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Los procesos industriales, las comunicaciones e incluso la vida deméstica dependen cada vez
en mayor medida, de los mismos por lo que, cada día, cobra mayor relevancia la necesidad de
disponer de elementos de protección que aseguren la integridad y el correcto funcionamiento de los
consumidores y equipos y que aumenten el nivel general de seguridad de la instalación eléctrica en
su conjunto.
En una descarga directa del rayo, la corriente se derivará a tierra por el recorrido menos
resistivo; bien a través de los derivadores del sistema de protección contra el rayo (S.P.C.R.), o en
caso deficitario a través de caminos alternativos como la instalación eléctrica, cables de antena,...
con riesgo de deterioro o destrucción de los mismos.
Como consecuencia de la descarga directa del rayo se producen dos tipos diferentes de
sobretensiones: aparición de sobretensiones debido a la caída de tensión en la resistencia de toma
de tierra (Figura 1-1a) y aparición de sobretensiones a causa de los efectos inductivos en los bucles
de las instalaciones.(Figura 1-1b).
En cuanto a los efectos derivados de una descarga no directa se pueden considerar los
siguientes casos: descarga del rayo sobre la línea aérea de alta tensión, propagándose la onda a
través de la línea (Figura 1-2a), descarga de rayo entre nubes, que generan sobretensiones
inducidas (Figura 1-2b), y descarga de rayo en las proximidades, resultando de ellas acoplamientos e
inducciones (Figura1-2c).
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Es imprescindible distinguir claramente entre dos grandes categorías de descargadores:
Como primera etapa de protección se precisa un elemento que sea capaz de soportar la
mayor parte de la corriente de rayo y crear un entorno soportable para los descargadores conectados
posteriormente. Este objetivo lo cumplen los descargadores de clase B (clase I) que se instalan en
los puntos de conexión con la red o acometida.
La segunda etapa de protección tiene que derivar la parte restante de la onda de corriente
de choque 8/20, reduciendo las tensiones a valores tolerables para la instalación. El elemento de
protección es un dispositivo de clase C (clase II) que se instalará en la distribución.
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3.1. DESCARGADORES DE CLASE B. DESCARGADORES DE CORRIENTE DE RAYO.
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3.2. DESCARGADORES DE CLASE C. DESCARGADOR DE SOBRETENSIONES.
• Reducir las sobretensiones a un valor que no sea peligroso para los consumidores.
• Soportar, sin destruirse, la energía de impulsos que se produce al activarse el
descargador.
Como elemento ideal de protección hay que citar el varistor de óxido metálico. Esta
resistencia, dependiente de la tensión, se encuentra permanentemente en servicio y registra incluso
mínimas sobretensiones en función del nivel de la corriente de choque. Gracias a esta característica
U/I se garantiza la activación del elemento de protección en nanosegundos.
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3.3. DESCARGADORES DE CLASE D. PROTECCIÓN FINA CONTRA SOBRETENSIONES.
Hay que contar con la posibilidad del acoplamiento de sobretensiones en los conductores
entre el cuadro de distribución y el equipo a proteger, entre otros casos, cuando el cable tiene una
longitud superior a 10 metros y está tendido sin blindaje.
En caso de descarga directa de rayo al edificio, o en caso de una descarga de rayo próxima,
pueden producirse acoplamientos inductivos. También al conectar o desconectar consumidores,
pueden aparecer sobretensiones entre el conductor exterior y el neutro, lo que siempre supone un
riesgo importante para el equipo a proteger.
1.- Mediante la impedancia de los cables de la línea como elemento de desacoplo. Dependiendo
del cableado se deducen las longitudes mínimas de conductores entre los descargadores. En el
caso de tendido separado de conductores activos y conductor de tierra con una distancia de 1 m
como mínimo, se debe disponer un recorrido de desacoplo de al menos 5 m. Si los conductores
están tendidos juntos en una misma manguera común, hay que disponer un recorrido de
desacoplo mínimo de 15 m de longitud.
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Figura 6:Instalación con bobina de desacoplo
La imparable evolución de la técnica hace que, cada vez, resulte más frecuente encontrarnos
con instalaciones que, por una lado, requieren protección contra rayos y sobretensiones ( Clase B +
Clase C ) debido a la sensibilidad de sus equipos a estas perturbaciones, y por otro , son de muy
reducidas dimensiones, lo cuál hace imposible la aplicación de los principios anteriormente citados
por una imperativa falta de espacio.
Hasta hace muy poco tiempo, la solución que se adoptaba era la instalación, entre ambas
clases de descargadores (B+C), de un elemento de desacoplo (bobina) que permitiera el
funcionamiento coordinado de los mismos.
Siendo esta una solución técnicamente notable, presenta ciertas limitaciones pues no es
aplicable en todos los casos (consumos superiores a 63 A), implica instalar elementos en serie
(bobina de desacoplo), encarece la instalación y no siempre resuelve los problemas de espacio.
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Esta solución no es una alternativa a los principios de protección escalonada y coordinación
energética. Se trata, sencillamente, de un desarrollo tecnológicamente muy avanzado que,
basándose en dichos principios, da una solución eficaz, sencilla, económica y segura en aquellos
casos en que siendo neccesaria la disposición de, al menos los dos primeros niveles de protección,
las características de la instalación no permiten la disposición de las diferentes clases de
descargadores necesarios en forma escalonada y coordinada.
Estas prestaciones técnicas se obtienen a partir de una moderna tecnología que se sustancia en
una vía de chispas especial denominada FSV compuesta, a su vez, por dos vías de chispas parciales
FS1 y FS2. Estas vías de chispas están controladas mediante una unidad monitorizada.
Por lo tanto, este descargador se caracteriza por las tres propiedades que configuran la
tecnología ICE :
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5. INSTALACIÓN DE LOS DESCARGADORES.
Con la utilización del descargador de corriente de rayo entre N y PE, circuito “3+1”, se
produce una corriente de cortocircuito en caso de fallo entre el conductor de fase y el neutro, de
manera que los fusibles o la proteción magnetotérmica pueden desconectar en el tiempo previsto.
Por otro lado, el valor máximo de los fusibles previos para dispositivos de protección contra
sobretensiones está indicado en las instrucciones de montaje o datos técnicos de los mismos. Los
fusibles previos para dispositivos de protección contra sobretensiones deben asegurar que el
descargador no se verá nunca afectado por un cortocircuito que sobrepase su capacidad frente a
estos defectos.
Los fusibles previos son especialmente importantes para dispositivos de protección contra
sobretensiones de clase B (descargadores de corriente de rayo). Estos descargadores deben tener
una alta capacidad nominal de descarga. Cuando el descargador de corriente de rayo actúa, una
corriente sucesiva de red a 50 Hz fluye a través del mismo. Dicha corriente debe ser extinguida
automáticamente con seguridad antes del final del proceso de descarga del mismo. Los modernos
descargadores de corriente de rayo basados en vía de chispas aseguran el apagado de la corriente
sucesiva de red hasta aproximadamente corrientes de cortocircuito de hasta 4 kAeff (50 Hz). Cuando
la corriente de cortocircuito de la instalación es mayor que la capacidad de apagado de la corriente
sucesiva de red del dispositivo de protección contra sobretensiones el fusible previo debe interrumpir
esta corriente.
6. CONCLUSIÓN.
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los ingenieros poner en practica las medidas adecuadas para la protección contra descargas de rayo
y sobretensiones.
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