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¿Por qué estoy con Petro y Ángela Robledo?

Desde Antioquia, por una nueva era de paz para Colombia*


Colombia vive un momento histórico trascendental. Está en la puerta que decide si comienza
un nuevo camino de reconciliación, democracia y desarrollo social incluyente, luego de dos
siglos de guerras interminables durante el cual se desarrolló un sistema democrático corrupto
e incapaz de incluir a sus mayorías.
Lo que se decide en las urnas el próximo 17 de junio, no es un nuevo presidente. Es la
posibilidad de iniciar una nueva era para el país. La disyuntiva de quedarse anclado en el
pasado y condenar a las futuras generaciones a nuevos ciclos de violencia y exclusión. O
iniciar el camino de la construcción del país del futuro, en un momento en que la humanidad
vive un tiempo de incertidumbre por su propia pervivencia.
En la primera vuelta de las elecciones presidenciales, una amplia mayoría, de jóvenes,
mujeres, de los olvidados del campo y de las ciudades, le dieron un golpe mortal a las viejas
maquinarias políticas que han sometido a la nación desde su origen. Hoy se siente la
esperanza en las calles, y por eso también, el miedo entre los detentadores del poder y su
máquina de propaganda. Por eso no resulta extraño ver a los que ayer defendían el proceso
de paz ahora abrazados con los enemigos de este, sin el más mínimo decoro. Ese miedo hace
que se usen todo tipo de artimañas para sembrar confusión.
Pienso en mis hijas, en los hijos de la Colombia del siglo XXI, que merecen otro país, que
les sepa ofrecer un lugar de paz y de vida con dignidad para todos. Por eso este 17 de junio
mi voto esperanzado es por una nueva era de paz, mi voto es por Gustavo Petro y Ángela
María Robledo.
Para los indecisos, para los que engrosan el 47% que no ejerció su derecho en la primera
vuelta, para quienes votaron por un cambio en la política, para explicarles a mis hijas que
inician su experiencia de ejercicio ciudadano, quiero presentar 10 argumentos que sustentan
mi decisión. Mi voto es:
1. Un compromiso irrenunciable por la construcción de la paz, por la culminación del ciclo
histórico de guerras que nos sometió durante las últimas décadas. La paz como un derecho
social superior que nos permite sentar las bases de un nuevo país.
2. Por la férrea decisión de luchar contra la corrupción. Porque para transformar un sistema
político corrupto se requiere una dupla intachable, pero también un equipo que lo rodea
decente y unos partidos políticos dispuestos a generar el cambio, desligados de la
maquinaria que ha empobrecido el país.
3. Por una propuesta política orientada con vigor a disminuir las desigualdades sociales y la
promoción de la vida y el trabajo en condiciones dignas como camino para superar la
violencia. ¿Cómo podemos dormir tranquilos cuando nos sabemos una de las sociedades
más desiguales del planeta o la más desigual en la distribución de la tierra?
4. Por el compromiso de iniciar la transición hacia una sociedad y una economía productiva
pero sustentable. Para decir con contundencia NO al fracking. Para iniciar el complejo
camino hacia una sociedad pos petrolera. Para proteger y garantizar un ambiente sano
para la gente. Para proteger nuestra principal riqueza como sociedad: el agua, la
biodiversidad y la gente.
5. Por una sociedad de conocimiento. Para avanzar en la gratuidad y el adecuado
financiamiento de la educación superior pública.
6. Para que la salud sea verdaderamente un derecho al alcance de todos, sin intermediación
financiera. Para que el sistema de salud se oriente a promover la salud y a evitar miles de
muertes y enfermedades que son evitables, esas que hoy podemos prevenir.
7. Para ver florecer el campo, para recuperar y dignificar la vida de los campesinos, en un
país dotado de unas ventajas excepcionales para ser una despensa de vida para el mundo.
Por una apuesta seria por nuestra soberanía alimentaria.
8. Para que se abra la puerta a la expresión más amplia del conjunto de la energía social,
por una real participación ciudadana en la vida nacional.
9. Por una convivencia en paz, que respete y reconozca a plenitud los derechos de todas las
personas sin distingo de orientación sexual, política y etnocultural.
10. Por una visión de país plenamente comprometida con la garantía y respeto por los
derechos humanos, por unas relaciones respetuosas con los demás países del mundo,
incluyendo los vecinos, que respete el derecho internacional humanitario.
Porque no tienen nada que ofrecer a Colombia quienes han usado el miedo, el odio y el
engaño como estrategia para manipular la opinión y gobernar. No merecen nuestros votos.
Antioquia esta llamada a ser un importante eslabón para unir la nación. Como lo dijo el padre
de Roux: el día que los Antioqueños se comprometan con seriedad con la paz, ese día será
posible para Colombia.
No creo en salvadores, no voto por una persona. Voto por un nuevo país, por la posibilidad
que se abre de impulsar un proceso colectivo de transformación social que reúna nuestra
mejor fuerza creativa.
Como ciudadanos tenemos el poder del voto, con el podemos cambiar la historia. Cada uno
lo tiene, no podemos dudarlo ahora, Vamos a ejercerlo!
Gabriel Jaime Otálvaro Castro
Profesor Universitario
Medellín, 31 de mayo de 2018

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