenir los abu-
ACERCA DE LOS AUTORES

Profesor de Filosofía del Derecho en la Univer-


MANUEL A H E N Z A :
sidad de Alicante, España. Entre sus publicaciones se encuen-
tran Jízíroái/ccíoji al derecho (Barcelona, Barcanova, 1985, y
México, Fontamara, 1998), Las razones del derecho (Madrid,
Centro de Estudios Constitucionales, 1991), Tras la justicia
(Barcelona, Ariel, 1993) y Contñbución a la teoría de la legisla-
ción (Madrid, Civitas, Í997).
ALBERT CALSAMIGUA: Profesor de Filosofía del Derecho en la
Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Entre sus libros
cabe citar Kelsen y la crisis de la ciencia jurídica (Barcelona,
Ariel, 1978), Introducción a la ciencia jurídica (Barcelona,
Ariel, 1986) y Racionalidad y eficiencia del derecho (México,
Fontamara, 1993).

ERNESTO GARZÓN VALDÉS: Profesor de Ciencia Poh'tica en la Uni-


versidad de Maguncia, Alemania. Entre sus obras es necesario
mencionar Derecho y "naturaleza de la cosa" (Argentina, Uni-
versidad Nacional de Córdoba, 1970-1971), El concepto de
estabilidad de los sistemas políticos (Madrid, Centro de Estu-
dios Constitucionales, 1987, y México, Fontamara, 1992) y
Derecho, ética y política (Madrid, Centro de Estudios Consti-
tucionales, 1993), que reúne buena parte de su producción
intelectual desde mediados de los sesenta.
JULIANA GONZÁLEZ: Profesora de Filosofía Griega, Metafísica y
Ética en la Universidad Nacional Autónoma de México. Entre
sus publicaciones se pueden citar Etica y liberíad (México,
Universidad Nacional Autónoma de México, 1989), El ethos,
destino del hombre (México, Universidad Nacional Autónoma
de México-Fondo de Cultura Económica, 1996).
JORGE ISSA: Profesor de Filosofía en la Universidad Autónoma
Metropolitana-Iztapalapa. Entre sus publicaciones se en-
273
274 ACERCA D E LOS AUTORES ACERCA D E LOS AUTORES 275

cuentran Aproximación a la metodología de las ciencias socia- RODOLFO VÁZQUEZ: Profesor de Teoría, Metodología y Filosofía
les y, con Teresa Kwiatkowska (comps.), Los caminos de la del Derecho en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.
ética ambiental. Una antología de textos contemporáneos (Mé- Entre sus publicaciones se encuentran Educación liberal. Un
xico, Plazay Valdés, 1998). enfoque igualitario y democrático (México, Fontamara, 1997);
es compilador áe Derecho y moral (Barcelona, Gedisa, 1998) e
TERESA KWIATKOWSKA: Profesora de Ética Ambiental y Filosofía
Inteipretación jurídica y decisión judicial (México, Fontamara
de la Ecología en la Universidad Autónoma Metropolitana-Iz-
1998).
tapalapa. Entre sus obras, junto con Jorge Issa (comps.), es
necesario citar Los caminos de la ética ambiental. Una antolo-
gía de textos contemporáneos (México, Plazay Valdés, 1998) y
Humanismo y naturaleza (en prensa).
FLORENCIA LUNA: Profesora de Ética y Bioética en FLACSO y en la
Universidad de Buenos Aires. Ha publicado artículos en revis-
tas especializadas de filosofía y medicina y es autora, con
Arleen Salles (comps.), de Decisiones de vida y muerte. Euta-
nasia, aborto y otros temas de ética médica (Buenos Aires, Sud-
americana, 1995).
Profesor de Filosofía del Derecho en la Universi-
JORGE M A L E M :
dad Pompeu Fabra de Barcelona. Entre sus libros se deben
mencionar Concepto y justificación de la desobediencia civil
(Barcelona, Ariel, 1988) y ima serie de artículos compiládos
con el título Estudios de ética jurídica (México, Fontamara,
1996).
GONZALO MOCTEZUMA BARRAGÁN: Ha sido Profesor de Derecho
Administrativo y Derecho de la Salud en la Universidad Na-
cional Autónoma de México y en el Instituto Tecnológico Au-
tónomo de México. Ha publicado diversos artículos en revis-
tas especializadas, entre los que destacan: "Aspectos jurídicos
de los trasplantes de órganos", en Foro académico (México,
Academia Mexicana de Cirugía, 1992), y "Retos y perspectivas
de la responsabilidad profesional del médico", enBoletín men-
sual de infonnación legislativa (México, Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, año IV, núm. junio de 1994).
MARGARITA VALDÉS: Profesora de Ética y Teoría del Conoci-
miento en la Universidad Nacional Autónomá de México. Ha
publicado artículos en revistas especializadas de filosofía y ha
editado Pensamiento y lenguaje. Problemas en la atribución de
actitudes proposicionales (México, UNAM, 1996).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Atienza, Manuel, "Juridiñcar la bioética", enlsonomía. Revistada teoría


y filosofía del derecho, núm. 8, México, ITAM-Fontamara, abril de 1998.
Calsamiglia, Albert, "Sobre la eutanasia", en Doxa. Cuadernos de filoso-
fía del derecho, núm. 14, España, Universidad de Alicante, 1993.
Garzón Vaidés, Ernesto, "¿Qué puede ofrecer la ética a la medicina?",
enlsonomía. Revistada teoría y filosofía delderecho, núm. 8, México,
ITAM-Fontamara, abril de 1998; "Algunas consideraciones éticas so-
bre el trasplante de órganos", enlsonomía. Revista de teoría y filosofía
delderecho, núm. 1, México, ITAM-Fontamara, octubre de 1994. (Ver-
sión coiregida para esta compilación.)
González, Juliana, "Valores éticos de la ciencia", inédito.
Kwiatkowska, Teresa, y Jorge Issa, "Ética ambiental, política y salud",
inédito.
Luna, Florencia, "Investigación en seres humanos y sida", en Isonomía.
Revista de teoría y filosofía delderecho, núm. 8, publicado con el título
"Sida e investigación", México, ITAM-Fontamara, abril de 1998.
Malem, Jorge, "Privacidad y mapa genético", en Estudios de ética jurídi-
ca, Biblioteca de Ética, Filosofía del Derecho y Política, núm. 48, Mé-
xico, Fontamara, 1996.
Moctezuma Barragán, Gonzalo, "La responsabilidad profesional del
médico", en Isonomía. Revista de teoría y filosofía del derecho, núm.
8, México, ITAM-Fontamara, abril de 1998.
Vaidés, Margarita, "El problema del aborto: Tres enfoques", en Oswaldo
Guariglia (comp.). Cuestiones morales. Voi. XII. Enciclopedia Ibero-
americana de Filosofía, Madrid, Trotta, 1996. (Versión corregida para
esta compilación.)
Vázquez, Rodolfo, "Una justificación liberal de la clonación", en Pers-
pectivas bioéticas en las Amérícas, año 4, núm. 7, Buenos Aires, primer
semestre, 1999.

277
ÍNDICE

Presentación, por Rodolfo Vázquez 9

Prìmera Paríe
FUNDAMENTOS ÉTICO-JURDICOS

I. Valores éticos de la ciencia, por Juliana González . . 25


CiencisL-philosophía 25
La ciencia aplicada y la tecnología. Ciencia y praxis
Ciencia y techné 28
Temas y problemas de bioética 33

n. ¿ Qué puede ofrecer la ética a la medicina ?, por Emesto


Garzón Valdés 42
El problema del conocimiento prohibido 43
Argumentos teológicos, 45; Argumentos racionales, 45
El problema de la impotencia moral 61

m. Juridificar la bioética,-por M2LTme\At\&nzsL 64


Los principios de la bioética: La versión estándar y al-
gunas propuestas alternativas 64
Una crítica a los modelos de Jonsen-Toulmin y de
Gracia 68
Derecho y bioética. La conexión metodológica . . . . 71
El método jurídico 75
La/íír/díf¿cací07i de la bioética 82
De nuevo sobre los principios de la bioética, 82; De los prin-
cipios a las reglas, 87; La vía legislativa y la judicial. ¿Por qué
no un Comité Nacional de Ética?, 89

IV. Investigación en seres humanos y sida, por Florencia


Luna . 92
¿Cómo surgen ciertos planteamientos éticos dentro de
la investigación con seres humanos? 92
279
280 ÍNDICE ÍNDICE 281

¿Qué plantean los llamados "códigos de ética en inves- Los límites de la eutanasia
tigación"? 93 La eutanasia es distinta al genocidio y a la eugenesia, 157;
Códigos y agencias 95 La eutanasia no es un asesinato, 158; La eutanasia no es
Principales argumentos 98 análoga al suicidio, 159
No distinción entre terapia e Investigación, 98; El argumen Una aproximación a la definición de eutanasia . . . . 160
to del consentimiento informado como criterio único, 100 La distinción entre eutanasia voluntaria e involun-
El argumento de la compasión a las compañías farmacéuti-
taria 162
cas, 103; Derecho individual versus protección, 104; Argu-
La concepción de la eutanasia involuntaria 163
mento de la carga valoratlva, 106
Unajustificación liberal de la eutanasia 164
¿Diferentes paradigmas o pseudoparadigmas? . . . . 109 ¿Eutanasia involuntaria justificada? 166
Argumentos en contra de la eutanasia 169
V. La responsabilidad profesional del médico, por Gonza- Procedimientos 173
lo Moctezuma Barragán 114 Algunas conclusiones 175
Ética médica 114
Malpraxis 114 Vm. Privacidad y mapa genético, poT Jorge M&lem . . . . 176
Error, 116; Impericia, 120; Imprudencia, 120; Negligencia, Mapa genético y principio de publicidad 178
121 Mapa genético y principio de opacidad 186
Responsabilidad profesional 122 Mapa genético, privacidad y moralidad 191
La Comisión Nacional de Arbitraje Médico 125
DC. Unajustificación liberal de la clonación, por Rodolfo
Vázquez 201

Segunda Parte X. Algunas consideraciones éticas sobre el trasplante de ór-


PROBLEMAS ACTUALES gíZ7í05, por Ernesto Garzón Valdés 214
La obtención de órganos 216
Caso 1): El abastecedor generoso, 217; Caso 2): El abastece-
VI. El problema del aborto: Tres enfoques, por Margarita dor mercantil, 223; Casos 3) y 4): El abastecedor obligado
Valdés 129 (no indemnizado o indemnizado), 229; Casos 5)-8): Abaste-
El concepto de persona y el carácter moral del aborto 130 cedores difuntos, 235
El aborto y el principio de la santidad de la vida hu-
La adjudicación de órganos 243
mana 137
Aborto y conflicto de derechos 143 XI. Ética ambiental, política y salud, por Teresa Kwiatkowska
y Jorge Issa 254
Vn. Sofcre/a eíítoiflsífl, por Albert Calsamiglia 151 Teorías de ética ambiental 260
Mi pimto de vista .151 El enfoque humanista tradicional, 260; Más allá del huma-
El debate 152 nismo 263
El valor sagrado de la vida humana . 155
Los casos de legítima defensa, 155; El caso de la guerra, 156; Acerca de los autores 273
La pena de muerte, 156; Todavía podríamos encontrar otros
ejemplos, 156 Referencias bibliográficas 277
Este libro se terminó de imprimir y encuader-
nar en el mes de septiembre de 2004 en Im-
presora y Encuadernadora Progreso, S. A. de
C. V. (IEPSA), Calz. de San Lorenzo, 244; 09830
México, D. F. Se tiraron 1 000 ejemplares.
Colecciones del FCE
A LA ORILLA DEL VIENTO
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
ANTOLOGÍA DE LA PLANEACIÓN EN MÉXICO
ANTROPOLOGÍA
ARTE UNIVERSAL
BIBLIOTECA AMERICANA
BIBLIOTECA DE LA SALUD
BIBLIOTECA MEXICANA
BREVIARIOS
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
CLÁSICOS DE LA HISTORIA DE MÉXICO
COLECCIÓN POPULAR
COLECCIÓN PUEBLA
CUADERNOS DE LA GACETA
DIÁNOIA
ECONOMÍA
EDICIONES CIENTÍFICAS UNIVERSITARIAS
EDUCACIÓN
E L TRIMESTRE ECONÓMICO
FIDEICOMISO HISTORIA DE LAS AMÉRICAS
FILOSOFÍA
FONDO 2 0 0 0
HISTORIA
LA CIENCIA PARA TODOS
LA GACETA DEL F C E
LA INDUSTRIA PARAESTATAL EN MÉXICO
LECTURAS DE EL TRIMESTRE ECONÓMICO
LENGUA Y ESTUDIOS LITERARIOS
LETRAS MEXICANAS
LIBROS DE TEXTO DE SECUNDARIA
NUEVA CULTURA ECONÓMICA
POLÍTICA Y DERECHO
PSICOLOGÍA, PSIQUIATRÍA Y PSICOANÁLISIS
Río DE Luz
SOCIOLOGÍA
TEZONTLE
TIERRA FIRME
TRAVESÍAS
VIDA Y PENSAMIENTO DE MÉXICO

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