EL INFORME OCULTO

El seminario internacional: “Evaluación y perspectivas de la economía boliviana y de la

región” llevado a cabo en la ciudad de La Paz, fue el escenario para que el Gobierno de
Evo Morales haga gala de los avances del Proceso de Cambio en lo que respecta a su
modelo económico con presentaciones de Álvaro García Linera y el Ministro de
Economía y Finanzas Mario Guillén entre otros.
Contrario a lo que señalan ambas autoridades la economía boliviana dista mucho del
discurso y propaganda malintencionadamente manejada para posicionar una imagen
ficticia de la realidad de nuestro país.
Para empezar Bolivia de acuerdo a los sectores que aportan al PIB nacional en el periodo
2007-2016 ha dependido en un 41,28% de la Industria Manufacturera (8.426.743 miles de
dólares) Agricultura, Silvicultura Caza y Pesca (5.604.264 miles de dólares) Extracción
de Minas y Canteras (4.681.247 miles de dólares) y Establecimientos Financieros, Seguros,
Bienes Inmuebles y Servicios Prestados a las Empresas (2.228.714 miles de dólares)
ascendiendo a un total de 20.940.969 miles de dólares de un total de 50.733.294 miles de
dólares de PIB acumulado en ese periodo.
Como bien destacan Linera y Guillén la economía nacional no depende principalmente de
las actividades extractivistas, verdad a medias, porque si analizamos las exportaciones
de Bolivia para el mismo periodo tenemos que de 86.064.423 miles de dólares exportados
67,63% correspondieron a la Extracción de Hidrocarburos y Minerales (58.208.823 miles
de dólares) frente al 27,49% (23.657.740 miles de dólares) de la participación de la
Industria Manufacturera y el 4,88% (4.197.864 miles de dólares) correspondiente a
Agricultura, Silvicultura, Caza y Pesca. ¿Cómo se entiende este escenario?
Parecería contradictorio que nuestro PIB no refleje el peso específico real de los
hidrocarburos y minerales en la economía nacional, pero esto sucede porque la Balanza
Comercial de Bolivia registra los contrapesos entre importaciones y exportaciones de
los que se puede obtener un saldo acumulado positivo de 13.123.267miles de dólares para
el periodo 2007-2016, es decir se registraron importaciones acumuladas de un orden de
72.941.156 miles de dólares (favorecido por el tipo de cambio fijo artificialmente
mantenido por el Gobierno desde finales del año 2011) que llegarían a eclipsar el
verdadero peso de la actividad extractivista en la economía nacional; como es de suponer
este pequeño gran detalle no es mencionado por ambas autoridades.
En materia de inversión pública en el periodo 2007-2016 ascendió a 28.641,46 millones de
dólares que se destinaron en un 43,99% al sector de Infraestructura (12.600,55 millones
de dólares), 27,22% al sector Social (7.795,57 millones de dólares), un 23,04% al sector
Productivo (6.598,5 millones de dólares) y un 5,75% a lo Multisectorial (1.646,62 millones
de dólares). Aquí detengámonos en el Sector Productivo porque vale la pena hacer notar
que hay una distancia entre lo que se discursea y lo que realmente se hace.
La inversión en lo productivo comprende al sector Hidrocarburos, Minería,
Agropecuario, Industria y Turismo. Sin embargo, los sectores priorizados por la inversión
fueron curiosamente los extractivistas es decir Hidrocarburos y Minería con una
inversión que ascendió a 4.179,96 millones de dólares representando el 63,35% del total
de inversión en materia productiva. El sector Agropecuario tuvo una inversión del
25,88% (1.707,47 millones de dólares) mientras que el sector de Industria y Turismo
represento tan solo 10,78% (711,07 millones de dólares) de la inversión pública destinada
para el Sector Productivo. Es decir, el sector extractivista que dícese que no tiene
mayor relevancia en la economía nacional gracias al nuevo modelo económico vigente
es el que mayores recursos recibe en materia de inversión frente al sector de Industria
Manufacturera que a pesar de ser el principal contribuyente al PIB nacional es relegado
cuando a inversión pública se refiere, incoherencia total.
Por ultimo analizando el comportamiento de la deuda externa boliviana, se tiene que
para el periodo 2007-2016 la deuda contratada por el Estado nacional asciende a los
12.345,20 millones de dólares, monto que autoridades y voceros oficialistas afirman solo
es posible gracias a la solvencia de la economía blindada que como nunca antes nos
favorece. Entre 1996-2016 la deuda total contratada suma un total de 14.984,50 millones
de dólares de los cuales 27,70% corresponden a 10 años de gobierno de los presidentes,
Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997 y 2002-2003), Hugo Banzer Suarez (1997-2001), Jorge
Quiroga Ramírez (2001-2002), Carlos Mesa Guisbert (2003-2005) y Eduardo Rodríguez
Veltzé (2005-2006). La administración Morales en el lapso de 2006-2016 generó el 71,42%
de la deuda externa en el periodo de 20 años analizado, por tanto, si de discurso de
soberanía y dignidad hablamos este gobierno sigue estirando la mano a la comunidad
internacional.
Cabe mencionar que para 2016 las reservas internacionales ascendían a 10.081 millones
de dólares que con una deuda de 12.345,20 millones no da mucho margen de acción para
que el Gobierno considere endeudarse con la misma soltura de los anteriores años.
¿Qué queda del informe oculto? Una economía evidentemente extractivista, con un nivel
de endeudamiento injustificado desde el punto de vista de las inversiones priorizadas.
Una economía nacional que tiene un sector Industrial Manufacturero si bien importante
en cuanto a su participación en la producción pero que no logra cautivar la inversión
pública necesaria para iniciar la transición a la diversificación del aparato productivo
de Bolivia del aún vigente modelo monoproductor exportador de materias primas, una
tarea difícil no por su complejidad sino por la miopía de las autoridades nacionales que
miran lo que quieren mirar, y no así la verdadera realidad económica del país.

Por: Carlos Armando Cardozo Lozada

Economista, Máster en Desarrollo Sostenible y Cambio Climático, Especialidad en Gestión del
Riesgo de Desastres y Adaptación al Cambio Climático, Presidente de Fundación Lozanía