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Penal
Oir Lecc.
Los principios generales del Derecho penal funcionan a modo de
garantías para los sujetos a quienes se les aplica el Derecho penal. Estos
principios o garantías vienen regulados en el Título Preliminar del Código
Penal, que trata “de las garantías penales y de la aplicación de la Ley
penal”. Algunas de estas garantías, como ahora veremos, se garantizan
por la propia Constitución.
Principio de culpabilidad.
El artículo 5 del Código Penal establece que “no hay pena sin dolo o
imprudencia”. Esto implica que el sujeto que comete el delito sólo será
responsable penalmente si ha tenido la intención de cometerlo (dolo) o
se trata de un acto que era previsible y evitable (culpa o imprudencia).
Principio de proporcionalidad.
La pena que se fije al individuo que comete un delito debe guardar
relación con la conducta ilícita que ha realizado, debe ser proporcional a
su gravedad.
Principio de resocialización.
El artículo 25.2 de la Constitución prevé que “las penas privativas de
libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la
reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos
forzados.
Principio de igualdad.
Según este principio, la comisión de un delito va a tener la misma
consecuencia jurídica con independencia de la persona que lo haya
cometido.
Principio de territorialidad.
Este principio, regulado en el artículo 23 de la LOPJ, hace referencia a la
eficacia de la ley penal en el espacio. Esto supone que la ley penal va a
ser aplicada a todos los delitos cometidos dentro del territorio del
Estado, con independencia de la nacionalidad del delincuente o de la
víctima.
No obstante, la ley penal española puede aplicarse a algunos delitos
cometidos fuera del territorio del Estado cuando el delincuente tenga
nacionalidad española con determinados requisitos (principio personal),
cuando se trate de delitos contra la seguridad del Estado (principio real
o de protección) o cuando el autor se encuentre en territorio español y
no haya sido juzgado en otro Estado, cuando se trate de la comisión de
determinados delitos especialmente graves (principio de universalidad).