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II.- Desarrollo y crisis de la estructura económica de México

La crisis del modo de producción capitalista en México y concretamente los límites del esquema bajo el cual
se desarrolló el proceso de acumulación de capital en el país a partir de 1940, corresponden a la forma específica
en que la estructura económica del país se ha articulado al capitalismo a nivel mundial. La crisis en México es la
expresión concreta en el país de la crisis general del modo de producción capitalista.

II.1.- Antecedentes de la industrialización en México

En 1930 el 68.7% de la fuerza de trabajo se encontraba en el sector agropecuario, 1% en la minería y petróleo,


9.9% en la manufactura, 1.9% en la construcción, 1.9% en transporte, 5.8% en transporte y 5.8% en otros
servicios.
El 66.5% de la población vivía en comunidades rurales de menos de 2500 habitantes y solo el 17% en
ciudades con más de 15000 habitantes; 16% en comunidades semirurales con un número de habitantes entre 2500
y 15000 y menos del 1% en enclaves mineros y petroleros controlados por el capital extranjero y orientados a la
exportación.
La baja productividad del trabajo en el sector agropecuario se refleja en que solo generaba el 22% del producto
interno bruto, aun cuando concentraba a casi el 70% de la fuerza de trabajo.
La composición del valor bruto industrial era 83% bienes de consumo, 14.8% bienes intermedios y 2.2%
bienes de capital, lo cual indica que la base del sector industrial eran las actividades artesanales. La estructura
económica era dependiente de exportaciones del sector primario para la importación de bienes de capital y de
productos manufacturados. Al ser el conjunto de la actividad económica dependiente de exportaciones primarias,
la variación en los precios de los productos agrícolas y minerales propiciaba fluctuaciones en el conjunto de las
actividades productivas.
Ante la depresión económica mundial de los años treinta se reduce la demanda de productos primarios por
parte del exterior. El sector industrial dependía para su desarrollo de la importación de bienes de capital, proceso
que a su vez estaba condicionado por la exportación de productos primarios, por lo cual la crisis de los años
treinta limitaba el desarrollo de este sector.
En 1940 la población en México era de 19,650,000 habitantes; el 30.8% lo constituía la población ocupada,
del cual 63.3% se ubicaba en el sector primario, 15.6% en el sector industrial y 21.1% en el sector servicios. Lo
anterior refleja el casi nulo desarrollo de la industria durante la década anterior.
A partir de 1940 factores externos e internos determinaron el desarrollo del sector industrial. Entre los factores
externos se encuentra la coyuntura de la segunda guerra mundial que propicio la orientación del aparato
productivo de los países involucrados en ella hacia la producción bélica disminuyendo sus exportaciones. Lo
anterior creo la necesidad de desarrollar una planta productiva capaz de producir internamente bienes de consumo
que antes se importaban. Entre los factores internos se encuentra la concentración del ingreso que permitía a
sectores de la burguesía realizar inversiones de capital en la magnitud requerida para la adquisición de bienes de
capital.
El Estado como impulsor del desarrollo del capitalismo en México coloca su atención en el sector industrial,
como eje de un desarrollo viable ante las limitaciones impuestas por una economía primario exportadora. 1
Finalmente las propias potencialidades de rentabilidad y crecimiento convirtieron al sector industrial en el
más dinámico desde finales de la tercera década.

II.2.-1a etapa del desarrollo industrial (1940-1958)

La incapacidad de desarrollar tecnología propia en el corto plazo oriento el proceso de industrialización hacia
los procesos productivos intensivos en fuerza de trabajo; principalmente de bienes de consumo no durable. En el
país no existía el capital para invertir en plantas de producción de bienes de capital, ni el mercado suficiente para
garantizar la valorización del capital en esta rama, por lo cual se margina la producción de estos bienes.
El PIB creció a una tasa promedio anual de 5.8% durante este periodo, mientras que el PIB industrial creció
a una tasa de 7.5%, lo cual muestra el mayor desarrollo del sector industrial en relación al conjunto de los sectores.
El índice de precios creció a una tasa de 10.6%. La devaluación se utilizo como mecanismo de ajuste de la balanza
de pagos ante la importación de bienes de capital y bienes de consumo no durable.

1
Un antecedente del apoyo del Estado al desarrollo industrial lo constituye un decreto del 26 de abril de 1926
que establecía la exención fiscal para el establecimiento de nuevas industrias.
2

Ante la debilidad de la industria para competir en los mercados internacionales, su desarrollo se oriento al
mercado interno, de ahí que esta etapa significó la disminución de las importaciones de bienes de consumo no
durable. Las importaciones de estos bienes como parte de la oferta total descendieron de 70% a 20% entre 1940
y 1958. La modificación en la estructura de importaciones y exportaciones entre 1939 y 1958 se muestra en el
los cuadros siguientes:

Estructura de las importaciones


1939 1958
Bienes de consumo 32.9 % 9.0 %
Bienes intermedios 17.1 % 29.2 %
Bienes de capital 50.0 % 61.8 %

Estructura de las exportaciones


Agricultura Minería Manufactura
1939 28.2 % 65.0 % 5.6 %
1958 67.0 % 22 .0% 11.0 %

El Estado, como se menciono, asumió al sector industrial como eje del desarrollo del capitalismo en México.
En 1941 se promulgo la Ley de Industrias de Transformación exentando del pago de impuestos por un periodo
de 5 años a todas las industrias nuevas y necesarias de acuerdo a los criterios del Estado. En 1945 se amplía el
periodo de exención a 10 años para “industrias fundamentales” y a 7 años para “industrias de importancia
económica”. Al desarrollarse el sector industrial orientado hacia la demanda interna el Estado aplicó una política
proteccionista a través de aranceles, permisos, cuotas, etc.
Entre otras medidas aplicadas para incentivar la inversión en la industria se encuentran la creación de bancos
de fomento (Nafinsa entre otros); el desarrollo de la infraestructura requerida por la industria y la política salarial
restrictiva junto con el corporativismo y la represión para controlar al movimiento obrero.
El gasto del Estado no fue sustentado con una política fiscal que gravara al capital, lo cual condujo al creciente
déficit público.
Regiones geográficas donde se desarrollo la industria
Empleo y salarios

II.3.- 2a etapa del proceso de industrialización (1958-1970)

A partir de 1958 se desarrolló la industria productora de bienes de consumo durable, bienes intermedios y en
menor medida de bienes de capital. Durante este periodo, la producción de bienes de consumo creció 47.5%; de
bienes intermedios 32.9% (principalmente por el desarrollo de la petroquímica, el cemento y la siderurgia) y
21.4% de bienes de capital.
A pesar del mayor dinamismo de la industria de bienes intermedios y de capital con respecto al periodo
anterior, la importación de estos bienes era mayor, lo cual condujo al sector industrial a una mayor dependencia.
La formación de capital dependió de la importación de medios de producción financiada con divisas
provenientes de las exportaciones de productos agrícolas, del el turismo y el endeudamiento; y al ser insuficientes
estos elementos, la exportación de petróleo financió la adquisición de bienes de capital.
En esta etapa el Estado continuó con una política fiscal que no gravaba al capital. Por otra parte subsidio la
inversión privada manteniendo el tipo de cambio fijo y a través del endeudamiento externo. Al mantener el tipo
de cambio fijo, se encarecen las exportaciones, por lo cual se profundizo la orientación de la producción hacia el
mercado interno.
El PIB creció a una tasa media anual de 7.1%; el PIB industrial a 8.6% y el índice de precios al 2.9%

II.4.-El sector agrícola y su desarrollo con el sector industrial

Las relaciones sociales de producción en el campo se han modificado a partir de la revolución de 1910
consolidándose las relaciones de producción capitalistas.
3

Lo que establecía el art.27 de la Constitución en su primera versión se refería a:


1.-La naturaleza de la propiedad rural
2.-Restitución de tierras a pueblos despojados
3.-Dotación de tierras a pueblos que carecen de ella
4.-El derecho a la propiedad privada
5.-Expropiación y fraccionamiento de latifundios
6.-limitacion de las extensiones de tierra que pueden poseer los particulares (100 hectáreas de riego y 200 de
humedad)
7.-Creación de nuevos centros de población urbana

Las superficies restituidas y las dotaciones ejidales fueron en general más pequeñas que la pequeña propiedad,
generándose minifundios incapaces de introducir las técnicas del cultivo intensivo. La mayor parte de los recursos
se canalizó hacia la pequeña propiedad privada. Diversos mecanismos, como la utilización de prestanombres,
hicieron prevalecer los latifundios. A partir de 1925 se permitió la división de los ejidos en parcelas individuales
y desde 1940 el Estado abandono la concepción de hacer viable el ejido y se freno el reparto de tierras. En 1941
se restituyo la tierra a los particulares que desde la perspectiva del estado habían sido indebidamente expropiados.
En 1942 se decreto la no afectabilidad de superficies ganaderas de particulares que no excedieran de 300
hectáreas en tierras de mayor calidad.2Bajo el régimen de M. Alemán se modificaron las fracciones 10,14 y15
del art. 27 en un sentido tendiente a detener el reparto agrario y la expropiación.
A partir de la revolución se genero heterogeneidad en el campo, que se expresa en distintos tipos de
productores, de relaciones de producción, de niveles de productividad y distintos tipos de tierra.

El desarrollo del sector agrícola fue determinante en el proceso de industrialización del país. Del campo se
libero la fuerza de trabajo requerida por la industria. Las grandes ganancias en la gran propiedad agrícola
contribuyeron al desarrollo industrial al aportar financiamiento a través del crédito.
En el periodo 1940-1958 el sector agrícola fue el principal generador de divisas necesarias para la importación
de bienes de capital.
Los precios de garantía y la explotación de los trabajadores en el campo permitieron al capital industrial
obtener las materias primas requeridas por el proceso productivo a precios bajos, así como la disminución del
costo de la fuerza de trabajo en la industria por el bajo precio de los alimentos, conformándose así las condiciones
para una mayor extracción de plusvalor.
El bajo nivel de los precios de garantía desincentivó la producción agrícola así como la introducción de
adelantos técnicos que elevaran la productividad en este sector.
La estructura de precios permitió una transferencia de recursos del sector agrícola al industrial. Entre 1950 y
1960 el precio de los productos agrícolas había disminuido 82.3% en relación con los precios de las manufacturas.
De esta forma la subordinación de la agricultura a la industria dio lugar a la descapitalización del campo y al
descenso en los ritmos de crecimiento de la productividad y la rentabilidad en el campo, lo que provoco la
reorientación de la inversión hacia otros sectores de la economía.
La orientación de los recursos a la propiedad privada, el fraccionamiento de la tierra en minifundios incapaces
de incorporar la técnica al proceso productivo, la repartición de la tierra entre el ejido y la propiedad privada,
configuraron una heterogeneidad rural en la que coexistieron diversos grados de capitalización y de
productividad, diversos tipos de relaciones de producción, de calidad de la tierra cultivada, etc.
El desarrollo de la heterogeneidad del campo y la subordinación del sector agrícola al desarrollo industrial
configuraron las condiciones para la crisis agrícola que se presento a partir de 1966 y que se expreso en la baja
productividad y en la liberación masiva de la fuerza de trabajo que emigro a las zonas urbanas en busca de trabajo
asalariado en la industria.
El siguiente cuadro muestra como el país transita de ser exportador de Maíz a importador del mismo a partir
de la década de los setenta.

2
Durante el gobierno de López Mateos (58-64) se cancelo el otorgamiento de certificados de no afectabilidad
ante la emergencia de levantamientos campesinos.
4

Maíz

Superficie cosechada (2) Producción (3)


Exportaciones Importaciones (1) Riego Temporal Riego Temporal
(1)

1965 1,375,189 12,033


1975 6,289 2,660,839 678 6,016 1,562 6,887
1985 3,739 2,223,497 978 6,612 3,286 10,817
1990 753 4,102,443 1,091 6,248 3,600 11,035
Fuente: SARH (1) Toneladas
(2) miles de hectáreas
(3) miles de toneladas

Desde 1965 la producción agrícola comenzó a crecer a un menor ritmo que el consumo. La balanza comercial
agrícola se convierte en deficitaria a partir de 1975 como lo muestra el cuadro siguiente 3.

Contribución del sector agropecuario a la balanza comercial


(Miles de dólares)
1956 1960 1965 1970 1975 1980
Balanza
comercial 345,854 280,924 446,710 346,058 -76,779 -447,250
agropecuaria
Balanza
comercial no -610,284 -728,659 -892,424 -1.443,912 -3,642,752 -273,477
agropecuaria
Balanza
comercial total -264,431 -447,735 -445,714 -1,087,854 -3,719,531 -3,178,727

En 1956 el superávit del sector agropecuario cubría 56.6% del déficit de la balanza comercial no agrícola, en
1970 solo el 24% y desde 1975 la balanza comercial agrícola se vuelve negativa. De esta forma el sector agrícola
deja de generar divisas transformándose en un sector que absorbe divisas
La crisis de la agricultura incide en el desarrollo del sector industrial al dejar de aportar divisas para la
importación de bienes de capital, conduciendo al endeudamiento externo como medio para financiar el desarrollo
del capital industrial que por estar orientado al mercado interno no genero las divisas para su propio desarrollo.

II.5.-Profundización de las contradicciones del proceso de acumulación (1970-1976)

El gasto del Estado, orientado a crear obras de infraestructura y al desarrollo de sectores estratégicos para el
capital, junto con las políticas de subsidios y los mecanismos de transferencias a sectores y ramas productivas
para impulsar su desarrollo, fue inconsistente con una política tributaria que no grava al capital y con una política
de precios y tarifas de bienes y servicios públicos cuyo propósito fue reducir los costos de producción para el
capital. Tal inconsistencia se expreso en un creciente déficit público.
La intervención directa del Estado en la producción se incremento en el periodo 72-76 ante la inviabilidad de
que el propio capital privado mantuviera los ritmos de crecimiento de los periodos anteriores. El gasto del Estado

3
Caballero, Emilio. La larga crisis de la agricultura y su impacto. Ed. De cultura popular. México 1986.
5

a través del déficit público tenía como propósito acrecentar la demanda creando condiciones de rentabilidad para
el capital que estimularan la inversión privada.
El déficit público como porcentaje del PIB paso de 1.8% en 1970 a 7.2% en 1976, sin mantenerse el
dinamismo que la inversión privada había tenido en la década anterior, por lo cual el crecimiento de la demanda
al no ser acompañado de un crecimiento de la inversión en la misma proporción se tradujo en un proceso
inflacionario y en un déficit del sector externo crecientes. El déficit comercial externo del sector manufacturero
paso de 1,353 mdd en 1970 a 3,779 mdd en 1975.
Ante el creciente déficit público, la mayor parte del financiamiento bancario se canalizo al Estado. En 1970
al Estado se dirigió el 24.4% del financiamiento bancario otorgado, elevándose la absorción de este
financiamiento a 63.5% en 1976.
La otra fuente de financiamiento del gasto del Estado fue el endeudamiento externo. En 1972 el
endeudamiento externo financio el 6.7% del déficit y en 1976 el 32.9%.
El pago del servicio de la deuda externa aumentaba como porcentaje de las exportaciones totales de bienes y
servicios, pasando de 26% en 1970 a 32.5% en 1975. Asimismo la participación de los intereses en el total del
servicio de la deuda externa, de ser 30.2% en 1970, pasa a 54.7% en 1975.

Indicadores de la deuda externa


Deuda total Deuda como %
(mmdd) de
las exportaciones
1950 1 .0
1968 3.0
1972 3.9 102.6
1976 15.9 220.8
1980 57.4 259.7
1984 97.3 301.2
1988 99.2 308.1
1992 113.4 243.3
Fuente: Banco mundial (tabla de débitos)

Con lo anterior se contrajo aun más la inversión productiva privada, canalizándose el plusvalor hacia la
especulación de divisas y se presento una fuga de capitales. En 1976 salen capitales por 3,144 mdd y disminuyen
las reservas internacionales en 865 mdd ante las perspectivas de la burguesía que preveía cambios en la paridad
de la moneda como resultado del déficit externo. En 1976 la paridad del peso frente al dólar pasa de 12.50 a
22.73

Fuga de capital (mmdd)


1973 850.4
1974 1,040.0
1975 1,046.0
1976 3,144.0
1977 950.1
1978 604.8
1979 2,454.9
1980 4,512.8
1981 10,904.8
1982 7,788.4
1983 4,241.2
1984 2,517.5
1985 822.0

Con el conjunto de los factores anteriores se manifestó la crisis económica en 1976, evidenciando las
limitaciones de la estructura bajo la que se había desarrollado el proceso de acumulación de capital en el país.
6

Hasta 1976, el Estado, a través de la política fiscal (subsidios, exenciones fiscales), política monetaria (tipo
de cambio fijo), endeudamiento, corporativismo, etc. tendió a neutralizar la caída en la tasa de ganancia y a
conformar condiciones propicias para la acumulación de capital, exacerbando las contradicciones propias del
esquema bajo el cual se planteo el desarrollo del capitalismo en México.
La confirmación de reservas de petróleo en el país y la elevación de su precio entre 1973 y 1978 permitieron
junto con otros elementos postergar la profundización de las manifestaciones de la crisis, irrumpiendo estas en
1982.
Entre 1940 y 1981 el crecimiento del PIB nunca fue negativo como ocurrió en 1982 y 1983, años en que el
PIB decreció 0.62 y 4.19 respectivamente. Entre 1980 y 1988 el PIB per cápita disminuyo 9.6% en el país y 6.9%
en América Latina.

III.-Reestructuración
Ante la crisis estructural de la formación social mexicana, y ante las limitaciones del esquema bajo el que se
había desarrollado el proceso de acumulación de capital se presentó para la burguesía la necesidad de realizar
una reestructuración tendiente a dar continuidad al proceso de valorización del capital, y a establecer condiciones
para elevar el ritmo de la acumulación.
Conforme a los intereses del capital, el Estado mexicano ha llevado a cabo a partir de 1982 un proceso de
reestructuración que tiene como propósito contener la caída de la tasa de ganancia conformando condiciones
favorables para elevar el ritmo del proceso de acumulación de capital.

En el capítulo XIV del Tomo III de El capital, Marx analiza los factores que contrarrestan la caída tendencial
de la tasa de ganancia, entre los cuales se encuentran los siguientes:
1.- Elevación del grado de explotación de la fuerza de trabajo, es decir elevación de la tasa de plusvalor.
g’= P’/(k+1), por lo cual la elevación de P’ tiende a elevar la tasa de ganancia. Como P’= P/v y P, v son
respectivamente expresiones del TTE y TTN, P’=TTE/TTN, por lo cual una forma de elevar la tasa de plusvalor
es extendiendo el TTE a través de la extensión de la jornada de trabajo.
2.- Reducción del salario por debajo del valor de la fuerza de trabajo.
De esta forma el capitalista no solo se apropia del TTE sino también de una parte del TTN y la fuerza de
trabajo, solo se reproduce de manera atrofiada.
3.- El comercio exterior
Da lugar a la concentración de capital en un proceso en el que los grandes capitales absorben a los más chicos
apropiándose de los mercados que estos antes controlaban.
Los factores anteriores para contener la caída en la tasa de ganancia han estado presentes en el proceso de
reestructuración llevado a cabo por el Estado en marco de la reestructuración del capitalismo a nivel mundial.
En relación al primer factor mencionado, la reforma a la Ley Federal del Trabajo (con la que se pretende
extender la jornada de trabajo y en general acrecentar por diversos mecanismos la explotación de la fuerza de
trabajo, legalizando lo que es vigente en los hechos) se inscribe en el proceso de reestructuración.
En relación al segundo punto, en el país el poder adquisitivo del salario ha caído en 80% desde 1976 hasta
ahora, como un mecanismo para elevar la tasa de ganancia a través de la elevación de la tasa de plusvalor.
Sobre el tercer factor mencionado, el Tratado de libre comercio, ha constituido uno de los ejes del proceso de
reestructuración del capitalismo a nivel mundial.
En México, la reestructuración se ha expresado en la desincorporación; en la apertura comercial; en la
desregulación; y en la flexibilidad laboral.
En relación a la desincorporación, la privatización de empresas paraestatales otorga a la burguesía nuevos
espacios para la valorización y acumulación de capital. Las empresas paraestatales que en 1982 eran 1,155 se
habían reducido en 1989 a 402, y a 40 en 1998,4lo cual significo el fortaleciendo de los grupos económicamente
poderosos del país articulados al capital transnacional, la desaparición de los contratos colectivos y los recortes
para los trabajadores.

4
Las principales entidades paraestatales privatizadas se encuentran en la industria siderúrgica (Altos hornos,
Sicartsa, Lázaro Cárdenas las truchas), en la minería (Minera Cananea, Peñoles, Real del Monte, Mexcobre,
Minera Autlan, etc.), en las comunicaciones y transportes (Telmex, IMEVISION, Astilleros Unidos,
Ferrocarriles Nacionales, Aeroméxico carreteras, etc.), Refinerías, Servicios de agua potable, saneamiento y
tratamiento de aguas residuales, parques nacionales, Fertilizantes, etc.
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Número de entidades
paraestatales
1971 322
1976 845
1982 1,155
1989 402
1992 269
1998 40

La reestructuración finalmente incide sobre todos los ámbitos de la sociedad. En el sector educativo, la
reestructuración se expresa en la tendencia hacia la privatización a través del cobro de cuotas; en las reformas a
planes y programas de estudio para adecuarlos a las necesidades actuales del capital, etc.
Elementos concretos que se insertan en el proceso de reestructuración y que han sido expresados en las
modificaciones a los ordenamientos jurídicos son la reforma al art. 27 constitucional, la reforma a la LEY del
IMSS, etc.
La reestructuración conlleva necesariamente modificaciones en los ámbitos ideológico y cultural y en el
ejercicio del poder político para la burguesía que da lugar a una redefinición de la forma en que el Estado actúa
para garantizar la reproducción del modo de producción capitalista.
Las consecuencias de la reestructuración para la clase trabajadora se manifiestan en el deterioro general de
sus condiciones de vida. El incremento en la explotación de la fuerza de trabajo se expresa en la elevación de la
tasa de plusvalor a través de la disminución del poder adquisitivo del salario y el alargamiento de la jornada de
trabajo.

La participación de los salarios en el PIB paso de 40.4% en 1975 a 21.3 en 1990 lo que muestra el proceso
de redistribución que ha implicado la reestructuración.

Año Población Remuneración a Producto Porcentaje Remuneración a


ocupada los asalariados. interno de los asalariados
(miles) (Millones de bruto variación como
nuevos pesos a (Millones del PIB porcentaje del
precios de de nuevos con PIB
1980) pesos a respecto al
precios de año
1980) anterior

1980 20282 1611.00 4470.1 - 36.03


1981 21549 1783.37 4862.2 8.77 36.66
1982 21483 1348.41 4831.7 -0.62 27.90
1983 20995 1134.41 4628.9 -4.19 24.50
1984 21483 1146.44 4796.1 3.61 23.90
1985 21954 1126.83 4920.4 2.59 22.90
1986 21641 910.59 4735.7 -3.75 19.22
1987 21864 805.97 4823.6 1.85 16.70
1988 22051 1045.34 4883.7 1.24 21.40
1989 22331 1115.17 5047.2 3.34 22.09
1990 22536 1127.10 5271.5 4.44 21.38
1991 23122 1233.27 5462.7 3.62 22.57
1992 23218 1376.33 5616.0 2.80 24.50
1993 23251 1466.76 5649.7 0.60 25.96
1994 23455 1480.40 5857.5 3.67 25.27
1995 -6.19
8

1996 5.09
Fuente: La economía mexicana en cifras, Nacional Financiera. 1995
Hasta 1998 el 83.2% de la población ocupada, tenia ingresos inferiores a tres salarios mínimos. De la población
ocupada, el 15.4% ( 5 millones 250 mil personas) no perciben un ingreso monetario fijo y subsiste de propinas y
pago en especie; otro 20% de la población ocupada (6 millones 760 mil personas) percibe menos de un salario
mínimo; el 32.8% de la población ocupada (11 millones 86 mil trabajadores) recibe un ingreso entre uno y dos
salarios mínimos y otro 15% (5 millones 70 mil personas) percibe un ingreso entre dos y tres salarios mínimos.
Por otra parte solo de 1994 a 1997 el salario en el sector manufacturero perdió 24.6% de su poder adquisitivo. 5
En lo que se refiere a la modernización de los sistemas productivos, la reestructuración implica un
reforzamiento de los instrumentos de subordinación y disciplina de la fuerza de trabajo que eleva el carácter
enajenante del proceso de trabajo, a la vez que tiende a imponerse un mayor ritmo de trabajo en las fábricas
La disminución en el ritmo de la acumulación de capital y la modernización de los procesos productivos han
dado lugar al incremento de la tasa de desempleo, lo cual crea las condiciones para acrecentar la sobreexplotación
de los trabajadores ocupados. De acuerdo con el INEGI6, el número de mexicanos en edad y condición de trabajar
que integran la población económicamente activa (PEA) asciende a 36 millones, pero solo 15 millones cuentan
con un empleo fijo y remunerado, mientras los otros 21 millones -58.3% de la PEA- sobreviven en la denominada
economía informal que engloba actividades como el comercio en la vía pública, prostitución, trafico de drogas,
etc. Los indicadores oficiales de empleo señalan que de 1983 a 1997 se crearon 2.3 millones de puestos de trabajo,
situación que dejo una población desempleada adicional de 13 millones de personas. Por otra parte cada año se
incorporan a la PEA un millón 250,000 mexicanos mientras que en 1998 solo se crearon 600 mil empleos
Se verifica así la Ley general de la acumulación capitalista enunciada por Marx, “La acumulación de la
riqueza en un polo, es al propio tiempo, pues, acumulación de la miseria, tormento del trabajo, esclavitud y
degradación en el polo opuesto, donde se encuentra la clase que produce su propio producto como capital.”
Por otra parte, el proceso de reestructuración económica no ha logrado revertir la caída en la tasa de
ganancia ni acelerar el ritmo del proceso de acumulación de capital, lo cual indica la imposibilidad de revertir
la crisis estructural del capitalismo en México. De acuerdo con los autores que elaboraron el estudio de la
evolución de la tasa de ganancia en México, el incremento en la tasa de ganancia, que habría de esperarse de la
disminución del salario y de la elevación de la tasa de plusvalor, ha sido más que contrarrestado por el
incremento de la composición orgánica del capital como consecuencia de la devaluación del peso que ha
elevado el costo de los bienes de capital importados; asimismo, el crecimiento del trabajo improductivo
constituye otro elemento explicativo del hecho de no se haya detenido la caída en tasa de ganancia. De esta
forma, la reestructuración solo ha profundizado los antagonismos inherentes al modo de producción capitalista
desarrollando las condiciones objetivas para la transformación de la estructura económica; para la disolución de
las relaciones sociales de producción basadas en el trabajo asalariado y la propiedad privada de los medios de
producción.

5
Periódico La Jornada, 22 de noviembre de 1988, pág. 13.
6
Periódico La Jornada, 25 de noviembre de 1988, pág. 19.

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