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PRINCIPIOS ÉTICOS QUE RIGEN AL PROCESO PENAL

Principio de eficacia

Principio de probidad

Principio de inocencia

Principio de defensa

Principio dispositivo

Principio impulso procesal

Principio de legalidad

Principio de juridicidad

Principio de Concentración

Principio de judicación

Principio de inmediación

Principio de celeridad

Principio de economía procesal

Principio de oralidad

Principio de escritura

PRINCIPIO DE EFICACIA

PRINCIPIO DE PROBIDAD

La buena fe es un principio general del derecho, consistente en el estado mental de


honradez, de convicción en cuanto a la verdad o exactitud de un asunto hecho y
opinión, o rectitud de una conducta.
Son principios de probidad los siguientes. El cumplimiento estricto de los preceptos
constitucionales y legales; el ejercicio de la función administrativa con
transparencia; la preeminencia del interés público sobre el privado; la prudencia en
la administración de los recursos de las entidades del Estado, y demás entidades
descentralizadas y autónomas del mismo; la promoción e implementación de
programas de capacitación y la difusión de valores, imparcialidad y transparencia
de la gestión administrativa; Publicitar las acciones para generar un efecto
multiplicador que conlleva a la adquisición de valores éticos por parte de la
ciudadanía; el apoyo a la labor de detección de los casos de corrupción a través de
la implementación de los mecanismos que conlleven a su denuncia; la actuación
con honestidad y lealtad en el ejercicio del cargo o empleo o prestación de un
servicio; La incorporación de una estructura de incentivos que propenda a que en la
administración pública ingresen, asciendan y permanezcan las personas más
idóneas, mediante la valorización de su desempeño en un cargo o empleo público
a través del fortalecimiento del sistema de calificaciones, de remuneraciones y de
reconocimientos. Artículo 6 del Decreto Número 89-2002.

PRINCIPIO DE INOCENCIA

Este principio consiste en que toda persona se presume inocente mientras no se


haya declarado responsable en sentencia condenatoria debidamente ejecutoriada.
Artículo 14 de la Constitución Política de la República de Guatemala.

PRINCIPIO DE DEFENSA

Este principio se encuentra consagrado en el artículo 12 de nuestra Constitución y


consiste en que nadie podrá ser condenado ni privado de sus derechos sin antes
haber sido citado, oído y vencido en un proceso judicial, y el Código Procesal Penal
lo desarrolla debidamente, ya que el procesado tiene desde la primera actuación
judicial hasta la eventual condena una serie de facultades y deberes que le permiten
conocer todas las actuaciones judiciales y contar con defensa técnica, a excepción
de dos casos: la ley de narcoactividad que permite reserva de actuaciones en las
fases de investigación y preparatoria, y el artículo 314 del Código Procesal Penal
que establece que el Ministerio Público podrá tener en reserva las actuaciones,
incluso ante las partes cuando no se hubiere dictado el auto de procesamiento. El
derecho de Defensa implica: Ser advertido del hecho que se imputa, declarar
voluntariamente, hacer señalamientos en los actos del proceso, presentar prueba e
impugnar resoluciones, examinar y rebatir la prueba, conocer la acusación, formular
alegatos y defensas, contar con asistencia técnica oportuna.

PRINCIPIO DISPOSITIVO

Según este principio, son las partes las que tienen la actividad procesal; esto quiere
decir que las acciones, excepciones, pretensiones, recusaciones, impugnaciones,
etc. LES CORRESPONDEN A LAS PARTES.

PRINCIPIO DE IMPULSO PROCESAL

Mediante el impulso procesal es al Juez a quien corresponde después de haberse


presentado la demanda calificar si ésta llena los requisitos y emitir una resolución
dándole trámite, proporcionándole así el impulso procesal hacia la siguiente etapa,
que en este caso será emplazar al demandado, según el plazo que corresponda,
dependiendo en la vía que se tramite el proceso. En otras palabras es el Juez el
llamado a resolver el momento procesal que corresponde dentro del proceso, hasta
llegar a la sentencia.

PRINCIPIO DE LEGALIDAD

Este principio se refiere a que todo acto o resolución debe estar fundamentado en
Ley, esto quiere decir que para toda situación dentro del proceso debe existir una
norma; si quisiéramos fundamentar el Principio de Legalidad es muy sencillo, ya
que con el simple hecho de abrir un Código y poner el dedo en un artículo al azar,
nos encontramos frente al Principio de Legalidad.

PRINCIPIO DE JURIDICIDAD

Es importante resaltar que la Doctrina también es fundamento de derecho.


Entonces, se puede decir que todo acto o resolución debe estar fundamentado en
Ley y en los Principios Generales del Derecho, Teorías y Doctrinas aceptadas y
reconocidas por nuestra legislación.

Lo anterior tiene su fundamento en el artículo 10 de la Ley del Organismo Judicial,


que nos da la forma de interpretar la Ley. En este artículo debemos resaltar la literal
d), que establece: “al modo que parezca más conforme a la equidad y a los
principios generales del Derecho”. Es así como la misma Ley nos indica una forma
de interpretar las normas, dándole cabida a la doctrina.

PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN

Este principio se basa en reunir la mayor cantidad de etapas procesales en una


sola. Este principio se resalta en el Juicio Oral ya que todas las etapas que se dan
en el Juicio Ordinario, dentro del Juicio Oral se concentran en una sola audiencia.

El juicio propiamente dicho ocurre en el debate, pues las etapas anteriores


persiguen esencialmente reunir elementos que permitan la acusación por el
Ministerio Público y dictar medidas para asegurar la presencia del inculpado, la
continuidad y las resultas del proceso. Para que las pruebas, argumentaciones y
réplicas de acusación y defensa no sean descontextualizadas y facilitar su
comprensión y percepción por el tribunal, todos estos actos han de realizarse en
una misma audiencia, con marcos de interrupción y suspensión limitados, lo que
permite al juzgador una visión concentrada capaz de proporcionar elementos para
fundar y razonar su decisión.

PRINCIPIO DE JUDICACIÓN

El Principio de Judicación consiste en darle validez a los actos procesales con la


presencia del Juez. Sería fatal por ejemplo que en la etapa procesal dispuesta para
escuchar a un testigo, no estuviese presente el Juez. Aquí, ese acto es nulo, ya
que se estaría violentando el Principio de Judicación.

PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN
La inmediación se refiere a las partes y no al Juez. Es tan común escuchar lo
siguiente: “el Juez verificará que las partes están presentes”. La inmediación es la
relación procesal que se da entre el Juez y las partes.

Implica la máxima relación, el más estrecho contacto y la más íntima comunicación


entre el juez, las partes y los órganos de prueba. Permite recoger directamente
hechos, elementos y evidencias que dan mayor objetividad y eficiencia a la
administración de justicia. La importancia máxima de este principio es la relación
del juez con la prueba ya que se realiza en su presencia, llevándolo a un
convencimiento muy diferente a que si se basa únicamente en actas y escritos
judiciales, y a su vez lo hace participar en el diligenciamiento de la prueba no como
mero espectador, sino como elemento activo y directo en la relación procesal.

La presencia de los jueces implica el desarrollo de ciertas cualidades de


observación, receptividad, reflexión y análisis. Durante el juicio oral deben estar
presente todas las partes siendo la condición básica para que pueda realizarse.

PRINCIPIO DE CELERIDAD

Lo que pretende el principio de celeridad es que el proceso sea rápido, no


importando si es un Juicio Ordinario, si es un Juicio Oral o si es un juicio Sumario.

PRINCIPIO DE ECONOMÍA PROCESAL

Este principio lo que busca es que el proceso sea más barato, que las partes sufran
el menor desgaste económico posible dentro del mismo y que se mantenga un
equilibrio en que prevalezca la idea de que no sea más costoso el proceso que el
costo de la Litis. Este principio va a determinar al final del proceso la condena en
costas procesales.

PRINCIPIO DE ORALIDAD

No hay en el mundo un proceso puro en donde los procesos sean al cien por ciento
orales. Lo que sucede es que prevalece el principio de oralidad sobre el principio
de escritura; esto quiere decir que hay más actos orales que escritos. Este principio
es característico de los sistemas anglosajones. La oralidad significa
fundamentalmente un medio de comunicación, la utilización de la palabra hablada,
no escrita, como medio de comunicación entre las partes y el juez, como medio de
expresión de los diferentes órganos de la prueba.

Este principio se refiere al debate, debido a que la experiencia a demostrado que la


escritura provoca que los jueces juzguen escritos y actuaciones documentadas que
no reflejan la realidad, además al ser oral el debate el juez presta toda la atención
del caso al proceso, además de hacer más rápida la fase más importante del
proceso que es el debate.

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