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En el origen de la fobia social, participan factores predisposicionales (en buena parte biológicos),

factores de aprendizaje y, en ocasiones, posibles experiencias activadoras o desencadenantes.

En muchas personas con ansiedad social se da una especial sensibilidad ante la crítica y la
desaprobación que ha podido verse potenciada por factores de aprendizaje en la infancia y
acentuada en la adolescencia. Esta ansiedad, se manifestará con distinta intensidad y duración
en cada persona en función de variables biológicas y psicológicas.

Variables biológicas

Parece existir una preparación biológica evolutiva para temer expresiones faciales de ira, rechazo
y crítica, facilitándose así las jerarquías que dan lugar al orden social. Entre las variables
sensibles a factores biológicos suelen citarse:

Capacidad innata para reconocer la amenaza social y responder ante ella.

Alta activación fisiológica, que dificulta la habituación a situaciones amenazantes o no familiares,


lo que propicia su evitación.

Inhibición conductual en la infancia (mayor miedo y timidez ante personas o situaciones


desconocidas, mayor ritmo cardíaco en reposo, mayor dilatación pupilar, mayor tensión muscular
y aceleración cardiaca ante situaciones nuevas o estresantes). Esta alta activación fisiológica
facilita el condicionamiento del miedo, suponiendo un factor de riesgo para desarrollar trastornos
de ansiedad en la vida adulta (especialmente, fobia social generalizada). Sin embargo, el
ambiente juega un papel fundamental, como muestra que sólo un tercio de estos niños presenten
ansiedad social en la adolescencia.

Variables psicológicas

Algunos factores de la propia experiencia pueden interactuar con la vulnerabilidad biológica


y propiciar la ansiedad social al originar en la persona la sensación de pérdida de control ante
distintas situaciones. Estos factores experienciales pueden resumirse en:

Unos padres sobreprotectores, muy exigentes o poco afectuosos, que emplearan un estilo
educativo basado en la vergüenza o rechazo de los hijos con inhibición conductual, lo que
interferiría en la relación padres-hijos, dificultaría la independencia, la confianza y la competencia
social, y promovería una gran necesidad de aprobación, perfeccionismo y creencia en que los
demás son siempre críticos y fiscalizadores.

La falta de experiencias y habilidades sociales.

La observación de experiencias sociales negativas o ansiedad social en los padres o personas


significativas puede facilitar la aparición en los hijos de preocupaciones y conductas similares.

Un cambio de circunstancias (laborales, familiares, escolares, de residencia) puede implicar la


necesidad de enfrentarse a las situaciones temidas desbordantes (Ej. relacionarse con gente
nueva).

Experiencias negativas en algunas situaciones sociales (burlas, castigo, marginación, etc.)


pueden elevar el miedo ante otro tipo de situaciones sociales distintas.
Distintas circunstancias estresantes (laborales, familiares…) o factores accidentales (enfermedad,
cambios hormonales…) pueden provocar que se manifieste ansiedad o algunos de sus síntomas
somáticos en situaciones sociales.

El desarrollo excesivo de la conciencia del sí mismo en el final de la infancia o inicio de la


adolescencia puede acarrear timidez y autoevaluación excesivas, desarrollándose el miedo a ser
objeto de evaluación y la tendencia a focalizar en exceso la atención sobre uno mismo (sobre los
propios pensamientos, actos, apariencia, etc). Infravalorarse puede agudizar la timidez, provocar
una gran necesidad de aprobación, y atribuirse a uno mismo mayor responsabilidad ante los fallos
que ante los éxitos.

Mantenimiento de la Fobia Social

Los factores implicados en el mantenimiento del problema varían en cada caso pero, en líneas
generales, cabe mencionar:

Anticipaciones y activación de supuestos. Anticiparse a la situación social temida activa una serie
de supuestos como, por ejemplo, desconfiar en las propias capacidades o creer que se va a ser
criticado y rechazado por los demás.

Expectativas negativas. Los anteriores supuestos pueden provocar expectativas negativas acerca
del propio desempeño y la suposición de que aparecerán manifestaciones de ansiedad con su
consecuente efecto de evaluación negativa, humillación o rechazo. Estas expectativas negativas
provocan ansiedad.

Características de la situación. El grado de peligro percibido o ansiedad varían en función de


factores situacionales como duración, formalidad, características de los otros (edad, sexo, cargo,
etc. ) y sus reacciones. A la hora de hablar en público, resulta relevante la presencia o no de
mobiliario, la posibilidad de ser preguntado o el estar de pie o sentado, entre otros factores.

Comportamiento. Las expectativas negativas y ansiedad anticipatoria suelen conducir a la


evitación de las situaciones o a la poca implicación en ellas, manifestándose conductas
defensivas como beber alcohol, llevar gafas oscuras, hablar únicamente con las personas
conocidas, rigidez corporal o hablar poco.

Resultados. Las conductas defensivas reducen la ansiedad a corto plazo, dando al sujeto la
sensación de evitarle las consecuencias temidas (humillación, rechazo, etc.). Sin embargo, la
persona atribuye su no ocurrencia a estas conductas que, a la postre, le hacen menos cordial y
amable, atraen la atención hacia su ansiedad, e interfieren en su actuación. Además, evitar las
situaciones hace más difícil su afrontamiento en una próxima ocasión, reduciendo la confianza en
uno mismo y dificultando la solución del problema. Así, la atención se centra básicamente en uno
mismo (especialmente en los síntomas somáticos y autónomos), y en ciertas reacciones de los
otros, más que en la tarea que se tiene entre manos, lo cual dificulta la actuación social
adecuada. Los fóbicos sociales se forman una impresión de cómo creen ser percibidos por los
demás a partir de sus síntomas más visibles, las emociones sentidas, los propios errores
detectados, las reacciones de los otros o experiencias previas, principalmente.

https://clinicadeansiedad.com/problemas/fobia-social/fobia-social-origen-y-mantenimiento/
fobia social’

Fobia social

FOBIA SOCIAL.

La fobia social es un trastorno que se desencadena por la interacción o exposición (real o


fantaseada) a otras personas. Este padecimiento incluye muchos síntomas, la mayoría de ellos
puedes agruparse en dos grandes categorías: 1.- alteraciones cognitivas ( piensan que su
interacción social será inadecuada, su desempeño personal muy torpe y embarazoso, todas las
personas se darán cuenta, se burlaran, será humillado, es el centro de atención, sobre el recaen
todas las miradas, las personas se sustraen de sus actividades por ponerle atención ) y 2.-
Alteraciones físicas (diaforesis, hiperídrosis palmar, rubicundez facial , temblor, voz entrecortada,
sensación de ahogo y nudo en faringe, taquicardia, disnea, sensación de desmayo y mareo.

EPIDEMIOLOGIA
La fobia social es un trastorno de ansiedad frecuente, incapacitante, que a pesar de ello y tal vez
por las características inherentes al padecimiento, a menudo pasa sin diagnosticas, y por lo
mismo pasa mucho tiempo antes de que puedan recibir tratamiento con las consecuencias que
este panorama conlleva. (Meyers y col,.1984)

https://drerasmosaucedo.wordpress.com/tag/etiologia-y-causas-
de-la-fobia-social/

https://es.wikipedia.org/wiki/Trastorno_de_ansiedad_social
https://www.slideshare.net/jozhy_V/trastorno-ansiedad-social-
johssy?ref=
http://slideplayer.es/slide/1056950/
https://www.psicologia-online.com/las-fobias-sociales-causas-
sintomas-y-tratamiento-1127.html
http://guiapsicologia.com/fobia-social/

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