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Los pescadores de la Ciénaga que ya no es virgen

Por: Angélica Aldana y María José Barrios

A las 6:00 de la tarde del miércoles cinco de octubre de 2017, Victor Pineda salió de su
casa ubicada en la carrera 12 del corregimiento la Boquilla; con pocos instrumentos para
pescar dentro de los que se encontraba un canalete y dos cordeles, el hombre de piel
morena y de 58 años de edad se despidió de sus 4 hijos y de su esposa Marelvis Puello,
para navegar hacia mar abierto en busca de una faena de pesca.

Como de costumbre, su esposa lo esperaba al día siguiente a las 9 de la mañana para


ayudarlo con la venta y distribución de lo recolectado. Sin embargo, en esta ocasión fue
diferente; el pescador nunca regresó.

En La Boquilla todos dan por muerto a Víctor, después de una infructuosa búsqueda
realizada por guardacostas, vecinos, amigos y pescadores. Nunca se supo qué pasó con el
cuerpo de Pineda, esta muerte, según Santander González, amigo y colega del hombre
desaparecido, refleja la problemática que padecen los habitantes de ese corregimiento.

“Víctor fue una víctima más del daño que nos están haciendo a nosotros y a la Ciénaga. Él
no hubiese tenido la necesidad de adentrarse a mar abierto en búsqueda de liga para su
familia, si la Ciénaga estuviese produciendo la misma cantidad de peces que antes tenía”
argumentó González.

Los pescadores de la Boquilla acostumbrados desde niños a pescar en la Ciénaga, se han


visto obligados a navegar mar adentro en busca de los frutos que esta ya no les
proporciona. Este fenómeno que se ha desencadenado desde hace aproximadamente 10
años, es producto de una serie de factores ambientales producidos por la urbanización en
este sector cartagenero. Entre los proyectos más recientes están el viaducto Barranquilla-
Cartagena, y el anillo vial.
La Ciénaga que ya no es virgen

Con la mirada fija en la Ciénaga y sus elementos de pesca en mano, Santander González
cuenta que esta laguna litoral hace aproximadamente dos décadas arrojaba toda clase de
peces, dentro de los que se encontraban: Robalo, Lebranche, Sábalo, Macabí, Chivo, Mero,
Pez Negro, Rojo, entre otros.

Sin embargo, hoy en día la mayoría de ellos no se consiguen debido a los altos índices de
contaminación que afectan la ciénaga; ahora los boquilleros tienen que apostarle a la
suerte, dejando de lado la pesca en la laguna costera y aventurandose a prácticas que
ponen en riesgo su vida como ir a navegar a mar abierto.

Con una superficie total de 502,45 km2, una forma triangular; estrecha en el norte y amplia
en el sur, una anchura máxima de 4,5 km, una longitud de 7km y profundidades de hasta
1,2 m, La Ciénaga de La Virgen es uno de los humedales más importantes que se conecta
con el Mar Caribe por medio de bocanas.

Desafortunadamente esta ya no es virgen, los recursos naturales que brindaba, ahora son
contaminados con sedimentos, agroquímicos y componentes residuales, producto de:

1. Basuras y aguas pluviales de la ciudad de Cartagena que desembocaban en la


Ciénaga, generando un alto impacto ambiental.

2. Embalsamiento de pequeños arroyos que bajan por la parte norte, provenientes de


los cerros de Turbaco y de las zonas aledañas, por parte de terratenientes para el
uso de la ganadería y la agroindustria, trayendo como consecuencia la pérdida de la
Ciénaga.
3. Urbanización y construcción de grandes edificios y hoteles en la zona norte de la
ciudad, los cuales desechan sedimentos y materiales orgánicos.
Dentro de las problemáticas más recientes, según destacan los pobladores de la Boquilla,
se encuentran grandes construcciones como el Anillo Vial, y el Viaducto Cartagena-
Barranquilla, también conocido como la doble calzada, el cual se inaugurará en Julio de
2018.

El Viaducto más largo del país que está sobre la Ciénaga de la Virgen y que conecta a
Cartagena y Barranquilla, sobre la llamada vía al mar, tuvo diferentes irregularidades
por parte de La Procuraduría General de la Nación, a través de la Delegada para
Asuntos Ambientales, la cual advirtió el año pasado a la Autoridad Nacional de
Licencias Ambientales (ANLA) el impacto ambiental causado por el proyecto en el sitio
conocido como La Bocana.

La Procuraduría General de la Nación pidió que los trabajos fueran suspendidos para
efectuar estudios técnicos ambientales y establecer las medidas de prevención y mitigación
para contrarrestar este impacto, de acuerdo con lo previsto en la Resolución No. 00513 de
05 de mayo de 2017.

Ante este pronunciamiento, la ANLA a través de un comunicado de prensa, informó que


había ordenado nuevos estudios ambientales a La Concesión Costera que realiza las obras
de la doble calzada y que no suspendería los trabajos. Asimismo precisó que la licencia
ambiental para el proyecto del Viaducto se otorgó desde el 13 de octubre del 2015 con
fundamento en concepto previo de entidades como la Dimar, el Ministerio de Ambiente, y
desarrollo Sostenible y Cardique.

Sin embargo, los pescadores de la Boquilla afirman que ni La Concesión Costera, ni la


ANLA, los tuvieron en cuenta para la realización de este megaproyecto. Aunque hicieron
algunas reuniones con la comunidad, nunca llegaron a un acuerdo para la reparación de
daños económicos y ambientales que el Viaducto según ellos produce en su
comunidad.

Lo único que lograron conseguir en una de las reuniones realizadas, fue un curso en
fibra de vidrio y de avistamiento de aves, los cuales no valen el daño que le han hecho
a su ecosistemas y a ellos como pescadores, afirmó Santander actual pescador de este
corregimiento.

Por otro lado, según La Concesión, esta construcción fue realizada con el método Top
Down, la cual evita el derrame de concreto en la Ciénaga y asimismo mitiga los impactos
medioambiantales. Afirman además que se han invertido 10.000 millones de pesos en
compensaciones y se trabaja en la reforestación.

Fernando Sánchez Rubio, biólogo marino director del instituto de estudios ambientales de la
Universidad de San Buenaventura, afirma que la tala indiscriminada de manglares, la
proliferación de rellenos y el vertimiento de aguas residuales producidas a causa de las
construcciones, van acabando con la ciénaga poco a poco causando daños ambientales los
cuales se ven reflejados en los animales que habitan en ella, y la calidad natural de su
agua.

Desafortunadamente, esta realidad ha terminado empujando a los pescadores de este


corregimiento a buscar otras labores, a pesar de que la pesca la única actividad que solo
saben realizar muchos de ellos. Los boquilleros han tenido que dejar a un lado sus redes y
cordeles, para recurrir al famoso `rebusque´.

De pescador a rebuscador

Vestido con un traje de africano y un pequeño bolso en el que guarda archivos, fotos y el
himno de aquel corregimiento, el cual él mismo escribió, Hernando Villar antiguo pescador
de La Boquilla y actual guía turístico, relata cómo hace más de 10 años los pescadores
recogían entre 40 y 50 kilos de pescado, y hoy en día, escasamente llegan a los 5 kilos.

Aunque La Boquilla fue desde su inicio el asentamiento de familias afrocolombianas y la


pesca artesanal la principal fuente de ingresos para todos sus habitantes, hoy en día este
oficio no resulta lo suficientemente productivo para mantener a más de cinco miembros de
una familia.

Villar es uno más de los boquilleros que tuvo que abandonar su oficio de pescador, para
dedicarse a otra labor que le permitiera llevar el sustento a su familia, aunque él mismo
afirma que “lo mejor que sabe hacer en la vida es pescar”.

Así como Villar, muchos de ellos han optado por dejar a un lado sus redes y cordeles, para
trabajar en obras , ser guías turísticos, e incluso convertirse en los llamados “pide pide’’,
personas que se sitúan en el inicio del corregimiento para atraer turistas a las carpas y
zonas de comidas.
Aquella ciénaga abastecedora de varias especies de peces, solo queda en la memoria de
los boquilleros innatos; hoy por hoy, sus habitantes tienen que desarrollar otro tipo de
actividades diarias para subsistir. Como lo dijo Fulgencio de Ávila Carmona, pescador de la
asociación Asopescabocié: “Antes nuestra única preocupación era tener unos buenos
instrumentos para recoger la cantidad de pescados que salían de la Ciénaga, y luego
venderlos al Mercado de Bazurto; sin embargo, ahora nos preocupamos en conseguir
siquiera algún pescado durante el día para poder tener alguna de las tres comidas.”

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