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EL SOBRESEIMIENTO EN EL NUEVO CÓDIGO PROCESAL PENAL PERUANO

ETIMOLOGIA

El Sobreseimiento (que proviene del latín supercedere, "desistir de la pretensión


que se tenía") es un tipo de resolución judicial que dicta un juez o un tribunal,
suspendiendo un proceso por falta de causas que justifiquen la acción de la
justicia. Habitualmente es una institución del derecho procesal penal.

En el sobreseimiento el juez, al ver la falta de pruebas o ciertos presupuestos, no


entra a conocer el fondo del asunto o se abstiene de seguirlo haciendo, pudiendo
terminar el proceso antes de dictar sentencia. Por ese motivo, dependiendo de la
legislación, el sobreseimiento no provoca normalmente la situación de cosa
juzgada y el proceso se podría reabrir más adelante.

El sobreseimiento, se dicta mediante un auto, que puede ser objeto de apelación,


y en el Perú, si se le atribuye la Calidad de Cosa Juzgada, ya que pone fin a un
proceso penal; lo cual es muy distinto del Archivo Fiscal:, el cual se produce
cuando no hay fundamentos para proponer la incriminación al investigado.

DESARROLLO DEL CONCEPTO

En el Perú, por SOBRESEIMIENTO, se entiende lo contenido, en el Artículo 344°


del Código Procesal Penal, sobre toda resolución judicial mediante la cual se
decide la terminación del proceso penal en proporción de uno o diversos sujetos
imputados establecidos, con anterioridad al momento en que el dictamen definitivo
tenga potestad de cosa juzgada, por mediar una causal que impide en forma
concluyente la continuidad de la persecución penal y pues impide una posterior
apertura de un proceso con los mismos sujetos respecto del mismo hecho.
El sobreseimiento puede ser definitivo como cuando por el transcurso del tiempo
se declara la prescripción de la ley penal, o cualquier otra excepción perentoria. El
sobreseimiento definitivo por causas materiales se dicta cuando es evidente que
no ha habido delito, o que la conducta probada no es delito de acuerdo a la
tipificación penal, o la persona o personas involucradas son penalmente no
responsables, es decir “por no poder comprender la criminalidad del acto o por
tratarse de un menor inimputable”, por ejemplo “Que, aun profesional se le
atribuya el delito de falsificación de documentos, por el solo hecho de que
pericialmente se determine que los documentos supuestamente falsificados y/o
cuestionados, provienen de un mismo formato escritural, que utiliza el investigado,
en su actividad profesional diaria”.

El Sobreseimiento aún cuando es solicitado por el Fiscal Provincial Penal de


Ministerio Público o por el Fiscal Superior Penal del Ministerio Publico; el mismo
solo, es resuelto en un pronunciamiento judicial decretado exclusivamente por el
Juez de Investigación Preparatoria, como por ejemplo se da en la Corte Superior
de Justicia de Huaura, pionera en la implementación del Nuevo Código Procesal
Penal.
El sobreseimiento puede ser temporal, únicamente lo suspenda o paralice por
ciertas y determinadas causales legales.
También puede ser total o parcial dependiendo si refiere a todos o alguno de las
partes o hechos de la causa.

En el caso de procesos de cierta complejidad por pluralidad de imputados, el


sobreseimiento puede ser total o parcial. Será total y se archivará el caso para
todos ellos, cuando no se acredita la participación del conjunto de imputados en el
delito o su existencia no se ha demostrado. Será parcial cuando de esa pluralidad
de imputados, subsisten cargos contra alguno o algunos de ellos, a quienes se les
formula acusación, en cuyo caso se sobreseerá el proceso respecto de unos y se
declarará la procedencia de juicio oral contra quienes resulten acusados.

En ese orden de ideas, se tiene que el requerimiento y consecuente declaración


judicial de sobreseimiento será total cuando comprende a todos los delitos y a
todos los imputados involucrados en el caso objeto de investigación preparatoria.
En cambio, se produce el sobreseimiento parcial cuando sólo se circunscribe o
limita a algún delito o algún imputado, de los varios que son o fueron materia de
investigación preparatoria. Si este fuere el caso, el proceso continuará respecto de
los demás delitos o imputados que no los comprende (348° del CPP).

la etapa intermedia, tal como precisa el profesor y Fiscal Supremo Pablo Sánchez
Velarde, es una fase de apreciación y análisis para decidir la acusación, plantear
mecanismos de defensa contra la acción penal y también, para que se analicen
los medios probatorios presentados por las partes. En esta etapa, toda la activad
probatoria efectuada en la investigación preparatoria es sometida a los filtros o
controles necesarios de legalidad y pertinencia, para luego de ser el caso, ser
admitida a juicio.
El Fiscal, dará por concluida la Investigación Preparatoria cuando considere que
se ha cumplido su objeto (Art. 343°.1 del NCPP), contando con el plazo de quince
días (Art. 344°.1 del NCPP), para decidir por las alternativas que a renglón
seguido se mencionan. A partir del cierre de la Investigación Preparatoria, el Fiscal
cuenta únicamente con dos posibilidades:
a.-Formular acusación o
b.-Requerir el sobreseimiento de la causa. Por lo tanto, nos hacemos la siguiente
interrogante:
· ¿Dicha etapa es sólo un estado "Intermedio" entre la Investigación Preparatoria y
el Juzgamiento?
· O será que opera como un filtro de selección que parte de un doble baremo: en
positivo, de convalidar los actos de investigación, dando luz verde, para que la
persecución penal pase a su etapa final (Juzgamiento) y en negativo,
convalidando el cese de la persecución penal, por defectos probatorios o por no
cumplirse con los niveles de imputación delictiva que se comprenden en la teoría
general del delito.
El sobreseimiento, no es otra cosa que el requerimiento o solicitud de
archivamiento del caso. Lo efectúa el Fiscal al Juez de la investigación
preparatoria al concluir que del estudio de los resultados de la investigación
preparatoria, existe certeza que el hecho imputado no se realizó o no puede
atribuírsele al imputado, o cuando no es típico o concurre una causa de
justificación, de inculpabilidad o de no punibilidad, la acción penal se ha
extinguido, o no existe razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos
elementos de prueba al caso y no hay elementos de convicción suficientes para
solicitar fundadamente el enjuiciamiento del imputado.

PRESUPUESTOS

Con la finalidad explicable de no dejar puerta abierta respecto de los supuestos en


los cuales el Fiscal, puede solicitar el sobreseimiento después de la investigación
preparatoria, el legislador del Código Procesal Penal de 2004, en el Artículo
344°.2, ha regulado en forma taxativa los supuestos o hipótesis que de producirse
en la realidad originarían un pedido de sobreseimiento.

De la lectura del citado numeral, pareciera que el solicitar el sobreseimiento es


facultad de los representantes del Ministerio Público. No obstante por la misma
naturaleza de los supuestos previstos y en base al principio de objetividad que
debe guiar el actuar de los fiscales, consideramos que no es una facultad sino un
deber u obligación ineludible del Fiscal solicitar el sobreseimiento cuando en la
práctica se verifiquen los siguientes supuestos:
1. – "El hecho objeto de la investigación preparatoria no se realizó". Por ejemplo,
se viene investigando el secuestro de la acaudalada GOGO, sin embargo a los
quince días de iniciada la investigación, la supuesta víctima aparece alegando que
había viajado a Cancún, hecho que por problemas familiares no lo había
comunicado.

2. – "El hecho objeto de la causa no puede ser atribuido al imputado". Por ejemplo,
se imputa al investigado ser el autor directo del homicidio de la hija del notario, sin
embargo del análisis de los resultados de la investigación se determina en forma
fehaciente que en momentos que ocurrió el homicidio, el investigado estaba en
lugar diferente y que las huellas dactilares encontradas en el arma homicida, no le
corresponden.

3. – "El hecho imputado no es típico". Esto es, el hecho investigado no reúne los
elementos objetivos como subjetivos de un hecho punible tipificado en la ley penal.
Por ejemplo, se investiga un hecho con apariencia del delito de estafa, no
obstante, concluida la investigación preparatoria se evidencia que el hecho
denunciado no es más que un simple incumplimiento de contrato, por parte de la
GOGO.

4. – "En el hecho concurre una causa de justificación". Ejemplo se atribuye al


imputado el homicidio del SUPER BOGA, sin embargo del análisis de los actos de
investigación efectuados, se concluye de modo claro que el imputado habría
actuado en legítima defensa, pues el día de los hechos, SUPER BOGA, en merito
a su condición acaudalada, defraudando Municipalidades, se agencio de un arma
de fuego, y encontró en su domicilio, al investigado robando, por lo que este
reacciono con un fierro.

5. – "En el hecho imputado concurre una causa de inculpabilidad". Por ejemplo, se


atribuye al investigado haber dado muerte a su compañero de trabajo OJO DE
SAPO, no obstante concluida la investigación preparatoria, se determina que el
día de los hechos en la mina que trabajaban el investigado y occiso, se produjo un
derrumbe cuando aquellos se encontraban al interior de la misma, quedando
atrapados y con grave riesgo de morir asfixiados pues sólo el occiso tenía balón
de oxigeno, ante la desesperación y pánico ambos iniciaron una disputa por el
balón de oxigeno, único medio para no morir. De esa forma, el investigado mucho
más fuerte que el occiso, cogió la barreta que había en el lugar y le dio muerte,
apoderándose del balón de oxigeno que le permitió vivir 20 horas, tiempo en el
que finalmente fue rescatado. Aquí lógicamente estamos ante un estado de
necesidad exculpante previsto y sancionado en el inciso 5 del artículo 20° del
Código Penal vigente.

6. – "En el hecho imputado concurre una causa de no punibilidad". Por ejemplo, se


investiga al imputado por haber hurtado bienes de LA CRISTIAN, sin embargo, en
el curso de la investigación preparatoria se determina que el imputado fue
concubino de la denunciante y por tanto se sentía con derecho sobre los bienes
objeto del hurto; véase: Art. 208° del Código Penal.

7. – "La acción penal se ha extinguido". Esto ocurre cuando se dan los supuestos
previstos y sancionados en los Artículos 80°, 81°, 82° y 83° del Código Penal.

8. – "No existe la posibilidad razonable de incorporar nuevos datos a la


investigación y los existentes no sirven para fundar una acusación". Este supuesto
se configura cuando del análisis de los actos de investigación efectuados y
elementos de prueba recolectados, se concluye que no es posible fundamentar
razonablemente una acusación y no existe la menor posibilidad de efectuar actos
de investigación adicionales que puedan cambiar la situación existente.

CONTROL DEL REQUERIMIENTO DE SOBRSEIMIENTO Y AUDIENCIA DE


CONTROL

Una vez que el Fiscal formaliza la investigación preparatoria, pierde una serie de
atribuciones propias de las diligencias preliminares; dentro de las cuales se
encuentra la facultad de archivar la causa sin autorización jurisdiccional. Por tanto,
lo que le queda al Fiscal, en caso de considerar aplicable el sobreseimiento de la
causa, es recurrir al Juez de la Investigación Preparatoria a fin de que este último,
previa audiencia y con participación de los sujetos procesales decida sobre la
procedencia o no del sobreseimiento solicitado. (Art. 345° del NCPP).
Como se puede apreciar el pedido de sobreseimiento no es admitido
automáticamente, si no que, su solicitud desencadena una serie de actos
procesales, tanto de las Partes Procesales como del Juez, con la finalidad de
determinar la procedencia o no del Requerimiento Fiscal, evaluándose así su labor
de investigación, a fin de establecer si se ha agotado todos medios para llegar a la
conclusión necesaria del sobreseimiento, y que ya no existe alguna posibilidad
real y concreta de que aparezcan nuevos elementos de prueba. Lo que se busca
en definitiva con el control del pedido de sobreseimiento es que no se haga abuso
o se desnaturalice este mecanismo de conclusión del proceso.

PRONUNCIAMIENTO DEL JUEZ DE LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA

Luego de efectuada la audiencia, en un plazo no mayor de 15 días, el Juez emitirá


el pronunciamiento que al caso corresponda. El mismo que puede ser hasta en
tres sentidos (346° del NCPP):

1. - Si considera fundado el requerimiento efectuado por el Fiscal, dictará el auto


de sobreseimiento y dispondrá el archivo del caso.

2. - Si considera que el requerimiento fiscal no es procedente, expresando las


razones o fundamentos en que funda su desacuerdo, expedirá un auto elevando
las actuaciones al Fiscal Superior para que ratifique o rectifique la solicitud del
Fiscal Provincial. Sólo el Ministerio Público es el titular de la Acción Penal Pública.
El Fiscal Superior, se pronunciará en un plazo no mayor de diez días. Si ratifica el
requerimiento, el Juez de la investigación preparatoria sin trámite alguno dictará el
auto de sobreseimiento aun en contra de su criterio y posición. Caso contrario, si
el Fiscal Superior no está de acuerdo con el requerimiento formulado, ordenará se
formule acusación por un Fiscal diferente al autor del requerimiento objeto de
consulta.
Este es un reconocimiento explícito de la facultad constitucional estipulada en el
numeral 4 del artículo 159° de nuestra Constitución Política Peruana: sólo el
Ministerio Público por medio de sus fiscales es el Titular de la acción penal. El
Ministerio Público tiene el monopolio de la acción penal. A un fiscal que según su
sano criterio, no formula acusación, sólo un Fiscal de grado superior le puede
rectificar dicha posición. La autoridad jurisdiccional no tiene competencia para ello.

3. – El Artículo 346° del Nuevo Código Procesal Penal, establece que en el


supuesto del numeral 2 del Artículo 345°, si el Juez lo considera admisible y
fundada la oposición dispondrá la realización de una investigación suplementaria
indicando el plazo y las diligencias que el fiscal debe realizar.

Este supuesto viene a distorsionar al sistema acusatorio que sustenta el nuevo


proceso penal, en el cual el reparto de roles está debidamente definido en el
artículo IV y V del Título Preliminar del Nuevo Código Procesal Penal. No
obstante, ante la existencia de tal norma, con la finalidad que ello en la práctica no
se verifique, los Fiscales deben realizar todos los actos de investigación pertinente
y útiles que soliciten las partes. Si el agraviado (eventual opositor al requerimiento
de sobreseimiento) solicita la actuación de determinado acto de investigación
pertinente y útil debe efectuarse, pues ante una eventual negativa, el Juez puede
disponer su actuación. Si se verifica que el acto de investigación que el agraviado
solicita es inútil e impertinente y por ello se deniega, en la audiencia de la etapa
intermedia así se argumentará.
Aun cuando todo depende de la actuación de los Fiscales, pensamos que los
Jueces, a fin de no distorsionar el principio de reparto de funciones o roles que
fundamenta el modelo acusatorio, difícilmente ordenaran una investigación
complementaria. Incluso, de hacerlo pondrían en tela de juicio el principio de
imparcialidad que en todo momento los jueces deben cautelar.

Para inaplicar esta disposición cabe invocar el artículo X del Título Preliminar del
NCPP prevé literalmente lo siguiente “las normas que integran el presente Título
prevalecen sobre cualquier otra disposición del Código. Serán utilizadas como
fundamento de interpretación.

AUTO DE SOBRESEIMIENTO

En el Perú, la declaración del sobreseimiento en forma lógica importa u origina el


archivo definitivo de la causa con relación al imputado en cuyo favor se dictó y
adquiere la autoridad de cosa juzgada, es decir, nadie puede revivir el proceso
finalizado con sobreseimiento. El Profesor San Martín Castro, enseña que el
sobreseimiento es la resolución firme emanada de órgano jurisdiccional
competente, mediante la cual se pone fin a un procedimiento penal incoado con
una decisión que, sin actuar el ius puniendi, goza de la totalidad o de la mayoría
de los efectos de la cosa juzgada.

Aquella disposición tiene efectos prácticos muy importantes. Por ejemplo, LA


GOGO, favorecido con un auto de sobreseimiento nunca más un Fiscal podrá
investigarlo y menos sancionarlo un Juez, por el mismo hecho objeto de un
sobreseimiento anterior. Si eventualmente ello sucede, opera de modo eficaz el ne
bis in ídem (no dos veces por los mismos hechos) procesal o sustancial
dependiendo ello del caso concreto. Debe tenerse en cuenta siempre que el ne bis
in ídem funciona o prospera cuando en dos o mas procesos penales concurren el
mismo objeto, el mismo sujeto e idéntico fundamento como lo ha reiterado el
Tribunal Constitucional en varias sentencias. Esto es, el o los mismos imputados,
el o los mismos hechos investigados así como el mismo bien jurídico protegido de
los delitos objeto de los procesos.

La ausencia de oposición del actor civil al requerimiento de sobreseimiento no


impide que posteriormente pueda recurrir en apelación. Esto es así porque no
constituye un requisito para presentar dicho medio impugnatorio.

Este criterio fue establecido como doctrina jurisprudencial por la Sala Penal
Permanente de la Corte Suprema en la Casación N° 187-2016-Lima. Asimismo, se
sostuvo que, ante un auto de sobreseimiento de primera instancia, contrario al
requerimiento de acusación, es el requerimiento del fiscal superior el que debe
predominar, en virtud al principio acusatorio y de jerarquía en la función fiscal, no
siendo requisito que el requerimiento del fiscal provincial sea también por
sobreseimiento.

El caso que motivó esta decisión fue el siguiente: a un gerente del Patronato del
Parque de las Leyendas se le imputó haber suscrito 36 contratos con particulares,
sin previo concurso público y sin seguir el procedimiento de otorgamiento de
concesiones de espacios; todo ello con la intención de beneficiarse
económicamente, pues en ocasiones habrían recibido en efectivo el costo de los
bienes y artículos publicitarios prometidos como contraprestación en los referidos
contratos, y en otros a través de la empresa de propiedad de otros imputados.
Estos hechos fueron investigados como delitos de peculado, colusión desleal y
negociación incompatible.

Durante la etapa intermedia, el juzgador declaró el sobreseimiento de la mayor


parte de las imputaciones formuladas por el Ministerio Público. No obstante, tal
decisión fue apelada por el procurador. Por otro lado, declaró fundado el
requerimiento de acusación contra el imputado por el delito de negociación
incompatible por cinco de esos contratos. Finalmente, esta acusación devendría
en una sentencia condenatoria emitida por el Primer Juzgado Unipersonal de
Lima.

Luego que la sentencia fuera apelada por el imputado, la Primera Sala Penal de
Apelaciones de Lima revocó el sobreseimiento y confirmó la sentencia
condenatoria contra el imputado. Sin embargo, la decisión fue impugnada por el
procesado mediante un recurso de casación, argumentando que era necesario
determinar si la ausencia de oposición del fiscal superior o del actor civil supone
una aceptación tácita del sobreseimiento y, por lo tanto, no estarían facultados
para interponer apelación.
Admitido el recurso por la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema, este
órgano sostuvo que el planteamiento inoportuno o la ausencia de oposición contra
el requerimiento de sobreseimiento, no constituye un requisito previo para su
apelación, más aún si la formulación de oposición a la solicitud de sobreseimiento
es discrecional o facultativa. Por este motivo, se declaró fundada en parte la
casación y nula la condena de vista, confirmando la resolución que declaró
fundada la solicitud de sobreseimiento.

LA CONFUSIÓN DE LA CORTE SUPREMA

En la Casación 187-2016 Lima, la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema


fijó como doctrina jurisprudencial dos supuestos: I) Ante un auto de
sobreseimiento de primera instancia, contrario al requerimiento de acusación, es el
requerimiento del Fiscal Superior que predomina, en virtud al principio acusatorio y
de jerarquía en la función fiscal, no siendo requisito que el requerimiento del Fiscal
Provincial sea también por sobreseimiento, y; II) La ausencia de oposición del
actor civil al requerimiento de sobreseimiento, al no constituir un requisito, no
impide que recurra en apelación.

Tal razonamiento sin embargo, resulta contrario a los principios de legalidad


procesal, congruencia recursal, derecho a la tutela procesal efectiva y condiciones
de ejercicio válido de la acción. Al parecer, la Suprema entendió todo al revés, lo
cual no implicaría mayor incidencia que la de una decisión casatoria recaída en un
caso concreto, sino fuera, por la (cada vez más) impulsiva tendencia a establecer
como precedente vinculante o doctrina jurisprudencial, todos los casos que le son
sometidos a su conocimiento.

PRIMERA DOCTRINA: LA POSICIÓN DEL FISCAL SUPERIOR EN AUDIENCIA

En cuanto a la primera doctrina, la Suprema Corte, ha establecido que, en


atención al principio de jerarquía, la opinión del Fiscal Superior en audiencia de
apelación de auto de sobreseimiento, prima sobre cualquier discrepancia del
Fiscal Provincial [de darse el caso] y resulta vinculante para el Tribunal de
Apelaciones. Sin embargo, tal posición no obedece a ningún desarrollo
interpretativo, ni sucede a alguna justificación argumentativa por parte del Tribunal
Supremo. Parece más una opinión intuitiva, ya que no sigue un orden sistemático
de aplicación normativa, ni discierne sobre las instituciones jurídicas
comprometidas. Ergo, la Corte decidió únicamente por “sentido común”,
circunstancia que prima facie no implica ilegitimidad, pero puede abrir paso a la
arbitrariedad, cuando se desconocen principios y derechos procesales, como
veremos más adelante. Es por ello, que la exigencia al máximo Tribunal de justicia
de un país, respecto de la justificación de sus decisiones, es mayor, y más aún,
cuando se atreve a construir doctrina jurisprudencial, que vincula a las demás
cortes de la Nación.

Comenzando, no se trata de un problema de jerarquía (como principio que rige las


decisiones del Ministerio Público), ni mucho menos del carácter vinculante del
dictamen del Fiscal Superior, como parece asumir sin más la Corte Suprema. Se
trata más bien (siendo muy enfático), de resolver un recurso de apelación
interpuesto por el agraviado o actor civil, dependiendo del caso. Para ser más
preciso (y más enfático aún), se trata de responder los agravios invocados por la
parte legitimada para interponer el recurso de apelación. Y la pregunta es ¿En qué
momento, se legitimó la exigencia de la opinión o dictamen del Fiscal Superior en
audiencia de apelación, para poder resolver el recurso? ¿Cuál es el conducto
jurídico–procesal que establece como requisito de procedibilidad vinculante para el
Tribunal, una pretensión (introducida en audiencia) del Fiscal Superior, respecto
de la conformidad o disconformidad, con la decisión de sobreseimiento?

Veamos, el Juez puede decidir por el sobreseimiento de la causa, en los


siguientes supuestos: 1) Fundando el requerimiento fiscal de sobreseimiento; 2)
Fundando el requerimiento del imputado, ante una pretensión acusatoria y; 3)
Fundando de oficio un sobreseimiento, ante causal manifiesta.

En el primer supuesto, esto es, cuando el sobreseimiento lo pide el Fiscal


Provincial, y la decisión es apelada por el agraviado o actor civil (legitimidad que
éste último no tiene, como se verá más adelante), el Fiscal Superior no es parte
recurrente ni recurrida, por lo que su posición en audiencia de apelación (si es que
asume una), no puede vincular al Tribunal revisor, ello por cuanto, se estaría
permitiendo que por primera vez y de forma sorpresiva (en audiencia), se
introduzca una pretensión oral y procesalmente atípica, por parte de sujeto no
legitimado, el cual ha sido emplazado para la audiencia, sin ser portador de una
pretensión válida. Permitir o (peor aún) exigir una pretensión vinculante por parte
del Fiscal Superior, implica descargar el contenido de la decisión a favor del
Ministerio Público, cuando lo que se exige es la respuesta por parte del Juez. Con
tal proceder (no previsto legalmente), el Juez de apelaciones estaría dejando de
administrar justicia u otorgar tutela a la parte apelante, infringiendo lo previsto en
el artículo 139.3 de la Constitución Política, pues no respondería a los agravios
invocados por la parte legitimada, sino que siempre estaría vinculado a la posición
fiscal. En resumen, una práctica de tal naturaleza, implica una sustracción a la
resolución del contenido de la apelación, o lo que es lo mismo, no responde a los
agravios invocados por la parte, delegando (si cabe el término) tal tarea al Fiscal
Superior.

En el segundo y tercer supuestos, cuando el Fiscal Provincial formula acusación y


el Juez sobresee la causa de oficio o a petición de parte, pueden presentarse dos
situaciones: La primera, que el Fiscal apele la decisión judicial y la segunda, que
se conforme con tal decisión de archivo [situación que se presentó en la Casación
en comento]. En el primer caso, resulta evidente que el Fiscal Superior, actuará en
audiencia de apelación, siendo portador de una pretensión válida, por lo que
buscará la revocación de la decisión inicial; sin embargo, cuando el Fiscal
Provincial no apela la decisión, sucede lo mismo que en el primer supuesto ya
desarrollado, esto es, que el Fiscal Superior no tiene pretensión y, de adoptar una
posición en audiencia, únicamente servirá como argumento que podrá tener en
cuenta el Tribunal revisor, como consecuencia del debate contradictorio, pero
jamás como un dictamen vinculante que reemplaza la resolución, la cual que debe
responder los agravios expresados en la apelación.

El legitimar (de forma irregular por cierto) un dictamen oral vinculante, por parte
del Fiscal Superior (quien ha llegado a la audiencia de apelación sin ninguna
pretensión), vacía de contenido, la naturaleza del recurso de apelación (por parte
del fiscal provincial). En efecto, ya resulta irrelevante si la decisión de
sobreseimiento, es impugnada o no por el titular de la acción penal, lo importante
es que llegue a revisión del tribunal de apelaciones, por cualquier vía, para que la
decisión sobre la continuación del proceso, se encomiende al Fiscal Superior.
Luego, es indiferente el recurso fiscal.

Con tal proceder, se trasgrede igualmente el principio de congruencia recursal,


pues los agravios deben estar contenidos en la apelación interpuesta, los mismos
que deben ser objeto de debate y merecedores de una respuesta (positiva o
negativa). El Tribunal de Apelaciones, no puede sustraerse a otorgar tutela,
descargando la responsabilidad a lo opinado en audiencia por el Fiscal Superior o,
lo que es lo mismo, delegando la facultad de la decisión al Ministerio Público.

Al parecer, lo que la Suprema Corte quiere establecer, es un trámite de


forzamiento de la acusación por analogía, el cual está previsto en el artículo 346
del NCPP. Sin embargo, la Constitución Política (art. 139.3) prohíbe apartarse del
procedimiento pre-establecido o crear procedimientos distintos a los legalmente
previstos. En efecto, la figura del forzamiento de la acusación, implica la
discrepancia judicial con el contenido del requerimiento, siendo el Juez de
Investigación Preparatoria, quien luego del debate en etapa intermedia, quien
tiene que emitir resolución, dando razones para discrepar del requerimiento de
archivo, dando paso a la disposición del Fiscal Superior.

El punto es que el Juez debe resolver el recurso planteado y responder los


agravios invocados, y no distraer su atención, en lo opinado por el Fiscal Superior,
para sustraerse de la resolución de la controversia, señalando que el Fiscal es
quien decide sobre la continuación del proceso; invocando para ello (de forma
falaz por cierto) , argumentos sobre la vigencia del principio acusatorio, titularidad
de ejercicio de la acción penal o peor aún, de jerarquía funcional. Tal
procedimiento no está previsto legalmente, mientras que la Constitución obliga al
Juez a otorgar tutela procesal efectiva a quien plantea una pretensión.

Peor aún, resulta lo decidido por la Corte Suprema en la Casación Nº 413-2014


Lambayeque, al establecer que ante la revisión de una sentencia absolutoria,
cuando el único impugnante sea el actor civil, debe verificarse la conformidad en
audiencia del Fiscal Superior, circunstancia que impide al Tribunal revisar el fondo
del asunto y no tiene otra opción, que confirmar la absolución (F.J. 21 a 23).

Tal decisión no sólo es equivocada, sino incluso prevaricante. En efecto, la Corte


ha establecido que la Sala Penal de Apelaciones no puede otorgar tutela, cuando
el Fiscal Superior no manifiesta disconformidad con la sentencia absolutoria, o lo
que es lo mismo, ha establecido como requisito de procedibilidad, para resolver la
apelación, la opinión, dictamen o posición discrepantes del Fiscal Superior en
audiencia. Sin embargo, de conformidad con lo previsto en el artículo 407 del
NCPP, el ámbito del recurso que corresponde al actor civil, no tiene ninguna
implicancia en la pretensión del Ministerio Público.

En efecto, de acuerdo a lo previsto en el artículo 11 del NCPP, cuando el


agraviado se constituye en actor civil, cesa la legitimidad del Ministerio Público
para intervenir en el objeto civil del proceso. Si ello es así ¿qué razonamiento le da
autoridad a la Corte Suprema, para establecer que la posición del Fiscal Superior
en audiencia, se constituye en una valla procesal que se debe superar, para
atender los agravios de quien legítimamente persigue el objeto civil del proceso?
Es evidente la confusión en la que incurre la Suprema, cuando establece
requisitos de procedibilidad no previstos, se aparta del procedimiento legalmente
establecido y finalmente, desconoce las condiciones de legitimidad e interés para
obrar que están claramente definidas por la Ley.

Lo propio sucede con el auto de sobreseimiento, siendo que si el actor civil


interpone el recurso, y sólo puede perseguir el objeto civil por mandato de la
norma, la pregunta es ¿porqué la opinión en audiencia del Fiscal Superior, impide
el pronunciamiento sobre el objeto de apelación? Recuérdese que, de
conformidad con el artículo 12.3 NCPP, tanto el sobreseimiento como la sentencia
absolutoria, no impiden el al Juez, pronunciarse sobre el objeto civil.

Nótese entonces, que no se trata de un problema de doble conformidad fiscal (que


sólo está pensando pata el forzamiento de la acusación) , ni de un principio de
jerarquía, ni menos de la vigencia del principio acusatorio. Se trata más bien, de la
vigencia del principio constitucional, de tutela procesal efectiva, o de la obligación
que tiene el Juez de dar respuesta a los agravios invocados por las partes
legitimadas.

SEGUNDA DOCTRINA: LEGITIMIDAD DEL ACTOR CIVIL PARA APELAR LA


DECISIÓN DE SOBRESEIMIENTO

En lo que se refiere a la segunda doctrina, señala la Corte que “La ausencia de


oposición del actor civil al requerimiento de sobreseimiento, al no constituir un
requisito, no impide que recurra en apelación”. La cuestión aquí, pasa más por
entender, cómo es que el actor civil puede recurrir del objeto penal, cuando está
impedido de hacerlo de conformidad con el artículo 407 del NCPP. Me explico,
cuando hay actor civil constituido, el Ministerio Público, únicamente podría pedir el
sobreseimiento respecto del extremo penal, pues el ejercicio de la acción civil, le
corresponde únicamente al primero.

En principio, la constitución del agraviado en actor civil, le otorga legitimidad para


perseguir la reparación civil, ante el Juez penal. Ello implica, que es el actor civil,
quien tiene que formular su pretensión y sólo puede impugnar la decisión judicial
que rechaza el objeto civil. Al respecto, el artículo 12.3 NCPP, es claro al
establecer que: “la sentencia absolutoria o el auto de sobreseimiento no impedirá
al órgano jurisdiccional pronunciarse sobre la acción civil derivada del hecho
punible válidamente ejercida, cuando proceda”.
La pregunta es entonces ¿a quién le corresponde ejercitar acción civil? o ¿quién
es el titular de la acción civil en el proceso penal? De conformidad con el artículo
11 del NCPP, la titularidad de la acción civil, le corresponde al Fiscal, mientras el
agraviado no se constituya en actor civil, circunstancia que de presentarse, cesa la
legitimidad del Ministerio Público en este extremo. Ergo, en los casos en los que
haya actor civil constituido, corresponde a éste entablar demanda ante el Juez
Penal, pretendiendo el resarcimiento del daño, derivado del delito. De tal forma,
que las decisiones judiciales que recaigan en su pretensión, como actor autónomo
y diferenciado del Ministerio Público, son pasibles del recurso que corresponda,
por parte del actor civil, como sujeto legitimado.

La pregunta es entonces ¿qué relevancia tiene la oposición o no, del actor civil
respecto del requerimiento de sobreseimiento del Fiscal? Debe establecerse con
nitidez, que si el actor civil no formula su pretensión resarcitoria, no se manifiesta
ejercicio válido de la acción civil, siendo que dicha circunstancia, jamás legitimaría
al actor civil, para recurrir la decisión sobre el objeto penal, del cual ha sido
requerido su sobreseimiento.

Desarrollemos esto. Una vez que el agraviado es constituido en actor civil (en
forma y oportunidad), adquiere la legitimidad del ejercicio de la acción civil, por lo
que como tal, le corresponde en la etapa intermedia, presentar su demanda de
indemnización, tal como el Fiscal formula su acusación, respecto del objeto penal.
Ello implica, que dicha demanda, también tendrá que ser puesta en conocimiento
de los demás sujetos procesales, para que realicen las observaciones y
requerimientos que correspondan. Sólo así, se puede evidenciar un ejercicio
legítimo de la acción civil.

Ahora bien, si respecto del objeto penal, el Fiscal solicita el sobreseimiento de la


causa, tal decisión, no tiene implicancia ni injerencia respecto de la acción civil
ejercitada, la cual merece una respuesta por el Juez, sea esta favorable o
desfavorable para el actor. Continuando, si el Juez de Investigación Preparatoria,
funda el requerimiento del Fiscal y archiva el caso, el actor civil, no puede recurrir
tal decisión, pues de conformidad con el artículo 407 NCPP, sólo está legitimado
para recurrir el objeto civil. Ello no implica, ausencia de tutela para el actor civil,
pues respecto de su pretensión válidamente ejercida, siempre obtendrá una
respuesta por parte del Juez. Finalmente, de no haber interpuesto la demanda
correspondiente, no habrá ejercicio válido de la acción civil, lo que no impide que
siga un proceso extrapenal.

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