You are on page 1of 3

Hubo un discurso que lo cambio todo que en las postrimerías de la historia ecuatoriana

de tener un concurso pragmático habría significado la redención la paz y el progreso,


empero aquel hombre que lo pronuncio represento las pasiones más rastreras, siempre
rindiendo tributo a la ignomia, ese hombre es Jamil Mahuad y dijo:

“…delante nuestro no tenemos el futuro como muchos creemos sino el pasado, porque
uno tiene delante lo que puede ver y el pasado es lo único que podemos ver (…) el ser
hacia atrás (…) el futuro que aún no lo conocemos pero que ya pesa sobre nuestros
hombros …”

En la justa medida de lo racional el SER-HUMANO es fuente elemental del


conocimiento, de ese conocimiento estriban las fórmulas conductuales de existencia en
cuanto a su bienestar; la armonía que refiere la cita anterior rememora la convivencia del
ser con el factor ambiente que es externo, un pasado que se puede ver en relación con los
demás habitantes del planeta; un futuro que no lo conocemos en coexistencia con formas
de vida nuevas. La vida, esa pequeña partícula de existencia en la que busca a diario
adaptarse –el ser humano—a la realidad natural que varía incesantemente; en pleno
ejercicio de adaptación produce excesos, siendo el HUMANO el único animal racional
capaz de modificar el mundo exterior, de establecer en base a un objeto-fin un proceso
de toma de recursos para la tarea que se ve empañado, no basta entonces en buen sentido
mismo darle con altos estándares de ecuanimidad el calificativo de racional, puesto que
así mismo se destruye, se ve medrado así mismo por las condiciones de mercado que ha
desatado, en palabras de los Versos Áureos proclamadas por Pitágoras: “…conocerás
a los hombres víctimas de los males que ellos mismos se imponen, ciegos a los bienes que
les rodean que no oyen, ni ven…”, justamente ahí donde no ven ni oyen se erige la
falsedad que se explaya en la indolencia de obtener grandes réditos, obstaculizando así el
desarrollo de los sectores más postergados de la humanidad.

La plena aplicabilidad de un contexto racional de mero contenido teórico no va jamás a


responder a realidades eminentemente desiguales, hay un poder que se encuentra
haciendo distinción, un grupo se encuentra medrado ante los segundos y aun teniendo
conciencia de tal distinción que se regla por estándares de valoración en cuanto a una
utilidad no hace sino mantenerse subyugada no por condición sino por comodidad. El
espectáculo natural de una secuencia sucinta a un hecho seguido de otro parece contener
el vínculo elemental que sea dado a conocer por los pueblos ancestrales, puesto que la
visión misma de un pasado y de un futuro está contenida en una secuencia holística que
gira en sentido de alambique que por un lado gira en torno así y por otro no al volver en
el giro no vuelve al mismo sitio. El conocimiento como fórmula de sabiduría otorgada
como resquicio divino para el mejoramiento de comunidades evidencia la continua
búsqueda del perfeccionamiento aquel pudiera mejorar al SER-HUMANO en contexto
de su pasado, presente y futuro. Hoy en la generalidad de los sesgos democráticas queda
también claro que la aplicabilidad de la mera teórica ha dado largos pasos por alcanzar a
la realidad con el reconocimiento de los Derechos Fundamentales como motor de avance
para el respeto e integración del SER con lo HUMANO, con la razonabilidad de legitimar
cualquier accionar que propenda a la consideración de la mayoría que permita tener en
los hoy se llamaría plena jurisdicción para establecer reglas para una convivencia
sana –BUEN VIVIR--.

La realidad se presenta en un contexto de pasado, presente y futuro; la línea secuencial


histórica que ha permitido el desarrollo de la dogmatica-juridica también ha sido
influenciado por aportes primigenios que más tarde son desarrollados en determinado
momento histórico y por ultimo encontrarse a la espera las consecuencias que antecedan
a los hechos ya comprobados (futuro). ¿A QUE REALIDAD RESPONDEMOS?,
¿EXISTE UNA LINEA DE TIEMPO DEFINIDA?, ¿COMO ESPERAMOS QUE SEA
EL FUTURO? Son estas y otras tantas preguntas que este trabajo pretende esclarecer, en
la más sublime condición de ser un aporte para la colectividad mas no de contener una
verdad que no sea susceptible de perfeccionamiento, cuyo fundamento lo encuentra en
dos obras fundamentales para aquel estudioso del derecho que pretenda seguir una línea,
una actitud y una consecuencia académica: “La Pachamama y el Humano del Autor
Rafael Eugenio Zaffaroni” y “Derechos y Garantías del Autor Luigi Ferrajoli”.

En respuesta a la primera interrogante: ¿A qué realidad respondemos? Cabe establecer un


antecedente respecto de la realidad como tal, de no hacerlo se estaría empezando una
argumentación sin ningún contenido de razonamiento científico que es el primer objeto
de este trabajo. En función de los movimientos conductuales que se observan en la
sociedad se puede establecer patrones que son rezagos heredados de generación en
generación, indultos que antes se consideraron como verdades tras la comprobación
científica pasaron a formar parte del bagaje de obscenidades en las que ha caído la
humanidad. A fuer de ser el sentido utilitario permitió la valoración-subjetiva es decir la
valoración que toma en cuenta a cualquier bien como sentido y objeto de derechos
siempre y cuando haya sido heredad de la divinidad, el HOMBRE heredero de Dios desde
la cosmovisión cristiana se afianzo en ser el objeto-sentido de derechos por la mera
consignación del Derecho Natural, empero es plausible que hasta dentro de esta categoría
de humanidad había distinciones un grupo eran los herederos de derechos y otro grupo
los herederos de la desgracia, fruto de la explotación y del hambre, considerados como
medios para obtener réditos utilitarios que permitieran mantener estatus-quo de por si no
eran objetos de derechos ya que eran cosas tangibles en tal sentido solo eran meros objetos
de propiedad mas no de sujetos de derechos. Al afán mismo de superar cada vez más el
estancamiento filosófico en procura de que el ser humano se perfeccione aparecen las
condiciones de resarcimiento en aras de procurar la protección del más débil, equiparando
las condiciones por lo menos de partida para el logro de fines similares que garanticen
condiciones vida por lo menos aceptables, ese ha sido desde antaño la mira de los
empoderados en vaciar la vida en consecuencias en la búsqueda incesante de ideales para
mejorar la existencia humana.

La realidad a la que estamos inmersos se encuentra en crisis desde los bagajes de


principios consagrados en una palabra es toda la estructura la que está siendo socavada,
más reflejo no puede haber como la llamaría Luigi Ferrajoli: “Crisis del derecho”,
quedando aletargado las funciones verdades inmanentes del Estado en las cuales fue
concebido, la estructura del Estado que se ha quedado retrasada en cuanto a las exigencias
de la vida diaria. A si mismo queda en precariedad la figura estatal como protector de
sus conglomerados y cada vez en suma va tornándose --si no es que ya se ha
perfeccionado— más incólume ante las injusticias creadas por sus propios brazos fuertes
pero debilitados al mismo tiempo por una enfermedad incurable (el reclamo cada vez más
fuerte de sectores definidos).

En relación a la segunda interrogante: ¿Existe una línea de tiempo definida? A ello vale
anteceder la existencia de un derecho racional legitimado por la representatividad de un
conglomerado y que la posta de unidad la toma EL ESTADO, pero ya ha quedado en
evidencia que se encuentra en crisis; la línea de tiempo a la que se hace referencia traduce
la existencia de caracteres que en algún tiempo estuvieron vigentes:

You might also like