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El búfalo, un animal de importancia para los indígenas norteamericanos

Por Red Historia http://redhistoria.com/el-bufalo-para-los-indios-norteamericanos/#.VGqOwvmSwiY

De la misma manera que el toro es el protagonista


de la cultura mediterránea, el bisonte americano,
conocido como búfalo, era el centro de la vida
ceremonial y cotidiana para los indios
norteamericanos. Para estos nativos americanos, el
Búfalo significaba abundancia. De él dependían y
extraían lo necesario para su sustento, vestido y
vivienda. Todo del animal se aprovechaba. Toro
sentado, Buffalo Bill, Bisonte Macho, etc. Jefes de
tribus indias de las que muchos conocemos sus
leyendas, portaban su nombre ya que para este tipo de sociedades era todo un honor el llevarlo, un
símbolo de que exhibían su misma fuerza. Se identificaban con éstos al ser el búfalo un animal
corpulento, de color café oscuro, que posee un abundante pelaje y siempre anda en grandes manadas
con un peso que ronda los 900 kilos y puede llegar a tener una altura de casi dos metros. Si un niño
llevaba inserto la palabra “búfalo” maduraría rápidamente, si un guerrero recibía su nombre era un
magnifico cazador. Incluso los hombres dedicados a la medicina se concentraban para tener una visión
del animal sagrado y así entrar en su gran espíritu. Eran muy conscientes que la necesidad de pasto y
agua mantenía a los búfalos en movimiento la mayor parte del tiempo y cuando una manada dejaba un
río y se ponía en marcha, el sonido sonaba como un trueno que se podía escuchar a kilómetros. Se
disponían a cazar y cuando vislumbraban una manada de búfalos, los indios podían matarles a todos en
menos de quince minutos. Primero perseguían a la gran manada y tras ello, el indio, generalmente
montado a caballo, seleccionaba al animal que deseaba matar, lo separaba del resto en cuanto podía,
adentrándose con su caballo en la manada y forzándolo por sí mismo para que pudiese acercarse a ello
sin el peligro de ser pisoteado a muerte.

Toro Sentado

El indio hizo de esta práctica su deporte diario y entretenimiento de vida. A pesar de ser muy ruidosa y
peligrosa incluso para los propios animales que corrían alrededor de un circulo de pánico. Una vez
muerto, las mujeres indias recogían su piel en el mismo lugar. Se llevaban tanto la carne como su piel a
la tribu para luego sacarle partido, aunque el tener que transportar estas enormes cantidades de carne
y pieles tan pesadas planteaba sus dificultades. La piel gruesa y robusta de los viejos búfalos era usada
para realizar escudos que colocaban a la entrada de sus viviendas y para los mocasines que portaban
en invierno. La piel delgada de un búfalo más joven se utilizaba para bolsas de tabaco y ropa interior.
La grasa de búfalo en cambio, para realizar el jabón y el lado áspero de la lengua para crearse sus
propios cepillos de pelo. El Búfalo constituyó un ser espiritual que bendecía a los nativos con todo lo
que ellos necesitaban para sobrevivir. Lo consideraban una manifestación directa del Gran Espíritu, un
Ser Sagrado al que las tribus festejaban con bailes tras la cacería. Cada una de las parte de la carne la
convertían en alimento, los pies también los hervían para luego alimentarse. Con los cuernos
fabricaban cucharas, con sus huesos raspadores, con la cola sus cascos y matamoscas, con sus
tendones cuerdas para sus arcos y de sus hilos realizaban sus vestidos. El pelo de la cabeza lo
trenzaban para colocárselo ellos mismos.

Nadie sabe cuántos búfalos llegaron a haber en América del Norte antes de
la llegada de los blancos, posiblemente alrededor de 40 millones existentes
en las Grandes Planicies, pero cierto es que los indios cazaban muchos más
animales de los que necesitaban. Muchas veces lo que hacían con tantas
cantidades era negociar sus pieles para bienes europeos como cuchillos,
armas y otros objetos metálicos. La mayor parte de las viviendas, llamadas
tipis, eran cubiertas con pieles de búfalo, que peinaban hacia arriba. Las
camas, también hechas con la misma piel de búfalo, fueron colocadas
alrededor del borde del tipi. De ellas colgaban bolsas donde guardaban
agua, armas y el traje del guerrero. El agujero de humo en lo alto se movía
según la dirección del viento. En invierno, el humo mantenía el tipi caliente,
en verano, el borde inferior del tipi se levantaba para que corriese el aire.
También poseían un calendario de piel de búfalo que comenzaba en el
centro en el año 1800 y continuaba hasta 1871. Cada año se mostraba con
un evento. “Lone dog” que era como se llamaba al calendario, no indicaba ninguna batalla con los
blancos. La cantidad de búfalos comenzó a descender drásticamente desde la llegada de los blancos a
América, sin embargo, aunque con el tiempo fue cazado por deporte, los indios norteamericanos
siempre fueron dependientes de los búfalos y con su extinción se hubieran hundido en la
desesperación y el hambre.
LEYENDA DEL BUFALO BLANCO

La leyenda del Búfalo Blanco es de los Lakota. Se conoce como Lakota a la unión de todos los indios
sioux de los Estados Unidos de América.
Esta leyenda cuenta que dos indígenas estaban cazando búfalos y recogiendo alimentos. En eso vieron
que un ternero de búfalo blanco venía hacia ellos. Pero conforme se acercaba, el ternero se iba
convirtiendo en una hermosa y joven mujer. Ella caminaba lentamente y cantaba una canción que
decía: “Contémpleme, contémpleme, pues camino de una manera sagrada”.
Uno de los hombres no estaba muy convencido de lo que sus ojos estaban mirando pues no podía
creer que el búfalo blanco se había convertido en una joven mujer.
Entonces ella le pidió que se acercara y al estar frente a frente, una nube gris cubrió todo el cuerpo del
indio. La nube no dejaba ver nada. Cuando la nube desapareció, el hombre había quedado sin carne ni
gota de sangre sobre sus huesos. Viendo lo que había ocurrido, el otro indio se arrodilló y comenzó a
rezar. Mientras rezaba, la joven india le indicó que regresara al pueblo y les dijera que en cuatro días
ella iba a regresar trayéndoles un bulto sagrado.
El indio le hizo caso. Reunió a toda su gente y les contó lo sucedido. Y efectivamente, tal como la joven
lo había dicho, al cuarto día regresó. Dicen que una nube bajó del cielo y que de la nube surgió un
ternero de búfalo blanco, el cual rodó sobre la tierra y cuando se puso de pie, se convirtió en la joven y
hermosa mujer que llevaba el bulto sagrado en la mano.
Todo el pueblo formó un círculo para recibirla. La joven, cantando una canción sagrada entró al centro
y les entregó el bulto sagrado. Cuando se los entregó les dijo:

“Este es un regalo sagrado y siempre debe ser tratado de una manera sagrada. Dentro de este Bulto
hay una Pipa Sagrada que ningún hombre impuro o mujer impura deberá ver jamás. Con esta Pipa
enviarán sus plegarias al Gran Espíritu. Con ella caminarán sobre la tierra y todos sus pasos deberán ser
sagrados. El tazón de la Pipa es de piedra roja y representa la Tierra. En su centro, está labrada una
figura de un ternero de búfalo. Esta figura representa a todos los animales de cuatro patas que viven
entre ustedes y que deben ser tratados como hermanos. El brazo del tazón es de madera y representa
a todas las cosas que crecen. Doce plumas de águila cuelgan desde donde el brazo que une al tazón.
Las plumas representan a todos los hombres que también deberán ser tratados como hermanos.
Todas estas cosas están unidas a ustedes al fumar la Pipa. Al fumarla enviarán sus plegarias al Gran
Espíritu. Cuando usen la Pipa rezarán por y con cada cosa. La Pipa Sagradalos une a todos como
hermanos. A partir de este día, la Pipa Sagrada permanecerá obre la tierra roja y ustedes enviarán sus
voces al Gran Espíritu”.

La joven mujer se quedó cuatro días entre los indígenas, enseñándoles todo lo que tenían que saber
sobre el bulto sagrado. También les enseñó siete ceremonias sagradas, las canciones y las historias que
nunca debían olvidar. Les dijo que mientras cuidaran y respetaran a la Tierra, los indígenas vivirían para
siempre.
Antes de irse les prometió que siempre iba a velar por todos y cada uno de ellos. Pero que un día
regresaría por el bulto sagrado. También les dijo que el nacimiento de un búfalo blanco sería señal de
que se acercaba el momento en que ella iba a regresar de nuevo para purificar al mundo, trayendo
nuevamente paz y amor para todos.

Hasta el día de hoy, los indígenas guardan ese bulto sagrado. Lo conocen con el nombre dela Pipa del
Ternero de Búfalo Blanco. Está guardada en un lugar sagrado en la Reservación de los indios Chayenne,
en Dakota del Sur, en los Estados Unidos.
Según pudimos averiguar han nacido tres búfalos blancos. Uno en 1933, otro en 1994, que se llama
Milagro y es una hembra y el último, Rueda Medicinal, en 1996.
El nacimiento de un búfalo blanco es para los indígenas de los Estados Unidos una gran alegría. Ellos
están seguros que representa el inmenso amor de Dios por todos ellos. Y que haciendo de su religión
una forma de vida, siguiendo y practicando sus creencias con gran devoción, es lo que hace posible que
ellos se unan a Dios y a todo lo creado por Él, y Dios esté presente todos los días en sus vidas.

Tomado de: Almanaque Escuela Para Todos. 2003.

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