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Sexto: Como se ve, igual que la Sala dijera en la oportunidad anterior señalada, los
nuevos elementos de convicción presentados por el imputado apelante, en forma
alguna cuestionan el valor acreditativo de los elementos de convicción, sobre cuya
base se le dictó la prisión preventiva. Por tanto, en contrario a lo señalado por la
norma jurídica invocada, artículo 283, inciso 03, del código procesal penal, si bien es
cierto se verificó la existencia de nuevos elementos de convicción, éstos, como ya se
explicó, en nada enervan el valor acreditativo de los que en su momento fundaron la
medida cautelar de prisión preventiva dictada contra el imputado apelante, debiendo
en todo caso ser en juicio en que las declaraciones contradictorias de los testigos
mencionados tengan que ser evaluadas; máxime si sendos instrumentos normativos,
entre los que se cuenta al Acuerdo Plenario 02-2005/CJ-116, fundamento jurídico diez,
párrafo c), permiten a los jueces optar entre dos declaraciones, por la que le generen
convicción, que resulta no solo de la valoración conjunta de dichas declaraciones
contradictorias, sino de los demás medios de prueba actuados, que como en este caso
ya se explicó, en nada benefician a la tesis de defensa del imputado; máxime si, como
ya se señaló en la resolución del uno de julio de dos mil dieciséis, fundamento jurídico
cuarto, la testigo Ana René Ortiz Minguillo, al ampliar su declaración inicial, admitió
haber sido amenazada de muerte por soplona, lo que motivó que el Ministerio Público,
a través de su Programa de Víctimas y Testigos, la acogieran; lo que nos da una idea
exacta de la gravedad de los delitos que se atribuyen al imputado apelante, entre ellos,
el de extorsión, una de cuyas formas de consumación es precisamente el uso de la
amenaza o intimidación para conseguir propósitos vedados de sus víctimas; lo cual en
este caso, lejos de ser ajeno a los testigos mencionados, el contenido de sus
declaraciones ampliatorias ponen de manifiesto no solamente el riesgo en que se
encuentran por haber vertido declaraciones incriminatorias iniciales, sino que
evidencian un claro propósito de perturbar la actividad investigativa a cargo del
Ministerio Público; lo cual la Sala de Apelaciones no puede refrendar, sino por el
contrario advertir y evitar que cualquier actuación de parte del imputado apelante, así
como de los demás, atribuidos, integrantes de la organización criminal denominada
“La Nueva Gran Familia” pongan en riesgo a las personas, incluyendo los órganos de
prueba o testigos de este proceso.
Sétimo: Como se ve, no puede ser otro el corolario de la revisión efectuada que la
ratificación de la resolución de primera instancia, pues los citados nuevos elementos
de convicción presentados por el imputado apelante no enervan el valor acreditativo
de los elementos de convicción iniciales, entre los que se encuentran las
declaraciones de los testigos José Jovino Huamán Yaspana y Ana René Ortiz
Minguillo, así como la declaración del testigo con identidad reservada FSSO-13-6,
sobre cuya base se dictó la medida cautelar de prisión preventiva contra el imputado
apelante; máxime si a diferencia de los dos primeros testigos, por las razones que ya
se explicó y que no generan convicción en sus versiones ampliadas, el testigo con
identidad reservada se ratificó en su declaración incriminadora, sindicando al apelante
como uno de los integrantes de la mencionada organización criminal; no existiendo, en
consecuencia, nuevos elementos de convicción que pongan en cuestión el valor
acreditativo de los iniciales actos de investigación, sobre cuya base se ordenó la
prisión preventiva del apelante.
Señores.
Zapata López
Burga Zamora
Zapata Cruz