EXPERIMENTO

El presente experimento explica de forma práctica el principio de superposición de ondas,

en este caso de ondas mecánicas longitudinales que se encuentran el rango del espectro
audible del ser humano, es decir sonido.

Para entender el experimento hay que recordar de qué trata el principio de superposición
de ondas.

Supongamos que tenemos dos ondas, si estas se emiten al mismo tiempo, experimentan
interferencia, una se sobrepone a otra, ocupando el mismo espacio en el mismo instante
de tiempo.

Si estas tienen la misma frecuencia y la misma fase, experimentan una interferencia

constructiva la cual se traduce en la sumatoria de sus amplitudes, dando como resultado
una onda única de mayor intensidad.

Ahora, si estas tienen la misma frecuencia, pero no la misma fase, experimentan una
interferencia destructiva, lo que se traduce como una diferencia de las amplitudes, dando
como resultado la anulación total de la onda, en el caso de que las amplitudes fueran
iguales.
Hay que recordar que las ondas sonoras no son trasversales como lo muestran las figuras
anteriores, sino más bien longitudinales, es decir que las gráficas para estas deberían verse
así:

Fase

Desfase

A partir de este principio se realiza el presente experimento, se trabaja con dos ondas de
frecuencias similares pero no iguales, ambas emitidas en fase desde dos fuentes distintas,
debido a la diferencia de frecuencias habrá instantes en que las ondas se encontrarán en
fase, como también habrá instantes en los que estén desfasadas.

Cuando ambas estén en fase, sus amplitudes serán sumadas, en términos de sonido la
amplitud se traduce como intensidad o volumen, es decir percibiremos un pulso de mayor
intensidad.

Ahora, cuando ambas estén desfasadas, sus amplitudes serán restadas, es decir en esos
instantes no escucharemos nada, nada solo si estas tuviesen la misma amplitud, si estas
no tuviesen la misma amplitud percibiremos una intensidad correspondiente a la
diferencia de sus amplitudes, es decir si las amplitudes son similares percibiremos un
sonido de baja intensidad.

En resumen, escucharemos pulsaciones de mayor y menor intensidad, la frecuencia con

la que percibiremos dichas pulsaciones será igual a la diferencia entre las frecuencias de
las dos ondas.

Por ejemplo, si se emiten dos ondas, una de 450 Hz y otra de 454 Hz, la frecuencia de las
pulsaciones será de 4 Hz, es decir escucharemos 4 pulsaciones por segundo.

A medida que la diferencia de frecuencias sea mayor, disminuirá nuestra percepción de

las pulsaciones debido a que la frecuencia de las pulsaciones aumentará.

Por ejemplo, si se emiten dos ondas, una de 450 Hz y otra de 435 Hz, la frecuencia de las
pulsaciones será de 15 Hz, es decir escucharemos 15 pulsaciones por segundo.