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392 PARTE Sr,rs • Diseños de i nvestigación

capítulos sobre los diseños de investigación y posterionnente leyera de nuevo los puntos
que se tocan en este capítulo.
¿Qué es la "ética de la investigación"? ¿Qué es "investigación"? Am bos términos son
difíciles de definir. Shrader-Frechette (1994) ofrece una definición al distinguir "investi-
gación" de ''práctica". Como se estudió en un capítulo anterior, la investigación es una
actividad realizada para probar teorías, realiza r inferencias y añadir o actualiza r infom1a-
ción sobre una base de conocimien tos. La práctica profesional generalmente no incluye la
comprobaci ón de teorías o hipótesis, sino más bien procura incrementar el bien estar de
los clientes por medio de acciones e información que ha n demostrado tener éxito. Algunas
de estas acciones fueron establecidas a través de investigación científica previa. Aunque
tanto la ((investigación" como la "práctica" involucran a la ética, la ética involucrada con el
proceso de investigación está dirigida hacia los individuos que realizan investigación y la
forma en que conducen el proceso de investigación. Shradr-Frechette señala que la ética
de la investigación especifica la conducta que deben mostrar los investigadores del com-
portamiento durante todo el proceso de su investigación. Kei th-Spiegel y Koocher (1985)
analii.an la écica de la prictica de la psicología; Dawes (1994) ofrece un punto de vista muy
crítico sobre la práctica de la psicología y la psicoterapia. Parte de la discusión de Dawes se
refiere a la ética de la práctica.
El análisis, el énfasis y la práctica de la ética de la investigación representan eventos
relativamente recientes. Antes del siglo xx, se castigaba a los científicos que eran descu-
biertos experimentando con personas sin el debido consentimiento. Sin embargo 1 existen
ejemplos en la historia donde las "iolaciones a la ética de la investigación generaron resul-

tados fructíferos. Cuando se piensa acerca de la ética implicada en la investigación con
humanos o con animales, no pueden evitarse sentimientos encontrados. Al examinar la
historia destacan individuos valientes como Edward Jenncr, que inyectó a un niño con una
forma debilitada delvirus de la viruela, con lo cual desarrolló una vacuna contra la viruela;
la historia demuestra que Edward jenner no solicitó autorización de nadie pa ra hacerl o. O
considere al Dr.Barry Marshall quien, para demostrar que las úlceras pépticaseran provo-
cadas por bacterias y no por ácidos, se tragó un cultivo de bacterias y después se trató
exitosamente a sí mis1no con dosis de antibióticos. Sin embargo, tan1bién existen casos
documen tados de consecuencias trágicas de investigadores que no siguieron los princi p ios
éticos de la investigación, y también de quienes cometieron fraude científico. Algunos de
estos ejemplos se señalan y analizan por Shrader-Frechette (1994), en Wl líbro excelente
que vale la pena leer; también se recomienda el libro de Miller y Hersen (1992) y el de
Erwin, Gendin y Kleiman (1994). La evidenci a acerca de sospechas de fraude o fraude
declarado se remonta a investigaciones realizadas en la antigua Grecia.
Al realiza r investigación, el científico sensible a menudo enfrenta dilemas éticos. An-
tes de 1960 las consideraciones éticas de la investigación se deja ban a la propia conciencia
de los investigadores de todos los campos de la ciencia; las publicaciones académicas sobre
la conducta apropiada de los científicos brindaban ciertas normas, pero ninguno o pocos
de los lineamientos eran obligatorios. La historia ficticia de Marcin Arrowsmith, el prota -
gonista de la novela de Sinclair Lewis,.4rr(11J}miith,ejemplifi<."3 un dilema ético. Aquí el Dr.
Martin Arrowsmith , en un estudio de laboratorio, descubre por accidente un principio
que es efectivo para destruir bacter ias. Arrowsmith lo llama "fago". Cuando la plaga
bubónica estalla en un país del tercer mundo, Arrowsmith es enviado a ese país pa ra ayu-
dar a las víctimas y para probar su fago. Arrowsinith sabía que la verdadera efectividad de
un fago podía determinarse al aplicarlo solamente a la mitad de la población infectada. A
la otra mi tad se le daría un placebo o ningún tratami ento_ Sin embargo, al ver la alarmante
tasa de mortalidad (incluyendo la muerte de su esposa y de un amigo cercano), Arrowsmith
decidió administrar el fago a la población completa. Si él hubiese seguido su plan experi-

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