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PRESIDENCIALISMO)
INTRODUCCION
Es un espejismo que tiene la sociedad colombiana en general, y es que se piensa
que la independencia colombiana, iniciada en 1810 y concretada en 1819, venía
acompañada con la abolición de la esclavitud y la obtención de una mejor justicia
social, pero resulta que no es así, comenzando porque la esclavitud fue abolida
hasta mediados del siglo XIX, casi que se mantuvo la encomienda (hoy latifundios)
y por muchos años se mantuvo la influencia de la Iglesia en el Estado.
Concuerdo con que lo que sucedió con el periodo independentista no fue más que
el cambio de quienes serían los que deberían gobernar el país, en este caso de la
corona española a los presidentes. Hay que destacar igualmente que desde la
independencia inició ese proceso de democratización de una sociedad analfabeta
y no mucho tiempo después se le añadiría el ingrediente de violenta, como
podemos ver históricamente desde una democracia indirecta ,excluyente y
representativa a una democracia directa, universal y participativa.
Han sido tres modelos según ALAIN TOURAINE los que llegaron a América Latina:
el de la modernidad, propugna un crecimiento económico, confianza en la
educación y búsqueda de una mayor participación. La nacionalista, que es el
populismo en su máximo esplendor y la vía revolucionaria, persistente en Cuba,
propone la “igualdad y justicia social”.
A principios del siglo XX, se presentaron movimientos populistas y sindicales, que
buscaban mejoras en sus condiciones de vida por la emergente clase obrera,
luego estos movimientos fueron reprimidos por las dictaduras militares, en nuestro
país se desarrolló de una manera diferente, a pesar de la dictadura militar de
Rojas Pinilla en los años 50. Para luego en los años 90 se produjeran cambios de
gobierno y la expedición de varias constituciones. Por ello desarrollaré las
siguientes ideas enumeradas:
CONCLUSIÓN
Desde el inicio de su historia colombiana, en nuestro país ha estado presente el
presidencialismo, junto con la debilidad del Legislativo. Para derrotar la crisis de
los partidos es necesario el fortalecimiento de la identidad partidaria de cada
elector, mayor transparencia dentro de cada colectividad, una mayor
responsabilidad de los elegidos con sus electores, mano firme de las entidades
electorales frente a los corruptos, un mayor control sobre el multipartidismo y un
Congreso más autónomo e independiente.