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En cumplimiento de los requisitos de forma que enmarca el numeral 108 de la Ley de Amparo,
manifiesto con protesta de decir verdad, lo siguiente:
B.-Por lo que hace al acto de aplicación de la Ley impugnada mediante la presente vía de amparo,
como Responsables Ejecutoras:
VII.- C. Enrique Peña Nieto, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS con domicilio
en la Residencia Oficial de los Pinos, Puerta número 1, Colonia Lomas de Chapultepec, Delegación
Miguel Hidalgo, Ciudad de México.
VII.- Secretario de la Defensa Nacional con domicilio en su recinto oficial;
VIII.- Secretario de Marina con domicilio en su respectivo recinto oficial.
4. ACTOS RECLAMADOS
1) Se reclama de todas las Autoridades Ordenadoras el proceso legislativo que culminó con la
publicación y entrada en vigencia de la Ley de Seguridad Interior, publicada en el Diario Oficial de
la Federación el día 21 de diciembre del 2017;
2) Se reclama del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos por vicios propios en
la falta de formalidades que culminó con la publicación y entrada en vigencia de la Ley de
Seguridad Interior, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 21 de Diciembre del 2017;
3) Del Secretario de la Defensa Nacional la aplicación de la Ley de Seguridad Interior.
4) Del Secretario de Marina la aplicación de la Ley de Seguridad Interior.
a) El cuerpo de normatividades impugnada fue publicada el día 21 de diciembre del 2017 y entró en
vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, de acuerdo al
Artículo Primero Transitorio del mismo ordenamiento; Lo cual constituye un hecho público y
notorio., porque se trata de un acontecimiento NOTORIO que deriva de fuentes de información
que la ley garantiza y en razón de su finalidad de dar publicidad a los mismos, es que ninguna
autoridad puede desconocer su contenido y alcance.
b) La aplicación de la Ley de Seguridad Interior en perjuicio del suscrito se realiza de manera
continuamente lesiva y tuve conocimiento del hecho el día siguiente a su publicación en el Diario
Oficial de la Federación., y mediante la publicidad de ello que se hizo en los canales televisivos;
c) Que los mensajes difundidos mediante los canales televisivos sobre la aplicación y entrada en
vigor de la ley de seguridad interior se encuentra publicada el día 21 de diciembre del 2017., y de
su entrada en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
d) Que los mensajes difundidos sobre la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Interior son los
mismos que se encuentran alojados en el canal oficial de YouTube de la oficina de la Presidencia
de México, (https://www.youtube.com/user/gobiernofederal)
Artículos 1, 6, 13, 21, 29, 35 fracción III, 115, 133 y 129 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos;
Artículo 2, 4.1, 5.1, 5.2, 7.1, 7.3, 7.4, 7.5, 7.6, 8.1, 8.2, 11, 13, 15, 16, 22.3, 23, 24, 25, 7.2 de
la Convención Americana de los Derechos Humanos (pacto de San José, Costa Rica); y
Artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
5. INTERES LEGITIMO
El artículo 107, fracción I constitucional establece que el interés legítimo se puede generar por una
afectación indirecta, generada por la actual situación del quejoso frente al orden jurídico. La Primera
Sala ha fijada tesis relevantes para dilucidar el significado de la nueva figura procesal. Así ha
señalado que, a diferencia del interés simple, el interés legítimo es aquél interés personal-o personal-
colectivo-, cualificado, actual, real y jurídicamente relevante, que pueda traducirse, si llegara a
concederse el amparo, en un beneficio jurídico a favor del quejoso. Al respecto, resultan aplicables
las siguientes tesis:
“INTERÉS LEGÍTIMO EN EL AMPARO CONTRA LEYES. NORMAS CUYA SOLA EXISTENCIA GENERA
UNA AFECTACIÓN AUTOAPLICATIVA QUE LO ACTUALIZA. Esta Primera Sala ha determinado que, de
manera excepcional, pueden encontrarse en el ordenamiento jurídico normas generales heteroaplicativas,
identificables así por su estructura normativa interna, que no obstante, generan una afectación de tal gravedad
para nuestra democracia constitucional, que pueden identificarse como autoaplicativas, por lo que debe
tenerse por acreditado el interés legítimo para impugnarlas. El primero de este tipo de normas corresponde al
de aquellas que son estigmatizadoras, es decir, aquellas que con independencia de que establezcan
contenidos condicionados a un acto de aplicación, terminan por proyectar un mensaje discriminatorio contra
ciertos sujetos, que resienten una afectación generada por la parte valorativa de la norma, al incluir criterios
vedados por el artículo 1o. constitucional. Un segundo tipo de normas en este supuesto, corresponde a
aquellas que se erigen como barreras de acceso al debate público o que inhiben la propia deliberación
pública, entendiendo que las condiciones normativas para la generación óptima de esta última se encuentran
constitucionalmente protegidas, en tanto que son condiciones de existencia de un espacio público sin el cual
un gobierno democrático de naturaleza deliberativa no sería posible. La afectación que producen este
segundo tipo de normas no es generada por su parte valorativa, sino por sus repercusiones sobre la
apropiada preservación de canales de expresión e intercambio de ideas que deben mantenerse abiertos, por
ejemplo, estableciendo impedimentos, requisitos u obligaciones, aún de abstención, que obstaculicen el
desenvolvimiento de las personas en el debate público, especialmente cuando se refieran al discurso político
o a quienes se dedican a informar. Ante este segundo tipo de normas, lo relevante para el juzgador no es
determinar si la norma impugnada trasciende en la esfera jurídica del quejoso desde la perspectiva de los
actos de aplicación requeridos para su materialización, sino la afectación generada a los canales de
deliberación pública.” Época: Décima Época.-Registro: 2010971.-Instancia: Primera Sala.- Tipo de Tesis:
Aislada.-Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.-Libro 27, Febrero de 2016, Tomo I.-
Materia(s): Común.-Tesis: 1a. XXXII/2016 (10a.).-Página: 679.- Amparo en revisión 492/2014. 20 de mayo
de 2015. Mayoría de tres votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas, quien formuló voto concurrente, y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Disidentes: José Ramón
Cossío Díaz, quien reservó su derecho para formular voto particular, y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien
formuló voto particular. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretarios: Karla I. Quintana Osuna y David
García Sarubbi.
Esta tesis se publicó el viernes 19 de febrero de 2016 a las 10:15 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.
En el caso concreto, el interés legítimo se actualiza en función de la naturaleza especial del derecho
a la información, toda vez que se trata de un derecho contemplado en el orden constitucional y en
demás disposición del régimen internacional de los derechos humanos cuya vulneración resulta
jurídicamente relevante, actual y real, pues el marco jurídico nos otorga el derecho a reclamar
cualquier afectación de esta materia. Así lo ha entendido la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
al señal que el derecho a la información y la libertad de expresión son derechos funcionalmente
centrales en un estado constitucional y tienen una doble faceta; por un lado, aseguran a las
personas espacios esenciales para el despliegue de su autonomía y, por otro, gozan de una vertiente
pública, colectiva o institucional para el despliegue de su autonomía y, por otro, gozan de una
vertiente pública, colectiva o institucional que los convierte en piezas básicas para el adecuado
funcionamiento de la democracia. Lo anterior quiere decir, como bien lo ha sustentado más Alto
Tribunal del País al retomar el criterio emitido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
que “se trata de libertades que tienen tanto en la dimensión individual como una dimensión social, y
exigen no sólo que los individuos no vean impedida la posibilidad de manifestarse libremente, sino
también que se respete su derecho como miembros de un colectivo a recibir información y a conocer
la expresión del pensamiento ajeno”. Al respecto, sirva como referente la tesis como rubro
LIBERTAD EXPRESION COMO DERECHO A LA INFORMACION SU IMPORTANCIA EN UNA
DEMOCRACIA CONSTITUCIONAL
En este mismo sentido, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó en
la sentencia de amparo en revisión 531/2011 que:
“Los derechos humanos al ser derechos subjetivos tutelados legítimamente en los preceptos
constitucionales, de los cuales en titular la recurrente, le otorgan fundamento suficiente para que la
comunicadora quejosa contara con interés jurídico para acudir en el juicio de amparo, sin necesidad
de que se tenga permiso o licencia alguna para difundir la publicidad oficial de la Secretaría de Salud
aludida; que los derechos humanos de libre expresión y la información son razón suficiente para
acudir al juicio de garantías, en términos de las obligaciones que se derivan de dichos preceptos en
relación con lo previsto en el párrafo tercero del artículo 1° de la Constitución General de la
República”
La función social de estos derechos en una sociedad democrática ha sido un tema recurrente en los
desarrollos del concepto de la libertad de expresión a nivel internacional.
A su vez, dada la importancia de la magnitud de dicha supuesto en la vulneración de la esfera
jurídica elemental como lo es la seguridad e integridad de la persona humana en las actuaciones de
los elementos de Seguridad Pública civil, así como de las Fuerzas Armadas de México, refiriéndose
a los tratados internacionales vinculan con la norma toda vez que como individuo e integrante de una
colectividad política determinada, los mensajes están dirigidos precisamente hacia nosotros en el
plano individual y hacia la colectividad política a la que pertenecemos, comunidad que, para el
ejercicio pleno de sus derechos, requiere que la dimensión individual y la dimensión social del
derecho a la información sean respetadas.
Cabe precisar que la misma Ley que se combate por este medio otorga el interés a todo ciudadano
del Estado Mexicano en su primer artículo referente a “Artículo 1. La presente Ley es de orden
público, de interés general y de observancia obligatoria en todo el territorio nacional. “, Puesto que
refiere que es de observancia obligatoria para todo el territorio mexicano y de interés general, por lo
tanto afecta directamente a todas las personas y todo ciudadano que habite en el país se encuentra
legitimado para promover el medio de impugnación idóneo y hacer del conocimiento a las
autoridades competentes de los agravios que esto causa, de conformidad con el derecho de petición
que la propia constitución brinda a los gobernados e impulsar a las autoridades jurisdiccionales que
analicen a fondo la situación que amerite para salvaguardar el estado de derecho.
6. PROCEDENCIA DE LA DEMANDA
I. Análisis del significado de una norma materialmente inconstitucional de esta Ley; encuentro
contradictorio con los siguientes artículos:
a) Artículo 2 Ley de Seguridad Interior (en adelante LSI); “La Seguridad Interior es la
condición proporciona el Estado mexicano que permite salvaguardar la permanencia y
continuidad de sus órdenes de gobiernos e instituciones, así como el desarrollo nacional
mediante el mantenimiento del orden constitucional, el Estado de Derecho y la
gobernabilidad democrático en todo el territorio nacional. Comprende el conjunto de
órganos, procedimientos y acciones destinados para dichos fines, respetando los derechos
humanos en todo el territorio nacional, así como para prestar auxilio y protección a las
entidades federativas y los municipios, frente a riesgo y amenazas que comprometan o
afectan la seguridad nacional en los términos de la presente ley.” Toda vez, que su
contenido en esta ley ni supletoriamente en la Ley de Seguridad Nacional, ni la Ley
General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la definición expresa de Institución o
instituciones, por la cual cabe la ambigüedad del señalamiento de la palabra
“Instituciones”, así como “su gobernabilidad”, por lo que al no ser claro qué es lo que se
protege, determina una inexactitud de la semántica de la misma. Ya que toda vez que está
dirigida prioritariamente al uso de las Fuerzas Armadas a todo aquello que
discrecionalmente entiendan las Autoridades como “amenaza”, y que la motivación de la
ésta ley, al salvaguardo, vigilancia y permanencia de la misma, no confiere sentido práctico
de interpretación jurídica de la misma; dejando así incierta e ineficiente la creación y
motivación de la misma ley como tal.
c) Del mismo modo, el artículo 7 de la LSI, establece lo que se entenderá por cada uno de los
términos referidos, sin embargo, no se encuentra ninguno que especifique textualmente
“seguridad Interior”, “instituciones” “grave riesgo”, además se encuentra no clara la
conceptualización de la definición del “Uso legítimo de la fuerza”, pues al no definirse
“actos de resistencia”, deja situaciones dubitativas en el ejercicio del “Uso de la legítima
fuerza”, si bien es claro que la ambigüedad, vicios en la redacción e imprecisión en la
redacción del legislador no es motivo para la declaratoria de su inconstitucionalidad,
resulta no ser consistente y al no existir el concepto redactado por el legislador en ninguna
ley existente, entonces no es motivo de su aplicación y por lo conducente no se puede
aplicar ni ejecutar lo que no existe.
d) Artículo 9 “La información que se genere con motivo de la aplicación de la presente ley,
será considerada de Seguridad Nacional, en los términos de las disposiciones jurídicas
aplicables”. El hecho textual del presente precepto legal, refiere a la persona que
enmarque, hable, interactúe, emane, investigue, emita información que genere o refiera
por motivos de esta ley, será motivo de la aplicación de la presente ley y por ende podrá
ser considerado un “riesgo” a la LSI, por lo que, vulnera y atenta toda libertad de expresión
y de acceso a la información pública, comprendidos en el numeral 6to. De la Constitución
Federal. De esta ley desprende varios supuestos normativos, pues, en todo momento un
derecho legítimo el tener conocimiento del desempeño de las funciones de cualquier
órgano de gobierno, incluyendo las Fuerzas Armadas, en el principio contenido en el
mismo numeral como de “máxima difusión”, a su vez esta misma ley representa un
menoscabo a la información pública contenido en el apartado A del mismo precepto legal,
pues, el Estado teniendo la capacidad discrecional de correlacionar cualquier actividad que
detente o ponga en riesgo a las “Instituciones” y su “gobernabilidad”, podrá ser sujeta a
investigaciones de cualquier clase como “inteligencia para la Seguridad Interior”, “Uso
legítimo de la fuerza”, lo que lo vuelve un sujeto vulnerable y amedrentado por el sistema
del propio Estado y así lo vulnera sus derechos más legítimos y elementales de la libertad
de expresión y acceso a la información pública.
Además, en el cuarto párrafo del mismo artículo citado, expresa “La seguridad pública es
una función a cargo de la federación, las entidades federativas y los Municipios, que
comprende la prevención de los delitos; la investigación y persecución para hacerla
efectiva… (Ídem)” por ello, existiría una contradicción de funciones y que al mismo tiempo
contraviene la Constitución Federal, y por ello vuelve inconstitucional la ley.
7. CONCEPTOS DE VIOLACIÓN
A raíz de la trascendental reforma constitucional en materia de Derechos Humanos de junio del 2011,
el artículo 1º incorporó a la Constitución, las normas y los principios de derechos humanos
contenidas en los tratados internacionales de los que México es parte, es decir, estableció un
catálogo de derechos fundamentales donde positivó derechos reconocidos por tratados
internacionales; así también a raíz de ésta trascendental reforma, incorporó también a su sistema, la
forma de reconocimiento de derechos humanos que contienen los tratados internacionales aún y que
estos no estén expresamente señalados por nuestra Constitución.
El artículo 1º de la Constitución Federal, también generó obligación dirigida a todas las autoridades
en el ámbito de sus competencias, de promover, respetar y garantizar los derechos humanos en
conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.
Aunando al establecimiento del control difuso de la constitucionalidad en los términos apuntados, la
reforma al artículo 1 de la Constitución, integró al sistema penal de justicia constitucional mexicano el
principio de interpretación pro persona o pro homine, herramienta que, de acuerdo a la Suprema
Corte de Justicia de la Nación:
“[]… exige que las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con la
propia Constitución y con los tratados internacionales de los que México es parte, de forma que
favorezca ampliamente a las personas, lo que se traduce en esta obligación de analizar el contenido
y alcance de tales derechos a partir del principio pro persona, que es un criterio hermenéutico que
informa todo el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en virtud del cual debe acudirse a
la forma más amplia, o a la interpretación extensiva cuando se trata de reconocer derechos
protegidos, e inversamente, a la norma o a la interpretación más restringida cuando se trata de
establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos humanos o de su suspensión
extraordinaria, es decir, dicho principio permite, por un lado, definir la plataforma de interpretación de
los derechos humanos y, por otro, otorga un sentido protector a favor de la persona humana, pues
ante la existencia de varias posibilidades de solución a un mismo problema, obliga a optar lo que
protege en términos más amplios.”1
En el ámbito internacional, las obligaciones generales de respeto, promoción, protección y garantía
de los Derechos Humanos se encuentra facultada en los artículos 1.1 y 2.1 de la Convención
Americana de los Derechos Humanos, donde obliga a los Estados parte de adoptar las medidas
legislativas necesarias para hacer efectivos los derechos y libertades reconocidas en la Convención,
estableciendo como obligación positiva de adoptar las medidas legislativas que sean necesarias para
garantizar el ejercicio de los derechos reconocidos por la Convención, lo que significa que están
obligados a no expedir leyes que desconozcan esos derechos u obstaculicen su ejercicio, así como
de suprimir o modificar las que tengan estos alcances. De lo contrario, el Estado incurrirá en una
violación al artículo 2 de la Convención.2
Por lo anteriormente expuesto, se debe analizar profundamente y detenidamente la forma legal
impugnada y su respectivo acto de aplicación de acuerdo con lo establecido con la Constitución y los
tratados internacionales que salvaguardan mis derechos humanos inherentes. Al respecto, sírvase
considerar las siguientes tesis:
Época: Décima época, Instancia; Pleno Tipo de Tesis: Jurisprudencia, Fuente: Gaceta del Semanario
Juridicial de la Federación, Libro 5, Abril de 2014, Tomo I, Materia(s): Constitucional Tesis: P./J.
20/2014 (10ª), página: 202
“DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCION Y EN LOS TRATADOS
INTERNACIONALES CONSTITUYEN EL PARAMETRO DE CONTROL DE REGULARIDAD
CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA CONSTITUCION HAYA UNA RESTRICCIÓN
EXPRESA AL EJERCICIO DE AQUELLOS, SE DEBE DE ESTAR A LO QUE ESTABLECE EL
TEXTO CONSTITUCIONAL.- El primer párrafo del artículo 1º constitucional reconoce un conjunto de
derechos humanos cuyas fuentes son la Constitución y los tratados internacionales de los cuales el
Estado Mexicano sea parte. De la interpretación literal, sistemática y originalista del contenido de las
reformas constitucionales de seis y diez de junio de dos mil once, se desprende que las normas de
derechos humanos, independientemente de su fuente, no sea la relación en términos jerárquicos,
entendiendo que, derivado de la parte final del primer párrafo del citado artículo 1º, cuando en la
Constitución haya una restricción expresa al ejercicio de los derechos humanos, se deberá a la que
indica la norma constitucional, ya que el principios que le brinda supremacía comporta el
encumbramiento de la Constitución como norma fundamental del orden jurídico mexicano, lo que a
su vez implica que el resto de las normas jurídicas deben ser acordes con la misma, tanto en un
sentido formal como material, circunstancia que no ha cambiado; lo que sí ha evolucionado a raíz de
las reformas constitucionales en comento es la configuración del conjunto de normas jurídicas
respecto de las cuales predicarse dicha supremacía en el orden jurídico mexicano. Ésta
transformación se explica por la aplicación del catálogo de derechos humanos previsto dentro de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual evidentemente puede calificarse
como parte del conjunto normativo que goza de esta supremacía constitucional. En este sentido, los
derechos humanos, en su conjunto, constituyen el parámetro de control de regularidad
constitucional, conforme al cual debe analizarse la validez de las normas y actos que forman parte
del orden jurídico mexicano.
Cabe señalar: Que ante el temor fundado de no tener claro los conceptos de los términos de
Seguridad Interior, Amenaza a la Seguridad Interior, Uso legítimo de la fuerza, Inteligencia para la
1
2
Seguridad Interior y Acciones de Seguridad Interior expresadas en esta ley se me agravia, así como
la intencionalidad de la propia ley, pues como lo he dicho ya en supra líneas, la función y propósito
de la presente ley, más que nada es de proporcionar la protección a las Instituciones de Gobierno y
su gobernabilidad, y que, al estar al arbitrio discrecional del Presidente de la República, así como del
Consejo de Seguridad Nacional, me pone en un inminente riesgo para mi libertad más amplio de
libertad de expresión; libertad conferida en el artículo 6 de la Constitución Federal, así como el
artículo 13 de la Convención Americana de los Derecho Humanos, así también el artículo 19 del
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, la cuales expresan lo siguiente:
“Artículo 6 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, “La manifestación de las
ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el ataque a la moral, los
derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será
ejercido en los términos dispuestos por esta ley. El derecho a la información será garantizado por el
Estado. Toda persona tiene derecho a información plural y oportuna, así como a buscar, recibir, y
difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión […]”
“Artículo 13 de la Convención Americana de los Derechos Humanos 1. Toda persona tiene derecho a
la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y
difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por
escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.”
“Artículo 19 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos 2. Toda persona tiene el
derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir
informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o
en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.”
Cabe señalar que, de acuerdo con el artículo 133 de la Constitución de la República, todas las
autoridades tienen la obligación de cumplir con lo dispuesto en los Tratados Internacionales
ratificados por el Estado Mexicano, pues son uno de los componentes de la Ley Suprema de la
Unión.
En protección al Derecho Humano del gobernado que debió ser consultado sobre las medidas
legislativas susceptibles de afectarlos de forma directa, previamente a su aprobación, en virtud de
que no consta hayan sido consultado previamente a su aprobación, mediante un
procedimiento adecuado, informado y de buena fe, se violó la esfera de competencia y nuestros
derechos al no garantizar el derecho a la consulta previa, que resulta una condición sine qua non
para construir leyes y políticas públicas., porque es necesaria una consulta a la opinión del pueblo, “a
la soberanía popular”, porque “por ser el pueblo de México titular de las garantías que contiene
nuestra magna carta., cuando por modificaciones inconstitucionales que afectan a leyes
secundarias amparadas en la constitución sea pretendida su concentración en una esfera
estratégica fundamental que no admita la intervención directa o indirecta de particulares a quienes le
pudiese afectar., máxime cuando el párrafo tercero del artículo 26 Constitucional, que a la letra dice:
“La ley facultará al Ejecutivo para que establezca los procedimientos de participación y consulta
popular en el sistema nacional de planeación democrática” máxime cuando las consultas sobre
temas de trascendencia nacional como en la especie nos da el derecho de votar mediante la
consulta popular:
VIII.- Votar en las consultas populares sobre temas de trascendencia nacional, las que se sujetarán a lo
siguiente:
Por todo ello se desprende del numeral 26 Constitucional el por qué en tales condiciones sociales se
contempla una participación del ciudadano auténtica de hecho, mediante una consulta directa a él
convocada por el ejecutivo nacional, tomando nota el Estado como programador de las necesidades
del gobernado y de sus requerimientos, y plasmando con todo ello esos apoyos necesarios de
equidad con la finalidad de imprimir eficacia, y trasparencia del desarrollo nacional”, en resguardo a
los Derechos Humanos del Gobernado, libertad de expresión y equidad., por lo que la falta de
consulta popular acarrea la inconstitucionalidad de la Ley de Seguridad Interior por vicio propio del
Presidente de los Estado Unidos Mexicanos al haber desatendido las obligaciones plasmadas en los
artículos 1º, 26, 35 y demás relacionados Constitucionales, pues mermo en la posibilidad de que el
gobernado participara en consulta pública como indica la Ley quienes debieron de haber externado
su opinión respecto a la Ley de Seguridad Interior, siendo esa discriminación del ejecutivo nacional
materializando un menoscabo a las personas gobernadas en sus derechos constitucionales, lo cual
causa es en tales términos causadora general de agravio hacia mi persona.
Por otra parte, según lo explicado en la jurisprudencia Interamericana en numerosas ocasiones, “la
libertad de expresión y el derecho a la información se caracterizan por ser derechos con dos
dimensiones: una dimensión individual, consistente en el derecho de cada persona a expresar los
propios pensamientos, ideas e informaciones; y una dimensión colectiva o social, consistente en el
derecho de la sociedad a procurar y recibir cualquier información, a conocer los pensamientos, ideas
e informaciones ajenos y a estar bien informada” así como que se pueda expresar auténticamente el
parecer directo del Gobernado sobre las iniciativas antes de su entrada en vigencia.
SEGUNDO.- Que ante el temor fundado de no tener claro los conceptos de los términos de
Seguridad Interior, Amenaza a la Seguridad Interior, Uso legítimo de la fuerza, Inteligencia para la
Seguridad Interior y Acciones de Seguridad Interior expresadas en esta ley, así como la
intencionalidad de la propia ley; vulnera y sufre un menoscabo a mi derecho legítimo de reunión,
consagrado en el artículo 9no Constitucional; este derecho corre el riesgo inminente de ser
trasgredido por dicha Ley, ya que, así como la libertad de expresión, mi derecho legítimo de reunirme
con fines pacíficos y sin alterar el orden público, ya que, al ser materia de Seguridad Interior
cualquier tópico en uso, al arbitrio discrecional de aquel que por sí mismas lo declaren o por mis
actividades diarias de manifestación de las ideas que cuestionen el cumplimiento y el actuar de
cualquier servidor público que llegare a expresar y al haber una inexactitud en la literalidad de la
norma, esta puede ser interpretado según se llegare a utilizar.
TERCERO.- Que ante el temor fundado de no tener claro los conceptos de los términos de
Seguridad Interior, Amenaza a la Seguridad Interior, Uso legítimo de la fuerza, Inteligencia para la
Seguridad Interior y Acciones de Seguridad Interior expresadas en esta ley, así como la
intencionalidad de la propia ley; mi derecho legítimo a la asociación individual y libre para tomar parte
en forma pacífica en los asuntos políticos del país, es dañado y sufre menoscabo a mi esfera
jurídica, ya que, aunque si bien el fracción es referente para asociarse a un partido político, en
referencia, no es de mi interés pertenecer a ninguna institución política, pero si es de mi interés,
participar activamente en seguimiento, vigilancia, interacción, señalamientos, sobre los servidores
públicos, así como de las instituciones políticas del país. Por ello, al ser un actor ciudadano en pleno
goce de estos derechos ciudadanos también reconocidos en el artículo 23.1 a) de la Convención
Americana de los Derechos Humanos; así también, los artículos 2.1 a), 5.2 y 25 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos;
Artículo 35 fracción III de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
“Asociarse individual y libremente para tomar parte en forma pacífica en los asuntos políticos del
país”
Artículo 23. 1 inciso a) de la Convención Americana de los Derechos Humanos
“de participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes
libremente elegidos”
Artículo 2.1 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos
“Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a respetar y a garantizar y a
garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdicción
los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma,
religión, opinión política o de otra índole origen nacional o social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición social.”
PRIMERO.- El artículo 115 Fracción III inciso h) de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, establece como función primordial a su cargo:
“[…] Seguridad Pública, en los términos del artículo 21 de esta Constitución, policía preventiva
municipal y tránsito […]”
Derivado de las competencias de las actuaciones policiales, genera una intervención a las funciones
policiales municipales y estatales, las cuales contravienen en el marco legal del texto del artículo 21
de la Constitución, provocando su inconstitucionalidad de la misma; así también, genera un
menoscabo a la obligación de las fuerzas civiles de seguridad pública municipal y estatal de
fortalecer las agencias de seguridad.
SEGUNDO.- El artículo 129 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece
que: “En tiempos de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tenga
exacta conexión con la disciplina militar. Solamente habrá Comandancias Militares fijas y
permanencias en los castillos, fortalezas y almacenes que dependen inmediatamente del Gobierno
de la Unión; o en los campamentos, cuarteles o depósitos que, fuera de las poblaciones, estableciere
para la estación de las tropas.” Por lo cual, causa agravio esta ley ya que contraviene
fundamentalmente en las labores de seguridad que son competencia de las fuerzas civiles previstas
en el artículo 21 constitucional, así también, este articulo solo tiene la excepción comprendida en la
Ley General de Protección Civil, donde las funciones del ejercito sólo podrán ser para participar en
temas de Desastres Naturales con el plan DN-III, la cuales servirán para prestar auxilio en las zonas
geográficas que se requieran y por la orden expresa de la Secretaría de Gobernación.
Además de esto, la ley que se combate resulta contraria a la propia Constitución Mexicana al
establecer en el citado artículo 129, que en tiempos de paz ninguna autoridad militar puede ejercer
más funciones de las que tenga exacta conexión con la disciplina militar; sin embargo, la legislación
de seguridad interior a la que hemos venido haciendo referencia la cual causa perjuicio a todos los
ciudadanos, refiere otros supuestos de participación de las fuerzas militares, que contravienen
nuestra Ley Superior al otorgar facultades que dicha constitución no prevé por salvaguardar la
integridad de la población y que esta Ley que se reclama violenta los derechos protegidos por la
constitución y brinda un desequilibrio en el sistema político para que las autoridades militares puedan
actuar con la fuerza en situaciones que no lo ameriten poniendo en riesgo a que la población civil
sufra daños irreparables por el uso de protocolos militares que solo deben de ser utilizados en
circunstancias especiales que sea necesaria la intervención de dichas fuerzas.
TERCERO.- El artículo 13 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual
expresa “Nadie puede ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales especiales. Ninguna persona
o corporación puede tener fuero, ni gozar más emolumentos que los que sean compensación de
servicios públicos y estén fijos por la ley. Subiste el fuero de guerra para los delitos y faltas contra la
disciplina militar, pero los tribunales federales en ningún caso y por ningún motivo podrán extender
su jurisdicción sobre las personas que no pertenezcan al Ejército. Cuando un delito o falta de orden
militar estuviese complicado un paisano, conocerá del caso la autoridad civil que corresponda.” Si
bien, al tener una ley poco clara en su aplicabilidad y su proceso, resulta altamente violatorio de
derechos constitucionales.
Mismo objetivo atendido también en el “Plan Mérida”, celebrado en Junio del 2008, entre los Estados
Unidos de Norteamérica con los Estados Unidos Mexicanos como tratado internacional bilateral con
la finalidad de la creación, fortificación y mejoramiento de corporaciones de seguridad pública para el
combate al narcotráfico por las fuerzas civiles, mismo tratado, comprende en la entrega de
$1’400’000’000.00 (mil cuatrocientos millones de dólares 00/100 M.E)., al Estado Mexicano.
Por esto motivo y por demás ya antes expuesto, solicito ante usted su señoría, lo siguiente:
8. SUSPENSIÓN
Con fundamento en los artículos 78, 79, 125, 129, 130, 131 y demás relativos a la Ley de Amparo, y
en estrecha relación con el principio pro persona contemplado por el artículo 1º de la Constitución de
los Estados Unidos Mexicanos, solicito la suspensión provisional de los actos reclamados y en su
oportunidad la definitiva.
SEGUNDO. Tener por satisfechos los requisitos de los artículos 107 y 108 de la Ley de Amparo;
CUARTO. Se expida a mi costa copia fotostática del acuerdo de radicación y del auto en el que se
me otorgue la suspensión provisional y definitiva de los actos reclamados.
“Protesto lo necesario”
COLIMA, COLIMA A 08 DE ENERO DEL 2018
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LIC. ANGEL PEREZ MONGE