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DE UNICO VOCATIONIS MODO1

Bartolomé de Las Casas


Esquema de la obra:

LIBRO PRIMERO2, TITULADO “DE UNICO VOCATIONIS MODO OMNIUM


GENTIUM AD VERAM RELIGIONEM”
CAPITULO QUINTO
1. PRIMERA PARTE: “Única, sola e idéntica para todo el mundo y para todos
los tiempos fue la norma establecida por la divina Providencia para enseñar
a los hombres la verdadera religión, a saber: persuasiva del entendimiento
con razones y suavemente atractiva y exhortativa de la voluntad. Y debe ser
común a todos los hombres del mundo, sin discriminación alguna de sectas,
errores o costumbres depravadas”.3

 1.1 Primera conclusión de la primera parte, a probar: No hay más que un


camino establecido por Dios para que los hombres reciban la religión
verdadera, la persuasión del entendimiento por medio de razones, y la
invitación y suave moción de la voluntad”
Se prueba con trece argumentos: siete argumentos de razón y siete de autoridad;
más un resumen de la argumentación. (V,1-34)

1
El titulo de esta obra es “De unico vocationis modo omnium gentium ad
veram religionem”, y en adelante, se usará la expresión “De unico” para
referirse a la misma.
2
Hasta el momento solo se conoce el Libro I, pero rastreando las
referencias que hallamos en todas las obras de Las Casas acerca de este
libro II(en especial la cita en De Thesauris de 1563 en la que
explicitamente dice “según probamos extensísimamente en el libro 2° de
unico vocationis modo omnium gentium ad veram religionem y en el 1°
libro,VI,8,p.493;VII,1,p.513;VII,6,p.567;VI,7,p.475;V,30,p.317) y el
material posible que contienen dichas referencias, nos hacen concluir en
la afirmación de la existencia del libro II De unico.(Cfr Jesús A
BARREDA. Aproximación histórica. En LAS CASAS, Bartolomé de. Obras
Completas [vol 2]. De unico vocationis modo, p.XIV-XV.
3
LAS CASAS, Bartolomé de. Obras Completas [vol 2]. De unico vocationis
modo. Madrid, Alianza Editorial, 1990[de. bilingüe], cap.V,1,p.17. En
adelante las citas de esta obra se harán de modo abrevidado: De
unico,indicando capítulo,párrafo y página.
2

 1.2.Segunda conclusión de la primera parte: Este modo de predicación


“debe ser común a todos los hombres del mundo, sin discriminación
alguna”.Se prueba esta conclusión con nueve argumentos.(V,35)
2.SEGUNDA PARTE: Se reprueba el modo contrario de predicar el Evangelio,
o sea, sujetar primeramente a los infieles al dominio del pueblo cristiano y,
una vez sujetos, predicarles la fe de una manera ordenada. 4
CAPITULO SEXTO
 2.1.Primera conclusión de la segunda parte: Tal modo guerrero de predicar
la fe es contrario al modo natural y delicado expuesto anteriormente.
Nuevamente a través de seis argumentos de razón y tres argumentos de
autoridad y una razón principalísima, va a probar que este modo de predicar la fe
es contrario al antes establecido, en la primera parte, y que es un medio del todo
opuesto y desproporcionado para predicar la fe. (VI,1-8)
CAPITULO SEPTIMO:
 2.2. Segunda Conclusión de la Segunda Parte: La guerra declarada a los
infieles de la tercera categoría es una guerra temeraria, injusta, inicua y
tiránica.(VII,1-6)
Corolario primero: Los que la hacen y quienes cooperan cometen pecado mortal,
lo mismo quienes la consienten.
Corolario segundo: y están obligados a la reparación y restitución.
Corolario tercero: aviso a los misioneros.
ANALISIS TEMATICO DEL “DE UNICO VOCATIONIS MODO”.

1.1 Primera conclusión de la primera parte, a probar: Esa norma única es que
la predicación persuada al entendimiento con razones y que atraiga a la
voluntad con sanos afectos.
“Esta conclusión quedará patente con muchas pruebas: razones,
ejemplos de los antiguos Padres, mandato y forma establecida de
predicar a lo largo de la vida de Cristo, ejercida y mandada practicar
por los Apóstoles, citas de los santos doctores, costumbres
antiquísima de la Iglesia y numerosos decretos de la misma.” 5
4
Cfr. De único VI,1,379.
5
De único V, 1, p.17.
3

Argumentos de razón:
1.1.1. La Sabiduría divina, de forma delicada, dulce y suave, provee y mueve a
todos los seres creados, para que efectué sus actos y tiendan a sus fines
naturales.6
1.1.2. La criatura racional, en virtud de su libre albedrío, ha nacido con aptitud
para, voluntariamente, escuchar, obedecer y prestar adhesión. Es necesario
persuadir al entendimiento y atraer dulcemente a la voluntad:
-La fe consiste en el asentimiento que da la voluntad a las proposiciones que se
creen. Creer es pensar con asentimiento.
“Y pensar conlleva discurso e investigación de la razón. Luego
para que el entendimiento asienta a todo aquello que pertenece a la
fe y a la religión cristiana, única verdadera, se requiere
necesariamente que se persuada con razones...se requiere
también que se incline y se mueva por alguna razón, que sea
suficiente para moverla y que le parezca buena...” 7
-Los conocimientos se realizan en nosotros de dos modos: de un modo natural y
de un modo voluntario. Nadie cree sino queriendo. Citando a San Agustín, Las
Casas dice: “Hay muchos que piensan y no creen; pero todo el que cree,
piensa”8 ...”Por consiguiente, es necesario que se convenza con razones el
entendimiento de quien ha de ser instruido en la fe y religión cristiana; que por
reflexión e investigación le parezca bueno y útil adherirse y asentir a una parte
concreta”.9
Es precisamente aquí, cuando el entendimiento razona y entiende de modo
voluntario, donde Las Casas coloca la raíz de la libertad10. Y siguiendo a Sto.
Tomás (De Veritate, q.24,a.2,c) dice: ”la libertad está en el entendimiento
radicalmente y como en su origen, y en la voluntad de forma perfecta y plena” 11.
Por lo tanto, para que la evangelización sea una evangelización que respete la
dignidad de personas libres, el entendimiento y la voluntad tienen que estar libre
de perturbaciones y con el tiempo necesario para dar su asentimiento:

6
cfr. De único V, 2, p. 25
7
Ibidem, p. 29
8
SAN AGUSTIN, De predestinatione Sanctorum,cap. 2.PL 44,963.
9
De unico,V,2,p. 31.
10
cfr. De unico,V, 3, p. 39.
11
Ibidem, p.39.
4

“Para que la razón investigue, dude y discurra con libertad, y el


entendimiento libremente juzgue y conozca cualquier verdad, y se
adhiera a ella con firmeza por mandato de la voluntad, por fuerza
necesita tiempo, necesita tranquilidad y sosiego y,
consecuentemente, que la razón misma y el entendimiento gocen de
libertad;... que la voluntad en sus actos carezca absolutamente de
cualquier violencia. Lo relativo a la fe y a la religión cristiana no
pertenece a aquello que se conoce de modo natural, sino a lo que se
cree de modo voluntario, puesto que no es manifiesto de forma
inmediata al entendimiento que sea verdad, ya que trasciendo toda
facultad natural.”12

1.1.3. El tercer argumento está dado desde el deseo de la voluntad.


Para que los hombres asientan libremente a las verdades de la fe es
preciso que las “perciban como convenientes y dignas de deseo, búsqueda y
amor”13. Y esto requiere de un método apropiado a la naturaleza humana, que
permita pensar “si hay que creer y aceptar por consentimiento o refutar por
discrepancia lo que se nos propone; y pensemos después, si nos conviene y es
digno de ser creído”14. En cambio si “se proponen con apresuramiento y rapidez,
con repentino alboroto o tal vez con el estrépito de las armas que inspiran terror,
con amenazas o azotes..., es manifiesto que la mente humana se consterna con
terrores..., y el entendimiento no aprende, ni puede ver lo captado como algo
amable o deleitable”15
Este argumento es ilustrado por Las Casas con un relato que extrajo de las
epístolas Pseudo-clementinas, la Epistola Clementis ad Iacobum De gestis Petri 16.
Según el mismo, el apóstol Pedro habla al propio Clemente y a sus dos hermanos
Nicetas y Aquila, que deseaban ardientemente la conversión de su padre con las
siguientes palabras: “Conozco el gran amor que tenéis a vuestro padre; pero temo
12
Ibidem, p. 41.
13
De unico, V, 4,p. 45.
14
Ibidem, p.47.
15
Ibidem, p. 49.
16
La Epistola Clementis ad Iacobum De gestis Petri, es un escrito
ebionita. Los Ebionitas son un grupo de judíos convertidos al
cristianismo, muy influenciados por Qumrán; se consideraban descendientes
de la primitiva comunidad de Jerusalén. Por ello su gran admiración a
Pedro y a Santiago (Cfr Paulino CASTAÑEDA DELGADO y Antonio GARCIA DEL
MORAL.Notas al texto castellano . En Fray Bartolomé DE LAS CASAS.Obras
Completas. 2. De unico vocationis modo, p. 562.
5

que si, antes de tiempo, lo apremiáis a aceptar el yugo de la religión sin estar
preparado, quizás acceda en atención a vosotros. Pero esto no es consistente...Mi
parecer es que le concedáis vivir un año a su antojo, durante el cual, viajando con
nosotros, mientras adoctrinamos a otros, él se limite simplemente a escuchar.
Enterándose así, si verdaderamente abriga el sano propósito de reconocer la
verdad, solicitará aceptar el yugo de la religión; y, caso de que no le plazca tal
compromiso, quedará como amigo.”17
1.1.4 Se continua probando la 1°conclusión, con el argumento de que el
predicador o maestro, ha de acomodarse a la norma y al vigor de la retórica. Y
esta enseña que el orador debe manifestar benevolencia para conmover e inducir
los ánimos de sus oyentes.Con más razón el predicador de la fe y de la religión
cristiana, cuyos contenidos exceden la capacidad de los sentidos y del
entendimiento humano.18
1.1.5. El quinto argumento está dado por la semejanza de cómo los hombres
llegan a la ciencia.
“La norma de llevar los hombres a la religión cristiana y a la fe es, o
debe ser, semejante al modo de llevarlos a la ciencia. Ahora bien, el
modo natural de llevar los hombres a la ciencia es persuasivo del
entendimiento y excitativo de la voluntad.” 19
“Así como el hábito natural de los principios, que es innato en el
hombre, no puede pasar al acto ni adquirir la ciencia, sin que los
primeros principios, que hay en él, se concreten, se expliquen y se
apliquen a materias determinadas, para que así el entendimiento
humano llegue a entender la verdad y adquirir la ciencia, como se ha
dicho; así, el hábito infuso (o virtud) de la fe no puede pasar al acto, sin
que la fe sea concretada o por Dios, mediante una revelación, o por otro
hombre mediante la enseñanza. Esto dice Santo Tomás, en el libro 3 de
las Sentencias, dist 23, q.3, a.2 ad 1, ad2 y ad 4.” 20

Las Casas vuelve a remarcar aquí, que el modo de conducir a los hombres
tanto a la ciencia como a la religión es conforme a la naturaleza, o sea de lo
imperfecto a lo perfecto, gradual y paulatinamente, a causa de su tendencia a un

17
De único, V, 4, p.51.
18
De único V, 5, p.53-57.
19
De único V, 6, p. 59
20
De único V, 6, p. 69-71.
6

fin determinado; porque nacen para actuar así, y al contrario “la naturaleza
aborrece todo lo violento y súbito”21
1.1.6 Cuando algo no podemos alcanzar con los recursos de la naturaleza, nos
servimos del arte o de la costumbre. Tal ocurre con las verdades de la fe; por eso
el predicador de la religión ha de recurrir al arte: explique, proponga, atraiga y
conduzca.22 Y en este modo de actuar tendrá que tener presente que “los
hombres tienen deseo de oír hablar de las cosas que les son familiares...no
nos parecen igualmente verdaderas por desacostumbradas” 23
1.1.7. Y, como séptimo y último argumento de razón usa el ejemplo de cómo
procedieron algunos filósofos, para atraer a hombres primitivos a una vida más
humana, como atestiguan Cicerón y Plutarco.24
Argumentos de autoridad:
El primero modo de probar, y tratado hasta ahora, ha sido através de
argumentos de razón; luego Las Casas usa seis argumentos de autoridad.
1.1.8 El primer argumento de autoridad es aquella forma de enseñar la verdadera
religión que los santos padres antiguos y posteriores emplearon: una
enseñanza a modo de exhortación paternal.
A diferencia del régimen de la ley, que impone y sanciona, el régimen de la
exhortación paternal convence (cfr Sto Tomás.III,q.70,a2,ad 2).
Las Casas probará este modo de predicar y enseñar desde Adán, pasando
por Isaac, Jacob, los doce patriarcas, según el “Testamento de los Doce
Patriarcas”25 hasta llegar a los profetas.
1.1.9 El segundo argumento de autoridad que Las Casas usar, es el precepto y
la forma establecida por Cristo: enseñar y anunciar el evangelio y su fe a las

21
De único V,8, p. 87.
22
Cfr De único V, 9, p.93.
23
De unico V, 9,p. 95.
24
De unico V, 10, p. 99.
25
Se trata de obra Testamento de los Doce Patriarcas(versión en
castellano por Antonio Piñero.Apócrifos del Antiguo Testamento. Tomo V,
De Cristiandad, Madrid 1987). La autoria de esta obra está en duda,
algunos se inclinan a creer que es cristiana, otros de la comunidad
esenia de Qumrán, o esencialmente judía interpolada por mano cristiana.
Quizás sea esto último.(cfr. Paulino CASTAÑEDA DELGADO y Antonio GARCIA
DEL MORAL.Notas al pie de página . En Fray Bartolomé DE LAS CASAS.Obras
Completas. 2. De unico vocationis modo, p. 112.)
7

naciones por todo el mundo, y durante todos los tiempos, de un modo persuasivo
del entendimiento con razones y suavemente atractivo de la voluntad. El ejemplo
de Cristo como supremo y definitivo argumento en pro de la predicación pacífica:
”Aunque a Cristo le fuese posibles otros muchos medios y diversos modos de
atraer los hombres hacía sí, nosotros, sin embargo, no tenemos otros sino los que
El enseñó, ejercitó y practicó...”26
Después de indicar lo que el Señor enseñó a sus discípulos acerca del
modo y forma con que habían de portarse en las ciudades y casas que los
recibieran también se indica la norma con la que habían de proceder con aquellos
que no los recibieran: Mt 10,14-15. Y Las Casas comenta:

“¿qué cosa más clara se podrá decir o pensar para que conste que a
ningún hombre dio Cristo potestad alguna para forzar o molestar a
cualesquiera infieles que, o se nieguen a escuchar la predicación
de la fe, o a recibir en su territorio a los predicadores? El castigo de
tal rechazo corresponde, no al juicio humano, sino al divino, después de
esta vida.”27
Y comentando el texto del evangelio de Lucas 10,3 usa las palabras de San
Juan Crisóstomo para decir:
“Ciertamente mayor y más admirable cosa mudar la mente y el corazón
de los adversarios, que vencerlos con la espada; ...mientras somos
ovejas, con facilidad vencemos a los enemigos; pero tan pronto como
nos pasamos a la naturaleza de lobos, luego somos vencidos. Porque
entonces no recibís la protección del Pastor, que no apacienta lobos
sino ovejas.”28

Y en el mismo sentido usa las palabras de San Ambrosio: “En las enseñanzas
evangélicas se da a entender cómo deba ser el que evangeliza el reino de Dios:
sin bastón, sin alforja, sin calzado, sin dinero; esto es, no buscando las ayudas
de la protección secular”29.
1.1.10 El otro argumento de autoridad, utilizado por Las Casas, es cómo los
apóstoles con su conducta imitaron al Señor.

26
De unico V, 20, p. 221.
27
De unico V, 17,p. 181.
28
De único V, 18,p. 193.
29
De único V, 18,p. 195.
8

Y del ejemplo y magisterio de San Pablo va a inferir “las cinco partes que
integran o constituyen la esencia de la forma de predicar el Evangelio de acuerdo
con la intención y mandato de Cristo”30:
*Que los oyentes, sobre todo los infieles, comprendan que los predicadores de la
fe no tienen ninguna intención de adquirir dominio sobre ellos con la
predicación.
*Que los oyentes, y sobre todo los infieles, entiendan que no los mueve a
predicar la ambición de tener.
*Que los predicadores se comporten de tal manera dulces y humildes, afables y
apacibles, amables y benévolos al hablar y conversar con sus oyentes, que estos
quieran oirlos gustosamente.
*Que tengan el mismo amor de caridad con que Pablo acogía a todos los hombres
del mundo para que se salvaran.
*Que se tenga una vida ejemplar resplandeciente con obras de virtud, sin ofensa
de nadie, totalmente irreprensible.
Concluye Las Casas este argumento subrayando la fuerza que tiene en la
predicación del Evangelio la vida de los cristianos, atribuye el acierto de la
predicación apostólica y de sus métodos al instinto del Espíritu Santo.
1.1.11. La autoridad de los santos es el otro argumento que utiliza Las Casas para
probar su primera conclusión. En realidad aquí explicita esta “autoridad” , pero
durante todo el tratado estuvo constantemente haciendo uso de textos de los
santos para probar la necesidad de la predicación pacífica. En este momento
añade algunos nuevos testimonios de San Agustín, San Gregorio Magno, San
Juan Crisóstomo, San Cirilo de Alejandría y Santo Tomás de Aquino.
1.1.12 La costumbre antiquísima de la iglesia, como autoridad máxima, en el
modo de evangelizar los diferentes pueblos, como por ejemplo: en la conversión
de España, Francia, Constantino el grande, India, Irlanda, Inglaterra.
Termina Las Casas este argumento preguntándose si del mismo modo se
actuó con “aquellos grande reyes, más aún emperadores, uno llamado
Moctezuma, que reinaba en estas provincias y reinos denominados ahora

30
De único V, 24, p.241-261.
9

Nueva España; y el otro, conocido con el nombre de Atapualpa, que fue


emperador del Perú, a cuyo imperio obedecían mil miles de lenguas, y diez
centenares de miles, de naciones diversas”.31
1.1.13. Como último argumento de autoridad menciona la multiplicidad de los
decretos de la Iglesia. En especial tendrá en cuenta la bula Sublimis Deus y el
Breve Pastorale Officium del Papa Pablo III32. Pero antes de transcribir estos
documentos magisteriales, denuncia el contexto desde el que se escribieron los
mismos:
“Los hombres mundanos y ávidos buscan nadar en riquezas y placeres
en este mundo,...del modo más expedito y sin ningún impedimento,
intentan conseguir, el oro y la plata en los que habían puesto su
esperanza, extrayéndolos de los sudores y trabajos, más aún, de la
durísima opresión y de la muerte con grandes estragos, tormentos
y otras injurias... Tal ha sido, atribuir con falsedad a las naciones
indiana, que tanto se apartaban del régimen común de los hombres,
que no eran capaces de gobernarse a sí mismos, sino que
necesitaban de tutores. Y ha llegado a tanto el delirio y reprobable
descaro de éstos, que no han dudado en afirmar e infamar infantilmente
que aquellos hombres eran bestias o cuasibestias, y por consiguiente,
con razón, como a bestias los podían someter a su dominio con la
guerra, o cazarlos, y después reducirlos a esclavitud y, por tanto,
utilizarlos a su capricho.”33

Las ideas que Las Casas defendió através de esta obra quedan
confirmadas doctrinalmente, en la bula Sublimis Deus:

“...Teniendo en cuenta que los dichos indios, por el hecho de ser


verdaderos hombres, no sólo nacen capaces de la fe cristiana, sino
que, como nos consta, corren con prontitud a la misma fe; y queriendo
proveer sobre éstos con oportunos remedios, por las presentes con
autoridad Apostólica decretamos y declaramos,... que los predichos
indios y todos los demás pueblos que en adelante han de llegar a
conocimiento de los cristianos, aunque nazcan fuera de la fe de Cristo,
no están privados ni han de ser despojados de su libertad ni del
dominio de sus cosas; más aún, que pueden libre y lícitamente,
usar, disfrutar y gozar de esta libertad y dominio y no deben ser
reducidos a esclavitud...y han de ser invitados a la dicha fe de Cristo
31
De único V,33,p. 345.
32
Parece que Las Casas agregó la encíclica y el breve a la versión
ampliada del De unico,en 1538-1539.(Cfr.PARISH Helen,o.c.,nota 39, p.95.
33
De único V,34,p.351.
10

con la predicación de la palabra de Dios y el ejemplo de una buena


vida”34

Y también el Breve Pastorale Officium confirma una práctica que ya fray Bartolomé
tenía en su tarea misionero, imponer la excomunión a los que reducen a los
indígenas a la esclavitud o los privan de sus bienes. 35
1.2. Segunda conclusión de la primera parte:
Una vez demostrada la primera conclusión de la primera parte, Las Casas se
detiene a probar la Segunda Conclusión, que se deduce de todo lo que viene
reflexionando: “que el modo ya tratado, de enseñar a los hombres la verdadera fe,
el culto a Cristo y la religión debe ser común a todos los hombres del mundo, sin
diferencia alguna discriminatoria de sectas, errores o costumbres
corrompidas”36.
CAPITULO SEXTO
2. SEGUNDA PARTE: Se reprueba el modo contrario de predicar el Evangelio, o
sea:
“/si aquellos a quienes incumbe predicar o hacer predicar el Evangelio a
los infieles, consideraron más adecuado y fácil de realizar que primero
dichos infieles debieran ser sometidos, quiéranlo o no, al dominio
temporal del pueblo cristiano. Una vez sometidos, la predicación
seguiría de manera metódica...Pero, como ningún infiel por su voluntad
quiere someterse al dominio del pueblo cristiano o de alguno de sus
príncipes, sobre todo los reyes de los infieles, sin lugar a dudas sería
necesario llegar a la guerra”37

Nuevamente através de seis argumentos de razón y tres argumentos de


autoridad y una razón principalísima, va a probar que este modo de predicar la fe
es contrario al antes establecido, en la primera parte, y que es un medio del todo
opuesto y desproporcionado para predicar la fe.
Argumentos de razón:
2.1.1. El hombre ha de ser movido al bien de modo afable. La guerra produce
efectos contrarios.

34
De único V,34, p.353.
35
De único V,34,p.355.
36
De único V, 36,p.369.
37
De único VI, 1, p.379.
11

“La criatura racional tiene una aptitud innata para ser movida...
delicada, dulce, agradable y suavemente a causa de su libertad de
arbitrio. Pero si los infieles son antes heridos, grabados, entristecidos,
angustiados, y agobiados por las calamidades de la guerra y deploran
su infeliz suerte lamentándose por los hijos perdidos, propiedades y la
misma libertad, ¿con qué razón se les podrá mover voluntariamente
para que escuchen todo aquello que se les pretende proponer?” 38

2.1.2 El hombre necesita tiempo y tranquilidad para reflexionar y que su voluntad


sea atraída.
“Pero si este hombre ha padecido antes en sí y en los suyos tan
irreparable males y daños como los que la guerra siembra por doquier
¿en qué cosas, pensará?... ¿Acaso quienes padecen estos males los
olvidarán para con gusto pensar en aquellos bienes divinos que les
anuncian los soldados que así los oprimen? ¿No serán más bien
conducentes a odiar estas cosas, y a tenerlas por delirios ficticios y
perniciosas mentiras?... Luego este modo de someter a los infieles al
dominio del pueblo cristiano, mediante el aparato bélico y cruel, a fin de
que oigan el Evangelio y sean atraídos a la religión cristiana es
contrario a la manera suave y natural, que antes hemos apuntado” 39

2.1.3 El entendimiento debe estar libre de la oscuridad de las turbaciones que


produce la guerra.40
2.1.4 Hay que ganar el ánimo de los oyentes. Cosa que no se hace con la guerra,
sino todo lo contrario.
2.1.5. El modo de atraerlos a la fe ha de ser análogo al modo de atraerlos a la
ciencia. Por el contrario la guerra obscurece las mentes.
2.1.6. Hay que usar de cierta arte y habilidad, imitando a la naturaleza. La guerra
hace violencia, impidiendo la libertad para creer.
Argumentos de autoridad41:
Permitir la guerra previa para poder evangelizar es contrario:
2.1.7. Al modo que usaron los antiguos padres antes de Cristo, y que ya fue
tratado anteriormente.
2.1.8. A la disposición y a la intención de Cristo.

38
De único VI, 1,p. 381.
39
De único VI, 1, p.385.
40
Para todos los demás argumentos cfr. De único VI, 1-2,p.385-393.
41
Cfr. De único VI, 2-6, p.395-455.
12

2.1.9. A la práctica que tuvo San Pablo en toda su tarea de conversión de los
hombres y en la observancia de la norma de predicar, instituida y prescrita por
Cristo.
Razón suficiente:
“Cristo al venir al mundo para redimir a los hombres, había de reinar
sobre el pueblo cristiano espiritualmente y no temporalmente, según
se verá con amplitud con la ayuda de Dios al principio del libro
siguiente. Y siendo Señor y Creador de todos los señores y criaturas,
podía, si hubiese querido, engrandecerse fomentando la práctica del
rigor y del poder político; sin embargo llevó una vida humilde, mansa,
pacífica, pobre, e incluso, muy común; al elegir esta vida se encarnó
alejando de sí todo reino, todo dominio, principado o estado
fastuoso”42

CAPITULO SEPTIMO:

2.2. Segunda Conclusión de la Segunda Parte: La guerra declarada a los


infieles de la tercera categoría, o sea los que nunca oyeron hablar de la fe o de
la iglesia, ni ofendieron en modo alguno a la iglesia, con sola la finalidad de
someterlos al dominio de los cristianos mediante la guerra, para que reciban la fe
o religión cristiana, se preparen sus ánimas o se remuevan los impedimentos de la
fe, es una guerra temeraria, injusta, inicua y tiránica.43
Por lo tanto, todos los que hacen la mencionada guerra y cuántos son
causa de cualquier clase de cooperación, de que se les declare tal guerra a los
infieles, cometen un pecado mortal muy grave. Y están obligados, si quieren
salvarse, a restituir solidariamente y por completo a esos infieles
damnificados cuantos bienes, muebles e inmuebles, les confiscaron con tal
guerra, y a reparar todos los daños.44
Las Casas, aquí y en toda su obra, tiene presente la distinción de tres
clases de infieles, y sus consecuencias éticas, que estableció fray Tomás de Vio,
cardenal Cayetano, general de la Orden45:

42
De único VI, 7, p.457.
43
Cfr. De único VII, 1-2, p.485-501
44
Cfr. De único VII, 2-5, p. 503-547.
45
Cfr. Paulino CASTAÑEDA DELGADO y Antonio GARCIA DEL MORAL.Notas al
texto castellano. En Fray Bartolomé DE LAS CASAS.Obras Completas. 2. De
13

a) Aquellos que “de hecho y de derecho están sometidos a los príncipes cristianos,
como los judíos, los herejes y los moros en territorio cristianos”
b)”Otros que son súbditos de derecho y no de hecho, por ocupar territorios
cristianos, como los turcos, enemigos jurados de los cristianos, a los cuáles es
lícito la guerra”
c)”Pero hay otros que ni de hecho ni de derecho están sometidos a nuestros
príncipes, como los paganos que se encuentran habitando tierras en las que
nunca sonó el nombre cristiano. Contra estos infieles no puede ningún rey, ningún
emperador, ni la Iglesia Romana promover una guerra para ocupar sus tierras o
someterlos en los asuntos temporales...”
Como dice Gustavo Gutiérrez,”Las Casas construye con meticulosidad el
valladar protector de los moradores de las Indias” 46.Ello no son disidentes de la fe,
sino infieles, e infieles de la tercera categoría:”ni tienen tierras usurpadas que
hayan sido nuestras, y con injurias nos hayan despojado de ellas...” (Doce Dudas)
Y termina, Las Casas, este libro dirigiéndose a los religiosos que se dedican
a la predicación y a la instrucción de los indios, diciéndoles que se equivocan
muy culpablemente, cuando se empeñan en corregir, y más aún, en castigar a
los propios indios por cualquier pecado cometido por ellos, antes o después de su
conversión, con terrible castigos corporales, azotes, cárceles y otras penas,
aplicadas por su propia mano o ajena, pero por su mandato, aunque tengan
potestad y autoridad de obispos.47
Gabriela Zengarini O.P.

unico vocationis modo,p.575-576).


46
GUTIERREZ Gustavo,En busca de los pobres de Jesucristo, p.233.
47
Cfr. De único VII, 6, p. 549-557.

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